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Desarrollo emocional en la infancia

niña columpio

Las emociones nos acompañan en nuestro día a día siendo el soporte fundamental de nuestras
relaciones y del conocimiento de nosotros mismos. Saber cómo se lleva a cabo el desarrollo
emocional en los primeros años de nuestra vida es primordial para comprender y educar a los
niños en su bienestar. Hablemos sobre ello.

¿Qué es el desarrollo emocional?

El desarrollo emocional es un concepto complejo que implica un gran número de aspectos


como el surgimiento de las emociones, su expresión, toma de conciencia y regulación tanto en
los demás como en nosotros mismos. Además, este proceso va ligado a su vez tanto al
desarrollo cognitivo como social retroalimentándose entre ellos con gran fuerza, junto al
desarrollo del lenguaje.

Si preguntamos a los padres si sus bebés experimentan emociones seguramente nos den una
respuesta afirmativa, no cabe duda. Pero ¿cómo se produce realmente el proceso de
desarrollo emocional en los niños?

Los niños experimentan sensaciones ligadas a aspectos elementales y primitivos desde su


nacimiento. De modo que el mundo del recién nacido se basa en parámetros emocionales muy
primarios fundamentados por sus necesidades y acciones básicas. Solo con el paso del tiempo
y gracias a la interacción con el entorno se podrá ir dando forma al gran abanico emocional
que todos tenemos.

Aunque aun no se ha llegado a establecer con exactitud cuáles son los momentos exactos en
los que aparecen los diferentes tipos de emociones, todo parece indicar que es los 10 meses
cuando los niños muestran toda la gama de emociones básicas comúnmente conocida: alegría,
miedo, tristeza, ira, sorpresa y asco, las cuales se van desarrollando progresivamente según su
maduración cerebral. No obstante, conviene indicar que esto puede varias dependiendo de la
aparición de circunstancias especiales según los investigadores.
Además, a nivel de expresión emocional si bien es cierto que los bebés muestran diferentes
tipos de expresiones faciales como de interés, asco o malestar, estas no tienen porqué ser
adecuadas a la situación o estímulo que las provoca. Pero sí es importante destacar el valor de
comunicación que conllevan destacándose como señales que regulan las conductas de las
figuras de apego para satisfacer las necesidades infantiles. Por ejemplo, el llanto además de
expresar malestar atrae a los padres para que alimenten al bebé, le hagan compañía o
intenten eliminar la causa de su dolor.

No es hasta los 2 meses cuando los bebés aprenden a diferenciar expresiones emocionales,
aunque no respondan necesariamente al significado emocional estas. Sin embargo, entre el
cuarto y el séptimo mes, ya sí son capaces de asociarlo.

Así, con el crecimiento las emociones se van socializando, a la vez que se potencia su expresión
y van surgiendo emociones más complejas como el orgullo a los 24 meses o la culpa y la
envidia entre los 3 y 4 años.

La etapa del juego simbólico

Uno de los acontecimientos más importantes relacionados con el desarrollo emocional es


cuando los niños adquieren la capacidad de juego simbólico alrededor de los 2 años, ya que es
cuando aprenden a representar tanto los propios estados emocionales como los ajenos. Es
decir, el niño ya es capaz de comprender que el otro es diferente de sí mismo y puede
comenzar a ponerse en su lugar siendo el soporte para el desarrollo de la capacidad de
empatía.

El vínculo de apego

Los niños presentan desde su nacimiento la necesidad de ser sostenidos emocionalmente por
otros y fruto de ello, encontramos su predisposición innata para la construcción del vínculo de
apego. El nexo de unión entre el bebé y su cuidador a través del cual sentirse seguro y
protegido cuando se produce de manera sana, libre de rechazos y conductas ambivalentes.

Además, como afirma López (1997) es la relación de apego la que provee las oportunidades
para comenzar a empatizar, ya que se configura como el contexto privilegiado donde los bebés
pueden aprender a expresar, interpretar y compartir emociones a través de las diferentes
interacciones con su cuidador principal y que influirá en el establecimiento de las relaciones
futuras.

La importancia de la educación emocional

Pero no solo es importante conocer cómo es el proceso de desarrollo emocional sino también
cómo podemos contribuir a mejorarlo para facilitar a los niños la gestión de sus propias
emociones y que se conviertan en un futuro en adultos alfabetizados emocionalmente.
En la actualidad, el resurgir de la investigación sobre las emociones ha permitido profundizar
en su desarrollo y funcionalidad para ofrecer nuevas perspectivas en el ámbito educativo,
siendo una de ellas la educación emocional.

Esta nueva y revolucionaria disciplina es definida por Rafael Bisquerra como “un proceso
educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias
emocionales como elemento esencial del desarrollo humano, con objeto de capacitarle para la
vida y con la finalidad de aumentar el bienestar personal y social“.

Su aplicación es muy variada y se adapta a todas las edades, siguiendo una metodología
práctica por ejemplo a través del juego en el caso de los niños y con temáticas dirigidas a
favorecer las competencias emocionales tales como la inteligencia emocional, la identificación
y gestión de emociones en uno mismo y en los demás, entre otras.

