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Pedagogía I – Curso 2019.

Ficha para abordar el pensamiento de Simón Rodríguez.


Comisión de prácticos de los sábados.
Prof. Virginia Todone.

Las locuras de Simón


Eduardo Galeano
Hoy nació en Caracas, en 1769, Simón Rodríguez.
La Iglesia lo bautizó como párvulo expósito, hijo de nadie, pero fue el más cuerdo hijo de la América hispánica.
En castigo de su cordura, lo llamaban El Loco. Él decía que nuestros países no son libres, aunque tengan himno
y bandera, porque libres son quienes crean, no quienes copian, y libres son quienes piensan, no quienes
obedecen. Enseñar, decía El Loco, es enseñar a dudar.
En «Los hijos de los días», 2012.

¿Por qué leer a Simón Rodríguez en Pedagogía I?

En primer lugar porque queremos ampliar nuestra mirada sobre las ideas pedagógicas. Reconocemos
lo fundante que han sido las tradiciones del pensamiento pedagógico europeo y anglosajón para la
construcción de nuestro campo disciplinar. Así como también reconocemos en esa matriz los
elementos sobre los cuales se han fundado nuestras maneras de hacer y de concebir las funciones de
la educación (que la modernidad encierra en la escuela). Nuestras matrices de pensamiento están
fuertemente marcadas por esa racionalidad, esas formas de ver el mundo, de concebir al sujeto, el
progreso social, la realización personal y colectiva, de entender incluso el rol del sujeto en la
construcción de la historia y hasta el sentido propio de la vida. Así, no podemos desconocer la fuerza
de conceptos como Razón, Sujeto, Progreso, Ciudadanía, Igualdad, Verdad, etc., en la configuración
de nuestras sociedades, y nuestras maneras de leer la realidad social-educativa y sus procesos.

Nos configuró una educación que utiliza a la razón, a la actividad cognitivo-intelectual como motor
principal en el acceso al conocimiento, dejando afuera sentimientos y emociones; una escuela que se
estructura alrededor de un conocimiento considerado como neutral y el único válido a ser
transmitido para la formación del ciudadano; un ciudadano que se define por el acceso a la cultura
escolar; una cultura escolar que ordena a la sociedad y disciplina a los sujetos considerados en su
uniformidad; un sistema educativo que forma para que los sujetos de los diferentes grupos sociales
puedan acomodarse y adaptarse al orden social en función del lugar que le toque ocupar; un sujeto
que mientas está “en proceso de formación” debe permanecer con actitud de receptor del
conocimiento, que más tarde lo habilitará para actuar; un sistema educativo que es causa del
progreso social; una universalidad de la educación destinada a un “todos” que es resultado de definir
previamente qué sujetos son los educables; una sociedad que se piensa como la suma de las
individualidades.

La obra de Rodríguez nos permite abordar un pensamiento pedagógico latinoamericano,


contemporáneo de la modernidad Europea, de Kant, Hegel, Marx, Condorcet, Pestalozzi, Herbart,
entre otros. Desarrolla dentro de sus escritos el abordaje de conceptos muy propios de la época,
como igualdad, ciudadanía, razón, progreso, infancia, trabajo, etc., pero desde la perspectiva propia
de alguien que pensó sentidos diferentes para ellos, en función de las características propias de las
repúblicas del continente latinoamericano (que se constituían como colonias dependientes o que
aún estaban en proceso de emancipación de las mismas), con características geopolíticas, culturales
y poblacionales propias, que poco tenían que ver con aquellas que dieron origen a esas mismas ideas
en Europa.

Simón ve la necesidad de CREAR condiciones y procesos particulares en América Latina, que no sean
copias de lo que se daba en Europa. “Inventamos o erramos” se constituye como una de sus frases
más recordadas y repetidas, que hace alusión a la necesidad de poder leer nuestras propias
condiciones como pueblo que se forma a partir de un proceso de conquista, que vive bajo el yugo de
ese conquistador, que impone un lenguaje, costumbres, visiones de mundo y una cultura presentada
como superior respecto a la pre-existente. Se presenta la necesidad de pensar por y para nosotros
mismos: “La imitación es parte de la importación de ideas. ¿Importar ideas? ¿O que las ideas
importen? “Traer Ideas Coloniales a las Colonias!... es un Extraño antojo. ¿Estamos tratando de
quemar las que tenemos?” (Rodríguez, Tomo I, 1988:345). Como podemos ver, Rodríguez desarrolla
un pensamiento crítico sobre la educación, la sociedad, la cultura, y las relaciones entre ellas.

