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Apuntes de Psicología

Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental,


C. de Manuel Vicente La Terapia de Familia y los niños: refexiones desde una USMIJ
2009, Vol. 27, número 2-3, págs. 363-373. Universidad de Cádiz, Universidad de Huelva y
ISSN 0213-3334 Universidad de Sevilla

La Terapia de Familia y los niños: reflexiones


desde una Unidad de Salud Mental
Infanto-Juvenil de la red pública andaluza
Carmen DE MANUEL VICENTE
Servicio Andaluz de Salud. Cádiz

Resumen
El presente artículo invita a reflexionar sobre cómo hemos venido aplicando la
terapia de familia con respecto a la infancia. Se contextualiza en una Unidad de Salud
Mental Infanto-Juvenil pero es aplicable a cualquier otro contexto de intervención. Para
ello, se parte del necesario respeto por los derechos del niño en general y en psicoterapia
en particular. Veremos como estos derechos están mediatizados por la representación
social de la infancia que se tenga. Finalmente se propone el reto de realizar cambios para
mejorar la intervención con esta técnica.
Palabras clave: terapia de familia, infancia, derechos de los niños, representación
social, Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil.

Abstract
The present study is an invitation to think over the way have been making use Fam-
ily Therapy in relationship with childhood. It´s developed in a Children Mental Unit,
although it´s applicable to whatever intervention context. First step is to considerer the
children rights in generally speating and into psicotherapy particularlly. It will be analyzed
those rights in order to how are limited to the childhood social image. Finally, a sort of
changes are challenged to improve efficiency of this technique wich clearly has shown
its effectiveness along years.
Key words: Family Therapy, Childhood, Children`s Rights, Social Image, Children
Mental Health Unit.

Dirección de la autora: Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil de Cádiz. Centro de Especialidades “Vargas Ponce”.
Plaza Mendizábal, 2. 1004 Cádiz. Correo electrónico: demanuel@ono.com

Recibido:
Apuntes dejulio 2009. Aceptado:
Psicología, 2009,septiembre 2009. 2-3, págs. 363-373.
Vol. 27, número 363
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Las Unidades de Salud Mental Infanto- salud mental por un trastorno de déficit de
Juvenil de Andalucía como un dispositivo atención con hiperactividad. El equipo con-
más del Servicio Andaluz de Salud sidera que no hay tal hiperactividad ya que
es capaz de permanecer sentado, al menos
La atención en Andalucía a la población en la consulta, aunque sí detecta el problema
infanto-juvenil, en materia de salud men- atencional. Por otra parte, los padres reciben
tal, se encuentra distribuida en 3 niveles quejas continuas del colegio al respecto.
asistenciales. El primer nivel corresponde Cualquier posicionamiento de diagnóstico
a la Atención Primaria, donde los niños son individual por nuestra parte suponía tomar
atendidos por su pediatra (hasta los 14 años) partido por la tesis de unos compañeros en
o el médico de familia (a partir de esa edad). contra de otros. ¿A quién darle la razón?,
El profesional aborda y resuelve la demanda ¿al pediatra?, ¿al psicólogo del equipo de
o bien deriva al especialista, en este caso, salud mental?, ¿al orientador escolar? Si hu-
al equipo de salud mental correspondiente. biéramos tomado partido, nosotros mismos
El Equipo de Salud Mental, situado en un hubiésemos quedado expuestos a la desca-
segundo nivel de asistencia, atiende todo el lificación por parte de un nuevo profesional
ciclo vital del individuo. Aquí los niños son que entrara en el juego. Era, por tanto, funda-
evaluados y reciben el tratamiento oportu- mental introducir un cambio que cortara esta
no. Las situaciones más complejas o que no trayectoria relacional profesionales/familia.
responden al tratamiento prescrito se derivan Afortunadamente en este caso no había una
a la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil. guerra marcada entre bandos, por lo que los
En el tercer nivel está situada la Unidad de padres aceptaron sin dificultad centrar todos
Salud Mental Infanto-Juvenil (USMIJ) que los esfuerzos en buscar soluciones y mejorar
atiende a la población de referencia desde la situación, aparcando la cuestión diagnósti-
el nacimiento hasta los 18 años. ca que tanto recelo les estaba creando con los
Una de las características más relevantes profesionales. Es más, parecieron aliviados
del trabajo en la USMIJ deriva justamente de de salir de esa disyuntiva “hiperactividad sí,
esto, de estar ubicada en un 3er nivel de aten- hiperactividad no” en la que llevaban meses.
ción. Quiere decir que cuando un niño llega, Poco después los padres verbalizaron haber
ha pasado previamente por su centro de salud descubierto cómo el contexto que rodeaba
y por el equipo de salud mental. Es evidente a su hijo provocaba en él la inquietud mo-
que los pacientes vienen ya con experiencia tora o no. Por ejemplo, el contexto “aula”
de otras consultas previas y, con frecuencia, le provocaba una imperiosa necesidad de
por el mismo motivo. Además, han podido movimiento. En cambio, el contexto “con-
recibir en su recorrido informaciones contra- sulta” le relajaba aunque presentaba ligera
dictorias entre los diversos profesionales que hiperactividad en la motricidad fina. Este
les han atendido y que además del sistema descubrimiento fue valioso justamente por
sanitario pueden haberse implicado otras ins- haberlo alcanzado por sí mismos. Con esta
tituciones como educación, servicios sociales observación, recuperaron la confianza en los
o los servicios privados. Algunos, incluso, profesionales al conciliar ambas posturas ya
buscan en nosotros un desempate. que nadie se había equivocado.
Fue lo sucedido con Antonio, un chico Por tanto, cuando los niños llegan a la US-
de 8 años, que el pediatra deriva al equipo de MIJ ya han realizado un peregrinaje por otros

