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INDUMENTARIA

ESCÉNICA

REALIZADO POR: REBECA COSTA NOGUERA

GRUPO: 2ºD2

CURSO: 2017/2018

ASIGNATURA: INDUMENTARIA

PROFESORA: ANA DOLORS

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ÍNDICE

- Egipto … Pág. 3

- Grecia … Pág. 6

- Roma … Pág. 9

- Edad Media … Pág. 11

- Renacimiento … Pág. 16

- Siglo XVII … Pág. 22

- Siglo XVIII … Pág. 27

- Siglo XIX … Pág. 35

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EGIPTO

La vestimenta egipcia no solo está sujeta a factores climatológicos, sino también a


factores sociales y de clase. Los que más se visten son los miembros de la realeza,
dejando a los esclavos y a los niños menores de 6 años a merced del clima Su piel estaba
bronceada por el sol y muchas veces se buscaba el efecto de transparencia y el desnudo.
En lo relacionado al tejido, las telas se fabricaban especialmente con materiales
vegetales. En este aspecto, destaca el lino porque les resultaba sencillo obtener esta tela
haciendo girar las fibras desde el tallo de la planta, y porque se trata de un tejido ligero,
fresco, con diversas variedades semitransparentes, y puro. Por el contrario la lana se
consideraba impura, ya que todas las fibras animales eran objeto de impedimento y solo
se empleaba en los mantos y prendas de abrigo, estando prohibido su uso en los templos
y tumbas. Otros géneros utilizados eran la seda y el algodón, durante la entrada de los
árabes en la zona. Los tejidos eran de color blanco, ya que para ellos el color blanco era
sagrado. Los colores vivos y el dorado se solía utilizar en bordados y adornos.

El traje masculino está constituido por el Shenti que es una tela rectangular de lino que se
enrolla en la cadera. A veces se recogía o plisaba en la parte delantera. Otra prenda que
utilizaban los hombres con más poderío era la Calasiris. Se trata de una túnica
confeccionada con un tipo de lino muy ligero, semitransparente. Por otra parte
encontramos el manto egipcio llamado Sush, que es una tela de lino parecida a una
sábana, cuya función es la de envolver. Es más largo que el shenti y se suele sujetar con
un cordón alrededor del cuello o enrollado en la cadera y llevado por encima del hombro
hacia la espalda.
En lo referente al Faraón, el Shenti se mantiene, de hecho es el traje de la realeza, pero el
talle por cinturones es de diversas formas y a veces cae por delante llevando bordado las
insignias reales. También encontramos el calembé real que es parecido al shenti pero
adornado con rayas de colores separadas por bandas blancas y provisto de un simbólico
rabo de toro y un cinturón que entra en contacto con la piel. Otra prenda que solían llevar
los príncipes era la Almalafa real, un vestido colocado encima del shenti sujetado con un
solo nudo en el pecho, cuyo tejido era el lino semitransparente. vestidura colgante

En cuanto al traje femenino se utiliza una larga blusa de tela que tiene aspecto de faja, la
cual modela el talle y tapa los senos con dos largas bandas de tejido que se suspende por

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los hombros. Para las mujeres del pueblo, la blusa está sujeta por un solo tirante dejando
los senos descubiertos y suele ser de colores crudos y uniformes. Además también
pueden llevar una especie de falda de red cuyo color puede contrastar con la blusa. Los
colores utilizados en el Antiguo Imperio eran además del blanco, el rojo vivo o el azafrán.
Ya entrado el Nuevo Imperio, aparecen unas túnicas anchas transparentes y un vestido
que se ata al cuello por una punta mediana y pasa entre los senos, dejándolos
descubiertos. También encontramos la “Almalafa de Isis” que se trata de una tela que se
coloca sobre los hombros y se ata con una lazada en el pecho. El “plegado etíope” y
“mantón plegado doblado” son otros tipos de almalafa con el mismo punto de partida y
anudado en el pecho, pero se disponen con diferentes plegados.

Otros datos interesantes referente a la vestimenta, es que las faldas de los hombres eran
más cortas que las de las mujeres para mantener el recato femenino, y que los niños no
se vestían hasta cumplidos los 6 años. En el Imperio nuevo, el shenti de los hombres
comienza a ser más largo y los vestidos de las mujeres más sugerentes.
En lo relativo a los peinados, tanto hombres como mujeres se afeitaban la cabeza por
motivos de calor y de higiene. La gente del pueblo utilizada gorros de fieltro para cubrirse
la cabeza y la realeza llevaba pelucas de lino negro onduladas o trenzadas. En el Imperio
Antiguo eran más cortas y hacia el Imperio Nuevo se vuelven más largas. Las reinas
llevaban un tocado en la cabeza en forma de buitre, el cual se coloca sobre la frente y
tiene un carácter sagrado. El tocado más característico de los faraones es el “Klaft” que
se trata de un cuadrado de tejido rígido que se asemeja a la melena de un león provisto
de rayas paralelas y con un gavilán de oro tejido que protege la cabeza con sus alas
extendidas. Además se le añade una figura de serpiente sagrada en la alhaja de oro con
pedrería y esmalte colocada sobre la frente.

En los pies, la gente de la realeza lleva una especie de sandalia hecha con palmera o
papiro, cuya punta de los dedos se recubre con dicho material doblada hacia arriba. La
gente del pueblo va descalza.
El adorno más característico de la indumentaria egipcia son las joyas, confeccionadas con
oro cobre, plata, lapislázuli, obsidiana negra y todo tipo de minerales y cristales
coloreados.

Los egipcios además utilizaban ya el maquillaje que obtenían de gran variedad de


productos como aceites, minerales, colirios, etc. Usaban dos tipos diferentes de máscaras
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para los ojos, negra para contornear y verde para las pestañas y cejas. El color negro lo
obtenían al aplastar la galena, de la cual obtenían un polvo negro. Con este hacían el
khol. Para conseguir el color rojo utilizaban el ocre. Para compactar los polvos usaban
grasas animales y así también conseguían su conservación. Los egipcios usaban los
productos cosméticos para protegerse de los efectos del sol y del clima seco. El khol para
la conjuntivitis y los aceites para la lubricación de la piel.

