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EL SINDROME DE DOWN
Autores:
Antonio Garmendia
Christian Uzcategui
Daniel Romero
Daniel Vielma
Erika Lobo
EL PROBLEMA
El síndrome de Down puede llegar afectar a todos por igual, no importa el género,
edad o condición social; ya que es causado por un desorden genético que no se
puede controlar ni predecir.
El que un niño(a) nazca en el seno de una familia "normal" puede causar a los
padres y a los demás miembros de la familia, estados de depresión, ansiedad
vergüenza, rechazo, indiferencia, porque este grupo familiar desconoce lo que
realmente es un niño(a) con este síndrome.
Tal como en la población normal, hay gran variedad en cuanto al nivel de las
habilidades mentales, comportamiento, y el desarrollo de los individuos con
síndrome de Down. Aunque el grado de retraso puede variar entre leve y severo, la
mayor parte de los individuos con síndrome de Down caen bajo la categoría de leve
a moderado. A causa de estas diferencias individuales, es imposible predecir los
futuros logros de los niños con síndrome de Down.
Entre los factores sociales que interactúan para lograr una evolución satisfactoria
en el desarrollo, encontramos los ejes sociales psicológicos, físicos e
Intelectuales, para que esos niños con síndrome de Down lleguen a ser personas
integras y útiles a la sociedad. Personalmente creo que si bien existe una apertura
social hacia a discapacidad, aun no se puede como sociedad corrernos del déficit para
posicionarnos en un paradigma de la diferencia. Las diferencias son excluidas, son
negadas y simplificadas. Las personas con síndrome de Down deben dejar de ser
miradas desde su sintomatología, puesto que son sujetos portadores de uno decir,
de una historia.
Por último no me atrevería a concluir que son excluidos pero tampoco podemos
afirmar que son incluidos totalmente. Pareciera que se está en una inconstancia otro.
Somos a partir de transición.
• Conocer todas las características que presentan las personas con síndrome
de Down y todo lo relacionado con ellos.
1.3 JUSTIFICACIÓN
El advenimiento de un hijo es motivo de satisfacción familiar, pero cuando éste se
presenta con capacidades especiales o síndrome de Down, el ambiente se torna
depresivo por sus progenitores ya que desconocen el procedimiento aún más
cuando es progresivo; eso se convierte en un proceso estresante y con frecuencia
se puede decir que es desolador debido a que los padres no están preparados para
un acontecimiento de esa magnitud.
La escuela tiene como uno de sus objetivos generales, integrar con todo sus
procesos al individuo en una sociedad común, teniendo en cuenta como entorno
aquel conducto institucional escolar que maneja al ser humano; es el preescolar que
tiene como proceso principal a enseñar al niño con síndrome de Down a dirigirse,
comportarse y adaptarse a un grupo para trabajar en conjunto que lo llevara
mediante normas cada vez más complejas a desenvolverse en un medio de vida
colectiva, en donde vive a través de interacciones que lograran ser manejado
satisfactoria mente llevándolo a la cumbre de su autorrealización.
Debe pues buscarse métodos eficaces para llegar a terminar esta etapa a lograr
con los más altos porcentajes que ahonde en la satisfacción del objetivo principal.
El niño Down independientemente del deficiente mental que tenga, es un
individuo más de una sociedad, nace, vive y se desenvuelve dentro de una
comunidad, con intereses primordiales comunes estos son la satisfacción de sus
necesidades básicas, según estudios realizados por expertos en el proceso de neuro
desarrollo de estos niños (down), su aprendizaje, es igual al de cualquier niño
regular solo que sus pasos son más lentos y pausados, pero su desarrollo de
aprendizaje es el mismo. Según Piaget pasan por los mismos estudios por los que
pasa todo infante para poder llegar al a construcción del conocimiento por tanto
este puede adaptarse a una sociedad que presente sus mismos procesos, la etapa
preescolar ayuda al niño a integrarse a la sociedad mediante su independencia
personal.
