El oído está compuesto por cuatro partes: oído externo, oído
medio, oído interno y centros auditivos del cerebro. El oído
externo está formado por el pabellón auricular (oreja) y el conducto auditivo externo. El oído medio lo componen el tímpano y una cadena de huesecillos (martillo, yunque, lenticular y estribo) que permiten el paso del sonido hacia las estructuras del oído interno. El oído interno comprende dos órganos separados, con funciones diferentes: la cóclea (órgano auditivo) y el vestíbulo (órgano del equilibrio). CONOS BASTONES VISIÓN CENTRAL • Visión de los detalles • Visión de los colores • Visión diurna VISIÓN PERIFÉRICA • Visión de conjunto • Visión sin color • Visión nocturna E Cuando golpeamos una mesa con la mano, se producen unas ondas sonoras que se propagan por el aire y son recibidas por el pabellón auricular y canalizadas por el conducto auditivo. Esas ondas hacen vibrar el tímpano y las vibraciones son a su vez transmitidas por la cadena de huesecillos del oído medio hasta una abertura situada en el oído interno (ventana oval). Las ondas penetran en los canales semicirculares de la cóclea hasta llegar al verdadero órgano auditivo: el órgano de Corti. En el órgano de Corti se encuentran células sensoriales (compuestas por órganos ciliados) que captan las ondas sonoras; la estructura del órgano de Corti es tal que cada una de estas células responde a una determinada frecuencia sonora transformando las ondas en impulsos nerviosos que son transmitidos por el nervio auditivo a los centros auditivos del cerebro, donde identificamos el sonido. LOS PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA El ser humano puede moverse, adoptar posturas y relacionarse gracias a su aparato locomotor, cuyos elementos esenciales son: los huesos, las articulaciones, los músculos, los tendones y los ligamentos. Cada uno de estos elementos juega un papel diferente en la mecánica del movimiento: • Los huesos actúan a modo de palancas favoreciendo el movimiento e, incluso, amplificándolo. • Las articulaciones constituyen las juntas de los distintos huesos, permitiendo el movimiento de un segmento óseo con respecto al contiguo. • Los músculos son el motor de dichos movimientos. Este sistema de palancas y juntas requiere, para funcionar, una energía que le proporciona la contracción muscular. • Los tendones, a modo de cables, unen los músculos a los huesos transportando la energía producida en el seno del tejido muscular hasta el punto de inserción. • Los ligamentos mantienen unidos los elementos óseos vinculando el movimiento de los distintos segmentos dentro de unos límites fisiológicos bien precisos. Todo este aparato mecánico requiere, además, un mecanismo de control constituido a su vez por el sistema nervioso central, donde se elabora y controla el movimiento, el sistema nervioso periférico, encargado de transmitir las órdenes del primero y la placa motora o neuromuscular, que no es más que la unión del músculo con el nervio periférico. Así pues, un movimiento voluntario requiere una orden del sistema nervioso central, transportada por el sistema nervioso periférico y transmitida al músculo por la placa neuromuscular. El producto final de este impulso nervioso será la contracción muscular 1 kg, partiendo de la posición horizontal del antebrazo y manteniendo el brazo vertical. Si mientras realizamos la acción, palpamos el bíceps, nos damos cuenta de que éste se abomba, se endurece y se acorta a la vez que la fuerza desarrollada es constante. Estamos experimentando una contracción isotónica. Si partimos de la misma posición pero, trabando el antebrazo bajo una tabla fija, intentamos levantar dicha tabla, nuestro bíceps se abombará y se endurecerá, ya que estará desarrollando una fuerza creciente para levantar la tabla; ahora bien, dado que no logrará ningún desplazamiento, el músculo no se acortará. Estamos experimentando una contracción isométrica, una contracción contra resistencia. En realidad, el músculo está permanentemente en un estado de ligera contracción isométrica. Si dejamos que nuestro brazo cuelgue a lo largo del cuerpo, notaremos que los músculos no están flácidos, sino que mantienen una cierta tensión: es el llamado tono muscular. Resumiendo, en las contracciones isotónicas hay cambios en la longitud del músculo, pero muy discretos cambios en la tensión muscular; en las contracciones isométricas, por el contrario, hay cambios en la tensión muscular con pocas modificaciones en la longitud del músculo Las situaciones que se pueden presentar son las siguientes: • Contracción única del músculo agonista (es una situación totalmente hipotética). • Contracción simultánea de agonista y antagonista, con igual intensidad de fuerza: el resultado es un movimiento nulo, pese a la contracción de ambos músculos (contracción isométrica). • Contracción simultánea, pero el músculo agonista ejerce una fuerza mayor que el antagonista, que en este caso actúa como control y freno del músculo agonista en la fase final del movimiento: el resultado es el desplazamiento dentro de los límites fisiológicos de la articulación. El sistema nervioso central es el responsable de que los músculos, tanto agonistas como antagonistas, sean los adecuados para el gesto que se debe realizar y, además, intervengan en su justa medida. Dicha modulación y coordinación ha de ser ajustada a través de sucesivas aproximaciones, es decir, de la experiencia. Por ejemplo, si tenemos que levantar un objeto del que desconocemos el peso, tenderemos a realizar una fuerza mayor de la necesaria. En sucesivos intentos el sistema nervioso central intentará acercarse a las exigencias reales y finalmente el movimiento se efectuará sin contracciones innecesarias y en el momento adecuado. En términos técnicos, diremos que se ha desarrollado el esquema motor correcto. Las etapas de elaboración de este esquema motor serían: • El sistema nervioso central, basándose en experiencias previas, diseña el movimiento. • El sistema nervioso periférico transmite la orden al aparato locomotor. • El aparato locomotor realiza el movimiento y a la par envía las informaciones necesarias al SNC para que éste calibre si el gesto es el correcto. • El SNC modifica el esquema motor, basándose en las informaciones que recibe del aparato locomotor y de los demás órganos de los sentidos, repitiendo la acción hasta que llega a la construcción del esquema correcto. • Posteriormente, el gesto se realizará de forma automática