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Teoría de la personalidad

Alumna: Zaide López de Barboza.

Docente: Lic. Siria Calixta Santacruz.

Tema: Viktor Frankl – Logoterapia.

Curso: 5to.
Introducción

Muchos no saben si catalogar a Viktor Frankl como héroe, como mártir o como
pensador, la verdad es que tiene mucho de cada uno de ellos. Fue un héroe porque
enfrentó con valentía varias de las peores adversidades que puede vivir un ser
humano. Fue mártir también, porque aun pudiendo escapar al horror decidió
quedarse a sufrir con los suyos los embates de una guerra atroz. Y, de igual modo,
fue un gran pensador, que le dejó en herencia a la humanidad toda una escuela de
psicología: la logoterapia.

Viktor Frankl es uno de esos seres humanos que logró deslizarse en medio de las
más grandes miserias humanas y salió intacto.

“Cuando nos hallamos en la problemática de no ser capaces de cambiar una


situación, nos enfrentamos al enorme desafío de cambiarnos a nosotros mismos”.

-Viktor Frankl-
Biografía de Viktor Frankl

Víktor Emil Frankl nació en Viena, Austria el 26 de marzo de 1905. Un 26 de marzo


murió Ludwig van Beethoven, casi cien años antes. Humorísticamente, él decía que
difícilmente una tragedia sucedía sola…
Su madre, Elsa Lyon, experimentó los primeros dolores de parto en el famoso Café
Siller, lugar en donde se reunían los intelectuales de la época y que sería para
Frankl un sitio muy visitado y apreciado.
Su padre trabajó duramente desde ser un estenógrafo parlamentario hasta llegar a
Ministro de Asuntos Sociales. Un hombre honesto, disciplinado, presente y muy
respetado y querido por sus hijos. Viktor Frankl relata en su autobiografía que uno
de sus primeros recuerdos de infancia fue despertar de una siesta y ver a su padre
sentado junto a él mirándolo con ternura.
Fue un niño inquieto, ávido de aprender. Sus padres le llamaban “el pensador”. Muy
pequeño decidió que quería ser médico.
Desde que era un estudiante universitario se involucró en organizaciones juveniles
socialistas, desde esa época Frankl empezó a interesarse en la psicología.

En 1930, logró su doctorado en medicina y fue asignado a una sala dedicada al


tratamiento de mujeres que habían intentado suicidarse. Al tiempo que los nazis
llegaban al poder en 1938, Frankl obtuvo el cargo de Jefe del Departamento de
Neurología del Hospital Rothschild, el único hospital judío en los tempranos años del
nazismo.
Fue en ese hospital en donde ayudado por su colega y amigo, el Dr. Pötzl, se opone
a la ley de eutanasia dictada por los nazis y salva muchas vidas alterando los
diagnósticos de enfermos psiquiátricos.
Muchos colegas y amigos emigraban ante la amenaza nazi y él tiene la posibilidad
de obtener una visa para huir con su esposa a los Estados Unidos, sin embargo,
decide renunciar a ella para no abandonar a sus ancianos padres, a sus pacientes y
amigos.

En septiembre de 1942 él, su esposa y sus padres fueron deportados a un campo


de concentración cercano a Praga, el Theresienstadt .
De 1942 a 1945 estuvo en cuatro campos de concentración, incluyendo Auschwitz,
conocido como el campo de exterminio. Lo que experimentó en esos años es
inimaginable. Logra sobrevivir; no así su mujer, sus padres, hermano, cuñada,
muchos colegas y amigos.

Tras la liberación pasa varias semanas en Münich tratando de indagar quiénes de


sus familiares habían sobrevivido. Poco a poco va enterándose de que ninguno lo
logró y vive un profundo dolor, soledad y vacío. A su regreso a Viena le asignan un
departamento en el noveno distrito de Viena en el que viviría el resto de su vida. Es
nombrado Jefe del Departamento de Neurología de la Policlínica de Viena, puesto
que ocupó durante 25 años. Fue profesor tanto de neurología como de psiquiatría
de la Universidad de Viena.

Sus 39 libros sobre análisis existencial y logoterapia han sido traducidos a 45


idiomas. Obtuvo 29 Doctorados Honoris Causa en distintas universidades del
mundo.

A partir de 1961, Frankl mantuvo 5 puestos como profesor en los Estados Unidos en
la Universidad de Harvard, Stanford, Dallas, Pittsburg y San Diego. Viaja por todo el
mundo dictando conferencias.

Ganó el premio Oskar Pfister de la Sociedad Americana de Psiquiatría, así como


otras distinciones de diferentes países europeos.

