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CÉDULA N° 19

EJECUCIÓN CIVIL

Introducción

Conviene distinguir las nociones de cumplimiento y ejecución. Así, por cumplimiento


entendemos, por ejemplo, a la prestación impuesta por una sentencia judicial cumplida
voluntariamente, sin intervención del órgano jurisdiccional. Por otra parte, al hablar de ejecución
nos referimos a un cumplimiento no voluntario, al tercer momento jurisdiccional, entendemos
una satisfacción del crédito mediante mecanismos coercitivos, por ende, hablar de “ejecución
forzada” sería una redundancia.

La ejecución civil es una materia que se relaciona con el cumplimiento forzado de una
obligación. En lo medular, consiste en un mecanismo procesal de agresión a la esfera patrimonial
del deudor, basado en la existencia de un título ejecutivo que autoriza la realización de actividades
coercitivas tendientes a lograr la satisfacción de un crédito. Opera, en consecuencia, frente a la
ausencia de cumplimiento voluntario de una prestación.

En la ejecución civil, a diferencia de los procesos declarativos, se aspira al cumplimiento


de una obligación preestablecida en un título ejecutivo, el acreedor es quien solicita la tutela
ejecutiva, y en cuanto tal, toma el papel de ejecutante; pero en rigor, la ejecución en sí misma
siempre es realizada por el Estado a través de los órganos de ejecución (tutelar el crédito).

El fundamento de la ejecución en el Derecho chileno, se encuentra en el llamado derecho


de prenda general de los acreedores, también conocido como “responsabilidad patrimonial del
deudor” (Fueyo), establecido en el art. 2465 CC, el cual da derecho al acreedor a perseguir la
responsabilidad del deudor sobre todos sus bienes, presentes o futuros, exceptuándose
solamente los inembargables. Además, en el caso de las resoluciones judiciales, se entiende que
es parte del debido proceso o tutela judicial efectiva, garantizado por nuestra constitución.

En cuanto a la naturaleza jurídica de la ejecución, en doctrina se discute sobre la


necesidad del carácter jurisdiccional de los procedimientos ejecutivos. Un sector de la doctrina
extranjera se ha pronunciado por la tesis no jurisdiccional, aceptando la posibilidad de que la
ejecución civil sea dirigida por órganos que carecen del carácter de tribunal, aunque aceptando
el derecho de reclamar ante la jurisdicción los posibles vicios y/o ilegalidades cometidas en la
agresión patrimonial. Por ejemplo, el derecho francés, donde encontramos “oficiales de
ejecución” o “alguaciles de ejecución”, que podemos caracterizar como ministros de fe
encargados de la ejecución de las obligaciones.

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En nuestro sistema, la ejecución es de carácter jurisdiccional a partir del art. 76 CPR que
dispone que “La facultad de conocer de las causas civiles y criminales, de resolverlas y de hacer ejecutar lo
juzgado, pertenece exclusivamente a los tribunales establecidos por la ley”. Solo encontramos una ejecución
administrativa a propósito del cobro de impuestos, el que en última instancia igual llega a ser
conocidos por tribunales (ej. remate).

Clases de procedimientos ejecutivos

1.- En relación a los derechos del ejecutado o a la existencia o no de fase de conocimiento:


1. Procedimiento de ejecución en sentido estricto: este procedimiento se concentra
únicamente en conseguir la ejecución civil, sin contemplar fase de conocimiento y sin
posibilidad de defensa por parte del ejecutado. El ejecutado sólo puede formular su
oposición a la ejecución en un juicio posterior, mediante el ejercicio de acciones. Se rige
por el principio solve et repete, lo que equivale a decir que primero es necesario pagar, para
quedar luego en condiciones de reclamar jurisdiccionalmente contra la ejecución1.
2. Procedimiento ejecutivo-sumario o con fase sumaria de conocimiento: este
procedimiento contempla una etapa de conocimiento reducida, pudiendo el ejecutado
promover su defensa en términos muy acotados (oposición a la ejecución) dentro del
mismo expediente ejecutivo, dentro de un plazo breve y con tan sólo un número limitado
de excepciones para el ejecutado2.
3. Procedimiento ejecutivo-declarativo o con fase de conocimiento: es un
procedimiento que supone una amplia discusión sobre el derecho deducido en juicio,
pudiendo el ejecutado oponer una variada gama de excepciones en contra de la ejecución.

En relación con lo anterior, es necesario precisar que en el CPC existen dos grandes
procedimientos ejecutivos: por un lado, el juicio ejecutivo del Libro III CPC, y por otro, el
llamado procedimiento “incidental” de ejecución regulado por los arts. 233-241 CPC. Ambos
cuadran con la noción de juicio ejecutivo con fase de conocimiento, siendo notablemente más
marcada esta característica en el juicio ejecutivo ordinario regulado en el Libro III CPC.

Para el profesor BALBONTÍN el juicio ejecutivo es una especie de procedimiento sumario,


en donde se ven restringidas las posibilidades de discusión de las partes, existiendo como efecto,
ante una eventual reserva de derechos, cosa juzgada formal.


1 En Chile, este modelo de ejecución está contemplado en el procedimiento sobre realización de prenda del DL Nº
776 de 1925, y en el de realización de prendas de valores mobiliarios a favor de los bancos (art. 6º Ley N°4.287 de
1928).
2 Un ejemplo de esta modalidad lo hallamos en el procedimiento especial hipotecario de la Ley General de Bancos

(arts. 103-111, DFL N° 3 de 1997, que fija el texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley General de
Bancos).

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2.- De acuerdo al procedimiento que se sigue:
1. Ejecución que se sigue de acuerdo a las reglas generales del CPC, regulada en el
Libro III art. 434 y siguientes.
2. Ejecuciones particulares o procedimientos especiales de ejecución, que están
regulados en leyes especiales, por ejemplo, en la Ley General de Bancos respecto de los
juicios hipotecarios, otro en la Ley de prenda sin desplazamiento, también en materia
laboral.

3.- Según la naturaleza de la obligación:


1. Juicio ejecutivo de obligaciones de dar: Libro III, Título I, arts. 434 al 529 CPC.
2. juicio ejecutivo de obligaciones de hacer: Libro III, Título II, arts. 530 al 544 CPC.
3. Juicio ejecutivo de obligaciones de no hacer: Libro III, Título II, arts. 530 al 544 CPC.

• LA ACCIÓN EJECUTIVA

El juicio ejecutivo podemos definirlo como “un procedimiento contencioso de


tramitación especial, que permite al actor obtener el cumplimiento forzado de una obligación
que consta de un título fehaciente e indubitado, de origen judicial o extrajudicial”.

Por su parte, la acción ejecutiva es aquella que tiene el acreedor para obtener el
cumplimiento forzado de una obligación que consta en un título ejecutivo.

19.1. ¿Cuáles son las condiciones de ejercicio de la acción ejecutiva?


Requisitos de la acción ejecutiva

Todo procedimiento ejecutivo se inicia mediante el ejercicio de una acción ejecutiva


(algunos discuten acaso se inicia a través de las gestiones preparatorias de la vía ejecutiva), la que
debe ser ejercida por medio de una demanda ejecutiva en la que es necesario acompañar el título
ejecutivo. Son, pues, tres nociones indisolublemente relacionadas: acción ejecutiva, demanda
ejecutiva y título ejecutivo.
La acción ejecutiva puede ser definida como “un derecho subjetivo público a una
concreta tutela jurisdiccional, cuyo objeto es obtener un resultado equivalente al que habría
logrado un acreedor frente al cumplimiento cabal y oportuno de una obligación por parte del
deudor”.
Para que una acción ejecutiva sea acogida deben cumplirse ciertos requisitos
fundamentales o condiciones de procedencia:
1. Obligación debe constar en un título ejecutivo
2. Obligación líquida (obligación de dar) o determinada (si es obligación de hacer y
de no hacer, en este último caso debe ser posible destruir lo hecho)
3. Obligación actualmente exigible
4. Obligación no debe estar prescrita

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I. Obligación debe constar en un título ejecutivo

El título ejecutivo podemos entenderlo como “un documento que deja constancia
fidedigna de una obligación líquida y actualmente exigible, al que la ley otorga la fuerza suficiente
para exigir la garantía jurisdiccional del embargo” (Tavolari).
Es un presupuesto esencial básico de la ejecución civil: “nulla executio sine titulo”. No puede
iniciarse un procedimiento ejecutivo sin la presencia de un título ejecutivo, donde se encuentre
determinada en forma clara la obligación de cuyo cumplimiento forzado se trata. El título
legitima la posibilidad del tribunal de satisfacer el crédito.

Características del título ejecutivo

a. Es un documento
La doctrina mayoritaria, nacional y extranjera, estima que el título ejecutivo tiene naturaleza
documental; no es un acto jurídico, sino un documento (Tavolari, en Chile; Carnelutti, en Italia;
entre muchos otros). Un sector minoritario, encabezado por el procesalista italiano Liebman, ha
postulado el carácter de acto o negocio de esta figura jurídica.
Hay una postura intermedia, para la cual es necesario considerar tanto los aspectos
sustantivos como documentales del título ejecutivo. En este sentido, el título ejecutivo no es
únicamente una entidad documental, sino que además presenta un determinado contenido,
compuesto por actos que tienen la eficacia suficiente para permitir la ejecución forzada.
Pensamos, que es más acertado hablar de una combinación entre lo documental y lo
sustantivo, como en todo documento, hay que considerar lo externo y lo intrínseco. De modo
que, si bien el título ejecutivo es en sí mismo un documento, no podemos decir que sea una
entidad vacía, por el contrario, debe tener un determinado contenido que habilite legítimamente
el inicio de un procedimiento ejecutivo.

b. Autenticidad: el título ejecutivo como documento público


El título ejecutivo no puede ser cualquier documento, en rigor, debe tratarse de un
documento público, para así dotar a la ejecución civil de las seguridades necesarias.
Meneses plantea que para balancear adecuadamente los dos polos en tensión existente en
toda ejecución civil (intereses del acreedor y del deudor), es necesario tomar resguardos, uno de
los cuales atañe a la autenticidad del título, de manera tal, que el tribunal no se enfrente a la
necesidad de efectuar mayores análisis acerca de la existencia o inexistencia de la obligación,
procediendo a actuar luego del estudio del título que habilita la ejecución forzada.
Por lo anterior, resulta fundamental que todos los títulos sean confeccionados, autorizados
o certificados por ministros de fe pública. Sólo así se asegura, en correcta medida, la eficacia
formal del documento llamado título ejecutivo y, ante todo, se legitima la ejecución civil.

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c. Con determinado contenido
Este documento debe comprender específicamente una obligación líquida (o más en
general, determinada o determinable) y actualmente exigible. En definitiva, debe dar cuenta de
la existencia de una obligación, con un acreedor, deudor y acreencia determinados.
Para el caso de los títulos extrajudiciales, podemos decir que, además, es necesaria la
voluntad de asumir la obligación de parte del deudor. Esto último presenta ciertos problemas,
primero en los casos de aquellos títulos ejecutivos autogenerados como el cobro de los gastos
comunes, la cuenta de agua, etc., y, segundo, que existen casos donde no hay un acto consciente
y voluntario del deudor por ej. cuando al adquirir una cuenta de crédito se firma un pagaré.

d. Regido por la legalidad y tipicidad


La legalidad supone que solo la ley puede establecer títulos ejecutivos, sin que puedan
hacerlo las partes en ejercicio de la autonomía de la voluntad, u otros poderes públicos en
ejercicio de sus potestades.
La tipicidad, complementaria de la legalidad, exige que para poder hablar de título ejecutivo
es indispensable que el respectivo documento y el contenido de éste, sean subsumibles en alguno
de los supuestos legales expresamente previstos.
En Chile, esta característica aparece recogida en el art. 434 nº 7 CPC, donde se alude a
cualquiera otro título a que “las leyes” den fuerza ejecutiva. La jurisprudencia lo ha enfatizado
en varias ocasiones. Así, en el 2003, la Corte Suprema dio aplicación a las dos notas antes
indicadas, a propósito de la imposibilidad de invocar como títulos ejecutivos las fotocopias de
un pagaré.

e. Debe ser autosuficiente


La doctrina y jurisprudencia califica a esta característica como la “autarquía” del título
ejecutivo, y no existe consenso sobre su exigencia.
Para algunos, se exige, como característica del título, la autosuficiencia o autarquía, de modo
tal que el título debe bastarse a sí mismo, siendo jurídicamente improcedente la
complementación de títulos con otros antecedentes. Esta es la solución que compartimos, la cual
puede apoyarse en dos argumentos de texto. Primero, el art. 434 CPC, que en su enunciado exige
que se haga valer “alguno de los siguientes títulos”, lo que nos permite entender que siempre debe
tratarse de un solo documento ejecutivo. El segundo es el art. 438 CPC, cuyo numeral 3º se
refiere a la “liquidez” de la obligación, agregando lo siguiente en el inc. 2º: “se entenderá cantidad
líquida, no sólo la que actualmente tenga esta calidad, sino también la que pueda liquidarse
mediante simples operaciones aritméticas con sólo los datos que el mismo título ejecutivo suministre”.
Una segunda opinión, no exige esta característica y ha sido también acogida por la
jurisprudencia, así la Corte Suprema del año 2000 señaló que “la complementación o integración
de títulos ejecutivos no la prohíbe la ley, la que no exige que todos los requisitos que deban dar
mérito ejecutivo a un título deben constar en él, exigencia que haría perder finalidad y eficacia
jurídica, en ese ámbito, a instituciones reconocidas en nuestra legislación, como por ejemplo, las
hipotecas constituidas para garantizar obligaciones de terceros…”

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Clasificaciones del título ejecutivo

a. Según la sede en que son creados:


i. Títulos ejecutivos judiciales: son aquellos creados en el marco de un proceso
jurisdiccional, ya sea por medio de una sentencia judicial firme (art. 434 n°1 CPC), o por
medio de un acuerdo celebrado por los litigantes dentro de un juicio (avenimiento) y que
consta en un acta de avenimiento (art.434 n° 3 CPC).
ii. Títulos ejecutivos extrajudiciales: son aquellos creados fuera de un proceso
jurisdiccional, a los cuales la ley les reconoce fuerza ejecutiva equivalente a una sentencia
firme (art. 434 nsº 2, 4 y 6 CPC). Es el caso, por ejemplo, de una escritura pública de
transacción que contempla obligaciones de pagar sumas de dinero.

b. Según el cumplimiento de las exigencias para que tenga fuerza ejecutiva:


i. Títulos ejecutivos perfectos: son aquellos que cumplen todas las exigencias legales para
tener fuerza ejecutiva desde el mismo momento en que son creados (art. 434 nºs 1, 2, 3
y 4 inc. 2º). Por ejemplo: sentencia definitiva de condena firme.
ii. Títulos ejecutivos imperfectos: son aquellos que no cumplen todas las exigencias para
tener fuerza ejecutiva desde el momento en que son creados y que, por lo mismo,
requieren de una diligencia especial, una gestión preparatoria que los constituya,
complete o perfeccione (art. 434 n° 4, 5 y 6 CPC, en relación con art. 435 y 436 CPC).
Por ejemplo: un instrumento privado que contiene una obligación actualmente exigible
con acción no prescrita, necesita de una gestión preparatoria de reconocimiento de firma.

