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TRANSTORNOS VASCULARES

DR: SERGIO BARRETO


ENFERMEDAD INTESTINAL
ISQUÉMICA
Las lesiones isquémicas pueden estar restringidas al
intestino delgado o al grueso, o pueden afectar a ambos,
dependiendo del vaso en concreto o de los vasos
implicados.
Infarto transmural del intestino, que implica todas las capas
viscerales, hasta un infarto mural de la mucosa y
submucosa, respetando la pared vascular.
Casi siempre, el infarto transmural está causado por la
oclusión aguda de una arteria mesentérica principal. El infarto
mural o mucoso a menudo es el resultado de hipoperfusión
fisiológica o de defectos anatómicos más localizados, y puede
ser agudo o crónico. La trombosis venosa mesentérica es una
causa menos frecuente de compromiso vascular.
INFARTO INTESTINAL
TRANSMURAL
Puede implicar un segmento corto o largo, dependiendo
del vaso concreto afectado y de la permeabilidad de la
vasculatura anastomótica. Ya sea una oclusión arterial o
venosa, el infarto siempre tiene una apariencia hemorrágica
roja oscura debida al reflujo de sangre en el área dañada.
La lesión isquémica habitualmente empieza en la
mucosa y se extiende hacia fuera; al cabo de 18 a 24 horas
hay un exudado delgado, fibrinoso, sobre la serosa.
Los cambios histologicamente son: típicos de lesión isquémica con
edema marcado, hemorragia intersticial, necrosis y descamación de
la mucosa. Al cabo de 24 horas, las bacterias intestinales producen
gangrena manifiesta y, a veces, perforación del intestino.
INFARTO INTESTINAL MURALES
Y MUCOSO
Reconocen por lesiones multifocales intercaladas con áreas respetadas.
Su localización depende, en parte, de la extensión de la estenosis
aterosclerótica preexistente en el riego arterial; las lesiones pueden
estar diseminadas en grandes regiones de los intestinos delgado y
grueso
Las características histológicas son las de una lesión aguda:
edema, hemorragia y necrosis manifiesta de las capas
tisulares afectadas. En los bordes de las lesiones se
desarrolla inflamación y un exudado inflamatorio que
contiene fibrina (seudomembrana) habitualmente
secundario a sobreinfección bacteriana, que puede recubrir
la mucosa afectada.
LAS CONDICIONES PREDISPONENTES PARA
FORMAS DE ISQUEMIA SON LAS SIGUIENTES:

1) Trombosis arterial: Aterosclerosis grave, vasculitis sistémica, aneurisma disecante,


procedimientos angiográficos, cirugía aórtica reconstructiva, accidentes quirúrgicos,
estados de hipercoagulación y anticonceptivos orales.
2) Embolismo arterial: Vegetaciones cardíacas, procedimientos angiográficos y
ateroembolismo aórtico.
3) Trombosis venosa: Estados de hipercoagulabilidad inducidos, por ejemplo, por
anticonceptivos orales o déficit de antitrombina III, sepsis intraperitoneal, postoperatorio,
neoplasias que invaden los vasos (particularmente carcinoma hepatocelular), cirrosis y
traumatismo abdominal.
4) Isquemia no oclusiva: insuficiencia cardíaca, shock, deshidratación, fármacos
vasoconstrictores (p. ej., digital, vasopresina, propranolol).
5) Miscelánea: lesión por radiación, vólvulo, estenosis y herniación interna o externa.
MANIFESTACIONES CLINICAS

En las lesiones transmurales, existe un comienzo súbito de dolor


abdominal, con frecuencia desproporcionado respecto a los signos
físicos. A veces, se acompaña de diarrea sanguinolenta.
El comienzo del dolor tiende a ser más súbito en el embolismo
mesentérico que en la trombosis arterial o venosa. Dado que esta
afección puede progresar al shock o colapso vascular en horas, el
diagnóstico debe hacerse con rapidez.
La tasa de mortalidad en el infarto intestinal se aproxima al 90%, en
gran medida porque el espacio de tiempo entre el comienzo de los
síntomas y la perforación causada por la gangrena es muy pequeño.
La isquemia mural y de la mucosa puede aparecer sólo como
una distensión abdominal inexplicada o hemorragia
gastrointestinal, acompañada a veces por un comienzo gradual
de dolor abdominal o malestar. La sospecha se origina si el
individuo ha tenido afecciones que favorezcan la hipoperfusión
aguda del intestino, como un episodio de descompensación
cardíaca o shock. Los infartos de la mucosa y murales no son
mortales por sí mismos y, de hecho, si la o las causas de la
hipoperfusión se corrigen, las lesiones pueden curarse.
ANGIODISPLASIA

Las dilataciones tortuosas de los vasos sanguíneos


submucosos y mucosos se observan más frecuentemente en
el ciego o colon derecho, después de la sexta década de la
vida. Tienden a romperse y sangrar en la luz. Estas lesiones
son responsables del 20% de hemorragia intestinal baja. La
hemorragia puede ser crónica e intermitente, y solamente
producir anemia grave, pero rara vez es aguda y masiva.
HEMORROIDES

Las hemorroides son dilataciones varicosas de los plexos


venosos de la submucosa anal y perianal. Son frecuentes
después de los 50 años y se desarrollan en el cuadro de
presión venosa persistentemente elevada ejercida en el
plexo hemorroidal.
Las condiciones predisponentes habituales son deposiciones
difíciles en el cuadro de un estreñimiento crónico y la
estasia venosa del embarazo en mujeres más jóvenes.
Las varicosidades en las venas hemorroidales superior y
media por encima de la línea anorrectal están cubiertas por
la mucosa rectal (hemorroides internas). Las que aparecen
por debajo de esta línea representan dilataciones del plexo
hemorroidal inferior y están recubiertas por mucosa anal
(hemorroides externas). Las dos tienen las paredes
delgadas, con vasos dilatados que sangran habitualmente,
pueden trombosarse, especialmente cuando son objeto de
traumatismo en la defecación.
Las hemorroides internas pueden sobresalir durante la
defecación y entonces quedan atrapadas por la compresión
del esfínter anal, dando lugar a un agrandamiento súbito,
extremadamente doloroso, hemorrágico y edematoso, o
estrangulación.
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