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Diversidad Cultural: Perú, país multilingüe y pluricultural


El multilingüismo en el Perú: Problema y posibilidad
Carhuaricra Anco, Miguel Ángel
angel_edu20@hotmail.com

El titulo de la ponencia obedece a un ensayo de Jorge Basadre Perú: problema y posibilidad,


donde en uno de los puntos argumenta que el Perú se constituye como un país donde se
mezclan razas, etnias, lenguas y naciones; pero que ha visto esta diversidad como un problema
para construirse como nación. Sin embargo, considera que esta variedad se debe tomar como
una posibilidad para conocer e involucrar a los demás culturas e ir construyendo nuestro
proyecto como nación.

Del mismo modo, la presente ponencia tiene como planteamiento central que el
multilingüismo en el Perú se ha constituido como una posibilidad para conocer la cosmovisión
de las demás culturas, pero que los grupos dominantes lo han visto como un obstáculo para sus
intenciones de clase. Para justificar tal planteamiento, se realizará una mirada histórica sobre
discursos que se presentan desde la Colonia hasta la actualidad.

El multilingüismo en la etapa prehispánica

El Inca Garcilaso de la Vega, considerado el primer peruano biológico y cultural, se refiere a la


realidad lingüística del Imperio incaico en sus Comentarios reales en los siguientes términos:

“Cada provincia, cada nación -y en muchas partes de cada pueblo- tenía su


lengua por sí, diferente de sus vecinos. Los que se entendían en un lenguaje
se tenían por parientes, así eran amigos y confederados. Los que no se
entendían por la variedad de lenguas se tenían por enemigos y contrarios y
se hacían cruel guerra hasta comerse unos a otros, como si fueran brutos de
diversas especies” (Libro I, cap.14).

El párrafo anterior nos permite evidenciar la existencia de un multilingüismo, es decir, durante


el incanato se experimentó la convivencia de diversas lenguas y distintos dialectos. Sin embargo,
esta situación se tornaba problemática para los fines del Imperio ya que la diversidad implicaba
conflictos bélicos y tratos inhumanos al punto de practicar la antropofagia. Es durante esta
primera etapa de la formación de nuestra nación cuando un elemento y una peculiaridad, el
multilingüismo y la pluriculturalidad, se convierten en un problema de matiz político.

Ante esta situación nada propicia para las intenciones del Imperio, se han de implantar
obligaciones que permitan homogeneizar o unificar los diferentes pueblos (provincias). De ese
modo, se indica:

Mandaron a aquellos Reyes aprender la lengua general por dos aspectos


principales. Uno por no tener delante de sí tanta muchedumbre de
intérpretes como fuera menester y responder a tanta variedad de lenguas y
naciones como había en su imperio […]. El otro respecto – y más principal-
fue que para las naciones extrañas, las cuales por no entender unas a otras
se tenían por enemigas y se hacían cruel guerra, hablándose y
comunicándose lo interior de sus corazones se amasen unos a otros como si
fuesen de una familia y parentesco y perdiesen la esquivez que les causaba
el no entenderse (Libro VII, cap.1).
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A partir de esta cita podemos afirmar que mediante este “mandamiento” se buscaba romper
la incomunicación entre naciones y se intentaba una comunicación más directa de manera que
psicológicamente era mejor mediada. Sin embargo, también se puede evidenciar que esta
medida sirvió para la finalidad del imperio: la unificación para el control sobre los demás
pueblos. El uso del quechua perseguía dos motivaciones, las cuales se aclararán a continuación:

1. La existencia de muchas lenguas suponía una comunicación ineficiente con los demás
pueblos, por ello, se obligó el aprendizaje del quechua para hacer más efectivo el
contacto.

2. La comprensión entre pueblos que hablaban diferentes lenguas para así dominarlos sin
mayores problemas.

Es preciso aclarar que es diferente aprender y mandar aprender puesto que no todos los
indígenas tenían la facultad de hacerlo, entonces eran solo las autoridades de cada pueblo
quienes lograban aprender verdaderamente el quechua convirtiéndose de ese modo en una
lengua de élite.

El multilingüismo en la Conquista, la Colonia y el Virreinato

Ya con la llegada de los españoles y la presencia del código escrito, la realidad lingüística
sigue su curso no muy diferente a la etapa anterior puesto que la situación es adaptada para los
fines del conquistador. Hemos de recordar que el castellano sirvió como instrumento de
dominación y humanización a los llamados “pueblos infieles y barbaros”.

También es importante mencionar que debido a los enfrentamientos, las enfermedades, las
epidemias y el trabajo forzado la población indígena pasó de 6 millones en el siglo XVI a 2
millones en el siglo XVII. En ese sentido, podemos afirmar que el castellano obtiene una
posición de predominancia sobre las demás lenguas locales de manera que sirve como
instrumento de subordinación.

Ya durante la Colonia se produce la “oficialización del castellano”. Esta supuesta oficialización


era un procedimiento político para reconocer las jerarquías de los administradores de la
Colonia; por ejemplo, los curacas. Entonces, al o difundirse ya el quechua, cada uno de los
pueblos vio la posibilidad de utilizar sus lenguas locales al lado del castellano, produciéndose de
ese modo un bilingüismo local. Al respecto Gerald Taylor (citado por Pozzi-Escott) afirma:
“La Colonia es una vuelta a una diversidad lingüística y la persistencia del
empleo de la lengua general al lado de la lengua local al menos hasta fines
de la primera mitad del siglo XVII por los curacas y otros miembros de la
administración colonial”.