Títulos ejecutivos en particular: análisis del art. 434 CPC (este artículo no es taxativo, lo
cual se desprende de su nº 7).

a. Sentencia definitiva o interlocutoria firme (art. 434 n°1 CPC )


Debe tratarse de una sentencia firme en los términos del art. 174 del CPC, sea definitiva o
interlocutoria, pero además debe ser una sentencia de condena, es decir, una sentencia en la que
conste una obligación líquida y actualmente exigible. Por tanto, no se comprenden en esta norma
las sentencias meramente declarativas ni las constitutivas.
Respecto a la sentencia interlocutoria firme, sólo podemos considerar comprendidas en la
disposición a las del primer tipo o clase, vale decir, las que fallan incidentes estableciendo
derechos permanentes y correlativamente obligaciones líquidas y actualmente exigibles para las
partes (art. 158 CPC). Por ejemplo, la sentencia interlocutoria que tasa las costas a favor de una
parte. No queda comprendida, por tanto, la sentencia interlocutoria de la segunda clase.
Se comprende en este numeral el laudo arbitral, sin embargo, como el juez árbitro no tiene
facultad de imperio, la ejecución compete a la justicia ordinaria (art. 635 inc. 3º CPC). Para
algunos (Balbontín y Gorigoitía) este numeral comprende también las actas de conciliación, pues
de acuerdo al art. 267 CPC vale para todos los efectos legales como sentencia firme y
ejecutoriada, sin embargo, otros consideran esta hipótesis dentro del numeral 7 del art. 434 CPC.

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¿Qué ocurre con las sentencias que causan ejecutoria? la doctrina y jurisprudencia
mayoritarias entienden que constituyen título ejecutivo, pero no por este numeral sino por
aplicación del art. 434 n° 7 CPC en relación con el art. 231 inc. 1º CPC. Para el profesor Meneses
esta situación daría lugar más bien a una hipótesis de ejecución provisional.

b. Copia autorizada de escritura pública: (art. 434 nº 2 CPC)


El título es la copia autorizada de escritura pública (origen extrajudicial), pues el original se
encuentra en el protocolo del notario (Art. 403 COT). Es importante que sea una copia
autorizada, que es aquella que entrega el notario que otorgó la escritura o quien lo sustituye o
subroga, o el archivero judicial en el caso que esté en su poder el original.
No obstante la amplitud de la norma, debe entenderse que se refiere únicamente a aquella
que contiene una obligación líquida, actualmente exigible, y cuya acción ejecutiva no esté
prescrita. Por ejemplo, una escritura pública en que consta una transacción con una obligación
de pagar una suma de dinero.

c. Acta de avenimiento pasada ante tribunal competente: (art. 434 nº 3 CPC)


El avenimiento consiste en un acuerdo de voluntades logrado por los litigantes a través del
cual se pone término total o parcial a un proceso, constituye una forma de autocomposición
bilateral e intraprocesal.
El título es el “acta” de avenimiento, la cual debe cumplir dos requistos: ser pasada ante
tribunal competente y autorizada por un ministro de fe o por dos testigos de actuación.
Se discute el significado de “pasada ante tribunal competente”, para algunos basta que sea
presentada ante tribunal competente, para otros, en cambio, debe ser aprobada por el tribunal.
Cuando se alude a un ministro de fe, el Código se está refiriendo al secretario del tribunal;
y en la parte que alude a los dos testigos de actuación, está referida al caso de los árbitros
arbitradores, porque ellos pueden actuar sin ministro de fe (art. 640 CPC).
Balbontín agrega dentro de este número a la transacción “solemne” realizada por escritura
pública, art. 2446 CC. Ésta es un equivalente jurisdiccional, cual produce de igual manera el
efecto de cosa juzgada.

d. Instrumento privado reconocido judicialmente o mandado a tener por reconocido (art. 434
nº 4 CPC)

Debemos distinguir entre:


1. Instrumentos privados propiamente tales: respecto de los cuales hace mención el art.
434 en su primera parte.
En principio, no son título ejecutivo ya que no consta su autenticidad, pues son otorgados
sin solemnidad o intervención de ministro de fe. En este orden de ideas, para que tengan mérito
ejecutivo deben ser reconocidos o mandados a tener por reconocidos en sede judicial, esto en el
contexto de una gestión preparatoria de la vía ejecutiva por ej. de reconocimiento de firma (art.
435 CPC.

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¿Es lo mismo un reconocimiento de firma en la gestión preparatoria de reconocimiento de
firma que, aquella producida en el marco de un juicio declarativo? La interpretación
predominante entiende que para estar frente a este título ejecutivo se requiere una gestión
preparatoria de la vía ejecutiva, no siendo suficiente que el documento privado haya sido
reconocido o mandado a tener por reconocido en un juicio declarativo por aplicación del art.
346 CPC. La razón es que el reconocimiento que se verifica en un juicio declarativo está llamado
a producir efectos probatorios y no ejecutivos.

2. Instrumentos privados específicos o títulos de crédito: la letra de cambio, pagaré y


cheque. En esta norma distinguimos tres hipótesis en que son títulos ejecutivos:
i. Constituye título ejecutivo perfecto la letra de cambio, pagaré o cheque respecto del obligado
cuya firma aparece autorizada por un notario. Estos documentos no necesitan ser reconocidos
judicialmente ni mandados a tener por reconocidos.
ii. Letra de cambio, pagaré o cheque protestados3 y notificados judicialmente sin que se alegue tacha de
falsedad de la firma por parte del obligado en ese acto o dentro de tercero día. Se necesita
la gestión preparatoria de notificación judicial del protesto de la letra de cambio, pagaré
o cheque (art. 434 nº 4 CPC); el título se perfecciona si en el acto de la notificación o
dentro de tercero día, no se alega la falsedad de la firma.
iii. Letra de cambio o pagaré, protestados personalmente por falta de pago, respecto del
aceptante de la letra de cambio y suscriptor del pagaré. El título se perfecciona una vez
que el notario efectúa el protesto personalmente por falta de pago, sin que el aceptante de la letra de
cambio o suscriptor del pagaré haya opuesto tacha de falsedad a su firma.

e. Confesión judicial: (art. 434 nº 5 CPC)


El título ejecutivo se perfecciona en virtud de la gestión preparatoria de la vía ejecutiva
confesión judicial. A través de la gestión, un deudor reconoce una deuda líquida y actualmente
exigible. Solo puede ser usada a falta de título (“el título de los sin títulos”) y no sirve para revivir
obligaciones prescristas.
El acreedor presenta un escrito ante el tribunal, solicitando que el deudor comparezca y
confiese la deuda.
¿La Confesión judicial como título ejecutivo es igual a la confesión como medio de prueba?
La interpretación mayoritaria entiende que para estar frente a este título ejecutivo se requiere una
gestión preparatoria de la vía ejecutiva, no siendo suficiente la absolución de posiciones.

f. Cualesquiera títulos al portador o nominativos legítimamente emitidos: (art. 434 n°6 CPC)
Se trata de aquellos títulos emitidos por alguna institución legalmente autorizada. Por ej. Los
bonos hipotecarios emitidos por el banco del estado de chile o un banco hipotecario. No quedan


3 El protesto es un acto solemne por el cual el acreedor manifiesta al deudor la intención de cobrar su obligación.
El protesto de la letra de cambio y el pagaré se hace a través de notario, y el de cheque a través del banco.

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comprendidos aquí los bonos emitidos por el estado, ya que no procede el juicio ejecutivo en
contra del fisco.
Si estos títulos emitidos en conformidad a una ley no son pagados a su vencimiento, el
respectivo tenedor puede exigir ejecutivamente el cumplimiento de la obligación en ellos
contenida. Lo mismo puede decirse de los cupones también vencidos de dichos títulos.
Para ello será menester practicar previamente una gestión preparatoria de la vía ejecutiva, la
cual consiste en este caso, en la confrontación de los cupones con los títulos y de éstos con los
libros talonarios.
Este numeral ya casi no tiene aplicación práctica.

g. Cualquier otro título a que las leyes den fuerza ejecutiva: (art. 434 n°7 CPC)
Las leyes reconocen títulos ejecutivos, el requisito es que el legislador los haya creado y
reconocido, sólo él, limitándose las partes a celebrarlo o perfeccionarlo. Pueden ser actos de
particulares sin la intervención de un ministro de fe. Éste comprende a todos aquellos títulos a
los que disposiciones especiales han dado el carácter de ejecutivos. Entre otros:
i. Sentencia que causan ejecutoria en relación con el art. 231 inc. 1º CPC.
ii. La ley nº 5.687, relativa al contrato de prenda industrial, confiere también mérito
ejecutivo sin necesidad de reconocimiento previo al contrato de prenda industrial,
celebrado por escritura privada, autorizada ante notario y debidamente inscrito.
iii. La ley nº 6.071, relativa a la propiedad de un edificio por departamentos, dispone en su
art. 16 “que la copia del acta de asamblea celebrada en conformidad al reglamento de
la copropiedad o al art. anterior en que se acuerden expensas comunes, autorizada por el
administrador, tendrá mérito ejecutivo para el cobro de las mismas”.
iv. En leyes especiales, son títulos ejecutivos aquellos derivados de deudas previsionales
y de deudas tributarias.
v. La ley 19.983 del 15 de diciembre del 2004, otorga mérito ejecutivo a “la copia de la
factura emitida por una operación de compraventa o prestación de servicios.” En
la práctica se llama la cuarta copia de la factura, porque primero está la original, una que
va a servicios de impuestos internos, otra queda al comprador o prestador de servicios,
y la otra tiene el mérito ejecutivo de la factura para su cobro.
vi. La ley nº 14.908, sobre abandono de familia y pago de pensiones alimenticias, crea
también un título ejecutivo en su título nº 7, el cual dispone que toda resolución judicial
que fije una pensión alimenticia tendrá mérito ejecutivo y será competente para
conocer de su ejecución el tribunal que la dictó en única o primera instancia.

II. Obligación líquida (obligación de dar) o determinada (si es obligación de hacer


y de no hacer, en este último caso debe ser posible destruir lo hecho)

La obligación es líquida cuando está perfectamente determinada en su especie o en su


género y cantidad. Existe certeza. De acuerdo al art. 438 inc. 2º CPC se acepta que la obligación
sea liquidable, es decir, aquella que puede liquidarse mediante simples operaciones aritméticas

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con sólo los datos que el mismo título ejecutivo suministre. La lógica es que el título es
autosuficiente, no se requiere remisiones externas para liquidar la obligación. Se admite cierta
excepción respecto de las obligaciones que tengan clausula de reajustabilidad o estén expresadas
en índices de reajustabilidad como la UTM. De acuerdo a lo dispuesto en la Ley 18.010 sobre
operaciones de crédito y dinero, se permite complementar el título con el índice correspondiente.

- Si se trata de una obligación de dar, el objeto debe estar determinado ya sea en su especie,
o en su género y cantidad. Se aplica el art. 438 CPC, entendiendo por obligación líquida:
i. N°1: cuando la ejecución recae sobre la especie o cuerpo cierto que se deba y que existe
en poder del deudor.
ii. N°2: cuando la ejecución recae sobre el valor de la especie debida y que no exista en
poder del deudor, la liquidez de la obligación se obtiene mediante la avaluación
efectuada por un perito que nombrará el tribunal. Esta materia se relaciona con la
gestión preparatoria de la vía ejecutiva denominada avaluación pericial.
iii. N°3: cuando la ejecución recae sobre una cantidad líquida de dinero o de un género
determinado, la liquidez se obtiene mediante una avaluación pericial antes indicada.
iv. Respecto de obligaciones de dinero en moneda extranjera, el art. 438 CPC señala que
no es necesaria la gestión preparatoria de la vía ejecutiva de avaluación, debiendo fijar
su equivalente en moneda nacional.
- Si se trata de una obligación de hacer, la obligación debe ser determinada.
- Si se trata de una obligación de no hacer, la obligación debe ser convertible, de modo que
sea susceptible de destruirse lo hecho, sino sólo queda la indemnización de perjuicios.

Por último, el art. 439 CPC permite que la obligación sea en parte líquida y en parte ilíquida;
respecto a la parte líquida se procede ejecutivamente, por la parte ilíquida se reclama por la vía
ordinaria (reservándose el acreedor el derecho).

III. Obligación actualmente exigible

Que la obligación sea actualmente exigible, quiere decir que pueda cumplirse, es decir, que
no esté sujeta a alguna modalidad, como la condición, el plazo o el modo. La interpretación
predominante entiende que la obligación debe ser exigible al momento de presentarse la
demanda ejecutiva. Por tanto, aunque el acreedor sepa que su deudor no cumplirá, la doctrina
dice al actor que debe esperar a que la obligación del deudor sea actualmente exigible. Análisis
en concordancia con el art. 464 n°7 CPC.

IV. Obligación no debe estar prescrita

El plazo de prescripción extintiva es de 3 años contados desde que la obligación se haya


hecho exigible (en relación con los arts. 2514 y 2515 CC). Si la acción ejecutiva está prescrita, el
tribunal debe denegar la ejecución declarando de oficio la prescripción de la acción ejecutiva,

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constituyendo esto último, una excepción a lo dispuesto por el art. 2493 CC (en juicio ordinario
la prescripción es alegada por el deudor). El pronunciamiento del tribunal es in limine o inlime litis.
Ahora bien, la prescripción también se contempla dentro del catálogo de excepciones
que puede oponer el ejecutado (art. 464 nº 17 CPC).
Hay títulos que tienen un plazo de prescripción distinto. Es el caso de las letras de cambio
y pagarés, por ejemplo, que de acuerdo al art. 98 Ley N°18.092 prescriben en 1 año contado
desde el vencimiento del documento. En nuestra opinión, dado el carácter excepcional del art.
442 CPC, no cabrían una interpretación extensiva y, por ende, el tribunal no estaría autorizado
para declarar de oficio este tipo de prescripción.
Declarada la prescripción, el título pierde su merito ejecutivo, sin embargo, como la
acción ordinaria prescribe en 5 años, el art. 2515 CC permite ejercitar acciones ordinarias
relacionadas con la obligación en cuestión, en cuyo caso, corresponderá aplicar las reglas del
juicio sumario (art. 670 nº 7 CPC).
La segunda parte del art. 442 CPC señala “salvo que se compruebe la subsistencia de la
acción ejecutiva por alguno de los medios que sirven para deducir esta acción en conformidad
al artículo 434” ¿qué sentido tiene esto? podría estimarse que no obstante haber prescrito la
acción ejecutiva, el acreedor podría instar por procurarse un título ejecutivo nuevo a través de
una gestión preparatoria de la vía ejecutiva. Sin embargo, pensamos que lo anterior es
improcedente, pues entendemos que las gestiones preparatorias no se aplican a los casos de
títulos cuyas acciones se encuentran prescritas. Lo contrario podría crear un incentivo a los
acreedores negligentes, quienes podrían subsanar sus descuidos por esta vía. La norma no puede
sino tener el siguiente sentido: deja a salvo el derecho de los acreedores que dispongan de otros
títulos, para iniciar la respectiva ejecución civil.
Uno de los problemas más comunes de este requisito tiene que ver con la interrupción
civil de la prescripción ¿Cuándo se produce? ¿con la notificación de la demanda o de la gestión
preparatoria? En general, se entiende que la notificación de la gestión preparatoria interrumpe la
prescripción, porque la gestión preparatoria y el juicio posterior son una sola unidad. Si la gestión
preparatoria se relaciona con la notificación judicial del protesto de una letra de cambio o pagaré,
hay norma expresa al respecto (art. 100 Ley 18.092).

