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Iglesia Bautista Ciudad de Dios

29 de Agosto de 2021

MENSAJE
TEXTO: Salmo 32

Estoy absolutamente convencido de que hay diferentes situaciones en nuestras vidas

que pueden producir en cada uno de nosotros, gozo y alegría. Pero, a mi modo de entender, si

hay algo que produce un gozo inigualable en la vida del ser humano, es el perdón de sus

pecados

¿Qué es lo que viene a nuestra mente cuando pensamos en el perdón de nuestros

pecados? Probablemente alivio, ya que es como si nos quitaran un peso de encima: EL PESO

DEL PECADO.

Este salmo 32 fue clasificado por la iglesia primitiva como uno de los siete salmos

penitenciales, que son: 6, 32, 38, 51, 102, 130 y 143. Algunos comentaristas bíblicos sostienen

que el salmo 32 es, en realidad, posterior al salmo 51, en el que el rey David expresa su

arrepentimiento por el pecado, entre otros, de adulterio con Betsabé, dando paso a este salmo,

donde expresa el gozo por haber sido perdonado por Dios. John MacArthur dice que “el salmo

32 y el salmo 51 se levantan como gigantes de la confesión”.

Así que hemos titulado este salmo:

“EL GOZO DE UN CORAZÓN PERDONADO”


I. COBERTURA DEL PERDÓN DE DIOS

Cuando hablamos de cobertura, nos referimos al alcance que tiene ese perdón de Dios

sobre el pecado de sus hijos. Y empieza el rey David este salmo 32 con la expresión que mejor

identifica el verdadero gozo: BIENAVENTURADO. Y como hemos dicho en otras ocasiones, la

palabra “Bienaventurado” significa: Dicho, feliz.

La pregunta es, ¿quién es bienaventurado? Pues aquel cuyo pecado es perdonado. Y

para referirse a lo que nosotros de forma generalizada llamamos pecado, el salmista usa tres

expresiones diferentes:

A) Transgresión: Que es la palabra más fuerte y seria que hay en el Antiguo

Testamento para designar el mal en el nivel de una persona. Su significado básico es

rebelión, alta traición con el soberano.

B) Pecado: Que significa apartarse del camino, errar el blanco (En griego, “jamartía”)

C) Iniquidad: Que significa depravación o distorsión moral.

¿Y qué es lo que hace Dios con la transgresión, el pecado y la iniquidad? También el

salmista utiliza tres expresiones relacionadas con cada una de ella con las anteriores:

A) La transgresión es perdonada: Es decir, el rebelde es devuelto al lugar que le

corresponde.

B) El pecado es cubierto: Es decir, el pecado es totalmente colmado con la plenitud de

Dios.
C) La iniquidad es “sin culpa” Es decir, absuelto de transgredir la ley. (Explicar:

“CONSUMADO ES”, “tetelestai” = Cuenta pagada. Justificados)

Lo que significa que nuestra transgresión sea perdonada, cubierto nuestro pecado y que

no haya culpa de nuestra iniquidad, es que la cobertura del perdón de Dios alcanza todo

pecado.

PERO… Ese perdón no es para todo el mundo; ese perdón se produce única y

exclusivamente, como dice el vs. 2, en aquellos en “cuyo espíritu no hay engaño”. Es decir, en

aquellos cuyo arrepentimiento ha sido genuino y cuya confesión ha sido plena.

Ahora bien, antes de experimentar el gozo por el perdón de nuestros pecados, el

salmista nos explica el proceso por el cual, cada uno de nosotros tiene que pasar, antes de

llegar a ese gozo que experimentamos cuando nuestros pecados son perdonados. Y es muy

importante que no nos saltemos ningún paso. NO HAY ATAJOS PARA LLEGAR A ESE GOZO.

II. CONVICCIÓN Y TRISTEZA POR EL PECADO

Una persona que ha conocido la paz y la comunión con siempre estará triste e inquieto

cuando esa comunión se rompe por causa del pecado. ¿Por qué? Porque el Espíritu Santo que

mor dentro de nosotros nos convence de pecado.

