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PRIMERA PARTE: EL JUICIO EJECUTIVO

Capitulo I.
El Proceso de Ejecución

1. Generalidades. La actividad jurisdiccional del Estado no se ocupa únicamente de


declarar derechos, sino que también es necesaria la ejecución de estos para materializarlos. En
base a la propia Constitución Política de la República, las etapas de la jurisdicción son tres: a)
conocer, b) resolver, y c) ejecutar lo juzgado. Esto se extrae del tenor del art. 76 inc. 1 primera
parte CPR, que dispone que “la facultad de conocer de las causas civiles y criminales, de
resolverlas y de hacer ejecutar lo juzgado, pertenece exclusivamente a los tribunales establecidos
por la ley”. Conocer las causas, resolverlas y hacer ejecutar lo juzgado.
Para poder ejecutar una resolución o el ejercicio de cualquier otro derecho será necesario
iniciar un proceso de ejecución y obtener una sentencia ejecutoria condenatoria. Pero para llegar
a esto primero es necesario tramitar un proceso previo. Esto tiene su fundamento en el texto
constitucional, específicamente en el art. 19 Nº3 inc. 6 CPR, que dispone que “toda sentencia de
un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado”.
Este proceso debe cumplir con ser racional y justo.

2. Presupuestos del Proceso de Ejecución. Para llegar a un proceso de ejecución


siempre debe constar el derecho en un título ejecutivo, como puede ser típicamente una sentencia
judicial. Esto es lo que le da certeza al derecho que se hará cumplir. La sentencia debe imponer
una condena de dar, hacer o no hacer, por ejemplo, que en el juicio declarativo de condena, se
declare dueño y se condene al demandado a la restitución. Cuando un proceso declarativo
culmina en una sentencia de condena, debemos acudir al proceso de ejecución para transformarse
en algo concreto.
De todas formas, existen sentencias que pueden hacerse ejecutar sin la necesidad de estar
firmes, llamadas Sentencias que Causan Ejecutoria. Para evitar dicha materialización las partes
deberán solicitar medidas para ese efecto, como puede ser la Orden de no innovar o la Fianza de
resultas en materia de casación.

3. Forma de hacer ejecutar lo juzgado. En virtud de lo señalado por el art. 76 inc. 3


CPR, “Para hacer ejecutar sus resoluciones, y practicar o hacer practicar los actos de instrucción
que determine la ley, los tribunales ordinarios de justicia y los especiales que integran el Poder
Judicial, podrán impartir órdenes directas a la fuerza pública o ejercer los medios de acción
conducentes de que dispusieren”. Esto es el denominado imperio. Por medio de la fuerza pública,
los tribunales del Poder Judicial pueden materializar el cumplimiento efectivo de las
resoluciones. Este cumplimiento en concreto dependerá de cada causa, pero a grandes rasgos, es
posible señalar que este siempre recaerá sobre el patrimonio, y nunca sobre la persona del
condenado, o sea que de no tener bienes, no se puede perseguir. En en caso de que lo debido sea
una especie o cuerpo cierto, el cumplimiento se dará mediante la fuerza pública, y si lo debido es
una suma de dinero, se dará mediante un embargo, comúnmente con remate. Se puede
inmovilizar patrimonio con medidas precautorias.

4. Concepto de Proceso de Ejecución. Este es el conjunto de actuaciones coactivas cuyo


fin es la satisfacción del interés económico del acreedor a costa del patrimonio del deudor, que se
verifica a través de una serie de actuaciones productoras de un cambio físico o material en la
realidad fáctica, con el fin de acomodarla al deber ser declarado por la sentencia. Resulta así que
entre el proceso de declaración y el proceso de ejecución existe una unión lógica, esto es,
cuando surge una controversia entre particulares, primero procede determinar quién y en qué
medida es amparado por el derecho y, sólo cuando esta cuestión ha quedado definitivamente
decidida, habiendo cosa juzgada, ha de plantearse una eventual actuación práctica.

5. Características del Proceso de Ejecución. Existe una serie de nociones elementales a


este tipo de proceso que lo diferencian del proceso declarativo. Estas son las siguientes:
a) La idea de transformación material de la realidad;
b) La utilización por el tribunal de su potestad coactiva y coercitiva aplicada a la realidad
material a fin de transformarla;
c) La idea de sustitución por el tribunal de la voluntad del sujeto pasivo, que autoriza a la
jurisdicción para hacer válidamente lo que habría de hacer el sujeto pasivo, si quisiera hacerlo
voluntariamente; y
d) La intromisión en el patrimonio del sujeto pasivo, ya que el ordenamiento no prevé
actuaciones sobre la persona del responsable, sino sólo sobre su patrimonio.

6. Relación entre el Proceso Declarativo y de Ejecución. La regla general y la sucesión


lógica de la aplicación de la potestad jurisdiccional de los tribunales de justicia es que luego de
un proceso declarativo en que se deja constancia de la certeza de un derecho en una sentencia
firme, el siguiente paso es su materialización mediante el juicio ejecutivo. Pero esto no
necesariamente debe ser así. Pueden darse dos casos: a) Proceso Declarativo con Ejecución
posterior, b) Proceso Declarativo sin Ejecución Posterior, y c) una ejecución sin previo proceso
declarativo.

7. Proceso Declarativo sin Ejecución posterior. Esto ocurre bajo los supuestos en los
que, existiendo una sentencia, no se precisa actividad posterior. Por ejemplo, la sentencia que
desestima la pretensión, las sentencias estimatorias de pretensiones declarativas puras y
constitutivas, o el caso de la ejecución impropia, entendiendose esta como la realización de
determinadas actividades que las sentencias declarativas puras y las constitutivas pueden exigir
al objeto de reforzar su efectividad práctica, siendo normalmente de carácter registral con la
finalidad de dar publicidad a la declaración o al cambio jurídico producido con miras a su
eficacia erga omnes.
8. Proceso de Ejecución sin previo Proceso Declarativo. Esto ocurre en los supuestos
en que existe proceso de ejecución, sin que venga precedido de declaración y es posible ya que el
legislador reconoce a actos jurídicos distintos de los jurisdiccionales una seguridad y certeza
suficientes para tener acceso a la ejecución. Quien dispone de uno de estos documentos, a los que
la ley les confiera fuerza ejecutiva, puede acudir al proceso de ejecución sin necesidad de una
declaración previa del derecho. Si el ordenamiento quiere proteger ciertas posiciones jurídicas,
por ejemplo, de quienes conceden crédito, en cuanto esta función posibilita el desarrollo de la
actividad económica, puede permitirle el acceso directo a la ejecución, con base en una certeza
suficiente de la existencia del derecho, aunque distinta de la que deriva de una sentencia judicial,
como podría serlo una escritura pública. Esto se traduce en que dichos instrumentos, distintos de
la sentencia judicial, tienen mérito ejecutivo, constituyendo así un título ejecutivo.

9. Evolución de la regulación del Juicio Ejecutivo. En el comienzo, el título ejecutivo


por antonomasia fue la sentencia judicial firme. Con posterioridad, cuando se comenzó a
reconocer a ciertos documentos fuerza ejecutiva, como si se tratara de sentencias con autoridad
de cosa juzgada, se siguió dentro de un sistema único de ejecución. Con la reforma de la Ley
7.760 de 1944, ese esquema se quebró y aparecieron dos procesos de ejecución: a) uno relativo a
los títulos judiciales, y b) otro atinente a los títulos no judiciales. El CPC no presenta una
regulación unitaria del proceso de ejecución, ya que regula, por una parte, el proceso de
ejecución de títulos jurisdiccionales en el Título XIX del Libro I, bajo el rótulo “De la ejecución
de las resoluciones” (arts. 231 CPC y ss.) y, en el Libro III, la ejecución de títulos extrajudiciales,
bajo la denominación de Juicio ejecutivo.

10. La Acción Ejecutiva. Corresponde al derecho a obtener del tribunal que se haga
efectivo en el patrimonio del ejecutado el deber de prestación contenido en el título ejecutivo.
Para iniciar la ejecución basta con la demanda o solicitud ejecutiva, que cumplan con los
presupuestos generales y con la aportación del título ejecutivo. La jurisdicción no se ofrece de
oficio, es necesario ejercer una acción y esto se logra mediante la interposición de una demanda.

11. El Título Ejecutivo. Consiste en el documento a que la ley confiere la eficacia


suficiente para obtener el inicio de la ejecución. • Se da valor a documentos • Se suelen celebrar
mutuos mediante pagaré y no sobre contrato, porque si no tendría que demandar de
cumplimiento de contrato para obtener condena, es mucho más fácil por vía ejecutiva teniendo
pagaré. Existía un solo proceso de ejecución llamado juicio ejecutivo Libro III art. 434 y ss. con
los títulos ejecutivos que conocemos (solo sentencias firmes, no las que causan ejecutoria). Ley
760 del año1944, incorpora título nuevo con un 2° proceso de ejecución Libro I 231 y ss.
“Ejecución de las resoluciones judiciales” en que el único título ejecutivo es la sentencia (firmes
o que causan ejecutoria, que pese a que no estén firmes pueden ejecutarse), separándose ambos
procesos ejecutivos rompiendo la teoría del título ejecutivo.
Capítulo II.
El Cumplimiento de Sentencias

12. Cosa Juzgada y Ejecuciones de Títulos Judiciales. Las resoluciones judiciales una
vez firmes producen el efecto de Cosa Juzgada, en consecuencia de lo cual podrá solicitarse el
cumplimiento de dicha resolución en forma coercitiva. El art. 175 CPC dispone que las
sentencias definitivas o interlocutorias firmes producen la acción o la excepción de cosa juzgada
De acuerdo al art. 174 CPC,se entenderá firme o ejecutoriada una resolución desde que se haya
notificado a las partes, si no procede recurso alguno en contra de ella; y, en caso contrario, desde
que se notifique el decreto que la mande cumplir, una vez que terminen los recursos deducidos, o
desde que transcurran todos los plazos que la ley concede para la interposición de dichos
recursos, sin que se hayan hecho valer por las partes. En este último caso, tratándose de
sentencias definitivas, certificará el hecho el secretario del tribunal a continuación del fallo, el
cual se considerará firme desde este momento, sin más trámites. Al quedar firme una sentencia y
producir este efecto, por mandato del art. 176 CPC, corresponde la acción de cosa juzgada a
aquel a cuyo favor se ha declarado un derecho en el juicio, para el cumplimiento de lo resuelto o
para la ejecución del fallo en la forma prevenida por el Título XIX de este Libro.
El procedimiento referido encuentra su regulación en los arts. 231 a 251 CPC. Estas
disposiciones legales distinguen según se trate del cumplimiento o ejecución de resoluciones
pronunciadas por tribunales chilenos o por tribunales extranjeros. En cuanto a aquellas que
emanan de órganos nacionales, el art. 231 CPC dispone que la ejecución de las resoluciones
corresponde a los tribunales que las hayan pronunciado en primera o en única instancia. Se
procederá a ella una vez que las resoluciones queden ejecutoriadas o causen ejecutoria en
conformidad a la ley. No obstante, los tribunales que conozcan de los recursos de apelación,
casación o revisión, ejecutarán los fallos que dicten para la substanciación de dichos recursos.
Podrán también decretar el pago de las costas adeudadas a los funcionarios que hayan
intervenido en ellos, reservando el de las demás costas para que sea decretado por el tribunal de
primera instancia. La misma regla se encuentra consagrada como principio general de la
competencia en el art. 113 COT. Las resoluciones que pueden cumplirse mediante este
procedimiento son las Sentencias Definitivas e Interlocutorias firmes de condena, que
constituyen el título ejecutivo por excelencia.

13. La Ejecución Provisional. Consiste en la ejecución de una sentencia que no se


encuentra firme. Como la firmeza no es sinónimo de ejecutabilidad, el ordenamiento puede
atribuir la condición del título ejecutivo a sentencias pendientes de algún recurso, que se
denominan sentencias que causan ejecutoria y que dan origen a la llamada ejecución provisional.
Estas sentencias que causan ejecutoria en el proceso civil serán normalmente las resoluciones
pendientes de un recurso de apelación concedido en el sólo efecto devolutivo y las pendientes de
casación.
14. Tribunal Competente. La regla general contenida en el art. 113 inc. 1 COT dispone
que la ejecución de las resoluciones judiciales corresponde a los tribunales que las hayan
pronunciado en primera o en única instancia. Sin perjuicio de esto, existen excepciones a este
principio, como a) el art. 231 inc. 2 CPC; y b) el art. 232 CPC. El primero de estos señala que no
obstante, los tribunales que conozcan de los recursos de apelación, casación o revisión,
ejecutarán los fallos que dicten para la substanciación de dichos recursos. Podrán también
decretar el pago de las costas adeudadas a los funcionarios que hayan intervenido en ellos,
reservando el de las demás costas para que sea decretado por el tribunal de primera instancia.
Esta regla se encuentra contenida además en el art. 113 incs. 3 y 4 COT. En cuanto a la segunda
excepción, el art. 232 CPC dispone que siempre que la ejecución de una sentencia definitiva
haga necesaria la iniciación de un nuevo juicio, podrá éste deducirse ante el tribunal que
menciona el art. 231 inc. 1 CPC, o ante el que sea competente en conformidad a los principios
generales establecidos por la ley, a elección de la parte que haya obtenido en el pleito. Esta regla
se encuentra además en el art. 114 COT.

15. Presupuestos del Procedimiento de los arts. 231 y sgtes CPC. Los presupuestos
para que se lleve a cabo la ejecución de un título judicial mediante este procedimiento son los
siguientes:
a) Que se trate de cumplir una sentencia ante el mismo tribunal que la pronunció;
b) Que la sentencia imponga una prestación;
c) Que el cumplimiento se solicite dentro del año contado desde que la ejecución se hizo
exigible. La ejecución se hace exigible desde que la sentencia está ejecutoriada o desde que
cause ejecutoria. En el caso de aquellas sentencias que ordenan prestaciones periódicas el plazo
se cuenta desde que se haga exigible cada prestación o la última de las que se cobren; y
d) Que la ley no contemple una forma especial diversa de cumplimiento.

16. Tramitación del Procedimiento. La tramitación consta de las siguientes diligencias:


a) Solicitud escrita al Tribunal; b) Resolución del Tribunal; y c) Notificación por Cédula.
a) La Solicitud escrita al Tribunal dispondrá “Cumplimiento con citación”; Pide a usía
que se cumpla la sentencia;
b) El Tribunal proveerá, previo examen de los antecedentes y constatando la procedencia
de esta forma de ejecución, señalando: “Como se pide, con citación”. Esto implica que se
considere ha lugar, pero la parte contraria constará de un plazo de 3 días en que puede oponerse,
en cuyo caso se genera un incidente. Las posibilidades de defensa solo pueden ser con
antecedentes posteriores al juicio en que la sentencia quedó firme, porque lo anterior se ve
amparado de la cosa juzgada. Este procedimiento de cumplimiento de sentencias definitivas e
interlocutorias es denominado procedimiento incidental de cumplimiento de las sentencias
porque se pide con Citación, o sea, se confiere traslado a la parte contraria para que se oponga, si
se opone se genera un incidente; si no se opone se continúa con el procedimiento, y en realidad
se trata de un procedimiento ejecutivo especial.
c) Se debe notificar por cédula, en virtud al mandato legal, al apoderado de la parte y se
deberá enviar carta certificada tanto al apoderado como a la parte. Dentro de los 3 días
posteriores a la notificación pueden ocurrir las siguientes actitudes del afectado:
i) Que el afectado con la sentencia deduzca oposición, en cuyo caso esta puede ser
formulada tanto por la parte como por un tercero contra quien se pida el cumplimiento; o
ii) Que no deduzca oposición.

17. La oposición de la parte vencida. La parte vencida puede oponerse al cumplimiento


del fallo, sin embargo, la procedencia de su oposición está subordinada al cumplimiento de los
siguientes requisitos:
a) Que formule la oposición dentro del plazo de la citación;
b) Que funde su oposición en alguna de las excepciones específicamente señaladas por el
legislador; y
c) Que sus excepciones se funden en hechos acaecidos con posterioridad a la sentencia de
cuyo cumplimiento se trata.
En cuanto a las excepciones que puede deducir la parte ejecutada, estas están
comprendidas en los arts. 234 CPC, 464 N°15 y 534 CPC. El art. 234 inc. 1 CPC dispone que en
el caso señalado, la parte vencida sólo podrá oponerse alegando algunas de las siguientes
excepciones: a) Pago de la Deuda; b) Remisión de la misma; c) Concesión de esperas o prórrogas
del plazo; d) Novación; e) Compensación; f) Transacción; g) La de haber Perdido su Carácter de
Ejecutoria, sea absolutamente o con relación a lo dispuesto en el artículo anterior, la sentencia
que se trate de cumplir; h) La Pérdida de la Cosa Debida; y i) La de Imposibilidad Absoluta para
la Ejecución actual de la Obra Debida, siempre que ellas, salvo las dos últimas, se funden en
antecedentes escritos, pero todas en hechos acaecidos con posterioridad a la sentencia de cuyo
cumplimiento se trata. También podrá alegarse la Falta de Oportunidad en la Ejecución. Esta
excepción y las de los arts. 464 N°15 y 534 CPC necesitarán, además, para ser admitidas a
tramitación, que aparezcan revestidas de fundamento plausible. La oposición sólo podrá
deducirse dentro de la citación a que se refiere el artículo precedente.
El tercero en contra de quien se pida el cumplimiento del fallo podrá deducir, además, la
excepción de no empecerle la sentencia y deberá formular su oposición dentro del plazo de diez
días. El art. 464 Nº15 CPC señala que la oposición del ejecutado sólo será admisible cuando se
funde en alguna de las excepciones siguientes: Nº15: La pérdida de la cosa debida, en
conformidad a lo dispuesto en el Título XIX, Libro IV del Código Civil; El art. 534 CPC señala
que a más de las excepciones expresadas en el artículo 464, que sean aplicables al procedimiento
de que trata este Título, podrá oponer el deudor la de imposibilidad absoluta para la ejecución
actual de la obra debida al del art. 464 Nº15 CPC y la del art. 534 CPC pueden o no fundarse en
antecedentes escritos.
18. Que la oposición la formule un tercero contra quien se pida el cumplimiento.
Efecto reflejo de la cosa juzgada, cuando se relacionan con el demandado. Si la ejecución se pide
contra un tercero, éste puede formular las mismas excepciones y, además, la de no empecerle la
sentencia. Tiene un plazo de 10 días para deducirlas • debe ser notificado en forma personal.

19. Tramitación de la oposición. El art. 234 incs. 3 y 4 CPC dispone que la oposición se
tramitará en forma incidental, pero si las excepciones no reúnen los requisitos exigidos por el
inc. 1 se rechazará de plano. Lo dispuesto en este artículo es sin perjuicio de lo prevenido en el
art. 80 CPC. De esta forma, este procedimiento se tramita incidentalmente. Tramitado el
incidente, el tribunal debe resolver sobre las excepciones opuestas, acogiéndolas o denegándolas.
Si no se deduce oposición o siendo ésta desestimada, el art. 235 CPC da ciertas reglas para
determinar cómo se cumple la sentencia. Si no ha habido oposición al cumplimiento de la
sentencia solicitado conforme al art. 233 CPC o ella ha sido desestimada por sentencia de
primera o segunda instancia, se procederá a cumplirla, siempre que la ley no haya dispuesto otra
forma especial, de acuerdo con las reglas siguientes:
a) Si la sentencia ordena entregar una especie o cuerpo cierto, sea mueble o inmueble, se
llevará a afecto la entrega, haciéndose uso de la fuerza pública si es necesario;
b) Si la especie o cuerpo cierto mueble no es habido, se procederá a tasarlo con arreglo al
Título XII del Libro IV y se observarán en seguida las reglas del número siguiente;
c) Si la sentencia manda pagar una suma de dinero se ordenará, sin más trámite, hacer
pago al acreedor con los fondos retenidos, hecha la liquidación del crédito y de las costas
causadas o se dispondrá previamente la realización de los bienes que estén garantizando el
resultado de la acción de conformidad al Título V del Libro II. Si no hay bienes que aseguren el
resultado de la acción se procederá a embargar y a enajenar bienes suficientes de la parte vencida
de acuerdo con las reglas del procedimiento de apremio, sin necesidad de requerimiento y deberá
notificarse por cédula el embargo mismo y la resolución que lo ordena;
d) Si la sentencia obliga a pagar una cantidad de un género determinado, se procederá de
conformidad a las reglas del número anterior; pero si es necesario, se practicará previamente su
avaluación por un perito con arreglo al Título XII del Libro IV;
e) Si la sentencia ordena la ejecución o destrucción de una obra material, la subscripción
de un instrumento o la constitución de un derecho real o de una obligación, se procederá de
acuerdo con el procedimiento de apremio en las obligaciones de hacer; pero se aplicará lo
prescrito en la letra c) cuando sea necesario embargar y realizar bienes; y
f) Si la sentencia ha condenado a la devolución de frutos o a la indemnización de
perjuicios y, de conformidad a lo establecido en el art. 173 inc. 2 CPC, se ha reservado al
demandante el derecho de discutir esta cuestión en la ejecución del fallo, el actor deberá formular
la demanda respectiva en el mismo escrito en que pida el cumplimiento del fallo. Esta demanda
se tramitará como incidente y, de existir oposición al cumplimiento del fallo, ambos incidentes se
sustanciarán conjuntamente y se resolverán en una misma y única sentencia. En todo lo que no
esté previsto en este artículo se aplicarán las reglas que se establecen en el juicio ejecutivo para
el embargo y el procedimiento de apremio; pero la sentencia se cumplirá hasta hacer entero pago
a la parte vencedora sin necesidad de fianza de resultas, salvo lo dispuesto en el art. 774 CPC y
en otras disposiciones especiales.

20. Cumplimiento de Sentencias a través del Juicio Ejecutivo. El art. 237 CPC señala
que las sentencias que ordenen prestaciones de dar, hacer o no hacer, y cuyo cumplimiento se
solicite después de vencido el plazo de un año, concedido en el art. 233 CPC, se sujetarán a los
trámites del juicio ejecutivo. Se aplicará también este procedimiento cuando se solicite el
cumplimiento del fallo ante otro tribunal distinto del indicado en el art. 233 CPC. En los juicios a
que dé lugar la ejecución de las resoluciones a que se refiere este artículo, no se admitirá ninguna
excepción que haya podido oponerse en el juicio anterior. Se aplica a dos situaciones:
a) Cuando se trata de cumplir una sentencia que ordena prestaciones de dar, hacer o no
hacer cuya ejecución se solicita después de vencido el plazo de un año contado desde que la
ejecución se hizo exigible.
b) Cuando se trata de cumplir una sentencia que ordena prestaciones de dar, hacer o no
hacer y su cumplimiento se solicite ante un tribunal distinto del que la pronunció. • En estos
casos el cumplimiento se sujetará a los trámites del juicio ejecutivo, aunque en este proceso no se
admitirá ninguna excepción que haya podido oponerse en el juicio anterior.

21. Cumplimiento de Sentencias sometidas a Reglas Especiales. En estos casos habrá


que estarse a la regla que la ley prescriba para cada caso especial y no podrá aplicarse el llamado
cumplimiento incidental puesto que faltaría un requisito, esto es, precisamente que la ley no
señale algún procedimiento distinto de este para hacer ejecutar lo juzgado.

22. Cumplimiento de Sentencias de Juicios de mínima cuantía. Está regulado en el art.


737 CPC, que señala que regirán también en el juicio de mínima cuantía las disposiciones del
Título XIX del Libro I; pero las peticiones de las partes, las notificaciones y el procedimiento de
apremio deberán ajustarse a las reglas de este Título. La oposición del demandado cuando sea
procedente en conformidad al art. 234 CPC, se proveerá citando a las partes a una audiencia
próxima para que concurran a ella con todos sus medios de prueba.

23. Cumplimiento de Sentencias de Juicios de desahucio y aquellos especiales


derivados del contrato de arriendo. El art. 595 CPC señala que si, ratificado el desahucio, llega
el día señalado para la restitución sin que el arrendatario haya desalojado la finca arrendada, éste
será lanzado de ella a su costa, previa orden del tribunal notificada en la forma establecida por el
artículo 48.