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servicios. Y esto no es nada intrascendente, revela diariamente a los clínicos como un


por el contrario es una información a recoger punto crucial que determina en gran medida
y en la que detenernos porque el resultado de el éxito de la intervención.
las consultas previas influirá en cierta medida La motivación de los pacientes y sus
en nuestros propios logros. Covini, Fiocchi, familias por el tratamiento es una pieza clave
Pasquino y Selvini (1987, página 64) afirman en su resultado y un factor decisivo además
que “Es un hecho notorio el que la dificultad en la aparición del burnout en el profesional.
de una psicoterapia aumenta directamente Los profesionales nos quemamos con los
proporcional a la duración y a la cantidad fracasos terapéuticos. Y cuándo analizamos
de intentos precedentes, sobre todo si son del qué falló encontramos con frecuencia que
mismo tipo”. Por ello, es importante dedicar- toda la motivación había estado en el lado del
le unos minutos en la apertura de la historia terapeuta y nada o poco en el de la familia.
clínica al apartado de tratamientos anteriores. Por eso, siempre es una constante personal la
Cuando son derivados al tercer nivel inquietud por buscar respuesta a la pregunta
tras intervenciones terapéuticas previas ¿cómo crear motivación? ¿Qué motiva o no
fracasadas o con experiencias negativas a los usuarios para una psicoterapia?
con otros profesionales, pueden mostrarse Los que trabajamos con niños sabemos
escépticos a nuestra intervención cuando que éstos no vienen, los traen sus padres. Y
no resistentes hasta la simetría, el abandono nos vemos en la encrucijada de motivar des-
o el agravamiento de los síntomas. O “des- de luego a los adultos pero sin perder jamás
hinchados” y con una expresión facial de “A de vista nuestro objetivo como servicio: la
ver qué nos dice éste”. O como en el caso de infancia. Entonces la pregunta se hace más
Antonio, atrapados en el desacuerdo entre específica: ¿cómo crear motivación también,
profesionales. y sobre todo, en los niños?
Precisamos de su colaboración para ob-
El niño como usuario de la terapia de tener la información que necesitamos. Para
familia que nos aporten espontáneamente aquello
que no buscamos pero que es relevante. Para
Es imposible proceder en la compren- que cumplan las prescripciones. Para que
sión del comportamiento de cualquier ser vuelvan a la siguiente sesión… Y todo esto
humano sin el conocimiento de su contexto tan necesario ¿cómo se logra?
relacional más próximo. Pero en el caso de Motivar a un niño empieza por lo más
los niños este supuesto es aún más básico ya elemental: por respetar sus derechos como
que por el hecho de ser niños dependen de la persona que es. Y como persona tiene
su familia no sólo para desarrollarse y crecer derecho a ser oído y a que sean tenidas en
sino también para sobrevivir. De aquí que la cuenta sus opiniones, a que se le considere
intervención familiar desde las USMIS sea como alguien que tiene cosas interesantes que
una intervención frecuente, convirtiéndose decir. Y esto lo hacemos cuando buscamos
la terapia de familia en una técnica por ex- activamente su opinión, durante las sesiones,
celencia, imprescindible en el campo de la sobre los temas que se tratan.
salud mental infantil. Sin embargo, ésta no es una práctica
Por otra parte, en cualquier psicoterapia tan habitual como debiera. No sólo en las
el tema de la motivación del usuario se nos sesiones de familia, en su vida cotidiana los
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niños no son tratados como interlocutores ellos sin ninguna información o con infor-
válidos o tan válidos como el adulto. ¡Quién maciones contradictorias e incluso contra-
no ha escuchado la frase o ha sido víctima de producentes. Esto obedece al mito de que es
ella: “Cuando los adultos hablan los niños peor explicarles las cosas a los niños. Y así les
se callan”! llevan a una analítica de sangre diciéndoles
Invito a hacer la prueba a todo el que que van al médico para la madre o entran en
haya grabado las sesiones de familia para quirófano sin preparación previa alguna o
comprobar cuánto tiempo le dedica el te- lo que es peor, engañados. Incluso están los
rapeuta a los niños y cuánto a los adultos. defensores de que los niños no se enteran de
En infinitas ocasiones dichas sesiones se lo que sucede a su alrededor, entonces para
han convertido en conversaciones entre los qué contarles nada.
adultos y, con un poco de suerte, de vez en Diego era un niño de 4 años, hijo único,
cuando nos dirigíamos al niño. por el que consultan los padres por presentar
Y esto no es un pecado cometido sólo por conductas disruptivas. En la recogida de
la terapia de familia, igual ocurre -cada vez información averiguo que hace 6 meses la
con menos frecuencia afortunadamente- por madre dio a luz un feto muerto. “¿Cómo
ejemplo en la consulta pediátrica donde la reaccionó Diego?” -pregunté-. “No se enteró
madre aporta toda la información y el niño de nada y nosotros preferimos no decírselo”.
es tratado como un objeto que se osculta, se “Y ¿desde cuándo presenta estas conductas?
explora la garganta, la barriga o los oídos y “¡Desde hace 6 meses!”. Incluso la madre
se va sin que nadie se haya dirigido a él. Se refiere, pero casi por casualidad, que ha co-
habla de él, se hacen cosas para él y por él gido la manía de cavar un hoyo en el jardín
pero sin él. y esconder allí sus juguetes. La pregunta
Cuando reflexiono en cómo hemos apli- siguiente no se hizo esperar: “Señora, ¿usted
cado la terapia de familia en salud mental cree que los esconde o que los entierra?”.
infantil, comprendo que había algo que no Por otra parte, las prisas del mundo
encajaba, que no se adaptaba a los niños, que adulto, la lucha contra el reloj, agudizada
no estaba pensado para ellos, que negaba su en los servicios públicos debido a la presión
especificidad y sus necesidades evolutivas. asistencial con el objetivo de acortar las listas
La terapia de familia ha invisibilizado de espera, nos dificulta respetar el tiempo
a los niños al centrar toda la atención en el del niño, su ritmo, que obviamente es dife-
discurso de los padres. Ahora recuerdo que rente al del adulto. Así, como el niño tarde en
algunos niños mostraban deseos de irse ya o contestar, inmediatamente pasamos el turno
incluso alguno llegó a verbalizar que estaba de palabra a otro.
aburrido. Tampoco nos hemos esmerado por adap-
Pero esto no queda aquí. Otro derecho tar los procedimientos técnicos de la psicote-
de los niños que hemos ignorado con fre- rapia a su singularidad etaria e individual ni
cuencia es el derecho a recibir información a su experiencia de vida.
de lo que les pasa y de qué vamos a hacer Y estos hechos hunden sus raíces en la
para ayudarles. La primera pregunta que les influencia de la sociedad adultista en que nos
hago y que ya forma parte del protocolo de encontramos. Afirma Barudy y Dantagnan
acogida es “¿Sabes por qué estás aquí?”. (2005, pág. 48) que “El modelo dominante
Con frecuencia llegan a una consulta para que determina mayoritariamente el conte-

