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Epicanto

Consiste en la presencia de pliegues verticales bilaterales de la piel que se


extienden desde los párpados superiores o inferiores hacia el canto medial.

Causa
El epicantus es una anomalía congénita, es decir, está presente desde el
nacimiento. Esta condición no es una enfermedad, es una condición pasajera
que suele desaparecer por sí solo con el paso de los años, cuando el puente nasal
es más prominente y desplaza los pliegues cutáneos.

Tipos
• Epicanto tarsal: el pliegue cutáneo es más prominente en el párpado
superior.

• Epicanto inverso: el pliegue cutáneo es más prominente en el párpado


inferior.
• Epicanto palpebral: el pliegue está distribuido de igual forma entre ambos
párpados.

• Epicanto supraciliar: el pliegue se extiende desde la ceja al saco lagrimal.

Diagnóstico
Si acude un niño con epicanto, debemos de salir de dudas usando el TEST DE
HIRSCHBERG.

Consiste en la observación de la posición de los reflejos luminosos corneales,


cuando se proyecta una luz puntual hacia la zona media de la cara.

En los pacientes con epicantus el reflejo de la luz está centrado en ambas


pupilas. Sin embargo, los ojos lucen una falsa apariencia de desviación visual
o forias que puede ser similares al de los pacientes con pseudoendotropia o con
pseudoestrabismo convergente.
Esa falsa apariencia esta generada por los pliegues de epicanto, los cuales
atraen la atención visual a las zonas de la esclera que están cerca del lado
nasal de la córnea. De esta forma los pliegues dan la sensación de que el
niño es vizco o desvía un ojo, sobre todo cuando utiliza la visión lateral.

También puede ocurrir que un niño con epicantus desarrolle estrabismo u otro
problema de convergencia a medida que va creciendo. Por lo tanto, es
importante acudir al oftalmólogo, examinar los ojos del pequeño y así
descartar o diagnosticar a tiempo cualquier problema de desviación visual.

MAS FRECUENTE
Este rasgo es muy frecuente en la raza occidental y, aunque suele atenuarse la
sensación de estrabismo, permanece en la edad adulta.

En niños: va desapareciendo con el crecimiento del niño, el puente nasal se


hace más prominente, desplaza los pliegues epicánticos y el niño supera este
aspecto.
Este pliegue del epicanto puede ser un rasgo diagnóstico importante en algunas condiciones tales como:
• Síndrome de Down
• Síndrome de alcoholismo fetal
• Síndrome de Turner
• Fenilcetonuria (PKU)
• Síndrome de Williams
• Síndrome de Noonan
• Síndrome de Rubinstein-Taybi
• Síndrome de blefarofimosis
No requiere tratamiento.

EPICANTOPLASTIA

• Es una cirugía plástica facial para modificar los pliegues del epicanto.

• Es un procedimiento delicado porque los pliegues del epicanto se superponen a


los canalículos lagrimales (canales lagrimales) del aparato lagrimal, que contiene
las estructuras orbitales para la producción y el drenaje de las lágrimas.

• Es un procedimiento delicado porque los pliegues del epicanto se superponen a


los canalículos lagrimales (canales lagrimales) del aparato lagrimal, que contiene
las estructuras orbitales para la producción y el drenaje de las lágrimas.

• La epicantoplastia puede dejar visibles las cicatrices pos-quirúrgicas. Una técnica correctiva común implica el uso de una Z-plastia
Parálisis oculomotoras
Existen 7 músculos extraoculares: cuatro músculos rectos, dos músculos
oblicuos y el músculo elevador del párpado superior.

Son los encargados de desplazar el globo ocular hacia el objeto de


atención del campo visual para que las imágenes percibidas por cada ojo
se fusionen en una sola en el cerebro visual.

A través de complicados circuitos neuronales y cerebrales, los nervios


oculomotores (pares craneales III, IV y VI) dirigen y coordinan las
acciones de los músculos oculares.

El término parálisis oculomotora hace referencia a la disminución de


fuerza de un músculo, lo que se traduce en una reducción del
movimiento de rotación del globo ocular en la dirección correspondiente
al músculo paralizado.

