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MARÍA LEMUS
Los clínicos observan patrones.
La naturaleza
Cronología y
Los clínicos intentan comprender Secuencia de sus experiencias
estos aspectos de las vidas de sus Signos
pacientes Atributos y
Conductas
Diagnóstico
A través de este marco comparativo, el diagnostico puede
orientar la búsqueda de otros rasgos distintivos del proceso
patológico en cuestión, descubrir la causa subyacente,
informar el abordaje terapéutico que debe adoptarse y decir
mucho de lo que el futuro le depara al paciente y a cuantos
lo aman y cuidan de él
El diagnostico de los problemas de la salud mental, como el de los problemas de
salud física, se basa a menudo en datos de naturaleza descriptiva o subjetiva, a
veces con escasa verificación empírica y con frecuencia sin explicación biológica
clara.
A causa de estas dificultades, el DSM 5 se incluyen, siempre que resulta posible,
evaluaciones o medidas formales que aportan mayor consistencia y precisión al
proceso diagnóstico.
Lo más importante, quizá, es que los criterios diagnósticos del DSM-5 constituyen
un valioso marco para los clínicos que tratan de ayudar a sus pacientes, y aportan
también un lenguaje común para las distintas especialidades
Los criterios diagnósticos del DSM 5 pueden usarse para comunicar y generar
ideas que permitan conocer mejor el estado de los pacientes, además de sus
posibles orígenes y la probable evolución futura.
Las hipótesis diagnósticas pueden servir de guía a la reunión de nuevos datos –la
obtención de información más detallada acerca de la historia del paciente o nuevos
análisis clínicos- , que a su vez, permitan eliminar ciertas ideas y respaldar otras.
Este proceso iterativo o de generación de hipótesis y comprobación empírica es
fundamental para llegar a un diagnóstico razonado y bien documentado que
constituya la base de las decisiones terapéuticas y permita la mejor evolución del
paciente.
Llegar a un diagnostico preciso es importante para una acertada atención clínica; sin
embargo, recibir un diagnostico comporta ciertas cargas y riesgos, además de beneficios,
para el paciente.
La autoridad para diagnosticar supone, para el otro, e poder de ejercer, por una parte, el
don de la comprensión y el alivio, y el de crearle, por la otra, el problema de las etiquetas
y del posible estigma.
Reducir el peso de la enfermedad psiquiátrica sin, al mismo tiempo dañar puede resultar
un equilibrio difícil de conseguir, sobre todo por los prejuicios y malentendidos que
existen en la sociedad con respecto a las enfermedades neuropsiquiátricas y otros
problemas relacionados.
En consecuencia, el sello distintivo de un clínico excelente no consiste
únicamente en ser capaz de realizar un diagnostico correcto.