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Dhoti y kurta
El dhoti es de origen hindú. Consiste en una pieza de algodón de
color blanco o claro que se pasa por las piernas y se enrolla a la
cintura. Sus dimensiones son aproximadamente de 5 m de largo y 1,2
de ancho.
Aunque el dhoti se lleve en todo el país, se puede ver sobre todo en el
estado de Bengala Occidental y en el valle del Ganges.
Persia y Fenicia.
Siguiendo con la tradición de los
Babilonios, optaron por usar túnicas
con flecos y chales y tocados.
Se caracterizaban por llevar
túnicas
decoradas con un cinturón y
mangas
anchas, también llevaban un gorro
blanco de fieltro que los griegos
llamaban frigio. Usaron la lana, el
lino y la seda china.
En cuanto a calzado usaban botines de cuero flexible hasta el tobillo con
lengüeta llamado Kroumir, estos iban ligeramente curvados hacia arriba
en la punta de los dedos.
Vestimenta Masculina
Estaba basada en la de los asirios y los babilonios, con algunos
elementos propios.
La prenda típica era el «candys», especie de túnica de lana hilo o seda
importada del Lejano Oriente, que se adaptaba al cuerpo y tenia mangas
amplias. El gran rey y los sátrapas o gobernadores vestían solamente el
«candys» y el del monarca era de púrpura. Generalmente usaba la saya o
túnica amplia sostenida con un cinturón
Por primera vez en la historia, aparece el uso de la ropa interior. Fueron
los creadores del bordado de aplicación, técnica que se introdujo en
Europa después de las Cruzadas. Calzaban zapatos flexibles de
cuero amarillo y de forma anatómica, atados a los tobillos con
correas y
botones. Los hombres tenían cabellos y barbas largos y rizados, y
los
nobles los espolvoreaban con polvo de oro. Los reyes adornaban su
cabeza con tiaras y mitras. Otra prenda típica era el paño de barbilla, de
hilo blanco, que se envolvía en la cabeza y el cuello.
Vestimenta Femenina
De la indumentaria femenina se conoce muy poco, por lo general, las
damas nobles vestían una túnica talar y un amplio manto con adornos en
los bordes. El calzado era de cuero flexible sujeto con cintas o cordones
de cuero.
Los soberanos o personajes principales, como los gobernadores o
sátrapas, llevaban sobre su cabeza tiaras, mitras o sombreros altos de
fieltro.
Mesopotamia.
Los registros históricos siempre hacen
referencia a la indumentaria para
hombres, ya que el papel de la mujer en
la vida pública era prácticamente
inexistente. Los babilonios como todo ser
humano, tenían necesidad de cubrir y
adornar el cuerpo y distinguirse según su
poderío y creencias.
ocasiones especiales.
La toga pícta, que era propiedad del estado, se prestaba a los
oscuro o gris.
Toga trábea. La había de tres tipos. Si toda ella era de color
6. ¿Describe el vestuario
femenino de los romanos?
La prenda indispensable era la
estola.
Al principio se fabricaba con
lana, pero más adelante estuvo
disponible en algodón y en hilo.
Las mujeres ricas llevaban
estolas de seda. Más holgada que la túnica, la estola era una
prenda que llegaba a la altura del tobillo y que tenía mangas
amplias. A menudo se sujetaba con cierres y se ceñía en dos
puntos: debajo del pecho, con un cierre llamado cingulum, y en la
cadera, con un succincta,
Un cinturón ancho. Las estolas se confeccionaban en distintos
colores, y a veces la tela se bordaba con hilo de oro. Debajo, las
mujeres podían llevar una subucula, un vestido suelto sin
mangas,
así como el strophium, un corpiño hecho de tela sin almidonar.
Para protegerse contra el frío las mujeres utilizaban una palla, un
pedazo de tela cuadrado o rectangular que podía tener capucha y
que se sujetaba en los hombros con un broche. Las mujeres de la
nobleza se vestían con una túnica de seda decorada con flecos
dorados. Como prenda externa optaban por la palla, el sapparum -
una prenda de hilo para el exterior, con medias mangas o la
olicula.
10.¿Cómo se llamaba la
ropa interior masculina?
El subligaculum era una
versión más alargada del
subligar, y generalmente se
sostenía firmemente con un
cinturón denominado cintus.
Los mismos eran
normalmente utilizados como única prenda cuando se
realizaban actividades deportivas o de intenso labor físico, por lo
que eran muy popular entre los gladiadores.
VESTIMENTA MASCULINA.
En los primeros tiempos de Bizancio, los hombres de clase alta vestían a
la manera de Roma. Las diferentes capas de ropa estaban dispuestas de
modo que ocultaban la forma del cuerpo.
Primero iba la ropa interior, normalmente una túnica blanca de manga
larga, ajustada y que llegaba hasta las rodillas o hasta los tobillos.
