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sea de manera clara y separada. Un entendimiento contrario equivaldría suponer la existencia de
dos o más sujetos con iguales actitudes, idénticos comportamientos y semejantes condiciones de
vida, supuestos que por lógica consecuencia, son imposibles. Entonces, una motivación genérica y
carente de individualización provoca incertidumbre en el justiciable y claramente constituye una
afrenta directa al debido proceso.
LEGISLACION COMPARADA:
CODIGO PROCESAL PENAL DE GUATEMALA:
ARTÍCULO 263.- Peligro de obstaculización.
Para decidir acerca del peligro de obstaculización para la averiguación de la verdad se
tendrá en cuenta, especialmente, la grave sospecha de que el imputado podría:
1. Destruir, modificar, ocultar, suprimir o falsificar elementos de prueba.
2. Influir para que coimputados, testigos o peritos informen falsamente o se comporten de
manera desleal o reticente.
3. Inducir a otros a realizar tales comportamientos.
CODIGO PROCESAL PENAL DE PERU:
ARTÍCULO 270.- Peligro de obstaculización.
Para calificar el peligro de obstaculización se tendrá en cuenta el riesgo razonable de que el
imputado:
1. Destruirá, modificará, ocultará, suprimirá o falsificará elementos de prueba.
2. Influirá para que coimputados, testigos o peritos informen falsamente o se comporten de
manera desleal o reticente.
3. Inducirá a otros a realizar tales comportamientos.
1. DESVIRTUANDO EL PELIGRO DE OBSTACULIZACION.- A continuación
argumentare cada numeral con jurisprudencia para su mejor comprensión y aplicación
como prueba preconstituida:
1.1. Numeral 1 del Art. 235 “Que el imputado destruya, modifique, oculte, suprima,
y/o falsifique, elementos de prueba”
Es deber del Juez fundamentar sobre el presente riesgo procesal con documentos
probatorios, la manera en que el imputado pueda destruir, modificar, suprimir y/o
falsificar los elementos de prueba. La S.C.P. 1173/2016-s3 de 26 de octubre de 2016:
En cuanto al art. 235.1 del CPP, en base al principio de libertad probatoria -art. 171
del referido Código- son elementos de prueba reconocidos por el art. 193 del citado
Código, las testificales, periciales, documentales materiales, inspección,
reconstrucción y todas las que puedan valerse las partes dentro del presente caso, la
finalidad de dicho peligro procesal es evitar que se destruya, modifique, oculte,
suprima, y/o falsifique elementos de prueba; asimismo, respecto al elemento de
convicción mencionado en la Resolución de imputación formal “N° 15” con relación
a dos hojas en blanco firmadas por el imputado -ahora accionante- colectados en la
oficina del nombrado, en las que se evidencia que trabajaba con otras personas que
están en proceso de investigación, se indicó que nadie puede firmar hojas en blanco y
si bien el imputado -hoy accionante- señaló que no signó las mismas sino otros
implicados dentro de esa caso, deben ser los peritos correspondientes los que
cooperen con la aclaración de tal extremo; así, la única finalidad y la concurrencia de
este peligro procesal es que el imputado -ahora accionante- también tenga la verdad
material de los hechos que se vienen investigando conforme al art. 180 de la CPE.
(…)
En cuanto al peligro de obstaculización contenido en el art. 235.1 del CPP, el
accionante denunció que los Vocales hoy demandados, sin que la Jueza ahora
codemandada haya fundamentado sobre este riesgo procesal con documento probatorio
alguno, de oficio y en su perjuicio señaló que hubiera intentado modificar prueba, sin
mencionar elemento de prueba alguno, refiriendo que en base al principio de libertad
probatoria prevista por el art. 171 del CPP, las pruebas en general -testificales,
periciales, documentales, materiales, inspección, y reconstrucción-, podrían ser objeto
de modificación, y si bien menciona dos hojas firmadas en blanco, las mismas no
fueron ofrecidas como elemento de prueba por el Ministerio Público; además, no se
explicó de qué manera su persona puede destruir, modificar, suprimir y/o falsificar los
mismos, siendo un fallo generalizado con suposiciones y presunciones.
