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Dos hombres habían compartido una celda en prisión durante varios años.
Ambos habían sido encarcelados injustamente y sufrieron todo tipo de
maltratos y humillaciones. Finalmente, fueron puestos en libertad. Al cabo del
tiempo volvieron a encontrarse.
Esta fábula nos indica que el rencor es un arma de doble filo, mientras
sentimos un enfado profundo y persistente hacia otra persona, nos estamos
haciendo daño a nosotros mismos. Seguro que en alguna ocasión has sentido
rencor hacia alguien o algo, pero la pregunta es ¿Compensa ver sufrir a quien
nos hizo sufrir? ¿Nos hace sentir mejor o ser más felices? Probablemente la
respuesta a estas dos preguntas sea un NO.
¿Qué es el rencor?
Hay quienes piensan que manteniendo ese rencor hacia alguien, tarde o
temprano, podrán vengarse y que es cuestión de esperar. Pero el rencor es un
sentimiento que sólo lo sufre quien lo tiene, no la otra persona. En cualquier
caso, la venganza es hacia nosotros mismos, que nos mortificamos con un
sentimiento que no resuelve las cosas, sino que las empeora.
Una vez que se ha decidido seguir adelante y sacar todo el rencor que tenemos
dentro, no hay que seguir metiendo el dedo en la herida. Una vez se ha
eliminado el rencor, se queda en el pasado para poder continuar hacia delante.
4. Ser asertivo
Una persona que expresa sus sentimientos en el momento adecuado es difícil
que sienta rencor hacia alguien puesto que ha expresado lo que siente y no se
lo ha guardado. La asertividad se aprende poco a poco, diciendo las cosas
oportunamente y no guardándoselas.
Es necesario hablar de forma asertiva lo que sentimos con la persona que nos
hizo daño, para poder ver su punto de vista y contrastar las razones de nuestro
estado.
Cuando dejamos pasar mucho tiempo desde la situación que nos produjo el
daño, los sentimientos negativos que sentimos en ese momento se van
agrandando y se enquistan. Por ello, es preferible, a ser posible, solucionar los
problemas en el momento en que ocurren (no necesariamente en ese mismo
momento, puede ser el día posterior) ya que cuánto más tiempo pase, más
daño nos producirán.
7. Perdonar
Es difícil aprender a perdonar, tal vez porque nuestro orgullo nos lo suele
impedir. Pero hay que tener en cuenta que el perdón no solamente salda las
cuentas con la persona que nos lo provocó, sino que, además, nos libera de
una fuerte carga emocional que puede estar afectando en otros ámbitos de
nuestra vida. Por ejemplo si trabajamos junto con la persona hacia la que
sentimos rencor, nos puede también afectar a nivel profesional.
1. Piensa en todas las personas que consideres que te han hecho daño en tu
vida pasada y presente
2. Haz una lista con las personas que te causaron una emoción negativa
7. Sé paciente y constante
Posiblemente, hacer esto una sola vez no sea suficiente, pero con la práctica lo
vas a ir logrando.
8. Repite el ejercicio
Cuando sientas que has obtenido buenos resultados, elige otra persona y repite
el ejercicio.
– Ahora deberán cargar el saco que llenaron durante todo el día a lo largo de
dos semanas, sin importar dónde vayan o qué tengan que hacer.
Pasados quince días, el sabio volvió a reunir a los aprendices y les preguntó
– Es una carga realmente pesada, tal vez excesiva. – Respondió uno – Estoy
cansado y me duele la espalda.
Conclusiones