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AZCOAGA.

CAP 2 “ONTOGENIA DEL LENGUAJE”

Ontogenia: describe el proceso de desarrollo en el niño, en los primeros estadios de la vida. Se trata de un proceso
librado a sus propias leyes de desarrollo. También el desarrollo del lenguaje es un proceso de carácter biológico,
dotado de leyes internas, con etapas y con los correspondientes indicadores de ellas. Las etapas se superponen
parcialmente entre sí, por lo tanto los ligeros desplazamientos en el tiempo en que ocurren esas etapas no tiene
ningún significado especial.

En el desarrollo del niño se entrelazan dos procesos:


1) La maduración biológica: proceso determinado genéticamente, cuyas pautas se van cumpliendo de modo
inexorable.
2) Los procesos de aprendizaje fisiológico: resultado de la interacción del individuo con su medio; es de carácter
individual.
El órgano que interviene como agente del desarrollo es el cerebro. Las funciones van organizándose gracias a la
intervención del sistema nervioso central, del cerebro y de la corteza cerebral, y del mismo modo la corteza y otras
estructuras del cerebro se organizan en la medida que se ejecutan determinadas funciones. Cada analizador resulta
de los procesos funcionales que lo influyen, del mismo modo que va determinando la ejecución de tales procesos
funcionales.
La instalación de los primeros reflejos condicionados (defensivos, alimenticios y otros) se da a partir de los reflejos
incondicionados. Durante la lactancia van instalándose modalidades más elaboradas de la inhibición interna, pero su
desarrollo siempre es progresivo. Esta paulatina organización de la inhibición interna permite una complicación de la
actividad reflejo condicionada. Gracias a esta creciente complejidad de la actividad reflejo condicionada y de la
inhibición interna, se hace posible la elaboración de los estereotipos, tanto del lenguaje, como de las actividades
gnósicas y práxicas. También se va adquiriendo un avance gradual en los dispositivos básicos de aprendizaje.
Cuando hay factores patógenos, las pautas funcionales de la actividad nerviosa superior se desorganiza y los
dispositivos básicos del aprendizaje, no actúan con justa adecuación a las exigencias adaptativas dando como
consecuencia procesos distorsionados funcionalmente, ya sea en el ámbito de uno o más analizadores o en la
actividad nerviosa superior, dando lugar a comportamientos anormales.

Ahora bien, desde el nacimiento en adelante se distingue una primera etapa de comunicación o nivel pre lingüístico
que se extiende aproximadamente hasta los 12, 15 meses de edad.
En ella, se establecen los primeros recursos comunicativos del niño, en particular con la madre (se puede observar el
papel comunicativo del llanto, cuya entonación, intensidad y ritmo lo hacen portador de diversos mensaje para la
madre). También cumple aquí un importante papel la comunicación gestual y la prosodia en el lenguaje de la madre
para con el lactante; así como su ritmo cardíaco, los latidos.
Esta etapa es prelingüística, ya que es preparatoria para el desarrollo del lenguaje. En este desarrollo, la succión, la
deglución, el grito y el llanto del lactante (principales actividades que intervienen) van complejizándose
paulatinamente hasta formar parte de la función del habla.
En cada una de estas expresiones fisiológicas del recién nacido, intervienen ciertos músculos que se contraen,
generando un mensaje sensorial que llega a la corteza como propiocepción o cinestesia. La coincidencia en el tiempo
de varios mensajes propioceptivos contribuye a elaborar “fórmulas”, es decir combinaciones estables y con cierta
fijeza. Cada contracción muscular va quedando ligada a la precedente, estableciéndose cadenas de actividades
propioceptivo-motoras que van consolidándose. A las aferencias propioceptivas se irán agregando otros tipos de
aferencias como vibratorias, táctiles, a la vez que se irá agregando o excluyendo la contracción de cierto músculo; así
se ampliará el caudal de las fórmulas.
Estos dos aspectos del funcionamiento de las aptitudes fisiológicas son los que van a contribuir al desarrollo de toda
función en lo sucesivo: por una parte la estabilidad que confiere la repetición, y por otro lado la flexibilidad y la
ampliación del repertorio por la variación circunstancial.
En el aspecto sensoperceptivo, el mismo proceso interviene en la creación de las primeras gnosias y praxias (en
particular las praxias orales). En el aspecto psicológico, las primeras reacciones circulares primarias caracterizan esta
etapa.

