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Satanismo Romántico en Obras de Espronceda
Satanismo Romántico en Obras de Espronceda
OBRAS DE ESPRONCEDA
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ÍNDICE
1. Biografía de Espronceda…………………………………………………………3
2. Satanismo ………………………………………………………………………...4
2.1 Satanismo romántico ………………………………………………………....5
2.2 Satanismo en Espronceda …………………………………………………….5
2.3 Personajes satánicos en obras de Espronceda ………………………………..6
2.4 Ambiente satánico en las obras ……………………………………………....7
3. Satán en las Poesías de Espronceda ……………………………………………8
3.1 Satán en La canción del pirata ………………………………………………8
3.2 Satán en el Canto del cosaco ………………………………………………...8
3.3 Satán en El mendigo ………………………………………………………....9
3.4 Satán en el Reo de muerte ……………………………………………………9
3.5 Satán en El verdugo ………………………………………………………….10
4. Moral satánica en Espronceda …………………………………………………11
4.1 Moral de placer ………………………………………………………………11
4.2 Moral de lujuria y lujo ……………………………………………………….11
4.3 Moral de autodivinización …………………………………………………...12
5. Conclusión ……………………………………………………………………….12
6. Bibliografía ………………………………………………………………………13
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1. Biografía de Espronceda
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2. Satanismo
El aspecto demoníaco de la conducta satánica, tal como yo lo concibo, presenta una clara
vinculación del individuo con la figura del alter deus. El sujeto, en su intento por alcanzar un estado cuasi
divino que le sitúe en la misma esfera del ser supremo, trata de encontrar en la naturaleza la fuerza de la
que carece como hombre para equipararse a Dios.
La naturaleza es un espejo del alma del romántico y, por tanto, reflejará todo lo
que sienta. En virtud de ello, al verse como participante en los fenómenos de la
naturaleza universal, le lleva a imaginarse a sí mismo como un nuevo Dios (Russel P.
Sebold, 2011:311). Esto quiere decir que se produce una fusión entre el hombre y la
naturaleza con el objetivo de igualarse a Dios, de ser como Dios, para adquirir una
grandiosa y formidable fuerza. Dicha fuerza es capaz de inmunizar al individuo de todo
sentimiento y padecimiento del alma. Así pues, el hombre se hace a sí mismo y adopta
una moral demoníaca para transformarse en un ser perverso de fuerza infinita que se
enfrenta al mundo como enemigo, librando una constante lucha.
Así, la naturaleza es una extensión, un espejo del alma del romántico y reflejará
todo cuanto sienta su solitario compañero. Verse a sí mismo como participante en los
fenómenos de la naturaleza universal, muchas veces casi como determinante de esos
fenómenos, lleva al romántico a imaginarse a sí mismo como un nuevo Dios.
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sobre el mundo terrenal y que, además, desaparezca la opresión de la realidad que siente
el individuo romántico.
La figura de Satán, según mi parecer, debe ser entendida como la explosión máxima de la ira
contenida que estalla a causa de la impotencia que le provoca la dolorosa realidad del mundo en el que
vive. Satán es reflejo de la expansión plena del espíritu romántico, la fuerza devastadora que arrecia esa
realidad de la que quiere escapar, de la que quiere huir.
Por otra parte, como bien es sabido, uno de los extremos de la rebeldía
romántica es la exaltación del «yo», el cual también establece una identificación con el
satanismo. Este «yo» pretende estar por encima de todas las limitaciones y aproximar al
individuo de manera inconsciente hacia su propia destrucción. En otras palabras, el
irracionalismo del «yo» individual le conduce hacia su propia aniquilación (apud Juncal
García Velasco, 2004: 270).
Frente a ésta, aparece la fuerza del Bien, la cual hace que el espíritu del
individuo se calme. Se trata de una fuerza que conduce a la expresión máxima del
sentimiento sin teñirla de perversidad y maldad (apud Juncal García Velasco, 2004:
271).
Dicho todo esto, veremos cómo se manifiesta este satanismo romántico en las
obras y personajes de José de Espronceda.
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temas que exploran los límites de la rebeldía y oscuridad. En sus obras, sus
protagonistas se oponen a las normas sociales y eclesiásticas, por tanto, a través de ellas,
construye un universo poético que refleja esa intensidad de las emociones y oposición a
las convenciones sociales que quiere transmitir.
Otra de las obras en las que se ve esta figura satánica es en El diablo mundo. Sin
embargo, es diferente en comparación a las otras dos obras anteriormente mencionadas,
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puesto que en este caso, la figura satánica es el propio autor. Este actúa como orador y
espectador al mismo tiempo y personifica al rebelde que exterioriza sus pensamientos e
inquietudes. Esto podemos percibirlo en los siguientes versos, en los cuales vemos el
alcance de la satanización, donde se refleja la fuerza que al inicio del trabajo
comentábamos: «Tendió una mano el infernal gigante y la turba calló; oyóse sólo en
silencio […]; luego un acento claro, distinto, rápido y sonoro […]».
