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Dossier de La Otra LIJ
Dossier de La Otra LIJ
EDICIÓN DOSSIER:
Claudia Andrade Ecchio.
ILUSTRACIÓN DE PORTADA:
Ilustr. Sergio Vesely. Título: Artistas en la ciudad.
Técnica: Gouache/Tinda china. 60 x 80. Año: 2004.
ILUSTRACIONES INTERIORES:
Índice. Ilustr. Sergio Vesely. Título: Alrededor de un libro de cuentos.
Técnica: Gouache/Tinda china. 60 x 80. Año: 2004.
Secciones 01 y 02. Ilustr. Beatrice Steele.
Técnica: Ilustración digital. 21 x 30. Año: 2020.
ÍNDICE
01. La Otra LIJ 10. Muñeca de Trapo
09.
09. Loba Ediciones 18. Portada
01
LA OTRA LIJ
LA LECTURA
LA OTRA LIJ INTERMINABLE
El ciclo consistió en la
Quiénes somos realización de seis charlas
a propósito de clásicos de
la literatura infantil y
juvenil: Peter Pan y Wendy
La Otra LIJ es un espacio de Es coordinado por un Entre 2019 y 2021, (por Carola Martínez), Las
producción y divulgación equipo de académicos publicamos una serie de aventuras de Huckleberry
de conocimiento sobre la expertos en Lengua y críticas y columnas de Finn (por Paolo Acevedo),
literatura escrita y/o Literatura, y cuenta con la opinión en nuestras redes La historia interminable
destinada para niños, colaboración de un grupo sociales (Facebook e (por Claudia Andrade), El
niñas, adolescentes y de profesionales y Instagram), con una doble maravilloso mago de Oz
jóvenes, así como de las especialistas en áreas a nes nalidad: por un lado, (por Hugo Hinojosa), Pippi
problemáticas asociadas a a la literatura infantil y discutir temas de interés a Calzaslargas (por Blanca
la enseñanza, mediación y juvenil. partir de la revisión de Hernández) y Las
mercado editorial de estas obras de variado tipo aventuras de Pinocho (por
obras (en sus distintos (novela, poesía, teatro, Carola Vesely).
soportes). cómic, manga,
videojuegos) y, por otro,
Está pensado para abordar problemáticas
Desde su surgimiento en
autores/as, ilustradores/as, relacionadas con el campo
2019, el equipo de La Otra LIJ
editores/as, académicos/as, literario, la industria
ha coordinado distintas
bibliotecarios/as, docentes, cultural, el mercado
instancias para aportar y
mediadores/as y personas editorial, la censura y la
renovar la discusión en
interesadas en esta mediación de la lectura,
torno a las producciones
temática. por mencionar algunos.
pensadas para este público
lector.
UNA MUJER
LA OTRA LIJ HECHA DE LIBROS
Quiénes somos El ciclo se realizó en enero
2021 y enero 2022, y fue
organizado en conjunto
con La Ventana del Sur. En
Conoce nuestro su primera versión, contó
canal de Youtube Asimismo, como equipo, con la participación de las
hemos participado en escritoras Martha Riva
distintos congresos Palacio, Laura Ponce y
académicos y seminarios Camila Valenzuela; por su
Entre 2020 y 2022, nacionales e internacionales, parte, en la segunda
desarrollamos los ciclos La entre ellos, el Seminario versión, participaron
Lectura Interminable (2020) LIJPE 2021, el 25° Congreso Maielis González y Sofía
y Una mujer hecha de libros de la Sociedad Internacional Baker (Podcast Las
(2021 y 2022), ambos para la Investigación en Escritoras de las Urras),
disponibles en nuestro canal Literatura Infantil (IRSCL Marian Lutzky (escritora) y
de Youtube. 2021), el II y III Seminario Gabriela Lyon (ilustradora).
Online de Mediación Lectora
En conjunto con las (Centro Lector Lo Barnechea,
universidades Finis Terrae, 2021) y el II Congreso
Academia de Humanismo Internacional de Ciencias
Cristiano y Autónoma,
Humanas de la Universidad
organizamos el Primer
Encuentro de LIJ: Tendencias Nacional de San Martín
actuales desde la formación (2022).
VER docente (sep. 2021).
02 DOSSIER
EDICIÓN EN LIJ
EDICIÓN DE LIJ
Hacia nuevos horizontes lectores
EMILIA.
Mis hijos nacieron entre libros. Desde muy pequeños
vieron a sus padres leer, coser libros, encuadernar,
enseñar a hacer libros a otros. Emilia se entretenía a mi
lado recolectando los retazos de papel para unirlos con
cinta adhesiva y crear sus propias libretas. A esa técnica
para unir los papeles le llamaba “escochación” (por el uso
de scotch).
Incluso entre quienes concebimos la cción como una herramienta para cambiar la
realidad, es inevitable encontrarse con diversas aprehensiones cuando hablamos de
LIJ. Estas vienen no solo de les adultes que hacemos libros, sino también de quienes
los median o compran y, si bien pueden tener matices, el origen es siempre el
mismo: los libros tienen el potencial de crear visiones de mundo y eso nos
preocupa.
