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EJECUCIÓN CIVIL
Introducción
La ejecución civil es una materia que se relaciona con el cumplimiento forzado de una
obligación. En lo medular, consiste en un mecanismo procesal de agresión a la esfera patrimonial
del deudor, basado en la existencia de un título ejecutivo que autoriza la realización de actividades
coercitivas tendientes a lograr la satisfacción de un crédito. Opera, en consecuencia, frente a la
ausencia de cumplimiento voluntario de una prestación.
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En nuestro sistema, la ejecución es de carácter jurisdiccional a partir del art. 76 CPR que
dispone que “La facultad de conocer de las causas civiles y criminales, de resolverlas y de hacer ejecutar lo
juzgado, pertenece exclusivamente a los tribunales establecidos por la ley”. Solo encontramos una ejecución
administrativa a propósito del cobro de impuestos, el que en última instancia igual llega a ser
conocidos por tribunales (ej. remate).
En relación con lo anterior, es necesario precisar que en el CPC existen dos grandes
procedimientos ejecutivos: por un lado, el juicio ejecutivo del Libro III CPC, y por otro, el
llamado procedimiento “incidental” de ejecución regulado por los arts. 233-241 CPC. Ambos
cuadran con la noción de juicio ejecutivo con fase de conocimiento, siendo notablemente más
marcada esta característica en el juicio ejecutivo ordinario regulado en el Libro III CPC.
1 En Chile, este modelo de ejecución está contemplado en el procedimiento sobre realización de prenda del DL Nº
776 de 1925, y en el de realización de prendas de valores mobiliarios a favor de los bancos (art. 6º Ley N°4.287 de
1928).
2 Un ejemplo de esta modalidad lo hallamos en el procedimiento especial hipotecario de la Ley General de Bancos
(arts. 103-111, DFL N° 3 de 1997, que fija el texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley General de
Bancos).
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2.- De acuerdo al procedimiento que se sigue:
1. Ejecución que se sigue de acuerdo a las reglas generales del CPC, regulada en el
Libro III art. 434 y siguientes.
2. Ejecuciones particulares o procedimientos especiales de ejecución, que están
regulados en leyes especiales, por ejemplo, en la Ley General de Bancos respecto de los
juicios hipotecarios, otro en la Ley de prenda sin desplazamiento, también en materia
laboral.
• LA ACCIÓN EJECUTIVA
Por su parte, la acción ejecutiva es aquella que tiene el acreedor para obtener el
cumplimiento forzado de una obligación que consta en un título ejecutivo.
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I. Obligación debe constar en un título ejecutivo
El título ejecutivo podemos entenderlo como “un documento que deja constancia
fidedigna de una obligación líquida y actualmente exigible, al que la ley otorga la fuerza suficiente
para exigir la garantía jurisdiccional del embargo” (Tavolari).
Es un presupuesto esencial básico de la ejecución civil: “nulla executio sine titulo”. No puede
iniciarse un procedimiento ejecutivo sin la presencia de un título ejecutivo, donde se encuentre
determinada en forma clara la obligación de cuyo cumplimiento forzado se trata. El título
legitima la posibilidad del tribunal de satisfacer el crédito.
a. Es un documento
La doctrina mayoritaria, nacional y extranjera, estima que el título ejecutivo tiene naturaleza
documental; no es un acto jurídico, sino un documento (Tavolari, en Chile; Carnelutti, en Italia;
entre muchos otros). Un sector minoritario, encabezado por el procesalista italiano Liebman, ha
postulado el carácter de acto o negocio de esta figura jurídica.
Hay una postura intermedia, para la cual es necesario considerar tanto los aspectos
sustantivos como documentales del título ejecutivo. En este sentido, el título ejecutivo no es
únicamente una entidad documental, sino que además presenta un determinado contenido,
compuesto por actos que tienen la eficacia suficiente para permitir la ejecución forzada.
Pensamos, que es más acertado hablar de una combinación entre lo documental y lo
sustantivo, como en todo documento, hay que considerar lo externo y lo intrínseco. De modo
que, si bien el título ejecutivo es en sí mismo un documento, no podemos decir que sea una
entidad vacía, por el contrario, debe tener un determinado contenido que habilite legítimamente
el inicio de un procedimiento ejecutivo.
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c. Con determinado contenido
Este documento debe comprender específicamente una obligación líquida (o más en
general, determinada o determinable) y actualmente exigible. En definitiva, debe dar cuenta de
la existencia de una obligación, con un acreedor, deudor y acreencia determinados.
Para el caso de los títulos extrajudiciales, podemos decir que, además, es necesaria la
voluntad de asumir la obligación de parte del deudor. Esto último presenta ciertos problemas,
primero en los casos de aquellos títulos ejecutivos autogenerados como el cobro de los gastos
comunes, la cuenta de agua, etc., y, segundo, que existen casos donde no hay un acto consciente
y voluntario del deudor por ej. cuando al adquirir una cuenta de crédito se firma un pagaré.
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Clasificaciones del título ejecutivo
Títulos ejecutivos en particular: análisis del art. 434 CPC (este artículo no es taxativo, lo
cual se desprende de su nº 7).
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¿Qué ocurre con las sentencias que causan ejecutoria? la doctrina y jurisprudencia
mayoritarias entienden que constituyen título ejecutivo, pero no por este numeral sino por
aplicación del art. 434 n° 7 CPC en relación con el art. 231 inc. 1º CPC. Para el profesor Meneses
esta situación daría lugar más bien a una hipótesis de ejecución provisional.
d. Instrumento privado reconocido judicialmente o mandado a tener por reconocido (art. 434
nº 4 CPC)
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¿Es lo mismo un reconocimiento de firma en la gestión preparatoria de reconocimiento de
firma que, aquella producida en el marco de un juicio declarativo? La interpretación
predominante entiende que para estar frente a este título ejecutivo se requiere una gestión
preparatoria de la vía ejecutiva, no siendo suficiente que el documento privado haya sido
reconocido o mandado a tener por reconocido en un juicio declarativo por aplicación del art.
