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OB J ET O D E ES T U D I O D E

LA P S IC O L O G Í A
LIC. JUAN BRODSKY
¿QUÉ ES LA PSICOLOGÍA?

Van a encontrar un montón de teorías y todas son válidas. tenemos que ver siempre de buscar un
fundamenta que permita desde nociones conceptuales llevar adelante una justificación de
nuestra respuesta
ALGUNOS DISPARADORES

-Desarrollar un pensamiento crítico que permita justificar si es una ciencia, no es


una ciencia, etc

-Tiene una amplitud porque aborda al ser humano en un ambiente social y por lo
tanto cada futuro psicólogo ira eligiendo un área de aplicación.
La idea de la carrera de psicología es que sea algo más bien general.

Ejemplo: Si vienen con la idea de entender la mente o ayudar a algún


familiar

Es una carrera fascinante. Porque nunca se termina de estudiar y


siempre hay cosas nuevas por descubrir.
¿QUÉ FUNCION TIENE LA PSICOLOGIA?
La psicología tiene como función: investigar (generar conocimiento)

El objeto de estudio de la psicología. ¿Cuál es?

Ustedes lo han dicho: la mente humana, el inconsciente, el aprendizaje, etc.


El astrónomo siempre tiene un objeto de estudio
RECORRIDO HISTÓRICO
Pero si hacemos un recorrido de la historia de la psicología
veremos que su objeto de estudio si cambió. Es decir que vamos a
decir que es una construcción.

¡ Ojo! Porque hay aquellos que dicen que es algo dado.

El psicólogo debe:

-Generar conocimiento.
-Producir ideas.
-Realizar preguntas- buscar respuestas.
¿Qué función cumple la facultad?

Cada psicólogo debe investigar, generar


conocimiento y extenderlo.

La universidad debe llevar el conocimiento


que produce a la sociedad. La universidad
se debe a la sociedad.
TRES FUNCIONES DE LA PSICOLOGÍA
DOCENCIA.
INVESTIGACIÓN
EXTENSIÓN.
Y LA PSICOLOGÍA ¿ESTA SOLA?
La psicología no esta sola.
Vamos a hablar de intedisciplina.
Menos cuando se trata de algo tan complejo
como el ser humano.
OBJETO Y MÉTODOS DE LA PSICOLOGIA:
PERSPECTIVAS Y DISENSOS
La Psicología es una disciplina científica que se caracteriza por
los disensos. Si le preguntamos a diez psicólogos “qué estudia la
Psicología”, es probable que obtengamos diez respuestas distintas.

Tal como lo afirma García Campos (2014), tampoco existen


certezas sobre qué teoría o qué escuela explica mejor los
fenómenos psicológicos, ni claridad sobre su clasificación como
ciencia natural o social
Estos y otros disensos han conducido a que se hable de una “crisis
permanente” de la Psicología, la cual puede ser analizada como la
pugna entre dos grandes concepciones: la objetivista y la
subjetivista.

Ambas coexisten desde los inicios de la disciplina, definiendo de


manera diferente objeto y métodos de estudio, concibiendo de distinta
manera el conocimiento científico producido, y constituyendo aun
hoy culturas antagónicas (Cornejo, 2005).
PSICOLOGÍA EN EL MARCO DE LAS CIENCIAS

Para clasificar las ciencias pueden usarse distintos criterios; entre ellos el
objeto de estudio y los métodos aplicados a dicho estudio.
Al hablar de objeto de estudio se hace referencia al sector, la parcela o el
ámbito de la realidad estudiada por una disciplina (ej: el movimiento de los
cuerpos celestes es objeto de estudio de la astronomía).
Los métodos de estudio se relacionan con los distintos procedimientos
aplicados tanto para la producción de conocimiento como para su
justificación y puesta a prueba.
La aplicación de los criterios permite clasificar las ciencias en formales y
fácticas, y dentro de las segundas, se puede trazar una subdivisión entre
ciencias sociales y naturales.
La gran diferencia entre las ciencias formales y las fácticas radica en que
éstas informan sobre entes materiales (procesos, hechos) y se refieren a la
realidad empírica. Esto implica que la Psicología es una ciencia fáctica.
Ahora bien, ¿es una ciencia natural o una ciencia social?, ¿qué
criterios aplicar para ubicarla en una u otra clasificación?

Para responder debemos referirnos primero a distintos aspectos


asociados a su objeto de estudio y a los métodos apropiados
para estudiarlo.
DOS VECTORES EN PUGNA
El debate sobre el objeto de conocimiento y sobre el método más apropiado
para su estudio ha dividido a la Psicología en dos grandes posiciones, que se
dibujan ya tempranamente en su historia y cuyo desarrollo atraviesa en
paralelo todo el siglo XX hasta la actualidad (Cornejo, 2005): las posiciones
objetivista y subjetivista.

Cada una de estas concepciones conlleva una manera propia de entender al


ser humano, al mundo y a la relación entre ellos. Cada una de estas grandes
posiciones comparte en su interior una serie de supuestos, que operan de
manera tan implícita que muchas veces no son reconocidos por los propios
psicólogos, aunque estén presentes en sus prácticas diarias.