Él es un niño como todos, juega, aprende, come, sueña e imagina por lo tanto
debe convivir con todos los niños, no solo con los que presentan la misma u otra
atipicidad, pues si bien es cierto que su proceso de aprendizaje es más lento y se
desarrolla de acuerdo a sus propias habilidades, también es cierto que este proceso
es similar al de todos los niños entonces por qué robarles el derecho de
desarrollarse en el mismo ámbito de todos los niños.
Para que su proceso de aprendizaje pueda ser más completo no se debe valer de
medios que puedan ayudarle si no a un mismo paso si a un paso más adecuado y
adaptando al de todos los niños,
Alcance pedagógico: Como puede inferir, cada docente de orientación para que
participen con guiar a los estudiantes mediante el trabajo que se presenta
Alcance social: Para lograr llegar a un alcance social, se quiere dar a conocer a la
sociedad todo aquello que tenga que ver con el síndrome de Down y para que sepan
dar un buen trato a los niños(as) con síndrome de Down.
1.5 DELIMITACIONES
Esta investigación puede ser utilizada como base para futuras investigaciones
sobre el tema tratado con la finalidad de ampliar lo que se ha recabado. No existe
cura para el síndrome de Down y tampoco hay certezas acerca de cómo prevenir el
error cromosómico que provoca el síndrome de Down., así como la aplicación para
organizaciones privadas o entidades públicas que no tengan similares
características a la entidad del estado investigada, como otra limitante que se
presentó en este trabajo de investigación fue el tiempo; la falta de interés en los
estudiantes, la falta de orientación y educación sobre dicho tema.
CAPITULO II
MARCO TEORICO
2.1 ANTECEDENTES
El síndrome de Down, se reconoció hace un siglo como una entidad nosológica
que se había identificado como un nombre impropio, que fue explicado
etimológicamente hace 21 años y desde entonces se ha convertido en unos de los
mayores enigmas de la medicina.
En 1846, el doctor Edouard Seguin de Francia fue quien reconoció el termino de
Síndrome por primera vez, quien dio una descripción detallada 20 años más tarde,
en el cual decía que se oponía a la analogía mongólica aduciendo que el parecido se
debía simplemente a una reducción o acortamiento de la piel en el margen del
parpado, igualmente atribuía el trastorno a una forma de “cretinismo furfuráceo”
describiendo la apariencia típica de la piel como rosada, lacticinosa y descremada
con un defecto del deformidades de los dedos y la nariz, labios y lengua hendidos
y una conjuntiva roja y ectópica que se proyecta para suplir la escasez de la piel en
el borde de los párpados.
En 1866, el médico John Langdon Down, describió el termino Síndrome de
Down llamándolo “Mongolismo” que era una forma de regresión al estado
primario del hombre, semejante a la raza mongólica, y clasifico los diversos tipos
de idiocia congénita en etíope, malayo e indo América
En 1875, el doctor Torres del Toro advierte que la primera comunicación medica
sobre el síndrome de Down, se presento en un congreso efectuado en Edimburgo,
junto con los doctores John Frazer y Arthur Michell, llamaron la atención sobre la
corta vida que tiene los niños con síndrome de Down y su tendencia marcada en el
cráneo redondo, definiéndolo así como una anomalía cromosomita manifestada
con un cromosoma externa o supernumerario, siendo el número de cromosomas
normal de 46, distribuidos en 23 parejas, es decir que existe un cromosoma extra
en la pareja 21 y es así como dichos individuos poseen un total de 47 cromosomas
y en síndrome de Down el par de cromosomas numero 21 se divide en tres en lugar
de dos, haciendo así una trisomía 21, que da lugar a tener diversos grados de
retraso mental y una serie de rasgos físicos mongólicos.