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nido de las relaciones entre adultos y niños después de los 9 meses o leer después de los
o jóvenes es lo que denominamos cultura 5 años era una auténtica mediocridad.
adultista”. ¿Dónde ha quedado el niño y su derecho
a un desarrollo evolutivo pleno sin quemar
Representación social de la infancia etapas? Esta representación social de la infan-
cia afecta no sólo a las creencias populares,
Es urgente reflexionar sobre la represen- sino que además ha atravesado la barrera del
tación social de la infancia, es decir, sobre la saber. Por ejemplo, en Derecho se usa el tér-
creencia que una determinada sociedad como mino “menor” para denominar al niño. Pero
la nuestra tiene acerca de lo que es un niño menor ¿comparado con quién? De nuevo la
(Martínez, 2006). Medimos y tratamos al medida es el adulto.
niño desde la perspectiva del adulto y lo con- Y la terapia de familia también se ha
sideramos como un ser en miniatura, como visto influida por esta concepción adultocén-
un adulto en pequeñito, como un proyecto trica de la infancia al ignorar las necesidades
de persona. ¡Pero ya es una persona! Como de los niños. Pensemos en el hecho de que
alguien inacabado. ¿Acaso alguien está aca- las sesiones de familia se han apoyado casi
bado, completamente hecho, con todo apren- exclusivamente en el lenguaje verbal. Esta
dido y nada por mejorar? En nuestra creencia es una capacidad que los niños no tienen ple-
popular, ser niño está mal visto y cuanto más namente desarrollada. Sin embargo durante
pequeño peor. Será por eso que a Manolo, décadas las sesiones de familia han consis-
un niño de 6 años con enuresis nocturna, tido en hablar. De acuerdo, no era cualquier
su madre cuando ve la cama mojada por las conversación, era una conversación científica
mañanas le dice: “Eres un niño chico”. Y se pero para científicos adultos. ¿Dónde estaba
lo dice en sentido despectivo, obviamente. Y el respeto por los derechos del niño, entre
lo hacemos igualmente con los adultos a los ellos el respeto a su desarrollo evolutivo?
que les decimos “Te estás portando como un
niño” y de nuevo en sentido descalificador. A modo de propuesta
Decirle a alguien que es un niño nunca ha
sido un halago. Ahora pensemos en una terapia de fa-
Obligamos a los niños a crecer deprisa, milia basada en otros medios de comunica-
a madurar rápido para incluirlos lo antes ción, por ejemplo, una terapia que descanse
posible en este mundo de adultos donde además en el lenguaje no verbal expresado
ellos tienen poca cabida. Recuerdo que dos mediante el juego, el dibujo o cualquier otra
madres en la sala de espera mantenían una actividad. De entrada, muchos terapeutas
interesante conversación acerca de cuándo se sentirían incómodos al perder la plata-
sus hijos habían hecho tal cosa al punto de forma de la palabra en que tanto nos hemos
estar en una escalada simétrica plena: “Mi entrenado. Además corremos el riesgo de
hijo aprendió a leer con 5 años y además que los padres y otros adultos de la familia,
recién cumplidos”, decía una ante el fastidio incluso nuestros propios compañeros, nos
de la otra que replicaba “Pues el mío caminó acusen de que ésa no es una terapia seria.
con 9 meses”. El tono, la postura corporal, esa Muchas usuarios nos dicen ya con cierto
barbilla levantada, la mirada altiva no deja- escepticismo respecto a las intervenciones
ban lugar a dudas de que para ellas caminar clásicas basadas en el lenguaje: “Oiga, ¿y
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esto se va a curar hablando?”. ¡Qué dirían dio la consigna a la familia de representar


