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UNIVERSITÀ DEGLI STUDI DI NAPOLI

“L’ ORIENTALE”

DIPARTIMENTO DI STUDI LETTERARI, LINGUISTICI E COMPARATI

CORSO DI LAUREA
IN
LINGUE, LETTERATURE E CULTURE DELL’EUROPA E DELLE
AMERICHE

TESI DI LAUREA
IN
L-LIN/07 - LINGUA SPAGNOLA

LA QUINCEAÑERA: ENTRE HISTORIA Y TRADICIÓN.


EL ANALÍSIS DE ARMANDO RAMÍREZ

Relatore: Candidato:
Prof.ssa Ristagno Simona
Cira Lavorante EA/04418

ANNO ACCADEMICO 2019/2020


ÍNDICE TEMÁTICO

- PRESENTACIÓN;
- ORIGEN DE LA “QUINCEAÑERA”;
- LA CELEBRACIÓN Y LOS RITOS INICIÁTICOS;
- EL PAPEL DE LA FIGURA FEMENINA;
- LA FIESTA SE ESTABLECE EN ESPAÑA;
- “QUINCEAÑERA” DE ARMANDO RAMÍREZ;
- LOS DESEOS DE CECILIA Y ALEJO;
- LA FIESTA DE LA QUINCEAÑERA CECILIA;
- LA REALIDAD VS LA FICCIÓN DE LA NOVELA;
- BIBLIOGRAFÍA Y SITOGRAFÍA;
- AGRADECIMIENTOS.
1. ORIGEN DE LA “QUINCEAÑERA”

La “Quinceañera”, o generalmente llamada “Fiesta de Quince”, es una fiesta tradicional de


América Latina. Hay diferentes estudios sobre el empiezo de esta tradición, por una parte piensan
que esta tradición tiene su origen en Europa, donde era una costumbre social festejar las jóvenes
que habían llegado a la edad de tomar parte en la sociedad. Sin embargo, en aquel período en
Europa la edad para entrar en la sociedad eran los dieciocho años, de acuerdo con la religión y las
instituciones civiles. Entonces, cuando la fiesta llegó también a América Latina la edad ya no era
dieciocho sino quince.
Por otra parte algunos piensan que era una costumbre utilizada por las poblaciones precolombinas
de México, Aztecas y Mayas, que solían hacer ritos para festejar el pasaje de la pubertad a la vida
adulta.
Según un estudio hecho por el periodista David Beard en 1980, la tesis de la trasformación de un
evento indígena por los españoles se refiere al hecho de que, los aztecas festejaban los quince
porque la esperanza de vida de una mujer, mediamente, era de 30 años, así que los quince eran el
punto de edad media de una chica azteca, un momento crucial en el cual la chica convertida en una
mujer tenía que casarse.
Cuando los españoles conquistaron América Latina en el siglo XVI introdujeron, en la misma
tradición, la misa. De hecho en la tradición indígena aparecieron rasgos católicos. De este modo,
esta mezcla entre tradición católica e indígena aportó el nombre de “sincretismo religioso”.
En el siglo XIX, en cambio, el emperador Maximiliano de México, introdujo el vals y los vestidos.
De estos vals hay diferentes etapas: la primera es conocida como el “vals de presentación” donde la
cumpleañera pasa a ser el centro de la atención; la segunda etapa está marcada por el “vals del
último juguete” que representa la niñez que la chica está por dejar; luego hay el “vals de la primera
zapatilla” que marca la edad que está por comenzar; después el “vals de coronación” el que
reconoce la joven en cuestión como mujer; y, finalmente, el “vals familiar”, encabezado por el
padre, quien le da la bienvenida a esta nueva etapa que está por comenzar.
La fiesta de quince, hoy en día, es una celebración en la cual las niñas están presentadas a la
sociedad latinoamericana no como adolescentes sino como mujeres, entonces es una transición que
representa la madurez de las chicas. La fiesta puede tener orientación religiosa en países como
México y Colombia, pero no tiene relevancia en otros países como Chile.
2. LA CELEBRACIÓN Y LOS RITOS INICIÁTICOS DE LA FIESTA

