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Entrevista área médica

1.- ¿Cuál fue para usted su verdadera aspiración? ¿Qué decisiones lograron incrementar su
interés médico?
Bueno, yo estudié en el Instituto Nacional (IN), cuando era un buen colegio, hoy no...y allí
hay una formación profundamente republicana, era un colegio cuando yo estudié gratuito,
y estudié en la UCH en el área norte (también de forma gratuita); y mi formación en el
colegio desde el punto de vista biológico y ético, teníamos clases de ética, me llegó la
convicción de lo que a mí me haría feliz en el futuro era trabajar desde mí por otros, pero no
en el entendido de que yo iba a ser “el salvador”, “el que iba a generar los cambios más
significativos” sino que desde el entender el vínculo con lo otro, es un enriquecimiento
mutuo (tanto para aquel que presta el servicio como para el que recibe ese servicio).Y me
fui acercando profundamente a la medicina gracias al recuerdo de haber leído un libro
externo que es un viejo libro que se llamaba cazadores de microbios. En él descubrí gente
que había hecho un montón de experimentos y había diseñado las primeras vacunas, y una
de las vacunas que se mencionaba era la polio y yo tengo un hermano que tuvo polio,
entonces las motivaciones que fueron para acercarme a esta carrera fueron múltiples.
Desde lo que viví familiarmente, la formación del colegio, y tempranamente decidí que lo
que quería ver era convertirme en médico.
2.- ¿Cuál es su misión dentro del área de la Salud? En alguna ocasión mencionó que “el 10%
de los niños tiene algún trastorno en el neurodesarrollo”, como además “cerca del 20% de la
población infanto-juvenil es alguna población que posee algún grado de discapacidad”.
¿Qué significa para usted aquellas declaraciones?
Mira, cuando yo entré a estudiar medicina, que al menos para mí no fueron del todo
simpáticos (por ejemplo: tener anatomía normal con un cadáver; las clases eran los lunes,
miércoles y viernes de 2pm a 6pm después de almuerzo), y claro, no es muy motivador;
pero me atrajo desde siempre en la infancia el trabajar con niños y adolescentes porque la
sensación que yo tenía en ese tiempo, el trabajar con pacientes adultos me habría
resultados más difíciles porque el paciente en ese punto ya había quedado con una serie de
conductas; en cambio, el cerebro de los niños que es tremendamente plástico, era un
instrumento exquisito (exquisito en el sentido de que lo hace que los países sean ricos), a mi
modo de ver, el neurodesarrollo normal y la salud mental infanto-juvenil; si tú tienes eso,
una educación que además le permita a cualquier muchacho acceder a cambios es la mejor
herramienta para el futuro de un país.
Entonces así fue como descubrí que, tratando con niños en patologías neurológicas y
psiquiátricas, yo podía contribuir a cambios significativos (como es el caso del ya
mencionado hermano con una enfermedad neurológica), es por eso que desde muy chico
me orienté a pensar en que este tipo de especialidades me serviría. Cuando entré a mi beca,
y se lo comenté a mi jefe (profundamente equivocado, no todos los niños con patologías
neurológicas y psiquiátricas salen bien), en el fondo tenía razón: tumores cerebrales,
enfermedades neuromusculares progresivas que tendrán una mala evolución; pero el
trabajar desde la neurociencia, desde la neurología y la psiquiatría, en todo lo que es neuro
vocación creo que ha sido un trabajo muy enriquecedor para mí.
3.- La rehabilitación integral de niños y jóvenes que padecen enfermedades es de vital
importancia para todo médico, y asimismo lo es para la Teletón. Respecto a este último
punto: ¿Qué es para usted colaborar como médico en la Teletón?
Fui médico de la Teletón por muchos años, asimismo por la suerte de estar en otros lugares
y otros centros, siento que yo más que haber aportado es aprender mucho sobre niños con
discapacidad. Los niños discapacitados son niños distintos, pero quien es distinto no es
diverso: somos una población (toda) donde cada uno tiene particularidades, y, por lo tanto,
la normalidad es solo un promedio; y los niños que atendí me mostraron la profunda certeza
que ellos tenían de tener logros; entonces la fuerza de esos niños me permitió poder ayudar
junto a un equipo completo a que fueran cumpliéndose paso a paso sus sueños. También
me tocó tempranamente (cuando realizaba mi beca, ya que mis profesores pensaban que
los niños con discapacidad intelectual, anteriormente llamado retardo mental, eran
retardados y no tenían vuelta; pero yo creía en la plasticidad, y me tocó junto con un
genetista formar el primer centro de estimulación para niños con síndrome de Down, y con
esas experiencias fui dándome cuenta de que uno aporta un granito así () y los pacientes y
familia generan el cambio sustantivo...Aquello es maravilloso, antes en sobre todo los
sistemas educativos, eran agrupados por discapacidad (escuela para niños con discapacidad
intelectual, escuela para niños con parálisis cerebral, escuela para niños con trastornos del
lenguaje), y hoy, el que esos niños estén incluidos en sistema de calidad y de vida común,
hace que se enriquezca más no solo el niño, sino aquel que no sabe de discapacidad.