si los pusiéramos a jugar, colorear o a hacer mediante las figuras lo que preocupaba a
un mural familiar…! cada uno. Fernando se resistía a representar
En primer lugar, debemos rescatar el nada con ellas. Mientras sostenía una en la
juego como algo importante en la vida co- mano (sin ningún otro significado que el ser
tidiana, especialmente para los niños, pero la figura que tenía más cerca) seguía hablando
no sólo, también es una práctica aconsejable de las cuestiones que le preocupaban de su
para todos los demás. hijo (no hace caso, no estudia, es un pasota,
A mi parecer el que nuestros usuarios todo el día sin hacer nada, metido en la play
acepten una terapia basada en el juego y no o el ordenador, no piensa en el futuro) a pesar
sólo en la palabra depende en gran parte de de haber dado la indicación clara de lo que
nosotros, los terapeutas. Como con cualquier íbamos a hacer a continuación. No era un
técnica o instrumento nuevo, cuando ofrece- problema de comprensión de la consigna
mos algo con inseguridad, dudas y temor es de la sesión sino de cambio, de pasar de
posible que sea rechazado. Recuerdo cuando “hablar” a “hacer”. Finalmente, y animado
empecé a trabajar grabando en video las por el ambiente lúdico que se creó, empezó a
sesiones familiares, allá por principios de encontrarse cómodo y a participar. Al final de
los años 80, donde el video aún no estaba la sesión comentó: “Uf, no jugaba así desde
extendido en todos los hogares. Les pregun- que era un niño. Mis hermanos pequeños
tábamos si no les importaba que grabáramos siempre venían a molestarme, entonces yo
las sesiones para nuestro posterior estudio… chillaba y mi madre me daba un bofetón y
con la voz temblorosa y el miedo en el me metía en el cuarto. Decía que la íbamos
cuerpo porque aún no habíamos aceptado a matar de un disgusto. Poco después murió
plenamente nosotros mismos que era una y yo tuve que encargarme de mis hermanos.
herramienta de trabajo por la que luchar. No he vuelto a jugar desde entonces”.
Gracias a aquellas primeras familias que nos Es una experiencia interesante el com-
dieron su conformidad y a que constatamos probar cómo ven los niños a su familia y
la utilidad del procedimiento, fuimos ga- a ellos mismos dentro de ella sin que la
nando seguridad y transmitiendo con mayor exploración descanse exclusivamente en la
aplomo la necesidad de grabar las sesiones palabra. Dejemos que los niños realicen el
hasta que esta práctica se convirtió en rutina. genograma pero con instrumentos apropia-
De igual manera, podremos ir introduciendo dos a su edad. Para explicar la técnica nada
otras formas de hacer terapia de familia, mejor que hacerlo a través de una experiencia
más adaptada a los niños. Es más, esta nueva clínica.
modalidad logra que los padres conecten
con el niño que un día fueron y llevan dentro Alberto y el Genograma Familiar
y que está influyendo en el adulto que son
hoy. El reencuentro con el niño que fueron Alberto es un niño de 9 años por el que
ayuda al encuentro con el niño que su hijo es su madre consulta tras el relato que le hace
ahora. Sin olvidar que esta práctica facilita la su hijo de haber sufrido abusos sexuales por
expresión de emociones. parte del padre. Es el 2º de tres hermanos,
Fernando fue un padre reticente a jugar víctimas también de abuso. Hijo de padres
con las figuras (muñecos en miniaturas). Se separados, desde que tiene 2 años, vive con

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la madre y los hermanos, manteniendo con- su abuela en la vida de su madre dañó a ésta
tacto regular con el padre. Alberto, cuando en lo que hemos dado en denominar “robo
llegó, presentaba síntomas compatibles de la biografía del hijo”. Sucede en madres
con un trastorno por estrés postraumático. o padres que viven a través de la vida de sus
A continuación se aportan datos sobre la hijos, quienes se tienen que acomodar a las
familia extensa. expectativas que los adultos forjaron sobre
ellos y realizar en su persona los sueños que
Familia Extensa Materna sus padres no lograron alcanzar, aunque esos
no sean sus sueños.
La madre de Alberto, Marisa, de 35 años,
es la mayor de tres hermanos. Cuenta que su Familia Extensa Paterna
abuela materna, Belén, siempre vivió con
ellos. La define como una persona autorita- Nota: los datos están proporcionados por
ria y dominante; madre soltera que siempre Marisa ya que, debido a la existencia de causa
se entremetió en el matrimonio de su única penal en curso por los hechos relatados, existe
hija, Luisa, con Ricardo (abuelo materno de una orden de alejamiento del padre hacia los
Alberto). Para Belén ni éste ni ninguno de hijos. Esta es la razón por la que el padre de
los pretendientes de su hija fue de su agrado. Alberto, José, no participe en las sesiones.
Posiblemente por el temor de perderla y José es el mayor de 4 hijos, guarda jurado
quedarse sola. de profesión, de 45 años. Su propio padre,
Marisa cuenta que su padre, Ricardo, Pedro, falleció hace muchos años. La madre,
jamás protestó; se callaba y aguantaba con Alicia, vive sola y está bien de salud. Marisa
todo lo que hacía su suegra y que su mujer, habla de conductas violentas de Pedro hacia
Luisa, consentía. Y que con el tiempo empezó su mujer. También refiere que José fue vícti-
a beber (hipotetizamos sobre el uso relacional ma de tocamientos por parte de un profesor
del alcohol como ansiolítico o como anti- cuando era pequeño.
depresivo). Llegaba a casa borracho, tiraba
las cosas aunque nunca fue violento con las Formación de la Pareja
personas. Esto exacerbó las críticas de Belén
hacia él. José y Marisa se conocen en el trabajo.
Marisa habla bien de su padre: “Yo era Ella era cajera de un hipermercado en donde
más de mi padre y comprendía que todo lo él era guarda jurado. José mostró gran interés
que le pasaba era por mi abuela”. En el por ella desde el principio pero a Marisa él
conflicto conyugal estuvieron involucrados no le gustó, le parecía un hombre mayor. Sin
los hijos, unos a favor del padre, como Ma- embargo, las atenciones que José le mostraba
risa, y otros a favor de la madre (los demás). acabaron por cautivarla. Esto coincide con el
Niega la existencia de maltrato intrafamiliar malestar de Marisa en su casa por enfrenta-
en ninguna de sus formas sin ver que sus mientos frecuentes con su abuela, su madre
padres involucraron a los hijos en el conflicto y sus hermanos. Marisa refiere que su madre
conyugal, invitándoles a tomar partido por prefería a su hermana y que a ella siempre le
uno u otro padre, o al menos no lo impidieron, criticaba todo, nada le parecía bien. Esto le
asunto que no favorece nada el desarrollo hacía sentir una doble rabia contra su madre,
infantil. Tampoco ve cómo la intromisión de por lo que le hacía a su padre (desvalorizarle)

