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participación del mundo que los rodea que los remite al juego, y debe hacer presencia en
los centros educativos ya que es una herramienta fundamental que tiene un valor en sí
mismo surgiendo espontáneamente en la interacción de los niños y niñas que los conlleva a
Martha Glanzer (2000) manifiesta que “tanto la práctica de los juegos como los juguetes
fueron siempre infinitamente variados y las diferentes colectividades los han ido marcando
con sus características étnicas y sociales específicas” podemos decir que los juegos
tradicionales como las rondas, arrullos generan identidad donde ellos diferencian roles.
Por medio del juego el niño y la niña facilitan al desarrollo cognitivo, cuando oye, ve, toca,
saborea, huele o tira algo, desarrolla habilidades motoras cuando camina, agarra objetos,
con carácter interactivo y transformador, en las que las niñas y los niños se sumerjan y
desarrollen toda una narrativa lúdica a partir de diferentes configuraciones, dispuestas con
conchas.
El ambiente pedagógico en los centros educativos o en el medio que se desenvuelven debe
tener espacios de formas relacionales, colores, aromas, texturas, luces, sombras, ya que,
estos favorecen las habilidades, las destrezas sociales, el buen desarrollo de las
Del buen desarrollo del niño en su primera infancia depende el buen desarrollo en la
La actividad lúdica es de vital importancia, tiene mucho sentido para la niñez de cada uno.
Es a través del juego que los niños reflejan su mundo interior en todas sus dimensiones,
productiva.
Cuando la niña o el niño juegan ejercita funciones o capacidades del sujeto. Desarrolla su
vocabulario, el juego que realizan tiene sentido según sus experiencias y necesidades
particulares.
limites, obtienen mayor fluidez verbal, dominio propio, toma de decisiones, conocen el