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Primera Parte_ El Juicio Ejecutivo
Primera Parte_ El Juicio Ejecutivo
Capitulo I.
El Proceso de Ejecución
7. Proceso Declarativo sin Ejecución posterior. Esto ocurre bajo los supuestos en los
que, existiendo una sentencia, no se precisa actividad posterior. Por ejemplo, la sentencia que
desestima la pretensión, las sentencias estimatorias de pretensiones declarativas puras y
constitutivas, o el caso de la ejecución impropia, entendiendose esta como la realización de
determinadas actividades que las sentencias declarativas puras y las constitutivas pueden exigir
al objeto de reforzar su efectividad práctica, siendo normalmente de carácter registral con la
finalidad de dar publicidad a la declaración o al cambio jurídico producido con miras a su
eficacia erga omnes.
8. Proceso de Ejecución sin previo Proceso Declarativo. Esto ocurre en los supuestos
en que existe proceso de ejecución, sin que venga precedido de declaración y es posible ya que el
legislador reconoce a actos jurídicos distintos de los jurisdiccionales una seguridad y certeza
suficientes para tener acceso a la ejecución. Quien dispone de uno de estos documentos, a los que
la ley les confiera fuerza ejecutiva, puede acudir al proceso de ejecución sin necesidad de una
declaración previa del derecho. Si el ordenamiento quiere proteger ciertas posiciones jurídicas,
por ejemplo, de quienes conceden crédito, en cuanto esta función posibilita el desarrollo de la
actividad económica, puede permitirle el acceso directo a la ejecución, con base en una certeza
suficiente de la existencia del derecho, aunque distinta de la que deriva de una sentencia judicial,
como podría serlo una escritura pública. Esto se traduce en que dichos instrumentos, distintos de
la sentencia judicial, tienen mérito ejecutivo, constituyendo así un título ejecutivo.
10. La Acción Ejecutiva. Corresponde al derecho a obtener del tribunal que se haga
efectivo en el patrimonio del ejecutado el deber de prestación contenido en el título ejecutivo.
Para iniciar la ejecución basta con la demanda o solicitud ejecutiva, que cumplan con los
presupuestos generales y con la aportación del título ejecutivo. La jurisdicción no se ofrece de
oficio, es necesario ejercer una acción y esto se logra mediante la interposición de una demanda.
12. Cosa Juzgada y Ejecuciones de Títulos Judiciales. Las resoluciones judiciales una
vez firmes producen el efecto de Cosa Juzgada, en consecuencia de lo cual podrá solicitarse el
cumplimiento de dicha resolución en forma coercitiva. El art. 175 CPC dispone que las
sentencias definitivas o interlocutorias firmes producen la acción o la excepción de cosa juzgada
De acuerdo al art. 174 CPC,se entenderá firme o ejecutoriada una resolución desde que se haya
notificado a las partes, si no procede recurso alguno en contra de ella; y, en caso contrario, desde
que se notifique el decreto que la mande cumplir, una vez que terminen los recursos deducidos, o
desde que transcurran todos los plazos que la ley concede para la interposición de dichos
recursos, sin que se hayan hecho valer por las partes. En este último caso, tratándose de
sentencias definitivas, certificará el hecho el secretario del tribunal a continuación del fallo, el
cual se considerará firme desde este momento, sin más trámites. Al quedar firme una sentencia y
producir este efecto, por mandato del art. 176 CPC, corresponde la acción de cosa juzgada a
aquel a cuyo favor se ha declarado un derecho en el juicio, para el cumplimiento de lo resuelto o
para la ejecución del fallo en la forma prevenida por el Título XIX de este Libro.
El procedimiento referido encuentra su regulación en los arts. 231 a 251 CPC. Estas
disposiciones legales distinguen según se trate del cumplimiento o ejecución de resoluciones
pronunciadas por tribunales chilenos o por tribunales extranjeros. En cuanto a aquellas que
emanan de órganos nacionales, el art. 231 CPC dispone que la ejecución de las resoluciones
corresponde a los tribunales que las hayan pronunciado en primera o en única instancia. Se
procederá a ella una vez que las resoluciones queden ejecutoriadas o causen ejecutoria en
conformidad a la ley. No obstante, los tribunales que conozcan de los recursos de apelación,
casación o revisión, ejecutarán los fallos que dicten para la substanciación de dichos recursos.
Podrán también decretar el pago de las costas adeudadas a los funcionarios que hayan
intervenido en ellos, reservando el de las demás costas para que sea decretado por el tribunal de
primera instancia. La misma regla se encuentra consagrada como principio general de la
competencia en el art. 113 COT. Las resoluciones que pueden cumplirse mediante este
procedimiento son las Sentencias Definitivas e Interlocutorias firmes de condena, que
constituyen el título ejecutivo por excelencia.
15. Presupuestos del Procedimiento de los arts. 231 y sgtes CPC. Los presupuestos
para que se lleve a cabo la ejecución de un título judicial mediante este procedimiento son los
siguientes:
a) Que se trate de cumplir una sentencia ante el mismo tribunal que la pronunció;
b) Que la sentencia imponga una prestación;
c) Que el cumplimiento se solicite dentro del año contado desde que la ejecución se hizo
exigible. La ejecución se hace exigible desde que la sentencia está ejecutoriada o desde que
cause ejecutoria. En el caso de aquellas sentencias que ordenan prestaciones periódicas el plazo
se cuenta desde que se haga exigible cada prestación o la última de las que se cobren; y
d) Que la ley no contemple una forma especial diversa de cumplimiento.
19. Tramitación de la oposición. El art. 234 incs. 3 y 4 CPC dispone que la oposición se
tramitará en forma incidental, pero si las excepciones no reúnen los requisitos exigidos por el
inc. 1 se rechazará de plano. Lo dispuesto en este artículo es sin perjuicio de lo prevenido en el
art. 80 CPC. De esta forma, este procedimiento se tramita incidentalmente. Tramitado el
incidente, el tribunal debe resolver sobre las excepciones opuestas, acogiéndolas o denegándolas.
Si no se deduce oposición o siendo ésta desestimada, el art. 235 CPC da ciertas reglas para
determinar cómo se cumple la sentencia. Si no ha habido oposición al cumplimiento de la
sentencia solicitado conforme al art. 233 CPC o ella ha sido desestimada por sentencia de
primera o segunda instancia, se procederá a cumplirla, siempre que la ley no haya dispuesto otra
forma especial, de acuerdo con las reglas siguientes:
a) Si la sentencia ordena entregar una especie o cuerpo cierto, sea mueble o inmueble, se
llevará a afecto la entrega, haciéndose uso de la fuerza pública si es necesario;
b) Si la especie o cuerpo cierto mueble no es habido, se procederá a tasarlo con arreglo al
Título XII del Libro IV y se observarán en seguida las reglas del número siguiente;
c) Si la sentencia manda pagar una suma de dinero se ordenará, sin más trámite, hacer
pago al acreedor con los fondos retenidos, hecha la liquidación del crédito y de las costas
causadas o se dispondrá previamente la realización de los bienes que estén garantizando el
resultado de la acción de conformidad al Título V del Libro II. Si no hay bienes que aseguren el
resultado de la acción se procederá a embargar y a enajenar bienes suficientes de la parte vencida
de acuerdo con las reglas del procedimiento de apremio, sin necesidad de requerimiento y deberá
notificarse por cédula el embargo mismo y la resolución que lo ordena;
d) Si la sentencia obliga a pagar una cantidad de un género determinado, se procederá de
conformidad a las reglas del número anterior; pero si es necesario, se practicará previamente su
avaluación por un perito con arreglo al Título XII del Libro IV;
e) Si la sentencia ordena la ejecución o destrucción de una obra material, la subscripción
de un instrumento o la constitución de un derecho real o de una obligación, se procederá de
acuerdo con el procedimiento de apremio en las obligaciones de hacer; pero se aplicará lo
prescrito en la letra c) cuando sea necesario embargar y realizar bienes; y
f) Si la sentencia ha condenado a la devolución de frutos o a la indemnización de
perjuicios y, de conformidad a lo establecido en el art. 173 inc. 2 CPC, se ha reservado al
demandante el derecho de discutir esta cuestión en la ejecución del fallo, el actor deberá formular
la demanda respectiva en el mismo escrito en que pida el cumplimiento del fallo. Esta demanda
se tramitará como incidente y, de existir oposición al cumplimiento del fallo, ambos incidentes se
sustanciarán conjuntamente y se resolverán en una misma y única sentencia. En todo lo que no
esté previsto en este artículo se aplicarán las reglas que se establecen en el juicio ejecutivo para
el embargo y el procedimiento de apremio; pero la sentencia se cumplirá hasta hacer entero pago
a la parte vencedora sin necesidad de fianza de resultas, salvo lo dispuesto en el art. 774 CPC y
en otras disposiciones especiales.
20. Cumplimiento de Sentencias a través del Juicio Ejecutivo. El art. 237 CPC señala
que las sentencias que ordenen prestaciones de dar, hacer o no hacer, y cuyo cumplimiento se
solicite después de vencido el plazo de un año, concedido en el art. 233 CPC, se sujetarán a los
trámites del juicio ejecutivo. Se aplicará también este procedimiento cuando se solicite el
cumplimiento del fallo ante otro tribunal distinto del indicado en el art. 233 CPC. En los juicios a
que dé lugar la ejecución de las resoluciones a que se refiere este artículo, no se admitirá ninguna
excepción que haya podido oponerse en el juicio anterior. Se aplica a dos situaciones:
a) Cuando se trata de cumplir una sentencia que ordena prestaciones de dar, hacer o no
hacer cuya ejecución se solicita después de vencido el plazo de un año contado desde que la
ejecución se hizo exigible.
b) Cuando se trata de cumplir una sentencia que ordena prestaciones de dar, hacer o no
hacer y su cumplimiento se solicite ante un tribunal distinto del que la pronunció. • En estos
casos el cumplimiento se sujetará a los trámites del juicio ejecutivo, aunque en este proceso no se
admitirá ninguna excepción que haya podido oponerse en el juicio anterior.
24. Cumplimiento de Sentencias de Juicios de hacienda. El art. 752 CPC dispone que
toda sentencia que condene al Fisco a cualquiera prestación deberá cumplirse dentro de los
sesenta días siguientes a la fecha de recepción del oficio a que se refiere el inciso segundo,
mediante decreto expedido a través del Ministerio respectivo. 9 Ejecutoriada la sentencia, el
tribunal remitirá oficio al ministerio que corresponda, adjuntando fotocopia o copia autorizada de
la sentencia de primera y de segunda instancia, con certificado de estar ejecutoriada. Se
certificará en el proceso el hecho de haberse remitido el oficio y se agregará al expediente
fotocopia o copia autorizada del mismo. La fecha de recepción de éste se acreditará mediante
certificado de ministro de fe que lo hubiese entregado en la Oficina de Partes del Ministerio o, si
hubiese sido enviado por carta certificada, transcurridos tres días desde su recepción por el
correo. En caso de que la sentencia condene al Fisco a prestaciones de carácter pecuniario, el
decreto de pago deberá disponer que la Tesorería incluya en el pago el reajuste e intereses que
haya determinado la sentencia y que se devenguen hasta la fecha de pago efectivo. En aquellos
casos en que la sentencia no hubiese dispuesto el pago de reajuste y siempre que la cantidad
ordenada pagar no se solucione dentro de los sesenta días establecidos en el inciso primero, dicha
cantidad se reajustará en conformidad con la variación que haya experimentado el Índice de
Precios al Consumidor entre el mes anterior a aquel en que quedó ejecutoriada la sentencia y el
mes anterior al del pago efectivo.
29. Quebrantamiento de Sentencias. Cumplida una sentencia judicial, todo aquello que
se realice en contravención a ella, da origen a dos efectos:
a) Facultad del tribunal para decretar las medidas tendientes a dejar sin efecto todo lo que
se hizo en contravención a lo ejecutado;
b) Una consecuencia de carácter penal destinada a hacer responsable al que quebrante lo
ordenado a cumplir, sancionándolo con la pena del desacato: reclusión menor en su grado medio
a máximo. El art. 240 CPC es una norma de naturaleza penal, que dispone que cumplida una
resolución, el tribunal tendrá facultad para decretar las medidas tendientes a dejar sin efecto todo
lo que se haga en contravención a lo ejecutado. El que quebrante lo ordenado cumplir será
sancionado con reclusión menor en su grado medio a máximo.
