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1.

Biografía de Max Weber:

Nació en Erfurt, Prusia, 1864 y murió en Múnich, Baviera, 1920) Fue un sociólogo alemán
que opuso al determinismo económico marxista una visión más compleja de la historia y la
evolución social. Para Weber, las estructuras económicas y la lucha de clases tienen menos
importancia que otros factores de naturaleza cultural, como la mentalidad religiosa o
filosófica o incluso la ética imperante; así, en La ética protestante y el espíritu del
capitalismo (1905), obra clásica de la por entonces naciente sociología, vio en la
espiritualidad protestante el caldo de cultivo que favorecería el desarrollo del capitalismo en
el norte de Europa

Max Weber era hijo de un destacado jurista y político del Partido Liberal Nacional en la
época de Bismarck. Estudió en las universidades de Heidelberg, Berlín y Gotinga,
interesándose especialmente por el derecho, la historia y la economía. Las primeras
investigaciones de Max Weber versaron sobre temas económicos, algunas de ellas realizadas
por cuenta de los intelectuales reformistas conocidos como «socialistas de cátedra». Desde
1893 fue catedrático en varias universidades alemanas, fundamentalmente en Heidelberg,
excepto entre 1898 y 1906; aquejado de fuertes depresiones, durante ese periodo dejó la
enseñanza para dedicarse a viajar y a investigar. En 1909 fundó la Asociación Sociológica
Alemana.

Max Weber fue un gran renovador de las ciencias sociales en varios aspectos, incluyendo la
metodología: a diferencia de los precursores de la sociología, comprendió que el método de
estas disciplinas no podía ser una mera imitación de los empleados por las ciencias físicas y
naturales, dado que en los asuntos sociales intervienen individuos con conciencia, voluntad
e intenciones que es preciso comprender.

Weber propuso el método de los tipos ideales, categorías subjetivas que describen la
intencionalidad de los agentes sociales mediante casos extremos, puros y exentos de
ambigüedad, aunque tales casos no se hayan dado nunca en la realidad; de este modo
estableció los fundamentos del método de trabajo de la sociología moderna (y de todas las
ciencias sociales), a base de construir modelos teóricos que centraban el análisis y la
discusión sobre conceptos rigurosos.
2. Pensamiento:

Aplicó la investigación sociológica a diversos campos: política, derecho, economía, música


y religión. Junto a Karl Marx, Alexis de Tocqueville, Vilfredo Pareto, Ferdinand
Tönnies y Émile Durkheim, Weber fue uno de los fundadores de la sociología moderna.
Mientras Pareto y Durkheim trabajaron en la tradición positivista siguiendo los postulados
de Auguste Comte, Weber creó y trabajó en una
tradición antipositivista, idealista y hermenéutica, al igual que Werner Sombart, su amigo y
para entonces, el más famoso representante de la sociología alemana. Estos trabajos iniciaron
la revolución antipositivista en las ciencias sociales, que marcó la diferencia entre éstas y
las ciencias naturales, especialmente debido a las acciones sociales de los hombres. Los
primeros trabajos de Weber estaban relacionados con la sociología industrial, pero son más
conocidos sus últimos trabajos sobre sociología de la religión y sociología del gobierno.

2.1 Sociología de la religión:

La obra de Weber sobre sociología de la religión se abre con el ensayo La ética


protestante y el espíritu del capitalismo y continúa con La religión en China:
confucionismo y taoísmo, La religión de India: la sociología del hinduismo y
budismo y Judaísmo antiguo. Su trabajo sobre otras religiones fue interrumpido por su
muerte en 1920, quedando pendiente la continuación de los estudios sobre judaísmo
antiguo con el estudio de los salmos, el libro de Jacob, el Talmud, cristianismo
temprano e Islam.

Sus tres ideas principales sobre la religion eran: el efecto de las ideas religiosas en las
actividades económicas, la relación entre estratificación social e ideas religiosas, y las
características singulares de la civilización occidental.

