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Nuñez Blanca Familia y Discapacidad PDF
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Lugar
Editorial ( 2007). Autora: Blanca Núñez
Capítulo III
Hefesto es un dios del Olimpo que nace con un defecto, es cojo. No es uno de los
grandes dioses olímpico ya que no cumple con el ideal de belleza y perfección de la
divinidad griega. En una de las versiones que existen sobre este dios, es a consecuencia
de su defecto la madre Hera, lo desechó y abandonó arrojándolo del Olimpo. Pudo
sobrevivir ya que lo criaron Tetis y Eurínome.
El propio Hefesto en un canto de la Ilíada relata del siguiente modo el rechazo de que
fue objeto por su madre y el resentimiento hacia ella: “Ella (refiriéndose a Tetis) fue
quien me salvó cuando el sufrimiento me destrozaba, caído a lo lejos. Ésa era la
voluntad de mi madre de cara de perra (el subrayado es nuestro), que quería ocultarme
porque era cojo. Entonces hubiera sufrido en mi corazón pesados dolores si Eurínome y
Tetis no me hubieran recibido en su seno”.
Hefesto se transformará en el dios del fuego y con su fragua fabricará objetos fuertes y
hermosos. O sea, se entrega al trabajo de las manos, cincelar joyas, trabajar el hierro o el
bronce. Fue él quien fabricó el escudo de Aquiles; es el obrero del cetro de Agamenón y
del broquel de Diomedes. Es un Dios artesano de vigorosos brazos que aprendió el arte
de la herrería y la orfebrería. Toda la fuerza de Hefesto la tiene en las manos, en los
brazos, en la parte superior del cuerpo.
Podríamos interpretar estas habilidades del dios como un intento compensatorio de su
defecto y rechazo materno. “Venga esta lisiadura con éxitos incomparables a sus
empresas industriosas y amorosas”
En una oportunidad Hefesto envió a su madre un espléndido trono de oro. Ella
encantada con el regalo se apresuró a sentarse en él. Pero ese trono era tal que, cuando
quiso levantarse, no pudo hacerlo: estaba sujeta por invisibles lazos.
Podríamos interpretar ese regalo como un intento del hijo de búsqueda de la valoración
y reconocimiento materno del cual había carecido, hay una exigencia de esta aceptación
para lo cual la atrapa en el sillón y solamente la libera del asiento fatal, moviendo el
resorte secreto, cuando ella lo acepta.
En la Ilíada este dios es hijo de Zeus y Hera, pero es un dios inferior con defectos, es
como si diera a entender que los hijos de esposos que no se aman no pueden tener las
cualidades de los hijos del amor.
En la Teogonía es hijo solamente de Hera Es un hijo de la “cólera” y del odio de Hera
contra Zeus ya que su marido había concebido solo a Atenea (su hija preferida) “salió
completamente armada del cráneo de Zeus”. Ante este hecho Hera concibió sola a
Hefesto “sin unión de amor, por cólera y desafío lanzado al esposo”.
El poeta parece querer significar en esta versión que la mujer sola no puede dar al
mundo sino un monstruo o un ser cojo e incompleto; el odio es estéril; únicamente el
amor y la armonía engendran la belleza.
- El momento del ciclo vital por el cual está atravesando la familia. ¿La familia está
recién constituida?, ¿se trata del primer hijo o hay otros hijos sanos anteriores?
¿hubo un largo período previo de espera de este hijo?, ¿está atravesando la
adolescencia del hijo cuando éste queda con la discapacidad?
Cuando el hijo discapacitado es el primero, la pareja debe afrontar dos situaciones
nuevas: por un lado, el hecho común a otras parejas de pasar de una situación de dos
a la inclusión de un tercero, que implica el tener que comenzar a asumir un rol
nuevo que es el rol parental. Por otro lado, los progenitores se enfrentan a un déficit
que pone en cuestionamiento sus posibilidades de gestar juntos algo sano.
Cuando hay otros hijos sanos anteriores la situación es distinta. En ese caso, el
proceso de adaptación a la discapacidad abarca a todo el grupo familiar y no
solamente a la pareja parental.
La aparición de una discapacidad o una enfermedad del hijo en las etapas de
cambios evolutivos en el ciclo vital familiar puede tener mayor efecto negativo.
- El lugar asignado al hijo. ¿Había un lugar asignado para él? Sabemos que todo
hijo tiene un lugar asignado de acuerdo a las características de cada pareja y al
sistema de parentesco al que responden. Hay un lugar preparado de antemano,
preexistente, armado desde afuera por la fantasía parental. Es lo pensado, lo
deseado. Sobre ese hijo pesan valores, creencias, ideologías propias de la familia y
de la cultura a la que pertenece; sobre él se depositan también expectativas, deseos,
esperanzas.
En función a cuál sea ese lugar asignado de antemano para el hijo que tiene la
discapacidad habrá que tramitar una serie ajustes y acomodaciones, que a veces se
logran y otras veces se traban.
En muchas circunstancias el hijo que va nacer, o que nace, no tiene un lugar
asignado donde alojarse en la estructura familiar, falta el deseo del hijo por parte de
la pareja parental. Sabemos que el tema de la filiación es de capital importancia ya
que funciona como uno de los puntos de partida de la estructuración psíquica y
cuando está dificultado, por diferentes razones, puede traer severas consecuencias
psíquicas para ese psiquismo en formación. Más aun cuando el hijo tiene algún tipo
de deficiencia o enfermedad.
-El grado de discrepancia entre el hijo deseado y el hijo real. Cuanto mayores
hayan sido las expectativas, deseos, ilusiones y esperanzas proyectadas en el hijo,
más difícil será la aceptación de la deficiencia.
-El nivel social, económico y cultural de la familia. Hemos hallado que las
familias de clase baja se enfrentan a la crisis con una actitud de mayor resignación,
de sometimiento a los dictámenes de Dios o del destino, una prueba más que deben
afrontar. Tal vez haya en ellas un nivel de expectativas menor depositado en el hijo,
lo que lleva a aceptarlo más fácilmente con su déficit, están menos sometidas a
presiones sociales, etc.
Las familias de clase media o alta y con nivel cultural más elevado, tienen procesos
de duelo más complejos debido, entre otras cosas, a la gran frustración ante el alto
nivel de expectativas y deseos depositados en el hijo, a una herida narcisista más
intensa, un medio que los rodea más competitivo, etc.
-Las creencias. Creencias religiosas de las familias pueden ser una fuente
importante de apoyo para los padres y una ayuda para afrontar la situación y las
preocupaciones de cada día. También como resultado de estas creencias la familia
podrá sentir la deficiencia de niño como una forma de castigo o premio que Dios le
envía, un regalo del cielo a padres especiales.
Por otro lado, las familias que forman parte de organizaciones religiosas pueden
contar con apoyo emocional o social, los feligreses crean lazos que permite a estas
familias estar integrados sintiendo que forman parte de una gran familia.
Las creencias de la familia, en especial las que tiene que ver con la salud y la
enfermedad, determinan profundamente cómo la familia significa la deficiencia, la
capacidad de respuesta y la adaptación familiar a la situación que les ha tocado vivir.
Las creencias de la familia se comportan como un patrón para la creación de
significados a la discapacidad. Muchas creencias optimizan la capacidad de
respuesta y adaptación, otras, por el contrario, son fuentes de culpa, vergüenza,
culpabilización a otros, etc.
b) Entrevista/s posteriores
Bibliografía: