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Cinco Heridas Emocionales Que Te Afectan Desde Tu Infancia
Cinco Heridas Emocionales Que Te Afectan Desde Tu Infancia
El miedo al rechazo surge tan pronto como el niño se da cuenta de que es una
persona independiente de sus padres, aproximadamente a los dos años de
edad. En ese momento, el niño comienza a buscar activamente la aceptación
de las figuras que son importantes para él. Si estas personas le rechazan, se
creará una herida emocional difícil de cicatrizar ya que genera la creencia de
que no es suficientemente bueno ni digno de ser amado. Su principal conducta
es la de huidizo.
El rechazo en la infancia provoca la descalificación hacia uno
mismo y genera una baja autoestima. Los pensamientos
principales son de rechazo, miedo a fracasar, de No ser
deseado y que necesitan imperiosamente la aprobación de
los demás. “No sirvo para nada”, “lo que digo no le importa a
nadie”, “no sé para que participo”, “no tengo capacidad para
hacer esto”, “soy malo para esto”, “nadie me escucha”.
Tiende a huir de las situaciones desagradables. No es muy partidario a
socializar y tiende a abandonar lo que inicia. No se apega a las cosas ni a las
personas. Considera sus relaciones y su dinero útiles aunque no le generan
placer.
2. EL ABANDONO
Los niños necesitan a otras personas para crecer, solo a través de ese contacto
se forma adecuadamente su personalidad. Sin embargo, si sus padres siempre
han estado ausentes la mayoría del tiempo, que trabajan todo el día o ante la
llegada de un nuevo hermano, aunque sea desde el punto de vista emocional,
ese niño se sentirá abandonado, no tendrá un apoyo a quien recurrir cuando lo
necesite. También sucede cuando te aíslan en una parte de la casa la mayor
parte del tiempo. Es mucho más intenso cuando se vive con el progenitor del
sexo opuesto. Sus pensamientos son de aislamiento, de abandono y de víctima.
Se orientan en un alto grado hacia la soledad. Su principal conducta es la
dedependiente.
Por eso, las personas que han vivido experiencias de
abandono en su infancia, suelen ser inseguras y desarrollan
una dependencia emocional, basada en un profundo miedo a
que les vuelvan a abandonar. “No estoy dispuesto a
soportarlo más”, “nadie me apoya en esto”, “nadie me
ayuda”, “prefiero estar solo”, “tú verás lo que haces”, “si
abandonas no vuelvas”. Son sus modos de comunicarse ante
un problema.
Su mayor temor es la soledad y no soporta estar a solas consigo mismo; al final
acaba estando solo. Es retraído, no le gusta el contacto con los demás, genera
un verdadero drama ante una mínima situación sin importancia, solicita y busca
el apoyo de los demás ante los conflictos.
3. LA HUMILLACIÓN
Se ha demostrado que el rechazo y la humillación social, no solo provocan
sufrimiento sino un dolor a nivel físico ya que esta sensación comparte los
mismos circuitos cerebrales que el dolor. La humillación ya resulta difícil de
sobrellevar para un adulto, por lo que para un niño puede ser una herida atroz.
De hecho, es probable que aún recuerdes un hecho de tu infancia en el que te
sentiste humillado. Si esa situación se repite con frecuencia, es probable que la
persona termine desarrollando un mecanismo de defensa que la convierta en
un ser tiránico y egoísta, se trata de una coraza para defenderse de
humillaciones futuras.
4. LA TRAICIÓN
Una de las cosas que no perdonan los niños, es haber sido traicionados, sobre
todo por sus padres. Sin embargo, se trata de una situación bastante común ya
que muchos padres hacen promesas que luego no cumplen. De esta forma,
generan en el niño la idea de que el mundo es un sitio poco fiable. Surge en la
infancia cuando el niño se siente traicionado por alguno de sus progenitores. La
manera principal de traición es cuando sus padres no suelen cumplir las
promesas que hacen al hijo. Se intensifica cuando la conducta se sufre con el
progenitor del mismo sexo.
5. LA INJUSTICIA
Se origina en un entorno en el que los progenitores son fríos en sus relaciones y
de conductas severas. Ocurre en la infancia cuando comenzamos a vivir nuestra
integridad como persona. Los padres comienzan a exigir demasiado al hijo. Es
más fuerte si el origen es con el progenitor del mismo sexo. Suelen ser estrictos
consigo mismos y tener pensamientos de comparación con los demás y con
ciertos indicios de auto-sabotaje. Buscan la exactitud. No es posible que otros
tengan lo que a mí me ha costado tanto trabajo, son pensamientos que suelen
rondar por su cabeza.
Hace poco se descubrió que los niños muy pequeños, de apenas 15 meses, ya
tienen un sentido de la justicia lo suficientemente desarrollado como para
catalogar una situación como desigual o igualitaria. Por eso, recibir una
educación en la que han sido víctimas de injusticias constantes, lacera
profundamente su “yo”, transmitiéndoles la idea de que no son merecedores de
la atención de los demás.
Ahora que ya conoces las 5 heridas de la infancia que pueden estar afectando a
tu bienestar y sus personalidades asociadas. ¿Con cuáles de ellas te
caracterizaste?. Analizar estos tipos de conductas y reconocerlos en nosotros
mismos es el primer paso para sanarlos. ¿Qué vas a hacer ahora?
Puedes ver también 6 PASOS PARA SANAR NUESTRAS HERIDAS EMOCIONALES.