Su objetivo era encontrar razones que justificaran la diferencia entre el proceso de


desarrollo de las culturas Occidental y Oriental. En el análisis de sus descubrimientos,
mantuvo que las ideas religiosas puritanas (y más ampliamente, cristianas) habían
tenido un impacto importante en el desarrollo del sistema económico de Europa y los
Estados Unidos, pero destacó que esas no eran las únicas causas del desarrollo. Entre
otras causas que mencionó Weber encontramos el racionalismo en la
búsqueda científica, mezclar observación con matemática, estudio sistemático
y jurisprudencia, sistematización racional de la administración gubernamental, y
empresa económica. Al final, el estudio de la sociología de la religión, de acuerdo con
Weber, apenas exploraba una fase de la emancipación de la magia, ese
«desencantamiento del mundo» que él atribuía como un aspecto distintivo importante
de la cultura occidental.

2.2 la ética protestante y el espíritu del capitalismo:

El ensayo de Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, es su obra más


conocida. Se dice que este trabajo no debería ser visto como un estudio detallado
del protestantismo, sino como una introducción a obras posteriores de Weber, en
especial a sus estudios de la interacción entre varias ideologías religiosas y
comportamientos económicos, principalmente del capitalismo y su espíritu.

En La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo, Max Weber presenta la tesis de


que la ética protestante y sus ideas puritanas influyeron en el desarrollo
del capitalismo. En general, la devoción religiosa está usualmente acompañada por el
rechazo a los asuntos mundanos, incluyendo el rechazo a la búsqueda de una mejor
posición económica. ¿Por qué no es éste el caso del protestantismo? Weber intenta
hacer comprensible esta paradoja entre la ética protestante y su actitud como
preparación para el desarrollo del espíritu capitalista.

Define al «espíritu del capitalismo» como las ideas y hábitos que favorecen la
búsqueda racional de ganancias económicas. Weber señala que tal espíritu no existe en
la cultura occidental, cuando lo consideramos como una actitud presente en individuos.
Ya que también hay que tomar en cuenta que estos individuos —empresarios heroicos,
como él los llama—no podrían, por sí solos, establecer un nuevo orden económico
(capitalismo). Para ello deben ser aceptadas socialmente ciertas tendencias. Entre las
tendencias propiciadoras estaban: a) la ambición de ganancias con un mínimo esfuerzo,
b) la estimación de que el trabajo es una maldición divina y una carga que debe ser
combatida. Se sabrá del éxito del exorcismo del trabajo como maldición cuando se
produzcan ganancias que excedan lo que es necesario para una vida modesta. Escribió
Weber: «Para que una forma de vida bien adaptada a las peculiaridades del capitalismo,
pueda superar a otras, debe originarse en algún lugar, y no solo en individuos aislados,
sino como una forma de vida común a grupos enteros de personas».

Después de describir los rasgos del espíritu del capitalismo, Weber argumenta que hay
muchas razones para buscar sus orígenes en las ideas religiosas de la Reforma. Muchos
otros observadores, tales como William Petty, Montesquieu, Henry Thomas
Buckle y John Keats, también han comentado la afinidad entre el protestantismo y el
desarrollo del espíritu comercial capitalista.

Weber mostró que algunos tipos de protestantismo favorecían la búsqueda racional del
beneficio económico. No era el objetivo de esas ideas religiosas, sino más bien un
producto de su espíritu, de la lógica inherente de dichas doctrinas. Espíritu que,
respecto de sus resultados derivados directa o indirectamente, promovía la
planificación y la búsqueda de beneficios económicos. La expresión «ética del trabajo»,
utilizada en comentarios actuales se deriva de las ideas sobre la «ética protestante»
discutida por Weber.

Weber indicó que la razón del abandono de su investigación sobre el protestantismo


fue que su colega Ernst Troeltsch, un teólogo profesional, había comenzado a trabajar
en el libro Las enseñanzas sociales de las iglesias y sectas cristianas. Otra causa de la
decisión de Weber fue que ese ensayo proporcionaba la perspectiva para una amplia
comparación entre religión y sociedad.

Max Weber fue sin duda uno de los estudiosos que más se ha acercado a comprender
el espíritu del capitalismo desde sus raíces éticas en la religión. De hecho, se ha logrado
establecer que incluso la Mitología Germánica antigua ha favorecido la formación de
la ética del capitalismo.

LA RELIGIÓN DE CHINA

CONFUCIONISMO Y TAOÍSMO

Fue el segundo trabajo más importante de Weber sobre la sociología de la religión.


Weber se centró en aquellos aspectos de la sociedad china que más distaban de los de
la Europa Occidental, especialmente en contraste con el Puritanismo. Y trató de mostrar
por qué el capitalismo no había triunfado en China.

Weber destacaba que el confucionismo toleraba un gran número de cultos populares


sin tratar de sistematizarlos en una doctrina religiosa. En lugar de hacer esfuerzos
transformadores del mundo para conocer la voluntad divina respecto la salvación,
enseñaba un ajuste al mundo. El hombre superior debía mantenerse al margen de la
búsqueda de riquezas. Como consecuencia, ser un funcionario era preferido a ser un
hombre de negocios, garantizando un estatus mayor.

La civilización china no tenía ninguna profecía religiosa ni una clase sacerdotal


poderosa. El emperador ejercía como sumo sacerdote de la religión de estado y como
máximo mandatario.

Weber aseguraba por contraste: diversos factores favorecieron el desarrollo de la


economía capitalista (largos períodos de paz, mejoras en el control de ríos, crecimiento
poblacional, libertad para la adquisición de tierras y para la emigración, libre elección
laboral).

Según Weber, el confucionismo y el puritanismo representan dos tipos de


racionalización exhaustivos pero mutuamente excluyentes, que tratan de ordenar la
existencia humana de acuerdo a éticas religiosas con acentos que favorecen o
entorpecen la aceptación de la actitud básica del capitalismo. Ambos favorecían la
sobriedad y el autocontrol, siendo compatibles con la acumulación de riquezas. Sin
embargo, el objetivo del confucianismo era lograr y preservar una posición de estatus,
empleándolo como medio: adaptación al mundo, educación, auto-perfección, buenas
maneras y piedad familiar. El puritanismo utilizaba otros medios para conocer por
medio del éxito en las actividades cual es la voluntad de Dios sobre la predestinación.
Esta creencia y entusiasmo en los resultados de la acción humana para conocer la
voluntad de Dios eran ajenas a los valores estéticos del confucianismo. Así, Weber
afirma que fue la diferencia en la mentalidad religiosa lo que contribuyó al desarrollo
del capitalismo en Occidente y su ausencia en China.
LA RELIGIÓN EN LA INDIA

LA SOCIOLOGÍA DEL HINDUISMO Y EL BUDISMO

fue la tercera obra más importante de Weber sobre la sociología de la religión. En este
trabajo, se trata la estructura de la sociedad india, las doctrinas ortodoxas del hinduismo
y las heterodoxas del budismo, las modificaciones por influencia de la religiosidad
popular, y finalmente el impacto de las creencias religiosas en la ética secular de la
sociedad india.

El sistema social indio se articula a partir del concepto de casta. Éste enlaza
directamente con las creencias religiosas y la segregación de la sociedad en grupos.
Weber describe el sistema de castas, consistente en los brahmins (sacerdotes), los
kshatriyas (guerreros), los vaisyas (mercaderes) y los Shudras (obreros). A
continuación, describe cómo se esparció el sistema de castas en la India a través de
conquistas, de la marginación de ciertas tribus y de la subdivisión de las propias castas.

Weber se centra especialmente en los Brahmins, analizando por qué han ocupado
durante siglos el lugar más destacado en la sociedad. De acuerdo al concepto de
dharma, concluye que el pluralismo ético indio es muy diferente de la ética universal
del confucianismo y cristianismo. El sistema de castas impide del desarrollo de grupos
urbanos con distintos estatus.

Por otra parte, Weber analiza las creencias religiosas hindúes, incluyendo el ascetismo
y la visión del mundo hindú, las doctrinas bramánicas ortodoxas, el apogeo y declive
del budismo en la India, la restauración hindú, y la evolución de los gurús. Weber se
pregunta si la religión tuvo alguna influencia en la rutina mundana, y en su caso, cuál
fue su impacto en las conductas económicas. Subraya la idea de un orden mundial
inmutable consistente en ciclos eternos de reencarnación y el desprecio de lo mundano,
encontrando que el sistema tradicional de castas, apoyado por la religión, ralentizaba
el desarrollo económico y el capitalismo.
Weber concluye su estudio de la sociedad y religión en la India combinando sus
hallazgos con su trabajo previo sobre China. Destaca que las creencias tienden a
interpretar el sentido de la vida como una experiencia mística, que los intelectuales
suelen ser apolíticos, y que el mundo social estaba fundamentalmente dividido entre
los educados, cuyas vidas se orientaban hacia la conducta ejemplar de un profeta o
sabio, y las masas no educadas, cautivas de su rutina y creencias mágicas. No hubo
ninguna profecía mesiánica que pudiera haber dotado de un plan y sentido a la vida
cotidiana comunes a educados y no educados.

JUDAÍSMO ANTIGUO

En Judaísmo antiguo, su cuarto trabajo más importante sobre la sociología de la


religión, Weber explica la combinación de circunstancias que fue responsable de las
primeras diferencias entre la religiosidad oriental y occidental. Esto se hizo
especialmente patente cuando surgió en el cristianismo occidental el ascetismo
intramundano, en contraste con la contemplación mística india. Weber asegura que
algunos aspectos del cristianismo originados en el judaísmo antiguo tienen como fin
conquistar y cambiar el mundo, más que renunciar a sus imperfecciones.

Según Weber, para los judíos, el mundo es un producto histórico diseñado para dar
lugar al orden verdadero de Dios. Si bien el judaísmo legó al Cristianismo su hostilidad
hacia la magia, Weber define el comportamiento económico judío como «capitalismo
paria» e irracional (en referencia al capitalismo racional cristiano).

Weber analiza la historia de los judíos, así como su particular relación con Yahvé, la
influencia de cultos foráneos, los tipos de éxtasis religioso, y la lucha de los sacerdotes
contra el éxtasis y la adoración de ídolos. Además, estudia los aspectos sociales de la
profecía bíblica, la orientación social de los profetas y su ética y teodicidad.

APORTACIONES A LA SOCIOLOGIA
Cabe entrever que al descubierto de las características universales que no se alteran de
los seres humanos como: la necesidad de alimentarse, reproducirse e interactuar con
los demás ya que somos sociables por naturaleza, por último, por los conocimientos o
principios que gobiernan el comportamiento de este.

El segundo factor del comportamiento humano, son aquellos que tienen que ver con la
cultura, la historia, la religión o el discurso ideológico de la sociedad en la que vino a
nacer. Esta es la parte que cambia en la naturaleza humana y se puede moldear.

Estos dos factores son el componente más importante del comportamiento humano son
la base de la sociología moderna iniciada en su momento por Weber con bases en la
teoría de Hume.

Para comprender mejor la obra producida por el sociólogo Max Weber, es importante
saber que él recibió mucha influencia de Immanuel Kant, cuyas ideas le ayudaron a
desarrollar el concepto de "tipo ideal".

Weber desarrolló el concepto de "tipo ideal ", según la cual las categorías de las
ciencias sociales serían subjetivas del investigador (su interpretación). Esta temática
permea su obra como un todo.

En prácticamente todas las obras de Weber es posible percibir la fuerte presencia de la


idea de tipo ideal. Entre las principales obras que él produjo a lo largo de la vida,
podemos destacar: La ética protestante y el espíritu del capitalismo; Estudios sobre la
sociología y la religión.

Por lo tanto, hay que destacar que la sociología weberiana es esencialmente


interpretativa y afirma que la empresa sería el resultado de las formas de relación entre
sus sujetos constituyentes.