1.2. Numeral 2 del Art. 235 “Que el imputado influya negativamente sobre los
partícipes, testigos o peritos, a objeto de que informen falsamente o se comporten
de manera reticente”
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Para decidir sobre la concurrencia del segundo requisito establecido en el presente
numeral, corresponde señalar que la autoridad judicial deberá evaluar en forma objetiva
si existen suficientes elementos de convicción que determinen la concurrencia de esos
supuestos, a cuyo efecto deben ser valorados conforme a la conducta o comportamiento
que advierta el juez respecto del imputado durante la investigación del hecho o el
proceso mismo; vale decir, que podrá tomarse en cuenta como elementos o indicios de
obstaculización a la averiguación de la verdad todas las actuaciones y comportamientos
del imputado ocurridos en los actos iniciales de la investigación, los que forman parte
de la etapa preparatoria o durante el proceso mismo y en los que la conducta del
imputado puede subsumirse a lo previsto en los arts. 233.2) con relación al 235 del
CPP1. A continuación el Tribunal reitera dicho entendimiento:
S.C.P. 1173/2016-S3 de 26 de octubre de 2016 “…En relación al art. 235.2 del CPP,
en el caso existen varios implicados y precisamente lo que pretende ese peligro
procesal es que el imputado -hoy accionante- no influya en los mismos “…
objetivamente se entiende que no se requiere se den los nombres de los otros
implicados, testigos o peritos; no debe perder de vista la parte imputada que la
Resolución de Imputación Formal se dio en un primer momento, luego de haber
prestado su declaración informativa y haber sido aprehendido y la etapa preparatoria
recién está en curso, en esa línea mal podía exigirse al representante del Ministerio
Público que en ese momento y a tiempo de emitir Resolución de Imputación Formal,
ya consigne testigos los nombres y apellidos y su identificación plena en su caso a los
peritos, porque para eso está precisamente la etapa preparatoria…” (sic), se entiende
que por razones de estrategia investigativa, el Ministerio Público tampoco puede
proporcionar de manera pública los nombres de quienes van a ser peritos -para el
análisis de los flash memories y una CPU- o de quienes van a ser testigos -debido a
los tres cuadernos de control jurisdiccional encontrados en la oficina de un abogado
implicado- concurriendo el mismo”.
Respecto a este riesgo procesal contenido en el presente numeral (Art. 235.2 CPP), se
lo fundamenta con el objeto de resguardar a los testigos, sin especificar sobre quienes
influirá ni de qué manera, tampoco en que prueba se basan para llegar a esta
conclusión.
1.3. Numeral 3 del Art. 235 “Que el imputado influya ilegal o ilegítimamente en
magistrados del Tribunal Supremo, magistrados del Tribunal Constitucional
Plurinacional, vocales, jueces técnicos, jueces ciudadanos, fiscales y/o en los
funcionarios y empleados del sistema de administración de justicia.”
1
LA CONDUCTA PROCESAL DEL IMPUTADO ES LA QUE DEBE SER VALORADA PARA DECIDIR SOBRE EL
PELIGRO DE OBSTACULIZACIÓN S.C. Nº 1147/2006-R de 16 de noviembre de 2006.
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Consiguientemente, el hecho de la existencia de un informe policial en el que se hace
conocer que efectivamente un grupo de personas allegadas al imputado, habría
intentado lograr la liberación del procesado al momento de ser trasladado cuando fue
aprehendido, es una situación jurídica que no se acomoda a ninguno de los
presupuestos descritos en el párrafo que antecede , pues las personas que intentaron
que el ahora accionante no sea conducido a la autoridad jurisdiccional cuando éste fue
aprehendido, no significa la destrucción o modificación de ninguna prueba, ni la
influencia a testigos o peritos, menos a autoridades jurisdiccionales o fiscales, por lo
que la argumentación para revocar la medida sustitutiva resulta irrazonable, pues si bien
el ejercicio de los derechos no son absolutos y por eso mismo puede dar lugar a
restricciones, pero dicho extremo debe estar siempre enmarcado dentro de la
razonabilidad que hace relación a que una determinación esté apegada y conforme
con la prudencia, la justicia y la equidad; por eso mismo el principio de
razonabilidad busca el imperio del sentido común y de la lógica; en consonancia con
ello, toda decisión que restringe o limita un derecho como es el de la libertad, debe ser
acorde al espíritu de la Constitución Política del Estado, el ideal constitucional de la
razonabilidad prescribe una práctica democrática basada en entendimientos razonados y
razonables, por eso mismo, en un Estado Constitucional de Derecho, la exigencia de
razonamiento (principio de razonabilidad), configura también al debido proceso
sustantivo, siendo el razonamiento argumentativo un presupuesto de este derecho el cual
debe prevalecer en el régimen especial de las medidas cautelares; aspecto jurídico y
trascendental que en la actuación de las autoridades ahora demandadas se encuentra
ausente, pues el control de razonabilidad a través de la acción de libertad contra
decisiones judiciales, tiene la finalidad de resguardar la materialización de valores
plurales y principios rectores esenciales del orden constitucional, para consolidar así el
fin esencial del Estado: El vivir bien.
