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Pedro P. Arauzo
Asesor turístico. Experto en A&B
Técnicas ventas & ayuda para el servicio en comedor. Pedro P. Arauzo -1-
Agarre y transporte de platos servidos.......................................................................... 30
Manejo de pinzas de servicio o tenazas de mesero. .................................................. 33
Marcaje de platos. ................................................................................................................ 34
Desarmado de puestos. ...................................................................................................... 35
Desbarasado de mesas. ..................................................................................................... 36
Métodos de servicio de comidas en restauración. ......................................................... 38
Servicio emplatado „a la americana‟. .............................................................................. 38
Servicio bufet. ....................................................................................................................... 39
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Introducción. La Restauración.
Concepto de restauración
La restauración se encuentra dentro del sector servicios y a su vez como una parte del
subsector de la hostelería (actividad que proporciona a viajeros, residentes y clientes
servicios de alojamiento y ocio; y de comida y bebida).
El término „restauración‟ proviene, a su vez, del vocablo restaurante. Vemos que engloba
todo lo referente a los servicios de alimentos y bebidas, pero dicho término empieza a
utilizarse como símbolo y diferenciador del concepto tradicional de restaurante (o
establecimiento de comidas y bebas); refiriéndose a las organizaciones de servicio de
alimentos y bebidas con misión y visión claras orientadas a la calidad total.
El nombre que distingue a las casas de comidas y que mundialmente es aceptado como
restaurant o restaurante, no es tan antiguo como podría imaginarse.
Hasta mediados del siglo XVIII las tabernas eran el lugar de reunión de aquellos que tras
un día de trabajo deseaban evadirse de sus miserables vidas bebiendo, también era el
lugar de pillos, rufianes y desocupados; estos lugares tenían una reglamentación más o
menos estricta referente a la calidad de los productos que ofertaban evitando así el
beneficio fraudulento como consecuencia de bautizar los vinos con una agua no tan
bendita como podría ser la que corre por los ríos. Los propietarios de estos
establecimientos, como casi todo en la época, se agrupaban en gremios o sindicatos para
auto regular sus actividades y evitar competencias desleales.
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En Francia, también en España, las tabernas, ventas o los figones sólo podían vender
vino, hasta que un día a un negociante se le ocurrió la feliz idea de ofrecer a sus
feligreses algo que calentara sus estómagos y les tonificara cuando el vino les llevara a
situaciones límites, una buena forma de poder vender más vino y hacer más atractivo su
negocio. Este hombre casi desconocido se llamaba A. Boulanger (panadero en español).
En el año 1765, A. Boulanger abre un negocio de
bebidas en París, en concreto en la calle Des
Poulies, poniendo de reclamo sobre su puerta un
fragmento del evangelio que decía así: “Venite ad
me omnes quistomad nus laboratis et ego vos
restaurabo”, cuya traducción libre quiere decir:
“Venid a mi casa hombres de estómago cansado y
yo os restauraré”, esta frase pronto se hizo famosa
y más adelante su final “…restaurabo”, con
pequeños cambios, fue sinónimo de un lugar donde
se hacen comidas elaboradas.
Si hacemos un repaso de menús de la primera mitad del siglo XX y de las décadas de los
primeros años del boom turístico vemos que todavía hay un peso específico de la llamada
cocina francesa que, en ocasiones y por influencia del turismo, se convierte en cocina
internacional. Toda una culinaria afrancesada invade nuestras cocinas y restaurantes. No
hay espacio para el pensamiento o la creatividad pues ya los franceses se habían
encargado de transmitir bibliografía suficiente para que el que quisiera aprender tuviera el
repertorio o libro correspondiente.
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gastronómico-culturales que estaban en el anonimato más evidente, pese a los esfuerzos
de las naciones, como España, donde ya en 1929, el Patronato Nacional de Turismo
publica su Guía del Buen Comer Español o la condesa Emilia Pardo Bazán cuya pluma
también se esmeró es demostrar la riqueza culinaria autóctona de Galicia o las
actuaciones del insigne maestro Ignacio Domenech cuando trabajaba en las cocinas del
Duque de Medinacelli desarrollando la cocina gaditana en la finca de la Almoraima; o
aquellas otras del también maestro Teodoro Bardají cuyos recetarios le hacen para
muchos el padre de la gastronomía española moderna.