Por lo tanto, en la medida en que la realidad es infinita, no hacemos sino un recorte,


una interpretación, como un intento de explicarla.
Es interesante a destacar, por lo tanto, que mientras su contemporáneo Durkheim se
basa en las ciencias naturales como un análisis del modelo metodológico, Weber no
cree que son leyes generales que explican todo el mundo social, porque para él, que
van de acuerdo a la dinámica de la cultura.

La Teoría

Algunos interpretes ven a Weber como un teórico de las ideas, otros como un teórico de los
intereses. Mientras que los primeros se centran en la Ética protestante(EP) y enfatizan el
fuerte papel de los valores, la religión y la cultura en su sociología, los últimos toman su Obra
analítica. Economía y sociedad como su más importante fuente, para afirmar que weber
presenta una teoría del conflicto no marxista, basada en el poder, en el conflicto y los intereses
individuales. Otros lo interpretan centralmente como un taxonomista talentoso
comprometido en la creación de un vasto armamento de “tipos ideales” destinados a dotar la
disciplina sociológica de firmes fundamentos conceptuales. De hecho, cada uno de estas
interpretaciones puede derivarse legítimamente del rico flujo de sus escritos sociológicos

Sin embargo, todos esos comentarios se equivocan, tanto por negar la posibilidad de
interpretaciones contradictorias sobre su obra, como por centrarse demasiado estrechamente
sobre aspectos de la misma. Los grandes temas que permiten superar la aparente
fragmentación de la sociología de Weber y que permiten darle un cierto grado de unidad, son
muy frecuentemente desatendidos el modo en el que relaciona ideas e intereses, su
preocupación por definir la singularidad de la modernidad occidental y de plantear una
explicación causal de sus orígenes; su búsqueda por entender cuales constelaciones de
fuerzas sociales dan lugar a nociones extendidas de compasión, de acción ética, y de
autonomía individual; su intento de analizar como las acciones se orientan por valores, y su
focalización en el modo en que las personas se orientan por valores, y su focalización en el
modo en que las personas, en diferentes entornos sociales, otorgan un sentido a sus vidas.

La presenta discusión sobre la sociología de Weber busca acumular estos temas centrales
mientras llama la atención sobre el modo en el que los valores, la cultura y la religión
adquieren un lugar fuertemente preminente en su sociología y el modo, a la vez, en el que la
dominación, el poder, los intereses individuales y el conflicto mantienen su centralidad.
También, se busca subrayar aquí el carácter fuertemente indispensable de los “conceptos
claros”, en tanto que piedras angulares fundacionales de sus trabajos. Esta amplia tarea puede
llevarse a cabo mejor por medio de un breve examen de sus tres obras más importantes: EP,
E𝜀S y la ética económica de las religiones universales(EERU). Antes de eso, resulta
indispensable detenerse en los aspectos centrales de la metodología que subyace a su
sociología

La metodología de Weber

La sociología de Weber parte de una crítica a todas las perspectivas que ven a las sociedades
como unidades cuasi-orgánicas, holísticas, y que separan “partes” de estas como
componentes completamente integrados en un sistema más grande de estructuras objetivas.
Todas las escuelas organicistas de pensamiento entienden a la colectividad dentro de la cual
el individuo actúa como una estructura ilimitada, y a la acción e interacción social como
meras expresiones particulares de este “todo”.

El pensamiento romántico y conservador alemán de principios del siglo XIX, así como
Comte y Durkheim en Francia, entran dentro de esta tradición.

Las teorías orgánicas generalmente parten de un grado de integración social que, para Weber,
debe ser cuestionado. En sus análisis las sociedades no son vistas nunca como entidades
claramente formadas y cerradas con limites definidos. Partiendo de las probabilidades de
fragmentación de tensión, de conflicto abierto y el uso del poder, Weber rechazo la noción
de que la sociedad debieran integrarse como una unidad. Más aun, según él, si las teorías
orgánicas son utilizadas más que como un medio para facilitar conceptualizaciones
preliminares, surge fuertemente el riesgo de reificación: las sociedades y el todo orgánico
puede ser vistas como la unidad fundamental de análisis, más que el individuo.