346 CPC. La razón es que el reconocimiento que se verifica en un juicio declarativo está llamado
a producir efectos probatorios y no ejecutivos.
f. Cualesquiera títulos al portador o nominativos legítimamente emitidos: (art. 434 n°6 CPC)
Se trata de aquellos títulos emitidos por alguna institución legalmente autorizada. Por ej. Los
bonos hipotecarios emitidos por el banco del estado de chile o un banco hipotecario. No quedan
3 El protesto es un acto solemne por el cual el acreedor manifiesta al deudor la intención de cobrar su obligación.
El protesto de la letra de cambio y el pagaré se hace a través de notario, y el de cheque a través del banco.
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comprendidos aquí los bonos emitidos por el estado, ya que no procede el juicio ejecutivo en
contra del fisco.
Si estos títulos emitidos en conformidad a una ley no son pagados a su vencimiento, el
respectivo tenedor puede exigir ejecutivamente el cumplimiento de la obligación en ellos
contenida. Lo mismo puede decirse de los cupones también vencidos de dichos títulos.
Para ello será menester practicar previamente una gestión preparatoria de la vía ejecutiva, la
cual consiste en este caso, en la confrontación de los cupones con los títulos y de éstos con los
libros talonarios.
Este numeral ya casi no tiene aplicación práctica.
g. Cualquier otro título a que las leyes den fuerza ejecutiva: (art. 434 n°7 CPC)
Las leyes reconocen títulos ejecutivos, el requisito es que el legislador los haya creado y
reconocido, sólo él, limitándose las partes a celebrarlo o perfeccionarlo. Pueden ser actos de
particulares sin la intervención de un ministro de fe. Éste comprende a todos aquellos títulos a
los que disposiciones especiales han dado el carácter de ejecutivos. Entre otros:
i. Sentencia que causan ejecutoria en relación con el art. 231 inc. 1º CPC.
ii. La ley nº 5.687, relativa al contrato de prenda industrial, confiere también mérito
ejecutivo sin necesidad de reconocimiento previo al contrato de prenda industrial,
celebrado por escritura privada, autorizada ante notario y debidamente inscrito.
iii. La ley nº 6.071, relativa a la propiedad de un edificio por departamentos, dispone en su
art. 16 “que la copia del acta de asamblea celebrada en conformidad al reglamento de
la copropiedad o al art. anterior en que se acuerden expensas comunes, autorizada por el
administrador, tendrá mérito ejecutivo para el cobro de las mismas”.
iv. En leyes especiales, son títulos ejecutivos aquellos derivados de deudas previsionales
y de deudas tributarias.
v. La ley 19.983 del 15 de diciembre del 2004, otorga mérito ejecutivo a “la copia de la
factura emitida por una operación de compraventa o prestación de servicios.” En
la práctica se llama la cuarta copia de la factura, porque primero está la original, una que
va a servicios de impuestos internos, otra queda al comprador o prestador de servicios,
y la otra tiene el mérito ejecutivo de la factura para su cobro.
vi. La ley nº 14.908, sobre abandono de familia y pago de pensiones alimenticias, crea
también un título ejecutivo en su título nº 7, el cual dispone que toda resolución judicial
que fije una pensión alimenticia tendrá mérito ejecutivo y será competente para
conocer de su ejecución el tribunal que la dictó en única o primera instancia.
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con sólo los datos que el mismo título ejecutivo suministre. La lógica es que el título es
autosuficiente, no se requiere remisiones externas para liquidar la obligación. Se admite cierta
excepción respecto de las obligaciones que tengan clausula de reajustabilidad o estén expresadas
en índices de reajustabilidad como la UTM. De acuerdo a lo dispuesto en la Ley 18.010 sobre
operaciones de crédito y dinero, se permite complementar el título con el índice correspondiente.
- Si se trata de una obligación de dar, el objeto debe estar determinado ya sea en su especie,
o en su género y cantidad. Se aplica el art. 438 CPC, entendiendo por obligación líquida:
i. N°1: cuando la ejecución recae sobre la especie o cuerpo cierto que se deba y que existe
en poder del deudor.
ii. N°2: cuando la ejecución recae sobre el valor de la especie debida y que no exista en
poder del deudor, la liquidez de la obligación se obtiene mediante la avaluación
efectuada por un perito que nombrará el tribunal. Esta materia se relaciona con la
gestión preparatoria de la vía ejecutiva denominada avaluación pericial.
iii. N°3: cuando la ejecución recae sobre una cantidad líquida de dinero o de un género
determinado, la liquidez se obtiene mediante una avaluación pericial antes indicada.
iv. Respecto de obligaciones de dinero en moneda extranjera, el art. 438 CPC señala que
no es necesaria la gestión preparatoria de la vía ejecutiva de avaluación, debiendo fijar
su equivalente en moneda nacional.
- Si se trata de una obligación de hacer, la obligación debe ser determinada.
- Si se trata de una obligación de no hacer, la obligación debe ser convertible, de modo que
sea susceptible de destruirse lo hecho, sino sólo queda la indemnización de perjuicios.
Por último, el art. 439 CPC permite que la obligación sea en parte líquida y en parte ilíquida;
respecto a la parte líquida se procede ejecutivamente, por la parte ilíquida se reclama por la vía
ordinaria (reservándose el acreedor el derecho).
Que la obligación sea actualmente exigible, quiere decir que pueda cumplirse, es decir, que
no esté sujeta a alguna modalidad, como la condición, el plazo o el modo. La interpretación
predominante entiende que la obligación debe ser exigible al momento de presentarse la
demanda ejecutiva. Por tanto, aunque el acreedor sepa que su deudor no cumplirá, la doctrina
dice al actor que debe esperar a que la obligación del deudor sea actualmente exigible. Análisis
en concordancia con el art. 464 n°7 CPC.
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constituyendo esto último, una excepción a lo dispuesto por el art. 2493 CC (en juicio ordinario
la prescripción es alegada por el deudor). El pronunciamiento del tribunal es in limine o inlime litis.
Ahora bien, la prescripción también se contempla dentro del catálogo de excepciones
que puede oponer el ejecutado (art. 464 nº 17 CPC).
