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Líder Versus Jefe

El liderazgo excepcional comienza con una visión positiva de las


personas y termina con logros notables. Tenga en cuenta las
diferencias entre un jefe y un líder en las siguientes áreas:

Exigir vs. consultar


Cuando un jefe se dirige a los demás en tono imperativo, no ganará
verdadero respeto por parte de sus empleados, quienes esperan ser
tratados con amabilidad.

Mientras un jefe dice: “¡Te necesito para hacer esto ahora!”, un líder
consulta cortésmente: “¿Puede usted, pese a su actual carga de trabajo,
emprender este importante proyecto?”

Los grandes líderes saben que para obtener buenos resultados deben ser
conscientes en cuanto a la carga laboral de sus trabajadores. Los
verdaderos líderes reconocen que los miembros de su equipo no son una
suerte de esclavos, sino seres humanos con la capacidad de ofrecer
puntos de vista diferentes. Un enfoque sólido generará siempre un
excelente rendimiento
Imponer vs. facultar
Un jefe incluso ‘tóxico’ exige efectuar las cosas de una determinada manera
(impuesta por él). Por ello, si la organización no marcha por buen camino, sin
superar sus expectativas, gran parte de la responsabilidad recaerá -sin duda- en
esa persona. Este tipo de superior es incapaz de delegar quehaceres diarios, ya
que prefiere saturar su agenda, al considerar que su “método” es el más
efectivo.
Un jefe de mente estrecha limita el proceso creativo y la libre expresión. Él, en
efecto, mata la innovación y la productividad. Con el tiempo, los empleados que
entran en este estilo de gestión optan por callar sus puntos de vista.
En cambio, un verdadero líder delega responsabilidades y pregunta a sus
empleados: “¿Cómo van a resolver esta situación y cómo les puedo ayudar?”
Este enfoque demuestra a los trabajadores que son de confianza, son talentosos
y poseen buen juicio.
Los líderes saben que cuando su equipo está facultado suceden grandes cosas:
se eleva la productividad, la motivación es alta y aumenta la retención.
Monólogos vs. diálogos
A los jefes les gusta oírse hablar. Y es que están impresionados con sus propios
conocimientos, habilidades y experiencias. Ellos creen tener todas las
respuestas y soluciones para resolver los problemas. No consideran necesario
comprender lo que está pasando por la mente de sus clientes y empleados.
Por el contrario, los líderes eficaces tienen las orejas grandes y las usan para
escuchar atentamente las voces de su equipo de trabajo. Ellos están ansiosos
por saber lo que hay en las mentes de sus compañeros y buscan activamente
sus puntos de vista y reflexiones sobre cada tema crítico. Apuestan por una
política de puertas abiertas.
Cuando un Jefe o gerente es recién nombrado, suele aferrarse a su “título” para
poder ejercer las responsabilidades inherentes a su puesto. Uno de los errores más
comunes es imponer su autoridad, por miedo o inseguridad. La autoridad entra en
crisis cuando el que manda se conforma con ser un jefe, sin decidirse a dar la talla del
líder. Vamos a ver algunas diferencias entre un Jefe y un Líder:
1- Autoridad o Seducción
El jefe existe por la autoridad, el líder, por el respeto y la admiración. El jefe cree
que es suficiente tener una investidura de mando conferida desde afuera para
conformar a su gusto el pequeño planeta en el que impera. El líder no necesita
estar exhibiendo ante su equipo sus credenciales de auténtica autoridad, no
necesita imponerse con argumentos externos, sino por medio del ejemplo. La
autoridad del jefe impone, la autoridad del líder seduce.
2- Mando o Servicio
Para el jefe, la autoridad es un privilegio de mando, para el líder, un privilegio de
servicio. Un jefe ordena: aquí mando yo. El líder dice: aquí sirvo yo.
3- Miedo o Confianza
El jefe inspira miedo. Se le teme presente y se lo odia ausente. Cuando él esta, hay una
sensación de subordinación, pero cuando se da vuelta, se lo critica a las espaldas. El líder
inspira confianza, inyecta entusiasmo, envuelve a los demás en un clima de espontánea
simpatía, inspira admiración. Si temes a tu superior, es que el es un jefe, si lo aprecias y lo
admiras, es un líder.
4- Ante el error
El jefe busca al culpable cuando hay un error. El que lo hace, lo paga. Sanciona, castiga,
reprende. En apariencia, pone las cosas en su lugar, cree haber arreglado el mundo con
un grito o una sanción. Pero... ¿ha solucionado el problema? El líder jamás apaga la
llama que aún tiembla, jamás cortará el tallo que aún crece. Y sabe esperar.
5- Fuerza del ejemplo
El jefe asigna los deberes. Ordena a cada colaborador lo que tiene que hacer. A usted te
toca este trabajo y a usted este otro, ¡Ahora a trabajar!, y a cumplir cada cual en lo suyo,
mientras yo contemplo desde mi sillón como ustedes se movilizan… ¡ah!, ¡y cuidado del que
no cumpla! El líder, en cambio, da el ejemplo, lidera con el ejemplo. Trabaja con los demás y
mejor que los demás. Su deber es el propio y el de todos. Va al frente del ejército con la
bandera en alto, marcando el paso.
6- Carga o privilegio
El jefe hace del trabajo una carga; el líder un privilegio. Los que padecen la desgracia de
tener un jefe, trabajan en un ambiente de hastío, sin ilusión ni coraje. Los que tienen un
líder pueden cansarse del trabajo, pero jamás se fastidian. Porque el magnetismo del
líder abre ventanas a los ideales y desarrolla la alegría de realizarse en el trabajo;
traduciendo en hechos concretos los sueños de las personas.
7- Compartir el secreto
El jefe sabe como se hacen las cosas; el líder enseña como se deben hacer. Uno se
guarda el secreto del éxito; el otro lo enseña. Uno no se toma la molestia de señalar
caminos; el otro vive poniendo flechas de tránsito para orientar mejor el trabajo
común.
8- Manejar o capacitar
El jefe maneja a la gente; el líder la capacita. El jefe masifica a la persona, la convierte
en un número, despersonaliza al individuo. Él termina conduciendo a un rebaño sin
rostros ni iniciativas. El líder conoce a cada uno de sus cooperadores, los trata como
personas, no los usa como cosas. Sabe que la comunidad laboral no es una masa
amorfa ni una colección de robots. Respeta la personalidad de sus colaboradores, se
apoya en el hombre concreto, lo potencia y dinamiza, lo pone en el camino de su
propia realización. El jefe utiliza el método: “que nade o se hunda”, lo dejo solo, si
sobrevive, servía, sino no. El líder les da a todos sus colaboradores las herramientas
necesarias para desarrollarse desde el principio, los entrena desde el primer
momento, para que todos tengan la misma oportunidad de ganar.
9- Vaya o vamos
El jefe dice “vaya”, el líder dice “vamos”. Líder es aquel que promueve el grupo a través
del trabajo en equipo, suscita una adhesión inteligente, delega responsabilidades,
forma otros líderes, consigue un compromiso real de todos los miembros del grupo,
forma un plan de trabajo con objetivos claros y concretos, supervisa la tarea de todos y
difunde siempre, siempre, una mística, un ideal profundo, una esperanza viva, una
alegría contagiosa.
10- Un paso adelante
El jefe llega a tiempo. El líder llega adelantado. Este es rasgo que distingue al
verdadero líder: un pié adelante del grupo. El que ve más que los otros es un líder. El
que profetiza y vaticina. El que inspira, y señala con el brazo en alto. El que no se
contenta con lo posible, sino que busca lo excelente.
10- Reinar o desarrollar
El jefe les teme a personas con mejores capacidades que él. Nunca tendría en su
equipo alguien que considere una ”amenaza”. El jefe piensa que lo mejor para
conservar su puesto es sentarse en él y pisar las cabezas de quien pretenden subir a
detentar su cargo. El líder cree que su crecimiento personal esta en rodearse de
personas mejor que él. No le teme a personas capaces, ya que considera que su
crecimiento profesional se basa en desarrollar a otras personas. Que su crecimiento
en una organización depende en gran parte de las personas que sea capaz de formar.
¿Qué es un líder?