Esto puede llevar a que las personas sean incorrectamente entendidas como simples
“productos socializados” de fuerzas sociales. Por el contrario, Weber sostiene que las
personas son capaces de interpretar sus realidades sociales, otorgándole “sentido subjetivo”
a ciertos aspectos de ellas e iniciando acciones independientes: “… somos personas propias
de una cultura, dotados de la capacidad y de la voluntad de tomar posición frente al mundo
y de conferirle un sentido
Para Weber existe por lo tanto un espacio para la libertad y la elección. Muchos de los
axiomas sobre los que gira su metodología siguen siendo centrales incluso para la sociología
actual. Solo podemos analizar aquí algunos de sus componentes fundamentales: su sociología
comprensiva, los cuatro tipos de acción social, el sentido subjetivo, la neutralidad valorativa
y los tipos ideales. Para finalizar este apartado se discutirá el propósito de la sociología
weberiana.

Comprensión y sentido subjetivo

En el centro de la sociología de Weber está el intento, por parte de los sociólogos de


comprender los modos en los que las personas ven su propia” acción social”. Esta acción con
sentido subjetivo constituye la preocupación del científico social, más que el comportamiento
meramente reactivo o imitativo (como ocurre, por ejemplo, cuando personas que están juntas
en un espacio público abren sus paraguas simultáneamente al comenzar a llover). La acción
social, insiste Weber, implica tanto una orientación con sentido de la propia conducta hacia
la de otros, como el aspecto relacionado con la propia interpretación o reflexión por parte del
individuo. Las personas son seres sociales, pero no únicamente: están provistas de la
habilidad de interpretar activamente situaciones, interacciones y relaciones referenciándolas
en valores, creencias, intereses, emociones, poder, autoridad, costumbres, convenciones,
hábitos, ideas, etc.

La sociología es una ciencia que pretende entender la acción social para así explicarla
causalmente en su desarrollo y sus efectos. Para eso debe entenderse la “acción” como una
conducta humana (sea un acto externo o interno al individuo, omitido o consentido). La
acción social en cambio, es una acción de este tipo en el que el sentido pensado por el o los
actores se refiere a la conducta de otros y su desarrollo está orientado por ella.

Otras obras de Max Weber

- La "objetividad" del conocimiento en la ciencia social y en la política social


El artículo titulado "La "objetividad" del conocimiento en la ciencia social y en la
política social" contiene los elementos fundamentales de la concepción de la ciencia
social alumbrada por Max Weber y puede considerarse, por ello, como uno de los
escritos fundacionales de la sociología contemporánea. En sus páginas, Weber
expone su concepción de la nueva ciencia social, señalando ante todo su objeto de
estudio (el significado cultural de los fenómenos sociales) y la naturaleza y
características de los conceptos con los que opera (los tipos ideales). La ciencia social
weberiana se destaca por la función metodológica que desempeñan en la delimitación
del objeto de investigación los valores dominantes en la sociedad, pues es
precisamente la relación con algún valor de una cultura dada la que suministra al
investigador la perspectiva para construir su objeto de estudio. Este perspectivismo y
el hecho de que los valores o ideas dominantes cambien en el tiempo no implica, sin
embargo, que los resultados de la ciencia social sean subjetivos, pues también el
científico social está sometido, en la aplicación de los instrumentos conceptuales con
los que opera, a las normas del pensamiento.
- El político y el científico
La Política como vocación
¿Qué entendemos por política? Cualquier género de actividad directiva humana.

Por política entenderemos solamente la dirección o la influencia sobre la dirección de


una asociación política, es decir, en nuestro tiempo, de un Estado.
Todo estado está fundado en la violencia, dijo Trotsky, pero la violencia no es el único
medio de que el Estado se vale pero sí es su medio específico.
La Política significará, pues, la aspiración a participar o a influir en la distribución
del poder entre los distintos Estados, o dentro de un mismo Estado, entre los distintos
grupos de hombres que lo comparten.
Quien hace política espira al poder; al poder como medio para consecución de otros
fines (idealistas o egoístas) o al poder <<por el poder>>.
El estado es una dominación de hombres sobre hombres. Los fundamentos de la
legitimidad de una denominación son:

1º) La costumbre.