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GRECIA

PERIODO PREHELÉNICO

Los hombres llevan normalmente en su día a día el taparrabos que pueden ser de
texturas y materiales muy diferentes, desde telas más ligeras a tejidos más ásperos o
cuero. A veces es similar una falda rodeando las piernas y otras veces está colocado de
forma inclinada en las caderas y cae en forma de dos delantales. En ocasiones especiales
utilizan el taparrabo de ceremonia que está recargado de una faja llena de adornos que
desciende oblicuamente hasta las rodillas. El torso permanece descubierto en su mayoría
a excepción de las escenas religiosas que se cubre con una casaca. A veces se tapaban
el torso y la espalda con una capa de piel de animal que se echaban sobre los hombros.
Además de llevar el pelo largo, estos se colocan un gorro de lana y un sombrero grande,
plano y redondo. En los pies suelen calzar unos borceguíes, que son una especie de
botas altas llenas de correas que dan 7 vueltas alrededor de la pierna. Para estar por
casa iban descalzos.

Como característica del traje femenino destaca la riqueza de los adornos y los pliegues en
el tejido. Las mujeres llevan una falda sujeta por un cinturón y ceñida a las caderas, a
veces se ve tiesa porque llevan unos aros de metal y otras veces se extiende como un
cono sobre unas varillas de junco. Cada vez se van volviendo más estrechas. Visten un
corpiño que se ciñe a la cintura dejando libre los senos y puede aparecer con una
camisola semitransparente sobre la que se coloca un bolero, que deja a la vista los
antebrazos. Sus mangas pueden ser más estrechas u holgadas. El calzado es similar al
de los hombres, sin embargo destaca la cantidad de joyas que portan, decorando dedos,
muñecas, cuello e incluso el cabello que suele ir trenzado o con diademas.

PERIODO CLÁSICO

La mayor parte de los tejidos utilizados son lana y lino. Generalmente el patrón utilizado
en la vestimenta está constituido por un rectángulo de tejido que no lleva costura ni
dobladillos. Desde ahí pueden modificar las dimensiones o proporciones de la pieza,
doblarla y añadirle complementos si se desea. Posteriormente, gracias a la toma de

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contacto con Asia, se empiezan a utilizar tejidos como la seda. Los colores podían variar
desde el rosa, amarillo, azul, violeta hasta el púrpura que era el color más caro de
conseguir y adquirir.

En cuando a los hombres, vamos a ir diferenciando según las clases sociales. Por una
parte los campesinos vestían con pieles más ásperas o gruesas de lana, que
complementaban con la “Kyné” (gorro de cuero o piel áspera). Los artesanos y esclavos
llevaban la “exomis”, un vestido de trabajo de lana sin curtir a veces abierto y sin costura.
Deja a la vista el muslo y el torso derecho, cubriendo los otros dos.
Como prenda general, llevan la túnica o “quitón” que puede ser de lino o lana. Está
cerrada con dos fíbulas en los hombros, cosida en los laterales y sujetada en el talle por
un cinturón. La tela se puede subir para descubrir las rodillas, de manera que se acortaría.
La túnica larga la suelen llevar personas con una alta función civil o sacerdotal.
Por otra parte, tenemos el “himation” o capa, que es un vestido civil multifuncional con
diversas posiciones. Puede cubrir espalda y hombros, echando el último faldón sobre el
brazo izquierdo; o puede cubrir el brazo izquierdo llevándolo desde el brazo derecho y
solo poder utilizar la mano. También se puede llevar sobre la túnica larga o sobre el
cuerpo desnudo.

Otro tipo de vestido de lana es la “clámide”. La llevan los soldados sujeta con una fíbula
que se puede colocar sobre cualquier hombro. Suelen haber diferencias de color entre
esta y la túnica.

Los hombres llevan el pelo largo y rizado, al igual que las mujeres. Si el pelo era corto, se
cubría con una banda de tela o metal. Dependiendo de la época, solían llevar la barba en
punta sin bigote. Los filósofos o pensadores se dejaban crecer toda su vellosidad.

En cuanto a las mujeres distinguimos entre el traje dorio (tejido de lana atado con fuertes
fíbulas) y el traje jónico (túnica de lino). El “peplo” es un tipo de traje dorio. Se trata de un
vestido que se abrocha en los hombros, sin pliegues ni cinturón y se ciñe al cuerpo de la
mujer. Una variante de este vestido, es doblar la parte superior , quedando una especie
de volante que se alarga hasta el codo. La disposición del peplo es asimétrica, ya que
sobre el lado derecho, la abertura enfatiza los ángulos creados por los pliegues,
apareciendo de esta forma una banda de color. A veces se estrecha el vestido añadiendo
un cinturón, pero siempre cuidando la sobriedad de los pliegues con mucha elegancia y
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majestuosidad. También podemos encontrar el peplo cerrado y con él, surge la posibilidad
de cubrirse la cabeza.

Por otro lado encontramos la túnica de lino, que está cosida en sus laterales formando
una especie de manga. Se suelen atar con unas fíbulas que dejan unos espacios
regulares. Se señala el talle con un cinturón. Es más largo y el extremo de la tela se lleva
hacia delante.

En las fiestas, las mujeres llevaban el pelo largo y suelto, excepto aquellas que estaban
de luto que solían llevarlo corto. En cuanto a los peinados arcaicos, estos solían dejar
caer dos tiras de cabello encrespado sobre los hombros y el resto recogido en un alto
moño. Las dos tiras también podían estar recogidas en el moño con una cinta en su
versión más clásica. A menudo se añade una diadema o una faja.

En lo referente al calzado, generalmente llevaban sandalias de cuero natural o negro en el


caso de los hombres. Las mujeres suelen llevarlas más coloridas.

Como dato curioso, ni hombres ni mujeres llevaban ropa interior.

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ROMA

En la antigua Roma, los materiales y tejidos empleados continuaban siendo la lana y el


lino. Pero poco a poco se fueron mezclando con el hilo y la seda. La seda pura no se
introduce hasta el 218-222 d. C.
La prenda del hombre por excelencia es la toga, pero debajo suelen llevar una túnica.
Ambas suelen ser del color de la lana virgen para el ciudadano común. La túnica comenzó
siendo más corta y después se alarga hasta los tobillos. La túnica estaba hecha de lana y
sus mangas se alargaban hasta los codos. Por detrás solía ser un poco más larga. Se
ceñía al talle con un cinturón de piel o un ceñidor de cañamo. La túnica podía estar
decorada con bandas de color que salían desde los hombros hacia abajo, apliques de
tejidos de colores diferentes a la altura del pecho y de las rodillas, etc. Dependiendo del
color de las bandas y su anchura, los ciudadanos tenían una función social u otra. Los
trabajadores y soldados solían llevar la túnica por encima de las rodillas.

