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25 filosofos
25 filosofos
Tales de Mileto:
(Mileto, actual Turquía, 624 a.C. - 548 a.C.) Filósofo y matemático griego. Iniciador
de la escuela de Mileto, la primera de las escuelas filosóficas de la antigua Grecia,
es considerado el primer filósofo por su aspiración a establecer una explicación
racional de los fenómenos de la naturaleza, trascendiendo el tradicional enfoque
mitológico que había caracterizado la cultura griega arcaica. Tales fue el primero
que sostuvo la existencia de un arjé, es decir, de un principio constitutivo y
originario común a todas las cosas, que identificó con el agua; inauguró con ello
un tema recurrente en la filosofía presocrática y de vastas implicaciones en la
tradición filosófica occidental.
La cuestión filosófica que más ocupó a los pensadores de Mileto fue la del arjé (o
arché), palabra que puede traducirse como «principio» en su doble sentido: como
principio constitutivo (aquello de que están hechas las cosas) y como principio
originario (aquello de lo que proceden todas las cosas). Es obvio que la fisis, la
naturaleza o universo físico, es un conjunto de seres de muy diversa índole; pese
a ello, Tales y los filósofos milesios supusieron que existía un principio constitutivo
único, una sustancia común a toda esta multiplicidad de seres. Pero a la hora de
determinar cuál podía ser este primer principio, cada uno de los pensadores de la
escuela milesia dio una respuesta distinta: para Tales de Mileto el arjé es el agua;
para Anaximandro, el ápeiron, lo indefinido; para Anaxímenes, el aire.
2. Heráclito de Éfeso:
(Éfeso, hoy desaparecida, actual Turquía, h. 540 a.C. - h. 470 a.C.) Filósofo
griego. Desde sus orígenes y a lo largo del periodo cosmológico, anterior al
periodo antropológico que iniciaría Sócrates, el pensamiento griego se orientó
hacia la búsqueda de un principio constitutivo (arché o arjé) común a la pluralidad
de seres de la naturaleza. Así, en la escuela milesia se tendió a ver tal principio en
una sustancia material (el agua en Tales de Mileto, el aire en Anaxímenes); en la
de Pitágoras, en un principio formal (el número o ley numérica).
Muy poco se sabe de la biografía de Heráclito de Éfeso, apodado el Oscuro por el
carácter enigmático que revistió a menudo su estilo, como testimonia un buen
número de los fragmentos conservados de sus enseñanzas. El desprecio de
Heráclito por el común de los mortales concordaría con sus orígenes, pues parece
cierto que procedía de una antigua familia aristocrática, así como que sus ideas
políticas fueron contrarias a la democracia de corte ateniense y formó, quizá, parte
del reducido grupo, integrado por nobles principalmente, que simpatizaba con el
rey persa Darío I el Grande, a cuyos dominios pertenecía Éfeso por entonces,
contra la voluntad de la mayoría de sus ciudadanos.
3. Anaxímenes:
(Mileto, h. 588 a.C. - ?, h. 534 a.C.) Filósofo griego, último representante, después
de Tales y Anaximandro, de la escuela milesia. En Occidente, el surgimiento de la
filosofía tuvo lugar en la ciudad griega de Mileto, situada en la costa de la actual
Turquía; de ahí la denominación de filósofos milesios o de la escuela de Mileto que
reciben los pensadores que, a lo largo del siglo VI a.C., abandonaron los
tradicionales enfoques religiosos y mitológicos e intentaron dar respuestas
racionales a las cuestiones, adoptando así por primera vez la actitud que
reconocemos como propia de la filosofía.
Anaxímenes afirmó que el principio material y primero, el origen de todas las
cosas (arjé o arché) era el aire, sustancia sensible, pero que raya en lo incorpóreo.
Es posible que Anaxímenes pensara, con esta aportación, reunir las ventajas de
cada una de las soluciones anteriores, evitando sus inconvenientes.
5. Parménides de Elea:
(Elea, actual Italia, h. 540 a.C. - id., h. 470 a.C.) Filósofo griego, principal
representante de la escuela eleática o de Elea, de la que también formaron parte
Jenófanes de Colofón, Zenón de Elea y Meliso de Samos. Fundador de la
ontología, Parménides concibió lo real como uno e inmutable; desde la misma
Antigüedad, su doctrina se contrapuso a la Heráclito de Éfeso, para quien lo real
es perpetuo devenir. Ambos son considerados los más profundos pensadores de
la filosofía presocrática.
Para Parménides, el hecho de que sus conclusiones parezcan contradecir la
evidencia de los sentidos (por los cuales percibimos una pluralidad de seres en
constante movimiento y transformación) indica únicamente que el conocimiento a
través de los sentidos sólo conduce a la opinión (doxa) y a la apariencia, nunca a
la verdad; sólo a través de la razón (de un razonamiento impecable como es el
suyo) se llega a una verdad necesaria.
