Está en la página 1de 57

Atención integral al adulto mayor

*
Autores: Grupo Central de Diseño Disciplinas Sociomédicas

Asignatura: Atención Integral en Salud.

Caracas 2008

1
El envejecimiento es un proceso biológico que se acompaña de una gran
vulnerabilidad a la enfermedad, y en el que los individuos presentan una serie
de manifestaciones físicas características, no asociadas de forma particular a
ninguna enfermedad. Debido al envejecimiento de la población y al aumento de
la longevidad acaecidos en el último siglo, este proceso supone importantes
repercusiones sanitarias y sociales para el individuo y la comunidad, que las
sociedades han de afrontar de forma equitativa y solidaria para que todas las
personas puedan desenvolverse con autonomía y calidad de vida en este
período de la vida1.

La unión de los términos envejecimiento y enfermedad no tiene por qué ser una
constante, aunque sí es cierto que con la edad se van acumulando no solo
años sino también experiencia, sabiduría y daños orgánicos, que pueden
alterar la salud.

Ahora bien, es necesario distinguir entre envejecimiento y enfermedad, y


conocer cómo el proceso de envejecimiento interviene en ésta. Cuando
aparece la enfermedad en personas mayores, aumentan las posibilidades de
que coincidan varias dolencias, lo que hace que una altere y potencie a la otra.
El cuerpo tampoco puede responder de la misma forma que antes, por lo que
es muy probable que aumente el riesgo de incapacidad, si no se cuida de
manera adecuada.

Con el transcurso de los años en el organismo se va produciendo un declive


natural de las funciones fisiológicas, producido por la pérdida de la homeostasis
(llamado envejecimiento eugérico) y un grado variable de deterioro producido
por las enfermedades padecidas durante la vida, llamado envejecimiento
progérico. El envejecimiento se inicia a partir del momento en que el organismo
alcanza la capacidad funcional máxima, por lo que las acciones promocionales
deben estar encaminadas a potencializar esta capacidad y a preservar la
función del órgano o sistema a pesar del declive progresivo que, de forma
inevitable, se produce con el paso del tiempo1.

2
El proceso de envejecimiento normal y fisiológico no se considera
incapacitante; pero una parte significativa de la población geriátrica desarrollará
mala función o discapacidad2.

El problema más significativo del envejecimiento es la pérdida de autonomía


que desemboca en la dependencia. El Consejo de Europa en 1997 definió esta
dependencia como: “Estado en que se encuentran las personas que por razón
de su falta o pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual, tienen
necesidad de ayuda o asistencia importante para la realización de la vida
cotidiana”.3

La población adulta mayor representa una riqueza acumulada, es el eslabón


clave en la transmisión de valores de una sociedad y un factor decisivo para el
proceso de la herencia cultural intergeneracional. Esta parte de la población es
la depositaria del conocimiento, la experiencia y la sabiduría de un país3.

La tarea de definir la edad a partir de la cual se considera a una persona adulta


mayor resulta compleja, pues no existe un criterio homogéneo para definir al
sector o grupo representativo en esta población, algunos de los criterios que se
han tenido en cuenta son: el estado físico e intelectual, las condiciones
productivas, grado de funcionabilidad y grado de dependencia. Se reconoce
que una persona es adulta mayor cuando, independientemente a los diferentes
criterios expuestos, su edad es superior a los 65 años.1,4,6

Para hablar de salud en el adulto mayor tiene que tenerse en cuenta tres
componentes básicos:

• Ausencia de enfermedad.

• Un nivel funcional óptimo.

• Sistema de apoyo social adecuado.

En esta definición se considera el apoyo social como una exigencia a la


sociedad.

3
CARACTERÍSTICAS BIOLÓGICAS, PSICOLÓGICAS Y SOCIALES QUE
APARECEN DURANTE EL ENVEJECIMIENTO.

Aunque los caracteres externos del envejecimiento varían de una raza a otra, y
de una persona a otra, se pueden citar algunas características generales del
envejecimiento humano:

• Pérdida progresiva de la capacidad visual: Síntomas que conducen a la


presbicia, miopía, cataratas, etc.

• Pérdida de la elasticidad muscular.

• Pérdida de la agilidad y capacidad de reacción refleja.

• Degeneramiento de estructuras óseas: aparición de deformaciones debido a


acromegalias, osteoporosis, artritis reumatoideas.

• Aparición de demencias seniles: Alzheimer.

• Pérdida de la capacidad de asociación de ideas.

• Distensión creciente de los tejidos de sostén muscular por efecto de la


gravedad terrestre (caída de los senos en la mujer, pérdida de la tonicidad
muscular).

• Pérdida progresiva de la fuerza muscular y de la vitalidad.

• Aumento de la hipertensión arterial.

• Pérdida de la capacidad inmunitaria frente a agentes contagiosos.

• Disminución del colágeno de la piel y de la absorción de proteínas,


aparición de arrugas.

• Pérdida progresiva de los sentidos del gusto y de la audición.

• Pérdida progresiva de la líbido, disminución de la espermatogénesis en el


hombre; menopausia en la mujer.

4
A continuación se describen cambios específicos producidos durante el
envejecimiento.

Cambios biológicos.

Variaciones de peso y talla: Se estima que la talla disminuye un centímetro por


década a partir de la edad adulta. El peso aumenta entre los 40 y los 50 años
decreciendo a partir de los 70 años.

3 Modificación en la composición corporal:

• Aumento del tejido adiposo y disminución de tejido muscular, masa magra


(6,3% cada década a partir de los 30 años)

• Disminución del volumen plasmático (8%)

• Disminución del agua corporal total (17%)

• Disminución del agua extracelular (40%)

3 Disminución de la sensibilidad del centro de la sed y de los osmoreceptores,


lo cual produce una tendencia a la deshidratación. Por lo que hidratar al
paciente constituye la primera y más eficaz medida terapéutica a tomar. En
la terapéutica, habrá que tener especial cuidado con el uso de diuréticos, no
solo por problemas de deshidratación sino también por los trastornos
electrolíticos que se puedan producir.

3 Atenuación de la respuesta inmune, tanto humoral como celular.


Relacionándose este dato con una mayor frecuencia de infecciones,
patología autoinmune y malignizaciones en el anciano.

3 Disminución de la capacidad de homeostasis interna y de adaptación


externa a los cambios. Se produce un descenso en la eficacia de los
mecanismos de control (normalmente regulados por hormonas y por el
sistema nervioso autónomo) que se reflejan por un enlentecimiento de las
respuestas complejas que requieren la coordinación entre diferentes
sistemas orgánicos (equilibrio hidro-electrolítico, ácido-base, glucemia,
temperatura, tensión arterial).

3 Modificaciones a nivel de los diferentes aparatos 2:

5
Aparato cardiovascular.

Cambios morfológicos:

• Reducción en el número de células marcapaso.

• Mayor grosor de la pared posterior del ventrículo izquierdo.

• Aumento de las áreas de fibrosis.

• Menor número de miocitos con modificaciones en las características del


sarcolema y en la composición de las isoenzimas.

• Calcificaciones valvulares y subvalvulares.

• Degeneración mixoide de las valvas auriculoventriculares.

• Engrosamiento de la pared arterial.

Cambios fisiológicos-funcionales:

• Incapacidad progresiva para alcanzar frecuencias muy elevadas con el


ejercicio.

• Peor respuesta betaadrenérgica.

• Aumento de la poscarga.

• Aumento de la duración de la sístole por enlentecimiento en su fase de


relajación muscular, con acortamiento paralelo en la duración de la diástole.

• Peor llenado diastólico, sobretodo en situaciones de stress.

• Utilización del mecanismo de Fran-Starling para mantener el volumen


minuto con el ejercicio.

• Probable pérdida de la contractilidad durante el ejercicio.

Aparato respiratorio.

Cambios morfológicos:

• Calcificación de los cartílagos traqueales.

• Disminución del número y actividad de los cilios.

• Aumento en número y tamaño de las glándulas mucosas de los bronquios.

• Aumento del volumen residual y del “espacio muerto”.

6
• Pérdida del “resorte elástico” y de la elasticidad pulmonar.

• Reorganización de la arquitectura alveolar con aplanamiento de los alvéolos


y pérdida de superficie interna del pulmón.

• Pérdidas en el aparato de sostén (vértebras, discos, cartílagos costales y


musculatura auxiliar).

Cambios fisiológicos-funcionales:

• Disminución de la capacidad vital (CV) y del volumen de reserva expiratorio.

• Disminución del volumen expiratorio máximo por segundo (VEMS) y la


relación VEMS/CV.

• Descenso progresivo de la PO2 arterial (0.42 mmHg/año), mas acusado en


supino.

• Disminución progresiva de la capacidad de difusión.

Aparato digestivo.

Cambios morfológicos:

• Menor producción de saliva.

• Pérdida frecuente de piezas dentarias.

• Tendencia a la atrofia y a la desdiferenciación funcional de toda la mucosa


gastrointestinal.

• Zonas de gastritis atrófica.

• Reducción de glándulas mucosas.

• Tendencia a la aparición de divertículos.

Cambios fisiológicos-funcionales:

• Pérdida progresiva de la función motora del estómago e intestino.

• Disminución de la secreción gástrica.

• Limitaciones frecuentes y variables en la capacidad absortiva de diversas


sustancias.

7
• Tendencia natural al estreñimiento debido a distintos factores: alteraciones
del tubo digestivo, baja ingesta de líquidos, hábitos sedentarios.

Sistema nervioso

Cambios morfológicos:

• Pérdida del peso del cerebro (10% entre los 20 y los 90 años).

• Aumento del tamaño de los surcos interhemisféricos y los ventrículos


cerebrales.

• Fibrosis, calcificación y osificación de las meninges.

• “Encogimiento neuronal”.

• Fenómeno de neuroplasticidad (neoconexiones dendríticas).

• Cambios en las membranas citoplasmáticas de las neuronas.

• Aumento progresivo de “hallazgos-problemas”: cuerpos de Lewy, ovillos


neurofibrilares, placas seniles, degeneración de la granulovacuolar y
distrofia neuroaxonal.

Cambios fisiológicos-funcionales:

• Pérdida en los sistemas de neurotransmisión (dopaminérgico,


neuroadrenérgico, serotoninérgico, acetilcolínico y aminérgico).

• Pérdida en la sensibilidad vibratoria, discriminatoria y táctil.

• Pérdida en la capacidad de coordinación y control muscular.

• Pérdida en la memoria reciente, en la capacidad de aprendizaje y la


“inteligencia fluida”.

• Reducción en la cuantía e intensidad del sueño y aumento en los


despertares nocturnos.

• Pérdida en la adaptabilidad al medio.

Sistema nefrourológico

Cambios morfológicos:

• Reducción en el volumen y peso del riñón.

8
• Despoblación neuronal progresiva, más acusada en la cortical.

• Reducción progresiva en la superficie de filtración de la membrana basal del


glomérulo.

• Aumento del tejido mesangial.

• Aparición de micro divertículos en la porción distal del túbulo renal.

• Pérdida en el tono muscular de la vejiga.

• Traveculación de la mucosa vesical y pérdida de su elasticidad.

• Aumento progresivo del tamaño de la próstata con pérdida del tejido noble e
hiperplasia glandular.

Cambios fisiológicos-funcionales:

• Reducción del flujo renal (10% por década).

• Aumento de la fracción de filtración.