Hay títulos que tienen un plazo de prescripción distinto. Es el caso de las letras de cambio
y pagarés, por ejemplo, que de acuerdo al art. 98 Ley N°18.092 prescriben en 1 año contado
desde el vencimiento del documento. En nuestra opinión, dado el carácter excepcional del art.
442 CPC, no cabrían una interpretación extensiva y, por ende, el tribunal no estaría autorizado
para declarar de oficio este tipo de prescripción.
Declarada la prescripción, el título pierde su merito ejecutivo, sin embargo, como la
acción ordinaria prescribe en 5 años, el art. 2515 CC permite ejercitar acciones ordinarias
relacionadas con la obligación en cuestión, en cuyo caso, corresponderá aplicar las reglas del
juicio sumario (art. 670 nº 7 CPC).
La segunda parte del art. 442 CPC señala “salvo que se compruebe la subsistencia de la
acción ejecutiva por alguno de los medios que sirven para deducir esta acción en conformidad
al artículo 434” ¿qué sentido tiene esto? podría estimarse que no obstante haber prescrito la
acción ejecutiva, el acreedor podría instar por procurarse un título ejecutivo nuevo a través de
una gestión preparatoria de la vía ejecutiva. Sin embargo, pensamos que lo anterior es
improcedente, pues entendemos que las gestiones preparatorias no se aplican a los casos de
títulos cuyas acciones se encuentran prescritas. Lo contrario podría crear un incentivo a los
acreedores negligentes, quienes podrían subsanar sus descuidos por esta vía. La norma no puede
sino tener el siguiente sentido: deja a salvo el derecho de los acreedores que dispongan de otros
títulos, para iniciar la respectiva ejecución civil.
Uno de los problemas más comunes de este requisito tiene que ver con la interrupción
civil de la prescripción ¿Cuándo se produce? ¿con la notificación de la demanda o de la gestión
preparatoria? En general, se entiende que la notificación de la gestión preparatoria interrumpe la
prescripción, porque la gestión preparatoria y el juicio posterior son una sola unidad. Si la gestión
preparatoria se relaciona con la notificación judicial del protesto de una letra de cambio o pagaré,
hay norma expresa al respecto (art. 100 Ley 18.092).
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JUICIO EJECUTIVO EN LAS OBLIGACIONES DE DAR ARTS. 434-529 CPC
Para efectos de la ejecución civil, constituye obligación de dar, toda aquella cuya
prestación consiste en la entrega de una cosa, siendo el prototipo de la ejecución civil en Chile,
aquella en que se debe una especie o cuerpo cierto o una suma de dinero.
El juicio ejecutivo en las obligaciones de dar se encuentra regulado en el título I del libro
III, arts. 434-529 CPC; de manera supletoria se aplicarán las normas del procedimiento ordinario
(art. 3 CPC). Se distingue del procedimiento ejecutivo en las obligaciones de hacer y no hacer,
los que se encuentran regulados conjuntamente en el título II del Libro III, arts. 530- 544 CPC.
El juicio ejecutivo en las obligaciones de dar, origina durante su tramitación, por regla
general, los llamados cuadernos ejecutivo o principal y de apremio, pudiendo, eventualmente,
formarse un tercer cuaderno denominado, cuaderno de tercerías:
a. Cuaderno ejecutivo o principal: se ubica la eventual fase de conocimiento del juicio
ejecutivo, la que no se presentará en caso que el ejecutado no se oponga a la ejecución, por
cuanto, en tal supuesto, no existirá discusión entre ejecutante y ejecutado.
b. Cuaderno de apremio: contiene la ejecución propiamente tal, concentrando todos los
actos procesales encaminados a obtener el cumplimiento coactivo de la obligación de dar.
c. Cuaderno de tercerías: es aquel en que se lleva adelante el procedimiento establecido por
la ley para que terceros puedan hacer valer sus pretensiones en el juicio ejecutivo en relación
con la cosa embargada o con el pago de sus créditos.
“Son aquellos procedimientos judiciales que debe iniciar el acreedor para completar o
constituir un título que le servirá de fundamento a la acción ejecutiva que se iniciará
posteriormente”. La opinión mayoritaria estima que se trata de un procedimiento contencioso
en el cual no cabe discusión, debiendo el deudor reservar su defensa para el juicio ejecutivo
respectivo. El objeto que tienen las gestiones preparatorias es crear títulos ejecutivos o bien
complementar títulos existentes dándole fuerza ejecutiva.
¿Las gestiones preparatorias de la vía ejecutiva forman parte del juicio ejecutivo?
Para algunos estas gestiones forman parte del juicio ejecutivo, argumentan señalando que
el art. 443 nº 1 inc. 2º CPC, que regula el mandamiento de ejecución y embargo, permite que el
requerimiento de pago se practique por cédula en aquellos casos en que el deudor previamente
había sido notificado personalmente o con arreglo al art. 44 con motivo de una gestión
preparatoria; asimismo, se basan en el art. 178 del COT, para concluir su posición, pues, éste
señala que si un juicio se inició por gestión preparatoria de la vía ejecutiva, la demanda ejecutiva
debe entablarse ante el mismo tribunal que conoció de la gestión. Parece ser la tendencia actual.
Por su parte, quienes defienden la opinión contraria, argumentan señalando que, en
virtud del art. 434 CPC, el juicio ejecutivo comienza con la demanda ejecutiva, a lo que hay que
agregar que, por disposición del art. 465 CPC, la gestión preparatoria de la vía ejecutiva no
produce prórroga de competencia respecto a un juicio ejecutivo posterior.
