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SALA SEGUNDA
Magistrada Relatora: Julia Elizabeth Cornejo Gallardo
Acción de libertad
Expediente: 21500-2017-44-AL
Departamento: La Paz
En el proceso penal ampliado contra Christian Menn, por la presunta comisión del
delito de robo agravado, el Juez de Instrucción Penal Quinto de la Capital del
departamento de La Paz, por Auto Interlocutorio 435/2017 de 27 de septiembre,
dispuso la detención preventiva de su defendido en el Centro Penitenciario de San
Pedro de La Paz; Resolución que adolece de defectos de forma y fondo; toda vez
que, no cuenta con la debida fundamentación, no contiene razones propias por las
que el juzgador llegó a la conclusión que el imputado es el posible autor del
referido ilícito penal y existe peligro de fuga y/o obstaculización; por cuanto la
autoridad únicamente se adhirió a las conclusiones y valoraciones efectuadas por el
Ministerio Público; añadiéndose a ello, la insuficiente motivación, además de
arbitraria e irrazonable de la misma, cuya argumentación se basa en conjeturas y
suposiciones, desconociendo cuáles son las reglas de la sana crítica que empleó al
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momento de valorar los elementos de prueba, tal cual manda el art. 173 del Código
de Procedimiento Penal (CPP).
Con relación al numeral 10 del art. 234 del CPP, las apreciaciones son
discriminatorias y subjetivas, al afirmar que el imputado es peligroso por ser
extranjero, y que en Bolivia existe una alta peligrosidad de personas extranjeras,
vulnerando con dicha motivación los derechos a la no discriminación y al debido
proceso, pues para establecer dicho riesgo no se fundamenta en forma objetiva. De
igual modo, añadió que en cuanto a la exigencia al imputado de presentar el
Registro Judicial de Antecedentes Penales (REJAP), había una imposibilidad
material, porque fue detenido cuando se presentó a prestar su declaración
informativa en forma voluntaria, pero en todo caso, la carga de la prueba
corresponde al Ministerio Público, quien solicitó la detención preventiva.
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Respecto al riesgo de obstaculización con relación al numeral 1 del art. 235
del CPP, la autoridad señaló que: “como el Ministerio Público tiene que hacer la
correspondiente investigación sobre las imágenes, sobre si este sujeto colombiano
aún conserva la llave o ya está en poder de la señora Leydy, sobre los objetos que
han sido sustraídos también son elementos de convicción, la caja fuerte, la suma de
dinero, las joyas, el escenario en el que produjo el robo, el forcejeo o la puerta
principal; esos elementos si se constituyen en un riesgo procesal de la cual el
imputado en libertad va a influir sobre estos, están aquí las filmaciones, el informe
técnico del lugar de los hechos, entonces hay elementos que el Ministerio Público lo
va investigar” (sic), siendo la motivación confusa, defectuosa, arbitraria e
irrazonable.
Con relación al numeral 2 del art. 235 del CPP, afirmó que: “…implica este riesgo
procesal, de que el imputado puede influir sobre la víctima, quien es testigo
directo de los hechos, sobre el entorno familiar, sobre los otros sujetos (…) los
peritos; es un entorno en la cual en imputado en libertad va influir negativamente
(…) es algo que rescato del Ministerio Público que ha sido muy exhaustivo ya que
ha determinado en la declaración de la ahora cautelada sobre las visitas que hace a
Chistrian Menn, sobre la negación de que su hija ha estado ese día, entonces hay
una forma de influir negativamente sobre la personas y obstaculizan la
averiguación” (sic), fundamento defectuoso en su forma, no comprensible, pues no
menciona un solo indicio o circunstancias objetivas respecto al imputado, que haga
presumir que influirá sobre las personas señaladas, por lo tanto, la conclusión es
arbitraria. No aporta elemento de convicción; no basta señalar sobre quiénes se
puede influir, sino que debe establecerse cómo, cuándo, en qué contexto, bajo qué
circunstancias, qué hechos hacen pensar que puede influir; no basta decir que hay
declaraciones, debe individualizarse las mismas. En el caso, el Juez demandado
realizó meras suposiciones o conjeturas que no pueden justificar una detención
preventiva.