• Disminución progresiva de la cuantía del filtrado y el aclaramiento de la


creatinina.

• Disminución en la capacidad para concentrar y posteriormente diluir orina.

• Aumento en el umbral de reabsorción de glucosa.

• Disminución en la capacidad de reabsorber sodio.

• Pérdida en la capacidad funcional de la vejiga.

• Pérdida en la actividad secretora del epitelio prostático.

Sistema endocrino

• Cambios morfológicos:

• Aumento de células cromófobas de la hipófisis.

• Tendencia a la aparición de microadenomas en la hipófisis, tiroides y


suprarrenales.

• Pérdida progresiva de tejido glandular y su sustitución por fibrosis (tiroides,


suprarrenales, gónadas).

9
• Pérdidas de islotes de Langerhans del páncreas, sustituidos por otros en
número menor, pero de mayor tamaño.

• Pérdida de receptores.

Cambios fisiológicos-funcionales:

• Cambios en el comportamiento y respuesta de la ADH (hiponatremia,


situación común en el anciano).

• Aumento de la producción de FSH y LH por reducción en la producción y


secreción de hormonas sexuales.

• Modificación en el comportamiento de GH y Prolactina.

• Menor producción y eliminación de T3 y T4, manteniéndose sus niveles


séricos sin cambios.

• Menor producción y eliminación de cortisol, manteniéndose sus niveles


séricos.

• Menor producción de aldosterona y renina.

• Aumento de la resistencia periférica a la insulina.

• Aumento de los niveles de péptido atrial natriurético.

• Disminución de los niveles de hormonas sexuales como la testosterona en


el hombre, y la progesterona y los estrógenos en la mujer.

Sistema hematológico

Cambios morfológicos:

• Reducción a un tercio de la superficie medular activa entre los 20 y 70


años.

• Mayor segmentación nuclear y granulación citoplasmática de los leucocitos


neutrófilos.

Cambios fisiológicos-funcionales:

• Discreto descenso en la actividad hematopoyética.

• Menor capacidad bactericida de los neutrófilos.

• Moderados cambios cualitativos en la función linfocitaria.

10
• Pérdidas en la hemostasia primaria por aumento en la fragilidad capilar.

Sistema osteoarticular

Cambios morfológicos:

• Pérdida de la masa ósea, con tendencia a la osteoporosis.

• Cartílago articular: menor elasticidad con superficie más fina y friable.


Aparición de pequeñas fisuras

• Pérdida de viscosidad del líquido sinovial.

• Aumento de la rigidéz de los tendones.

Cambios fisiológicos-funcionales:

• Disminución en las propiedades elásticas del cartílago articular.

• Disminución de la capacidad del cartílago para soportar sobrepeso sin


presentar fisuras y erosiones.

• Limitación de la capacidad funcional de los tendones.

Piel

Cambios morfológicos:

• Tendencia a la atrofia con pérdida de la elasticidad.

• Aparición de manchas.

• Sequedad progresiva.

Cambios fisiológicos-funcionales:

• Menor protección a las agresiones (sol o microorganismos).

• Mayor facilidad para las heridas ante pequeños traumas.

Cambios sexuales en relación con el envejecimiento

• Pérdida en las capacidad reproductora (absoluta en la mujer tras la


menopausia y progresiva en el hombre).

• En el hombre disminuye la producción de espermatozoides, el tamaño


testicular, la viscosidad del fluido seminal y la fuerza de las contracciones
de una próstata aumentada de tamaño, provocando una respuesta a la

11
excitación más lenta, erección menos firme, ausencia de eliminación de
líquido preeyaculatorio, orgasmos de duración disminuida, y aumento del
tiempo en volver al estado previo a la estimulación.

• En la mujer se produce una respuesta más lenta a la excitación, una


reducción de la lubricación y por lo tanto un coito más doloroso, disminuye
la duración y el número de orgasmos. También se tarda más tiempo el
volver a la fase preestimulatoria, pero la capacidad multiorgásmica está
conservada.

La sexualidad está siempre presente en este grupo de edades y puede ser


fuente de placer y bienestar, a pesar de que muchos lo ven como algo
vergonzoso y tratan de esconderlo. A veces los hijos y nietos minimizan la
capacidad de amar en esta etapa.

Cambios psicológicos en relación con el envejecimiento. 7

• Dificultad para ajustarse a los cambios.

• Dificultades sensoperceptuales y en otros procesos cognitivos.

• Cambio de roles de padre-abuelo, trabajador-jubilado.

• Lentificación de los procesos de aprendizaje.

• Disminución en la retención y comprensión.

• Deterioro de la memoria de fijación y evocación de recuerdos recientes.

• Disminución de la atención.

• Cansancio mental con mayor facilidad.

• Disminución del deseo sexual.

• Desinterés por la vida debido a la pérdida de seres queridos.

• Sentimiento de soledad, abandono y tristeza.

• Irritabilidad, pérdida de intereses.

• Declive cognitivo y deterioro intelectual.

12
Cambios sociales en relación con el envejecimiento. 5

• Jubilación, que trae como consecuencia reducción de ingresos económicos,


pérdida de contactos con los amigos y en determinas personas una crisis de
identidad.

• Pobreza relativa.

• Cambios en el estado marital. La viudez.

• Soledad, asociada o no a las situaciones de aislamiento social.

• Inactividad profesional.

TEORÍAS DEL ENVEJECIMIENTO.

En el momento actual existen numerosas teorías que pretenden explicar


porqué se produce el proceso de envejecimiento. Todas ellas tienen su
justificación, pero ninguna de las teorías actuales explica por si misma de forma
suficiente los fenómenos que ocurren en él. La teoría que valore en toda su
magnitud la naturaleza multicausal será la que conseguirá un acercamiento
científico más racional a la explicación de este proceso.

Existen intentos de agrupar en bloques las diferentes teorías del


envejecimiento. Una de las clasificaciones mas extendidas es la que las divide
en teorías estocásticas y no estocásticas. 3

1. Teorías estocásticas: Platean que los procesos que determinan el


envejecimiento ocurrirían de modo aleatorio y se irían acumulando en el
transcurso del tiempo, como consecuencia de agresiones procedentes del
medio ambiente hasta alcanzar un nivel incompatible con la vida.

2. Teorías no estocásticas: engloban fenómenos que evolucionan


exactamente de la misma manera en cada reproducción del fenómeno
estudiado, es decir el proceso de envejecer se establece de acuerdo a
normas predeterminadas.

Teorías estocásticas

Dentro de estas se van a estudiar un conjunto de teorías, que por un lado


pueden considerar al genoma como principal protagonista del fenómeno y, por
otro lado, incluyen un conjunto de fenómenos ambientalistas que consideran al

13
entorno celular como responsable del deterioro de la homeostasis celular. Entre
ellas se encuentran:

Teoría de los radicales libres

Esta teoría fue propuesta por Harman en 1956, la cual postula que el
envejecimiento resulta de los efectos perjudiciales fortuitos causados a tejidos
por reacciones de radicales libres. Estas reacciones pueden estar implicadas
en la producción de los cambios del envejecimiento, asociados con el medio
ambiente, la enfermedad y su proceso intrínseco. Los radicales libres reactivos
formados dentro de las células pueden oxidar biomoléculas y conducir a muerte
celular y daño tisular.

Las reacciones de los radicales libres contribuyen considerablemente al


desarrollo de desórdenes estocásticos observados durante el envejecimiento.
Estos radicales están además implicados en enfermedades degenerativas
como arteriosclerosis, amiloidosis, demencia senil tipo Alzheimer y
enfermedades autoinmunes.

Las alteraciones que pueden producirse son resumidas por Hayflick 3en:

a) Oxidación acumulativa de colágeno, elastina y DNA.

b) Rotura de las cadenas de mucopolisacáridos, a través de la degradación


oxidativa.

c) Acumulación de sustancias metabolitamente inertes.

d) Cambios en las características de las membranas, de las mitocondrias y


lisosomas.

e) Fibrosis de arteriolas y capilares secundarias a lesiones originadas por


productos resultantes de la peroxidación del suero y de los componentes de
la pared vascular.

Pese a ser la teoría de los radicales libres la de mayor aceptación en los


últimos años, permanecen preguntas sin una respuesta definitiva, como la de si
los radicales libres contribuyen a la iniciación y/o propagación del
8
envejecimiento.

14
Teoría error-catástrofe

Esta teoría fue propuesta por Orgel en 1963 y modificada por él mismo en
1970.

Postula que, con la edad, surgen errores en los mecanismos de síntesis de


proteínas, que causan la producción de proteínas anormales. Si alguna de
estas proteínas anormales llega a formar parte de la maquinaria que sintetiza
proteínas, causarían incluso más errores en la próxima generación de
proteínas, y así sucesivamente, hasta llegar a una pérdida "catastrófica" de la
homeostasis celular que conduce a la muerte celular.

Según esta teoría, el envejecimiento estaría acompañado por la síntesis de


proteínas defectuosas y se ha demostrado que no es así. Durante la
senescencia aparecen formas anómalas de algunas proteínas, pero no surgen
de errores en la biosíntesis de proteínas, sino que se trata de modificaciones
post-sintéticas.

Teoría de las uniones cruzadas de estructuras celulares.

Esta teoría postula que la formación de enlaces moleculares entre proteínas o


cadenas de ácidos nucleicos, aumenta con la edad. 8

Tiene su fundamento en los cambios moleculares que se producen con la


edad, extracelular e intracelularmente y que afecta a la información contenida
en el DNA y en el RNA.

Con la edad se produce una mayor frecuencia de enlaces covalentes o


mediante bandas de hidrógenos entre macromoléculas, que si bien inicialmente
pueden ser reversibles, a la larga determinan fenómenos de agregación e
inmovilización que convierten a estas moléculas en inertes o malfuncionantes.
Según esta teoría la alteración originada en el DNA daría lugar a una mutación
en la célula y posteriormente a su muerte3.

Teoría de la acumulación de productos de desechos.

Sheldrake, en 1974, propuso que: "el envejecimiento celular se puede explicar


en términos de la acumulación de la ruptura de productos citoplásmicos,
algunos de los cuales pueden ser perjudiciales para la célula; la única manera
que las células podrían evitar su mortalidad inevitable sería creciendo y

15
dividiéndose, diluyendo la ruptura acumulada de productos". Sheldrake sugirió
que el pigmento de edad o lipofuscina podía ser un ejemplo de tal producto.
Esta teoría está basada en 3 puntos:

1. Las células producen un producto de desecho que es perjudicial para la


reproducción.

2. El producto de desecho no puede destruirse o transportarse a través de las


membranas más externas de las células.

3. Su concentración puede reducirse por la "dilución" en la división celular.

Ahora bien, con respecto a la lipofuscina se conoce su acumulación dentro de


las células, pero no está claro si la lipofuscina es perjudicial para las funciones
metabólicas celulares o para las funciones reproductoras y hay pruebas de
que los lisosomas pueden degradarla. 8

Según parece la lipofuscina ni otro cuerpo de inclusión desempeñan ninguna


función activa en el proceso de envejecer. La presencia de lipofuscina se
interpreta como resultado de reacciones oxidativas, incrementada en los casos
de déficit de vitamina E y su presencia no pasa de ser un mero marcador
indirecto de envejecimiento2.