4.- ¿Cómo ha sido su experiencia médica en el SENAME, especialmente como médico Casa
Nacional del Niño?
Fue una experiencia tremenda, tanto porque a veces fue dolorosa y otras enriquecedora.
Muchos niños abandonados tempranamente si salen en adopción temprana, a grupos que
los contienen, los quieren y los protegen, hará que tenga una evolución absolutamente sana
y saludable; pero también vi a muchos niños abandonados en el Servicio Nacional de
Menores (en el SENAME Casa Nacional del Niño) porque los padres estaban ya en esa época
abusando del alcohol y las sustancias, cosas que por desgracia en nuestro país es bastante
más frecuente. Esos niños abandonados son niños que tendrán un trastorno de ansiedad sí
o sí porque no tienen la certeza de tener una pertenencia; no saben de dónde vienen ni
quienes lo contienen. Y muchas veces, por más esfuerzo que hiciéramos, a veces las políticas
públicas de trabajo con niños de esta naturaleza no están bien orientadas. Muchas de las
personas que guardan a esos niños o los cuidan se transforman en maltratadores tanto más
que los progenitores. Si bien es cierto es una dulce experiencia a veces, también fue una
triste experiencia que me hace pensar que el Sistema de Protección de la Infancia debe ser
mucho más eficiente.
5.- ¿En qué consiste la rutina de un neurólogo pediátrico? ¿Cuál es la realidad que deben
afrontar a diario?
Bueno, la rutina es trabajar a nivel hospitalario, a nivel privado y a nivel académico. En la
formación de docentes en la formación de especialistas yo he tenido la oportunidad de
desarrollar las 3 cosas: trabajar en centros hospitalarios, privados y siendo académico
formador en neurociencias para becados de psiquiatría aquí y fuera de Chile. El día parte
con muchas ganas del trabajo; para mí aquello es la razón más vital de vida, yo trabajando
es el reflejo de lo que para mí es ser feliz; y me preparo para no hacer cambios (porque los
médicos que se creen Dioses están absolutamente perdidos), porque solo somos seres
humanos que sabemos a veces como ayudar y a veces aprendemos de cómo ayudar a los
otros. Mi rutina parte muy temprano y el tipo de niño que yo veo va: desde niños con
trastornos de ansiedad que han aumentado significativamente con la pandemia, niños con
TEA (dando siempre se puede hacer cualquier cosa), niños con daños motores, niños con
epilepsia y siempre el resultado es positivo; y muchas otras veces veo a niños con trastornos
del neurodesarrollo como los trastornos por déficit de atención, trastornos de aprendizaje, y
a veces veo niños que son profundamente sanos, y que quienes los enferman por desgracia
son los papás, porque muchas veces ellos...emm, tenemos en Chile dos tipos de población
que me impactan mucho: niños realmente abandonados vulnerables por pobreza; mientras
que hay otro grupo de niños que son hijos de papás tremendamente ricos, en términos de
riquezas materiales, que dedican su mundo al éxito profesional o personal, estos niños
quedan al cuidado de nadie, de nanas, de colegio, pero no con padres presentes, y otro
mundo de niños abandonados también que requieren mucha contención. Entonces por mí,
el levantarme día a día es un desafío porque viviré una experiencia que me enriquece
muchísimo, pero desde la cual debo también aportar harto.
6.- En el 2011 MINSAL publicó una guía titulada “guía de práctica clínica de detección y
diagnóstico oportuno de los trastornos del espectro autista (TEA)”, dentro del equipo
técnico de confección de GPC se halla usted. ¿Qué lo motivó a formar parte de ese
proyecto, y cuál fue su primer objetivo en mente?
Bueno, fuimos convocados como expertos y yo no creo que existamos los expertos, sino que
solo en personas que están viejas y son rígidas. Fuimos convocados para poder diseñar esto,
para poder abonar criterios en el diagnóstico del TEA y hacer una guía que pudiera
implementar tanto los modelos educativos como los modelos terapéuticos, y eso ha ido
avanzando positivamente, porque desde que se dicta la educación inclusiva como una
norma en Chile los niños tienen más posibilidades, pero yo también siento que muchas
veces que hay un equipo de salud, que dentro nos incluye, que superficialmente llegan, ven
a un niño y hacen un diagnóstico lapidario...Yo creo que nosotros debemos ser super
cuidadosos para llegar a un diagnóstico, y nunca frente a un diagnóstico decir: “esto no
tiene otra salida, y con el niño no hay nada que hacer”. Siempre hay que confiar en la
posibilidad de plasticidad cerebral y que los niños puedan avanzar; y tengo pacientes con
TEA que ya son universitarios y ya han logrado tener una vida bastante adaptada y a veces
mucho más feliz que otro que no lo era. La experiencia de haber trabajado en la guía clínica
era además de un misterio una grata experiencia porque me tocó trabajar como médico con
modelos muy rígidos y con otros que teníamos modelos más flexibles, y logramos crear un
instrumento que ha sido útil para los niños de nuestro país
Negrilla: Algo que tal vez halla que eliminar/modificar

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