24. Cumplimiento de Sentencias de Juicios de hacienda. El art. 752 CPC dispone que
toda sentencia que condene al Fisco a cualquiera prestación deberá cumplirse dentro de los
sesenta días siguientes a la fecha de recepción del oficio a que se refiere el inciso segundo,
mediante decreto expedido a través del Ministerio respectivo. 9 Ejecutoriada la sentencia, el
tribunal remitirá oficio al ministerio que corresponda, adjuntando fotocopia o copia autorizada de
la sentencia de primera y de segunda instancia, con certificado de estar ejecutoriada. Se
certificará en el proceso el hecho de haberse remitido el oficio y se agregará al expediente
fotocopia o copia autorizada del mismo. La fecha de recepción de éste se acreditará mediante
certificado de ministro de fe que lo hubiese entregado en la Oficina de Partes del Ministerio o, si
hubiese sido enviado por carta certificada, transcurridos tres días desde su recepción por el
correo. En caso de que la sentencia condene al Fisco a prestaciones de carácter pecuniario, el
decreto de pago deberá disponer que la Tesorería incluya en el pago el reajuste e intereses que
haya determinado la sentencia y que se devenguen hasta la fecha de pago efectivo. En aquellos
casos en que la sentencia no hubiese dispuesto el pago de reajuste y siempre que la cantidad
ordenada pagar no se solucione dentro de los sesenta días establecidos en el inciso primero, dicha
cantidad se reajustará en conformidad con la variación que haya experimentado el Índice de
Precios al Consumidor entre el mes anterior a aquel en que quedó ejecutoriada la sentencia y el
mes anterior al del pago efectivo.

25. Cumplimiento de Sentencias de Sentencias dictadas en juicios arbitrales. El art.


635 CPC manda que para la ejecución de la sentencia definitiva se podrá ocurrir al árbitro que la
dictó, si no está vencido el plazo por que fue nombrado, o al tribunal ordinario correspondiente, a
elección del que pida su cumplimiento. Tratándose de otra clase de resoluciones, corresponde al
árbitro ordenar su ejecución. Sin embargo, cuando el cumplimiento de la resolución arbitral exija
procedimientos de apremio o el empleo de otras medidas compulsivas, o cuando haya de afectar
a terceros que no sean parte en el compromiso, deberá ocurrirse a la justicia ordinaria para la
ejecución de lo resuelto. El art. 643 CPC señala al respecto que la ejecución de la sentencia de
los arbitradores se sujetará a lo dispuesto en el art. 635 CPC.

26. Procedimiento señalado por el Juez. Cuando se trate de resoluciones no


comprendidas anteriormente, corresponderá al juez de la causa dictar las medidas conducentes a
dicho cumplimiento, pudiendo imponer multas que no excedan de 1 UTM o arresto hasta de dos
meses, determinados prudencialmente por el tribunal y sin perjuicio de repetir el apremio.

27. Medidas de seguridad en sentencias que ordenan el pago de prestaciones


periódicas. Están reguladas en el art. 236 CPC, que manda que si la sentencia ordena el pago de
prestaciones periódicas y el deudor retarda el pago de dos o más, podrá el juez compelerlo a
prestar seguridades para el pago, tal como la de convertir las prestaciones en los intereses de un
capital que se consigna al efecto, en un banco, Caja de Ahorros y otros establecimientos
análogos. Este capital se restituirá al deudor tan pronto como cese la obligación. Esta petición se
tramitará en forma incidental.
28. Reclamaciones del obligado a restituir una cosa raíz o mueble. Respecto a esta
materia, el art. 239 CPC dispone que las reclamaciones que el obligado a restituir una cosa raíz o
mueble tenga derecho a deducir en razón de prestaciones a que esté obligado el vencedor y que
no haya hecho valer en el juicio en que se dictó la sentencia que se trata de cumplir, se tramitarán
en forma incidental con audiencia de las partes, sin entorpecer el cumplimiento de la sentencia,
salvo las excepciones legales.

29. Quebrantamiento de Sentencias. Cumplida una sentencia judicial, todo aquello que
se realice en contravención a ella, da origen a dos efectos:
a) Facultad del tribunal para decretar las medidas tendientes a dejar sin efecto todo lo que
se hizo en contravención a lo ejecutado;
b) Una consecuencia de carácter penal destinada a hacer responsable al que quebrante lo
ordenado a cumplir, sancionándolo con la pena del desacato: reclusión menor en su grado medio
a máximo. El art. 240 CPC es una norma de naturaleza penal, que dispone que cumplida una
resolución, el tribunal tendrá facultad para decretar las medidas tendientes a dejar sin efecto todo
lo que se haga en contravención a lo ejecutado. El que quebrante lo ordenado cumplir será
sancionado con reclusión menor en su grado medio a máximo.

30. Norma Residual relativa al cumplimiento de resoluciones pronunciadas en el


extranjero en caso de que no haya Tratado. Por razones de conveniencia, de utilidad y de
cooperación entre los distintos Estados, se permite que una sentencia pronunciada por un tribunal
extranjero pueda ser cumplida en otro país. Este cumplimiento se solicita a la Corte Suprema y,
para estos efectos, la sentencia que se trata de cumplir debe presentarse ante este tribunal en
copia legalizada. El texto del art. 345 CPC dispone que los instrumentos públicos otorgados
fuera de Chile deberán presentarse debidamente legalizados, y se entenderá que lo están cuando
en ellos conste el carácter público y la verdad de las firmas de las personas que los han
autorizado, atestiguadas ambas circunstancias por los funcionarios que, según las leyes o la
práctica de cada país, deban acreditarlas. La autenticidad de las firmas y el carácter de estos
funcionarios se comprobará en Chile por alguno de los medios siguientes:
a) El atestado de un agente diplomático o consular chileno, acreditado en el país de donde
el instrumento procede, y cuya firma se compruebe con el respectivo certificado del Ministerio
de Relaciones Exteriores;
b) El atestado de un agente diplomático o consular de una nación amiga acreditado en el
mismo país, a falta de funcionario chileno, certificándose en este caso la firma por conducto del
Ministerio de Relaciones Exteriores del país a que pertenezca el agente o del ministro
Diplomático de dicho país en Chile, y además por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la
República en ambos casos; y
c) El atestado del agente diplomático acreditado en Chile por el Gobierno del país en
donde se otorgó el instrumento, certificándose su firma por el Ministerio de Relaciones
Exteriores de la República.
31. Requisitos del Exequátur. Si existen tratados con el país del cual proviene la
resolución referidos a los efectos extraterritoriales de los fallos judiciales. El art. 242 CPC
dispone que las resoluciones pronunciadas en país extranjero tendrán en Chile la fuerza que les
concedan los tratados respectivos; y para su ejecución se seguirán los procedimientos que
establezca la ley chilena, en cuanto no aparezcan modificados por dichos tratados.
En defecto de esta regla, se les dará a estos fallos la misma fuerza que en ella se de a
fallos pronunciados en Chile y si la resolución procede de un país en que no se da cumplimiento
a los fallos de los tribunales chilenos, no tendrá fuerza en Chile. El Principio de reciprocidad se
consagra en el art. 244 CPC, que señala que si la resolución procede de un país en que no se da
cumplimiento a los fallos de los tribunales chilenos, no tendrá fuerza en Chile.
La regla conocida como de regularidad internacional rige en los casos en que no pueda
aplicarse ninguno de los tres artículos precedentes, o sea, cuando no existan tratados sobre la
materia ni precedentes que permitan aplicar el principio de la reciprocidad. En tal caso la
resolución del tribunal extranjero tendrá en Chile la misma fuerza que si se hubieran dictado por
tribunales chilenos siempre que se cumplan las siguientes circunstancias:
a) Que no contengan nada contrario a las leyes de la República, con exclusión de las
leyes de procedimiento;
b) Que no se opongan a la jurisdicción nacional;
c) Que la parte contra quien se pide el cumplimiento haya sido debidamente emplazada;
d) Que se encuentre ejecutoriada de acuerdo con las leyes del país en que se pronunció,
excluye las que causan ejecutoria.

32. Tramitación del Exequátur en materia Contenciosa. Presentada la solicitud


(legalizada y traducida), se confiere traslado a la parte contra quien se pide la ejecución, por un
término igual al de emplazamiento para contestar demandas. El art. 248 inc. 1 CPC dispone que
en los casos de jurisdicción contenciosa, se dará conocimiento de la solicitud a la parte contra
quien se pide la ejecución, la cual tendrá para exponer lo que estime conveniente un término
igual al de emplazamiento para contestar demandas. Con la contestación de la parte o en su
rebeldía, el presidente del tribunal ordenará que pasen los antecedentes a la Fiscalía Judicial de la
Corte Suprema para que exprese su opinión: “Vista al fiscal”. Oído el Fiscal, el tribunal proveerá
en relación. Si el tribunal lo estima necesario puede abrir un término de prueba antes de resolver,
en la forma y por el tiempo establecido para los incidentes. El art. 250 CPC si el tribunal lo
estima necesario, podrá abrir un término de prueba antes de resolver, en la forma y por el tiempo
que este Código establece para los incidentes

33. Tramitación del Exequátur en materia voluntaria. El tribunal resuelve sólo con la
audiencia de la Fiscalía Judicial, pudiendo abrirse un término de prueba.
34. Tramitación del Exequátur en materia de resoluciones arbitrales. Estas reglas se
aplican también a las resoluciones expedidas por los jueces árbitros. El art. 246 CPC señala que
las reglas de los artículos precedentes son aplicables a las resoluciones expedidas por jueces
árbitros. En este caso se hará constar su autenticidad y eficacia por el visto-bueno u otro signo de
aprobación emanado de un tribunal superior ordinario del país donde se haya dictado el fallo. La
autenticidad y eficacia del fallo se hará constar por el visto bueno u otro signo de aprobación
emanado del tribunal superior ordinario del país donde se haya dictado. Si se concede el
Exequátur se pedirá su ejecución al tribunal a quién hubiere correspondido conocer del negocio
en primera o única instancia, si se hubiera promovido en Chile

Capítulo III.
Del Juicio Ejecutivo de las Obligaciones de Dar

Sección I.
Aspectos Generales

35. Concepto. El Juicio Ejecutivo es un procedimiento civil especialmente reglamentado


que se utiliza en los casos en que un sujeto, llamado acreedor, formula una pretensión en contra
de otro sujeto, llamado deudor, y que tiene por finalidad obtener el cumplimiento forzado de una
obligación que consta en un documento que se denomina título ejecutivo. La primera distinción
entre procedimiento ejecutivo y declarativo es que la finalidad que persigue el demandante es
totalmente distinta, en el procedimiento declarativo la finalidad es la declaración de un derecho
por parte del juez. En este procedimiento es posible utilizar válidamente medios de apremio.

36. Regulación. Esta materia está regulada en el Libro III del Código de Procedimiento
Civil, en los arts. 434 y sgts. En aquellas materias que no se encuentren contempladas en dichas
normas, se debe aplicar supletoriamente los Libros I y II del mismo cuerpo legal. Este juicio se
tramita a lo menos en dos cuadernos simultáneos, algunos llaman el cuaderno ejecutivo o
principal y el otro cuaderno de apremio. Cualquier juicio ejecutivo tiene como característica la
posibilidad que el juez pueda ocupar la fuerza o de disponer de medidas de apremio, el cuaderno
de apremio es separado con diligencias propias que no se pueden confundir, en el cuadro
principal se puede discutir lo sustantivo, ahora puede ocurrir que el demandado no se defienda.

37. Características del Juicio Ejecutivo. Este procedimiento tiene una serie de
características principales que se procederán a enunciar:
a) Es un procedimiento extraordinario según lo que dice el art. 2 CPC, ya que se rige por
las disposiciones especiales para determinados casos. Tiene una estructura distinta porque está
reglamentado en libro tercero y la estructura procedimental del juicio es diferente;
b) Es un procedimiento que permite al tribunal el uso de determinadas medidas de
apremio frente a un situación de negativa o resistencia del ejecutado o demandado, a cumplir
voluntariamente de la obligación contenida en el título ejecutivo;
c) Puede ser de aplicación general o especial, dependiendo de la naturaleza de la
obligación cuyo cumplimiento se trata. De esta manera existe un procedimiento ejecutivo general
que se utiliza para obtener el cumplimiento forzado de cualquier obligación y otro procedimiento
ejecutivo especial para obtener el cumplimineto de determinadas obligacio ejemplo el
procedimiento ejecutivo que establece la ley de bancos;
d) Es un procedimiento que parte de la base de proteger derechos del acreedor, por qué no
podría ser de otra manera, pero no es ningún privilegio para el acreedor, si no que es porque el
tiene el título ejecutivo Lo dicho es sin perjuicio que el deudor pueda defenderse oponiendo
excepciones, en ese caso hay que tramitarlas y fallarlas para ver si la ejecución puede o no
continuar, cambia si se defiende el demandado, si el demandado no opone excepciones se queda
con el anterior mandamiento.

38. Clasificaciones de los procedimientos ejecutivos. Existe un amplio número de


procedimientos compulsivos de carácter ejecutivo, y estos admiten una serie de clasificaciones
que la doctrina ha construido según diversos criterios. Algunas son las siguientes:
a) Según la Naturaleza de la obligación cuyo cumplimiento exige: el procedimiento
ejecutivo puede ser respecto de obligaciones de dar, hacer o no hacer. El más relevante es el de
dar porque es la regla en materia de obligaciones (y comprende las obligaciones de dinero)
b) Según la Cuantía de la obligación de cuyo cumplimiento se exige: existe el juicio
ejecutivo de mayor cuantía que se utiliza cuando la obligación excede de 10 UTM, juicio
ejecutivo en menor cuantía se aplica en obligaciones de hasta 10 UTM. Por aplicación de loS
ART 703 y 729 (el elemento cuantía no es un factor de competencia solo se ocupa para
determinar el procedimiento)
c) Según la Normativa Aplicable: exige el juicio ejecutivo general o común que se ocupa
para cualquier obligación que no tenga señalado procedimiento especial por la ley, y por otro
lado, procedimiento ejecutivos especiales que son aquellos de ciertas y determinadas
obligaciones que la ley establece.

39. Tribunal Competente. En cuanto a la competencia para conocer el juicio ejecutivo:


se aplican reglas generales del COT, pero en caso de existir gestión preparatoria, previa a la
demanda, de la vía ejecutiva y se obtiene una sentencia favorable, ese mismo tribunal que falló la
gestión preparatoria es quien conoce la demanda posterior. Importante tener en cuenta que no se
inicia el juicio ejecutivo con las gestiones preliminares, se inicia con la demanda.

40. Requisitos para iniciar un procedimiento ejecutivo. La ley establece requisitos o


exigencias para hacer valer una acción ejecutiva, estas son exigencias copulativas que deben
acreditarse y cumplirse al momento en que se presenta la demanda ejecutiva, y que además el
juez debe revisar de oficio. Estos requisitos deben aparecer en el título y el juez está obligado a
revisarlo, y con ese mérito el juez despacha la ejecución. El art. 441 CPC señala que “el tribunal
examinará el título y despachará o denegará la ejecución”.
a) La obligación cuyo cumplimiento se pretende conste en un título ejecutivo, sin eso no
hay ejecución;
b) La obligación incumplida debe ser actualmente exigible;
c) La obligación debe ser líquida y consistir en una prestación de Dar; y
d) La obligación no debe estar prescrita.

Es posible que el acreedor no tenga un título ejecutivo perfecto, que es aquel que cumple
con todos los requisitos, en cuyo caso no puede iniciar un juicio ejecutivo y necesita realizar
ciertas gestiones judiciales para complementar o crear un título ejecutivo, que hasta ahí no tiene.

Sección II.
La Obligación debe Constar en un Título Ejecutivo

41. Concepto de Título Ejecutivo. En el código no hay definición de título ejecutivo,


pero sí una enumeración en el art. 434 CPC. En virtud del Nº7 de esta disposición legal es
posible afirmar que dicha enumeración no sería en caso alguna taxativa, ya que la norma señala
que tendría mérito ejecutivo “cualquier otro título a que las leyes den fuerza ejecutiva.” En
cuanto a la doctrina, hay algunos autores que sostienen que el título ejecutivo es un instrumento
indubitado. Estimamos adecuado el concepto que dispone que el título ejecutivo es un
documento típico regulado en la ley que lleva aparejada ejecución. Se podría decir tambien que
es el documento a que la ley confiere la eficacia suficiente para obtener el despacho de la
ejecución.De la definición anterior se desprende que a) ss un Documento, b) permite iniciar un
Juicio Ejecutivo, c) es Típico, d) da cuenta de una Obligación, y e) permite iniciar la Ejecución
correspondiente para obtener su cumplimiento.

42. Características Generales de los Títulos Ejecutivos. Dentro de las características


principales de estos documentos es posible destacar las siguiente:
a) La Tipicidad;
b) La Solemnidad;
c) La Autonomía;
d) Es el único instrumento fundante de la demanda;
e) En algunos casos se debe haber pagado el impuesto correspondiente para que el título
ejecutivo tenga mérito ejecutivo, como el caso del impuesto de timbres y estampillas, en virtud
de lo dispuesto en el art. 26 DL 3475; y
f) Genera una presunción de veracidad respecto de la existencia de un derecho personal
del acreedor respecto del deudor, en la medida que se cumplan las exigencias legales.
43. La Tipicidad y Reserva Legal. Esto significa que están establecidos y regulados en
la ley, ya sea el propio art. 434 CPC u otras normas legales por aplicación del Nº7. La única
fuente del mérito ejecutivo de un documento es la ley, por lo que solo le corresponde al
legislador determinar los títulos ejecutivos, lo que apareja la consecuencia de que mediante un
acuerdo de voluntad no se puede crear un título ejecutivo distinto al que la ley contempla.

44. La Solemnidad. La solemnidad principal es la escrituración, debido al catálogo de


títulos nos damos cuenta que son diversos, o sea que, las solemnidades son variables, no todos
los títulos tienen que cumplir con las mismas solemnidades. Deberán observarse dichas
solemnidades, ya que sin ellas el título carecerá de eficacia ejecutiva.

45. La Autonomía. Esto significa que como instrumento debe bastarse por sí solo, no se
debe recurrir a otras explicaciones para darle el carácter de ejecutivo. Ahora bien el título
ejecutivo puede estar compuesto por uno o más instrumentos, lo normal es que esté compuesto
por uno solo.

46. El Onus Probandi en el Juicio Ejecutivo. El mérito ejecutivo genera una presunción
de veracidad respecto de la obligación que en virtud de aquel se exige, por lo que de acuerdo a lo
dispuesto en el art. 1698 CC y las reglas generales sobre la carga de la prueba en materia civil,
corresponderá al propio deudor que busca restarle eficacia realizar las diligencias probatorias
correspondientes a fin de acreditarlo.

47. Clasificación de los Títulos Ejecutivos. La doctrina ha clasificado los títulos


atendiendo a la existencia de la posibilidad de exigibilidad inmediata del título, distinguiendo así:
a) Títulos Ejecutivos Perfectos; y b) Títulos Ejecutivos Imperfectos. En cuanto al Título
Ejecutivo Perfecto, este es aquel instrumento que permite iniciar la ejecución de forma
inmediata, con su solo mérito, sin necesidad de gestión preliminar alguna. Ejemplos de estos
serían una sentencia judicial firme o una copia con autorización pública. El Título Ejecutivo
Imperfecto es aquel que, no obstante su capacidad de dar cuenta de una obligación, no permite
iniciar el cumplimiento ejecutivo de inmediato, siendo necesario en estos casos realizar ciertas
gestiones previas, llamadas Gestiones Preparatorias de la Vía Ejecutiva, como es el caso de los
instrumentos privados. En estos casos se requiere completar los títulos para poder dar inicio a la
presentación de la demanda ejecutiva.
Así mismo, dependiendo del origen del título, estos se clasifican entre: a) Títulos
Ejecutivos Judiciales; y b) Títulos Ejecutivos Extrajudiciales. El Título Ejecutivo Judicial es
aquel en cuya formación ha intervenido un tribunal de justicia, como una sentencia judicial. En
cambio es un Título Ejecutivo Extrajudicial aquel en cuyo otorgamiento no han intervenido los
tribunales, teniendo estos generalmente un origen contractual, como los títulos de crédito o las
escrituras públicas.
48. Enumeración. Los Títulos Ejecutivos se encuentran enumerados en el artículo 434
del Código de Procedimiento Civil. Dicha enumeración en ningún caso puede considerarse
taxativa, ya que es el mismo numeral 7º de dicha disposición el que establece la posibilidad al
legislador de dar mérito ejecutivo a otros instrumentos excluidos del listado. El art. 434 CPC
señala lo siguiente: “El juicio ejecutivo tiene lugar en las obligaciones de dar cuanto para
reclamar su cumplimiento se hace valer alguno de los siguientes títulos:
Nº1: Sentencia firme, bien sea definitiva o interlocutoria;
Nº2: Copia autorizada de escritura pública;
Nº3: Acta de avenimiento pasada ante el tribunal competente y autorizada por un
ministro de fe o por dos testigos de actuación;
Nº4: Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido. Sin
embargo, no será necesario este reconocimiento respecto del aceptante de una letra de cambio o
subscriptor de un pagaré que no hayan puesto tacha de falsedad a su firma al tiempo de
protestarse el documento por falta de pago, siempre que el protesto haya sido personal, ni
respecto de cualquiera de los obligados al pago de una letra de cambio, pagaré o cheque, cuando,
puesto el protesto en su conocimiento por notificación judicial, no alegue tampoco en ese mismo
acto o dentro de tercero día tacha de falsedad.
Tendrá mérito ejecutivo, sin necesidad de reconocimiento previo, la letra de cambio,
pagaré o cheque, respecto del obligado cuya firma aparezca autorizada por un notario o por el
Oficial del Registro Civil en las comunas donde no tenga su asiento un notario.
Nº5: Confesión judicial;
Nº6: Cualesquiera títulos al portador, o nominativos, legítimamente emitidos, que
representen obligaciones vencidas, y los cupones también vencidos de dichos títulos, siempre
que los cupones confronten con los títulos, y éstos, en todo caso, con los libros talonarios.
Resultando conforme la confrontación, no será obstáculo a que se despache la ejecución
la protesta de falsedad del título que en el acto haga el director o la persona que tenga la
representación del deudor, quien podrá alegar en forma la falsedad como una de las excepciones
del juicio; y
Nº7: Cualquiera otro título a que las leyes den fuerza ejecutiva”.

49. La Sentencia Firme. No toda sentencia firme va a constituir necesariamente un título


ejecutivo. En el ejercicio de su potestad jurisdiccional, el juez no siempre requerirá hacer
ejecutar lo juzgado en un fallo de naturaleza declarativa. Ejemplo de esto es la sentencia que
declara un divorcio. La sentencia a la que se refiere el art. 434 Nº1 CPC debe ser entendida como
las sentencias firmes condenatorias civiles, aquellos pronunciamientos judiciales en virtud de los
cuales viene aparejada una obligación de dar, hacer o no hacer, y consecuentemente, un derecho
personal para quien ha obtenido el pleito.

50. Requisitos para el Mérito Ejecutivo. La sentencia debe reunir los requisitos para
tener valor ejecutivo. Esto son los siguientes:
a) Debe tener la naturaleza de Definitiva o Interlocutoria, esto de acuerdo a lo señalado
en el art. 158 CPC. En el caso de las interlocutorias, la regla general es que solo aquellas que
resuelven incidentes que establecen derechos permanentes para las partes tendrán mérito
ejecutivo.
b) Debe encontrarse en estado de Firme o Ejecutoriada. Por esto, en este numeral no se
contemplarían las sentencias que causan ejecutoria.
c) Debe contemplar un fallo de naturaleza Condenatoria. Esto significa, que el fallo en
cuestión debe imponer una obligación civil que debe ser cumplida.
La doctrina ha discutido sobre el mérito ejecutivo de aquellas sentencias condenatorias
dictadas contra el Fisco, ya que la ley regula en estos casos una forma especial de cumplimiento.
La regulación de los Juicios de Hacienda se encuentra en el Libro Tercero del CPC, Título XVI
arts. 748 y sgtes. y el cumplimiento se lleva a cabo mediante la dictación de un Decreto Supremo
ordenando el pago de lo fallado. En cuanto al aspecto material del título, podría utilizarse tanto el
formato digital de la sentencia, contenida en la Carpeta Electrónica, así como la Copia
Autorizada, otorgada por el secretario con las demás formalidades legales prescritas. A pesar de
que no se discute la validez de su ejecutabilidad mediante el procedimiento contemplado en el
Libro I, Título XIX, arts. 231 y sgtes CPC, si existen opiniones disímiles en cuanto a la
posibilidad de ejecutarse la sentencia que cause ejecutoria como título ejecutivo mediante el
procedimiento de los arts. 434 y sgtes CPC.