Teoría inmunológica

En esencia en el curso del envejecimiento se produce un declinar importante


del sistema inmunológico, dado por cambios que determinan una menor
capacidad de defensa del organismo ante cualquier tipo de agresión y limitan
su capacidad para discernir entre lo que es propio y lo que le es ajeno; debido
a ello facilitan la aparición de un mayor número de enfermedades,
especialmente de tipo autoinmune, infeccioso y tumoral2.

El deterioro del sistema inmune probablemente no explica todas las


observaciones del envejecimiento, aunque está claro que retardar el
envejecimiento conduce a retardar la senescencia inmune, incluida la pérdida
de células T, funcionales. 8

16
Teorías no estocásticas o deterministas

Sugieren que una serie de procesos del envejecimiento están programados


innatamente dentro del genoma de cada organismo.

Hasta el momento no existe evidencia en el hombre de la existencia de un gen


único que determine el envejecimiento, pero a partir de la Progeria (síndrome
de envejecimiento prematuro), se puede extrapolar la importancia de la
herencia en el proceso de envejecimiento, el que estaría predeterminado. Se
describen dos teorías.

Teoría del marcapasos:

Los sistemas inmunológico y neuroendocrino serian los marcadores intrínsecos


del envejecimiento. Su involución estaría genéticamente determinada para
tener lugar en momentos específicos de la vida.

El Timo jugaría un rol fundamental en el envejecimiento, ya que al alterarse la


función de los linfocitos T, disminuye la inmunidad y aumenta, entre otros, la
frecuencia de cánceres. "Reloj del envejecimiento", según Burnet, 1970.

Teorías genéticas

Constituirían los prototipos de las teorías no estocásticas. Existen patrones de


longevidad específicos para cada especie animal. Se incluyen entre ellas la de
la programación genética, la de la mutación somática y la del error genético.
Todas suponen que la longevidad de una determinada especie y de sus
correspondientes individuos estaría predeterminada por mecanismos genéticos
y serían las circunstancias ambientales o patológicas acumuladas durante la
vida de cada uno las que limitarían, en mayor o menor medida, esa
programación.

Los que hablan de la mutación somática postulan que el acúmulo de un nivel


significativo de estas mutaciones en las células daría lugar al envejecimiento.
La teoría del error genético se refiere a que estas mutaciones se derivarían en
la pérdida de una secuencia de DNA.

Evidencias del control genético de la longevidad

9 Existen patrones de longevidad específicos para cada especie animal.

17
9 Existe mucha mejor correlación en la sobrevida entre gemelos monocigotos,
que entre hermanos.

9 La sobrevida de los padres se correlaciona bien con la de sus hijos.

9 La relación peso cerebral/ peso corporal x metabolismo basal x temperatura


corporal, mantiene una relación lineal con la longevidad en los vertebrados.

9 En los dos síndromes de envejecimiento prematuro (S. de Werner y


progeria), en los cuales los niños mueren de enfermedades relacionadas al
envejecimiento, hay una alteración genética autosómica hereditaria.

A nivel celular es conocido el fenómeno de la Apoptosis, o muerte celular


programada. Desde hace décadas se acepta que el envejecimiento se
acompaña de la muerte de un número significativo de células en los tejidos
animales y en sujetos humanos, y recientemente se propone que la apoptosis o
muerte celular programada con fragmentación celular, a menudo inducido por
glucocorticoides, radicales libre y déficit bioenergético mediados por procesos
bioquímicos como el estrés oxidativo, inflamación, metilación y glicosilación,
desempeña un papel fundamental en el envejecimiento.2

Hasta la fecha se conocen 4 grupos de genes en los cromosomas 1 y 4, que


dan información sobre cese de la división celular (genes inhibidores). Se sabe
también que existen oncogenes estimuladores del crecimiento, los cuales al
activarse determinan división celular infinita, lo que resulta en una célula
inmortal (cancerosa).

En conclusión, existe fuerte evidencia de un control genético del proceso de


envejecimiento, tanto a nivel celular como del organismo en su totalidad; sin
embargo no existe una teoría sobre el envejecimiento que pueda explicarlo
completamente.

ASPECTOS DEMOGRÁFICOS DEL ENVEJECIMIENTO.

Un rasgo propio de las últimas décadas ha sido la expansión de los grupos de


más de 65 años, en los que la expectativa de vida ha experimentado un gran
incremento. En el Informe demográfico de la Organización Mundial de la Salud,
del 2002, se refleja que 1 de cada 5 personas tendrá más de 60 años en el

18
2050 y que la edad media mundial dentro de 50 años será de 36, 2 años, frente
a la actual que es de 26, 5 años.9

Entre los factores que se consideran han influido en esta situación1 están:

• Reducción de la mortalidad.

• Reducción de la natalidad.

• Hábitos personales más sanos.

• Mejoras de las condiciones higiénicas y de alimentación.

• Mejoras en las condiciones de vida.

• La lucha contra los factores de riesgo.

• El control de las enfermedades transmisibles.

• Mejor acceso a la atención médica.

Estos factores son característicos de los países desarrollados, aunque el


envejecimiento debe ser considerado como un problema de salud mundial.

Los cambios poblacionales ejercen gran influencia en todos los ámbitos de la


sociedad desde la familia y la vivienda hasta el trabajo y los costos en
seguridad social, además de significar un reto para los sistemas de salud y los
servicios sociales, pues generan una gran demanda a todos los niveles
asistenciales, ponen a prueba los servicios disponibles y plantean la necesidad
de asignar más recursos y establecer nuevos esquemas organizativos y
estructuras.1

En Latinoamérica se verifica un aumento generalizado de la población mayor


de 60 años, evento que con frecuencia va acompañado de una persistencia o
incremento de los niveles de pobreza y de una aguda inequidad social.

Existen un grupo de características de los ancianos que permiten identificarlos


como grupo específico3, los que fueron definidas por Kalache, en 1996, estos
son:

• Heterogeneidad: Esta dada porque los individuos de una misma edad


debido a la naturaleza de los daños acumulados en las células y tejidos y a
la variabilidad de los caracteres genéticos heredados pueden mostrar en un

19
momento concreto diferentes grados de afectación orgánica y de riesgo de
muerte.

• Vulnerabilidad a la enfermedad y la discapacidad.

• Frecuente presencia de múltiples enfermedades.

• Los problemas yatrógenos son comunes y a menudo pasan desapercibidos.

• Frecuentes déficit sociales.

• Baja adaptabilidad a los cambios (sociales, ambientales y biológicos)

• Las intervenciones prematuras pueden precipitar la dependencia.

• Los estereotipos creados por la sociedad alimentan las actitudes negativas


hacia los mayores.

Es importante tener en cuenta en el estudio demográfico del envejecimiento,


algunos conceptos que no siempre son utilizados con propiedad, entre ellos se
encuentran:

Extensión de vida o expectativa de vida máxima: Se trata del máximo período


de tiempo que puede alcanzar la vida de un individuo o animal lo cual se ha
mantenido con mínimas modificaciones a lo largo de los tiempos. Es diferente
para cada especie y común para los diferentes individuos de una misma
especie. En el caso de la especie humana, la esperanza de vida máxima se
sitúa en torno a los 120 años.3

Esperanza de vida media: Se refiere al período de tiempo que, con criterios


estadísticos, puede previsiblemente vivir un individuo a partir de un momento
determinado, bien sea el de su nacimiento o el de una edad cualquiera. Este
concepto es cambiante y de hecho ha sufrido modificaciones muy importantes
a lo largo de la historia y también en función del referente geográfico. Por
ejemplo en España es de 77 años, en Estados Unidos 75,9 años, en Cuba 76
años.

Esperanza de vida independiente y la esperanza de vida dependiente: Período


de tiempo durante el cual un individuo es capaz o no de valerse por si mismo o
requerir de la ayuda de otras personas. Estos conceptos son importantes pues
tienen en cuenta el grado de dependencia de la población adulta mayor y

20
brindan una visión hacia la búsqueda de una buena capacidad funcional del
anciano lo que constituye uno de los mayores retos para el mundo de hoy.2

Índice de envejecimiento: Se entiende como la proporción de individuos


mayores de 65 años en relación con el total de población. Este índice se
encuentra en aumento a nivel mundial con más énfasis en los países
desarrollados, a éste incremento contribuye no solo el hecho de que las
posibilidades de vida se hayan incrementado considerablemente y exista cada
vez mayor número de ancianos, sino también a la reducción de la natalidad que
se experimenta en varios países.2

ASPECTOS EPIDEMIOLÓGICOS DEL ENVEJECIMIENTO

Mortalidad

En relación a la mortalidad en este grupo de edad se destacan como las


principales causas de muerte las siguientes4:

• Enfermedades neoplásicas.

• Cardiopatía isquémica.

• Enfermedad cerebrovascular.

• Insuficiencia cardíaca.

• Demencia.

• Diabetes Mellitus.

De forma general la mortalidad se acumula en ambos sexos a partir de los 65


años, auque existe una progresión de la enfermedad letal más rápida en los
hombres que en las mujeres, en estás la mortalidad aumenta a partir de los 80
años.

Morbilidad

Las personas adultas mayores presentan una elevada incidencia y prevalencia


de las enfermedades no transmisibles.

En el grupo de 65 a 74 años las enfermedades más frecuentes son: la artrosis,


la obesidad y la hipertensión, mientras que por encima de los 75 años son más

21
frecuentes las cataratas, insuficiencia cardíaca y las enfermedades
cerebrovasculares.1

De forma general las enfermedades más frecuentes en la edad geriátrica5 son:

• Hipertensión arterial.

• Accidente cerebrovascular.

• Bronconeumopatía crónica.

• Poliartrosis.

• Enfermedades neoplásicas.

• Insuficiencia cardíaca.

• Cardiopatía isquémica.

• Diabetes.

• Demencia senil.

• Depresión.

• Reumatismo inflamatorio.

Es importante tener en cuenta que en muchas ocasiones, como ya se ha


mencionado en este material, en un mismo paciente confluyen varias
enfermedades lo que complica su evolución y por tanto su validísmo.

Factores de riesgo y conductas personales.

Es conveniente en la atención a las personas de la tercera edad la distinción de


los pacientes de riesgo, los que requieren de un mayor seguimiento por el
6,9,10
equipo de salud, a estos pacientes se les denomina “ancianos frágiles” ,
ejemplo de ellos son:

• Mayor de 80 años.

• Vivir solo.

• Viudez menor de un año.

• Cambio de domicilio hace menos de un año.

• Patología crónica que condiciona incapacidad funcional.

22
9 Ictus con secuelas.

9 Infarto de miocardio o insuficiencia cardiaca hace menos de seis meses.

9 Enfermedad de Parkinson.

9 Enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

9 Patología osteoarticular degenerativa.

9 Caídas.

9 Déficit visual severo.

9 Hipoacusia severa.

• Enfermedad terminal por:

9 Neoplasia avanzada.

9 Demencia severa.

9 Otras con pronóstico vital menor de seis meses.

• Toma de tres fármacos con efectos secundarios importantes.

• Prescripción en el último mes de: antihipertensivos, antidiabéticos o


sedantes.

• Ingreso hospitalario en los últimos doce meses. Se ha apreciado deterioro


funcional en actividades básicas de vida diaria en el 72% de los pacientes
durante su ingreso y hasta en un 27% al mes del alta.

• Necesidad de atención sanitaria en el domicilio una vez al mes.

• Incapacidad funcional por otras causas.

• Deterioro cognitivo.

• Depresión.

• Situación económica precaria.