El líder es aquella persona que es capaz de influir en los demás.


Es la referencia dentro de un grupo (ya sea un equipo deportivo, un curso
universitario, una compañía de teatro, el departamento de una empresa, etc.).
Es la persona que lleva "la voz cantante" dentro del grupo; su opinión es la más valorada.
El liderazgo no tiene que ver con la posición jerárquica que se ocupa:
Una persona puede ser el jefe de un grupo y no ser su líder y, al contrario, puede ser el
líder sin ser el jefe.
El jefe decide lo que hay que hacer en virtud de la autoridad que le otorga su posición
jerárquica.
El líder, sin disponer necesariamente de esta autoridad jerárquica, tiene también
capacidad de decidir la actuación del grupo en base a la influencia que ejerce, que viene
determinada por la "autoridad moral" que ejerce sobre el resto del equipo.
A los miembros del grupo les inspira confianza saber que al frente del mismo se
encuentra el líder.
Lo que caracteriza al líder es su habilidad para conducir equipos:
Consigue que cada miembro trabaje y aporte lo mejor de sí mismo en la lucha por
alcanzar un objetivo común (sea ganar el campeonato, mejorar los resultados de la
empresa, ganar las elecciones políticas, etc.).
Además de esta capacidad innata para gestionar equipos, el líder se caracteriza
también por su visión de futuro.
Es una persona que mira al largo plazo, que marca unos objetivos muy ambiciosos para
la organización y que consigue ilusionar a su equipo en la búsqueda de los mismos.

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