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JUICIO EJECUTIVO EN LAS OBLIGACIONES DE DAR ARTS. 434-529 CPC

Para efectos de la ejecución civil, constituye obligación de dar, toda aquella cuya
prestación consiste en la entrega de una cosa, siendo el prototipo de la ejecución civil en Chile,
aquella en que se debe una especie o cuerpo cierto o una suma de dinero.
El juicio ejecutivo en las obligaciones de dar se encuentra regulado en el título I del libro
III, arts. 434-529 CPC; de manera supletoria se aplicarán las normas del procedimiento ordinario
(art. 3 CPC). Se distingue del procedimiento ejecutivo en las obligaciones de hacer y no hacer,
los que se encuentran regulados conjuntamente en el título II del Libro III, arts. 530- 544 CPC.
El juicio ejecutivo en las obligaciones de dar, origina durante su tramitación, por regla
general, los llamados cuadernos ejecutivo o principal y de apremio, pudiendo, eventualmente,
formarse un tercer cuaderno denominado, cuaderno de tercerías:
a. Cuaderno ejecutivo o principal: se ubica la eventual fase de conocimiento del juicio
ejecutivo, la que no se presentará en caso que el ejecutado no se oponga a la ejecución, por
cuanto, en tal supuesto, no existirá discusión entre ejecutante y ejecutado.
b. Cuaderno de apremio: contiene la ejecución propiamente tal, concentrando todos los
actos procesales encaminados a obtener el cumplimiento coactivo de la obligación de dar.
c. Cuaderno de tercerías: es aquel en que se lleva adelante el procedimiento establecido por
la ley para que terceros puedan hacer valer sus pretensiones en el juicio ejecutivo en relación
con la cosa embargada o con el pago de sus créditos.

v GESTIONES PREPARATORIAS DE LA VÍA EJECUTIVA

“Son aquellos procedimientos judiciales que debe iniciar el acreedor para completar o
constituir un título que le servirá de fundamento a la acción ejecutiva que se iniciará
posteriormente”. La opinión mayoritaria estima que se trata de un procedimiento contencioso
en el cual no cabe discusión, debiendo el deudor reservar su defensa para el juicio ejecutivo
respectivo. El objeto que tienen las gestiones preparatorias es crear títulos ejecutivos o bien
complementar títulos existentes dándole fuerza ejecutiva.

¿Las gestiones preparatorias de la vía ejecutiva forman parte del juicio ejecutivo?
Para algunos estas gestiones forman parte del juicio ejecutivo, argumentan señalando que
el art. 443 nº 1 inc. 2º CPC, que regula el mandamiento de ejecución y embargo, permite que el
requerimiento de pago se practique por cédula en aquellos casos en que el deudor previamente
había sido notificado personalmente o con arreglo al art. 44 con motivo de una gestión
preparatoria; asimismo, se basan en el art. 178 del COT, para concluir su posición, pues, éste
señala que si un juicio se inició por gestión preparatoria de la vía ejecutiva, la demanda ejecutiva
debe entablarse ante el mismo tribunal que conoció de la gestión. Parece ser la tendencia actual.
Por su parte, quienes defienden la opinión contraria, argumentan señalando que, en
virtud del art. 434 CPC, el juicio ejecutivo comienza con la demanda ejecutiva, a lo que hay que
agregar que, por disposición del art. 465 CPC, la gestión preparatoria de la vía ejecutiva no
produce prórroga de competencia respecto a un juicio ejecutivo posterior.
12

La importancia de esta discusión radica en dos cosas:


a. Prescripción de la acción ejecutiva. El art. 2518 del CC dispone que la prescripción se
interrumpe civilmente por la demanda.Por otra parte, algunos autores señalan que la
interrupción se produce por cualquier gestión del que reclama el derecho que se pretende,
esta es la postura aceptada por la jurisprudencia.
b. A propósito del mandato jucial, si basta con el otorgado en la gestión preparatoria y el
mismo subsiste en el juicio ejecutivo, afirmaríamos entonces que el juicio se inicia con la
gestión preparatoria existiendo una unidad entre gestión y juicio. El problema de esta
interpretación es en materia de abandono de procedimiento.

Principales gestiones preparatorias de la vía ejecutiva

A. Reconocimiento de firma puesto en instrumento privado (arts. 434 nº 4 y 435 CPC)


Mediante esta gestión preparatoria de la vía ejecutiva, el acreedor solicita al tribunal que se
cite al deudor a la presencia judicial para que reconozca su firma estampada en un instrumento
privado, bajo apercibimiento consistente en que, si no concurre o bien, si concurre y da
respuestas evasivas, se dará por reconocida la firma. “Reconocido judicialmente o mandado tener
por reconocer”, así, el reconocimiento puede ser espontáneo o por mandato judicial, siempre en
el marco de una gestión preparatoria. Reconocida la firma, queda preparada la ejecución (el
título), aún cuando el deudor niegue la deuda. La oportunidad procesal para esto es en las
excepciones.

B. Confesión de deuda (arts. 434 Nº 5 y 435 CPC)


Mediante esta gestión preparatoria de la vía ejecutiva, el acreedor solicita al tribunal que se
cite al deudor a la presencia judicial para que reconozca una deuda, bajo apercibimiento
consistente en que, si no concurre o bien, si concurre y da respuestas evasivas, se lo dará por
confeso de la deuda. En este caso el acreedor no cuenta con ningún título, afirma ser acreedor
por una determinada suma, construyendo un título que no existe. Se deja constancia en un acta
la comparecencia y el reconocimiento si procede.

C. Avaluación pericial: (art. 438 Nº 2 y 3 CPC)


La gestión preparatoria en estudio, permite obtener que la obligación adquiera el carácter
de líquida (definida y determinada en cuanto al monto). Procede cuando la ejecución recae sobre
el valor de una especie o cuerpo cierto debida que no se encuentra en poder del deudor (art. 438
nº2 CPC) y cuando la ejecución recae sobre una cantidad de un género determinado (art. 438
nº3 CPC). En esos casos es necesario avaluar el bien para entonces poder cumplir la obligación,
pasando a ser un pago equivalente, una suma de dinero.
La vía ejecutiva queda preparada una vez que se cuenta con el informe del perito en el
cual consta el valor de la obligación. Si el acreedor no haya realizado la gestión, el deudor puede
defenderse oponiendo la excepción del art. 464n°7 CPC.

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D. Notificación judicial de protesto de letra de cambio, pagaré o cheque: (art. 434 nº 4
CPC)
Tanto en la letra de cambio, cheque o pagaré, el protesto que se hace extrajudicialmente,
pero debe ser luego notificado judicialmente para que tenga fuerza ejecutiva. Para hacer la
notificación judicial se debe acompañar el documento junto con su acta de protesto, y pedir que
se ponga en conocimiento de ese protesto al deudor (al deudor se le notifica de él, personalmente
por ser la primera gestión del juicio). Posibilidades del notificado:
a. Guardar silencio, si lo hace la vía ejecutiva se entiende preparada y, por tanto, el titulo
adquiere fuerza ejecutiva, pero se debe dictar una resolución que así lo declare.
b. Tachar de falsa su firma en un plazo de 3 días. Si esto ocurre se va a iniciar un incidente
para determinar si la firma es verdadera o falsa:
i. Si la firma es falsa: la gestión concluye y no hay titulo ejecutivo.
ii. Si la firma es verdadera: la gestión preparatoria va a prosperar, se va a tener por preparada
la vía ejecutiva. Pero, además, se configura el delito del art. 110 Ley 18.092, y art. 43 DFL
707, la idea de esto es desincentivar la falsificación de firmas.

Si la notificación es de un protesto de cheque, además, hay 3 reglas especiales:


i. La notificación se puede hacer personalmente o por el art. 44 CPC, sin necesidad de
resolución judicial que ordene la notificación judicial por el 44 CPC.
ii. Esta notificación se debe hacer en el domicilio registrado en el banco, aun cuando ya no
fuera el domicilio del librador del cheque (en este caso se notifica por el 44 CPC)
iii. Si es que dentro del plazo de 3 días el librador del cheque no opone tacha de falsedad ni
paga el cheque, se configura el delito de giro fraudulento de cheque. Este delito es bien
particular, porque si en cualquier minuto antes de la sentencia definitiva, pero durante el
juicio penal, el librador paga el cheque se sobresee el delito (Arts. 22, 41 y 42 DFL 707).

E. Notificación del título ejecutivo a los herederos del deudor (art.1377 CC)
Estamos frente al supuesto en que el deudor fallece antes de cumplir la obligación y no
se ha iniciado un juicio ejecutivo. Rige el principio de que los herederos ocupan el mismo lugar
jurídico que el causante, en relación con el art. 1377 CC y para ello se debe notificar a los
herederos del deudor, el o los títulos ejecutivos que se pretenden hacer valer en un juicio
ejecutivo, y sólo una vez que transcurran 8 días desde la notificación, queda habilitado para iniciar
un juicio ejecutivo contra ellos.
Si ya se había iniciado un juicio ejecutivo a la muerte del deudor hay que distinguir:
a. Si ha actuado con apoderado en el juicio se aplica el art. 1377 CC.
b. Si no hay apoderado en el juicio, es decir, actuaba por sí o bien no actuaba, se aplica el art.
5 del CPC, que también le da un plazo a los herederos, pero que corresponde al término
de emplazamiento, pero acá ya no es gestión preparatoria.

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19.2. Cuaderno ejecutivo. Cuaderno de apremio. Embargo.

v CUADERNO PRINCIPAL O EJECUTIVO EN EL JUICIO EJECUTIVO

Es aquél en el cual ubicamos la fase de conocimiento del juicio ejecutivo. En este cuaderno,
por tanto, es donde puede tener lugar la discusión entre ejecutante y ejecutado, la que sólo se
presentará si el ejecutado se opone a la ejecución, pues en caso contrario, bastará el mandamiento
de ejecución y embargo para que el acreedor persiga la realización de los bienes embargados.

Ø Demanda ejecutiva
“Es el acto por el cual el acreedor reconviene judicialmente al deudor a fin de que éste
satisfaga su crédito, para lo cual acompaña un título que tiene mérito ejecutivo y que da cuenta
de una obligación de existencia indubitable”.
La demanda ejecutiva debe cumplir con los requisitos del art. 254 CPC, requisitos comunes
a todos escrito y exigencias de la ley 18.120, resultando fundamental acompañar el título ejecutivo
al momento de presentación de la misma (arts. 434 y 441 CPC), además se debe indicar la especio
o cuerpo cierto debida, o la cantidad de dinero que se cobra, de acuerdo a las reglas el art. 438
CPC. La petición no es dar lugar a la demanda, sino “que se despache mandamiento de ejecución
y embargo y que se ordene seguir adelante la ejecución hasta hacerse pago íntegro de la deuda
con sus reajustes, intereses y las costas”. De manera facultativa, la demanda podría indicar los
bienes a embargar y designar al depositario.

Una vez presentada la demanda, el tribunal, procediendo de manera in limine, efectuará un


examen de admisibilidad de la demanda y del título ejecutivo, básicamente que se cumplan los
requisitos de la acción ejecutiva, sin audiencia ni notificación del ejecutado, emitiendo un
pronunciamiento que es de mérito y no de mero trámite (art. 441 CPC):
- Si se contienen en el título ejecutivo todos los requisitos de la acción ejecutiva, el tribunal
dictará una resolución proveyendo la demanda ejecutiva cuyo contenido literal será:
“despáchese”, lo que será expresión unívoca de que la demanda ejecutiva presentada ha
sido acogida. El despáchese es una sentencia interlocutoria de segundo grado. Se discute si
el ejecutado podría recurrir esa resolución (por el interés que no le embarguen). Se entiende
que no procede la reposición, porque no es un auto o decreto y, en general, que tampoco
procede la apelación, porque el art. 441 inc. Final CPC dice que la resolución que deniega el
despáchese es apelable, por tanto, a contrario sensu, la que accede no es apelable. Además,
se dice que el ejecutado tiene su forma de defensa, a través de las excepciones. Se podría
decir que es una resolución que no es recurrible pero si impugnable porque procede la
oposición de excepciones.
Cabe observar que, si el tribunal acoge a la demanda ejecutiva, y por tanto, dicta la resolución
cuyo contenido es “despáchese”, estaremos en presencia de un acto procesal complejo,
pues, en seguida, el mismo tribunal que accedió a la demanda ejecutiva deberá dictar una
segunda resolución denominada “mandamiento de ejecución y embargo” la cual
encabeza el cuaderno de apremio, permitiendo la ejecución propiamente tal.
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- En caso contrario, el tribunal denegará la ejecución, esta es una sentencia interlocutoria que
hace imposible la continuación del juicio, en consecuencia, procede recurso de casación en
la forma y apelación en el solo efecto devolutivo (art. 441 inciso final CPC).

Ø Notificación de la demanda y requerimiento de pago


El art. 443 n°1 CPC habla solamente del requerimiento de pago, pero en realidad, debemos
diferenciarlo de la notificación de la demanda, porque son dos actos que a veces se confunden.
El principio básico es el mismo, como es una demanda se debe notificar, pero como además hay
un mandamiento de ejecución y embargo, debe requerírsele de pago al deudor. Estas dos
cuestiones a veces van juntas, pero a veces van separadas.

En cuanto a la notificación
En principio se rige por la regla general, es decir, ei es la primera se deberá hacer
personalmente o de acuerdo al art. 44 CPC, y si no fuera la primera notificación del juicio, debe
hacerse por cédula (no por estado diario como en el juicio ordinario), y para esto se le exige fijar
domicilio dentro del radio urbano del tribunal, dentro del plazo de 2 días contados desde la
notificación de la gestión preparatoria, si es que no se hace, se notifica por el estado diario. La
exigencia no es la misma que la del art. 49 CPC, porque esta pide la fijación del domicilio en la
primera gestión del juicio, acá se dan dos días para hacerlo.

El requerimiento de pago
Es el acto por el cual el ministro de fe exige el pago de la obligación contenida en el titulo.
Debemos distinguir:
i. Si la notificación es personal, el requerimiento se hará en el mismo acto. El único caso en
que puede no ocurrir esto, es en la hipótesis del art. 41 CPC que prohíbe que el
requerimiento se haga en público.
ii. Si la notificación es por cédula o por el art. 44 CPC, el requerimiento no se hará en el
mismo acto, sino que al deudor se le va a dejar citado en un día y lugar determinado para
ser requerido, mediante la “cédula de espera”. El lugar normalmente es la oficina del
receptor, el día, normalmente, es el día hábil siguiente. En ese lugar, en ese día, se le va a
dar por requerido de pago, aunque no asista.