Por lo tanto es IMPORTANTE lo que como acabamos de ver en la mencionada S.C.P.
0635/2014 de 25 de marzo de 2014, aclara de manera precisa que NO SE
CONSIDERA DENTRO DE LOS NUMERALES 1, 2 Y 3 AQUELLOS ACTOS
ENTORPECEDORES AL MOMENTO DE LA APREHENSION”.
Cabe considerar también el siguiente fallo constitucional:
S.C.P. 1173/2016-s3 de 26 de octubre de 2016… “En relación al art. 235.4 del CPP,
el accionante denunció que los Vocales ahora demandados, al igual que la Jueza hoy
codemandada, señalan que al concurrir los numerales 1, 2, 3 del art. 235 del CPP,
también concurriría ese riesgo procesal, añadiendo simplemente que “…existen otros
implicados, es de conocimiento público, muchos con detención preventiva, una con
detención domiciliaria y también existen personas que deben ser llamadas a declarar
en calidad de sindicados o investigados…” (sic), incurriendo en una generalidad al
no referir qué elementos de prueba o cuál la conducta realizada por su persona
desde el inicio de la investigación hasta la realización de la audiencia de aplicación
de medidas cautelares por la que hubiera inducido a otros, aspecto que tampoco
fue acreditado por el Ministerio Público con prueba, siendo una apreciación
subjetiva y general.
Al respecto, el fundamento utilizado por los Vocales ahora demandados sobre que aún
existen personas que deben declarar y que la concurrencia de los anteriores peligros de
obstaculización -art. 235. 1, 2 y 3 del CPP- hacen que el riesgo analizado se encuentre
subsistente, resulta ser un fundamento razonable, toda vez que como sostuvo la SC
0012/2006-R de 4 de enero: “Cabe precisar que la expresión 'evaluación integral' que
utilizan ambos preceptos glosados, implica que el órgano jurisdiccional debe hacer un
test sobre los aspectos positivos o negativos (favorables o desfavorables) que informan
el caso concreto, de cara a los puntos fijados por la ley para medir tanto el riesgo de
fuga como el de obstaculización; de tal modo que de esa compulsa integral, se llegue
a la conclusión razonada sobre si existe o no riesgo de fuga u obstaculización. En esta
evaluación, unos puntos pueden reforzar, o por el contrario enervar o eliminar los
riesgos aludidos; lo cual, naturalmente, debe ser expuesto por el juez en la
resolución que emita de manera coherente, clara y precisa”; valoración o evaluación
integral que fue considerada por los Vocales hoy demandados a tiempo de acreditar la
concurrencia de este riesgo procesal.
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1.5. Numeral 5 del Art. 235 “Cualquier otra circunstancia debidamente acreditada que
permita sostener fundadamente que el imputado, directa o indirectamente,
obstaculizará la averiguación de la verdad”
Esta es una causal abierta, que permite a la autoridad judicial de manera fundamentada,
motiva y congruente, acreditar que el imputado de manera directa o indirectamente,
obstaculizara la averiguación de la verdad.
Ahora el siguiente fallo constitucional reitera de manera explícita lo mencionado en el
párrafo anterior:
S.C.P. 0698/2016-S3 de 14 de junio de 2016:
…Respecto al supuesto peligro de obstaculización previsto en el art. 235.5 del CPP,
mismo que fue abordado por el Juez a quo conjuntamente con el art. 234.11 del citado
Código estableciendo la concurrencia de ambos presupuestos, realizó el contraste del
documento presentado por la peticionante de cesación concluyendo que los elementos
invocados por la imputada para el supuesto art. 235.5 en específico, -documento
unilateral suscrito por tercero- no hace desaparecer legalmente los presupuestos que
determinaron su concurrencia. En efecto el Tribunal de alzada respecto a este punto
refirió que el Juez a quo no efectuó un análisis de la norma concreta; por lo cual,
estableció de manera directa la concurrencia en base a lo determinado respecto al
supuesto del art. 234.11 del CPP, sin tomar en cuenta que se trata de diferentes
presupuestos legales, vinculados cada uno a diverso riesgo procesal como son los
riesgos de fuga -art. 234.11- y de obstaculización -art. 235.5-, respecto a este último
deben concurrir elementos objetivos, concretos, suficientes y pertinentes que den
cuenta que la imputada directa o indirectamente obstaculizará la averiguación de la
verdad lo que es diferente al riesgo de fuga, por lo que, los fundamentos de este
último no pueden admitirse como válidos para sustentar el supuesto riesgo de
obstaculización, por lo expuesto el Tribunal de alzada concluyó que la concurrencia
del supuesto de obstaculización establecida y mantenida por el Juez a quo carece de
fundamento y motivación propios, y menos de base probatoria objetiva, incurriendo
dicha autoridad en una evidente vulneración a la legalidad como elemento del
debido proceso, y la razonabilidad, existiendo la obligación de restablecerlos en el
presente caso.
