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INCLUSIÓN EN LA ESCUELA
RESUMEN
Una de las situaciones que en la actualidad sigue siendo una preocupación significativa de
los sistemas educativos es la nueva configuración de la composición del alumnado, dada
por la presencia y constante aumento de estudiantes de origen inmigrante o perteneciente a
culturas minoritarias. Esta preocupación está dada porque por un lado, los fenómenos
migratorios -con la consecuente reagrupación familiar e ingreso de hijas e hijos al sistema
escolar- han demostrado dejar de ser de carácter transitorio para convertirse en un hecho
estructural. Por otro, por las diversas problemáticas que este fenómeno conlleva para la
organización educativa. Aun cuando los distintos gobiernos han probado e implementado
diversas políticas públicas para abordar el fenómeno migratorio en las escuelas e intentar
resolver sus principales dificultades, éstas persisten y en algunas situaciones y contextos se
presentan con aun mayor fuerza, configurándose un panorama muchas veces poco alentador
El aumento de alumnos migrantes en las escuelas está convirtiendo las aulas en una
diversidad étnica, concibiendo diferentes retos para la práctica docente y por ende en el
funcionamiento de las instituciones. En tal sentido, han sido diversos los sistemas
educativos que han puesto de manifiesto los procesos y las estrategias de mediación para
responder a las inquietudes de estos estudiantes razón por la cual, durante los últimos años,
debates internacionales sobre cómo debe entenderse la educación para todos y lo que
significa en diferentes partes del mundo proporcionar una educación básica de calidad, está
llevando a un concepto de inclusión educativa que incorpora la diversidad étnica, cultural,
lingüística y de desarrollo.
Si bien es cierto actualmente, las instituciones educativas son percibidas como un espacio
de experiencia y encuentro de culturas, en la cual la inclusión es una connotación principal,
que juega gran importancia esa es la razón por la que los docentes tienen el reto de ubicar
técnicas y estrategias heterogéneas idóneas para darle respuesta a las necesidades y las
solicitudes de los alumnos que llenan las aulas día a día. Modelos que contemplen, respeten
y potencien, desde la misma, el medio para hacerlo realidad a través de la ruptura de las
rutinas igualitarias y homogeneizadoras, que consideran que todos los estudiantes son
iguales, y el paso a la idea de que cada alumno siempre es diferente de otro. De todo lo
anteriormente expuesto surge interrogante ¿De qué manera puede incluirse en la educación
los niños migrantes respetando su origen étnico?
Para dar respuesta a tal pregunta En virtud de la cual el presente artículo tiene como
propósito identificar la importancia de la inclusión educativa de migrantes en el sistema
educativo, en tal sentido se mostrará un conjunto de reflexiones teóricas respecto al tema;
primeramente se tratará con detenimiento aspectos conceptuales de la diversidad étnica en
el ámbito educativo; luego se explicará la inclusión educativa y la diversidad étnica desde
la óptica de la migración y por último el papel del docente en la inclusión educativa el cual
es fundamental para una educación de calidad eficaz y eficiente.
Asimismo añade el autor mencionado que el término diferencia puede ser comprendido
como una disposición de cualidades individuales (físicas y mentales) que diseñan a la
persona y la hacen que no sea exactamente igual a la otra, es decir, única en su clase. El
término diversidad es el resultado que se obtiene de la diferencia. La diferencia da forma a
la diversidad. Se dice que algo es diverso cuando reúne una progresión de contrastes que le
dan una naturaleza multifacética, ya que relaciona componentes distintivos entre sí. Por
ejemplo, se dice que el entorno escolar es diverso por el hecho de que está compuesto por
estudiantes, educadores, tutores, entre otros.
Ahora bien, es importante tomar en consideración que la aceptación del pluralismo cultural en la
escuela, entendida como la integración del alumnado inmigrante y/o minoritario así como el
respeto a las diferencias, en tanto ejes fundamentales sobre los que pensar y diseñar la atención a
la diversidad, no son suficientes a la hora de abordar y resolver los problemas que el
multiculturalismo produce y visibiliza en la escuela. El hecho de relativizar el centro de gravedad
de los contenidos curriculares y el hecho de promover experiencias de descubrimiento y contacto
cultural, resultan iniciativas insuficientes para garantizar la igualdad de oportunidades en el
ámbito educativo. (Jiménez ,2012).