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y por lo que le hacía a ella (desvalorizarla alguien que les quiera y les proteja, que les dé
también). Pero su padre jamás la protegió o todo aquello que nunca recibieron. Y con José
defendió de las críticas de su mujer, nunca tuvo el espejismo de poderlo alcanzar.
salió en su defensa, al contrario que Marisa Enseguida queda embarazada de su
quien siempre defendía a su padre cada vez hijo Jose, que ahora tiene 14 años. Tras el
que su madre hacía un comentario negativo nacimiento del niño, surgen las primeras con-
de él. ductas de violencia en el padre hacia Marisa
Y en este contexto relacional aparece que se reproducen alternando con periodos
José y deciden vivir juntos. En mi expe- de calma hasta que él la amenaza con arma
riencia, las personas que arrastran carencias blanca y ella le deja definitivamente.
afectivas desde su infancia, como es el caso A continuación se muestra el genograma
de Marisa, hacen elecciones de pareja bajo representado por figuras, tal y como Alberto
determinados criterios de elección. No son ve a su familia (figura 1).
criterios basados en la reflexión y el conoci- Representa a su madre mediante una
miento del otro, sino basados en la urgencia figura clásica de cuento, Blancanieves. Dice
imperiosa de calmar el hambre de afecto y que “es una princesa porque mi madre es
reconocimiento que las experiencias traumá- la más guapa y la mejor”. Lo que está en
ticas en la infancia dejaron. De tener por fin a consonancia con la relación que mantiene

Figura 1. Genograma representado por figuras, tal y como Alberto ve a su familia (explicación en el texto).