Otra forma más reducida y quizás más operativa de aplicación en atención


6 ,
primaria sea el concepto de Anciano de Alto Riesgo los que constituyen un
subgrupo de "anciano frágil":

• Alta hospitalaria reciente.

23
• Enfermedad incapacitante.

• Deterioro mental.

• Mayor de 80 años.

• Anciano institucionalizado.

• Vivir solo o ser viudo de menos de un año.

• Cambio de domicilio reciente.

Los ancianos de alto riesgo tienen incrementado el riesgo de deterioro, de


ingreso hospitalario y de institucionalización por lo que se podrían planificar
actividades dirigidas a la atención de este grupo poblacional.

REPERCUSIONES SOCIOSANITARIAS DEL ENVEJECIMIENTO.2

Las principales repercusiones sociosanitarias del envejecimiento están dadas


por:

- Mayor uso de los servicios sociales y de salud.

- Mayor requerimiento de recursos, mejor planificación y utilización de los ya


existentes.

- Mayores costos de atención.

La asistencia sanitaria geriátrica tiene como objetivo prioritario conseguir que el


anciano permanezca, o se reintegre, en su domicilio habitual en suficientes
condiciones de bienestar y seguridad. Por lo que una asistencia geriátrica bien
concebida implica la adopción de medidas políticas globales que contemplen
aspectos extraordinariamente amplios y dispersos, como son:

• Nivel adecuado de pensiones.

• Servicios sociales lo más completos posibles y pensados, teniendo en


cuenta la realidad del colectivo de ancianos al que van dirigidos.

• Medidas de políticas sanitarias que contribuyan a prevenir las


enfermedades.

• Asistencia integral al anciano enfermo.

Por lo que el sistema sanitario debe garantizar:

24
• Potencializar las actuaciones de prevención del deterioro funcional y de
promoción de salud.

• Garantizar la continuidad de cuidados a los diferentes niveles.

• Lograr el mantenimiento de la persona mayor en la comunidad durante el


mayor tiempo posible y en adecuadas condiciones de salud.

CARACTERÍSTICAS DE LA NUTRICIÓN EN EL ANCIANO

El conseguir un adecuado estado nutritivo en las personas mayores es un


objetivo primordial en la atención socio-sanitaria de este grupo poblacional e
imprescindible para conseguir en estas personas una adecuada calidad de
vida. 13

La importancia que tienen los problemas de alimentación en el anciano van


más allá del simple aspecto estético, se refiere a un problema de patología
relacionada y aspectos de prevención tanto primaria, secundaria como
terciaria. La alimentación en el anciano influye en la prevención de
enfermedades y en su capacidad funcional.

Existen estudios en los cuales tras un seguimiento longitudinal, aquellos


ancianos que realizaban ingestas superiores o inferiores a las recomendadas,
tenían mayor riesgo de enfermar, mayor discapacidad incluso mayor
mortalidad. Es reconocida la relación entre una mayor supervivencia en
ancianos con factores como, abstenerse de fumar, limitar la ingesta alcohólica,
realizar ejercicio físico regular, mantener un peso corporal proporcionado (no
mayor del 30%, ni menor del 10% del ideal).

La malnutrición afecta entre un 5-32% de los ancianos en la comunidad,


observándose que en los institucionalizados durante 6 meses ó más existe
desnutrición grave en el 18% y sobrenutrición grave en el 10%. Las deficiencias
protéico-calóricas y de micronutrientes pueden conllevar una disminución de
las defensas inmunes, la respuesta al estrés, disminución de la función
cognitiva y de la capacidad para el autocuidado.

Para analizar los aspectos relacionados con la nutrición en el anciano se debe


tener en cuenta:

• Particularidades del anciano respecto a la alimentación.

25
• Cálculo de las necesidades nutritivas basales.

• Métodos de detección y conocimiento del estado nutritivo.

• Manejo de situaciones clínicas concretas.

Particularidades de la alimentación en el anciano:

La nutrición del hombre depende esencialmente de su alimentación. El proceso


de envejecimiento podría producir alteraciones físicas en el sujeto que
modificarán la utilización de los alimentos por parte del organismo.13 Es
necesario tener presente que la alimentación es voluntaria y consciente por lo
que es susceptible de ser influenciada por la educación, situación
socioeconómica, estados confusionales y la pérdida de memoria.

Con el envejecimiento hay una menor necesidad de energía ya que se realiza


menor actividad física y hay una pérdida de masa muscular relacionada con la
menor tasa de síntesis proteica y, por tanto, menor necesidad de proteínas.

En el adulto mayor se requiere de un mayor aporte de los micronutrientes


(vitaminas y oligoelementos), o por lo menos asegurar la ingesta, por existir en
muchos casos, más dificultad para la absorción (Vit B, Calcio, Hierro), menor
síntesis de Vit D; en ocasiones la utilización de metabolitos se ve alterada,
como en el caso de la Vit D y B. Las necesidades de fibra y de agua son
mayores por problemas de regulación a nivel intestinal y renal.

Los problemas de los órganos de los sentidos, la ingesta de fármacos


asociados, las alteraciones de la cavidad oral e incluso los problemas sociales
o limitaciones físicas, hacen que la alimentación “adecuada” se convierta en
algo no asequible, no apetecible. En la relación anciano/alimentos podemos
encontrar problemas de elección, transporte, elaboración, masticado, sabor,
deglución y digestión, consecuencias: comen menos, menú repetitivo y
monótono, desnutrición y por tanto se convierte un objetivo sanitario primordial
por su trascendencia.

Entre los fármacos que pueden influir están los antiácidos y antisecretores
gástricos, anticonvulsivantes, antibióticos, y laxantes, otro mecanismo
importante es la alteración gustativa como ocurre con nifedipino, penicilinas,
quinilonas, IECAs, propanolol y quinilonas.

26
De forma general se considera que la alimentación en el anciano se ve
afectada no solo por a un factor, sino por combinación de varios factores como:

• El envejecimiento va acompañado de una serie de cambios fisiológicos que


modifican los requerimientos nutritivos y la utilización de los alimentos por el
organismo.

• La coexistencia de enfermedades físicas y/o mentales frecuentes a esta


edad puede incrementar o disminuir por un lado los requerimientos
nutricionales y por otro pueden limitar la capacidad individual para obtener
la adecuada alimentación.

• El aislamiento social que puede aparecer como resultado de la enfermedad,


del propio envejecimiento o los cambios culturales, lo que puede limitar el
acceso a los alimentos apropiados.

• La gran cantidad de personas mayores que viven con ingresos económicos


bajos que no les permite adquirir alimentos suficientes

Cálculo de las necesidades nutritivas basales

No existe un consenso único sobre los requerimientos nutricionales en el


anciano por la presencia de variables confusas como, el cáncer, la infección y
los niveles decrecientes de actividad, sin embargo podemos hablar de
recomendaciones de necesidades mínimas a cubrir en la población anciana.13

En los ancianos suele considerarse patológico un Índice de Masa Corporal


(IMC= peso/talla al cuadrado = kg/m2) inferior a 21 o superior a 30, otros
autores recomiendan un margen de intervención mayor en aquellos ancianos
con IMC inferior a 24 y superior a 27.

Los requerimientos de energía disminuyen con la edad, lo que se acompaña de


una disminución en la ingesta de calorías. La disminución de los requerimientos
puede deberse a una disminución del peso corporal, un descenso del
metabolismo basal y una reducción de la actividad física.5

Respecto a las necesidades de proteinas, es importante tener en cuenta que


con la edad se reduce la síntesis y renovación proteica y son necesarias
alrededor de 0,8 -1.0 g/ kg./ día debiendo cubrir entre el 15-20% del total de
calorías. Se recomienda una relación proteica animal/vegetal cercana a 1;

27
siendo mayores las necesidades en caso de estrés o estados hipercatabólicos.
Hay que tener precaución por la sobrecarga renal y asegurar su ingesta en
caso de enfermedad.13

Las necesidades de ingesta de lípidos son similares al adulto joven. Son


vehículos de las vitaminas A, D, E, y K, se considera que deben de cubrir entre
el 30-40% del total de calorías, siendo preferibles las de origen vegetal,
utilizando ácidos grasos poliinsaturados ya que disminuyen las LDL-colesterol.
Se debe limitar la ingesta de colesterol a 300-500 mg / día.

Las necesidades vitamínicas, de moduladores y catalizadores del proceso


metabólico, estarían cubiertas por una dieta equilibrada normal y la exposición
suave al sol; sin embargo existe déficit en caso de algunas enfermedades,
rechazo a los alimentos o malabsorción.

La hidratación se considera un nutriente esencial, las recomendaciones para


mayores de 65 años es de 30 ml/kg/día, con un mínimo de 1500-2000 cc/día,
con las modificaciones correspondientes en las situaciones especiales, fiebre,
calor, sobreesfuerzo etc.13

Asegurar que se cumplan las recomendaciones comentadas tiene especial


interés cuando una o más de las enfermedades o factores de riesgo estén
presentes: enfermedad crónica, cáncer, depresión, demencia, alcoholismo,
polifarmacia, infección crónica, enfermedad cardiovascular; pero se reconocen
como los más importantes para desnutrición el aislamiento social, la pobreza,
una dentición escasa, incluso la hospitalización reciente.

Métodos de detección y conocimiento del estado nutritivo.

La evaluación nutricional en el anciano es especialmente difícil porque muchos


de los signos relacionados con la desnutrición pueden también estar presentes
por el propio proceso de envejecimiento. Es tan frecuente la presencia de
desnutrición en algún grado que debemos tenerla presente cada vez que se
atiendan a personas mayores con factores de riesgo (que vivan solas, que
presenten cierto deterioro cognitivo, que hayan perdido peso últimamente, que
presenten capacidad económica limitada) tanto de forma aislada como
asociada a otras patologías (frecuentemente asociada a demencias leves).13

La valoración nutricional habitualmente tiene cuatro componentes13:

28
- Exploración física.

- Medidas antropométricas.

- Antecedentes nutricionales.

- Pruebas de laboratorio.

Ninguno de los cuatro componentes es definitorio, un resultado sin el otro no


nos daría una completa información de la situación nutricional de la persona.

En la exploración física es útil conocer el estado de hidratación, valorar la


dentadura y evaluar la capacidad de deglución de líquidos y sólidos.

En ocasiones van a existir signos o síntomas que nos van a hacer sospechar
problemas de nutrición o déficits, entre ellos podemos destacar: delgadez,
anorexia e hiperqueratosis folicular (vit A), dermatosis escrotal (rivoflavina),
pelo ralo y delgado (proteínas), caída fácil del pelo (Zn, Fe), ceguera nocturna y
fotofobia (Vit. A), glositis, queilosis, estomatitis Angular (B12, Rivoflavina),
fisuras y atrofia de lengua (Rivoflavina), hipogeusia (Zinc), bocio (Iodo), uñas
frágiles (Fe), hepatomegalia, dolor óseo y articular (vit C), parestesias y
alteración de reflejos y taquicardia (Tiamina), alteración de la sensibilidad
vibratoria/posicional y demencia (B12).

Dentro de los parámetros antropométricos están el Índice de Masa Corporal o


Índice de Quetelet (Normal: 22 - 27) que se calcula con la fórmula Peso (kg)/
Talla (m²) que se correlaciona con la grasa corporal, pero muchas veces es
inexacto en viejos. Una segunda medida interesante es la circunferencia
braquial (0.314 x pliegue tricipital), evalúa la reserva proteica, también la
circunferencia de la pantorrilla. En éste apartado se incluye la pérdida ponderal
reciente cuantificando temporalidad y porcentaje. Aunque existen otros
parámetros antropométricos, pero no son de total fiabilidad.