3. NO OLVIDEMOS QUE…
SENTENCIA CONSTITUCIONAL 1174/2011-R
Sucre, 29 de agosto de 2011
Con la finalidad de establecer la valoración a la que debe sujetarse la actividad de la autoridad
jurisdiccional de la causa cuando debe ponderar la prueba presentada por el procesado a tiempo de
pedir la cesación de la detención preventiva, la SC 2558/2010-R de 19 de noviembre, determinó:
“En ese entendido, la valoración que realice el juzgador debe ser integral, lo que significa que -
conforme lo entendió la SC 1147/2006-R- '(…) NO DEBE TOMAR UN SOLO ELEMENTO DE
LOS PREVISTOS EN LOS ARTS. 234 Y 235 CPP PARA SOSTENER SU DECISIÓN DE
RECHAZO, sino que debe valorar todos los elementos y finalmente decidir en la forma que sea
menos gravosa para el imputado, lo que no implica que por ello, ponga en riesgo el desarrollo
del proceso y la averiguación de la verdad, pues si bien éste es de relevancia cuando se les
presenta una solicitud de cesación, no es menos cierto que, la libertad según el mismo Código
adjetivo penal en su art. 221, sólo puede ser restringida cuando es realmente necesaria y en todo
caso, como ya se estableció en caso de duda, también el art. 7 del mismo cuerpo legal dispone que
“Cuando exista duda en la aplicación de una medida cautelar o de otras disposiciones que
restrinjan derechos o facultades del imputado, deberá estarse a lo que sea más favorable a éste”
NO OLVIDEMOS QUE…
En el régimen de las medidas cautelares de carácter personal, la observancia del debido proceso
implica además, que la autoridad jurisdiccional emita una resolución con una fundamentación
pormenorizada e individualizada, al tratarse de dos o más imputados; es decir, la probable autoría
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o participación del encausado en el ilícito investigado, los peligros procesales de fuga,
obstaculización y reincidencia, deben estar debidamente demostradas para cada imputado, ello
impide que la autoridad jurisdiccional efectúe una fundamentación en común para dos o más
procesados, sino que antes bien, debe existir una explicación de motivos para cada imputado y
que sea de manera clara y separada. Un entendimiento contrario equivaldría suponer la existencia
de dos o más sujetos con iguales actitudes, idénticos comportamientos y semejantes condiciones
de vida, supuestos que por lógica consecuencia, son imposibles. Entonces, una motivación
genérica y carente de individualización provoca incertidumbre en el justiciable y claramente
constituye una afrenta directa al debido proceso.
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proceso mismo y en los que la conducta del imputado puede subsumirse a lo previsto en los
arts. 233 inc. 2) con relación al 235 del CPP” ( SC 1147/2006-R de 16 de noviembre).
Ahora bien, con relación a la valoración integral que deben realizar las autoridades
jurisdiccionales, el Tribunal Constitucional a través de la SC 0298/2010-R de 7 de junio,
citando la SC 0012/2006-R de 4 de enero, señaló que la evaluación de esos parámetros
objetivos, ya sea para determinar el peligro de fuga o el riesgo de obstaculización, debe ser
realizada en forma integral, lo que supone que: “…el órgano jurisdiccional debe hacer un
test sobre los aspectos positivos o negativos (favorables o desfavorables) que informan el
caso concreto, de cara a los puntos fijados por la ley para medir tanto el riesgo de fuga
como el de obstaculización; de tal modo que de esa compulsa integral, se llegue a la
conclusión razonada sobre si existe o no riesgo de fuga u obstaculización. En esta
evaluación, unos puntos pueden reforzar, o por el contrario enervar o eliminar los riesgos
aludidos; lo cual, naturalmente, debe ser expuesto por el juez en la resolución que emita de
manera coherente, clara y precisa”.
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