2.2 CONCEPTO DEL SINDROME DE DOWN.
Las personas con síndrome de Down nacen con un cromosoma de más. Los
cromosomas son estructuras que contienen genes, y estos contienen las
instrucciones de vida y se heredan de los padres. Normalmente, nuestras células
contienen 23 pares de cromosomas y se heredan 23 cromosomas de cada uno de
los padres. En el síndrome de Down, durante la división celular hubo un error,
generalmente al formarse el embrión, y esto hace que se presenten tres
cromosomas 21 en lugar de dos como es lo normal. Por lo tanto, luego de la
fecundación del óvulo con el espermatozoide, las células tienen 47 cromosomas,
en lugar de 46 como es lo normal.. Generalmente va acompañada por un retraso
mental que puede ir desde leve hasta severo teniendo un coeficiente intelectual
de 50 como promedio; fue en 1959 cuando el doctor Lenjeune observo que las
personas que tenían síndrome de Down presentaban un cromosoma extra.
Sin embargo, la mayoría de los bebés con síndrome de Down nacen de mujeres
menores de 35 años, ya que representan la mayoría de la población gestante.
Las probabilidades de que usted tenga un bebé con síndrome de Down no tienen
nada que ver con el lugar donde vive, su clase social o su raza. No se puede hacer
nada antes ni durante el embarazo para cambiar las probabilidades de que el
bebé tenga síndrome de Down.
material genético esta ahí aun cuando se encuentre fuera de lugar. Y en
ultima instancia esta el tipo Mosaisismo, este significa que no todas las
células en el organismo de una persona tiene el numero cromosomas, es
decir que están formados por células con 46 cromosomas y por células con
47 cromosomas, sin embargo existen todavía desconocimientos sobre la
mecánica de la meiosis y una mejor comprensión de su fisiología y sus
mecanismos, será quizás en un futuro cuando se corrijan y prevengan sus
alteraciones y sus consecuencias.
Características Físicas
Los niños que padecen el síndrome de Down pueden tener rasgos físicos
característicos que hacen que el trastorno se reconozca con una mayor
facilidad, por ejemplo el tener un rostro plano, nariz pequeña, ojos que
parecen que se van a sesgarse, labios y lengua ligeramente prominentes,
orejas y manos pequeñas y cuadradas con dedos cortos y el quinto con
forma de curva, estas son algunas de las características que los niños con
síndrome de Down.
Los niños con este síndrome tienden a tener una estatura mas baja de lo que
es el promedio entre otros niños, los brazos y las piernas son cortas en
relación a su cuerpo, también son propensos a ser obesos y con muchas
probabilidades de padecer de una anomalía cardiaca congénita.
Algunas investigaciones se ha encontrado que los niños con síndrome Down
tienen una probabilidad del 99% de padecer un retraso mental
independiente el grado del retraso que tengan, ya sea leve, moderado e
inclusive grave.
Es lo más difícil de describir puesto que hay una gran variabilidad entre un
niño y otro, tanto en las “diferentes inteligencias” que se traducen en sus
habilidades emocionales, cognitivas y en las de conducta, como en el
temperamento (Troncoso y col., 1999; Ruiz 2002a).
Definir en qué rango de nivel intelectual puede estar incluido utilizando para
ello un determinado test para “medir” la inteligencia, aporta un dato que
tiene cierta utilidad a efectos administrativos (certificados, pensiones, etc.)
o de investigación, pero sirve poco para conocer a una persona y para
ayudarle a mejorar. A pesar de esa limitación, ayuda a situarse y no
programar objetivos fuera de la realidad (Ruiz, 2002 b). En la actualidad, si
se maneja la clasificación tradicional, se puede decir que la mayoría de los
niños con síndrome de Down tienen un retraso mental de grado moderado,
frente a lo que sucedía hace tres décadas. Antes de extenderse los
programas de atención temprana y de ofrecerles escolarización adecuada,
la mayoría evolucionaban con retraso mental de grado severo. Si queremos
utilizar la cifra del coeficiente intelectual podemos afirmar que la
mayoría de las personas con síndrome de Down tienen un C.I. entre 40 y 70.
Un porcentaje pequeño de niños queda por debajo de este nivel y casi
siempre se debe a otras patologías añadidas o a una privación importante
de estímulos y atención. Otro pequeño porcentaje puede estar por encima
de 70 y con frecuencia corresponde a personas con mosaicismo o a personas
con trisomía regular que, desde el punto de vista biológico, han tenido
menos alteración en el cerebro y además han participado en buenos
programas educativos.