Uno de los poemas en los que se observa este ambiente satánico es El estudiante
de Salamanca: «Era más de media noche […], los vivos muertos parecen, los muertos la
tumba dejan. Era la hora en que acaso temerosas voces suenan informes, en que se
escuchan tácitas pisadas huecas, y pavorosas fantasmas entre las densas tinieblas» (Parte
I: v.1-12). En esta escena Espronceda nos describe un momento en el que se están
escuchando voces, pisadas, campanas, el viento… y todos acompañados de matices
sombríos: voces temerosas, pisadas huecas, densas tinieblas y pavorosas fantasmas.
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demonios que venían por Saldaña, como presa que les estaba destinada hacía ya mucho
tiempo. [...] Un grito de horror retumbó entonces sobre el estrépito de las armas y las
voces de los combatientes; [...] y el genio del mal, [...] soltó una carcajada infernal»
(capítulo XLVIII, s.p.).
Desde el principio del poema podemos deducir que Satán se esconde tras la
figura del propio Espronceda, que se hace llamar a sí mismo el Temido: «Bajel pirata
que llaman. Por su bravura el Temido» (v.6).
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sus deseos convirtiéndose en la proyección del mismo Espronceda: «¡Hurra, cosacos del
desierto! / ¡Hurra! La Europa os brinda espléndido botín; / Sangrienta charca sus
campiñas sean, / De los grajos su ejército festín» (v.1-4). A continuación, esto se suma
al ambiente bélico y sangriento que caracteriza el satanismo: «Desgarraremos la vencida
Europa. / Cual tigres que devoran su ración; / En sangre empaparemos nuestra ropa, /
Cual rojo manto de imperial señor» (v.41-44).
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Según avanza el poema, vemos ese sentimiento de cómo describe que la vida
carece de libertad, que dicha vida es como una cárcel que lo fustiga y termina con su
existencia. De manera que de esta premisa se desprende ese carácter satánico que
atribuimos a la sociedad que guía al reo a maldecir su propia vida, y esto puede ocurrir
debido a la indiferencia que muestra la sociedad ante el dolor ajeno: «Madrid yace
envuelto en sueño, / todo al silencio convida, / y el hombre duerme y no cuida / del
hombre que va a expirar.» (v.81-84).
En esta obra, Satán aparece personificado en la figura del verdugo puesto que es
la representación de la maldad humana adquiriendo dimensiones monumentales: «En mí
vive la historia del mundo / Que el destino con sangre escribió, / Y en sus páginas rojas
Dios mismo / Mi figura imponente grabó. / La eternidad / Ha tragado cien siglos y
ciento,/ Y la maldad / Su monumento / En mí todavía contempla existir.» (v.81-89).
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Finalmente, podemos decir que al igual que en El reo de muerte, se nos presenta
a la sociedad en toda su bajeza y por tanto, el individuo es considerado como víctima.
Por consiguiente, la maldad del individuo, esto es, la maldad satánica es la de la
sociedad.
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Por un lado, podemos ver esta representación del lujo en El diablo mundo:
«Lámparas de oro, espejos venecianos, / áureos sofás de blanco terciopelo, / sillas de
nácar y marfil indianos, / los pabellones del color del cielo, / caprichos raros de la
industria humana, / relieve y elegantes colgaduras, / jarrones de alabastro y porcelana, /
magníficas estatuas y pinturas [...]» (canto VI, v.17-20).
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5. Conclusión
Como hemos podido observar a lo largo de este trabajo, Espronceda refleja las
características del satanismo romántico a través de sus personajes rebeldes, ambientes
oscuros y su moral desafiante. Así pues, sus escritos exploran una lucha contra las
normas sociales, la fascinación por lo sobrenatural y la transgresión de límites morales.
Finalmente, podríamos decir que la contribución de Espronceda al satanismo romántico
destaca por su capacidad para capturar los conflictos existenciales de la época,
revelando una narrativa rica y compleja que desafía las convenciones literarias y
morales de su tiempo.
6. Bibliografía
DE ESPRONCEDA, José (1840). El estudiante de Salamanca. Benito Varela Jácome Ed.
Colección Letras Hispánicas. Madrid: Cátedra.
DE ESPRONCEDA, José (1840). Poesías. Marrast Robert Ed. Colección Letras Hispánicas.
Madrid: Castalia. [en línea]
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DE ESPRONCEDA, José (1834). Sancho Saldaña. Jorge Campos Ed. Colección Letras
Hispánicas. Madrid: Atlas. [en línea] <https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/sancho-
saldana-o-el-castellano-de-cuellar--0/html/fefe1aa0-82b1-11df-
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DE ESPRONCEDA, José (1840). El diablo mundo. Marrast Robert Ed. Colección Letras
Hispánicas. Madrid: Castalia. [en línea] <https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-
diablo-mundo--0/html/dca7be6c-2dc6-11e2-b417-000475f5bda5_3.html#I_0>
[13/12/2023].
LÓPEZ LANDEIRA, Ricardo (1944). «La desilusión poética de Espronceda: realidad y poesía
irreconciliables», Boletín de la Real Academia Española, v.4, pp. 307-329 [en línea]
<https://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmc1157905> [13/12/2023].
P. SEBOLD, Russell (2011). «La cosmovisión romántica: siete síntomas y cinco metáforas»,
Estudios de Literatura, v.2, pp. 311-323 [en línea]
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<https://uvadoc.uva.es/bitstream/handle/10324/12214/Castilla-2011-02
CosmovisiónRomántica.pdf?sequence=1&isAllowed=y> [13/12/2023].
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