Está en la página 1de 6

OVOCITO PRIMARIO Y OVOCITO

SECUNDARIO
Una de las principales peculiaridades de los ovocitos es que se producen en dos fases o
etapas: la primera, durante el desarrollo embrionario de cada mujer (antes de nacer); en
este caso se habla de ovocito primario.
Esta producción queda detenida (en una especie de stand by) hasta que llega la pubertad,
momento en que el ovocito secundario reanuda ese proceso que se inició cuando la
mujer aún no había nacido, y continuándola todos los meses, coincidiendo con el
momento de la ovulación.

Esta existencia de ovocitos primarios y secundarios está directamente relacionada con


otra cuestión importante, sobre todo en mujeres que retardan el momento de la
maternidad: el de la reserva ovárica.

Al nacer, cada mujer tiene “almacenados” en sus ovarios entre 200.000 y 400.000
folículos primordiales, dentro de los cuales se forman los ovocitos. Se estima que de esos
miles de folículos, aproximadamente unos 400 maduran y expulsan su óvulo desde el
inicio de la menstruación (menarquia) hasta la llegada de la menopausia.

El resto sufre un proceso de degeneración o desaparición llamado atresia. Como


consecuencia de ello, la reserva ovárica va disminuyendo con la edad, de forma que se
calcula que a los 35 años, la mayoría de las mujeres ya sólo disponen de un 10% de los
ovocitos con los que nacieron y, además, estos son de peor calidad.

Esta es la razón por la que a partir de esta edad a la mayoría de las mujeres les resulta más
difícil quedarse embarazadas y también por la que hay más posibilidades de que se
presenten complicaciones durante la gestación.

OVOCITO FECUNDADO
Hay otra tipología de ovocito es aquél que se forma como consecuencia del proceso de
reproducción. Tiene su origen en un ovocito que, tras ser producido en el interior de un
folículo y puesto en circulación durante la ovulación, consigue ser alcanzado por un
espermatozoide, el cual consigue penetrar las tres capas del ovocito, transfiriéndole toda
la información genética y dando lugar a una nueva célula, el ovocito fecundado. Éste, que
recibe el nombre de cigoto, tiene la peculiaridad de que contiene en su interior, a partes
iguales, los cromosomas femeninos y masculinos.

Este ovocito fecundado continúa desarrollándose hasta que, en forma de embrión, se


implanta en el útero, dando inicio al embarazo.
Si te estás sometiendo a un procedimiento de reproducción asistida, ya sabrás la
importancia que tiene determinar la reserva ovárica (es decir, la cantidad de ovocitos de la
que dispones en este momento para conseguir el embarazo).

El dato más fiable en este sentido es el recuento de folículos, y para conseguir que éstos
sean lo suficientemente numerosos y alcancen el tamaño adecuado, lo habitual es recurrir
a un tratamiento de estimulación ovárica.

También podría gustarte