33. Tramitación del Exequátur en materia voluntaria. El tribunal resuelve sólo con la
audiencia de la Fiscalía Judicial, pudiendo abrirse un término de prueba.
34. Tramitación del Exequátur en materia de resoluciones arbitrales. Estas reglas se
aplican también a las resoluciones expedidas por los jueces árbitros. El art. 246 CPC señala que
las reglas de los artículos precedentes son aplicables a las resoluciones expedidas por jueces
árbitros. En este caso se hará constar su autenticidad y eficacia por el visto-bueno u otro signo de
aprobación emanado de un tribunal superior ordinario del país donde se haya dictado el fallo. La
autenticidad y eficacia del fallo se hará constar por el visto bueno u otro signo de aprobación
emanado del tribunal superior ordinario del país donde se haya dictado. Si se concede el
Exequátur se pedirá su ejecución al tribunal a quién hubiere correspondido conocer del negocio
en primera o única instancia, si se hubiera promovido en Chile
Capítulo III.
Del Juicio Ejecutivo de las Obligaciones de Dar
Sección I.
Aspectos Generales
36. Regulación. Esta materia está regulada en el Libro III del Código de Procedimiento
Civil, en los arts. 434 y sgts. En aquellas materias que no se encuentren contempladas en dichas
normas, se debe aplicar supletoriamente los Libros I y II del mismo cuerpo legal. Este juicio se
tramita a lo menos en dos cuadernos simultáneos, algunos llaman el cuaderno ejecutivo o
principal y el otro cuaderno de apremio. Cualquier juicio ejecutivo tiene como característica la
posibilidad que el juez pueda ocupar la fuerza o de disponer de medidas de apremio, el cuaderno
de apremio es separado con diligencias propias que no se pueden confundir, en el cuadro
principal se puede discutir lo sustantivo, ahora puede ocurrir que el demandado no se defienda.
37. Características del Juicio Ejecutivo. Este procedimiento tiene una serie de
características principales que se procederán a enunciar:
a) Es un procedimiento extraordinario según lo que dice el art. 2 CPC, ya que se rige por
las disposiciones especiales para determinados casos. Tiene una estructura distinta porque está
reglamentado en libro tercero y la estructura procedimental del juicio es diferente;
b) Es un procedimiento que permite al tribunal el uso de determinadas medidas de
apremio frente a un situación de negativa o resistencia del ejecutado o demandado, a cumplir
voluntariamente de la obligación contenida en el título ejecutivo;
c) Puede ser de aplicación general o especial, dependiendo de la naturaleza de la
obligación cuyo cumplimiento se trata. De esta manera existe un procedimiento ejecutivo general
que se utiliza para obtener el cumplimiento forzado de cualquier obligación y otro procedimiento
ejecutivo especial para obtener el cumplimineto de determinadas obligacio ejemplo el
procedimiento ejecutivo que establece la ley de bancos;
d) Es un procedimiento que parte de la base de proteger derechos del acreedor, por qué no
podría ser de otra manera, pero no es ningún privilegio para el acreedor, si no que es porque el
tiene el título ejecutivo Lo dicho es sin perjuicio que el deudor pueda defenderse oponiendo
excepciones, en ese caso hay que tramitarlas y fallarlas para ver si la ejecución puede o no
continuar, cambia si se defiende el demandado, si el demandado no opone excepciones se queda
con el anterior mandamiento.
Es posible que el acreedor no tenga un título ejecutivo perfecto, que es aquel que cumple
con todos los requisitos, en cuyo caso no puede iniciar un juicio ejecutivo y necesita realizar
ciertas gestiones judiciales para complementar o crear un título ejecutivo, que hasta ahí no tiene.
Sección II.
La Obligación debe Constar en un Título Ejecutivo
45. La Autonomía. Esto significa que como instrumento debe bastarse por sí solo, no se
debe recurrir a otras explicaciones para darle el carácter de ejecutivo. Ahora bien el título
ejecutivo puede estar compuesto por uno o más instrumentos, lo normal es que esté compuesto
por uno solo.
46. El Onus Probandi en el Juicio Ejecutivo. El mérito ejecutivo genera una presunción
de veracidad respecto de la obligación que en virtud de aquel se exige, por lo que de acuerdo a lo
dispuesto en el art. 1698 CC y las reglas generales sobre la carga de la prueba en materia civil,
corresponderá al propio deudor que busca restarle eficacia realizar las diligencias probatorias
correspondientes a fin de acreditarlo.
50. Requisitos para el Mérito Ejecutivo. La sentencia debe reunir los requisitos para
tener valor ejecutivo. Esto son los siguientes:
a) Debe tener la naturaleza de Definitiva o Interlocutoria, esto de acuerdo a lo señalado
en el art. 158 CPC. En el caso de las interlocutorias, la regla general es que solo aquellas que
resuelven incidentes que establecen derechos permanentes para las partes tendrán mérito
ejecutivo.
b) Debe encontrarse en estado de Firme o Ejecutoriada. Por esto, en este numeral no se
contemplarían las sentencias que causan ejecutoria.
c) Debe contemplar un fallo de naturaleza Condenatoria. Esto significa, que el fallo en
cuestión debe imponer una obligación civil que debe ser cumplida.
La doctrina ha discutido sobre el mérito ejecutivo de aquellas sentencias condenatorias
dictadas contra el Fisco, ya que la ley regula en estos casos una forma especial de cumplimiento.
La regulación de los Juicios de Hacienda se encuentra en el Libro Tercero del CPC, Título XVI
arts. 748 y sgtes. y el cumplimiento se lleva a cabo mediante la dictación de un Decreto Supremo
ordenando el pago de lo fallado. En cuanto al aspecto material del título, podría utilizarse tanto el
formato digital de la sentencia, contenida en la Carpeta Electrónica, así como la Copia
Autorizada, otorgada por el secretario con las demás formalidades legales prescritas. A pesar de
que no se discute la validez de su ejecutabilidad mediante el procedimiento contemplado en el
Libro I, Título XIX, arts. 231 y sgtes CPC, si existen opiniones disímiles en cuanto a la
posibilidad de ejecutarse la sentencia que cause ejecutoria como título ejecutivo mediante el
procedimiento de los arts. 434 y sgtes CPC.
53. Requisitos para el Mérito Ejecutivo. Este Acta debe cumplir los siguientes
requisitos para poder hacerse ejecutar mediante este procedimiento:
a) Debe haber un acuerdo de voluntades de los litigantes encaminado terminar el juicio;
b) Debe contener una obligación de dar, hacer o no hacer para alguno de ellos;
c) Debe ser pasada ante el tribunal competente. Se debe presentar ante el juez que
conoció de la causa que la motivó.
b) Debe ser autorizada por un ministro de fe o por dos testigos de actuación
c) Además, se suele exigir que se tenga por aprobada por el juez.
59. Notificación del Protesto. Se debe llevar a cabo este trámite cuando se quiera cobrar
a cualquiera de los obligados al pago de un documento sin que sea al aceptante de una letra de
cambio o suscriptor del pagaré. Es decir, esta gestión puede iniciarse contra cualquiera de los
obligados al pago del documento, ya sea el aceptante, suscriptor, avalista, endosante o librador
del documento ya que éstos son solidariamente responsables de la obligación. En estos casos, la
gestión preparatoria de la vía ejecutiva consiste en poner en conocimiento el protesto por medio
de notificación judicial. El ejecutante debe presentar un escrito al tribunal solicitándole que se
notifique judicialmente el protesto a los obligados, bajo apercibimiento de tenerse por preparada
la vía ejecutiva en caso de que no opongan tacha de falsedad a su firma dentro del plazo de
tercero día. La notificación se debe efectuar conforme al art. 44 del CPC, salvo el protesto del
cheque que basta que se notifique por cédula en el domicilio registrado en el banco.
60. Letra de Cambio, Pagaré o Cheque cuya firma es Tachada de Falsedad. La Tacha
de Falsedad de estos títulos valores mercantiles se encuentra regulada en los arts. 110, 111 y 112
Ley 18.092. La primera de estas normas dispone que cualquiera persona que, en el acto de
protesto o en la gestión preparatoria de la vía ejecutiva tachare de falsa su firma puesta en una
letra de cambio o pagaré y resultare en definitiva que la firma es auténtica, será sancionada con
las penas indicadas en el artículo 467 del Código Penal, salvo que acredite justa causa de error o
que el título en el cual se estampó la firma es falso. Por su parte, el art. 111 Ley 18.092 señala
que si se tachare de falsa la firma, en los casos de que trata el inciso primero N° 4 del artículo
434 del Código de Procedimiento Civil, la tacha se tramitará como incidente y corresponderá al
demandante acreditar que la firma es auténtica. Si se acreditare la autenticidad de la firma el
Tribunal lo declarará así y el documento constituirá título ejecutivo. Las apelaciones en este
incidente se concederán en el sólo efecto devolutivo. Se extrae del texto legal que la tacha se
tramita como incidente, el peso de la prueba recaería en el Demandante, la Apelación contra la
resolución que se pronuncie sobre dicha tacha se concedría en el solo efecto devolutivo e
incurriría en Responsabilidad penal quien falsamente tachare su firma. No obstante, el art. 112
Ley 18.092 señala que el demandado en un juicio civil y el inculpado o procesado en el juicio
criminal por el delito establecido en el artículo 110 de la misma ley, podrán oponer como defensa
o excepción la falsedad del título o la de su firma y justificarla en dichos procesos.
62. Requisitos para obtener la Confesión Judicial. Estos se encuentran en el art. 435
CPC, por lo que son equivalentes a los del reconocimiento de firma. Estos son: a) La obligación
debe consistir en una cantidad de dinero líquida o liquidable mediante una simple operación
aritmética b) Debe encontrarse vencida c) Debe ser actualmente exigible d) Debe constar en un
antecedente escrito. e) La acción para su cobro no debe encontrarse prescrita.
65. Cualquier otro título a que las leyes den fuerza ejecutiva. Este numeral del art.
434 CPC es el que cementa la idea de que no existe taxatividad en cuanto a la cantidad de títulos
ejecutivos. Existe una gran cantidad de disposiciones del CPC que contemplan otros títulos
ejecutivos ajenos al art. 434, como el art. 231 o 267, además de aquellos contenidos en leyes
especiales, como el caso de la factura, pensión de alimentos, el art. 169 CT, 2460 CC, entre otros.
Sección III.
La Obligación debe ser Líquida y Exigible
66. La Obligación debe ser Líquida. En base al cuerpo legal de los arts. 435 inc. 2 CPC,
constituye una exigencia para iniciar el Juicio Ejecutivo que la obligación deberá consistir en una
cantidad de dinero líquida o liquidable mediante una simple operación aritmética. Esto implica
que debe ser determinable y convertible. En las Obligaciones de Dar, la liquidez se traducirá en
la determinación de su objeto. Cuando la ejecución recaiga sobre una Especie o Cuerpo Cierto, la
obligación debe estar determinada perfectamente y en conformidad al art. 438 Nºs 1 y 2 CPC, la
ejecución puede recaer: 1°. Sobre la especie o cuerpo cierto que se deba y que exista en poder del
deudor; 2°. Sobre el valor de la especie debida y que no exista en poder del deudor, haciéndose
su avaluación por un perito que nombrará el tribunal. Cuando la ejecución recaiga sobre un
Género, este debe estar determinado y la cantidad de dicho género que se debe. Por esto el Nº3
del art. 434 CPC dispone que la ejecución puede recaer sobre cantidad líquida de dinero o de un
género determinado cuya avaluación pueda hacerse en la forma que establece el número anterior.
En las Obligaciones de Hacer, el contenido obligacional debe estar determinado y se entiende
que lo es cuando la prestación es perfectamente conocida y no da lugar a equívocos. En las
Obligaciones de No Hacer, es ejecutable cuando se convierten en la de destruir la obra hecha. En
caso de que no se haya obrado en contrariedad.