Vale la pena recordar que este pensamiento crítico a las fuerzas colonizadoras no es todo el
pensamiento latinoamericano, ni tampoco el que logra imponerse, más bien al contrario. Sin ir más
lejos, Sarmiento (1811-1888), aunque un poco más joven fue contemporáneo de Rodríguez. Sin
embargo sus ideas de pueblo, soberanía, sujeto educable, igualdad, educación popular, etc., distaban
mucho de las sostenidas por el maestro venezolano. Sin embargo reconocer las tramas a partir de las
cuales se fue tejiendo no sólo el pensamiento crítico latinoamericano en torno a la educación, sino
las bases propias de experiencias posteriores, alternativas a la educación dominante en nuestro
continente, es de vital importancia para ubicarnos como pedagogos/as que intentamos desaprender
ciertas lecturas de mundo para aprehender, construir y hacer otras más justas e igualitarias, situadas
en nuestra historia.

Lxs invito a ver el siguiente video donde Carla Wainsztok nos ayuda a ubicar mejor el pensamiento de
Rodríguez dentro de una pedagogía latinoamericana:

https://www.youtube.com/watch?v=HyScqUXv_VQ&t=5s

¿Quién fue Simón Rodríguez?

Nació el 28 de octubre de 1769 en Caracas (Venezuela), y murió el 28 de febrero de 1854 en Paita


(Perú). Fue maestro, y se desempeñó en diferentes países de América Latina y también de Europa.

Dice Walter Koahn respecto a la biografía de Simón: “Fue maestro desde muy joven y también muy
joven fue un político de la educación, hizo política enseñando y pensando la escuela. Fue también
filósofo, con la amplitud que el término significa. Fue un lector y un viajero empedernidos y sus
posturas fueron cambiando a partir de esas lecturas y esos viajes, de ese conocimiento del pueblo
que unas y otros le fueron propiciando. Evidentemente, el primer Rodríguez, el de Caracas, el de las
Reflexiones de 1974 está muy distante del Rodríguez que vuelve a América para hacer la revolución
educativa. Podríamos decir, un poco esquemáticamente y nada más que para intentar dejar las cosas
algo más claras, que hay al menos tres Rodríguez, cada uno ocupando algo así como un tercio de su
vida: el que nace y vive en Caracas, el que anda viajando por América Central, Estados Unidos y
Europa y el que vuelve a América a completar la revolución iniciada por Bolívar” (2013, 24-25).

Fue maestro de Bolívar entre 1792 y 1797, un periodo no muy extenso pero en el que forjaron una
relación estrecha, y a partir del cual Rodríguez se vuelve un gran adherente y defensor de las ideas
bolivarianas, fundamentalmente en cuanto a hacer de América Latina una única patria. “Para Simón
Rodríguez construir la Patria Grande significaba formar ciudadanos, pueblos, y maestros. Toda una
construcción pedagógica. Rodríguez piensa, escribe y sueña con una escuela para todos, desde el Sur.
Y eso puede leerse en toda su obra y especialmente en Sociedades Americanas.