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con su madre, una relación de fuerte apego su padre respecto a los episodios abusivos,
hacia ella. Y a quien percibe como principal como suele ocurrir en los niños abusados.
fuente de seguridad. Amenazado, además, de que si lo contaba
Me pregunta si puede representar a su mataría a su madre. Alberto cuando llega a la
padre con varias figuras. Cuenta que una es terapia presentaba importantes sentimientos
el enano Gruñón de Blancanieves porque su de culpa por no haberlo contado antes (por
padre siempre estaba enfadado y riñendo y a lo tanto se sentía cómplice de lo ocurrido al
Pinocho porque es un mentiroso “Como mi consentir), porque al haberlo contado ponía
padre, que dice que es mentira lo que yo he en peligro la vida de su madre pero, además y
contado que me hacía” (se refiere a los actos sobre todo, por haber traicionado a su padre al
incestuosos). desvelar el secreto. Decía de sí mismo que era
Para su hermano mayor elige a Peter Pan un “chivato”. Por lo tanto, y como chivato,
“porque es fuerte y si ve a mi padre le va a dar no se reconocía como víctima. El que elija
un puñetazo”. Este hermano es para él como una figura para él considerada “valiente” por
un segundo padre; siempre ha sido el encarga- contar el secreto representa para el terapeuta
do de cuidar de sus hermanos pequeños cuan- una evolución satisfactoria: de culpable ha
do su madre trabaja incluso sospechamos que pasado a valiente. Es un gran paso. Difícil-
en algún momento haya sido confidente de la mente Alberto hubiera sido capaz de llegar a
madre. Todo ello compatible con la hipótesis semejante verbalización. Incluso hasta para
de que Jose sea un hijo parentificado. De ahí un adulto hubiera sido difícil. Pero se puso a
la idea de Alberto de que su hermano esté a su alcance otros medios de expresión que en
la altura de su padre o incluso sea superior ya este caso facilitaron la palabra.
que le percibe como alguien capaz de castigar Su abuela materna es una figura que re-
a su progenitor y defenderle de él. No hay presenta una virgen rezando y ello le recuerda
espacio en este artículo pero sería interesante a su abuela que “reza mucho y tiene el cuarto
reflexionar sobre los mecanismos por los que lleno de santos”. Esto nos da pié a centenares
se transmiten las relaciones interpersonales. de preguntas relacionales: ¿a quién le reza
Basadas fundamentalmente en lo analógico tu abuela?, ¿qué le pide cuando reza? o ¿por
¿cómo llega a captar un niño la relación entre quien pide cuando reza?, ¿qué piensan los
otros miembros de su familia? demás de los rezos de la abuela?, ¿se trata de
Su hermana es Spiderman “porque le una familia religiosa?, ¿todos?, ¿hay alguien
gusta subirse por lo alto y porque es una con tendencias ateas o de otra religión? Se
valiente al contar lo que papá le hacía”. Pero trataría de la exploración de la religión desde
se lo piensa mejor, quita a Spiderman y lo el punto de vista relacional.
cambia por un tigre “porque corre mucho”, El abuelo materno, Ricardo, es una
dice. Esta hermana presenta, efectivamente, madrastra de cuento (de hecho la figura es
rasgos de hiperactividad como muy bien ha la madrastra de Blancanieves) “porque se
captado Alberto. enfadaba mucho conmigo cuando era malo”.
Y entonces elige la figura de Spiderman Yo estoy de acuerdo con Alberto: Ricardo,
para representarse a sí mismo “porque yo al igual que la madrastra de Blancanieves,
también soy un valiente por contar lo de “envenenó” relacionalmente a su hija al coa-
papá”. Se refiere al hecho de haber trans- ligarse con ella en contra de la abuela, Luisa.