En América Latina es una tradición festejar la quinceañera en manera muy lujosa, de hecho suele
costar mucho para la familia. Por esta razón, la familia extendida y los amigos habitualmente hacen
contribuciones, con dinero o ayuda, para poder realizar la fiesta.
Generalmente la chica que festeja los quince suele vestirse con un vestido de princesa que resalte su
belleza. La manera de vestirse con este tipo de ropa se rehace a una forma de festejo antecedente
llamada “la tertulia”, que era una reunión doméstica entre familias de la época que se relacionaban
las unas con las otras con la misma condición económica, para consolidar sus posiciones en la
escala social. Para hacer esto era necesario crear vínculos matrimoniales.
El vestido que solían utilizar las chicas resaltaba la belleza de ellas, así que el mensaje era resaltar
su sensualidad, como se hace también hoy en día.
Además de la tertulia, hay otros dos tipos de festejo utilizados a mediados del siglo XIX en los
cuales la quinceañera ha retomado algunas características. Entre ellos, “los bailes de debutantes”,
que a diferencia de las tertulias podían efectuarse fuera del entorno doméstico; otro tipo de fiesta es
“la celebración del silabario”, donde hay una coronación que se hacía a las niñas de familias
acomodadas una vez que terminaban de aprender el silabario. Después la madrina que había sido
elegida, coronaba a la festejada con una corona de azahares y le regalaba juguetes, como señal de la
edad que estaba terminando, y utensilios domésticos en señal de la etapa que estaba por comenzar.
La celebración suele empezar con una misa en la iglesia para hacer un agradecimiento a Dios sobre
la niña que se está convirtiendo en mujer. Una vez terminada la misa, todos se dirigen a un banquete
de salón en el que comenzará la fiesta. En este salón hay una cena, bailes y canciones tradicionales
que los invitados suelen cantar como “Las Mañanitas” y también diferentes tradiciones que varían
de regiones a regiones.
En México, ciudad por excelencia de la quinceañera, hay algunos elementos importantes como: los
“chambelanes”, jóvenes que acompañan a la niña y realizan un baile, y el vals, coreografiado con
ella. Mientras al principio se solían hacer los seis vals, ahora depende de la familia, porque algunas
deciden hacer casi todos los tradicionales vals, pero hay otras que deciden, en cambio, hacer
solamente el familiar.
Otro elemento importante es la última muñeca. La cumpleañera recibe una muñeca, que es su
última, porque después de cumplir quince años la niña será demasiado grande para jugar con ella,
entonces hay un ritual en el que la cumpleañera deja la muñeca a su hermana menor o a otro
miembro más joven de la familia. Luego, hay los ramos de flores que ofrecen a la niña como si
fuesen el símbolo de las primeras flores de una jovencita y por último hay quince piñatas que la
chica tiene que romper, una para cada año de su vida.

3. EL PAPEL DE LA FIGURA FEMENINA

El concepto de “Quinceañera” ha sido muy criticado por los feministas y los defensores del
derecho de las mujeres porque desde un lado piensan que con este tipo de rito hay otra vez la
reafirmación del concepto de mujer-objeto, ya que promueve la pureza femenina y los valores de
obediencia y moderación; desde el otro refuerza los roles de género porque, según ellos, no
solamente las jóvenes tienen que vivir sus transiciones, sino que también los jóvenes.
Volviendo al concepto de mujer-objeto, que es el más criticado, antes parece que los hombres
ejercían el dominio sobre la figura femenina, representándola, como objeto sexual, como ha
expresado también Marcela Lagarde y de los Ríos, especialista en el tema:

el cuerpo de las mujeres procreadoras es entonces cuerpo procreador, cuerpo vital para los otros,
cuerpo útero, claustro. Espacio para ser ocupado material y subjetivamente, para dar vita a los otros. El
cuerpo de las mujeres eróticas es un cuerpo erótico para el placer de los otros, espacio y mecanismo
para la obtención de placer por otro. (Marcela Lagarde y de Los Ríos, 2005: 203)

Por lo tanto, en la fiesta de quince, la festejada que renace como mujer representa la sexualidad.
Entonces, más que nacer ante los ojos propios, lo hace ante los jóvenes. Además, es evidente como
no solo la cumpleañera renace ante los varoniles sino que lo hace también ante la comunidad que la
reconoce como persona distinta a la que era antes, entonces a partir de ese ritual se ha convertido en
un nuevo objeto de deseo.