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D. Notificación judicial de protesto de letra de cambio, pagaré o cheque: (art. 434 nº 4
CPC)
Tanto en la letra de cambio, cheque o pagaré, el protesto que se hace extrajudicialmente,
pero debe ser luego notificado judicialmente para que tenga fuerza ejecutiva. Para hacer la
notificación judicial se debe acompañar el documento junto con su acta de protesto, y pedir que
se ponga en conocimiento de ese protesto al deudor (al deudor se le notifica de él, personalmente
por ser la primera gestión del juicio). Posibilidades del notificado:
a. Guardar silencio, si lo hace la vía ejecutiva se entiende preparada y, por tanto, el titulo
adquiere fuerza ejecutiva, pero se debe dictar una resolución que así lo declare.
b. Tachar de falsa su firma en un plazo de 3 días. Si esto ocurre se va a iniciar un incidente
para determinar si la firma es verdadera o falsa:
i. Si la firma es falsa: la gestión concluye y no hay titulo ejecutivo.
ii. Si la firma es verdadera: la gestión preparatoria va a prosperar, se va a tener por preparada
la vía ejecutiva. Pero, además, se configura el delito del art. 110 Ley 18.092, y art. 43 DFL
707, la idea de esto es desincentivar la falsificación de firmas.
E. Notificación del título ejecutivo a los herederos del deudor (art.1377 CC)
Estamos frente al supuesto en que el deudor fallece antes de cumplir la obligación y no
se ha iniciado un juicio ejecutivo. Rige el principio de que los herederos ocupan el mismo lugar
jurídico que el causante, en relación con el art. 1377 CC y para ello se debe notificar a los
herederos del deudor, el o los títulos ejecutivos que se pretenden hacer valer en un juicio
ejecutivo, y sólo una vez que transcurran 8 días desde la notificación, queda habilitado para iniciar
un juicio ejecutivo contra ellos.
Si ya se había iniciado un juicio ejecutivo a la muerte del deudor hay que distinguir:
a. Si ha actuado con apoderado en el juicio se aplica el art. 1377 CC.
b. Si no hay apoderado en el juicio, es decir, actuaba por sí o bien no actuaba, se aplica el art.
5 del CPC, que también le da un plazo a los herederos, pero que corresponde al término
de emplazamiento, pero acá ya no es gestión preparatoria.
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19.2. Cuaderno ejecutivo. Cuaderno de apremio. Embargo.
Es aquél en el cual ubicamos la fase de conocimiento del juicio ejecutivo. En este cuaderno,
por tanto, es donde puede tener lugar la discusión entre ejecutante y ejecutado, la que sólo se
presentará si el ejecutado se opone a la ejecución, pues en caso contrario, bastará el mandamiento
de ejecución y embargo para que el acreedor persiga la realización de los bienes embargados.
Ø Demanda ejecutiva
“Es el acto por el cual el acreedor reconviene judicialmente al deudor a fin de que éste
satisfaga su crédito, para lo cual acompaña un título que tiene mérito ejecutivo y que da cuenta
de una obligación de existencia indubitable”.
La demanda ejecutiva debe cumplir con los requisitos del art. 254 CPC, requisitos comunes
a todos escrito y exigencias de la ley 18.120, resultando fundamental acompañar el título ejecutivo
al momento de presentación de la misma (arts. 434 y 441 CPC), además se debe indicar la especio
o cuerpo cierto debida, o la cantidad de dinero que se cobra, de acuerdo a las reglas el art. 438
CPC. La petición no es dar lugar a la demanda, sino “que se despache mandamiento de ejecución
y embargo y que se ordene seguir adelante la ejecución hasta hacerse pago íntegro de la deuda
con sus reajustes, intereses y las costas”. De manera facultativa, la demanda podría indicar los
bienes a embargar y designar al depositario.
En cuanto a la notificación
En principio se rige por la regla general, es decir, ei es la primera se deberá hacer
personalmente o de acuerdo al art. 44 CPC, y si no fuera la primera notificación del juicio, debe
hacerse por cédula (no por estado diario como en el juicio ordinario), y para esto se le exige fijar
domicilio dentro del radio urbano del tribunal, dentro del plazo de 2 días contados desde la
notificación de la gestión preparatoria, si es que no se hace, se notifica por el estado diario. La
exigencia no es la misma que la del art. 49 CPC, porque esta pide la fijación del domicilio en la
primera gestión del juicio, acá se dan dos días para hacerlo.
El requerimiento de pago
Es el acto por el cual el ministro de fe exige el pago de la obligación contenida en el titulo.
Debemos distinguir:
i. Si la notificación es personal, el requerimiento se hará en el mismo acto. El único caso en
que puede no ocurrir esto, es en la hipótesis del art. 41 CPC que prohíbe que el
requerimiento se haga en público.
ii. Si la notificación es por cédula o por el art. 44 CPC, el requerimiento no se hará en el
mismo acto, sino que al deudor se le va a dejar citado en un día y lugar determinado para
ser requerido, mediante la “cédula de espera”. El lugar normalmente es la oficina del
receptor, el día, normalmente, es el día hábil siguiente. En ese lugar, en ese día, se le va a
dar por requerido de pago, aunque no asista.
Esta diferencia entre notificación y requerimiento es relevante por los efectos que producen:
i. La notificación, si es que no se interrumpió antes, va a interrumpir la prescripción.
ii. El plazo para oponer excepciones se cuentan desde el requerimiento y considerando el lugar
donde se hizo el requerimiento. Al momento de requerir de pago el receptor debe informar
al deudor qué plazo tiene para oponer excepciones, pero si no lo hace la notificación es
igualmente válida (art. 443 n°1 CPC).
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Actitudes que puede adoptar el ejecutado una vez requerido de pago
1. Paga la deuda respectiva y las costas de la causa. Esta actitud del ejecutado pone fin al
juicio ejecutivo (arts. 446 y 490 CPC). Igual podría hacerlo en cualquier momento y si el
pago es total, pone término al juicio.
2. El ejecutado guarda silencio. En tal caso, por disposición legal se omite la sentencia en
el juicio ejecutivo y bastará el mandamiento de ejecución y embargo para que el acreedor
pueda perseguir la realización de los bienes embargados y el pago de su crédito. Esto quiere
decir que la tramitación en el juicio del cuaderno principal termina, y queda firme la
existencia de la obligación en cobro. Así, si incluso la deuda está prescrita, pero el deudor
no opone excepción en este momento, “revivirá” la obligación, y la única forma de detenerla
será con el pago. ¿Qué solución tendría aquel deudor a quien injustamente le cobra? Se han
rechazado al respecto recursos de revisión, y lo único que se dice que serviría es iniciar un
juicio ordinario de indemnización de perjuicios, pero esto es solamente una solución
doctrinal sin aplicación práctica. La doctrina hace una asimilación, diciendo que para estos
casos el mandamiento vale como sentencia definitiva, esto es una metáfora, lo que quiere
decir es que no será necesario dictar sentencia definitiva. El cuaderno principal, en este caso,
va a quedar con demanda, despáchese, y requerimiento.