gredido el terrible secreto que le impuso Esta puntuación lineal de la relación entre Ri-
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cardo y su hija debemos contextualizarla en ya que dejaba fuera del sistema a una parte
la relación de pareja de los padres de Marisa. crucial del mismo: el individuo. Justificado
Pero además nos habla de la relación entre por el afán de superar el modelo intrap-
nieto y abuelo, al parecer nada gratificante síquico y distanciarnos del psicoanálisis
por lo que cuenta Alberto. para poder avanzar y madurar en el campo
Vemos que en torno al cuento de Blan- de lo relacional. Hoy ya somos capaces de
canieves giran tres personajes importantes, articular en un todo los diferentes niveles
su abuelo materno, su padre y su madre. sistémicos (individual, familiar y social)
Esta circunstancia nos da pié a la modalidad para comprender y explicar los fenómenos
triádica de exploración de las relaciones que observamos. Y en nuestras hipótesis
interpersonales (Selvini, Boscolo, Checchin de trabajo incluimos hoy los sentimientos,
y Prata, 1990) consistente en preguntar a un intenciones, motivaciones... de cada uno
tercero cómo ve la relación entre otros dos de los componentes de la familia. Además
miembros de la familia. Por ejemplo: “¿Qué empezamos a trabajar en terapia individual
hacía tu madre cuando tu abuelo se enfadaba sin dejar de ser sistémicos.
tanto contigo?”, “¿y tu padre?”, “¿y cómo Históricamente los años 50 del siglo
reaccionaba cada uno de los padres a la pasado fueron años de investigación sobre
reacción del otro?”. el contexto familiar del individuo. Y descu-
Para la abuela paterna no elige nada y en brimos a la familia. Por su parte, los años 60
su lugar dibuja el símbolo del euro porque fueron años de reflexión sobre el contexto
recuerda que le daba dinero. No la ve desde social de la familia y descubrimos el aspecto
la denuncia y la recuerda con cariño. Este macrosocial. Los años 70, fueron años don-
es uno de los efectos del descubrimiento del de recuperamos al individuo, pero desde el
abuso sobre Alberto: ha perdido la relación punto de vista sistémico.
con miembros de la familia paterna signifi- Los sistémicos, investigadores incansa-
cativos para él. El abuelo paterno ya había bles, flexibles y abiertos a cambios y noveda-
muerto cuando nació por lo que no tiene des como se ha demostrado a lo largo de todos
representación. estos años, hemos ido aceptando los errores y
aprendiendo de ellos. Por tanto, errores útiles
Un último comentario que nos han permitido la evolución.
Pero ahora se nos impone un nuevo reto:
Hace años reformamos el modelo sis- corregir la invisibilización que la terapia de
témico al descubrir que había pecado, en familia ha hecho con la infancia para en-
sus primeros tiempos, de reduccionismo contrar respuestas más coherentes con cada
por haberse limitado a la terapia de familia, contexto individual y situacional.
dando lugar a la ya conocida confusión Y todo ello sin olvidar que la terapia de
entre modelo y técnica. Se le criticó tam- familia es una de las posibles intervenciones
bién de colonialismo ya que se mantuvo la en salud mental infantil. No la única. La
tendencia a aplicar el modelo sistémico a elección del tratamiento adecuado deriva del
cualquier situación, llegando a confundir la estudio pormenorizado de cada niño en cada
explicación de la realidad (modelo) con la situación biográfica y relacional. Y sin dejar
realidad misma. Después criticamos que el de ser sistémicos y comprender el comporta-
modelo sistémico no era del todo sistémico miento humano desde esta óptica.