La toga era una prenda de lana muy extensa con forma de media luna que se enrollaba
alrededor del cuerpo y se mantenía sujeta sin ningún broche ni alfiler, por lo que debía
pensar bastante. Los ciudadanos con funciones sociales como magistrados, senadores y
caballeros la llevaban siempre en público, pues era un símbolo de ciudadanía. Para su
colocación perfecta era necesaria una persona que les ayudara, ya que para los
ciudadanos romanos la colocación de la toga era todo un arte, atendiendo al más mínimo
pliegue y detalle en su posición.

Otras prendas que solían llevar los romanos era el “pallium” una especie de manto hecho
de lana, lino o algodón, que se coloca encima de la túnica. Su forma es rectangular y fue
el sustituto de la toga en el siglo II a. C en la vida común. Los colores podían ser variados.
Los esclavos llevaban la “penula”, una especie de capa con capucha que podían llevar
tanto hombres como mujeres.

Las romanas además de llevar ropa interior como el taparrabo y “strophium” (antecesor
del sujetador), llevan una doble túnica la “subucula” y después la “stola”. Esta última es
larga y va ceñida al cuerpo por un cordón a la altura de la cadera y sujetada debajo de los
senos por un cinturón. Encima de la stola, se colocaban la “palla”, una especie de manto

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de lana rectangular que utilizaban como velo cuando eran viudas. Por lo general, las
mujeres no llevaban toga, solo aquellas que se las consideraba adúlteras o prostitutas.
La apariencia de las mujeres era muy importante, por lo que debían cuidar
minuciosamente todos los detalles. Era de frecuente utilización los perfumes, ungüentos,
cremas y numerosas joyas. También era muy importante el peinado, siendo tendencia los
rizos, los moños y las trenzas mezclados con una cinta púrpura, la “vitta”.

En cuanto al calzado, se hace uso de la “solea”, suela atada con correas de cuero; y la
sandalia, que se ajusta con cintas alrededor de la pierna. Por otra parte, se emplea el
“calceus”, zapato cuyo lateral asciende hasta por encima del tobillo; y los “caliges”, unos
borceguíes cortados en lengüetas.

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EDAD MEDIA

Debido a que la Edad Media es un periodo muy largo, vamos a concretar la indumentaria
en un hombre y una mujer de la Alta Edad Media y otra pareja de la Baja Edad Media.

ALTA EDAD MEDIA:

Se utilizaban los tejidos de lana, los paños de Frisia, blancos o azul zafiro. También el lino
y la tela fina, los cuales servían para hacer camisas, calzas… Las telas de seda
importadas de Oriente continuaron de tendencia hasta el siglo XVII. Llevaban bordados de
colores, y motivos repetitivos. El bordado está muy de moda. Hay dos tipos de bordado, el
de corte, que consiste en aplicar a una tela lisa un motivo de un tejido; y el bordado de
producción, que coloca sobre un fondo, trozos de otras telas ya bordadas. Apenas se
usan joyas, debido a la pedrería en la ropa y a los oropeles de los galones. Un galón es
una cinta fuerte y estrecha de seda o hilo dorado o plateado usada como adorno.

La flor de lis y el armiño son símbolos de realeza, dibujos que sólo los reyes podían incluir
en su vestimenta.

- Traje masculino

Los hombres llevan dos túnicas superpuestas, debajo una de hilo, y encima una de lana,
larga y adornada con galones y que se coloca encima del cinturón de cuero. Las mangas
de la túnica son ajustadas. También visten unos calzones de tela normalmente rojos y una
capa (sayo) de color gris o azul doblada en dos partes que se sujeta al hombro con una
fíbula. Es muy parecida a la clámide. Usan como norma general guantes durante todo el
año. En verano son de hilo, y en invierno de mitones de piel.

El cabello lo llevan cortado al estilo romano. Los nobles se dejan bigote. La gente del
pueblo suele llevar sombrero con forma puntiaguda de fieltro o se tapan la cabeza usando
la esclavina. Esto recibe el nombre de “cuculla de bardo”. Los cortesanos decoraban su
cabeza con una cinta en forma de diadema.

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En cuanto al calzado, estos están formados por dos trozos de cuero dorado o rojo y
fijados a una suela de madera, “gálicas” o “gagochas”. A veces solo tienen un trozo de
cuero en el centro y dos largas correas que se enrollan en las piernas.

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- Traje femenino

Está compuesto de dos túnicas y un mantón que se coloca en la cabeza. La túnica interior
o camisia, tiene las mangas estrechas y largas, y va formando pliegues en el antebrazo.
La estola, puede ser más corta y las mangas son anchas y llegan hasta el codo. Va
adornada con galones en el escote, bajo de las mangas y en la mitad del torso.
Normalmente llevan un cinturón colocado un poco más arriba de la cintura. El manto del
pelo, consiste en una gran tela rectángula (derivada del palio). Este a veces puede tener
una capucha “casulla” y la clámide abrochada en el hombro. La longitud del velo llega en
un principio hasta los tobillos. Está se irá acortando con el paso del tiempo.

A pesar del velo, las mujeres llevan el pelo separado en dos partes por una raya en
medio, para después juntarse en la nuca o enrollarse alrededor de la cabeza en forma de
trenza mezclada con cintas. Esta se sujeta con unos alfileres largos.

Apenas utilizaban joyas, pues los galones se usaban para decorar todo. Se puede
encontrar algunas fíbulas y aros de orfebrería para sujetar el velo.

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BAJA EDAD MEDIA

- Traje masculino

En el traje del hombre se perciben algunos cambios. El bajo de las mangas se dobla, de
forma que queda a la vista el forro. Incorporan a su vestuario la chaqueta. Esta se
compone de dos piezas, un corpiño y una falda, las cuales se cortan por separado y
después se cosen a la altura de la cintura. La falda forma muchos pliegues . Entre los
años 1460 y 1480, las mangas “ en pernil” se cortan desde el hombro hasta el codo y van
sujetas con unas hombreras rellenas. Aparece la “zamarra” que es una especie de casaca
(Abrigo ajustado al cuerpo, largo y con faldones, generalmente de color vivo y adornado
con pasamanería o bordados; es una prenda antigua que llevaban los hombres…) abierta
y forrada.

En cuanto al cabello, lo llevan en forma de casco, pero dejando las ojeras libres. En 1430,
el pelo se lleva más largo. Se colocan sombreros de plumas de pavo real, ya sea
directamente sobre la cabeza o sobre la cofia.

Los zapatos siguen siendo polainas de cuero, con suela y con las puntas levantadas.
Hacia 1480 comienzan a llevarse los zapatos con punta redonda y después con la punta
de “pico de pato”. En invierno solían calzar botines de colores vivos intercalado entre las
calzas y los zapatos.