Encima, la dalmática, una túnica con mangas largas y anchas que a veces
podía sustituir a la primera túnica. La dalmática, que debía su nombre a
su lugar de origen, Dalmacia, era de color rojo y dorado.
Hasta el siglo VI d.C., la mayoría de los ciudadanos bizantinos vestían
toga, pero más adelante su uso quedó restringido a los cónsules y fue
sustituida por una capa.
Existían tres tipos de capas, todos ellos de origen romano. En el mosaico
de la iglesia de San Vital, en Ravena, se representa a Justiniano con el
primer tipo, un simple rectángulo de tejido que cubría la espalda y
llegaba hasta los pies.
El segundo tipo consistía en una pieza de ropa semicircular sujeta a los
hombros.
El tercero era una capa circular, muy parecida a la paenula romana,
cosida por delante con una abertura para la cabeza y, a veces, con una
capucha que se podía quitar y poner.
Existía otra alternativa a la toga: la clámide griega, que a menudo se
combinaba con una pieza cuadrada de tejido bordado denominada
tablion. Hacia los siglos V y VI, los hombres de clase media llevaban la
túnica. Tenía el escote adornado y era más larga que la túnica de los
cortesanos.
Los sacerdotes y la nobleza también llevaban un pallium, que, a
pesar de tener el mismo nombre que la capa romana, era
completamente distinto: consistía en una tira de tejido de unos 20
centímetros de ancho, exquisitamente decorada, que iba enrollada
alrededor del cuello. Debajo de la túnica, los hombres llevaban una hosa
(unas mallas de lana o de otro tejido) o un braco (pantalón bombacho).
A partir del siglo VI, empezaron a utilizar calzones o pantalones.
Los obreros usaban bombachos, que se metían por dentro de las botas
de caña alta; encima llevaban una túnica hasta el muslo y una capa hasta
los tobillos, ambas de lana natural.
Contexto histórico de la
edad Media.
La Edad Media abarca un
periodo histórico de más de
mil años. Tradicionalmente se
sitúa su comienzo en el año
476 d. C. con la caída del
Imperio Romano de Occidente
y su fin en 1492 con el
descubrimiento de América y
la invención de la imprenta
por Gutenberg.
Periodizaciones internas de la
Edad Media.
Aceptado este marco cronológico general, la
Edad Media se extiende desde el siglo V
hasta la segunda mitad del siglo XV, es decir
a lo largo de más de mil años. Se trata, por
lo tanto, de un período muy extenso el cual
no constituye una unidad inalterable. Así
pues, se han establecido periodizaciones
internas.
•Baja Edad Media (siglos XIV y XV): Frente al equilibrio y al desarrollo generalizado que
caracteriza la etapa anterior, la Baja Edad Media es considerada como la época de crisis de la
sociedad medieval en sus más variados aspectos -demográfico, social, económico, político,
cultural y espiritual-, por lo que no es extraño que para referirse a los dos siglos del Medievo se
utilicen con frecuencia expresiones tales como "los tiempos difíciles" o "los siglos críticos"; es
una crisis profunda que pone fin a la expansión anterior.
Vestimenta Femenina:
La mujer
medieval viste
influenciada por
los cambios
que sufría la
vestimenta
masculina. El
vestido que
solían llevar
constaba de
tres piezas: una
camisa, una
túnica o vestido
y un manto o
capa. Los
vestidos eran
largos y no se
enseñaban las
piernas, por lo
que en
ocasiones no
usaban calzas.
Los cambios que sufre la vestimenta de las mujeres afectan sobre todo al color y a los
adornos utilizados. A lo largo de los siglos, las mangas evolucionaron de distintas
maneras, las llevaron anchísimas y terminadas en punta inicialmente, pero, en el siglo
XII, las mangas volvieron a ajustarse al cuerpo, aunque en ocasiones también las
llevaron abullonadas.
La túnica siguió siendo larga y holgada y llevaban una especie de manto de ancho
vuelo que caía hacia atrás, dando origen a una especie de cola que se desarrolló como
moda más tarde.
Vestimenta
masculina:
Existían dos estilos de
vestimenta para los
hombres:
Un traje corto
(hasta la rodilla)
derivado de una
combinación del
vestido
cotidiano del
último Imperio
Romano y las
túnicas cortas
usadas por los
bárbaros
invasores.
Un traje largo (hasta el tobillo) que desciende de la ropa de las clases altas romanas e
influenciado por el vestido bizantino.
La ropa interior consistía en una túnica interior (camisa francesa) o camisa con mangas
largas y apretadas, y cajones o sujetadores, generalmente de lino. Con la túnica se
usaban a menudo las polainas de tela a medida, llamadas chausses o mangueras,
hechas como prendas separadas para cada pierna. La manguera rayada era popular.