372 Apuntes de Psicología, 2009, Vol. 27, número 2-3, págs. 363-373.
C. de Manuel Vicente La Terapia de Familia y los niños: refexiones desde una USMIJ

Conclusiones los comportamientos sociales humanos


son capaces de realizar.” (J. Barudy y
Cualquier acción sobre el ser humano M. Dantagnan, 2005, 118)
debe tener como base el respeto a sus dere-
chos, especialmente con los más vulnerables Referencias
como son los niños. Deshacernos de mitos y
leyendas se hace necesario así como reforzar Barudy, J. y Dantagnan, M. (2005). Los bue-
nuestra consideración de que el niño es un nos tratos a la infancia. Parentalidad,
interlocutor válido adoptando acciones tan apego y resiliencia. Barcelona: Gedisa.
sencillas como dirigirnos a él con frecuencia Covini, A., Fiocchi, E., Pasquino, R y Selvini,
e interés por lo que tiene que contar y no cen- M. (1987). Hacia una nueva psiquiatría.
trarnos en un discurso adultomorfo. Pero pro- Proceso de transformación sistémica de
porcionándole herramientas adaptadas a su un centro. Barcelona: Editorial Herder.
edad para que pueda expresarse. La Terapia Martínez, J. (2006). Los Derechos de los
de Familia tiene que ser un lugar donde los Niños en Psicoterapia. Comunicación
niños encuentren un espacio propio, donde se presentada en el Master Traumatismos
les informe de lo que acontece y, desde luego, Infantiles y Psicoterapia: Un modelo te-
se mantenga la confidencialidad. rapéutico basado en relaciones de buenos
Abogamos por una sociedad más justa tratos y apoyo a los recursos resilientes
y solidaria a la que los terapeutas como de las niñas y los niños, de orientación
profesionales y como individuos podemos sistémica, organizado por el Instituto
contribuir con una práctica de buen trato a de Formación e Intervención-Acción
todos los niños, incluso durante el ejercicio sobre la violencia y sus consecuencias.
de nuestra profesión. Algunos de estos niños Barcelona.
serán los terapeutas de familia del futuro y Selvini , M., Boscolo, L., Cecchin, G. y Prata,
nosotros habremos sido sus maestros. G. (1990). La elaboración de hipótesis,
circularidad y neutralidad: tres directrices
“Poder asegurar el bienestar y el desa- para la coordinación de la sesión. En
rrollo de un niño o niña como resultado de Selvini, M. (Comp.), Crónica de una
un trabajo colectivo, equivale a producir investigación (págs. 336-352). Barce-
una de las melodías más maravillosas que lona: Paidós.

Apuntes de Psicología, 2009, Vol. 27, número 2-3, págs. 363-373. 373

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