Comienzo del juego vocal: En la etapa de comunicación prelingüística, hacia el segundo mes de vida, comienza el
juego vocal. Se compone de la repetición incesante y aparentemente sin motivo de sonidos vocales.
El desarrollo del juego vocal se puede vivir en dos etapas:
1°etapa, propioceptiva del juego vocal: Se inicia con emisiones continuas (vocalizaciones) y con sonidos guturales. El
bebé repite cierta emisión o sonido hasta que tropieza con uno nuevo que va a intercalarse con el anterior,
sustituirlo, combinarse con aquel o bien se pierde. Paulatinamente, se generarán nuevos sonidos.
A los dos meses, el niño responde a las incitaciones de la madre, mediante un proceso denominado imitación ; es
decir que responde a los sonidos que la madre realiza, que son propios de esta etapa propioceptiva, moviendo sus
labios y produciendo un sonido similar.
El juego vocal se produce especialmente en los momentos de tranquilidad fisiológica, cuando las necesidades del
niño se encuentran satisfechas y cuando no hay estímulos intensos que lo rodeen.
2° etapa, propioceptiva-auditiva: insensiblemente se entra en esta etapa, que se extiende hasta los 10 u 11 meses (o
más). Se caracteriza por la intervención de las aferencias auditivas, y también por la participación de otros
analizadores, que van a organizar gnosias más complejas. Por otra parte, intervienen en forma gradual nuevos
recursos vocales y gestuales, que permiten al niño una comunicación aceptable con la madre, referida a sus
necesidades más notorias.
Las aferencias auditivas actúan como un reforzador de la actividad del juego vocal y al mismo tiempo van
incorporándose a las síntesis, ya que dan lugar a la regulación de los sonidos que produce el niño.
En este nivel prelingüístico, van adquiriéndose nociones acerca de la propiedad representativa de las palabras: hacia
el segundo semestre aparecen palabras vinculadas a los intereses biológicos del niño, que van a suscitar reacciones
en él. Estas palabras con sentido representativo se denominan “palabra señal”.
Semana a semana se elaboran gnosias y praxias más y más complejas, lo que se evidencia en el reconocimiento de
objetos y en la preferencia por uno y por otro, así como en el perfeccionamiento de la prensión con una y dos manos
y en la adopción de ciertas posiciones.
En cuanto al desarrollo psíquico, hay una marcada selectividad de las actividades afectivas, que ahora diferencian
personas y objetos determinados con relación a otros.