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- Traje femenino

Compuesto por la hopalanda y la cotardía, las cuales se abren dejando ver el reverso de
terciopelo o piel. El pecho va cubierto con un trozo de tela triangular y una pañoleta de
gasa: la gorguera. Llevan un cinturón muy ancho colocado encima de la cintura y que se
ata en la espalda. La falda es un poco más ajustada por delante, pues se abrocha en el
vientre. Está adornada con una banda de piel blanca o terciopelo. La achura y largura de
esta banda indica la clase de la persona. En 1470 el escote triangular también se lleva a
en la espalda. Y se normaliza el hecho de que las mujeres se casen de color rojo.

En el pelo llevan tocados muy altos. Desde el gorro cónico sobre el que hay dos rodetes
cubiertos por un velo; el “capirote” muy agudo y agrandado con dos pisos de muselina
tiesa; hasta el capirote compuesto por un chal de terciopelo o lencería en la base y en la
punta una gasa ligera que cuelga, el “estandarte”.

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SIGLO XVI (EL RENACIMIENTO)

- Verdugado español

Se llama verdugado español a la enagua de cáñamo fuerte, áspero y almidonado, que se


cubría con unos bajos de falda de tafetán (tela una de seda o rayón, tupida y con viso) y
se rodea con unos aros hechos de mimbre, aportándole forma de cono. Estos aros
llamados verdugos le dan el nombre al propio traje. Se cosían en la parte externa de las
faldas forrándose con un tejido de distinto color y clase. Esto también servía para
adornarlas. El verdugado se une a la basquiña, una falda larga y generalmente de color
negro que llega hasta los pies. Al verdugado se une un cuerpo sin mangas, relleno y
pespunteado que transforma la parte superior del cuerpo en otro cono, cuyo vértice sería
la cintura. Sobre el verdugado se coloca el sayo (especie de túnica que llega hasta las
rodillas). Este debe ser tieso. Las mangas del sayo son anchas y ceñidas en el puño, al
igual que las de la camisa, cuyo adorno son los acuchillados. Las mangas del vestido, en
un principio llegan hasta el codo y van decoradas con orlas de piel. Después se
convertirán en chales de piel que se enrollaran en los brazos y se sujetarán en los
hombros con una joya. El cuerpo a su vez se adorna con los jaseranes, unas cadenas de
oro cosidas en forma de guirnaldas. En el cinturón se colgaba el rosario y el abanico de
plumas. Y el cuello se mantiene cerrado.

Hacia el año 1525, las mujeres de clase baja llevan los verdugos al descubierto y las
mujeres de clase alta los llevan cubiertos a modo de falda interior.

En cuanto a las joyas, solían llevar varios anillos, incluso un sello.

En lo referente al tocado, las mujeres solteras llevaban el pelo suelto sobre los hombros y
cubierto por una redecilla, la cual se adornaba con perlas. Las mujeres casadas llevan la
toca ( tocado que cubre la cabeza y en ocasiones también las orejas y el cuello,
generalmente de color blanco y de diferentes tejidos, casi siempre finos). También surgen
dos nuevas modas: la ferronière, una joya que cuelga por la frente sujeta con un
cordoncillo; y el tocado en “passe-filon”, que consiste en dos trenzas que son atravesadas
por unas joyas circulares y que se colocan a la altura de las orejas.

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Los zapatos en1530 se uniforman: son cerrados, estrechos, llevan cuchilladas y las
puntas son redondeadas. Son usados por todas las clases sociales. Durante el reinado
de Felipe II el zapato adquiere una forma más puntiaguda, con grandes cuchilladas en el
empeine y otras más pequeñas a los lados. En la segunda mitad del siglo XVI aparecen
los zapatos de pala, que cubren todo el empeine.

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- El verdugado inglés

La blusa femenina tiene la misma forma que el jubón masculino, aunque es más ceñida
por la parte de la cintura. El verdugado en forma de cono se convierte ahora en forma de
tambor, esto significa que está constituido por un rodete (objeto con forma circular) que
se coloca sobre la cintura y debajo de la falda para mantenerla tiesa alrededor de la
cintura y para después caer formando unos pliegues anchos. Las mangas del sayo son
anchas y abombadas, al igual que las del vestido. A finales del reinado de Enrique III
aparece un tipo de gorguera que se coloca a la altura de la cadera y cuya forma se
asemeja a un abanico gigante que se levanta por detrás de la cabeza. Junto a la gorguera
se atan unas conchas de gasa que se mantienen con un armazón metálico y que se atan
a la espalda. Además aparece el manguito de terciopelo o satén, el antifaz de terciopelo
utilizado por las mujeres burguesas, los guantes acuchillados que se adornan con flecos o
bordados. También aparecen medias de seda con colores vivos. En cuanto a las joyas, se
añaden los pendientes.

En lo referente al peinado, el cabello se lleva recogido hacia atrás y enrollado en un moño


encima de la cabeza y se suele colocar una especie de casco (casquete) parecido al de
los hombres.

El calzado es italiano. Se llevan las chinelas llamadas “pianella”. También se lleva el patín
veneciano que es muy alto, el cual es tapado por el vestido y utilizado para elevar la
estatura.

Durante el reinado de Enrique IV, el traje femenino sufre algunos cambios. La blusa es
igual, pero presenta un gran escote. También se encuentra la gorguera rígida situada
sobre la cintura y que se confecciona con la misma tela. La falda se suele abrir por
delante para que se vea la saya (falda interior). Las mangas del vestido podían ser
acuchilladas o podían ser muy anchas y largas hasta colgar hasta el suelo. El cuello es
muy alto y se levanta por detrás de la cabeza. Solía ser de encaje, al igual que los puños
y las bocamangas. El cancán (un collar de perlas con un colgante en el centro) enrolla el
cuello.

Llevaban un maquillaje muy exagerado con lunares postizos.

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El pelo se llevaba rizado y con un recogido alto, adornado con joyas; y cubiertos de polvos
perfumados a la violeta en el caso de las morenas y al lirio para las rubias. No llevaban
sombreros a no ser que fueran de caza, en tal caso llevaban el fieltro masculino pero con
plumas. Las mujeres de pueblo solían tintarse el pelo de cobrizo con la corteza de roble
triturada.

