La capacidad es la aptitud o suficiencia para algo; el talento o disposición para comprender
bien las cosas; la aptitud legal para ser sujeto de derechos y obligaciones. La capacidad de ser sujeto es la capacidad de perfeccionar su propia historia, sus proyectos, de pequeño o gran alcance, que afirman la idea de que uno debe ser sujeto de su propia existencia.
BARRERAS PSICOLÓGICAS EN LA DISCAPACIDAD - CAPÍTULO 1
Barrera significa traba, obstáculo, impedimento. Las barreras psicológicas refieren a las dificultades que ocasionan inconvenientes u obstáculos en el psiquismo de una persona o en sociedad. Los mecanismos de defensa surgen como respuesta directa a la invasión de la angustia o a la aparición de un afecto traumático de una representación inaceptable. Es donde se apoya el yo para su estructuración y discriminación. Las barreras psicológicas en cambio son una contradefensa. Algo que surge como un "plus", que se estructura de manera rígida cuando se ha superado "un quantum". La vida se acomoda a una manera particular de existir, marcada por lo que se siente y no se hace. Omnipotencia y resentimiento son las barreras psicológicas que más daño causan en el afianzamiento de la identidad. La identidad se edifica lentamente desde el nacimiento hasta la muerte en el interjuego con la familia y la comunidad. El resentimiento es disgusto , enojo hacia alguien o hacia algo. Es el sentimiento doloroso por el cual se tiene la convicción que los otros disfrutan o hacen cosas que uno no podrá hacer o la fantasía de que uno lo podría hacer pero por algún motivo se le está negado. Este sentimiento muchas veces se oculta bajo “yo no necesito nada de nadie, todo lo puedo hacer por mi mismo”. Estas fantasías de omnipotencia no le permiten al sujeto ser, ni la aceptación de una ayuda. Frases como “no me aceptan, no me quieren”“¿por qué soy así?” son testimonios de barreras psicológicas, alimentados por la desvalorización y no permitiendo el crecimiento personal. La dependencia enfermiza, otra barrera psicológica, se diferencia de la sana, ya que el otro siempre tiene que estar a disposición de él para lo que necesite. Estas barreras surgen de una falla interaccional o de apoyo profundo vivo y continuo, con su familia o comunidad, lo cual hace que lentamente se vayan conformando estas defensas rígidas.
Barreras psicológicas en la familia.
En el diagnóstico de una minusvalía, la familia puede tener varias actitudes, las más comunes son; sobreprotección, rechazo e indiferencia, intentando sobreponerse al impacto emocional que lo diferente significa. A veces aparecen emociones y pensamientos tan crueles (“no es justo, cuales fueron las cosas que hemos hecho mal en la vida”), que harán que ese hijo perciba su vida como terrible y el ser diferente, una realidad que no tiene salida ni solución. Irá creciendo en el desconfianza, negación y dolor. Ayudar a la integración es la tarea opuesta a la falsedad, se halla estrechamente ligada a la función ambiental de sostenimiento.
Barreras psicológicas en la comunidad
La sociedad poco está preparada para encarar el tema de la discapacidad. Esto hace que al asumir actitudes negadoras contribuya a construir muros. Muchas actividades recreativas, culturales o educativas no están pensadas para las personas con discapacidad o para aquella que tenga una incapacidad. Se apela a que todavía no están dadas las condiciones para la construcción de rampas, etc. Todas estas actitudes refuerzan los sentimientos de soledad o marginalidad tanto de la persona afectada como de la familia. La sociedad tiene que educarse al igual que los integrantes que la conforman para suprimir las barreras que la comunidad construye hacia la marginación.
¿LA INTEGRACIÓN Y LA NO DISCRIMINACIÓN SON UNA REALIDAD INSOSLAYABLE O
UNA UTOPÍA? - CAPÍTULO 13 Seguramente, en otros tiempos lo que se imponía era otro concepto e integración en busca de lo homogéneo o de lo igual y no se consideraba la integración en la aceptación de lo diferente o en la diversidad. Y lo mismo sucede con relación a la discriminación y la violencia. En los últimos años aparecen nuevas posturas ideológicas a nivel social, educacional y familiar, sostenidas por un enfoque más humanitario; tomando en cuenta las diferencias. Esta visión posibilita interesarse por la persona, sus necesidades, deseos o conflictos. A su vez, permite que los profesionales de la salud mental dejen de pensar en que su tarea debía estar centrada exclusivamente en niños “sanos, rubios y de ojos azules”. Postura que marginaba a la persona con discapacidad y a los profesionales en su lugar de saber. Esto se encuentra dentro de lo que se llama imaginario social. Es el contexto social. Esto siempre existió, esta sustentado por las ideas, creencias y mitos que cada pueblo tiene y se transmite de generación en generación. Este imaginario social, influye en el familiar y educacional. Si lo diferente no es aceptado por una comunidad ¿cómo puede una familia reconocer un lugar apropiado para alguno de sus miembros desvalidos, si sobre ellos va a caer la mirada de reprobación, lastima o extrañeza?. Esto influyó a su vez en la conformación de un imaginario educativo, que representaba a un tipo de alumno y a un tipo de escuela. Todo aquello que no estaba dentro de la norma era excluido y marginado, o circunscripto al ámbito de lo especial. Así un niño crece con una mirada de incomprensión, incoherencia y confusión del género. Para poder aceptar la igualdad debemos reconocer la desigualdad. No es que los profesionales, docentes o padres no hayan cambiado, sino porque la aceptación implica un cambio sustancial en valores frente a lo social. La integración supone un esfuerzo encaminado a la adaptación de los grupos diferentes. La educación para todos en una sociedad para todos debería ser el lema, solo así se podría dar una auténtica integración, que posibilite que todos los individuos afectados participen en la acción común sin tener que ocultar ni perder su identidad. Y esto es uno de los aspectos sustanciales de la integración: el reconocimiento de la integración social del discapacitado.
YUNI, Jose A. "Educación, Cultura y Política: Lecciones de Historia". en Molina, F. y Yuni Jose A., "Reforma Educativa, Cultural y Política", Temas Grupo Editorial. Bs. As. 2000 (Capítulo III)
Clase 1.pdf Acerca de la alteridad, la normalidad, la anormalidad, la diferencia, la diversidad, la discapacidad y la pronunciación de lo educativo. Gestos mínimos para una pedagogía de las diferencias.