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Percepción

auditiva
PID_00199907

Paloma Gómez Campelo


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Índice

Introducción............................................................................................... 5

Objetivos....................................................................................................... 6

1. Definición de audición..................................................................... 7

2. Descripción anatómico-funcional del sistema auditivo


humano: del oído al cerebro.......................................................... 10

3. El estimulo auditivo: el sonido...................................................... 21

4. Parámetros de la señal acústica.................................................... 24


4.1. Longitud de onda ....................................................................... 24
4.2. Frecuencia .................................................................................... 25
4.3. Amplitud ...................................................................................... 27
4.4. Volumen y timbre ....................................................................... 28
4.5. Sonoridad .................................................................................... 31
4.6. Tonalidad ..................................................................................... 34
4.6.1. Teorías de la percepción de la tonalidad ....................... 35

5. Localización del sonido.................................................................... 39

6. Percepción de tonos musicales....................................................... 44

7. Percepción del habla......................................................................... 48


7.1. Unidades básicas del lenguaje .................................................... 51
7.2. Modelos de la percepción del habla ........................................... 55
7.2.1. Teorías activas ................................................................ 55
7.2.2. Teorías pasivas ............................................................... 56

Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 59

Solucionario................................................................................................ 61

Glosario........................................................................................................ 62

Qué deberíais saber................................................................................... 63

Bibliografía................................................................................................. 64
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Introducción

En la sociedad actual, el ser humano vive saturado de información, pero sólo


almacena parte de ella para acomodarla en su memoria y utilizarla de una, o
varias formas, de acuerdo con las alternativas que le ofrece la actividad que
realice.

De todos los sistemas sensoriales que nos proveen de información, la vista


es, sin duda, el que utilizamos preferentemente, el que dispone de mayores
recursos cerebrales y al que mayor importancia se le concede desde el campo
de la psicología.

Cada uno de los sentidos capta una cualidad del objeto o del fenómeno
percibido diferente y el conocimiento final se obtendrá uniendo las par-
tes de las informaciones que ofrecen los distintos sistemas sensoriales.

De hecho, gran parte de la información que recibimos por una determinada Nota
vía sensorial (la vía auditiva en el caso que nos ocupa) no resulta accesible de
Gran parte de la información
otra manera. que recibimos por la vía auditi-
va no resulta accesible de otra
manera.
En este primer apartado, nos detendremos en describir algunos conceptos bá-
sicos acerca de la percepción auditiva. En primer lugar, explicaremos en qué
consiste el proceso perceptivo y algunas de sus funciones. En los próximos
apartados trataremos de llevar a cabo una descripción de las estructuras anató-
mico-funcionales del sistema auditivo y nos centraremos en el modo como
percibimos los estímulos sonoros, incluyendo algunos de sus determinantes
y características fundamentales. También abordaremos algunas teorías funda-
mentales que nos ayuden a entender cómo se procesa el sonido. Finalmente,
dada la importancia que reviste en los seres humanos, analizaremos la manera
como percibimos el habla.

A pesar de la importancia de las pruebas de valoración de los procesos de per-


cepción auditiva y del indudable interés que despierta, no profundizaremos
en ello. No obstante, aquellos que estéis interesados en esta área de la percep-
ción podéis consultar la bibliografía recomendada, donde encontraréis infor-
mación detallada sobre el tema.
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Objetivos

El objetivo general de este módulo es que conozcáis los conceptos básicos en


el estudio de la percepción auditiva, desde la visión de la psicología, profun-
dizando en la complejidad de los mecanismos implicados en la audición.

Al finalizar el estudio de esta unidad, debéis ser capaces de realizar las siguien-
tes tareas:

1. Comprender y asimilar los principales procesos implicados en la percep-


ción auditiva, conociendo los principales conceptos y modelos teóricos
desarrollados en la literatura científica.

2. Conocer los aspectos estructurales y funcionales que participan en la per-


cepción auditiva.

3. Entender la complejidad de los diferentes mecanismos implicados en la


percepción auditiva.

4. Conocer los mecanismos anatómico-estructurales básicos del sistema au-


ditivo.

5. Considerar algunas de las características básicas del sonido: intensidad,


frecuencia, tono, timbre, etc.

6. Examinar las diferentes estrategias que utilizamos para lograr la localiza-


ción del sonido en el espacio.

7. Entender cómo capta un sonido del lenguaje el oído humano y las especi-
ficidades de su procesamiento desde el punto de vista perceptivo, profun-
dizando en las principales teorías que explican la percepción del habla.
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1. Definición de audición

Los sentidos, incluida la vía auditiva, son los medios de comunicación que
tiene nuestro organismo con el mundo exterior. Sin ellos viviríamos en un
estado de aislamiento, sin saber lo que sucede a nuestro alrededor, y también
estaríamos en constante situación de alarma, al no percibir los riesgos que nos
rodean, ya que los sentidos nos entregan información vital que nos permite
relacionarnos con el entorno de manera segura e independiente. Por lo tanto,
parece que la audición, junto con la vista, es uno de los sentidos más útiles
que poseemos porque conforman nuestro sistema de alerta primario frente a
situaciones del entorno potencialmente peligrosas. Además, ambos sentidos se
apoyan mutuamente, de modo que cuando uno de ellos baja su rendimiento,
el otro se agudiza como compensación.

El estudio de la audición se enmarca en el ámbito más extenso del estu-


dio de la percepción, la cual se puede concebir, en sentido amplio, como
la actividad cognitiva inducida por la presentación física del objeto por
medio de los sentidos (García-Albea, 1999).

De acuerdo con esta definición, la audición se activa por la emisión de soni-


dos, que se lleva a cabo por medio del sistema auditivo y que informa al siste-
ma cognitivo sobre diferentes atributos de las fuentes sonoras (identificación,
localización en el espacio, etc.).

Otra de las razonas por la que la audición es de primordial importancia es que


los seres humanos pasamos una gran cantidad, si no la mayor parte, de nues-
tra vida escuchando, lo que nos permite involucrarnos con el mundo de nues-
tro alrededor. Brown y Yule (1983), por ejemplo, aducen que la comprensión
auditiva es el modo de aprendizaje más eficaz, hasta la educación primaria,
y que alrededor del 60% del tiempo lectivo de un estudiante se invierte en
escuchar. Aunque no existen estudios publicados al respecto, es de suponer
que un porcentaje similar ocurre también en el hogar, si tomamos en cuenta
la cantidad de tiempo que los niños invierten en escuchar las órdenes e ins-
trucciones de sus padres y otros adultos que cuiden de ellos, y el tiempo que
invierten frente al televisor. Más adelante, durante la vida adulta, tanto en la
vida social como profesional, la comprensión auditiva seguirá desempeñando
un papel fundamental, ya que la persona invertirá gran parte de su tiempo en
escuchar a otras personas: en el trabajo, en seminarios, en eventos sociales y
reuniones familiares, entre otros.
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Comenzaremos definiendo la audición, según la triple acepción que ofrece la


Real Academia Española (2001):

1) Acción de oír;

2) Concierto, recital o lectura en público; y

3) Prueba que se hace a un actor, cantante, músico, etc., ante el empresario o


director de un espectáculo.

Concretamente, en el ámbito de la psicología, conceptualizaremos la audición


como la percepción de aquellos estímulos originados por la onda de sonido.

Más allá del sonido entendido físicamente como una onda sonora, el proceso
de la audición humana se trata de una tarea tremendamente compleja que
implica un conjunto de procesos fisiológicos, derivados de la estimulación de
los órganos del sistema auditivo, y de varios procesos psicológicos o psíquicos,
derivados del acto consciente que supone escuchar, incluida la comprensión,
el análisis y el almacenamiento del sonido.

Como sabemos, la audición es un proceso muy importante para nues-


tra vida cotidiana que posibilita diferentes funciones. Por un lado, fa-
cilita el hecho de estar informados constantemente de lo que ocurre a
nuestro alrededor, sin necesidad de atender a los estímulos sonoros de
manera voluntaria (función de fondo). Asimismo, nos permite mante-
nernos alerta y conocer la procedencia y el tipo de sonido (función de
alerta). Por último, da el sentido de fluidez que tienen los sonidos que
forman el código del lenguaje, lo que nos permite comunicarnos con
otras personas (función sociológica).

En resumen, parece que la audición nos sirve para actividades tan básicas co-
mo poder comunicarnos, escuchar música, disfrutar de los sonidos de la na-
turaleza, alertarnos sobre algún peligro, etc.

Finalmente, destacaremos una serie de características exclusivas de la audi-


ción. El sonido que una persona escucha es, la mayoría de las veces, de carácter
efímero, por lo que, generalmente, la persona no puede revisar lo escuchado y
reevaluarlo. La comprensión del sonido requiere, en gran medida, otras capa-
cidades cognitivas como el uso de la memoria, ya que la persona debe alma-
cenar la información para poder responder a ella. En muchos casos existe la
necesidad de procesar y responder de manera inmediata al sonido recibido, y
en ocasiones la persona que escucha pierde la concentración, lo que provoca
que se "pierda" en el mensaje y luego no sea capaz de responder apropiada-
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mente. Además, con cierta frecuencia, el sonido va acompañado de una serie


de ruidos, por lo que la persona que escucha debe eliminar lo que no sirve y
utilizar lo que sí es importante (Lynch y Mendelsohn, 2002; Omaggio, 2001).
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2. Descripción anatómico-funcional del sistema


auditivo humano: del oído al cerebro

Como hemos destacado, la audición es uno de los sistemas más importantes


que permiten la relación del ser humano con su medio ambiente. Ya desde
antes del nacimiento, el desarrollo de la estructura del oído está establecida, de
tal manera que cuando nacemos ya contamos con un sistema anatómicamen-
te desarrollado como órgano receptor, y los primeros años son fundamentales
para el desarrollo de la capacidad de adquisición y procesamiento de la infor-
mación por parte del sistema nervioso central.

¿Cómo escuchamos? Para algunos autores (Galvin, 1988; Goldstein, 2006), el


sistema auditivo –como en muchos otros aspectos de la vida cotidiana– debe
ejecutar tres tareas básicas al llevar a cabo el acto de escuchar:

• Enviar el estímulo sonoro a los receptores. La recepción, la persona, "deci-


de" escuchar o, lo que es lo mismo, clasificar entre lo que constituye úni-
camente "ruido" y lo que él o ella realmente desea o debe escuchar

• Transducir dicho estímulo para transformarlo de cambios de presión a se-


ñales eléctricas.

• Procesar las señales eléctricas para que indiquen las cualidades de la fuente
de sonido, tales como el tono, la sonoridad, el timbre y la localización.

"Desde una perspectiva anatomo-fisiológica, el sistema auditivo está


compuesto por estructuras que transforman las fugaces variaciones de
presión aérea en señales neuronales, las cuales, posteriormente, se ana-
lizan y se interpretan en zonas cerebrales" (Tirapu y cols., 2008, p. 75).
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Para que se puedan llevar a cabo dichas tareas, es necesario que en el proceso Consulta recomendada
de audición intervengan diferentes estructuras: el oído externo, el oído medio,
Para obtener información
el oído interno, el nervio auditivo y el sistema nervioso central. Si excluimos complementaria sobre el sis-
la parte neuronal del sistema auditivo, anatómicamente podemos distinguir tema auditivo podéis con-
sultar las siguientes páginas
tres partes diferenciadas: el oído externo (formado por el pabellón auditivo y webs:
el conducto auditivo externo), el oído medio (que incluye el tímpano y los http://www.physpharm.
fmd.uwo.ca/undergrad/sen-
huesecillos martillo, yunque y estribo) y el oído interno (en el que se encuentra sesweb/
la cóclea), que podéis observar en las figuras adjuntas de este apartado. http://
faculty.washington.edu/
chudler/bigear.html
http://www.medical-
bookmarks.org.uk/
wv201.htm

Estructura del sistema auditivo humano (I): oído externo, medio e interno

Estructura del sistema auditivo humano (II): oído externo, medio e interno
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El oído externo es la estructura exterior que se encuentra situada a ambos


lados de la cabeza y actúa para la localización y canalización de los estímulos
sonoros. El oído externo se encuentra formado por dos componentes:

• Pabellón auditivo u oreja, que es la estructura externa y visible del oído,


que básicamente se forma de cartílago recubierto de piel, y que actúa como
pantalla de captación y amplificación de los sonidos.

• Conducto o canal auditivo, también denominado meato, que consiste en


un tubo con forma irregular y no rígido, de aproximadamente unos 2,5-3
cm, que finaliza en el tímpano y cuya función es registrar los sonidos.

(1)
Asimismo, cabe destacar la capacidad del oído externo para mejorar las inten- Flujo medio de energía por uni-
1 dad de área, perpendicular a la di-
sidades de los sonidos, fenómeno conocido como resonancia. El proceso que rección de propagación, que se
se produce es el siguiente: las ondas sonoras recogidas se reflejan en el pabe- mide en decibelios (dB).

llón auditivo y recorren el conducto auditivo desde su extremo hasta alcanzar


(2)
Número de veces por segundo
la membrana timpánica; a su vez, las ondas interactúan con aquellas ondas que la onda se repite a sí misma,
que entran en dicho canal auditivo, lo que provoca una mejora de la frecuen- que se mide en herzios (Hz).

cia2 de los sonidos (frecuencia�resonante�del�canal) y que alcancen el oído


medio con mayor intensidad.