3. El ejecutado se opone a la ejecución. El ejecutado durante el término de emplazamiento
puede oponerse a la ejecución oponiendo una o más de las excepciones del art. 464 CPC
dicha oposición, en cuanto a su naturaleza jurídica, constituye un acto de impugnación a la
resolución que despacha la ejecución.
Ø Oposición a la ejecución
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El plazo para oponer excepciones es fatal e individual si es que hay más de un ejecutado (el plazo
para la demanda es común).
Formalidades
La oposición debe formularse por escrito, y será declarada admisible si, además de
cumplir con los requisitos generales a todo escrito: se oponen todas las excepciones en el mismo
libelo, indicando con claridad y precisión los hechos en que se fundan las excepciones y los
medios de prueba de que se valdrá el ejecutado (art. 465 CPC). Al tenor del texto legal, los medios
de prueba debiesen singularizarse uno a uno, sin perjuicio de ello, en la práctica forense se admite
una designación genérica.
La oposición a la ejecución se cristaliza oponiendo una o más de las excepciones previstas
en el art. 464 CPC, sólo cabe oponer las excepciones allí señaladas, entre las cuales se
comprenden tanto excepciones dilatorias como perentorias. Son excepciones dilatorias las
excepciones 1ª a 4ª del art. 464 CPC y el beneficio de excusión contemplado en la excepción
5ª. Constituyen excepciones perentorias las excepciones 6ª a la 18ª y la caducidad de la fianza
regulado en la excepción 5ª del citado artículo.
La enumeración del art. 464 del CPC es taxativa, aunque solo genérica ya que no
singulariza ni determina los casos especiales que pueden hallarse comprendidos en cada uno de
los diversos números que la componen, de modo que en un mismo número, puede quedar
incluidas diversas situaciones, que constituyen otras tantas excepciones jurídicamente distintas.
Además, las excepciones pueden referirse al total de la deuda o a una parte de ella
solamente. Así lo dice expresamente el art. 464 inciso final. Una excepción que es acogida
parcialmente, permite seguir adelante la ejecución en aquella parte incumplida de la obligación.
Art. 464 CPC La oposición del ejecutado sólo será admisible cuando se funde en alguna
de las excepciones siguientes:
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La falta de capacidad del demandante, o de personería o de representación legal del que comparezca en su nombre
(art. 464 n°2 CPC)
Se refiere a la capacidad para comparecer en el juicio y comprende dos situaciones; falta
de capacidad del demandante y falta de personería (representación convencional: mandato) o
representación legal del que comparece a nombre del demandante.
Esta excepción se refiere a la falta de capacidad del demandante, en cuanto a la capacidad
del demandado se debe alegar por nº 7 del art. 464.
Litis pendencia ante tribunal competente, siempre que el juicio que le da origen haya sido promovido por el acreedor,
sea por vía de demanda o de reconvención (art. 464 n°3 CPC)
El juicio que puede generar litispendencia puede ser declarativo o ejecutivo, pero
constituye una exigencia legal que el proceso respecto del cual existe litis pendencia haya sido
iniciado por el acreedor sea por vía de demanda o de reconvención, exigencia que descansa en
la pretensión de evitar que el deudor utilice la oposición a la ejecución como instrumento
entorpecedor de la ejecución.
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La falta de alguno de los requisitos o condiciones establecidos por las leyes para que dicho título tenga fuerza
ejecutiva, sea absolutamente, sea con relación al demandado (art 464 n°7 CPC)
Se opondrá esta excepción cada vez que falte alguno de los requisitos para que proceda
la acción ejecutiva. Esto puede ser respecto a todos, como si es que se hace valer un instrumento
que no fue titulo ejecutivo o si no se hizo una gestión preparatoria debiéndose hacer, etc.; como
también podría ser que no tenga fuerza ejecutiva, pero solo respecto del ejecutado, como un
título que fuera inoponible, porque fue suscrito por un mandato que no tenía facultades
suficientes, etc. Esta es la causal más amplia.
El exceso de avalúo en los casos de los incisos 2° y 3° del art. 438 del CPC (art. 464 n°8 CPC).
Cuando el objeto de la ejecución es el valor de la especie o cuerpo cierto, debido a que
no existe en poder del deudor o en cantidad de un género determinado que no sea dinero, es
menester preparar el juicio ejecutivo mediante la avaluación de dicho objeto. Si el ejecutado
estima excesivo el avaluó del valor del objeto de la ejecución, podrá oponer esta excepción, salvo
que haya reclamado anteriormente del auto que aprueba dicha avaluación, ya que habría cosa
juzgada en su contra.
La única diferencia entre esta excepción y la del nº 7, es que la concesión se produce una
vez vencido el plazo y la prorroga antes de vencido. Pero ambas tienen la misma lógica, que si
bien está vencido el plazo original, el acreedor ha concedido alguna posibilidad que se le pague
posteriormente. La acción rechazada por esta causal podría renovarse como ejecutiva, ya que se
trataría de un caso de “falta de oportunidad en la ejecución”, art.477 CPC.
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La novación (art. 464 n°12 CPC).
Es un modo de extinguir las obligaciones que consiste en la sustitución de una nueva
obligación a otra anterior, la cual queda por tanto extinguida. Art. 1628 CC.
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Diferencias entre las excepciones del juicio ejecutivo y las del juicio ordinario.
1. Las excepciones que pueden oponerse en el juicio ejecutivo están taxativamente enumeradas
en el art. 464, no así en el juicio ordinario, puesto que el art. 303 referido a las excepciones
dilatorias no es taxativo y, además, no existe un art. para las excepciones perentorias.