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- Hombre acuchillado

En la época de Enrique III, el traje se vuelve muy extravagante, utilizando para las calzas
y las medias colores distintos. Se utiliza mucho el color verde. El jubón, (prenda de vestir
ajustada que cubre el tronco del cuerpo, generalmente con faldones, sin mangas o con
mangas fijas o de recambio) estaba armado con una ballena de madera o metal, además
llevaban la pantera (una especie de bolsa forrada de crin, lana o estopa). Las mangas del
jubón son abombadas en la parte de los hombros y adornadas con acuchillados. Son
ceñidas a la muñeca y los puños de la camisa suelen dar una vuelta. El cuello es alto de
lencería blanca. También pueden llevar gorguera. Marcan la cintura con un cinturón fino y
elevado por delante. En cuanto a las calzas, podemos encontrar varias: calzas de lodiers
(llevan la cadera acolchada); las calzas atacadas (muy pequeñas, huecas y acompañadas
del calzón que son unas medias ceñidas); los gregüescos (calzas largas, sujetadas bajo la
rodilla). La bragueta y los abrigos largos desaparecen. Solo permanece la capa, que se
sujetaba a los hombros y era de larga hasta la cadera.

El jubón se hacía de paño, y con el tiempo se empezó a usar telas más ricas. Por la parte
interior, se llegó a forrar con lienzos, cañamazo y otras telas, y luego se rellenaba con
algodón, estopa o con borra para darle rigidez e imitar a las corazas militares.Las mangas
y el cuello eran las únicas partes de la prenda que se podían enseñar. A partir del siglo
XVI el jubón no lleva collar e incluso podía no llevar mangas. El borde inferior se alarga
apareciendo unas faldillas.

En el pelo solían llevar un pequeño gorro, cuyo borde se asemeja a la forma de una flor o
de una nube (esto lo he puesto yo, no aparece en los apuntes) y se adornaba con plumas
y joyas. El cabello rizado y empolvado con violeta. Fuera de la corte se lleva un sombrero
pequeño de fieltro o terciopelo.

En lo referente al calzado, se lleva el patín (sandalia veneciana) con un tacón en el centro


o un tacón en cada extremo. En el caso de las ceremonias se suele llevar un escarpín sin
tacón y con el empeine cubierto. El escarpines una zapato de línea simple, sin cierres ni
adornos que lleva una lengüeta alta en el empeine con un pequeño elástico a cada lado.
Es de cuero, flexible o de tela. Siempre hace juego con las calzas o el abrigo.

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SIGLO XVII

A lo largo de este siglo (Barroco), la indumentaria francesa destaca por su evolución en la


moda, la cual atribuimos a diferentes cambios políticos: reinado de Luis XIII (1610-1643) y
el de Luis XIV (1643-1661). Durante este periodo, los encajes se convertirán en un
símbolo de distinción social.

- Mosquetero

El cargo de mosquetero se crea en 1622, al sustituir a los soldados de caballería ligera.


Estos conservan la casaca (abrigo ajustado al cuerpo, largo y con faldones, generalmente
de color vivo y adornado con pasamanería o bordados). Solía ser azul y con cruces de
plata. Debajo llevaban el jubón. Los mosqueteros llevaban el “búfalo” (pieza
exclusivamente militar) que era una chaleco de piel agamuzada que se ponía encima del
jubón. Al final del reinado de Luis XIV aparece la “hungarina” que es un gabán (prenda
gruesa de vestir de manga larga que cubre el cuerpo hasta debajo de la rodilla, va abierta
por delante y se pone sobre otras prendas para proteger el cuerpo del frío) abotonado por
delante y con una pequeña obertura en la cadera. Gracias a este gabán desaparece el
coselete de metal, quedando solo la gola (adorno hecho de tela blanca, tul o encaje que
se ponía alrededor del cuello, formando pliegues), utilizada para distinguir el cargo de los
oficiales. En cuanto al tren inferior, estos vestían pantalones un poco más anchos al estilo
veneciano.

Los mosqueteros cubrían su cabeza con sombrero de fieltro con penacho (conjunto de
plumas levantadas que tienen ciertas aves en la parte superior de la cabeza). En los pies,
calzaban botas altas.

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- Ringrave

Durante el segundo periodo del reinado de Luis XVI (1661-1670), el traje masculino está
caracterizado por unos pantalones importados de Holanda, llamados “ringrave”. Un
pantalón corto muy ancho, con numerosos pliegues, cuyo aspecto es semejante al de una
falda ancha de vuelo. Este se suele llevar encima de un calzón blanco. Hacia 1660 el
ringrave va a adornado con cintas en la zona de la cintura y en los lados, los “galantes”.
Posteriormente se sustituirán por un volante. Bajo la capa, llevaban una chaqueta corta y
una blusa blanca con las mangas abombadas, y adornadas con puntillas, lazos y cintas. A
la valona le sucede la “solapa” que es una especie de pechera o chorrera que se ata con
unos cordones con borlas al cuello de la camisa.

Para cubrirse del frío, el abrigo que utilizaban era una capa que dejaba ver los bajos del
ringrave. La cabeza iba cubierta por un sombrero de fieltro con alas estrechas y cubierto
completamente por dos plumas gigantes. El cabello lo solían llevar largo y rizado. Más

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tarde el uso de la peluca se generaliza. En el armazón se hacen unos agujeros por los
que pasa el pelo real, el cual se mezcla también con la peluca.

Los zapatos eran con taco rojo y moño, de puntas cuadradas y anchas y adornados con
lazos o borlas. Como complemento utilizaban el “tahalí” que es una correa ancha, de tela
bordada en seda que cruza desde el hombro derecho hasta el lado izquierdo de la cintura,
el cual sostiene la espada.

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- Capitán garfio

Debido a la influencia de los uniformes militares, el traje de hombre se transforma. El


jubón y el ringrave son sustituidos por la casaca y la chaqueta, que es igual de larga que
la casaca. La chaqueta está atada con alamares (es un tipo de ligadura realizada con una
cinta de seda, piel o cordón cerrada en lazo para formar un ojal a través del cual pasar el
botón). Llevan un calzón corto y ajustado pero no se ve. La chaqueta se abre para que se
pueda ver la corbata de muselina o seda, que se anuda debajo del mentón y cuelga hasta
medio pecho. En invierno llevan un abrigo corto o un “branderburgo” (gran esclavina con
mangas, que se abrocha con colas de botones y posteriormente con brandeburgos.

En lo relativo a la peluca, esta es gigante, recibe el nombre de “in-folio” y se eleva desde


la frente formando por puntas. A partir de 1703 se empolva. El sombrero con las plumas
en forma de alas se levantan. Más tarde se empleará el tricornio galoneado.