67. Cantidad líquida de dinero. Se entiende cantidad líquida no sólo la que tenga esa
calidad sino también la que pueda liquidarse mediante simples operaciones aritméticas con sólo
los datos que el mismo título ejecutivo suministre. Si del título aparece una obligación en parte
líquida e ilíquida en otra, podrá procederse ejecutivamente por la primera, reservándose al
acreedor su derecho para reclamar el resto en vía ordinaria, según lo dispuesto en el art. 439
CPC; similar al criterio del 1592 CC. Este último dispone que si hay controversia sobre la
cantidad de la deuda, o sobre sus accesorios, podrá el juez ordenar, mientras se decide la
cuestión, el pago de la cantidad no disputada.
68. Cantidad de un género determinado que no sea dinero. En este caso para poder
demandar ejecutivamente se debe efectuar una gestión preparatoria de la vía ejecutiva
denominada avaluación. Conforme a lo establecido por los arts. 438 y 440 CPC, cuando la
ejecución deba recaer sobre la especie o cuerpo cierto debido, y éste no se encuentra en poder del
deudor, o bien sobre una cantidad de un género determinado, para efectos de la determinación
del monto de la ejecución, es trámite previo e indispensable la avaluación de la especie debida o
de dicha cantidad de género por un perito que nombrará el tribunal.
69. La Obligación debe ser Exigible. Se entiende que una obligación es actualmente
exigible cuando no está sujeta a ninguna modalidad que suspenda su nacimiento o ejercicio, o
sea, cuando no está sujeta a condición, plazo o modo.
Sección IV.
La Acción Ejecutiva No debe estar Prescrita.
76. Iniciación del Procedimiento. El cuaderno ejecutivo se puede iniciar a) por una
gestión preparatoria de la vía ejecutiva, cuando no hay título ejecutivo o el título es imperfecto, y
en tal caso el tribunal que es competente para conocer de la gestión preparatoria será el
competente para conocer del juicio ejecutivo, según lo señala el art. 178 COT, o b) Por demanda
ejecutiva, la cual se presentará derechamente cuando el título es perfecto o completo, o cuando
se han concluido las gestiones preparatorias y se creó un título o se completó el que era
incompleto o imperfecto. En definitiva, siempre se iniciará el juicio por la presentación de la
demanda ejecutiva, sin perjuicio que pudo haber, o no, una gestión preparatoria de la vía
ejecutiva antes de la presentación de la demanda. En este procedimiento, el demandante se llama
ejecutante y el demandado ejecutado.
78. Notificación del título ejecutivo a los herederos del deudor. El art. 1377 CC regula
el procedimiento en caso de que falleciera el deudor contra el cual se tiene título ejecutivo
perfecto. De acuerdo con las normas generales del Derecho Civil, el heredero es el sucesor del
causante y lo representa en todos sus derechos y obligaciones transmisibles. De esta manera, la
acción ejecutiva que el acreedor tenía en contra del causante se conserva también respecto del
heredero. Naturalmente deberá concedérsele un plazo al heredero del deudor para que se
imponga del asunto y prepare su defensa, según lo señala el art. 1377 CC y art. 5 del CPC. El
problema radica en determinar si ese mismo título ejecutivo es apto para iniciar la ejecución o
continuarla en contra de los herederos del deudor. Hay que distinguir:
a) Si el deudor fallece antes de iniciado el juicio ejecutivo en su contra, es posible valerse
del mismo título ejecutivo que se tenía en contra del deudor fallecido en contra de los herederos.
Al respecto, el art 1377 CC dispone que los títulos ejecutivos contra el difunto lo serán
igualmente contra los herederos; pero los acreedores no podrán entablar o llevar adelante la
ejecución, sino pasados ocho días después de la notificación judicial de sus títulos. Para ello es
preciso iniciar una gestión preparatoria de la vía ejecutiva consistente en la notificación judicial
del título a los herederos del deudor. Ante esta notificación, los herederos tienen un plazo de 8
días para pagar la deuda y de no hacerlo, queda preparada la vía ejecutiva.
b) Si el deudor fallece después de iniciado el juicio ejecutivo en su contra, se debe
subdistinguir: i) Si el deudor litiga personalmente, se suspende el procedimiento para proceder a
notificar a los herederos el estado del juicio para que comparezcan a hacer valer sus derechos
dentro de un plazo equivalente al término de emplazamiento para contestar la demanda, según lo
señala el art. 5 CPC. i) Si el deudor litigaba a través de mandatario judicial, se aplica lo dispuesto
en el art. 1377 CC, de manera que habrá que notificar a los herederos, quienes tienen un plazo de
8 días para pagar. De lo contrario sigue adelante la ejecución.
79. La Demanda Ejecutiva. Debe contener los requisitos generales a todo escrito,
además de aquellos relativos a la tramitación electrónica comprendidos en la Ley 18.120, los
requisitos propios del art. 254 CPC, relativos a la demanda en el Juicio Ordinario, además del
requisito del art. 438 CPC, que señala que debe indicar la especie y cantidad líquida por la que se
pide y se despache el mandamiento de ejecución y embargo. En la demanda ejecutiva, la petición
concreta que se le hace al tribunal según lo exigido por el art. 254 Nº5 CPC, consiste en solicitar
al tribunal que con el mérito de lo expuesto y del título ejecutivo que se acompaña, se despache
mandamiento de ejecución y embargo en contra del ejecutado, por la obligación aludida, y que
en definitiva se acoja la demanda ordenando que se siga adelante con la ejecución hasta que se
haga íntegro pago de lo adeudado en capital, intereses y costas. Asimismo, la demanda debe ir
acompañada del título ejecutivo. Ello para que se pueda cumplir con lo previsto en los art. 441 y
442 CPC.
88. Las Excepciones que pueden ser opuestas. El art. 464 CPC señala que la oposición
del ejecutado sólo será admisible cuando se funde en alguna de las excepciones siguientes, que
pueden referirse a toda la deuda o a una parte de ella solamente:
1a. La incompetencia del tribunal ante quien se haya presentado la demanda;
2a. La falta de capacidad del demandante o de personería o representación legal del que
comparezca en su nombre;
3a. La litis pendencia ante tribunal competente, siempre que el juicio que le da origen
haya sido promovido por el acreedor, sea por vía de demanda o de reconvención;
4a. La ineptitud de libelo por falta de algún requisito legal en el modo de formular la
demanda, en conformidad a lo dispuesto en el art. 254 CPC;
5a. El beneficio de excusión o la caducidad de la fianza;
6a. La falsedad del título;
7a. La falta de alguno de los requisitos o condiciones establecidos por las leyes para que
dicho título tenga fuerza ejecutiva, sea absolutamente, sea con relación al demandado;
8a. El exceso de avalúo en los casos de los incisos 2 y 3 del art. 438 CPC;
9a. El pago de la deuda;
10a. La remisión de la misma;
11a. La concesión de esperas o la prórroga del plazo;
12a. La novación;
13a. La compensación;
14a. La nulidad de la obligación;
15a. La pérdida de la cosa debida, en conformidad a lo dispuesto en el Título XIX, Libro
IV del Código Civil;
16a. La transacción;
17a. La prescripción de la deuda o sólo de la acción ejecutiva; y
18a. La cosa juzgada.
90. Plazo para oponer Excepciones. La ley regula esta materia en los arts. 459 a 463
CPC. La ley dispone una serie de distinciones relativas a la ubicación en que se lleve a cabo la
diligencia del requerimiento de pago al deudor. Se señala que si el deudor es requerido de pago
en el territorio jurisdiccional del tribunal en que se interpuso la demanda, tendrá el término de
ocho días útiles para oponerse a la ejecución. En cambio, si el requerimiento se hace en territorio
jurisdiccional de otro tribunal de la República, la oposición podrá presentarse ante el tribunal
que haya ordenado cumplir el exhorto del que conoce en el juicio o ante este último tribunal. En
el primer caso, los plazos serán los mismos que establece el artículo anterior. En el segundo, el
ejecutado deberá formular su oposición en el plazo fatal de ocho días, más el aumento del
término de emplazamiento en conformidad a la tabla de que trata el art. 259 CPC. El tribunal
exhortado se limitará a remitir la solicitud de oposición al exhortante para que éste provea sobre
ella lo que sea de derecho Si se verifica el requerimiento fuera del territorio de la República, el
término para deducir oposición será el que corresponda según la tabla a que se refiere el art. 259
CPC, como aumento extraordinario del plazo para contestar una demanda.
El término para deducir la oposición comienza a correr desde el día del requerimiento de
pago. Si el requerimiento se verifica dentro de la República, el ministro de fe hará saber al
deudor, en el mismo acto, el término que la ley concede para deducir la oposición y dejará
testimonio de este aviso en la diligencia. La omisión del ministro de fe le hará responsable de los
perjuicios que puedan resultar, pero no invalidará el requerimiento. Todos los plazos señalados
deben entenderse como fatales de acuerdo al art. 463 CPC.
91. Requisitos del Escrito de Oposición. El art. 465 CPC señala que todas las
excepciones deberán oponerse en un mismo escrito, expresándose con claridad y precisión los
hechos y los medios de prueba de que el deudor intente valerse para acreditarlas. No obstará para
que se deduzca la excepción de incompetencia, el hecho de haber intervenido el demandado en
las gestiones del demandante para preparar la acción ejecutiva. Deducida esta excepción, podrá
el tribunal pronunciarse sobre ella desde luego, o reservarla para la sentencia definitiva.
Antiguamente se discutió si, tratándose de la prueba de testigos, era necesario agregar la lista
correspondiente en el mismo escrito de oposición. Actualmente no se discute que no es necesaria
tal exigencia, porque la ley se limita a exigir que se expresen los medios de prueba bastando con
una referencia genérica a los mismos.
92. Tramitación de las Excepciones. El art. 466 CPC señala que del escrito de oposición
se comunicará traslado al ejecutante, dándosele copia de él, para que dentro de cuatro días
exponga lo que juzgue oportuno. Vencido este plazo, haya o no hecho observaciones el
demandante, se pronunciará el tribunal sobre la admisibilidad o inadmisibilidad de las
excepciones alegadas. Si las estima inadmisibles, o si no considera necesario que se rinda prueba
para resolver, dictará desde luego sentencia definitiva. En caso contrario, recibirá a prueba la
causa. A raíz de esto, la tramitación se realiza en base a las siguientes etapas:
a) Del escrito de oposición, se debe conferir traslado al ejecutante, quien tiene un plazo
de cuatro días para exponer lo que juzgue oportuno. Tratándose de la excepción de
incompetencia, el tribunal puede pronunciarse sobre ella desde luego o reservarla para la
sentencia definitiva, de acuerdo al art. 465 CPC.
b) Vencido el plazo de cuatro días, el tribunal debe pronunciarse sobre la admisibilidad o
inadmisibilidad de las excepciones alegadas. Para este efecto, el tribunal deberá verificar i) Que
las excepciones fueron opuestas dentro de plazo; ii) Que se trata de alguna de las excepciones
contenidas en el art. 464 CPC; y iii) Que en el escrito se expresaron con claridad los hechos y los
medios de prueba de que el deudor intente valerse para acreditarlas.
c) Si el juez estima que las excepciones son admisibles y que el juicio debe ser recibido a
prueba, dictará una resolución que contenga ambas declaraciones, de acuerdo a lo dispuesto en el
art. 466 inc. final. En una misma resolución puede hacer la declaración de admisibilidad y recibir
la causa a prueba.
d) Si el juez estima admisible las excepciones, pero que no considera necesaria la prueba,
dictará desde luego sentencia definitiva, en conformidad al art. 466 inc. final. Aquí la sentencia
contiene pronunciamiento sobre admisibilidad de las excepciones y si deben o no ser acogidas.
e) Si el juez considera inadmisibles las excepciones el tribunal lo declarará así, debiendo
dictar desde luego sentencia definitiva, según el art. 466 inc. final. La ley señala que se deberá
dictar sentencia definitiva pese a ser inadmisible, aunque resulta dudoso sobre que se
pronunciará. Si la sentencia es solo referida a las excepciones y en este caso no se juzgaron
porque no fueron admitidas, el fundamento está en una razón histórica. Por lo mismo tampoco
dice citará a oír sentencia, que es el trámite esencial, porque se crea la citación a oír sentencia
luego del art. 466 CPC.