Pasaje del juego vocal al lenguaje: En el segundo semestre, se nota el reforzamiento de los sonidos de la lengua que
se habla en el ambiente; se van excluyendo así todos los sonidos del juego vocal que no forman parte de esa
fonética. En ese reforzamiento interviene el factor significativo de las palabras en relación con los intereses vitales del
niño.
En este proceso también va a actuar la inhibición, haciendo que se supriman todos los sonidos del juego vocal que no
son reforzados. De esta manera, gran cantidad de emisiones son suprimidas por la inhibición diferencial.
Como decíamos previamente, el niño logra primero la comprensión de palabras relacionadas con sus actividades
vitales (alimentación, juego, sueño, la madre); los primeros significados que adquiere por medio de la palabra señal
(que indica una condición representativa, similar a otros estímulos seonsoperceptivos) y de la palabra objeto (refiere
a palabras que forman parte de la comprensión y luego de la elocución del niño, representativas de objetos
concretos), están ligados a sus intereses biológicos. Para su comprensión, son determinantes la entonación, los
gestos, la expresión facial del hablante y el contexto situacional. La adquisición de significados crece impetuosamente
desde el primer año.
Es por la acción reguladora y reforzadora de la lengua que se habla en entorno del niño, que se van transformando
los sonidos del juego vocal en fonemas. En esta etapa, se produce el tránsito de lo innato e incondicionado a lo
aprendido. El juego vocal tiene todas las características y propiedades de lo innato hasta que las influencias fónicas
del ambiente comienzan a transformarlo en actividad fónica. Por eso, los fonemas producidos en esta etapa se
denominan “estereotipos fonemáticos”.
La adquisición de fonemas propiamente dichos es un proceso sujeto a leyes. En todas las lenguas del mundo, la
adquisición del lenguaje en los niños pasa por etapas fonológicas iguales, el orden cronológico relativo a las
adquisiciones fonológicas es, en todas partes, en todos los momentos, el mismo.
-Las 1° emisiones son la vocal /a/ y una consonante oclusiva bilabial, que puede ser nasalizada (1° oposición entre
consonantes) o no.
- La 2° oposición es entre Bilabiales (p) y apicodentales (t) (pueden ser orales o nasalizadas, respectivamente m, n)
- Más tarde aparece la 1° oposición vocálica a la /a/, se le opone la /e/ o la /i/
- Más tarde se establece el sistema de 3 vocales (a -i -u o bien a-i-e)
LA TOTALIDAD DE LOS FONEMAS NO SE ADQUIERE HASTA LOS 3, 4 O INCLUSO 5 AÑOS (dislalias fisiológicas).

2° etapa de comunicación – 1° nivel lingüístico: se extiende desde el primer año de vida hasta aproximadamente los
cinco años. Es uno de los periodos más ricos en el desarrollo del lenguaje.
El sustrato fisiológico está formado por la gradual adquisición de estereotipos fonemáticos, por la ampliación de la
comprensión de significados y por incesantes síntesis en la actividad gnósico-práxica con las actividades del lenguaje.
La adquisición de estereotipos fonemáticos sigue una constante consolidación, y la formación de la palabra resultará
de la actividad fisiológica de combinación (análisis y síntesis) de los estereotipos. Estos constituyen una unidad
fisiológica dotada de estabilidad, que se seguirá reforzando en el futuro por la repetición y por la estimulación
auditiva en palabras con función comunicativa. Ahora se producirán nuevas combinaciones entre estereotipos
fonemáticos correspondientes a nuevas palabras.
En el desarrollo del lenguaje interviene la actividad analítico-sintética de los dos analizadores (cinestésico-motor y
verbal). La inclusión de nuevos estereotipos fonemáticos a continuación de otros exige una actividad de síntesis que
inicialmente es lábil e insegura, y que se va consolidando constantemente por la reiteración. Esta repetición asegura
la continuidad de las aferencias propioceptivas y auditivas del estereotipo, de modo que constituyen ahora nuevas
síntesis entre dos estereotipos fonemáticos iguales, luego entre dos ligeramente diferentes y así sucesivamente. De
manera simultánea, la inhibición diferencial va suprimiendo todo aquello que no es inherente a la palabra como tal, o
sea aquello que no es reforzado. Este proceso de aprendizaje hace que las combinaciones de estereotipos
fonemáticos se estabilicen como estereotipos motores verbales, o sea, el soporte fisiológico de la palabra.
Simultáneamente se va produciendo la incorporación de significados. Los primeros significados tienen todas las
propiedades de las señales de los reflejos condicionados. Estímulos visuales, acústicos, gustativo, combinados en
síntesis especiales (gnosias) pasan a ser sustituidos por una sola señal de tipo verbal. Éste es el tránsito que se da
entre el primer sistema de señales y el segundo (la visión del biberón es una señal que anticipa el acto de
alimentarse; luego hay un estímulo verbal “la papa” que sin necesidad del estímulo visual suscita el mismo tipo de
actividad).
En este estadio hay una generalización primaria de la palabra: una palabra tiene la propiedad de representar una
diversidad de objetos que puedan tener entre sí una relación más o menos circunstancial. Posteriormente, cada
palabra va excluyendo (análisis) significados que no se corresponden con el uso corriente de la lengua, y va
adquiriendo otros que le son propios (síntesis).
Concomitantemente, se produce el paso del estadio sensorio-motor al pensamiento preoperatorio (Piaget).