4. LA FIESTA SE ESTABLECE EN ESPAÑA

Con la inmigración de los latinoamericanos, en España se establecieron muchas tradiciones suyas


como la de la Quinceañera.
Siendo una fiesta meramente latina, muchos españoles oyeron hablar de esta tradición desde hace
pocos años. Así que en los últimos años, en España, la celebración ha vivido un aumento
exponencial tanto que han surgido varias empresas que se dedican meramente en preparar la
celebración para los inmigrantes de manera muy pomposa.
Aunque se mantienen los ritos de celebración tradicionales con vals y discursos, lo importante aquí
no parecen ser estos ritos, sino que la adhesión a la comunidad.
A diferencia de la ceremonia en América Latina, en España en el salón de la ceremonia está en el
centro de la nave, donde hay un arco decorado de flores, y, como explica Luisa Sánchez Rivas
(2017), una sociolingüista especializada en “liminalidad”, “todo rito de paso tiene un umbral”.
Entonces, justo la palabra “umbral” que viene del latín “limen” se refiere a la fase intermedia del
rito de paso: la transición de las culturas híbridas nacidas de las poblaciones migratorias. Esto
porque en la fiesta hay dos umbrales: por un lado está el arco de flores, que la niña atraviesa para
convertirse simbólicamente en mujer, y por otro está el umbral abstracto referido a la identidad
cultural de la niña y de su familia como inmigrantes de segunda generación.
Entonces, no importa si son españoles o inmigrantes, como afirma también Sánchez Rivas (2017),
“identidariamente habitan un lugar intermedio entre el país de origen de sus padres y el país de
destino donde ellos se han criado”.
Aunque esta tradición es solamente latina, hoy en día también los españoles han empezado a
celebrar la quinceañera, porque gran parte de las chicas españolas desean cumplir los años en
grande.

5. “QUINCEAÑERA” DE ARMANDO RAMÍREZ

Al analizar la obra “Quinceañera”, escrita por Armando Ramírez en 1987, se pone de manifiesto
la transición de la niñez a la juventud de Cecilia, la protagonista de la novela. Pero, la temática
central no es la celebración que está a punto de festejar, sino la iniciación sexual. Otro personaje
que también es importante y que forma parte de todo este contorno es Alejo, el novio de Cecilia.
Esta novela, entonces, es la historia de la quinceañera Cecilia que está por cumplir sus años con una
gran fiesta y los deseos de Alejo.
La estructura de la obra está organizada en 12 capítulos y cada uno de ellos lleva el título de un
bolero, un género musical que nació hace cien años cuando en Santiago de Cuba, el trovador José
“Pepe” Sánchez compuso la canción “Tristeza” en una nueva forma musical a la que poco después
se le conocería como “Bolero Cubano” y en poco tiempo se hizo muy famoso en el resto de
América Latina, especialmente en México. Por lo tanto, Ramírez usó el bolero porque en esa época
era el género más popular del barrio mexicano cuando se trataba de hablar de los amores y
desamores de sus habitantes.
Los boleros seleccionados por Ramírez trazan un área dramática que va desde la introducción del
personaje de Cecilia, que según el primer bolero seleccionado por el autor es “Bonita”
(Ramírez:15), hasta que al final de la historia ésta traiciona a su novio con el maestro de vals que la
ayuda a preparar los bailes para su fiesta. Así que, se entiende como los títulos de estos boleros
hacen entender como empieza, sigue y termina la novela.