Cuando se produce la llegada de las ondas sonoras al final del canal auditivo,
se encuentran con la membrana timpánica o tímpano, ya en el oído medio. En
el tímpano, los cambios de presión provocados por las ondas sonoras se trans-
forman en una vibración mecánica, lo que hace que se transmitan a través de
las estructuras del oído medio. El oído medio es una pequeña cavidad de unos
2 cm2 formada por un conjunto o cadena de huesecillos (los más pequeños
que tenemos en el cuerpo humano), que se conocen como martillo, yunque
y estribo, donde se conducen y amplifican las vibraciones del tímpano, para
lo cual es importante que la presión del aire dentro del oído medio sea igual a
la presión atmosférica, lo que se consigue con la trompa de Eustaquio. Final-
mente, se transmiten las vibraciones mecánicas a la ventana oval y con ello
se adentran a la parte interior del oído.

Cadena de huesecillos del oído medio

¿Por qué es necesaria esta cadena de huesecillos situada entre la membrana timpánica
y la ventana oval?

La respuesta podríamos encontrarla en el hecho de que el oído interno contiene en su


interior líquido y no aire. Este líquido pone resistencia al movimiento mucho más que el
aire, por lo que se requiere más cantidad de presión para que el líquido vibre. Ésta sería
la función de la cadena de huesos, es decir, proporcionar la amplificación necesaria de la
presión sobre el líquido del oído interno. Este hecho, combinado con que la superficie de
la ventana oval es mucho más pequeña que la de la membrana timpánica, provoca que la
presión en la ventana oval sea unas veinte veces mayor que en la membrana timpánica,
un aumento suficiente para provocar el movimiento del líquido del oído interno.
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Cadena de huesecillos que componen el oído medio: martillo, yunque y estribo.

(3)
En la figura podéis observar que el oído interno es una estructura tremenda- Células del sistema nervioso que
tienen la capacidad de generar y
mente compleja, ubicada en una cavidad del hueso temporal, en la que desta-
transmitir impulsos nerviosos.
ca el llamado laberinto óseo, que aloja las células�neuronales3 del oído y del
sistema vestibular, que incluye el caracol, el vestíbulo y los conductos semi-
circulares. En dicho laberinto se encuentra la cóclea. La cóclea se puede con-
siderarse el elemento más valioso del oído interno para la percepción auditi-
va. Estructuralmente, es un pequeño conducto, enroscado y que se encuentra
lleno de líquido viscoso y recubierto en la superficie de células con miles de
pelitos microscópicos, conocidos como cilios. El 80% de las células ciliadas,
aproximadamente unas 15.000, son cilios externos y participan de un sistema
motor de retroalimentación que modifica rápidamente los mecanismos de la
membrana basilar; el resto, en torno a 3.000 o 5.000, son cilios internos, que
son receptores sensoriales primarios y sinapsan con las fibras del nervio audi-
tivo o coclear.

Las células ciliadas internas y externas de la cóclea


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(4)
La cóclea se divide en escala del vestíbulo, escala media y escala del tímpano, Principal estructura en la audi-
ción, situada en la partición co-
ambas separadas por la partición coclear. Es en dicha partición coclear don-
clear, que contiene la membrana
de podemos localizar el órgano�de�Corti4, que es un órgano espiral que está basilar, la membrana tectoria y los
receptores de la audición.
constituido por una hilera de células ciliadas, que tienen la capacidad de pro-
ducir pequeñas descargas eléctricas, lo que lo convierten en un potente trans-
ductor auditivo. Como podéis observar, el órgano de Corti se encuentra sobre
la membrana basilar y está recubierto por la membrana de Reissner, que actúa
a modo de cubierta. Asimismo, en el interior del laberinto óseo se halla el la-
berinto membranoso, que se encarga de organizar la circulación de los líqui-
dos laberínticos (perilinfa y endolinfa) y los orgánulos que alojan las células
sensoriales de la audición y el equilibrio.

Descripción de la ventana oval

El proceso que se sucede con la llegada de la señal al oído interno es bastante


complejo. La vibración de la ventana oval provoca que se desplace a través
del líquido de la cóclea (onda desplazante desde la base de la cóclea hasta el
ápice o base), lo que genera una diferencia de presión en la membrana basilar
que provoca que las células ciliadas que residen en la cóclea detecten dichos
cambios de presión y a su vez generen una caída de potencial, con lo que se
transforma la señal mecánica en señal electroquímica o señal nerviosa. En re-
sumen, mediante el mecanismo coclear las vibraciones mecánicas provocadas
por el sonido se convierten en señales neuronales.
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A modo general, la cóclea se comporta como un analizador de frecuencias. Emisiones otoacústicas


Diferentes frecuencias activan diferentes poblaciones de células ciliadas. Las
Un oído normal emite una pe-
frecuencias más altas excitan a las células ciliadas de la zona basal de la cóclea queña cantidad de sonidos co-
y las frecuencias más bajas, las de la zona apical. Esta especialización se conoce mo respuesta al sonido entran-
te. Se trata de sonidos genera-
como organización tonotópica. dos por la propia cóclea, espe-
cíficamente por las células ci-
liadas externas, al expandirse
y contraerse. Estos sonidos re-
A partir de este momento se inicia un proceso neuronal donde el estímulo viaja ciben el nombre de emisiones
a través de las fibras�nerviosas�auditivas, asociadas al nervio vestibulococlear otoacústicas. Hay dos tipos de
emisiones otoacústicas: espon-
u VIII par craneal. táneas, que habitualmente no
son percibidas por los sujetos
que las emiten, y evocadas, en
Del mismo modo que ocurría con la cóclea, las fibras del nervio auditivo son respuesta a un sonido externo.

más sensibles a determinadas frecuencias, a las mismas que las células ciliadas
correspondientes en la cóclea, es decir, la organización tonotópica de la cóclea
se mantiene en el nervio auditivo.

Recorrido del estímulo sonoro desde el exterior hasta la cóclea


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Pares craneales en una visión ventral del encéfalo

En el tronco encefálico hallamos dos centros de relevo en la ruta auditiva pro-


cedente de la cóclea: el núcleo de la cóclea y la oliva superior. En primer lugar,
el nervio vestibulococlear llega al núcleo vestibulococlear (especialista en el
análisis de las frecuencias de los sonidos), donde la ruta auditiva se bifurca.
Una vía desde la parte dorsal se dirige al colículo inferior, en el mesencéfalo, y
la otra, desde la zona ventral, llega a la oliva superior, en el tronco encefálico.
Desde esta segunda ruta, una parte de las fibras son ipsilaterales y las otras
contralaterales. En consecuencia, la oliva superior puede llevar a cabo tareas de
comparaciones biaurales con el objetivo de localizar los sonidos en el espacio.

Después de la oliva superior, la ruta auditiva prosigue a través del lemnisco


lateral hasta los colículos inferiores (especializados en los reflejos auditivos),
dos prominencias localizadas en la zona dorsal del mesencéfalo. Igualmente,
en el núcleo central del colículo inferior se vuelve a desarrollar la organización
tonotópica, donde los grupos de neuronas de las capas internas responden a
las frecuencias altas y las neuronas de las capas exteriores responden a las ba-
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jas frecuencias. Es en el colículo inferior donde la vía de localización auditi-


va procedente de la oliva superior se reúne con la vía procedente del núcleo
vestibulococlear.

Tras pasar por los colículos inferiores, la ruta auditiva continúa hasta el núcleo
geniculado medial, en el tálamo, que se divide en tres zonas: ventral (también
con organización tonotópica, proyecta en la corteza auditiva primaria), dorsal
(dirige sus proyecciones a áreas auditivas no primarias) y medial (proyecta
difusamente a áreas corticales auditivas).

Finalmente, desde el núcleo geniculado medio se envían los datos hasta la


corteza auditiva primaria (A1), situada en la parte superior del giro temporal
superior, en el área 41 de Brodman, que parece fundamental en la codificación
de la intensidad sonora.

Con la llegada de la señal al área auditiva primaria –y algunas secundarias y


de asociación–, situada en el lóbulo temporal del córtex, finaliza el recorrido
del estímulo auditivo y se produce el reconocimiento, la localización y la in-
terpretación del sonido y, por lo tanto, el proceso de percepción auditiva se
hace consciente.

El sonido: del oído al cerebro


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Áreas primarias, secundarias y de asociación del córtex cerebral

Respecto a las funciones más importantes del córtex auditivo, destacan (Pic-
kles, 1988): análisis de sonidos complejos, localización de sonidos, atención
selectiva, discriminación de patrones temporales y memoria a corto plazo
cuando el estímulo sonoro debe relacionarse con otro posterior. Lo que ocurre,
por lo tanto, es que se produce la integración de toda la información del resto
de las fases que se han llevado a cabo. Por consiguiente, parece que "cuanto
mayor sea la complejidad de la estimulación sonora y de la información con-
tenida en ella, mayor será el grado esperable de implicación del córtex en su
procesamiento" (Durrant y Lovrinic, 1977, p. 134).

Katz, Stecker y Henderson (1992) describen el proceso de audición central co-


mo "lo que hacemos con lo que escuchamos"; en otras palabras, la capacidad
del cerebro para procesar las señales sonoras que recibe. Trataremos de simpli-
ficar el proceso que sucede.

El cerebro identifica los sonidos analizando sus peculiaridades físicas


distintivas y, una vez finalizado su análisis, construye una imagen de esa
señal utilizando dichas partes componentes para compararla con imá-
genes guardadas. Si en el análisis comparativo encuentra otra imagen
igual, entonces entendemos lo que se dice o reconocemos los sonidos
que tienen significados importantes en nuestras vidas (sirenas, campa-
nillas, llantos, etc.).

La complejidad de este proceso puede ser apreciada si consideramos la defi-


nición del proceso de audición central elaborada por la Asociación America-
na del Habla, el Lenguaje y la Audición, la ASHA (American Speech-Langua-
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ge-Hearing Association), que reconoce que en el procesamiento de informa-


ción auditiva están involucradas muchas funciones neurocognitivas, algunas
de las cuales son específicas al proceso de señales acústicas, mientras que otras
son de naturaleza más global, como la atención o la memoria.

En resumen, parece que para que comience el proceso auditivo es necesario


que se originen ondas sonoras en el medio que nos rodea. Pero ¿de qué ma-
nera puede nuestro cerebro utilizar estas ondas? Es necesario que se lleve a
cabo una transformación de las ondas en otro tipo de energía que el sistema
nervioso sea capaz de recibir. El proceso acústico comienza con la llegada de
la onda sonora al oído externo y se convierte posteriormente en un proceso
mecánico en los huesecillos del oído medio. Más tarde, se transmuta en un
proceso hidráulico, en la cóclea, cuyo medio acuoso provoca que se transfor-
men los movimientos anteriores en una especie de olas. Finalmente, el sonido
aparece como impulso nervioso, electroquímico, a su paso desde el órgano�de
Corti por el nervio auditivo hasta el córtex cerebral, para que, finalmente, el
cerebro pueda comprender e interpretar el sonido. Así pues, para que reconoz-
camos los sonidos resulta necesaria la participación de tres áreas diferenciadas
del sistema auditivo: el oído (encargado de la transformación de la onda de
presión y que codifica adecuadamente los cambios en frecuencia, intensidad y
tiempo de la señal sonora), las vías auditivas (que crean patrones de actividad
neuronal y propulsan la señal auditiva hasta el córtex) y la corteza auditiva
(que lleva a cabo el procesamiento más complejo de la señal auditiva). Pode-
mos observar el recorrido completo del sonido en la siguiente figura.
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Esquema de las vías auditivas desde la cóclea hasta el córtex auditivo primaria
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3. El estimulo auditivo: el sonido

Resulta determinante comprender el sonido según una doble vertiente: a partir


de una definición física y mediante una definición perceptiva o psicológica.
En cuanto al fenómeno físico, se centra en el evento acústico y entiende el
sonido como una serie de cambios en la presión del aire, una onda de presión o
sonora que se propaga a través del aire o en otro medio material. El fenómeno
psicológico se refiere a la experiencia auditiva que tenemos cuando oímos. El
fenómeno psicológico se produce, al menos en parte, como consecuencia del
evento físico, pero no tienen por qué ser idénticos en cuanto a la información
que contienen ambos procesos.

Nota
Centrándonos en su condición física, el sonido como onda se define co-
mo una onda mecánica, que no puede desplazarse en el vacío, sino que La velocidad de propagación
del sonido en el aire es de
necesita hacerlo a través de un medio material (aire, agua, cuerpo sóli- aproximadamente 340 metros
por segundo a una temperatu-
do), longitudinal, ya que el movimiento de las partículas que transporta ra de 20 °C ó 68 °F (293 °K).
la onda se desplaza en la misma dirección de propagación de la onda
y de manera esférica, considerando que las ondas sonoras son ondas
tridimensionales, que se desplazan en tres direcciones y que sus frentes
de ondas son esferas radiales que salen de la fuente de perturbación en
todas las direcciones.

