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Ejemplo:
Ejemplo:
La pelota cae,
la piedra cae,
todos los objetos caen.
Inferencia mediata: Es el razonamiento que pasa de una verdad a otra por medio de
una o varias verdades intermedias.
Ejemplo:
Ejemplo:
En este ejemplo, el nexo que hay en los dos primeros juicios (llamados antecedentes) y
el último juicio (llamado consecuente), es tal que de los antecedentes se sigue
necesariamente el consecuente.
El silogismo consta de tres proposiciones. De las dos primeras, la de mayor extensión se
llama premisa mayor; la de menor extensión, premisa menor; la tercera proposición recibe el
nombre de conclusión. En el silogismo hay, como materia de las proposiciones, tres términos
llamados mayor, menor y medio.
El término mayor es predicado de la conclusión, se representa por P.
El término menor es sujeto de la conclusión, se representa por S.
El término medio se repite en las premisas y no aparece en la conclusión, se representa por
M
Una falacia (del latín fallacĭa), significa conforme al diccionario de la Real Academia
Española, un engaño, fraude o mentira con el que se intenta afectar a alguien.1
Es difícil, por ello, distinguir falacias lógicas, ya que dependen del contexto.
Otro ejemplo, muy extendido es el recurso al argumentum ad verecundiam o
falacia de la autoridad. Un ejemplo clásico es el ipse dixit (‘él mismo lo dijo’)
utilizado en la Antigüedad para conservar intacto el pensamiento de Pitágoras. Un
ejemplo más moderno es el uso de famosos en anuncios: un producto que
deberías comprar/usar/apoyar solo porque tu famoso favorito lo hace.
Una referencia a una autoridad siempre es una falacia lógica, aunque puede ser
un argumento racional si, por ejemplo, es una referencia a un experto en el área
mencionada. En este caso, este experto debe reconocerse como tal y ambas
partes deben estar de acuerdo que su testimonio es adecuado a las
circunstancias. Esta forma de argumentación es común en ambientes legales.
Otra falacia muy usada en entornos políticos es el argumentum ad populum,
también llamado sofisma populista. Esta falacia es una variedad de la falacia ad
verecundiam. Consiste en atribuir la opinión propia a la opinión de la mayoría y
deducir de ahí que si la mayoría piensa eso es que debe ser cierto. En cualquier
caso muchas veces la propia premisa de que la mayoría piense eso puede ser
falsa o cuando menos dudosa ya que, en muchos casos, dicha afirmación no
puede ser probada más que con algún tipo de encuesta que no se ha realizado.