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Comunicación empresarial: tipos,

características y errores comunes


Uno de los componentes fundamentales de
cualquier organización. Veamos sus tipos y
posibles fallos.

Oscar Castillero Mimenza

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Uno de los procesos que permiten que las empresas funcionen. Unsplash.










Vivimos en una sociedad en el que gran parte del mercado laboral está
configurado en base al ámbito empresarial. Sean grandes multinacionales, pymes,
negocios familiares o incluso servicios individuales, todas ellas deben tener en
cuenta que un elemento esencial para su supervivencia es la coherencia en la
organización y la comunicación entre sus partes por tal de aunar esfuerzos y
dirigirse hacia un objetivo común.

En este sentido, podemos afirmar que la comunicación empresarial es uno de


los elementos clave a la hora de que una organización, especialmente si tiene
cierta complejidad, funcione correctamente y pueda adaptarse y sobrevivir. Y es
sobre dicha comunicación sobre lo que vamos a hablar a lo largo de este artículo.

 Artículo relacionado: "Psicología del trabajo y las organizaciones: una


profesión con futuro"

¿Qué es la comunicación empresarial?


Se entiende como comunicación empresarial al conjunto de procesos que lleva a
cabo una empresa o parte de ella con el fin de hacer viajar la información, tanto a
nivel interno entre diferentes los departamentos o puestos de la empresa como si
hablamos de la comunicación de la empresa con el exterior.

Es importante tener en cuenta que por norma general dicha comunicación no


implica solo la capacidad de emitir la información, sino también incluiría el
hecho de recibirla: estamos ante un intercambio mutuo de datos.

Una buena comunicación empresarial favorece que todos los miembros de la


empresa puedan permanecer motivados y que sus acciones puedan ser conocidas,
reduciendo la incertidumbre tanto de trabajadores como de dirigentes con
respecto al estado de la misma. También facilita la interacción y mejora el
clima laboral, además de mejorar la productividad y permitir reaccionar de
forma más óptima ante cualquier eventualidad.

Objetivos generales
Los objetivos que tiene la comunicación empresarial son fácilmente entendibles.
A nivel interno, por un lado permite que se produzca una organización coherente
y se comparta la información y los resultados obtenidos por sus diferentes
departamentos o trabajadores, así como que se pueda generar y transmitir los
objetivos y la visión corporativa de la empresa.

También facilita la comprensión de lo que se espera de cada uno de los


trabajadores, así como el entendimiento de las realidades a las que cada uno de
ellos debe hacer frente. Asimismo se facilita que todos trabajen en una misma
dirección, y que se puedan aprender nuevas formas de llevar a cabo las propias
responsabilidades.

A nivel de comunicación con el exterior, la comunicación empresarial es


imprescindible de cara a contactar con el medio y generar una imagen positiva de
la propia empresa, así como de cara a analizar al público objetivo y valorar sus
necesidades. También permite aprender a atraer a posibles clientes y valorar los
cambios propios de la sociedad dinámica y fluida en la que vivimos, algo
fundamental de cara a prever y afrontar posibles dificultades y poder adaptarse al
medio.

De cara a que la comunicación sea eficiente, es necesario que la propia empresa


cree canales efectivos para ello así como que potencie con sus acciones la
transmisión de la información, generando medios para poder comunicarse y
asimismo trabajando activamente para que no exista la
incertidumbre respecto a qué se pide y se busca dentro de la organización.
Es importante también trabajar aspectos tanto formales como informales, así
como valorar las necesidades y pensamientos de los diferentes trabajadores. La
empatía es también fundamental, así como una buena regulación y planificación
de los mecanismos de comunicación.

 Quizás te interese: "Identidad corporativa: qué es y cómo define a las


organizaciones"

Diferentes tipos de comunicación empresarial


No todas las empresas y organizaciones se comunican de la misma manera, y
existen diferentes tipologías y clasificaciones de comunicación empresarial en
función de diversos criterios.

1. Interna y externa
La primera de ellas es la que establece la distinción entre comunicación interna y
externa, siendo la primera la que se produce entre los diferentes departamentos y
trabajadores de la propia empresa y la segunda la que va dirigida a establecer una
comunicación con el medio.

2. Bidireccional y monodireccional
Asimismo, también podemos encontrar estilos de comunicación empresarial con
mayor o menor nivel de interactividad, pudiéndose encontrar desde la más
habitual comunicación bidireccional en que emisor y receptor interactúan y se
intercambian información hasta la monodireccional en que únicamente se envía
un mensaje, generalmente desde puestos de poder, a un receptor que no tiene
opción a réplica.
3. Ascendente, descendente y horizontal
Dentro de la comunicación empresarial interna de una organización, podemos
encontrar tres grandes tipos en función del punto donde parta la información y la
posición entre el emisor y el receptor de una misma comunicación. Hablamos de
comunicación descendente cuando el acto comunicativo se lleva a cabo desde un
emisor con un cargo mayor que el del receptor.

Cuando es el subordinado el que emite el mensaje hacia su superior, hablaríamos


de comunicación ascendente. En ambos casos estaríamos ante un tipo de
comunicación vertical, es decir, una comunicación en que los sujetos que
mantienen el acto comunicativo tienen una relación de desigualdad en cuanto
a poder (existiendo una jerarquía entre ellos).

El otro gran tipo de comunicación es la comunicación horizontal, que se


establece entre individuos que tienen una misma posición y se encuentran en el
mismo nivel de la jerarquía.