6. LOS DESEOS DE CECILIA Y ALEJO

Armando Ramírez crea personajes muy contradictorios y complejos y aunque son personajes
comunes, son considerados estereotipos con un mínimo de complicación psicológica, sobre todo por
sus “buenas costumbres”.
Los personajes principales de la “Quinceañera” son entrañables. A lo largo de toda la historia, el
autor construye a Cecilia como antagónica a todas las demás mujeres desilusionadas y cansadas de
barrio. Esto es evidente sobre todo por cómo Ramírez describe a las otras mujeres dentro de la obra:
“la madre gorda y desparramada” (Ramírez: 99), “la chavez es gorda y tiene treinta y cinco años y
solo se le notan como cuarenta y cinco” (Ramírez: 42), “la mamá del Alejo, Dolores, lolita, la que
siempre plancha, la que siempre lava, la que siempre se queja” (Ramírez: 64); en cambio Cecilia
está descrita como una jóven muy deseada y amable y también ella “sabe sentirse admirada”
(Ramírez: 41).
El personaje de Cecilia tiene un carácter muy fuerte, aunque está por cumplir quince años ella es
una joven muy precoz y tiene mucha curiosidad sexual. Con respecto a las demás que piensan en
cómo organizar sus fiestas de quince o como es bonito ser vestida como una princesa, ella piensa
mucho en la iniciación sexual. Efectivamente ya antes de cumplir quince años, ella no piensa en las
tareas que un día tendrá que hacer sino en la ropa que tiene que cambiarse dos o tres veces al día o
estarse viendo en el espejo y sonreírles a los chavos; y aunque está de novia con Alejo, querría
conocer a un hombre.
La diferencia entre los dos es muy fuerte porque tienen deseos diferentes: si por un lado Cecilia
tiene mucha curiosidad con respecto a la sexualidad, desde el otro lado, Alejo es un joven muy
tímido, soñador y también muy fiel, quiere una relación amorosa con la quinceañera y por eso
quiere esperar a tener relaciones sexuales porque la respeta, tanto que durante una conversación
dice que “la va a sacar de blanco y la va a llevar al altar” (Ramírez 100).
Alejo admira mucho a su padre, para él es como si fuera un dios, un dios como los que salen en las
caricaturas de la televisión. Por eso tenía el deseo de querer a Cecilia de la manera con la que el
padre quería a su madre. A diferencia de la novia que prefiere divertirse, Alejo piensa en estudiar
porque quiere ser psicólogo. Contrariamente a los otros jóvenes, que piensan que las mujeres a
partir de los quince se convierten en “chancha oficial”, o sea la habilidad de una persona que se
adquiere a partir de la experiencia. La buscan para ver quién es el primero en tener relaciones con
ella: “Mamacita, estás bien buena”, “presta el hoyito” (p. 40); por Alejo no es así porque las
mujeres que ofrecen sus cuerpos le daban miedo y excitaciones.
Volviendo al deseo de Cecilia, para la preparación de las coreografías de los valses ella fue
preparada por un maestro que varias veces durante las clases la cortejaba y Alejo temía que Cecilia
pudiera entregarse y traicionarlo. Pero, aunque tenía miedo de perderla y la gente a su alrededor le
decía que aprovechara el momento y así tener este momento sexual con Cecilia, él seguía firme en
sus decisiones. Así que, durante la fiesta de su quince el maestro de vals la desvirga en el traspatio.
A partir de este momento, Cecilia cumple con su deseo, ya no es una joven que festeja la
quinceañera, sino parte de su destino dentro de la sociedad del barrio, porque después de los quince
llegan los embarazos, el matrimonio y las rutinas del vivir diario en las que no hay mucho margen
para ilusiones y sueños.