Los zapatos tienen un poco de tacón.

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- Traje femenino del tercer periodo (1670-1715)

Llevan un cuerpo muy ajustado a la cintura y adornado con lazos de cintas superpuestos,
“escalas”, o con brandeburgos. La sobrefalda tiene más vuelo gracias al miriñaque de tela
almidonada (armazón circular de tela rígida con ballenas o de aros de metal o mimbre que
se ata a la cintura de la mujer con cintas, llega hasta los pies y se coloca bajo una falda
larga para ahuecarla). Este va sujeta a la falda con alfileres. La falda de abajo está
adornada con retazos de telas diferentes o faralás (volantes). Las mangas reciben el
nombre de Amadís. Son estrechas y se atan más o menos en el codo. Estas alternan con
unos puños muy grandes llamados prometedores.

Como complemento usan una bufanda de tafetán. A veces se pone encima del tocado y
cubre los hombros. Las princesas llevan un manto en las ceremonias que se ata en el
pelo y cae sobre la cosa del vestido. El tocado es la cofia a la Fontange (una serie de
bucles superpuestos de encaje sujetados por alambres y alfileres), que disimula el moño.
A veces puede estar decorada con dos largas bandas que cuelgan y con cintas.

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SIGLO XVIII

- Traje masculino

Destacan el terciopelo, los paños de seda y la lana; el color rojo oscuro y el castaño claro.
Los bordados se reservan para los trajes de la corte.

Las tres prendas esenciales del traje de Luis XIV son la casaca, la chaqueta y los
calzones. Estas sufren algunas modificaciones. Sin embargo, voy a explicar el traje
masculino de mitad de siglo, con el reinado de Luis XV.

El traje a la francesa o jubón es más corto y apretado. Los botones se colocan ahora a la
altura de los riñones y las mangas son más largas y estrechas. De lleva mucho el frac. La
chaqueta no lleva ni bolsillos ni faldones y adopta el nombre de “chupa” o “chaleco”.
Algunos bordados incluyen las lentejuelas y las pedrerías. La largura del calzón se
extiende hasta debajo de la rodilla, el cual cubre la media. Desaparece la corbata y se
colocan un lazo negro, y la chorrera de encaje se cose sobre la camisa.

La peluca más alta tiene forma de tufo ensortijado a la griega. Como accesorios utilizan el
paraguas. También se enrollan el pelo en una cola y atado con una cinta hacia atrás. El
pelo postizo se mezcla con el cabello real.

En cuanto a los zapatos, estos siempre llevan tacones, normalmente de color rojo, pero
más bajos. El tricornio lo llevan debajo del brazo

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- Vestido a la francesa

Entre las aristócratas se puso de moda este vestido. Era un diseño muy elaborado que
constaba de tres partes: la casaca, abierta por delante y acabada en cola; la falda y el
corsé o cotilla (cuerpo con ballenas sin mangas, atado con cordones y terminado en
haldetas para poder adaptarlo a la cintura y con forma triangular.

La falda era extremadamente amplia y se sostenían con un armazón interior, el tontillo,


derivado del guardainfante. Este podía alcanzar dimensiones considerables, hasta 5
metros de diámetro. El tontillo francés desplazaba el volumen de la falda a las caderas,
con lo que resaltaba la silueta de la mujer. La falda está adornada con volantes de
encajes, cintas y bullones (plegados de la tela de vestidos y tapicerías en forma esférica y
ahuecada) de gasa. En la parte de arriba llevan corpiño decorado con una escala de
cintas. La falda y casaca se abrían en V por delante por lo que necesitaban una prenda

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triangular que ocultara el corsé: el peto o petillo (tela muy rica y ornamentada). Este se
fijaba con alfileres o se cosía al corsé. También se cosían los delanteros de la casaca.
La casaca estaba inspirada en la masculina, tenía la misma obertura por delante y por la
espalda, los mismos pliegues con su botón en los faldones, etc. Los bolsillos los llevaban
escondidos bajo la falda y para acceder a ellos se hacían unas aberturas en la falda.

A esto también contribuía el uso del corsé, que elevaba el pecho y estrechaba la cintura.
Se ataba con cintas a la espalda. En cuanto a la ropa interior, las damas solían llevar una
larga camisola de tela ligera hasta las rodillas, así como enaguas, que iban desde la
cintura a los tobillos. Estas dos prendas estaban hechas de lino y eran más o menos
finas. Sobre las piernas llevaban medias de seda, lana o algodón.
El elemento distintivo se encuentra en los pliegues de la espalda, los cuales nacen en el
escote de la nuca y se derraman hasta el suelo como un manto continuo.
Con respecto a las mangas, solían ser acampanadas, generalmente llegando hasta los
codos. La terminación poseía puntillas o algunos adornos. Estos detalles de las mangas
ibas a hacerse más sobrios conforme pasaba el tiempo. Reciben el nombre de mangas
de “pagoda”.

A mediados de 1770, los peinados empezaron a crecer. Afloró hacia una estructura
compleja y empezó a ser muy alto. Las mujeres usaban casi todo lo que encontraban a su
alrededor para ponerlo en sus peinados, incluyendo cinturones, joyas, telas, flores, frutas,
plumas, etc. Usaban tanto su pelo como postizo. Así nació el pouf.
El pelo se lleva empolvado y cubierto con una boina o sombrero muy pequeño de encaje.
Normalmente cofías. Uno de los tocados más típicos es el “tapé”. Es bajo y está fijado
sobre una almohadilla de tafetán negro llena de crin que mantiene el pelo y permite
colocar adornos como flores o plumas. Este tocado se vuelve cada vez más alto y al
mismo tiempo sobre el cuello se colocan unos bucles que lo adornan, llamados
“dragones”.

Los zapatos de punta redondeada o puntiaguda. Se llevan las babuchas (calzado de


cuero o tela, a veces bordada en oro y plata, con la parte delantera acabada en punta,
suela plana y delgada y normalmente sin talón).

El que se muestra aquí, de 1760, se conserva en el Museo de Arte de Los Ángeles

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- Vestido a la polonesa

Hacia el año 1760 se introdujo este tipo de vestido. Un importante cambio ocurrió en 1772
cuando la sobrefalda se frunció hacia arriba a través de cordones ubicados de manera
que no se vieran produciendo el efecto "arremangado".
Consta además de un cuerpo ceñido. Más corto que el vestido a la francesa, pues dejaba
ver la enagua y los tobillos, lo que lo hacía más práctico para caminar. Este vestido
permite lucir los zapatos. En realidad no tenía polisón (ahuecador de la segunda mitad del
siglo XIX de efecto volumétrico similar) ni tontillo, lo que incrementaba su versatilidad. Era
un traje de paseo, arreglado pero cómodo.
Lleva las mangas de tipo “almadreña”, un poco acampanadas y adornadas con mucho tul
y unas vueltas de encaje. Los peinados dejan libre la nuca, son altos y dan la sensación
de una cabeza alargada “fisonomía elevada”. Se llevan los tocados ahuecados, con
plumas, cintas y diamantes. Llegaron a ser muy grandes.

