Está en la página 1de 7

LA FIGURA MANIERISTA

Manierismo es la denominación historiográfica del periodo y estilo artístico que se sitúa


convencionalmente en las décadas centrales y finales del siglo XVI (Cinquecento en
italiano), como parte última del Renacimiento (es decir, un Bajo Renacimiento).

El Manierismo fue un estilo esencialmente italiano, y siempre que lo encontramos fuera de


Italia representa la adopción de modelos italianos. El estilo nació en Roma hacia 1520, se
propagó por el centro de la península y el valle del Po y se consolidó en extensas regiones
en torno a la década de los treinta. En pintura y escultura este proceso alcanza su mayor
impulso en la Roma de los años que median entre 1520 y el catastrófico Saco de 1527.

El Manierismo no nació como una reacción contra el Alto Renacimiento sino como
prolongación lógica de algunas de sus tendencias y realizaciones.

¿Cuáles son las características del estilo


manierista?
En este periodo existía la conciencia de un gusto más refinado y se consideraba que las
obras del momento eran un perfeccionamiento de las creadas en torno a 1500. Sin
embargo, el Manierismo es un estilo vulnerable. Todas las convicciones en que se basa
son fácilmente reversibles, como la idea de que la complejidad y el capricho son bellos,
que el virtuosismo es algo a cultivar o que el arte debe ser ostentosamente artificioso.

 Virtuosismo:
La obra de arte es la realización perdurable de un virtuoso. Esta idea está en estrecha
relación con la noción de dificultad. Pintores y escultores reclamaban la superioridad del
arte de unos sobre otros, alegando que el más difícil era el mejor.

Se apreciaba la destreza como una virtud muy positiva que producía géneros pictóricos
llenos de complejidad e inventiva, resultado de un incremento deliberado de las
dificultades para que, al superarlas, la habilidad del virtuoso quedara manifiesta.

Existe una obsesión por conseguir una reacción favorable de la audiencia y el estímulo de
esa reacción pasa a ser una parte importante de la función de la obra de arte.

 Artificio:
El alejamiento de la naturaleza y la oposición entre ésta y el estilo obsesionó siempre a los
críticos del Manierismo. Una de las principales críticas se debe al clasicista Bellori cuando
afirmaba que “los artistas, abandonando el estudio de la naturaleza, envenenaron el arte
con la maniera, o sea un ideal fantástico de la maña, no una imitación de la naturaleza” .
Sin embargo, el estudio de la naturaleza era parte sustancial de las tareas de los artistas,
lo que ocurre es que no se conformaban con realizar una copia exacta de la realidad sino
que pensaban que la misión del arte era mejorar la naturaleza.

 Variedad:
En las artes visuales la variedad se consideraba una cualidad esencial de la obra. Esta
búsqueda exagerada de la variedad se ha relacionado con la monotonía de la vida
cortesana y la consiguiente demanda de productos artísticos que produjeran sorpresa en
los príncipes manieristas.

La variedad como concepto se contrapone a la unidad clásica y desemboca en el énfasis


de las partes en perjuicio del todo. Pero la distinción entre la variedad manierista y la de
los periodos anteriores y posteriores está en que aquélla se convierte en un ornamento
que forma parte del propio estilo. Este ornamento es sinónimo de abundancia e
incompatible con la abreviación, “la cual debía evitar el poeta si quería deleitar a sus
lectores” .

 Separación de forma y significado:


Se produce una disyunción entre la forma y el significado para lograr la ostentatio artis. El
Manierismo agrede continuamente el concepto horaciano y aristotélico del decorum o
adecuación al fin, es decir, esa proporción o correspondencia que el estilo tiene con el
tema.
El Manierismo constituye en el arte religioso una doble ofensa al concepto clásico
del decorum. En primer lugar, era un arte que no expresaba primordialmente el tema y, en
segundo lugar, conducía a menudo a exhibiciones de desnudos y artificios que eran
superfluas en un sentido funcional y contrarios a lo que debía perseguir una obra religiosa.
Quizás por eso, el Manierismo se agotó en este campo mucho antes que en el arte laico y
siguió otro camino después de la Contrarreforma.
 La Forma Serpentinata:
Miguel Ángel – Genio de la Victoria, 1532-34. Palazzo Vecchio, Florencia.

La figura Serpetinata es uno de las formas que normalmente se asocian al arte manierista
y consiste en un dibujo que recuerda a “la torcedura de una serpiente viva en movimiento,
que es también la forma de una llama ondeante, una figura semejante a la letra S” .

Es una forma que evoluciona a partir del contrapposto clásico, según el cual las partes del
cuerpo se disponían asimétricamente, de modo que al giro de la cabeza se oponía el de
las caderas, una pierna recta sostenía el peso del cuerpo mientras que la otra quedaba
libre y flexionada, pero todas las asimetrías se conciliaban en un equilibrio final. El primer
artista que exageró el contrapposto fue Miguel Ángel en la escultura del Genio de la
Victoria.

Rasgos del Manierismo:


Liberación del culto a la belleza clásica y a sus componentes básicos, tales como la serenidad,
el equilibrio o la claridad. Este paso se inicia con laguna obra de Miguel Ángel o Rafael.
Insumisión a la verosimilitud. Las obras reflejan una tensión interior que terminan con el
irrealismo y la abstracción, olvidando la relación obra representada/escenario.
Convencionalismo en el color, proporciones y disposiciones o posturas de las figuras humanas
pintadas o esculpidas.

1.- LA ARQUITECTURA MANIERISTA

Entre sus características destacan:


La arbitraria alteración de la correspondencia entre las partes y el conjunto del edificio, con lo
que rompe la lógica de las relaciones espaciales y se provoca la desintegración de la estructura
renacentista.
La preferencia por los espacios longitudinales y salas estrechas que favorecen la perspectiva.

La pérdida o debilitación de las coordenadas axiales, las que ordenan el edificio según un eje
de simetría.

Destaca el Palacio del Té, en Mantua, obra de Giulio Romano.

2.-MANIERISMO ESCULTÓRICO
Hay preferencia por la figura “serpentinata”, contorsionada con artificio de formas que dibujan
la ascensión helicoidal.
Destaca Juan De Bolonia con la Fuente de Neptuno en Bolonia y el Rapto de las Sabinas.
La tendencia al desgarramiento propio de este estilo aparecen en la exagerada musculatura
de “Perseo con la cabeza de Medusa” de Benvenutto Cellini. Fue fundida en bronce de una
sola pieza, lo que supone una enorme dificultas técnica.
3.- PINTURA MANIERISTA.
Se caracteriza por la arbitrariedad en el uso del color y las proporciones.
Las proporciones anatómicas se alteran a su voluntad. El alargamiento de las figuras es
constante. Ej: Madonna del cuello largo de PARMIGIANINO.

Se prefiere el trazado serpentiforme, los abundantes y tensos escorzos, la distorsión como


forma de expresar una dramática escisión en la conciencia y en el mundo.
Las figuras está constreñidas en marcos estrechos, lo que acentúa las expresiones angustiadas.
La utilización de fondos negros, en los que se representan las figuras como auténticos objetos-
luz, nos anuncian en Barroco.
Otro autor es Corregio, con este "Ío y Zeus"

También podría gustarte