51. La Copia Autorizada de Escritura Pública. Se la puede definir como el


instrumento público otorgado ante notario e incorporado en un protocolo o registro público. Así
mismo, Instrumento público es el autorizado con las solemnidades legales por funcionario
competente. Resulta evidente que la escritura pública da cuenta de una obligación por cumplir.
En ningún caso las partes tendrán a su disposición el protocolo, que debe encontrarse archivado
en la matriz en la notaría. Es por lo mismo que las partes tendrán en su poder una copia
autorizada por el funcionario competente, generalmente el notario que participó del otorgamiento
del documento, el que lo suceda o el suplente, entre otros.

52. El Acta de Avenimiento. El avenimiento es una de las formas de poner término,


generalmente de forma extraordinaria, a un proceso pendiente. Consiste en un acuerdo producido
entre los litigantes y aprobado por el juez, sobre la forma de poner término al litigio, de forma
que el conflicto se resuelve mediante un acuerdo al que las partes pueden llegar en cualquier
momento procesal. La principal diferencia con la transacción es que hay juicio pendiente ante un
juez, en cambio, la transacción termina un conflicto sin juicio, o precave uno eventual. En el
Acta debe constar una obligación consistente en un dar, hacer o no hacer para una de las partes.

53. Requisitos para el Mérito Ejecutivo. Este Acta debe cumplir los siguientes
requisitos para poder hacerse ejecutar mediante este procedimiento:
a) Debe haber un acuerdo de voluntades de los litigantes encaminado terminar el juicio;
b) Debe contener una obligación de dar, hacer o no hacer para alguno de ellos;
c) Debe ser pasada ante el tribunal competente. Se debe presentar ante el juez que
conoció de la causa que la motivó.
b) Debe ser autorizada por un ministro de fe o por dos testigos de actuación
c) Además, se suele exigir que se tenga por aprobada por el juez.

54. La Autorización del Ministro de Fe. Existen varias posibilidades en lo relativo al


ministro que deberá autorizar el Acta para que esta pueda ejecutarse. Sobre este punto, el
legislador se puso en el caso en que causa se vea ante arbitro arbitrador. De esta forma, es el
secretario del tribunal el que conoce de la causa. Si el juicio se siguió ante un árbitro de derecho
le corresponderá al ministro de fe que el árbitro haya designado para la substanciación del litigio
autorizarla. Si el juicio se siguió ante un árbitro arbitrador y si el arbitrador sustancia la causa
asesorado por un ministro de fe, será éste el que deba autorizar esa acta de avenimiento. Si en
cambio el arbitrador sustancia la causa solo, el Acta será autorizada por dos testigos de
actuación, o sea, que intervienen en el acto mismo.

55. Los Instrumentos Privados. Entendemos Instrumento Privado como todo


instrumento otorgado por los particulares sin intervención de funcionario público legalmente
autorizado. Al estudiar el presente numeral es necesario efectuar una distinción entre los
documentos señalados, siendo estos: a) Instrumentos Privados Propiamente Tales, y b) Ciertos
Instrumentos Privados Mercantiles. La importancia de esta distinción recae en el régimen
aplicable a cada documento. El código exige que los primeros se encuentren reconocidos
judicialmente o mandados a tener por reconocidos. La forma de obtener este reconocimiento es
la gestión preparatoria de la vía ejecutiva en que se cita al deudor a reconocer la firma. Respecto
de los segundos, no se exige reconocimiento. Tratándose de estos, por ser instrumentos privados,
en principio se debería concluir que no tienen mérito ejecutivo. El simple hecho de girar un
cheque no le da mérito ejecutivo al mismo. Este mérito ejecutivo emana de la autorización de la
firma del instrumento ante Notario Público, constando en el título. En caso contrario, tendría que
realizarse una gestión preparatoria de la vía ejecutiva. El instrumento privado debe ser
reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido. Para lograr esto necesariamente debe
llevarse a cabo la gestión preparatoria de la vía ejecutiva del reconocimiento de firma, bajo los
apercibimientos legales establecidos en la ley.

56. Instrumento Privado Reconocido o mandado a tener por Reconocido. En este


caso el título no es perfecto, pero se puede transformar a perfecto si la persona lo concedió lo
reconoce. El art. 435 inc. 1 CPC dispone al respecto que si, en caso de no tener el acreedor título
ejecutivo, quiere preparar la ejecución por el reconocimiento de firma, podrá pedir que se cite al
deudor a una audiencia dentro de quinto día contado desde la fecha de la última notificación, con
el fin de que practique estas diligencias. El inc. final de dicho artículo dispone además que si el
citado no comparece a la audiencia sin razón que lo justifique, o sólo da respuestas evasivas, se
dará por reconocida la firma o por confesada la deuda. El art. 435 CPC además es el que señala
en su inc. 2 los requisitos de la acción ejecutiva, por lo que si no se cumplen al momento de
preparar dicha vía mediante esta gestión preparatoria, el juez de oficio no dará curso a la
solicitud. En caso de que se reconozca la firma, el art. 436 CPC señala que quedará preparada la
ejecución, aunque se niegue la deuda.

57. Procedimiento para obtener el Reconocimiento de Firma. El Procedimiento para


obtener el reconocimiento de firma se llevará a cabo de la siguiente forma. En primer lugar, la
parte que desee que se lleve a cabo la diligencia en cuestión presentará su Escrito de “gestión
preparatoria de reconocimiento de firma”, en que solicita que se cite a audiencia. En segundo
lugar, el tribunal dictará una Resolución que cita a audiencia dentro de 5to día desde la fecha de
la última notificación, que deberá ser notificada personalmente. En caso de que el deudor
comparezca, si reconoce la firma habrá un“instrumento privado reconocido”, y en el caso de que
solo de respuestas evasivas se dará por reconocida la firma, y se estará ante un “instrumento
privado mandado a tener por reconocido” Lo mismo ocurre en caso de que no comparezca sin
razón que lo justifique. Por último, si éste comparece y no reconoce la firma no habrá título
ejecutivo, y por ende no podrá iniciarse un procedimiento ejecutivo. La resolución judicial que
da por reconocida la firma cuando el deudor no comparece o da respuestas evasivas es una
sentencia y debe estar ejecutoriada y/o causar ejecutoria, y además produce cosa juzgada.

58. Letra de Cambio, Pagaré o Cheque. En cuanto al mérito ejecutivo de los


instrumentos privados mercantiles mencionados en la segunda parte del art. 434 Nº4 CPC, se
debe hacer una distinción, ya que la norma contempla tres hipótesis diferentes.
a) Letra de Cambio o Pagaré protestados personalmente. Se entiende por protesto el acto
solemne cuyo objeto consiste en dejar testimonio de que el documento presentado a cobro no ha
sido pagado. Para que estos instrumentos constan de mérito ejecutivo se requieren los siguientes
requisitos copulativos: a) Requisitos de validez, contenidos en los arts. 1 y 102 Ley 18.092; b) El
protesto debe ser eficaz; y c) Que el deudor no oponga tacha de falsedad a su firma al tiempo de
protestarse el documento.
b) Letra de Cambio, Pagaré o Cheque, cuyo protesto ha sido puesto en conocimiento del
obligado por notificación judicial. En este supuesto, el obligado aún tiene oportunidad para
tachar la falsedad de la Letra de Cambio, Pagaré o Cheque.
c) Letra de cambio, pagaré o cheque en que la firma del obligado aparece autorizada
por un notario o por un oficial civil en su caso. En estos casos no será necesario el
reconocimiento de firma como diligencia previa ni tampoco tendrá relevancia el protesto del
instrumento.

59. Notificación del Protesto. Se debe llevar a cabo este trámite cuando se quiera cobrar
a cualquiera de los obligados al pago de un documento sin que sea al aceptante de una letra de
cambio o suscriptor del pagaré. Es decir, esta gestión puede iniciarse contra cualquiera de los
obligados al pago del documento, ya sea el aceptante, suscriptor, avalista, endosante o librador
del documento ya que éstos son solidariamente responsables de la obligación. En estos casos, la
gestión preparatoria de la vía ejecutiva consiste en poner en conocimiento el protesto por medio
de notificación judicial. El ejecutante debe presentar un escrito al tribunal solicitándole que se
notifique judicialmente el protesto a los obligados, bajo apercibimiento de tenerse por preparada
la vía ejecutiva en caso de que no opongan tacha de falsedad a su firma dentro del plazo de
tercero día. La notificación se debe efectuar conforme al art. 44 del CPC, salvo el protesto del
cheque que basta que se notifique por cédula en el domicilio registrado en el banco.

60. Letra de Cambio, Pagaré o Cheque cuya firma es Tachada de Falsedad. La Tacha
de Falsedad de estos títulos valores mercantiles se encuentra regulada en los arts. 110, 111 y 112
Ley 18.092. La primera de estas normas dispone que cualquiera persona que, en el acto de
protesto o en la gestión preparatoria de la vía ejecutiva tachare de falsa su firma puesta en una
letra de cambio o pagaré y resultare en definitiva que la firma es auténtica, será sancionada con
las penas indicadas en el artículo 467 del Código Penal, salvo que acredite justa causa de error o
que el título en el cual se estampó la firma es falso. Por su parte, el art. 111 Ley 18.092 señala
que si se tachare de falsa la firma, en los casos de que trata el inciso primero N° 4 del artículo
434 del Código de Procedimiento Civil, la tacha se tramitará como incidente y corresponderá al
demandante acreditar que la firma es auténtica. Si se acreditare la autenticidad de la firma el
Tribunal lo declarará así y el documento constituirá título ejecutivo. Las apelaciones en este
incidente se concederán en el sólo efecto devolutivo. Se extrae del texto legal que la tacha se
tramita como incidente, el peso de la prueba recaería en el Demandante, la Apelación contra la
resolución que se pronuncie sobre dicha tacha se concedría en el solo efecto devolutivo e
incurriría en Responsabilidad penal quien falsamente tachare su firma. No obstante, el art. 112
Ley 18.092 señala que el demandado en un juicio civil y el inculpado o procesado en el juicio
criminal por el delito establecido en el artículo 110 de la misma ley, podrán oponer como defensa
o excepción la falsedad del título o la de su firma y justificarla en dichos procesos.

61. La Confesión Judicial. Consiste en la declaración real o ficta de una persona de


tener una deuda con respecto a otra. Puede ocurrir que el deudor reconozca una deuda en un
juicio declarativo. En este caso no se equipara el efecto al procedimiento del artículo 435 del
Código de Procedimiento Civil. Para que se tenga por reconocida la deuda, a fin de preparar la
vía ejecutiva, debe llevarse a cabo lo señalado en la ley. Para llevar esto a cabo, se presenta un
escrito de “gestión preparatoria de confesión judicial” y se pide que se cite a audiencia en que se
confiese deuda en su favor. En caso de una confesión parcial de la deuda, como por ejemplo, si
se le imputa al obligado el pago de $1.000.000 y este solo reconoce $500.000, ha sido resuelto en
primera instancia que existiría título ejecutivo por la cantidad reconocida, pero luego, en segunda
instancia, se calificó esto como una respuesta evasiva, por lo que habría título ejecutivo por el
total imputado al deudor. Compartimos el primer criterio. Las reglas para reconocer o tener por
reconocida la deuda mediante la confesión judicial son las mismas que las del reconocimiento de
firma de instrumentos privados, ya que ambos se rigen por el art. 435 CPC.

62. Requisitos para obtener la Confesión Judicial. Estos se encuentran en el art. 435
CPC, por lo que son equivalentes a los del reconocimiento de firma. Estos son: a) La obligación
debe consistir en una cantidad de dinero líquida o liquidable mediante una simple operación
aritmética b) Debe encontrarse vencida c) Debe ser actualmente exigible d) Debe constar en un
antecedente escrito. e) La acción para su cobro no debe encontrarse prescrita.

63. La Confesión Judicial como diligencia Preparatoria a la Ejecución y como


Medio Probatorio. Se entiende que la preparación a la vía ejecutiva consiste en determinadas
diligencias procesales que el ejecutante debe llevar a cabo con la finalidad de completar su Título
Ejecutivo Imperfecto, de forma que este adquiere mérito ejecutivo. En cambio, la confesión
como medio probatorio busca acreditar una realidad fáctica como verdad procesal en el marco de
un litigio mediante la comparecencia de la contraparte para responder una serie de preguntas
relevantes a la contienda, por lo que naturalmente tendrá mayor peso en los procesos
declarativos. Sus principales diferencias son el objeto que persiguen, siendo uno la preparación
de la ejecución y otro acreditar un hecho en el proceso, y la forma de producirse, ya que la
primera se regula por el art. 435 CPC y la segunda por el art. 388 CPC, que dispone que si el
tribunal no comete al secretario o a otro ministro de fe la diligencia, mandará citar para día y
hora determinados al litigante que ha de prestar la declaración. Siempre que alguna de las partes
lo pida, debe el tribunal recibir por sí mismo la declaración del litigante. Si el litigante se
encuentra fuera del territorio del tribunal que conoce de la causa, será tomada su declaración por
el tribunal competente, quien procederá en conformidad a los dos incisos anteriores.

64. Los Títulos al Portador, o Nominativos que representen obligaciones vencidas y


los cupones también vencidos de dichos títulos. Son títulos emitidos por alguna institución
legalmente autorizada. Para su mérito ejecutivo se requiere confrontación de los cupones con los
títulos y de éstos con los libros talonarios. Si se tachare de falso ello no obsta la ejecución,
debiendo alegarse la falsedad como una de las excepciones del juicio.

65. Cualquier otro título a que las leyes den fuerza ejecutiva. Este numeral del art.
434 CPC es el que cementa la idea de que no existe taxatividad en cuanto a la cantidad de títulos
ejecutivos. Existe una gran cantidad de disposiciones del CPC que contemplan otros títulos
ejecutivos ajenos al art. 434, como el art. 231 o 267, además de aquellos contenidos en leyes
especiales, como el caso de la factura, pensión de alimentos, el art. 169 CT, 2460 CC, entre otros.

Sección III.
La Obligación debe ser Líquida y Exigible
66. La Obligación debe ser Líquida. En base al cuerpo legal de los arts. 435 inc. 2 CPC,
constituye una exigencia para iniciar el Juicio Ejecutivo que la obligación deberá consistir en una
cantidad de dinero líquida o liquidable mediante una simple operación aritmética. Esto implica
que debe ser determinable y convertible. En las Obligaciones de Dar, la liquidez se traducirá en
la determinación de su objeto. Cuando la ejecución recaiga sobre una Especie o Cuerpo Cierto, la
obligación debe estar determinada perfectamente y en conformidad al art. 438 Nºs 1 y 2 CPC, la
ejecución puede recaer: 1°. Sobre la especie o cuerpo cierto que se deba y que exista en poder del
deudor; 2°. Sobre el valor de la especie debida y que no exista en poder del deudor, haciéndose
su avaluación por un perito que nombrará el tribunal. Cuando la ejecución recaiga sobre un
Género, este debe estar determinado y la cantidad de dicho género que se debe. Por esto el Nº3
del art. 434 CPC dispone que la ejecución puede recaer sobre cantidad líquida de dinero o de un
género determinado cuya avaluación pueda hacerse en la forma que establece el número anterior.
En las Obligaciones de Hacer, el contenido obligacional debe estar determinado y se entiende
que lo es cuando la prestación es perfectamente conocida y no da lugar a equívocos. En las
Obligaciones de No Hacer, es ejecutable cuando se convierten en la de destruir la obra hecha. En
caso de que no se haya obrado en contrariedad.

67. Cantidad líquida de dinero. Se entiende cantidad líquida no sólo la que tenga esa
calidad sino también la que pueda liquidarse mediante simples operaciones aritméticas con sólo
los datos que el mismo título ejecutivo suministre. Si del título aparece una obligación en parte
líquida e ilíquida en otra, podrá procederse ejecutivamente por la primera, reservándose al
acreedor su derecho para reclamar el resto en vía ordinaria, según lo dispuesto en el art. 439
CPC; similar al criterio del 1592 CC. Este último dispone que si hay controversia sobre la
cantidad de la deuda, o sobre sus accesorios, podrá el juez ordenar, mientras se decide la
cuestión, el pago de la cantidad no disputada.

68. Cantidad de un género determinado que no sea dinero. En este caso para poder
demandar ejecutivamente se debe efectuar una gestión preparatoria de la vía ejecutiva
denominada avaluación. Conforme a lo establecido por los arts. 438 y 440 CPC, cuando la
ejecución deba recaer sobre la especie o cuerpo cierto debido, y éste no se encuentra en poder del
deudor, o bien sobre una cantidad de un género determinado, para efectos de la determinación
del monto de la ejecución, es trámite previo e indispensable la avaluación de la especie debida o
de dicha cantidad de género por un perito que nombrará el tribunal.

69. La Obligación debe ser Exigible. Se entiende que una obligación es actualmente
exigible cuando no está sujeta a ninguna modalidad que suspenda su nacimiento o ejercicio, o
sea, cuando no está sujeta a condición, plazo o modo.

70. Las Obligaciones expresadas en la Moneda Extranjera. La materia se encuentra


regulada en el art. 20 Ley 18.010. Dicha disposición señala que las obligaciones expresadas en
moneda extranjera serán solucionadas por su equivalente en moneda chilena según el tipo de
cambio vendedor del día del pago. En el caso de obligaciones vencidas, se aplicará el tipo de
cambio del día del vencimiento si fuera superior al del día del pago. Para estos efectos se estará
al tipo de cambio vendedor que certifique un banco de la plaza. Tratándose de obligaciones cuyo
pago se ha pactado en moneda extranjera en virtud de autorización de la ley o del Banco Central
de Chile, el acreedor podrá exigir su cumplimiento en la moneda estipulada, o ejercer los
derechos que para el deudor se originan de la correspondiente autorización. El mandamiento de
ejecución y embargo se despachará sobre la cantidad de moneda nacional indicada en la
demanda, la que debe coincidir con el factor de cambio indicado en el certificado emitido por el
banco. El pago de estas obligaciones pactadas en moneda extranjera se hará en moneda nacional
según el tipo de cambio vendedor de dicha moneda extranjera en la fecha del pago o en la fecha
de vencimiento, si este fuera mayor.

Sección IV.
La Acción Ejecutiva No debe estar Prescrita.

71. La Prescripción de la Acción Ejecutiva. El art. 2515 CC señala que el tiempo es en


general de tres años para las acciones ejecutivas, convirtiéndose en ordinaria por el lapso de tres
años, y convertida en ordinaria durará solamente otros dos. La prescripción de la acción ejecutiva
extingue únicamente el mérito ejecutivo de esta, pero en ningún caso se entenderá que equivale a
la extinción de la deuda. En virtud del art. 680 Nº7 CPC, prescrita la acción ejecutiva queda
abierta la posibilidad de la acción ordinaria en cuyo caso para su cumplimiento se aplica el
procedimiento sumario.

72. La Prescripción de la Acción Ejecutiva se debe declarar de Oficio. Tratándose de


la prescripción de la acción ejecutiva, la ley autoriza al tribunal para denegar la ejecución cuando
la acción ejecutiva se encuentre prescrita, haciendo excepción a la regla de que la prescripción no
puede ser declarada de oficio, representando así una excepción a la regla del art. 2493 CC. Al
respecto, el art. 442 CPC señala que el tribunal denegará la ejecución cuando la acción ejecutiva
se encuentre prescrita; salvo que se compruebe su subsistencia por alguno de los medios que
sirven para deducir esta acción en conformidad al artículo 434. Esta declaración oficiosa sólo
puede hacerla el tribunal antes de despachar mandamiento de ejecución y embargo. Después de
eso, sólo el ejecutado puede alegar la prescripción de la acción como excepción 464 CPC.

73. Naturaleza de la extinción de la acción ejecutiva. Sectores de la doctrina han


sostenido que más que un caso de prescripción, estaríamos frente a un caso de caducidad del
mérito ejecutivo. La jurisprudencia se ha respaldado en esto para afirmar que por lo mismo no
procedería la suspensión de la prescripción de la acción ejecutiva, doctrina que a nuestro
entender es incorrecta, puesto que el texto del art. 2520 CC no exceptúa a la acción ejecutiva.
Sección IV.
Del Procedimiento en el Cuaderno Ejecutivo

74. Estructura del Juicio Ejecutivo. Este se ordena de la siguiente forma:


1) Cuaderno ejecutivo (principal)→Demanda y eventual discusión
a. Demanda (dentro de ella se debe pedir mandamiento).
b. Resolución (despáchese o díctese mandamiento de ejecución).
c. Notificación de la demanda.
d. Eventual oposición y tramitación, en que se pueden oponer excepciones.
e. Sentencia, que solo se referirá a las excepciones.
2) Cuaderno de apremio→Embargo y realización.
a. Mandamiento de ejecución.
i. Orden de requerir (receptor notifica y requiere).
ii. Embargo.
iii. Designar depositario.
b. Requerimiento de pago.
Emplazamiento:
i. Notificación demanda.
ii. Requerimiento de pago.
c. Eventual embargo.
d. Realización de los bienes embargados
3) Eventuales cuadernos de tercerías
a. Tercería de Dominio.
b. Tercería de Posesión.
c. Tercería de Prelación.
d. Tercería de Pago.
e. Otros derechos que se pueden hacer valer en forma de tercerías

75. El Cuaderno Ejecutivo. El juicio ejecutivo consta de dos cuadernos, el cuaderno


ejecutivo o principal y el cuaderno de apremio. Además, puede que existan cuadernos de
tercerías, en la medida que intervengan terceros. El cuaderno ejecutivo constituye el juicio
mismo y contiene las siguientes actuaciones: a) Demanda Ejecutiva, b) Oposición a la Demanda
(se llama oposición a la ejecución), c) Traslado al ejecutante frente a la oposición del ejecutado,
d) Resolución que se pronuncia sobre la admisibilidad de las excepciones opuestas, e) Período de
prueba, f) Período de observaciones a la prueba, g) Citación a oír sentencia y h) Sentencia
definitiva.

76. Iniciación del Procedimiento. El cuaderno ejecutivo se puede iniciar a) por una
gestión preparatoria de la vía ejecutiva, cuando no hay título ejecutivo o el título es imperfecto, y
en tal caso el tribunal que es competente para conocer de la gestión preparatoria será el
competente para conocer del juicio ejecutivo, según lo señala el art. 178 COT, o b) Por demanda
ejecutiva, la cual se presentará derechamente cuando el título es perfecto o completo, o cuando
se han concluido las gestiones preparatorias y se creó un título o se completó el que era
incompleto o imperfecto. En definitiva, siempre se iniciará el juicio por la presentación de la
demanda ejecutiva, sin perjuicio que pudo haber, o no, una gestión preparatoria de la vía
ejecutiva antes de la presentación de la demanda. En este procedimiento, el demandante se llama
ejecutante y el demandado ejecutado.

77. Gestiones Preparatorias de la Vía Ejecutiva. Estas son gestiones de carácter


judicial contenciosa que tienen por fin crear un título, ya sea constituyendo el título mismo o
completando un título incompleto. Estas son las siguientes: a) Reconocimiento de firma puesta
en instrumento privado; b) Notificación judicial de protesto de letra de cambio, pagaré o cheque;
c) La confesión judicial; d) La confrontación de títulos y cupones; e) La avaluación; f) la
Notificación de título a los herederos, etc.