El trabajo en torno al reconocimiento de las diferencias, si bien supone un logro inicial en tanto
permite al alumnado conocer y reconocer elementos que anteriormente eran ignorados, tiene
como contraparte el contribuir implícitamente a acrecentar la distancia entre el alumnado
perteneciente a diferentes culturas y/o etnias. (Jiménez ,2012).
Llevado a nuestro terreno, los diferentes modelos de gestión de la diversidad cultural en las
escuelas muestran diferentes grados de violencia simbólica con relación a la integración e
inclusión del alumnado inmigrante o perteneciente a culturas minoritarias. (Jiménez ,2012).
Es decir, la escuela a través de los contenidos curriculares abordados -que no es otra cosa
que una proporción de la cultura establecida por el grupo dominante- no sólo no contribuye
a visibilizar mayormente a las culturas minoritarias, distribuyendo de manera más
igualitaria por tanto las oportunidades de participación, de beneficio y éxito, sino que
incluso contribuye a desvalorizarlas en la medida que no se hace un trabajo explícito en
torno a los prejuicios mal fundados que aparecen en sus unidades. La omisión de las
culturas minoritarias desde el punto de vista curricular implica para el alumnado
perteneciente a éstas la renuncia a mantener o continuar el conocimiento de sus culturas
maternas y a desarrollar por tanto el conocimiento de la cultura dominante del país de
acogida. Esta situación, en cierta medida necesaria para una adecuada inclusión social, no
logra articularse armónicamente con lo anterior. Se queda por tanto en el registro de la
imposición cultural que desde el punto de vista simbólico, nuevamente puede ser pensada
como una forma de violencia escolar. (Jiménez ,2012).
El concepto de diversidad cultural nos señala que no todas las culturas son iguales, aunque
presenten los mismos componentes y tienen diferentes formas de exteriorzarse y de
transmitirse, las atención a la diversidad cultural es una respuesta educativa integral, desde
la transversalidad que define un modelo educativo integrador de las diferencias. (Lacomba
2011)
La diversidad cultural en el aula implica desarrollar una metodología intercultural desde la
transversalidad. En la construcción de la interculturalidad tendremos en cuenta el
establecimiento del Canal Empático Intercultural de cuyo desarrollo va a depender del
tratamiento conjunto de lenguas y culturas de origen y acogida y valores comunes.
(Lacomba 2011)
Es más, son muchos los docentes quienes consideran que los conflictos escolares tienen una
vertiente más social que cultural, y que los conflictos que se desarrollan en contextos
educativos caracterizados por una significativa diversidad cultural hunden sus raíces en
problemáticas sociales y familiares más que en cuestiones identitarias o culturales. Leiva (
2011)
integración parte del supuesto de que es necesario “integrar” al alumno “diferente”. Esta
(Dovigo, 2014).
Según la Unicef (2016) una escuela comprometida con la inclusión posee las siguientes
características: todos se sienten acogidos, los estudiantes son valorados por igual, existen
altas expectativas en todos los estudiantes, todos, el personal y los estudiantes, se tratan con
respeto, existe cooperación entre la escuela y las familias, la infraestructura es accesible
para todos los estudiantes.La inclusión educativa es una técnica focal para la consideración
social, una incorporación que, al elevarse por encima de la división convencional
relacionada con la idea de evitación, permite pensar en un modelo formativo abierto y
liberal que comprende la diversidad como una marca natural de la persona como así como a
la vida misma. El cambio en la perspectiva de la educación inclusiva a escala mundial
sugiere cambios generosos en las culturas, mentalidades, estrategias, ofertas y prácticas
instructivas, simplemente restringiendo las grupos de la población para convertirla en un
centro de asociación estándar / transversal y trabajar con sistemas formativos (Ministerio de
Educación, 2013).
Por tanto, para alcanzar una real educación inclusiva, se vuelve central que las
comunidades educativas eliminen o minimicen las barreras que lo limitan, generando
estrategias para que se consideren las diferencias existentes al interior del alumnado diverso
en los procesos de enseñanza aprendizaje, lo cual no se reduce solo a alumnos con
necesidades especiales diagnosticados, sino de origen racial, religioso, entre otros (Paz,
2017).
Según Jiménez (2012) en su sentido más amplio, se considera como el privilegio de los
sujetos el interesarse efectivamente en la existencia de la sociedad basada en la democracia.