93. Examen de Admisibilidad de las Excepciones Opuestas. Una vez vencido el plazo
de cuatro días que tiene el ejecutante para hacer observaciones a la oposición del ejecutado, le
corresponde al tribunal controlar o examinar que las excepciones opuestas por el ejecutado son
del art. 464 CPC y que fueron opuestas dentro del término legal. De este control o examen de
admisibilidad, el tribunal puede concluir que las excepciones opuestas son inadmisibles. En ese
caso, el tribunal debe dictar sentencia definitiva en el juicio ejecutivo, y será la propia sentencia
definitiva la que indicará que las excepciones opuestas por el ejecutado son inadmisibles. En
cambio, si del control o examen de admisibilidad, el tribunal concluye que las excepciones
opuestas por el ejecutado son admisibles, debe declararlo así y recibir la causa a prueba en la
medida que haya hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos. Este control o examen de
admisibilidad o inadmisibilidad de las excepciones que realiza el tribunal conforme al art. 466
CPC, es un trámite esencial en el juicio ejecutivo.
94. Actitudes del Ejecutante una vez conferido Traslado. Las diferentes actitudes que
puede tomar el ejecutante una vez conferido Traslado son las siguientes: a) Contestar el escrito
de oposición dando razones de hecho y derecho por las cuales la oposición del ejecutado debe ser
declarada inadmisible; b) No responder al escrito de oposición y dejar pasar el plazo; c)
Desistirse de la demanda, reservando su derecho para una acción ordinaria posterior. Es lo que se
conoce como reserva de la acción ejecutiva, en conformidad al 467 CPC.
95. Fase Probatoria en el Juicio Ejecutivo. Esta fase está condicionada al caso en que el
deudor oponga excepciones que se admitan a tramitación y se estime que existen hechos
pertinentes, sustanciales y controvertidos que deban resolverse. Esto es una manifestación del
derecho al debido proceso, ya que pese a que la finalidad de este procedimiento es ejecutar una
obligación, la prueba es la manifestación latente del derecho a la defensa y debe admitirse
cuando corresponda.
96. Término Probatorio. Se encuentra regulado en el art. 468 CPC, que dispone que
cuando haya de recibirse a prueba la causa, el término para rendirla será de diez días. Podrá
ampliarse este término hasta diez días más, a petición del acreedor. La prórroga deberá solicitarse
antes de vencido el término legal, y correrá sin interrupción después de éste. Por acuerdo de
ambas partes, podrán concederse los términos extraordinarios que ellas designen.
El término probatorio comienza a correr desde que se notifica, por cédula, a la última de
las partes la resolución que declara la admisibilidad de las excepciones y ordena que se reciba la
causa a prueba, siempre que no se hubiera interpuesto recurso de reposición con apelación
subsidiaria. En caso de que hubiese reposición, el término probatorio comenzará a correr desde
que se notifica, por el estado diario, la resolución que se pronuncia sobre la última solicitud de
reposición. Según el art. 468 CPC, el término probatorio ordinario es de diez días. En cuanto al
término probatorio extraordinario, el art. 468 CPC indica que el término ordinario se puede
prorrogar por diez días más. En cuanto al término especial de prueba, nada se dice en las normas
del procedimiento ejecutivo. De ahí, que por aplicación del art. 3 del CPC, se deben aplicar
supletoriamente las normas del juicio ordinario en esta materia. Si las partes desean valerse de
prueba de testigos, la lista de testigos debe presentarse dentro de los cinco primeros días del
término probatorio.
97. Reglas de la Prueba. El art. 469 CPC manda que la prueba se rendirá del mismo
modo que en el juicio ordinario, y el fallo que dé lugar a ella expresará los puntos sobre que deba
recaer. Vencido el término probatorio, tendrán las partes seis días para hacer por escrito las
observaciones que el examen de la prueba sugiera. Vencido este plazo, háyanse o no presentado
escritos, y sin nuevo trámite, el tribunal citará a las partes para oír sentencia.
En cuanto a la carga probatoria, en el juicio ejecutivo, corresponde al ejecutado probar
los hechos en que funda sus excepciones. De ahí que el art. 465 CPC exige que se defienda
oponiendo excepciones y que indique en ese mismo escrito de oposición los medios de prueba de
que intenta valerse. Es el ejecutado quien debe demostrar fehacientemente los hechos en que
funda sus excepciones. El ejecutante no tiene la carga de probar porque justifica su derecho con
el título ejecutivo que sirve de base a su presentación.
98. Sentencia Ejecutiva. Luego del término probatorio, el mismo art. 469 CPC señala
que vencido el período de observaciones a la prueba, háyanse o no presentado escritos, y sin
nuevo trámite, el tribunal cita a las partes a oír sentencia. Esta pondrá fin a la tramitación en el
Cuaderno Ejecutivo, resolviendo los asuntos controvertidos, y dejando solo pendiente la
realización de los apremios y embargos correspondientes, que se tramitan en el Cuaderno de
Apremios. Si el Ejecutado dentro del Término de Emplazamiento no hubiera opuesto
excepciones no se darán los trámites señalados y no habrá Sentencia Definitiva, sino que
procederá directamente la Ejecución y Embargo. De esta forma, se abre el cuaderno de apremio
con la resolución de mandamiento de ejecución y embargo, sentencia interlocutoria. Ese
mandamiento va a bastar para seguir adelante con el juicio, hasta la realización de los bienes
embargados y el pago. Cuando hubo excepciones, la regla general es que la sentencia definitiva
produce cosa juzgada tanto en un juicio ejecutivo como en uno declarativo, siempre que
concurran los requisitos de la triple identidad del art. 177 CPC. No puede volver a conocerse de
nuevo ni en juicio ejecutivo ni en uno ordinario.
99. Plazo para su Dictación. El art. 470 CPC regula esta materia, señalando que la
sentencia definitiva deberá pronunciarse dentro del término de diez días, contados desde que el
pleito quede concluso. Este plazo se debe contar desde notificada la citación a oír sentencia. La
citación a oír la Sentencia Ejecutiva será notificada por Estado Diario.
103. Cosa Juzgada en el Juicio Ejecutivo. El art. 478 CPC señala que la sentencia
recaída en un juicio ejecutivo produce cosa juzgada en el juicio ordinario, tanto respecto del
ejecutante como del ejecutado. De lo dicho se puede concluir que la cosa juzgada en el juicio
ejecutivo presenta dos aspectos, a) Produce cosa juzgada en otro juicio ejecutivo posterior, es
decir, habiendo sentencia firme en un juicio ejecutivo, no se puede volver a plantear la misma
materia, entre las mismas partes, en otro juicio ejecutivo posterior. b) Esta regla general sobre la
cosa juzgada en juicio ejecutivo tiene excepciones, siendo estas la renovación de la acción
ejecutiva y la reserva de derechos.
104. La Renovación de la Acción Ejecutiva. Es una excepción a la regla que indica que
la sentencia firme en juicio ejecutivo produce cosa juzgada en otro juicio ejecutivo posterior. El
fundamento de la reserva de acciones es que en estos casos las excepciones por las que se
rechaza la demanda ejecutiva son de carácter dilatorio, es decir, no miran al fondo del asunto. De
ahí que, subsanados estos vicios, puede renovarse la demanda ejecutiva en un juicio ejecutivo
posterior. El art. 477 CPC señala que la acción ejecutiva rechazada por incompetencia del
tribunal, incapacidad, ineptitud del libelo o falta de oportunidad en la ejecución, podrá renovarse
con arreglo a los preceptos del Título I del Libro III.
En cuanto a la excepción de incapacidad a que alude el art. 477 CPC, se refiere a la falta
de personería y de representación contemplada en el art. 464 CPC. En lo que a la excepción de
falta de oportunidad en la ejecución respecta, se ha entendido que se refiere, no sólo al factor
tiempo en el sentido de que la obligación no sea exigible, sino que también a que la prestación
contenida en la sentencia no esté sujeta a ninguna modalidad de condición, plazo o modo. De
ahí, que la mayoría de la doctrina y la jurisprudencia entiende que la falta de oportunidad en la
ejecución comprende la concesión de esperas o la prórroga de plazo, la litispendencia, el
beneficio de excusión, o que falte algún requisito para que el título tenga fuerza ejecutiva.
106. Reserva Solicitada por el Ejecutante. Se entiende en base a los art.s 467 y 478
CPC que el ejecutante podrá efectuar esta reserva de acciones en dos oportunidades del juicio, ya
sea mediante el desistimiento o la reserva de acciones propiamente tal.
En cuanto al Desistimiento, el art. 467 CPC señala que el ejecutante podrá sólo dentro del
plazo de cuatro días que concede el el art. 466 inc. 1 CPC, desistirse de la demanda ejecutiva,
con reserva de su derecho para entablar acción ordinaria sobre los mismos puntos que han sido
materia de aquélla. Por el desistimiento perderá el derecho para deducir nueva acción ejecutiva, y
quedarán ipso facto sin valor el embargo y demás resoluciones dictadas. Responderá el
ejecutante de los perjuicios que se hayan causado con la demanda ejecutiva, salvo lo que se
resuelva en el juicio ordinario. Para que, en este caso, prospere la reserva de acciones debe el
ejecutante desistirse de su demanda ejecutiva. Este es un desistimiento especial, distinto a la
regla general de tramitación incidental de desistimiento del art. 148 CPC. En esta norma especial
de desistimiento, el art. 467 CPC indica que el tribunal lo resuelve sin más trámite, es decir lo
resuelve de plano accediendo a la reserva solicitada. En cuanto a sus efectos, a) El ejecutante
pierde su derecho a deducir nueva demanda ejecutiva; b) Quedan ipso facto, sin valor el embargo
y demás resoluciones que se hubieran dictado; c) El ejecutante queda responsable de los
perjuicios que haya causado con su demanda ejecutiva; y d) Una vez producido el desistimiento
y accedida a la reserva de acciones el ejecutante puede, en cualquier momento, entablar su
demanda ordinaria., el art. 467 CPC no señala plazo para ello.
En segundo lugar, existe también la opción de efectuar la reserva en conformidad al art.
478 CPC, que señala que la sentencia recaída en el juicio ejecutivo produce cosa juzgada en el
juicio ordinario, tanto respecto del ejecutante como del ejecutado. Con todo, si antes de dictarse
sentencia en el juicio ejecutivo, el actor o el procesado piden que se les reserven para el ordinario
sus acciones o excepciones, podrá el tribunal declararlo así, existiendo motivos calificados.
Siempre se concederá la reserva respecto de las acciones y excepciones que no se refieran a la
existencia de la obligación misma que ha sido objeto de la ejecución. En estos casos la demanda
ordinaria deberá interponerse dentro del plazo que señala el art. 474 CPC, bajo pena de no ser
admitida después, es decir, debe hacerlo en el término de quince días contados desde la
notificación de la sentencia definitiva. Entonces debe hacerse la distinción entre los siguientes
casos. Si las acciones cuya reserva se solicita, se refieren a la existencia misma de la obligación,
el tribunal accederá sólo si existen motivos calificados para ello. Constituye motivo calificado la
dificultad o la imposibilidad de rendir prueba. Si la reserva dice relación con acciones que no se
refieren a la existencia misma de la obligación que es objeto de la ejecución, el juez deberá
acceder a la reserva.
107. Reserva Solicitada por el Ejecutado. En conformidad a lo señalado en los arts. 473
CPC y 478 CPC, el ejecutado cuenta también con dos oportunidades para hacer valer su reserva.
La primera de estas disposiciones señala que si, deduciendo el ejecutado oposición legal, expone
en el mismo acto que no tiene medios de justificarla en el término de prueba, y pide que se le
reserve su derecho para el juicio ordinario y que no se haga pago al acreedor sin que caucione
previamente las resultas de este juicio, el tribunal dictará sentencia de pago o remate y accederá a
la reserva y caución pedidas.
Para que el ejecutado pueda hacer reserva de sus excepciones según el art. 473 CPC, son
necesarios los siguientes requisitos: a) Que el ejecutado oponga excepciones; b) Que en el escrito
de excepciones solicite su reserva de derechos; y c) Que exponga en ese escrito que carece de los
medios para justificar su oposición. Ante esta solicitud, el tribunal debe dictar sentencia
definitiva sin más trámite. Esa sentencia será de pago o de remate y accederá a la reserva
solicitada por el ejecutado y además accederá a la caución que el ejecutado pida para que el
acreedor pueda llevar a efecto el cumplimiento de esa sentencia de pago o de remate.