Como todo movimiento ondulatorio, el sonido puede representarse como una


suma de curvas sinusoides o sinusoidal.

Para que se produzca un sonido son condiciones imprescindibles la fuente


emisora, el medio de transporte y el receptor; si falta alguno de estos elemen-
tos, no podemos hablar de sonido. Por lo tanto, en la actualidad se denomina
sonido tanto a las características físicas del sonido como a la sensación que se
produce (Gurlekian, 2001).

La señal de audio no se considera estacionaria, es decir, sus propiedades no


son constantes, sino que varían en el tiempo, y el oído posee la capacidad
de percibir dichas variaciones gracias a la respuesta dinámica de las células
ciliadas y del nervio auditivo. De este modo, el patrón de estimulación que
transmite el nervio auditivo varía en el tiempo de acuerdo con la evolución
temporal de la señal de audio y, más concretamente, con la evolución temporal
de la intensidad en cada componente de frecuencia de la señal.
© FUOC • PID_00199907 22 Percepción auditiva

En primer lugar, podemos distinguir entre los sonidos denominados elemen- Diapasón
tales o tonos puros y los sonidos o tonos complejos. Los primeros se caracte-
El diapasón es una herramienta
rizan por tener una sola frecuencia y son, por ejemplo, los sonidos causados que tiene una forma de peque-
por un diapasón o instrumentos electrónicos. ña horqueta de dos puntas, en
forma de U. Cuando se golpea
el diapasón contra algún ob-
jeto, se produce el movimien-
Sin embargo, como veremos más adelante, en nuestra vida cotidiana solemos to de las puntas hacia un lado
y hacia el otro y se agitan las
estar rodeados de una gran cantidad de sonidos o estímulos mucho más com- moléculas de aire circundan-
plejos que los de la onda sinusoidal que hemos visto, como son los sonidos tes, lo que provoca una vibra-
ción que genera una onda si-
emitidos por instrumentos musicales, la voz humana, automóviles, etc. Estos nusoidal que se corresponde
con sonidos puros, casi sin ar-
sonidos complejos tienen patrones más complejos, fruto de la interacción de mónicos, que apenas son sus-
diferentes ondas de distintas frecuencias y fases; es decir, están compuestos ceptibles de sufrir variaciones
con los cambios de temperatu-
por la agrupación de diferentes frecuencias simples, que reciben el nombre de ra).

armónicos5, que se superponen a la frecuencia principal (podéis ver el apar-


tado "Percepción de tonos musicales").

En el estudio de las ondas complejas es necesario conocer el teorema�de�Fou-


rier, quien comprobó que cualquier sonido complejo puede ser determinado
a partir de sus componentes u ondas sinusoidales simples. El análisis sonoro
es el proceso por el cual se hallan los componentes armónicos de un sonido
complejo y la síntesis sonora es el proceso inverso de mezclar una serie da-
(5)
da de componentes armónicos hasta la consecución de un sonido complejo. Componentes de un tono com-
plejo cuyas frecuencias son un
En la siguiente figura podéis observar la representación gráfica de un sonido múltiplo de la frecuencia funda-
complejo. mental.

Onda sinusoidal de un sonido complejo


© FUOC • PID_00199907 23 Percepción auditiva

En cuanto a la velocidad con la que se transmite el sonido, debemos consi-


derar la particularidad de que se desplaza en forma de ondas y de que varía
dependiendo del material a través del cual viajen dichas ondas sonoras. Tam-
bién debemos considerar que la velocidad del sonido varía ante los cambios
de temperatura del medio. Esto se debe a que un aumento de la temperatura
se traduce en un aumento de la frecuencia con la que se producen las inter-
acciones entre las partículas que transportan la vibración y, por lo tanto, un
aumento de la actividad provoca que finalmente aumente la velocidad. Por
ejemplo, sobre una superficie nevada el sonido es capaz de desplazarse atrave-
sando grandes distancias.

Generalmente, cuando el sonido se desplaza en sólidos alcanza mayor veloci- Velocidad del sonido
dad que cuando lo hace en líquidos, y en los líquidos es más veloz que en los
Velocidad del sonido conside-
gases. Esto se debe a que las partículas en los sólidos están más cercanas, son rando el medio a través del
pesadas y se mueven con más dificultad, y el sonido avanza más despacio por cual se propaga:
• En el aire, a una temperatu-
el medio. Por lo tanto, entre otros factores, la velocidad del sonido variará de ra de 20 °C es de 340 me-
tros por segundo (m/s) y a
manera inversamente proporcional a la raíz cuadrada de la densidad. una temperatura de 0 °C,
el sonido viaja a una veloci-
dad de 331 m/s.
• En el agua es de 1.600 m/s.
• En la madera es de 3.900
m/s.
• En el acero es de 5.100 m/
s.
© FUOC • PID_00199907 24 Percepción auditiva

4. Parámetros de la señal acústica

Cualquier sonido que percibamos puede describirse en cuanto a sus caracte-


rísticas de sonoridad y de tonalidad, especificando una serie de parámetros
que lo definen: intensidad, frecuencia, etc. Son tan variadas las características,
que no resulta tarea fácil describir nuestra percepción de un sonido a partir
de todos estos parámetros. A continuación describiremos algunas de dichas
cualidades o parámetros que permiten diferenciar un sonido de otro.

4.1. Longitud de onda

La longitud de onda indica el tamaño de una onda, lo que va comprendido


por el tamaño de la onda, que es la distancia entre el principio y el final de una
onda completa (ciclo). Esta cualidad se conocería como duración del sonido,
es decir, aquella cualidad que determina el tiempo de vibración de un objeto.
Por ejemplo, podemos escuchar sonidos largos, cortos, muy cortos, etc.

Cada sonido puede ser dividido en cuatro fases:

• Attack, es el segmento de tiempo en el que el sonido va de su estado de


reposo a su estado máxima amplitud.

• Decay, el sonido disminuye de intensidad hasta encontrar su amplitud


más estable.

• Sustain, el sostenimiento (estado casi estacionario). El sonido puede con-


siderarse inalterable.

• Release, la caída (proceso de extinción). Va extinguiéndose hasta su com-


pleta desaparición.

Sin embargo, deberemos tener en cuenta que el umbral temporal mínimo es


de 40 milésimas de segundo, por debajo del cual sólo percibimos un "plop".
Por lo tanto, la resolución temporal del oído es muy eficaz para estímulos de
entre 10 y 100 milisegundos (msg) y para aquellos de banda ancha, como son
los característicos del habla (Marrero, 2001). Podríamos concretar en 20 msg el
tiempo de duración característico de un sonido para que sea integrado por el
sistema auditivo, y entre 40 y 60 msg es el rango para el que posee una mayor
sensibilidad de detección.
© FUOC • PID_00199907 25 Percepción auditiva

4.2. Frecuencia

La frecuencia constituye una de las características fundamentales del


sonido y hace referencia a su altura, es decir, a la cantidad de veces o
número de oscilaciones (ondas completas) que se producen por unidad
tiempo

La frecuencia se mide en ciclos por segundo y se expresa en hercios (Hz). Po-


demos observar que al aumentar el nivel de intensidad o presión sonora del
sonido también aumenta su sonoridad, si bien el cambio de sonoridad es lige-
ramente superior para sonidos de baja frecuencia (por debajo de unos 300 Hz).

En general, se acepta que el oído humano es capaz de percibir aquellos soni- Ved también
dos cuyas frecuencias se encuentran entre 20 y 20.000 vibraciones por segun-
Podéis consultar el apartado
do (frecuencias audibles o autofrecuencias), lo que se conoce como intervalo sobre las alteraciones de la
de audición. No obstante, dentro de dicho intervalo, los seres humanos tene- percepción del módulo 1.

mos mayor sensibilidad para ciertas frecuencias, habitualmente las de altura


situadas en la zona media, es decir, las comprendidas entre 1000 y 4000 Hz
(Goldstein, 2006). Por lo tanto, si estamos tratando con un oído sano y joven,
parece que es sensible a las frecuencias comprendidas entre los 20 Hz y los 20
kilo Hz (kHz), si bien este margen es susceptible de variaciones en función de
cada persona. Además, hemos de asumir una degeneración propia de la edad
conocida como presbiacusia, que sería la pérdida progresiva de la capacidad
auditiva, que se produce especialmente para las frecuencias altas y que se ca-
racteriza porque normalmente afecta a ambos dos oídos.

El espectro de frecuencias audible para los seres humanos podemos subdivi-


dirlo en función de tonos:

• Frecuencias bajas o tonos graves, que van desde los 16 Hz a los 256 Hz.

• Frecuencias medias o tonos medios, entre 256 Hz y 2 kHz.

• Frecuencias altas o tonos agudos, desde 2 kHz hasta poco más 16 kHz.
© FUOC • PID_00199907 26 Percepción auditiva

Sonidos graves y agudos

Por ejemplo, si nos centramos en el rango de frecuencias en el que se producen


las conversaciones de la voz humana, suelen estar comprendidos entre 250 y
3.000 Hz, si bien algunos fonemas se encuentran situados entre los 4.000 y los
8.000 Hz, lo que se situaría dentro del espectro audible para el ser humano.
Fuera de estos márgenes audibles nos encontraríamos con los infrasonidos
(ondas acústicas inferiores a los 20 Hz) y los ultrasonidos (ondas acústicas de
frecuencias superiores a los 20 kHz), que no son audibles al ser humano. En la
siguiente figura podemos observar una representación de diferentes sonidos y
su correspondencia con la zona de la cóclea en la que se activan.

Distribución de las frecuencias en el oído humano


© FUOC • PID_00199907 27 Percepción auditiva

4.3. Amplitud

La amplitud o la intensidad del sonido está relacionada con la magnitud del


desplazamiento de las partículas del medio en el que se propaga el sonido.

Podemos definir la intensidad del estímulo auditivo como el flujo me-


dio de energía por unidad de área, perpendicular a la dirección de pro-
pagación, cuya unidad de medida emplea una escala en decibelios (dB
o dbs).

Intensidad de diferentes ruidos cotidianos

Algunos ejemplos de la intensidad de diferentes ruidos cotidianos son los siguientes:


© FUOC • PID_00199907 28 Percepción auditiva

4.4. Volumen y timbre

Entendemos por volumen la percepción que tenemos de la potencia de


un determinado sonido, es decir, lo que conoceríamos por la fuerza del
sonido. Coloquialmente utilizaríamos términos como alto, bajo, fuerte,
flojo, etc.

Los especialistas en percepción auditiva no dudan en plantear la obvia relación


existente entre la percepción del volumen de la onda sonora y la energía de la
onda. Es decir, oiremos un sonido más fuerte cuanto mayor sea la energía que
tenga la onda sonora. Sin embargo, la magnitud del volumen presenta una
evolución y unas características mucho más complejas, que requieren que nos
detengamos a estudiarlas con mayor detenimiento.
© FUOC • PID_00199907 29 Percepción auditiva

La representación tonal del sonido

Para analizar este aspecto, utilizaremos las curvas isofónicas, que fueron esta-
blecidas por Munson y Fletcher en los años treinta. Como podemos observar
en la figura, dichas curvas isofónicas son curvas de igual sonoridad, que calcu-
lan la relación existente entre la frecuencia y la intensidad de dos sonidos, para
que éstos sean percibidos como igual de fuertes, con lo que todos los puntos
sobre una misma curva isofónica presentarían idéntica sonoridad.

En las curvas isofónicas, en el eje horizontal se muestran las frecuencias (Hz)


y en el vertical aparece representada la intensidad (dB). Las líneas curvas que
aparecen numeradas de 0 a 120 sirven para unir los sonidos con el mismo
grado subjetivo de volumen, que se medirían en una unidad denominada fon.
Así, si 0 fon corresponden a una sonoridad con una intensidad de 0 dB con
una frecuencia de 1 kHz, también una sonoridad de 0 fon podría corresponder
a una sonoridad con una intensidad de 60 dB con una frecuencia de 70 Hz.

En estas curvas isofónicas se observa cómo a medida que aumenta la intensi-


dad sonora, las curvas se hacen cada vez más planas, lo que se traduce en que
la dependencia de la frecuencia es menor a medida que aumenta el nivel de
presión sonora, lo que significa que si disminuye la intensidad sonora, los últi-
mos sonidos perceptibles en desaparecer serían los agudos (altas�frecuencias).

La mayor dificultad a la hora de utilizar estas curvas es que se calcularon para


sonidos simples y los sonidos más complejos resultan, por lo tanto, más difí-
ciles de analizar por medio de estas representaciones.
© FUOC • PID_00199907 30 Percepción auditiva

Curvas isofónicas de Fletcher-Munson

El timbre es la cualidad del sonido que nos permite distinguir sonidos


procedentes de diferentes fuentes sonoras, como diferentes instrumen-
tos o reconocer a cada persona por su voz, aun cuando su espectro so-
noro (tonalidad, sonoridad y duración) pueda parecer similar.