Si embargo, clasificar a un niño pequeño con una palabra o una cifra, poco
dirá de cómo es el niño, qué logros alcanza, qué le motiva para el aprendizaje
y cómo es su proceso de aprender, cómo se siente, cómo se relaciona y cómo
irá evolucionando a lo largo de su vida.
Si se observa su evolución, podemos comprobar cómo en las primeras
etapas de la vida el cociente de desarrollo no difiere mucho del de otros
bebés sin discapacidad. Conforme transcurren los meses y los años, el niño
progresa en todas las áreas del desarrollo pero a un ritmo más lento que los
otros niños, por lo que inevitablemente el cociente de desarrollo o,
posteriormente, el cociente intelectual van disminuyendo. Con esto no
significa, obviamente, que el niño retrocede, sino que su progreso de
acuerdo a su edad de desarrollo y su edad mental, aumentan aunque más
lentamente conforme pasan los años. Sin embargo, como dato positivo no
hay patrón, estancamiento o meseta después de la adolescencia si se sigue
trabajando adecuadamente.
Es importante destacar dos aspectos fundamentales: una intervención
adecuada desde las primeras etapas de la vida y mantenida en la infancia,
puede lograr que el niño desarrolle al máximo su potencial biológico. Esta
es la diferencia entre la población actual con síndrome de Down frente a la
de hace tres décadas. Por eso, como grupo han mejorado aunque el
síndrome de Down en sí mismo, en sus condiciones biológicas es el mismo.
Esta última afirmación conduce necesariamente a la segunda afirmación: el
progreso y el desarrollo no son ilimitados, sino que tienen los límites
biológicos que la propia herencia genética ha marcado en cada ser humano.
Lo mismo sucede con cualquier otra persona, aunque al principio, por la
influencia del cromosoma extra, las posibilidades son más pequeñas, y no
podrá sobrepasarse a base de muchos ejercicios, terapias, actividades, etc.
Al contrario, un exceso de actividades o “terapias” podría perjudicar
seriamente la evolución del niño, provocando efectos secundarios
indeseables.
Desarrollo Motor
Es así que la primera palabra con sentido referencial suele aparecer hacia los
20- 24 meses, teniendo en cuenta las diferencias individuales.
Evoluciona mejor el lenguaje comprensivo y las primeras frases se logran
alrededor de los 3 ó 4 años.
De manera que los niños con Síndrome de Down están en el mismo nivel de
desarrollo cognitivo que los demás niños al principio de la comprensión y
producción nombres de objetos. Pero una vez que empieza la adquisición
del lenguaje, el desarrollo temprano del vocabulario comienza a caer por
debajo de su desarrollo cognitivo. Ya desde la etapa preescolar.
La causa debemos buscarla en la hipotonía de los músculos de la articulación
y en el retraso de la maduración neuromotora. Ya que se ha comprobado
que tiene problemas otológicos y auditivos significativamente mayor que
otros niños no deficientes.
No está claro porque los niños con Síndrome de Down tienen un particular
problema con la comprensión de la palabra, lo que les lleva a una menor
atención a los estímulos hablados.
Algunos autores como Elliot, Weeks, Hartley hacen referencia a una cierta
dominancia hemisférica derecha para el procesamiento del lenguaje,
comentando una posible preferencia del oído izquierdo para procesar los
estímulos lingüísticos recibidos en forma auditiva.
A pesar de todo, no parece estar claro que el hemisferio derecho sea el
dominante en el lenguaje de los niños con el síndrome.
De manera que aún no podemos concluir que las alteraciones asociadas al
síndrome de Down provengan de una disfunción específica del hemisferio
izquierdo.
Los tres aspectos que parecen más atrasados en la articulación del lenguaje
son: La capacidad de reacción e iniciativa del niño a referencia ocular, La
organización pre-conversacional en cuanto a la toma de turnos en la
interacción vocal.
El carácter apático y tranquilo podría incidir a la hora de iniciar la
comunicación verbal ya que tienen demandas no verbales hacia los objetos.