El déficit parcial del movimiento se denomina paresia, mientras que si el


déficit es total, hablamos de parálisis. Pueden presentarse de manera
aislada o asociadas entre sí.
Síntomas Si el afectado es el VI par craneal, que inerva al recto lateral, el paciente
Existen una serie de signos y síntomas que son tendrá el ojo desviado hacia dentro con limitación en la rotación externa.
comunes para todas las parálisis oculomotoras:
En el caso del IV par craneal que inerva exclusivamente al oblicuo
Estrabismo (pérdida de paralelismo de los ojos): la superior, el ojo estará desviado hacia arriba.
parálisis oculomotora genera una desviación vertical,
horizontal, torsional o mixta, dependiendo del músculo o El III nervio “controla” al recto medio, recto superior, recto inferior,
músculos afectados por la falta de inervación. oblicuo inferior, elevador del párpado superior y esfínter del iris y
músculo ciliar, por lo que si su afectación es total, el ojo estará desviado
hacia afuera y hacia abajo, el párpado estará caído (ptosis) y el paciente
Diplopía (visión doble): se produce porque en el ojo afecto de la tendrá la pupila dilatada y no podrá enfocar. Si la afectación es
parálisis, la imagen del objeto que se mira no cae en el mismo incompleta, la clínica dependerá de los músculos afectados.
punto retiniano que en el ojo sano, pues ambos ojos no se mueven
de forma coordinada.

Tortícolis: es la posición anómala de la cabeza que adopta el


paciente para compensar la visión doble. La cabeza “se gira” hacia
el lugar donde tiene mayor dificultad el músculo paralizado, para
tratar de sustituir su acción. Según los músculos afectados, el
tortícolis puede ser horizontal, vertical, torsional o mixto. En
pacientes con baja visión de un ojo, ojo vago o antecedentes de
estrabismo desde edad temprana, el tortícolis puede no aparecer.
Causas Existen parálisis congénitas, que pueden ser secundarias a anomalías
neurológicas, anatómicas, traumatismos en el canal del parto o asfixia
neonatal.
La etiología de las parálisis es variada, pudiendo
manifestarse a cualquier edad.
Entre las causas adquiridas, destacan las vasculares (por diabetes
mellitus, hipertensión arterial o arterioesclerosis), infecciosas,
inflamatorias, tumorales y traumáticas.

Prevención
En el caso de las parálisis oculomotoras de origen vascular, es
posible la prevención mediante un control estricto de los factores
de riesgo cardiovascular (glucemia, colesterol, tensión arteria).
DIAGNÓSTICO
Es fundamental valorar el compromiso sistémico del paciente mediante
un estudio exhaustivo que puede requerir un abordaje multidisciplinar,
por parte del neurólogo o neurocirujano, radiólogo, endocrino y/o
oncólogo.

Una vez identificada la causa se plantea el tratamiento.

Si la parálisis está en fase aguda (6 primeros meses), el tratamiento debe


ser conservador e incluye varias opciones terapéuticas:

• Observación

• Ocluir el ojo (de forma alterna preferiblemente) para evitar la visión


doble

• Antiinflamatorios no esteroideos si hay dolor

• Inyección de Toxina Botulínica para minimizar la contractura del


músculo antagonista (aquel que realiza la acción contraria al
músculo paralizado)
Cuando han trascurrido más de 6 meses desde la instauración del cuadro clínico, hablamos de FASE CRÓNICA. Si ha habido una recuperación
parcial, existen diferentes alternativas en función de la magnitud de la desviación residual que presente el paciente:

• Si la desviación es pequeña, se usan prismas incorporados a la gafa El procedimiento de elección dependerá del músculo
para evitar la visión doble. afectado. No existe una única técnica quirúrgica que
resuelva todos los casos, por lo que la cirugía será
individualizada.

El objetivo será lograr el máximo paralelismo de los ojos


Si la desviación es de mayor magnitud, el prisma no es bien tolerado en posición primaria de la mirada (mirando derecho de
por lo que está indicado tratamiento quirúrgico. frente), para eliminar la diplopia, corregir el tortícolis y
obtener el máximo campo visual binocular.

Es importante tener en cuenta que la cirugía no restaura la


función del nervio paralizado, y que en ocasiones, puede
ser necesaria más de una intervención.

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