Al mismo tiempo, los administradores del servicio tradicional en mesas que gozaban de
éxito se hicieron expertos en las técnicas de análisis de costos y administración;
aprovechando la tendencia iniciada durante la década de los 50 y de los 60 creció
considerablemente la productividad económica en general y el índice de inflación se
mantuvo comparativamente bajo.
A partir de los años 80, el mundo de la cocina sufrió una verdadera transformación,
originada principalmente por una oferta culinaria que por sus características traía consigo
la participación de los cocineros en los comedores de los restaurantes de cierto prestigio o
innovación. Me refiero al llamado “Servicio (cocina) de Autor”. Desde el siglo XVIII la
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cocina siempre había estado “oculta” en sus instalaciones y el cocinero, por lo general, se
encontraba retraído en su actividad profesional y no era muy dado a las “relaciones
públicas”. La Nouvelle Cousine había dado nombre y apellido a los platos, por tanto los
cocineros empezaron a salir de sus fogones y a ser protagonistas en la puesta en escena
en sala. El cocinero adquiere un mayor protagonismo y sale al comedor para explicar sus
platos, tomar comandas y/o ser felicitado. Así han transcurrido estos últimos años de
“glamour” para la cocina y escaso reconocimiento para el servicio. Es como si el hecho de
servir comidas se hubiera quedado en una especie de “rincón del olvido” y todo estuviera
centrado en la cocina. Da la impresión que los procesos tuvieran principio y fin en la
elaboración de los platos y la restauración sólo fuera eso.
La expansión del
mercado se dio en
varias etapas. La
primera fue a través del
concepto de franquicia,
el cual permitía al
creador de una idea
original, o al propietario
de un excelente
producto o sistema
eficaz, autorizar a
empresarios individuales
de otras zonas el
desarrollo, bajo
convenio de franquicia,
de instalaciones,
productos y técnicas de
servicio congruentes con los del otorgante de la franquicia. La segunda fue la renovación
de las instalaciones. Si bien las primeras unidades de comida rápida eran básicamente
locales con estacionamiento propio en los que se introducían los clientes, descendían de
su vehículo, ordenaban y recibían su pedido en el establecimiento mismo y lo consumían
en el vehículo o fuera del negocio. A mediados de los 60, debido a la competencia del
mercado y a investigaciones mediante las que se descubrió que los clientes preferían
estar dentro del local. La tercera etapa de a expansión del mercado de la comida rápida
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fue la experimentación, prueba e introducción de nuevos productos así como la rotación
de los mismos. Al reconocer que el éxito se basaba originariamente en factores simples,
uniformes y controlables, las organizaciones dedicadas a la comida rápida decidieron
ampliar sus menús más allá del producto principal por el que eran conocidos. Esto todavía
ocurre actualmente. Las cadenas especializadas en hamburguesas experimentaron con
pollo y pescado, las que expendían pollo probaron con pescado y productos de carne, las
que vendían pescado incluyeron pollo, etc.
En este devenir de los tiempos culinarios, las sociedad de las últimas décadas del siglo
XX, como comentaba antes, y la de este preadolescente siglo XXI, ha traído a los
ciudadanos una cocina global que ha creado miles de establecimientos que entran en el
amplio arco denominado “fastfood”. A esta cocina global se ha sumado también un
producto culinario de enorme sencillez y bajo coste y que sólo un país mediterráneo como
Italia podía crear y exportar: la pizza. La pizza y la hamburguesa deberían ser
proclamadas algo así como “alimentos de la humanidad”, pues si algo se ha difundido en
las últimas cinco décadas, ha sido que estos dos “platos” son admitidos por paladares
culinarios extremos, pero que ante un “Big Mac” o una “Peperonni” sucumben no importa
raza, ideología y origen.
Si a finales del siglo XVIII nace el concepto de restaurante como lugar donde se hacen
comidas elaboradas, desde finales del siglo XX y más aún en nuestro siglo XXI, la
restauración se destaca como el estudio de la cultura gastronómica, definiendo no sólo
ubicación y elaboración, sino el servicio y comercialización del producto.
Partiendo del desarrollo histórico que hemos dibujado, podemos predecir una evolución
previsible de la restauración en Nicaragua, tomando como ejemplo la evolución europea y
americana.