78. Notificación del título ejecutivo a los herederos del deudor. El art. 1377 CC regula
el procedimiento en caso de que falleciera el deudor contra el cual se tiene título ejecutivo
perfecto. De acuerdo con las normas generales del Derecho Civil, el heredero es el sucesor del
causante y lo representa en todos sus derechos y obligaciones transmisibles. De esta manera, la
acción ejecutiva que el acreedor tenía en contra del causante se conserva también respecto del
heredero. Naturalmente deberá concedérsele un plazo al heredero del deudor para que se
imponga del asunto y prepare su defensa, según lo señala el art. 1377 CC y art. 5 del CPC. El
problema radica en determinar si ese mismo título ejecutivo es apto para iniciar la ejecución o
continuarla en contra de los herederos del deudor. Hay que distinguir:
a) Si el deudor fallece antes de iniciado el juicio ejecutivo en su contra, es posible valerse
del mismo título ejecutivo que se tenía en contra del deudor fallecido en contra de los herederos.
Al respecto, el art 1377 CC dispone que los títulos ejecutivos contra el difunto lo serán
igualmente contra los herederos; pero los acreedores no podrán entablar o llevar adelante la
ejecución, sino pasados ocho días después de la notificación judicial de sus títulos. Para ello es
preciso iniciar una gestión preparatoria de la vía ejecutiva consistente en la notificación judicial
del título a los herederos del deudor. Ante esta notificación, los herederos tienen un plazo de 8
días para pagar la deuda y de no hacerlo, queda preparada la vía ejecutiva.
b) Si el deudor fallece después de iniciado el juicio ejecutivo en su contra, se debe
subdistinguir: i) Si el deudor litiga personalmente, se suspende el procedimiento para proceder a
notificar a los herederos el estado del juicio para que comparezcan a hacer valer sus derechos
dentro de un plazo equivalente al término de emplazamiento para contestar la demanda, según lo
señala el art. 5 CPC. i) Si el deudor litigaba a través de mandatario judicial, se aplica lo dispuesto
en el art. 1377 CC, de manera que habrá que notificar a los herederos, quienes tienen un plazo de
8 días para pagar. De lo contrario sigue adelante la ejecución.
79. La Demanda Ejecutiva. Debe contener los requisitos generales a todo escrito,
además de aquellos relativos a la tramitación electrónica comprendidos en la Ley 18.120, los
requisitos propios del art. 254 CPC, relativos a la demanda en el Juicio Ordinario, además del
requisito del art. 438 CPC, que señala que debe indicar la especie y cantidad líquida por la que se
pide y se despache el mandamiento de ejecución y embargo. En la demanda ejecutiva, la petición
concreta que se le hace al tribunal según lo exigido por el art. 254 Nº5 CPC, consiste en solicitar
al tribunal que con el mérito de lo expuesto y del título ejecutivo que se acompaña, se despache
mandamiento de ejecución y embargo en contra del ejecutado, por la obligación aludida, y que
en definitiva se acoja la demanda ordenando que se siga adelante con la ejecución hasta que se
haga íntegro pago de lo adeudado en capital, intereses y costas. Asimismo, la demanda debe ir
acompañada del título ejecutivo. Ello para que se pueda cumplir con lo previsto en los art. 441 y
442 CPC.

80. Presentación de Documentos junto a la Demanda Ejecutiva. La ley 20.886, en su


art. 6 se refiere a la presentación de documentos, señalando que los documentos electrónicos se
presentarán a través del sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial o, en caso de
requerirlo así las circunstancias, se acompañarán en el tribunal a través de la entrega de algún
dispositivo de almacenamiento de datos electrónicos. Los documentos cuyo formato original no
sea electrónico se presentarán de forma electrónica, salvo que la parte contraria formule
objeción. En este caso, los documentos deberán presentarse materialmente en el tribunal y
quedarán bajo la custodia del funcionario o ministro de fe correspondiente. Con todo, los títulos
ejecutivos cuyo formato original no sea electrónico deberán presentarse materialmente en el
tribunal y quedarán bajo la custodia del funcionario o ministro de fe correspondiente, bajo
apercibimiento de tener por no iniciada la ejecución.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso anterior, los documentos y títulos ejecutivos
presentados materialmente deberán acompañarse con una copia en formato digital a través del
sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial o, en caso de requerirlo así las
circunstancias, en el tribunal, a través de la entrega de algún dispositivo de almacenamiento de
datos electrónicos. Si no se presentaren las copias digitales de los documentos o títulos
ejecutivos, o si existiere una disconformidad substancial entre aquellas y el documento o título
ejecutivo original, el tribunal ordenará, de oficio o a petición de parte, que se acompañen las
copias digitales correspondientes dentro de tercero día, bajo apercibimiento de tener por no
presentado el documento o título ejecutivo respectivo.
En casos excepcionales, cuando se haya autorizado a una persona para presentar escritos
materialmente por carecer de los medios tecnológicos, no será necesario acompañar copias
digitales. En este caso, los documentos y títulos ejecutivos presentados en formato que no sea
electrónico serán digitalizados e ingresados inmediatamente por el tribunal a la carpeta
electrónica.
81. Ampliación de la Demanda Ejecutiva. El ejecutante puede solicitar su ampliación,
en los términos que indica el art. 261 CPC. Esta disposición del Juicio Ordinario señala que
notificada la demanda a cualquiera de los demandados y antes de la contestación, podrá el
demandante hacer en ella las ampliaciones o rectificaciones que estime convenientes. Estas
modificaciones se considerarán como una demanda nueva para los efectos de su notificación, y
sólo desde la fecha en que esta diligencia se practique correrá el término para contestar la
primitiva demanda. Entonces, de acceder el tribunal a la ampliación, debe dictar un nuevo
mandamiento de ejecución y embargo, anulando el anterior.

82. Actitudes del Tribunal frente a la Demanda Ejecutiva. Presentada la demanda, el


juez antes de proveerla, debe examinar el título ejecutivo que se acompaña para saber si la
obligación consta en el título ejecutivo, si la obligación es líquida y actualmente exigible y si la
acción ejecutiva no está prescrita. Si se cumplen todas estas condiciones, el tribunal ordena
despachar mandamiento de ejecución y embargo. Se trata de una sentencia interlocutoria de las
que ordenan un trámite que sirve de base para la dictación de otra sentencia. Esta resolución se
dicta sin oír al deudor. El fundamento del art. 441 CPC, a este respecto, es que se pretende
impedir que el ejecutado estorbe o impida la ejecución. En esta situación, la resolución que dicta
el tribunal es “despáchese”, se trata de una auto orden para despachar el mandamiento de
ejecución y embargo. Con esta resolución del tribunal, se abre el cuaderno de apremio. En
cambio, si no se cumplen los requisitos contenidos en el art. 441 CPC, el tribunal denegará la
ejecución. En este caso, la naturaleza de esa resolución también es de sentencia interlocutoria de
aquellas que ponen fin al juicio o hacen imposible su ejecución. Esta primera resolución que
dicta el tribunal se hace sin audiencia ni notificación al demandado, según lo señalado en el art.
441 CPC.

83. Impugnación de la Resolución que recae sobre la Demanda Ejecutiva. Existen


dos alternativas para recurrir en contra de esta resolución.
a) Recurso de apelación. Tratándose del recurso de apelación, habrá que distinguir si la
resolución ordena despachar mandamiento de ejecución y embargo o deniega la ejecución. Si el
tribunal ordena despachar mandamiento de ejecución y embargo, es decir, acoge a tramitación la
demanda, el ejecutado es quien puede apelar. Al respecto, hay quienes estiman que el ejecutado
no podría apelar pues no lo indica en forma expresa el art. 441 CPC, el que sólo hace referencia a
la apelación del ejecutante. En cambio, otra parte de la doctrina es de la opinión que el ejecutado
si puede apelar ya que el art. 187 CPC indica que la apelación procede contra sentencias
interlocutorias y este sería el caso. Si el tribunal deniega la ejecución, el ejecutante podría apelar,
en conformidad al art. 441 CPC.
b) Recurso de casación. Si la resolución despacha el mandamiento de ejecución y
embargo, no es admisible este recurso, por no tratarse de ninguna de las sentencias que admite
este recurso. Pero, si la resolución del tribunal deniega la ejecución, procede casación en la
forma como en el fondo, siempre que la Corte de Apelaciones confirme la sentencia de primera
instancia, pues se trataría de una sentencia interlocutoria de aquellas que establece derechos
permanentes en favor de las partes y pone fin al juicio o hace imposible su continuación. En el
caso que el tribunal estime que se cumplen todos los requisitos para iniciar el juicio ejecutivo,
dijimos que provee “despáchese mandamiento de ejecución y embargo”. Esta providencia del
tribunal debe ser notificada.

84. Emplazamiento en el Juicio Ejecutivo. El emplazamiento es un trámite esencial,


por lo que debe tener cabida dentro de este proceso, ya que responde a un derecho fundamental
procesal y principio básico de todo proceso, el derecho a ser oído y participar en una causa en
que se dictará una resolución que afectará sus derechos. Es entonces un requisito esencial del
debido proceso y la tutela judicial efectiva. En el Juicio Ejecutivo nace por la convergencia de
dos actos procesales. Ellos son la notificación de la demanda ejecutiva y el requerimiento de
pago.

85. Notificación de la Demanda Ejecutiva. La notificación de la demanda ejecutiva


permite que el deudor tenga conocimiento del juicio en su contra a fin de que pueda oponerse. La
demanda se notifica de la misma manera que en el juicio ordinario, arts. 40 a 48 CPC, incluso
conforme al art. 54 CPC. De la notificación se deja constancia en el cuaderno ejecutivo.

86. El Requerimiento de Pago como Acto de Emplazamiento. El requerimiento de


pago, por su parte, se ordenará mediante el mandamiento de ejecución y tiene por objeto intimar
al ejecutado para que pague la deuda o entregue el cuerpo cierto debido. Normalmente, tanto la
notificación de la demanda ejecutiva, como el requerimiento de pago, se hacen simultáneamente.
Esto quiere decir, que el ministro de fe notifica y requiere de pago al deudor en el mismo acto.
Ello sucederá cuando el receptor notifique personalmente al ejecutado. Ahora bien, si se notifica
la demanda ejecutiva por el art. 44 CPC, el ministro de fe deberá indicar día, hora y lugar para
practicar el requerimiento de pago, lo que será en la práctica en la oficina del receptor judicial.
En este caso, el requerimiento de pago será posterior. Ello es así porque el requerimiento de pago
siempre debe ser personal. Desde el acto del requerimiento de pago comienza a correr el plazo
que tiene el ejecutado para oponer excepciones. El receptor deja constancia de la notificación de
la demanda ejecutiva en el cuaderno ejecutivo o principal, y deja constancia del requerimiento de
pago en el cuaderno de apremio. Cuando el ejecutado es requerido de pago nace para él el
derecho a defenderse, lo que hará oponiendo excepciones del art. 464 CPC.

87. Actitudes del Ejecutado una vez Requerido.

88. Las Excepciones que pueden ser opuestas. El art. 464 CPC señala que la oposición
del ejecutado sólo será admisible cuando se funde en alguna de las excepciones siguientes, que
pueden referirse a toda la deuda o a una parte de ella solamente:
1a. La incompetencia del tribunal ante quien se haya presentado la demanda;
2a. La falta de capacidad del demandante o de personería o representación legal del que
comparezca en su nombre;
3a. La litis pendencia ante tribunal competente, siempre que el juicio que le da origen
haya sido promovido por el acreedor, sea por vía de demanda o de reconvención;
4a. La ineptitud de libelo por falta de algún requisito legal en el modo de formular la
demanda, en conformidad a lo dispuesto en el art. 254 CPC;
5a. El beneficio de excusión o la caducidad de la fianza;
6a. La falsedad del título;
7a. La falta de alguno de los requisitos o condiciones establecidos por las leyes para que
dicho título tenga fuerza ejecutiva, sea absolutamente, sea con relación al demandado;
8a. El exceso de avalúo en los casos de los incisos 2 y 3 del art. 438 CPC;
9a. El pago de la deuda;
10a. La remisión de la misma;
11a. La concesión de esperas o la prórroga del plazo;
12a. La novación;
13a. La compensación;
14a. La nulidad de la obligación;
15a. La pérdida de la cosa debida, en conformidad a lo dispuesto en el Título XIX, Libro
IV del Código Civil;
16a. La transacción;
17a. La prescripción de la deuda o sólo de la acción ejecutiva; y
18a. La cosa juzgada.

89. Diferencias entre las Excepciones en el Juicio Declarativo y Ejecutivo. Por la


naturaleza misma y finalidad de ambos procedimientos, la defensa del demandado tiene
características muy distintas. Las principales diferencias a las defensas del demandado
declarativo y ejecutado son las siguientes: a) La taxatividad de las excepciones; b) El Plazo para
oponerlas; c) La forma de oponerlas, debiendo oponerse todas en un mismo escrito sin distinguir
entre dilatorias y perentorias; y d) Las exigencias del escrito de oposición, en particular la de
expresar con claridad y precisión los medios de prueba con los que las pretende acreditar las
excepciones.

90. Plazo para oponer Excepciones. La ley regula esta materia en los arts. 459 a 463
CPC. La ley dispone una serie de distinciones relativas a la ubicación en que se lleve a cabo la
diligencia del requerimiento de pago al deudor. Se señala que si el deudor es requerido de pago
en el territorio jurisdiccional del tribunal en que se interpuso la demanda, tendrá el término de
ocho días útiles para oponerse a la ejecución. En cambio, si el requerimiento se hace en territorio
jurisdiccional de otro tribunal de la República, la oposición podrá presentarse ante el tribunal
que haya ordenado cumplir el exhorto del que conoce en el juicio o ante este último tribunal. En
el primer caso, los plazos serán los mismos que establece el artículo anterior. En el segundo, el
ejecutado deberá formular su oposición en el plazo fatal de ocho días, más el aumento del
término de emplazamiento en conformidad a la tabla de que trata el art. 259 CPC. El tribunal
exhortado se limitará a remitir la solicitud de oposición al exhortante para que éste provea sobre
ella lo que sea de derecho Si se verifica el requerimiento fuera del territorio de la República, el
término para deducir oposición será el que corresponda según la tabla a que se refiere el art. 259
CPC, como aumento extraordinario del plazo para contestar una demanda.
El término para deducir la oposición comienza a correr desde el día del requerimiento de
pago. Si el requerimiento se verifica dentro de la República, el ministro de fe hará saber al
deudor, en el mismo acto, el término que la ley concede para deducir la oposición y dejará
testimonio de este aviso en la diligencia. La omisión del ministro de fe le hará responsable de los
perjuicios que puedan resultar, pero no invalidará el requerimiento. Todos los plazos señalados
deben entenderse como fatales de acuerdo al art. 463 CPC.

91. Requisitos del Escrito de Oposición. El art. 465 CPC señala que todas las
excepciones deberán oponerse en un mismo escrito, expresándose con claridad y precisión los
hechos y los medios de prueba de que el deudor intente valerse para acreditarlas. No obstará para
que se deduzca la excepción de incompetencia, el hecho de haber intervenido el demandado en
las gestiones del demandante para preparar la acción ejecutiva. Deducida esta excepción, podrá
el tribunal pronunciarse sobre ella desde luego, o reservarla para la sentencia definitiva.
Antiguamente se discutió si, tratándose de la prueba de testigos, era necesario agregar la lista
correspondiente en el mismo escrito de oposición. Actualmente no se discute que no es necesaria
tal exigencia, porque la ley se limita a exigir que se expresen los medios de prueba bastando con
una referencia genérica a los mismos.

92. Tramitación de las Excepciones. El art. 466 CPC señala que del escrito de oposición
se comunicará traslado al ejecutante, dándosele copia de él, para que dentro de cuatro días
exponga lo que juzgue oportuno. Vencido este plazo, haya o no hecho observaciones el
demandante, se pronunciará el tribunal sobre la admisibilidad o inadmisibilidad de las
excepciones alegadas. Si las estima inadmisibles, o si no considera necesario que se rinda prueba
para resolver, dictará desde luego sentencia definitiva. En caso contrario, recibirá a prueba la
causa. A raíz de esto, la tramitación se realiza en base a las siguientes etapas:
a) Del escrito de oposición, se debe conferir traslado al ejecutante, quien tiene un plazo
de cuatro días para exponer lo que juzgue oportuno. Tratándose de la excepción de
incompetencia, el tribunal puede pronunciarse sobre ella desde luego o reservarla para la
sentencia definitiva, de acuerdo al art. 465 CPC.
b) Vencido el plazo de cuatro días, el tribunal debe pronunciarse sobre la admisibilidad o
inadmisibilidad de las excepciones alegadas. Para este efecto, el tribunal deberá verificar i) Que
las excepciones fueron opuestas dentro de plazo; ii) Que se trata de alguna de las excepciones
contenidas en el art. 464 CPC; y iii) Que en el escrito se expresaron con claridad los hechos y los
medios de prueba de que el deudor intente valerse para acreditarlas.
c) Si el juez estima que las excepciones son admisibles y que el juicio debe ser recibido a
prueba, dictará una resolución que contenga ambas declaraciones, de acuerdo a lo dispuesto en el
art. 466 inc. final. En una misma resolución puede hacer la declaración de admisibilidad y recibir
la causa a prueba.
d) Si el juez estima admisible las excepciones, pero que no considera necesaria la prueba,
dictará desde luego sentencia definitiva, en conformidad al art. 466 inc. final. Aquí la sentencia
contiene pronunciamiento sobre admisibilidad de las excepciones y si deben o no ser acogidas.
e) Si el juez considera inadmisibles las excepciones el tribunal lo declarará así, debiendo
dictar desde luego sentencia definitiva, según el art. 466 inc. final. La ley señala que se deberá
dictar sentencia definitiva pese a ser inadmisible, aunque resulta dudoso sobre que se
pronunciará. Si la sentencia es solo referida a las excepciones y en este caso no se juzgaron
porque no fueron admitidas, el fundamento está en una razón histórica. Por lo mismo tampoco
dice citará a oír sentencia, que es el trámite esencial, porque se crea la citación a oír sentencia
luego del art. 466 CPC.

93. Examen de Admisibilidad de las Excepciones Opuestas. Una vez vencido el plazo
de cuatro días que tiene el ejecutante para hacer observaciones a la oposición del ejecutado, le
corresponde al tribunal controlar o examinar que las excepciones opuestas por el ejecutado son
del art. 464 CPC y que fueron opuestas dentro del término legal. De este control o examen de
admisibilidad, el tribunal puede concluir que las excepciones opuestas son inadmisibles. En ese
caso, el tribunal debe dictar sentencia definitiva en el juicio ejecutivo, y será la propia sentencia
definitiva la que indicará que las excepciones opuestas por el ejecutado son inadmisibles. En
cambio, si del control o examen de admisibilidad, el tribunal concluye que las excepciones
opuestas por el ejecutado son admisibles, debe declararlo así y recibir la causa a prueba en la
medida que haya hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos. Este control o examen de
admisibilidad o inadmisibilidad de las excepciones que realiza el tribunal conforme al art. 466
CPC, es un trámite esencial en el juicio ejecutivo.

94. Actitudes del Ejecutante una vez conferido Traslado. Las diferentes actitudes que
puede tomar el ejecutante una vez conferido Traslado son las siguientes: a) Contestar el escrito
de oposición dando razones de hecho y derecho por las cuales la oposición del ejecutado debe ser
declarada inadmisible; b) No responder al escrito de oposición y dejar pasar el plazo; c)
Desistirse de la demanda, reservando su derecho para una acción ordinaria posterior. Es lo que se
conoce como reserva de la acción ejecutiva, en conformidad al 467 CPC.

95. Fase Probatoria en el Juicio Ejecutivo. Esta fase está condicionada al caso en que el
deudor oponga excepciones que se admitan a tramitación y se estime que existen hechos
pertinentes, sustanciales y controvertidos que deban resolverse. Esto es una manifestación del
derecho al debido proceso, ya que pese a que la finalidad de este procedimiento es ejecutar una
obligación, la prueba es la manifestación latente del derecho a la defensa y debe admitirse
cuando corresponda.

96. Término Probatorio. Se encuentra regulado en el art. 468 CPC, que dispone que
cuando haya de recibirse a prueba la causa, el término para rendirla será de diez días. Podrá
ampliarse este término hasta diez días más, a petición del acreedor. La prórroga deberá solicitarse
antes de vencido el término legal, y correrá sin interrupción después de éste. Por acuerdo de
ambas partes, podrán concederse los términos extraordinarios que ellas designen.
El término probatorio comienza a correr desde que se notifica, por cédula, a la última de
las partes la resolución que declara la admisibilidad de las excepciones y ordena que se reciba la
causa a prueba, siempre que no se hubiera interpuesto recurso de reposición con apelación
subsidiaria. En caso de que hubiese reposición, el término probatorio comenzará a correr desde
que se notifica, por el estado diario, la resolución que se pronuncia sobre la última solicitud de
reposición. Según el art. 468 CPC, el término probatorio ordinario es de diez días. En cuanto al
término probatorio extraordinario, el art. 468 CPC indica que el término ordinario se puede
prorrogar por diez días más. En cuanto al término especial de prueba, nada se dice en las normas
del procedimiento ejecutivo. De ahí, que por aplicación del art. 3 del CPC, se deben aplicar
supletoriamente las normas del juicio ordinario en esta materia. Si las partes desean valerse de
prueba de testigos, la lista de testigos debe presentarse dentro de los cinco primeros días del
término probatorio.

97. Reglas de la Prueba. El art. 469 CPC manda que la prueba se rendirá del mismo
modo que en el juicio ordinario, y el fallo que dé lugar a ella expresará los puntos sobre que deba
recaer. Vencido el término probatorio, tendrán las partes seis días para hacer por escrito las
observaciones que el examen de la prueba sugiera. Vencido este plazo, háyanse o no presentado
escritos, y sin nuevo trámite, el tribunal citará a las partes para oír sentencia.
En cuanto a la carga probatoria, en el juicio ejecutivo, corresponde al ejecutado probar
los hechos en que funda sus excepciones. De ahí que el art. 465 CPC exige que se defienda
oponiendo excepciones y que indique en ese mismo escrito de oposición los medios de prueba de
que intenta valerse. Es el ejecutado quien debe demostrar fehacientemente los hechos en que
funda sus excepciones. El ejecutante no tiene la carga de probar porque justifica su derecho con
el título ejecutivo que sirve de base a su presentación.

98. Sentencia Ejecutiva. Luego del término probatorio, el mismo art. 469 CPC señala
que vencido el período de observaciones a la prueba, háyanse o no presentado escritos, y sin
nuevo trámite, el tribunal cita a las partes a oír sentencia. Esta pondrá fin a la tramitación en el
Cuaderno Ejecutivo, resolviendo los asuntos controvertidos, y dejando solo pendiente la
realización de los apremios y embargos correspondientes, que se tramitan en el Cuaderno de
Apremios. Si el Ejecutado dentro del Término de Emplazamiento no hubiera opuesto
excepciones no se darán los trámites señalados y no habrá Sentencia Definitiva, sino que
procederá directamente la Ejecución y Embargo. De esta forma, se abre el cuaderno de apremio
con la resolución de mandamiento de ejecución y embargo, sentencia interlocutoria. Ese
mandamiento va a bastar para seguir adelante con el juicio, hasta la realización de los bienes
embargados y el pago. Cuando hubo excepciones, la regla general es que la sentencia definitiva
produce cosa juzgada tanto en un juicio ejecutivo como en uno declarativo, siempre que
concurran los requisitos de la triple identidad del art. 177 CPC. No puede volver a conocerse de
nuevo ni en juicio ejecutivo ni en uno ordinario.

99. Plazo para su Dictación. El art. 470 CPC regula esta materia, señalando que la
sentencia definitiva deberá pronunciarse dentro del término de diez días, contados desde que el
pleito quede concluso. Este plazo se debe contar desde notificada la citación a oír sentencia. La
citación a oír la Sentencia Ejecutiva será notificada por Estado Diario.

