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4 J., r,. n- :)., e¡ O
El desnutrido escolar
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ÍNDICE
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Esta tirada de 500 ejemplares se terminó <le imprirnir en Abnl <le 2003 CONCLUSIONES A MODO DE SÍNTESIS 119
en GEA - Gr.upo Editor Altamira
Santa Magdalena 635 · Ciudad de Buenos Aires · Argentina
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PRÓLOGO I
A Elbio Blaes, por s11 ética solidaria toda su producción, adelanta aspectos muy importantes de la mis- :l:i1
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de c_¡ue es necesario ubicar/situar a los niños que presentan esta La Ps. Rosbaco ha Jle,·aJo a cabo una experiencia im·csrigatÍ\':l
sintomatología en el interior de las cadenas significantes ,(
Yaliosa y una lectura intcligenk del riesgo escolar t¡ue aphsta a
socioculturales, a fin de generar condiciones subjeti\'as impres- los ni11os que Yi,·en en contextos urbanos muy pobres y ofrece 11
cindibles para poder superar las situaciones que los colocan en una nueva perspectiva para la comprensión y explicación de cst".1 1(
posición de "riesgo escolar" y los conducen al fracaso escolar. situación, así como_ lineamientos para poder pensar orrns cstrate-
En su estudio del barrio de la ciudad de San Lorenzo -donc.k (rias socioinstituciortales para su superación.
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reali:tó su investigación- c_lcstaca el drama de una cotidianidad des-
organi:tada por los cambios económicos, cu)·as consecuencias sus Rmíl 1'lt11io I(~mo 1
habitantes no alcanrnn a comprender ni a explicarse y sólo pue- Rosario, septir1JJlm de ! 999.
den alzar una queja dolorosa c_1ue la ''sordera política" impide es-
cuchar e inten·enir p~1ra construir soluciones.
Al analizar la situación de los sectores marginales -o pobres
estructurales- ~- los sectores en proceso de pauperización -o nue-
WJS pobres- y sus consecuencias en la escolarización de los niños,
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PRÓLOGO II
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no reconocidos, indiscriminación en la fratria, carencias lxísicas de 1 INTRODUCCIÓN
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energía libiclinal para su sostén y asistencia). l
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sem11dit1io qm se tjecttÍa por AMOR_y 110 sin
1io11mnte reprit11ido (Seminario, 1989).
1111 Í!llenso ]ERROR posle- !l
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Hacia allí dirige su deseo.
El placer d~ pmsar sólo. es posible si elpensallliento pmrle apottar la pmeba Sin embargo, durante el transcurso de' nuestr9 trabajo hemos
de que 110 es la simple rpt'lición de lfll)'tl pensado. (Piera Aulagnier, 1977) tenido que revisar este s~1puesto. Los niños que suponíamos (1ue ,,
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tenían problemas de aprendizaje reactivos presentaban caracterís- El seguimiento de los niüos, las entrevistas a maestras ,. h,
ticas diferentes a las enunciadas, lo que hizo girar la brújula de observaciones que hemos realizado en las escuelas, nos ha1~ lk-
nuestra investigación hacia desfiladeros poco conocidos por no- vado a interpret'1r que cüando la función docente ejerce una ,·i< 1_
sotros. Esto nos lle,·ó a reconsiderar la categoría de problemas de lencia secundaria extrema se pueden llegar a producir situ:1cionl's
aprendizaje reactivos, circunscribiéndola a un grupo de ni11os que no deseadas para los niños.
no eran representativos de la muestra .seleccionada. Aquellos ni- Por ejemplo, éstos pueden encontrarse amenazados en su sub-
ños de nuestra población, pertenecientes a sectores sociales de jetividad cuando se los desc~üifica o se les prohibe pautas o con-
pobreza extrema, parecían responder a otras características que ductas propias del grupo de origen (que no siempre es el de los
las anteriormente mencionadas que, no por ello, la realidad dejaba docentes); cuando se desestima las costumbres y creencias y se
de tener efectos sobre su psic.1uismo. les impone un lenguaje diferente al que traen (olvidándose de que
~ se trata de un proceso que como tal impJjca tiempo de espera),
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¿los bombones~objetos de la coti'dianidad de estos
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· . ~, 1• amenazados de expuisión por sus dificultades. en el aprendizaje
en el circuito escolar.
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_;) Cunstruir un dispositin> grupal para anali~ar y trabajar los obs- nicipalcs corno de «alto riesgo sociah,. También trabajamos con
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tj t:iculos subjetin)s que operan en los niños c¡ue no aprenden. ni11ns pertenecientes a la cate~oría de «pobres estructurales» con (
problemas de aprendizaje.
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l ·'.stns objeti\'OS, a su vez, ayudaron a profundizar algunos Resultó interesante el trnb.1jo comparativo entre estos niños y
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interrogantes tiue nos plantéabamos en el proyecto, a saber: otros c¡uc se caracterizaban p()r ser alumnos exitosos .
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¿Cúalcs son los mecanismos subjcti\'C)S y objcti\'os para c¡uc un Se realizaron numerosas nbsen·aciones de las viviendas de
jlj nii'io socialmente carenciado no aprencb? los niños, del barrio ~- de su~ instituciones principales junto con
¿Cúalcs son las funciones y operaciones psfr¡uicas c¡ue posibili- entre\·is tas a doccn tes, directi\'C>S y personal del dispensario. 13
tan la instalación del proceso _sccundario? 12 Compartirnos el C()nsultorio con la pediatra del dispensario
¿Qué Yiscisitudes tuvo el proceso sublimatorio en estos niños? del barrio que nos sir\'ÍÓ para observar la relación ele las madres
¿y el proyecto idcntificatorio? con sus hijos y escuchar los discursos de estas madres con rela-
'
¿Ccímo se articulan las funciones materna y paterna con el apren-
dizaje singular de cada nií'í.o?
! ción al no aprender de sus hiju~.
Por otro lado, arm:1mos grupos de madres de los nmos con
¿Cómo incide la violencia secundaria necesaria en aras de la ii problemas de aprcndiz;ije. Se les brindó un espacio para que éstas
constitución de un sujeto social con relación con la construc- ! pudieran hablar sobre sus temores, sus angustias en relación con
ci<'m del conocimiento y de la subjeti\·idacl? i ese hijo con problemJs ele aprendizaje, sus representaciones so-
¿Qué consecuencias psíquicas acarrea el no aprender?
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ciales y sus cxpectati\'aS al re~pectu. 1~
Descartamos a los nii1os con problemas neurológicos scyeros
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El seguimiento de los casos indíviduales fue ábordado con el
método clinico-psicoanalítico. Por otro lado, dcséabamos i:ccons-
1 orden si1JJbólico qm estabie(e !flla l.'.'tel'tl rl(fi11ició11 de 11 alidad de lo St~~l't/do,
1
del 1111irerso qm j1111rla, .i!JÚrt: basr:.i de-sco11otidt1.r, 1111 t"os1110J en el mal se estcí
truir las representaciones de los diferentes sujetos sociales ( maes-
1 ohl{~ado a pa11icipr!1: .. >' ,Los COl(ilidos dr las sorifdades pueden ser leídos '(
tras, padres, niños) acerca del no aprender, a través de la búsl¡uecb como las disp11tm sohre ;,;s certezas o el 1'{~iJ1Je11 de rerdad rle la sociedad, los
de sentido ele las significaciones del no. aprender c¡ue q11t·da al tipos de discm:ro q11e éste t1<'tj>lt1_l' lx1,eji111áo11ar co1110 !'erdarlero.r, los mecanis-
111(//;~m de la mcionalidad conceplllal (Jrene Vascilaschi de Giardino 111os_)' las institNcioms. q11e pmvitm disti1~g11ir los m11nciarlos verdaderos de los
1992). falsos. 15
Seleccionamos ni11os con problemas de aprendizaje entre 6 :: 1(
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¡ 8 a11os de escuelas cercanas al barrio. Estos niños eran, algunos, t
í! hijos de ex-obreros del ex-cordón industrial que, como conse~ -
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cuencia del proceso de paupcrización acelerada c¡ue padecían, se
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habían mudado a este barrio consid<:rndo por las auturiclades mu-
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LA PROBLEMÁTICA DEL NO APRENDER
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LA PROBLEMÁTICA DEL NO APRENDER
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el análisis del fracaso en la trasmisión de una cultura cuyo ordena-
/"f-u11ijiq11e s11s se11tidos diiPrs[/icados a1timlándolos en ,meros disC11rsos.
miento simbólico se encuentra resquebrajado y sus instituciones
(Adriana Puiggrós, 1994)
en CrISJS.
Las instituciones, en nuestro caso nos incumben la familia y la
De la literatura existente, que asocia los problemas de apren-
escuela, consideradas como conjunto ele subjetividades que se
dizaje a causas vinculadas al compromiso ,neurológico, como en el
posicionan de acuerdo: eón las reglas de cada una, actúan como
caso de ¡algunas dislex.ias y discalculias, corisíc:Ier~mos que, si bien
4 significantes sociales qtie imprimen marcas imborrables en la cons-
en ocasiones el factor orgánico puede ser de consideración, de- (
~ titución de la subjeti,·i~ad. .
por sí es insuficiente para explicar un fenómeno que, según los
momentos históricos, cobra caractetísticas pai.-ticulares y variables;
1 /.. Por el contrario, la; marginalidad produce como efe~.91J_':_ el
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singulares y que se incrementan /iotablemente en sectores
desventajados socialmente. Lo que (¡ueremos decir es que no se
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cadena de significantes culturales. S~ profundizan l~s condiciones
de empobrecimiento yoico y el sentimiento de impotencia .que le
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'lif bitablcs. No poseen cloacas ni ~1gua corriente. t plia franja de la pobhción del barrio. Sin embargo, hay un sector
J, " Ln b parte más céntrica del barrio, en una sola cuadra, se I (marginal) que no llcYa a sus niños a ningún tipo de consulta
encuentran, una a continu:1ción de la otra, las siguientes institucio- médica ni los hace vacunar, pese a los esfuerzos de éstos y del 1
nes: la escuela primaria (pro,·incial), el costurero (en el (¡ue se enfermero c¡ue han pedido a la Secretaria de Acción Sucia] el
cnsei'ia costura y se hacen colectas de rupas c¡ue se reparten entre endo de asistentes soci:1les p:ua que efectúen un relevamienro
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11 los mas necesitados; c::n ese mismo lugar funciona un Centro de del barrio, especialmente de las familias c¡ue viven junto al arroyo.
! 1\lfabctizaci( H1 de ,-\.tlulrus (pro\'inci;d) y actualmente Cí.riras dis-
0
Desde hace tres ai'i.os asisten al dispensario dos mujeres c.1uc ,·ivcn
tribuye ,llimentos y ropa; en la parte de atrás del costurero, pegado en el barrio, contratadas por la ilunicipalidad, con funciones arn1-
a éste, los niiios pequcúos, cu~·a~ maches trabajan, concurren a un logas a las de un asistente social.
jardín maternal (municipal). Luego se encuentra el dispensario Las charlas realizadas por una pediatra en el gálpón cercano al f
(municipal). Los edificios del costurero, del j,mlín ): del disp_e!1sa-. arroyo, donde funciona el comedor para niños, han sido infruc-
rio pertenecen a la capilla, que se encuentra en la esquina y que tuosas, no obstante b preocupaci(>n e interés de la pediatra por
presta a Li Municipalidad. este sector relegado ~- olYidado por la sociedad. Parecería c.1ue no
La diYisión del barrio esrá delimitada por las vías del ferroca- es sólo hablándole sobre preYención de pediculosis y su trata-
rril. De un lado se pueden observar las casitas más nuevas de miento, o sobre la importancia de la revisación ginecológica perió-
material y la cuadra con las principales instituciones del barrio; del dica, o sobre la sarnilla, etc., la forma en que este sector tan
otro, _las casillas que muestran una construcci.ón cada vez rnús marginal pueda aceptar e~ discurso médico.
empobrecida a medida que se acercan al arro~-o. Llamativamente la . En este df~pe11sario se vacunan a los niños de tod-9 el barrio.
comisaría también se encuentra en este sectOr del 6arrl(), funtc.) - ....
con un gran galpón que no se utiliza en su totalidad, sino que una El enfermero'' es un referente importante en el barrio. A él
p:Irte-de éste -es üsadb como -c()lncdor (münicipal;-p-ara-aqüellt5s --- - áicürren-·cu-andr/necesitán de sus- ser,;ic'1os.-Se da el cascT'de qLie
niños (1ue no est,Í.n comprendidos en edad escolar. los mismos pobladores del barrio le entregan aqu,<;'.llos medica-
Este barrio no tiene una plaza propia, la más cercana dista mentos que ya no utilizan y que él pone a disposición de los
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\'arias cuadrns del barrio, y para acceder a ella hay que cruzar la médicos para su distribución.
avenida principal de San Lorenzo, c¡ue es utilizada por los Yiajcros · La I\Iunicipalidad provee al dispensario de algunos medica- t
corno ruta, lo c¡uc dificulta enormemente las posibilidades de los mentos y cajas de leclfre en polvo que se distribuyen a razón de e
niños para que puecJan ir solos a jugar.
El dispensario:
3kg por mes hasta que los niños cumplen un año de edad, después
e.le los dos años se entregan 2kg por niño hasta c¡ue cumplen los 5
años. Para la enfre·g~,d~ leche se exige un r~qL;isito: el examen
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Ofrece los siguientes serv1c1os: odontología (sólo en casos
de urgencias y otorga certificados escolares), enfermería,
ped_iátrico mensual de) bebé. De esta manera los m-cdicos se ase-
guran: que las mádres · traigan a sus bebés a con trol. .
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ginecología, senicio de clínica general para adultos y niños y un Este enfermero es un gran conocedor del barrio y los pobla- (
servicio psicopcdagógito integrado por una pedagoga fw1a-psi65=--- 1 dores le tienen confianza y respeto. Hemos visto re~u~rir a él para (
loga. - poner cierto orderi en disputas o, por ejemplo, cuando las maes-
Los pediatras (]Ue c<jncurre al dispensario_ atienden a una am- tras del jardín de infantes nécesitan algún arreglo de mantcnimien- •
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to del edificio u otra clase de ayuda que él les pueda brindar.
l correspondiente a los señalados en primer término la denominaba
Fue criado en ese barrio y se encuentra totalmente salita de los niños puros y a la del segundo grupo salita de
compenetrado con los problemas y sufrimientos de esta pobla- niños impuros (en-alusión a que éstos se habían mezclado con el
ción marginal, en la mayoría de los casos, a quienes atiende con sector social de los niños estreturalmente pobres). 19
devoción.
Las instituciones religiosas:
La escuela: En los últimos años se han radicado en el barrio distintos
Cuando comenzamos nuestro trabajo en el barrio, la escuela grupos religiosos que atrajeron parte de la población. Uno de los
tenia una estructura edilicia prepria. Contaba con una cocina pe- grupos que más fieles captó fue el perteneciente a «Testigos de
queña, una salita donde funcionaba la dirección y unas pocas aulas Jehová». La mayoría de los habitantes del barrio concurren a la
dispuestas a lo largo de una galería con baldosas 1 que en invierno iglesia católica en la que, además del servicio religioso, se organi-
daban paso a corrientes de aire que enfriaban las aulas como con- zaron grupos de alumnos secundarios y otros jóvenes voluntarios
secuencia de insuficientes y precarios cerramientos. Hace dos años que brindaban apoyo escolar a los niños. 20
la Municipalidad otorgó un dinero para la construcción de un Por lo demás, se trata de un barrio que tiene «guaridas» de
amplio comedor escolar y nuevas aula dispuestos en torno a un traficantes de drogas y de ladrones, que se han incrementado en
gran patio.is los últimos años hasta el punto de llegar a ser uno de los proble-
En entrevistas realizadas a la directora, ésta manifestó su in- mas que más preocupan a la población. Es frecuente escuchar
1!
tención de.cambiar el perfil del alumnado (se refería a la composi- tiroteos entre éstos y la policía. ·
ción social) ya que en el barrio se habían p-roducido ciertas modi- Han ocurrido algunas muertes por reyertas familiares o entre
ficációne·s qüe pensaba aprovechar en aras de procurar una ima- -..._vecinos, el maltrato infantil se incrementa día a día junto a la clase
. gen diferente de la escuela. Consideraba-·que la escuela- e_staba --- ----- - - -· --¿e acé:id-enfes -que suelen -ser más frecuentes en los· sectore-s so~ .
desprestigiada porque los niños que concurrían a ella provenían ciales más pobres. .
de hogares desavenidos, muy pobres, «sin hábitos» y tenían padres En los primeros años de nuestro trabajo las consultas se vin-
que poco se ocupaban de los quehaceres escolares de sus hijos. culaban, casi en su totalidad, con problemas de aprendizaje; pero
Consideraba que no ocurría lo mismo con los nuevos habitantes desde hace dos años a ista parte ha aumentado significativamente
del barrio que preferían, por estas razones, enviar a sus hijos a . el número de consulta~ por violencia familiar. 21
escuelas vecinas. --- Con el tiempo, la fuerza de los aspectos sociales en la proble-
La derivación de los niños con re,iierados fracasos escolares , mática que nos habíarilos propuesto investigar se nos fue hacien-
, ' . 1 . -
se realiza fundamentalmente a la escuela especial de Puerto San do tan insoslayable; que hemos pensado que este trabajo es muy
:tvlartin. difícil de abordar (e j incompleto-) sin la incorporación de un
Basta destacar algunas ideas de la directora de la escuela para -ª,Q..~gpólo_g_o en el eq~ipo.
poner en evidencia el profundo movimiento social que afectó al
---~----barrio: Clasificaba las salitas de pre~escolár de acuerdo con la pro- La situación laboral de los habitantes del barrio
cedencia de los niños: si eran hijos de los habitantes propiamente Los habitantes de este barrio están considerados en alto ries-
del barrio o si eran hijos de los <<nuevos habitantes». La salita go social por la l'vlunicipalidad.
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La mayoría de los hornbres realizan changas corno albai'íilerfa, desproporcionadamente grandes en relación a la población de la
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sobreprotectora e incestuosa. ¡
En este grupo social los abandon<?s de la familia p~r parte de
los padres de los niños de la muestr.,i., fueron muy pocos, a dife-
rencias del grupo de pobres estruct~m~les en los que los abando-
nos son habituales.
Tanto la madre como el padre padecen de un sentimiento de
pérdida de las cosas valoradas y amadas por ellos. Una madre nos
. . . -···---··· ..·-···-··--···---+-·---· ¡ _ _ _ __
decía: · ·
''Antes éramos unidos, no teníamos tantas <lisCLi'siones por el
dinero como ahora, él (por el esposo) era muy unic.lo a los hijos,
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LOS PADRES DE LOS NIÑOS DE LA MUESTRA EN
PROCESO DE PAUPERIZACIÓN '
i DE DÓNDE VIENEN. HACIA DÓNDE VA.N. ..
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características partic¡ulares a estos grupos, de tal modo que eran
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fácilmente i-éco:r:ioci~les como grupos sociales con características
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propias.
Por ese entonce~ existían corrientes políticas progresistas que '
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no vacilaban en afinpar que estos hombres encabezarían los gran-
-· ··-----des-cambios-sociales:--Parte-de la sociedad les encomeñdaba esta
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misión, y muchos de ellos la asumieron como proyecto de vida.