7. LA FIESTA DE LA QUINCEAÑERA CECILIA

La quinceañera puede ser considerada como una construcción de juventud llena de ilusiones y
deseos, en la cual uno puede proyectar todos sus sueños no realizados. Es considerada también
como la encarnación de los deseos carnales. El gran día de los quince es algo que todas las jóvenes
recuerdan con cariño y añoranza.
Para festejar la quinceañera, la madre de Cecilia organizó muchas pruebas de baile con un maestro
de vals, compró un vestido muy lindo de princesa sin la ayuda de su marido, que desapareció y no
ayudó a Cecilia y su madre durante la preparación.
La celebración de los quince empezó de madrugada donde en casa de la festejada hicieron una
serenata con temas alusivos al paso de la niña a mujer que ese día estaba a punto de vivir. Más tarde
se celebró la misa de agradecimiento con muchos invitados como los chambelanes, el maestro de
vals y los vecinos de la vecindad que llegaron a la iglesia vestidos “de pipa y guante” (Ramírez
157).
Durante la celebración de la misa Cecilia no prestaba mucha atención a lo que decía el sacerdote.
Ella quería pensar en Dios y en lo que el sacerdote decía, pero sentía también a sus padres que
hablaban y no sabía en qué fijarse. Aunque estaba feliz de festejar los quince, a veces estaba
enojada, se sentía extraña: feliz y al mismo tiempo triste. Después de la misa, había un fotógrafo
que tenía que sacar las fotos a la quinceañera y sus invitados como recuerdo, porque esas fotos eran
parte de su historia particular.
La siguiente parada obligatoria fue un corrido en un coche muy antiguo y en una carroza: “el
Cadillac Eldorado color rosa esperaba a la quinceañera” (Ramírez 161).
Pues cuando empezó la celebración hubo el baile coreografiado por el maestro de vals con el cual
Cecilia perdió su virginidad. Estos bailes fueron inspirados propio en los bailes de las cortes
imperiales de principios de siglo XIX.

8. LA REALIDAD VS LA FICCIÓN DE LA NOVELA

Los dos últimos capítulos intitulados “Amor que malo eres” y “La carta fatal” constituyen una
especie de adenda interdiscursiva a la historia en la que el autor reprodujo una carta de un tal
Fernando Ramírez, un maestro de quinceañeras, en la que dijo que todos los personajes y la historia
no son reales, o sea dijo: “todo eso sucedio de otra manera, con otros personajes y en otro tiempo”
(Ramírez 175). Según Fernando, la historia de Cecilia y el Alejo fue narrada y escrita para no
escribir la suya con la quinceañera Claudia. Entonces, la novela debería basarse sobre su propia
historia de amor. De hecho, al final del libro se agregan dibujos a esta carta-ficticia realizados por
Claudia, alias Cecilia. Por Fernando Ramírez, la historia de su amor no podía funcionar en su época
y lo que lo animó a escribir la novela fue un joven que le contó lo que le pasó, y fue lo mismo que
pasó a él y al Alejo. Entonces una vez redactado el manuscrito envió una carta a Armando Ramírez
diciendo que todo el manuscrito lo entregaba a él y si él quería lo podía publicar con su nombre, la
única cosa que no tenía que quitar era el último capítulo.
Se puede entender, entonces, como estamos frente a un nivel de interdiscursividad con un
pseudocontexto real que da pie a la narración. El narrador de la historia puede ser considerado como
un cronista que cuenta los hechos de Fernando Ramírez y de su novia quinceañera Claudia.
Este carácter le permite a Armando Ramírez dibujar una imagen que borra todos los niveles
ficcionales y reales del mundo mexicano. De este modo se piensa que la obra es autobiográfica,
pero en realidad no lo es. Según el autor, es importante desarrollar una serie de personajes que
puedan tener credibilidad. De hecho, Norma Klahn, una crítica y novelista afirma que Ramírez
forma parte de una generación de novelistas que propagan un nuevo “verismo” en el que “la
escritura [...] forma parte de una realidad concreta [...] y sus personajes pertenecen a la vida diaria”.
Además, en la novela incluyó un autor que los lectores tienden a identificar con él, pero en realidad
no lo es porque sus novelas no son autobiográficas, aunque si todos los lectores creyeran que era él
el personaje y también los críticos, que llamaron la novela “autorreferencial”.
En una de sus entrevistas dijo que al principio reprochaba esta identificación, pero después le
gratificó esta idea de haber logrado que todos creyeran que él era el protagonista y se sentía un
mago que había caído en su propia trampa y que había empezado a construir un personaje al margen
de su literatura que influye en la manera en que fueron leídos sus libros.
Entonces Armando Ramírez es el autor de ese libro y es considerado como si fuera un personaje de
sus novelas, aunque en realidad no esté en ellas.
Para concluir, a través de este análisis se puede entender como la quinceañera no solamente es un
fenómeno cultural, en el que lo principal es la ceremonia preparada de manera pomposa, pero sobre
todo puede ser considerada como un momento en que la festejada puede proyectar todos sus sueños,
como en el caso de Cecilia.
RINGRAZIAMENTI