100. Clasificación de las Sentencias Definitivas en el Juicio Ejecutivo. Dependiendo


de la decisión del tribunal, es posible distinguir dos tipos de sentencias definitivas en el juicio
ejecutivo. Estas pueden ser a) Absolutorias, o b) Condenatorias. Sentencia Absolutoria es aquella
en la que se acoge una o más de las excepciones opuestas por el ejecutado, desechando
consecuencialmente la demanda ejecutiva, quedando el ejecutado civilmente absuelto. Esta
sentencia debe imponer las costas al ejecutante. Si hubo embargo, este debe alzarse. Sentencia
Condenatoria es aquella que rechaza todas las excepciones opuestas por el deudor, acogiendo
consecuencialmente la demanda ejecutiva, ordenando seguir adelante la ejecución hasta el
completo pago del crédito con costas al ejecutado.
Las Sentencias Condenatorias a su vez se pueden subclasificar en Sentencias
Condenatorias de a) Pago y b) Remate. Esta distinción tiene su finalidad en definir cómo se
cumplirá dicha sentencia, en la determinación del procedimiento de apremio. Será de Pago
cuando el embargo haya recaído sobre dinero o sobre la misma especie o cuerpo cierto que se
debe. Será de Remate cuando haya recaído sobre otros bienes que deben realizarse, distintos del
dinero o la especie debida. Por lo mismo, el acreedor no se paga con los bienes embargados, sino
que se paga con el producto de la realización de dichos bienes. Realizar los bienes significa
reducirlos a dinero, a través de alguno de los sistemas que el Código de Procedimiento Civil
establece.

101. Régimen de la Condena en Costas. Si se rechazan todas las excepciones,


corresponderá al ejecutado el pago de las costas. Si estas se acogieren, el pago le corresponderá
al ejecutante. El inc. final del art. 471 CPC dispone que si se admiten sólo en parte una o más
excepciones, se distribuirán las costas proporcionalmente; pero podrán imponerse todas ellas al
ejecutado cuando en concepto del tribunal haya motivo fundado.

102. Impugnación de la Sentencia. Contra esta resolución procede la impugnación por


la vía de Apelación en el solo efecto devolutivo o por la Casación en la Forma. Si es absolutoria,
el agraviado es el ejecutante, y podría exigir al ejecutante rendir una fianza de resultas. Si es
condenatoria, el agraviado es el ejecutado, al que en ningún caso corresponderá exigir fianza de
resultas. Así, distinguimos estos dos recursos:
a) Recurso de apelación. Si lo interpone el ejecutante, se concede la apelación en ambos
efectos. Si lo interpone el ejecutado, habrá que subdistinguir si la sentencia es de pago o de
remate. i) Si la sentencia es de pago, se concede el recurso en el sólo efecto devolutivo. No
obstante, no se podrá hacer pago al ejecutante con el dinero o la especie o cuerpo cierto
embargado, mientras éste no consigne las resultas del recurso pendiente, en conformidad a los
arts. 194 Nº1 CPC y 475 CPC. ii) Si la sentencia es de remate, la apelación se concede en el sólo
efecto devolutivo. Luego, se puede seguir adelante con la realización de los bienes embargados.
Una vez vendidos, el producto del remate se consigna a la orden del tribunal y no se pagará al
ejecutante a menos que este caucione las resultas del recurso.
b) Recurso de casación. Se señala en virtud del art. 773 CPC que si el recurso lo intenta
el ejecutante no se suspende el cumplimiento del fallo, pero el vencido, puede solicitar que no se
lleve a efecto la sentencia mientras el ganancioso, no rinda fianza de resultas conforme al 773
inc. 2 CPC. Si el recurso lo intenta el ejecutado no se suspende el cumplimiento del fallo, pero el
vencido no podrá solicitar lo dispuesto en el art. 773 inc. 2 CPC.

103. Cosa Juzgada en el Juicio Ejecutivo. El art. 478 CPC señala que la sentencia
recaída en un juicio ejecutivo produce cosa juzgada en el juicio ordinario, tanto respecto del
ejecutante como del ejecutado. De lo dicho se puede concluir que la cosa juzgada en el juicio
ejecutivo presenta dos aspectos, a) Produce cosa juzgada en otro juicio ejecutivo posterior, es
decir, habiendo sentencia firme en un juicio ejecutivo, no se puede volver a plantear la misma
materia, entre las mismas partes, en otro juicio ejecutivo posterior. b) Esta regla general sobre la
cosa juzgada en juicio ejecutivo tiene excepciones, siendo estas la renovación de la acción
ejecutiva y la reserva de derechos.

104. La Renovación de la Acción Ejecutiva. Es una excepción a la regla que indica que
la sentencia firme en juicio ejecutivo produce cosa juzgada en otro juicio ejecutivo posterior. El
fundamento de la reserva de acciones es que en estos casos las excepciones por las que se
rechaza la demanda ejecutiva son de carácter dilatorio, es decir, no miran al fondo del asunto. De
ahí que, subsanados estos vicios, puede renovarse la demanda ejecutiva en un juicio ejecutivo
posterior. El art. 477 CPC señala que la acción ejecutiva rechazada por incompetencia del
tribunal, incapacidad, ineptitud del libelo o falta de oportunidad en la ejecución, podrá renovarse
con arreglo a los preceptos del Título I del Libro III.
En cuanto a la excepción de incapacidad a que alude el art. 477 CPC, se refiere a la falta
de personería y de representación contemplada en el art. 464 CPC. En lo que a la excepción de
falta de oportunidad en la ejecución respecta, se ha entendido que se refiere, no sólo al factor
tiempo en el sentido de que la obligación no sea exigible, sino que también a que la prestación
contenida en la sentencia no esté sujeta a ninguna modalidad de condición, plazo o modo. De
ahí, que la mayoría de la doctrina y la jurisprudencia entiende que la falta de oportunidad en la
ejecución comprende la concesión de esperas o la prórroga de plazo, la litispendencia, el
beneficio de excusión, o que falte algún requisito para que el título tenga fuerza ejecutiva.

105. La Reserva de Acciones y Excepciones. La regla es que la cosa juzgada en un


juicio ejecutivo produce cosa juzgada en un juicio ordinario posterior. Esta excepción a la cosa
juzgada consiste en que se permite tanto al ejecutante como al ejecutado hacer reserva de sus
acciones y excepciones llevando la discusión de esas acciones y excepciones a un juicio
ordinario posterior. Esta excepción comprende tanto las acciones que puede reservar el
ejecutante, como las excepciones que puede reservar el ejecutado.

106. Reserva Solicitada por el Ejecutante. Se entiende en base a los art.s 467 y 478
CPC que el ejecutante podrá efectuar esta reserva de acciones en dos oportunidades del juicio, ya
sea mediante el desistimiento o la reserva de acciones propiamente tal.
En cuanto al Desistimiento, el art. 467 CPC señala que el ejecutante podrá sólo dentro del
plazo de cuatro días que concede el el art. 466 inc. 1 CPC, desistirse de la demanda ejecutiva,
con reserva de su derecho para entablar acción ordinaria sobre los mismos puntos que han sido
materia de aquélla. Por el desistimiento perderá el derecho para deducir nueva acción ejecutiva, y
quedarán ipso facto sin valor el embargo y demás resoluciones dictadas. Responderá el
ejecutante de los perjuicios que se hayan causado con la demanda ejecutiva, salvo lo que se
resuelva en el juicio ordinario. Para que, en este caso, prospere la reserva de acciones debe el
ejecutante desistirse de su demanda ejecutiva. Este es un desistimiento especial, distinto a la
regla general de tramitación incidental de desistimiento del art. 148 CPC. En esta norma especial
de desistimiento, el art. 467 CPC indica que el tribunal lo resuelve sin más trámite, es decir lo
resuelve de plano accediendo a la reserva solicitada. En cuanto a sus efectos, a) El ejecutante
pierde su derecho a deducir nueva demanda ejecutiva; b) Quedan ipso facto, sin valor el embargo
y demás resoluciones que se hubieran dictado; c) El ejecutante queda responsable de los
perjuicios que haya causado con su demanda ejecutiva; y d) Una vez producido el desistimiento
y accedida a la reserva de acciones el ejecutante puede, en cualquier momento, entablar su
demanda ordinaria., el art. 467 CPC no señala plazo para ello.
En segundo lugar, existe también la opción de efectuar la reserva en conformidad al art.
478 CPC, que señala que la sentencia recaída en el juicio ejecutivo produce cosa juzgada en el
juicio ordinario, tanto respecto del ejecutante como del ejecutado. Con todo, si antes de dictarse
sentencia en el juicio ejecutivo, el actor o el procesado piden que se les reserven para el ordinario
sus acciones o excepciones, podrá el tribunal declararlo así, existiendo motivos calificados.
Siempre se concederá la reserva respecto de las acciones y excepciones que no se refieran a la
existencia de la obligación misma que ha sido objeto de la ejecución. En estos casos la demanda
ordinaria deberá interponerse dentro del plazo que señala el art. 474 CPC, bajo pena de no ser
admitida después, es decir, debe hacerlo en el término de quince días contados desde la
notificación de la sentencia definitiva. Entonces debe hacerse la distinción entre los siguientes
casos. Si las acciones cuya reserva se solicita, se refieren a la existencia misma de la obligación,
el tribunal accederá sólo si existen motivos calificados para ello. Constituye motivo calificado la
dificultad o la imposibilidad de rendir prueba. Si la reserva dice relación con acciones que no se
refieren a la existencia misma de la obligación que es objeto de la ejecución, el juez deberá
acceder a la reserva.

107. Reserva Solicitada por el Ejecutado. En conformidad a lo señalado en los arts. 473
CPC y 478 CPC, el ejecutado cuenta también con dos oportunidades para hacer valer su reserva.
La primera de estas disposiciones señala que si, deduciendo el ejecutado oposición legal, expone
en el mismo acto que no tiene medios de justificarla en el término de prueba, y pide que se le
reserve su derecho para el juicio ordinario y que no se haga pago al acreedor sin que caucione
previamente las resultas de este juicio, el tribunal dictará sentencia de pago o remate y accederá a
la reserva y caución pedidas.
Para que el ejecutado pueda hacer reserva de sus excepciones según el art. 473 CPC, son
necesarios los siguientes requisitos: a) Que el ejecutado oponga excepciones; b) Que en el escrito
de excepciones solicite su reserva de derechos; y c) Que exponga en ese escrito que carece de los
medios para justificar su oposición. Ante esta solicitud, el tribunal debe dictar sentencia
definitiva sin más trámite. Esa sentencia será de pago o de remate y accederá a la reserva
solicitada por el ejecutado y además accederá a la caución que el ejecutado pida para que el
acreedor pueda llevar a efecto el cumplimiento de esa sentencia de pago o de remate.

108. Efectos de la Reserva del Ejecutado. Los efectos que se derivan de esta reserva de
excepciones son los siguientes: a) El ejecutado debe interponer su demanda ordinaria ejercitando
como acción los mismos derechos que opuso como excepción; b) El ejecutado puede no pagar al
ejecutante, sin que éste no haya caucionado primero las resultas del juicio ordinario que va a
entablar; y c) El ejecutado debe presentar su demanda ordinaria en el plazo de quince días
contados desde la notificación de la sentencia definitiva. Si no entabla su demanda ordinaria en
ese plazo, se procederá a ejecutar la sentencia del juicio ejecutivo sin previa caución o bien esa
caución quedará cancelada si es que ya había sido aceptada.

109. Situación en que No se oponen Excepciones. El art. 472 CPC manda que si no se
oponen excepciones, se omitirá la sentencia y bastará el mandamiento de ejecución para que el
acreedor pueda perseguir la realización de los bienes embargados y el pago, de conformidad a las
disposiciones del procedimiento de apremio. La doctrina nacional ha patrocinado que se
produciría una suerte de transformación o metamorfosis del mandamiento, que pasaría a hacer
las veces de una sentencia de término. Una posición más matizada de la tesis de la
transformación del mandamiento atribuye al mandamiento de ejecución el carácter de sentencia,
pero sólo para los efectos de la realización de los bienes embargados y el pago de la deuda
respectiva. Lo cierto es que, si no se oponen excepciones, simplemente no se abrirá la fase
declarativa en el contexto de la ejecución y que, por consiguiente, tiene un carácter meramente
eventual. En todo caso, el que se presuma que se dictó sentencia condenatoria en la causa, frente
al silencio del ejecutado, no implica que en la causa se dictó sentencia de término, con sus
consecuencias legales, dato que es relevante para considerar los efectos de cosa juzgada. De esta
forma, el contenido de los Cuadernos sería el siguiente: a) Cuaderno principal: Demanda,
resolución recaída en la demanda; y b) Cuaderno de apremio: Mandamiento de ejecución,
requerimiento de pago, embargo.

110. El Abandono del Procedimiento. Uno de los efectos legales más relevantes de la
falta de oposición a la ejecución es que no se puede pedir el abandono del procedimiento
transcurrido el plazo general de 6 meses de inactividad, sino que deben transcurrir 3 años desde
la última gestión útil realizada en el cuaderno de apremio. Así se extrae del art. 153 CPC, que
señala que el abandono podrá hacerse valer sólo por el demandado, durante todo el juicio y hasta
que se haya dictado sentencia ejecutoriada en la causa. En los procedimientos ejecutivos el
ejecutado podrá, además, solicitar el abandono del procedimiento, después de ejecutoriada la
sentencia definitiva o en el caso del art. 472 CPC. En estos casos, el plazo para declarar el
abandono del procedimiento será de tres años contados desde la fecha de la última gestión útil,
hecha en el procedimiento de apremio, destinado a obtener el cumplimiento forzado de la
obligación, luego de ejecutoriada la sentencia definitiva o vencido el plazo para oponer
excepciones, en su caso. En el evento que la última diligencia útil sea de fecha anterior, el plazo
se contará desde la fecha en que quedó ejecutoriada la sentencia definitiva o venció el plazo para
oponer excepciones. En estos casos, si se declara el abandono del procedimiento sin que medie
oposición del ejecutante, éste no será condenado en costas.

Sección V.
Del Procedimiento en el Cuaderno de Apremio

111. El Cuaderno de Apremios. Está confirmado por aquellas diligencias a


consecuencia de que el tribunal competente decidió despachar el mandamiento de ejecución del
pago, lo que significa que el juez ordenó tramitar el juicio ejecutivo. En caso que se hubiera
denegado la ejecución, no habría cuaderno de apremio. Existe en todo juicio ejecutivo de
obligaciones de dar. Este cuaderno, que comienza con el mandamiento de ejecución y embargo,
contiene todos los actos procesales tendientes a que el ejecutante pueda obtener por medios
compulsivos o de fuerza, el cumplimiento de la obligación adeudada por el ejecutado. Si se
presenta una demanda ejecutiva y ésta cumple con todos los requisitos legales, el tribunal
admitirá la demanda a tramitación y proveerá “despáchese mandamiento de ejecución y
embargo”, en conformidad a lo señalado en el art 441 CPC; o simplemente la providencia es
“despáchese”, la que va en el cuaderno principal.
La resolución que admite la demanda a tramitación se consigna en el cuaderno principal o
ejecutivo, en cambio, el mandamiento de ejecución y embargo se consigna en el cuaderno de
apremio. Desde ese momento, están abiertos los dos cuadernos del juicio ejecutivo, de forma
paralela. De la notificación de la demanda ejecutiva se deja constancia en el cuaderno principal,
en tanto que el requerimiento de pago se consigna en el cuaderno de apremio, así como los
hechos de que fue requerido de pago y que pagó en el acto o no pagó. El Cuaderno de Apremios
va tramitando en forma paralela al cuaderno ejecutivo y contiene las siguientes actuaciones: a)
Mandamiento de Ejecución y Embargo, b) Requerimiento de Pago, c) Embargo de Bienes del
Ejecutado, d) Administración de los bienes embargados y e) Remate de los Bienes Embargados.

112. Mandamiento de Ejecución y Pago. Es aquella resolución que ordena requerir de


pago al deudor por una determinada suma, que además contiene la orden de embargar los bienes
suficientes para cubrir la deuda en caso de que no sea suficiente lo pagado por este. El
mandamiento debe cumplir con determinadas menciones. El art. 443 CPC dispone que el
mandamiento de ejecución contendrá:
a) La orden de requerir de pago al deudor;
b) La de embargar bienes del deudor en cantidad suficiente para cubrir la deuda con sus
intereses y las costas, si no paga en el acto; y
c) La designación de un depositario provisional que deberá recaer en la persona que, bajo
su responsabilidad, designe el acreedor o en persona de reconocida honorabilidad y solvencia, si
el acreedor no la ha indicado. El acreedor podrá designar como depositario al mismo deudor o
pedir que no se designe depositario. No podrá recaer esta designación en empleados o
dependientes a cualquier título del tribunal ni en persona que desempeñe el cargo de depositario
en tres o más juicios seguidos ante el mismo juzgado.
Si la ejecución recae sobre cuerpo cierto, o si el acreedor en la demanda ha señalado, para
que se haga el embargo, bienes que la ley permita embargar, el mandamiento contendrá también
la designación de ellos. Siempre que en concepto del tribunal haya fundado temor de que el
mandamiento sea desobedecido, podrá solicitar, a petición de parte, el auxilio de la fuerza
pública para proceder a su ejecución.

113. Requerimiento de Pago. El pago tiene por finalidad intimar, exigir o conminar al
deudor para que pague o entregue el cuerpo cierto debido (si fuera el caso) y debe hacerse en la
forma indicada en el art. 443 N° 1 CPC. Este requerimiento debe hacérsele personalmente; pero
si no es habido, se procederá en conformidad al art. 44 CPC, expresándose en la copia a que
dicho artículo se refiere, a más del mandamiento, la designación del día, hora y lugar que fije el
ministro de fe para practicar el requerimiento. No concurriendo a esta citación el deudor, se hará
inmediatamente y sin más trámite el embargo. Cuando el deudor haya sido notificado
personalmente o con arreglo al art. 44 CPC para otra gestión anterior al requerimiento, se
procederá a éste y a los demás trámites del juicio, en conformidad a lo establecido en los arts. 48
a 53 CPC. La designación del domicilio, exigida por el art. 49 CPC, deberá hacerse en tal caso
por el deudor dentro de los dos días subsiguientes a la notificación, o en su primera gestión si
alguna hace antes de vencido este plazo;
114. El Embargo. Diligencia judicial que se practica en el procedimiento ejecutivo cuyo
El Embargo debe recaer sobre Bienes de dominio del ejecutado, el deudor. No puede entonces
recaer sobre bienes de terceros. No obstante, es posible en algunos casos discutidos que queden
afectados bienes de terceros. En estos casos dichos terceros podrán intervenir en el juicio con la
finalidad de ser excluidos del embargo interponiendo una tercería. El embargo consiste en la
afectación de bienes del deudor para el pago de un crédito en ejecución. No debe confundirse el
embargo con la traba del embargo, que es el acto por medio del cual se concreta el embargo y se
define como una actuación judicial que practica un ministro de fe, que consiste en la entrega real
o simbólica, de ciertos bienes del deudor, a una persona designada como depositario, para
asegurar con ellos el pago de la deuda.

115 . Designación de Bienes a embargar. Para efectos de llevar a cabo la diligencia del
embargo, se deben designar e individualizar correctamente los bienes que se embargarán. En
principio, los designa el acreedor en la demanda ejecutiva o en el mismo acto del embargo,
haciendo uso de su derecho de concurrir a la diligencia del embargo. De lo contrario será el
propio deudor el que designará los bienes o en subsidio de todo lo anterior, le corresponderá al
ministro de fe. Así lo dispone el Código en su art. 447, que dispone que puede el acreedor
concurrir al embargo y designar, si el mandamiento no lo hace, los bienes del deudor que hayan
de embargarse, con tal que no excedan de los necesarios para responder a la demanda,
haciéndose esta apreciación por el ministro de fe encargado de la diligencia, sin perjuicio de lo
que resuelva el tribunal a solicitud de parte interesada, en conjunto al art. 448, que señala que no
designando el acreedor bienes para el embargo, se verificará éste en los que el deudor presente,
si, en concepto del ministro de fe encargado de la diligencia, son suficientes o si, no siéndolo,
tampoco hay otros conocidos, y por último, el art. 449 manda que si no designan bienes el
acreedor ni el deudor, el ministro de fe guardará en el embargo el orden siguiente: 1° Dinero; 2°
Otros bienes muebles; 3° Bienes raíces; y 4° Salarios y pensiones.

116. Práctica del Embargo. El art. 450 CPC señala que el embargo se entenderá hecho
por la entrega real o simbólica de los bienes al depositario que se designe, aunque éste deje la
especie en poder del mismo deudor. A falta de depositario designado por el juez, hará las veces
de tal el propio deudor hasta tanto se designe un depositario distinto. El ministro de fe que
practique el embargo deberá levantar un acta de la diligencia, la que señalará: a) El lugar y hora
en que éste se trabó; b) La expresión individual y detallada de los bienes embargados; c) Si fue
necesario o no el auxilio de la fuerza pública para efectuarlo y de haberlo sido, la identificación
del o de los funcionarios que intervinieron en la diligencia; y d) Toda alegación que haga un
tercero invocando la calidad de dueño o poseedor del bien.
A continuación la ley distingue entre lo que deberá contener el Acta dependiendo de si se
embargaron bienes muebles o inmuebles. Tratándose del embargo de bienes muebles, el acta
deberá indicar su especie, calidad y estado de conservación y todo otro antecedente o
especificación necesarios para su debida singularización, tales como, marca, número de fábrica y
de serie, colores y dimensiones aproximadas, según ello sea posible. En el embargo de bienes
inmuebles, éstos se individualizarán por su ubicación y los datos de la inscripción de dominio.
El acta deberá ser suscrita por el ministro de fe que practicó la diligencia y por el
depositario, acreedor o deudor que concurra al acto y que desee firmar. Sin que ello afecte la
validez del embargo, el ministro de fe deberá enviar carta certificada al ejecutado comunicándole
el hecho del embargo, dentro de los dos días siguientes de la fecha de la diligencia o del día en
que se reabran las oficinas de correo, si ésta se hubiere efectuado en domingo o festivo. El
ministro de fe deberá dejar constancia en el proceso del cumplimiento de esta obligación, en los
términos del art. 46 CPC. Toda infracción a las normas del art. 450 CPC hará responsable al
ministro de fe de los daños y perjuicios que se originen y el tribunal, previa audiencia del
afectado, deberá imponerle alguna de las medidas que se señalan en los números 2, 3 y 4 del art.
532 COT.

117. Procedimiento Posterior al Embargo. Luego de realizado el embargo, el art. 451


CPC señala que los bienes embargados se pondrán a disposición del depositario provisional y
éste, a su vez, los entregará al depositario definitivo que nombrarán las partes en audiencia
verbal o el tribunal en caso de desacuerdo. Si los bienes embargados se encuentran en territorios
jurisdiccionales distintos o consisten en especies de distinta naturaleza, podrá nombrarse más de
un depositario. Cualquiera de las partes que ofrezca probar que el depositario no tiene
responsabilidad bastante, será oída. Si el embargo recae sobre dinero, alhajas, especies preciosas,
o efectos públicos, el depósito deberá hacerse en un Banco o Caja Nacional de Ahorros a la
orden del juez de la causa y el certificado del depósito se agregará a los autos. Por último, cabe
destacar que el art. 452 CPC señala que si el deudor no concurre a la diligencia de embargo o si
se niega a hacer la entrega al depositario, procederá a efectuarla el ministro de fe.

118. Efectos del Embargo. La importancia del embargo radica en que consiste en una
diligencia necesaria que actúa como base para los posteriores actos procesales dirigidos a la
realización de los bienes. El ejecutado no pierde el dominio pero sí la administración, que queda
radicada en el depositario de los mismos. En el caso de que el embargo recaiga sobre bienes
inmuebles o derechos reales constituidos sobre éstos, el art. 452 CPC señala que no producirá
efecto alguno legal respecto de terceros, sino desde la fecha en que se inscriba en el respectivo
registro conservatorio en donde estén situados los situados los inmuebles. El ministro de fe que
practique el embargo, requerirá inmediatamente su inscripción y firmará con el conservador
respectivo y retirará la diligencia en el plazo de veinticuatro horas.

119. Hay Objeto Ilícito en la enajenación de Bienes Embargados. Así lo dispone el


Nº3 del art. 1464 CC, al señalar que hay objeto ilícito en la enajenación de las cosas embargadas
por decreto judicial, a menos que el juez lo autorice o el acreedor consienta en ello.
120. El Embargo no otorga derecho o privilegio a pagarse preferentemente. Esto
derechamente no puede ocurrir, ya que para el pago de una obligación no se dará preferencia en
base a quien inició un procedimiento, sino que deben utilizarse las reglas de prelación de créditos
contenidas en el Título XLI del Código Civil. Si un acreedor de mayor derecho interviene en el
procedimiento interponiendo una tercería de prelación, este podrá en principio pagarse
preferentemente al ejecutante.