Así, la educación emocional emerge como afirma Bisquerra una educación para la vida con el
objetivo de posibilitar un mayor bienestar emocional que redunda en un mayor bienestar
social. Las etapas del desarrollo emocional del niño

• Síndrome metabólico en niños

Las emociones de los niños, a medida que estos van creciendo, van surgiendo de manera
progresiva, pues está programado biológicamente. Conforme se produce el desarrollo
cognitivo del pequeño, este toma conciencia de sus emociones y la de los demás. En el
desarrollo emocional del niño juega también un papel importante la autoestima.

Dependiendo de cómo se desarrolle su autoestima, sus sentimientos serán unos u otros,


ilusión, orgullo, vergüenza, etc. La vergüenza tiene una función importante en la regulación de
sus emociones. Esta es la que pone límites a sus actuaciones en algunas ocasiones, es un
sentimiento represor.

Los niños son capaces de distinguir y expresar desde los 3 meses de edad emociones como la
alegría, miedo, ira, sorpresa, tristeza y desagrado.

A continuación vamos a ver cuáles son las etapas del desarrollo emocional del niño. De esta
manera podréis tener más claro cómo evolucionan las emociones en vuestros pequeños.

Etapas del desarrollo emocional del niño


Desde los 0 a los 3 meses

Los bebés recién nacidos poseen las llamadas emociones de supervivencia que son el llanto,
interés y disgusto.

Al mes de vida son capaces de reconocer en los demás emociones como la alegría y el enfado.

En torno a los 3 meses, aparece la sonrisa social, que estimula a los adultos a que interactúen
con él. Con el paso del tiempo esa sonrisa es más específica y la utiliza más con sus padres o
cuidadores. Aparece el susto o sobresaltos ante estímulos bruscos.

Desde los 4 a los 8 meses

En el cuarto mes comienza a reír cuando toca sus juguetes y sabe diferenciar entre un gesto de
enfado y el de tristeza.

En el quinto mes empieza a desarrollar el interés hacia otros estímulos que lo rodean. Aparece
la sorpresa cuando espera una sonrisa y observa una cara de enfado.

En el sexto mes, el bebé se excita dando muestras de alegría, chilla, ríe cuando se juega con él.
Comienza a tener reacciones de asombro.

En el séptimo mes, cuando se enfrenta a estímulos desconocidos o inesperados, el niño


muestra ansiedad. Saben distinguir una emoción positiva y negativa.

En el octavo mes aparece el miedo y la culpa.

Desde el primer año hasta los 3 años

En el primer año, desarrolla habilidades empáticas. Puede ponerse a llorar cuando ve a otro
niño llorar. Comienza a inhibir sus emociones y supera pequeñas situaciones de miedo.

A los dos años el niño puede imitar la expresión facial de emociones básicas (rabia, alegría,
tristeza, sorpresa, asco, sorpresa).

A los tres años es capaz de distinguir a las personas por su relación emocional con ellas: con las
que juega, lo alimentan, lo pasean, etc.

Desde los 4 a los 6 años

En torno a los 4 años, el lenguaje jugará un papel importante. Gracias a este, el niño será capaz
de comprender la realidad, comunicar experiencias y expresar sentimientos.

Es a partir de esta edad cuando se desarrolla la conciencia emocional. Ésta le ayudará a tomar
conciencia de lo que siente y el porqué lo siente. Si tiene vivencias agradables mostrará
seguridad.

Otro de los hitos importantes en el desarrollo emocional del niño es la regulación emocional.
Ésta será una de las más importantes de esta etapa, y para su desarrollo utilizará el juego
simbólico. Este juego es una especie de descarga emocional. El pequeño puede adoptar
distintos roles, así como estados emocionales diferentes al suyo.
En torno a los 6 años, los niños dejan el egocentrismo y comienzan a desarrollar la relación
entre sus iguales. Conforme aumenta su mundo social, crece la intensidad y la complejidad de
sus emociones.

De los 6 a los 9 años

A los 6 años los niños se enfadan por razones más maduras. Ya perciben las injusticias, las
criticas, incomprensión incluso el sentirse rechazados.

Comienzan a relacionarse más con los niños y niñas. Surgen más experiencias afectivas.
Aprenden a auto controlar su expresión emocional

Alrededor de los 9 años, los niños se vuelven más reservados en expresar sus emociones y son
capaces de entender sus sentimientos y los de los demás.

La amistad cambia y valoran la confianza y la colaboración.

De los 12 años en adelante

Esta etapa se caracteriza por que comienzan a experimentar sentimientos contradictorios


(amor-odio, soledad-compañía). Se hacen todavía más reservados con respecto a sus
emociones y la expresión de ellas. Comienzan a tener sentimientos que no habían
experimentado antes, como el amor. En este período la amistad está basada en la intimidad.

Hasta aquí las etapas del desarrollo emocional del niño. Seguro que hay cosas que no sabíais. A
partir de ahora será más fácil entender a vuestros niños y ayudarlos a expresar y regular sus
emociones.

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