Desde el campo educativo es una sugerencia de trabajo que intenta cubrir a las necesidades
formativas de grupos minoritarios que habitualmente han sido exceptuados en el sistema
de la educación formal, por ejemplo, individuos con discapacidades, grupos desarraigados
por el salvajismo, etnias minoritarias y globalmente la Población en circunstancias de
fragilidad.
En tal sentido se convierte en un reto para el sistema educativo de cualquier país no solo
atender sino incluir a estudiantes provenientes de un proceso migratorio; puesto que desde
la opinión de Ramos (2016) el logro de la inclusión educativa conlleva un largo camino por
recorrer. Además, se tienen que superar las múltiples barreras que se presentan en cada país
para lograr una educación inclusiva. Sin embargo, para allanar el camino los organismos
internacionales han ido promulgando normas y declaraciones que respaldan un modelo de
educación inclusiva que atienda a toda la población de acuerdo a sus necesidades y se evite
la discriminación; no obstante esto no ha sido suficiente.
Salas, San Martin, Kong, Thayer y Huepe (2017) la condición de migrante funciona como
categoría social, la cual profundiza y justifica la exclusión social y la discriminación. Ser
hijo de extranjero constituye una herencia de no pertenencia y por tanto de exposición
permanente a la discriminación. Razón por la cual si la escuela se posiciona en una
perspectiva excluyente, no se valida la diversidad de estilos de aprendizajes, y se niega las
particularidades de cada estudiante, como las diferentes culturas a través de los procesos
migratorios, por lo que muchos grupos ingresan a las escuelas como minorías
constituyendo un verdadero choque, al anularse su historia y vitalidad propia, a no ser que
sea una escuela plural y democrática que se abre institucional, organizacional y
curricularmente a las diversas formas culturales, cognitivas y de socialización que
caracterizan a sus estudiantes, docentes y entorno donde se ubica (Poblete, 2015).
En tal sentido la migración arrastra consigo la exclusión tal como lo refiere Matus y Rojas,
(2015) la sociedad históricamente ha desarrollado diferentes formas de exclusión y
segregación desde representaciones de lo normal que delimita aquello esperado tanto en el
desarrollo humano como en sus interacciones, definiendo lo normativo y hegemónico, con
subordinación de aquello que se aleja de dicho ideal, considerándolo como problemático o
desajustado al ser distinto o diferente. Esto último, queda etiquetado como aquello
desviado, prohibido, siendo lo que se excluye, se rechaza, se diagnostica, se discrimina o
que se busca encauzar para que se aproxime a lo adecuado.
Es así, como los principales criterios de inclusión y exclusión están dados por la
interculturalidad, migración, clase social, necesidades educativas especiales y de género,
reflejándose en este núcleo de la sociedad, la escuela, las confrontaciones por esta
inequidad y desigualdad económica, cultural y social.( Paz, 2017). Se agrede a los
estudiantes por su apariencia o personalidad, por el nombre o el apellido, por el
comportamiento, o por nacionalidad. Hay un sistema de relaciones articulado por
agresiones, donde la condición migrante es un rasgo más de los que puede ser objeto de
violencia.
Es importante que, en la inclusión educativa según los autores mencionados, el trabajo del
docente se redimensione y se vuelva a enfocar en la visión hacia el aula, que debe permitir
al estudiante que pueda acceder de manera efectiva y protagónica, al modo de vida desde su
propio mundo y puntos de vista, a la designación de los aparatos y todos los activos
sociales que mejoran su organización y la convierten de manera constante.
En este sentido, en la inclusión educativa los docentes deben tomarse el tiempo que sea
necesario para darse cuenta quienes son sus alumnos, lo cual es una iniciativa fundamental
para comprender a los mismos; esto sugiere el reconocimiento de la heterogeneidad en el
aula y por lo tanto una mediación instructiva que permita visualizar los contrastes y
desequilibrios existentes entre los estudiantes; con la finalidad de establecer términos de
consideración y respeto por la diversidad étnica que hacen vida en la comunidad educativa
debe ser una solidificación constante desde el proceso formativo en el que el docente
cumple un papel fundamental tomando en consideración la técnicas y estrategias para llevar
el proceso de enseñanza - aprendizaje (Fernández, 2012).