La incorporación de encuestas dietéticas en las evaluaciones de los estados


nutricionales nos da información sobre los hábitos alimentarios del anciano
(preferencias alimentarias, consumo de alcohol, etc.) y evalúa los alimentos
consumidos de forma que podamos detectar omisión de grupos alimentarios
importantes o ingesta insuficiente.

Dentro del apartado de complementarios se incluyen:

29
Datos Bioquímicos

• Albúmina Sérica (Normal >3.5 g/dl). Existe hipoalbuminemia severa cuando


su valor es menor de 2.8. La vida media de esta proteína es larga, por lo
que su valor es poco sensible para el seguimiento de los pacientes.

• Transferrina Sérica: (217-275 +/- 35) en caso de ser menor del 80% se
considera parámetro de severidad como indicador temprano pero no es una
medida estándar por confusión con otras patologías.

• Proteínas de vida media corta, como la Prealbúmina (100-400 mg/l) es muy


sensible; pero tiene una vida media de 24-48 horas por lo que sólo tiene
valor en situaciones agudas. Existen otras como la Proteína transportadora
de retinol, ribonucleasa sérica, fracción de Complemento C3, fibronectina,
somatomedina.

• Aminoácidos plasmáticos: Válidos para situaciones prolongadas, suelen


llevar una cadencia evolutiva, primero reducción de niveles totales, segundo
desaparición de aminoácidos ramificados y por último elevación de Glicina y
Serina. Sin embargo no son seguros por su elevación en sepsis y
postoperatorios.

• Colesterol: Es un dato contradictorio. Niveles bajos podrían verse en una


malnutrición avanzada. No es aceptado de forma universal.

• Otros: Balance Nitrogenado, Índice Creatinuria / Talla Recuento directo de


oligoelementos y Vitaminas.

Datos Inmunológicos:

• Recuento total de Linfocitos (<1500 / mm³) sobre todo los linfocitos T, los
linfocitos B incluso aumentan.

• Complemento (excepto C4) al cual hay que darle una valor relativo ya que
pueden ser factores reactantes de fase aguda.

Datos Dietéticos

• Método Prospectivo: Diario o Registro de Alimentos, requiere Motivación y


buen nivel de Instrucción. Método Retrospectivo: Recuerdo de 24 Horas.

• Historia dietética completa “Ideal pero muy costoso”.

30
Manejo de situaciones clínicas concretas

Obesidad

Definida como el 20% sobre el peso corporal ideal tiene consecuencias clínicas
importantes, incluyendo riesgo elevado de tromboembolismo, descenso del
nivel de función, pobre cicatrización tras cirugía y en algunos casos enorme
riesgo de enfermedades cardiovasculares. Las personas mayores obesas,
deben remitirse a consulta de consejo dietético para lograr el establecimiento
de metas alcanzables y facilitar con ello la reducción de peso con un riesgo
mínimo. Debe tenerse presente que la actividad física es importante en la
reducción de peso en estos pacientes, pero siempre es necesaria la
supervisión y orientación profesional.

El tratamiento farmacológico debe quedar restringido a casos muy especiales,


siempre teniendo en cuenta que los ancianos suelen presentar comorbilidades
que requieren una correcta atención y tratamiento. Recientemente se ha
comercializado la sibutramina, pero no es recomendable en ancianos al no
haber ensayos clínicos con éste grupo de población, ni conocerse su efecto en
la morbilidad y mortalidad.

Anorexia

Se considera una alteración del comportamiento relacionada con las citoquinas


proinflamatorias.

Ante esta situación de salud lo primero es encontrar la causa que lo originó e


indicar el tratamiento correspondiente. En caso de no mejorar con el
tratamiento indicado se debe hacer un ensayo con modificaciones en sabor,
preferencias y consistencia de los alimentos, así como del entorno,
presentación y preparación de los mismos. Si fracasa se puede hacer un
ensayo farmacológico de prueba, el cual debe durar entre 10 y 15 días como
máximo. Los complejos polivitamínicos se consideran de baja utilidad
terapéutica.

Entre los fármacos orexígenos (aumentan el apetito) se encuentran:

31
9 Metoclopramida: 10 mg. vía oral, antes de las comidas, válido para
pacientes con náusea crónica y saciedad precoz.

9 Esteroides: 3-6 mg de Dexametasona. El incremento de peso se relaciona


con la retención hídrica y el mecanismo de acción aunque desconocido se
relaciona con el efecto euforizante e inhibición de prostaglandinas.
Precaución con los efectos secundarios.

9 Acetato de Megestrol: 160-800 mg, se cree que el efecto por inhibición a


nivel hormonal. Ha sido eficaz en pacientes con cáncer y HIV. Produce
incremento de grasa y puede producir, hiperglucemia, trombosis venosa
profunda, edemas, impotencia y sangrado vaginal.

9 Ciproheptadina: Antihistamínico con bloqueo serotoninérgico. No ensayos


específicos.

9 Otros: Se están realizando estudios con fármacos con un efecto inhibidor de


citoquinas entre los que se incluyen: Pentoxifilina, talidomida, antioxidantes,
melatonina, etc.

Recomendaciones para la elaboración de la dieta a los ancianos

Para programar la dieta en el anciano hay que tener en cuenta los


requerimientos de la persona adulta, las modificaciones propias del proceso de
envejecimiento y las características de la persona a quien va dirigida la dieta.
Entre estos requerimientos13 están:

1. Que sea equilibrada, variada y agradable al gusto y al olfato. Que le resulte


atractiva.

2. Que no contenga alimentos nocivos y sí completos y que sean de fácil


digestión.

3. Que se considere la opinión de los que van a consumir la dieta. No se debe


de restringir como norma el tipo de alimento. Es más importante restringir la
cantidad en algunos ancianos con apetito desmedido.

4. Buena ingesta de líquidos.

5. Repartir en varias comidas no demasiado abundantes, suplementando entre


horas si fuera necesario.

32
6. Tener en cuenta que en general, con el envejecimiento:

- Las necesidades energéticas están disminuidas, por disminución del


metabolismo basal ya que la masa magra y la renovación proteica se
encuentran disminuidas.

- Los requerimientos de proteínas están aumentados (12-15% de la energía


total).

- Disminuyen las necesidades energéticas y por ello se debe evitar el exceso


de azúcares (55-60% de la energía total).

- Las necesidades de minerales, oligoelementos y vitaminas están


incrementadas respecto a las de los adultos jóvenes. Están apareciendo
publicaciones que demuestran que el aporte suplementario de una modesta
cantidad fisiológica de micronutrientes mejora la inmunidad y disminuye el
riesgo de infección en las edades avanzadas.

- Se disminuye la absorción de algunos micronutrientes, como por ejemplo la


vit B12 y el ácido fólico.

Es conveniente estimular al anciano a realizar ejercicio físico con lo que


aumenta el gasto energético y aumenta el apetito. También con el ejercicio
mejoran los problemas relacionados con la constipación y los niveles de calcio
y proteínas.

VALORACIÓN FUNCIONAL DEL ANCIANO

El envejecimiento de las personas es un proceso muy heterogéneo en el que


interactúan factores biológicos, psicológicos y sociales. La interacción de estas
tres áreas conducirá a cada adulto mayor a una situación funcional concreta. A
partir de estas consideraciones la Organización Mundial de la Salud recomendó
en los años 50 la incorporación de la situación funcional en la valoración del
estado de salud de las personas mayores. En la actualidad se acepta que la
situación funcional es uno de los mejores indicadores del estado de salud de
las personas mayores y es muy útil para la predicción de discapacidad,
mortalidad y consumo de recursos asistenciales.9

Es por ello que la historia clínica del anciano debe contemplar un análisis de
mayor o menor extensión de sus capacidades funcionales con respecto al

33
desempeño en las actividades de la vida diaria y el grado de dependencia que
puedan tener para su realización. La valoración funcional de las personas
mayores es fundamental para el diseño de planes de atención geriátrica
individualizadas y constituyen un indicador resumen del estado de salud del
individuo.

Las funciones más importantes que hay que valorar en los ancianos son:

• La función física.

• La función mental.

• La función social.

La función física2,5-6 contempla las capacidades de autocuidado básicas que


son las últimas en perderse o las primeras en recuperase después de un
deterioro funcional del conjunto de actividades que engloban la actividad física.
Estas se pueden valorar como dependientes o independientes.

Entre ellas se encuentran:

• Actividades básicas de la vida diaria: bañarse, vestirse, lavarse, comer,


control anal y control vesical.

La dependencia en las actividades básicas de la vida es incompatible con la


vida si no son sustituidas por un cuidador.

• Actividades instrumentales de la vida diaria: uso del teléfono, ir de compras,


preparar la comida, cuidado de la casa, lavar la ropa, uso de transportes
públicos, responsabilidad sobre la medicación, uso de dinero.

Estas son actividades más elaboradas que se pierden antes que las
actividades básicas de la vida y que como su nombre lo índica se refieren a la
capacidad de manejar diferentes instrumentos o situaciones muy corrientes en
la vida diaria. La dependencia de las actividades instrumentales de la vida es
un indicador de riesgo especialmente para aquellas personas mayores que
viven solas.

• Movilidad: Equilibrio estático, deambulación, subir y bajar escaleras.

34
La función mental2,5-6 tiene en cuenta la cognición (orientación, memoria,
lenguaje, psicomotricidad, percepción, funciones ejecutivas), el estado de
ánimo (depresión y ansiedad), la personalidad-conducta (alteraciones en el
curso y contenido del pensamiento).

La función social2,5-6 incluye las interacciones sociales y las redes de apoyo


familiar, la adaptación funcional y el bienestar subjetivo así como el ajuste
ambiental, en el que se consideran además la presencia de barreras
arquitectónicas.

Para el estudio de la valoración funcional se han utilizado diferentes


instrumentos que evalúan el grado de dependencia de los adultos mayores en
la realización de las actividades instrumentales y básicas habituales de la vida.

Entre las escalas que valoran las actividades básicas de la vida están: el índice
de Katz y la Escala de Barthel. En el caso de los instrumentos que valoran las
actividades instrumentales de la vida diaria se encuentran: la escala de Lawton
y Brodie (o del Philadelphia Geriatric Center). Existen otros instrumentos que
se emplean para evaluar la dependencia psíquica y la física, además de la
valoración de la dependencia social; estos instrumentos facilitan una valoración
del estado funcional del anciano lo que contribuye al seguimiento adecuado del
adulto mayor con enfoque de riesgo.

En la valoración funcional deben considerarse algunos conceptos que se


derivan de la misma, como son:

Autonomía: Es aquella condición de la persona que le permite desarrollar las


diversas funciones de la vida sin depender de nadie.

La autonomía no es una cualidad única y global, integra diferentes grados de


independencia en relación con las funciones de la vida que se pretenden
desarrollar y a las características del entorno. También depende que la
incapacidad pueda ser disminuida mediante la ayuda de terceros o de
instrumentos.5 Los instrumentos de evaluación de la situación funcional
permiten determinar el grado de autonomía o dependencia del anciano.

Deficiencia: Expresa la pérdida o anomalía de una estructura o función


anatómica, fisiológica o psicológica de forma permanente o temporal;
normalmente las deficiencias son secundarias a una enfermedad o accidente.