Hoy día sólo les ha quedado un saber-hacer que no pueden q
utilizar corno recurso para «ganarse la vida». Se trata de un saber-
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r 1.7
hacer c¡uc, en los primeros tiempos de despidos rnasin)s siguieron
profunda depresión; los hijos mayores, que hasta ahora habían
empicando, como en caso de soldadores c¡ue se dedicaron a la
cursado sus estudios con éxito a la par que aportaban sus ingresos
construcción de rejas. Pero el poder adquisitivo de la población
al hogar, producto de sus respectivos empleos, habían sido despe-
ha bajado unto, que éstos ya no pueden colocar sus productos y
didos, con lo cual tuvieron que abandonar los estudios.
se han ,·isto obligados a buscar otros trabajos. El ojo avisor habrá
La madre de Ariel, llorando, nos dijo: «Ya bajé los brazos, no
notado la proliferación ele talleres de trnbafos en hierro c¡ue se
puedo más, no entiendo a la gente. Antes, si necesitabq algo se lo
instalaron a Jo largo de la ruta, desde Granadero Baigorria hasta
pedía al vecino, todos en el barrio nos ayudábamos. Ahora nadie
Puerto San Martín, y c¡ue hoy ya no existen.
me da nada aquí (refiriéndose al barrio en donde residen actual-
Alcira A.rgumedo (1997)) define al hombre corno un ser so-
mente), ¡ll)S vecinos ni s<.: hablan, aquí, están todos peleados!»
cial identilkado con distimas instancias de pertenencia: familia,
De manera sorprendente, el niño YOlYió a perder la memoria en
clan, tribu, clases sociales, regiones, culturas, religiones, r::izas,
un desesperado intento de denegación 311 de una realidad familiar
etnias, naciones, continentes a través de las dos relaciones prima-
que le ocasionaba momentos de angustia insoportables de tolerar.
rias: la familia y la cooperación productiva. Es así como el
Los padres que acudían con sus hijos a las entreYistas, gene-
hombre adquiere una <<conciencia ~le pertenencia», «una identidad
ralmente deriYados estos últimos por la escuela, habían sufrido,
sociocultural».
en su mayoría, desgarros narcisísticos con una pérdida importante
Las represm!aáo11es sociales s111;~en o se co11strt!)'fll m haSf e, procesos
ele su autoestima. Se sentían abandonados por la sociedad, lo que
identifimtOJios eféc!11r1dos con el ,gmpo soáal dt pc11mmcia (Piera A. ulagnier,
actualiz,1b,1 sentin1ientos nm)' arcaicos de desamparo yab:w-
1979), lo que otorgaba, en el caso de los poblados barrios c¡ue se
dono.
extendían. a lo largo del ex-cordón industrial, una identidad basada
Estos sentimientos, que angustiaban a los padres; sufrieron
en lazos de so//dmidad, dignidad_y rooperc11ió11 (Alcira A.rgurnedo,1997).
. una mayor conmoción por la pérdida de referentes cUlturales pri-
- · · Ejemplo del después de las cesantías ~~)-~ las palabras-de-la - -
mii·icis al éksagrcgúse bs grt1pos de tamiTias obreras. -
mamá-de-Aríel, niñé:i con proble1~1as de aprendizaje que atendimos
Cundió el sentimiento de «haberlo perdido toc;lo», como nos
durante dos años. Ariel había realizado progresos enormes en re-
dijo llorando una mujer: «¡si Yiera qué inteligente era mi marido!»,
lación a su memoria, pues se trataba de un niño «desmemoriado».
a lo que respondimos: «¿Cómo, también perdió su inteligencia?».
Al comienzo de la primera entrevista (la cesantía del papá era
Algunos de estos /hombres, con el transcurrir del tiempo, se
reciente), su madre calificó a su hogar como «una casa de orden»
han sumido en deprpsiones, a veces seyeras, y muchos se han
donde los horarios estaban estrictamente organizados por los di-
alcoholizado. Se trara· de «padres c¡uebrados», queriendo significar
ferentes turnos de trabajo y estudio de su familia. Pese a los pro-
con éste término Jl resquebrajamiento, el desgarramiento
gresos de Ariel con respecto del apr,endizaje, su madre decidió 31
narcisístico que se ha prodL1ci<lo en su yo.
suspender el trata~iento de su hijo. La .familia había sucumbido a
El papá de Aritjl es un buen ejemplo de las penurias que
una suerte de hecatombe: el tío materno de Ariel, c¡ue vh·ía con
padecen estos hornb~·es. Pudo ejerser la función paterna transmi-
ellos, se embriagaba cada vez con mayor frecuenci_a desde que fue
tiendo emblemas del la cultura a sus hijos ma,·ores, adolescentes
1 , - --·-· ----·---- - ~ ·
echado de la fábrica donde había tr~~ajado desde su adolescencia;
«bien plantados» que continuaron los estudios con éxito. Sin em-
--- .~--el-p~rdte--de-Aiiél s-e-encohtraba desocupado sin perspectivas de
bargo, poco antes de nacer Ariel, fue despedido de la fabrica en la
nuevos trabajos, se había encerrado en sí mismo sumido en una
que llev.1ba 16 años ininterrumpidos de trabajo. Desde entonces,
38
Deprrsió11, aúlamz"mto, se11sacio111<r de rw:~11arión, q11ie/m, de las posibili-
MOTIVO DE CONSULTAS EN NIÑOS
dades creatims so11 t:fedos posibles de la mpt11ra de la !ro111a 1101,11afi/'{/
DIFERENTES, CUYA PROBLEMÁTICA
SOCIAL SE ASEMEJA CADA VEZ MÁS
¿Hacia dónde Yan estas familias despojadas de sus soportes
idcntificatorios, de sus proyectos de vida, ele sus ideales, de sus
valores?
- .t1'":Z
if,:fil,ihi'i''''li:i,· ,,1 11
tl~:
sino a todos los recuerdos que tenÍári de ésta, inclusive las fotos
1 palabras: ,
de álbumes y portarretratos que ordé nó a su mujer guardar en un Cuando Pablo (7;) vino con su madre a la primera consulta,traía
r.1t baúl. Entonces comprendimos que la división, que tanto costaba un diagnóstico de d~ficiencia m.ental efectuado por una pediatra.
11\~', resolver a Beatriz, denunciaba, en parte, la existencia de una pér- Su madre lo se'ntó sobre su falda.Tenia la cabeza inclinada
,¡~i, dida, pero como no podía hablar sobre ello, ·había sobrellevado la
1 .
hacia el lado izquierdo y su mirada, que no se anclaba eñ otra cosa __
"
•11,1:
___ __
__,_prohibición_Qh~ü'l..nJe. seis._años con una inhibición que extendía a su que no fuera en la mirada de su madre, me hiz; pensar en la .
V; cuerpo, por temor, tal Yez, a que se le escapara algún movimiento
posibilidad de una psicosis.
,,, que_ delatara su «saber". Cuando pudo trabajar lo que operaba por
'l:
I'¡,
47
,jt,'
\i,1 ,16
Como decíamos al comienzo de este capítulo, a poco de ini- Así por ejemplo, en un grupo de madres, surgió d tema de los
ciado el trabajo en el barrio, divisamos una yariación amplísima de embarazos no deseados (una sola, entre seis madres, había pro-
formas del no aprender en los niños que concurrían a consulta. yectado el hijo ._pqr el que consultaba). Algunas madres coincidie-
Pero lo que más atrajo nuestra atención fue la relación entre la ron en que nunca habían comprendido por qué quedaban cmbara-
calidad de los problemas de aprendizaje y el origen social de los :rndas si to!)1aban pastillas anticoncepti\'as. Cuando interrngamos
niños, como pudimos inferir en el análisis de estos casos. acerca de la forma en que las tomaban dijeron que lo hacían antes
Establecimos ciertas diferencias del no aprender llue clasifi- de mantener relaciones sexuales.
camos de la siguiente manera Estas mujeres habían tomado lo «que bajaba» del discurso
científico de la ginecología y lo habían interpretado a su manera.
a) En la primera etapa de la· investig::ición encontramos que los Otrn mamá nos comentaba sobre sus «embrazos», cuando se
nii'i.os en proceso de pauperización presentaban una gama más refe~í:i_a sus embarazos. Así fue el modo en que lo pudo escuchar
amplia de dificultades c.1uc los del segundo grupo, aunc.1ue re- del obstetra que la había asistido en sus partos.
fl'
vestían menor gravedad. Sin embargo, con el transcurrir del Así como construyen sus casillas con los desechos materiales
·.lf",L
11 tiempo fueron aumentando los casos con fallas en la constitu- de los sectores sociales más •<pudientes», estructuran su psiquismo
11 ción temprana. Lo más frecuente eran inhibiciones cognitivas de manera análoga, tomando los aspectos simbólicos de la cultura
lhf
instaladas en síntomas. Y, en menor gi:ado, casos de fracaso dominante.
escolar (entendidos éstos como fracasos derivados de inade- También encontramos disfuncionamientos neurológicos con
1~11
1
cuadas politicas educativas y metodologías de enseñanza). mucha más frecuencia que en el grupo en proceso de pauperización.
1111 P~obable~:nente exista una ~elación ~ntre estos disfuncionamien~os .
,,
~~1:i b) Los niños pertenecientes al sector de pübres estructurales se ··... y h1cani-Idad<le-pari:os.<Zfücraéle térrnino» o embarazos sin contro-
111,
nt/ 1 _encuadraban ,en .su mayoría, dentro de lo l1ue hemos--dado-en------ - Jes-ñfédicos~ A-,;6::es la ·asistencia médica rio ha sido. la adecuada-y--·
llamar «desnutridos escolares». Estos niños fracasaban en sus . en otras ocasiones ocurría que las distancias entr~ el barrio y el
ª~'11
1 aprendizajes también, pero sus características eran radicalmen- hospital eran relativamente grandes y no disponían de automóvil o
·~
• 11~
•11¡:
•
!
te diferentes a las c.1ue se presentan en los problemas de
aprendizaje-síntoma. No obstante, ac¡ueHos niños que presen-
taban alguna pertubación psicopatológica, solían revestir ma-
yor gravedad que los del primer grupo .
dinero para tomar un taxi en casos de urgencia y el parto se retra-
saba con ·consecuenci\Ís negativas ·para el bebé.
Con los niños prf venientes del norte del país, las cosas resLJl-
taban diferentes.
•l' 1
Durante los prirrieros años sus familias traqsmitían a sus hijos
1DJ1 1
En el sector de niños desnutridd; escolares se observaba un 2 un discurso. social cohesionado y coherente,. con creencias, cos-
,,,
m:¡ psiquismo históricamente empobrecido, y esto no es de extrañar
si pensamos en que el otro de la cultura con el c.1ue se éonstituye j
tumbres y valores tomados del discurso de origen (es decir, del
:j. .
lugar de prov~ni~nci~ ).Ocurrió con el devenir del t.iempo que. ese
discurso_s_e_._fu_.e_m_e--1z~lando con lo~ disc~rs.os · del. grup_~ social al
que -se. inc<1rporarorí, con. las nuevas-féi"rmas""de "fa "¡:iobreza;-per::·.
ben sus desechos materiales sino que, además, reciben sus dese- ~ · diendo, paulatinamente, sus características esenc.ialcs.
chos culturales que los convierte en cirujas de la cultura. .l Nos pareció importante no encarar el tema del «no aprender»
l\!Jli 1
-
"-·----~---...-..... ..,-......,..,,..,.~......,,.....,.,. .................
~
•
•
en su globalidad,- porque las diferencias que fuimos encontrando
entre los niños, sobredeterminadas por los avatares histórico-so-
Nuestro deseo se relacionaba con mantenerlos dentro del cir-
cuito escolar, concientes de la importancia que la función
'
t
t
ciales e histórico-afectivos 33 , hacían imposible la generalización. subjetivante de la escuela y b alfabetización tiene para todos los
Y si bien algunas cosas podrían englobarse, en este momento del
análisis perderían en riqueza.
niños.
En algunos casos, el compromiso que habíamos asumido en '
(
Además, a los fines de la transferencia a los docentes, confia- el intento de reinsertar a los niños en la escuela común cobró la
mos en que cuanto más se desmenucen las problemáticas, más en forma de un desafio junto con los directores y docentes, cuya
evidencia aparecerán los irnbrincaciones entre las construcciones confianza fuimos ganando a medida que <_Jbservaban los resulta- _
cognitivas, subjetivas y lo soc_ial, corno tuvimos oportunidad de dos obtenidos por nuestro equipo de trabajo.
Cuando vimos por primera vez a Ernesto (7), nos llamó la (
inferir.
Un hecho a destacar lo constituye la cantidad de niños que atención_ que por momentos parecía no escuchar, siendo que en (
eran derivados por la escuela. Los diagnósticos que realizamos otros escuchaba bien.
mostraron que se trataba, en muchos casos, de «desnutridos esco- Alzaba la voz repentinamente mientras hablaba como si su (
lares» (entendiendo a éstos como una forma de fracaso escolar interlocutor se hubiera alejado. Lo derivamos a una fonoaudióloga
(
que pudimos categorizar y que luego desarrollaremos). del nuestro equipo. Se le hicieron estudios en el oído y el otorri-
Estos niños solían llegar a la consulta sospechados por la nolaringólogo detectó una pérdida auditiva muy importante en su (
escuela de tener problemas neurológicos (disritmias, lesión cere- oído izquierdo como consecuencia de una otitis de larga data que f
bral) o la~ causas del no_ aprender se relacionaban a una «falta Ae había afectado el -oído. medio.
'
-- -
comprensión», o a un comentario del tipo de « no le da la cabeci- Co1Ylo_s_u~~e.-~<:.u__Erir c~~ estos_ i:iiños, acostumbrndos a pasar
f
ta» porque el papá es alcohólico o porque proviene de una familia ·\._ desapercibidos para los otros, se sentaba en el último asiento del
--desavenida,- cuando ·no venían con rótulos de deficientes meñfa- -aula-:- -- (
les. En otras ocasiones, eran derivados por profesionales de la Llegó a la primera entrev-ista con una expresió~ de susto que ~
salud que hacían de ese rótulo un diagnóstico. no olvidaremos. (
Este fenómeno fue tan reiterado que produjo en nosotros la Mantenía su porte erguido (elemento importante a los fines (
necesidad de ser muy cuidadosos al efectuar un diagnóstir0 dife- diagnósticos) en tanto:éste constrastaba con sus movimientos que
(
rencial. Por esta razón hemos tenido que profuncUzar las diferen- _ asemejaban al de un 1'nimalito muy asustado.
cias entre unos y otros para poder sos!ener las argumentaciones Lo acompañaba su madre, con quien nos fue difícil entablar (
en las instituciones escolares acerca c;l.e lo pernicioso que podía un diálogo por el empobrecimiento generalizado de su pensa- t
'i!
resultar para el niño tal equívoco. NÍucho más por cuanto eran miento y vocabuhiri~. - ,e
i~\ frecuentemente enviados a escuelas especiales. Luego nos cont~ria el papá de Ernesto que su esposa había
(
Sentimos sobre nuestras espaldas una gran responsabilidad, sido criada en el campo por una abuela qüe la maltrataba, sin roce
- - 1
(
pues el destino de estos niños estaba en juego, no sólo lo relacio- prácticamente con ofras personas. Así y todo, él la quería y consi-
nado a sus estructuras cognitivas sino, también, a la organí~ 'J -deraba que era una buena esposa y madre. Este hombre aparenta- e
zación de su subjetividad, en tanto seres sociales en constitu- ba un grado de desnutrición (a ojos vista) tan profunda como la 11
ción. tristeza de su mirada Oa desnutrición fue corroborada por la pe- (i
ft
diatrn <lel dispensario). recibido, y con ésto rncjon'l ~u conducra en la escuela.
Obtuvimos los datos de la historia a través de lo que el Sus estructuras cognitÍ\'as se encontraban empobrecidas, pero
papá de Ernesto recordaba. Como datos relevantes surgie- no tanto como para no poder al fobL"tizarsc.
ron: el desempleo del padre (quien se quejaba de que a pesar No pudo usar el audífono prescriptu por el rnédico por falta
de buscar intensamente otro trabajo, solo corisegtifa algunas de recursos para comprarlos.
changas de vez en cuando), la extrema pobreza en que vi- No obstante, hoy Ernesto tiene 10 años y, lentamente, va
vían, la casilla con una sola habitación (de su propiedad), sin recorriendo los niYeles de la prornocil'in no ¡2.raduada de la escucb
más muebles que una mesa y dos sillas. Dormían en colcho- a h que concurre.
nes dispuestos en el suelo .. Ernesto arrastraba una otitis· que Ernesto tiene dos dcsn:ncajas importantes: su handicap audi-
había contraído de pequeño. Su madre lo había llevado a un tivo y el cultural, que le dificultan el aprendizaje. Pese a esto lus
hospital en tres oportunidades, que distaba 25 km de su ho- progresos son notorios.
gar. No siempre conseguía turno, razón por la cual el niño no Lo deriYamos a un grupo de apoyo a ni11os con problemas de
fue bien asistido. Quisiera destacar al respecto que estas si- aprendizaje atendido por una pedagoga de nuestro equipo de tra-
tuaciones son comunes en algunos hospitales. Los pacientes bajo y a su madre le sugerimos que participara de un grupo de
abandonan el intento de ser asistidos porque no tienen dine- madres con el que nos encontrábamos trabajando en ese momen-
ro suficiente para el pasaje y deben concurrir de madrugada to. La finalidad ck esta sugerencia consistió en brindark un espa-
para conseguir turno, con el riesgo de no. tener asegürada 13: cio a compartir con otras madres que tenían· sus destinos marca-
atención pese al esfuerzo realizado. .. . dos por la violencia social, como ella, pára que pudieran hablar
· Preguntamos a Ernesto por qué gritaba en los recreos (con- sobre SUS angusths, SUS micJos, etc. J:~n SÍntesis: para pensar C011
·duc_ca_c1ü·e ria frnfa mientras estaba en clase) r arrojaba objetos otros.
hasta el punto de herir a sus coiúpaücros. · ·-···· - ··· ·- -· ··· A·mcdida ·qlie· se-·presenrn:b,ti1 taütos casos similares al narni~
Nos contestó que los ruidos lo mareaban, le hacían doler la do, fuimos priorizando los interrogantes c1ue no~ iban surgiendo
cabeza intensamente. Él les pedía a sus compañeros que callaran con relación a la imbricación entre los factore.s sociales y el
pero éstos no le hacían caso y era en esas circunstancias en que se deseo; entre aquéllos y la estructuración narcisís tica 34; entre el
ponía muy nervioso, ((loco» -como se definía él mismo- «todo me YO ldeal y el Ideal d~ YO; entre los ideales y las normas sociales r
'•
do es nuestro). «función de vivencia calmante.»-~'
·"
Y cuando llega el momento de que opere la función paterna . •
Violencia que acarrea dife.rentes consecuencias, desde la anu- mareante, de organizar el pensamiento y la potencialidad intelec- •
lación de la conciencia como registro· de cualidades y sensaciones,
que deriva en una búsc1ueda de «emociones fuertes», de «golpes»,
tual del hijo ¿cómo podrían estos padres producirlo con su narci-
sismo destruido?
•
por parte del contexto, hasta la tendencia a la desinsc.ripción, con Al respecto dice Piera Aulagnier: •
(
trastornos graves del pensamiento, o la confusión identificatoria o Cuando se produce 11na ruptura del contrato por parte del co11j1111to
f
el repliegue narcisista. Dificultades para sentir, para pensar, para (socia~ que es responsable las consemenr:ias son de consideración.
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J,!
ubicarse como alguien o para conectarse con lo demás son efec-
tos posibles de funcionamientos pulsionales no mediatizados, de Hemos observado que los padres que se encuentran en pro-
'
vír.iculos en los que predominan los estallidos afectivos y la ceso de pauperización asisten a su propio derrumbe con cierta
•
t «erogeneidad incestuosa».
... Entonces en la· libidi11ización tJ1tsJJ1a están operando no sólo los deseos
perp~ejidad: si miran hacia el pasado, encuentr~1! lagL!_na_s en su
historia producidas por silenciamientos cómplices, que -de alguna
t
(
il- . - sino táñibién lainornias eideales. (Beatriz Janín) 36 manera, deben haber producido efectos sobre sus psiquismos;
l_____ ~. - -·. -simira-n el -presente los-·iriv"ide-ürú"serisacióri ele" exttañamiento, se f
En estas mujeres adultas, esposas de ex-obreros o de encuentran padeciendo los efectos de la flexibiliza<;:ión y sin em-
changarines o de cirujas (me refiero a las madres de los niños de bargo los discursos del poder insisten en que se ha podido «rever- •
(
la muestra) se pone en juego lo histórico-social como factor que tir» la situación, que ha disminuido el índice de desocupación.
(
atraviesa la constitución de sus psiquismos en la relación con sus y cuando los niños preguntan por qué no están presos los
bebés. que tanto han robado/ los que tanto han asesinado, mientras escu- f
La sociedad toda las ha abandonado junto a los suyos; a unos chan y ven por televisión las continuas .denuncias y juicios (que se (
desde siempre; a otros desde la implem~ntación de la flexibilización diluyen con el tiemp6), estos padres no saben qué contestar. El
laboral generadora de desempleo.
Cabría preguntarse con qué recursos yoicos, narcisísticos (en
mecanismo de la· desn:-ientida social también produce efectos
sobre el psiquismo¡ que como dice el tango, «enloquecen la
't
el sentido estructurante), cuentan estas mamás para sostener la razón»; si miran hacja el futuro se encuentran con .un vacío ante
e
' . !