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- Vestido a la inglesa

Debido al gusto que hubo en Francia por todo lo inglés, se puso de moda el “vestido a la
inglesa”. Incluía prendas derivadas de la indumentaria masculina, como la chaqueta corta
de manga larga y con amplias solapas, tomada del redingote (medio capa, medio abrigo).
El vestido esta formado por una bata que incorporaba sus propias ballenas, de modo que
podía prescindirse de la cotilla y el peto. Llevaba un amplio escote redondo que se cubría
con un sutil pañuelo de muselina, el “fichu”,y que se cerraba por la espalda. Las mangas
eran cortas y estrechas y las bocamangas eran de encaje de lino a la aguja. Se ceñía en
la parte de la espalda. Se caracterizaba por poseer un cuerpo ajustado y rígido que
terminaba en punta en la espalda, de donde salía la falda rizada sobre unas asentaderas
postizas.
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En lo relativo a los accesorios, las damas solían cubrir su manos y brazos con guantes.
En verano utilizaban mitones (tipo de guantes que dejaba al descubierto la mitad de los
dedos). Sin embargo, el accesorio más importante era el abanico. Con este se desarrolló
un lenguaje gestual en la corte de Versalles con la intención de seducir.

LOS ZAPATOS
Los zapatos femeninos del período rococó se caracterizan por su elevado tacón, situado
en la combadura del pie para dar mayor estabilidad. La base del zapato es siempre de
suela.

- Majo y maja

También conocidos como goyescos y goyescas, se trataba de personas procedentes de


los barrios humildes de Madrid. Destacaban especialmente por su forma de vestir, la cual
llamó la atención de las clases más nobles.

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- Traje de majo

Está constituido por chaqueta, chaleco, faja, camisa, pañuelo al cuello, comía, medias,
zapatos de hebilla, sombrero de tres picos, calzones y capa. Se caracterizaba por estar
completamente adornado con todo tipo de decoraciones: cintas, pasamanería, elementos
metálicos, etc. La chaqueta es corta, ceñida, de seda y con adornos en los hombros.
Tiene un cuello de tirilla y las mangas largas y apretadas. El chaleco se mantiene cerrado
con unos botones y también es ajustado y de seda. Bajo el chaleco iba la camisa,
normalmente adornada con chorreras. Los majos usaban un pañuelo anudado, dejando
ver el cuello de la camisa. La faja consiste en una tela rectangular larda de seda,
deshilachada por los extremos y que se colgaba sobre la cadera para sujetar el pantalón.
Los calzones de seda llegaban hasta las rodillas. Se ceñían al talle por una cinturilla y se
cerraban mediante ojales. Además se usaban medias blancas que cubrían el resto de las
piernas. El pelo iba recogido en una cofia, que podía ser tupida o en red, y se dejaban
largas patillas en la cara.

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- Traje de maja

Formado por un jubón raso y blanco, una chaqueta de terciopelo normalmente negra con
lentejuelas y pedrería en los hombros; una falda de raso larga y adornada con dos tiras de
madroños a modo de volantes. Posteriormente esta falda recibirá en nombre de “refajo”.

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SIGLO XIX

A principios del siglo XIX la indumentaria es muy parecida a la de finales del siglo XVIII,
especialmente en los trajes de la corte. En el caso de los hombres oficiales se sigue
llevando el pantalón corto de cachemira y las medias blancas. Los trajes se diferencian
por los colores, bordados, complementos como la toca, el abrigo o un bicornio. A veces
llevan la gorguera. Si no se tiene un cargo, se lleva el traje a la francesa.

- Traje de hombre

A mitad de siglo, los hombres llevan una casaca (abrigo ajustado al cuerpo, largo y con
faldones, generalmente de color vivo y adornado con pasamanería o bordados), cuyo
largo disminuye hasta la cintura. El chaleco con las solapas deja ver la camisa bordada o
con pliegues. El pantalón es ceñido. En cuanto al frac, (casaca con dos hileras de
botones) y el redingote (prenda de abrigo intermedio entre la capa y el abrigo, es decir un
capote abrochado por delante y que se deja abierto en la parte inferior) están muy ceñidos
al cuerpo y a la cintura. Llevan solapas y cuello de terciopelo, y llega hasta medio muslo.
Las corbatas son más sencillas y el sombrero suele ser de copa cónico.

Decir que el Frac está constituido por una chaqueta de seda con cola por detrás y corta
por delante, que presenta dos filas de botones. Suele ir acompañada de un pañuelo
blanco en el bolsillo de seda. Los pantalones negros sin dobles, ni solapas llevan dos
galones (bandas de raso de algunos milímetros de ancho que recorren todo el pantalón).
El chaleco suele ser de piqué marfil. La camisa es blanca con el cuello vuelto en lo alta y
con las puntas plegadas al exterior. Los bolsillos de la camisa son simples y cerrados por
gemelos. Los zapatos son normalmente de color negro. Se utilizan los pump, zapatos de
baile con lazos salientes al estilo del siglo XVIII.

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Frac informal de color verde

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- Traje femenino estilo Imperio

Se llevan los vestidos de manga corta y con una cola larga atada a la cintura. En el caso
de las grandes ceremonias, los vestidos son de manga larga y el abrigo se sujeta en el
hombro izquierdo sostenido con un corchete en el lado derecho del cinturón. En la zona
del escote se colocan el “cherusque” que es un cuello de muselina almidonada (tela muy
fina y transparente, generalmente de seda, algodón o lana; se utiliza principalmente para
drapeados, volantes, adornos o fulares). Este se adapta al escote en forma de cuadrado y
acaba en punta por la espalda. El talle es muy corto, es decir, se marca la cintura muy
alta, justo debajo del pecho. Las mangas del vestido pueden ser de distintas formas:
cortas y abombadas y sujetas al hombro con un botón de diamante; pueden ser a la
inglesa, llagan hasta el codo y van cerradas con tres botones; y mangas a lo mameluco,
ceñidas con cinco o seis cintas desde la muñeca hasta el hombro, y en el hombro son
muy amplias y transparentes.
A partir de 1810, se lleva el cuello canesú, se sujeta en la cintura y lleva una esclaviza
(capa corta que se lleva suelta sobre otras prendas o que va cosida al cuello de una
prenda larga generalmente de abrigo).
En verano se llevan los vestidos de percal plisado en la espalda y con cuello también
plisado doble o triple y con las mangas al mameluco.
El redingote (abrigo con bordes juntos, sin solapas) se acompaña de un cinturón y un
cuello forrado con una tela parecida a la de la gorjear. En invierno los abrigos se adornan
con armiños o terciopelo.