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Modelo de gestión muy simple. Gestión totalmente profesionalizada.
El diseño entra a formar parte del producto en
Escaso diseño de los establecimientos.
su concepción integral.
Personal demandado con formación en Escuelas
Personal con escasa o nula formación.
de Hostelería.
Sin muchas dificultades para encontrar Cada vez más dificultades para encontrar
personal operativo. personal operativo.
Pocas dificultades para fidelizar clientes. Mayores dificultades para fidelizar clientes.
Como punto de partida se tomó en cuenta las características inherentes de las cosas en
una búsqueda objetiva de comparar dos elementos de similares características, dio lugar
a una definición algo más objetiva y fácil de interpretar:
Calidad en el servicio.
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En el caso de las empresas turísticas, y de los restaurantes constituyen un elemento
importante dentro de las mismas, el concepto de servicio se ha elevado a un rango
superior singularizándose incluso dentro de las empresas de servicio, se pretende
alcanzar el concepto de Empresas de Hospitalidad.
Las empresas se deben caracterizar por el altísimo nivel en la calidad de los servicios que
entrega a los clientes que nos compran o contratan. La calidad de los servicios depende
de las actitudes de todo el personal de la empresa. En el caso de un restaurante, si
analizamos los gráficos de la gestión en cocina y comedor vemos que hay un gran
contenido de “intangibles” cuyo objetivo es la “producción”.
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El cliente y las normas de calidad en restauración.
Debemos tener presentes dos puntos para que las “normas de calidad” resulten
operativas y efectivas:
Cuanto más nos acercamos al trabajo operativo, más concreta y extensa debe ser la
descomposición del trabajo en normas. Todos deben saber cómo y por qué contribuye su
trabajo a satisfacer al cliente.
El profesional que atiende a los clientes debe estar siempre muy cualificado y preparado
para realizar su tarea, hay que evitar en la medida de lo posible la improvisación. No
obstante, el punto de partida para no incurrir en este error es anticiparse intentando
conocer las expectativas que tienen nuestros clientes potenciales.
Las expectativas deber ser entendidas como lo que el cliente espera de un producto o
servicio. Se deben considerara como el principal objetivo a alcanzar, dado que la plena
satisfacción del cliente radica en cubrir las expectativas que el éste se había marcado.
Analizando lo anteriormente expuesto, podemos afirmar que existen tres factores que
generan unas expectativas a toda persona, incluso antes de que llegue por primera vez
en calidad de cliente a un establecimiento de restauración:
El cliente y la venta
De todos los componentes de la oferta del establecimiento hay uno que puede marcar sin
lugar a dudas la diferencia entre nosotros y la competencia: el Factor humano, pues no
olvidemos que uno de nuestros principales “productos” es el servicio, con todo el
componente social que conlleva.
Una de las obligaciones los miembros del personal de servicio a tener muy en cuenta para
ofrecer un correcto servicio al cliente es el cumplimiento de una serie de normas de aseo
personal y seguridad laboral. Estas normas son comunes a todos, independientemente de
las funciones que desarrollen y de la categoría profesional que tengan.
Lavarse las manos con jabón y/o detergente al inicio del trabajo.
Las manos y las uñas deben estar en perfecto estado de limpieza.
Pelo limpio y bien peinado (recogido en caso de pelo largo).
El personal masculino debe estar perfectamente afeitado.
No utilizar aguas de colonia ni perfumes penetrantes.
Evitar anillos, pulseras y relojes llamativos.
Los pendientes (aretes) deben ser sencillos e iguales (sólo en las orejas).
Protegerse cualquier herida con una envoltura impermeable.
No manipular alimentos si se padecen enfermedades transmisibles o que sean
portadoras de ellas.
No fumar o mascar chicle, ni escupir durante el servicio.
Comer y beber solamente en los lugares y momentos permitidos.
Mantener el uniforme en perfecto estado de limpieza.
Concepto de venta.
Hay que desechar la idea del vendedor embaucador y considerar que nuestra labor de
ventas se basa en conseguir un equilibrio entre la satisfacción del cliente, intentando
fidelizarle, y obtener un aumento de los ingresos.