35
Discapacidad: Expresa la objetivización de una deficiencia sobre el plano
funcional; es una reducción o pérdida de capacidad funcional para realizar una
actividad de manera normal o dentro de los niveles considerados normales en
el ser humano, secundaria a la deficiencia.

Minusvalía: Expresa una desventaja derivada de las deficiencias y


discapacidades que limita o previene la realización o el cumplimiento del papel
que es normal para cada individuo; representa las consecuencias sociales de
las deficiencias y discapacidades.5

En resumen, con la valoración funcional se puede determinar la capacidad de


las personas mayores para vivir de forma autónoma en la comunidad y
fomentar su independencia mediante la instauración de aquellas medidas que
prevengan y recuperen la discapacidad.

Los beneficios de la realización de la valoración funcional en el anciano5,9,11


son:

• Identificación temprana de los problemas de salud y su pronóstico.

• El reconocimiento de las áreas de deficiencia con el establecimiento de


las intervenciones terapéuticas rehabilitatorias oportunas.

• La identificación de la necesidad de cuidados.

• La identificación de ancianos de riesgo.

• La valoración de la evolución del estado de salud y del impacto de las


intervenciones sanitarias.

• Puede emplearse para la planificación sanitaria de la asistencia cuando


se conoce la situación funcional de la población anciana de un área
determinada.

RELACIÓN ENFERMEDAD DISCAPACIDAD.

Con el envejecimiento se produce un declive de las funciones que da lugar a


distintos grados de limitación funcional sin que aparezca la discapacidad. La
intensidad de la limitación funcional guarda relación con la forma de envejecer
y en ella influye el desuso.5

36
Se reconocen como conductas específicas de riesgo para la discapacidad en el
anciano el no realizar actividad física regularmente, el tabaquismo y el
sobrepeso.

El comienzo de la discapacidad puede ser agudo o progresivo según el tipo de


enfermedad que lo genere, y la enfermedad puede provocar situaciones de
discapacidad por efecto directo o al aumentar las limitaciones funcionales
provocadas por el envejecimiento o por enfermedades. Las intervenciones
sobre determinadas enfermedades y conductas pueden prevenir la
discapacidad y evitar así el efecto directo o sinérgico de los procesos
patológicos.

Se reconocen como enfermedades que con mayor frecuencia conducen a la


discapacidad en el anciano12 y con ello a la dependencia las siguientes:

• Poliartrosis.

• Accidente cerebrovascular.

• Demencia senil.

• Deterioro visual.

• Cardiopatías.

• Insuficiencia vascular periférica.

• Depresión.

• Enfermedades pulmonares.

• Parkinson.

• Reumatismo inflamatorio.

• Hipertensión arterial.

• Tumores.

• Déficit auditivo.

El impacto de la enfermedad sobre la discapacidad puede ser modificado por la


influencia de factores como:

• La situación cognitiva y psicológica del anciano.

37
• La edad.

• El sexo.

• El nivel de educación.

• El nivel de actividad.

• El soporte social.

• Factores del entorno.

El grado de deterioro de la función no se relaciona directamente con la


gravedad de la enfermedad ni con el número de enfermedades existentes.

La recuperación de la capacidad funcional depende de la situación funcional


previa y la presencia de circunstancias que la dificulten como son: la depresión,
la iatrogenia y el desarrollo de conductas evitativas de la actividad física.

PROBLEMAS DE SALUD EN EL ANCIANO2-6

Los problemas de salud en el anciano difieren en gran parte de los adultos por
sus causas, su semiología y sus consecuencias. Los cambios fisiológicos y
sociales que se establecen con el envejecimiento son los causantes de ello.

Existen un grupo de factores que contribuyen a la diversidad de la presentación


de las enfermedades en el anciano como son:

• El anciano interpreta los síntomas de forma banal y secundaria al


envejecimiento.

• El déficit cognitivo lo que dificulta la interpretación y comunicación de los


síntomas.

• Los cambios orgánicos presentes en la vejez modifican la manifestación de


las enfermedades.

• Es frecuente la morbilidad oculta.

• Presentación de las enfermedades de forma silente o mediante síntomas


inhabituales.

Los problemas de salud en la vejez afectan todas las esferas de la persona: lo


biológico influye en lo psicológico y en lo social y lo psicológico y lo social
influye en lo biológico.

38
La consecuencia más importante de la enfermedad, sin considerar la muerte,
es el desarrollo de la discapacidad fisicopsíquica lo que repercute en el propio
individuo, en la familia y en el sistema sociosanitario. En el anciano, la
aparición de discapacidad provoca un cambio cualitativo en la vivencia de esta
etapa de la vida, se pasa de ser autónomo a depender de otros. En la familia
da lugar a sobrecargas físicas y psíquicas conocidas como el síndrome del
cuidador, mientras que en el sistema sociosanitario genera un aumento del
consumo de los recursos existentes.

Los síntomas más frecuentes por los que acuden los adultos mayores a
consulta son:

9 Edemas en miembros inferiores.

9 Mareos.

9 Inestabilidad para la marcha.

9 Alteraciones en los órganos de los sentidos: Dificultades de la visión y la


audición.

9 Algias. (no reumáticas y reumatismos)

9 Dolor lumbar.

9 Acúfenos.

9 Pérdida de apetito.

9 Estreñimiento.

En los ancianos se deben resolver en muchos casos problemas de salud


concretos que son de difícil inclusión en los tratados de medicina y se engloban
bajo la denominación de “Grandes Síndromes Geriátricos”. Estos son procesos
complejos que presentan una alta incidencia y prevalencia en la población
anciana; con elevada frecuencia tienen un origen multicausal y producen
alteraciones significativas en la capacidad funcional, cuyas consecuencias
pueden ser potencialmente severas si no se corrigen los factores
determinantes.

En este documento se tratarán los Síndromes Geriátricos2,5-6 siguientes:

9 Delirio.

39
9 Estados depresivos.

9 Demencia.

9 Alteraciones de la movilidad.

9 Caídas.

9 Ulceras por presión.

9 Incontinencia urinaria.

Delirio (Estado confusional agudo o síndrome orgánico cerebral)

Dentro de los trastornos neurológicos del anciano el delirium es el más


frecuente y es una expresión inespecífica de las enfermedades cerebrales
primarias, de las interacciones y/o sobredosificaciones farmacológicas y de las
enfermedades sistémicas.

Debe considerarse una urgencia médica por su carácter reversible, pues la no


corrección de sus causas da lugar a situaciones de deterioro cognitivo
establecido, incapacidad y muerte.

El delirio puede definirse como un síndrome transitorio de comienzo agudo,


casi siempre reversible, que manifiesta una disfunción cerebral. La disfunción
cerebral es secundaria a una enfermedad sistémica o a trastornos cerebrales
primarios, caracterizados por síntomas de embotamiento intermitente de la
conciencia, falta de atención y trastornos en el ciclo vigilia/sueño y en la
memoria.

Entre los factores que pueden predisponer al delirio en el anciano se incluyen:

• Trastornos sensoriales.

• Lesiones cerebrales.

• Disminución de la reserva homeostática.

• Tensiones psicosociales.

• Presencia de enfermedades crónicas.

• Cambios fisiológicos relacionados con la edad.

40
Etiología

En la mayoría de los casos las causas son múltiples y pueden actuar


simultáneamente.

Se reconocen cuatro grandes grupos causales:

Alteración intracraneal primaria: Sobre todo secundaria a hematoma subdural


crónico, tumores intracraneales y accidente vascular cerebral isquémico, con
mayor frecuencia los localizados en el hemisferio dominante.

Enfermedades sistémicas: Entre ellas cabe destacar la insuficiencia cardíaca,


el infarto agudo del miocardio, las arritmias, los procesos infecciosos, los
trastornos metabólicos, la deshidratación, la insuficiencia renal, la impactación
fecal y la malnutrición.

Alteraciones tóxicas exógenas: La causa más frecuente en los ancianos es la


intoxicación por fármacos, en especial los que presentan actividad
anticolinérgica. Otros fármacos que pueden producir estados confusionales
son: digoxina, cimetidina, hipotensores, benzodiacepinas y antiinflamatorios no
esteroideos.

Factores ambientales: Cambios en la ubicación y deprivaciones sensoriales.

Cuadro clínico.

El delirium es un cuadro de comienzo brusco que se caracteriza por un


deterioro cognitivo global y se expresa como:

- Disminución del nivel de conciencia.

- Deterioro de la orientación, de la memoria inmediata y tardía.

- Trastorno de la atención, como señal característica del delirio.

- Trastornos del pensamiento (se encuentra desorganizado y con lenguaje


incoherente)

- Trastornos de la percepción (con la aparición de ilusiones y/o alucinaciones


visuales y auditivas)

- La alteración motora puede estar alterada como hiperactividad o


hipoactividad

41
- Otra de las características es la reversibilidad del estado.

- Desarrollo en un corto período de tiempo y fluctuaciones a lo largo del día.

Los motivos de consulta más frecuentemente planteados por los familiares son
los trastornos del comportamiento-conducta (agresividad, hiperactividad), el
insomnio, la presencia de alucinaciones o la disminución del nivel de vigilia en
el anciano.

Tratamiento

Una vez que se sospeche el delirio el paciente debe ser remitido a un centro de
atención especializada con carácter urgente para el estudio etiológico y la
instauración de tratamiento específico.

En el tratamiento deben tenerse en cuenta tres premisas fundamentales:

3 Corregir la causa subyacente.

3 Proporcionar un ambiente tranquilo y de apoyo: procurar un ambiente


confortable, iluminado, un personal regular y sereno, todo lo que produce
calma y confianza al paciente.

3 Garantizar la seguridad del paciente.

Los hipnóticos, tranquilizantes menores y antidepresivos deben evitarse, pues


pueden perpetuar e incluso intensificar el delirio.

Estados depresivos

Etiología

Varios factores biológicos, psicológicos y sociológicos pueden predisponer al


desarrollo de la depresión.

Los cambios que ocurren como consecuencia del paso de los años en el
sistema nervioso central como aumento de la monoaminoxidosa y disminución
en la concentración de neurotransmisores, sobre todo catecolaminérgicos,
pueden desempeñar un papel básico en el desarrollo de la depresión.

Las pérdidas son frecuentes en los ancianos. Las de tipo físico pueden llevar a
una disminución de la capacidad de autocuidado y a deprivaciones sensoriales
que dan como resultado una pérdida de independencia y aislamiento. Las

42
pérdidas laborales, económicas y de apoyo social también favorecen el
desarrollo de depresión.

La existencia de pruripatología y la polifarmacia son factores que pueden


predisponer a la aparición de síndromes depresivos del anciano.

Cuadro clínico

Tendencia a estar apático y solitario.

Suele manifestar sentimientos de inutilidad, pérdida de autoestima, alteraciones


perceptivas, de la memoria, trastornos del sueño, del apetito, alteraciones de la
motricidad.

Ilusiones paranoides.

Formas atípicas de presentación: alcoholismo, la presencia de dolor, la


hipocondría y las pseudodemencias.

Existen un grupo de enfermedades que están relacionadas con la depresión en


el anciano, ellas son: cáncer, enfermedades cardiovasculares,
cerebrovasculares, enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer entre
otros trastornos como hipotirodismo, hipertiroidismo, enfermedad pulmonar
obstructiva crónica, insuficiencia renal crónica, artritis reumatoide, etc.