En el cabello solían llevar una diadema de metal precioso colocada encima de dos tiras
de pelo liso. Los turbantes de gasa o terciopelo que tapan toda la frente. Las capotas
(sombrero) eran muy variadas y confeccionadas con diferentes materiales.

El calzado femenino pierde su tacón y se impone el uso de zapatillas planas, realizadas


en cuero y tela. Algunas de ellas se anudaban al tobillo mediante cintas, inspiradas en las
sandalias de la antigüedad clásica.

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- Traje femenino estilo romántico

El traje femenino copia algunos detalles de la Edad Media y el Renacimiento, como las
mangas jamón o acuchilladas. Estas innovaciones surgen del teatro y los nuevos
acontecimientos socio-políticos. La silueta se afina con el uso de un recorte triangular en
el frente y en la espalda denominado canesú.( pieza de un vestido o blusa, a la altura de
los hombros, a la que se cosen el cuello, las mangas y el resto de tela de la prenda; sirve
de adorno o para dar vuelo o amplitud a la prenda). La falda se acorta y se ensancha.
Aparece el “jokei” (hombrera redonda). La duquesa de Berry pone de tendencia las
mangas de jamón, pero estas a veces se tapan con unos brazaletes de tela que cubren el
antebrazo. También se puede ver las mangas largas de gasa transparente y debajo una
manga corta de balón. Se llevan los cinturones de cinta atados al lado, las pañoletas de
muselina y las mantillas de tul que se alargan hasta las rodillas.

En cuanto al tocado, estos consisten en plumas, flores y cintas. El sombrero tiene forma
de embudo, la parte de delante esta inclinada hacia los lados por dos cintas “las bridas”
que se atan en la barbilla. A partir de 1822, la parte delantera del sombrero es ondulada.
En 1827, el sombrero se coloca de lado y sobre él cae una cinta muy larga hasta la
cintura. En 1829 se lleva muy atrás y lleno de lazos de cintas y flores.

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- Traje femenino (1822-1848)

A las mangas jamón, que son cada vez más voluminosas, se añaden los jokeis pero de
una forma más alargada dando como resultado una especie de esclavina (capa corta que
se lleva suelta sobre otras prendas o que va cosida al cuello de una prenda larga
generalmente de abrigo.) corta, “la berta”. Se asemeja a un volante en la parte del escote.
Para bailar, las mujeres llevan un vestido que se abre por la parte delantera, dejando ver
la falla bajera. Como se usa mucho las enaguas dobles, la falda se ve muy voluminosa. El
corpiño es alargado y en forma de punta, y va cubierto desde los hombros con una
pequeña capa o canesú-esclavina transparente de encaje. A su vez también el vestido de
tarde llevaba una esclavina sobre los hombros y hasta la base del escote y se alarga
sobre las mangas en forma de boina de blusa (especie de hombreras gigantes), o hasta la
cintura. A partir de 1840, la esclavina es estrecha y desaparecen las mangas jamón. Se
llevan los mantos con esclavina y suelen ser de blonda negra (es un tejido de encaje de

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bolillos, realizado en hilo de seda con el que se hacen cuellos, puños y, sobre todo,
mantillas con dibujos apropiados a la forma de la prenda). La parte anterior de los mantos
llegan más abajo de las rodillas.

En lo referente al tocado, aparecen las trenzas enrolladas en forma de cesto, los tufos y
los moños altos. Estos peinados reciben el nombre de “a la Berta”, “a la Clotilde” y “a la
Calibran”. A partir de 1840 se llevan los peinados bajos y sombreros de paja de arroz,
crespo o terciopelo adornados con cintas, plumas y flores. Ahora son más pequeños y se
asemejan a un pequeño capote de bicis. Pueden colocarse o hacia delante o hacia detrás.
Por la noche las mujeres suelen llevar el cabello con lazos y flores.

VESTIDO DE FIESTA

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VESTIDO DE TARDE Y DE FIESTA

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- Traje femenino del segundo Imperio

La tendencia la marca la emperatriz María Eugenia, aficionada de la moda del siglo XVIII.
La principal innovación es el vestido con dos o tres faldas o múltiples volantes. La falda
superior que es más corta, se adorna a veces con quillas (franjas verticales más anchas
en la parte inferior lateral y de diferente color), cuando se colocan delante se llaman
delantales. El corpiño cn faldoncillos se asemeja a una chaqueta, y puede terminar tanto
en punta como redondeada. Como complementos solían llevar unas sombrillas pequeñas
denominadas “duquesas” o “marquesas”.
En 1866 las grandes faldas se sostienen con una enagua cuyo bajo lleva un encañonado
muy pesado “crinolina”. También vuelve el estilo de los “vestidos a la polonesa” imitación a
los del siglo XVIII.

Los peinados son más bajos y los sombreros se ajustan al rostro. De 1860 a 1865 se
llevan sombreros redondos sobre peinados recogidos. De 1865 a 1870, sombreros
pequeñísimos sobre unos moños altos con tirabuzones sueltos.

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- Traje femenino 3ª República

Ropa más oscura como consecuencia de la guerra de 1870. Desaparece la crinolina, solo
queda el abultado que consiste en una especie de bolsa larga e hinchada llamada “semi-
término” que tiene unas ballenas sujetadas en semicírculo por unos lazos. En 1883
aparece de nuevo el “polizón” pero ahora es más voluminoso. Se comienza a imitar los
trajes masculinos con chalecos, chaquetas, redingotes, chaquetones, gabardinas
“waterproots”.
Sin duda, destaca en esta época el corsé, que ella el pecho, estrecha la cintura y
redondea las caderas. A partir de 1898 y hasta 1900, la falda de campana va acompañada
de una blusa de cuello alto, mangas estrechas, un abrigo de esclavina y zapatos largos y
puntiagudos

Los sombreros vuelven a ser gigantes, llenos de plumas y flores y sujetados por unos
alfileres muy largos

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