Todas las ilegalidades descritas no fueron advertidas por los Vocales codemandados
que ratificaron los fundamentos del Juez a quo y solo dieron curso a sus
observaciones respecto a los riesgos procesales contenidos en los numerales 1 y 2
de art. 234 del CPP. Enfatizó que la motivación es confusa y defectuosa y no se
explica cómo el imputado destruirá, modificará, ocultará, suprimirá o falsificará
elementos de prueba, si no vive en el “Edificio Rena” de propiedad del denunciante.
En lo que se refiere al numeral 2 del art. 235 del CPP, sobre la influencia negativa
que el imputado puede ejercer en los partícipes, testigos y peritos, la Resolución de
primera instancia, no sería inteligible y comprensible, debido a que no cuenta con
un solo elemento de convicción que corrobore esta situación; no indicó las
circunstancias o hechos que le hicieron pensar, pudiera ejercer dicha influencia, por
cuanto el Juez demandado habría realizado una suposición o conjetura meramente
retórica de ese supuesto.
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La parte accionante aduce la vulneración de sus derechos a la libertad personal; al
debido proceso en sus elementos de motivación y fundamentación; y, a la
presunción de inocencia, citando al efecto los arts. 23, 115.II y 116.I de la
Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Regina Santa Cruz Silva, Jueza de Instrucción Penal Novena en suplencia legal de
su similar Quinto, ambos de la Capital del departamento de La Paz, debido a que
Juan Carlos Montalbán Zapata titular de ese despacho judicial, se encuentra
declarado en comisión por estudios; mediante informe expreso de 26 de octubre de
2017, que corre a fs. 42 y vta., sostuvo lo siguiente: 1) En cuanto tomó
conocimiento de la acción de libertad, solicitó informe a la Auxiliar del Juzgado,
quien hizo conocer que a la fecha, la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental
de Justicia de La Paz, no habría devuelto la apelación del proceso penal seguido por
el Ministerio Público contra Christian Menn; razón por la cual, no pudo dar
cumplimiento a la remisión del cuaderno procesal solicitado; y, 2) A este efecto,
adjuntó fotocopias legalizadas de los libros, así como del informe de la Auxiliar; en
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mérito a lo que, no se tiene claro cuál sería el acto u omisión que habría ocasionado
el Juez ahora demandado.
Ana María Villa Gómez Oña y Víctor Luís Guaqui Condori, Vocales de la Sala Penal
Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, presentaron informe
escrito, el 26 de octubre de 2017, cursante de fs. 43 a 44, manifestando lo
siguiente: i) El proceso penal en cuestión, radicó en la Sala Penal Primera con
apelación incidental de medida cautelar de carácter personal, deducida por el
imputado contra el Auto Interlocutorio 435/2017, dictado por el Juez de Instrucción
Penal Quinto de la Capital del departamento de La Paz; ii) Por Auto de Vista
227/2017 admitieron el recurso de apelación incidental interpuesto por el imputado,
al haberse presentado dentro del plazo previsto por ley, también declararon la
procedencia en parte de las cuestiones planteadas por la parte imputada y en su
mérito, revocaron parcialmente el Auto Interlocutorio 435/2017, determinando que
quedaron enervados los numerales 1 y 2 del art. 234 del CPP, quedando
subsistentes los arts. 233.1 y 2, 234.10 y 235.1 y 2 de la indicada norma procesal;
iii) Con relación a la probabilidad de autoría, debe responderse a dos interrogantes,
-¿hay un hecho?-, el cual se tiene delimitado y por ende se cuenta con un objeto
procesal, cumpliéndose con el requisito de verificabilidad, las condiciones de
verificación y las reglas de comprobación; y, -¿pudo haber participado el
imputado?-, respecto de lo cual, tanto la imputación formal como la Resolución del
Juez demandado, denotan la probable participación del mismo, catalogada por éste
como autoría mediata, no encontrando la Sala, ningún elemento objetivo que
genere duda sobre ello, en razón a que el criterio lógico del Juez se encuentra
dentro de los márgenes de razonabilidad, máxime si se considera, que conforme a
la directriz que da la norma adjetiva penal, referida a que para la probabilidad de
autoría no se requiere certeza, por cuanto el estándar es mínimo, realizar una
interpretación contraria, como pide el apelante, supondría desnaturalizar las
connotaciones del art. 302 del CPP; iv) La parte accionante hace referencia al
art. 234.10 del CPP, el cual no fue cuestionado en la audiencia de apelación, por el
contrario, si bien mencionó aspectos relativos a la discriminación subjetiva que
hubiera realizado el Juez a quo; empero, estos no fueron objeto de agravio para