108. Efectos de la Reserva del Ejecutado. Los efectos que se derivan de esta reserva de
excepciones son los siguientes: a) El ejecutado debe interponer su demanda ordinaria ejercitando
como acción los mismos derechos que opuso como excepción; b) El ejecutado puede no pagar al
ejecutante, sin que éste no haya caucionado primero las resultas del juicio ordinario que va a
entablar; y c) El ejecutado debe presentar su demanda ordinaria en el plazo de quince días
contados desde la notificación de la sentencia definitiva. Si no entabla su demanda ordinaria en
ese plazo, se procederá a ejecutar la sentencia del juicio ejecutivo sin previa caución o bien esa
caución quedará cancelada si es que ya había sido aceptada.
109. Situación en que No se oponen Excepciones. El art. 472 CPC manda que si no se
oponen excepciones, se omitirá la sentencia y bastará el mandamiento de ejecución para que el
acreedor pueda perseguir la realización de los bienes embargados y el pago, de conformidad a las
disposiciones del procedimiento de apremio. La doctrina nacional ha patrocinado que se
produciría una suerte de transformación o metamorfosis del mandamiento, que pasaría a hacer
las veces de una sentencia de término. Una posición más matizada de la tesis de la
transformación del mandamiento atribuye al mandamiento de ejecución el carácter de sentencia,
pero sólo para los efectos de la realización de los bienes embargados y el pago de la deuda
respectiva. Lo cierto es que, si no se oponen excepciones, simplemente no se abrirá la fase
declarativa en el contexto de la ejecución y que, por consiguiente, tiene un carácter meramente
eventual. En todo caso, el que se presuma que se dictó sentencia condenatoria en la causa, frente
al silencio del ejecutado, no implica que en la causa se dictó sentencia de término, con sus
consecuencias legales, dato que es relevante para considerar los efectos de cosa juzgada. De esta
forma, el contenido de los Cuadernos sería el siguiente: a) Cuaderno principal: Demanda,
resolución recaída en la demanda; y b) Cuaderno de apremio: Mandamiento de ejecución,
requerimiento de pago, embargo.
110. El Abandono del Procedimiento. Uno de los efectos legales más relevantes de la
falta de oposición a la ejecución es que no se puede pedir el abandono del procedimiento
transcurrido el plazo general de 6 meses de inactividad, sino que deben transcurrir 3 años desde
la última gestión útil realizada en el cuaderno de apremio. Así se extrae del art. 153 CPC, que
señala que el abandono podrá hacerse valer sólo por el demandado, durante todo el juicio y hasta
que se haya dictado sentencia ejecutoriada en la causa. En los procedimientos ejecutivos el
ejecutado podrá, además, solicitar el abandono del procedimiento, después de ejecutoriada la
sentencia definitiva o en el caso del art. 472 CPC. En estos casos, el plazo para declarar el
abandono del procedimiento será de tres años contados desde la fecha de la última gestión útil,
hecha en el procedimiento de apremio, destinado a obtener el cumplimiento forzado de la
obligación, luego de ejecutoriada la sentencia definitiva o vencido el plazo para oponer
excepciones, en su caso. En el evento que la última diligencia útil sea de fecha anterior, el plazo
se contará desde la fecha en que quedó ejecutoriada la sentencia definitiva o venció el plazo para
oponer excepciones. En estos casos, si se declara el abandono del procedimiento sin que medie
oposición del ejecutante, éste no será condenado en costas.
Sección V.
Del Procedimiento en el Cuaderno de Apremio
113. Requerimiento de Pago. El pago tiene por finalidad intimar, exigir o conminar al
deudor para que pague o entregue el cuerpo cierto debido (si fuera el caso) y debe hacerse en la
forma indicada en el art. 443 N° 1 CPC. Este requerimiento debe hacérsele personalmente; pero
si no es habido, se procederá en conformidad al art. 44 CPC, expresándose en la copia a que
dicho artículo se refiere, a más del mandamiento, la designación del día, hora y lugar que fije el
ministro de fe para practicar el requerimiento. No concurriendo a esta citación el deudor, se hará
inmediatamente y sin más trámite el embargo. Cuando el deudor haya sido notificado
personalmente o con arreglo al art. 44 CPC para otra gestión anterior al requerimiento, se
procederá a éste y a los demás trámites del juicio, en conformidad a lo establecido en los arts. 48
a 53 CPC. La designación del domicilio, exigida por el art. 49 CPC, deberá hacerse en tal caso
por el deudor dentro de los dos días subsiguientes a la notificación, o en su primera gestión si
alguna hace antes de vencido este plazo;
114. El Embargo. Diligencia judicial que se practica en el procedimiento ejecutivo cuyo
El Embargo debe recaer sobre Bienes de dominio del ejecutado, el deudor. No puede entonces
recaer sobre bienes de terceros. No obstante, es posible en algunos casos discutidos que queden
afectados bienes de terceros. En estos casos dichos terceros podrán intervenir en el juicio con la
finalidad de ser excluidos del embargo interponiendo una tercería. El embargo consiste en la
afectación de bienes del deudor para el pago de un crédito en ejecución. No debe confundirse el
embargo con la traba del embargo, que es el acto por medio del cual se concreta el embargo y se
define como una actuación judicial que practica un ministro de fe, que consiste en la entrega real
o simbólica, de ciertos bienes del deudor, a una persona designada como depositario, para
asegurar con ellos el pago de la deuda.
115 . Designación de Bienes a embargar. Para efectos de llevar a cabo la diligencia del
embargo, se deben designar e individualizar correctamente los bienes que se embargarán. En
principio, los designa el acreedor en la demanda ejecutiva o en el mismo acto del embargo,
haciendo uso de su derecho de concurrir a la diligencia del embargo. De lo contrario será el
propio deudor el que designará los bienes o en subsidio de todo lo anterior, le corresponderá al
ministro de fe. Así lo dispone el Código en su art. 447, que dispone que puede el acreedor
concurrir al embargo y designar, si el mandamiento no lo hace, los bienes del deudor que hayan
de embargarse, con tal que no excedan de los necesarios para responder a la demanda,
haciéndose esta apreciación por el ministro de fe encargado de la diligencia, sin perjuicio de lo
que resuelva el tribunal a solicitud de parte interesada, en conjunto al art. 448, que señala que no
designando el acreedor bienes para el embargo, se verificará éste en los que el deudor presente,
si, en concepto del ministro de fe encargado de la diligencia, son suficientes o si, no siéndolo,
tampoco hay otros conocidos, y por último, el art. 449 manda que si no designan bienes el
acreedor ni el deudor, el ministro de fe guardará en el embargo el orden siguiente: 1° Dinero; 2°
Otros bienes muebles; 3° Bienes raíces; y 4° Salarios y pensiones.
116. Práctica del Embargo. El art. 450 CPC señala que el embargo se entenderá hecho
por la entrega real o simbólica de los bienes al depositario que se designe, aunque éste deje la
especie en poder del mismo deudor. A falta de depositario designado por el juez, hará las veces
de tal el propio deudor hasta tanto se designe un depositario distinto. El ministro de fe que
practique el embargo deberá levantar un acta de la diligencia, la que señalará: a) El lugar y hora
en que éste se trabó; b) La expresión individual y detallada de los bienes embargados; c) Si fue
necesario o no el auxilio de la fuerza pública para efectuarlo y de haberlo sido, la identificación
del o de los funcionarios que intervinieron en la diligencia; y d) Toda alegación que haga un
tercero invocando la calidad de dueño o poseedor del bien.
A continuación la ley distingue entre lo que deberá contener el Acta dependiendo de si se
embargaron bienes muebles o inmuebles. Tratándose del embargo de bienes muebles, el acta
deberá indicar su especie, calidad y estado de conservación y todo otro antecedente o
especificación necesarios para su debida singularización, tales como, marca, número de fábrica y
de serie, colores y dimensiones aproximadas, según ello sea posible. En el embargo de bienes
inmuebles, éstos se individualizarán por su ubicación y los datos de la inscripción de dominio.
El acta deberá ser suscrita por el ministro de fe que practicó la diligencia y por el
depositario, acreedor o deudor que concurra al acto y que desee firmar. Sin que ello afecte la
validez del embargo, el ministro de fe deberá enviar carta certificada al ejecutado comunicándole
el hecho del embargo, dentro de los dos días siguientes de la fecha de la diligencia o del día en
que se reabran las oficinas de correo, si ésta se hubiere efectuado en domingo o festivo. El
ministro de fe deberá dejar constancia en el proceso del cumplimiento de esta obligación, en los
términos del art. 46 CPC. Toda infracción a las normas del art. 450 CPC hará responsable al
ministro de fe de los daños y perjuicios que se originen y el tribunal, previa audiencia del
afectado, deberá imponerle alguna de las medidas que se señalan en los números 2, 3 y 4 del art.
532 COT.
118. Efectos del Embargo. La importancia del embargo radica en que consiste en una
diligencia necesaria que actúa como base para los posteriores actos procesales dirigidos a la
realización de los bienes. El ejecutado no pierde el dominio pero sí la administración, que queda
radicada en el depositario de los mismos. En el caso de que el embargo recaiga sobre bienes
inmuebles o derechos reales constituidos sobre éstos, el art. 452 CPC señala que no producirá
efecto alguno legal respecto de terceros, sino desde la fecha en que se inscriba en el respectivo
registro conservatorio en donde estén situados los situados los inmuebles. El ministro de fe que
practique el embargo, requerirá inmediatamente su inscripción y firmará con el conservador
respectivo y retirará la diligencia en el plazo de veinticuatro horas.
121. Los Bienes Embargados. Deben ser suficientes y embargables. El art. 2465 CC
indica que toda obligación personal da al acreedor el derecho a perseguir su ejecución sobre
todos los bienes raíces o muebles del deudor, sean presentes o futuros, exceptuándose solamente
los no embargables, designados en el art. 1618 CC. Si por alguna razón, se embargan bienes que
según la ley son inembargables, el ejecutado puede por vía incidental reclamar solicitando el
alzamiento del embargo.La ley señala en el art. 445 CPC cuales bienes se encuentran excluidos
de la posibilidad de ser embargados. Esta disposición establece que no son embargables:
1°. Los sueldos, las gratificaciones y las pensiones de gracia, jubilación, retiro y
montepío que pagan el Estado y las Municipalidades.
Sin embargo, tratándose de deudas que provengan de pensiones alimenticias decretadas
judicialmente, podrá embargarse hasta el 50% de las prestaciones que reciba el alimentante en
conformidad al inciso anterior;
2°. Las remuneraciones de los empleados y obreros en la forma que determinan los
artículos 40 y 153 del Código del Trabajo;
3°. Las pensiones alimenticias forzosas;
4°. Las rentas periódicas que el deudor cobre de una fundación o que deba a la liberalidad
de un tercero, en la parte que estas rentas sean absolutamente necesarias para sustentar la vida
del deudor, de su cónyuge o conviviente civil y de los hijos que viven con él y a sus expensas;
5°. Los fondos que gocen de este beneficio, en conformidad a la Ley Orgánica del Banco
del Estado de Chile y en las condiciones que ella determine;
6°. Las pólizas de seguro sobre la vida y las sumas que, en cumplimiento de lo convenido
en ellas, pague el asegurador. Pero, en este último caso, será embargable el valor de las primas
pagadas por el que tomó la póliza;
7°. Las sumas que se paguen a los empresarios de obras públicas durante la ejecución de
los trabajos. Esta disposición no tendrá efecto respecto de lo que se adeude a los artífices u
obreros por sus salarios insolutos y de los créditos de los proveedores en razón de los materiales
u otros artículos suministrados para la construcción de dichas obras;
8°. El bien raíz que el deudor ocupa con su familia, siempre que no tenga un avalúo fiscal
superior a cincuenta unidades tributarias mensuales o se trate de una vivienda de emergencia, y
sus ampliaciones, a que se refiere el artículo 5° del decreto ley N°2552, de 1979; los muebles de
dormitorio, de comedor y de cocina de uso familiar y la ropa necesaria para el abrigo del deudor,
su cónyuge o conviviente civil y los hijos que viven a sus expensas.