“Todo lo que hay ha existido siempre.
Nada puede surgir de la nada. Y algo
que existe, tampoco se puede
convertir en nada”.
6. Demócrito:
(Abdera, hoy desaparecida, actual Grecia, h. 460 a.C. - id., h. 370 a.C.) Filósofo
griego. Discípulo de Leucipo, es el principal representante del atomismo, escuela
que, ya a finales del llamado periodo cosmológico de la filosofía griega, postuló los
átomos (minúsculos corpúsculos indivisibles) como arjé, es decir, como principio
constitutivo y originario de la multiplicidad de seres de la naturaleza.
Demócrito fue tan famoso en su época como lo serían otros filósofos de la
importancia de Platón o de Aristóteles y debió de ser uno de los autores más
prolíficos de la Antigüedad. Diógenes Laercio le atribuyó multitud de libros, y
Cicerón alabó su estilo. Desgraciadamente, todas sus obras se han perdido;
solamente nos han llegado fragmentos de algunas de ellas, en su mayoría de las
dedicadas a la ética, pese a que se le atribuyeron diversos tratados de física,
matemáticas, música y cuestiones técnicas.
7. Epicuro:
(Isla de Samos, actual Grecia, h. 342 a.C.-Atenas, h. 270 a.C.) Filósofo griego.
Perteneció a una familia de la nobleza ateniense, procedente del demo ático de
Gargetos e instalada en Samos, en la que muy probablemente nació el propio
Epicuro y donde, con toda seguridad, pasó también sus años de infancia y
adolescencia.
La ética epicúrea se completa con dos disciplinas: la canónica (o doctrina del
conocimiento) y la física (o doctrina de la naturaleza). La primera es una teoría de
tipo sensualista, que considera la percepción sensible como la fuente principal del
conocimiento, lo cual permite eliminar los elementos sobrenaturales de la
explicación de los fenómenos; la causa de las percepciones son las finísimas
partículas que despiden continuamente los cuerpos materiales y que afectan a los
órganos de los sentidos.
8. San Agustín:
(Aurelius Augustinus o Aurelio Agustín de Hipona; Tagaste, hoy Suq Ahras, actual
Argelia, 354 - Hipona, id., 430) Teólogo latino, una de las máximas figuras de la
historia del pensamiento cristiano. Excelentes pintores han ilustrado la vida de San
Agustín recurriendo a una escena apócrifa que no por serlo resume y simboliza
con menos acierto la insaciable curiosidad y la constante búsqueda de la verdad
que caracterizaron al santo africano. En lienzos, tablas y frescos, estos artistas le
presentan acompañado por un niño que, valiéndose de una concha, intenta llenar
de agua marina un agujero hecho en la arena de la playa. Dicen que San Agustín
encontró al chico mientras paseaba junto al mar intentando comprender el misterio
de la Trinidad y que, cuando trató sonriente de hacerle ver la inutilidad de sus
afanes, el niño repuso: "No ha de ser más difícil llenar de agua este agujero que
desentrañar el misterio que bulle en tu cabeza."
La angustia es la disposición
fundamental que nos coloca ante la
nada.
13. Jean-Paul Sartre:
(París, 1905 - id., 1980) Filósofo y escritor francés. Precoz lector de los
clásicos franceses, en 1915 ingresó en el liceo Henri IV de París y conoció a
Paul Nizan, con quien inició una estrecha amistad. Al año siguiente, el segundo
matrimonio de su madre (considerado por Jean-Paul Sartre como «una
traición») lo obligó a trasladarse a La Rochelle; hasta 1920 no regresó a París.
En 1924 inició sus estudios universitarios en la École Normale Supérieure,
donde conoció a Simone de Beauvoir, con quien estableció una relación que
duraría toda su vida.
En 1964 rechazó el Premio Nobel de Literatura para no «dejarse recuperar por
el sistema»; decididamente contrario a la política estadounidense en Vietnam,
colaboró con Bertrand Russell en el establecimiento del Tribunal Internacional
de Estocolmo para la persecución de los crímenes de guerra.
20. Descartes:
Al filósfo francés René Descartes se le conoce como el Padre de la Filosofía
Moderna. Creó la geometría analítica y defendió el dualismo, que se define
básicamente como el poder de la mente sobre el cuerpo: la fuerza se obtiene
ignorando las debilidades del físico humano y confiando en el poder infinito de
la mente humana. La afirmación más famosa de Descartes, ahora
prácticamente el lema del existencialismo, fue "Je pense donc je suis" o
"pienso, luego existo".
Descartes rechazaba la percepción por no ser fiable y consideraba que la
deducción era el único método fiable para examinar, probar y refutar cualquier
cosa. También se adhirió al Argumento Ontológico a favor de la existencia de
un Dios cristiano.