enervar la referida norma, sino fueron argumentos utilizados para expresar el
agravio del art. 234.1 y 2 de la referida norma; razón por la cual, el Tribunal de
alzada se encuentra limitado a los cuestionamientos expuestos de forma concreta
conforme dispone el art. 398 del CPP; v) Con relación al art. 235.1 y 2 del CPP, en
audiencia sostuvieron que aún quedan varios actos investigativos por realizar y la
parte accionante únicamente señaló, que no se demostró la preexistencia del
dinero ni de una caja fuerte, además que el imputado no tiene interés de
obstaculizar los actos investigativos, a más que el Tribunal dio un lineamiento
respecto a la enervación de ambos riesgos procesales, obrando conforme a ley;
vi) La parte accionante pretende que la jurisdicción constitucional actúe como
tribunal de tercera instancia y confunde los argumentos propios de una acción de
libertad con los de un recurso de apelación; vii) Consiguientemente, el Auto de
Vista 227/2017, se encuentra debidamente fundamentado y motivado, además las
medidas cautelares tienen carácter provisional y pueden ser modificadas o
revocadas en cualquier estado del proceso, conforme dispone el art. 250 de la
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norma adjetiva penal; y, viii) La jurisdicción constitucional tiene la finalidad de
revisar o constatar si existe vulneración de los derechos fundamentales y garantías
constitucionales en el desarrollo de los actos jurisdiccionales e incluso
administrativos y no constituye otra instancia que revise el fondo del proceso, tal
como pretende la parte accionante.
I.2.3. Resolución
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mediante decretos de 5 de abril y 25 de junio de igual año; por lo que, la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional es pronunciada dentro del término legal.
II. CONCLUSIONES
II.4. Consta Auto de Vista 227/2017 de 18 de octubre, emitido por los Vocales
de la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz
-ahora codemandados-, que declaró la admisibilidad del recurso de
apelación interpuesto por la defensa, por haber sido deducido dentro del
plazo; asimismo, declaró la procedencia en parte de las cuestiones
planteadas; y en consecuencia, revocó en parte el Auto Interlocutorio
435/2017; por lo que, ya no subsisten los numerales 1 y 2 del art. 234 del
CPP, manteniendo en lo demás, firme y subsistente la referida Resolución,
de tal manera que al concurrir aun el numeral 10 del art. 234 y los
numerales 1 y 2 del art. 235 del CPP, la parte imputada deberá mantenerse
en detención preventiva (fs. 90 a 93).
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III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
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SC 0010/2010-R de 6 de abril, que a partir de los arts. 23.I y II de la
CPE; 9.1 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos (PIDCP);
y, 7.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH),
sostuvo:
De las normas glosadas, se concluye que para que una restricción al derecho a la
libertad sea constitucional y legalmente válida, se deben cumplir con determinados
requisitos materiales y formales. Respecto a los primeros, sólo se puede restringir el
derecho a la libertad en los casos previstos por Ley, que de acuerdo a la Opinión
Consultiva (OC) 6/86 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos debe
tratarse de una Ley formal, es decir de aquella que emana del órgano legislativo.
Con relación a los requisitos formales, la restricción al derecho a la libertad sólo será
válida si se respetan las formas establecidas por ley, si el mandamiento emana de
autoridad competente y es emitido por escrito, salvo el caso de flagrancia, de
conformidad a lo establecido por el art. 23.IV de la CPE.
Estas condiciones de validez, también han sido desarrolladas por la jurisprudencia
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Así en la Sentencia de 21 de
enero de 1994, caso Gangaram Panday, la Corte señaló: …Nadie puede ser privado
de la libertad personal sino por las causas, casos o circunstancias expresamente
tipificadas en la ley (aspecto material) pero, además, con estricta sujeción a los
procedimientos objetivamente definidos por la misma (aspecto formal).
En ese entendido, se concluye que en materia penal, los casos en los que
una persona puede ser privada de su libertad están expresamente
previstos en el Código Penal tratándose de sanciones penales; y, en el
Código de Procedimiento Penal en caso de medidas cautelares, entre ellas
la detención preventiva; en cuanto a las formalidades que deben
observarse para la privación de libertad de una persona, las mismas
también se encuentran establecidas en el último Código citado.