Por todo esto, se requiere un sistema que gestione la calidad de los servicios.
El profesional que atiende a los clientes debe estar siempre muy cualificado y preparado
para realizar su tarea, hay que evitar en la medida de lo posible la improvisación.
En nuestras manos está el cambiar esta situación. Con la educación a nuestro alcance en
las escuelas especializadas, siendo mejores profesionales y con un comportamiento ético
adecuado, lograremos mejorar esta imagen en el futuro, de tal forma que llegue a tener la
percepción tan positiva que tiene en otros países.
No todos servimos o sirven para atender a los clientes, se necesitan unas ciertas
características personales que no se requieren en otros trabajos.
En primer lugar nos tiene que gustar relacionarnos con otras personas, ser
comunicativo, extrovertido, amable, educado, etc.
En segundo lugar, debemos tener una capacidad de autocontrol fuera de lo normal
que nos ayuden a superan situaciones críticas, de reclamaciones y problemas con
los clientes.
Sólo estamos nosotros y nuestra personalidad, nuestro control de las emociones y de las
situaciones, lo que al final nos hace profesionales de la atención. Solo nosotros podemos
hacer que las cosas sean diferentes en nuestra empresa. Que nuestra imagen hacia fuera
sea mejor que la competencia. Cuántas veces hemos dicho a un amigo, “no vayas a
comer a ese restaurante, el servicio es malísimo”, o “no te alojes en ese hotel, lo de
recepción son unos malcriados”, nunca mencionamos los nombres de las personas que
nos han tratado mal, sino que automáticamente involucramos a toda la empresa.
Está claro que nos estamos centrando en un proceso de comunicación a través de canales
directos y personales, donde, en la mayoría de las ocasiones, emisor y receptor se
encuentran frente a frente; es por ello que debemos de observar una serie de reglas
básicas que nos ayudarán a establecer un buen proceso de comunicación. Estas son:
Un profesional debe poner especial atención a los siguientes aspectos que nunca
hemos de hacer:
Falta de sinceridad, respeto, formalidad o amabilidad.
Distracción de la atención mientras atendemos a un cliente.
Desconocimientos de los productos y servicios.
Exceso o falta de entusiasmo y de confianza.
Hablar mal de la competencia.
Comentar problemas y dificultades de los compañeros y de la empresa a los
clientes.
Entendemos esta tipo de venta como la que se produce en el cara a cara con el cliente,
en esta caso nuestra herramienta fundamental va a ser nuestra capacidad comunicativa y
el uso que hagamos de las palabras y de la información que obtengamos a través de la
formulación de distintos tipos de preguntas.
La forma en que construyamos la oración puede ser determinante para que se produzca
la venta; en este sentido las sugerencias se deben realizar de forma clara y directa, en el
momento adecuado y dejando el menor margen posible para la respuesta negativa.
TÉCNICA DE LA PREGUNTA
Variante Objetivo Ejemplo Uso
Pregunta cerrada: Obtener información ¿Le gustan los Clientes poco
Tienen como respuesta concreta y breve sobre vinos…? comunicativos.
los monosílabos sí o no, gustos o motivaciones Conveniente para
o bien, puede o quizá. del cliente. dirigir o encauzar
un producto.
Preguntas abiertas: La Obtener información ¿Qué tipo de vino le Clientes
respuesta que se espera general para reorientarla gusta con la comida? comunicativos.
suele ser amplia. con preguntas cerradas.
Preguntas Mantiene la impresión ¿Prefiere usted un Cliente duro o
alternativas: Incitan al de que el cliente elige postre ligero como la nervioso.
cliente a realizar una libremente. espuma de… o Muy efectiva para
elección entre dos. nuestro flan de coco.? aperitivos y
Venta Indirecta.-
Se entiende como aquella que se puede producir como consecuencia de la principal. Ej:
Si recibimos a una pareja en el restaurante y les ofrecemos que esperen en el bar
mientras preparamos la mesa, se puede producir una venta en el bar que no estaba
prevista.
Venta Silenciosa.-
Hay que dar una buena y cálida bienvenida al cliente en cuanto entre en nuestro local. Para ello utilizaremos
la siguiente frase:
En el caso de no disponer de mesa en un primer momento, saludarles e informarles de que en cuanto nos sea
posible tendremos una mesa lista. Procuraremos acompañarles a una zona de espera y les ofreceremos algo
de beber.