“Pero, para que la igualdad y la emancipación no sea una simple declaración o declamación
Rodríguez decide combinar “economía social, con una educación popular” (Rodríguez; Tomo I,
1988:299). En el Colegio de Latacunga se ha de enseñar: “Castellano y Quichua, Física, Química,
Historia Natural y se establecerán dos fábricas una de loza y otra de vidrio, se crearía una maestranza
de albañilería, carpintería y herrería” (Rodríguez, Tomo II, 1988:34-35) (Wainsztok, 2015, 12-13)”

En el siguiente programa de la serie Maestros de América Latina, emitida por canal Encuentro
podemos encontrar algunos detalles más sobre su vida y sus principales ideas. Es muy recomendable
para comprender desde qué realidades personales y sociales Rodríguez piensa lo que piensa, pasen y
vean:

https://www.youtube.com/watch?v=De7_PqIUKvU&t=636s

Algunos fragmentos de la escritura de Simón Rodríguez (para leer con pausa, detenimiento y
atención)
Sobre la experiencia en el proceso de aprendizaje, y la necesidad de someter a análisis lo que se nos
hace hábito:

¿Qué se pregunta Rodríguez cuando nos dice que nos preguntemos “si nuestros Maestros sabían y…
si SABIAN ENSEÑAR”? ¿Qué entiende él por enseñar? ¿De quién aprendimos lo que aprendimos? Tal
vez ahí hay una punta para empezar a pensar quién nos hizo y de qué estamos hechos.

Y sigue diciendo Simón:


El pensar entonces no es mero trabajo intelectual, se nutre de sentimientos, percepciones e
impresiones… Examinemos las ideas sobre las cuales se edifican, para problematizar entonces las
bases sobre las que están sostenidas.

El texto de Maximiliano Durán.

El autor nos propone adentrarnos en ciertos conceptos del pensamiento de Simón Rodríguez, desde
una perspectiva filosófica en el abordaje reflexivo de los mismos. Desde allí trabaja el concepto de
idea no como abstracción sino como aquello que tiene el poder de materializarse y que podemos
leer en clave política, histórica y subjetiva. En ese sentido, la idea es una operación, se vuelve acción,
se manifiesta en una realidad, no es meramente una noción (en términos de idealidad). Nos propone
pensar la idea de igualdad que sostenía Rodríguez, justamente como un principio, como punto de
partida que se manifiesta en la acción, en las formas de hacer educación, de construir vínculo
pedagógico con lxs niñxs, y no como un posible punto de llegada (concepto sostenido desde la
noción moderna, europea, occidental). Simón nos habla de una igualdad práctica y real, no de una
hipotética y planteada como objetivo inalcanzable.

Les propongo identificar y reconstruir en el texto de Durán los sentidos que Simón Rodríguez le da a
las siguientes categorías:

- Educación popular
- Soberanía
- Pueblo
- Ciudadano
- Universalidad (Quién es el “todos”)

Y luego tratar de establecer una comparación respecto a cómo esos mismos términos son
considerados y abordados desde el pensamiento pedagógico ilustrado (modernidad).

Algo más del pensamiento de Simón:

“Donde muchos piensan igual, nadie piensa mucho”

“Sólo la Ignorancia puede perdonar la Contradicción de quejarse de los efectos de la Ignorancia, y


querer que haya ignorancia”

“No puede negarse que es inhumanidad, el privar a un hombre de los conocimientos que necesita
para entenderse con sus semejantes, puesto que, sin ellos, su existencia es precaria y su vida…
miserable. La Instrucción es, para el espíritu, lo que, para el cuerpo, el Pan… [no solo de pan vive el
hombre]: y así como, no se tiene a un hombre muerto de hambre, porque es de poco comer, no se le
ha de condenar a la ignorancia, porque es de pocos alcances.

para entredestruirse

Los hombres no están en el mundo para sino

para entreayudarse”
Bibliografía:

- Durán, M. (2013) “Simón Rodríguez: militante de una idea” En Wainsztok, Carla y otros.
Simón Rodríguez y las pedagogías emancipadoras de Nuestra América. Buenos Aires,
Ediciones del CCC.
- Kohan, W. (2013) El maestro inventor.Simón Rodríguez. Buenos Aires, Miño y Dávila Editores.
- Rodríguez, S. (2015) Sociedades Americanas (1828-1842). Buenos Aires, Editorial Urbanita.
Colección Pedagogías del Sur.
- Wainsztok, C (2015) “Prólogo”. En Rodríguez, S. (2015) Sociedades Americanas (1828-1842)
Buenos Aires, Editorial Urbanita. Colección Pedagogías del Sur.

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