Tratamiento

Es necesario tener en cuenta algunas premisas para el tratamiento de la


depresión en el anciano entre las que se encuentran:

• Conocer las manifestaciones específicas para el diagnóstico.

• La presencia de enfermedades concomitantes puede contribuir a complicar


el tratamiento.

• La existencia de polifarmacia.

• Conocer la existencia de respuesta previa a los antidepresivos.

• Conocimiento del fármaco a administrar.

• Los fenómenos de toxicidad en el anciano no son dosis dependiente sino


concentración dependiente.

• El anciano requiere la mitad de la dosis para alcanzar el efecto terapéutico.

43
Entre los fármacos que pueden ser empleados están:

3 Antidepresivos triciclitos.

3 Inhibidores de la recaptación de serotonina.

3 Antidepresivos atípicos.

3 Inhibidores de la monoaminooxidasa.

3 Litio.

También está indicado el electrochoque y la psicoterapia.

Es necesario tener presente que los estados depresivos en el anciano es un


factor de riesgo para el suicidio, en particular tienen un riesgo elevado los
pacientes con enfermedad física grave, enfermedad mental y en situación de
extrema dependencia. Los factores psicosociales como la soledad, la pérdida
de cónyuge, la jubilación y los procesos patológicos asociados también
potencian la tendencia al suicidio.

Demencia

Se define clínicamente como un deterioro progresivo de la actividad cognitiva o


intelectual, a partir de un nivel intelectual anterior normal; se caracteriza por un
deterioro de la memoria a corto y largo plazo, más una alteración como mínimo,
en algunas de las siguientes áreas: pensamiento abstracto, juicio, lenguaje,
praxis, reconocimiento visual, capacidad construccional o personalidad. Estas
alteraciones deben ser lo suficientemente graves para interferir en la vida, en la
actividad laboral, actividades sociales o vida de relación.3

La memoria es la capacidad de retener y hacer uso posterior de una


experiencia, condición necesaria para desarrollar una vida independiente y
productiva; esta es una de las funciones que con mayor frecuencia se afecta en
los ancianos, tanto por el envejecimiento como por el efecto de las
enfermedades sobre el sistema nervioso.6 La demencia es la causa más
común de trastornos cognitivos en el anciano.

Estas enfermedades no solo producen un elevado nivel de morbilidad y


mortalidad en este segmento poblacional, sino que además provocan un
altísimo nivel de discapacidad y sobrecarga social y familiar.

44
Etiología

Los diferentes tipos de demencia se distribuyen de la manera siguiente:

Entre el 50 a 60% son causadas por procesos neurodegenerativos dentro de


los cuales se encuentran la enfermedad de Alzheimer y la de los cuerpos
difusos de Lewy.

El 20-25% son de causa vascular.

El 10-15% tienen causa mixta o multicausal.

Cuadro clínico.

Pérdida progresiva de la capacidad funcional y cognitiva.

Pérdida de la memoria que interfiere en la vida de relación con las demás


personas.

Es de carácter crónico y habitualmente progresivo.

Produce incapacidad llegando a un grado de desadaptación social.

El diagnóstico de los trastornos de la memoria y del síndrome demencial se


basa en el examen clínico, sin embargo para identificar la causa son esenciales
los estudios complementarios de laboratorio.

Tratamiento.

Cuando la causa del trastorno cognitivo tiene un tratamiento específico éste


debe comenzarse lo antes posible, ya que cuando la curación es tardía el
paciente queda con un deterioro neurológico permanente.

Pero las causas más frecuentes de demencia en el anciano, como la


enfermedad de Alzheimer y la enfermedad por los cuerpos de Lewis, carecen
de tratamiento específico.

El tratamiento incluye el farmacológico, la psicoterapia y las manipulaciones


ambientales.

Las manipulaciones ambientales se refieren al medio que rodea al paciente, el


mismo debe ser modificado y adaptado a las nuevas necesidades del enfermo.
Ha de ser lo menos agresivo y peligroso posible para los enfermos que

45
presentan marcado deterioro cognitivo, alteraciones de la conducta y del
comportamiento.

Todo tipo de actuación ambiental debe estar dirigido a:

• Favorecer la realización de actividades básicas e instrumentales de la vida


diaria, mediante las ayudas técnicas necesarias.

• Proponer normas generales y básicas de seguridad, tanto para el paciente


como para el cuidador, entre ellas se incluyen actuaciones sobre la toma de
gas, luz, escaleras, baño, objetos punzantes, oscuridad, entre otras.

• Normas mínimas para ocupar el tiempo libre en actividades recreativas y


terapéuticas.

El recurso comunitario más importante en el tratamiento del paciente es el


cuidado en el hogar y deben hacerse todos los esfuerzos posibles para
mantener el paciente en su domicilio. Los cuidadores representan un pilar clave
en el tratamiento del paciente demenciado; a medida que la enfermedad
progresa, el cuidador va adquiriendo diversas tareas incluyendo la ayuda en el
vestido, la comida y el aseo, por lo que se precisa de un amplio espectro de
ayudas para brindar una atención domiciliaria digna y para propiciar un
descanso al cuidador habitual. Las grandes cargas generan mayor estrés en
los cuidadores, lo que conduce en ellos a la depresión, el uso de fármacos
psicotropos y un incremento en la aparición de enfermedades clínicas. Por todo
lo anterior es imprescindible en el abordaje integral del paciente con demencia
la atención por el equipo de salud, al cuidador.

Alteraciones de la movilidad

La prevalencia y la incidencia de los trastornos de movilización aumentan en la


edad avanzada.

Etiología

Son múltiples las situaciones que predisponen al anciano a disminuir la


actividad y en múltiples ocasiones no es posible destacar una causa única.

Entre las principales causas están:

46
Enfermedades musculoesqueléticas: Los procesos degenerativos de las
articulaciones, los trastornos del pie, la osteoporosis y las fracturas, son las
situaciones que más predisponen a la inmovilidad.

Enfermedades neurológicas: Los trastornos cerebrovasculares, la enfermedad


de Parkinson y el deterioro cognitivo en sus últimas fases evolutivas favorecen
la inmovilidad.

Enfermedades cardiorrespiratorias y vasculares: La insuficiencia cardíaca, la


cardiopatía isquémica, las alteraciones vasculares periféricas y la enfermedad
respiratoria crónica restringen la actividad y pueden llevar al encamamiento.

Fármacos: Gran variedad de fármacos por si mismos o por sus efectos


secundarios pueden disminuir la actividad física. Entre ellos están los sedantes,
hipnóticos y antipsicóticos.

Factores psicológicos y ambientales: La depresión, el temor a las caídas, la


presencia de alteraciones sensoriales y la existencia de un medio ambiental
peligroso favorecen la inmovilidad.

Principales consecuencias de la inmovilidad:

• Alteraciones en el metabolismo, que incluyen un balance calórico y


nitrogenado negativo, alteración en la tolerancia a la glucosa y
modificaciones farmacocinéticas.

• Trastornos psicológicos como la depresión y el delirio.

• Alteraciones musculoesqueléticas, que incluyen la fatiga, contracturas,


atrofia muscular y disminución de la densidad ósea.

• Complicaciones cardiopulmonares: como consecuencia del encamamiento


prolongado se producen cambios vasculares y una disminución del volumen
plasmático, todo lo cual predispone a la hipotensión postural. Se describen
además tromboflebitis, tromboembolismo pulmonar, atelectasias y
neumonía por aspiración, procesos que se asocian a una elevada
mortalidad en este grupo de edad.

• Consecuencias gastrointestinales y genitourinarias: estreñimiento, la


impactación fecal, la incontinencia urinaria y fecal así como la infección
urinaria.

47
Tratamiento

Los objetivos terapéuticos van encaminados a:

3 Aliviar el dolor.

3 Evaluar, mantener y mejorar la amplitud articular.

3 Evaluar y mejorar la fuerza, dureza y coordinaciones musculares.

3 Valorar las ayudas a la deambulación.

Entre las modalidades de tratamiento están: Ejercicio activo, ejercicio pasivo,


calor local, hidroterapia, ultrasonidos, estimulación eléctrica transcutánea.

Caídas

Las caídas son un problema clínico importante entre los ancianos por su
frecuencia y consecuencias físicas, psíquicas y sociales.

Etiología

Varios factores relacionados con la edad, que suelen interactuar con un medio
agresivo y peligroso, contribuyen a la inestabilidad y las caídas.

Entre los cambios fisiológicos que ocurren con la edad y favorecen el desarrollo
de las caídas están:

1. Cambios en la visión.

• Disminución de la capacidad de acomodación.

• Disminución de la agudeza visual.

• Disminución de la visión periférica.

• Disminución de la adaptación a la oscuridad.

• Alteraciones de la sensibilidad de contraste.

2. Cambios en la audición.

• Trastornos en la discriminación del lenguaje.

• Disminución de la excitabilidad periférica.

3. Cambios neurológicos.

• Disminución en los estímulos propioceptivos.

48
• Disminución en la velocidad de conducción nerviosa.

• Disminución en la fuerza y contracciones musculares.

4. Cambios en la marcha.

5. Enfermedades degenerativas osteoarticulares.

6. Problemas podológicos.

Con fines didácticos las caídas se pueden dividir en:

• Caídas accidentales: Constituyen el 37% de las caídas, no obstante los


accidentes ocurren habitualmente en presencia de una situación
subyacente que incrementa la posibilidad de que se produzca.

Los factores que con más frecuencia favorecen las caídas son:

9 Suelos resbaladizos por la presencia de agua u orina, encerados.

9 Presencia de alfombras de pelo alto o de rugosidades.

9 Iluminación excesivamente intensa, inadecuada o escasa.

9 En el baño suelen ser frecuentes las caídas por la presencia de un piso


húmedo o con obstáculos, ausencia de barras o una taza de baño muy baja.

9 Escaleras con ausencia de pasamanos, pobremente iluminada, peldaños


muy elevados o muy gastados.

El lugar más frecuente de caídas es la habitación, sobre todo al lado de la


cama mientras el paciente se acuesta o se levanta.

Las actividades asociadas con mayor frecuencia a caídas son: el traslado hacia
la cama, la silla o el baño, coger objetos del suelo, bajar escaleras, superficies
resbaladizas, realizar actividades peligrosas como subirse en sillas, entre otras.

• Caídas sin sincope: Son la causa del 20 al 25% de las caídas. Las
enfermedades que producen deterioro sensorial, neurológico, cognitivo o
musculoesquelético incrementan el riesgo de caídas.

Entre estas entidades están: la hipotensión ortostática, enfermedades


neurológicas como el Parkinson, la parálisis supranuclear progresiva, tumores
intracraneales, hematomas subdurales, neuropatías periféricas, polifarmacia,
entre otras.

49
• Caídas con síncopes: Causan el 1% de todas las caídas. Entre las causas
de síncope están las de origen cardiovascular como las arritmias cuando se
asocian a alteraciones de la irrigación cerebral, el infarto agudo del
miocardio, la miocardiopatía hipertrófica y la estenosis aórtica.

Entre las causas vasovagales están: la tos, la micción, la hiperventilación y la


defecación.

Las consecuencias de las caídas son:

• Traumatismos: Los más intensos pueden causar fractura de cadera,


columna vertebral y costillas.