121. Los Bienes Embargados. Deben ser suficientes y embargables. El art. 2465 CC
indica que toda obligación personal da al acreedor el derecho a perseguir su ejecución sobre
todos los bienes raíces o muebles del deudor, sean presentes o futuros, exceptuándose solamente
los no embargables, designados en el art. 1618 CC. Si por alguna razón, se embargan bienes que
según la ley son inembargables, el ejecutado puede por vía incidental reclamar solicitando el
alzamiento del embargo.La ley señala en el art. 445 CPC cuales bienes se encuentran excluidos
de la posibilidad de ser embargados. Esta disposición establece que no son embargables:
1°. Los sueldos, las gratificaciones y las pensiones de gracia, jubilación, retiro y
montepío que pagan el Estado y las Municipalidades.
Sin embargo, tratándose de deudas que provengan de pensiones alimenticias decretadas
judicialmente, podrá embargarse hasta el 50% de las prestaciones que reciba el alimentante en
conformidad al inciso anterior;
2°. Las remuneraciones de los empleados y obreros en la forma que determinan los
artículos 40 y 153 del Código del Trabajo;
3°. Las pensiones alimenticias forzosas;
4°. Las rentas periódicas que el deudor cobre de una fundación o que deba a la liberalidad
de un tercero, en la parte que estas rentas sean absolutamente necesarias para sustentar la vida
del deudor, de su cónyuge o conviviente civil y de los hijos que viven con él y a sus expensas;
5°. Los fondos que gocen de este beneficio, en conformidad a la Ley Orgánica del Banco
del Estado de Chile y en las condiciones que ella determine;
6°. Las pólizas de seguro sobre la vida y las sumas que, en cumplimiento de lo convenido
en ellas, pague el asegurador. Pero, en este último caso, será embargable el valor de las primas
pagadas por el que tomó la póliza;
7°. Las sumas que se paguen a los empresarios de obras públicas durante la ejecución de
los trabajos. Esta disposición no tendrá efecto respecto de lo que se adeude a los artífices u
obreros por sus salarios insolutos y de los créditos de los proveedores en razón de los materiales
u otros artículos suministrados para la construcción de dichas obras;
8°. El bien raíz que el deudor ocupa con su familia, siempre que no tenga un avalúo fiscal
superior a cincuenta unidades tributarias mensuales o se trate de una vivienda de emergencia, y
sus ampliaciones, a que se refiere el artículo 5° del decreto ley N°2552, de 1979; los muebles de
dormitorio, de comedor y de cocina de uso familiar y la ropa necesaria para el abrigo del deudor,
su cónyuge o conviviente civil y los hijos que viven a sus expensas.
La inembargabilidad establecida en el inciso precedente no regirá para los bienes raíces
respecto de los juicios en que sean parte el Fisco, Las Cajas de Previsión y demás organismos
regidos por la ley del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo;
9°. Los libros relativos a la profesión del deudor hasta el valor de cincuenta unidades
tributarias mensuales y a elección del mismo deudor;
10°. Las máquinas e instrumentos de que se sirve el deudor para la enseñanza de alguna
ciencia o arte, hasta dicho valor y sujetos a la misma elección;
11°. Los uniformes y equipos de los militares, según su arma y grado;
12°. Los objetos indispensables al ejercicio personal del arte u oficio de los artistas,
artesanos y obreros de fábrica; y los aperos, animales de labor y material de cultivo necesarios al
labrador o trabajador de campo para la explotación agrícola, hasta la suma de cincuenta unidades
tributarias mensuales y a elección del mismo deudor;
13°. Los utensilios caseros y de cocina, y los artículos de alimento y combustible que
existan en poder del deudor, hasta concurrencia de lo necesario para el consumo de la familia
durante un mes;
14°. La propiedad de los objetos que el deudor posee fiduciariamente;
15°. Los derechos cuyo ejercicio es enteramente personal, como los de uso y habitación;
16°. Los bienes raíces donados o legados con la expresión de no embargables, siempre
que se haya hecho constar su valor al tiempo de la entrega por tasación aprobada judicialmente;
pero podrán embargarse por el valor adicional que después adquieran;
17°. Los bienes destinados a un servicio que no pueda paralizarse sin perjuicio del
tránsito o de la higiene pública, como los ferrocarriles, empresas de agua potable o desagüe de
las ciudades, etc.; pero podrá embargarse la renta líquida que produzcan, observándose en este
caso lo dispuesto en el artículo anterior; y
18°. Los demás bienes que leyes especiales prohíban embargar.
Son nulos y de ningún valor los contratos que tengan por objeto la cesión, donación o
transferencia en cualquier forma, ya sea a título gratuito u oneroso, de las rentas expresadas en el
número 1° de este artículo o de alguna parte de ellas.

122. El Reembargo. El reembargo consiste en el embargo de un bien que ya está


embargado. Este caso se da cuando ya hay un juicio ejecutivo y bienes embargados y otro
acreedor, en un juicio ejecutivo posterior, en contra del mismo deudor, embarga nuevamente sus
bienes que ya están embargados por una primera ejecución. Esto es posible por el derecho de
prenda general que tiene todo acreedor sobre todos los bienes del deudor. No permitirlo, sería
establecer un privilegio a favor del primer acreedor, lo que no está contemplado en la ley. En la
práctica cuando esto sucede, para sacar a remate los bienes objeto del reembargo, se debe
requerir autorización de el o los otros jueces que conocen de los juicios ejecutivos donde se
habían embargado esos bienes, en conformidad a lo dispuesto en el art. 1464 Nº3 CC. Para este
efecto, el juez de la causa que sacará a remate los bienes reembargados debe dirigir un oficio a
los otros jueces solicitando lo autoricen, quienes accederán con citación del ejecutado. Otras
maneras de solucionar este choque entre el derecho de ambos acreedores es que el juez retenga la
cantidad proporcional o que cuando se sacan a remate los bienes que están reembargados, los
acreedores de los otros juicios ejecutivos interpongan tercería de prelación o de crédito, a fin de
que con el producto del remate se les pague a ellos también.

123. Incidente de Ampliación del Embargo. Consiste en la extensión del embargo a


otros bienes que no fueron objeto de la diligencia primitiva, esto es, no fueron embargados. Esto
ocurre cuando el acreedor tiene justo motivo para estimar que los bienes embargados serán
insuficientes para cubrir la deuda en capital, intereses y costas, y encuentra su respaldo
normativo en el art. 456 CPC. El inc. 2 de dicha disposición señala algunos de los justos motivos
en virtud de los cuales se puede solicitar este incidente, señalando que el haber recaído el
embargo sobre bienes difíciles de realizar, será siempre justo motivo para la ampliación. Lo será
también la introducción de cualquier tercería sobre los bienes embargados. Por último, se debe
considerar que pedida la ampliación después de la sentencia definitiva, no será necesario el
pronunciamiento de nueva sentencia para comprender en la realización los bienes agregados al
embargo. La ampliación se regula de acuerdo a las normas del procedimiento incidental
ordinario, comprendidas en los arts. 82 y sgtes. CPC.

124. Incidente de Reducción del Embargo. Consiste en el planteamiento de la


alegación de que los bienes comprendidos en el embargo son excesivos, de manera que superan
los bienes necesarios para responder a la obligación del deudor. El fundamento de la
interposición de esta incidencia emana del art. 447 parte final CPC, que señala, respecto a la
designación de los bienes embargados, que esta se realizará por el acreedor “sin perjuicio de lo
que resuelva el tribunal a solicitud de parte interesada”. Se tramita en base a las mismas reglas de
los incidentes ordinarios.

125. Incidente de Sustitución del Embargo. Esto no significa reemplazar bienes


embargados por otros bienes. Esta figura está establecida por el art. 457 CPC, consiste en que el
deudor debe consignar una cantidad de dinero suficiente para el pago de la obligación siempre
que la ejecución no recaiga sobre la especie o cuerpo cierto debida. Consiste entonces en una
sustitución del bien embargado por dinero. No debe confundirse con el pago, ya que su
naturaleza jurídica es de una consignación.

126. Cesación del Embargo. Se produce esta situación cuando el deudor, antes de
verificarse el remate, paga la deuda, intereses, reajustes y costas. Al respecto, el art. 490 CPC
dispone que antes de verificarse el remate, puede el deudor libertar sus bienes pagando la deuda
y las costas.

127. Exclusión de Bienes del Embargo. En virtud del art. 519 inc. 2 CPC, que dispone
que se tramitará como incidente la reclamación del ejecutado para que se excluya del embargo
alguno de los bienes a que se refiere el art. 445 CPC, esto es, aquellos a los que la ley otorga la
calidad de inembargables. La inembargabilidad está establecida en favor del deudor. Es
renunciable, de manera que el embargo que recae sobre bienes inembargables es válido. Lo
mismo es válido en el caso de embargo sobre bienes de dominio o en posesión de un tercero al
momento de practicarse la diligencia. Se debe reclamar para que no se realice este embargo, el
tribunal no dispondrá de dicha actuación de oficio.

Sección IV.
Cumplimiento de la Sentencia y Remate

128. Retiro de las Especies. Es una diligencia sumamente importante en el proceso de


ejecución. Una vez verificado el embargo, este retiro de acuerdo al art. 455 inc. final CPC, no se
puede ordenar sino hasta que haya pasado un plazo de 10 días desde la fecha de la traba del
embargo. El acreedor no se paga con los bienes embargados, por esto se distingue entre la
sentencia de pago y la sentencia de remate. Esto depende de los bienes respecto de los cuales
recayó el embargo. Por lo que, sí es una sentencia de remate, los bienes deben realizarse, lo que
implica su remate. Si la sentencia es condenatoria de pago, el acreedor se paga con bienes
embargados. En este caso los bienes embargados van a ser dinero. Lo que podría también
adeudar el deudor puede ser entregar una determinada especie o cuerpo cierto. En este caso la
sentencia condenatoria igualmente es de pago, y el acreedor debe recibir la misma especie o
cuerpo cierto. El procedimiento de realización de bienes está establecido para dar cumplimiento
a una diligencia de remate, en que el objetivo es vender los bienes embargados, mediante una
venta forzosa, para transformarlos en dinero. Nuestro código en esta materia establece distintos
sistemas respecto a la realización de bienes, dependiendo la naturaleza del bien, habiendo que
distinguir si recae sobre un mueble o un inmueble. No es igual que el embargo recaiga sobre un
mueble que un inmueble, puesto que se aplican distintas reglas.
El art. 481 CPC establece que notificada que sea la sentencia de remate, se procederá a la
venta de los bienes embargados de conformidad a los arts. siguientes. Esto es la realización de
los bienes embargados.Para saber cómo se cumple la sentencia, hay que recordar que el juicio
ejecutivo puede terminar por sentencia absolutoria o condenatoria y que ésta a su vez puede ser
de pago o de remate. Naturalmente, que para estudiar el cumplimiento de la sentencia nos
referiremos a la sentencia condenatoria.

129. El Cumplimiento de la Sentencia Condenatoria de Pago. La sentencia de pago es


aquella que recae sobre dinero o sobre la especie o cuerpo cierto debida. Si la sentencia de pago
recae sobre dinero, una vez que la sentencia queda ejecutoriada, se solicita al tribunal que liquide
el crédito y se tasen las costas y una vez ejecutoriada esta resolución se paga al ejecutante con el
dinero embargado. El art. 510 CPC manda que ejecutoriada la sentencia definitiva y realizados
los bienes embargados, se hará la liquidación del crédito y se determinarán, de conformidad al
art. 471 CPC, las costas que deben ser de cargo al deudor, incluyéndose las causadas después de
la sentencia. Lo dispuesto en este artículo tendrá también aplicación en el caso previsto en el art.
509 inc. 2 CPC. Si la sentencia de pago recae sobre la especie o cuerpo cierto debida, se
cumplirá esta sentencia una vez que quede ejecutoriada, entregando la especie debida al
ejecutante, en conformidad al art. 512 CPC.

130. Cumplimiento de la Sentencia Condenatoria de Remate. Es aquella que recae


sobre otros bienes del deudor que no son ni dinero ni la especie debida y que hay que rematar
para hacer pago al acreedor. Para determinar cómo se realizan los bienes hay que estarse a la
naturaleza de estos. Si se trata de bienes sujetos a corrupción o susceptibles de próximo deterioro
o cuya conservación sea difícil o dispendiosa, estos bienes se venden por el depositario, sin
previa tasación, pero con autorización judicial, de acuerdo al art. 483 CPC. Una vez vendidos, el
depositario consigna en la cuenta del tribunal el producto de la venta. Ejemplo de este tipo de
bienes sería animales, que requieren veterinario, pesebrera, alimento especial etc. Si se trata de
efectos de comercio realizables en el acto, se venden sin previa tasación, por un corredor de
comercio, de acuerdo al art. 484 CPC. El corredor de comercio es nombrado conforme a las
normas de nombramiento de peritos. Sería el caso, por ejemplo, de acciones de una sociedad. En
los casos de los demás bienes muebles, estos se venden al martillo, siempre que sea posible, sin
previa tasación, la venta se hace por un martillero designado por el tribunal, de acuerdo al art 482
CPC.

131. Remate de Bienes Muebles. Se debe distinguir entre a) la regla general de bienes
muebles; b) la primera regla especial, para aquellos sujetos a corrupción o susceptibles de
próximo deterioro o cuya conservación sea difícil o dispendiosa; y c) la segunda regla especial,
para los efectos del comercio realizables en el acto.
El art. 482 CPC dispone que los bienes muebles embargados se venderán en martillo, sin
necesidad de tasación previa. La venta se hará por el martillero público designado por el tribunal
que corresponda. Este martillero público se nombra por el juez a petición de parte, normalmente
se pide en el mismo escrito de retiro de las especies. Esta es una venta en la que el juez no
interviene. En poder del martillero, debe fijar día y hora en que se realice la venta, y hacer la
publicidad del caso. Tiene que dejar la constancia pertinente en el proceso, rendir cuenta a través
de un escrito, y consignar el dinero. Hay derecho para objetarle la cuenta al martillero.
En caso de que estos bienes estén sujetos a corrupción o sean susceptibles de próximo
deterioro o cuya conservación sea difícil o dispendiosa, se aplicará lo dispuesto en el art. 483
CPC, que señala que en este caso venderá el depositario en el caso más conveniente con
autorización del juez, sin previa tasación. El depositario está mal tratado en el código, ya que el
depositario podría ser el mismo ejecutado, en cuyo caso difícilmente pasará a vender sus propios
bienes.
La venta de efectos del comercio realizables en el acto se lleva a cabo en conformidad al
art. 484 CPC, que dispone que los efectos de comercio realizables en el acto se venderán sin
previa tasación por un corredor de bolsa nombrado en la forma que establece el art. 414 CPC.
Del mismo modo esta persona, que tiene la calidad de perito, debe dar cuenta al tribunal una vez
que la venta se lleve a efecto, rindiendo la cuenta a través de un escrito y consignando el dinero.
Siempre que hay que poner dinero a disposición del tribunal hay que consignar.

132. Remate de Bienes Raíces. El art. 485 CPC dispone que los demás bienes no
comprendidos en los tres artículos anteriores, se tasarán y venderán en remate público ante el
tribunal que conoce de la ejecución, o ante el tribunal dentro de cuya jurisdicción estén situados
los bienes, cuando así se resuelva a solicitud de partes y por motivos fundados. Con todo, cuando
así lo disponga el tribunal, por resolución fundada, el remate podrá verificarse en forma remota.
Corresponderá a la Corte Suprema regular, mediante auto acordado, la forma en que se realizarán
los remates por vía remota, debiendo establecer mecanismos que aseguren la efectiva
participación de quienes manifiesten su voluntad de comparecer de esa forma y que cumplan con
los requisitos legales. Para rematar un inmueble embargado en juicio ejecutivo haya que cumplir
con los siguientes trámites: a) la Tasación del Bien; b) las Bases para la Subasta; y c) la
Publicación de Avisos en los Diarios.

133. La Tasación del bien. Conforme al art. 486 CPC, la tasación es la que figura en el
rol de avalúo vigente para efecto de la contribución de haberes, es el rol de avalúo del bien raíz
para efecto de pago de contribuciones o impuesto territorial. Este escrito se acompaña con
citación. Ahora bien, puede suceder que el ejecutado no esté conforme con ese avalúo y solicite
una nueva tasación por un perito nombrado al efecto. Esto lo puede solicitar en el plazo de tres
días de la citación. La nueva tasación efectuada por el perito se pondrá en conocimiento de las
partes, quienes tendrán tres días para impugnarla. De la impugnación de cada parte se dará
traslado a la otra por igual término. El art. 487 CPC manda que transcurridos esos plazos para
impugnar la tasación del perito, y aunque se hayan evacuado los plazos de traslado sin que haya
habido impugnación, resolverá el tribunal, sea aprobando la tasación, sea mandando rectificarla
por ese mismo perito o por otro, o fijando el mismo tribunal el justiprecio del bien. Aprobada
que sea la tasación, se señala día y hora para la subasta, en conformidad a lo dispuesto en el art.
488 CPC. En todo caso, antes de señalar fecha para ella, es necesario que el ejecutante presente
las bases para la subasta.

134. Las Bases para la Subasta. Las bases de la subasta, dice relación con las
condiciones conforme a las cuales se efectuará la subasta. Por ejemplo, el precio, mínimo de
posturas, forma de pago, monto de la caución, entrega del inmueble, singularización del
inmueble etc. Al tenor del art. 491 CPC, el precio de los bienes que se rematan deben pagarse al
contado, salvo que las partes acuerden, o el tribunal, por motivos fundados, resuelva otra cosa.
Las condiciones para la subasta las propone el ejecutante, con citación del ejecutado. La
oposición que pueda formular el ejecutado, se resuelve de plano por el tribunal. Cuando el
tribunal es llamado a resolver de plano sobre las bases del remate, en caso de que el ejecutado se
haya opuesto a ellas, tiene algunas limitaciones: a) De acuerdo al art. 493 CPC, el tribunal no
puede fijar un mínimo para las posturas que baje de los dos tercios de la tasación del inmueble; y
b) En conformidad al art. 494 CPC, La caución que deban rendirlos postores para participar del
remate no puede ser inferior al diez por ciento del valor de los bienes.
En caso de que existan hipotecas que afecten el inmueble a subastar, se debe citar a él o
los acreedores hipotecarios para comunicarles que la finca hipotecada será rematada, ello con el
fin que el o los acreedores hipotecarios concurran al juicio a hacer valer sus derechos. Esto se
regula en los art. 2428 CC y 492 CPC, y se conoce como la purga de la hipoteca. Podemos decir
que por el art. 2428 CC, cesa el derecho de persecución que tiene el acreedor hipotecario contra
el tercero que haya adquirido el inmueble, en pública subasta ordenada por el juez, siempre que
concurran tres requisitos: i) Que la venta se efectúe en pública subasta; ii) Que se cite
personalmente a los acreedores hipotecarios; y iii) Que la subasta se efectúe una vez transcurrido
el término de emplazamiento contado desde la notificación a los acreedores hipotecarios.
El art. 2428 CC dispone que la hipoteca da al acreedor el derecho de perseguir la finca
hipotecada, sea quien fuere el que la posea, y a cualquier título que la haya adquirido. Sin
embargo, esta disposición no tendrá lugar contra el tercero que haya adquirido la finca
hipotecada en pública subasta, ordenada por el juez. Mas para que esta excepción surta efecto a
favor del tercero deberá hacerse la subasta con citación personal, en el término de
emplazamiento, de los acreedores que tengan constituidas hipotecas sobre la misma finca; los
cuales serán cubiertos sobre el precio del remate en el orden que corresponda. El juez entre tanto
hará consignar el dinero. El art. 492 CPC complementa lo indicado en el art. 2428 CC, en el
sentido que otorga a los acreedores hipotecarios de grado preferente a aquel que persigue el
remate de la finca el derecho a elegir entre dos opciones, a) pagarse sus créditos con el producto
del remate; o b) conservar sus hipotecas, siempre que sus créditos no estén devengados. Ahora
bien, una vez citados los acreedores hipotecarios, si nada dicen en el término de emplazamiento,
se entiende que optan por pagarse con el producto del remate. El art. 492 CPC dispone que si por
un acreedor hipotecario de grado posterior se persigue una finca hipotecada contra el deudor
personal que la posea, el acreedor o los acreedores de grado preferente, citados conforme al art.
2428 CC, podrán, o exigir el pago de sus créditos sobre el precio del remate según sus grados, o
conservar sus hipotecas sobre la finca subastada, siempre que sus créditos no estén devengados.
No diciendo nada, en el término del emplazamiento, se entenderá que optan por ser pagados
sobre el precio de la subasta. Si se ha dictado la resolución de reorganización que incluya los
bienes del poseedor de la finca perseguida, o ha sido sometido a un procedimiento concursal de
liquidación, se estará a lo prescrito en el art. 2477 CC. Los procedimientos a que den lugar las
disposiciones anteriores, se verificarán en audiencias verbales con el interesado o los interesados
que concurran.

135. Publicación de Avisos en los Diarios. Una vez acordada la fecha del remate, es
necesario fijarla mediante publicación de avisos. Se deberán publicar a lo menos cuatro avisos en
un diario de la comuna donde tenga asiento el tribunal, o en la capital de la provincia o en la
capital regional, si en aquella no lo hubiere. Los avisos se pueden publicar en días inhábiles. El
primer aviso debe publicarse con, a lo menos, quince días de anticipación al día de la subasta. Si
hay bienes en otras regiones, deberá publicarse avisos también en ellas. Los avisos contendrán
los datos necesarios para identificar los bienes que se rematarán. La omisión de la publicación de
los avisos acarrea la nulidad del remate. En este sentido, el art. 489 CPC dispone que el remate,
con el señalamiento del día y hora en que debe tener lugar, se anunciará por medio de avisos
publicados, a lo menos por cuatro veces en un diario de la comuna en que tenga su asiento el
tribunal, o de la capital de la provincia o de la capital de la región, si en aquélla no lo hubiere.
Los avisos podrán publicarse también en días inhábiles. El primero de los avisos deberá ser
publicado con quince días de anticipación, como mínimo, sin descontar los inhábiles, a la fecha
de la subasta. Si los bienes están en otra comuna, el remate se anunciará también en ella o en la
capital de la respectiva región, si fuere el caso, por el mismo tiempo y en la misma forma. Los
avisos serán redactados por el secretario y contendrán los datos necesarios para identificar los
bienes que van a rematarse. Llegado el día del remate, éste se realizará a la hora designada y en
presencia del juez y del secretario del tribunal. Todo aquel que desee participar como postor debe
rendir caución a la que alude el art. 494 CPC. El remate es ante la ley un verdadero “contrato de
compraventa”, aunque se verifique contra la voluntad del deudor. En este contrato, el juez actúa
como representante legal del deudor. En cuanto a la caución referida, el art. 494 CPC dispone
que todo postor, para tomar parte en el remate, deberá rendir caución suficiente, calificada por el
tribunal, sin ulterior recurso, para responder de que se llevará a efecto la compra de los bienes
rematados. La caución será equivalente al diez por ciento de la valoración de dichos bienes y
subsistirá hasta que se otorgue la escritura definitiva de compraventa, o se deposite a la orden del
tribunal el precio o parte de él que deba pagarse de contado. Si no se consigna el precio del
remate en la oportunidad fijada en las bases, las que el secretario hará saber en el momento de la
licitación, o el subastador no suscribe la escritura definitiva de compraventa, el remate quedará
sin efecto y se hará efectiva la caución. El valor de ésta, deducido el monto de los gastos del
remate, se abonará en un cincuenta por ciento al crédito y el cincuenta por ciento restante
quedará a beneficio de la Junta de Servicios Judiciales. Se concederán sólo en el efecto
devolutivo las apelaciones que interponga el subastador de los bienes embargados.

136. El Remate. Una vez satisfechas las diligencias exigidas para poder llevar a cabo
esta actuación, el remate se realizará el día que fue fijado para la subasta. Existen varias
alternativas fácticas que pueden acontecer respecto del remate: a) el Remate se lleva a cabo; b) el
Remate no se lleva a cabo el día fijado; y c) el segundo Remate tampoco se lleva a cabo por falta
de postores. Se profundizará a continuación cada uno de los casos señalados.