•• ¡;
función materna, función que exige ¡y cuánto! un esfuerzo de (
el cual, desconcertadps, no encuentran enunciados identificatorios
libidirrizadórcin:tertso -:{'.:>ara inter¡:fretar, efogenizar y satisfacer las que les permitan pr6yectarse, r de intentarlo, podrían caer en un e
nec~sidades de ;~us hijos. vacío desestructurante. e
¿Cómo apaciguar, cómo calmar las urgencias de las vivencias ¿Cómo podrían estas madres cumplir con la función de pró- (
(
~·
Jj
mamás recordaron episodios trágicos de su infancia pero tampoco
tesis, por la l]Ue se espera de ellas que presten sus representaciones
pudieron recordar :1lgún acontecimiento feliz o alguno referido a
¡m-d{~nidas y 01;ga11ÍZf1d,1s del rnundo (Aulagnicr, 1975) para c1ue el
la cotidianidad ele sus yidas.
oii10 pequeño no se extravíe en un mundo ele sinsentidos?
Los argumentos con los que intentaban llenar la «falta» de
Obviamente, estas mamás cumplen su función de manera fa-
recuerdos resultaron muy significativos: «Y. eramos tan pocos de
llida porque ellas mismas tienen un pens:1miento confuso, en me-
familias, c¡uc no pasúba nada; ¿t.1ué puedo recordar yo?» -justifica-
dio de crisis de identidad. St1s referentes sociales han ido desapa-
ba su «olvido» la mamá de A.riel-. «¡Uh! ¡hace tanto tiempo de eso!
reciendo, desdibujándose, dejando graneles huecos que no han
tendría que preguntarle a mi hermana mayor, ella sí se debe acor-
podido llen:1r con otras identificaciones, con otrns creencias y cos-
dar, yo era muy chica». ¿Para qué era Ud muy chica? -interroga-
tumbres. Los lazos sociales se han roto en la vorágine del «sálvese
mos. «Para acordarme de cosas de cuando era chica» -respondió
,,, c¡uien pueda», y la anomia social se extiende a territorios cada ,·ez
fastidiada.
m:í.s vastos, que han hecho decir a 1'ligucl Tollo (1997):
Otra ñ1amá argumentó que, como estaba todo el día con su
madre, no tenía cosas para conrnr que "le hubiesen quedado».
El debilitamiento de la ética y ele las regulaciones intersubje:tivas
Estas peculiaridades de los «olvidos» de las madres fueron
desdibuja un horizonte borroso de realización personal
Tomamos co11tacto a di{l/io el/ el trabajo clí11ii'o con la tonalidad c!fi'rtim datos muy relevantes para nosorcos si consideramos que uno ele
los mayores moti\'OS de consulrn estaba· dacio por la '«falta» de
de la crisis, donde prcdomi11aj11nto coJJ la sintoma!olo,i/a de t11mo, la resig-
memoria y reiterados oh·idos de los niños por los cuales consulta-
nación y el no poder. ] "a/es smtí111ie11tos de111111ria11 ,mrencias estrwt11ra-
'J ban.
1 les de la soriedad que arras/Ji/11 m su dd~rio~·º . ª:"P.~ctos ce/ltmles _dila s11l!Jdi-
- Tarffó en estos g;'rupos cori10 én d de los más carencia(,ios nos
1·idad a ellas ri¡¡mlados.· La respmsta a la i11Cl'rtid11111bre por el des1-'c111ed111i;11!0
i:.~sultó ·mur-<lifítih:¡rsltear -etY-tchisrnd:cvical ele los niños, pues
,¡ 1
de las creencias, por rjelllplo, se 111a11iJtesta en actit11des de renegación. o a la
--- ---las madres- tenían, por· lo· general; -recuerdos muy con fusosc--
ae
JJ!ciíie,;a io1((0Fiiiisí110 .géiíúaliz.adá ÚJIJJO lo-d~/ine Casto,iadiS: .. (e11-_<ZL1-
N os preguntamos: ¿qué relación guardan la memoria y el ol-
época del conformismo generalizado». Gaceta Psicológica).
vido con las coyunturas históricas, con las relacione;;\:\e los mo-
1Jás adelante agrega citando a Castel: .El trabajo 1·s 111ás qm el
dos de producción, é.on el desempleo, con los modos de vida?;
trabajo, _y el"º trah{.7/0 es lllás qm el dese111pleo, ..l'ª que el e111pleo establece 11n
por ejemplo: ¿cumplirá la memoria la misma función para aquel
modo de 01;gan!z!1ció11 soáal_J' 1111 bonºzonte de ideales)' de realización personal
ex-estibador contratado que contaba que tiene que ir al puerto en
esencial e11 la co11stit11ción de la s11/!)l'liz•idad.
los cuatro turnos diarios en que los barcos venden pescados y
Los padres c¡ue estamos describiend() tenían la edad de sus
· que cuando no. consigu~n c¡ue les -..enda: porque a veces no hay
hijos en épocas del «proceso militan>, po~,lo que, además, se suma,
para todos, «ese dfa· los chicos míos no comen», que para esa
a toda la crisis de identidad que hoy ·padecen, los agujeros que
madre, único sostén de sus siete hijos, cuya cotidianidad y sentido-
produjo ese corte histórico. Los silenciamientos, dice Janín, deja- -j•· de su vida se ha conYGrtido en una simple e indigna espera del
ron «sus secuelas» y un part¡cular modo de. inscripción en los . ¡" procuro" de alimentos rqcibidos de los tom~dores escolares u otros
niños y adolescentes de esa época.
ir--·----instituciones?--- ... l .. . . ----------··-··-·-----------~:- ....
Al respecto, un rasgo sobresaliente de las entrevistas realiza-·
das a las madres consistió en la notable ausencia ele recuerdos
1 Observamos c¡ue estas madres se han acostumbrado a vivir
:;<)
'il .I;¡. ii''ii!lj. !! ·•ii i tl 111itl 11iiiH1\11~11111111Wl1IWínil1111llíl1lil111lli111iiu11111~~mw111111111@@yijwij\pijW!\tl\OO\r\tlt::tttt11:::::tt:ttrtt!
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'.,! de procuro de los alimentos· se hubiera naturalizado para ellas, EL «DESNUTRIDO ESCOLAR»
hasta el extremo de que algunas nos decían que así estaban bien, · ,'·,,
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que no sentían la necesidad de dinero. Era frecuente encontrarlas
tomando mate con su familia en horas en que los demás trabaja- Para q11e 111111i110 aprenda es 11ecesa1io q11e lo desee pero nada ni nadie p11ede oh/{~111·
ban. Esta modalidad de algunas instituciones ·que implica la a alg11ie11 a desear
beneficiencia ha llevado, a nuestro juicio, a que las mujeres de los
sectores más carenciados se sumerjan en la desidia encontrando
en la mendicidad la solución a sus problemas. Y en el barrio pare- Confundir un problema de aprendizaje «reactivo» 38 con un
1\nnie Cordic
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,.,ili
tti
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cería que a la creciente falta d.e desempleo se la intenta enmendar, síntoma del «no aprender» es como confundir a un desnutrido •••. ij~:·
desde algunas instituciones, de este modo. con un anoréxico, alerta Alicia Fernández con una feliz compara- ,'fl,il~;..
ción. • .,, ¡,
¿Qué efectos pueden producir estas diferentes formas de · Mientras- que el desnutrido carece de la oferta de alimentos,
••'
memoria y olvidos en la subjetividad?; ¿ de qué modo la rea- el anoréxico tiene el alimento pero rehúsa comerlo porque hay un
lidad objetiva y las relaciones de producción penetran en el «atrape» en relación con un deseo inconsciente, que compromete
psiquismo? aspectos de su subjetividad que lo llevan a rechazar el alimento.
la autora mencionada.
(
Preferimos esta denominación que la de problemas de apren-
dizaje reactivos puesto que, en ocasiones, el niño puede llegar a l
r
quedar tan c.ks,·asrndo ·como sujeto, que, más (1uc «reaccionar», del aprender.
sucumbe ante el exceso de \'iolencia secundaria ocasionada, a Realizar un trarnmienta psicoterapéutico o psicopedagógico
,·cccs, por detreminadas formas de ejercer la función docente. en aquellos rúfíos que sufren los efectos c\cl desconocimiento del
Los problemas de aprendizaje reactin) conllevan en sí mismo trabajo con la diferencia, puede consolidar el rótulo por el cual
la posibilidad de que el niño adopte una posición defcnsi,·a frente vinieron a consulta, aunque canto el profesional como el docente
a b Yiolcncia simbólica de algunas escuelas y es lo que hemos estén imbuidos ele las mejores intenciones altruistas.
obsnYado, sobre todo en sectores que no pertenecen ;¡] de Para los desnutridos escolares proponemos un espacio peda-
«pobres estructurnles». gógico grup:11, donde el niño pueda ir re-construyendo el espa-
11
En cambio, el «desnutrí.do escolan> no puede defenclerse. Se cio de confianza da11'.ldo (necesario para el despliegue de la curio-
posiciona pasivamente, enfrentado a su propia impotencia, a su sidad y el deseo de :1prender), y '-llle a su vez, lo ayude a recuperar 1
propio frncaso que ni sic1uiern comprende. Lo que no quiere decir la autoestima perdida Los encasillamientos, los rói:ulos, no son 1
c.1ue para el ojo a,·isor, este ni11.o también denuncie al sistema pa_hbras que caen en el vacío. Producen un efecto en la subjeti\'i-
educativo en su misma renuncia al deseo de aprender, con un daj c1ue posicionan al sujeto en un determinado lugar de acuerdo
sentimiento agregado <le ,<no poden}. con lo que de él se espera. 5'1
Suele ocun:ir que estos niños son tratados por gabinetes es- Tal vez deberíamos ach·ercir sobre los efectos que pro<lucen
¡,
colares o por profesionales de la salud, pues es frecuente la deri- estos rótulos que hemos registrado en nuestro trabajo. ·
~i vación de estos niños por problemas de aprendizaje. No todos los El_ frágil psiquismo infantil, demandante de amor, no posee la
t: profcsi<?nalcs están alertas a las diferencias entre los tipos de pro- fuerza suficiente para sobreponerse a los efectos no deseados que
. -
~: blemas de aptendizaje que existen.· pueden producir estos rótulos, tan ligados a representaciones so-
·- Effmuchas ocasiones estos niños han llegado con el diagóstico ciales históricamente construidas, transmitidas de generación en
1: -hecho-rótulo de deficientes mentales.Nada más alejado-de lo que-..- - -gehcúicióri--iCfrm-és -¡kfas--p-rácticás-· docentes y la de los profesio-
lli les ocurre.
'', nales de la salud.
,c(1 Sirva el siguiente párrafo para reflexionar sobre los diagnosti- ¡La clínica está plagada Je estos casos y las bcuelas especia-
,.: cas/rótulos: les también!
~'
' Ptmz el nino que mibe la etiqueta de «e1fer/llO>!Se ponen en 1/Jczrcha todos Si la escuela, p~r intermedio, del docente, le prepara al ni11.o
·~ ,\
comparaciones sistemáticas CO!l los que son <<C0/710 aebe sem. Para él he!)'
gabinetes psiropeda'-~ogicos, psicológicos; midicos., fó11ocz11diólogós, grczdos espe-
cialt:.r, escuelas áifae11ciales. Esta agresión sistei11cítica a s11 a11toesti111a., este
pueda advenir, sino' que está <iSaturndo» con su propio imaginario,
al ni11.o no le queda otra opción que ocupar ese lugar, y en ese
caso, al igual que la demanda aplastant:e Je una madre, no hay
socammiwto narcút'.rtico por la distancia qm se impone entre lo que el 11i;io es, lugar para que su c_~eseo de aprender emprenda una búsqueda acti-
s11s habilidades, _y lo qne dr /I se espera, 110 es 1111a mestit511 teó1ica: es mestión va de lo nm·edoso.
de áda o m11erte. Ouan Carlos Volnovich, extraído de «La ln_tcligen-
1 \ •
estructuras cognitivas no se encuentran dañadas ni faltan cons- entre la construccióq de funciones 'y el grupo social de pertenen- (
1'
--trüí:t6tfas como en algünosriiños'cc:friofricláse de problemas de cia:
t
1.., aprendizaje. · existen en el mundo social 111is1110, y no solamente en los sistemas simbó-
(
Su curiosidad y deseo de aprender están presentes como fon- licos, lengttaje, 111ito, etc., estntc!ttras ol¿jetivas independientes de la conciencia y
l
•
de !t1 voluntad de los agentes que son capaces de otientar.o de coaccionar sus Los desnutridos escolares son niños que llegan a la consulta
prácticas o sJts representaciones. Y más adelante agrega: Qttiero decir que con un sentimiento de desesperanza, de pérdida de confianza en
h,!J una génesis social de una parte de los esquemas de percepción, de pensa- el otro, de derrota, ·que impacta contratransferencialmente por la
miento y de acción que son constitutivos de lo qm llamamos habitus, y p_or falta de demanda. Es común que se torne tediosa la entrevista en
otra parte, estmctural,·y en particular de lo que llam9 campo y grupos, espe- caso de que tengan una inhibición cognitiva generalizada o, en
cialmente de lo que se llama generalmente las clases sociales. casos más graves aún, de repliegue narcisístico. Se necesitará en-
Otras veces, el desnutrido escolar se confunde con el tras- tablar lazos que reinstauren la confianza para «descubrir» cuánto
torno, cuadro que, a su vez, puede confundirse con deficiencia sufrimiento psíquico se esconde detrás de la desconfianza que
mental, porque el niño con esta patología suele funcionar como manifiestan.
deficiente mental. ·
La experiencia escolar ha sido tan frustrante que resalta en
Es importante pensar en este error diagnóstico, porque cuan- ellos la sur.ni~ión propia del resignado. Dicha sumisión se vincula
do hacemos mención del trastorno estamos hablaádo de una pat~- con una posición pasiva y de extrema dependencia de la mirada de
logía grave, que cada vez es más frecuente. aprobación del otro. En ocasiones pueden aparentar indiferencia,
En éstos, la debilidad tiene carácter de cierta globalidad, que la diferen- pero rápidamente queda al desnudo el terror que nubla sus mira-
cia de ttn, síntoma. Pero no hC!)I globalidad de lo sttqjetivo; el nziio con un das. II¡
trastorno no es, enprincipio, todo trastorno. Lo tiene, pero no lo es (Rodulfo, Estos niños son los desahuciados de la cultura hegemónica, · i
1995).
en quienes recae todo el peso de los procedimientos que utiliza la
Tal vez lo que más se ajuste a la definici6n de esta patología so~ie~~~ -~uandc:> margina, ~ori__ curriculas que obviamente no fue-
sea la siguiente característica resaltada por este autor: ... la globalidad - ron preparadas para ellos.
de la represión se revela como represión global de la fimáón imaginaria. A veús-1os s-orp~endíamos--v1vaces, cuÍ:1osos, traviesos fuera
___ L?s r:i:iñs:,s_ ~.lo!> que.nos referimos tienen-vivencias de desam~----_--'; ---·-a.ena·escüela·a· dffdrspeñKai:ió-donde lós asistíamos. Sin-embargo,
paro y abandono que se remontan a la infanc;ia temprana y que han en la escuela sus caritas se transformaban adoptan~o una rigidez
sido reactivadas como consecuencia del fracaso en sus primeras •. . .
inexpresiva
incursiones en la escuela, cada vez que la integridad de. su YO se · -::;; Cuando venían al dispensario, solían aferrarse a la mano de
vio amenazada; cada vez que su deseo de construir su propio sus madres, y hasta erf común que entraran a la sala escondidos
pensamiento se vio amenazado.
detrás de la falda de ~stas
1
con las cabezas «gachas». Se sentaban,
El seguimiento de sus histo1ias ha mostrado que se trata de no en lo que era una silla cualquiera, sipo en lo que parecía ser el
':;;.
niños curiosos que ingresaron a la escuela con deseos de apren- ~
banquillo de los acu~ados. Nos preguntabámos si se sentían en
der, capaces de organizar escenas lúdié'as con despliegue imagina- ]
J •. falta y, si era así;.de qué faltas se trataba.
tivo, a diferencia de los niños deficientes mentales que se encuen~ .
tran in:posibilitados de tales maniobras psíquicas, según sostiene r -~
Cuando les ofre~íamos material para trabajar adoptaban la
«pose» de niños obe~i~~tes y sumisos que rápidame~te dibujaban
Baraldi (1996). N? ~ay indicios para pen~ar que tu~ieran conflic~ _ _j una casita con un ar~oµto ~~nven2ional, evitando pon~r en evi-
tos con el aprend1za¡e antes de comenzar su. escolandad, como s1 ·:4 dencia algo oesu su~¡etivicla~l-:Tapooreza simbólica e 1mag10at1va
encontramos en los probl~ma de aprendizaje ocasionados por sín- .] de sus producciones eran, frecuentemente, lo q~e más llamaba
tomas neuróticos o en el trastorno. i~
nuestra atención. Si los interrogabamos, nada decían. Todo en ellos
66 r~
(
••
: 1
1
1
hacía presumir una fachada defensiva, y es comprensible que ésto
sucediera ya que no esperaban nada diferente del otro que los
ayudara.
o tratándose de culturas diferentes, el fracaso se ongtne por una
suerte de «corto-circuito» que se produce entre los sistemas del
pensamiento del niño diferentes a los de la institución, como así
•( 1
( 1
1
Sólo venían a cumplir con la derivación que la escuela reali- también entre los valores, las normas, las costumbres, los lengua-
( 1
1 zaba, con desconfianza, con el mismo terror con que abrían sus
boquitas para que el odontólogo les saque la muela enferma, más
preocupados por el dolor que por la muela. Pero con nosotros era
jes con códigos diversos, en contextos en que lo prohibido y lo
permitido para unos y otros también son diferentes.
Por ejemplo, una de las primeras demandas de intervención
; 1
·i
'j
más grave aún, pues no se sentían enfermos, no esperaban que les de una escuela , apenas comenzado el ciclo· lectivo, se relacionó ( 1
11 «quitásemos» su dolencia. Estflban resignados a que ellos ha- con los «severos problemas de conducta» de un primer grado. Las
:1
rr
1
[: bían intentado aprender y no habían podido. quejas parecían obedecer a «una cuestión de espacio», pues las
;
;I
En efecto, rio pudieron continuar con el proceso de constitu-
ción social que la escuela, en· ciertas condiciones, puede fovore-
docentes se quejaban de que eran niños «hiperkinéticos» -así los
-rotulaban- qt.1e. no prestaban atención «ni por un minuto», que ;1
~ 1
cer. · .. eran «inmaduros» para u1;,p,rimer grado, que se tiraban con objetos
Haremos una disgresión que favorecerá la lectura de las ca- pero que «incomprensiblemente» (para ellas) el niño supuesta-
iii
racterísticas del desnutrido escolar: nosotros sostenemos que la rpente agredido no se enojaba. Recogimos lo de «incomprensible- ( 1
escuela (en determinadas condiciones) puede ofrecer al niño una . mente», y luego de varias .~ntrevistas y recorridas por el barrio, e I
calidad de representaciones sociales diferentes a las representa- .
ciones uti).izadas en las primeras identificaciones que el niño reali-
comprendimos que la reducción del espacio áulico dificultaba la
labor docente, ya que todo indicaba que la representación del
t I
za con su grupo social de pertenencia y con las imagos parentales. -espacio. de los niños pequeños era-muy otra que la que se espera- t
Aquéllas, propuestas sin exceso de violencia secundaria, son cons- . -.. -c_ba·de ellos pará:-que el).pr~iidizajé éscolar «tiivieiá lugárn. En sus (
--titutivas del sujeto social (este tema lo desarrollaremos más adelante). casillas de una-sola habitación donde habitaban, la familia perma~ (
Más arriba hemos trabajado la importancia que tiene la calidad necía dentro para aquellas_ ·actividades que realizaba_n en común·
de lo que se recibe por parte del otro para la constitución del
sujeto social y del pensamiento, en el pasaje de lo familiar a lo
como comer, d.ormir, mirar televisión, etc. El resto del tiempo los
_ niños jugaban en la calle o plazas vecinas, pues, lógicamente, sería
,
(
extra-familiar, de por sí dificultoso para todo niño. imposible, que todos los miembros de la familia deplegaran sus f
Se trata de niños en los que se ha diluido la pulsión de domi- actividades en un esp~cio tan reducido. t
!
:JU! nio transformada en poder y en deseo de aprender. Ocurría que cuarldo estos niños i_ngresaba~ a la escuela les (
Estos niños de sectores carenciados .· han deseado constituirse resultaba absolutame.q.i:e imposible mantenerse quietos en un ban-
(
como sujetos sociales é, identificados con los ideales de sus pa- co durante un tie,m:po; prolongado, como así tampoco podían recu-
dres, habían depositado sus expectativas. en la escuela para que rrir. exdusivamente al lenguaje oral para comunicarse, pues man- (
ello sucediera.