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La intervención de la autoridad judicial se constituye en una
garantía de la libertad, pues el juez está llamado a velar por el
cumplimiento y efectividad de los mandatos constitucionales y
legales en cada caso en particular. La libertad encuentra solo en la ley
su posible límite, y en el juez, su legítimo garante en función de la
autonomía e independencia que la Norma Suprema reconoce a sus
decisiones, precisamente porque es esta autoridad judicial a quien le está
encomendada la tarea de ordenar la restricción del derecho a la libertad en
los precisos términos señalados en la ley, de la misma manera que es a él,
a quien corresponde controlar las condiciones en las que esa se efectúa y
mantenga.
III.1.1. Sobre la validez de la detención preventiva: Principio de
legalidad, especial referencia a las condiciones
materiales de validez de la privación de libertad, la carga
argumentativa y probatoria
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víctima, aunque no se hubiera constituido en querellante,
cuando concurran los siguientes requisitos:
Asimismo, la previsión del numeral 1 del art. 233 del CPP, debe
ser interpretada y comprendida conforme a la Constitución
Política del Estado, en concreto, de acuerdo a la garantía de la
presunción de inocencia; habida cuenta que, la imputación formal
no constituye base para determinar la culpabilidad o la inocencia
del sujeto; por lo tanto, a más que la aplicación de medidas
cautelares de carácter personal, surja de la acreditación de una
presunta participación o autoría, dicho concepto -probable
autoría o participación- debe emerger de una valoración
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Corte IDH, Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Sentencia de 21 de noviembre de 2007 sobre Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Serie C N° 170, párrs. 101 y 103.
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Ibíd., párr. 103.
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armónica e integral de elementos de juicio que sean objetivos y
concretos; y no ser, el resultado de la mera imaginación del
juzgador ni de la parte acusadora.
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o no, de los presupuestos previstos en las normas procesales
referidas anteriormente, vulnera el debido proceso del imputado.
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resolución debe estar debidamente motivada sobre los
presupuestos que dieron lugar a su determinación.
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Corte IDH, Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Sentencia de 21 de noviembre de 2007 sobre Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Serie C N° 170, párr. 93.
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…la autoridad judicial competente, para adoptar la decisión de aplicar
la detención preventiva, de una parte, está obligado a verificar y
determinar la concurrencia de los requisitos mencionados por el art. 233
CPP, para lo que deberá contrastar la solicitud fundamentada del
Ministerio Público con los elementos de prueba presentados sobre la
concurrencia de los requisitos, en el marco de las normas previstas por
los arts. 234 y 235 CPP; de otra parte, deberá fundamentar en derecho
la decisión de aplicar la medida cautelar de carácter personal, pues
tomando en cuenta que uno de los principios fundamentales inherentes
al Estado Democrático de Derecho es la motivación de las decisiones de
las autoridades públicas, el juez está obligado a expresar los
motivos de hecho y de derecho en que se basa su convicción
determinativa de la concurrencia de los requisitos, así como el
valor otorgado a los medios de prueba, esa fundamentación no
puede ser reemplazada por la simple relación de los
documentos o la mención de los requerimientos de las partes;
de modo que está obligado a expresar los presupuestos jurídicos que
motivan la medida, con cita de las normas legales aplicables y la
descripción clara y objetiva de los elementos de convicción concurrentes
(las negrillas nos corresponden).
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Consecuentemente, el Tribunal de apelación, está obligado a motivar y
fundamentar su Resolución, precisando los elementos de convicción que
le permiten concluir en la necesidad de revocar las medidas sustitutivas
y aplicar la detención preventiva; a cuyo efecto debe también justificar
la concurrencia de los presupuestos jurídicos exigidos por el art. 233 del
CPP y una o varias de las circunstancias establecidas por los arts. 234 y
235 del CPP, mediante una resolución debidamente fundamentada,
conforme exige el art. 236 del CPP, puesto que sólo cuando se han
fundamentado debidamente estas dos situaciones, se puede disponer la
detención preventiva.
Recogiendo dichos entendimientos, la SCP 0077/2012 de 16 de
abril4 señala que el art. 398 del CPP establece que los tribunales
de alzada deben circunscribirse a los aspectos cuestionados de la
resolución; empero, ello no implica que se encuentren eximidos
de la obligación de motivar y fundamentar la resolución por la
cual deciden imponer la medida cautelar de detención preventiva,
revocarla, sustituirla o disponer la cesación; quedando
igualmente obligados a expresar la concurrencia de los
presupuestos que la normativa legal prevé.