2º) La autoridad de la gracia personal (carisma).


3º) Legitimidad basada en la “legalidad”.

En el segundo punto es donde situamos a los políticos por vocación.


El estado moderno es una asociación de dominación con carácter institucional que ha
tratado, con éxito, de monopolizar dentro de un territorio la violencia física legítima
como medio de dominación y que, a este fin, ha reunido todos los medios materiales
en manos de su dirigente y ha expropiado a todos los funcionarios estamentales que
antes disponían de ellos por derecho propio, sustituyéndolos con sus propias
jerarquías supremas.

Hay dos formas de hacer de la política una profesión: o se vive “para” la política o se
vive “de” la política. La oposición no es en absoluto excluyente. Por el contrario,
generalmente se hacen las dos cosas. La transformación de la política en una empresa,
determinó la división de los funcionarios públicos en dos categorías bien distintas,
aunque no tajantes:

A) Funcionarios profesionales.
B) Funcionarios políticos: que pueden ser trasladados o destituidos a placer y a quines
está atribuido el cuidado de la administración interna en general.
El auténtico funcionario no debe hacer política, sino limitarse a <<administrar>>,
sobre todo imparcialmente.
El funcionario descarga la responsabilidad sobre la autoridad superior.

Mientras que el periodista como tipo de político profesional tiene ya un pasado


apreciable, la figura de funcionario de partido se ha desarrollado en los últimos
tiempos.
Puede decirse que son tres las cualidades decisivamente importantes para el político:
1º) Pasión.
2º) Sentido de la responsabilidad.
3º) Mesura.
Pasión en el sentido de entrega apasionada a una causa. La pasión no convierte a un
hombre en político sino está al servicio de una “causa”. Responsabilidad para que esa
“causa” guíe su acción.
Mesura para saber guardar la distancia con los hombres y con las cosas.
Por eso el político tiene que vencer cada día y cada hora su mayor enemigo: la
vanidad.
En último término, no hay más que dos pecados mortales en el terreno de la política:
1º) La ausencia de finalidades objetivas.
2º) La falta de responsabilidad.
La vanidad es lo que más lleva al político a cometer uno de estos pecados o los dos a
la vez.
El medio decisivo de la política es la violencia y es posible medir la intensidad de la
tensión que desde el punto de vista ético existe entre medios y fines. La singularidad
de todos los problemas éticos de la política está determinada sola y exclusivamente
por su medio específico, la violencia legítima en manos de las asociaciones humanas.
La ciencia como vocación
Toda persona que se crea llamado a la profesión académica debe tener conciencia
clara de que la tarea que le aguarda tiene una doble vertiente: no le bastará con estar
cualificado como sabio, sino que ha de estarlo también como profesor y estas dos
cualidades no se implican recíprocamente ni muchísimo menos.
En la actualidad la situación interior de la vocación científica está condicionada, en
primer lugar, por el hecho de que la ciencia ha entrado en un estadio de
especialización antes desconocido y en el que se va a mantener para siempre.
En el campo de la ciencia sólo tiene “personalidad” quién está pura y simplemente al
servicio de una causa.
El trabajo científico está sometido a un destino que lo distingue profundamente del
trabajo artístico. El trabajo científico está inmerso en la corriente del progreso,
mientras que en el terreno del arte, por el contrario, no cabe hablar de progreso en
este sentido.
Todo “logro” en este sentido implica nuevas “cuestiones” y ha de ser superado y ha
de envejecer.
Entonces ¿Cuál es el sentido de la Ciencia?
En primer lugar: la ciencia proporciona conocimientos sobre la técnica que sirve para
dominar la vida.
En segundo lugar: la ciencia proporciona métodos para pensar, instrumentos y
disciplina para hacerlo.

En tercer lugar: claridad, la ciencia puede hacer en aras de la claridad (aportación que marca
también sus límites), que tal postura práctica deriva lógica y honradamente, según su propio
sentido, de tal visión del mundo, pero no de tales otras.