Por otro lado, Alegre (2012) propone diez funciones y papeles del docente en la enseñanza
para abordar la diversidad étnica, por ejemplo, diligente, gestor de estrategias innovadoras
, mediador de diferentes circunstancias de aprendizaje en el aula, ser un guía y un
entrenador, avanzar de manera agradable y la aceptación de compañeros, la capacidad de
Transmitir y comunicar, para dar una metodología integral partiendo de las necesidades de
los estudiantes, y mejorar la dinámica dentro del aula de clases.
De las funciones y el papel del docente que se están tratando anteriormente, Castillo (2015)
añade que un maestro (a), en el campo de la educación inclusiva, debe conocer la idea de la
forma de vida en la que está integrado, saber qué implica una escuela diversa, ser integral,
autosuficiente y confiable, darse cuenta de cómo investigar, y dependiendo de estas
capacidades tendrá muchas alternativas para elegir. Un docente con lagunas y vacíos en su
preparación no tendrá la probabilidad de establecer elecciones en la dinámica escolar. En
tal sentido el docente dentro de sus papeles principales debe estar preparado con diversos
atributos como se habló anteriormente para impactar en el cambio requerido respecto a la
inclusión educativa.
Por otro lado es importante hacer mención que en la educación inclusiva, en el quehacer
profesional del docente, surgen circunstancias problemáticas que requieren de nuevas
maneras y formas de atención y actualización para darle respuesta a las mismas; es decir
debe haber una reajuste constante de la manera de llevar la clase. Lo más probable es que
existan impedimentos y vulnerabilidades; sin embargo, si el docente es proactivo,
innovador buscará estrategias pedagógicas integrales que logren potenciar aptitudes y
habilidades en los estudiantes, con el objetivo de que puedan desempeñarse de manera
segura, en la etapa de desarrollo así como en todos sus ámbitos sociales.
Finalmente un papel primordial de gran relevancia del docente se orienta sobre el lenguaje
utilizado con los estudiantes el cual debe adaptarse a estos a pesar de la preparación como
indican Rodríguez, Romeu y Martínez (2012), En el aula y fuera de ella, es vital que el
educador utilice una manera de hablar sencilla que logre el mejoramiento de las
interrelaciones en el aula, lo que sugiere la necesidad de avanzar y garantizar una rica
correspondencia con los alumnos para lograr la comprensión satisfactoria entre estos.
a. Estrategias de aula, que pueden ser de tres tipos (Lanza y Sánchez, 2013):
• Estrategias metacognitivas: son las que ayudan al estudiante a conocer lo que sabe acerca
de la tarea, su dificultad y cómo resolverla.
En este contexto, el objetivo del estudio es analizar las estrategias de adaptación académica
que se vinculan a los migrantes en la ciudad de Arica, Chile, en pleno contexto de frontera.
RESULTADO
En síntesis, podemos afirmar que, a pesar de que existe un desfase entre la teoría y la
práctica de la interculturalidad, y aunque persista cierta idea de compensación educativa en
el concepto de educación intercultural, son cada vez más los profesores que optan por la
interculturalidad como alternativa pedagógica para construir una escuela más optimista y
solidaria. La interculturalidad no tiene por qué centrarse exclusivamente en conocer al otro,
sino en legitimar esa diferencia cultural y aprovecharla educativamente para enriquecer la
convivencia y el aprendizaje cooperativo. Desde nuestro punto de vista, las actividades
interculturales son realmente interculturales en la medida en que responden a un intento
consciente y planificado de aprender a convivir en la diversidad como algo absolutamente
ineludible.
Los estudiantes hijos de migrantes enfrentan entonces una serie de dificultades con las que se
encuentran tanto a nivel idiomático-lingüístico, como a nivel cultural, siendo una de las más
complejas, la situación de discriminación o racismo, que afecta el proceso de escolarización.
Este antecedente podría explicar que aún “gran parte de los establecimientos con alumnado
migrante no ha logrado implementar un enfoque intercultural que supere la etapa del
reconocimiento para trascender la interacción entre todas las culturas” (Hernández, 2016).
Por su parte, la propuesta de la interculturalidad crítica que considera este diseño de modelo
de evaluación, aspira a la construcción de una educación intercultural para todos (Riedemann,
2016),
Teniendo en cuenta los planteamientos anteriores, se estima que para atender a dicha
realidad pluricultural que se hace presente en la escuela, se hace necesario avanzar
hacia una comprensión de la evaluación de los aprendizajes, desde un paradigma
técnico a uno crítico, el cual entiende la evaluación como un diálogo de saberes.