Esta diferencia entre notificación y requerimiento es relevante por los efectos que producen:
i. La notificación, si es que no se interrumpió antes, va a interrumpir la prescripción.
ii. El plazo para oponer excepciones se cuentan desde el requerimiento y considerando el lugar
donde se hizo el requerimiento. Al momento de requerir de pago el receptor debe informar
al deudor qué plazo tiene para oponer excepciones, pero si no lo hace la notificación es
igualmente válida (art. 443 n°1 CPC).

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Actitudes que puede adoptar el ejecutado una vez requerido de pago
1. Paga la deuda respectiva y las costas de la causa. Esta actitud del ejecutado pone fin al
juicio ejecutivo (arts. 446 y 490 CPC). Igual podría hacerlo en cualquier momento y si el
pago es total, pone término al juicio.
2. El ejecutado guarda silencio. En tal caso, por disposición legal se omite la sentencia en
el juicio ejecutivo y bastará el mandamiento de ejecución y embargo para que el acreedor
pueda perseguir la realización de los bienes embargados y el pago de su crédito. Esto quiere
decir que la tramitación en el juicio del cuaderno principal termina, y queda firme la
existencia de la obligación en cobro. Así, si incluso la deuda está prescrita, pero el deudor
no opone excepción en este momento, “revivirá” la obligación, y la única forma de detenerla
será con el pago. ¿Qué solución tendría aquel deudor a quien injustamente le cobra? Se han
rechazado al respecto recursos de revisión, y lo único que se dice que serviría es iniciar un
juicio ordinario de indemnización de perjuicios, pero esto es solamente una solución
doctrinal sin aplicación práctica. La doctrina hace una asimilación, diciendo que para estos
casos el mandamiento vale como sentencia definitiva, esto es una metáfora, lo que quiere
decir es que no será necesario dictar sentencia definitiva. El cuaderno principal, en este caso,
va a quedar con demanda, despáchese, y requerimiento.
3. El ejecutado se opone a la ejecución. El ejecutado durante el término de emplazamiento
puede oponerse a la ejecución oponiendo una o más de las excepciones del art. 464 CPC
dicha oposición, en cuanto a su naturaleza jurídica, constituye un acto de impugnación a la
resolución que despacha la ejecución.

Ø Oposición a la ejecución

Plazo de Oposición. Arts. 459 y 462.


Como referencia para el plazo se toma la fecha de requerimiento de pago y el lugar de
requerimiento de pago, no se toma en consideración, si fuera distinto, el lugar ni fecha de la
notificación. Acá hay 3 hipótesis:
1. Si el requerimiento de pago se hace en la misma comuna donde tiene asiento el tribunal: el
plazo es de 4 días.
2. Si el requerimiento de pago se hace dentro del territorio jurisdiccional del tribunal, pero en
una comuna distinta: el plazo es de 8 días.
3. Si el requerimiento de pago se hace fuera del territorio jurisdiccional del tribunal:
a. Si el ejecutado presenta su oposición ante el tribunal que conoce del juicio: plazo sea de
8 días más la tabla de emplazamiento del art. 259 CPC.
b. Si el ejecutado presenta su oposición ante el tribunal exhortado:
i. Si el requerimiento se hizo en el lugar del asiento del tribunal exhortado, en este caso
el plazo es de 4 días.
ii. Si el requerimiento se hizo dentro del territorio jurisdiccional, pero fuera de la comuna
de asiento del tribunal exhortado, el plazo será de 8 días.
4. Si el requerimiento es fuera del territorio de la república: 8 días + tabla emplazamiento.

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El plazo para oponer excepciones es fatal e individual si es que hay más de un ejecutado (el plazo
para la demanda es común).

Formalidades
La oposición debe formularse por escrito, y será declarada admisible si, además de
cumplir con los requisitos generales a todo escrito: se oponen todas las excepciones en el mismo
libelo, indicando con claridad y precisión los hechos en que se fundan las excepciones y los
medios de prueba de que se valdrá el ejecutado (art. 465 CPC). Al tenor del texto legal, los medios
de prueba debiesen singularizarse uno a uno, sin perjuicio de ello, en la práctica forense se admite
una designación genérica.
La oposición a la ejecución se cristaliza oponiendo una o más de las excepciones previstas
en el art. 464 CPC, sólo cabe oponer las excepciones allí señaladas, entre las cuales se
comprenden tanto excepciones dilatorias como perentorias. Son excepciones dilatorias las
excepciones 1ª a 4ª del art. 464 CPC y el beneficio de excusión contemplado en la excepción
5ª. Constituyen excepciones perentorias las excepciones 6ª a la 18ª y la caducidad de la fianza
regulado en la excepción 5ª del citado artículo.
La enumeración del art. 464 del CPC es taxativa, aunque solo genérica ya que no
singulariza ni determina los casos especiales que pueden hallarse comprendidos en cada uno de
los diversos números que la componen, de modo que en un mismo número, puede quedar
incluidas diversas situaciones, que constituyen otras tantas excepciones jurídicamente distintas.
Además, las excepciones pueden referirse al total de la deuda o a una parte de ella
solamente. Así lo dice expresamente el art. 464 inciso final. Una excepción que es acogida
parcialmente, permite seguir adelante la ejecución en aquella parte incumplida de la obligación.

Art. 464 CPC La oposición del ejecutado sólo será admisible cuando se funde en alguna
de las excepciones siguientes:

Incompetencia del tribunal (art. 464 nº 1 CPC)


Esta excepción es comprensiva tanto de la incompetencia absoluta como de la relativa.
Según el art. 465 CPC, no es óbice para oponer esta excepción el hecho de haber intervenido el
ejecutado en una gestión preparatoria anterior al juicio ejecutivo, de lo que cabe concluir que la
gestión preparatoria de la vía ejecutiva no produce prórroga de competencia.
En cuanto a la tramitación, esta excepción puede ser resuelta de inmediato o puede
dejarse su resolución para la sentencia definitiva. El análisis de las demás excepciones que es
posible oponer, demuestra que ésta es la única que por ley puede ser resuelta de inmediato.
Si deducida la excepción de incompetencia y ella es aceptada por el tribunal, éste se
abstendrá de pronunciarse sobre las demás excepciones opuestas, ya que no tendría competencia
para ello.
Se incluye acá la falta de jurisdicción por no haber causal genérica.

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La falta de capacidad del demandante, o de personería o de representación legal del que comparezca en su nombre
(art. 464 n°2 CPC)
Se refiere a la capacidad para comparecer en el juicio y comprende dos situaciones; falta
de capacidad del demandante y falta de personería (representación convencional: mandato) o
representación legal del que comparece a nombre del demandante.
Esta excepción se refiere a la falta de capacidad del demandante, en cuanto a la capacidad
del demandado se debe alegar por nº 7 del art. 464.

Litis pendencia ante tribunal competente, siempre que el juicio que le da origen haya sido promovido por el acreedor,
sea por vía de demanda o de reconvención (art. 464 n°3 CPC)
El juicio que puede generar litispendencia puede ser declarativo o ejecutivo, pero
constituye una exigencia legal que el proceso respecto del cual existe litis pendencia haya sido
iniciado por el acreedor sea por vía de demanda o de reconvención, exigencia que descansa en
la pretensión de evitar que el deudor utilice la oposición a la ejecución como instrumento
entorpecedor de la ejecución.

Ineptitud del libelo (art. 464 n°4 CPC).


El libelo es inepto cuando le falta alguno de los requisitos que señala el art. 254 CPC.
Todos estos requisitos deben reunirse al momento de solicitarse la ejecución; si se omiten, el
defecto no podría ser subsanado por escritores posteriores, ya que una vez trabada la litis (lo que
ocurre cuando el ejecutado opone excepciones) queda fijada la cuestión debatida y ella no puede
ser modificada en perjuicio del ejecutado. En cambio, en el juicio ordinario se puede subsanar.

Beneficio de excusión o la caducidad de la fianza (art. 464 n°5 CPC).


El beneficio de excusión es la facultad que tiene el fiador para exigir “que antes de
proceder contra él, se persiga la deuda en los bienes del deudor principal, y en las hipotecas o
prendas prestadas por éste para la seguridad de la misma deuda” art. 2357 CC.
Por caducidad de la fianza, debe entenderse la extinción de ella, por alguno de los medios
que señalan los arts. 2381 y ss. CC.

Falsedad del título (art. 464 n° 6 CPC)


El título ejecutivo es falso cuando no es auténtico, vale decir, cuando no ha sido
realmente otorgado y autorizado por las personas y de la manera que en el título se expresa. Art.
17 del CC. Sin embargo, la jurisprudencia es bastante generosa para reconocerla, y no solo se
aceptan casos de falta de autenticidad, sino también, se aceptan casos de falsedad ideológica,
como, por ejemplo, un pagaré suscrito por una deuda que no existe; o una factura que dé cuenta
de mercaderías que nunca se entregaron. Si se opuso la tacha de falsedad en su momento y fue
rechazada no se puede oponer acá porque hay cosa juzgada.

19


La falta de alguno de los requisitos o condiciones establecidos por las leyes para que dicho título tenga fuerza
ejecutiva, sea absolutamente, sea con relación al demandado (art 464 n°7 CPC)
Se opondrá esta excepción cada vez que falte alguno de los requisitos para que proceda
la acción ejecutiva. Esto puede ser respecto a todos, como si es que se hace valer un instrumento
que no fue titulo ejecutivo o si no se hizo una gestión preparatoria debiéndose hacer, etc.; como
también podría ser que no tenga fuerza ejecutiva, pero solo respecto del ejecutado, como un
título que fuera inoponible, porque fue suscrito por un mandato que no tenía facultades
suficientes, etc. Esta es la causal más amplia.

El exceso de avalúo en los casos de los incisos 2° y 3° del art. 438 del CPC (art. 464 n°8 CPC).
Cuando el objeto de la ejecución es el valor de la especie o cuerpo cierto, debido a que
no existe en poder del deudor o en cantidad de un género determinado que no sea dinero, es
menester preparar el juicio ejecutivo mediante la avaluación de dicho objeto. Si el ejecutado
estima excesivo el avaluó del valor del objeto de la ejecución, podrá oponer esta excepción, salvo
que haya reclamado anteriormente del auto que aprueba dicha avaluación, ya que habría cosa
juzgada en su contra.

El pago de la deuda (art. 464 n°9 CPC).


El pago es un modo de extinguir las obligaciones que consiste en la prestación de lo que
se debe. Los requisitos del pago se rigen por las normas civiles. Debemos tener presente que el
pago de la deuda que procede como excepción dilatoria es aquel que se hace antes de la
notificación de la demanda, los pagos que se hacen posteriores a ella no configuran la excepción.
Sin perjuicio de lo anterior, la finalidad del juicio ejecutivo es que se pague la deuda, por tanto,
aun cuando no se configure la excepción, el pago hecho en cualquier minuto termina la
ejecución, siempre que sea un pago completo (Art. 490 CPC)

La remisión de la deuda (art. 464 n°10 CPC).


Es un modo de extinguir las obligaciones, que consiste en la renuncia gratuita que hace
el acreedor a favor del deudor, del derecho a exigir el pago de su crédito. Puede ser total o parcial.

La concesión de espera o la prórroga del plazo (art. 464 n°11 CPC).


Si la obligación está sujeta a plazo, ella no es actualmente exigible y no procede su
cumplimiento forzado.

La única diferencia entre esta excepción y la del nº 7, es que la concesión se produce una
vez vencido el plazo y la prorroga antes de vencido. Pero ambas tienen la misma lógica, que si
bien está vencido el plazo original, el acreedor ha concedido alguna posibilidad que se le pague
posteriormente. La acción rechazada por esta causal podría renovarse como ejecutiva, ya que se
trataría de un caso de “falta de oportunidad en la ejecución”, art.477 CPC.

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La novación (art. 464 n°12 CPC).
Es un modo de extinguir las obligaciones que consiste en la sustitución de una nueva
obligación a otra anterior, la cual queda por tanto extinguida. Art. 1628 CC.

La compensación (art. 464 n°13 CPC).


Es un modo de extinguir las obligaciones entre dos o más personas que son
recíprocamente deudor y acreedor de obligaciones diversas, hasta la concurrencia de la de menor
valor. No es menester que la deuda que se opone en compensación sea ejecutiva; sino que basta
que se reúnan los requisitos que el CC exige en su art. 1656.

Nulidad de la obligación (art. 464 n° 14 CPC)


Que entre las excepciones enumeradas en el art. 464 CPC se contemple la nulidad de la
obligación, permite sostener el carácter de procedimiento ejecutivo con fase de conocimiento
que prevé la legislación en el libro III CPC.
Como el legislador no distingue, la nulidad puede ser absoluta o relativa. Se refiere a la
nulidad de la obligación y no del título, si este último es nulo se debe alegar por el nº7.

La pérdida de la cosa debida (art. 464 n°15 CPC).


Es un modo de extinguir las obligaciones que se produce cuando el cuerpo cierto que se
debe perece, o porque se destruye, o porque deja de estar en el comercio, o porque desaparece
y se ignora si existe. Art. 1670 del CC.
Para que se extinga la obligación, la pérdida de la especie o cuerpo cierto debe ser fortuita,
pues si ella se debe a la culpa del deudor, la obligación subsiste. Art. 1672 CC; y en tal caso, la
ejecución recaerá sobre el valor de la especie debida, haciéndose su avaluación por un perito.

La transacción (art. 464 n°16 CPC).


Es un contrato por el cual las partes terminan extrajudicialmente un litigio pendiente o
precaven un litigio eventual, mediante concesiones recíprocas (se regula en el art. 2464 CC). Si
no existiera se podría alegar a través del n°18 que es la cosa juzgada, porque una transacción
produce el efecto de cosa juzgada.

La prescripción de la deuda o sólo de la acción ejecutiva (art. 464 n°17 CPC).


La deuda no prescribe, lo que prescribe es la acción, pero cuando dice “prescripción de
la deuda” se refiere a que prescribió tanto la acción ejecutiva como ordinaria, es decir, que
transcurrieron más de 5 años.

La cosa juzgada (art. 464 n°18 CPC).

21


Diferencias entre las excepciones del juicio ejecutivo y las del juicio ordinario.
1. Las excepciones que pueden oponerse en el juicio ejecutivo están taxativamente enumeradas
en el art. 464, no así en el juicio ordinario, puesto que el art. 303 referido a las excepciones
dilatorias no es taxativo y, además, no existe un art. para las excepciones perentorias.
2. En el juicio ejecutivo todas las excepciones deben oponerse conjuntamente y en un mismo
escrito. En el juicio ordinario en cambio, las excepciones dilatorias deben oponerse
previamente (dentro del término de emplazamiento y antes de contestar la demanda.) Y solo
una vez que hayan sido desechadas o se subsanados los defectos que se pretendían corregir,
solo ahí deben deducirse las perentorias (en el escrito de contestación de la demanda.)
3. En el escrito de excepciones a la ejecución, el demandado deberá señalar los medios de
prueba de que intenta valerse. Esta exigencia no rige en el juicio ordinario.