Dada las características de Bistró Estrada, lo normal es que los meseros tengan el menú en la mano; no
obstante, si por motivos de servicio esto no fuera así, indicaríamos a los clientes lo siguiente:
Acto seguido les llevaremos el menú, incluso antes de ordenar las bebidas. El menú hemos de presentarlo
abierto por las especialidades y a ser posible entregado por la derecha del cliente. Nunca presentaremos el
menú sin sugerir algo. Por ejemplo:
“Nuestra especialidad son las carnes a la parrilla, aunque también contamos con
mariscos, langosta y variedad de entradas”
Nos presentamos como en el paso anterior y procedemos a presentar el menú abierto por la derecha.
En este punto lo más adecuado es seguir la regla de venta sugerida (lo podemos hacer a medida que
repartimos los menús), para ello diremos un plato caro, otro barato y un tercero caro, deberemos decir en
primer lugar el que queremos vender; por ejemplo: Queremos vender Langosta.
“Les sugiero prueben nuestra langosta del atlántico con salsa naturales a su elección,
nuestras entradas de ensaladas o ceviches, y como no nuestros cortes de importación
acompañados de chorizo y queso asado de Chontales”
Llevar las bebidas y ofrecerse al cliente por si tienen alguna duda con el menú (es normal que pregunten por
las guarniciones).
Tomar la orden a comandar en el orden correspondiente. Nunca dejar la mesa sin una última sugerencia de
entrada “para compartir” (nunca hemos de perder la oportunidad de vender, aquí es donde aprovechamos
para ofertar los antojitos).
Siempre repasaremos la orden con los clientes antes de dejar la mesa. Y les indicaremos
cualquier demora que se pueda prever. Por ejemplo, si el restaurante está lleno o si se han
acumulado comandas.
4º PASAR LA ORDEN.
Dado que el sistema es electrónico hemos de tener sumo cuidado a la hora de comandar la orden a cocina.
En especial haciendo hincapié en los platos de entrada o los de los niños, que preferimos nos sirvan primero.
Hemos de procurar ser lo más diligentes en este punto puesto que la percepción del cliente en cuanto a la
espera empieza a partir de que ordena la comida (es fácil que entre una y otra cosa hayamos invertido 5
minutos). El problema lo tenemos si no hemos realizado bien los pasos anteriores, en cuyo caso el tiempo de
espera cuenta a partir de la llegada al restaurante (es bastante fácil que ya hubieran transcurrido 10 minutos +
5 minutos = 15 minutos de espera).
5º MARCAR LA MESA.
Procedemos a marcar los cubiertos en la mesa en base a la orden de comida. Esto es de suma importancia
dado que no hay nada peor que pasemos la comida sin los cubiertos en la mesa.
Dado que vamos a la mesa no debemos perder nunca la oportunidad de preguntar si está todo bien o de
retirar cualquier servicio de otra mesa vecina.
“Todo buen mesero ha de procurar ir con la bandeja llena y volver con la bandeja llena”.
Llegado este punto podemos optar por pasar las ensaladas a modo de entrantes, tal y como es la costumbre
del lugar. Posemos optar también por pasar los entrantes junto con las ensaladas. Debemos aprovechar
entonces para revisar si los vasos están vacíos y preguntar si desean otra comida.
Hemos de calcular el tiempo o estar pendiente de la marcha de la orden en cocina. Cuando verifiquemos que
están emplatando nuestra orden de comida, procederemos a desarmar nuestro servicio de ensaladas o
entrantes.
Procedemos a servir la comida, procurando hacerlo en el menor número de viajes posibles pero garantizando
el correcto transporte de los platos; no por querer hacer malabarismo vamos a llevar más platos de los
que podemos transportar.
En el caso de que haya dos o más órdenes del mismo plato con diferentes términos, verificar verbalmente que
se lo entregamos al comensal que lo ha solicitado.
Dejamos transcurran 2 – 3 minutos y nos acercamos a la mesa para verificar si el término de las carnes o
cualquier cosa es satisfactorio, en caso contrario diligentemente procedemos a corregir el error de la comida.