·.:...
~~ •. tenían fundamentalmente un lenguaje de cUerpo ~ cuerpo que, e
1,
Contaban con el deseo de investigar y con la posibilidad de realizar siendo lo habitual en;ellos, eran interpretados por la esc~da como
trabcy'os sublimatorios de la p11lsión cuando comenzaron la escuela, a diferén- J
-:l:.
~
- -·actos· agresivos:- --------~---~----- ----·---··
(
(
cia de muchos de los niiios con otros tipos de problemas de aprendizqje. 1 Con el tiempo se nos fue revelando como una realidad dura e
i (
Pero suele ocurrir que, sobre todo en estos sectores sociales . impactante la desventaja que tenían estos niños con respecto
(
'
a los de otros sectores sociales, por las diferencias entre el narse con los adultos, de interactuar con determinados o1!Jetos )' de enunciar _
lenguaje y los modos de comunicación que poseían y los es- anhelos.
perados por la escuela. Este guardaba una desproporción enor-
me con el esperado por la curricula y más aún, con el que algunas Se les imponía ¡<silencio» cada vez que el niño, en un intento
docentes exigían. Podemos comprender el agravamiento de los de apropiarse de los objetos culturales, decía en voz alta sus ocu-
efectos que produce la violencia simbólica de la escuela, esta vez, rrencias. Estas ocurrencias no tenían la intención de «perturbarn
desde la imposición de un lenguaje diferente al de los ninos. el orden de la clase, como pensaban los docentes, sino que se
Hemos extraído un párrafo de Bajtín (1980) que pone en rele- trataban de autorreferencias 42 necesarias para proyectar en aque-
vancia la estrecha relación que ~xiste entre la situación social y la \•· llo desconocido «algo» de «lo suyo».
comunicación verbal, cuya desestimación contribuye a la produc- En «El Aula Compartida. Una experiencia con maestros de
ción de desnutridos escolares: zonas carenciadas de la ciudad de Rosario», basado en una expe-
riencia llevada a cabo en la Municipalidad de Rosario, escribimos:
Hasta la comunicación verbal no es sino una de las innumerables fot7nas En muchos de los discursos de las docentes subyace la idea
del desarrollo -de formación- de la comunidad social en la que se realiza la de que el pobrísimó rendimiento de sus alumnos, su apl_astante
interaéción verbal entre personas que viven una vida social Por eso, sería una apatía y desinterés con que se posicionaban frente a lo nuevo,
tarea desesperada intentar comprender la construcción de las enunciaciones, que encontraban sus causas naturales en factores que «seguramente»
forman la comunidad verbal sin tener presente a ninguno. de sus vínculos 'con la había que buscarlos por fuera de la institución, tal vez en el seno
efectiva situa~ón social que las provoca. mismo de la familia de estos niños. Curiosamente solían contra-
decirse en los talleres de sensibilidad, donde se retrabajábari las
· -·Otro-aspecto a- tener en cuenta en relación a los efectos qUe -.._~xperiencias con las docentes y algunas se acusaban ellas mismas
- su desestimación puede producir en el niño- de-la escuela es ·el ·· de ser las responsables del fracaso de sus alumnos argumentando
11
planteado por Silvia Schlemenson (1995) en el párrafo siguiente: que no disponían de «herramientas» para enfrentar las durísimas
1
condiciones sociales de sus alumnos; se sentían impótentes.
El grupo histórico-cultural de pertenencia del niño cumple una fimción Pensar en un «estado de cosas» es pensar en la resignación y
refirencial identificaton·a que acttia como ~je regulador para la asimilación la desesperanza como ú/1ícos acompanantes, como sí se tratara de
posible de lo nuevo J' lo diferente. algo fijo, inmutable, inqapaz de ser iran formado, como. si hubiera
un vaticinio pronosticddor de <<la suerte. está echada».
Nos preguntamos entonces ¿cómo }adían estos niños asimi- En las observa.ciopes de clase pudimos advertir; en sus ini-
lar lo diferente, siendo que lo que observábamos eh ciertas pro- cios, que los níño.s ·pr<:)Venientes de sectores muy carenciados, en
puestas escolares resultaba «tan excésivamente» diferente de lo su mayoría tenían inhfbiciones intelectuales, con una autoestima
que ellos «traían» de su casa, de su mundo, de su cultura de ori- muy baja, falta de cu!riosidad y de deseo por la ad_quisición de .
gen.? novedades y un gran ~ufrimiento psíquico que, en algunos, había
1 -
----------Nos-viene-a-la-memoria-otra ·cita·de· la misma ·autóra: ocasionado desgarros ;narcisisticos importantes.
Las docentes, desvalorizadas socialemente al igual que los
Según la clase social a. la que pertenezca el niño será el modo de relacio- padres de los niños, también tenían una autoesti~a de su profe-
s1on deteriorada, sus ideales y sus proyecto.s de vida, habían su- NO OBS'TANTE LA ESCUELA PUEDE ...
cumbido bajo esta suerte de anomia social de descensos abruptos
e
ti.· en la escala social y de la impotencia que genera el desfallecimiento
rl~ de la ley la corrupción y el borramiento del Estado en relación
e
con las escuelas. e
Ellas también eran víctimas sociales, sólo que creían que es- (
1~, tas cosas les ocurrían por propia ineptitud, se sentían culpables
del fracaso de su enseñanza.
Habían quedado, sin ser cqncientes de ello, relegadas y reple-
gadas, a un aula plena de miserias humanas.
Coincidimos con los desarrollos teóricos de Silvia Schlemenson
(1996) que realzan las posibilidades de la esc.uela con respecto de
la constitución psíquica.
En efecto, el proceso de constitución de una relativa autono-
(
(
(
e
cuela le prepara, queda sujetado a las normativas institucionales, a compañeros pero, «inexplicablemente» -según contaba su maes-
lo permitido y a lo prohibido. tra- cuando dejó de hablarle t:1mbién dejó de aprender.
El ni110 desea aprender, desea ser incorporado y aceptado por Marcelo fue detivado a consulta psicológica por la
la institución, deseos estos que lo impulsan a lb nuevo, ayudándo- fonoaudióloga, quien lo atendía desde hacía unos meses porque
lo, a su vez, a separarse de su familia. Es un niño ávido de nove- las características de su habla recordaban a aquel de las películas
dades, inquieto y curioso en la búsqueda de lo diferente. Desea de far west que se atribuía a los indios.
intensamente proseguir constituyéndose como sujeto social con Transcurrido un cierto tiempo de trabajo en un grupo de ni-
un proyecto identificatorio que le permita aspirar a un pensamien- ños con problemas de aprendizaje en el que fue incluido, empezó
to propio, encontrando en la ~scuela el soporte propicio para la a recobrar la confianza sí mismo y se volvió más participativo.
consecución de sus deseos. En una ocasión en que los niños del grupo se encontraban
La función docente ejercida al interior de la institución-es- comentando la ubicación del baño -si éste se encontraba dentro o
cuela, connota una violencia simbólica, porque a través del len- fuera de sus respécuvas viviendas- Marcelo, con voz firme y sos-
guaje y de la normativa institucional, como aspectos más relevan- tenida dijo: «hay diferentes materiales con que se pueden cons-
tes, se entromete43 en el psiquismo en constitución del niño, truir las casas. Pueden ser de_ lata, cartón, madera o de cajitas» (no
estructurándolo. mencionó las de ladrillos, lo que es muy significativo porque su
Sin embargo, si la violencia es excesiva, puede cobrar un padre trabajaba en un horno de ladrillos).
carácter desestructurante de todos los proce_sos psíquicos que Contó que su papá había juntado ·Y vaciado las cajitas que se
en el nin.o se vienen realizando, produciendo «desnutridos encontraban tiradas y amontonadas en una «montañita cerca del
escolares». -cementerio, :{con ellas- había construido ia casilla en la que vivía
con su. familia»,. utíli:Eáúdofa_s _como -si fuéi:an ladi:iilos.
En muchas ocasiones en que la escuela no-respetad ori- · ---·- - - -- ------Llegado a este-punto, Marcelo-asoció un episodio ·escolar re:.:-· -
gen sociocultural de los niños, desvalorizando sus modismos, ferido a una lámina de un confortable líving- C?medor que su
sus costumbres, sus creencias, sus valores, o simplemente des- maestra les había pedido que_ describieran verbalmente. A conti-
conociéndolos, imponiendo un lenguaje, incurre en un exce- nt1ación les había solicitado que escribieran en sus cuadernos la
so de violencia simbólica. siguiente frase que délbían1
completar: «La casa en que vivo es ... »
. Marcelo no sabí~ por qué no quería hablarle a su docente,
Este exceso de violencia puede producir el aniquilamiento pero aseguraba a su: madre, con conyicción, que su maestra era
del sujeto. Aniquilamiento no significa,,rnuerte, sino anulación del mala y fea. ¡
sujeto deseante. Preguntamqs ·a ~u mamá qué eran «las cajitas» que menciona-
i
Citaremos un ejemplo: L ba su hijo, y así fu~- como nos. enteramos que las cajitas eran
....:?:
Se trata de un niño llamado Marcelo(6) que repitió primer -~
acumuladores de autos.
!
·:# 1
grado.
1 - - - ·-
Varios meses antes de terminar el año lectivo tomó una deci- · --- Podríamt)S -supdnet qu-é expeiienciasoe--1a-cot:1diañiaaa-esco-
sión contundente: dejar de hablarle a su maestra. lar como éstas fueron altamente desestructurantes para el niño
Hasta ese entonces, Marcelo había aprendido a la par de sus que recién comenzaba su escolaridad. Desbordado de angustia y
; .,
.'.~
,- •1
1 con vivencias de desamparo, en un ámbito desconocido por él, es familia se forma cuando se tiene a alguien que nos quiera».
•
probable que Marcelo haya hecho una regresión a etapas de su
vida que le brindaban mayor seguridad a su YO, ahora amenazado,
El trabajo con el niño diferente (de contextos sociales críti-
cos) impone la necesidad de conocer su barrio y su «subcultura», •f
y tal vez por eso hablaba como los niños pequeños. además de un descentramiento de los valores del profesional y
e
Había desarrollado una desconfianza enorme. hacia le escue- una concienzuda reflexión acerca de sus propias representaciones
la. sociales, para que las mismas no obstaculicen el ejercicio de la e
Como no se trataba de un compromiso de las estructuras práctica, sea ésta docente o aquella relacionada con el campo de la f
cognitivas ni de su historia afectiva temprana, cuando pudo unir salud. e
su imagen pasada con la actual, _que habían quedado desarticula- La inclusión de estos conocimientos al trabajo con estos ni- f
das, armó una imagen uni.icada de si mismo, que rápidamente ños provee de herramientas sumamente operativas que ayudan a
lo lanzó nuevamente al interés por la búsqueda activa del conoci- un cambio de posicionamiento inaugurando un espacio de escu- •
miento. cha diferente al que -se suele 1mplementar. Esta escucha se centra, •
El fracaso produce movimientps desabjetivantes· qy~ a· fundamentalmente, en la escucha de las cosas dichas por los ni-
•
medida que los niños reinciden, va socavando las identificaciones efectua-
das produciendo, en algunos, sentimientos de extrañeza. En estos
ños, aunque parezcan no estar vinculadas al tema en cue~tión, a
las ocurrencias espontáneas que habitualmente consisten en aso-
•f
casos puede ocu:i:rir que nada de la escuela .les sea familiar y su ciaciones referidas a aspectos de su vida cotidiana.
f
identidad se encuentra vulnerada. Luego de reiteradas experien- Dichas autorreferencias (que así se denominan· y que fueran
(
cias frustrantes, no hallan en la escuela aspectos significativos con definidas más arriba) cumplen la función de ligamen, de unión
los cuales identificarse. Todo les resulta «demasiadm> dífer"ente, entre ese objeto desconücido que se le presenta al niño y lo cono- f
no pueden reconocerse en las propuestas de _la escuela. --.,~ido, entre lo que le es <<exfranjeio>> a su Yo,-vinculado· a .SUS f
--- Comparemos la actitud de la maestra de Mar-celo con .otra <p;ie . ·referencias de origen,· y lo «familiarn; entre un cierto extrañamien- f
intenta trabajar el concepto de «familia» desde la cotidianidad de to de la imagen de sí mismo frente a lo desconocido y la imagen
f
sus alumnos de sectores socialmente carenciados. construida desde la cual se reconoce, identificaciones mediantes,
Les muestra una lámina con muchos dibujos. Cadi uno. de entre una legalidad (que contextualiza ei contenido nuevo) que se f
ellos representa una escena en la que se observan unos padres le impone y la ejercida en su familia y en su grupo social de t
con sus hijos, una abuela y su nieta, vecinos y niños, el padre de pertenencia. 1
Los dibujos son fácilmente identificables porque tienen un rechazados por su. gra~fo de heterogeneidad con el YO.
·f
cartel que indica quiénes son. Esto generó en los niños una curio- Son la «materia pr~ma» sobre la que sé metaboliza lo nuevo; si f
sidad enorme y los motivó para que se involucraran ·activamente por alguna razón estas1 ocurrencias <".spontáneas se las desestimá o (
en la. tarea. se acallan una y otra ~ez, el niño puede ver amenaza.da su identi- :(
Esta modalidad de trabajo resultó muy movilizadora y permi- dad. . ···- ,--·--··-- _ _!________________ - ....... --------·- ·
~ (
tió a los niños re-encontrarse en alguno de los modelos propues- La escucha de estas autorreferencias realza la autoestima de
tos y recuperarse en las siguientes palabras de la docente: «la los niños sujetos y se tornan más importantes aú~, si pensamos
~
(
_.
!!!l!lfh. IHS id hh J i Ud di :0 i b2 HUI ! h IJi 11 1AAMIIIAl#iAti 14MO: 1:u;:11ww..1,11,w¡;;--"""""""'"""""'~'"""'""'""""''~'·-......... ···-....
Docente: ¿Y qué hará con l~s ladrillos el que los compra? es indispensable para qt1e e/YO alcance el umbral de autonomía exigido para (
Silvia: Hacen casas. st1 funcionamiento. (1984) (
Docente: ¡Mirá qué bien!. .. ¡Qué importante que con los la-
(
drillos que fabrica tu-papá otra gente se haga casas! ¿y qué más me El acceso a una historicida_d, posi'bilidad que brindan las
podés contar del trabajo del horno? autorreferencias, seria el punto de partida inicial sobre el cual se (
Silvia dice que hay un pisadero, que los caballos pisan el pueden ir desplazando, progresivamente, nuevos objetos_ de la f
barro con sus patas.La docente prepara unas tarjetas e invita a la cultura. (
niña a dibujar en ellas. Cuando termina sus dibujos los acomoda y Contaba un maestro que un niño toba escribió en el pizarrón: '(
la docente le pide que le cuente qué hizo en cada una de las «no sé leer, pero estoy orgulloso de ser toba». 45
(
tarjetas. Silvi.a dice: Y este es. el otro aspecto que quisiéramos resaltar por su
«PLATA»; para tener animales. importancia, en los momentos iniciales de la escolaridad. de los e
«EL CABALLO»:.: pisa--el barro. - ~ños diferentes, no importa si pertenecen a una cultura· diferente (
- --«EL--ADOBE»,.-. se-prende.- - -- - o·a una «subcultura>r. -----····
t
« EL HORJ."JO» de ladrillos Hemos observado a través del seguimiento de algunos niños,
« YO» vivo en el horno. que cuando iniciaban el apr~ndizaje de la lengua escrita: y oral, ma-
t
(
Docente: ¡Qué bien!, ¿y si-tomo una de las tarjetas y me decís nifestaban un cierto temor a traicionar a su grupo de pertenencia y a
algo? sus padres. Es probable ~µe exista un sentimiento de traición vincu- t
Silvia toma la tarjeta que dice LADRILLO y dice: «SE VEN- lado a fantasías con respecto a la adquisición de «lo nuevo» que f
DE LADRILLO» puede ser sentido como 1una renuncia o u;1 cuestior{amiento al dis-
f
Docente: ¡Bien! ¿y si hacemos un ca~tel con lo que dijiste? curso de su grupo de p~rtenencia, o sea, a las certezas de origen.
Silvia copia el cartel con francas muestras de entusiasmo. Cuan- No es nuestrajnteqción prescribir formas acabadas de moda-
f
do termina pregunta: ¿y si hacemos otro? lidades de enseñanza, pero sostenemos que junto con la transmi- f
,;.
sión de contenidos curriculares es necesario tener presente cier- (
Este último ejemplo es muy interesante porque se trata de un i
..~
____ _}t
tas certezas de origen ;de los niños diferentes, al menos cuando t
- -- problema de aprendizaje-reactivo:-Bastó-con que la docente la remi- éstos comienzan su escolaridad. - (
tiera a su cotidianidad para que la niña se corriera del lugar de no i Como se puede apreciar, no hacemos más que mostrar un
querer saber nada y comenzara a producir en unos pocos minutos. abanico de aspectos inherentes a la complejidad del proceso de e
(
Ríl "1
e 1
1
.....
1
'
enseñanza-aprendizaje con niños diferentes' con la intención de Dl: -1vie parece importante hacer un diagnóstico sobre las
transmitir nuestro propio proceso de hallazgos y reflexiones. hipótesis de escritura.
¡11
Las autorreferencias que traen los niños, en la medida en que D2: -Lo que pasa es que X es desnutrida.
se relacion.an con «su mundo», desde el cual sostienen su identi- D3: -A mí me parece que la mamá no es normal... vienen
dad, tienen una fuerza tal, que pueden COLISIONAR con las sucios (refiriéndose a los niños).
representaciones del docente cuando éste «baja otra visión de las D2: -¡Para las fiestas es la que viene mejor disfrazada!
• cosas propias de una cultura que los niños no ·comparten», muy D2: -¡1vfirá qué valores trastocados tiene!
• especialmente en los comienzos de la escolaridad, destruyendo o D 1: -Sería bueno que los niños dibujen a sus familias para
•;
inhibiendo el deseo de aprende¡; en el niño. comenzar con «algo de ellos».
. Hay niños que se sienten tan «maltratados» que desplazan ese
••¡ maltrato a su cuaderno, le arrancan hojas, las páginas están llenas __ Encont~_amos_ en este_ ejet11plo dos posiciones diferentes: una
de borrones y tachaduras, de roturas, de hojas en blanco, a veces intenta comenzar el trabajo a partir de algo conocido, familiar, de
""· arrojados como proyectil contra un compañero. Es que el niño los niños; las otras ven dificultada su labor por una serie de pre-
·1
toma a sus producciones fracasadas como una prolongación de sí conceptos que le obturan la posibilidad de adecuar própuestas
·,, mismo. para los niños socialmente carenciados con los que tenían que
11 Es por esto que intentamos, en los grupos de aprendizaje, trabajar.
que el niño establezca otra relación con su cuaderno: que pueda Cuando el docente presupone que -tal o cual niño «no va a
'11
·~, libidinizar}o.
Querer el cuaderno con las propias producciones equivale a
podern, que «no va a alcanzan>, se juega desde lo inconciente, una
suerte- de no aútorizac:íoñ-pai:a -d aprender. I\Jediante su disposi~
'lj valorar lo que se hace y redunda, entre otras cosas, en quererse -,'--ción negativa hacia ese riiño-;-cibs-facúliza su a¡:iieridiiaje.- a'la· vez
'111 un· poco más queriendo lo qüe s·e produce.----- - -- - ---- · · que lo posiciomi:-en-el lugacdel que-«no·puede». Aunque se trate-
~· Cuando el niño puede re-conocer-se en lo que hemos llama- de una disposición inconciente produce efectos, es. activa, violen-
do contenidos autorreferenciale46 propiciados por el docente, re- ta al niño y determina su exclusión de) conjunto de: los alumnos
cibe por parte de éste y de sus pares que cuestionan y opinan · que aprenden.
sobre sus decires, «una imagen de sí mismo unificadora» (S. Realizamos una extra-polación de la disposición para autori-
Schlemenson, 1996) que alimenta su autoestima y la confianza en zar/ desautorizar (por parte del docente) que nos pareció que, ade-
el grupo, favoreciendo la disposición para la incorporación de más de pertinente, peimitía inaugurar ~tras reflexiones. Para esto
contenidos cada vez más complejos. . '.\ . . nos inspiramos en la; experiencia narrada por una psicoanalista
De la investigación publicada erf'«E.Í Aulá Compartida» ya francesa 47 que trabaíó ¡:lurante varios años en una institución de no
citada, reproducimos otro diálogo que ilustra las representaciones videntes.Observó qu~ cuando más tardíamente los padres eran
de algunos docentes acerca «del no poder» del niño y las de una -'-
. informados del han~cap de su hijo, mayores posib_ilidades tenía
docente que quiere trabajar con «lo que el niño trae» de su mundo
cotidiano.