Ø Contestación de las excepciones y examen admisibilidad


Una vez que se opone el ejecutado, el tribunal confiere traslado al ejecutante para que dentro
de 4 días exponga lo que juzgue oportuno. Este es también el plazo que tiene el ejecutante para
hacer valer la reserva de derechos o acciones.
Una vez vencido el plazo el tribunal debe hacer un examen de admisibilidad de la oposición
a la ejecución, el cual es formal, por cuanto el accionar del tribunal se restringe únicamente a
analizar si se opuso alguna de las excepciones del 464 CPC y si éstas fueron opuestas en tiempo
y forma:
- Si el tribunal estima inadmisibles las excepciones, según el art. 466 CPC, el juez debe dictar
desde luego sentencia definitiva, sin embargo, en rigor, el proceder del juez debe
encaminarse y limitarse a declarar inadmisible la oposición a la ejecución y junto con ello,
ordenar que se siga adelante con la ejecución.
- Si el tribunal estima admisible la oposición y no considera necesario recibir prueba, debe
dictar de inmediato sentencia definitiva. Esta resolución que admite la oposición es una
interlocuoria de segunda clase.
- Si el tribunal estima admisible la oposición pero considera necesario recibir pruebas, debe
recibirse la causa a prueba. La resolución que se dicte tiene naturaleza jurídica de sentencia
interlocutoria de la segunda clase. Se deberán probar las afirmaciones de hecho efectuadas
por el ejecutado en la oposición a la ejecución y aquellas que formuló el ejecutante al
responder la oposición a la ejecución, es decir, el onus probandi recae en el ejecutado. Lo
anterior, se explica por cuanto, la oposición del ejecutado y la respuesta a la oposición del
ejecutante son las que conforman la controversia.

Ø Recepción de la causa a prueba


La recepción de la causa a prueba se rige por las normas del juicio ordinario, se notifica por
cédula y procede reposición con apelación en subsidio, pero el término probatorio ordinario
previsto para este procedimiento se compone de 10 días, los cuales son ampliables hasta por 10
días más siempre que sea solicitado por el ejecutante. Es posible que por acuerdo de ambas
partes se concedan términos extraordinarios por el tiempo que ambos designen (art. 468 CPC).
22


Ø Plazo de observaciones a la prueba
Una vez vencido el término probatorio, a virtud del art. 469 CPC las partes dispondrán de
un término probatorio de 6 días para formular observaciones a la prueba, vencido este plazo,
háyanse o no presentado escritos y sin nuevo trámite, el tribunal citará a las partes a oír sentencia
(art. 469 CPC).

19.3. Explique qué recursos proceden en contra de la sentencia definitiva dictada en el


juicio ejecutivo y cómo opera la cosa juzgada en este procedimiento.

Ø Sentencia definitiva y recursos que proceden


En este periodo proceden las medidas para mejor resolver por ser disposición común a todo
procedimiento y los requisitos de la sentencia definitiva son los del art. 170 CPC.
La sentencia definitiva, que solo tiene lugar en el caso de oposición a la ejecución por parte
del ejecutado, debe ser dictada en el plazo de 10 días contados desde que el pleito quede
concluso.
La sentencia definitiva en el juicio ejecutivo no se pronuncia sobre la demanda, se pronuncia
sobre las excepciones, porque de alguna manera ya se dio ha lugar a la demanda cuando se
ordenó el “despáchese”, por lo tanto, dice ha lugar o no ha lugar a las excepciones opuestas:
1. Si se acogen todas o algunas de las excepciones: será una sentencia absolutoria, porque se
absuelve al demandado, o estimatoria de las excepciones. Es menester señalar que el
pronunciamiento de esta sentencia a favor del ejecutado conlleva la correlativa condena en
costas al ejecutante, y que si se admiten sólo en parte una o más excepciones, se distribuirán
las costas proporcionalmente entre las partes, pero podrán imponerse todas ellas al
ejecutado cuando en concepto del tribunal haya motivo fundado (art. 471 CPC). Procede
apelación en ambos efectos (el apelante será el ejecutante).
2. Si se rechazan todas las excepciones: será una sentencia es desestimatoria o
condenatoria. El pronunciamiento de esta sentencia conlleva la condena en costas al
ejecutado (art. 471 CPC). En este caso la apelación se concede en el solo efecto
devolutivo art. 194 nº1 (apelante será el ejecutado), el juicio continúa en el cuaderno de
apremio, pero para que se pague se debe rendir caución por regla general. Nuestro CPC
clasifica las sentencias condenatorias en dos tipos, según si si hay bienes embargados o no,
y si estos bienes embargados son de la misma especie que los bienes adeudados:
a. Sentencia de pago: supone que hay bienes embargados, y que estos son de la misma
naturaleza de lo adeudado. Lo más común es que se adeuda dinero y se embarga dinero.
Si se apela esta sentencia, y el embargo recae en dinero, se puede entregar al ejecutante
si otorga fianza de resultas, si el embargo recae sobre especie o cuerpo cierto solo se
puede entregar al ejecutante una vez que la stc. definitiva esté firme.
b. Sentencia de remate: cuando no hay bienes embargados, o bien, cuando hay bienes
embargados de distinta naturaleza a los adeudados. Si se apela esta demanda la
ejecución sigue adelante, pero se debe consignar el producto de la subasta en la cuenta
corriente del tribunal, y solo se puede pagar si se rinde fianza de resultas.

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Además, contra la sentencia definitiva dictada en el procedimiento ejecutivo también es
procedente la impugnación a través del recurso de casación, rigiendo las reglas generales en
cuanto su tramitación, lo que implica que: la interposición del recurso no suspenderá la ejecución
de la sentencia impugnada, sin que exista para la parte vencida, la posibilidad de exigir rendición
de fianza de resultas para la ejecución del fallo (art. 773 CPC).

Ø Cosa juzgada
La sentencia definitiva, una vez firme, produce cosa juzgada tanto respecto a otros juicios
ejecutivos como en lo tocante a otros juicios ordinarios. Existe dos figuras tradicionalmente
entendidas como excepciones a la cosa juzgada:

1. La renovación de la acción ejecutiva art. 477 CPC


Es un derecho que obra a favor del ejecutante, el cual lo habilita para deducir una nueva
acción ejecutiva, no obstante haberse acogido anteriormente, por sentencia firme, la oposición
a la ejecución de parte del ejecutado fundado en alguna de las siguientes excepciones: (i)
incompetencia del tribunal, (ii) incapacidad del ejecutante, (iii) ineptitud del libelo o (iv) falta de
oportunidad en la ejecución (no se comprende en el art. 464, se entiende que comprende todos
los casos en que la ejecución no ha sido posible por razones de tiempo, lugar u otro elemento
ej. litispendencia).
Estimamos que no es una excepción a CJ por cuanto la sentencia no se pronuncia respecto
al fondo del asunto, sino que solo sobre aspectos formales, los que, una vez interpuesta la nueva
demanda, resultan subsanados.

2. Reserva de acciones y excepciones


Buscan obtener que la sentencia dictada en el procedimiento ejecutivo no alcance autoridad
de cosa juzgada en relación a un juicio declarativo posterior. Existiendo reserva de acciones o
excepciones en el juicio ejecutivo, respecto del juicio declarativo, la sentencia ejecutiva sólo estará
revestida de cosa juzgada formal.

•La reserva de acciones que puede realizar el ejecutante en forma exclusiva durante
el procedimiento ejecutivo
Consiste en la posibilidad que tiene el acreedor-ejecutante de desistirse de la demanda
ejecutiva reservándose el derecho de entablar una acción ordinaria sobre los mismos puntos que
han sido materia de la reserva, debiendo ejercerse esta facultad dentro en los 4 días del traslado
de la oposición del ejecutado, sin que deba expresar motivo.
En cuanto a sus efectos el ejecutante perderá el derecho a entablar una nueva acción ejecutiva,
quedando ipso facto sin valor el embargo y las demás resoluciones dictadas, sin que se exija un
plazo para deducir demanda declarativa.

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• La reserva de excepciones que puede realizar el ejecutado en forma exclusiva
durante el procedimiento ejecutivo
Es aquella que debe formular el ejecutado en el mismo escrito donde se opone a la ejecución,
en dicha oportunidad, el ejecutado realizará reserva de sus derechos para un juicio ordinario y,
solicitará que se niegue el pago al acreedor mientras no caucione las resultas del juicio, el
fundamento es: no tener los medios para justificar la excepción por medio de la cual se opuso a
la ejecución dentro del término de prueba (art. 473 CPC).
Efectos: respecto del ejecutante, el que sólo continuará la ejecución en la medida que éste
rinda la caución pedida; y respecto del ejecutado dentro del término de 15 días debe presentar
su demanda en juicio ordinario, formulando como pretensión aquello que en el procedimiento
ejecutivo opuso como excepción sino se ejecutará la sentencia sin caución previa.

•Reserva común a ambas partes


Por último, la ley autoriza a realizar reserva de acciones o excepciones a ambas partes del
procedimiento ejecutivo hasta antes de la dictación de la sentencia definitiva de única o primera
instancia (art. 478 CPC).
- Si las acciones y excepciones se refieren a la existencia de la obligación misma, deberán
existir motivos calificados para fundar la reserva de acciones o excepciones, los que deberán
hacerse valer expresamente.
- Si las acciones y excepciones no se refieren a la existencia de la obligación misma, se
prescindirá de la exigencia de existir motivos calificados debiendo el tribunal, en todo caso,
acceder a la reserva.
Admitida por el tribunal la reserva, la parte que la solicito deberá interponer dentro del plazo
de 15 días la demanda respectiva en un procedimiento declarativo, cuestión que si no se cumple,
provocará que la demanda no se admitirá posteriormente (art. 478 CPC).

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19.2. Cuaderno ejecutivo. Cuaderno de apremio. Embargo.

v CUADERNO DE APREMIO EN EL JUICIO EJECUTIVO

Constituye una fase del juicio ejecutivo compuesto por todos los actos procesales
encaminados a obtener el embargo, y en su caso, la realización de los bienes del ejecutado y el
pago del crédito al ejecutante. Normativamente, el objeto del cuaderno de apremio se encuentra
previsto en el art. 458 CPC.
Forma un cuaderno separado del ejecutivo, y es donde tiene lugar la ejecución
propiamente tal, tramitándose ambos de manera autónoma, sin perjuicio de existir entre ellos,
en determinados casos, interrelación. En efecto, el cuaderno de apremio se tramita con
independencia del cuaderno principal hasta que se produce la traba del embargo, pues, una vez
que éste se traba, debe esperarse, al menos, a la dictación de la sentencia definitiva en el cuaderno
principal para proseguir (arts. 472, 475 y 481 CPC).

Ø Mandamiento de ejecución y embargo


Este es el primer acto procesal del cuaderno de apremio y es una resolución que se dicta
sólo una vez que el tribunal ha acogido la demanda ejecutiva a través de una resolución anterior
cuyo contenido es “despáchese”.
Se define como “aquella orden escrita, emanada del tribunal, de requerir de pago al deudor
y de embargarle bienes suficientes si no pagare en el acto del requerimiento”. Es una sentencia
interlocutoria de segunda clase.
En cuanto al contenido del mandamiento de ejecución y embargo, y atendiendo al art. 443
CPC, es posible distinguir tres tipos de elementos en esta resolución:
a. Elementos esenciales: son aquellas menciones o elementos que debe contener la resolución
para que sea válida, comprendiendo: la orden de requerir de pago al deudor y la de embargar
bienes suficientes del deudor en caso que no pague (art. 443 nº 1 y 2 CPC).
b. Elementos de la naturaleza: son aquellas menciones o elementos que puede contener la
resolución, y que si no las contiene, las determina supletoriamente la ley: la designación de
depositario provisional y de bienes para practicar la traba del embargo (esta última es
obligatoria si la deuda recae en una especie o cuerpo cierto) (arts. 443 nº 3 CPC). El
depositario puede ser el mismo deudor o un tercero, pero si el mandamiento nada dice, la
ley señala que será el propio deudor en calidad de depositario provisional.
c. Elementos accidentales, son aquellas menciones que sólo tendrán lugar en la medida que
estén expresamente consignadas en la resolución, de manera que, si la resolución no las
contiene, no serán suplidas por la ley. Por ejemplo, la mención de valerse de la fuerza pública
para proceder a la traba del embargo (art. 443 inc. final CPC).

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Ø El embargo

Tradicionalmente, se define al embargo como “aquella actuación procesal que consiste en


la aprensión material o simbólica que hace un ministro de fe de los bienes del deudor a virtud de
resolución judicial para ponerlos a disposición de un depositario”.
El embargo, busca cristalizar y hacer efectiva la responsabilidad patrimonial universal del
deudor llamado también derecho de prenda o garantía general regulado en el art. 2465 CC,
razonamiento que se explica al tener presente que si bien, en virtud de dicha norma, el acreedor-
ejecutante podrá perseguir el cumplimiento forzado de una obligación sobre todos los bienes
que contenga el patrimonio del deudor, presentes o futuros, sólo se determinarán concretamente
que bienes quedan afectos a la ejecución forzada una vez que se traba el embargo respectivo.

Bienes embargables

Los bienes del ejecutado que son susceptibles de ser embargados, son sólo aquellos
bienes embargables que pertenecen al deudor, siempre y cuando reúnan además, las
características revestir un contenido patrimonial y ser enajenables.
- Si al bien embargado le falta el carácter patrimonial o bien es inalienable, el embargo es nulo,
ej. si se embargan derechos de familia, como el de alimentos.
- Si se embargan bienes que no son del deudor, el embargo no es nulo, pero se abre la
posibilidad de la interposición de una tercería de dominio o de posesión.
- La inembargabilidad es excepcional y debe declararla la ley, tal como se manifiesta en los
arts. 1618 CC y 445 CPC, lo que se explica por razones de orden público y también, en la
necesidad de dotar de un carácter humanitario al procedimiento ejecutivo, con todo, el
embargo de bienes inembargables no anula el embargo, sino que legitima al ejecutado para
promover el incidente de exclusión de embargo previsto y regulado en el art. 519 inc. 2º
CPC y así obtener el alzamiento del mismo. (El catálogo del art. 445 del CPC es más amplio
que el del Código Civil). La inembargabilidad es renunciable, es decir, si no se reclama de
ella se renuncia y no tiene efecto retroactivo, lo que significa que, un bien legalmente
embargado no pierde esta condición por una ley posterior que lo declare inembargable,
existe un derecho adquirido por el acreedor a que ese bien pueda ser realizado y que si antes
de trabarse el embargo se dicta una ley que declara al bien inembargable, no se podrá
embargar.