Esta mezcla de tonos parciales que es característica de cada instrumento o cada


voz y que define su timbre podría denominarse como la calidad del sonido o
el color del tono. Por ejemplo, si somos capaces de identificar como diferentes
el sonido de la voz de nuestra madre y de nuestro padre, se debe a que pode-
mos establecer que tienen timbres diferentes. En el caso de los instrumentos
musicales, el timbre es la cualidad que nos permite distinguir que el sonido de
una flauta es dulce y, por el contrario, el de un fagot es más profundo.

El timbre es un concepto que se caracteriza por ser un atributo bidimensional,


es decir, hay dos características del estímulo sonoro que interactúan para pro-
ducir un timbre específico: la frecuencia de la onda sonora y el tiempo trans-
currido desde que se produjo el sonido. En cuanto a la frecuencia, el timbre
está formado por un conjunto de frecuencias de alturas sonoras fijas (ámbito
de formantes). De manera sencilla se puede decir que el timbre lo forman la
frecuencia fundamental del instrumento más su composición armónica. Por
otro lado, el timbre está además relacionado con la variación en el flujo de
energía según los procesos de ataque, caída y sostenimiento de un sonido, es
decir, los tiempos se identifican en la variación energética de los armónicos,
ya que no todos los armónicos comienzan con el mismo nivel de energía (ata-
que del tono) ni se dispersan de igual manera (decaimiento del tono). A mo-
© FUOC • PID_00199907 31 Percepción auditiva

do de conclusión, parece que el análisis espectral de los diferentes armónicos


que forman un sonido podría ser un método extraordinario para identificar el
timbre de un instrumento musical.

Correspondencia entre las dimensiones físicas de la onda sonora y las dimensiones perceptuales

4.5. Sonoridad

La sonoridad es uno de los atributos del sonido más estudiados. Se defi-


ne como el atributo psicológico, percibido subjetivamente, que permite
al oyente ordenar los sonidos sobre una escala, desde los sonidos más
fuertes a los más débiles.

Por lo tanto, dado que constituye una sensación percibida por el oyente, no
se trata de una característica del sonido susceptible de ser evaluada por una
medida física directa, sino que operativizaremos la sonoridad a partir de en-
juiciamientos con respecto a sonidos de referencia conocidos. Así pues, no se
trata de una magnitud absoluta, sino que deberemos determinar cómo es de
fuerte un sonido en relación con otro.

Para medir el nivel de sonoridad utilizaremos dos unidades fundamentales:

• El fonio: unidad de medida de la sonoridad, equivalente a un decibelio de


un sonido cuya frecuencia sea de 1000 Hz.

• El sonio: la sonoridad de un tono de 1.000 Hz, con un nivel de intensidad


de 40 dB.

Ambas unidades están estrechamente relacionadas, de tal manera que un so-


nio corresponde a un nivel de sonoridad de 40 fonios, y un cambio doble de
la sonoridad en sonios está asociado con un cambio de 10 fonios en el nivel
© FUOC • PID_00199907 32 Percepción auditiva

de sonoridad. Tratándose de una escala subjetiva, entenderemos por ejemplo


que, tomando como referencia un sonido de un sonio, otro que alcance una
sonoridad de dos sonios es doblemente sonoro, si alcanza tres sonios es tres
veces más sonoro, etc.

Aunque la intensidad del estímulo es la dimensión física más determinante


para la sonoridad, la frecuencia también puede modificarla pese a que la in-
tensidad del estímulo sea la misma (López-Bascuas, 1999b). Si analizáramos la
dimensión física más estrechamente relacionada con la sonoridad, podríamos
destacar la intensidad con la que un sonido es percibido por el oído humano.

En la vida cotidiana, por lo general no nos encontramos con sonidos indepen-


dientes, sino que con frecuencia nos vemos expuestos a un conjunto de soni-
dos que se producen en el mismo espacio temporal. Surge así la duda de cuál
es la intensidad debida a un número de fuentes de sonido independientes, ¿es
equivalente a las intensidades individuales de cada uno de los sonidos? Lo que
sucede es que cuando ocurren varios sonidos a la vez, la intensidad es la suma
de las intensidades individuales de esos sonidos.

Si tenemos en cuenta que el umbral (podéis ver el módulo "Introducción a la


psicología de la percepción") es el punto a partir del cual una persona empieza
a ser consciente de una sensación, podemos definir el umbral auditivo o de
audición como la intensidad mínima de sonido que necesita una persona para
empezar a oír y conceptualizaremos el umbral de dolor como la intensidad
o potencia máxima que es capaz de soportar su oído, a partir de la cual el
sonido produce sensación de dolor (podéis ver la siguiente figura). Por debajo
del primero, el sonido es imperceptible, mientras que por encima del segundo,
el sonido nos molesta. Entre estas dos intensidades se encuentra el umbral
de confort, dentro del cual tenemos la sensación más cómoda y agradable de
estimulación sonora. El umbral de audición en los seres humanos se encuentra
en torno a 0 y 5 dBs, si bien parece que sólo en algunos casos la motivación
del sujeto oyente puede permitirle oír señales cuyo volumen sean inferiores
a 3 dBs. El umbral del dolor se sitúa entre los 110 y 130 dBs, y es la audición
más fácil y fina con un volumen sonoro bajo o medio que con uno fuerte.
© FUOC • PID_00199907 33 Percepción auditiva

Curva de sonoridad o isofonía

Para hablar de distinguir sonidos debemos referirnos al umbral diferencial, que Ved también
es la menor diferencia que puede ser detectada entre dos estímulos, o lo que
Podéis repasar el módulo "In-
se conoce como diferencia mínima perceptible (DMP). troducción a la psicología de la
percepción".

Retomando la relación entre la sonoridad y la intensidad, es necesario señalar


que la sensación sonora de intensidad se agudiza para los sonidos débiles y
disminuye para los sonidos fuertes, lo que se corresponde con el hecho de que
la audición humana no es un proceso lineal, sino logarítmico. Así, podemos
observar cómo sonidos con dos intensidades muy diferentes pueden produ-
cirnos la misma sensación de sonoridad. Por ejemplo, oiremos muy bajito un
tono de 30 Hz que tenga 65 dB y, por el contrario, un tono de 1000 Hz y 2 dB
provocará una sensación sonora equivalente.

Por otro lado, además de la relación de dependencia entre la sonoridad y la


intensidad de un sonido, también es cierto que la sonoridad depende, aunque
en menor medida, de otras magnitudes como son la frecuencia del sonido, la
amplitud y otros factores, como pueden ser la sensibilidad del oído de quien
escucha y la duración del sonido, que afectarían a la detectabilidad de la so-
noridad que percibe el sujeto.

Como hemos visto, todas estas características o parámetros del sonido se en-
cuentran estrechamente relacionados. Así, por ejemplo, dos sonidos con una
frecuencia diferente, pero con igual intensidad sonora, se presentan como cua-
litativamente diferentes, pero son de la misma sonoridad. Hablaremos enton-
ces de sonidos isófonos, con la misma sonoridad.
© FUOC • PID_00199907 34 Percepción auditiva

4.6. Tonalidad

La tonalidad se define como la dimensión psicológica provocada por el


sonido que nos permite ordenar y clasificar los sonidos según su altu-
ra, desde los más graves (como el producido por un bajo eléctrico, una
persona con la voz ronca, etc.) a los más agudos (por ejemplo, el de un
violín, una guitarra eléctrica, una persona con la voz chillona, etc.).

Por ejemplo, en la escala musical se registran siete tonos colocados en orden


del más grave al más agudo que reciben los siguientes nombres: Do, Re, Mi,
Fa, Sol, La, Si.

No obstante, existe un correlato físico relacionado con la tonalidad que sería


la tasa de repetición de la onda acústica (frecuencia del sonido). Ambos pa-
rámetros están directamente relacionados, de manera que el aumento de la
frecuencia supone un aumento de la tonalidad percibida; así, frecuencias altas
se asocian con tonos más agudos y frecuencias bajas se relacionan con tonos
más graves.

Orquesta de música

¿Por qué en una orquesta de música clásica los músicos que tocan instrumentos con so-
nidos más agudos se ubican a la derecha de los que tocan instrumentos con sonidos más
graves? Desde el punto de vista de los mismos músicos, los instrumentos que tienen un
registro más agudo se sitúan a la derecha y los más graves a la izquierda. Por ejemplo, en
la sección de violines: los primeros violines están a la derecha de los segundos, que están
a la derecha de los terceros, que están a la derecha; y los violoncelos a la derecha de los
contrabajos. En los instrumentos de viento la trompeta está a la derecha del trombón,
que está a la derecha de la tuba, etc. Parece que esta colocación favorece una mejor in-
terpretación por parte de los músicos, pues, al fin y al cabo, los que tocan deben poder
oírse entre ellos lo mejor posible para poder interpretar de la mejor manera posible. Y
¿qué sucede con los espectadores, al oír a los músicos? Desde el punto de vista de los
espectadores, los instrumentos que tienen los registros más agudos están colocados a la
izquierda y los instrumentos que emiten tonos graves están a la derecha. De manera que
esta colocación es tal que, en realidad, es la peor disposición para la percepción de los
espectadores.

Si bien son muchos los autores que realizan una definición más operativa de
la tonalidad, recogeremos la de López-Bascuas (1999a, p. 490), que entiende
que "la tonalidad de una determinada señal periódica se corresponde con la
frecuencia del sinusoide que genera una sensación tonal idéntica a la de la
señal en cuestión".

Para determinar el tono de un sonido pueden emplearse varios procedimien-


tos:

• Cuantificación del tono absoluto del sonido, determinando la separación


en frecuencia entre dos tonos (tamaño del intervalo), mediante la compa-
ración de un tono respecto a otro tono, determinando cuál de ellos es más
agudo que el otro.
© FUOC • PID_00199907 35 Percepción auditiva

• Emparejamiento de tonalidades, donde el sujeto debe ajustar la frecuencia


de un estímulo de referencia hasta que la tonalidad percibida sea la misma
que la que tiene el estímulo test.

4.6.1. Teorías de la percepción de la tonalidad

En la literatura científica encontramos varias teorías que plantean qué suce-


de exactamente en el proceso de percepción del sonido; el grueso de éstas se
centran en comprender los mecanismos que subyacen a la percepción de la
tonalidad del sonido. A continuación expondremos las principales teorías.

Teoría de la resonancia de Helmholtz

En la segunda mitad del siglo XIX, Herman von Helmholtz (1863) publicó va-
rios trabajos que dieron lugar a su teoría sobre la resonancia. Este autor pro-
pone que determinados órganos del oído internos actúan como resonadores;
más concretamente, lo que sucede es que la membrana basilar está compuesta
por un conjunto de fibras transversales que se encuentran sintonizadas cada
una de ellas con el objetivo de resonar para una frecuencia concreta.

Por lo tanto, según Helmholtz, una determinada frecuencia produciría


estimulación en la fibra sensible a dicha frecuencia, lo que activaría las
fibras nerviosas que inervasen esta área de la membrana basilar y se pro-
duciría el análisis del sonido en el oído interno antes de que la estimu-
lación alcance el cerebro.

La resonancia es el fenómeno que se produce cuando un cuerpo capaz de vi-


brar es sometido a la acción de una fuerza periódica, cuyo período de vibra-
ción coincide con el período de vibración característico de dicho cuerpo. En
estas circunstancias el cuerpo vibra, por lo que aumenta de manera progresiva
la amplitud del movimiento tras cada una de las actuaciones sucesivas de la
fuerza. Un modo de poner de manifiesto este fenómeno consiste en tomar dos
diapasones capaces de emitir un sonido de la misma frecuencia y colocarlos
próximos el uno del otro. Cuando hacemos vibrar uno de ellos, el otro emi-
te, de manera espontánea, el mismo sonido, debido a que las ondas sonoras
generadas por el primero presionan a través del aire al segundo. Como obser-
vamos en la siguiente figura, el resonador de Helmholtz consiste en una cavi-
dad metálica esférica, provista de dos aberturas de distinto diámetro, donde
la grande capta el sonido que se va a analizar y la pequeña se introduce en el
oído. Cuando la frecuencia propia de la cavidad coincida con alguno de los
armónicos del sonido que proviene y que se introduce en el resonador, se pro-
duce resonancia y esa frecuencia se oye con más intensidad. Disponiendo de
una serie de resonadores capaces de vibrar para distintas frecuencias, es fácil
ir detectando qué armónicos componen ese sonido.
© FUOC • PID_00199907 36 Percepción auditiva

Resonador

Teoría sobre la frecuencia de Rutherford

La teoría sobre la frecuencia es conocida como la teoría del teléfono de


Rutherford (1886) y plantea que la vibración de la membrana basilar
se produce de manera uniforme, en bloque; es decir, todas las células
ciliadas pueden ser excitadas por todas las frecuencias del estímulo so-
noro y su frecuencia resultaría idéntica a la del estímulo sonoro que la
produjese.

Por ello, según esta teoría, la frecuencia del estímulo sería señalizada por la fre-
cuencia de las descargas eléctricas. Por ejemplo, al tiempo que la presentación
de un tono de 20.000 Hz haría vibrar a la membrana basilar 20.000 veces por
segundo, esta vibración sería la causante de que, a su vez, las fibras nerviosas
del nervio auditivo se descargan a 20.000 impulsos por segundo. Por lo tanto,
el nervio auditivo transmitía al cerebro un mensaje nervioso que reproduciría
exactamente la vibración sonora.