Y es precisamente esto importantísimo en el desarrollo del lenguaje
expresivo, por Ejemplo: el retraso en la aparición de la sonrisa social; se
presenta alrededor de las 7 semanas y en los no deficientes a las 4 semanas.
Lo mismo sucede con la risa, por lo tanto éste es un factor importante que
va a desempeñar un papel decisivo en la formación del apego.
El adolescente o adulto que tiene el síndrome de Down va a tener las
capacidades intelectuales de un niño pequeño y en cuanto a su desarrollo
mental pueden
continuar hasta los 30 a 40 años de vida, sin embargo eso va a depender de
cuido que tenga dicho niño.
Sin embargo el envejecimiento puede ocurrir antes y puede provocar una
reducción en las capacidades cognoscitivas y esto se da porque su cerebro
contiene menos neuronas que un niño promedio. (Barry, 1984, citado en
Sarason). Los investigadores han descubierto que el cerebro de los adultos y
de los jóvenes que tienen el síndrome de Down, tienden a mostrar placas y
laberintos que parecen ser similares pero no idénticos a los que se
encuentran en el mal de Alzaheimer y al igual que estos cambios se dan el
área del hipocampo, ya que este desempeña un papel selectivo en el
aprendizaje y en la memoria.
Alrededor de 25 a 40 % de los adultos con síndrome de Down en la realidad
se vuelven dementes, es decir que pueden perder el sentido de la memoria
y la capacidad de cuidarse de si mismos.
Cuadro Resumen de la aparición conductual propio del síndrome de Down a lo largo del
desarrollo
Edad Dominio Fenotipo conductual
TRATAMIENTO Y REHABILITACIÓN
Nutrición
Los niños con síndrome de Down tienden a desarrollar con menor frecuencia
una cardiopatía o la hipertensión arterial (Brattstrom y col., 1987), han de
seguir las mismas recomendaciones sobre la nutrición que la población
general. En pocas palabras, esto significa que han de seguir una dieta
elevada en carbohidratos complejos y baja en grasa (el conocido modelo de
la pirámide alimenticia).
Ejercicio
Alrededor del 40-50 % de los niños que nacen con síndrome de Down tienen
cardiopatía congénita (Greenwood y Nadas, 1976). Suele corregirse antes de
la adultez, pero no todos han sido sometidos a la cirugía. Además, algunos
estudios demuestran que los niños (as) con síndrome de Down pueden
desarrollar más
adelante alguna enfermedad valvular. De ahí la importancia de que el
médico valore la condición del niño (a) antes de que inicie su régimen de
ejercicio. Puede ser necesario reducir el tiempo de ejercicio o su intensidad.
Programa de Educación
LA FAMILIA
No hay ninguna prueba que el tener hermanos con síndrome de Down tenga
algún efecto negativo importante o permanente sobre la gran mayoría de
los niños. Los niños con síndrome de Down que se han conocido suelen ser
muy tolerantes, con un grado de comprensión muy notable y una gran
madurez en su trato con los demás.
Si los padres encuentran difícil de aprender a aceptar las capacidades
especiales del niño, los hermanos también tienden a encontrarlo difícil. Si
los padres sienten resentimiento hacia el niño con síndrome de Down los
demás niños a menudo desarrollan los mismos sentimientos.
Cuando los padres tienen estas dificultades pueden evitar hablar con los
niños; puede que les sea embarazoso salir con el niño o invitar a los vecinos
a casa. Tales sentimientos son comunes al principio, pero la mayoría de los
padres aprenden a vivir con ellos en los primeros meses.
Siempre habrá ocasiones en que algunos niños ofendan a los hermanos con
una ilusión al discapacitado aunque sea momentáneamente dolorosa para
todos. Los padres son capaces de adaptarse a los conocimientos de la
condición del niño.
Cuando se escucha el diagnóstico por primera vez, es posible que la familia
entera viva en un estado de cierta tensión. Algunos experimentan un
sentimiento protector hacia los padres y lamentarán el trastorno y dolor
causado por el nacimiento del bebe. A veces el sentimiento de rechazo de
los padres hacia el nuevo bebe chocará y molestará a un hijo mayor, que
necesitará tiempo para adaptarse, y quizás alguna persona de confianza
tendrá que aplicarle la complejidad de los sentimientos en este momento.