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El FJ III.3, señala: “Finalmente, cabe remitirse a lo previsto en el 236 del CPP, entre cuyos requisitos del auto de detención
preventiva se encuentran: `3) La fundamentación expresa sobre los presupuestos que motivan la detención, con cita de las
normas legales aplicables´.
En el marco de las normas legales citadas, aplicables al caso que se examina, se establece que el límite previsto por el art. 398
del CPP a los tribunales de alzada, de circunscribirse a los aspectos cuestionados de la resolución, no implica que los tribu nales
de apelación se encuentren eximidos de la obligación de motivar y fundamentar la resolución por la cual deciden imponer la
medida cautelar de detención preventiva, quedando igualmente obligados a expresar la concurrencia de los dos presupuestos
que la normativa legal prevé para la procedencia de la detención preventiva, en el entendido que ésta última determinación
únicamente es válida cuando se han fundamentado los dos presupuestos de concurrencia, para cuya procedencia deberá existir:
1) El pedido fundamentado del fiscal o de la víctima aunque no se hubiere constituido en querellante; 2) La concurrencia de los
requisitos referidos a la existencia de elementos de convicción suficientes para sostener que el imputado es, con probabilidad,
autor o partícipe de un hecho punible y la existencia de elementos de convicción suficiente de que el imputado no se someterá
al proceso u obstaculizará la averiguación de la verdad; circunstancias que deben ser verificadas y determinadas por el tribunal y
estar imprescindiblemente expuestas en el auto que la disponga, por lo mismo, la falta de motivación por parte de los tribunales
de alzada no podrá ser justificada con el argumento de haberse circunscrito a los puntos cuestionados de la resolución
impugnada o que uno o varios de los presupuestos de concurrencia para la detención preventiva no fueron impugnados por la o
las partes apelantes.
En tal sentido, el tribunal de alzada al momento de conocer y resolver recursos de apelación de la resolución que disponga,
modifique o rechace medidas cautelares, deberá precisar las razones y elementos de convicción que sustentan su decisión de
revocar las medidas sustitutivas y aplicar la detención preventiva; expresando de manera motivada la concurrencia de los
presupuestos jurídicos exigidos para su procedencia, no pudiendo ser justificada su omisión por los límites establecidos en el
art. 398 del CPP”.
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invocadas por el accionante y manifestarse expresamente sobre
cada una de ellas, de acuerdo a los parámetros establecidos en
el punto anterior, debiendo señalar fundadamente los motivos
por los que considera que efectivamente se dan los riesgos
procesales previstos por el art. 233 del CPP.
La parte accionante aduce que dentro del proceso penal seguido por el
Ministerio Público en su contra, por la supuesta comisión del delito de robo
agravado, el Juez de primera instancia demandado dictó el Auto
Interlocutorio 435/2017, disponiendo su detención preventiva en el Centro
Penitenciario de San Pedro de La Paz; habiendo interpuesto recurso de
apelación incidental, en cuyo mérito los Vocales codemandados emitieron el
Auto de Vista 227/2017, revocando en parte la Resolución impugnada, en lo
relativo al art. 234.1 y 2 del CPP y manteniéndose firme respecto de los
arts. 234.10 y 235.1 y 2 de la referida norma; Resoluciones que vulneran
sus derechos fundamentales y garantías constitucionales, cuya tutela
solicita, por cuanto no contienen una adecuada fundamentación ni
motivación de las razones de sus decisiones, respecto a la autoría mediata
del imputado, así como de los riesgos procesales que aún persisten,
lesionando así sus derechos a la libertad personal, al debido proceso en sus
vertientes de fundamentación y motivación, así como a la presunción de
inocencia. Al efecto se efectuará el análisis individualizado de cada
Resolución:
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dispuso su detención preventiva en el Centro Penitenciario de
San Pedro de La Paz, con los fundamentos que a continuación se
resumen y analizan:
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Como se indicó, la materialización del numeral 1 del art. 233
del CPP, exige que el hecho esté definido o delimitado, con ello
no se quiere decir que se requiera certeza sobre su concurrencia
o participación del imputado, se trata que el hecho, que es objeto
del proceso y sobre el cuál se discute la medida cautelar, esté
demarcado y dé respuesta a las siguientes interrogantes: qué se
hizo, quién lo hizo, cuándo lo hizo, dónde lo hizo y cómo lo hizo,
pues para resolver el juez debe entender cuál es el hecho objeto
de disputa y la participación del imputado. La garantía del hecho,
es pues la piedra angular sobre la que se ordenan las demás
garantías, tanto sustantivas como las de procedimiento. Si no hay
un hecho medianamente delimitado, sobre todo al comienzo de
la investigación preparatoria, no existe objeto procesal, nada de
lo que se discuta podrá tener sentido. La existencia de un hecho
será condición de un proceso penal, y consecuentemente, de una
audiencia en la que se discutan cuestiones relativas a él.