Fases del embargo

1) Búsqueda y selección de bienes


La búsqueda y selección de bienes en el sistema del CPC chileno, se traduce en una actividad
cuya iniciativa corresponde al ejecutante, la cual debe ser desarrollada por sus propios medios,
sin que existan instrumentos procesales que impongan al deudor-ejecutado el deber de
transparentar su patrimonio, a diferencia de lo que acontece en el Derecho comparado.

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En lo estrictamente referido a la selección de bienes, existe un orden de prelación legal (arts. 443
inc. 4º, 447, 448 y 449 CPC):
i. Primero elige el acreedor o ejecutante quien podrá seleccionar los bienes a embargar en la
demanda ejecutiva misma, o en el acto de la traba del embargo.
ii. Si el ejecutante no selecciona los bienes, la elección corresponderá entonces al ejecutado,
quien tan sólo en la traba del embargo mismo podrá efectuar la selección.
iii. Por último, si ambas partes no determinan los bienes que será afectados por el embargo,
perderán su opción, quedando radicada la facultad de seleccionar los bienes en un ministro
de fe, quien deberá hacerlo en el acto mismo de la traba del embargo respetando el orden de
prelación dispuesto en el art. 449 CPC, embargando dinero, otros bienes muebles, bienes
raíces o salarios y pensiones (arts. 443 inc. 4º, 447, 448 y 449 CPC).

2) Traba o afectación de bienes


La traba o afectación de bienes, constituye el acto por medio del cual un ministro de fe
(receptor), toma uno o más bienes del deudor, y los entrega real o simbólicamente al depositario.
Cabe agregar que, esta diligencia requiere que se extienda un acta, en la cual se consignará el
lugar, día y hora de la traba, singularizando los bienes embargados, la que deberá ser suscrita por
el ministro de fe que practicó la diligencia y por el depositario o las partes que hayan concurrido
a la traba y deseen firmar, la que una vez suscrita, perfeccionará la afectación de los bienes (art.
450 CPC).
El embargo una vez perfeccionado, priva al deudor de la administración de sus bienes, la
que desde aquél momento será de cargo del depositario, como asimismo, despoja al deudor-
ejecutado de la libre disposición de sus bienes (arts. 479 CPC y 1464 CC). Desde este momento
hay objeto ilícito en su enajenación de acuerdo al art. 1464 nº3 CC.
Si se embargan bienes raíces o derechos reales constituidos en ellos, el ministro de fe, luego
de dejar constancia del embargo, debe requerir la inscripción del embargo en el registro
correspondiente para ser así oponible a terceros.

à El reembargo
Este se presentará toda vez que un mismo bien sea objeto de dos o más embargos en
procesos ejecutivos distintos (art. 528 CPC). Antes es discutía si era permitido o no el embargo
de un bien embargo en otro juicio ejecutivo, sin embargo, tras la reforma al CPC, efectuada por
la Ley Nº7760 de 5 de febrero de 1944, especialmente a su art. 528, la doctrina y jurisprudencia
se ha uniformado en torno a la procedencia del reembargo al verificarse determinados requisitos
que la misma ley procesal contempla.
El embargo sobre un bien ya embargado no constituye privilegio ni vuelve inembargable
al bien, y que, no obstante que el reembargo supone siempre diversas ejecuciones y, por ende,
distintos acreedores-ejecutantes, no sucede lo mismo con el depositario, pues siempre existirá
tan sólo uno, aquél de la primera ejecución, el cual se mantendrá en su cargo independiente del
número de ejecuciones y embargos que se traben respecto de los bienes ya embargados (arts.
1618 CC y 445 CPC).

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Si el bien está embargado por dos o más tribunales tiene derecho a su realización el
tribunal que llegue primero a la etapa de realización, con la autorización de los otros tribunales
art. 1464 n°3 CC. Pero, además, el ejecutante del juicio que tiene embargado un bien y que es
rematado en otro juicio tiene dos derechos art. 527 y 528 CPC, puede interponer una tercería de
pago, en el primer juicio, o puede pedir que se le retengan los fondos que queden de ese remate,
luego de pagado el ejecutante, para hacerse pago.

à Ampliación del embargo


Es un incidente que consiste petición que formula el ejecutante al tribunal, de extender
el embargo a otros bienes distintos de los que ya han sido embargados, puede ser planteada en
cualquier estado del juicio, a la que se accederá sólo en el caso de existir justo motivo para temer
que los bienes embargados no alcancen para pagar la deuda y las costas al ejecutante. Constituirá
siempre justo motivo para que el juzgador acceda a la petición de ampliación del embargo, el
hecho que éste haya recaído sobre bienes difíciles de realizar, o que en la ejecución ya iniciada,
se hayan interpuesto una o más tercerías sobre los bienes embargados.

à Reducción del embargo


Consiste en liberar del embargo determinados bienes por ser éste excesivo para el pago
de la deuda y las costas al acreedor, petición que formulada por el ejecutado se tramita como
incidente. Esta figura se desprende, en cuanto consagración normativa, del art. 447 CPC parte
final, sin perjuicio que ha recibido un tratamiento de amplia consagración de parte de la doctrina
y la jurisprudencia.

à Sustitución del embargo


Consiste en el derecho que tiene el ejecutado de reemplazar el bien embargado por dinero
suficiente para pagar la deuda y las costas, el cual procede siempre, salvo si el embargo se ha
trabado sobre la especie o cuerpo cierto que se debe. El ejecutado podrá pedir la sustitución en
cualquier estado del juicio, debiendo consignar una cantidad suficiente para el pago de la deuda
y las costas (art. 457 CPC).

à Alzamiento del embargo


El ejecutado podrá obtener el alzamiento del embargo siempre y cuando pague la deuda
y las costas del proceso, cabe observar, que si el procedimiento ejecutivo termina por una vía
distinta del pago de la deuda y las costas, como por ejemplo, por abandono de procedimiento,
también se producirá el alzamiento del embargo (art. 490 CPC). Este alzamiento se produce por
resolución judicial.

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3) Actuaciones que tienen que ver con la venta o realización forzada de los bienes

Una vez embargados los bienes, no podrá decretarse el retiro de las especies sino
transcurridos 10 días desde la fecha de la traba de embargo, a menos que el juez, por resolución
fundada, ordene una cuestión distinta (art. 455 CPC).
La realización de los bienes del deudor, los que consisten en un conjunto de actos destinados
a convertir en dinero cosas embargadas previamente en un juicio ejecutivo, con la finalidad de
efectuar el pago de su crédito al acreedor-ejecutante.

¿Cómo se hace? Debemos distinguir:


a. Sentencia de pago: en este caso hay identidad entre lo embargado y debido por lo que el
procedimiento es más simple, se procede a entregar lo embargado al acreedor:
i. Si es una especie o cuerpo cierto: esto se hace simplemente entregándolo.
ii. Si es una suma de dinero se va a entregar una vez liquidado el crédito y tasada las
costas. Art. 510 y 512 CPC.
El momento en que se puede cumplir la sentencia de pago está en el art. 475 CPC que señala
desde que se notifica la sentencia, pero es desde que se caucione por parte del ejecutante.
b. Sentencia de remate: Se puede hacer desde el momento que indica el art. 481 CPC, que es
desde que se notifica la sentencia. Acá es más complicado, porque se deben enajenar los
bienes embargados para pagar la obligación. Se discute la naturaleza jurídica de este tipo de
enajenación, para algunos es una compraventa forzada, es decir, un acto jurídico de derecho
privado solo que interviene el juez como vendedor en lugar del deudor; para otros es una
expresión del poder coactivo del Estado y debe, por tanto, quedar sometido a normas de
derecho público. Finalmente, una posición intermedia señala que es un acto procesal propio
del procedimiento ejecutivo, que en esa faz, ser rige por el Derecho Público, sin perjuicio
de aceptar que, las normas que rigen la enajenación forzada admitan la aplicación supletoria
del Derecho Civil. Hay distintas reglas sobre cómo se venden:
i. Si son bienes cuya conservación es muy dispendiosa, por ejemplo, embargar un animal, o bienes
sujetos a deterioro, como embargar una tonelada de manzanas: los vende el depositario
sin tasación previa al mejor postor, previa autorización del tribunal. Art. 483 CPC.
ii. Si son bienes afectos de comercio, como acciones, fondos mutuos, etc.: esto se venden a
través de un corredor designado por el tribunal, y también sin tasación previa art. 484
CPC. Este corredor se designa según reglas de designación de peritos.
iii. Si se trata de otros bienes muebles: se venden “al martillo”, sin necesidad de tasación. Esto
quiere decir que se venden por martillero judicial designado por el mismo tribunal. La
Ley Nº 18.118 regula, en general, la función de los martilleros judiciales, quienes son
personas naturales que designa el tribunal, pero en un orden alternado de una
determinada lista. El martillero vende al mejor postor, sin tasación previa, en una
actuación que es extrajudicial, luego debe simplemente rendir cuenta, que se hace
básicamente enviando una lista de los bienes de la causa que fueron rematados, y al
precio que fueron adjudicados con los gastos que se deben descontar, consignando el

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dinero que quede. Así se venden todos los bienes muebles, salvo los de la situación
del arts. 483 y 484 CPC, según dispone el Art. 482 CPC.
iv. El resto de los bienes, que serían básicamente los inmuebles, derechos sobre inmuebles y
derechos de aprovechamiento de aguas: se venden en pública subasta, es decir, estos se
rematan ante el tribunal. En derecho comparado hay distintos modelos, quienes lo
rematan frente al tribunal, y quienes lo entregan a entidades privadas para que lo
rematen. En nuestro país está a cargo de los tribunales y, además, según lo señalado,
se reputa que es una auténtica compraventa en donde el juez representa legalmente al
deudor, incluso hay normas que hacen remisión a las de compraventa civil. Esto
termina con una escritura pública donde comparece el juez vendiendo, en
representación del demandado. Así, el remate en nuestro país tiene una doble
cualidad: es, por un lado, un contrato, que se rige por las normas civiles, y por otro
lado, un acto procesal que se rige por las normas procesales.

Procedimiento del remate judicial: inmuebles, derechos sobre inmuebles y derechos de


agua.

1) Trámites previos al remate: Debemos distinguir entre los trámites necesarios y eventuales:

I. Trámites necesarios:
a. Tasación: es el valor que se toma como referencia para efectos del remate del inmueble.
Se establece una valoración previa, y se da la posibilidad al ejecutado de que revise esa
valoración. En principio, es el avalúo fiscal (art. 486 CPC), que, en general, es bajo en
relación al valor comercial, este se acompaña con citación al ejecutado, por tanto, puede
oponerse en 3 días y pedir que sea tasado por peritos. En caso de que avalúe el perito las
partes tienen d3 días para oponerse una vez puesta en conocimiento de ellas, si lo
impugnan el tribunal debe resolver pudiendo mantener la valoración del perito, o bien
fijar el tribunal directamtente un justiprecio u ordenar que se rectifique la valoración por
el mismo u otro perito.
La tasación es el referente para fijar el valor de los mínimos y garantías. Cuando el valor
está fijado se pueden establecer dos cosas: las bases del remate y la fecha del mismo.

b. Bases del remate: son reglas o condiciones a partir de las cuales se realizará el remate.
Se incluye la indicación del bien que se va a rematar, el mínimo de las posturas del remate,
las condiciones de pago del precio, condiciones de entrega del inmueble, garantía que se
debe prestar para participar del remate, etc. ¿Cómo se fijan? En principio las propone el
ejecutante, y el ejecutado las va a poder objetar, dentro del plazo de citación. Si hay
objeción el tribunal decide, y debe decidir buscando que el remate se realice en las
mejores condiciones, tanto de precio, como facilidad de acceso.
Hay reglas mínimas que solo se pueden modificar por acuerdo de las partes, Arts. 491,
493, 494 CPC:

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1. El pago del precio debe ser al contado.
2. El mínimo de las posturas no puede ser inferior a 2/3 del avalúo fiscal.
3. La caución para participar del remate no puede ser inferior al 10% de la tasación.

c. Fecha y hora del remate: se puede fijar desde que está firme la tasación, normalmente
se pide conjuntamente con las bases. Se realiza ante el tribunal el día y hora fijado.

d. Publicación de avisos: el objeto es permitir que terceros conozcan de la existencia del


remate y puedan participar en este. Se hace a través de un aviso redactado por el
secretario, que en la práctica lo hace el ejecutante. La ley exige que se individualice la
fecha en que se realizará, el tribunal y el inmueble. Se debe publicar en un diario de la
comuna donde tiene asiento el tribunal, si en esta no hay diario debe ser en la capital de
provincia, por cuatro oportunidades, y la primera de esas debe ser con al menos 15 días
corridos de antelación al remate, y puede ser hecha en días inhábiles. Si el inmueble se
encuentra en otra comuna, distinta del tribunal, se debe publicar además 4 veces en el
diario de la comuna donde se encuentra el inmueble, por tanto, en ese caso se publicará
8 veces (Art. 489 CPC)

II. Tramites eventuales:


a. Notificación a los acreedores hipotecarios: lo que se busca con este trámite es
conseguir la extinción del derecho real de hipoteca que grava un bien raíz, que será objeto
de enajenación forzada, es la llamada “purga de la hipoteca”. Por tanto, en este caso hay
un bien raíz hipotecado a favor de uno o más acreedores distintos del ejecutante, que
será objeto de enajenación forzada. Todos los acreedores gozan de derecho de
persecución respecto del inmueble, por lo que de no mediar la purga, afectaría al tercero
adquirente del bien raín enajenado forzadamente. Para que se extinga la hipoteca, de
acuerdo al art. 2428CC es necesario que los acreedores hipotecarios distintos del
ejecutante sean notificados personalmente del juicio, a objeto que hagan valer sus
derechos, debiendo, además, transcurrir entre la notificación y el remate un término de
emplazamiento. Cumplidos estos requisitos se extingue la hipoteca, sin que por tanto, el
subastador adquiera un bien raíz con hipoteca. El art. 2428 CC está parcialmente
modificado por el art. 492 CPC, porque se pone en una hipótesis muy concreta: que haya
más de una hipoteca, las cuales se prefieren de acuerdo al orden en que estén, y que un
acreedor hipotecario de grado inferior quiera rematar el inmueble, en este caso, el
acreedor hipotecario de grado superior, notificado de acuerdo al art. 2428 CC, tiene una
alternativa, o bien se paga con el producto del remate o mantiene la hipoteca y si nada
dice se entiende lo primero.

b. Autorización de otros tribunales en caso que existan más embargos: De acuerdo


al art. 1464 n°3 CC hay objeto ilícito en la enajenación de bienes embargados por decreto
judicial, para evitarlo se debe pedir la autorización del tribunal. Esto se pide por medio

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de oficios, basta con pedirlo una sola vez. Si es que el ejecutante es el mismo acreedor
del otro juicio donde está embargado no será necesario, porque se entiende que se cuenta
ya con su voluntad. Si eventualmente el otro tribunal no autorizara la enajenación no se
puede hacer. Esta solicitud de autorización sirve además como aviso al otro acreedor
para que ejerza sus derechos.