Se puede aseverar que se produce la difusión del castellano especialmente en las zonas
costeñas, pero se ha perdido la lengua articuladora del mundo andino. Entonces hace falta una
nueva lengua de (in)comunicación que enlace el mundo del dominador y el mundo del
dominado y los articule en una nación auténtica: el castellano.

El multilingüismo en la República

Con la instalación del castellano, la realidad lingüística no varía durante la República. Si bien
el Perú se presenta con una mayor población rural, ello no constituye un problema para la
administración central, quienes no toman en cuenta a las provincias. Veamos algunos datos
estadísticos que nos permitirán justificar dicha afirmación.
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En el censo de 1940 se manifiestan las siguientes cifras


Hispanohablantes 43.5%
Quechuahablantes 31%
Aimarahablantes 3.5%
Otras lenguas nativas 5.5%
Bilingües 16.5%

Estas cifras resultan preocupantes ya que como se evidencia, si se sabe que la comunicación
oficial se daba en castellano, podemos afirmar que había un 40% de personas excluidas de los
beneficios de utilizar dicha lengua tales como educación pública, sistema de justicia y vida
ciudadana. Recordemos que uno de los requisitos para poder sufragar era estar alfabetizado en
castellano.

Para el censo de 1961 se presentan estas cifras.


Hispanohablantes 60%
Monolingüe 20%
Bilingüe 20%

Se podría decir que producto de la migración ocurrida básicamente durante la década del 50
más personas han accedido al castellano y afirmar que la comunicación ha mejorado porque
más personas conocen el mismo instrumento. Sin embargo, esto en el fondo no es del todo
cierto porque, por ejemplo se podría hablar castellano en los últimos 2,3 o 4 años pese a tener
una formación cultural andina y, en ese sentido, el aprendizaje del castellano se convierte en
una necesidad para poder desplazarse en la ciudad.

El censo de 1981 nos presenta las siguientes cifras


Hispanohablantes 73%
Quechuahablantes 7.6%
Aimarahablantes 0.8%
Otras lenguas nativas 2.8%
Bilingües 15. 8%

Antes de explicar estas cifras se debe mencionar que en 1975 se oficializó al quechua como
idioma; sin embargo, este acto jurídico-político no mejoró en nada nuestro panorama
lingüístico ni social; es más, oficializar el quechua cuando la castellanización iba creciendo era
un procedimiento poco sensato. Además, tampoco se trataba de darle la importancia de una
lengua solo en aspecto político; sino su reconocimiento de debió dar en la práctica.

Estas cifras presentadas nos permiten aseverar que teóricamente nuestro país se constituye
como un país multilingüe, pero que la tendencia, al igual que en el Imperio, es al
monolingüismo en el que el castellano es la lengua predominante. Lo preocupante es que este
monolingüismo ha implicado la desvalorización y desaparición forzada de muchas lenguas
nativas. Al respecto, permítanme mencionar un caso.

El multilingüismo en la actualidad

Todos sabemos que el castellano es la lengua de mucha importancia tanto en el contexto


nacional como internacional. Su presencia ha llegado hasta los lugares más recónditos de
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nuestro país y su presencia no solo ha influido en los estilos de vida, sino también de
pensamiento.

En relación al quechua, comparando con el castellano el panorama se presenta poco


alentador. Seguramente para justificar dicha afirmación se pueden presentar más de un
ejemplo; pero en este caso me referiré a unas declaraciones de personajes ligados al quechua.

Luego de publicarse el 06 de noviembre del 2010 una nota de prensa en El Comercio, el cual
titulaba “El quechua muere de vergüenza en el Perú”, se realizó entrevistas a personajes
relacionados con esta lengua.

Al respecto, Demetrio Túpac Yupanqui, docente de Quechua, afirmó: “Hay muy poca
autoestima: el que habla quechua se avergüenza y cree que es mejor hablar castellano. Las
muchachas llegadas a Lima de la montaña reniegan de su idioma”.

Estas declaraciones muestran que el problema lingüístico se ha convertido en un problema


psicosocial. La inferioridad por hablar una lengua que no es la hegemónica como el quechua ha
generado un sentimiento de inferioridad y de culpa en los quechuahablantes.

Del mismo modo, Modesto Gálvez, director del Programa de Educación Bilingüe Intercultural,
resumió la condición del quechua en la actualidad afirmando: “El quechua ha ido retrocediendo
sin parar: primero de la calle a la casa, y después de la casa a la cocina”.

Las declaraciones grafican muy bien el desplazamiento que ha sufrido el quechua en la


actualidad: ya no se trata de una lengua de difusión, sino de ocultamiento.
Seguramente, muchos consideraran que existen propuestas para solucionar esta situación; sin
embargo considero que es muy complicado buscar soluciones en un día a problemas de
muchos años. Muy a pesar de ello, se abre una posibilidad para que muchas de las lenguas
nativas se mantengan y conserven de ese modo su conocimiento ancestral: el respeto por lo
diferente.

No se trata de aprender lo que el otro sabe; sino de respetarlo. Debemos ver en lo diverso la
posibilidad de conocer lo diferente, de considerar que somos un país multicolor, un país de
todas las sangres: He ahí el reto para construir nuestro proyecto como nación.

Bibliografía

ESCOBAR, Alberti y LÓPEZ, Luis, MATOS, José y ALBERTI, Giorgio. Perú ¿país bilingüe?. Lima:
IEP,1975. 152 pp.
GARCILASO de la Vega. Comentarios reales de los incas. Arequipa: Gobierno Regional de
Arequipa,2009. 622 pp.
POZZI-ESCOTT, Inés. La incomunicación verbal en el Perú. En: LÓPEZ, Luis. Pesquisas de
lingüística andina. Lima: CONCYTEC,1988. pp. 109-120.

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