Son elementos tácitos que no pueden ser experimentados ni demostrados


como verdaderos o falsos, y simplemente funcionan como modelos de base,
compartidos por un grupo de profesionales o investigadores (Minhot, 2014).
Consideremos los supuestos de homogeneidad-regularidad y
heterogeneidad-variabilidad. Se presentan a priori como
excluyentes y antagónicos. Resulta posible identificarlos en las
prácticas profesionales o de investigación de las diferentes
disciplinas, y concretamente en Psicología nos remiten a pensar
sobre la concepción de ser humano que subyace a cada práctica
psicológica.
HOMOGENEIDAD
Entendemos a la homogeneidad como un espacio uniforme regulado
por lo común, y a la regularidad como la constancia de una unidad que
se repite puntualmente en el tiempo;
es decir, como la neutralización de las diferencias más allá de lo
histórico-cultural (Minhot, 142, 2014).

Desde este supuesto, la concepción de ser humano implica una persona


reducida a aquello que la iguala a las demás personas, en el espacio y
en el tiempo. Surge con ello la necesidad de estudiar las características
normalizadoras y estereotipadas del ser humano.
HETEROGENEIDAD
Del otro lado, podemos ubicar la heterogeneidad-variabilidad como supuesto en el
cual se asienta en aquello que distingue a cada ser humano de los demás y lo vuelve único
e irrepetible, más allá de los determinismos biológicos y sociales.

Estos supuestos podrían asociarse a las dos grandes concepciones en Psicología


antes mencionadas: para la posición objetivista subrayaremos supuestos de homogeneidad y
regularidad, mientras que la tradición subjetivista gira en torno a supuestos de
heterogeneidad y variabilidad. Ahora bien, las dos grandes posiciones a las cuales aludimos
se desarrollaron paralela y antagónicamente durante toda la historia de la disciplina,
configurando dos grandes tradiciones en investigación.
Las tradiciones permiten resolver problemas tanto empíricos como
conceptuales, y no se imponen unas a otras, sino que – por regla general
– coexisten dentro de una misma ciencia (Díez & Moulines, 1999). Así,
en Psicología, la coexistencia de dos grandes tradiciones ha llevado a la
progresiva conformación de dos “culturas” distintas, una especie de
‘programa dual’ en términos de Toulmin y Leary (1992), y esto ha
tenido consecuencias sobre:

a) La definición del objeto de conocimiento de la Psicología.


b) El (o los) método(s) de investigación apropiados para abordar o
conocer dicho objeto.
OBJETO DE ESTUDIO DE LA PSICOLOGÍA
Como lo expresáramos antes, es posible diferenciar dos grandes posiciones
respecto al objeto de estudio de la Psicología:

OBJETO DE ESTUDIO NATURAL


OBJETO DE ESTUDIO COMO CONSTRUCCION SOCIAL
OBJETO DE ESTUDIO NATURAL
Desde la concepción objetivista se considera que solo puede ser estudiado
todo aquel objeto o fenómeno perteneciente al mundo natural, empírico,
capaz de ser captado mediante la experiencia sensible. Debido a que esta
posición solo admite el estudio de un objeto que pueda ser percibido por
medio de los sentidos, rechaza la posibilidad de estudiar un objeto que no
posea la propiedad de ser captado mediante experiencia sensible. Estas
propiedades sensibles de un objeto de estudio serían importantes porque
permiten su medición y cuantificación.
Ahora bien, si el objeto de estudio pertenece al mundo de la naturaleza, es
posible atribuirle la condición de homogeneidad y regularidad. Homogeneidad
en tanto ese objeto será igual a otros objetos naturales, y regularidad en tanto
constancia de una determinada unidad o fenómeno que se repite puntualmente, a
través del tiempo, es decir que se presenta o sucede siempre de la misma manera.

Decir que el objeto de estudio pertenece a la realidad natural, implica también


reconocer su existencia independientemente del conocimiento del investigador,
es decir, reconocer que es externo a él y que estuvo-está-estará presente en el
tiempo y en el espacio (aun cuando el investigador no lo estudie). Mientras
mayor neutralidad y menor involucramiento exista entre el investigador y su
objeto de estudio, se logrará mayor objetividad en el proceso de conocimiento de
ese objeto
Pero ¿cómo logró la Psicología asumir estos estándares
objetivistas?

El objeto de estudio de la Psicología no es a simple vista un objeto propio de la


realidad externa y natural, y no parece ser susceptible de ser percibido por los
sentidos, como el tacto o la vista. No obstante, los integrantes de la disciplina
lograron la asimilación de la misma a las categorías propias de las ciencias
naturales (como la física y la fisiología).
Si bien la mente no resulta un objeto de estudio empírico, ciertos
atributos mentales se expresan en comportamientos humanos
observables; esto ofrece la posibilidad de encontrar la homogeneidad
buscada por la concepción objetivista.

Es decir, existen ciertos atributos mentales que son propios de todas las
personas, y por ello su estudio permite la generación de leyes universales
y la predicción de los mismos. Sobre esto sentaron sus bases los
movimientos teóricos fundacionales de la Psicología objetivista, tales
como la Psicometría, basada en la cuantificación y la medición de los
atributos mentales, y la Psicología Fisiológica incluyendo los estudios
experimentales en neurofisiología y las indagaciones de procesos
psicológicos básicos vinculados con el funcionamiento del sistema
nervioso (ej: procesos de percepción) (Cornejo, 2005).
CRITICA A ESTA CONCEPCION

Sin embargo, las críticas a esta concepción no se pueden obviar. Se le


cuestiona que reduce a las personas a sus características naturales, ligadas
meramente al cuerpo biológico, o a la conducta observable, preocupándose
en exceso por aquello que las asemeja o iguala a otras personas y perdiendo
de vista aquello que las diferencia y las
vuelve sujetos singulares.

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