4. Formal e informal
Finalmente, cabe destacar que en la comunicación empresarial nos podemos
encontrar con la existencia de dos diferentes tipos de vías de comunicación: la
formal y la informal. En la primera es en la que suelen tratarse los aspectos
técnicos y vinculados con las tareas en sí, siendo un tipo de comunicación
respetuosa y centrada en la razón y en el objetivo de la empresa.

En la comunicación informal, sin embargo, suelen establecerse comunicaciones


más flexibles y naturales, centradas fundamentalmente en las relaciones
interpersonales y siendo a menudo la que mayor efecto tiene en el bienestar
laboral. Esta última varía en gran medida dependiendo de quien la lleve a cabo y
puede trascender el ámbito laboral, siendo difícilmente controlable por la
organización.

Posibles amenazas para la buena comunicación


El hecho de mantener una comunicación empresarial eficiente es fundamental,
pero no es fácil. Y es que deben tenerse en cuenta la existencia de un elevado
nivel de variabilidad en las situaciones que pueden surgir, así como de la
existencia de malentendidos, malos usos y dificultades en las comunicaciones
propias de una empresa.

1. Falta de consistencia
Uno de los factores que más influye en que la comunicación sea en verdad útil es
la credibilidad del emisor y la consideración que se muestra para con el receptor
del mensaje Un ejemplo de ello puede ser la existencia de disonancias entre lo
que se dice y lo que se hace, no manteniendo los emisores una manera de
actuar coherente con los mensajes emitidos.

Esto último puede suceder en cualquiera de los trabajadores de la empresa,


independientemente de su posición jerárquica o si habla con un superior,
subordinado o alguien en el mismo nivel de la jerarquía, y genera graves
repercusiones tanto para el sujeto (que dependiendo de la situación podría acabar
siendo mal considerado o incluso despedido) como para la organización
(generando menor nivel de confianza en la persona y en caso de tener un cargo
elevado incluso en la organización).

Del mismo modo y por ejemplo en el caso de grandes empresas con una gran
cantidad de departamentos, si existen divergencias entre las figuras de autoridad
o referencia dentro de la empresa probablemente podría generarse una
situación en que el trabajador no sabe realmente qué liderazgo debe seguir,
algo que puede generar frustración y desconfianza.

Asimismo, es necesario tener gran precaución con la interpretabilidad de los


mensajes, pues la existencia de ambivalencia puede hacer que diferentes
departamentos o trabajadores puedan llegar a interpretar cosas opuestas. Lo que
busca la comunicación empresarial es precisamente garantizar una organización
y coherencia interna, por lo que mensajes poco claros y con diversas
interpretaciones pueden provocar la aparición de incertidumbre y dudas para con
los receptores del mensaje.

2. Falta de conexón emocional


Otro de los problemas puede encontrar en la manera en que se produce la
comunicación. Por ejemplo, en algunas organizaciones puede existir una
dificultad para generar una sensación de vinculación a nivel emocional, lo que en
los trabajadores puede generar un menor compromiso y productividad y en los
usuarios una falta de interés y la búsqueda de otras alternativas. Es necesario
valorar que todo lo que se hace, e incluso lo que no, es en el fondo
comunicativo.

Así, no es solo importante el mensaje en sí sino también la manera en que se


transmite: no es lo mismo ni ofrece las mismas sensaciones un email que una
reunión presencial o la búsqueda de un contacto real.

3. No comprender el contexto
También debe valorarse la adecuación a la situación actual y a los avances
sociales, así como a las particularidades de la propia situación. Por ejemplo, en
una sociedad cada vez más globalizada y en el que las nuevas tecnologías
permiten la comunicación inmediata con un amplio número de personas al
mismo tiempo, puede ser necesario analizar e invertir en políticas de
comunicación que tengan en cuenta el poder de las redes sociales y cómo
transmitir correctamente la información deseada, además de valorar el contacto
con posibles clientes de otras regiones del mundo.

Asimismo, también es necesario valorar la propia situación de la empresa de cara


a no emprender más de lo que puedan abarcar, siendo para ello necesario tener en
cuenta la situación del conjunto de la empresa.

Otro problema podría ser el contenido de los mensajes que se emiten: es posible
que aunque existe la comunicación esta no transmita o no haga entender el
contenido que sería necesario transmitir. Es posible que se centre en aspectos
más bien suplementarios y obvien por ejemplo la orientación o los objetivos que
debe tener un puesto determinado, o que den por sentado la existencia de un
conocimiento que nunca se ha explicitado.

4. Aislamiento y falta de comunicación


Finalmente, el problema quizás más importante y que puede extrapolarse de
todos los anteriores es la posibilidad de que no exista una verdadera
comunicación.

El ejemplo más claro es el uso estable y continuado de comunicación


monodireccional, el cual puede generar una situación de estancamiento y una
falta de comprensión de lo que ocurre en la propia organización.
Afortunadamente hoy en día es la menos utilizada precisamente por ser la menos
eficiente y útil.

También es posible que los diferentes puestos no tengan los mecanismos


adecuados para ponerse en contacto aún si sus opiniones fueran a ser
escuchadas, existiendo menores posibilidades de retroalimentación o incluso que
diferentes partes de la empresa no tengan contacto entre sí. Es necesario
estimular dicha interacción de manera activa.

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