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La capacidad en la discapacidad - Marta Schorn

La capacidad es la aptitud o suficiencia para algo; el talento o disposición para comprender


bien las cosas; la aptitud legal para ser sujeto de derechos y obligaciones.
La capacidad de ser sujeto es la capacidad de perfeccionar su propia historia, sus proyectos,
de pequeño o gran alcance, que afirman la idea de que uno debe ser sujeto de su propia
existencia.

BARRERAS PSICOLÓGICAS EN LA DISCAPACIDAD - CAPÍTULO 1


Barrera significa traba, obstáculo, impedimento. Las barreras psicológicas refieren a las
dificultades que ocasionan inconvenientes u obstáculos en el psiquismo de una persona o en
sociedad.
Los mecanismos de defensa surgen como respuesta directa a la invasión de la angustia o a la
aparición de un afecto traumático de una representación inaceptable. Es donde se apoya el yo
para su estructuración y discriminación.
Las barreras psicológicas en cambio son una contradefensa. Algo que surge como un "plus",
que se estructura de manera rígida cuando se ha superado "un quantum".
La vida se acomoda a una manera particular de existir, marcada por lo que se siente y no se
hace.
Omnipotencia y resentimiento son las barreras psicológicas que más daño causan en el
afianzamiento de la identidad. La identidad se edifica lentamente desde el nacimiento hasta la
muerte en el interjuego con la familia y la comunidad.
El resentimiento es disgusto , enojo hacia alguien o hacia algo. Es el sentimiento doloroso por
el cual se tiene la convicción que los otros disfrutan o hacen cosas que uno no podrá hacer o la
fantasía de que uno lo podría hacer pero por algún motivo se le está negado. Este sentimiento
muchas veces se oculta bajo “yo no necesito nada de nadie, todo lo puedo hacer por mi
mismo”. Estas fantasías de omnipotencia no le permiten al sujeto ser, ni la aceptación de una
ayuda.
Frases como “no me aceptan, no me quieren”“¿por qué soy así?” son testimonios de barreras
psicológicas, alimentados por la desvalorización y no permitiendo el crecimiento personal.
La dependencia enfermiza, otra barrera psicológica, se diferencia de la sana, ya que el otro
siempre tiene que estar a disposición de él para lo que necesite.
Estas barreras surgen de una falla interaccional o de apoyo profundo vivo y continuo, con su
familia o comunidad, lo cual hace que lentamente se vayan conformando estas defensas
rígidas.

Barreras psicológicas en la familia.


En el diagnóstico de una minusvalía, la familia puede tener varias actitudes, las más comunes
son; sobreprotección, rechazo e indiferencia, intentando sobreponerse al impacto emocional
que lo diferente significa. A veces aparecen emociones y pensamientos tan crueles (“no es
justo, cuales fueron las cosas que hemos hecho mal en la vida”), que harán que ese hijo
perciba su vida como terrible y el ser diferente, una realidad que no tiene salida ni solución. Irá
creciendo en el desconfianza, negación y dolor.
Ayudar a la integración es la tarea opuesta a la falsedad, se halla estrechamente ligada a la
función ambiental de sostenimiento.

Barreras psicológicas en la comunidad


La sociedad poco está preparada para encarar el tema de la discapacidad. Esto hace que al
asumir actitudes negadoras contribuya a construir muros.
Muchas actividades recreativas, culturales o educativas no están pensadas para las personas
con discapacidad o para aquella que tenga una incapacidad. Se apela a que todavía no están
dadas las condiciones para la construcción de rampas, etc. Todas estas actitudes refuerzan los
sentimientos de soledad o marginalidad tanto de la persona afectada como de la familia.
La sociedad tiene que educarse al igual que los integrantes que la conforman para suprimir las
barreras que la comunidad construye hacia la marginación.

¿LA INTEGRACIÓN Y LA NO DISCRIMINACIÓN SON UNA REALIDAD INSOSLAYABLE O


UNA UTOPÍA? - CAPÍTULO 13
Seguramente, en otros tiempos lo que se imponía era otro concepto e integración en busca de
lo homogéneo o de lo igual y no se consideraba la integración en la aceptación de lo diferente o
en la diversidad. Y lo mismo sucede con relación a la discriminación y la violencia.
En los últimos años aparecen nuevas posturas ideológicas a nivel social, educacional y familiar,
sostenidas por un enfoque más humanitario; tomando en cuenta las diferencias. Esta visión
posibilita interesarse por la persona, sus necesidades, deseos o conflictos. A su vez, permite
que los profesionales de la salud mental dejen de pensar en que su tarea debía estar centrada
exclusivamente en niños “sanos, rubios y de ojos azules”. Postura que marginaba a la persona
con discapacidad y a los profesionales en su lugar de saber.
Esto se encuentra dentro de lo que se llama imaginario social. Es el contexto social. Esto
siempre existió, esta sustentado por las ideas, creencias y mitos que cada pueblo tiene y se
transmite de generación en generación.
Este imaginario social, influye en el familiar y educacional. Si lo diferente no es aceptado por
una comunidad ¿cómo puede una familia reconocer un lugar apropiado para alguno de sus
miembros desvalidos, si sobre ellos va a caer la mirada de reprobación, lastima o extrañeza?.
Esto influyó a su vez en la conformación de un imaginario educativo, que representaba a un
tipo de alumno y a un tipo de escuela. Todo aquello que no estaba dentro de la norma era
excluido y marginado, o circunscripto al ámbito de lo especial. Así un niño crece con una
mirada de incomprensión, incoherencia y confusión del género.
Para poder aceptar la igualdad debemos reconocer la desigualdad.
No es que los profesionales, docentes o padres no hayan cambiado, sino porque la aceptación
implica un cambio sustancial en valores frente a lo social. La integración supone un esfuerzo
encaminado a la adaptación de los grupos diferentes.
La educación para todos en una sociedad para todos debería ser el lema, solo así se podría
dar una auténtica integración, que posibilite que todos los individuos afectados participen en la
acción común sin tener que ocultar ni perder su identidad.
Y esto es uno de los aspectos sustanciales de la integración: el reconocimiento de la
integración social del discapacitado.

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