La inembargabilidad establecida en el inciso precedente no regirá para los bienes raíces
respecto de los juicios en que sean parte el Fisco, Las Cajas de Previsión y demás organismos
regidos por la ley del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo;
9°. Los libros relativos a la profesión del deudor hasta el valor de cincuenta unidades
tributarias mensuales y a elección del mismo deudor;
10°. Las máquinas e instrumentos de que se sirve el deudor para la enseñanza de alguna
ciencia o arte, hasta dicho valor y sujetos a la misma elección;
11°. Los uniformes y equipos de los militares, según su arma y grado;
12°. Los objetos indispensables al ejercicio personal del arte u oficio de los artistas,
artesanos y obreros de fábrica; y los aperos, animales de labor y material de cultivo necesarios al
labrador o trabajador de campo para la explotación agrícola, hasta la suma de cincuenta unidades
tributarias mensuales y a elección del mismo deudor;
13°. Los utensilios caseros y de cocina, y los artículos de alimento y combustible que
existan en poder del deudor, hasta concurrencia de lo necesario para el consumo de la familia
durante un mes;
14°. La propiedad de los objetos que el deudor posee fiduciariamente;
15°. Los derechos cuyo ejercicio es enteramente personal, como los de uso y habitación;
16°. Los bienes raíces donados o legados con la expresión de no embargables, siempre
que se haya hecho constar su valor al tiempo de la entrega por tasación aprobada judicialmente;
pero podrán embargarse por el valor adicional que después adquieran;
17°. Los bienes destinados a un servicio que no pueda paralizarse sin perjuicio del
tránsito o de la higiene pública, como los ferrocarriles, empresas de agua potable o desagüe de
las ciudades, etc.; pero podrá embargarse la renta líquida que produzcan, observándose en este
caso lo dispuesto en el artículo anterior; y
18°. Los demás bienes que leyes especiales prohíban embargar.
Son nulos y de ningún valor los contratos que tengan por objeto la cesión, donación o
transferencia en cualquier forma, ya sea a título gratuito u oneroso, de las rentas expresadas en el
número 1° de este artículo o de alguna parte de ellas.
126. Cesación del Embargo. Se produce esta situación cuando el deudor, antes de
verificarse el remate, paga la deuda, intereses, reajustes y costas. Al respecto, el art. 490 CPC
dispone que antes de verificarse el remate, puede el deudor libertar sus bienes pagando la deuda
y las costas.
127. Exclusión de Bienes del Embargo. En virtud del art. 519 inc. 2 CPC, que dispone
que se tramitará como incidente la reclamación del ejecutado para que se excluya del embargo
alguno de los bienes a que se refiere el art. 445 CPC, esto es, aquellos a los que la ley otorga la
calidad de inembargables. La inembargabilidad está establecida en favor del deudor. Es
renunciable, de manera que el embargo que recae sobre bienes inembargables es válido. Lo
mismo es válido en el caso de embargo sobre bienes de dominio o en posesión de un tercero al
momento de practicarse la diligencia. Se debe reclamar para que no se realice este embargo, el
tribunal no dispondrá de dicha actuación de oficio.
Sección IV.
Cumplimiento de la Sentencia y Remate
131. Remate de Bienes Muebles. Se debe distinguir entre a) la regla general de bienes
muebles; b) la primera regla especial, para aquellos sujetos a corrupción o susceptibles de
próximo deterioro o cuya conservación sea difícil o dispendiosa; y c) la segunda regla especial,
para los efectos del comercio realizables en el acto.
El art. 482 CPC dispone que los bienes muebles embargados se venderán en martillo, sin
necesidad de tasación previa. La venta se hará por el martillero público designado por el tribunal
que corresponda. Este martillero público se nombra por el juez a petición de parte, normalmente
se pide en el mismo escrito de retiro de las especies. Esta es una venta en la que el juez no
interviene. En poder del martillero, debe fijar día y hora en que se realice la venta, y hacer la
publicidad del caso. Tiene que dejar la constancia pertinente en el proceso, rendir cuenta a través
de un escrito, y consignar el dinero. Hay derecho para objetarle la cuenta al martillero.
En caso de que estos bienes estén sujetos a corrupción o sean susceptibles de próximo
deterioro o cuya conservación sea difícil o dispendiosa, se aplicará lo dispuesto en el art. 483
CPC, que señala que en este caso venderá el depositario en el caso más conveniente con
autorización del juez, sin previa tasación. El depositario está mal tratado en el código, ya que el
depositario podría ser el mismo ejecutado, en cuyo caso difícilmente pasará a vender sus propios
bienes.
La venta de efectos del comercio realizables en el acto se lleva a cabo en conformidad al
art. 484 CPC, que dispone que los efectos de comercio realizables en el acto se venderán sin
previa tasación por un corredor de bolsa nombrado en la forma que establece el art. 414 CPC.
Del mismo modo esta persona, que tiene la calidad de perito, debe dar cuenta al tribunal una vez
que la venta se lleve a efecto, rindiendo la cuenta a través de un escrito y consignando el dinero.
Siempre que hay que poner dinero a disposición del tribunal hay que consignar.
132. Remate de Bienes Raíces. El art. 485 CPC dispone que los demás bienes no
comprendidos en los tres artículos anteriores, se tasarán y venderán en remate público ante el
tribunal que conoce de la ejecución, o ante el tribunal dentro de cuya jurisdicción estén situados
los bienes, cuando así se resuelva a solicitud de partes y por motivos fundados. Con todo, cuando
así lo disponga el tribunal, por resolución fundada, el remate podrá verificarse en forma remota.
Corresponderá a la Corte Suprema regular, mediante auto acordado, la forma en que se realizarán
los remates por vía remota, debiendo establecer mecanismos que aseguren la efectiva
participación de quienes manifiesten su voluntad de comparecer de esa forma y que cumplan con
los requisitos legales. Para rematar un inmueble embargado en juicio ejecutivo haya que cumplir
con los siguientes trámites: a) la Tasación del Bien; b) las Bases para la Subasta; y c) la
Publicación de Avisos en los Diarios.
133. La Tasación del bien. Conforme al art. 486 CPC, la tasación es la que figura en el
rol de avalúo vigente para efecto de la contribución de haberes, es el rol de avalúo del bien raíz
para efecto de pago de contribuciones o impuesto territorial. Este escrito se acompaña con
citación. Ahora bien, puede suceder que el ejecutado no esté conforme con ese avalúo y solicite
una nueva tasación por un perito nombrado al efecto. Esto lo puede solicitar en el plazo de tres
días de la citación. La nueva tasación efectuada por el perito se pondrá en conocimiento de las
partes, quienes tendrán tres días para impugnarla. De la impugnación de cada parte se dará
traslado a la otra por igual término. El art. 487 CPC manda que transcurridos esos plazos para
impugnar la tasación del perito, y aunque se hayan evacuado los plazos de traslado sin que haya
habido impugnación, resolverá el tribunal, sea aprobando la tasación, sea mandando rectificarla
por ese mismo perito o por otro, o fijando el mismo tribunal el justiprecio del bien. Aprobada
que sea la tasación, se señala día y hora para la subasta, en conformidad a lo dispuesto en el art.
488 CPC. En todo caso, antes de señalar fecha para ella, es necesario que el ejecutante presente
las bases para la subasta.
134. Las Bases para la Subasta. Las bases de la subasta, dice relación con las
condiciones conforme a las cuales se efectuará la subasta. Por ejemplo, el precio, mínimo de
posturas, forma de pago, monto de la caución, entrega del inmueble, singularización del
inmueble etc. Al tenor del art. 491 CPC, el precio de los bienes que se rematan deben pagarse al
contado, salvo que las partes acuerden, o el tribunal, por motivos fundados, resuelva otra cosa.
Las condiciones para la subasta las propone el ejecutante, con citación del ejecutado. La
oposición que pueda formular el ejecutado, se resuelve de plano por el tribunal. Cuando el
tribunal es llamado a resolver de plano sobre las bases del remate, en caso de que el ejecutado se
haya opuesto a ellas, tiene algunas limitaciones: a) De acuerdo al art. 493 CPC, el tribunal no
puede fijar un mínimo para las posturas que baje de los dos tercios de la tasación del inmueble; y
b) En conformidad al art. 494 CPC, La caución que deban rendirlos postores para participar del
remate no puede ser inferior al diez por ciento del valor de los bienes.
En caso de que existan hipotecas que afecten el inmueble a subastar, se debe citar a él o
los acreedores hipotecarios para comunicarles que la finca hipotecada será rematada, ello con el
fin que el o los acreedores hipotecarios concurran al juicio a hacer valer sus derechos. Esto se
regula en los art. 2428 CC y 492 CPC, y se conoce como la purga de la hipoteca. Podemos decir
que por el art. 2428 CC, cesa el derecho de persecución que tiene el acreedor hipotecario contra
el tercero que haya adquirido el inmueble, en pública subasta ordenada por el juez, siempre que
concurran tres requisitos: i) Que la venta se efectúe en pública subasta; ii) Que se cite
personalmente a los acreedores hipotecarios; y iii) Que la subasta se efectúe una vez transcurrido
el término de emplazamiento contado desde la notificación a los acreedores hipotecarios.
El art. 2428 CC dispone que la hipoteca da al acreedor el derecho de perseguir la finca
hipotecada, sea quien fuere el que la posea, y a cualquier título que la haya adquirido. Sin
embargo, esta disposición no tendrá lugar contra el tercero que haya adquirido la finca
hipotecada en pública subasta, ordenada por el juez. Mas para que esta excepción surta efecto a
favor del tercero deberá hacerse la subasta con citación personal, en el término de
emplazamiento, de los acreedores que tengan constituidas hipotecas sobre la misma finca; los
cuales serán cubiertos sobre el precio del remate en el orden que corresponda. El juez entre tanto
hará consignar el dinero. El art. 492 CPC complementa lo indicado en el art. 2428 CC, en el
sentido que otorga a los acreedores hipotecarios de grado preferente a aquel que persigue el
remate de la finca el derecho a elegir entre dos opciones, a) pagarse sus créditos con el producto
del remate; o b) conservar sus hipotecas, siempre que sus créditos no estén devengados. Ahora
bien, una vez citados los acreedores hipotecarios, si nada dicen en el término de emplazamiento,
se entiende que optan por pagarse con el producto del remate. El art. 492 CPC dispone que si por
un acreedor hipotecario de grado posterior se persigue una finca hipotecada contra el deudor
personal que la posea, el acreedor o los acreedores de grado preferente, citados conforme al art.
2428 CC, podrán, o exigir el pago de sus créditos sobre el precio del remate según sus grados, o
conservar sus hipotecas sobre la finca subastada, siempre que sus créditos no estén devengados.
No diciendo nada, en el término del emplazamiento, se entenderá que optan por ser pagados
sobre el precio de la subasta. Si se ha dictado la resolución de reorganización que incluya los
bienes del poseedor de la finca perseguida, o ha sido sometido a un procedimiento concursal de
liquidación, se estará a lo prescrito en el art. 2477 CC. Los procedimientos a que den lugar las
disposiciones anteriores, se verificarán en audiencias verbales con el interesado o los interesados
que concurran.
135. Publicación de Avisos en los Diarios. Una vez acordada la fecha del remate, es
necesario fijarla mediante publicación de avisos. Se deberán publicar a lo menos cuatro avisos en
un diario de la comuna donde tenga asiento el tribunal, o en la capital de la provincia o en la
capital regional, si en aquella no lo hubiere. Los avisos se pueden publicar en días inhábiles. El
primer aviso debe publicarse con, a lo menos, quince días de anticipación al día de la subasta. Si
hay bienes en otras regiones, deberá publicarse avisos también en ellas. Los avisos contendrán
los datos necesarios para identificar los bienes que se rematarán. La omisión de la publicación de
los avisos acarrea la nulidad del remate. En este sentido, el art. 489 CPC dispone que el remate,
con el señalamiento del día y hora en que debe tener lugar, se anunciará por medio de avisos
publicados, a lo menos por cuatro veces en un diario de la comuna en que tenga su asiento el
tribunal, o de la capital de la provincia o de la capital de la región, si en aquélla no lo hubiere.