Ambas clásicas teorías han sido refutadas, en función, fundamentalmente, del


hecho de que las fibras de la membrana basilar se encuentran interconectadas
y, por lo tanto, no puede asumirse su estimulación de manera independiente
las unas de las otras. Además, las fibras nerviosas presentan un período refrac-
tario que limita su tasa máxima de disparo a unos mil impulsos por segundo,
por lo que no pueden descargar tantos impulsos por segundo como capaz es
la membrana de vibrar en dicho período de tiempo.

Principio de andanada de Weber

Ernest Weber (1949) propuso la posibilidad de lograr tasas altas de descargas


nerviosas si las fibras nerviosas funcionan de manera conjugada y escalonada,
disparándose cada una de ellas tras un período determinado de la onda sonora.
Así, la fibra 1 se dispara en el primer período y, a continuación, se vuelve
refractaria. Mientras la fibra 1 es refractaria, las fibras 2, 3, 4 y 5 descargan,
respectivamente, durante los períodos dos, tres, cuatro y cinco. Pasados éstos,
en el sexto período, la fibra 1 ha dejado de ser refractaria y se descarga, con
© FUOC • PID_00199907 37 Percepción auditiva

lo que vuelve a reiniciarse un período igual al descrito. Por lo tanto, mientras


que la tasa de cada fibra individual está limitada por su período refractario, las
agrupaciones de fibras nerviosas pueden conjugarse para producir altas tasas
de descarga nerviosa.

Según dicho principio, los receptores del oído descargan en forma de


secuencia, es decir, un grupo de fibras responde, luego lo hace un se-
gundo grupo y luego un tercero y así sucesivamente, de modo que el
patrón completo de descargas eléctricas corresponde a la frecuencia de
la onda sonora.

Si bien no se ha podido demostrar que las fibras nerviosas se comporten exac-


tamente según la propuesta de Weber, existe cierta evidencia de que el sistema
nervioso utiliza un principio similar al de andanada.

Teoría del lugar de Békésy

Georg von Békésy (1928) realizó una serie de estudios que culminaron en lo
que se denomina la teoría del lugar o de la onda viajera del la audición.

Dicha teoría propone que la frecuencia de un sonido se indica mediante


las células pilosas del órgano de Corti, en el que la frecuencia es codifi-
cada mediante las fibras que se activan.

De esta manera, parece que la membrana basilar varía en cuanto a su estructura


de un extremo a otro en anchura (la base de la membrana es más estrecha
que la punta) y rigidez (la base de la membrana es más rígida que la punta).
Estas diferencias estructurales provocan que la membrana vibre con mayor
amplitud cerca de la ventana oval (próximo al estribo) para las frecuencias
altas y lejos de ella (en las células ciliares próximas al helicotrema) vibre para
las frecuencias bajas. Por lo tanto, la labor del cerebro consistiría en decidir,
por medio de la información de localización contenida en la cóclea, cuál es la
terminación nerviosa que ha sido estimulada.
La�membrana�basilar

Con toda la información que recogió por medio de diferentes experimentos,


Békésy (1960) planteó un modelo de la cóclea que le permitieron mostrar que
las ondas de presión en el fluido coclear se ajustaban a una onda desplazante
en la membrana basilar, es decir, los cambios de presión que se suceden en la
cóclea provocan que la membrana basilar vibre en forma de una onda despla-
zante. Puesto que la onda desplazante varía de momento a momento, es difí-
cil visualizar su efecto global en la membrana basilar; sin embargo, podemos
especificar su efecto global determinando el desplazamiento máximo causado
por la onda en cada punto de la membrana. Este desplazamiento máximo re-
cibe el nombre de envolvente de la onda desplazante. Békésy concluyó que
© FUOC • PID_00199907 38 Percepción auditiva

el envolvente de la onda desplazante tenía dos propiedades importantes: era


máximo en un punto de la membrana basilar y la posición de este máximo en
la membrana basilar dependen de la frecuencia del sonido. Un sonido de bajas
frecuencias produce su mayor vibración en las células ciliares proximidades
al helicotrema, mientras que los sonidos con frecuencias altas producen sus
mayores vibraciones en las células ciliares cerca del estribo.

Finalmente, se acepta la explicación de Békésy, ya que han sido varios los he-
chos que han corroborado su teoría, tales como el hecho de que la información
de la cóclea es transmitida a los centros superiores del sistema auditivo, que
la vibración de la membrana basilar depende de la frecuencia y que existen
mapas tonotópicos en el sistema auditivo, lo que corrobora que las neuronas
que responden a las mismas frecuencias se aglomeran entre sí.

Georg�von�Békésy�(1899-1972),�biofísico
húngaro
En 1961, Georg von Békésy fue galardonado
con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina
por su investigación de la función de la cóclea
de los mamíferos.
© FUOC • PID_00199907 39 Percepción auditiva

5. Localización del sonido

El proceso de localización de la fuente sonora hace referencia a la capa-


cidad del individuo para determinar la ubicación de una fuente sono-
ra en el espacio de coordenadas tridimensionales (horizontal, vertical
y distancia de la fuente); la localización del sonido se consigue con el
procesamiento por separado de la información de cada oreja y con la
posterior comparación de fase (posición de una onda con respecto a otra
onda) y el nivel de intensidad entre ambas señales.

Por lo tanto, para llevar a cabo esta compleja tarea de representar el emplaza- Método MAA
miento de los sonidos del medio ambiente que nos rodean, resulta fundamen-
El método más usado en el es-
tal la utilización de ambos oídos, considerando además que la información tudio experimental de la lo-
que se recibe de cada uno de los oídos es diferente, salvo cuando están equi- calización auditiva es el míni-
mo ángulo audible (MAA), el
distantes de la fuente. Dada la complejidad de dicho proceso, parece funda- cual mide el cambio de posi-
ción más pequeño que pode-
mental la labor del córtex auditivo, ya que –como Jenkins y Merzenich (1984) mos detectar. La tarea supone
la discriminación espacial de
demostraron– la extirpación de una parte o de su totalidad disminuye nota- dos sonidos en un plano con-
blemente la eficacia de esta precisión. creto.

Tal y como hemos comentado, existe una mayor dificultad en la localización


de los sonidos adecuadamente en una escucha de tipo monoaural, con un
único oído, en comparación con una escucha binaural, con la intervención
de ambos oídos, ya que esta última facilitará conocer la disposición del sonido
en las coordenadas tridimensionales. Por otro lado, parece que la precisión en
dicho proceso es mayor cuando se trata de posicionar sonidos frontales (media
de errores de 2 a 3,5 grados) que en el caso de tener que localizar sonidos
laterales o situados en la parte posterior (media de errores de hasta 20 grados)
(Goldstein, 2006).
© FUOC • PID_00199907 40 Percepción auditiva

Localización del sonido

Respecto a la información que utilizamos para la ubicación lateral (coordena-


da horizontal o azimut) de la fuente sonora, el sistema auditivo utiliza pistas
provenientes principalmente de las diferencias de intensidad y del tiempo con
el que las ondas sonoras llegan a cada uno de nuestros oídos. Las diferencias
interaurales o claves biaurales se suceden debido a las diferencias entre los es-
tímulos que alcanzan cada oído, que se traducen en dos efectos principalmen-
te. En primer lugar, el sonido tarda diferentes tiempos en llegar a uno y otro
oído (diferencia interaural de tiempo), lo que puede calcularse a partir de las
diferencias en las distancias que deben recorrer las ondas para alcanzar cada
oído. Por ejemplo, imaginemos que estamos sentados en nuestro sofá y oímos
un portazo en la puerta de la derecha que lleva a la calle; este sonido llegará
antes al oído derecho que al izquierdo. En segundo lugar, encontramos que
el nivel de intensidad sonora que alcanza a ambos oídos es distinto, lo que
denominamos diferencia interaural de intensidad. Por ejemplo, en el ejemplo
anterior, la intensidad del sonido que alcanza al oído derecho será mayor que
la del oído izquierdo.

Las diferencias interaurales de intensidad se producen principalmente a par-


tir de las diferentes distancias que deben recorrer las ondas para llegar a uno
y otro oído, pero también se encuentra influido por la sombra acústica pro-
ducida por la cabeza del individuo (difracción de la onda). Lo que ocurre es
que cuando la longitud de la onda es suficientemente larga con respecto al
obstáculo que encuentra la onda sonora, ésta se difracta fácilmente y no se
genera una sombra acústica, por lo que no se ve afectada la intensidad que
llega al oído por el obstáculo que supone la cabeza. Por el contrario, cuando
las longitudes de onda son cortas, se produce poca difracción, las ondas rebo-
tan en la cabeza y, por lo tanto, existe una sombra acústica mayor. De hecho,
los resultados demuestran que las diferencias de intensidad son prácticamente
despreciables para frecuencias inferiores a los 500-1000 Hz, pero pueden ser
de hasta 20 dB para frecuencias mayores de 5 kHz.
© FUOC • PID_00199907 41 Percepción auditiva

En relación con la localización de sonidos en la coordenada de elevación, de


los sonidos situados arriba o abajo del oyente, la información la obtenemos
utilizando claves espectrales, relacionadas con las frecuencias reflejadas por la
cabeza y la oreja. Así, el sonido que alcanza el oído es diferente del sonido
emitido por la fuente, lo que se conoce como función de transferencia funcio-
nal. Las personas utilizamos la información de las frecuencias que llegan al
oído rebotadas desde los diferentes espacios que nos rodean para localizar la
fuente de emisión sonora. Este hecho en ocasiones provoca disminuciones de
la intensidad de la frecuencia que alcanza a los oídos y, en cambio, en otras
ocasiones se produce una mejora de la intensidad.

Por último, la clave más apropiada para obtener información acerca de la coor-
denada de la distancia de la fuente del sonido del oyente es, como es obvio,
la representación de la distancia a la que se encuentra la fuente sonora, y se
calcula con bastante precisión aquellos sonidos muy cercanos y menos eficaz-
mente aquellos cuya fuente de emisión es más lejana.

Como hemos visto, basándonos en la diferencia interaural de tiempos, y con


la ayuda de algunos otros parámetros como la presión sonora (las presiones
inferiores indican mayor distancia), la frecuencia (los sonidos más lejanos sue-
nan como sordos), el movimiento (los sonidos cercanos parecen moverse con
mayor rapidez) y la reflexión del sonido (si el sonido llega directamente a no-
sotros –sonido directo– o se refleja en los diferentes objetos que nos rodean
–sonido indirecto–), somos capaces de localizar de modo bastante eficaz los
sonidos que nos rodean.

(6)
Además de estas principales claves que aprovechamos para ubicar los sonidos Efecto en el que un sonido en-
mascara u oculta la capacidad del
que acabamos de analizar, debemos considerar otros efectos que interactúan
oyente para percibir otro sonido.
en dicha localización, como son el retardo temporal, el efecto Haas, el efecto
de la longitud de onda y el enmascaramiento6.

El retardo temporal es el efecto que se debe a que un mismo sonido


producido por la misma fuente sonora casi nunca es igual para un oído
que para el otro, ya que las ondas sonoras recorren un trayecto mayor
antes de alcanzar un oído que el otro, excepto cuando ambos oídos se
encuentran equidistantes de la fuente.

(7)
Relacionado con este hecho debemos tener en cuenta el efecto Haas, también Efecto que se sucede cuando un
7 oyente oye dos sonidos muy simi-
conocido como efecto�de�precedencia o prioridad, que se produce cuando lares, distanciados por un breve in-
el sonido proviene de varias fuentes independientes, es decir, es la percepción tervalo de tiempo (50-100 ms), de
modo que se oye aquel sonido que
de un único sonido a partir de la presencia de los dos estímulos sonoros emi- llega primero.
tidos desde diferentes lugares en un corto espacio de tiempo. En caso de que el
(8)
retardo entre cada uno de los sonidos que llegan de cada fuente sea inferior a Estímulo sonoro que se caracte-
riza en cuanto a una serie de pa-
5 milisegundos, el cerebro localizaría el sonido considerando exclusivamente rámetros (frecuencia, intensidad,
la dirección de la fuente de emisión sonora más cercana. Por el contrario, si el tono, timbre, etc.).
© FUOC • PID_00199907 42 Percepción auditiva

retardo entre ambos sonidos es aproximadamente de entre 5 y 50 milisegun-


dos, la persona escucha un único sonido, con intensidad doble y localizaría su
origen como procedente de algún lugar intermedio entre ambas fuentes. Así,
por ejemplo, si escuchamos música mediante unos altavoces, creemos que el
sonido procede del altavoz más próximo a nosotros, ya que es de este altavoz
del que primero recibimos la señal acústica8 y el cerebro compara los tiempos
relativos de llegada con el fin de asignar una posición. Finalmente, parece que
el efecto de precedencia sólo se produce en sonidos con carácter transitorio y
disminuye notablemente si el retardo entre los dos sonidos es igual o menor
que 1 milisegundos y, en el caso de que el sonido retardado sea suficientemen-
te más intenso que el primero (10-15 dB), se anularía el efecto de precedencia.

