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Viktor Frankl
Viktor Frankl
Curso: 5to.
Introducción
Muchos no saben si catalogar a Viktor Frankl como héroe, como mártir o como
pensador, la verdad es que tiene mucho de cada uno de ellos. Fue un héroe porque
enfrentó con valentía varias de las peores adversidades que puede vivir un ser
humano. Fue mártir también, porque aun pudiendo escapar al horror decidió
quedarse a sufrir con los suyos los embates de una guerra atroz. Y, de igual modo,
fue un gran pensador, que le dejó en herencia a la humanidad toda una escuela de
psicología: la logoterapia.
Viktor Frankl es uno de esos seres humanos que logró deslizarse en medio de las
más grandes miserias humanas y salió intacto.
-Viktor Frankl-
Biografía de Viktor Frankl
A partir de 1961, Frankl mantuvo 5 puestos como profesor en los Estados Unidos en
la Universidad de Harvard, Stanford, Dallas, Pittsburg y San Diego. Viaja por todo el
mundo dictando conferencias.
Frankl dio clases en la Universidad de Viena hasta los 85 años de edad de forma
regular y hasta edad avanzada mantuvo sus aficiones de escalar montañas, dibujar,
hacer caricaturas. Un hombre creativo que incluso compuso un tango. A los 67 años
obtuvo la licencia de piloto de aviación de la que se sentía muy orgulloso.
Por primera vez usa el término “logoterapia” en 1926 para hablar de su método
terapéutico, en una conferencia de la Asociación académica para la psicología
médica. Desde 1930 es médico en la institución psiquiátrica Steinhof y aquí
comprueba que desde la dimensión noética el paciente puede modificar el curso de
la terapia, que ni lo social ni lo psicológico le roba a la persona su libertad noética, y
que dicha libertad puede ser efectiva en la clínica, devolviendo al paciente su
autonomía y su capacidad de decisión. Habla de “análisis existencial” y escribe por
primera vez “logoterapia” en 1938 en el artículo De la problemática noética de la
psicoterapia. “¿Dónde está la teoría que, yendo más allá del ámbito de lo psíquico,
tenga en cuenta la existencia humana en su conjunto en toda su altura y
profundidad, una teoría que, consecuentemente, podría denominarse análisis
existencial?”1 Es claro que la concepción de éste autor se ve marcada y reforzada
por su estadía personal durante varios años en los campos de concentración nazis
de exterminio a judíos.
El sentido de la vida
El sentido de la vida según Viktor Frankl está en hallar un propósito, en asumir una
responsabilidad para con nosotros mismos y para el propio ser humano. Así,
teniendo claro un “por qué” podremos hacer frente a todos los “cómo”; solo
sintiéndonos libres y seguros del objetivo que nos motiva, seremos capaces de
generar cambios para crear una realidad mucho más noble.
Lo sabemos, todos tenemos claro que no hay pregunta tan complicada como
intentar definir qué es para nosotros eso a lo que llamamos “sentido de la vida”. Tal
cuestión abarca a veces matices filosóficos, trascendentales e incluso morales, de
ahí que muy a menudo nos quedemos en las clásicas etiquetas de siempre, a saber
“ser feliz y hacer felices a los demás”, “sentirnos satisfechos”, “hacer el bien”, etc.
Frankl, como ya sabemos, vivió en piel propia los horrores del holocausto al ser un
prisionero más en Auschwitz y Dachau, una experiencia que superó de forma
estoica y que le permitió posteriormente asentar las bases de un tipo de terapia muy
personal, esa a la que conocemos como logoterapia.
Asimismo, algo que tuvo muy claro tras sobrevivir a aquellos años y a la pérdida de
su familia es que su propósito personal en este mundo no iba a ser otro más que el
de ayudar a los demás a encontrar su propio sentido de la vida, a elegir su camino.
Por otro lado, tal y como explicó en sus trabajos, dicho objetivo lo llevaba a cabo
partiendo desde tres puntos muy concretos: trabajar día a día con motivación, vivir
desde la esfera del amor y tener coraje en cada momento para hacer frente a la
adversidad.
Todos lo hemos visto alguna vez. Hay personas que aún en las circunstancias más
complejas se mantienen firmes, positivas y motivadas por muy oscura que sea su
realidad. ¿Cómo lo hacen? ¿De qué material están hechas sus células, sus
tendones, su corazón o sus arterias? En realidad, todos compartimos unas mismas
estructuras biológicas, pero lo que nos diferencia de esas personas es su decisión.