Esto es, en igualdad epistémica entre los agentes involucrados, cuestionar la
pertinencia de los contenidos impuestos por el currículum oficial, y cuestionar también
la educación en su sentido de escolarización, abriendo su significado a otras
instituciones sociales, reconociendo de esta forma que “fuera de la escuela hay
saberes que se van transmitiendo a las nuevas generaciones” (Comboni y Juárez,
2013, p. 18). Nos referimos a igualdad epistémica que permita “generar las
condiciones que emparejen el terreno para que niños y jóvenes negocien y construyan
su identidad con mayor libertad. En eso consiste unos de los retos de la educación
intercultural” (Comboni y Juárez, 2013, p. 22).
La evaluación de los aprendizajes desde un enfoque intercultural se concibe como
una acción que está atravesada por la crítica, el debate, el análisis y la reflexión,
apoyada en evidencias de la realidad.
CONCLUSIONES
El éxito de la inclusión del alumnado inmigrante en los centros educativos de nuestro país
depende en buena medida de las actitudes y los comportamientos que se desarrollen en el
aula y en el centro escolar en su conjunto por parte de alumnado, familias y profesorado, y
en este caso, el papel del profesorado como agentes dinamizadores de la educación
intercultural es trascendental. Ya ha pasado la época de la moda intercultural, y ya hoy las
escuelas ofrecen recursos más o menos eficaces de compensación educativa y de apoyo a
las dificultades lingüísticas en el caso de los alumnos inmigrantes no hispanoparlantes. El
reto de la inclusión del alumnado inmigrante pertenecía y pertenece al ámbito de la
atención a la diversidad cultural del alumnado, pero la educación intercultural va más allá,
tiene que ver con la construcción de la convivencia y la promoción de la participación y la
innovación curricular y comunitaria
Hay tanto una evolución conceptual y procedimental que se observa con nitidez al analizar
el pensamiento pedagógico y la propia práctica educativa intercultural del profesorado. Así
pues, si tendríamos que decantarnos por defender una opción plantearíamos la necesidad de
obviar dogmatismos y discursos retóricos, y sí seríamos comprensivos con las múltiples
responsabilidades y funciones que tienen los docentes del siglo XXI. Esto no implica la
renuncia a una perspectiva de indagación crítica en la interculturalidad, sino aceptar y
comprender que la educación intercultural debe avanzar por los caminos trazados por
equipos creativos de docentes preocupados y ocupados en aprovechar la diversidad cultural
como un factor prioritario del curriculum y de la práctica docente, partiendo siempre de
pequeñas acciones que vayan afianzando nuevas estrategias e innovaciones didácticas.
Lógicamente esto supone abrirse a una perspectiva inclusiva y holística que aglutine lo
positivo de las diferentes miradas educativas interculturales de los docentes con el objetivo
de ir construyendo la interculturalidad en la escuela de manera eminentemente práctica, sin
caer en activismos ni en posicionamientos idealizados, y sí en acciones educativas que
fomenten el intercambio, la participación, el aprendizaje compartido, la innovación
curricular y, sobre todo, la mejora de la convivencia escolar.
11. Salas, N., Castillo, D., San Martín, C., Kong, F., Thayer, E., & Huepe, D. (2017).
Inmigración en la escuela: caracterización del prejuicio hacia escolares migrantes en
Chile. Universitas Psychologica, 16(5), 1-15. https://doi.org/
10.11144/Javeriana.upsy16-5.iecp
13. Schwartz, S. J., Kim, S. Y., Whitbourne, S. K., Zamboanga, B. L., Weisskirch, R.
S., Forthun, L. F., & Luyckx, K. (2013). Converging identities: Dimensions of
acculturation and personal identity status among immigrant college students.
Cultural Diversity and Ethnic Minority Psychology, 19(2), 155-165.
18. Lacomba , J.( Mayo de 2011) Interculturalidad y diversidad cultural en los centros
educativos. En Borrero, R., Gutiérrez, P. y Yuste, R. (coord.), Diversidad cultural y
Escuela. El desarrollo de la Competencia Intercultural. Simposio llevado a cabo en
Badajoz, Universidad de Extremadura.