2) Tramites del día del remate


a. Calificación de las garantías: en las bases del remate se debe fijar una exigencia de
prestación de garantías, que es una caución que permite asegurar la seriedad de las
posturas, es decir, que la persona se lo adjudicará y pagará el precio; esta garantía puede
ser edinero efectivo o con un vale vista a la orden del tribunal. Antes de iniciar el remate
el tribunal debe calificar la suficiencia de la garantía, esta resolución es inapelable. Si no
se cumple con las cargas que tiene posteriormente el adjudicatario va a perder la garantía.

b. Subasta o remate propiamente tal: se realiza ante el tribunal que conoce del asunto,
con presencia del juez y secretario. Puede participar cualquier persona que preste garantía
suficiente, el ejecutante también puede participar, aunque normalmente las bases lo
excluyen, el ejecutado, en cambio, no puede participar. Pueden incluso participar
personas en representación de otras con el solo hecho que lo expresen, sin demostrar la
representación art. 496 CPC. Se adjudicará el bien al mejor postor.

c. Suscripción del acta de remate: Adjudicado el bien se debe suscribir el acta, que es
bastante escueta, dice solamente la persona que se lo adjudicó, el precio y el inmueble.
Es suscrita por el secretario, juez y adjudicado. De esta queda constancia en un libro de
remates del tribunal, y se deja una copia en el expediente. Con esta acta de remate se
entiende cumplida la exigencia del art. 1801 CC, de que la compraventa de bienes
inmuebles debe constar en escritura pública, solo para efectos del perfeccionamiento de
la compraventa sirve el acta de remate, pero no es susceptible de inscripción, debe
posteriormente extenderse una escritura pública art. 497 CPC.
Surge el problema de qué ocurre si el ejecutado llega a pagar luego de celebrado el remate,
pero antes de otorgar la escritura pública, porque después de otrogarda la escritura no
pude pagar, y antes del remate puede pagar siempre. Hay jurisprudencia contradictoria,
hay quienes dicen que por la referencia al art. 1801 CC una vez otorgada el acta de remate
está perfeccionada la compraventa y no se podría pagar, otros dicen que la finalidad del
juicio ejecutivo es pagar y por tanto se puede. Hoy los tribunales admiten más el pago
incluso luego de ocurrido el remate, para proteger más al ejecutado.

3) Trámites posteriores al remate.


a. Consignar el saldo del remate: todos los postores del remate consignaron la garantía,
a quienes no se adjudicaron nada se les devuelve la garantía, pero el adjudicatario debe
completar la diferencia entre el precio en que se adjudicó y lo que dejó en garantía. El
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plazo para esto se fija en las bases del remate. Si no se consigna el remate queda sin
efecto y será necesario hacerlo de nuevo, pero además, se pierde la caución prestada (Art.
494 inc. II CPC).

b. Otorgar la escritura pública: de acuerdo a los arts. 495 y 497 CPC acá se termina de
perfeccionar la venta forzada, es una escritura suscrita por el adjudicatario y el juez, en
su calidad de representante legal del ejecutado. El problema práctico es que el art. 495
CPC otorga un plazo de 3 días para otorgarla, este plazo es demasiado corto y en la
práctica normalemnte se demora no menos de 3 meses. La jurisprudencia, consciente de
este problema práctico, ha dicho que es un plazo no fatal.

Remate al que no se presentan postores. El ejecutante tiene dos alternativas (Art. 499 CPC):
a. Adjudicarse el inmueble por 2/3 de la tasación, que es el mínimo, caso en que no habrá
acta de remate, solo una resolución que ordena la adjudicación, más la escritura pública.
b. Solicitar al tribunal un segundo remate en que se reduzca prudencialmente la tasación,
para que baje el mínimo, pero la rebaja no puede ser inferior a los 1/3 de la tasación
original. Se hace un nuevo remate con las mismas bases, con una sola diferencia, que el
plazo para la primera publicación será de 8 días, y no de 15, a menos que pasen más de
3 meses entre el primer remate y el segundo. (Art. 502 CPC)
Si hay un segundo remate (tercero, cuarto, etc.) y nuevamente no hay postores, el acreedor
ejecutante tiene derecho a (art. 500 CPC):
a. Que se le adjudique el inmueble por 2/3 de la nueva tasación.
b. Que se haga un nuevo remate, y que el tribunal reduzca prudencialmente la tasación,
pero sin mínimos.
c. Que el acreedor se adjudique el inmueble en prenda pretoria art. 2445 y 2435 CC.
Básicamente se le entrega el inmueble al acreedor para que se pague con los frutos, lo
arriende, etc. Y en cualquier minuto puede pedir un nuevo remate, sin mínimos, si la
explotación no funciona.

34


v CUADERNO DE TERCERÍAS EN EL JUICIO EJECUTIVO4

Se denomina tercería al procedimiento al que debe sujetarse un tercero para comparecer


en un juicio formulando pretensiones. En el Libro I del CPC, arts. 22 a 24 CPC, se contemplan
normas generales sobre tercerías. Tratándose del juicio ejecutivo, en el Libro III CPC, arts. 518
a 529 CPC, se contienen normas especiales sobre los terceros. La doctrina y jurisprudencia
predominantes sostienen que en el juicio ejecutivo se aplican sólo las tercerías de los arts. 518 a
529 CPC, arguyendo sobre todo en base al tenor literal del art. 518 CPC, el que se estima, sería
demostrativo de taxatividad.
Las tercerías, según su naturaleza jurídica, normalmente se tramitan de forma incidental,
salvo la de dominio. Son además, todas accesorias a un juicio ejecutivo, a pesar de esto nuestra
jurisprudencia ha dicho que las tercerías son verdaderos juicios autónomos que tienen identidad
propia distinta al juicio ejecutivo, serían accesorios, pero no incidentales. Esto es relevante para
calificar la resolución que falla la tercería, en relación con los recursos, la notificación, tramitación
en segunda instancia y el abandono del procedimiento (si es incidente este último no procede).
Si consideramos que la tercería es un incidente, la resolución que lo falle será un auto o decreto,
y si consideramos que es un juicio aparte, la resolución que lo falle será sentencia definitiva.

Tercerías que se relacionan con los bienes embargados


De las tercerías del art. 518 CPC son la de dominio y la de posesión, ya que en ambas un
tercero puede formular una pretensión de exclusión de determinados bienes de un embargo,
invocando su calidad de titular del derecho de dominio o poseedor de los bienes embargados.

1)Tercería de dominio
Es aquella que tiene lugar cuando un tercero extraño a la ejecución interviene alegando
dominio sobre los bienes embargados y que. como consecuencia de ello, se alce el embargo de
esos bienes. En este caso, el tercero aparece formulando una pretensión excluyente.
Se puede oponer desde la traba del embargo hasta el remate de los bienes y se tramita en
cuaderno separado contra el ejecutante y ejecutado, rigiéndose por los trámites del juicio
ordinario, pero sin los escritos de réplica y duplica (art. 521 CPC).
En cuanto al efecto de su interposición, al cuaderno principal no lo afecta. Al cuaderno de
apremio, por regla general, no lo suspende, salvo el caso en que la tercería se apoye en un
instrumento público otorgado con anterioridad a la fecha de la presentación de la demanda
ejecutiva. En los demás casos, el remate se llevará a cabo, entendiéndose que la subasta recaerá
sobre los derechos que el deudor tenga o pretenda tener sobre la cosa embargada (art. 523 CPC).

2) Tercería de posesión
Tendrá lugar toda vez que un tercero, por vía incidental, advenga al juicio ejecutivo
pretendiendo obtener que se alce el embargo respecto de ciertos bienes, en razón del respeto


4
Este cuaderno no es parte de la cédula propiamente, pero se aconseja su lectura.
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que merece la posesión que ejercía sobre los mismos al momento de la traba. No debemos
olvidar, que en nuestro Derecho el poseedor se reputa dueño (art. 700 CC).
Se puede oponer desde la traba del embargo hasta el remate de los bienes y se tramita como
incidente, lo que, en todo caso, no suspenderá la tramitación del cuaderno principal, y, por regla
general, tampoco el de apremio, salvo que se acompañen antecedentes que constituyan a lo
menos presunción grave de la posesión que se invoca (art. 522 CPP).

Tercerías relacionadas con los créditos ejecutivos


Se refiere a las tercerías de prelación y de pago, en ambas un tercero interviene en el
proceso formulando la pretensión de hacerse pago con los bienes embargados, o con el producto
de la subasta, con preferencia o en igualdad de grado, que el ejecutante. La jurisprudencia, basada
en el art. 527 CPC, ha estimado que ambas requieren que el tercero invoque un título ejecutivo.

3) Tercería de prelación
Es aquella en que un tercero interviene en un procedimiento ejecutivo, alegando una
preferencia para ser pagado con el producto de la realización de los bienes embargados (art. 518
CPC).
Esta tercería podrá interponerse desde que se inicia la ejecución, hasta el momento en que
se haga el pago al ejecutante, pues, posteriormente, no existirá pago en el cual ser preferido, y se
tramitará incidentalmente, pero no suspenderá la tramitación del cuaderno principal, ni tampoco
provocará la suspensión de la tramitación del cuaderno de apremio, sin perjuicio que impedirá
la realización del pago al ejecutante (art. 525 CPC), en otras palabras, el procedimiento de
apremio proseguirá hasta la completa realización de los bienes embargados y, una vez verificado
el remate, el tribunal ordenará consignar el producto hasta la sentencia firme de tercería.

4) Tercería de pago
Es aquella en que un tercero extraño interviene en el procedimiento ejecutivo pretendiendo
el derecho de concurrir conjuntamente con el ejecutante al pago, a falta de otros bienes del
deudor (arts. 518 nº 4 y 527 CPC).
Esta tercería, que se tramitará de acuerdo a las reglas de los incidentes, puede interponerse
desde el momento del embargo hasta aquél en que se verifica el pago del ejecutante. Si la tercería
es acogida, se deberá distribuir entre los acreedores la cantidad embargada o el producto de la
subasta, según sea el caso, en proporción al monto de sus créditos ejecutivos (art. 527 CPC).
No provoca la suspensión de la tramitación del cuaderno principal, ni del cuaderno de
apremio, sin perjuicio que impedirá la realización del pago al ejecutante.
Además de esta tercería, debe consignarse que el segundo acreedor, para obtener el pago de su
crédito, puede optar por una vía procesal distinta a la tercería de pago, la que se traduce en ejercer
su derecho a iniciar un segundo juicio ejecutivo ante el tribunal que sea competente de
conformidad a las reglas generales, solicitando allí que se dirija un oficio al tribunal que conoce
de la primera ejecución, para que retenga de los bienes realizados la cuota que proporcionalmente
corresponda a dicho ejecutante (art. 528 CPC).

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Tercería de Tercería de Tercería de Tercería de



Dominio5 Posesión Prelación Pago6
“Es aquella en que un
“Es aquella en que un tercero tercero ajeno al juicio
“Es aquella que, tiene lugar
“Intervención de un tercero interviene en un procedimiento ejecutivo interviene
cuando un tercero extraño a la
extraño al juicio, alegando la ejecutivo, alegando una pretendiendo el derecho de
Concepto ejecución interviene alegando
posesión sobre los bienes preferencia para ser pagado con concurrir conjuntamente
derecho de dominio sobre los
embargados” el producto de la realización de con el ejecutante al pago, a
bienes embargados”
los bienes embargados” falta de otros bienes del
deudor”.
Por un lado, que se
Que se reconozca la calidad de reconozca la calidad de
acreedor del tercerista respecto acreedor respecto del
Solicita dos cosas: el
del ejecutado y la preferencia del ejecutado, y respecto del
reconocimiento de su dominio Se excluyan ciertos bienes y se
Pretensión crédito con respecto al ejecutante la calidad del
sobre un bien embargado y el alce el embargo
ejecutante. Además, obtener el titular de créditos de la
alzamiento del embargo.
pago preferente del crédito misma preferencia.
ejecutivo que invoca. Además, reclamar el pago
conjunto con el ejecutante.
Un crédito que, consta en
Su crédito preferente en relación un título ejecutivo y que no
Su posesión respecto del bien,
¿Qué invoca Su derecho de dominio sobre el al crédito del ejecutante goza de preferencia. La
y por tanto la presunción de
el tercero? bien. principal. Se fundamenta en las norma general es la
dueño del art. 700 CC.
normas de prelación de créditos. igualdad entre los
acreedores.
Incidental: se notificará por
Incidental: se notificará por el
Se sigue en cuaderno separado, Incidental: se notificará por el el estado diario la
estado diario la resolución que
contra el ejecutante y estado diario la resolución que resolución que recibe la
recibe la tercería, se da
ejecutado. Rigen los trámites recibe la tercería, se da traslado tercería, se da traslado por
Tramitación traslado por 3 días, el término
del juicio ordinario de mayor por 3 días, el término probatorio 3 días, el término
probatorio será de 8 días.
cuantía, sin réplica ni dúplica será de 8 días. Siempre se verá probatorio será de 8 días.
Siempre se verá en cuaderno
(art. 521 CPC). en cuaderno separado. Siempre se verá en
separado.
cuaderno separado.
¿Desde y Desde el momento del
Desde que se practica el Desde la traba del embargo Desde que se inicia la ejecución,
hasta cuándo embargo hasta que se
embargo y hasta que se hasta antes que el bien haya hasta el momento en que se haga
se pueden verifica el pago al
rematen los bienes. sido rematado. el pago al ejecutante.
alegar? ejecutante.
Cuaderno principal: Nunca
Cuaderno de apremio: Por Cuaderno principal: Nunca
regla general, no se suspenderá Cuaderno de apremio: Sólo se
Cuaderno principal: Nunca
y se llevará a cabo el remate (el suspenderá si es que se Cuaderno principal: Nunca
Cuaderno de apremio: no
¿Suspende la adquirente sólo obtendrá los acompañan antecedentes que Cuaderno de apremio: no lo
lo suspenderá, pero
tramitación? derechos que tenía el constituyan a lo menos suspenderá, pero obstará el pago
obstará el pago al
ejecutado). Excepción: Si se presunción grave de la al ejecutante.
ejecutante.
invoca un instrumento público posesión que se invoca (art.
otorgado antes de la demanda 522).
ejecutiva.
Hará procedente la ampliación Hará procedente la ampliación Impedirá la realización del pago Si se acoge, se debe
del embargo por el sólo hecho del embargo por el sólo hecho al ejecutante (art. 525). Se distribuir entre los
Efectos que
de interponerla (art. 456 CPC) y de interponerla (art. 456 CPC) y paralizará el pago al ejecutante, acreedores el producto de
produce
excluirá ciertos bienes del excluirá ciertos bienes del hasta que haya sentencia firme la subasta, en proporción a
embargo, si es acogida. embargo, si es acogida. de la tercería. sus créditos (art. 527 CPC).