Los hombres de las clases altas a menudo iban sin sombrero. Sin embargo, las clases
bajas rurales tenían algunos sombreros para elegir. El chaperón en forma de capucha y
capa hasta el hombro se usó durante este período, especialmente por las clases
rurales más bajas, y la cofia de lino ajustada atada debajo de la barbilla apareció a
fines del siglo.
Complementos
Calzado:
En la época medieval se introdujo un tipo de
zapato en punta, la polaina, estilo que ha
perdurado hasta la actualidad. Inicialmente
se consideraba que calzar zapatos
puntiagudos era un símbolo de posición
elevada. Por ello, las puntas tenían cada vez
una longitud menos natural: a veces
llegaban a los 45 centímetros. Finalmente,
una ley inglesa promulgada en 1363 asignó a
cada clase social una longitud de punta para
el calzado: la plebe la podía llevar de 15
centímetros; los caballeros, de unos 37,5
centímetros, y la nobleza, de hasta 60
centímetros. No obstante, la Iglesia
consideraba que las puntas extremadamente
largas y estrechas eran algo perverso, por lo
cual fueron ensanchándose cada vez más, hasta el punto de producir lo que se acabó llamando
"calzado en pico de pato".
Maquillaje y cuidados.
La tradición romana del
baño perduró en la Edad
Media. Algunos hogares
disponían de un baño
hondo hecho de madera,
mientras que otros
empleaban una tina de
cobre, latón u hojalata. En
la Edad Media ya existían
complejos sistemas de
suministro de agua. Por
ejemplo, en el monasterio
de Christchurch, en
Canterbury, se instalaron
cañerías en 1153, y fue probablemente este sistema de canalización lo que salvó a
todos los habitantes del monasterio, excepto a cuatro, de morir víctimas de la peste
bubónica en 1349. La higiene se mantenía más estrictamente en el monasterio que en
el entorno doméstico, donde se comía con las manos y un trozo de pan servía. Por ello,
no es de extrañar que en esa época naciera la costumbre de lavarse las manos. Los
libros sobre buenas r maneras escritos en la Edad Media aconsejaban a sus lectores
lavarse las manos y la cara, y cepillarse los dientes todas las mañanas. Sin embargo, no
se decía gran cosa acerca del baño completo.
El mayor cambio en los hábitos del cuidado personal femenino en la Edad Media
estaba relacionado con las cejas. En el siglo XIII, en Inglaterra, las mujeres se las
retocaban para que fueran pálidas y finas. En ocasiones se las afeitaban para parecerse
a las efigies de la escultura clásica. En Francia se las teñían de marrón y se las
depilaban para que tuvieran una apariencia delicada. Esto se puso de moda y, a lo
largo de los siglos XIV y XV, las mujeres se depilaron las cejas dejando sólo líneas
delgadas.
En la Edad Media no solían utilizarse perfumes. Hacia el siglo XIV, el azafrán se veía
como una esencia ligera aceptable, pero no se usaba nada tan exótico como las
fragancias de Bizancio. Gracias a las cruzadas, llegaron a Occidente algunos perfumes
orientales, que fueron muy populares en Italia y en Francia. Hombres y mujeres
usaban espejos. Se fabricaban de plata o cristal, y se colgaban en la cintura, aunque a
veces los hombres los llevaban en el sombrero. Las cajas para espejitos se decoraban a
menudo con complicados diseños y estaban talladas en marfil.
Peinados
Al principio, los hombres
llevaban el cabello corto. En
el siglo XIII se lo dejaban más
largo, con flequillo o con raya
en medio; a menudo se lo
rizaban usando planchas.
Hacia el siglo XIV, el cabello
largo ya era algo habitual.
La moda de la barba y
el cabello largos se
inició en las clases
altas y pronto la copiaron los hombres de todos los
estamentos sociales. Eduardo II llevaba el cabello
largo, y se rizaba la barba y el bigote. En la Edad Media era habitual la raya en medio
en las mujeres que tenían el cabello largo. Pero esa melena larga era difícil de manejar
y, por ello, las mujeres empezaron a separarla en varias partes, que ataban con cintas.
De ahí surgió el estilo más comúnmente asociado con las mujeres del medievo: las
trenzas. Trenzarse el cabello significaba el paso de niña a mujer o el matrimonio. En
Gran Bretaña, hacia el siglo XII, las trenzas podían enrollarse en la cabeza y en
ocasiones formaban un moño.
Sombreros y tocados.
A lo largo de la Edad Media, fue
fluctuando el gusto por ornamentar la
cabeza. Inicialmente, apenas se usaban
sombreros en Europa. Sin embargo, con
el paso del tiempo, se fue
experimentando con ideas nuevas. En la
segunda mitad del siglo XII, la capucha
se separó del manto para convertirse en
una prenda independiente, la caperuza,
que se llevaba con tuna capelina,
pequeña capa que llegaba hasta el
hombro. Se trataba de una innovación práctica, pues calentaba
la cabeza y la protegía de la lluvia sin dificultar el movimiento