Frankl dio clases en la Universidad de Viena hasta los 85 años de edad de forma
regular y hasta edad avanzada mantuvo sus aficiones de escalar montañas, dibujar,
hacer caricaturas. Un hombre creativo que incluso compuso un tango. A los 67 años
obtuvo la licencia de piloto de aviación de la que se sentía muy orgulloso.

Viktor Emil Frankl murió de un fallo cardíaco en su ciudad natal el 2 de septiembre


de 1997. Su familia se mantiene activa en la propagación de la Logoterapia y
Análisis Existencial a través del Instituto Viktor Frankl en Viena.

La Logoterapia aporta a todos valiosas herramientas para la vida.


Logoterapia

La logoterapia es una psicoterapia que propone que la voluntad de sentido es la


motivación primaria del ser humano, una dimensión psicológica inexplorada por
paradigmas psicoterapéuticos anteriores, y que la atención clínica a ella es esencial
para la recuperación integral del paciente.

La logoterapia fue fundada y desarrollada por el psiquiatra vienés Viktor Frankl


(1905-1997). Desde muy temprano Frankl se interesa por el psicoanálisis y
mantiene contacto con Freud. Posteriormente se orienta hacia la psicología
individual de Alfred Adler a quien Frankl conoce personalmente. Busca un
complemento a la psicología individual adleriana. Habla de los valores y el sentido
de la vida. Lo que hace Frankl es entender la diferencia de la motivación respecto a
la terapia como expresión de su actitud ante la vida y separarlo de su trastorno
principal, de su neurosis. Más tarde se aleja de Adler y es discípulo de Allers y
Schwarz.

Por primera vez usa el término “logoterapia” en 1926 para hablar de su método
terapéutico, en una conferencia de la Asociación académica para la psicología
médica. Desde 1930 es médico en la institución psiquiátrica Steinhof y aquí
comprueba que desde la dimensión noética el paciente puede modificar el curso de
la terapia, que ni lo social ni lo psicológico le roba a la persona su libertad noética, y
que dicha libertad puede ser efectiva en la clínica, devolviendo al paciente su
autonomía y su capacidad de decisión. Habla de “análisis existencial” y escribe por
primera vez “logoterapia” en 1938 en el artículo De la problemática noética de la
psicoterapia. “¿Dónde está la teoría que, yendo más allá del ámbito de lo psíquico,
tenga en cuenta la existencia humana en su conjunto en toda su altura y
profundidad, una teoría que, consecuentemente, podría denominarse análisis
existencial?”1 Es claro que la concepción de éste autor se ve marcada y reforzada
por su estadía personal durante varios años en los campos de concentración nazis
de exterminio a judíos.
El sentido de la vida

El sentido de la vida según Viktor Frankl está en hallar un propósito, en asumir una
responsabilidad para con nosotros mismos y para el propio ser humano. Así,
teniendo claro un “por qué” podremos hacer frente a todos los “cómo”; solo
sintiéndonos libres y seguros del objetivo que nos motiva, seremos capaces de
generar cambios para crear una realidad mucho más noble.

Lo sabemos, todos tenemos claro que no hay pregunta tan complicada como
intentar definir qué es para nosotros eso a lo que llamamos “sentido de la vida”. Tal
cuestión abarca a veces matices filosóficos, trascendentales e incluso morales, de
ahí que muy a menudo nos quedemos en las clásicas etiquetas de siempre, a saber
“ser feliz y hacer felices a los demás”, “sentirnos satisfechos”, “hacer el bien”, etc.

“El hombre puede conservar un vestigio de la libertad espiritual, de independencia


mental, incluso en las más terribles circunstancias de tensión psíquica y física.
Conclusión

Frankl, como ya sabemos, vivió en piel propia los horrores del holocausto al ser un
prisionero más en Auschwitz y Dachau, una experiencia que superó de forma
estoica y que le permitió posteriormente asentar las bases de un tipo de terapia muy
personal, esa a la que conocemos como logoterapia.

Asimismo, algo que tuvo muy claro tras sobrevivir a aquellos años y a la pérdida de
su familia es que su propósito personal en este mundo no iba a ser otro más que el
de ayudar a los demás a encontrar su propio sentido de la vida, a elegir su camino.
Por otro lado, tal y como explicó en sus trabajos, dicho objetivo lo llevaba a cabo
partiendo desde tres puntos muy concretos: trabajar día a día con motivación, vivir
desde la esfera del amor y tener coraje en cada momento para hacer frente a la
adversidad.

Todos lo hemos visto alguna vez. Hay personas que aún en las circunstancias más
complejas se mantienen firmes, positivas y motivadas por muy oscura que sea su
realidad. ¿Cómo lo hacen? ¿De qué material están hechas sus células, sus
tendones, su corazón o sus arterias? En realidad, todos compartimos unas mismas
estructuras biológicas, pero lo que nos diferencia de esas personas es su decisión.

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