5
La tercería de dominio tiene tres problemas: primero, la forma en que se prueba el dominio, porque la única forma de hacerlo es con la cadena
posesoria o con un título originario como la prescripción adquisitiva, segundo, la duración de la tercería, y por último, las dificultades de suspensión
del cuaderno de apremio.
6
Además, el segundo acreedor tiene la posibilidad de hacer el cobro por una segunda vía, pues puede iniciar un segundo juicio ejecutivo,
solicitando que se oficie al tribunal que conoce de la primera ejecución, para que retenga en los bienes realizados, la cuota que proporcionalmente
le corresponde (art. 528 CPC).
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19.4. Ejecución de las resoluciones judiciales

EJECUCIÓN DE RESOLUCIONES JUDICIALES

Se regula en el Libro I, Art. 231 y ss., CPC. Este título contiene dos párrafos que
distinguen entre el cumplimiento de resoluciones emanadas de tribunales chilenos y resoluciones
emanadas de tribunales extranjeros.

Si bien en el caso de tribunales chilenos se contienen normas procedimentales, no ocurre


lo mismo en el caso de las sentencias extranjeras, porque esas disposiciones se refieren al trámite
de exequátur que debe realizarse ante la CS para obtener su autorización para poder hacer cumplir
esa resolución por los tribunales chilenos. En definitiva, la forma en cómo se ejecutarán esas
resoluciones será la misma que para las sentencias chilenas, pues el exequátur es una gestión
preparatoria de la vía ejecutiva.

Regla especial
Ante el mismo tribunal
Menos de un año Si no hay regla especial Arts.
233 y ss. CPC

Tribunal Ante otro tribunal Juicio Ejecutivo Arts. 434
ss. CPC
Nacional
Más de un año y menos de 3 Juicio Ejecutivo Arts.
434 y ss. CPC
Más de un año
Más de 3 años Juicio Sumario Art.
680 n°7 CPC


Si hay Tratado Internacional Se sigue el Tratado Internacional
Art. 242 CPC
Tribunal
Extranjero Si no hay Tratado Internacional Ver si hay reciprocidad Art. 243 al
244 CPC
Si no se pueden aplicar las reglas anteriores Exequatur Art. 245 CPC





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Cumplimiento de resoluciones emanadas de tribunales nacionales

Este es el tercer momento jurisdiccional, el cual es eventual y está supeditado a que el


vencido en juicio se resista a cumplir el mandato contenido en la sentencia y sea necesario aplicar
un procedimiento de apremio, destinado a obtener el cumplimiento forzado de la obligación.
Hay que tener presente que las normas que regulan éste procedimiento, se hacen
aplicables en la hipótesis de la existencia de una sentencia de condena, que contiene una orden
o mandato dirigido al vencido para que desarrolle alguna actividad, alguna prestación
determinada a favor de la parte vencedora.
En principio se trata de una sentencia que está firme, por tanto es un título ejecutivo,
pero también puede tratarse de una sentencia que cause ejecutoria que es título ejecutivo por el
art. 434 nº 7 CPC.

Cualquier que sea el procedimiento, es necesario:


1. Que se presente solicitud de parte. En materia civil no es admisible la actuación de los
tribunales si no es a petición de parte, por aplicación del principio de pasividad consagrado
en el art. 10 COT. Hay 2 normas del CPC que apoyan este requisito, a saber, los art. 233 y
237, que se refieren a las 2 formas posibles para pedir el cumplimiento de una sentencia,
cumplimiento incidental o el juicio ejecutivo.
2. Sentencia definitiva o interlocutoria firme o que cause ejecutoria. Esto se desprende
del art. 175 CPC, pues sólo esta clase de resoluciones judiciales producen la acción de cosa
juzgada, esto es, la acción destinada a obtener su cumplimento por vía compulsiva o de
apremio.
3. Que la prestación sea actualmente exigible. Se haya contemplado expresamente en el
Art. 233 CPC, pues si la prestación impuesta por la sentencia está supeditada a alguna
condición o plazo pendiente, no es actualmente exigible y no puede pedirse su
cumplimiento, en tanto no se haga exigible.

Diversos procedimientos sobre cumplimiento de sentencias judiciales

Para la determinación el procedimiento que debe aplicarse para obtener el cumplimiento


de la resolución judicial, deben tomarse en consideración algunos factores, cuya combinación
determina cual es el procedimiento aplicable:
a. La existencia de disposiciones especiales sobre cumplimiento de la sentencia.
b. La época en que se solicita el cumplimiento, vale decir, el plazo dentro del cual se pide el
cumplimiento de la sentencia.
c. El tribunal ante el cual se pretende obtener el cumplimiento de la sentencia.
d. La naturaleza de la prestación declarada o reconocida en la sentencia que se trata de ejecutar.

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1) Procedimiento incidental de cumplimiento de las resoluciones judiciales (Arts. 233,
234 y 235 CPC)

Consiste en que el vencedor, el titular de la acción de cosa juzgada, solicita el cumplimiento


de la resolución al mismo tribunal que la dictó (en única o primera instancia), dentro del plazo
de 1 año desde que la ejecución se hubiere hecho exigible.

Tramitación

Presentada la solicitud -no demanda-, si el tribunal verifica que concurren los requisitos
para autorizar el cumplimiento, entonces el tribunal simplemente va a proveer “como se pide
con citación” (art. 233 inc. I CPC). En caso contrario, aun cuando la ley no lo dice expresamente
–pero en razón de su contexto-, denegará tal cumplimiento.
Esta frase “con citación” significa que se debe esperar 3 días, el tribunal ya accedió en
principio, pero hay que esperar 3 días para una posible contestación del vencido, quien tiene la
opción de objetar, de oponerse a lo que ha pedido su contraparte. De acá viene el nombre de
“procedimiento incidental” porque en caso de que exista oposición va a surgir el incidente.
La resolución que ordena cumplir la sentencia debe ser notificada por cédula al
apoderado de la parte (inc. 2 art. 233), este es un caso en que el CPC expresamente señala este
tipo de notificación (art. 48 CPC). Pero se agrega una formalidad que debe cumplir el ministro
de fe, que consiste en enviar carta certificada (a la que se refiere el art. 46) tanto al apoderado
como a la parte. A esta última, la carta deberá remitírsele al domicilio en que se haya notificado
la demanda. En caso de que el cumplimiento del fallo se pida contra un tercero, éste deberá ser
notificado personalmente (art. 233, inc. 2 CPC).

El art. 234 CPC contempla la forma en que el vencido puede oponerse. Esta disposición
contiene una enumeración de las excepciones que pueden oponerse al cumplimiento de la
resolución, en total son 11 excepciones que pueden oponerse, que son todas de naturaleza
perentorias. Son menos excepciones porque el sujeto pasivo de la ejecución ya ha tenido todo el
procedimiento declarativo previo para formular todas las defensas que haya podido hacer valer,
entonces la posibilidad de defenderse en esta etapa final debe ser reducida.
Esto se refuerza, por una de las condiciones que deben cumplir estas excepciones, una
de las cuales es que el vencido no puede oponer excepciones que debió haber planteado con
anterioridad en el desarrollo del juicio.

Requisitos de las excepciones del art. 234 CPC:


a. Todas estas excepciones deben fundarse en hecho acaecidos con posterioridad a la sentencia
cuyo cumplimiento se pide, excepto la excepción de “falta de oportunidad en la ejecución”,
la cual, por su propia naturaleza, es coetánea a la ejecución.
b. Todas las excepciones deben fundarse en antecedente escrito, con excepción de las previstas
en el art. 464 Nº 15 (pérdida de la cosa debida) y la imposibilidad absoluta de ejecución de

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la obra debida. Acá también se exige seriedad, que la excepción que se haga valer para ser
admisible, para discutir si concurre o no, se exige que esté fundada en antecedente escrito.
c. Estas tres excepciones que escapan a las reglas generales previas (perdida cosa debida,
imposibilidad absoluta y falta de oportunidad) el legislador exige que a lo menos estén
revestidas de fundamento plausible (art. 234 inc. 1), lo que corresponderá al tribunal examinr
en el caso en concreto.

Una vez opuestas las excepciones el tribunal debe realizar un examen de admisibilidad, el
que consiste en:
a. Debe revisar si fueron opuestas oportunamente, dentro de plazo.
b. Revisar si la excepción o excepciones opuestas corresponden a las que admite expresamente
el código (art. 234).
c. Revisar que la excepción cumpla con los requisitos que en cada caso exija la ley.
Si no concurre alguno de estos requisitos el tribunal deberá rechazarla de plano por
resolución fundada, debiendo señalar el motivo (art. 234 inc. 3, primera parte). Y si se cumplen
estos requisitos le va a dar tramitación incidental a la oposición, ya sea acogiéndolas o
denegándolas.

Si el tribunal resuelve sobre la excepción opuesta que debe ser acogida, la parte vencedora
en la sentencia que se trata de cumplir podrá deducir los recursos de apelación y de casación que
crea conveniente a sus derechos. Sin embargo, esta apelación dada la amplia redacción del art.
241 CPC, también se concederá en el solo efecto devolutivo en razón del claro tenor literal de la
disposición en referencia, no obstante su manifiesta inutilidad (ya que nada hay que cumplir).

En el segundo caso, o sea, cuando se rechazan las excepciones, la persona vencida con la
sentencia de que se trata de cumplir podrá deducir también los recursos de apelación y casación
que sean procedentes. Es del caso hacer notar que la apelación será concedida en el solo efecto
devolutivo (art. 241 CPC), y que la casación no suspenderá la ejecución de la sentencia que
rechazó las excepciones (art. 773 CPC).

Si no se oponen, o se oponen y rechazan, no queda otra alternativas que cumplir la


resolución judicial de acuerdo a las reglas del art. 235 CPC, que contiene 6 reglas
i. Si se debe una especie o cuerpo cierto, sea mueble o inmueble, y esta es habida,
simplemente se entrega, si es necesario con auxilio de la fuerza pública.
ii. Si la especie o cuerpo cierto no es habida, se debe tasar la especie o cuerpo cierto y lo que
se entrega es una suma de dinero.
iii. Si se debe una suma de dinero hay 3 hipótesis:
- Si hay retenida una suma de dinero en virtud de una medida precautoria de retención,
simplemente se entrega.
- Si están retenidos otros bienes, estos bienes retenidos en virtud de una medida
precautoria, se transforman por el solo ministerio de la ley, en embargo.

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- Si no hay bienes retenidos, se procede a embargar bienes, y el embargo de estos bienes
se rige por las normas del juicio ejecutivo, pero no es necesario el requerimiento, y la
resolución que ordena embargar y el embargo, se pueden notificar por cédula.
iv. Si se pide una cantidad determinada de un género determinado y esto está retenido, se
entrega; si es que no está retenido se podrán embargar para hacer su entrega. Si no son
habidos, habrá que tasarlos y será una obligación de dinero.
v. Se refiere a las obligaciones de hacer.
vi. Tiene que ver con las sentencia con reserva del art. 172 CPC, es decir, aquellas en que se
ha dejado para la fase de cumplimiento la determinación de la indemnización de perjuicios
o del monto de los bienes adeudados, si es así, se debe pedir conjuntamente con el
cumplimiento y se tramita incidentalmente.

Finalmente, el artículo 238 CPC, consagra una regla residual para el evento de que ninguna
de las formas o procedimientos previstos sea idóneo para obtener el cumplimiento de una
resolución judicial. Este caso se traduce fundamentalmente en el reconocimiento de facultades
por parte del juez para que adopte las medidas que sean necesarias para obtener finalmente el
cumplimiento. Se trata, en definitiva, de una manifestación de la facultad de imperio que el CPC
y el COT le reconocen a los órganos jurisdiccionales.
El art. 238 CPC habla de “medidas conducentes” que ha de adoptar el juez para obtener
el cumplimiento, y que, por regla general corresponde a la multa (no superior a 1 UTM) y al arresto
(no superior a dos meses, determinados prudencialmente por el tribunal), sin perjuicio de repetir
el apremio. Estos apremios, constituyen la regla general, pues nada impide que el juez adopte
otras medidas de igual o superior eficacia para lograr el pronto y fiel cumplimiento de la
sentencia.

2) Cumplimiento de resoluciones pronunciadas por los tribunales extranjeros.

Se regula en el libro primero, título XIX párrafo II, arts. 242 a 251 CPC. Las normas que se
revisarán no se refieren tanto a la ejecución propiamente tal, el mismo Código señala que el
procedimiento de ejecución será el que haya que aplicar conforme a las normas ordinarias
establecidas para el cumplimiento de resoluciones pronunciadas por tribunales nacionales.
Este es un procedimiento previo que se debe seguir cuando se debe cumplir una resolución
pronunciada por un tribunal extranjero, resolución que requiere de una aprobación previa por
parte de la Corte Suprema, corresponde a una visación o una validación, en síntesis, se trata de
que la Corte Suprema haga un examen de la regularidad jurídico-procesal bajo la cual se dictó
una resolución extranjera cuyo cumplimiento se solicita en nuestro país. Se puede señalar que las
ramas del Derecho que entran en juego son dos, el derecho internacional y el derecho procesal.
Es importante tener presente o distinguir que una cosa es pedir y obtener el reconocimiento
de una sentencia dictada por un tribunal extranjero para hacer valer o ejercer la acción de cosa
juzgada, es decir, para pedir el cumplimiento de lo que se dispone en la sentencia o para ejercer
también la excepción de cosa juzgada, con el objeto de determinar el resultado de un proceso, y

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otra cosa distinta, es pretender que se reconozca a esta sentencia como un simple medio
probatorio destinado, por ejemplo, a acreditar que se llevó a efecto el juicio que da cuenta la
sentencia, se busca simplemente acreditar un hecho, como por ejemplo, que hubo un juicio entre
las partes.
De acuerdo con lo anterior, se ha discutido si éste trámite que estamos estudiando, (el
exequátur) es necesario para ambos casos, o sea, para cuando se pretende sacar provecho de la
cosa juzgada o cuando se pretende simplemente presentar este documento como medio
probatorio. Al respecto, la conclusión que se ha planteado es que si la sentencia que se presenta
con fines meramente probatorios no obliga al juez a cumplir el mandato o decisión contenido
en ella, (sin efecto vinculante), no sería necesario el exequátur, sino que solo sería necesario para
estos casos cumplir con la exigencia o formalidad de la legalización.
La doctrina está conteste en que tratándose de la acción de cosa juzgada, el trámite de
exequátur es indispensable, pero no existe la misma unanimidad respecto de la necesariedad de
este trámite para la oposición de la excepción de cosa juzgada.
Hay quienes sostienen que el exequátur no es necesario para hacer valer la excepción de
cosa juzgada, de manera que el tribunal en estos casos debería simplemente reconocer de plano
la sentencia, quienes siguen esta postura la fundamentan en que el exequátur es necesario
solamente cuando se pide que la autoridad del país de destino de la sentencia, aplique medidas
compulsivas para hacerla cumplir, medidas que no serían necesarias cuando se trata simplemente
de oponer la cosa juzgada como excepción.
Sin embargo, la mayoría de la doctrina está de acuerdo en que en este caso también se
requiere del reconocimiento de la CS, ya que a partir de ello, la norma que se incorpore en virtud
de este trámite puede resultar determinante para el resultado de un pleito que se siga en nuestro
país.

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