Le prime persone che voglio ringraziare sono miei genitori, che seppur ancora oggi, non hanno ben
capito di cosa trattasse questa tesi, mi hanno sempre sostenuto instancabilmente.
Grazie per tutto ciò che mi avete insegnato, per i vostri consigli, che ho sempre seguito poche volte,
per l’amore che trasmettete. Vi ringrazio per avermi sempre incoraggiata ad affrontare le tante sfide
di questo percorso, per avermi anche sgridata, sottolineando sempre la possibilità di migliorare ed
imparare, ma soprattutto vi ringrazio per credere in me.

Un ringraziamento speciale lo devo anche alle mie due sorelle, Giorgia ed Aurora.
A Giorgia per i mille consigli che mi dai ogni giorno, ci siamo sempre l’un per l’altra e ammetto,
che quasi spesso, la più grande sei tu. Ad Aurora per tutta la pazienza che hai nel sopportarmi.
Anche se litighiamo spesso e non ve lo dico mai, vi voglio un mondo di bene!

Ringrazio Marica per essere stata sempre presente in questi tre anni. Grazie per essere sempre
pronta ad aiutarmi e consolarmi ogni volta che io ne abbia bisogno. Sono molto fiera di te perché
nonostante ti abbiano messo i bastoni tra le ruote, non ti abbati mai.
Spero che la vita ci riservi solo cose belle!

Un ringraziamento speciale lo devo a Lucia, più che amica per me sei una sorella. Mi conosci
meglio di chiunque altro, forse anche meglio di me stessa. Grazie per l’appoggio e il bene
incodizionato che mi hai sempre dato e che continui a darmi. Sono molto orgogliosa di te perché
nonstante la vita continui a sfidarti, non ti perdi mai d’animo. Il bene che ti voglio è immenso!

Alle mie amiche Simona, Francesca e Angelica con cui ho condiviso questi tre anni di università
fantastici, tra caffè ciccio, shopping, lezioni e studio in quelle aule così belle e pulite di Giusso.
Prima di essere colleghe per me siete delle amiche, quelle amiche vere che sono una volta nella vita
si incontrano. Vi ringrazio per essere sempre pronte a sopportarmi e supportarmi.
Ci auguro che questo sia solo uno dei primi traguardi che faremo insieme, vi voglio un mondo di
bene!

Un ringraziamento speciale alla mia amica e compagna di letture Giulia. Sei diventata in poco
tempo una parte fondamentale della mia vita, una sorella non di sangue, ma per scelta. A te devo
ringraziarti perché sei sempre lì pronta a consigliarmi e sostenermi in qualsiasi scelta io faccia.
Abbiamo condiviso questo percorso insieme pieno di gioie e di delusioni.
A te auguro il meglio che la vita possa offrirti, ti voglio bene!

Ringrazio le mie amiche e colleghe Valeria e Teresa per aver condiviso con me questi tre anni
memorabili. Tra caffè ciccio, ritardi di treni e pullman e lezioni appese. Vi ringrazio per avermi
sempre sopportato e supportato, in particolar modo Vale per avermi sempre aiutata, tra piagnistei e
ansie per gli esami di inglese. Vi voglio un bene immenso!

Un ultimo ringraziamento, ma non per questo meno speciale alla mia amica e compagna di
quest’avvenutura, Margherita. A te ringrazio di essere stata sempre presente in quest’ultimo
periodo. Nonstante i mille pianti alla fine ce l’abbiamo fatta! Ricordo ancora quando ad inizio
marzo pensavamo di non potercela fare, ed invece eccoci qui, il giorno tanto atteso è arrivato. Non
mi dimenticherò mai le nostre intense lezioni di filologia e le videchiamate di prima mattina.
A noi auguro solo il meglio!

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