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Respecto al numeral 10 del art. 234 del CPP, sostuvo que no solo
debe tenerse en cuenta los antecedentes judiciales, sino el grado
de peligrosidad, conforme lo estableció el Tribunal Constitucional
Plurinacional, haciendo un análisis integral del hecho, indicando
que en el caso hicieron referencia a un robo agravado, donde
participaron varias personas, entonces la víctima puede correr
riesgo, siendo que la alta criminalidad en Bolivia es preocupante;
refiriendo además que “…ciudadanos extranjeros de nacionalidad
Peruana, Colombiana, Brasilera ya hemos visto en Santa Cruz
EUROCRONOSS en que sin ninguna medición provocan muerte a
las víctimas, no estoy prejuzgando pero ese es un circulo que se
está viviendo en Bolivia y esa es la peligrosidad que el juez está
fundamentando y en el caso particular si existe esta situación ya
que este hecho de Robo no ha sido causado por una persona,
sino han participado varias personas que tenían incluso acceso al
edificio y este ciudadano está prófugo es decir que en cualquier
momento va ir al domicilio de la víctima ya que tiene la llave y
espero que no suceda nada con relación a la seguridad de las
víctimas y esta situación puede ser tomada como una represalia
con relación a este proceso; entonces el suscrito Juez también
tiene la obligación de hacer efectivos los derechos humanos
basados en la misma Constitución Política del Estado, que se
tiene que hacer una ponderación, el derecho de la vida, el
derecho a la seguridad de la víctima y el derecho a la libertad del
imputado; si hacemos una ponderación de los derechos, cual
prevalecería más obviamente el derecho a la vida, entonces el
Juzgador está considerando este riesgo procesal con relación a la
víctima y a su entorno familiar; por lo que a criterio del Juzgador
si concurre ese riesgo de fuga” (sic).
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anterior al hecho, cuando como se estableció esa responsabilidad
le corresponde al Ministerio Público, quien solicitó la medida
cautelar de detención preventiva, alegando entre otros, dicho
riesgo por falta de domicilio, tal afirmación debió ser demostrada
por el Ministerio Público, misma que debe ser sometida al
contradictorio, para que el Juez determine lo que corresponda.
De ningún modo, puede darse la carga de la prueba al imputado,
lo que no le impide en el contradictorio desvirtuar lo afirmado por
el Fiscal, además la discusión no se cierra ahí, pues una vez
demostrado que no se tiene domicilio tiene que justificarse
el porqué esa situación conlleva un riesgo de fuga, lo que en el
caso no aconteció.
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la calidad de cosa juzgada, como supuestamente lo entendieron
las “SSCC 0007/2007 y 1250/2007”, pues el imputado en libertad
puede influir sobre la víctima, su entorno familiar, los otros
implicados, testigos, etc.
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III.2.2. Análisis del Auto de Vista 227/2017, pronunciado en
apelación por los Vocales codemandados
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Los argumentos glosados, permiten establecer que el Tribunal de
alzada se limitó a ratificar la determinación del inferior, que
adolecía según el análisis anterior de graves defectos, pues no
puede determinar cuál es el hecho, quiénes, cuándo, dónde y
cómo lo hicieron. Los Vocales codemandados, no consideraron
que el hecho no está claramente delimitado y si bien no se
requiere plena prueba sino indicios, su determinación debe dar
respuesta a las siguientes interrogantes: qué se hizo, quién,
cuándo, dónde y cómo lo hizo; pues para resolver la medida
cautelar, el juez debe entender cuál es el hecho objeto de
disputa y la participación del imputado.
POR TANTO
Al no existir consenso en Sala dentro del presente caso, dirime el Dr. Petronilo
Flores Condori, Presidente; siendo de Voto Disidente el Magistrado, MSc. Carlos
Alberto Calderón Medrano.
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