.
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éste de recuperar part;e de la función. Este hecho fue inte_rpretado
por la ·autora como laLefü::adaae.:l~ palabi:an:rédica cuancknenten=--..---·
Se encuentran reunidas algunas docentes para planificar en · cia «su hijo no verá>>. Este proceder actúa como una prohibición
conjunto: de ver, que los padres. transmiten a sus hijos in~oncientemente,
11
.. ;t,
f)."',
..,
(
.,
sobreprotegiendolo e inhabilitándolo para el aprovechamiento de está muy seguro de que ese conocimiento es valorado por el otro, rf
la función en toda la potencialidad que la enfermedad lo permita. se trate de los pares o del docente. (
De esta manera, sin saberlo, algunos padres no habilitan a Con este trabajo quisiéramos aportar desde la psicología al ;(
su hijo a sacar el provecho máximo de la función, limitada campo de la educación para que podamos evitar la siguiente ecua- (
'l':t
desde el órgano. ción:
(
De igual modo ocurrió con Marta que nació con una parálisis
cerebral. Violencia simbólica
1(
El neonatólogo pronosticó que esa niña no podría ir a la es- «Desnutrido Escolat 8 ',
cuela porque su deficiencia mental se lo impediría y no caminaría, Pobreza + Cultura marginal ,(
si es que lo hacía alguna vez, hasta los 5 años. (
El padre, rápidamente, perdió toda esperanza de que la niña
,(
tuviera otro destino que el pronosticado,nada esperaba de ella. En
(
cambio su madre adoptó una actitud dé lucha y consultó por la
niña con varios especialistas. ,,
1\farta tiene 12 años en la actualidad y, aunque con cierta tor- ,t
peza, no ha repetido ningún grado desde que comenzó una psico- 1t
terapia con nosotros a los seis años de edad.
Ha recobrado cierto movimiento de su mano. afect~~a, qu_~__ _ f
puede utili:Z:ar cuando tiene la otra ocupada; su pierna derecha, f
que antes arrastraba al caminar, hoy la emplea para subir y bajar f
~~---·
escaleras··sin mayores· clificUltadés. -- -- ·
f
Fueron experiencias de este tipo, que corroboraban lo dicho ·
f
por la psicoanalista antes mencionada, las que nos hicieron tomar
(
conciencia de la importancia que cobra la disposición del docente
para autorizar ( permitir) y habilitar funciones para el aprendizaje (
en el niño diferente. (
De esta manera hemos intentado describir, en base a nuestras
observaciones y seguimiento de casos,., los dos polos del proceso
e ·P•,
• lllli
?e enseñanza- aprendizaje que hacen. «corto-circuito» en el «des-
nutrido escolar». t 11111
\' '
CONSIDERACIONES DE LA FUNCIÓN
MATERNA EN LOS NIÑOS DE LA MUESTRA
Q7
·;l
l
((
·1
1
cisco nació, yo no quería saber nada hasta que lo vi. ¡Tenía una rabia
yo!.
observación porque cuando la entrevistamos nos encontramos con ',,
(
una niña robusta y de aspecto rozagante).
Iba renegando con el de 8 meses y con él en la panza. Mi La mamá de Luis (8) aseveraba: «Luis siempre fue flojito por- (
;lf':
marido trabajaba en un pueblo que está a 30 km de acá, así que yo - que antes de nacer yo estuve con gripe». Esta mamá había perdido (
estaba sola todo el día. dos embarazos sin poder realizar los duelos correspondientes. Al
Cuando nació cambió todo. Ni siquiera me hizo sufrir como el (
referirse a su infancia recordó que «yo siempre estaba en otra
otro, ¡si ni dolor sentí! cosa.» Y eso ern, precisamente, lo que había ocurrido con el em-
!(
No lloraba nunca, no me dio trabajo como el otro.( ...) Yo barazo de Luis: «mis pensamientos estaban en el varón que perdí». (
hablaba con él adentro de mi panza: le pedía que no me hiciera Luis llevaba el nombre de aquél5 1 y presentaba fugaces ausencias (
sufrir.¡Con el más grande me quería morir con los dolores que cuando se encontraba realizando alguna tarea que requiriera con- (
tuve!. En cambio, con él, llegué al hospital y enseguida lo tuve.» centración. Los exámenes neurológicos no indicaban ninguna al-
SCrealizari1os una -lectura comparada notaremos que en el pri- (
teración de este orden.
mer discurso no hay una aceptación de la sombra imaginarizada Otra característica de los niños con problemas de aprendizaje (
con respecto al cuerpo real de la niña, a saber: algo le faltaba a consistía en que a sus madres les resultaba difícil proyectarlos, (
ésta que su madre no estaba dispuesta a resignar. l'viientras que en imaginariamente, en un futuro. Cuando le preguntábamos qué les (
el segundo discurso la madre imagina una sombra terrorífica que gustaría que fueran sus hijos cuando grandes, no podían contestar
rápidamente discrimina de su hijo nacido, apaciguando sus tem?- t
a esta pregunta. Notábamos que cuando se referían a ellos, habla-
res. (
ban en un presente que parecía eterno, inmodificable.
- La ·mamá-d_e Jazmine (7) <<no-sabía qué co~a iba a nacer»: Supo- Daremos algunos ejemplos de lo dicho a los fines de resaltar (
nía que engordaba pcfr"comei:--i=iiücho.-cüisaba-el cuartó mes de -. -- estas representaciones en las madres :f
---- -- embarazo cuando su hijo adoptivo se fisuró una pierna;·el médico -La marriá--de--üna -niña-afirmaba las siguientes palabras en fas f
que lo atendió le indicó una radiografía, pero cuando ella se dis- que resonaba algo del mito familiar: «En mi fami~a siempre los
ponía a acompañarlo a la sala de rayos, el técnico-radiólogo le f
hombres son de la calle, mientras que las mujeres sbmos de que-
impidió el ingreso argumentando que «aquí no pueden entrar mu- (
darnos adentro.¿Así cómo quiere que le diga qué va a ser cuando
jeres embarazadas», nos contaba ofuscada, «pavadas, ¿qué sabía él sea grande si está siempre pegada a mi?». (
de mi?», expresaba. Estaba embarazada de mellizas «pero yo no lo
r La mamá de Jazrfne expresaba: «Yo calculo_ que algún día va f
sabía». «La primera nació bien pero Jazmine estaba aplastada por la
hermana que no le dejaba lugar para cr,ycern
a crecer, aunque, a lo: mejor, es así, sacó menos que la hermana, a
lo mejor es que le fklta algo más .... ¿ qué hice yo para merecer
e
El caso era que Jazminé se limitaba a transformar en una mí- f
ésto?, ¿ hasta cuánd0 va a seguir así? ¿será que siempre va a ser
mica lo que su hermana decía o hacía, es decir que sólo podía así?» 1 e
copiar los movimientos de su hermana sin significación alguna. _ «Y si Pablo (7) sb parece al primito... ¿ va a ser ~iempre así?; a e
Por ejemplo, movía los labios como si hablara, hada garabatos en ' _ veces creo que todo ]es inútil, ¿ par~ qué venir acá si a Pablo está e,,,
el pizarrón que de lejos parecían·estritürá:-s1:cinaare-interpretaba: - visto que no le da la cabeza?», comentaba, desesperanzada, su t l~fli
«Lo que le pasa a Jazrriine es que llora mucho porque es nerviosa,
por eso es tan flaquita»(este comentario cqntrastaba con nuestra
madre.
Las mamás de los niños con problemas de aprendizaje solían
e lllfH1
e
RR
identificarse con éstos efectuando abundantes autorreferencias propias vidas.
infantiles asociadas a sus historias escolares.
Por ejemplo, la mamá de Lliis nos decía: La posibilidad de imaginarizar proyectando a los hijos al
«Luis salió a mí, es de mucho comer y es flaquito. Yo vivía futuro, abre el acceso a una terceridad52 , iniciando de este
mirando dibujitos, estaba ausente, así como hace él. Su maestra modo el camino hacia la simbolización y favorece la constitu-
dice que es como si no estuviera en clase, ¡justo lo que me decían ción de un proyecto identifica torio en el niño.
a mi las maestras!».
Tanto la mamá de Jazmine como la de Pablo pensaban que los Observamos que las madres de los niños con problemas de
que les pasaba a sus hijos es q~e «salieron burros» como ellas .. aprendizaje ponen el énfasis en lo antoconservativo haciendo
Nótese la diferencia con la mamá del niño· sin problemas de «oídos sordos» a los deseos de éstos y/ o a su sufrimiento psí-
aprendizaje que nos comentaba: quico ..
I·
«Francisco es igual al papá. El papá es muy inteligente(... ). Yo Era común escuchar comentarios como estos:
;\
le guardo todos sus dibujos para que Francisco los pueda ver <~riel era buenísimo, ni se lo sentía, dormía todo el día y no
lfl cuando sea grande para que vea cómo era cuando era chico». daba ningún trabajo, siempre comió bien».
'lf'
~"
lit,¡
Esta mujer, que había recibido escasa instrucción, no sólo
transmitía que guardaba los dibujos para que Fra1:cisco viera, cuando
Estos discursos se caracterizaban por la ausencia de cualquier
alusión a actividades placenteras, autoeróticas, de la í~1dole «le
sea grande, cómo dibujaba a los 6 años, sino. que podía pensar a su gustaba el chupete», «le gustaba bañarse». .
~Jif\ hijo en un futuro remitíendolo a sus propias producciones. gráfi--- - . Un efemplo de esto lo il~st.ra el siguiente párrafo extraído del
,~ cas infantiles. Esta expresión del deseo materno, no consistía en discurso de la mamá de Arid: · · · ·. · . ·- ---·- - · - - - . 1//i¡
'·
\1t .... querer mostrarle a su hijo el simple trazo habilidoso de ·sus ·dibu=- ·«Yó-teo:fa ·mi-edo-de· cüaríao-empeza-fan. lis clases:-Me iba a - ¡
,·
jos, sino más bien, algo de su subjetividad, a saber: cómo era él tener que quedar sola con él, iba a llorar y yo no iba a poder hacer 11
\I)~
cuando era chico». · las cosas de la casa. Pero no fue así, no ll9raba hunca, ¡fue tan
tranquilo!, ¡qué distinto a su hermana!, no le deseo a nadie lo que
La abuela, que tenía a su cargo a Ana (6), niña si1; problemas pasé con ella, llorab'.á y lloraba todo el día porque quería estar
de aprendizaje, contaba que todos sus hijos han sido sólo de ella, · alzada todo el tiem¡jo. A ella sí que le dábamos los gustos pero 111
•• 1
«son hijos naturales, porque yo tengo la idea que si son reconoci- ahora ya estoy v1e1a para eso». !
1
dos los tengo que compartir, y mis hijo~ ·son míos, no comparto la Una de las caraciterísticas comunes en toda$ estas mamás radi-
patria potestad con nadie. Desde que 'fos llevó en el vientre, soy cabaen las fue.rtes kendencias endogámicas con dificultades/ fa-
la única responsable hasta que algún día se separen y sabrán ellos llas en la operació~ del pasaje de «lo familiar» a lo «no familiam
lo que hacen». . '-....
que les hacía tener ~edo del «afuera», visualizado por ellas como ¡11
No se nos pasan desapercibidas las características tan pecu- lo desconocido/ p~ligroso. '
liares de este discurso, digno de un análisis más profundo. Sólo En· el· casó.. de 1:uis-;-ños-decíasu"madre: ·
¡;
queremos destacar en él la posibilidad que tiene esta mujer de «Él siempre se quedaba en la casa. No era e.orno su hermano
pensar sus hijos en un futuro separados de. ella y decidiendo sus que hay que estarlo cuidando para que no se vaya la calle. No "sé a
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- - - - - - - - ...............,_.......,,TIT....... >l"t~l'l"Pl""ft:"••1•~"f"l""l-1~---_....-.
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por qué con él siempre tuve miedo si andaba en bicicleta, si quería
ir a lo de un amigo (... ), tenía miedo de que algo le pasara. Yo
escuela parece ser para Ud un lugar peligroso» le señalamos, a lo
que respondió: «Sí, siempre pasan cosas así, y yo no sé qué hacen •
(
también, cuando era chica, prefería quedarme mirando cómo la las maestras. Siempre tengo miedo de que no lleguen (refiríendose
(
madre de una amiga mía hacía tortas, en vez de jugar afuera, en el a las mellizas) y recién cuando las veo venir respiro tranquila. J\Ii
patio, con mis amigas». (
marido me dice: vos querés que vengan volando, pero con todas
las cosas que se ven en la tele y en la escuela (sic), yo tengo e
Estos miedos de su madre, sobre los cuales Luis había tejido miedo. ¡Se ven tantas cosas en la escuela!, ¡esos chicos con malas (
fantasías terroríficas, produjeron un arduo trabajo en su psicotera- costumbres! La escuela es un foco de contagio». (
pia. Luis nos contaba sobre los grandes peligros de la calle a los
(
que se veía expuesto en el trayecto que recorría en bicicleta des- La mamá de Ariel nos relató su historia en los siguientes tér-
de su casa al dispensario. No olvidaremos el día que entró son- (
mmos:
riente al consultorio exclamando: «:Mi padre nos trajo a San Lorenzo para que estudiáramos. A e
mi no me gustaba la escuela, quería estar en casa con mi mama. (
<~hora es más fácil venir... por el mejorado que hicieron. Le ¡Me gustaba tanto hacer las cosas de la casa con ella!. La escuela (
dije a mi hermana que no me acompañara, yo podía venir solo.» era un suplicio, yo quería mi casa(...). Ahora tengo 43 años y me (
siento muy cansada; mis hijos me dicen: ¿por qué estás tan cansa-
Este miedo «al af~era» representa un interés muy particular (
da, si tenés 43 años nomás?, ¡ pero mamá trabajó tanto desde chi-
para nosotro_s. Se trata de miedos arcaicos que las madres transmi- ca!. A los 15 años tuve que emplearme en una fábrica. Yo no e
tían a sus hijos y que se hacían extensibles a la misma escuela con··- quería salir de casa. Desde entonces llevo· él sello de responsabili- (
todo lo que ésta representa como institución, diferente de lo fami- .....__dad, ¡era tan chica!». (
liar, y como significante del aprendizaje -y del conocimiento. El· Prosiguió con su relato diciendo: «l\!le da miedo. cuando Ariel
conocimiento también es algo novedoso que reviste el carácter. de (
va a la escuela. Me quedo mirándolo hasta que cruza la calle. Yo
lo «extraño», de lo no familiar. Vale decir que para que un aprendi- no lo dejo jugar afuera, tengo miedo que le pase ':algo. Uno lo (
zaje recree un pensamiento creativo es indispensable que el suje- acostumbra así porque_ la calle es peligrosa. Él sale a jugar y yo (
to-niño haya podido resolver satisfactoriamente el pasaje de «lo salgo con él para conti¡olarlol>. (
I
familiar»a «lo no familiar». Estos miedos de las madres dificulta- 1
I (
0ban enormemente la constitución del pasaje mencionado en sus
hijos.
La mamá de Pabló. expresaba su deseo . de que hubiese preferí- (
do tener una nena porque «los hombres de la familia desaparecen
(en alusión a un qerm~no que se fue y no se comunícó más con su (
Lo que sigue es el fragmento de una narración que pertenece familia), mientras que/ las mujeres se quedan jun_to a su madre». (
a la mamá de Jazmín:
1 (
«Un día fui a la escuela y entré al grado de Jazmine, la maestra ', Tampo:o· ella d~if ba jugar a Pablo en la call~, JJ.OS e.:'plicaba: .. _ (
no estaba. Jafmine se había .cortado una oreja, nunca supe cómo, «Total el puede ¡ugar adentro-de la casa-corr-su-hermana-y-lo~-
sangraba mucho, la llevé al dispensario y la cosieron. Me enteré pnmos». e
que otro chic'o se cayó y tuvieron que llamar a la ambulancia». «La (
e
'
(1')
n,
La mamá de Francisco tenia un cuaderno con el que mantenía «l'vfüá mamá mi cuaderno, hoy hice este dibujo» (se11alándolo), a lo
una particular relación libidinal al que le hablaba y «le escribía que su madre le respondía embelesada: «¡está hermoso, hijo mío!».
contándole» sobre sus penurias. Su vida había transcurrido entre -. Escuchemos el. discurso de esta mamá en otro pasaje de su
sentimientos ambivalentes que vasculaban entre· el odio y el amor. disn~rso para comparar con los discursos de las madres de los
Intensos temores de abandono y desamparo recrudecieron niños con problemas de aprendizaje:
1
con los embarazos. Sus fantasías teñidas de poderosas pulsiones
tanáticas eran comunes a los miembros de su familia de origen. Su «Como es tan inteligente (refiriéndose a Francisco), el tío le il
hermana «no está bien de la cabeza» y su hermano menor tampo- regaló un video-juego 53 Quizás por eso también es tan inteligente»
co «como consecuencia de un piedrazo en la cabeza». Presa de (sic) -fue entonces que le preguntamos:
reproches edipicos, fantaseaba con matar a su propio padre. Su «¿será tan inteligente por el video-juego o porque Ud, el tío
hermano ha tenido intentos de suicidio en varias ocasiones. Ella de Francisco, el papá, lo alientan a jugar con juegos desconoci-
misma no atinaba a compr"é"rider cómo es que «no caí en un pozo». dos?».
Esta expresión tenía para ella una doble acepción: la de un pozo
real, frente al cual fantaseó aúojarse en momentos en que los Elegimos la historia de Francisco, niño con éxito escolar que
'1 sentimientos de soledad la embargaban y la de un pozo metafórico proviene de un hogar muy humilde porque, no obstante tratarse
de su depresión. Nos preguntábamos acerca de las causas que la de un niño con una mamá que tiene una historia afectiva muy
1¡1
salvaron de tales destinos. Es posible que su p~sión por escribir, complicada y que padece de una profunda depresión, en su dis- 1il
'¡
torsión de l~ sintomático en una actividad sublimadora, obedecie- curso aparecen, constantemente, referencias a un tercero ¡¡
~ ran a ·una transformadón-de-laf pulsiones mOúíferas: Nos vienen habilitantes de posibilidades potenciadoras para el pens¡¡.miento y '¡
1
a la memoria sus palabras: ·· · · · -------- \,_ para la «disposiciÓID>54 para conocer. Según ella, Francisco se pare-
ce a su padre· en ·«lo inteligente» ·----- ·
«J'vii marido estaba lejos, no conseguía tr~bajo en el pueblo, yo No es común que, en los niños con problemas de aprendiza- 1
ft
cargaba con mi hijo y mi embarazo. Siempre estaba sola. Me la je, las madres encuentren identificaciones del hijo con el padre en :¡,
1·
pasaba esc~ibiendo. Al único que le po-día contar era al cuaderno. aspectos referidos al pensamiento y/ o inteligencia. En algunos 1
11 Lloraba mucho. Cuando me ponía mal empezaba a escribir, el otro casos hemos escuchago a algunas mamás quejarse de los proble-
,t'1 (por su hijito) lloraba pero yo seguía escribiendo». mas de aprendizaje df sus hijos, desconcertadas, porque conside-
.,1 raban que su hijo es rimy inteligente. P~ro, aún e~ casos así, a estas
En la primera entrevista Francisco 11o's dijo (refiriéndose a lo mamás se les hacía ,difícil identificar este rasgo de su hijo con
,.tl
que habían trabajado ese día en la escuela): «Recordamos los se- algún familiar, much9 menos con alguien de la rama paterna.
vj
., res vivos y los no vivos», y nos dio ejemplos. Ese día realizó u0___a
clasificación de la biología que interpretamos como una transfor~
·"
•-~
- Por otro lado, h~llamos en ddiscurso de la mamá de Francis-
co la proyección derhijo hacia un futuro cuando dice: «. .. que vea
.!l
mación de las pulsiones de muerte en aprehensión del conocí- cómo era cuando era chico», lo c'¡ue podría ampltarse de la si-
miento. ____:_----- .. ---· .... . , , --------- guiente manera: qu~ cuando Francisco sea grande pueda ver en
Francisco trataba a su cuaderno del mismo modo en que su :; sus dibujos infantiles cómo era cuando era chico. Este discurso
~'. madre lo hacia con el suyo. Solia mostrárselo-·mientras le decía: deja traslucir un deseo materno de que Francisco sea grande, a la
l'I
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- - - - - - - · ~ - · - - - - - · · · - - .-.,-,,...,........--·1~l'l"f.,,.,,.,.,,..,..,."T"1'~~----
t
t
•
vez que reconoce la subjetividad del niifo como un sujeto dife-
rente de ella, es decir, que Francisco, por sí mismo, se vea y
DE ALGUNOS RASGOS RELEVANTES
EN EL PRIMER AÑO DE VIDA Y DE •
reconozca en sus dibujos, acción en la que ella quedaría poten-
cialmente excluida.