Nunca perdemos tiempo corrigiendo a un cliente; por ejemplo, si el cliente dice que su término no es
correcto, aunque lo sea, procedemos a retirar el plato y llevarlo a cocina para que sea modificado.
Dado que vamos a la mesa no debemos perder nunca la oportunidad de preguntar si se les ofrece alguna otra
cosa y de retirar cualquier servicio de otra mesa vecina.
Anticiparse en todo momento a las necesidades y peticiones del cliente (leer la mesa).
Retirar en todo momento botellas vacías, ofrecer bebidas nuevamente y no dejar nunca vasos vacíos.
A la hora de desbarasar la mesa hemos de retirar los platos y todos los elementos de la mesa que no estén
en uso dejando sólo los vasos y complementos de las bebidas. Si fuera necesario podemos auxiliarnos con la
burra y la bandeja porta platos usando estos elementos como mesa auxiliar. Pasamos todo a esta mesa y
después nos lo llevamos.
A medida que desbarsamos hemos ido sondeando el estado de ánimo de los clientes. Hemos de utilizar la
técnica de venta sugerida para poder vender postres y cafés para la sobremesa. En este sentido, será más
efectivo si lo hacemos con una actitud positiva, de la siguiente manera:
Error Positivo
Una vez el cliente pida la cuenta, ésta no debe demorarse más de 3-4 minutos.
Repasar la cuenta antes de entregarla, verificar que está todo correcto. Entregarla a la mesa dejándola cerca
del varón o entre los varones si hay más de uno.
Ser diligente a la hora de llevar el vuelto a la mesa, puesto que los comensales quieren partir. Está
demostrado que el estado de ansiedad que produce la espera del pago y el vuelto de la mesa es 4 veces
mayor que la espera para ser atendido a la llegada.
Nunca olvidaremos agradecer la visita al restaurante y de verificar que todo ha sido del agrado del
cliente.
En caso de que la respuesta sea negativa brindar al cliente la posibilidad de ser atendido por un
responsable o de rellenar un formato de sugerencias “Que nos ayude a mejorar el servicio”.
Para entender los mensajes que nos lanzan los comensales durante la secuencia de la comida en sí misma,
hemos de conocer las reglas de educación que rigen esta ceremonia.
La manera correcta de utilizar los cubiertos denota, en gran medida, la buena educación de una persona.
Como regla general todos los cubiertos se toman por el mango en su parte superior.
El tenedor:
La cuchara:
La regla general para la utilización de los cubiertos es: La comida se lleva a la boca y no la boca a la comida y
ninguna de las piezas de la cubertería se limpia con la servilleta.
La cuchara se utiliza con el tenedor para servir (pinzas) en algunos tipos de servicio (servicio a la francesa
como comensales); también usaremos juntos estos cubiertos, esta vez del tamaño postre, cuando el postre
vaya presentado en plato.
En determinadas ocasiones, sobre todo en restaurantes, veremos que no se ponen todos los cubiertos en la
mesa, sino que se van poniendo a medida que se cambian los platos (a esta acción se la conoce como
“marcar la mesa”). Es una práctica muy utilizada cuando son pocos los comensales, pues en caso contrario
sería casi imposible hacerlo. En protocolo se puede aceptar marcar la mesa cuando se quiere dar un carácter
más cercano o intimo a la comida.
En banquetes o eventos ceremoniales, todos los cubiertos estarán montados en la mesa. En estos casos La
regla básica a aplicar es la utilización de los cubiertos desde el exterior hacia el interior. Es decir, los cubiertos
más alejados del plato son los que primero se utilizan (obviando el caso de que el plato acompañe su propio
cubierto; por ejemplo una pieza de marisco, que viene acompañado de su tenaza, un plato de caracoles que
viene acompañado de su “ganchito”, etc.).
Durante la comida existe un lenguaje que se realiza con los cubiertos y que nos indica, principalmente, si el
cliente está en reposo con el plato (por estar hablando, por ejemplo); o por el contrario, si ha terminado y
podemos retirar el plato.