Y en los versículos 3 y 4 el salmista nos describe una enfermedad física, pero también nos

describe la enfermedad del alma que sabe que ha fallado a Dio:

“Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió con mi gemir durante todo el día. Porque

día y noche Tu mano pesaba sobre mí; mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano”.
Ese mismo problema de salud, como consecuencia del pecado, lo describe el rey David en el

salmo 51, verso 8, donde le pide al Señor que lo sane: “Hazme oír gozo y alegría, haz que se

regocijen los huesos que has quebrantado”.

El salmista percibe las consecuencias del pecado en su cuerpo. Esto no es simplemente un

lenguaje poético, aunque el pecado no siempre tenga consecuencias físicas inmediatas.

NOTA ACLARATORIA: EL PECADO, COMO HEMOS VISTO, PUEDE AFECTAR A LA SALUD Y

CAUSAR ENFERMEDADES, PERO NO TODOS LOS PROBLEMAS DE SALUD Y LAS ENFERMEDADES

SON CONSECUENCIA DEL PECADO.

Y realmente es así como nos sentimos cuando hay pecado en nuestras vidas: secos y sin

vida. Y llegado a este punto, lo único que nos queda por hacer, es el siguiente paso que el

salmista describe en el versículo cinco…

III. LA CONFESIÓN

Vs. 5: “Te manifesté mi pecado, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis

transgresiones al Señor”. Y este tiene que ser el punto de partida donde todos aquellos que

hemos ofendido a Dios nos debemos colocar para poder seguir adelante. Este es el punto

central: LA CONFESIÓN.

El rey David confiesa su pecado; y la fórmula es bien sencilla:

. Confesar el pecado.

. Humillarse ante Dios.

. Reconocer que se hizo mal.


El mismo rey David había declarado en el salmo 51, versículo 17: “Los sacrificios

de Dios son el espíritu contrito; al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás”.

Y si hay una confesión genuina y sincera, lo siguiente que ocurre es:

IV. EL PERDÓN

Dice el versículo 5: “…y tú perdonaste la culpa de mi pecado”.

RECORDEMOS: La única cura posible para la convicción de pecado es la confesión. Y

cuando hablamos de confesión, no estamos solamente hablando de verbalizar una petición de

perdón a Dios, sino una confesión que es fruto de un corazón arrepentido, roto de dolor, por

haber ofendido a Dios.

El corazón del rey David estaba contrito y humillado delante de Dios, expresando y

arrepentimiento genuino, y Dios lo perdonó.

En 1 Juan 1: 9, leemos: “si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para

perdonarnos los pecados y limpiarnos de toda maldad”.

Hay otra descripción hermosa del perdón de Dios en el libro del profeta Isaías, capitulo

uno, versículos del dieciséis al dieciocho: “Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras obras

de delante de mis ojos; cesar de hacer el mal, aprended a hacer el bien, buscad la justicia,

reprended al opresor, defended al huérfano, abogad por la viuda. Venid ahora, y razonemos -

dice el Señor- aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán

emblanquecidos, aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana quedarán”.
Cita de Lawrence Tooms: “El pecado imperdonable es el pecado que no se ha

confesado”.

Y cuando ese perdón de Dios por nuestros pecados se ha producido, entonces se genera

en nosotros una…

V. CONFIANZA INQUEBRANTABLE

El perdón de pecados se asocia normalmente con el pasado (pecados cometidos). Y eso es

cierto, pero también nos imparte confianza respecto al futuro. El salmista, después de haber

sido perdonado, describe su absoluta confianza futura en el Señor.

Vs. 6 y 7: “Por eso, que todo santo ore a ti en el tiempo en que pueda ser hallado;

ciertamente en la inundación de muchas aguas, no llegarán estas a él. Tu eres mi escondedero;

de angustia me preservarás; con cánticos de liberación me rodearás”.

Lo que nos dicen estos versículos es que, en la inundación de las aguas, el pueblo de Dios

estará seguro y que nos sobrevendrán situaciones de angustia, pero Dios ofrecerá a Sus hijos un

camino de liberación. Y esa promesa del Señor la vemos a lo largo de toda la Escritura. Algunos

ejemplos de ello:

“Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas lo librará el Señor” (Salmo 34:19).

“Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás

conmigo; tu vara y tu callado me infundirán aliento” (Salmo 23:4).


Dios le dice a su pueblo por medio del profeta Isaías, en el capítulo 41, versículo 10: “No

temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré,

ciertamente te ayudaré, si, te sostendré con la diestra de mi justicia”.

¡Qué reconfortante y consolador saber que la presencia y compañía del Señor está

garantizada para todos los hijos de Dios!

Y a continuación, el salmista, después de haber pasado por este proceso para el perdón,

decide darnos unas…

VI. PALABRAS DE ÁNIMO

Aunque realmente es la respuesta de Dios a la expresión de confianza de parte del rey

David. En realidad, Dios le dice dos cosas a David:

A) Él le guía: En el versículo 8, la primera parte nos dice: “Yo te haré saber y te enseñaré el

camino en que debes de andar”. Dios, por medio de Su Palabra, nos muestra cual Su

voluntad y, al mismo tiempo, nos muestra el rumbo que deben tomar nuestras vidas:

“Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz a mi camino” (salmo 119:105).

B) Él está pendiente de él: En el versículo 8, parte 2, no dice: “Te aconsejaré con mis ojos

puestos en ti”. Y en ocasiones, vivimos como si estuviéramos desamparados. Pero NO es

así. Dios ha puesto Sus ojos sobre Sus hijos para cuidar de ellos en toda circunstancia.

Eso debería llevarnos a vivir una vida sin ansiedad ni preocupaciones. El apóstol Pedro

escribe en su primera carta, a los expatriados a causa de la persecución, en el capítulo 5,

versículo 7 y les da un consejo, fundamentado en el cuidado de Dios: “echando toda

vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros”.


Pero también le da una…

VII. ADVERTENCIA

En el versículo 9, leemos: “No seas como el caballo o como el mulo, que no tienen

entendimiento; cuyos arreos incluyen brida y freno para sujetarlos; porque si no, no se

acercan a ti”. Es decir, no advierte de que no seamos sabios en nuestra propia opinión y que

dependamos de Dios.

Alguien dijo en una ocasión: “El 90 % de nuestros fracasos vienen por empeñarnos las

cosas a nuestra manera; y el 10 % restante, cuando lo conseguimos”.

A continuación, el salmista habla de…

VIII. DOS RECOMPENSAS SEGURAS

A) Dolor para el impío: “Muchos son los dolores del impío” (vs. 10 a). El Señor Jesús

confirmó esto mismo, cuando en el evangelio de Mateo, capítulo 13, versículo 50, dijo:

“Así será el fin del mundo; los ángeles saldrán, y sacarán a los malos de entre los justos,

y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes”.

B) Misericordia para los que confían en el Señor: “Pero el que confía en el Señor, la

misericordia lo rodeará” (vs. 10 b). Recordemos que este salmo 32 está en el contexto

del pecado confesado y perdonado. Esa misma idea la encontramos en el libro de

Proverbios, capítulo 28, versículo 13: “El que encubre sus pecados no prosperará, mas el

que los confiesa y los abandona hallará misericordia”.

Y, por último, el salmista hace…


IX. UNA EXHORTACIÓN FINAL

Vs. 10: “Alegraos en el Señor y regocijaos, justos; dad voces de júbilo, todos los rectos de

corazón”. Aquellos que somos bienaventurados por el hecho de haber sido perdonados por

Dios, se nos exhorta a que demos muestra de dicha bienaventuranza por medio de:

- Alegría.

- Gozo.

- Cantos de júbilo.

C O N C L U S I Ó N

Cita de Charles Spurgeon:

“Cuando hayas considerado el amor que Dios te tuvo en el pasado, procura entonces

que la fe te haga ver el amor que Él te tendrá en el futuro, pues, recuerda, el pacto y la sangre

de Cristo tienen en sí algo más que el pasado. El que te amó y te perdonó, nunca cesará de

amar y perdonar”.

A P L I C A C I Ó N

CREYENTES
NO CREYENTES

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