• Miedo a una nueva caída: Que en algunos casos puede repercutir de forma
negativa sobre la movilidad y el grado de dependencia. Hay evidencias de
que las caídas producen síntomas de ansiedad y depresión y que los
trastornos del estado de ánimo son más frecuentes después de una fractura
de cadera.

• Dependencia.

• Aislamiento social.

• Ingreso en una institución hospitalaria.

Tratamiento

El principio fundamental para el tratamiento de las caídas es la prevención y


por lo tanto las acciones estarán dirigidas a:

• La valoración y manejo de los factores de riesgo.

• Observación del balanceo y de la marcha del paciente.

• Valoración de la seguridad del medio.

Los principios del tratamiento del anciano que ha sufrido una caída son:

- Tratamiento de las lesiones.

- Tratamiento de las causas subyacentes.

- Terapia física y educacional, que persigue entrenamiento de la marcha,


fortalecimiento muscular, ayudas para la deambulación, adaptaciones y
calzado adecuado.

50
- Actuaciones sobre el medio:

Eliminar obstáculos.

Iluminación adecuada.

Modificaciones estructurales del hogar.

Ulceras por presión.

Constituyen la situación más común, prevenible y tratable de las que


acompañan al anciano inmóvil.

Las ulceras por presión se producen en aquellas partes del cuerpo que están
expuestas a una presión elevada y mantenida.

Factores de riesgo

3 Inmovilidad, es el principal factor de riesgo.

3 Cambios en la piel asociados al envejecimiento, lo cual puede favorecer la


aparición de las ulceras, ellos son:

- Pérdida de los vasos de la dermis.

- Adelgazamiento de la epidermis.

- Aplanamiento de la línea de unión dermoepidémica.

- Pérdida de las fibras elásticas.

- Aumento de la permeabilidad cutánea.

3 Trastornos nutricionales como la hipoproteínemia, el déficit de cinc, hierro,


ácido ascórbico.

3 Incontinencia tanto urinaria como fecal, lo que aumenta el riesgo en cinco


veces.

3 Presencia de deterioro cognitivo.

3 Enfermedades neurológicas, como la enfermedad de Parkinson.

3 Insuficiencia vascular periférica.

3 Anemia.

51
En la génesis de estas úlceras influye la presión, las fuerzas de cizallamiento-
estiramiento, fricción y humedad. La fricción y la humedad son los factores más
importantes en el desarrollo de las lesiones superficiales, mientras que la
presión y el cizallamiento lesionan los tejidos profundos.

Las úlceras por presión se clasifican en cuatro estadios:

Estadío I: Piel intacta pero eritematosa que no blanquea con la presión.

Estadío II: Pérdida parcial del espesor cutáneo con afección de la epidermis y
la dermis. La úlcera es superficial.

Estadío III: Pérdida completa del espesor de la piel con afección del tejido
celular subcutáneo. La lesión puede extenderse hasta la fascia subyacente,
pero no atravesarla.

Estadío IV: Pérdida de la piel en todo su espesor, con destrucción extensa,


necrosis tisular o lesión de los músculos, huesos o estructuras de soporte.

Tratamiento

La mejor medida preventiva es la movilidad continuada del paciente cambiarlo


de posición cada 2 horas, colocar al paciente girando 30 grados en posición
oblicua, no elevar la cabecera de la cama más de 30 grados, si el paciente esta
sentado debe levantarse cada 10 min durante 10 segundos.

Se debe evitar la humedad de la zona.

Propiciar una dieta rica en proteínas.

También está indicado el tratamiento antipresión que puede ser mediante


movilización estática y dinámica. La estática es cuando se moviliza al paciente
y se utilizan geles, espumas y algunas camas de aire, pero la movilización
dinámica incluye la utilización de sistemas de energía adicional, entre ellas
camas con presión alternante, camas de aire fluidificado, estos procedimientos
más costosos y son de mayor utilización en hospitales.

Las medidas locales dependen en gran medida de la extensión del daño tisular,
entre ellas se encuentran: desbridamiento, curas oclusivas, cirugía, las mismas
se llevan a cabo en medio hospitalario.

52
Incontinencia urinaria.

Es la pérdida involuntaria de la orina a través de la uretra, objetivamente


demostrable y que produce problemas sociales e higiénicos para el individuo.

Entre los cambios en la función vesical que se atribuyen a la edad se incluyen:

• Menor capacidad de la vejiga.

• Aumento del volumen vesical.

• Contracciones desinhibidas de la vejiga.

• Disminución de la longitud funcional de la uretra.

Existen varios tipos de incontinencia urinaria entre las que se encuentran:

Incontinencia transitoria: Las principales causas son infecciones del tracto


urinario, delirio, vaginitis o uretritis atrófica, fármacos (sedantes, diuréticos,
anticolinérgicos, antagonistas del calcio), disfunción psicológica, trastornos
endocrinos (hiperglucemia e hipercalcemia), inmovilidad e impactación fecal.

Los cuatro mecanismos responsables de este tipo de incontinencia son:

• Defectos en la regulación por parte del SNC.

• Obstrucción del tracto urinario inferior.

• Afección orgánica vesical.

• Inestabilidad idiopática.

Incontinencia por rebosamiento: Ocurre cuando la presión de llenado vesical


excede a la uretral, pero sólo con grandes volúmenes de orina dentro de la
vejiga, suele corresponder con la etapa final de la obstrucción del tracto urinario
inferior y se caracteriza por un residuo postmiccional superior a 100 ml. Se ve
en lesiones neurológicas como enfermedad cerebrovascular, neuropatías
diabética y tumoraciones del centro sacro.

Incontinencia de estrés: Se produce cuando el aumento de la presión


intraabdominal supera a la resistencia uretral permitiendo la expulsión de
pequeñas cantidades de orina. Entre sus causas están la deficiencia
estrogénica, la debilidad de los músculos pelvianos, la debilidad del esfínter

53
uretral y la obesidad. Aparecen pequeñas pérdidas de orina después de la tos
o accesos de risa. El residuo postmiccional es mínimo.

Incontinencia funcional: En este tipo de incontinencia el tracto urinario inferior


está intacto, pero existen situaciones externas que la favorecen. Entre las
causas están la depresión, hostilidad, alteraciones musculoesqueléticas,
ausencia de iluminación en la habitación.

Tratamiento

Los programas terapéuticos deben ser individualizados en función del paciente


y de la situación fisiopatológica.

CONSECUENCIAS DE LOS PROBLEMAS DE SALUD EN EL ANCIANO.

Las consecuencias de los problemas de salud en la vejez dependen de la


situación basal del anciano, entre las cuales se tienen en cuenta:

• Edad cronológica.

• La presencia de enfermedades.

• Estado terminal.

Estas condiciones favorecen que los ancianos sean más susceptibles a una
evolución tórpida de la enfermedad, con recuperaciones lentas o que provocan
situaciones de incapacidad.

Los problemas de salud en la vejez afectan a todas las esferas de la persona,


lo biológico influye sobre en lo psicológico y en lo social, y lo social y
psicológico influye en lo biológico.

La consecuencia más importante de la enfermedad en el anciano es la


incapacidad fisicopsíquica lo que repercute en el propio individuo, en la familia
y en el sistema sociosanitario.

En el anciano, la aparición de incapacidad provoca un cambio cualitativo en la


vivencia de la vejez se pasa de ser autónomo a depender de otros. En la
familia da lugar a situaciones de sobrecarga física y psíquica conocidas como
el síndrome del cuidador y en el sistema sociosanitario genera un aumento del
consumo de los recursos existentes.

54
BIBLIOGRAFÍA

1. Vaqué Rafort J, San José Laporte A. Envejecimiento: problemas que


plantea y soluciones adoptadas. En: Medicina Preventiva y Salud
Pública. Piédrola Gil. 10ma ed. Ed. MASSON. Barcelona. España, 2003.
Cap.72 p.867-81.

2. Ribera Casado J.M, Altimir Losada S, Cervera Alemany A.Ma, Gil


Gregorio P. Geriatría. En: Medicina Interna. Farreras-Rozman. 15ed. Ed.
ELSEVIER. España, 2006. Vol I, p.1300-34.

3. Cepeda Villasona L.A, Garza Flores R, Vega Facio D.M. Programa de


Atención al adulto Mayor. Consejo de Desarrollo Social de Nuevo León.
Monterrey México, 2006

4. Arriola Manchola E. Medicina preventiva en el anciano. Ed. MATIA


Fundazioa, 2001. Disponible en: [http://ccp.ver.ac.cr/bup/pdf/vejez/matia-
med-preve..] Citado 30 de Octubre del 2008.

5. Benitez del Rosario M.A. Atención de la salud en el anciano. En:


Atención Primaria de Salud. Conceptos, organización y práctica clínica.
Martín Zurro A, Cano Pérez J.F. 5ta ed. Ed. ELSEVIER. Madrid. España,
2003.VolI. p. 1642-70.

6. Garcia Vega E, Menéndez Jiménez J.E, Prieto Ramos O, González Vera


E. G, Leyva Salerno B, Cardoso Lunar N. Atención al adulto mayor. En:
Temas de Medicina General Integral. Álvarez Sintes R. 1era ed. Ed.
Ecimed. La Habana, 2001. Vol I, p166-94.

7. Colectivo de autores. Personalidad. En: Psicología médica I. Folleto


complementario. Escuela Latinoamericana de Medicina.Cuba.

8. Pardo Andreu G. Consideraciones generales sobre algunas de las


teorías del envejecimiento. Disponible
en:[www.bvs.sld.cu/revistas/ibi/vol22_1_03/ibi08103.htm] Citado 30 de
Octubre del 2008

55
9. Alonso Galbán P, Sansó Soberatis F.J, Diaz-Canel Navarro A. M,
Carrasco Garcia M, Oliva T. Envejecimiento poblacional y fragilidad en el
adulto mayor. Rev. Cubana Salud Pública. 2007, 33(1).

10. Organización Panamericana de la Salud. Aspectos Clínicos en la


Atención a Adultos Mayores. Organización Panamericana de la Salud.
Washington, 2001. Disponible en:
[http://aps.sld.cu./bus/materiales/manueal_ops/proyecto_regional_ops.pd
f] Citado 30 de Octubre del 2008.

11. Organización Mundial de la Salud. Hombres, envejecimiento y salud.


Conservar la salud a lo largo de la vida. Organización Mundial de la
Salud. Ginebra. Suiza, 2001. Disponible en:
[http://www.imsersomayores.csic.es/documentos/documentos/om-
hombres/pdf.] Citado 28 de octubre del 2008.

12. Casado Marin D, López Casasnovas G. Vejez, dependencia y cuidados


de la larga duración. Situación actual y perspectivas de futuro. Ed.
Fundación “La Caixa”, Barcelona. España, 2001.

13. Genua Goena IMa. Nutrición y valoración del estado nutricional en el


anciano. Ed. MATIA Fundazioa, 2001. Disponible en:
[http://ccp.ver.ac.cr/bup/pdf/vejez/matia-nutrición] Citado 30 de Octubre
del 2008.

56
Autores:
*Grupo de Diseño Disciplinas Sociomédicas.
Dr. Jorge C. Abad Araújo. MsC
Dra. Clarivel Presno Labrador. MsC
Dr. Julio C. Espin Falcón. MsC
Dra. Nancy Gener Arencibia.
Dra. Alina M. Segredo Pérez. MsC
Lic. Anais Martha Valladares González. MsC
Lic. Graciela de la Cruz Blanco.
Lic. Ignacio García Hernández. MsC

57

También podría gustarte