En cuanto al efecto de la longitud de onda, ocurre que los sonidos por encima
de 1.000 Hz que tengan una longitud de onda pequeña (inferior a 30 cm) sólo
serán escuchados por uno de los dos oídos, ya que la cabeza funciona como
una pantalla, lo que evita que toda la intensidad del sonido alcance al oído
que se encuentra situado en el lado opuesto a la dirección de la que proviene
el sonido.

Por último, el enmascaramiento se produce cuando se escuchan dos


sonidos de diferente intensidad de manera simultánea, de modo que el
sonido fuerte enmascara la presencia del sonido suave, que no se oye.

Por ejemplo, si una persona escucha un fuerte claxon de un camión y al mismo


tiempo recibe un mensaje en el móvil, puede que no oiga que ha recibido el
mensaje. Podemos detallar diferentes tipos de enmascaramiento:

• El enmascaramiento� temporal se produce cuando un sonido suave se


encuentra cercano en el tiempo a otro sonido de amplitud mayor. Según
la posición temporal de ambos estímulos sonoros, podríamos definir un
postenmascaramiento, si el tono de mayor amplitud se presenta en pri-
mer lugar, o preenmascaramiento, si el tono de menor amplitud es el
primero.

• El enmascaramiento�frecuencial se presenta cuando dos tonos alcanzan


simultáneamente el oído. Podríamos hablar de dos sonidos de baja fre-
cuencia enmascarados por sonidos de alta frecuencia o viceversa.

• El enmascaramiento podría producirse en diferentes direcciones: hacia


adelante (el sonido enmascarador precede al enmascarado), hacia atrás (el
sonido enmascarador aparece milésimas de segundo después del sonido
enmascarado), simultáneo (ambos sonidos surgen al mismo tiempo), ha-
© FUOC • PID_00199907 43 Percepción auditiva

cia arriba (sonidos de baja frecuencia enmascaran a los de alta frecuencia)


o hacia abajo (sonidos de baja frecuencia enmascaran mediante un nivel
intenso a los sonidos de alta frecuencia).

Como hemos visto, parece que nuestro sistema auditivo se apoya en diferentes
estrategias para realizar la compleja tarea de localización de la fuente sonora,
teniendo en cuenta desde dónde se produce el sonido en relación con la po-
sición del oyente. Si el sonido se ubica lateralmente, el cálculo de diferencias
de intensidad y de tiempo del sonido en alcanzar nuestros oídos es el método
más eficaz. Por otro lado, para la localización de sonidos horizontales, parece
más eficaz la utilización de claves espectrales basadas en las frecuencias que
alcanzan la cabeza y la oreja. Finalmente, para el cálculo de la distancia del
sonido, también nos basamos en la diferencia interaural de tiempos, si bien
debemos considerar algunos otros parámetros como la presión sonora, la fre-
cuencia, etc.
© FUOC • PID_00199907 44 Percepción auditiva

6. Percepción de tonos musicales

Dado que existen algunas características particulares, dedicaremos un aparta-


do a la percepción de los tonos musicales. Comenzaremos destacando que
cuando nos referimos al tono musical no se corresponde con un parámetro
físico, sino que se trata de una creación de los seres humanos y, por lo tanto,
finalmente somos nosotros los que decidimos si dos sonidos corresponden al
mismo tono o si, por el contrario, se trata de tonos diferentes. Definiremos
el tono musical como la cualidad del sonido mediante la cual el oído le asig-
na un lugar en la escala musical, lo que permite, por tanto, distinguir entre
sonidos graves y sonidos agudos. Un aspecto diferencial de los sonidos de los
instrumentos son los tonos de cada sonido.

Sin embargo, a pesar de no tratarse de una magnitud física propiamente dicha,


el tono se correlaciona con la frecuencia de las ondas. Así, los sonidos percibi-
dos como graves corresponden a frecuencias bajas, mientras que los sonidos
que oímos como agudos se relacionan con frecuencias altas, aunque es impor-
tante señalar que no se trata de una equivalencia total, sino de una asociación
entre ambas magnitudes.

El sonido más grave de una guitarra corresponde a una frecuencia de 82,4 Hz y el más
agudo a 698,5 Hz.

Instrumentos musicales

Como veíamos, en contadas ocasiones las ondas sonoras corresponden a soni-


dos puros, con una única frecuencia y representados por una onda armónica.
Los instrumentos musicales, por el contrario, dan lugar a un sonido más rico,
que resulta de vibraciones complejas y se caracteriza por tener estímulos sono-
ros complejos, es decir, por tonos que se componen de diferentes frecuencias
que se repiten periódicamente, que no son tonos puros o simples. El sonido
complejo está formado por una frecuencia fundamental y por un conjunto
de componentes adicionales, cuyas frecuencias son múltiplos de la frecuencia
fundamental y a los que denominamos armónicos. Por consiguiente, el pro-
ceso para crear un tono musical complejo partiría de un tono puro simple (que
sería la frecuencia fundamental) y al que se añadirían subsiguientes tonos pu-
ros adicionales (los llamados armónicos), cada uno de los cuales presentaría
una frecuencia múltiplo del tono fundamental, es decir, que guardan una serie
© FUOC • PID_00199907 45 Percepción auditiva

de relaciones matemáticas entre sí, como lo vemos reflejado en la siguiente


figura. Así, podríamos calcular la frecuencia fundamental como la diferencia
de dos armónicos contiguos.

Representación de una onda sinusoidal: frecuencia fundamental y armónicos

Consideremos, por ejemplo, que si partiésemos de una frecuencia fundamen-


tal de 60 Hz, la frecuencia del segundo tono (segundo armónico) sería de 120
Hz, el tercer armónico alcanzaría los 180 Hz, el cuarto 240 Hz y el quinto los
300 Hz (podéis ver la siguiente figura). Por lo tanto, percibir un tono musical
es ser capaz de captar el conjunto de armónicos que forman el tono, es decir,
identificar las distintas ondas que se repiten periódicamente, de tal manera
que cuando eliminamos la frecuencia fundamental, el tono no varía y somos
capaces de percibirlo.

Este fenómeno se conoce como el efecto del fundamental ausente y el


tono que percibimos tras este resultado se denomina periodicidad del
tono.

Según Goldstein (2006),


© FUOC • PID_00199907 46 Percepción auditiva

"la razón por la que se añaden estos armónicos es que los tonos de la mayor parte de los
instrumentos musicales tienen muchos armónicos, y son las cantidades de los distintos
armónicos las que confieren a cada instrumento un sonido distinto".

Onda sinusoidal con la frecuencia fundamental (60 Hz) y su segundo (120 Hz), tercer (180 Hz), cuarto (240 Hz) y quinto
armónico (300 Hz)

El teorema de Fourier nos da una razón más del porqué de la importancia del
movimiento armónico simple, ya que afirma que cualquier forma de onda,
incluida una onda cuadrada, puede descomponerse en un cierto número de
componentes de onda sinusoidal. A partir de esta suposición, se deduce que
cualquier tipo de onda puede sintetizarse integrando entre sí sus componen-
tes de onda sinusoidal y, por lo tanto, puede considerarse como la superpo-
sición de movimientos armónicos simples. El teorema de Fourier explica la
cualidad diferente del sonido producido por distintos instrumentos musicales,
por ejemplo, la misma nota o el tono musical producido por una guitarra o
un ukelele suenan diferente a nuestros oídos a pesar de que los tonos tienen
la misma frecuencia fundamental. Esta diferencia se debe a la presencia de los
armónicos o sobretonos con diferentes amplitudes relativas. Así, por ejemplo,
cuando un violín y un piano emiten la nota La con una frecuencia de 435 Hz,
en realidad están emitiendo esa nota y toda una serie de notas con frecuencias
2x435 Hz, 3x435 Hz, etc.
© FUOC • PID_00199907 47 Percepción auditiva

Descomposición de una onda cuadrada y compleja por el análisis de Fourier


© FUOC • PID_00199907 48 Percepción auditiva

7. Percepción del habla

La psicoacústica es la especialidad dedicada a estudiar la percepción del habla


y se centra en aquellos aspectos puramente sensoriales. No obstante, en los
últimos años, parece que se ha producido un creciente interés en determinadas
disciplinas, como la lingüística y la fonética, por el estudio de la percepción
del lenguaje y se presta especial atención a los fenómenos asociados con dicha
percepción.

Dada la importancia del tema, dedicaremos un apartado en exclusiva a tratar


nuestra capacidad para percibir y comprender las conversaciones.

La percepción del lenguaje se ocupa de los procesos de extracción de


información de la señal acústica o, alternativamente, gráfica. Por tanto,
se ocupa tanto de los procesos iniciales de análisis de la señal, como de
los procesos más complejos donde el análisis es sintáctico/semántico.

No obstante, percepción�del�lenguaje se refiere, habitualmente, a los proce-


sos iniciales incluido el reconocimiento de la palabra y se reserva el término
comprensión�del�lenguaje para los procesos más complejos.

Como sabéis, gran parte de la información que adquirimos por medio del sis-
tema auditivo proviene de las voces de otras personas de nuestro entorno y,
si bien percibimos el habla con relativa facilidad, en realidad se trata de un
proceso tremendamente complejo, tanto "desde el punto de vista fisiológico
(la onda sonora ha de pasar del aire a un medio líquido, para luego convertir-
se en estimulación eléctrica) como cognitivo (implica la toma de decisiones,
la comparación entre una señal acústica entrante y otras almacenadas en la
memoria)" (Marrero, 2001, p. 5). Pensad en cuando nos enfrentamos a la difí-
cil tarea de entender a alguien que trata de comunicarse con nosotros en una
lengua extranjera que desconocemos; las dudas que nos surgen son más de
las esperadas. ¿Dónde se establece la frontera entre las palabras y las pausas?,
¿qué características del lenguaje son propias del interlocutor? Por lo tanto, la
primera cuestión que parece asaltarnos con respecto a la percepción del habla
es que, a pesar de la complejidad de la estimulación de la que partimos, ¿có-
mo es posible que se dé un proceso de percepción tan fácil?, ¿cómo conoce el
oyente lo que dice el hablante?
© FUOC • PID_00199907 49 Percepción auditiva

La percepción del habla

Para comprender el proceso de la percepción del lenguaje, debemos partir de


la premisa de que la esencia de la comunicación verbal es la transmisión de
información (mensaje) desde el hablante (emisor) al oyente (receptor), a través
de la señal hablada (canal de comunicación). Por lo tanto, para que se lleve
a cabo este proceso es necesaria la participación de diferentes elementos. Así
pues, conceptualizaremos la percepción del habla como la interpretación de
una señal auditiva con un significado y, en este proceso, la información acús-
tica que llega al oído es analizada y categorizada como un código, donde el
estímulo es el habla, el medio el aire y el sentido estimulado el oído.

Algo fundamental que debemos comprender es que los sonidos del len-
guaje son acústicamente muy complejos, ya que están constituidos por
una gran cantidad de ondas de frecuencias y amplitudes muy variadas y
se encuentran sujetos a cambios temporales con grandes consecuencias
para su funcionamiento.

Como consecuencia de ello, el estudio de los mecanismos que intervienen en


su descodificación es más difícil que el análisis de la respuesta a tonos simples,
aunque, sin embargo, partimos de la hipótesis de que contamos con los mis-
mos principios de funcionamiento en ambos casos. De hecho, en la actualidad
existe una enorme controversia en cuanto a si la percepción de los sonidos
del habla se diferencia de la percepción de cualquier otro estímulo sonoro.
Algunos autores aducen que el procesamiento de los sonidos del lenguaje se
produce mediante un mecanismo auditivo general común para todos los so-
nidos (por ejemplo, Flower y Dekle, 1991), si bien otro grupo de investigadores
(como Liberman et al., 1967; Liberman y Mattingly, 1989) tratan de probar
la existencia de un sistema de procesamiento especializado en el habla que
© FUOC • PID_00199907 50 Percepción auditiva

diferencia la percepción de los sonidos articulados de la de otros estímulos


auditivos. A pesar de que ambas corrientes presentan datos a favor, aún hoy
en día no está resuelto este dilema y no disponemos de un modelo definitivo
que nos aclare la cuestión.

En cambio, lo que sí se ha demostrado es que el oyente que intenta compren-


der un mensaje lingüístico ha de realizar, fundamentalmente, tres tipos de ta-
reas (Marrero, 2001):

(9)
• En primer lugar, la descodificación o la conversión de la onda sonora del Fenómeno sonoro complejo ca-
racterizado por una estructura de
habla en modelos de activación de las fibras del nervio auditivo, de manera
frecuencias no periódicas o notas
automática, lo que nos permite discriminar los sonidos: la audición. sin relación armónica, lo que nos
conduce a no oír una altura precisa
que podamos nombrar.
• En un segundo momento, esas representaciones neurológicas son conver-
tidas en unidades lingüísticas, son segmentadas, clasificadas y categoriza-
das por el sistema nervioso central del sujeto, que toma un papel activo:
se trata de la percepción.