Los demás niños también pueden sentirse molestos sí algún día los padres
tienen que tomar la decisión de ingresar al niño con síndrome de Down en
un internado o en un hogar. Esto puede provocar un sentido de culpabilidad
entre los hermanos porque sienten que el hermano pasa a una institución
especial, a causa de ellos.
Esto son dificultades momentáneas, especialmente si existe una buena
relación dentro de la familia, que se interesa y dedica más tiempo al hablar
de los problemas, con lo que se puede aliviar mucho el dolor y la tensión
nerviosa. Un dato importante que se infiere del limitado número de estudios
que se han hecho sobre los padres y los hermanos de los niños con el
síndrome de Down es que si se pregunta a los padres si el hecho de tener un
hijo (a) con Down ha tenido algún efecto negativo con los demás hijos,
muchos piensan que sí.
Los problemas se pueden relacionar con:
Los padres suelen ver los problemas de los hijos de modo bastante distinto
a como los enfocan los propios hijos. La mayoría de los estudios demuestra
que la mayor parte de los hermanos desarrollan fuertes lazos de afecto hacia
su hermano afectado por el síndrome de Down, y sienten que se han
beneficiado al criarse junto a él.
El punto problemático para los hermanos generalmente se relaciona con el
grado de inferencia del miembro con capacidades especiales de la familia,
en las actividades diarias. Las madres de niños con el síndrome de Down,
especialmente los que están creciendo y aprendiendo lentamente, tienen
que organizar las rutinas del hogar cuidadosamente, especialmente en los
momentos de mayor ajetreo, como la hora de ir a la escuela o el trabajo.
REACCIONES INSTINTIVAS DE LOS PADRES HACIA LOS HIJOS CON
SÍNDROME DE DOWN
Sentimientos de Incertidumbre
La mayoría de los padres casi no tiene idea de lo que les depara el futuro, de
ello significa la condición "síndrome de Down". Mucho sufrimientos y
dificultades pueden evitarse se busca información exacta en fuentes
fidedignas. Para reducir estos sentimientos de incertidumbre, a menudo
buscan comparaciones, e intentan conocer a otros padres de niños con el
síndrome de Down, pero todos los niños y todas las familias son distintos, y
aunque tengan experiencias en común, no se puede generalizar partiendo
de un solo caso. A la hora de ayudar al niño, los sentimientos de
incertidumbre se asocian con los
de incapacidad, y esta incertidumbre también puede llevar a la
inconstancia. El hecho de informarse sobre la naturaleza del síndrome de
Down y de cómo ayudar al niño, puede reducir estos sentimientos. Si es
capaz de llevar a cabo actividades como ejercicios y juegos, puede ser de
gran ayuda en el proceso de enfrentarse a la incapacidad y de superar los
sentimientos de dolor. No obstante, a muchos padres esto les parece un
recuerdo constante y doloroso de la condición de su bebé y estos conflictos
solamente se pueden tratar con un profundo replanteamiento de nuestros
valores y de lo que pensamos en la vida. Ya que cuando más los padres se
sientan en control de su destino y cuando mas hayan intentado planificar su
futuro, mas grande será el trauma de tener un bebé discapacitado y mas
grandes serán sus dificultades para aprender a vivir con él y sentir que su
vida es tan importante y significativa como la de otros niños. Muy
raramente, los padres presionan a los demás niños de la familia, como si
quisieran compensar al discapacitado.
Sentimientos de Enfado
Sentimientos de Desconcierto
CUESTIONARIO
Nombré Sexo Edad .
Nivel Educativo .
1- ¿Usted tiene conocimientos sobre el síndrome de Down?
• Si _______
• No _______
2- Usted lo considera una:
• Discapacidad _______
• Enfermedad _______
• Trastorno _______
• Condición _______
3- ¿Permitirías que una persona con esta condición estudie junto a ti? ¿Por
qué?
• Si _______
• No _______
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