Etapa del monosílabo intencional: Comienza antes del año y se extiende hasta el año y medio aproximadamente. Los
estereotipos fonemáticos adquieren una función denominativa durante el juego permitiendo la formulación de
deseos y exigencias, combinados con la actividad gestual comunicativa y con entonaciones prosódicas.
En el aspecto psicológico, evoluciona la actividad manipulativa: el niño agarra con su mano y suelta con
intencionalidad, tanto en el juego como en el desarrollo de los primeros hábitos. Esto enriquece la exploración y
permite la interiorización de esquemas de acción cada vez más complejos. Al mismo tiempo alcanza la capacidad de
caminar y se amplía el dominio de la visión. Esto influye en el desarrollo del lenguaje, ampliando tanto su función
comunicativa como la capacidad de comprensión.

Etapa de la palabra frase: Se extiende después del año hasta casi los dos años. Se caracteriza por una ampliación de
los recursos fonológicos que no solo se expresan en la adquisición de nuevos fonemas, sino en la capacidad de
combinación en las sílabas simples y directas, inversas y algunas sílabas complejas. La palabra es utilizada en un
contexto del que se desprende su valor comunicativo: la situación, así como la mímica y la entonación, expresan el
contenido comunicativo. A menudo se trata de fusiones de dos palabras en una, o palabras a las que se le ha
suprimido una sílaba; lo que le confiere el valor de palabra es su uso. La capacidad de atención del niño va en
aumento y se amplía la influencia de distintas formas de inhibición interna.

Etapa de la palabra yuxtapuesta: Es la utilización de dos palabras fusionadas, o coordinadas entre sí, que
paulatinamente se van independizando por la incorporación de nuevas palabras o por su uso aislado. Comienza a
configurarse así una de las primeras gramáticas infantiles, donde hay un vocablo más estable y otros que se van
conectando al primero. La palabra más constante se llama pivote, y las demás, abiertas. Funcionalmente están
ligadas entre si y constituyen una oración.
En el aspecto fonológico se van incorporando sílabas inversas y complejas, aunque no se ha completado el conjunto
de posibilidades fonéticas de la lengua.
Los contenidos semánticos del discurso se relacionan con objetos concretos (palabras-objeto).
Va en progreso la actividad analítico-sintética de los analizadores. Se incrementa la adquisición de gnosias y praxias y
se complejizan las síntesis gnósico-práxicas. Esta actividad fisiológica sirve de sustento al desarrollo de distintos
juegos imitativos, denominado juego simbólico, que prenuncian la capacidad anticipación y de planificación.

La frase simple: Pasados los dos años de edad. La articulación de palabras pivote-abiertas va complejizándose. Hay
mayor similitud con el sistema fonológico propio de los adultos. Incorporan preposiciones, conjunciones, artículos y
declinaciones que dan mayor coherencia a la sintaxis. La semántica corresponde ahora a la de las preposiciones antes
que a las palabras, y al servicio de la comprensión de los significados de las oraciones se agregan las inflexiones de
voz, que confieren al mensaje un alto sentido comunicacional.
Comienza el monólogo infantil durante el juego, que es el comienzo de la interiorización del lenguaje.
En el aspecto psicológico, hay capacidad para establecer relaciones de causalidad que anticipan la inteligencia
intuitiva.