Yo trabajo en Desastre Natural, una pequeña editorial grá ca con un catálogo que, a
excepción de dos colecciones, no está dirigido a un público en un rango de edad
especí co, pero es popularmente asociado con la LIJ. Las colecciones que sí fueron
imaginadas para el público infantil y juvenil son Arrayán y Tike y Ser Algo, la primera
de cción, en tanto la segunda, una serie de guías pensadas para poner sobre la mesa
temas de diversidad humana, entendida en un amplio sentido, y hablarlos desde una
perspectiva despatologizante entre personas de todas las edades.
Pero ¿qué nos puede aportar un libro Siempre que hay une adulte negándose a
que es una reproducción del mundo comprar un libro, también hay une
tal como lo conocemos? Si realmente adolescente que lo pidió, une niñe que
lo que buscamos en un libro es que quería un libro que "era demasiado para
"nos aporte", ¿por qué los libros de LIJ su edad" y que tuvo que conformarse con
más populares son aquellos que, otra cosa que, tal vez, no va ni a leer. Esto
aunque transcurran en otros mundos, hace que surjan nuevas preguntas como
tienen dinámicas iguales a las del ¿los libros de LIJ más populares lo son por
nuestro? Pareciera ser que les adultes los intereses del público al que están
no andan buscando libros para niñes dirigidos? ¿O el hecho de que se hagan
(sea lo que sea que "libro para niñes" populares responde a los intereses de les
signi que), sino más bien libros que adultes que compran? No es posible dar
re ejen una forma de mundo una respuesta cuando no se cuenta con
especí ca. Buscan enseñar y datos y cuando no se le ha preguntado a
transmitir cosas con esos libros y, niñes y jóvenes, pero luego de más de
como resultado, quienes deberían cinco años trabajando en venta directa de
encabezar esta conversación quedan libros, me atrevo a a rmar que lo que este
al margen y a merced de criterios público busca en sus lecturas suele distar
ajenos. bastante de lo que les adultes quieren.
Es inevitable encontrarse con diversas aprehensiones cuando nos dedicamos a
hacer libros para niñes, adolescentes y jóvenes. Estas suelen tener varias cosas
en común, pero tal vez la más destacable es que, cuando hablamos de ellas,
siempre parecen venir desde les adultes que buscan transformar las
percepciones de mundo que tiene les jóvenes a su cargo, en vez de atreverse a
transformar su propia perspectiva.
Ignoraré la pregunta ¿existe la literatura juvenil? Más que rondar, es una pregunta
que acecha a los editores y puede espantar a los oyentes, por lo que empezaré
con un tema más terrenal.
Cuando a nales del 2018 se publicó Las durmientes en Libros del Pez Espiral, se
proyectó como una colección, Pez Joya, que se enfocaría en textos que,
idealmente, llegaran a ciertos receptores. Para embarcarse en una aventura
editorial se necesitan dosis de convicción y valentía: convicción al pensar que el
trabajo presentado es un texto necesario en el circuito y también urgente en ese
momento; valentía, para arriesgarse en un libro que, una vez que circula, realiza
su propio camino.
Nuestra labor como editores se vuelve cada vez más compleja, tanto por la
época en que vivimos como por los contextos sociales que nos rodean, las
temáticas que debemos escoger, las líneas editoriales y la relación con
lectores y escritores. Son tantos los factores que nos involucran que nuestro
trabajo se pone cuesta arriba y nadie habla de eso.
Si nos vamos a la de nición de la RAE, esta nos dice que un editor «es la
persona que publica por medio de la imprenta u otro procedimiento una
obra, ajena por lo regular, un periódico, un disco, etc., multiplicando los
ejemplares». En mi opinión, los editores somos más que eso. Nuestra labor
tiene tantas aristas que es imposible llegar a una de nición que abarque
todo. Ante todo, somos lectores que seleccionamos, valoramos y
depuramos un texto. Para eso debemos ser críticos y apasionados por un
trabajo que implica corregir, darle sonido, ritmo, coherencia y legibilidad,
ayudar a que el texto del autor sea mejor.
Esta salud y crecimiento, sin duda, tienen que ver con los aportes de
fomento del Estado y las estrategias sostenidas y profesionales de
internacionalización del libro, pero sobre todo se sustentan en las
editoriales que se han jugado por los libros infantiles, los cuales son, al
contrario de lo que se podría pensar, mucho más difíciles de hacer que
los para grandes. Como dice la autora y editora Lola Larra, un libro
malo para grandes cae entre un público responsable que simplemente
lo deshecha, pero un libro malo para niños puede quedar en la lista de
Marcela Fuentealba, editora las lecturas obligatorias.
¿Cómo puede suceder eso? Sucede porque la lectura para niños se sigue
considerando como un espacio para comunicar y a rmar los valores y
comportamientos que una sociedad espera de ellos. Niños respetuosos, tolerantes,
conscientes de su entorno y de las diversidades humanas y naturales del mundo. Y
eso, claro, está muy bien. Pero me parece que se trata, como se ha citado tanto a
Natalia Ginzburg, de pequeñas virtudes —que ella identi ca con el ahorro, la
prudencia, la astucia, la diplomacia, el éxito— y no de las grandes —la generosidad,
el valor frente al peligro, la franqueza, la abnegación, el deseo de ser y de saber.