2. En el juicio ejecutivo todas las excepciones deben oponerse conjuntamente y en un mismo
escrito. En el juicio ordinario en cambio, las excepciones dilatorias deben oponerse
previamente (dentro del término de emplazamiento y antes de contestar la demanda.) Y solo
una vez que hayan sido desechadas o se subsanados los defectos que se pretendían corregir,
solo ahí deben deducirse las perentorias (en el escrito de contestación de la demanda.)
3. En el escrito de excepciones a la ejecución, el demandado deberá señalar los medios de
prueba de que intenta valerse. Esta exigencia no rige en el juicio ordinario.
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Además, contra la sentencia definitiva dictada en el procedimiento ejecutivo también es
procedente la impugnación a través del recurso de casación, rigiendo las reglas generales en
cuanto su tramitación, lo que implica que: la interposición del recurso no suspenderá la ejecución
de la sentencia impugnada, sin que exista para la parte vencida, la posibilidad de exigir rendición
de fianza de resultas para la ejecución del fallo (art. 773 CPC).
Ø Cosa juzgada
La sentencia definitiva, una vez firme, produce cosa juzgada tanto respecto a otros juicios
ejecutivos como en lo tocante a otros juicios ordinarios. Existe dos figuras tradicionalmente
entendidas como excepciones a la cosa juzgada:
•La reserva de acciones que puede realizar el ejecutante en forma exclusiva durante
el procedimiento ejecutivo
Consiste en la posibilidad que tiene el acreedor-ejecutante de desistirse de la demanda
ejecutiva reservándose el derecho de entablar una acción ordinaria sobre los mismos puntos que
han sido materia de la reserva, debiendo ejercerse esta facultad dentro en los 4 días del traslado
de la oposición del ejecutado, sin que deba expresar motivo.
En cuanto a sus efectos el ejecutante perderá el derecho a entablar una nueva acción ejecutiva,
quedando ipso facto sin valor el embargo y las demás resoluciones dictadas, sin que se exija un
plazo para deducir demanda declarativa.
24
• La reserva de excepciones que puede realizar el ejecutado en forma exclusiva
durante el procedimiento ejecutivo
Es aquella que debe formular el ejecutado en el mismo escrito donde se opone a la ejecución,
en dicha oportunidad, el ejecutado realizará reserva de sus derechos para un juicio ordinario y,
solicitará que se niegue el pago al acreedor mientras no caucione las resultas del juicio, el
fundamento es: no tener los medios para justificar la excepción por medio de la cual se opuso a
la ejecución dentro del término de prueba (art. 473 CPC).
Efectos: respecto del ejecutante, el que sólo continuará la ejecución en la medida que éste
rinda la caución pedida; y respecto del ejecutado dentro del término de 15 días debe presentar
su demanda en juicio ordinario, formulando como pretensión aquello que en el procedimiento
ejecutivo opuso como excepción sino se ejecutará la sentencia sin caución previa.
25
19.2. Cuaderno ejecutivo. Cuaderno de apremio. Embargo.
Constituye una fase del juicio ejecutivo compuesto por todos los actos procesales
encaminados a obtener el embargo, y en su caso, la realización de los bienes del ejecutado y el
pago del crédito al ejecutante. Normativamente, el objeto del cuaderno de apremio se encuentra
previsto en el art. 458 CPC.
Forma un cuaderno separado del ejecutivo, y es donde tiene lugar la ejecución
propiamente tal, tramitándose ambos de manera autónoma, sin perjuicio de existir entre ellos,
en determinados casos, interrelación. En efecto, el cuaderno de apremio se tramita con
independencia del cuaderno principal hasta que se produce la traba del embargo, pues, una vez
que éste se traba, debe esperarse, al menos, a la dictación de la sentencia definitiva en el cuaderno
principal para proseguir (arts. 472, 475 y 481 CPC).
26
Ø El embargo
Bienes embargables
Los bienes del ejecutado que son susceptibles de ser embargados, son sólo aquellos
bienes embargables que pertenecen al deudor, siempre y cuando reúnan además, las
características revestir un contenido patrimonial y ser enajenables.
- Si al bien embargado le falta el carácter patrimonial o bien es inalienable, el embargo es nulo,
ej. si se embargan derechos de familia, como el de alimentos.
- Si se embargan bienes que no son del deudor, el embargo no es nulo, pero se abre la
posibilidad de la interposición de una tercería de dominio o de posesión.
- La inembargabilidad es excepcional y debe declararla la ley, tal como se manifiesta en los
arts. 1618 CC y 445 CPC, lo que se explica por razones de orden público y también, en la
necesidad de dotar de un carácter humanitario al procedimiento ejecutivo, con todo, el
embargo de bienes inembargables no anula el embargo, sino que legitima al ejecutado para
promover el incidente de exclusión de embargo previsto y regulado en el art. 519 inc. 2º
CPC y así obtener el alzamiento del mismo. (El catálogo del art. 445 del CPC es más amplio
que el del Código Civil). La inembargabilidad es renunciable, es decir, si no se reclama de
ella se renuncia y no tiene efecto retroactivo, lo que significa que, un bien legalmente
embargado no pierde esta condición por una ley posterior que lo declare inembargable,
existe un derecho adquirido por el acreedor a que ese bien pueda ser realizado y que si antes
de trabarse el embargo se dicta una ley que declara al bien inembargable, no se podrá
embargar.
27
En lo estrictamente referido a la selección de bienes, existe un orden de prelación legal (arts. 443
inc. 4º, 447, 448 y 449 CPC):
i. Primero elige el acreedor o ejecutante quien podrá seleccionar los bienes a embargar en la
demanda ejecutiva misma, o en el acto de la traba del embargo.
ii. Si el ejecutante no selecciona los bienes, la elección corresponderá entonces al ejecutado,
quien tan sólo en la traba del embargo mismo podrá efectuar la selección.
iii. Por último, si ambas partes no determinan los bienes que será afectados por el embargo,
perderán su opción, quedando radicada la facultad de seleccionar los bienes en un ministro
de fe, quien deberá hacerlo en el acto mismo de la traba del embargo respetando el orden de
prelación dispuesto en el art. 449 CPC, embargando dinero, otros bienes muebles, bienes
raíces o salarios y pensiones (arts. 443 inc. 4º, 447, 448 y 449 CPC).