• Por último, el análisis auditivo ha de complementarse con el fonético, el


fonológico, el léxico, el sintáctico, el semántico y el pragmático, para que
así se lleve a cabo la interpretación de los mensajes, la asignación de con-
tenido gramatical, semántico y conceptual, y, por lo tanto, tenga lugar la
comprensión.

• La información entrante se complementa con información que tenemos


almacenada en memoria acerca del habla y que nos ayuda en la percep-
ción, sobre todo cuando la información física es ambigua o incompleta o
aparece enmascarada por algún tipo de ruido9. En dicha descodificación
intervendrían los diferentes tipos de memoria: la memoria a corto plazo,
que tan sólo dura unos segundos y que almacena la información de ma-
nera transitoria y es de gran utilidad en caso de situaciones ambiguas; y la
memoria a largo plazo, que almacena los sonidos hasta que en un proceso
comparativo se les asigna categoría y pasan al almacén léxico-semántico,
se almacenan las unidades léxicas con carácter definitivo.

No obstante, aunque para su comprensión resulte más cómodo considerarlo


un proceso serial, compuesto por una serie de diferentes etapas que se suce-
den progresivamente, proporcionando una representación de la señal cada vez
más refinada, la realidad parece orientarnos más hacia un procesamiento con
momentos de análisis en paralelo, con retrocesos a niveles anteriores si resulta
necesario recuperar información, manteniendo en suspenso otras etapas a la
espera de deshacer ambigüedades, etc.
© FUOC • PID_00199907 51 Percepción auditiva

En definitiva, en la percepción del habla no sólo se utiliza la informa-


ción que proviene de la señal en su camino ascendente del oído al ce-
rebro (procesos de abajo a arriba), sino también todos los modelos que
se encuentran previamente almacenados en nuestra memoria y que nos
permiten convertir la descodificación en un mecanismo más rápido y
eficaz: los procesos de arriba abajo (podéis ver el módulo "Introducción
a la psicología de la percepción"), en los que interviene el significado,
la estructura fónica de la lengua, etc. simplificando la tarea de la desco-
dificación.

Finalmente, debemos destacar algunas de las dificultades con las que nos en-
contramos durante el proceso de la percepción del habla. En ocasiones, existe
cierta discrepancia entre la codificaron en señal sonora de la información lin-
güística que el emisor desea transmitir y la onda sonora que alcanza al receptor
para descodificarla. Este proceso de descodificación incluiría dos problemas: la
segmentación/linealizacion y invarianza/variación. En primer lugar, el habla
es un continuum y la descodificación requiere segmentar dicho continuum en
unidades lingüísticas. En segundo lugar, podemos encontrar dificultades en
las diferencias fonéticas entre los sonidos del habla que se manifiestan en la
señal sonora según los diferentes hablantes que emitan la señal.

7.1. Unidades básicas del lenguaje

Gran parte de la investigación realizada en el campo de la percepción del habla


se ha centrado en buscar cuáles son las unidades de segmentación más básicas
y manejables, así como en determinar si éstas y los procesos en los que se ven
implicadas vienen moduladas por las características acústico-fonéticas de las
distintas lenguas.

(10)
Existe cierta controversia acerca de cuál puede ser considerada la unidad bási- Células del sistema nervioso
que tienen la capacidad de gene-
ca de percepción acústica del habla. En su origen, en los años cincuenta (en
rar y transmitir impulsos nerviosos.
los laboratorios de Bell y en los laboratorios Haskins), las investigaciones en la
percepción del habla tomaron como punto de partida la hipótesis de la rela-
ción directa entre señal acústica y fonema10 y trataban de identificar los rasgos
invariables que caracterizaban a cada uno de los fonemas. Retomándolo en la
actualidad, algunos autores (Goldstein, 2006) consideran el fonema como el
estímulo acústico básico del habla y lo definen como una unidad fonológica
que transmite significado y que se caracteriza por ser diferenciadora (las carac-
terísticas de cada fonema son diferentes a las de los demás), indivisible lineal-
mente (no puede descomponerse en unidades menores) y abstracta (no son
sonidos, sino modelos de sonidos). Por el contrario, otros especialistas consi-
deran no está claro el papel del fonema, ya que existen algunos fonemas, como
por ejemplo el fonema /d/, que nunca son escuchados aisladamente, propo-
nen como alternativa la sílaba como la unidad perceptiva básica necesaria para
analizar el lenguaje, y consideran que operaría automáticamente algún tipo
© FUOC • PID_00199907 52 Percepción auditiva

de proceso que segmentaría la señal del habla en sílabas (Mehler y col., 1981;
Bradley, Sánchez-Casas y García-Albea, 1993). La viabilidad de la sílaba como
unidad de segmentación se apoya en diferentes evidencias acumuladas, que
consideran que la sílaba es el bloque que construye la percepción del lenguaje,
que tiene un papel fundamental en las primeras fases de la adquisición del
lenguaje y principalmente por los hallazgos en investigaciones que analizan
los efectos de complejidad (tarea de detección de fonemas situados al inicio de
un estímulo auditivo) y congruencia silábica (tarea de detección de si un estí-
mulo contiene determinada secuencia de fonemas) (Vigil-Colet, et al., 1998).
En tales estudios se confirma que los fonemas no son percibidos directamente,
sino que son reconocidos una vez que se ha producido la identificación de la
sílaba. Sin embargo, tampoco los resultados de dicha corriente muestran claras
evidencias de lo que proponen, ya que algunos de sus datos presentan claras
limitaciones y motivan que se cuestione la validez de la sílaba como unidad
básica para acceder al lenguaje.

A la luz de los resultados de los que disponemos en la actualidad no contamos


con una propuesta contundente y, dado que la primera de las alterativas, que
considera al fonema como la unidad básica del habla, parece muy aceptada,
nos centraremos en su desarrollo. Los fonemas se representan mediante sím-
bolos fonéticos y cada lenguaje posee un número concreto de fonemas, que
varía de una lengua a otra. Por ejemplo, como sabéis, en español, contamos
con cinco fonemas vocálicos y 20 consonánticos (cinco fonemas representa-
dos por más de una consonante, por ejemplo: b, v: ⁄b⁄ y 15 fonemas represen-
tados por una sola consonante, por ejemplo: p: ⁄p⁄).

Para comprender el modo como percibimos un fonema, Goldstein (2006) se


basa en la existencia de una clave acústica específica e invariante asociada a
cada fonema. De acuerdo con esta concepción, cada fonema tendría asociada
una clave acústica (un patrón de frecuencias asociado con la presencia de tal
fonema) y produciría la percepción de un determinado fonema siempre que
se presentara la clave acústica correspondiente. Por ejemplo, si detectásemos
la señal acústica del fonema ⁄s⁄ y se acompañara de la señal del fonema ⁄i⁄, los
agruparíamos y seríamos capaces de oír "si".

En el análisis de estas claves acústicas utilizadas para la identificación de los


sonidos del habla, la investigación especializada ha tomado como referencia
las tradicionales clasificaciones articulatorias. En primer lugar, la clasificación
articulatoria de las vocales se suele realizar atendiendo al lugar y al modo de
articulación (López-Bascuas, 1999a) (podéis ver la tabla 2).

Considerando el modo de articulación, se agrupan en:

• Altas: cuando la lengua se aproxima hasta un máximo permisible para la


articulación vocálica, ya sea el paladar duro o el paladar blando.
© FUOC • PID_00199907 53 Percepción auditiva

• Medias: cuando la lengua está un poco más separada de la bóveda palatal


que en el caso anterior.

• Bajas: cuando la lengua se halla máximamente alejada del paladar.

Respecto al lugar de articulación, las vocales pueden clasificarse en:

• Anteriores: cuando el predorso de la lengua se sitúa en la parte anterior


de la cavidad oral bucal.

• Centrales: cuando el dorso de la lengua se encuentra situado en la región


del paladar medio.

• Posteriores: cuando el posdorso de la lengua se acerca a la región posterior


de la cavidad bucal.

Clasificación articulatoria de las vocales

Lugar de articulación

Anterior Central Posterior

Modo de articulación Altas i u

Medias e o

Bajas a

Considerando la articulación de las consonantes, pueden clasificarse a partir


de tres criterios diferentes: sonoridad, modo de articulación y lugar de articu-
lación (López-Bascuas, 1999a). Según la sonoridad, pueden ser:

• Sonoras, si las cuerdas vocales vibran durante la producción de la conso-


nante.

• Sordas: si no vibran las cuerdas vocales.

En función del modo de articulación se clasifican como:

• Oclusivas: si se produce un cierre completo de los órganos articulatorios


en algún momento de la producción de la consonante.

• Fricativas: cuando la consonante se produce en virtud de un estrecha-


miento de los órganos articulatorios pero dichos órganos no llegan a jun-
tarse completamente.
© FUOC • PID_00199907 54 Percepción auditiva

• Africadas: si la consonante tiene dos momentos articulatorios, uno oclu-


sivo y, ulteriormente, otro fricativo.

• Nasales: si en el momento de la articulación la cavidad bucal está cerrada


y el pasaje finofaríngeo se encuentra abierto.

• Líquidas: cuando la consonante tiene rasgos articulatorios parecidos a los


de los sonidos vocálicos.

Finalmente, atendiendo al lugar de articulación, las consonantes pueden ser:

• Bilabiales: si se usan los dos labios.


• Labiodentales: cuando entran en contacto los dientes con los labios.
• Dentales: si se apoya la lengua en los dientes.
• Interdentales: cuando la lengua se sitúa entre los dientes.
• Alveolares: si se apoya la lengua en los alvéolos.
• Palatales: cuando la lengua entra en contacto con el paladar.
• Velares: si la lengua se apoya en el velo del paladar.

Al analizar las conexiones entre la señal y la percepción del habla, los inves- Consulta recomendada
tigadores han descubierto un fenómeno denominado percepción categorial,
En la dirección http://
que responde a la capacidad que tenemos para discriminar entre las diferentes www.haskins.yale.edu/
categorías fonológicas. Así, diferentes experimentos han puesto de manifies- featured/senten-
ces/ppsentences.html podéis
to que tanto los adultos como los niños somos capaces de percibir categórica- consultar la página oficial de
los Laboratorios Haskins.
mente los contrastes en el lugar de articulación, en el modo de articulación
y en la sonoridad. Este fenómeno se reproduce también con las vocales. Los
primeros estudios que mostraron la existencia de la percepción categórica en
el habla se llevaron a cabo en los Laboratorios Haskins de Nueva York.

Uno de los experimentos más conocidos consistía en pedir a un grupo de per-


sonas que identificaran los fonemas /b/, /d/ o /g/ en una serie de silabas pro-
ducidas artificialmente. Mientras que los estímulos variaban gradualmente,
las respuestas mostraron, por el contrario, que existe un punto en el que en la
percepción se produce un salto de una categoría /b/, por ejemplo, a otra /d/.

Tras analizar cómo se produce el proceso de percepción de la señal del lengua-


je, se pone claramente de manifiesto que dicho proceso no es sencillo y que el
mensaje hablado presenta una serie de propiedades que dificultan su percep-
ción. Una de las dificultades es el problema de la segmentación, es decir, la
ausencia de una clara separación entre las señales acústicas de cada una de las
palabras. Pero el problema fundamental es la variabilidad. El estímulo acústico
es muy variable y, en algunas ocasiones, no se corresponden exactamente las
unidades lingüísticas y los rasgos físicos de la onda sonora, ya sea debido a
los efectos del contexto, a las características propias del locutor (diferencias en
el aparato fonador, flexibilidad de la lengua, estado cuerdas vocales, etc.) o al
ritmo o la tasa del habla (número de sonidos emitidos por unidad de tiempo,
© FUOC • PID_00199907 55 Percepción auditiva

cuya media es de 10-12 unidades por segundo). Sin embargo, otras caracterís-
ticas, como la redundancia, contribuyen a allanar las tareas que el oyente ha
de llevar a cabo para desentrañar el mensaje (Goldstein, 2006).

A continuación presentaremos algunas aproximaciones teóricas que tratan de


esclarecer cómo se lleva a cabo la percepción del habla.

7.2. Modelos de la percepción del habla

Entre las teorías de la percepción que tratan de explicar el procesamien-


to del habla nos encontramos con dos vertientes contrapuestas. En pri-
mer lugar, aquellos modelos activos, que consideran que el oyente in-
terpreta los patrones auditivos en forma de patrones articulatorios, que
darían lugar a una señal acústica semejante a la oída.

Estos autores consideran fundamentales aquellos factores que afectan a la va-


riabilidad de la señal y que distorsionan el proceso de percepción.

Por el contrario, existe un conjunto de autores que proponen un modelo


pasivo y que consideran que en la percepción del habla la importancia
del proceso se centra en el estímulo sonoro (y no en el sujeto), el cual
proporciona toda la información necesaria para su identificación.

Veremos ambas vertientes con mayor detenimiento.