137. Primera Posibilidad, el Remate se logra llevar a cabo. Verificado el remate, y


adjudicado los bienes, se extiende un acta de remate que se lleva en un registro especial por el
tribunal, además en el cuaderno de apremio se deja un extracto del acta de remate, en que se
indica que quienes participan, quien remata, el valor del remate, etc. La importancia del acta de
remate se indica en el art. 495 CPC, que señala que el acta de remate de la clase de bienes a que
se refiere el art. 1801 inc. 2 CC, se extenderá en el registro del secretario que intervenga en la
subasta, y será firmada por el juez, el rematante y el secretario. En caso que el remate se
verifique en forma remota, el acta deberá ser firmada por el adjudicatario mediante firma
electrónica avanzada o, en su defecto, mediante firma electrónica simple. Esta acta valdrá como
escritura pública, para el efecto del art. 1801 CC; pero se extenderá sin perjuicio de otorgarse
dentro de tercero día la escritura definitiva con inserción de los antecedentes necesarios y con los
demás requisitos legales. Esta norma hay que entenderla en relación con el art. 1801 inc. 2 CC,
que dispone que la venta de los bienes raíces servidumbres y censos, y la de una sucesión
hereditaria no se reputan perfectas ante la ley, mientras no se ha otorgado escritura pública. El
art. 495 CPC, da al acta de remate valor de escritura pública para los efectos del art. 1801 inc. 2
CC, ello para que esta venta forzada sea válida. El acta hace las bases de la escritura pública, la
que tendrá valor de escritura pública mientras no se levante esta.
Sin perjuicio de lo indicado, el art. 495 inc. 2 CPC, agrega que dentro de tercero día debe
otorgarse la escritura pública definitiva ante notario. No se trata de un plazo fatal, pero
transcurrido nace el derecho que tiene el subastador de suscribir la escritura definitiva. Para que
la escritura definitiva se extienda, es necesario que el tribunal lo decrete, lo que hará a petición
de la parte interesada que será el subastador. En esa presentación el subastador le pide al tribunal
que extienda la escritura definitiva y se inserten en ella todos los antecedentes necesarios; que se
alcen los embargos y se cancelen las hipotecas en su caso. La escritura definitiva se podrá
extender una vez que quede firme la resolución del tribunal que sí lo ordena. Finalmente, el art.
497 CPC indica que para los efectos de la inscripción, no admitirá el conservador sino la
escritura definitiva de compraventa. Dicha escritura será suscrita por el rematante y por el juez,
como representante legal del vendedor, y se entenderá autorizado el primero para requerir y
firmar por sí solo la inscripción en el Conservador, aun sin mención expresa de esta facultad.

138. Segunda Posibilidad, el Remate no se lleva a cabo el día fijado. Esta situación
está regulada en el art. 499 CPC. Este dispone que si no se presentan postores en el día señalado,
podrá el acreedor solicitar cualesquiera de estas dos cosas, a su elección: a) Que se le adjudiquen
por los dos tercios de la tasación los bienes embargados; y b) Que se reduzca prudencialmente
por el tribunal el avalúo aprobado. La reducción no podrá exceder de una tercera parte de este
avalúo. Esto último quiere decir que no es posible que se reduzca nuevamente el avalúo y se
saque a remate otra vez el bien. El art. 502 CPC dispone que cuando haya de procederse a nuevo
remate en los casos determinados por los tres artículos precedentes, se observará lo dispuesto en
el art. 489 CPC, reduciéndose a la mitad los plazos fijados para los avisos. No se hará, sin
embargo, reducción alguna de estos plazos, si han transcurrido más de tres meses desde el día
designado para el anterior remate hasta aquel en que se solicite la nueva subasta. En este caso
hay que hacer nuevas publicaciones, las que se reducen en tiempo. En esta segunda opción, se
saca nuevamente a remate el inmueble, por los dos tercios del nuevo avalúo fijado por el
tribunal. Se deben efectuar nuevos avisos en los diarios. Los plazos de los avisos se reducen a
ocho días.
139. Tercera posibilidad, en el segundo remate tampoco se lleva a cabo por falta de
postores. El art. 500 CPC señala que si son puestos a remate los bienes embargados por los dos
tercios del nuevo avalúo, hecho de conformidad al art. 499 Nº2 CPC, tampoco se presentan
postores, podrá el acreedor pedir cualquiera de estas tres cosas, a su elección: a) Que se le
adjudiquen los bienes por los dichos dos tercios; b) Que se pongan por tercera vez a remate, por
el precio que el tribunal designe; y c) Que se le entreguen en prenda pretoria. En este último
caso, el deudor puede pedir que se vuelva a sacar el bien a remate, en este caso no habrá mínimo
para las posturas. Si la ejecución fuere en moneda extranjera, para hacer uso del derecho que
confiere el art. 499 Nº1 CPC y que se le adjudiquen los bienes por los dichos dos tercios, el
ejecutante deberá hacer liquidar su crédito en moneda nacional, al tipo medio de cambio libre
que certifique un Banco de la plaza.

140. La Prenda pretoria o Anticresis Judicial: Esta figura está regulada en los arts.
2445 CC y 503 a 508 CPC. La prenda pretoria es un contrato, en virtud del cual, por resolución
judicial, se entregan al acreedor los bienes embargados, sean estos raíces o muebles, para que se
pague con sus frutos. Cuando los bienes se entregan en prenda pretoria, esto debe hacerse bajo
inventario solemne. El art. 504 CPC, especifica las facultades del acreedor respecto de los bienes
sujetos a prenda pretoria, señalando que el acreedor a quien se entreguen bienes muebles o
inmuebles en prenda pretoria deberá llevar cuenta exacta, y en cuanto sea dable documentada, de
los productos de dichos bienes. Las utilidades líquidas que de ellos obtenga se aplicarán al pago
del crédito, a medida que se perciban. Por su parte, el art. 505 CPC, indica que el deudor puede
pedir los bienes dados en prenda pretoria, pagando la deuda y las costas. Del mismo modo, el
acreedor puede poner fin a la prenda pretoria y solicitar su enajenación o que se embarguen otros
bienes del deudor. El art. 506 CPC se refiere a las obligaciones a que está sujeto el acreedor de la
prenda pretoria, señalando que el acreedor que tenga bienes en prenda pretoria deberá rendir
cuenta de su administración, cada año si son bienes inmuebles y cada seis meses si se trata de
muebles, bajo la pena, si no lo hace, de perder la remuneración que le habría correspondido, de
conformidad al inciso final del art. 504 CPC, por los servicios prestados durante el año. En lo no
regulado en el Código de Procedimiento Civil, la Prenda Pretoria se regulará por las normas del
Título XXXIX del Libro IV del Código Civil, según manda el art. 507 CPC. Cuando se
constituya en bienes muebles, tendrá, además, sobre ellos, el que los reciba, los derechos y
privilegios de un acreedor prendario. El art. 508 CPC señala que si los bienes embargados
consisten en el derecho de gozar una cosa o percibir sus frutos, podrá pedir el acreedor que se dé
en arrendamiento o que se entregue en prenda pretoria este derecho. El arrendamiento se hará en
remate público, fijadas previamente por el tribunal, con audiencia verbal de las partes, las
condiciones que hayan de tenerse como mínimum para las posturas. Se anunciará al público el
remate con anticipación de veinte días, en la forma y en los lugares expresados por el art. 489
CPC.
141. Fín del Juicio Ejecutivo. Cuando se rematan los bienes, los fondos que resulten de
esa realización se hace la liquidación del crédito y se determinan las costas. Una vez aprobado,
se hace pago al ejecutante. El art 509 CPC dispone que los fondos que resulten de la realización
de los bienes embargados se consignarán directamente por los compradores, o por los
arrendatarios en el caso del artículo anterior, a la orden del tribunal que conozca de la ejecución,
en la forma dispuesta en el art. 507 COT. Si se ha interpuesto apelación de la sentencia, no podrá
procederse al pago al ejecutante, pendiente el recurso, sino en caso de que caucione las resultas
del mismo. El art. 510 CPC manda que ejecutoriada la sentencia definitiva y realizados los
bienes embargados, se hará la liquidación del crédito y se determinarán, de conformidad al art.
471 CPC, las costas que deben ser de cargo al deudor, incluyéndose las causadas después de la
sentencia. Lo dispuesto en este artículo tendrá también aplicación en el caso previsto en el art.
509 inc. 2 CPC. Por último, el art. 511 CPC señala que practicada la liquidación a que se refiere
el artículo precedente, se ordenará hacer pago al acreedor con el dinero embargado o con el que
resulte de la realización de los bienes de otra clase comprendidos Si la ejecución fuere en
moneda extranjera, el tribunal pondrá a disposición del depositario los fondos embargados en
moneda diferente a la adeudada sobre los cuales hubiere recaído el embargo y los provenientes
de la realización de bienes del ejecutado en cantidad suficiente, a fin de que, por intermedio de
un Banco de la plaza, se conviertan en la moneda extranjera que corresponda. Esta diligencia
podrá también ser cometida al secretario.

142. La Escritura Pública. Esta debe otorgarse dentro del plazo de 3 días contados
desde que se verificó el remate, siendo esta una condición que va incluida en las bases de remate.
Esa caución o garantía que se le exigió a los interesados para tomar parte del remate, en el caso
del rematante o adjudicatario debe ser imputada al precio definitivo o al valor de la adjudicación
y el rematante está obligado a pagar el saldo de precio restante conforme a lo que indica el acta
de adjudicación, en que esto debe constar. Si no se consigna el precio del remate, o el subastador
no suscribe la escritura pública, el remate queda sin efecto y se hace efectiva la caución, se
pierde la caución del rematante, porque hay que hacer un nuevo remate. Ese precio, como se
trata de dinero, debe ser consignado en la cuenta corriente del tribunal, en la fecha que indican
las bases de remate y realizados los bienes embargados debe liquidarse el crédito y determinar
las costas, según el art. 510 CPC.

143. La Liquidación. Una vez se consigna el dinero a disposición del tribunal, las
deudas deben actualizarse a fin de determinar el monto efectivo al momento del pago. Por lo
mismo en la demanda ejecutiva se demanda capital, intereses y costas. Estas actualizaciones son
la llamada Liquidación. El Secretario es el funcionario encargado de liquidar intereses y
determinar la tasación de las costas procesales. Esto se realiza mediante la presentación de un
escrito de parte del acreedor. Con posterioridad el juez ordenará al secretario calcular los gastos
del juicio o costas procesales. Esta Liquidación se pone en conocimiento de las partes y se tendrá
por aprobada si no es objetada dentro de tres días. Aprobada esta tasación corresponderá al juez
regular los honorarios o costas personales, dando el monto final actualizado de la obligación a
cumplir por el deudor. Puede ocurrir que el monto de la subasta cubra perfectamente el monto
total de la obligación, así como el caso contrario. Si no es suficiente la adjudicación para
satisfacer la deuda el juicio ejecutivo continuará hasta satisfacer el monto. En caso de que el
valor sea superior al de la deuda liquidada, el exceso es del ejecutado.

144. La Cuenta y Remuneración del Depositario. Este trámite posterior al remate se


encuentra regulado en los arts. 514 y siguientes CPC. El art. 514 CPC señala que luego que
expire por cualquiera causa el cargo del depositario, éste rendirá cuenta de su administración en
la forma que la ley establece para los tutores y curadores. Podrá, sin embargo, el tribunal, a
solicitud de parte, ordenarle que rinda cuentas parciales antes de la terminación del depósito.
Presentada la cuenta, general o parcial, por el depositario, tendrán las partes el término de seis
días para examinarla; y si se hacen reparos, se tramitarán como un incidente. El depositario
deberá consignar a la orden del tribunal, en la forma expresada en el art. 509 CPC, los fondos
líquidos que obtenga correspondientes al depósito, tan pronto como lleguen a su poder; y
abonará intereses corrientes por los que no haya consignado oportunamente, según señala el art.
515 CPC. No siempre tendrá derecho a remuneración el depositario, ya que el art. 517 CPC
señala los casos excepcionales en que se configurará tal circunstancia, disponiendo que no tienen
derecho a remuneración: a) El depositario que, encargado de pagar el salario o pensión
embargados, haya retenido a disposición del tribunal la parte embargable de dichos salarios o
pensión; y b). El que se haga responsable de dolo o culpa grave.

Sección VI.
De las Tercerías.

145. Concepto y Regulación. La tercería es la reclamación de una o más personas en un


juicio que se sigue entre otras que son las partes directas y que tienen interés en el resultado del
juicio, por existir un derecho comprometido en él. Se dice que cualquier gestión que realice un
tercero, en defensa de un derecho que afirme pertenecerle en un juicio que se sigue entre otras
partes, se denomina tercería. Los terceros y su clasificación en coadyuvantes, excluyentes e
independientes se trata en los arts. 22, 23 y 24 del CPC. Se entiende por tercero a las personas
que, sin ser parte directa en el juicio, intervienen en él por tener un interés actual en sus
resultados. Luego, cada vez que un tercero interviene en un juicio ya iniciado por otros se habla
de una tercería.
El Código de Procedimiento Civil las regula en los arts. 518 y sgtes. Esta denominación
de tercerías es aplicable a cualquier juicio, consistiendo en la introducción de un tercero en un
procedimiento haciendo valer determinados derechos y supletoriamente se aplican las normas
sobre terceros indicadas en las normas comunes a todo procedimiento. A diferencia de lo que
ocurre en el juicio ordinario, en que las tercerías se admiten siempre que haya un tercero que
tenga un interés actual en el resultado del juicio, en el juicio ejecutivo las tercerías sólo se
admiten cuando una persona distinta del ejecutante y del ejecutado hace valer en el juicio algún
derecho que impida el pago total o parcial al ejecutante con el producto de la realización de los
bienes embargados.

146. Clasificaciones. El art. 518 CPC clasifica las tercerías de acuerdo a la pretensión
que hace valer el tercero en el procedimiento, disponiendo que en el juicio ejecutivo sólo son
admisibles las tercerías cuando el reclamante pretende: a) Dominio de los bienes embargados; b)
Posesión de los bienes embargados; c) Derecho para ser pagado preferentemente; o d) Derecho
para concurrir en el pago a falta de otros bienes. En el primer caso la tercería se llama de
dominio, en el segundo de posesión, en el tercero de prelación y en el cuarto de pago.

147. Naturaleza Jurídica. Es relevante además distinguir si la tercería se considerará


como un juicio diferente o parte del mismo procedimiento, como un incidente. La Corte Suprema
ha señalado que las tercerías dan origen a un nuevo juicio, en el cual interviene un tercero, que
no podría ser considerado una cuestión accesoria al juicio ejecutivo, dado que no presentaría un
carácter incidental.
El art. 521 CPC, en lo relativo a la tramitación de las tercerías, dispone que la tercería de
dominio se seguirá en ramo separado con el ejecutante y el ejecutado, por los trámites del juicio
ordinario, pero sin escrito de réplica y dúplica. Las tercerías de posesión, de prelación y de pago
se tramitarán como incidente. El tercerista tendrá el mismo derecho que el art. 457 CPC concede
al deudor principal. No hay relación entre el fallo de las tercerías y la sentencia ejecutiva que se
dicte en el juicio ejecutivo, que se pronuncia sobre las excepciones del ejecutado. Sostener una u
otra posición producirá una serie de efectos prácticos, como serían i) la notificación de la
tercería; ii) el patrocinio y poder de los abogados de las partes; iii) la naturaleza del fallo de la
tercería; entre muchas otras. Se entiende que es un juicio distinto por los siguientes motivos: a)
El fallo recaído en la terceria en nada afecta la sentencia definitiva del juicio; b) En las Tercerías
se formulan pretensiones autónomas al juicio ejecutivo; y c) Las partes son distintas.

148. La Tercería de Dominio. Es la alegación de un tercero reclamando el dominio o


propiedad sobre los bienes embargados, con la finalidad de que esos bienes queden excluidos del
embargo y se le restituyan. La tercería busca así a) Que se reconozca el derecho de dominio del
tercerista; b) Que se alce el embargo respecto de los bienes cuyo derecho de dominio se alega; y
c) Que se restituya al tercerista los bienes embargados de que ha sido privado. En cuanto a su
oportunidad, para que proceda la interposición de esta tercería es necesario que se hayan
embargado bienes al deudor y que esos bienes sean de propiedad del tercerista. La tercería de
dominio se puede interponer desde que se haya trabado el embargo y hasta que se haya
perfeccionado la enajenación de los bienes embargados. La justificación es la inoponibilidad de
las obligaciones ajenas sobre el tercero, el ejecutado debe afrontar la deuda con bienes que
componen su patrimonio. En cuanto a la tramitación de este juicio, el señalado art. 521 CPC
señala que se seguirá en ramo separado con el ejecutante y el ejecutado, por los trámites del
juicio ordinario, pero sin escrito de réplica y dúplica. En este caso el demandante es el tercero,
siendo los demandados el ejecutante y el ejecutado.
En cuanto a sus efectos, el art. 522 CPC señala una regla general en la materia,
disponiendo que la interposición de una tercería no suspenderá en caso alguno el procedimiento
ejecutivo. El procedimiento de apremio se suspende únicamente en el caso contemplado en el
inciso primero del art. 523 CPC y, tratándose de una tercería de posesión, sólo si se acompañan a
ella antecedentes que constituyan a lo menos presunción grave de la posesión que se invoca. A
su vez, el art. 523 CPC manda que No se dará curso a la tercería de dominio si no contiene las
enunciaciones que indica el art. 254 CPC; ni se suspenderá por su interposición el procedimiento
de apremio, salvo que se apoye en instrumento público otorgado con anterioridad a la fecha de la
presentación de la demanda ejecutiva. En los demás casos el remate se llevará a cabo,
entendiéndose que la subasta recaerá sobre los derechos que el deudor tenga o pretenda tener
sobre la cosa embargada. Las resoluciones que se dicten son apelables y la apelación se
concederá en el efecto devolutivo. En el caso que de todas formas los bienes sean realizados,
tendría el tercero que intentar una acción civil.

149. La Tercería de Posesión. Es la intervención de un tercero en un juicio ejecutivo, en


que, por la vía incidental, pide se alce el embargo recaído sobre ciertos bienes, debiendo
respetársele su posesión, porque al momento de la traba del embargo, los bienes en que recayó
ésta se encontraban en su poder, y, por ende, debía presumirse su dominio. La Posesión es un
hecho, no un derecho. La tercería por ende, se funda en el hecho de la posesión que tenía el
tercero sobre los bienes embargados al momento de la práctica del embargo. La finalidad es
precisamente el respeto de la posesión del tercerista, y tiene la ventaja de una mayor facilidad
probatoria en relación a la tercería de dominio. Su fundamento se encuentra en el art. 700 CC
que considera al poseedor, se reputa dueño de la cosa, mientras otro no justifica serlo. Por su
parte, el art. 2465 CC indica que toda obligación personal da al acreedor derecho a perseguir su
ejecución sobre todos los bienes raíces o muebles del deudor, sean presentes o futuros,
exceptuándose solamente los no embargables designados en el art. 1618 CC.
Son requisitos para su interposición los siguientes: a) Que se haya trabado el embargo; b)
Que el embargo recaiga sobre bienes de un tercero; y c) Que tales bienes, no se encuentren al
momento de practicarse el embargo, en poder del deudor. Pueden estar en manos del mismo
tercero que intenta la tercería, o en poder de otra persona que lo tenga en lugar y a nombre de él.
La tercería de posesión es una cuestión accesoria al juicio que va a constituir un incidente
y que se tramitará según las reglas generales de los incidentes. En cuanto a la oportunidad para
su interposición, se puede interponer desde el momento de la traba del embargo hasta la
enajenación de esos bienes. El tercerista está amparado por la presunción del art. 700 CC de
manera que serán los demandados incidentalmente, el ejecutante y el ejecutado, quienes deban
destruir esa presunción. La Prueba sólo debe recaer sobre la posesión por hechos propios de la
misma, no siendo necesaria la compleja prueba del dominio. En cuanto a su tramitación, el
Código señala en el art. 521 CPC que se tramita como incidente ordinario en un cuaderno
separado. En cuanto a los efectos de su interposición, de acuerdo al art. 522 CPC, no se suspende
el cuaderno principal y por regla general tampoco se suspenderá el cuaderno de apremio, salvo
que a la tercería se acompañen antecedentes que constituyan a lo menos presunción grave de la
posesión que se invoca.

150. La Tercería de Prelación. Es la intervención de un tercero en el juicio ejecutivo,


que pretende tener derecho para ser pagado preferentemente con el producto del remate de los
bienes embargados. La Doctrina ha señalado que en este caso se formulan dos pretensiones en la
misma demanda. Respecto del ejecutado, el tercerista exige el pago del crédito, mientras que al
respecto del ejecutante, el tercerista exige que se respete su preferencia en cuanto a dicho pago
sobre los bienes del ejecutado. La finalidad es que al tercero se le reconozca la calidad de
acreedor preferente y así hacer efectiva la causal de preferencia en el pago sobre el producto de
los bienes embargados, con antelación a otros acreedores. Las causales de preferencia son el
privilegio y la hipoteca, los que se regulan en los arts. 2464 y sgtes CC.
En cuanto a la oportunidad para interponerla, se puede interponer la tercería de prelación
desde la interposición de la demanda ejecutiva hasta que se haga pago de su crédito al ejecutante,
mientras existan bienes o el producto de la realización a repartir. La demanda de tercería de
prelación sólo la puede interponer un tercero que acompañe y haga valer un título ejecutivo en
contra del ejecutado y en el cual conste el crédito de este tercerista y además alegue un motivo de
preferencia para el pago. En resumen, el tercerista debe tener dos acciones: a) Acción ejecutiva,
que se dirige en contra del ejecutado para obtener el pago de su acrecencia; y b) Acción de
prelación, que va dirigida contra el ejecutante para que se declare su derecho a ser pagado con
antelación a él.
Se tramita en cuaderno separado como incidente ordinario, en conformidad al art. 521
CPC. Puede ocurrir que esta tercería se interponga como principal, pero se intente de todas
formas la tercería de pago en subsidio, para el caso de que el juez no acoja su pretensión contra
el ejecutante. En lo relativo a los efectos de su interposición, ésta no suspende los trámites del
cuaderno principal. Tampoco se suspende el cuaderno de apremio, el que sigue tramitándose
hasta que se realizan los bienes embargados, de acuerdo a los arts. 522 y 525 CPC. Una vez
realizados los bienes embargados no se hace pago al ejecutante, y el tribunal manda consignar el
producto hasta que recaiga sentencia firme en la tercería. El art. 525 CPC manda que si se
rechaza la tercería de prelación, el ejecutante se pagará conforme a las reglas generales. Si se
acoge la tercería de prelación, se pagará al tercero con preferencia al ejecutante, y si algo queda
se paga al ejecutante.

151. La Tercería de Pago. Es aquella en que un tercer acreedor no preferente interviene


en el juicio ejecutivo para que se le reconozca su derecho a concurrir al pago con el producto de
la realización de los bienes embargados, a falta de otros bienes del deudor, y a prorrata de sus
respectivos créditos. Esta tercería no afecta a los bienes embargados, ya que lo que se reclama es
el derecho a pagarse en el juicio ejecutivo. En este caso se reclama el derecho de concurrencia en
el pago, sin alegar una preferencia respecto del ejecutante. El embargo no confiere al acreedor
ningún privilegio en la ejecución respectiva. El embargo por lo tanto no impide la concurrencia
de acreedores distintos. El fundamento de esta tercería es que el embargo trabado por un
acreedor no le da ningún motivo de preferencia ni privilegio para excluir a otros acreedores,
debiendo, en definitiva, regularse el pago de acuerdo a la prelación de créditos. Son requisitos
para que proceda esta tercería los siguientes: a) Ser tercero; b) Que el crédito del tercerista conste
en un título ejecutivo; c) Que el deudor no tenga otros bienes que los embargados y d) Que el
tercerista no tenga derecho preferente para el pago.
En este caso se puede interponer esta tercería desde la traba del embargo y hasta antes
que se haga pago al ejecutante con la realización de los bienes embargados. Se tramita conforme
al procedimiento incidental y el tercerista al interponer su demanda incidental debe contar con
dos acciones: a) Acción ejecutiva, contra el ejecutado para obtener el cumplimiento forzado de la
obligación de que da cuenta el título; y b) Acción de pago, en contra del ejecutante, destinada a
obtener que se reconozca el derecho del tercerista a pagarse a prorrata con el producido de los
bienes embargados. Los efectos de su interposición: La interposición de la tercería de pago no
suspende los trámites del cuaderno principal ni el de apremio, de acuerdo al art. 522 CPC. Lo
que impide es que haga pago al ejecutante con el producto del remate, hasta que se falle la
tercería.