Más allá de consideraciones estrictas de si es exacto o no (no en todos sitios la educación familiar en las
casas toma en cuenta estas costumbres), durante un servicio nos podemos encontrar con:
Las copas, se toman en un principio por su tallo, es decir por la parte larga y fina de la copa. No se toman por
el píe (reservado para los expertos catadores y para cuando nos vemos obligados a servirla con la mano a un
invitado) ni se toma por la parte ancha (cáliz), recipiente que contiene el líquido (salvo la copa de coñac, que
se abraza para calentar y mantener templado el contenido).
CÁLIZ
TALLO (PIERNA O
FUSTE)
PIE
Lo correcto antes de beber, es limpiarnos los labios con la servilleta para evitar dejar cualquier tipo
de marca en la copa. Lo mismo ocurre con las manos si tenemos cualquier pequeña mancha de
comida, de salsa, etc. La copa siempre debe permanecer totalmente limpia y transparente.
Después de beber, debemos realizar esta misma operación. Pasarnos la servilleta por los labios para
evitar cualquier tipo de mancha en los labios.
La copa se inclina sobre los labios para tomar su contenido, pero no se sorbe de forma sonora. Se
puede sorber ligeramente, sin hacer el más mínimo ruido.
La copa no es un instrumento musical, ni se debe utilizar para ningún otro fin que no sea el de beber.
Si cae algo en la copa lo mejor es pedir que nos la retiren y la cambien por otra.
Cada copa tiene su función. Si quiere tomar una determinada bebida y no tiene la copa adecuada, lo
mejor es contemplar la posibilidad de solicitarla.
Considerando la etiqueta como ceremonial de la vida privada, ésta no está exenta de un protocolo o normas a
tener en cuenta para armonizar el servicio.
Las normas básicas que todo profesional de restauración debe conocer y aplicar son:
a) Precedencia: El orden en que se sirve. La precedencia en estos casos viene determinada por la
edad y el mérito.
Edad: Las personas mayores tienen preferencia por sobre los jóvenes.
Mérito: Las personas que estén siendo celebrados (cumpleaños, bodas de oro, etc.), tienen
preferencia por sobre el anfitrión y el resto de los participantes.
La cesión precedencia: Las leyes de caballería disponían que se cediera el honor a la dama pero
no así el rango. Servir primero a las damas que a los caballeros.
b) Ley de la derecha: Normalmente podemos orientar cómo han de sentarse los comensales en el
restaurante, pero son ellos los que disponen. Sin embargo, sí usamos esta ley para determinar el
orden de los comensales en la comanda.
c) Disposición de elementos protocolarios: En este caso consideramos la ubicación del anfitrión o
persona de más precedencia. Orientaremos que la persona principal se siente de frente a la puerta o
acceso, constituyendo de ese modo el puesto Ø ó 1 de toma de la comanda. Normalmente se trata
de la persona a nombre de quien está la reserva.
d) Anfitrión: Tendremos en cuenta las siguientes consideraciones:
Al anfitrión se le sirve primero, y él inicia la comida. Sin embargo, el vino se le da a catar a
él y se le sirve el último.
La cesión precedencia: Se aplica la misma norma de distinción de sexo como cortesía,
delejando a las damas el honor de ser servidas primero.
En el caso de banquetes donde pueda existir un protocolo aplicado por el organizador (restaurante o
responsable del evento), hemos de seguir las normas de servicio y organización que marque la persona
responsable.
El conocimiento y empleo de estas técnicas es imprescindible para que, por parte del profesional de sala, se
ofrezca un servicio de alimentos y bebidas de calidad.
Debemos tener cuidado a la hora de agarrar los platos para no dejar marcados los dedos en el plato, y no
meterlos en la comida.
Paso 1: Tomamos el plato con la mano derecha y lo enfrentamos a la izquierda que es la mano con la que
vamos a transportar el plato.
Colocamos el borde del plato a la altura de la palma Bajamos el dedo pulgar y asimos el plato. De esta
donde está la base del dedo pulgar. manera guardamos las debidas normas higiénicas.
Colocamos el segundo plato paralelo al primero Eso nos deja la mano derecha libre para agarrar un
apoyándose en el antebrazo y en los dedos índice y tercer plato con comida.
corazón que teníamos levantados.
Procedemos a agarrar el plato, esta vez llevándolo al extremo de la mano y asiéndolo desde abajo sólo con el
dedo anular.