- Sociología del poder


Publicada con posterioridad al fallecimiento de Max Weber en 1920, “Economía y
sociedad” está considerada una de sus obras más representativas. “Sociología del
poder: los tipos de dominación” “que corresponde al tercer capítulo de dicha obra” se
ocupa de dos aspectos conceptuales que resultan fundamentales en el pensamiento
weberiano y que han provocado una amplia polémica intelectual: la definición
“sociológica” que el autor da a la noción de legitimidad, y el concepto de
“Herrschaft”, traducido normalmente por “dominación”, como oposición al del
“Macht” (poder). La presente edición se completa con unos útiles glosarios referentes
a los términos empleados por el pensador alemán, así como a las personalidades y
obras que cita.
- Conceptos sociológicos fundamentales
Redactados por Max Weber entre 1918 y 1920 y publicados póstumamente en 1922,
como primer capítulo de su célebre “Economía y sociedad”, los “Conceptos
sociológicos fundamentales” contienen la concepción weberiana de la sociología y
sus directrices metodológicas. En sus páginas Weber define la sociología como una
ciencia que busca comprender la acción social mediante la interpretación y explicar
por esa vía las causas del desarrollo y de las consecuencias de aquélla. Además,
formula los conceptos básicos de su método -el concepto de comprensión
(interpretación) y el procedimiento con tipos ideales-, así como los conceptos
derivados de la "acción", a la que entiende como un comportamiento al que el
individuo le atribuye un sentido o significado. Esta edición se completa con un
utilísimo glosario que recoge y explica los términos weberianos fundamentales,
arrojando luz sobre la maraña conceptual que las distintas traducciones del texto
realizadas hasta ahora han propiciado.
- La transición del esclavismo al feudalismo
El presente volumen comprende estudios que tratan de responder a la serie de
preguntas que el ocaso de la sociedad antigua plantea. ¿Cuál fue la causa del fin del
mundo antiguo? Los planteamientos de Weber que se centran en la oposición
ciudad/campo más que solucionar o cerrar un tema abren posibilidades de desarrollo
y perspectivas de trabajo que amplían los antagonismos latentes en la sociedad
esclavista, generadores del conflicto y por tanto de la transición a otra nueva sociedad.
La disparidad de los autores y sus estudios sobre un abanico de posibilidades
interpretativas que antes que oponerse se complementan. la presente edición cierra
con una bibliografía selecta sobre uno de los temas que más inquietan a los
historiadores de hoy.
- Historia económica general
La obra de Max Weber se proyecta hasta nuestros días como una ráfaga de inquietante
lucidez. Con mayor certeza que otros pensadores prestigiosos, el sociólogo alemán
supo señalar derroteros que hoy son incuestionables, como la creciente
burocratización del mundo, la violencia como argumento legítimo de todo estado y
la naturaleza demoniaca que adquiriría la política. Su Historia económica general es
una pieza clave para la comprensión del universo weberiano. Mediante una clara y
concisa exposición histórica, el autor va siguiendo el desarrollo del espíritu del
capitalismo, estableciendo una teoría de los estamentos que asocia los fenómenos de
la organización económica con los traumas de la cultura.
- Historia agraria romana.
Las investigaciones que dan contenido a este libro se centran en distintos fenómenos
del derecho romano, público y privado, desde un punto de vista específico: el de su
importancia práctica para el desarrollo de las relaciones agrarias.» Aplicando el
método experimental a su trabajo, Weber, cuya conocida personalidad excusa toda
presentación, analiza, por una parte, «la conexión existente entre las distintas formas
de medición de los campos romanos y sus condiciones jurídicas, públicas y privadas»,
y desarrolla, en segundo término, «un estudio histórico económico de la agricultura
romana y el desarrollo del colonato». Utilizando «el punto de vista del derecho
público y administrativo a partir del estado de las fuentes documentales, y tomando
siempre en primer lugar los fenómenos relativos al desarrollo agrario de las
provincias más evolucionadas del imperio», el autor se sitúa expresamente en la
sólida línea de investigación histórica, jurídica y económica que viene desde Savigny
y Ricardus hasta Theodor Momsem.

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