Los avisos podrán publicarse también en días inhábiles. El primero de los avisos deberá ser
publicado con quince días de anticipación, como mínimo, sin descontar los inhábiles, a la fecha
de la subasta. Si los bienes están en otra comuna, el remate se anunciará también en ella o en la
capital de la respectiva región, si fuere el caso, por el mismo tiempo y en la misma forma. Los
avisos serán redactados por el secretario y contendrán los datos necesarios para identificar los
bienes que van a rematarse. Llegado el día del remate, éste se realizará a la hora designada y en
presencia del juez y del secretario del tribunal. Todo aquel que desee participar como postor debe
rendir caución a la que alude el art. 494 CPC. El remate es ante la ley un verdadero “contrato de
compraventa”, aunque se verifique contra la voluntad del deudor. En este contrato, el juez actúa
como representante legal del deudor. En cuanto a la caución referida, el art. 494 CPC dispone
que todo postor, para tomar parte en el remate, deberá rendir caución suficiente, calificada por el
tribunal, sin ulterior recurso, para responder de que se llevará a efecto la compra de los bienes
rematados. La caución será equivalente al diez por ciento de la valoración de dichos bienes y
subsistirá hasta que se otorgue la escritura definitiva de compraventa, o se deposite a la orden del
tribunal el precio o parte de él que deba pagarse de contado. Si no se consigna el precio del
remate en la oportunidad fijada en las bases, las que el secretario hará saber en el momento de la
licitación, o el subastador no suscribe la escritura definitiva de compraventa, el remate quedará
sin efecto y se hará efectiva la caución. El valor de ésta, deducido el monto de los gastos del
remate, se abonará en un cincuenta por ciento al crédito y el cincuenta por ciento restante
quedará a beneficio de la Junta de Servicios Judiciales. Se concederán sólo en el efecto
devolutivo las apelaciones que interponga el subastador de los bienes embargados.
136. El Remate. Una vez satisfechas las diligencias exigidas para poder llevar a cabo
esta actuación, el remate se realizará el día que fue fijado para la subasta. Existen varias
alternativas fácticas que pueden acontecer respecto del remate: a) el Remate se lleva a cabo; b) el
Remate no se lleva a cabo el día fijado; y c) el segundo Remate tampoco se lleva a cabo por falta
de postores. Se profundizará a continuación cada uno de los casos señalados.
138. Segunda Posibilidad, el Remate no se lleva a cabo el día fijado. Esta situación
está regulada en el art. 499 CPC. Este dispone que si no se presentan postores en el día señalado,
podrá el acreedor solicitar cualesquiera de estas dos cosas, a su elección: a) Que se le adjudiquen
por los dos tercios de la tasación los bienes embargados; y b) Que se reduzca prudencialmente
por el tribunal el avalúo aprobado. La reducción no podrá exceder de una tercera parte de este
avalúo. Esto último quiere decir que no es posible que se reduzca nuevamente el avalúo y se
saque a remate otra vez el bien. El art. 502 CPC dispone que cuando haya de procederse a nuevo
remate en los casos determinados por los tres artículos precedentes, se observará lo dispuesto en
el art. 489 CPC, reduciéndose a la mitad los plazos fijados para los avisos. No se hará, sin
embargo, reducción alguna de estos plazos, si han transcurrido más de tres meses desde el día
designado para el anterior remate hasta aquel en que se solicite la nueva subasta. En este caso
hay que hacer nuevas publicaciones, las que se reducen en tiempo. En esta segunda opción, se
saca nuevamente a remate el inmueble, por los dos tercios del nuevo avalúo fijado por el
tribunal. Se deben efectuar nuevos avisos en los diarios. Los plazos de los avisos se reducen a
ocho días.
139. Tercera posibilidad, en el segundo remate tampoco se lleva a cabo por falta de
postores. El art. 500 CPC señala que si son puestos a remate los bienes embargados por los dos
tercios del nuevo avalúo, hecho de conformidad al art. 499 Nº2 CPC, tampoco se presentan
postores, podrá el acreedor pedir cualquiera de estas tres cosas, a su elección: a) Que se le
adjudiquen los bienes por los dichos dos tercios; b) Que se pongan por tercera vez a remate, por
el precio que el tribunal designe; y c) Que se le entreguen en prenda pretoria. En este último
caso, el deudor puede pedir que se vuelva a sacar el bien a remate, en este caso no habrá mínimo
para las posturas. Si la ejecución fuere en moneda extranjera, para hacer uso del derecho que
confiere el art. 499 Nº1 CPC y que se le adjudiquen los bienes por los dichos dos tercios, el
ejecutante deberá hacer liquidar su crédito en moneda nacional, al tipo medio de cambio libre
que certifique un Banco de la plaza.
140. La Prenda pretoria o Anticresis Judicial: Esta figura está regulada en los arts.
2445 CC y 503 a 508 CPC. La prenda pretoria es un contrato, en virtud del cual, por resolución
judicial, se entregan al acreedor los bienes embargados, sean estos raíces o muebles, para que se
pague con sus frutos. Cuando los bienes se entregan en prenda pretoria, esto debe hacerse bajo
inventario solemne. El art. 504 CPC, especifica las facultades del acreedor respecto de los bienes
sujetos a prenda pretoria, señalando que el acreedor a quien se entreguen bienes muebles o
inmuebles en prenda pretoria deberá llevar cuenta exacta, y en cuanto sea dable documentada, de
los productos de dichos bienes. Las utilidades líquidas que de ellos obtenga se aplicarán al pago
del crédito, a medida que se perciban. Por su parte, el art. 505 CPC, indica que el deudor puede
pedir los bienes dados en prenda pretoria, pagando la deuda y las costas. Del mismo modo, el
acreedor puede poner fin a la prenda pretoria y solicitar su enajenación o que se embarguen otros
bienes del deudor. El art. 506 CPC se refiere a las obligaciones a que está sujeto el acreedor de la
prenda pretoria, señalando que el acreedor que tenga bienes en prenda pretoria deberá rendir
cuenta de su administración, cada año si son bienes inmuebles y cada seis meses si se trata de
muebles, bajo la pena, si no lo hace, de perder la remuneración que le habría correspondido, de
conformidad al inciso final del art. 504 CPC, por los servicios prestados durante el año. En lo no
regulado en el Código de Procedimiento Civil, la Prenda Pretoria se regulará por las normas del
Título XXXIX del Libro IV del Código Civil, según manda el art. 507 CPC. Cuando se
constituya en bienes muebles, tendrá, además, sobre ellos, el que los reciba, los derechos y
privilegios de un acreedor prendario. El art. 508 CPC señala que si los bienes embargados
consisten en el derecho de gozar una cosa o percibir sus frutos, podrá pedir el acreedor que se dé
en arrendamiento o que se entregue en prenda pretoria este derecho. El arrendamiento se hará en
remate público, fijadas previamente por el tribunal, con audiencia verbal de las partes, las
condiciones que hayan de tenerse como mínimum para las posturas. Se anunciará al público el
remate con anticipación de veinte días, en la forma y en los lugares expresados por el art. 489
CPC.
141. Fín del Juicio Ejecutivo. Cuando se rematan los bienes, los fondos que resulten de
esa realización se hace la liquidación del crédito y se determinan las costas. Una vez aprobado,
se hace pago al ejecutante. El art 509 CPC dispone que los fondos que resulten de la realización
de los bienes embargados se consignarán directamente por los compradores, o por los
arrendatarios en el caso del artículo anterior, a la orden del tribunal que conozca de la ejecución,
en la forma dispuesta en el art. 507 COT. Si se ha interpuesto apelación de la sentencia, no podrá
procederse al pago al ejecutante, pendiente el recurso, sino en caso de que caucione las resultas
del mismo. El art. 510 CPC manda que ejecutoriada la sentencia definitiva y realizados los
bienes embargados, se hará la liquidación del crédito y se determinarán, de conformidad al art.
471 CPC, las costas que deben ser de cargo al deudor, incluyéndose las causadas después de la
sentencia. Lo dispuesto en este artículo tendrá también aplicación en el caso previsto en el art.
509 inc. 2 CPC. Por último, el art. 511 CPC señala que practicada la liquidación a que se refiere
el artículo precedente, se ordenará hacer pago al acreedor con el dinero embargado o con el que
resulte de la realización de los bienes de otra clase comprendidos Si la ejecución fuere en
moneda extranjera, el tribunal pondrá a disposición del depositario los fondos embargados en
moneda diferente a la adeudada sobre los cuales hubiere recaído el embargo y los provenientes
de la realización de bienes del ejecutado en cantidad suficiente, a fin de que, por intermedio de
un Banco de la plaza, se conviertan en la moneda extranjera que corresponda. Esta diligencia
podrá también ser cometida al secretario.
142. La Escritura Pública. Esta debe otorgarse dentro del plazo de 3 días contados
desde que se verificó el remate, siendo esta una condición que va incluida en las bases de remate.
Esa caución o garantía que se le exigió a los interesados para tomar parte del remate, en el caso
del rematante o adjudicatario debe ser imputada al precio definitivo o al valor de la adjudicación
y el rematante está obligado a pagar el saldo de precio restante conforme a lo que indica el acta
de adjudicación, en que esto debe constar. Si no se consigna el precio del remate, o el subastador
no suscribe la escritura pública, el remate queda sin efecto y se hace efectiva la caución, se
pierde la caución del rematante, porque hay que hacer un nuevo remate. Ese precio, como se
trata de dinero, debe ser consignado en la cuenta corriente del tribunal, en la fecha que indican
las bases de remate y realizados los bienes embargados debe liquidarse el crédito y determinar
las costas, según el art. 510 CPC.
143. La Liquidación. Una vez se consigna el dinero a disposición del tribunal, las
deudas deben actualizarse a fin de determinar el monto efectivo al momento del pago. Por lo
mismo en la demanda ejecutiva se demanda capital, intereses y costas. Estas actualizaciones son
la llamada Liquidación. El Secretario es el funcionario encargado de liquidar intereses y
determinar la tasación de las costas procesales. Esto se realiza mediante la presentación de un
escrito de parte del acreedor. Con posterioridad el juez ordenará al secretario calcular los gastos
del juicio o costas procesales. Esta Liquidación se pone en conocimiento de las partes y se tendrá
por aprobada si no es objetada dentro de tres días. Aprobada esta tasación corresponderá al juez
regular los honorarios o costas personales, dando el monto final actualizado de la obligación a
cumplir por el deudor. Puede ocurrir que el monto de la subasta cubra perfectamente el monto
total de la obligación, así como el caso contrario. Si no es suficiente la adjudicación para
satisfacer la deuda el juicio ejecutivo continuará hasta satisfacer el monto. En caso de que el
valor sea superior al de la deuda liquidada, el exceso es del ejecutado.
Sección VI.
De las Tercerías.
146. Clasificaciones. El art. 518 CPC clasifica las tercerías de acuerdo a la pretensión
que hace valer el tercero en el procedimiento, disponiendo que en el juicio ejecutivo sólo son
admisibles las tercerías cuando el reclamante pretende: a) Dominio de los bienes embargados; b)
Posesión de los bienes embargados; c) Derecho para ser pagado preferentemente; o d) Derecho
para concurrir en el pago a falta de otros bienes. En el primer caso la tercería se llama de
dominio, en el segundo de posesión, en el tercero de prelación y en el cuarto de pago.
153. Fallo de la Tercería. El fallo que resuelve una tercería de dominio reviste el
carácter de sentencia definitiva. Esta puede acoger la tercería, debiendo ordenarse el alzamiento
del embargo y la restitución de los bienes al tercerista. Si la sentencia rechaza la tercería, una vez
ejecutoriada la resolución, el tercero no tiene nada más que hacer en el juicio ejecutivo, porque
significa no reconocerle el derecho.
El fallo que resuelve una tercería de posesión acogiendola, implica un reconocimiento del
hecho, debiendo el tribunal ordenar igualmente, el alzamiento del embargo y la restitución de los
bienes al tercerista. La sentencia o fallo puede acoger o rechazar la tercería de posesión. Si se
acoge significa reconocer el hecho de la posesión y, en consecuencia, el tribunal debe ordenar el
alzamiento del embargo y que los bienes materias de la tercería se restituyan al tercerista, en caso
contrario, si la sentencia rechaza la tercería, una vez ejecutoriada la resolución, el tercerista no
tiene nada más que hacer en juicio ejecutivo y el juicio ejecutivo sigue con sus trámites hasta su
terminación.
