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CATEDRÁTICO:

José Israel Medina Mendoza

PRESENTADO POR:
Rony Adalberto Avila Montufar
123640026

Filosofía
26 marzo 2023
Presentación Multimedia

Dialéctica del
Amo y el Esclavo
La Dialéctica Hegeliana
Un hombre puede parecer y comportarse como un malvado en ciertas
situaciones, mientras que en otras puede ser un modelo de bondad. Y sólo
quien logra descubrir a ese individuo tanto en las situaciones en que es
bueno como en las que es malo logra comprender que dos formas de actuar
totalmente contrarias pueden coexistir en una misma persona, si ésta es lo
suficientemente hábil para manejar dos modos de vida.
Ésta es, a grandes rasgos, la forma en que se desarrolla un proceso
dialéctico.
Para Hegel, la dialéctica es algo más que un método o instrumento para obtener
el conocimiento. Si así lo fuera, transformaría el objeto a conocer y no nos lo
entregaría tal y cómo es. Piensa en lo que hace un instrumento, como un des
armador, o un método experimental que implica realizar pruebas y ensayos;
ambos ejercen por lo menos una pequeña modificación sobre el material que
trabajan. Hegel afirma que lo mismo haría la dialéctica si fuera un proceso
ajeno a los fenómenos del mundo; los modificaría, puliría y reduciría hasta que
se adaptaran a sus propios esquemas. Sin embargo, un examen cuidadoso del
desarrollo de la conciencia universal revela que la dialéctica no se reduce a un
método, y ni siquiera a la forma particular en que discurre el pensamiento
humano; la dialéctica es el modo particular en que existen y se desarrollan las
cosas, tanto en el pensamiento como en la naturaleza y la historia.
Método Dialectico
El Ser, en suma, sigue un proceso dialéctico, y lo único que hace nuestro
pensamiento es ponerlo en evidencia.
Elementos
Hegel expone tres elementos que componen la dialéctica según Hegel.
Estúdialos con cuidado y trata de relacionarlos con las distintas etapas.
Tesis
• Es un momento de afirmación de la conciencia en el que ella descubre la
identidad de los fenómenos consigo mismos y, por lo tanto, su propia
identidad. Un ejemplo de esta etapa sería el momento histórico en el que
una civilización determina que un solo individuo debe ejercer el gobierno
y da origen a la monarquía.
Antítesis
• Es el momento de negatividad, cuando la conciencia advierte que las
cualidades recién descubiertas en los fenómenos también pueden negarse,
y así descubre que en ella también está presente la contradicción.
Podemos identificarla con el momento en que un pueblo adquiere
conciencia de sus derechos civiles y decide revelarse contra un monarca
opresor; en otras palabras, niega la forma de gobierno que antes había
aceptado y la confronta.
Síntesis
Es el momento de conciliación, cuando la conciencia finalmente puede
concluir que los contrarios no se oponen, sino que se complementan.
Históricamente, podríamos entenderlo como el momento en que se
instaura la República, donde quien gobierna es uno solo, pero ya no se
trata de un individuo impuesto por la fuerza, por el derecho divino o por
la riqueza, sino de un representante a quien eligen los ciudadanos, y cuyo
poder es regulado por cámaras de representantes o por un parlamento.
Podríamos decir que en su etapa de síntesis, la conciencia dialéctica toma
elementos de las posturas contrarias y los reúne a partir de una postura
más amplia en la que ambas pueden coexistir.
Hegel sostiene que estas tres etapas se hacen presentes en todos los fenómenos del mundo,
ya sean naturales o culturales. La vida de una flor, un animal o un ser huma no (tesis) es
negada por la muerte (antítesis); pero el organismo que muere se vuelve un elemento de la
tierra y así permite que surjan nuevas formas de vida (síntesis).
Y podemos distinguir la misma evolución en la historia. Recuerda las grandes
civilizaciones, como Grecia, Roma o Mesoamérica; todas vivieron momentos de esplendo
(tesis), luego sucumbieron a guerras y conquistas (antítesis) y finalmente se
reconstruyeron, con lo que dieron lugar a nuevas sociedades (síntesis). Por consiguiente, es
innegable, desde la perspectiva de la doctrina hegeliana, el hecho de que la dialéctica y su
racionalidad abarcan todo lo existente.
El amo y el esclavo
La dialéctica del amo y el esclavo plantea el origen de la
historia, entendido como el origen de las relaciones humanas.
Para Hegel, la historia comienza cuando se enfrentan dos
deseos, dos conciencias desatantes.
Las cuales se diferencian entre:
• El humano (desea deseos del otro)
• El animal (desea cosas y generalmente se las come).
La situación es la siguiente:
Dos hombres luchan entre sí por el reconocimiento de su propia libertad; uno de ellos es fuerte, valeroso y está dispuesto a
arriesgar la vida por lo que quiere; el otro, en cambio, teme morir. El segundo acaba por rendirse y pedir clemencia, y así se
convierte en esclavo del vencedor (tesis). De esta forma el amo gana poder, comodidades y riquezas, mientras que el esclavo
adquiere las técnicas del trabajo y la producción. En un primer examen del problema quizás te parecerá que el amo tiene todas
las ventajas, mientras que el esclavo tiene las desventajas. No obstante, en la función que le corresponde a cada uno está el
elemento de su propia negación. En efecto, el esclavo está al servicio de alguien, no es libre, pero tiene la capacidad de
trabajar y transformar la materia en cosas útiles. El amo, por su parte, tiene poder, pero depende del esclavo para satisfacer
sus necesidades elementales, como alimentarse, vestirse o tener un lugar agradable para vivir. Es entonces cuando el esclavo
descubre que su mejor arma es el trabajo, que con él puede liberarse y aun someter a quien antes le oprimía. De ahí que el
amo, quien nunca dominó las herramientas de la producción, termine por sucumbir a la sublevación del esclavo (antítesis).
Pero éste no es el fin del proceso. En un tercer momento las conciencias en conflicto deberán entender que la oposición no es
la única vía, que también pueden adquirir aquello que les falta y que está en posesión del contrario; el esclavo necesita poder
y capacidad de autogobierno; el amo debe aprender a dominar la fuerza del trabajo para satisfacer, ante todo, sus propias
necesidades. Cuando las conciencias salden sus carencias también se acercarán una a la otra, y en la última etapa se
reconocerán como individuos libres y autónomos, dueños de sí mismos y de sus propias creaciones (síntesis).

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