LAS DIFICULTADES QUE PRESENTARON
LAS MADRES DE LOS NIÑOS DE LA MUESTRA
' (
una salida simbólica Qo que implicaría el reconocimiento del otro) en cada niño. - f
la expresan con el lenguaje del cuerpo en forma de diarreas , otitis En todos los casos encontrábamos que estas modalidades se t
agudas, espasmos asmáticos, etc (Rodulfo, 1989), ya que el lengua- hallaban moldeadas por matrices constituidas tempranamente, a la t
je verbal todavía no lo pueden poner a su disposición para expre- vez que se vinculaban con los modos de relacionarse con los
sarse.
En caml;>io, en los niños sin problemas de aprendizaje, encon-
primeros objetos novedosos de acuerdo a la forma con que le
eran presentados.
'
t
tramos esta categoría bien- construida. En los. discursos de estas Silvia Schlemensón (1996) sostiene que las primeras relacio- f
madres está siempre preseñteiiiia--ley de· 1a óiltüra qüé-vuelve < nes objetales configuran la matriz de los modos de estrategias que f
tolerables y placenteras las ·nuevas· adquisiones· de sus hijos. De el niño adoptará frente a lo novedoso durante·el proceso de-apren-
esta manera los alientan hacia una autonomía (siempre relativa) del f
dizaje. . .
pensamiento. No sólo nos fue posible encontrar estas relaci:ones en todos f
los niños sino que además, resultó muy significativo el modo en (
que la madre presentaba, a su hijo los objetos novedosos, particu- (
larmente los que den1minamos objetos mediatizadores.
Hemos llamado' oójetos metliati~atlores a aquellos objetos
sobre los cuales el ~o puede apunt¡:¡_larse y que facilitan la acep-
'f
(
!'
r,I
ban a formar parte de las identificadones del YO .. Quedaba mamadera hasta los 5 anos, y cuando consultó por segunda vez,
;i1¡
asociada la relación que el niño establecía ¿on los objetos todavía dormía con ella y no lo dejaba ir solo a la escuela (no
nuevos a la modalidad con que se le ofrecían los objetos obstante vivir a tres cuadras de ésta y que las calles no eran muy- l.
novedosos por aquel que ejercía la función materna. Pudi- transita das).
mos observar que dicha modalidad guardaba _relación con Las conductas de estas madres eran ambivalentes, por lo que 11
'I
las dificultades o disposición placentera con que las madres manifestaban serias dificultades para efectuar las castraciones par- ¡1
se vinculaban con lo nuevo a la vez que repercutía en el grado ciales55, y eran renuentes para utilizar objetos mediatizadores con
1//j
de tolerancia que demostraban éstas con respecto a los movi- sus bebés.
mientos de independencia del niño en relación con su tuto- Los objetos mediatizadores ayudan a crear un campo
ría. libidinizado, funcionan como nexo entre el niño y el resto de los
HI
Estos objetos tienen la propiedad de ayudar al observador a objetos sustitutos de la madre.
apreciar los modos en que una madre presenta a su hijo lo nove- Pero, si la madre no recurre ellos envolviéndolos con len-a 1
doso y las vivencias que este acto le suscita. guaje, la relación con su hijo se estrecha de tal modo que le difi-
En las entrevistas con las madres dimos mucha importancia a culta al niño el acceso a la terceridad.
est~ tema, interrogando exhaustivamente sobre la modalidad de Encontrábamos que las conductas ambivalente de estas ma-
los destetes y el uso de estos objetos mediatizadores. más se agudizaban con las condiciones adversas que les había
Queremos aclarar que este concepto nos brindó elementos tocado en suerte.
importantes que nos permitió articular la modalidad de las prime- Los casos de familias en las que las difernncias con respecto a
ras relaciones .objetales con los modos de estrategias frente a-lo - las edades eñi:re los -herinários -ei:iri significativas, rios · pet;mitieron
novedoso, ya resignificados por el niño en edad escolar. -'"3preciar mejor el cambio eri la asilntión-de-·ta fondón-:-patetna:;--
___ Observamos que era frecuente- que el amamantamiento se entre un· «antes» y- un «después»·-de- que el ··padre ql\edara sin un ·
'
~
prolongara más allá de lo acostumbrado aunque esta conducta
solía acompañarse de otras claramente expulsivas.
empleo estable. Hasta es probable que la ambivalencia de algunas
de estas madres para con sus hijos se relacionara cort el hecho de
que no hubiese si1o proyectada la crianza de Ün hijo sin la ayuda
'
Por ejemplo, en el caso de Ariel, su mamá no recurrió a estos
objetos mediatizadores para su crianza. Fue así como no le ofreció de sus maridos, quiene 1, deprimidos, no veían en este hijo al que
· el chupete porque «deforman los dientes», no lo acuñó ni lo tuvo vino «con un pan bai9 el brazo» sino que, por el contrarió, éste
«demasiado alzado para que no se malcríe», le dio los alimentos había venido a agravadas penurias econ.ómicas y crisis por las que
sólidos preparados «igual que a los grandes, porque yo quería que atravesaban estas fa~lias.
• •!
aceptara las comidas con el gusto que tieríen». «Me decían que le Estas mamás. no pabían podido hacer un destete gradual, el
ponga azúcar porque era muy chiquito para comer sólidos pero yo niño había sido deneg¡ado en muchos casos, en vez de que las pulsiones 1
contestaba que no, él tiene que comer como son las cosas», no de deseo del ni1iofueran
.
iiiterceptadas
1
J' en parte sojfenidas a la
•
entrada en el :1:
usó andador porque «no me gustaba forzarlo a que estuviera para- lenguqje por un intercambio ltídico y sodalizado, con valor de placer
1 :¡
Sin embargo, la mamá de Ariel, que no le dio el pecho porqu'e Quisiéramos hacer una salvedad: la relación madre- hijo tiene ;i i
en uno tenía un quiste «no iba a marriar sólo de una teta», le dio la características singulares, es única e irrepetible, pero cuando las 1
!
f'I ! i¡
l~
99
------·-·--··········
e
para masticar (sic). A los 5 meses ya comía lo mismo que los •
e•
condiciones sociales amenazan la integridad narcisista, hay mayor
riesgo de encontrar madres con estas ambivalencias, tanto en aque- demás porque no quería darle privilegios. Ella tenía habilidad para
llas cuyos hijos tienen problemas de aprendizaje como en las que comer con las manos y se bs arreglaba. bien. A los 8 meses se
(
sus hijos no tienen estos problemas. sentaba en la sillita y comía con las manos mientras yo le daba de
(
Los objetos mediatizadores gradúan los procesos de corte, de comer al más grande».
pasajes y su ausencia los dificultan, en cuyo caso puede quedar la
madre como única dadora.
Ejemplo de lo dicho lo encontramos en el discurso de la
La modalidad del \'Ínculo entre los padres y el ni110 le dificul-
taban a éste la relación con lo nuevo. Estos vínculos también
' (
(
mamá de Ariel, quien decía lo sig~iente: formaban parte de las primeras improntas de las modalidades fa-
(
«Un día lo senté en la pelela y le expliqué que ya estaba miliares frente a lo novedoso, a la modalidad de apropiación de
(
grande para hacerse encima (Ariel tenía 1,4 años). Le dije que estos objetos y a la modalidad de intercambios.
cuando quisiera hacer caca me pidiera. El no recurrir a ·ellos, -produciendo los destetes de manera (
Leticia fue en lo único que me ayudó. Ella fue propiamente directa, sin mediación, denotaban, una vez más, las fuertes ten- (
su hermana; no acepté nunca que lo atendiera,· yo no la dejaba, yo dencias endogámicas de estas mujeres, con modalidades expulsivas (
era la madre. El estaba acostumbrado con la mami». pero siempre acompañadas de modalidades retentivas; que no
(
propiciaban la preparación del terreno para la apertura a una
(
Las mamás que no se habían valido de. estos objetos terceridad y para la incorporación de. lo novedoso.
111ediatizadore.s habían tenido que realizar un mayor esfuerzo, vio- Por lo demás, era recurrente. en sus discursos la vivencia del (
lentando al niño, al tener que exigirle el cumplimiento de funcio..: - afuera como peligroso~ Tenían muthó miedo y temían pqr la segu- (
nes para los cuales no estaban preparados o tornando displacenteras _"-ridad de sus hijos. Es que algo en lo más profundo de~ su-ser
f
aquellas situaciones de -incorporación de las cosas nuevas;·· . probablemente «les dijera» a estas mamás, que no h~bían perdido ,-
Por otro lado, los niños prolongaban su dependencia como un el juicio de realidad aunque sí sus enunciados identificatorios, que f
of?jeto parcial retenido en la dependenda de la instancia tutelar, sometido a su sus pequeños no estaban preparados para afrontar ese mundo ex- f
posesividad y a s11 total vigilancia para la alimentación, el vestido, el aseo, el traño a lo familiar, mLmdo con el que ellas tenían serios conflictos (
acostarse, la dea111b11lación (Doltó, 1984). y temores. ,. t
Se daban situaciones paradojales como las siguientes: mien- Veamos un ejem~'lo ilustrativo de las vivencias ang.ustiantes
f
tras que algunos niños dormían con sus padres tomados de la de estas personas: la mamá de Jonathan nos decía:
mano de alguno de los progenitores o «prendidos a la teta» hasta «Créame Dra, yo¡ creo que alguna· maldición ha caído sobre f tll'
,/
etapas tardías de su desarrollo, era frecu.'ente que sus madres le los que vivimos. cerc~ de-1 arroyo. La semana pasada intentaron f
quitasen los pañales durante el día entre fines del primer año de incendiar mi casa unps vecinos que estaban borrachos, salió mi
1 •
e
vida y mitad del segundo. hijo para ver qué pasaba y lo acuchillaron. Tuvieron que hacerle
e
un ano «contra-natur~» porque le perforaron lc.)S intestinos.
La mamá de Daniela nos .decía: ;,;;.
El viernes se ah~gó un nene-de-4-año:,:en-el-:arroyo=y-este-fin----
e
"·{f ( 11
<'.A los 4 meses ya comía carne. Yo no quería cortársela muy de semana un padre con el hijo. No se qué nos está pasando, hay
( 11"
chiquita como me decían, ni licuársela, ella sabía arreglárselas bien cosas que ya no entiendo».
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IP 0$M4 I ;¡ $ w;a.OMC#AO; ;¡ '* M z fMWWW#P 7. ; 14;;m..;um;11 m,c OIMH ih ; • mm,___.. · . ---
Consideramos que este estado de permanente terror puede sista» (definido en la Introducción), los niños se encontraban sin
enunciados identificatorios en el grupo agonizante de pertenencia,
favorecer el incremento de la violencia primaria ejercida sobre ei'
que fueran lo suficientemente fuertes y definidos, con adecuados
hijo, junto a la ausencia del padre o de su función debilitada.
niveles de certeza que posibilitaran su repetición por los miem-
Las castraciones parciales fallidas creaban inseguridad en los
bros de ese grupo, lo que les ayudaría a efectuar identificaciones
niños, quienes quedaban a merced de una violencia primari_a ex-
cesiva por parte de sus madres. Y cuando llegaba el momento en más consistentes.
el cual podrían disfrutar de la pulsión de dominio, al descubrir
que eran capaces de transformar la realidad y transformarse (tan
placentera para otros niños que dc;scubren que pueden manejar su·
cuerpo, manipularlo por sí mismos, porque pueden dominar sus
pulsiones), los niños a los cuales nos estamos refiriendo se vol-
vían torpeis; solían tener· dificultac:fes con sus cuerpos en el mo-
mento de adquirir cierta autonomía de éste con respecto a su
madre. Fenómeno que intentaremos explicar de la siguiente mane-
ra: al quedar la madre como ese «todo», único referente, entre el
niño y los objetos, el temor a perder su amor, el temor a su aban-
dono, se transformaba en pánico. Eran capaces de,entregarle aque-
llo que su m_adre les demandaba, se tratara de la deambulación,
del-lengtiaje-ó -dél p-e-iisarríienfo a cambio dé "asegurarse el amor
materno, garantía de su supervívéncia:-Es-en--esi:e-a"spectoque-- los -. ''-....
¡ 1().1
CONSIDERACIONES SOBRE •
LA FUNCIÓN PATERNA EN LOS NIÑOS f
•
CON PROBLEMAS DE APRENDIZAJE e
e
f
(
La reproducción sexual va junta con otra reproducción: una transmisión, (
en la cual el principal mecanismo es la identificación del 11i110 a sus padres (..) (
El sistema de parentesco se estn1ct11ra en base a 3 f)es: la diferencia de los
(
sexos, las diferencias generacionales)' la dominancia masculina, mediante la
(
mal se produce un lugar para designar la función simbólica paterna. (.) El
padre es el primer soporte de la autoridad)' de la lv1) ' el tercero indispensable f
para la diferencia simbólica(..) HC!)' 1111a contint1idad poderosa en la transmi-
''
sión cultural, de la cual todo ser humano se hace cargo)' es sensible. Se trata de
los ideales que reúnen a los miembros de 1111a fcúnilia, de una comunidad, de
(
una sociedad (..), surgen así ideales 1111evos, originales, para responder a aspira-
ciones nuevas, fo,jadas en relación a aquellas que las precedieron. (.:.) (
la». 1 1C ·11i
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Gabriel: «El nene está enojado porque «el jefe» maneja el
avión y no lo deja manejar a él».
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Terapeuta: «¿y qué te parece que va a hacer el nene?».
Gabriel : «se va a encerrar en la casa con su- hermana a escu-
char música o va a ir preso porque «se castiga».
Podríamos suponer que el conflicto de Gabriel era el siguien-
\
te: quedaba prisionero en un encierro incestuoso a la vez que
~
estaba imposibilitado de fantasear con atacar a su rival. El castigo
que deseaba para el otro se le volvía imaginariamente en contra;
castigándose. Gabriel quedaba sujetado en un «adentro» que le
dificultaba la aprehensión de lo novedoso y la relación con sus Ü.
pares, en un momento de su constitución psíquica en que debería
haber superado este conflicto para poder aprender. --,.
El papá de Gabriel refería sentirse «impotente» por la situa-
ción laboral que atravesaba desde hacía tiempo. Mientras que a su
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delegó la elección del nombre de su hijo menor en la abuela ·.)
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materna. También delegó en su esposa todo el cuidado y respon- ·~. -- -·
sabilidad en lo que respecta a la crianza de Gabriel, se confesaba
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cansado para hacerlo él mismo. ·'------
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Durante un tiempo prolongado el tratamiento de Gabriel giró ~
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1 Este padre se aferraba todavía a un ~eseo: su pasión por la
·-·~ 1 herrería artística. Consideraba que Gabriel.había «heredado su gusto
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por las herramientas y manualidades» p~ro, a diferencia suya, no
comprendía por qué su hijo desarmaba y abandonaba todo lo que
empezaba.
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Ocurría que Gabriel intentaba contruir un lugar que no podía ----
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.'.,,.ü,.l,Jl.,,,;l:1JLiA1hilH!!Ültc,~: ¡¡¡,¡;,,1l,iull!:illlillii!HalmmtllOlltlldliUiiHIUUl1WiilllMlliffli!Hlilllll"l"illhuWlfJl.luul,u.t1U1>mJu..1u••"4U•"U",••·•· ... ·91·1~
Se trataba de un padre que había fallado en la transmisión y el «un verdadero padre» desde que él era chico. Ultimamente «las
efecto que esto produjo resintió el potencial de desarrollo inte- cosas en el taller andaban muy mab> y su patrón le había manifes- l
lectual de Gabriel. Este hombre supo tener ideales politicos que tado que, si la situación laboral continuaba así, iba a tener que (
motivaron el despido laboral; deseó ser ingeniero: se inscribió en despedirlo. (
una facultad privada porque sus horarios de trabajo nO coincidían El papá de Luis tenía un proyecto largamente acariciado:
con los de la facultad pública. Al poco tiempo tuvo que abando-
e
«Desde que supe que Luis sería un varón pensé que nuestra (
nar porque no lo podía costear pero, además, porque le resultaba
muy difícil el idioma inglés. «Yo considero que el inglés no es situación podía cambiar. Yo solo no puedo poner un taller pero (
para los grandes, ¿quién puede aprenderlo?», agregó su esposa en con él seria distinto porque trabajaríamos juntos, todo quedaría en (
una entrevista. También deseó «ser un artista en herrería, pero en familia, ¿me comprende Ud?. Luis sería mi socio compinche, como
(
la fábrica necesitaban soldadores, no artistas, y cuando me despi- éramos mi papá y yo antes de que_ él muriera».
dieron tuve que hacer rejas para ganar unos pesos; así que nunca
e
Es probable que Luis fuera lerdo para no quedar aplastado por (
tuve el tiempo para dedicarme a la herrería como yo quería». «Ahora
trabajo todo el día en el patio de mi casa pero cada vez vendo el imperativo paterno que resonaba dentro suyo como «crecé Luis, (
menos rejas; es que la gente no tiene plata, ¡es una impotencia la crecé rápido». (
que siento!». Luis poseía una habilidad manual que sabía utilizar ;(
«Gabriel me pide que lo lleve a pescar, que k arregle la_ bici- creativamente. «Viene de mi familia», nos dijo su madre. «Mi her-
mano hace joyas y a mi me gusta hacer cuanto curso de (
cleta, que juegue co11 él y yo 110 puedo, ¡qué voy a poder! no me
da ganas de nada, así». ma~u;lidades e-ncuentro por ahí. Hago cosas-muy lindas, ¿sabe? (
Gabriel tenía inscripción de un tercero, pero ¿cómo salir de \..También coso, vendo las prendas y con eso lo ayüdo--a-~1-rr1aii.do». - ·e
su encierro y mirar hacia" elládo del padre?; ¿cómo"salii exitoso .. -----------·--- De su padre, Luis-había fornado los-conodmientos-·sol:5te los·
·e
con identificaciones construidas con los emblemas paternos cuando motores.
(
su padre también se encontraba en un encierro y se consideraba «Cuando papá trabaja, yo miro cómo desarma losº:motores, me
( 1:
fracasado con respecto a su proyecto de vida? Se había identifica-_ gusta ver cómo son por dentro».
do con aspectos desvalorizados, con lo que él consideraba feme- Luis jugaba solo du,rante muchas horas por día. Sacaba moto- (
nino, con el «no te metás, las cosas no salen como uno quiere», res de electrodomésticos en desuso con los que. construía inge- ( 1
como solía decir su madre. niosos juguetes. «.Algúri día los voy a ha\=er yo a los motores» nos
decía con un dejo de ~sconformidad porque por ahora sólo podía
..,
El padre de Luis le decía a su hijo co~,,impanciencia: «apurate,
¿no ves que sos muy lerdo?». Efectivamente, Luis realizaba todas hacer juguetes con indtores a pila.
sus cosas con úna exasperante lentitud. Su maestra se quejaba En la primera ent;i:evista
, que mantuvimos expresó con entu-
porque «era el último en terminar las tareas» y su madre porque siasmo: i
siempre había que esperarlo. «¡Cuando sea graqde voy a ser i~ventor!» _
-Luis estaba marcado por ·el significante lerdo. No cabía dudas de que Luis se había-iaenfifrcadocon asffec~ : ____ _
Su padre trabajaba en un taller mecánico. Mantenía una rela- tos del padre muy valorados por él. Pero la posi~ilidad d~ ·pare~" --
-ción de dependencia con su patrón, quien lo había ayudado como cerse a su padre fracasado (léase: no poder llevar a cabo ún pro-
1 f\'1
l
yecto propio) lo angustiaba hasta el punto de no querer crecer. La interdicción que sena/a la dijerencia generacional tiene la ventqja de
Tampoco se sujetaba a la normativa escolar por temor a que- colocar a la par a los indi1•iduos de la misma edad de acuerdo a un orden de
dar sometido a lo que él consideraba imposiciones de aquel que atractivos y potencias sexuales semdantes, diferenciando las faaciones infantiles
representara la autoridad. a la madre, mya femeneidad está en declinación.