à El reembargo
Este se presentará toda vez que un mismo bien sea objeto de dos o más embargos en
procesos ejecutivos distintos (art. 528 CPC). Antes es discutía si era permitido o no el embargo
de un bien embargo en otro juicio ejecutivo, sin embargo, tras la reforma al CPC, efectuada por
la Ley Nº7760 de 5 de febrero de 1944, especialmente a su art. 528, la doctrina y jurisprudencia
se ha uniformado en torno a la procedencia del reembargo al verificarse determinados requisitos
que la misma ley procesal contempla.
El embargo sobre un bien ya embargado no constituye privilegio ni vuelve inembargable
al bien, y que, no obstante que el reembargo supone siempre diversas ejecuciones y, por ende,
distintos acreedores-ejecutantes, no sucede lo mismo con el depositario, pues siempre existirá
tan sólo uno, aquél de la primera ejecución, el cual se mantendrá en su cargo independiente del
número de ejecuciones y embargos que se traben respecto de los bienes ya embargados (arts.
1618 CC y 445 CPC).
28
Si el bien está embargado por dos o más tribunales tiene derecho a su realización el
tribunal que llegue primero a la etapa de realización, con la autorización de los otros tribunales
art. 1464 n°3 CC. Pero, además, el ejecutante del juicio que tiene embargado un bien y que es
rematado en otro juicio tiene dos derechos art. 527 y 528 CPC, puede interponer una tercería de
pago, en el primer juicio, o puede pedir que se le retengan los fondos que queden de ese remate,
luego de pagado el ejecutante, para hacerse pago.
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3) Actuaciones que tienen que ver con la venta o realización forzada de los bienes
Una vez embargados los bienes, no podrá decretarse el retiro de las especies sino
transcurridos 10 días desde la fecha de la traba de embargo, a menos que el juez, por resolución
fundada, ordene una cuestión distinta (art. 455 CPC).
La realización de los bienes del deudor, los que consisten en un conjunto de actos destinados
a convertir en dinero cosas embargadas previamente en un juicio ejecutivo, con la finalidad de
efectuar el pago de su crédito al acreedor-ejecutante.
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dinero que quede. Así se venden todos los bienes muebles, salvo los de la situación
del arts. 483 y 484 CPC, según dispone el Art. 482 CPC.
iv. El resto de los bienes, que serían básicamente los inmuebles, derechos sobre inmuebles y
derechos de aprovechamiento de aguas: se venden en pública subasta, es decir, estos se
rematan ante el tribunal. En derecho comparado hay distintos modelos, quienes lo
rematan frente al tribunal, y quienes lo entregan a entidades privadas para que lo
rematen. En nuestro país está a cargo de los tribunales y, además, según lo señalado,
se reputa que es una auténtica compraventa en donde el juez representa legalmente al
deudor, incluso hay normas que hacen remisión a las de compraventa civil. Esto
termina con una escritura pública donde comparece el juez vendiendo, en
representación del demandado. Así, el remate en nuestro país tiene una doble
cualidad: es, por un lado, un contrato, que se rige por las normas civiles, y por otro
lado, un acto procesal que se rige por las normas procesales.
1) Trámites previos al remate: Debemos distinguir entre los trámites necesarios y eventuales:
I. Trámites necesarios:
a. Tasación: es el valor que se toma como referencia para efectos del remate del inmueble.
Se establece una valoración previa, y se da la posibilidad al ejecutado de que revise esa
valoración. En principio, es el avalúo fiscal (art. 486 CPC), que, en general, es bajo en
relación al valor comercial, este se acompaña con citación al ejecutado, por tanto, puede
oponerse en 3 días y pedir que sea tasado por peritos. En caso de que avalúe el perito las
partes tienen d3 días para oponerse una vez puesta en conocimiento de ellas, si lo
impugnan el tribunal debe resolver pudiendo mantener la valoración del perito, o bien
fijar el tribunal directamtente un justiprecio u ordenar que se rectifique la valoración por
el mismo u otro perito.
La tasación es el referente para fijar el valor de los mínimos y garantías. Cuando el valor
está fijado se pueden establecer dos cosas: las bases del remate y la fecha del mismo.
b. Bases del remate: son reglas o condiciones a partir de las cuales se realizará el remate.
Se incluye la indicación del bien que se va a rematar, el mínimo de las posturas del remate,
las condiciones de pago del precio, condiciones de entrega del inmueble, garantía que se
debe prestar para participar del remate, etc. ¿Cómo se fijan? En principio las propone el
ejecutante, y el ejecutado las va a poder objetar, dentro del plazo de citación. Si hay
objeción el tribunal decide, y debe decidir buscando que el remate se realice en las
mejores condiciones, tanto de precio, como facilidad de acceso.
Hay reglas mínimas que solo se pueden modificar por acuerdo de las partes, Arts. 491,
493, 494 CPC:
31
1. El pago del precio debe ser al contado.
2. El mínimo de las posturas no puede ser inferior a 2/3 del avalúo fiscal.
3. La caución para participar del remate no puede ser inferior al 10% de la tasación.
c. Fecha y hora del remate: se puede fijar desde que está firme la tasación, normalmente
se pide conjuntamente con las bases. Se realiza ante el tribunal el día y hora fijado.