Colocamos el segundo plato paralelo al primero Colocamos el tercer plato paralelo encima,
apoyándose en el anterior y agarrado por los dedos descansando en el antebrazo y apoyado en el
índice y corazón, levantando el meñique. meñique.
Las pinzas de servicio están constituidas por la cuchara y el tenedor de servicio. Para poder realizar los
servicios a la inglesa y a la francesa, las pinzas se utilizan en posición vertical
Cuchara debajo y tenedor convexo. Se usa para asir Cuchara debajo y tenedor cóncavo. Se usa para asir
elementos circulares o voluminosos. Ej. Pan, Filet elementos planos o dispersos. Ej. Servilletas,
mignon, papas. vegetales, cortes tipo churrasco.
Para poder realizar los servicios al gueridón y a la rusa, las pinzas se utilizan en posición horizontal.
Podemos agarrarlas con una sola mano. Se usa para granos, como arroz o cuscús
Marcaje de platos.
Marcaje de mesas
Se llama “marcar” a colocar los cubiertos en la secuencia de servicio, con el cliente sentado o cuando
doblamos una mesa. En los restaurantes de prestigio, sólo se arman los cubiertos de entrada y se marcan
todos los restantes de la secuencia (plato principal y postres)
Se transportan los cubiertos con una muletilla. La “muletilla” es un plato cubierto con una servilleta doblada
como en la fotografía, que se utiliza para transportar los cubiertos y se encuentra dispuesta en la mise en
place del aparador.
Desarmado de puestos.
Esta técnica se emplea cuando tenemos montada una mesa con varios puestos y llegan menos se sientan
menos comensales de los que están montados.
Un cliente en una mesa armada con dos puestos. Procedemos a colocar la servilleta y los cubiertos
El mesero debe retirar el menaje del puesto que no sobre el plato base como en la fotografía.
esté ocupado.
Desbarasado de mesas.
Desbarasar en una palabra de origen francés que define la acción de retirar los elementos sucios (platos,
cubiertos, copas, etc.) de una mesa.
El cliente ha terminado y marca su acción con la Encarando la mesa por la derecha del cliente,
posición de los cubiertos. En caso contrario nos agarramos el plato con los cubiertos de la mesa.
cercioramos verbalmente de que ha terminado. Usamos la técnica correcta para no meter los dedos
en el plato.
Por la derecha del siguiente comensal retiramos el Aseguramos los cubiertos pasando el cuchillo del
plato y nos lo colocamos usando la técnica plato superior al inferior como en la fotografía.
aprendida.
Cuando hemos retirado todos los platos, pasamos el plato inferior arriba y procedemos
a llevar los platos sucios al office.
De los factores anteriormente expuestos, los que mayor influencia tienen a la hora de elegir un método u otro
son la oferta gastronómica y las dimensiones y equipamiento del local.
Dentro de la restauración tradicional, los tipos de servicios o métodos más utilizados son los siguientes:
1. Servicio emplatado.
2. Servicio a la inglesa.
3. Servicio a la francesa.
4. Servicio en gueridón (a la rusa)
5. Servicio bandeja en mesa.
6. Servicio de bufet.
Como en Nicaragua sólo se utilizan el servicio emplatado y el de bufet, nos centraremos en estos y dejamos
abierta la posibilidad a la investigación del lector para el resto.
Los cocineros arman la comida en platos individuales. La comida caliente se arma en platos calientes, la
comida fría se arma en platos fríos. Los meseros retiran los platos ya montados y los llevan a la mesa.
El mesero encara la mesa por la derecha del comensal Es importante que midamos los espacios que tenemos
y sirve el plato principal. Si éste tuviera un complemento para el servicio y no invadamos el espacio personal del
aparte como en el ejemplo, la papa horneada, se sirve cliente. Evitemos el riesgo de incomodarlo o, peor,
por el lado donde se coloca, generalmente el izquierdo. golpearlo o mancharlo.
Servicio bufet.
Cocina diseña la presentación de los alimentos y los distribuye en un mobiliario dispuesto para ello,
donde el cliente se sirve, o es servido por personal tanto de cocina como de sala.
En este servicio son los ayudantes de meseros los que generalmente desbarasan y cuidan el flujo de
bebidas, coordinados por un mesero en sala, mientras los otros están generalmente armando a los
clientes los platos en el bufet.
Técnica servicio bufet