En caso que se acoja una tercería de prelación, el juez reconocería la preferencia,
pagándose el tercerista de forma prioritaria con el producto de los bienes embargados. Si se
rechaza, el juez no reconoce la preferencia. Existe de todas formas una Doctrina que sostiene que
de rechazarse la preferencia, la tercería podría transformarse en una tercería de pago.
De acogerse una tercería de pago, sin que haya crédito preferente, el tercerista tiene
derecho a concurrir al pago, junto con el acreedor, ambos se van a pagar en proporción a sus
respectivos créditos. Esto dependerá del monto que resulte de la subasta de los bienes. Hay que
calcular cuánto representa el crédito de cada uno en el total que se va a repartir y así se paga. El
art. 527 CPC dispone que si no teniendo el deudor otros bienes que los embargados, no alcanzan
a cubrirse con ellos los créditos del ejecutante y del tercerista, ni se justifica derecho preferente
para el pago, se distribuirá el producto de los bienes entre ambos acreedores, proporcionalmente
al monto de los créditos ejecutivos que hagan valer. Si en cualquier caso se rechaza la tercería el
juicio ejecutivo sigue adelante con todos sus trámites.
Capítulo IV.
Del Juicio Ejecutivo en las Obligaciones de Hacer
155. Regulación. Está reglamentado en los arts. 530 a 543 CPC y, además, se le aplican
las disposiciones del Párrafo I del Título I del Libro III del Código de Procedimiento Civil, en lo
que no aparezca modificado por estos artículos.
156. Requisitos. Para que pueda demandarse ejecutivamente por obligaciones de hacer
son necesarios los siguientes requisitos, de acuerdo con los arts. 530 y 531 CPC: a) Que exista un
título ejecutivo; b) Que la obligación sea determinada y actualmente exigible. El que la
obligación sea determinada equivale a que la obligación sea líquida para las obligaciones de dar.
c) Que la acción ejecutiva no esté prescrita.
159. La Ejecución de una Obra Material. El procedimiento está señalado en los arts.
533 y 534 CPC y es el mismo del juicio ejecutivo de las obligaciones de dar, pero con las
siguientes particularidades: a) El ejecutante debe pedir en su demanda que se despache
mandamiento de ejecución en contra del deudor para que este dé principio a la ejecución del
trabajo; b) El mandamiento de ejecución contendrá la orden de requerir al deudor para que dé
cumplimiento a la obligación y el señalamiento de un plazo prudente para que dé principio a los
trabajos; c) Requerido el deudor, puede o no oponer excepciones. Si las opone, estas se tramitan
de la misma manera que en el juicio ejecutivo de las obligaciones de dar, pero en este caso,
además de las excepciones del art. 464 CPC, puede oponer la excepción de imposibilidad
absoluta para la ejecución actual de la obra debida, según lo dispone el art. 534 CPC.
Nuestra jurisprudencia ha resuelto que la excepción de imposibilidad absoluta incide sólo
en los juicios ejecutivos y cuando la obligación consiste en la ejecución de una obra material, y
no a las relativas a la suscripción de un documento, puesto que, en tal caso, la imposibilidad no
existe, por cuanto se resuelve en la actividad del juez del litigio, que puede proceder a nombre
del deudor suscribiendo el documento cuando ha sido requerido y transcurre el plazo sin que lo
haga; que el concepto de imposibilidad absoluta a que se refiere el art. 543 CPC dice relación
con la falta de posibilidad para existir o para hacer algo; y que esta imposibilidad debe ser
absoluta y debida a causas no imputables a culpa del deudor, pues en tal caso importaría una
resistencia ilegitima del deudor al cumplimiento de su obligación.
Si no opone excepciones, se omite la sentencia y basta el mandamiento para continuar
adelante con la ejecución. Desechadas las excepciones por sentencia firme o no opuestas ellas
dentro de plazo legal, nace para el demandante el derecho alternativo que señala el art. 1553 CC;
es decir, puede solicitar que se apremie al deudor para la ejecución del hecho debido o que se le
autorice para hacerlos ejecutar por un tercero y a expensas del deudor, según el art. 1553 Nºs 1 y
2 CC.
Si opta por pedir que se apremie al deudor para que ejecute el hecho debido, se le
impondrá a este deudor arresto de hasta 15 días o multa proporcionada y este apremio se repetirá
hasta que el demandado ejecute el hecho según lo señalan los arts. 542 y 543 CPC y 1553 Nº1
CC. Estos apremios sólo podrán decretarse cuando el deudor no haya consignado fondos para la
obra o no se hayan obtenido éstos mediante la realización de bienes del deudor. En este sentido,
se ha resuelto que en juicio ejecutivo por obligación de hacer deben primero agotarse medidas de
apremio del Código Civil para proceder al arresto de deudor. Esos apremios deben cesar si el
deudor paga la multa y cauciona suficientemente la indemnización completa de todo perjuicio al
acreedor.
Si opta por solicitar que se le autorice para ejecutar la obra por un tercero y a expensas
del deudor, tiene lugar lo previsto en los arts. 536 a 541 CPC, y fundamentalmente se procede de
la siguiente manera: i) El ejecutante debe presentar un presupuesto del costo de la ejecución de la
obra; ii) Este presupuesto debe ser puesto en conocimiento del deudor, el que dispone de un
plazo de tres días para objetarlo. Si no lo objeta dentro de este plazo, se tiene por aprobado el
presupuesto; si lo objeta, se procede a avaluar el costo de las obras por medio de peritos,
procediéndose en la forma señalada en los arts. 486 y 487 CPC; y iii) Una vez aprobado o
determinado el valor de los trabajos, el deudor debe consignar a la orden del tribunal el valor
correspondiente dentro de tercero día y, si no lo hace, se procede a embargar y enajenar bienes de
su dominio para costear con ellos el valor de las obras, bajo el procedimiento del juicio ejecutivo
de las obligaciones de dar.
Concluida la obra, el ejecutante debe rendir cuenta al tribunal de la inversión de los
fondos que recibió.
Capítulo V.
Del Juicio Ejecutivo en las Obligaciones de No Hacer
160. Concepto. Se incluyen dentro de esta categoría todas aquellas ejecuciones en las
que el título ejecutivo ordena al deudor abstenerse de hacer algo. Se trata de un hecho cualquiera,
material o jurídico. De esta manera, el juicio ejecutivo tiene lugar en las obligaciones de no hacer
cuando el demandado, infringiendo su obligación, ha realizado el hecho del que debió abstenerse
y de lo que se trata, entonces, es de destruir lo hecho.
De acuerdo con el art. 1555 CC, toda obligación de no hacer se traduce en la de
indemnizar perjuicios si no puede deshacerse lo hecho; si se puede deshacer, el deudor será
obligado a ello siempre que la destrucción sea necesaria. De este modo, frente a una
contravención de una obligación de no hacer, debe distinguirse previamente si lo hecho puede o
no deshacerse; si lo hecho no puede deshacerse, se deben los perjuicios correspondientes y no
procederá el juicio ejecutivo porque la obligación no es líquida y, por lo tanto, habrá que
determinar previamente en un juicio ordinario la especie y monto de los perjuicios.
Si lo hecho se puede deshacer, hay que subdistinguir dos situaciones: a) La destrucción es
necesaria para el objeto que se tuvo en vista al contratar. En este caso, el deudor será obligado a
deshacer lo hecho y esta acción sí que puede ser objeto del juicio ejecutivo. b) La destrucción no
es necesaria: otra vez se deben perjuicios y el juicio ejecutivo no tiene aplicación.
161. Regulación. Se refiere a este juicio el art. 544 CPC, teniendo por mandato del
mismo, aplicación supletoria las reglas anteriores dispuestas en razón del Juicio Ejecutivo de
Obligaciones de Hacer.
162. Requisitos. Para que pueda demandarse ejecutivamente por obligaciones de hacer
son necesarios los siguientes requisitos: a) Es necesario que exista un título ejecutivo; b) La
obligación debe ser actualmente exigible; c) Es necesario que la obligación de no hacer se
convierta en la de destruir la obra hecha, debiendo constar del título ejecutivo que la destrucción
es necesaria para el objeto que se tuvo en vista al contratar y que dicho objeto no puede
obtenerse por otro medio; y d) Que la acción ejecutiva no está prescrita.
162. Tramitación y Procedimiento. En principio, se aplican las mismas reglas del juicio
ejecutivo por obligaciones de hacer, con las siguientes particularidades: a) El acreedor debe pedir
en su demanda que se despache mandamiento de ejecución en contra del deudor para que se
destruya lo hecho, señalándose un plazo para ello; b) El mandamiento de ejecución contendrá la
orden de requerir al deudor para que destruya la obra realizada, señalándole un plazo para ello; y
c) El deudor puede o no oponer excepciones.
Si no opone excepciones, o las opuestas se desechan por sentencia firme, el acreedor
tiene dos alternativas: i) Solicitar que se apremie al deudor para que destruya lo hecho con
multas y arrestos de acuerdo con los arts. 542 y 543 CPC; ii) Pedir que se le autorice para
destruir la obra a expensas del deudor, al igual que las obligaciones de hacer, según los arts. 536
a 541 CPC.
Capítulo VI.
Del Abandono del Procedimiento en el Juicio Ejecutivo
165. Efectos. Los efectos del abandono del procedimiento consisten en la pérdida del
derecho de continuar el procedimiento abandonado o de hacerlo valer en un nuevo juicio. Sin
embargo, como lo expresa la norma del art. 156 CPC, no se entenderán extinguidas las acciones
o excepciones de las partes, subsistiendo con todo su valor los actos y contratos de que resultan
derechos definitivamente constituidos. Su efecto alcanza a lo obrado en el cuaderno ejecutivo y
en el cuaderno de apremio. Se ha estimado que el abandono de la instancia ejecutiva solo afecta a
esta, y no a las diligencias preparatorias que culminaron con el perfeccionamiento del
antecedente que trae aparejado el poder de ejecución; si hay pluralidad de ejecutados,
encontrándose trabada la litis respecto de todos, la declaración de abandono de procedimiento
obtenida por uno de ellos impide continuar el procedimiento ejecutivo respecto de los demás. Se
explica que, atendida la naturaleza del abandono del procedimiento, no puede coexistir en un
mismo juicio una decisión que pone fin a un procedimiento e impide su continuación con otra
que busca seguir adelante con la misma ejecución, pero respecto de los demás ejecutados; y,
declarado el abandono de procedimiento, desaparecen todas las actuaciones producidas, entre
ellas el embargo. El ejecutante tendrá derechos adquiridos sólo cuando se haya consumado la
ejecución en todos sus trámites. Por último, conviene recordar que el incidente de abandono de
procedimiento es típicamente suspensivo del proceso; es decir, el curso del proceso únicamente
se reanuda una vez resuelto el acuse que lo motiva. Ello es así con independencia de la
procedencia o no del abandono alegado.
166. Diligencias Útiles en el Cuaderno de Apremio. Para calificar de útil una gestión
efectuada en cuaderno de apremio es indispensable que persiga el cumplimiento de la obligación.
En este sentido, se ha resuelto que constituyen gestiones útiles solicitar el embargo de bienes
pertenecientes al deudor; la liquidación de crédito, tasación y regulación de costas; la solicitud
del ejecutante de nueva fecha para la realización del remate; pedir que se oficie a la fuerza
pública a fin que auxilie al ministro de fe en el retiro de las especies cuando en una primera
oportunidad se constató que hubo oposición a la observancia de este trámite; las gestiones
encaminadas a determinar la existencia de bienes del deudor en los que hacer efectiva la
ampliación del embargo decretada; la petición de desarchivo de la causa efectuada con la
finalidad de reactivar la ejecución, seguida de la solicitud de fijar el mínimo de la subasta o para
efectos de liquidación del crédito; acompañar copia de inscripción de dominio, certificado de
hipotecas, gravámenes y prohibiciones y solicitar corrección del proceso; y la solicitud de
ejecutante de que se tenga presente inmueble indicado para trabar embargo.