153. Fallo de la Tercería. El fallo que resuelve una tercería de dominio reviste el
carácter de sentencia definitiva. Esta puede acoger la tercería, debiendo ordenarse el alzamiento
del embargo y la restitución de los bienes al tercerista. Si la sentencia rechaza la tercería, una vez
ejecutoriada la resolución, el tercero no tiene nada más que hacer en el juicio ejecutivo, porque
significa no reconocerle el derecho.
El fallo que resuelve una tercería de posesión acogiendola, implica un reconocimiento del
hecho, debiendo el tribunal ordenar igualmente, el alzamiento del embargo y la restitución de los
bienes al tercerista. La sentencia o fallo puede acoger o rechazar la tercería de posesión. Si se
acoge significa reconocer el hecho de la posesión y, en consecuencia, el tribunal debe ordenar el
alzamiento del embargo y que los bienes materias de la tercería se restituyan al tercerista, en caso
contrario, si la sentencia rechaza la tercería, una vez ejecutoriada la resolución, el tercerista no
tiene nada más que hacer en juicio ejecutivo y el juicio ejecutivo sigue con sus trámites hasta su
terminación.
En caso que se acoja una tercería de prelación, el juez reconocería la preferencia,
pagándose el tercerista de forma prioritaria con el producto de los bienes embargados. Si se
rechaza, el juez no reconoce la preferencia. Existe de todas formas una Doctrina que sostiene que
de rechazarse la preferencia, la tercería podría transformarse en una tercería de pago.
De acogerse una tercería de pago, sin que haya crédito preferente, el tercerista tiene
derecho a concurrir al pago, junto con el acreedor, ambos se van a pagar en proporción a sus
respectivos créditos. Esto dependerá del monto que resulte de la subasta de los bienes. Hay que
calcular cuánto representa el crédito de cada uno en el total que se va a repartir y así se paga. El
art. 527 CPC dispone que si no teniendo el deudor otros bienes que los embargados, no alcanzan
a cubrirse con ellos los créditos del ejecutante y del tercerista, ni se justifica derecho preferente
para el pago, se distribuirá el producto de los bienes entre ambos acreedores, proporcionalmente
al monto de los créditos ejecutivos que hagan valer. Si en cualquier caso se rechaza la tercería el
juicio ejecutivo sigue adelante con todos sus trámites.

Capítulo IV.
Del Juicio Ejecutivo en las Obligaciones de Hacer

154. Concepto. La obligación de hacer es aquella que consiste en la prestación de un


hecho. En caso de que el deudor de una obligación de hacer se constituya en mora, el acreedor
puede pedir, junto con la indemnización de la mora, cualquiera de las tres cosas que se señalan
en el art. 1553 del Código Civil: a) Que se apremie al deudor para la ejecución del hecho
convenido. b) Que se le autorice a él mismo para hacerlo ejecutar por un tercero a expensas del
deudor. c) Que el deudor le indemnice de los perjuicios resultantes de la infracción del contrato.
De estos tres derechos, solo los dos primeros pueden ser objeto de juicio ejecutivo; la
indemnización de perjuicios no puede serlo porque se trataría de una obligación que no es
líquida. En este caso, debe procederse previamente a determinar la especie y monto de los
perjuicios en un procedimiento declarativo.

155. Regulación. Está reglamentado en los arts. 530 a 543 CPC y, además, se le aplican
las disposiciones del Párrafo I del Título I del Libro III del Código de Procedimiento Civil, en lo
que no aparezca modificado por estos artículos.

156. Requisitos. Para que pueda demandarse ejecutivamente por obligaciones de hacer
son necesarios los siguientes requisitos, de acuerdo con los arts. 530 y 531 CPC: a) Que exista un
título ejecutivo; b) Que la obligación sea determinada y actualmente exigible. El que la
obligación sea determinada equivale a que la obligación sea líquida para las obligaciones de dar.
c) Que la acción ejecutiva no esté prescrita.

157. Tramitación y Procedimiento. Concurriendo los requisitos antes mencionados, el


juez dará curso a la demanda ejecutiva y dispondrá los trámites que correspondan según si la
obligación dice relación con la suscripción de un documento o constitución de una obligación o
si se refiere a la ejecución de una obra material. Por lo tanto, para determinar el procedimiento
que se debe seguir, debemos hacer la siguiente distinción: a) La Suscripción de un Documento o
en Constitución de una Obligación; y b) La Ejecución de una Obra Material.

158. La Suscripción de un Documento o en Constitución de una Obligación. Se


refiere a ella el art. 532 CPC. De acuerdo con este precepto, el juez procederá a suscribir el
documento o a constituir la obligación en nombre del deudor si, requerido éste para hacerlo, no
lo hiciere en el plazo que el tribunal le señala. Así, el procedimiento ejecutivo, en este caso, será
el siguiente:
a) Se presentará la demanda ejecutiva y en su parte petitoria se solicitará que se despache
mandamiento de ejecución en contra de deudor, a fin de que este suscriba el documento o
constituya la obligación dentro del plazo que el juez señale, bajo apercibimiento de que, si así no
lo hace, el juez procederá en su nombre;
b) El mandamiento de ejecución contendrá la orden de requerir al deudor para que
suscriba el documento o constituya la obligación en el plazo señalado por el juez bajo el
apercibimiento de que, si no lo hace, lo hará el juez en su nombre;
c) Requerido el deudor, pueden producirse dos posibilidades: i) Que oponga excepciones,
en cuyo caso se tramitarán éstas de acuerdo con el procedimiento del juicio ejecutivo para las
obligaciones de dar. Una vez firme la sentencia, se hace efectivo el apercibimiento y el juez
procede en nombre del deudor; o ii) Que no oponga excepciones, caso en el que se omite la
sentencia y basta el mandamiento para que el juez actúe en nombre del deudor.

159. La Ejecución de una Obra Material. El procedimiento está señalado en los arts.
533 y 534 CPC y es el mismo del juicio ejecutivo de las obligaciones de dar, pero con las
siguientes particularidades: a) El ejecutante debe pedir en su demanda que se despache
mandamiento de ejecución en contra del deudor para que este dé principio a la ejecución del
trabajo; b) El mandamiento de ejecución contendrá la orden de requerir al deudor para que dé
cumplimiento a la obligación y el señalamiento de un plazo prudente para que dé principio a los
trabajos; c) Requerido el deudor, puede o no oponer excepciones. Si las opone, estas se tramitan
de la misma manera que en el juicio ejecutivo de las obligaciones de dar, pero en este caso,
además de las excepciones del art. 464 CPC, puede oponer la excepción de imposibilidad
absoluta para la ejecución actual de la obra debida, según lo dispone el art. 534 CPC.
Nuestra jurisprudencia ha resuelto que la excepción de imposibilidad absoluta incide sólo
en los juicios ejecutivos y cuando la obligación consiste en la ejecución de una obra material, y
no a las relativas a la suscripción de un documento, puesto que, en tal caso, la imposibilidad no
existe, por cuanto se resuelve en la actividad del juez del litigio, que puede proceder a nombre
del deudor suscribiendo el documento cuando ha sido requerido y transcurre el plazo sin que lo
haga; que el concepto de imposibilidad absoluta a que se refiere el art. 543 CPC dice relación
con la falta de posibilidad para existir o para hacer algo; y que esta imposibilidad debe ser
absoluta y debida a causas no imputables a culpa del deudor, pues en tal caso importaría una
resistencia ilegitima del deudor al cumplimiento de su obligación.
Si no opone excepciones, se omite la sentencia y basta el mandamiento para continuar
adelante con la ejecución. Desechadas las excepciones por sentencia firme o no opuestas ellas
dentro de plazo legal, nace para el demandante el derecho alternativo que señala el art. 1553 CC;
es decir, puede solicitar que se apremie al deudor para la ejecución del hecho debido o que se le
autorice para hacerlos ejecutar por un tercero y a expensas del deudor, según el art. 1553 Nºs 1 y
2 CC.
Si opta por pedir que se apremie al deudor para que ejecute el hecho debido, se le
impondrá a este deudor arresto de hasta 15 días o multa proporcionada y este apremio se repetirá
hasta que el demandado ejecute el hecho según lo señalan los arts. 542 y 543 CPC y 1553 Nº1
CC. Estos apremios sólo podrán decretarse cuando el deudor no haya consignado fondos para la
obra o no se hayan obtenido éstos mediante la realización de bienes del deudor. En este sentido,
se ha resuelto que en juicio ejecutivo por obligación de hacer deben primero agotarse medidas de
apremio del Código Civil para proceder al arresto de deudor. Esos apremios deben cesar si el
deudor paga la multa y cauciona suficientemente la indemnización completa de todo perjuicio al
acreedor.
Si opta por solicitar que se le autorice para ejecutar la obra por un tercero y a expensas
del deudor, tiene lugar lo previsto en los arts. 536 a 541 CPC, y fundamentalmente se procede de
la siguiente manera: i) El ejecutante debe presentar un presupuesto del costo de la ejecución de la
obra; ii) Este presupuesto debe ser puesto en conocimiento del deudor, el que dispone de un
plazo de tres días para objetarlo. Si no lo objeta dentro de este plazo, se tiene por aprobado el
presupuesto; si lo objeta, se procede a avaluar el costo de las obras por medio de peritos,
procediéndose en la forma señalada en los arts. 486 y 487 CPC; y iii) Una vez aprobado o
determinado el valor de los trabajos, el deudor debe consignar a la orden del tribunal el valor
correspondiente dentro de tercero día y, si no lo hace, se procede a embargar y enajenar bienes de
su dominio para costear con ellos el valor de las obras, bajo el procedimiento del juicio ejecutivo
de las obligaciones de dar.
Concluida la obra, el ejecutante debe rendir cuenta al tribunal de la inversión de los
fondos que recibió.

Capítulo V.
Del Juicio Ejecutivo en las Obligaciones de No Hacer

160. Concepto. Se incluyen dentro de esta categoría todas aquellas ejecuciones en las
que el título ejecutivo ordena al deudor abstenerse de hacer algo. Se trata de un hecho cualquiera,
material o jurídico. De esta manera, el juicio ejecutivo tiene lugar en las obligaciones de no hacer
cuando el demandado, infringiendo su obligación, ha realizado el hecho del que debió abstenerse
y de lo que se trata, entonces, es de destruir lo hecho.
De acuerdo con el art. 1555 CC, toda obligación de no hacer se traduce en la de
indemnizar perjuicios si no puede deshacerse lo hecho; si se puede deshacer, el deudor será
obligado a ello siempre que la destrucción sea necesaria. De este modo, frente a una
contravención de una obligación de no hacer, debe distinguirse previamente si lo hecho puede o
no deshacerse; si lo hecho no puede deshacerse, se deben los perjuicios correspondientes y no
procederá el juicio ejecutivo porque la obligación no es líquida y, por lo tanto, habrá que
determinar previamente en un juicio ordinario la especie y monto de los perjuicios.
Si lo hecho se puede deshacer, hay que subdistinguir dos situaciones: a) La destrucción es
necesaria para el objeto que se tuvo en vista al contratar. En este caso, el deudor será obligado a
deshacer lo hecho y esta acción sí que puede ser objeto del juicio ejecutivo. b) La destrucción no
es necesaria: otra vez se deben perjuicios y el juicio ejecutivo no tiene aplicación.

161. Regulación. Se refiere a este juicio el art. 544 CPC, teniendo por mandato del
mismo, aplicación supletoria las reglas anteriores dispuestas en razón del Juicio Ejecutivo de
Obligaciones de Hacer.

162. Requisitos. Para que pueda demandarse ejecutivamente por obligaciones de hacer
son necesarios los siguientes requisitos: a) Es necesario que exista un título ejecutivo; b) La
obligación debe ser actualmente exigible; c) Es necesario que la obligación de no hacer se
convierta en la de destruir la obra hecha, debiendo constar del título ejecutivo que la destrucción
es necesaria para el objeto que se tuvo en vista al contratar y que dicho objeto no puede
obtenerse por otro medio; y d) Que la acción ejecutiva no está prescrita.

162. Tramitación y Procedimiento. En principio, se aplican las mismas reglas del juicio
ejecutivo por obligaciones de hacer, con las siguientes particularidades: a) El acreedor debe pedir
en su demanda que se despache mandamiento de ejecución en contra del deudor para que se
destruya lo hecho, señalándose un plazo para ello; b) El mandamiento de ejecución contendrá la
orden de requerir al deudor para que destruya la obra realizada, señalándole un plazo para ello; y
c) El deudor puede o no oponer excepciones.
Si no opone excepciones, o las opuestas se desechan por sentencia firme, el acreedor
tiene dos alternativas: i) Solicitar que se apremie al deudor para que destruya lo hecho con
multas y arrestos de acuerdo con los arts. 542 y 543 CPC; ii) Pedir que se le autorice para
destruir la obra a expensas del deudor, al igual que las obligaciones de hacer, según los arts. 536
a 541 CPC.

Capítulo VI.
Del Abandono del Procedimiento en el Juicio Ejecutivo

163. Generalidades. El abandono del procedimiento es un instituto procesal que


sanciona la falta de diligencia o actividad de las partes en su carga de impulsar el trámite del
juicio hasta ponerlo en condiciones de ser finalizado, con la pérdida del derecho de continuar el
procedimiento abandonado. En él está ínsito un imperativo de interés público que exige que los
procesos no permanezcan paralizados por razones de seguridad jurídica, pues la solución
indefinida del conflicto que motiva el proceso importa la permanencia de dos situaciones reñidas
con los valores jurídicos de paz y seguridad, como son la discordia y la inseguridad; se pretende
también evitar la prolongación indefinida de los procesos en detrimento de una buena
administración de justicia. Se encuentra reglamentado entre los arts. 152 y 157 CPC. Su planteo
no quedó supeditado a la oposición de excepciones, pues si se impidiera su ejercicio al ejecutado
que no ha opuesto excepciones, se correría el riesgo de que el pleito se eternice, atentando contra
los valores de paz y seguridad jurídica. Para determinar cuál es el plazo que debe ser considerado
para su declaración, tres años o seis meses, se debe hacer la siguiente distinción:
a) Si el ejecutado no opuso excepciones a la ejecución o, habiéndose opuesto, se ha
dictado sentencia condenatoria ejecutoriada pronunciándose respecto de ellas. Después de
ejecutoriada la sentencia definitiva o en el caso del art. 472 CPC, esto es, cuando se omite la
sentencia por no haberse opuesto excepciones, el plazo para alegar el abandono del
procedimiento, según lo establece el art. 153 inc. 2 CPC, es de tres años contados desde la fecha
de la última resolución recaída en alguna gestión útil hecha en el procedimiento de apremio. Si
se ha dictado sentencia definitiva que rechaza las excepciones y es objeto de recurso de
apelación concedido en el solo efecto devolutivo, el plazo para impetrar el abandono del
procedimiento es el del art. 152 CPC; esto es, de seis meses, y no el de tres años a que se refiere
el art. 153 CPC. Lo propio si la causa se encuentra en segunda instancia. En el evento en que la
última diligencia realizada en el cuaderno de apremio sea de fecha anterior a aquella en que
quedó ejecutoriada la sentencia definitiva condenatoria o en que venció el plazo para oponer
excepciones, el plazo de los tres años se contará desde que acaeció alguna de estas situaciones.
b) Si el ejecutado opuso excepciones a la ejecución y estas no han sido resueltas mediante
sentencia ejecutoriada. En este caso, se retorna a la regla general contenida en el art. 152 CPC,
de modo que el plazo para alegar el abandono del procedimiento es de seis meses contados desde
la fecha de la última resolución recaída en alguna gestión útil hecha en el procedimiento
ejecutivo o de apremio.

164. El Impulso Procesal. El impulso del procedimiento le corresponde al ejecutante, es


decir, a quien lo ha incoado, de tal manera que su participación y actividad es ineludible a los
efectos de su mantenimiento, dada la vigencia del principio dispositivo y la índole de la actividad
procesal de impulso requerida, y, por tal razón, no es posible pretender que el órgano
jurisdiccional sustituya a los interesados y supla la inactividad de los litigantes cuando el
cumplimiento por parte de éstos resulta imprescindible para su supervivencia. Sin embargo, la
parte que promueve la ejecución queda relevada de urgir su desarrollo cuando debe esperar una
actividad que únicamente puede realizar el juez o alguno de sus auxiliares.
A los efectos de determinar si ha operado el abandono del procedimiento, el juez debe
examinar no sólo si transcurrió el plazo previsto normativamente, sino también si tal demora es
imputable a la parte que debía instar el procedimiento, lo que no sucede, según se adelantó,
cuando la causa se encuentra pendiente de alguna decisión o tramitación del juez o tribunal. No
es posible en modo alguno responsabilizar a la parte y penarla con la conclusión anormal del
proceso cuando la impulsión no estaba a su cargo. Por otro lado, el abandono del procedimiento
es un instituto que debe ser interpretado y aplicado con criterio restrictivo, cuanto más si el
proceso se encuentra avanzado en su desarrollo, los justiciables lo han instado durante años y,
con la decisión de declarar el abandono, se causa un agravio de imposible o insuficiente
reparación ulterior; por ejemplo, la prescripción de la acción.
Con todo, el criterio restrictivo que debe seguirse en la aplicación del abandono es útil y
necesario cuando existen dudas sobre la inactividad que se aduce, pero no cuando aquella resulta
en forma manifiesta. Nuestra jurisprudencia ha resuelto que, si se han opuesto excepciones por el
ejecutado, corresponde al tribunal el impulso procesal de conferir traslado y, vencido el plazo
para contestar, háyase o no evacuado traslado, resolver la admisibilidad de excepciones y
recibirlas a prueba si es necesario; que, estando pendiente la resolución de la reposición del auto
de prueba, no corresponde impulso procesal al ejecutante; que, opuestas excepciones por el
ejecutado, a él corresponde encargar y pagar la notificación de la resolución que las recibió a
prueba, no pudiendo por ello sancionar a la parte ejecutante de la inejecución de una actuación
que solo correspondía realizar al ejecutado; y que, pese a que el trámite de citación de las partes
para oír sentencia queda entregado en su iniciativa en forma preeminente al juez, ello no
significa que las partes estén impedidas de instar en la prosecución del juicio. No procede el
abandono del procedimiento cuando el procedimiento se encuentra suspendido. Finalmente, a los
efectos del abandono del procedimiento, la fuerza mayor o el caso fortuito no hacen operar por sí
solos la suspensión de los plazos, sino que habilitan al juez para ordenarla.

165. Efectos. Los efectos del abandono del procedimiento consisten en la pérdida del
derecho de continuar el procedimiento abandonado o de hacerlo valer en un nuevo juicio. Sin
embargo, como lo expresa la norma del art. 156 CPC, no se entenderán extinguidas las acciones
o excepciones de las partes, subsistiendo con todo su valor los actos y contratos de que resultan
derechos definitivamente constituidos. Su efecto alcanza a lo obrado en el cuaderno ejecutivo y
en el cuaderno de apremio. Se ha estimado que el abandono de la instancia ejecutiva solo afecta a
esta, y no a las diligencias preparatorias que culminaron con el perfeccionamiento del
antecedente que trae aparejado el poder de ejecución; si hay pluralidad de ejecutados,
encontrándose trabada la litis respecto de todos, la declaración de abandono de procedimiento
obtenida por uno de ellos impide continuar el procedimiento ejecutivo respecto de los demás. Se
explica que, atendida la naturaleza del abandono del procedimiento, no puede coexistir en un
mismo juicio una decisión que pone fin a un procedimiento e impide su continuación con otra
que busca seguir adelante con la misma ejecución, pero respecto de los demás ejecutados; y,
declarado el abandono de procedimiento, desaparecen todas las actuaciones producidas, entre
ellas el embargo. El ejecutante tendrá derechos adquiridos sólo cuando se haya consumado la
ejecución en todos sus trámites. Por último, conviene recordar que el incidente de abandono de
procedimiento es típicamente suspensivo del proceso; es decir, el curso del proceso únicamente
se reanuda una vez resuelto el acuse que lo motiva. Ello es así con independencia de la
procedencia o no del abandono alegado.

166. Diligencias Útiles en el Cuaderno de Apremio. Para calificar de útil una gestión
efectuada en cuaderno de apremio es indispensable que persiga el cumplimiento de la obligación.
En este sentido, se ha resuelto que constituyen gestiones útiles solicitar el embargo de bienes
pertenecientes al deudor; la liquidación de crédito, tasación y regulación de costas; la solicitud
del ejecutante de nueva fecha para la realización del remate; pedir que se oficie a la fuerza
pública a fin que auxilie al ministro de fe en el retiro de las especies cuando en una primera
oportunidad se constató que hubo oposición a la observancia de este trámite; las gestiones
encaminadas a determinar la existencia de bienes del deudor en los que hacer efectiva la
ampliación del embargo decretada; la petición de desarchivo de la causa efectuada con la
finalidad de reactivar la ejecución, seguida de la solicitud de fijar el mínimo de la subasta o para
efectos de liquidación del crédito; acompañar copia de inscripción de dominio, certificado de
hipotecas, gravámenes y prohibiciones y solicitar corrección del proceso; y la solicitud de
ejecutante de que se tenga presente inmueble indicado para trabar embargo.

167. Diligencias Útiles en el Cuaderno Ejecutivo. Se ha resuelto que constituyen


gestiones útiles las realizadas por el ejecutante destinadas a notificar al codemandado y las
gestiones dirigidas a hacerse parte en segunda instancia. Por el contrario, se ha estimado que no
constituyen gestiones útiles la mera presentación ante tribunal de primer grado de escritos
desvinculados de expediente; las solicitudes de desarchivo, por cuanto no están destinadas a
proseguir efectivamente con sustanciación de litis; la solicitud de tasación de costas
correspondientes a la condena en un incidente de nulidad, dado que no tiene mérito de instar por
el avance del proceso. Asimismo, se ha resuelto que procede el abandono del procedimiento en
juicio ejecutivo si el ejecutante no insta por el cumplimiento del fallo de segunda instancia. Si
bien el cúmplase corresponde a un impulso procesal privativo del tribunal, ello no inhibe a la
parte ejecutante de instar a su dictación y notificación legal.

168. Abandono del Procedimiento y Gestión Preparatoria de la Vía Ejecutiva. En


relación con las gestiones preparatorias de la vía ejecutiva, se ha resuelto que es improcedente el
abandono de la instancia, por cuanto aquellas gestiones no constituyen juicio. Sin embargo, la
preparación de la vía ejecutiva implica para el ejecutante el ejercicio de una petición tendiente a
obtener, en definitiva, una decisión judicial; en consecuencia, abre instancia. Don Julio Salas
Vivaldi afirmaba: "no vacilamos en reiterar que la gestión preparatoria de la vía ejecutiva se trata
de un verdadero juicio cuya finalidad es la creación de un título ejecutivo y que se origina por
una pretensión del acreedor contra el deudor". De ahí entonces que podría válidamente
sostenerse que la preparación de la vía ejecutiva es un procedimiento susceptible de terminar por
abandono de procedimiento.
La jurisprudencia de nuestros tribunales superiores ha resuelto que procede el abandono
de la instancia en el procedimiento ejecutivo especial de Ley de Bancos; en la gestión
preparatoria de desposeimiento, atendido su carácter de juicio declarativo; y en la gestión
preparatoria a que se refiere la Ley 19.983, cuando el deudor ha alegado la falta de entrega de las
mercaderías o el no haberse prestado el servicio, en su caso, y se ha formado el incidente a que
se refiere la citada letra d) del art. 5 de la Ley 19.983.
169. Régimen de Costas. De conformidad a lo dispuesto en la parte final del inciso
segundo del art. 153 CPC, el ejecutante que no se ha opuesto al incidente de abandono del
procedimiento no puede ser condenado en costas.

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