Estas negativas le hacían peligrar el· pase de .grado y si bien Luis no congeniaba con su grupo de pares. Se quejaba de que
poseía una inteligencia por encima de la media, sus producciones sus compañeros_ eranunos «brutos», que les gustaban los juegos
escolares resultaban muy pobres. También se empeñaba en darle bruscos, que se burlaban de él y que le pegaban.
apariencia de menor edad a su cuerpo frágil y delgado. La sola idea de tener que competir, rivalizar con sus compa- 1¡
La función simbólica paterna. fallaba en algún lügar; en efecto: ñeros, se le hacía intolerable, por lo que corría el riesgo de pl,(enlizar56
¿qué podía donar este papá que no podía pensar-se en un futuro (Doltó, 1984) las relaciones con sus semejantes. Prefería jugar 11
otorgándole el lugar de· padre a su hijo; lugar que, a su vez, él no solo, con sus invenciones, después de todo, así estaba más tran-
pudo ocupar eri relacÍón con su pa-dr~, -posi~i~nado desde siempre quilo, no corría riesgos y se divertía lo mismo. Pero lo cierto era ¡i/i
como hijo y que seguía repitiendo en la actualidad con su patrón- que su YO se empobrecía cada vez más, consolidado en esta posi-
papá. El deseo de muerte del padre reprimido (enunciado más ción de· no confrontación con el otro. 1/¡¡
arriba por Rosolato), era un deseo fallido en este hombre, en sus Tanto el padre de Ariel como el de Luis pertenecían al sector
/:1¡
intentos de matar al padre en lo simbólico. de nuevos pobres y padecían las consecuencias del descenso so-
·!/
Una inversión de la función paterna se habia operado en él: cio-económico. Como hemos analizado; esto producía efectos so- l¡i
I'
en vez de de?ear: .. que su hfjo llegue a ser, no aquél que lo arranque de su bre sus hijos, quienes habían. inscripto la función paterna, más o
zma
lugar, sino aquél a qúien se le da el derecho a tjeréer rnisnia ftinci6n en un menos fallida, p-ero presente al fin, en la estructuración de su 111:
tiempo futuro (Ro sola to, 1995), el papá de Lllís-añ.nelafo- un 1-i-éi:ma-· ·'--- psiquismo, como en la mayoría de los niños de la muestra perte-
no menor, un socio-compinche;- para que· 10· ayudara a llevar a .. ii"Edentes a este sei:tor-sotiat ·Retótde1nos que ·a medida que pa=
cabo sus propios proyectos. Pero esto a Luis lo aterraba: ¿dónde saba el tiempo esta función también se fue deteriorando y los
~
quedarían sus propios proyectos de hombre adulto cuando cre- niños de este sector social llegaron a tener fallas ~imbólicas tan
'
ciera? Intentaba salvar del aniquilamiento a su subjetividad amena- importantes como las de la mayoría de los niños del sector de
zada tomándose su tiempo para crecer. Tan intensos eran sus rríle:- pobres estructurales. /
dos que extendía esta conducta a todo tipo de actividades. Pero ni En este último se,ctor es común que los pad.res se ausenten y
aun de este modo sorteaba la amenaza del imperativo paterno, la función paterna la ~umpla un tío o i;t(l abuelo materno, cuando
pues algún día sería grande y tendría qu!r\nfrentar ª· su padre o no,· el sacerdote o 1Iinistro, según la religión a la que adscriba la
le
sucumbir a sus deseos. Las dos alternativas resultaban riesgosas. madre. También.es frecuente que los niños no conozcan quien es
La salida que Luis encontró a este dilema fue que sería «inventor». su padre o; en su defecto, no mantengan ningún trato con éste, a
>:.."'::'
Después de todo se sabía inteligente, y un inventor no depende veces ni siquiera el ~aludo. Estas modalidades suelé;n acarrear di-
de nadie, goza con su trabajo sin arriesgar l~. subj_~üvidad. ficultades en las iderttifi~aciones del niño con los emblemas de la
1 -
-- -·--·. cultura. !
Nos viene a la memoria otro pensamiento de Rosolato (1995) La responsabilidad y sobrecarga de las mujeres. es doble: «Debo
!
que dice lo siguiente: hacer de madre y de padre», se quejaba la mamá de Jessica como
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111
un Sustituto de la función paterna. Algo similar ocurrió con zado ella pero el dibujo era de su hermana. Durante varios meses
Guillermo, cuyo padre no pudo ~nscribir esta función en su hijo trabajaríamos el lugar que Jessica denominaba. «de mandadera de_ '
dadas las perturbaciones psíquicas que padecía. Al cabo de seis
años de tratamiento psicoterapéutico, Guillermo, imprevistamente,
Nancy». Todo el dibujo parecía tratarse de un gran interrogante
sobre la figura de ese hombre ubicado encima del techo de una
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nos dijo: «Ahora soy mori-aguillo. Lo ayudo al Padre todos los do-
mingos cuando da misa». Posteriormente, Guillermo llegó a pasar
casa dibujada sobre un garabato: pregunta sobr_e el enigma del
padre, por su función ausente, por su presencia física desmentida '
(
gran parte del día con el Padre ayudándolo en otros trabajos que por la madre. Preguntas que solamente· Nancy se encontraba en '(
éste le encargaba y hasta jugaban juntos al fútbol con otros niños condiciones de formularnos. En realidad, ella era la niña que nos
del barrio.
Frecuentemente, el derecho a la filiación le es negado a estos ·
fue derivada por la maestra jardinera, pero cuando efectuamos
entrevistas familiares decidimos tratar aJessica porque considera-
'
(
importantes en su constitución psíquica,-'pero las de Jessica reves- nocido para· su mádr~ que cuando iba a nacer «no· se sa_bía qué
tían mayor gravedad. Nancy había encontrado un sustituto de la cosa era» (porqu~ estµba colocada detrás de su hermana gemela),
1
función paterna en el esposo de su maestra jardinera. Se trataba de sólo que ahora lo que1 esta mujer no alcanzaba a comprender
•
eran
un matrimonio que no podía tener hijos y que viendo la precarie- las extrañas conduct s de su hija. ' _
dad de las condiciones de vida de lnl.iña~ -decidieron queel espo- - 1
----- -- -- Cuando Jazmine 'entró por primera vez al consultorio lo hizo
so la apadrinara. La llevaban con ellos los fines de semana, le de tal modo que al caminar se bamboleaba para l?s costados a la
compraban ropa y «él le hace de padre», nos comentaba su maes- vez que hacia muecas imitando a un mono. La primera impresión
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- Z :::m :
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Su padre, con características muy infantiles, renegaba, como
"" su mujer, de las diferencias. Una Yez nos dijo:
«En mi familia somos como indios, todos iguales. Nos ayuda-
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4 mos entre todos como si füeramos uno solo». La mamá de Jazmine,
a su vez, nos decía afligida: «Las 1mlli son tan iguales que ahora 1
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que ella (señalando a Jazmine) perdió-el arito, no se ~6~10 las voy
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\• y,'")
'b) -\ • a diferenciar». 1 ¡:
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,· -,i~
En el discurso de estos padres no aparecía ningún inte~sticio
por el que algo de la transmisión cultural pudiera filtrarse .
{ I . Qe'""""'\ ~• '' •
La madre de Jazmine tenía su mirada anclada en sus dos hijas a
quienes no podía discriminar y su marido. no había podido inter-
~,...... ____ ~
venir entre madre e hijas. Se trataba de una mamá que reintegraba
.·· ······...
J
~~' parte de SU producto, a tal punto que Jazmine era incapaz -de COflS-
{
j Q!_Uir una subjetividad y se autopercibía como no hurñanÍiida:-----
¡_, - --- -----__.- .
--·-- .. ·-- -----· - Los padres, como «no sabían-qué· cosa iba a nace:q> _no tenían·· -
) ··'.] -~
rr;
~
J
pensado nombre para Jazmine. El pediatra la llamó .Ester. A los
pocos días el papá fue a anotar a las mellizas en el Registro Civi!,
pero se olvidó de los nombres que su mujer le había encomenda-
f
do. Una tía paterna le e·scribió una carta desde Buenos Aires
- :,~~ F ' 1
~
sugiríendole nombres, y ¡'con éstos escritos en un papel, el padre
/
r~. ? ... de las niñas las inscribiéi. Desde entonce~ se llamaría Jazmine en
vez de Ester. Su madr~ no recordaba el segundo nombre de la
~'
)-'. '.. )
, - "),...
,..,... ,,........._,~ 6'.'f!!"
';· \' 1 ',,-
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"' . , , ,,,.
-. , •'¡l'.Z'-)-1 ,
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~ niña. Como era an\llfab~ta nos lo trajo. por escrito. Mientras nos
contaba la historia del ~ombre, Jazmine fue al pizarrón y lo llenó
.__,
,1~. • ~ - .
de inconfundibles «E» que no supo reconocer luego. Este hecho -
f, 1 '
~.J
realizar el gesto de escribir pero era incapa:z:--ae-esbb-:zarun:;clena-cr _ ~~~,~- -- ,
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palabra, ¿esa «E» tenía relación con el primer nombre recibido?,
~
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~ ~ \ \
¿qué le impedía escribir?. .
\\ 1
1 1; 111
••1
•
Jazmine era un gran interrogante para nosotros, ¿sería posible deseo reprimido de matar a su padre no podía llevarlo a cabo. Por •
que el pediatra que la trajo al mundo y la siguiera atendiendo
durante su infancia, hubiera dejado inscripciones en el psiquismo
de esta niña.?
otro lado, su padre aparecía como protegiendolo de las amenazas
del mundo a la vez que intercedía entre el niño y su madre. Los
efectos que produjo este padre que, si bien estaba ausente durante
'e
(
Observa.mas que la función de interdicción de· lá Ley del períodos prolongados, ejercía la función paterna, es que el niño (
Incesto, de donante, de linaje, frecuentemente no era ejercida por podía establecer relaciones sólidas con una singularidad que lo
el padre biológico de los niños del sector social más carenciado, a caracterizaba por la seguridad con que «se plantaba» frente al otro. •
la vez que parecía debilitarse con el agravamiento de las condicio- Su madre pudo amarlo, sin dejar de amar a su esposo, cosa f
nes socio-económicas en ambos grupos sociales. que no ocurría con frecuencia con otras mamás que se erigían (
No obstante, en la gran mayoría de los casos no se trataba de como «el todo» para sus hijos. (
niños psicóticos, aunque muchos padecían perturbaciones impar- En el caso de Francisco, sus potencialidades intelectuales ra- (
tan tes. dicaban, en gran medida, en la apertura hacia una terceridad con
f
En estos casos había que buscar la función paterna en otra que su madre, gozosamente, había permitido que la función del
parte: ¿el «Padre» de la iglesia católica?, ¿el Ministro de la «Escuelita padre produjera inscripciones en el psiquismo del niño. f
de Dios»?, ¿en las mismas madres que cumplian ambas funciones Finalizaremos esta temática con la siguiente cita de Rosolato:
sostenidas por el grupo de pertenencia?
Existían grandes diferencias entre. las madres. de los niños Toda la transmisión 110 consiste únicamente e1i la repetición ciega y sos/e- •f'
que presentaban problemas de aprendizaje con trastornos en la. . ni11Jie1ytq d_e__la~ ~ostmnbres, sino que además jien_e efecto sobre eljJo/epcial de
simbolización, y aquellos que, ante una situación familiar similar,
péro con otros recursos; no tenían dificultades para simbolizar.
desarrollo, de cambios, de invenciones y descubrimientos.
·'-- Esta evolución qm se a11ade a la dicha por los padres, es fommlada como ''
Recoidemos-d ca:so de-Frantisco;·n1ffó, con exifü escolar;·y -tina -;¡;te
vinéulación desconocida, sostenida por <<o/¿jetos ·¡,1-perspéctil'a>i, son
sus diferencias en el discurso de su madre con respecto al discur-
so de las madres de los niños con problemas de aprendizaje.
ideales en tanto que prqyectospara tm J11t11ro: ellos co11stih!) en el/entido de la
vida.
1
·.
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'(
Se trataba de una mujer que se encontraba en una posición
desean te con 'respecto a su marido. Este dato nos resultó rele- '(
vante, pues no ocurría lo mismo con las mamás de los niños con 1(
dificultade's. Estas presentaban, por lo gener~l, una sexualidad in-
fantil. / ,¡
1
¡l
1
Luego de finalizar este trabajo, creemos necesario reflexionar l.
sobre algunas premisas de las cuales partimos, algunas de las cua-
les no se cumplieron, al menos bajo la forma en que las pensába- :11
mos en un inicio.
Creíamos, por ejemplo, que el fracaso escolar se trataría de un ,, :11
síntoma social, producido por el «choque»entre culturas diferen-
·¡/
tes, mediante el C\1al los niños denunciaban, transgresoramente, I i
i
podido inferir que estos niños habían sucumbido al intento de se realizan sin efectos iatrogénicos para estos niños.
incorporarse a la cultura hegemónica. Se sentían derrotados; Si el fracaso no viene de larga data suele ser beneficioso para
tenían una resignación pasiva. Su imaginario quedaba atra- los «desnutridos escolares»otorgarles un dispositivo pedagógico
pado en una captura especular con sus docentes de· turno, que les permita re-significar el espacio de aprendizaje como un
que hacia que tanto unos como otros tuvieran ·el convenci- espacio del que pueden apropiarse, centrando el trabajo en lo que
miento pleno de que, efectivamente, estos niños «no podían», tienen y pueden hacer. Se trata de un espacio que posibilita al niño
«no alcanzaban», entendiendo con estas expresiones que es- recuperar la confianza en sí mismo. Hemos encontrado que estos
tos no poseían recursos intelectuales y/o culturales para des- niños tenían heridas narcisísticas que le acarreaban ret_racciones
ernpeñarse exitosame..nte en la escuela. Es[os supuestos mo- libidinales en su YO. Estos casos nos enseñaron mucho, generan-
tivaban que muchos niños fueran derivados a una escue_la do en nosotros interrogantes que no nos habíamos planteado has-
especial. ta entonces, ¿qué docente o psicólogo no ha tenido delante de sí
un niño ~e mirada esquiva , cabizbajo, con el que resulta muy t
EL DESNUTRlDÜ ESCOLAR, EN CONSECUENCIA, SE difícil comunicarse, sencillamente porque no habla y rehuye nu~stra_
,•
ENCUENTRA EN RIESGO NO SÓLO ESCOLAR SINO mirada, temeroso de que repitamos con él aquella violenci~. sim-
i bólica que Je produjo este sufrimiento y fracaso, sea por factores
TAMBIÉN SOCIAL.
histó~ico-afectivos o por algún exceso de la función docente?. ,
Si pensamos en el término «choque», éste supone aspectos Este dispositivo es un espacio enriquecedor de las potenciali-
,
- _defen~ivos y t-ransgresores que podrían indicar el estado de de-
nunci; del síntoma .del ~o ~pre;;:de;, ~U:n·q-U:e ~;t;p;;i~i~~~mient~ · - --
dades de los niños que busca rescatar la imagen de sí construida y
que han perdido. La observación y el trabajo con estos ni.qos nos· ,
del sujeto implique una renuncia como señ-alará·s~ra :r;1n-cf973·y.-··---- ---- -~QJn-· 11evado a desarrollar el concepto de contenidos
Es en este punto que nos interesa-riiai:cai:Tís-diferéii-cias eifrre·u0 ------ -· -- autorreferenciales:- -· ···· -- --- - '
niño con estas características y el «desnutrido escolarn. Este últi- Los contenidos autorreferenciales, transversales, son ~que- "
mo no puede defenderse y mucho menos transgredir una normati~.
va propia de una cultura que desconoce y que ademá~ ~o com-
llos relacionados con temas que permiten que los ~ñas realicen
autorreferencias, como.....r:riJ?do de proyectar «alge»-de lo de ellos . "
'i
prende (hemos observado con asombro, que algunos niños tildados en el nuevo conocimientp, para que éste no caiga en el vacío por 1,
de transgresores por sus docentes, en realidad no tenían . --· \ resultarles tan desconoe¡ido. . . ,,
internalizadas las pautas regladas de la institución). Sus pa~ámetros Cuando de culturas'-diferenrés se tra.ta, es im,portante cuidar
1\
con re_specto ª las re~las ~ra:1 otros, y l~.,~scuela nos les había es~ as~ecto p~ra evitar¡ los «corto-cir_cuitos»3jvínencionamos en
1,
dado_ tiempo para que rntenonzaran las nuevas reglas (tan rápido y
taxativo había sido el diagnóstico realizado por los docentes).
el traba¡o (el e¡emplo d;e Marcelo es 1lustrat1vo) 1 ·
Con1 este disposiüyo grupal se busca que, al re-encontrarse
(.
Otra consideración importante es la relacionada con las indi- en un espacio escolar, los niños prosigan con la copstrucción de -- ~
caciones terapéutica"s que suelen efectuars~ con estos niños. Es su proyecto identí fica~orio, suspendido/ qu..._ebrado ~uando algún'' t,
o
frecuente que los «desnutridos escolares>>.se.an-derívados"p~ra que . ;----·--pocertte;·a través del ej~rcicio de su función, la)nstitución Jo ha.
" (4
se les -efectúe un psicodiagnóstico y psicoterapia. Entendemos : :violentado. · /
1(,
que estas actitudes de los docentes O profesionales de la· salud no Los niños con problemas de aprendizaje comprometen su sub-
,, ,
\ '(.
!') j
¡)
jetividad y el deseo de aprender y muchas veces se_ encuentran sar junto a una endeble constitución de la estructura narcisista.
afectadas sus estrúcturas cognitivas. Sea por la primer causa o por Era frecuente observar cómo estas madres eran «arrojadas))
ambas, la producción simbólica 57 de estos niños suele ser pobre. hacia sus hijos, sin un marido o sustituto que cumpliera con la
Al iniciar este trabajo, partimos de algunos supuestos que nos función paterna de sostén de la función materna a la vez que de
permitieron dar cuenta de las posibles articulaciones entre los corte entre ella y su hijo. Asustadas del «afuera))que las había
factores históricos-objetivos y su imbrincación con los factores olvidado y en el cual ya no se podían. re-conocerse como miem-
subjetivos. Estos sirvieron de brújula orientadora a lo largo de la bros pertenecientes a un conjunto social dado, se «pegaban)),
investigación. temorosas, a sus hijos con demandas que aplastaban el deseo de_
Los niños con problemas de aprendizaje que pertenecían a. ese hijo-sujeto, con modalidades de relación predominantemente
sectores sociales en proceso de p·auperización eran muy sensibles autoconservativas para con éstos. De esta manera el hijo corría el
a los cambios (mudanzas, nuevos trabajos de los padres, el cambio riesgo de quedar posicionado como objeto_ colmante para su ma-
de lugar donde los atendíamos). Era llamativa la inquietud y ansie- dre. A estos niños les resultaba muy difícil realizar el pasaje hacia
dad que les ocasionaba la más mínima modificación de su una posición activa de sujeto deseante.
cotidianidad. El pasaje de lo «familiar»a lo «extra-familiar» se encontraba
El pasaje del YO Ideal al Ideal del YO les resultaba harto obstaculizado. Esta dificultad es común a todos los niños con
dificultoso, probablemente porque les había tocado vivir en un problemas de aprendizaje, se trate de este sector social o de otros.
grupo social que no conservaba las más mínimas garantías de No obstante, encontrábamos diferencias de consideración en los
1 estabilidad. Estos niños se encontraban en un proceso de progre- niño~ de _la_ <:ategoría de los «nuevos pobres», dada _la fotgilidad de
., sivas pérdid~s de sus enunciados identificatorios de origen. Las su YO en constitu':ión. Tanto en éstos, como en los· nifí_o_~_q11e_________ _
1)
observaciones continuas de estos casos actuaron como una luz -.. ____ pertenecían al sector de «pobres estructurales», el «afuera)) era
.¡ 11
roja,_de alerta, para nuestro trabajo; lo que nos llevó a realzar con-- - vívencíado-poi: ellos y'por sus pá'di:es--como-peligroso:-a.menazan---------
( énfasis la importancia de los postulados de origen en el proceso te. Creemos que es posible que exista una relaci."?n entré estos
·~ de enseñanza-aprendizaje, ya que son los pilares sobre los cuales miedos, al menos en parte, y una sociedad que ha' abandonado a
el niño puede dar un salto -entre lo conocido y lo no conocido. estas familias, reactivando en ellas fuertes sentimientos de desam-
Por otro lado nos volvimos mucho más cautos en el abordaje paro y abandono qu1:;· les «vuelven»desde el afuera como algo del
diagnóstico y terapéutico dada la vulnerab.ilidad de su YO con orden de lo siniestro/ acompañado, a veces, de fantasías de catás- -
lábiles soportes identificatorios. trofe. ·
Las funciones materna y paterna eran ejercidas con fallas im- Se trata de sujetos avasallados en su identidad pues «ya nada - ------ -
. ,,, ... ..