7.2.1. Teorías activas

Con la llegada de la teoría� motora, formulada por Liberman y Mattingly


(1985), se propone que el oyente, que al mismo tiempo es hablante, cuenta
con unos patrones articulatorios que serían las unidades mínimas de procesa-
miento que se utilizan para la producción de los sonidos y para su percepción,
con lo que se produce un acoplamiento entre los fonemas y los gestos articu-
latorios. Así pues, para identificar perceptivamente un estímulo deberíamos
identificarlo antes articulatoriamente (Marrero, 2001). Si durante la comuni-
cación se produjera una pérdida de los gestos articulatorios, el oyente los re-
pondría mediante un proceso innato, y consideraríamos que tanto la produc-
ción como la percepción del habla serían procesos inherentemente motores.

La teoría�del�análisis�por�síntesis fue propuesta por Stevens y Halle (1967)


y apoya el hecho de un primer proceso tentativo en el que el oyente produ-
ce una versión sintética y poco detallada de la señal. Si esta primera versión
coincide con algún patrón previo almacenado, se da por finalizado el proce-
so de identificación; si, por el contrario, existe discordancia, se realizaría una
versión más detallada. La principal aportación de esta teoría respecto a la teo-
© FUOC • PID_00199907 56 Percepción auditiva

ría motora es la existencia de un mecanismo comparador que acepta tanto los


datos referentes a las características acústicas de la señal, lo que se conoce co-
mo hipótesis ascendente, como los patrones o gestos generados internamente
respecto a los movimientos articulatorios que producirían la secuencia habla-
da (hipótesis descendente).

Por último, dentro de las teorías activas, debemos destacar las teorías�auditi-
vas, planteadas originalmente por Gunnar Fant (1960), que atribuyen al siste-
ma auditivo (concretamente al funcionamiento coclear) la capacidad para ob-
tener correlatos auditivos invariantes de los rasgos distintivos acústicos. Una
versión más reciente de esta teoría es la de Rosner y Pickering (1994), quienes
proponen que el análisis de la señal supone cinco fases:

• Análisis frecuencial.

• Procesamiento por medio de los filtros auditivos para la obtención de un


patrón auditivo de excitación.

• Incorporación de los efectos de supresión.

• Transformación de la intensidad en sonía, obteniendo un patrón auditivo


de densidad sonora.

• Modificación del funcionamiento de los filtros auditivos para facilitar la


localización de los formantes, generando un patrón fonético de densidad
sonora.

7.2.2. Teorías pasivas

Básicamente, contamos con dos aproximaciones que se ajustan a este tipo de


teorías. En primer lugar, la propuesta LAFS de Klatt (lexical access from spectra)
mantiene que el oyente no segmenta la señal auditiva que recibe en fonemas
para descodificarla, sino que genera directamente, desde el espectro sonoro,
una propuesta candidata a palabra, realizando varias hipótesis léxicas partien-
do de la información espectral que tenemos almacenada (difonemas o con-
catenación de cada par de fonemas: secuencia vocal-consonante o consonan-
te-vocal), adaptándose al hablante que tenemos enfrente, al entorno, etc.

Para terminar con este apartado veremos el modelo WRAPSA (word recognition
and phonetics structure acquisition) de Peter Jusczyk (1997), la más reciente de
todas la aproximaciones sobre la percepción del lenguaje. Este modelo se in-
teresa por la capacidad del ser humano de percibir el lenguaje desde el naci-
miento. Este autor propone un proceso perceptivo en cuatro fases:
© FUOC • PID_00199907 57 Percepción auditiva

• Análisis�auditivo: describe los rasgos espectrales y temporales de la señal


de entrada, que serían elementos innatos al ser humano. Los analizadores,
sintonizados por frecuencias, extraen información sobre su duración, in-
tensidad y la posible presencia de ruido, así como sus cambios temporales.

• Calibrado: dirige la atención hacia los rasgos identificados por los anali-
zadores, necesarios para procesar los contrastes entre palabras, lo cual per-
mite comenzar a almacenar patrones de sonidos y también proporciona el
marco para percibir categorialmente el habla fluida.

• Extracción�de�patrones�desde�la�señal, que tiene lugar en la salida del


esquema de calibrado, lo que supone un refinamiento de la descripción de
la señal e intenta la segmentación en unidades del tamaño de una palabra
en unidades silábicas.

• Comparación�de�las�representaciones con otras previas almacenadas. Si


se produce un emparejamiento, entonces se identifica como esa unidad;
en caso contrario, es necesario un reprocesamiento de la señal.

Para concluir este módulo, recordaremos que en la audición siempre se deben


considerar varios factores, tanto fisiológicos como psicológicos, que inciden
en la percepción final del sonido. En primer lugar, está el hecho de que dispo-
nemos de un sistema periférico innato por naturaleza –el sistema auditivo–.
Como hemos analizado, el oído es el órgano receptor en donde comienza el
camino a través del cual el estímulo acústico se convierte en la sensación so-
nora. Se trata de un complejísimo sistema que trabaja en combinación con
otros transductores sensoriales (ojos, nariz, etc.), lo que facilita en conjunto
una gran cantidad de información que finalmente es procesada en el cerebro.
Constantemente somos testigos de múltiples ejemplos al respecto; así, en un
concierto de música o en el cine, donde una buena audición se verá favorecida
si la visión del escenario o la sala de proyección es óptima.

En segundo lugar, influye la propia configuración del sistema nervioso, por el


cual se transmite toda la información recibida en el aparato auditivo.

Existe tal cantidad de grados de intensidad y de alturas reconocibles (300.000


aproximadamente), que sería imposible discriminar todos estos datos en un
área tan pequeña de nuestro oído como es la cóclea. Por este motivo, del oí-
do interno parten miles de fibras nerviosas hacia el cerebro (cerca de 30.000
neuronas), lo que provoca que seamos capaces, con mayor o menor éxito, de
codificar y procesar una extraordinaria cantidad de información. La historia se
complica mucho más cuando comprobamos que el sonido no posee solamen-
te dos atributos unidimensionales como son la altura y la intensidad, sino que
cuando escuchamos un sonido surgen múltiples características que lo definen
(preciso, compacto, etc.). Llegamos al tercer y último factor al encontrarnos
con un sistema central ubicado en el cerebro, que va a responder de una ma-
© FUOC • PID_00199907 58 Percepción auditiva

nera u otra a una gran variedad de estímulos acústicos. La percepción será


entonces el proceso mediante el cual asignamos una información sensorial a
toda una serie de datos previamente almacenados en nuestra memoria gracias
a la propia experiencia, al aprendizaje individual.

Un aspecto no menos interesante es la distinta respuesta a los estímulos sen-


soriales según la etapa de nuestra vida. En la infancia poseemos una mayor
facilidad para el aprendizaje de idiomas o para el reconocimiento de la músi-
ca. Alcanzado este punto, cabría preguntarse qué tiene más importancia en la
audición, si la estructura interna del sistema receptor o la experiencia acústi-
ca propia. La conclusión sería que lo más oportuno es tener en cuenta tanto
los diferentes grados de educación y aprendizaje que tenemos, como la propia
naturaleza del aparato auditivo para evaluar en su justa medida la fisiología y
la psicología de la audición.
© FUOC • PID_00199907 59 Percepción auditiva

Ejercicios de autoevaluación
Preguntes�de�alternativas�múltiples

1. La especialización de la cóclea se conoce como...

a) fonotópica.
b) tonotópica.
c) sonotópica.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.

2. El órgano de Corti transforma la energía electromagnética en energía nerviosa.

a) Verdadero.
b) Falso.

3. En la descripción del procesamiento de la señal acústica por el sistema auditivo humano,


¿cuál de las siguientes afirmaciones es correcta?:

a) El oído externo mejora la intensidad de los sonidos (resonancia).


b) En la cóclea se transforma la onda mecánica en una señal electroquímica.
c) El estímulo viaja a través del VIII par craneal hasta alcanzar el córtex cerebral.
d) Todas las respuestas anteriores son correctas.

4. Responded cuál de la siguientes afirmaciones es correcta:

a) Los tonos puros están compuestos por varias frecuencias.


b) Los armónicos son múltiplos de la frecuencia fundamental.
c) Las respuestas a y b son correctas.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.

5. Las consonantes pueden clasificarse articulatoriamente atendiendo a los siguientes pará-


metros...

a) modo de articulación.
b) modo de articulación y lugar de articulación.
c) sonoridad, modo de articulación y lugar de articulación.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.

6. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones corresponde a la teoría motora propuesta por Liber-
man y Mattingly?

a) Se interesa por la capacidad del ser humano de percibir el lenguaje desde el nacimiento.
b) El oyente no segmenta la señal auditiva, propone directamente una palabra candidata
c) Es una teoría pasiva
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.

7. El volumen de un sonido es...

a) un parámetro que equivale a la frecuencia.


b) un parámetro que permite clasificar los sonidos desde los más graves a los más agudos.
c) un parámetro perceptual que depende de la frecuencia y la intensidad del sonido.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.

8. La teoría motora de la percepción del habla (Liberman) concibe la percepción y la produc-


ción del habla como íntimamente ligados y con una estrategia común de procesamiento.

a) Verdadero
b) Falso
© FUOC • PID_00199907 60 Percepción auditiva

9. La intensidad mínima de sonido que necesita una persona para empezar a oír se conoce
como...

a) umbral auditivo.
b) umbral de confort.
c) umbral doloroso.
d) umbral diferencial.

10. La teoría de Helmholtz recibe el nombre de...

a) teoría de la intensidad.
b) teoría de la resonancia.
c) teoría de la frecuencia.
d) principio de Andada.

Preguntas�de�respuesta�abierta

11. Definid brevemente los siguientes parámetros del sonido y especificad la magnitud en
la que se miden:

• Longitud de onda.
• Frecuencia.
• Amplitud.
• Volumen.
• Timbre.

12. Especificad los nombres de la estructura del sistema auditivo que aparecen señalados con
líneas en la siguiente figura:
© FUOC • PID_00199907 61 Percepción auditiva

Solucionario
Ejercicios de autoevaluación

1.�c

2.�b

3.�d

4.�b

5.�c

6.�d

7.�c

8.�a

9.�a

10.�b

11.

Revisad la unidad 4: "Parámetros de la señal acústica".

12.
© FUOC • PID_00199907 62 Percepción auditiva

Glosario
armónico  m  Componentes de un tono complejo cuyas frecuencias son un múltiplo de la
frecuencia fundamental.

efecto de precedencia  m  Efecto que se sucede cuando un oyente oye dos sonidos muy
similares, distanciados por un breve intervalo de tiempo (50-100 ms), de modo que se oye
aquel sonido que llega primero.

enmascaramiento  m  Efecto en el que un sonido enmascara u oculta la capacidad del


oyente para percibir otro sonido.

fonema  m  Unidad fonológica más breve que compone el habla y que contiene significado.

frecuencia  f  Número de veces por segundo que la onda se repite a sí misma, que se mide
en herzios (Hz).

intensidad  f  Flujo medio de energía por unidad de área, perpendicular a la dirección de


propagación, que se mide en decibelios (dB).

neurona  f  Célula del sistema nervioso que tiene la capacidad de generar y transmitir im-
pulsos nerviosos.

órgano de Corti  m  Principal estructura en la audición, situada en la partición coclear, que


contiene la membrana basilar, la membrana tectoria y los receptores de la audición.

ruido  m  Fenómeno sonoro complejo caracterizado por una estructura de frecuencias no


periódicas o notas sin relación armónica, lo que nos conduce a no oír una altura precisa que
podamos nombrar.

señal acústica  f  Estímulo sonoro que se caracteriza en cuanto a una serie de parámetros
(frecuencia, intensidad, tono, timbre, etc.).
© FUOC • PID_00199907 63 Percepción auditiva

Qué deberíais saber

Por medio del modulo se ha pretendido profundizar en la comprensión que,


desde la psicología, se lleva a cabo de uno de los sentidos a los que más im-
portancia se le ha concedido, sólo superado por la visión, como es la audición.

Hemos analizado aquellas estructuras fisiológicas del sistema auditivo que po-
sibilitan dicha percepción y nos hemos detenido en la complejidad de los pro-
cesos que se suceden para que acontezca la audición en los seres humanos.

Además, tratamos de vislumbrar cuáles son aquellas características básicas del


sonido cotidiano que debemos conocer para entender mejor cómo afectan a la
audición. Y, finalmente, tratamos de comprender las características de la cap-
tación del lenguaje, las especificidades de su procesamiento a nivel perceptivo.

En consonancia con estas propuestas de aprendizaje y con la finalidad de con-


tinuar progresando en los diferentes aspectos, teóricos y prácticos, tratados en
el presente modulo, debéis tratar de realizar las siguientes actividades:

• Efectuar vuestro propio esquema sintético que analice el camino que lleva
el sonido desde que se produce hasta que alcanza el cerebro.

• Elaborar un cuadro comparativo de las diferentes posiciones teóricas que


explican cómo se produce la percepción del lenguaje.

• Intentar averiguar los limites de dB permitidos por la ley en vuestra zona


de residencia, en diferentes (ámbitos casa, calle, proximidades hospitales,
etc.).

• Realizar un pequeño experimento en el que el sujeto experimental deba


localizar diferentes sonidos en las diferentes localizaciones posibles. ¿El
resultado es igual si le planteamos la actividad con los ojos cerrados o
abiertos? Comparad vuestros resultados.
© FUOC • PID_00199907 64 Percepción auditiva

Bibliografía
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