Un libro como La playa de Sol Undurraga, que solo muestra un día de sol a sol con
personajes reales e imaginarios; como El gran espíritu de Tomás Olivos y Nicolás
Rojas, sobre un viaje espiritual en la selva. Como dos cuentos de Gógol ilustrados
por Vendi Vernic, o la antología de poemas de animales de JooHee Yoon. Incluso
como Vida. Una historia larga de Jakob Brodersen, Pernille Engsig y Kamilla
Wichmann, que, si bien está lleno de contenidos “educativos”, porque explica
cómo nació y evolucionó la vida en el planeta, tiene un relato apelativo para que el
lector piense por sí mismo y unas ilustraciones que unen lo cientí co y lo artístico.
Si tenemos orgullo de algo, es de que el libro fue escogido por un jurado de niñas
y niños como el mejor del año en los premios Ibby Chile, lo que nos con rma que
esa forma de narrar, que entrega un espacio creativo de comprensión sobre cómo
ser parte del mundo, es la que nuestros lectores pre eren.
Otra colección reciente de Saposcat, Cuadernos
para pensar la naturaleza, también obtuvo un
premio Ibby, y también tiene la intención de que
cada cual piense, investigue, explore, sobre la crisis
medioambiental que vivimos. El medioambiente es
uno de los contenidos prescriptivos del momento,
por eso buscamos abordarlo con visiones claras y
comprensibles, pero diversas, como un
pensamiento en curso (lo contrario, en
comparación, parecen proponer los libros que
hacemos para adultos, muy a rmativos de
verdades inapelables).
Hice un magíster de edición, que me ayudó a darle forma a la idea. Hablé con
editores que me decían que era muy difícil, que mejor me quedara en la
ilustración y autores que me decían que tenía mucha más onda ser editora. Lo que
nalmente me hizo tomar la decisión fue ver lo que me diferenciaba como
ilustradora, que no era por mi virtuosismo, sino por mi capacidad de inventar
mundos y concretarlos en distintos formatos. Necesitaba una socia eso sí, una
mente ordenada que pudiera ayudarme en la gestión y la administración, que no
era mi fuerte.
Tuve la suerte de que mi amiga Vero de toda la vida se quisiera subir al carro
conmigo. Para algo así se necesita con anza y poder pasarlo bien trabajando
juntas, además de tener roles claros y buena comunicación. Hasta el día de hoy,
cuando tenemos un problema, me sorprendo de que siempre tenemos los
mismos criterios y la misma forma de reaccionar frente a alguna adversidad:
resolver lo mejor que se pueda, seguir trabajando con motivación y volver a
conectarnos con nuestro propósito.
Trabajar con los distintos autores es para mí parte de la gracia de ser editora. La
ilustración es un o cio solitario, y aquí puedo tener más interacción con
personas creativas y a las que les apasiona lo mismo. Editar alguna publicación
de otro autor o autora es sumergirme en su mundo y participar de él. Por eso,
necesito enamorarme de cada proyecto que asumimos, para poder entregar lo
mejor de mí y darle brillo a las ideas que trae cada uno de ellos.
Semog es una semilla a la que le cuesta germinar: lo intenta una y otra vez,
fracasa, pero no desiste y, tras vivir una serie de aventuras, prospera. El personaje
creado por JuanMa Díaz sobre el relato de Juan Grippaldi es quizás una buena
metáfora sobre qué sucede en un proceso de edición, pues al recibir un
proyecto una tiene claro el nal: la impresión de una obra de calidad, pero ni se
imagina todos los obstáculos que deparará el camino. Ese es uno de los libros
inéditos que publicamos en Viaje Literario, un interesante proyecto en el que me
embarqué cuando la editorial Caligra x, especializada en libros educativos, me
invitó a crear, coordinar y editar una colección de literatura.
El primer paso fue leer mucho e investigar qué obras y temas podrían ser un
aporte en un mercado competitivo de gran expansión. Para de nir qué publicar,
evaluamos la calidad literaria y artística de sus ilustraciones; cuentos cuyas
tramas, personajes o tratamiento de los temas fuesen novedosos, que
permitieran distintos niveles de lecturas, con temáticas que invitaran a
re exionar, a abrir conversaciones, que desa aran a los lectores y que motivaran
a los mediadores. La edición requirió de permanente diálogo con los autores, los
ilustradores, la coeditora literaria, los diseñadores y la editorial, para así tomar
decisiones en equipo: un proceso largo, de un ir y venir hasta llegar a
la versión nal. Andrea Villena,
coordinadora colección
Fuimos de niendo las características de la colección como los
formatos, que fuese en tapa dura, con especial cuidado en los
paratextos: desde potenciar las portadas, incluir guardas atractivas y
biografías o colofones que permitieran conocer curiosidades de
cada obra. Otro detalle fue intencionar el uso de tipografías chilenas
y ajustar sus tamaños y la disposición de las frases para facilitar la
lectura.