: .
'
portantes que dificultaban en el niño los. ·pi:Océsós de constitución es como era», comoldecía lina mujer.
psíquica. Los niños perteinecientes al -grupo de «peibres e-stru~turales>; '
Quizás, uno de los aspectos más notorios de estas fallas lo poseían más dificultades para anticipar que los otros niños. Esra·-::-:-::::~='--
constituían las dificultades de estos padres para anticipar «el hijo característica comúh a todos ello~ llamó nuesta atencíóñ~-Inte{:·_,':::_ :~::-__
) 1 ) • -·· -····-----~-----
te, este último peligro está siempre presente en los tratamien- I'
tos de niños, pero en el caso de estas mamás con su identidad
tan vulnerada, el peligro es aún mayor.
~
j ll. I 1 .J1
BIBLIOGRAFÍA:
'
.~:}~. Fernández Alicia: «La Inteligencia Atrapada». Nueva Visión. Buenos Aires
1987.
•
Freud, Sigmund: «Esquemas de Psicoanálisis». Santiago Rueda Editnres.
1
(.
.!
- ! $ ! 1 t a;;;;;;µau: as ---·-···
1
i
:
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Responsable coordinadora de Universidad de Rosario: Inés C
it
~
j
130 1~ 1
L
1 NOTAS
1
,, ¡,
l. Comenzamos nuestro trabajo con niños pertenecientes al sector social
ele nuevos pobres (sectores ele clase media baja que han hecho un ,t
acelerado descenso en la escala social, pasando a engrosar la base de la
pirámide social) y ele pobres estructurales. Con respecto a estos últi- .,
mos podemos considerar dos subgrupos, ambos con necesidades bási- ,,
cas insastifechas (ele acuerdo al TNDEC, 1990). Se diferencian entre sí
en que los de un subgrupo mantienen la representación social de la ,,
escuela como promotora ele ascenso social (como los nuevos pobres)
mientras que el otro sub-grupo tiene una actitud de descreimiento y ,(
desesperanza con respecto a la función de la escuela. Es el caso de los 1(
padres que prefieren que sus hijos en vez ele concurrir a la escuela, lo
que corisicleran una pérdida de tiempo, trabajen en la calle para-:ipor- !
tar dinero al bogar. ,,
2. Los dispositivos que hemos elaborado no será un tema que incluire-
mos en el presente trabajo. · 1f
que desea, que piensa, que tiene una historia socioafectiva que lo cons-
tituye como tal. L-1 función subjetivante está íntimamente ligada a.la.
constitución del proyecto ídentificatorio (que trabajaremos más ade-
,'
lante). ' - · -
"-·
4: - Intersubjetividad: e-s fa relación libidinal entre süjefos-,-inconclei1k,-- ·
fundada en el lenguaje. ·
(
'
5. Proyecto identificatorio: Según Piera Aulagnier es:' la «representa- (
ción de una imagen ideal de formas de comportamiento que el YO se - (
propone por si mísmo». mniño constrnye este proyecto a partir de las
identificaciones que ha realizado en su medio familiar, contrato narci- C
sista mediante, y la~ nuevas identificacion-es a los objetos ele la cultura_ . (
que encontrará por fuera de su familia.
6. La búsqueda de nu,~vos horizontes, cua~do el niño desea alejarse de su (
familia, puede fracasar en el intento (ver el caso de Ariel). - . -. '(
. . 1
T-,
~
.
ce simultáneamente al deseo y tiene un beneficio narcisista, porJo_quc.~--___ :~..
algunos autores consideran a la sublimación como' un' des"iiño'ii</,-ti..:::;;;~~--:~ .. :.. '·.' I
fensivo (las negritas son nuestras) de la pulsión.» }:Iornsteii1, Luis. Se·
minario dictado en el Colegio de Psicólogos. Rosario. 1988.
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preconcientes concientes.»
8. Violencia prhuaria: «es la acción medbnte la cual se le impone a la
psique ele! otro una elección, un pensamiento o una acción, motivados «Si bien una de las atribuciones ele la producción simbólica es su cualidad
en el deseo del que lo impone, pero que se apoyan en un objeto que conciente, las teorías psicoanalíticas la consicler:rn atravesada por
responde para el otro a la categoría de lo necesario». Piera Aulagnier. contenidos ineontientes que la singularizan, lo que implica realzar los
1975. El niño no tiene posibilidad de elección ante las conductas aspectos enigmáticos e históricos-subjetivos de dicha producción.» S.
interpretativas de su madre. Son precisamente estas conductas por parte Schlemenson (1997).
ele la madre las que lo introducen en el mundo de la cuitura y lo cons-
13. Los elatos recogidos fueron suministrados por la licenciada en Antropolo-
tituyen como sujeto. Esta violencia ejercida puede ser excesiva y gene·
gía Maria Cecilia Cafarotti.
rar perturbaciones en el niño. Al respecto, ver caso Daniela.
11
14. Hemos recogido abundante material extraído de los grupos de madres
9. Violencia secundaria simbólica de la escuela: es la acción ejerci-
que merecen un tratamiento interpretativo y analítico tal que escapan 1'/
da por la institución, vehiculizada por el docente, atmque sostenida
a las posibilidades de este trabajo. f,1
desde la escuela, representante de fo instituido por la cultma, sobre el
niño, en el acto/proceso de transmisión de contenidos seleccionados, 15. «Saber Popular e Identidad» en «Saber Popular y Educación en América
parcelados, recortados del conjunto ele conocimientos acumulados por Latina». Sergio Martinic (comp. Isabel Hernández y otros). Ediciones
dicha cultura (que no se refieren solamente a los co11ténidos científi· Búsqueda-CEAL. 1985
cos)sino que también incluye a los hábitos, valores, vocabulario, etc.,
que son indispensables para la aprehensión de la cultura dominante 16. Para profundizar sobre el tema de la salud docente recomendamos leer
el texto de Jorge Cohen y otros titulado «Salud y Trabajo.Docente. Tra'
por parte del niño. Este no tiene opción de elección de los contenidos
mas del Malestar en la Escuela.». Ed Kapelusz. Buenos Aires. Í997.
que se le transmiten con relación a la modalidad adoptada por la insti·
tución para tal fin. Sin embargo, le es necesario para constituirse como 17. Este texto fue escrito en el año 1996. Al momento de su revisión para
un sujeto de la cultura. ser publicado han pasado seis meses de su fallecimiento.
Esta violencia se apoya, no sobre las necesidades del niño, sino sobre el deseo 18. Mencionamos esta escuela y describimos algunas ele sus particulari<la·
di:: éste de pertenecer a un grupo social dado por el cual se siente a su des porque es la escuela del barrio.
vez, interpe!ádo.{el conjunto social lo necesita- para la· re-produc¿i6¡1. --
de sí mismo) Para poder lograrlo deberá aprehender sus objetos cultu- · -···-- Los niños de la muestra pertenecen a varias escuelas de la zona que cuentan
·'----. con una composición social del alumnado más heterogénea, desde el
rales que es lo que la escuela puede brin<:1:1:rl~ .. ---------· _ ··-·-- _ - ···--· - --- ··· · plinto de vista social.
10. Narcisismo: «amor a la imagen de sí mismo•. 0. Laplanche, J Pon ta lis;·
Diccionario de Psicoanálisis. 1981). S. Schlemenson dice que el proce- 19. Estos datos los hemos obtenido de entrevistas realizadas a la directora
so de narcisización es la proyección de representaciones amorosas en por la Licenciada en Antropología María ,Cecilia Cafarotii.
la cual la mónada psíquica de madre-niño se toma a sí misma como 20. Hoy en día no existe más ese servicio de apoyo escolar. Un grupo de
objeto de amor .(1996) · mujeres del barrio cofaboran con Cáritas distribuyendo comestibles y
11. Problemas de aprendizaje reactivos: Alicia Fernández acuñó este rop;¡. para los necesitados.
! .
término para caractenrizar a aquellos niños que no aprenden por cau- 21. Durante el año 1998'se produjeron dos asesinatos por disputas conyu-
sas político-institucionales, metodológicas y/o _de mala relación con el . gales que tuvieron características macabras.
docente. ,,
,.,.. .,,,_
1
22. «Purgar»: es un término que suelen utilizar los lugareños que consiste en
(
descargar los !'estos; ele la mercadería que queda en los camiones una
J 12. Silvia Schlemenson retoma la siguiente idea que transcribimos de Piera vez que los camion~ros la entregaron en el lugar de destino. Esta nueva
Aulagnier: « ... considera que la producción de símbolos, pensamientos modalidad de trabaJo se practica con camiones que transportan, fun·
á y enunciados, son manifestaciones de uno de los modos del funciona· damentalmente, cefeales y nafta. El producto que recogen lo venden a
miento psíquico: del proceso secundario ... » Más adelante.agrega:31con,___.____. un precio menor que el de mercado. Es interesante destacar que los
~. sidera (citando a Piera Aulagnier) la producción de pensamientos, co-· hombres que «purgan» los camiones se han organizado por turnos que
!l nacimientos, enunciados e ideas como una de las actividades psíqui- respetan rigurosamente.
cas de mayor complejidad con características preponder:intemente ··-11
135
·---.. - r .. ~·-J~_._.1-.~ --- .. ~ ; - , ,
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'~
El discurso del conjunto social de pertenencia, según P. Aulaguier, 30. La denegación consiste en el mecanismo por el cual el Yo niega una ~
2.3.
«es un grupo social que habla la misma lengua, regido por las mismas realidad (interna o externa) que le resultaría intolerable ele soportar.
instirnciones y una misma religión. Este conjunto emite enunciados Existen diferencias entre la denegación y la desmentida (que en los 1''
t cuyo objeto es el propio grupo que posee una serie mínima que llama- problemas de aprendizaje es importante tener presente). Con respec- ,,,
mos «enunciados del fundamento» o «fundamento del enunciado». to a esta última dice Frizzer:i: ·A.sí como el descubrimiento de la caren-
cia ele pene lo lleva a reconocer la «carencia·» como causa ele su deseo ~
24. Según los tipos ele cultura esta serie posee enunciados míticos, sagra- sexual, debe reconocer a su .. carencia de saber»como causa de su de- ,,,
dos y a veces científicos.Todos comparten una misma exigencia: su seo ele ver y de saber.
condición de fundamento «... recibidos con valor de certeza.» (1975). ~
Es decir que el peque110 sujeto al desme-ntír no se posiciona como aquel que
25. Prosiguiéndo con los enunciados de Aulagnier rescatamos el siguiente no sabía y deseaba saber :il tiempo que reconoce la precedencia, la ~
párrafo: «El sujeto, necesariamente, es parte activa de una cierta teoría anterioridad ele! padre en el saber; no acepta que otro sabía más que él.
acerca de los fundamentos ele lo social; él confronta la realidad del Esto abrirá la brech:i de dificultades para reconocer el supuesto saber 1
mundo tal como le parece con la imagen ideal que propicia su teoría. Y de los Otros, sean maestros, profesores, analistas». En «La desmentida y ~
esto detern1inar:í que todo subgrupo en conflicto con el modelo los trastornos de aprendizaje•. Actas de Congreso citado. 1997.
dominante se constituya alrededor del modelo propio. Lo que · ~
tendrá valor de repercusión directa en el efecto anticipatorio 31. 1 YO: «Es un:i parte del ELLO modificada por la influencia del mundo
1
del discurso de los otros sobre el infans.» (1975) (las negritas son ' exterior... Aspira a sustituir el Principio de Placer por el Principio de !
nuestras) · Realidad ... Rige el acceso a !J motilidad» en «Psicología de las Masas y
~
Análisis del YO». Sigmund Freud. Santiago Rueda, Editores. •Frente al
26. Mientras nos encontramos corrigiendo este texto para su publicación
el frigorífico ha cerrado sus puertas. Los obreros en luecha reclaman
por su fuente laboral perdida y salarios adeudados.
mundo exterior se percata de los estímulos, acumula (en la memoria)
experiencias sobre los mismos, elude (por la fuga) los que son dema-
siados intensos, enfrenta (por adaptación) los estímulos moderados y,
'
l
27. En la actualidad circulan 120 taxis y 63 remisses registrados en la Di- por fin, aprende a modific:i..r el mundo exterior, adecuandolo a su pro- ~
rección e Inspe_cci§n General de~Trán_siw de la_Mu,nicipaJidad_ de S_ar1 _ pia conveniencia (actividad). Hacia el interior, frente al ELLO, conquista
Lorenzo (datos suministrados por esta dependencia en 1996) para una -ei doniinfo sobre las exigencias de los instiútos, decide si h;m de tener (
población de 45.000 babítantes. En los últimos dos afios el número de ----- ---------- --- acceso a la s¡¡tisfacción, aplazándolas hasta las oportunidades y circuns-
'-- tandas más favorables del mundo exterior, o bien suprimiendo total-
(
_taxis y remísses se ba visto incrementado.
---- - - -- - - - - - -me1i.te las excifadones iI1stiriifras» en «Esqueriia-s del Psi_coaiiálisis;,, --- -
28. Contrato narcisista: dice Piera Aulaguier: «Al adherir al campo so-·
f
cial, el sujeto se apropia de una serie de enunciados que su voz repite; ·«El YO surge coino un derivado del proceso identificatorio que implica (
esta repetición le aporta)a certeza de la existencia de un discurso eri un trabajo de elaboración, de duelo·, de apropiacio1~es que él opera
que la verdad acerca de un pasado está garantizada, con el corolario de sobre los enunciados identificatorios que el Otro Primordial produjo (
la creencia en la posible verdad acerca de las previsiones sobre el futu- acerca de él. El YO podrá recurrir a distintos movimientos: investigar,
ro.
<_,,·
construir, prever, ieprimir, sublimar, establece el orden temporal de r
los procesos psíql]icos, sometiéndolos al examen de la realidad para
La catectización de este modelo futuro constituye una condición necesaria
para el funcionamiento social ( ... ), se encuentra en una estrecha rela-
enfrentar cambioslen el medio fisico y psíquico q{1e lo rodea. Se suele
olvidar que el YO.· es la instancia para 1a cual los objetos de placer se '(
29.
ción con el modelo de origen. Toda descatfícÚzací6n del primero
repercutirá en el segundo.
«Sí el sujeto pierde toda certeza acerca del origen, pierde, por ello mis-
mo, el punto de apoyo que el enunciante está obligado a encontrar
hallart en la realiddd y que está obligado a investirla. El YO tiene la tarea
de transformar, rtletaboiizar el objeto pulsional para tornarlo confor-
me al objeto real ,con el cual tiene que- entendérselas, y nunca podrá
tener un placer r:eal que sea independiente de la singularidad de su
organización incdnciente, de la singularidad de sus pu,ntos ele fijación,
'f
{
(
.
0
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para qué el discurso le ofrezca un lugar garantizado por el asentimien-
to del conjunto de las voces» ... «El sujeto ve en el conjunto al soporte pero también -¡fu;ndamental!- de lo que encuentra objetivamente en la (1
ofrecido a una parte de,la libido narcisista. «.:.El sujeto busca·y·encueii~ - --- ------ "¡;ijf'l realidad»-en «La sllblimación: ¿un destino de la pulsión?».Luisllornstein. ___ _
tra en ese discurso (social) referencias que le permiten proyectarse ·-"':~' 1988. <1
hacia un futuro para que el alejamiento del primer soporte (la pareja -~ 32. Piera Aulagnier trabaja el espacio en que el YO va a advenir con un
paterna) no se traduzca en la pérdida de todo soporte identificatorio. · ·-
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11
tos valorados por la cultura. No es nuestra intención hacer un desarrollo al respecto. Sólo puntuarnos algu-
35. ELLO: Es la más antigua de las instancias psíquicas.»Tiene por conteni- nas diferencias entre el desnutrido escolar y algunos cuadros clínicos
1 'l('
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1 para delimitar mejor la descripción del desnutrido escolar. tencia incondicional al ni110, se produce una primera rnptura de este
espacio único, fundante y priYilegiado en el que el niño había sido
42. Hemos denominado autorreferencias a las ocurrencias y asociacio- colocado por ella. Rompe la especularización y ensamble con el hijo y
í nes del nii"io referidas a los aspectos socio- culturales y afectivos, a coloca su mirada en otro lacio. Esa ruptura produce en el niño desen-
l anécdotas ele su vida cotidiana que tienen por función ayudar al niüo
cuando éste se encuentra frente a lo desconocido para que pueda re-
cantamiento y sufrimiento psíquico.» El sufrimiento psíquico puede
ser tan intolerable que el niño puede preferir desmentirlo, y en ese
conocer-se proyectando álgún aspecto de lo que le es familbr sobre caso quedar adherido a su madre.
1
! éste, desde las identificaciones ya constituidas (a la vez que constitu-
yentes) y ele lo que le es «familiar». «Con el reconocimiento del lugar del padre, se le impone a la psique del niüo
la existencia ele algo más tiue él mismo para su madre; es decir, se
43. Preferimos esta palabra por la connotación .fuerte que contiene, de tal impone otro espacio».
modo queremos remarcar la participación del Otro en el psiquismo
1 infantil de una manera intrusiva en atas ele sujetarlo a una cultura. 53. Este relato data del aüo 1993. Por ese entonces, los video-juegos no
i eran muy conocidos por los niños del barrio, dato que se vuelve más
44. Este ejemplo pertenece a Susana Bancescú, una de las pedagogas ele significativo todavía por la disposición ele esta mamá para aceptar lo (
nuestro equipo. «no conocido».
45. Agradezco el ejemplo ciado a Raúl Britos, maestro ele niJ"ios tobas. 54. Silvia Schlemenson hace referencia a la «disposición» para el conoci-
miento, término que nos parece más adecuado que el de «aptitud».
•
46. Contenidos autorreferenciales: son aquellos referidos. a aspectos
socio-culturales, histórico-afectivos e ideales del grnpo de pertenencia
del niño que incluiría dentro de los contenidos curriculares, y que lo
(1996)
Esta autora considera, además, que los objetos de la cultura hegemónica, como
'
f
ayudan a re-conocer-se en la escuela, desde su propia identidad cons-
47.
truida.
En el texto ~e Roclulfo, Ricardo y otros titulado «Pagar de más».Paidós.
la televisión, potencian las posibilidades del pensamiento del niJ"io
carenciado socialmente a la vez que lo enriquecen, porque les brindan
elementos «extraños» a su cultura de origen. A su vez, le permiten fami-
'
(
liarizarse con éstos que son los mismos que pertenecen a la cultura
48.
49.
Agradezco a Susana Bancescú la oportuna sugerencia ele esta ccüación.
Portavoz: se trata del discurso dcun delegácloiel representante de un \.J5.
escolar. ·
Castraciones simboligenas parciales: «Son procesos que se cum-
'
f
orden exterior, cuyas leyes y exigencias; permisosy.prohibiciones ese
discurso enuncia. la madre mantiene un soliloquio a dos voces con su ·
hijo: como portavoz de un discurso propio (producto de su subjetivi-
--1 . __ plen en un ser buma.no. cuando otro ser bumano le significa que el
cumplimiento de su deseo con la forma que él querríá darie~'está -pro-- --
hibiclo por la ley». Esta significación pasa por el lenguaje,bien sea gestual,
(
(
dad y como portavoz de la contextualización en un grnpo social dacio). mímico o verbal.» (F. Doltó, 1984) · (
Aulagnier dice que hay aspectos de la contextualización que condi-
cionan socialmente la fuerza ele la voz con que la madre interpretará La palabra «destete• se puede unlizar como sinónimo ele «dejar caer» 11
la realidad de su hijo. (Winnicott). Alude a_Jas pérdidas que se producen en las «castraciones
parciales». ; . f} 1
51. Francoise Doltó señala que ha observado ausencias fugaces en aque- 56. Producción simbólica: «es la actividad representativa más compleja a
llos nifios cuyas madres se percataron ele sus embarazos después ele través ele la cual se sustituyen las acciones por representaciones».(S.
varios meses de estar gestando y en el caso en que las madres dirigen Schlemenson, 19~7)
-~----------------sus· pensamientos aun tercer.o durante el embarazo del niño. En «Los . 58. «Piera Aulagnier llama «el hijo por tener» al hijo que esperl_l una ma-
niños y su derecho a la verdad». dre . Hacia su sombra se dirige esta madre cuando le habla, clcspleg;1n· .
do sus fantasmas y anhelos con respecto a ese hijo. 0 979). · · · ---·-- ·
52. Con respecto al espacio de la terceridacl que se inaugura en el nifio en
un movimiento simbólico de envergadura, dice Silvia Schlemenson:
«Cuando la madre comienza a ocuparse ele otras situaciones que la asis-