Formación del lenguaje interior


Este período del desarrollo del lenguaje se extiende desde el 1° nivel lingüístico al 2° (desde los 2 o 3 años a los 7 u
8). El lenguaje que emite el niño entre los 2 y los 3 años, tiene el papel de acompañar las actividades del juego y
presenta un eslabonamiento coincidente con esta actividad (soliloquio). Lo más importante, es que tiene la finalidad
de resolver la situación creada. Entre este monólogo externo y el lenguaje interior, se plantea una escasa diferencia.
Lo importante de la formación de lenguaje interno a expensas del lenguaje exterior, está dado por los significados
correspondientes a cada una de las palabras; esto se va a convertir en patrimonio del lenguaje interior. Los
significados pueden entenderse como un complejo de relaciones, denominadas neurosemas. El flujo del lenguaje
interior es un proceso de interconexión de neurosemas, ocasionalmente concretados como estereotipos verbales. La
comprensión del lenguaje requiere de lenguaje interior (codificación - decodificación).
Los estereotipos fonemáticos (EF) resultan del aprendizaje de la fonética de la lengua y los estereotipos motores
verbales (EMV) resultan de la combinación de los estereotipos fonemáticos en palabras. Como resultado del proceso
de desarrollo del lenguaje es posible manejarse con estereotipos verbales (EV), que se asimilan a los significados que
constituyen la esencia del lenguaje.

3° etapa de comunicación – 2° nivel lingüístico: Este período coincide con el ingreso a la escuela y por tanto con el
desarrollo de los procesos de aprendizaje pedagógico. El dominio de todas las funciones lingüísticas se desenvuelve
en el aprendizaje de la escritura y en la transmisión de conocimientos mediante la comunicación verbal; el lenguaje
interior o pensamiento discursivo será un importante coadyuvante en el aprendizaje pedagógico o bien un factor de
perturbación.
Se diferencian dos sub-períodos; lo común en ambos es la integración de los procesos analítico-sintéticos de los
analizadores del lenguaje.
Primera sub-etapa de 5 a 7 años: el lenguaje está integrado de modo similar al de los adultos. Hay un proceso de
ordenación sintáctica de los elementos gramaticales incorporados a su habla y un desarrollo de la comprensión de
los significados, dependiente de la influencia cultural del medio. En el aspecto sintáctico, hay dominio de las
oraciones. En lo semántico, hay un dominio de los adjetivos, adverbios relacionados con distancias, longitudes,
cantidades. Logro de integraciones de espacio y tiempo, movimiento velocidad, cantidad, medida, partes del objeto y
apareamiento y correspondencia, mediante rasgos perceptivos como color, tamaño, que constituyen la capacidad
para la seriación, las clasificaciones y las correspondientes inclusiones en clases.
Segunda sub-etapa de 7 a 12 años: El lenguaje se caracteriza por una mayor ampliación en los aspectos sintácticos y
semánticos. Hay un aumento cuantitativo del vocabulario y dominio de conjunciones y preposiciones. El lenguaje ha
sido completamente interiorizado y el monólogo pasa a ser ocasional. Los agrupamientos y clasificaciones
caracterizan el pensamiento operacional; hay madurez para el aprendizaje de la lectoescritura y del cálculo.

Evolución posterior del desarrollo del lenguaje: el completo dominio del lenguaje como instrumento, la
interiorización y el pasaje de la intuición a la inteligencia formal dan paso al tercer nivel lingüístico a partir de los 12
años. El adolescente ha interiorizado la lógica de las operaciones concretas, es capaz de planificar, analizar y evocar
concatenadamente todos los pasos lógicos de un proceso de pensamiento, que hasta este momento sólo podía
manifestar en la acción. La riqueza de la influencia social es determinante en esta etapa. En el plano fisiológico, se
complejizan los estereotipos gracias a la actividad analítico-sintética de la corteza. En el lenguaje, la organización
sintáctica de los estereotipos motores verbales da lugar a la incorporación de formas mucho más lábiles, constituidas
por las modalidades de articulación de las palabras entre sí. La organización semántica incluye mayor riqueza
conceptual y profundidad en la capacidad comunicativa, lo que depende de la organización de los estereotipos
verbales.

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