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de oficios, basta con pedirlo una sola vez. Si es que el ejecutante es el mismo acreedor
del otro juicio donde está embargado no será necesario, porque se entiende que se cuenta
ya con su voluntad. Si eventualmente el otro tribunal no autorizara la enajenación no se
puede hacer. Esta solicitud de autorización sirve además como aviso al otro acreedor
para que ejerza sus derechos.
b. Subasta o remate propiamente tal: se realiza ante el tribunal que conoce del asunto,
con presencia del juez y secretario. Puede participar cualquier persona que preste garantía
suficiente, el ejecutante también puede participar, aunque normalmente las bases lo
excluyen, el ejecutado, en cambio, no puede participar. Pueden incluso participar
personas en representación de otras con el solo hecho que lo expresen, sin demostrar la
representación art. 496 CPC. Se adjudicará el bien al mejor postor.
c. Suscripción del acta de remate: Adjudicado el bien se debe suscribir el acta, que es
bastante escueta, dice solamente la persona que se lo adjudicó, el precio y el inmueble.
Es suscrita por el secretario, juez y adjudicado. De esta queda constancia en un libro de
remates del tribunal, y se deja una copia en el expediente. Con esta acta de remate se
entiende cumplida la exigencia del art. 1801 CC, de que la compraventa de bienes
inmuebles debe constar en escritura pública, solo para efectos del perfeccionamiento de
la compraventa sirve el acta de remate, pero no es susceptible de inscripción, debe
posteriormente extenderse una escritura pública art. 497 CPC.
Surge el problema de qué ocurre si el ejecutado llega a pagar luego de celebrado el remate,
pero antes de otorgar la escritura pública, porque después de otrogarda la escritura no
pude pagar, y antes del remate puede pagar siempre. Hay jurisprudencia contradictoria,
hay quienes dicen que por la referencia al art. 1801 CC una vez otorgada el acta de remate
está perfeccionada la compraventa y no se podría pagar, otros dicen que la finalidad del
juicio ejecutivo es pagar y por tanto se puede. Hoy los tribunales admiten más el pago
incluso luego de ocurrido el remate, para proteger más al ejecutado.
b. Otorgar la escritura pública: de acuerdo a los arts. 495 y 497 CPC acá se termina de
perfeccionar la venta forzada, es una escritura suscrita por el adjudicatario y el juez, en
su calidad de representante legal del ejecutado. El problema práctico es que el art. 495
CPC otorga un plazo de 3 días para otorgarla, este plazo es demasiado corto y en la
práctica normalemnte se demora no menos de 3 meses. La jurisprudencia, consciente de
este problema práctico, ha dicho que es un plazo no fatal.
Remate al que no se presentan postores. El ejecutante tiene dos alternativas (Art. 499 CPC):
a. Adjudicarse el inmueble por 2/3 de la tasación, que es el mínimo, caso en que no habrá
acta de remate, solo una resolución que ordena la adjudicación, más la escritura pública.
b. Solicitar al tribunal un segundo remate en que se reduzca prudencialmente la tasación,
para que baje el mínimo, pero la rebaja no puede ser inferior a los 1/3 de la tasación
original. Se hace un nuevo remate con las mismas bases, con una sola diferencia, que el
plazo para la primera publicación será de 8 días, y no de 15, a menos que pasen más de
3 meses entre el primer remate y el segundo. (Art. 502 CPC)
Si hay un segundo remate (tercero, cuarto, etc.) y nuevamente no hay postores, el acreedor
ejecutante tiene derecho a (art. 500 CPC):
a. Que se le adjudique el inmueble por 2/3 de la nueva tasación.
b. Que se haga un nuevo remate, y que el tribunal reduzca prudencialmente la tasación,
pero sin mínimos.
c. Que el acreedor se adjudique el inmueble en prenda pretoria art. 2445 y 2435 CC.
Básicamente se le entrega el inmueble al acreedor para que se pague con los frutos, lo
arriende, etc. Y en cualquier minuto puede pedir un nuevo remate, sin mínimos, si la
explotación no funciona.
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v CUADERNO DE TERCERÍAS EN EL JUICIO EJECUTIVO4
1)Tercería de dominio
Es aquella que tiene lugar cuando un tercero extraño a la ejecución interviene alegando
dominio sobre los bienes embargados y que. como consecuencia de ello, se alce el embargo de
esos bienes. En este caso, el tercero aparece formulando una pretensión excluyente.
Se puede oponer desde la traba del embargo hasta el remate de los bienes y se tramita en
cuaderno separado contra el ejecutante y ejecutado, rigiéndose por los trámites del juicio
ordinario, pero sin los escritos de réplica y duplica (art. 521 CPC).
En cuanto al efecto de su interposición, al cuaderno principal no lo afecta. Al cuaderno de
apremio, por regla general, no lo suspende, salvo el caso en que la tercería se apoye en un
instrumento público otorgado con anterioridad a la fecha de la presentación de la demanda
ejecutiva. En los demás casos, el remate se llevará a cabo, entendiéndose que la subasta recaerá
sobre los derechos que el deudor tenga o pretenda tener sobre la cosa embargada (art. 523 CPC).
2) Tercería de posesión
Tendrá lugar toda vez que un tercero, por vía incidental, advenga al juicio ejecutivo
pretendiendo obtener que se alce el embargo respecto de ciertos bienes, en razón del respeto
4
Este cuaderno no es parte de la cédula propiamente, pero se aconseja su lectura.
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que merece la posesión que ejercía sobre los mismos al momento de la traba. No debemos
olvidar, que en nuestro Derecho el poseedor se reputa dueño (art. 700 CC).
Se puede oponer desde la traba del embargo hasta el remate de los bienes y se tramita como
incidente, lo que, en todo caso, no suspenderá la tramitación del cuaderno principal, y, por regla
general, tampoco el de apremio, salvo que se acompañen antecedentes que constituyan a lo
menos presunción grave de la posesión que se invoca (art. 522 CPP).
3) Tercería de prelación
Es aquella en que un tercero interviene en un procedimiento ejecutivo, alegando una
preferencia para ser pagado con el producto de la realización de los bienes embargados (art. 518
CPC).
Esta tercería podrá interponerse desde que se inicia la ejecución, hasta el momento en que
se haga el pago al ejecutante, pues, posteriormente, no existirá pago en el cual ser preferido, y se
tramitará incidentalmente, pero no suspenderá la tramitación del cuaderno principal, ni tampoco
provocará la suspensión de la tramitación del cuaderno de apremio, sin perjuicio que impedirá
la realización del pago al ejecutante (art. 525 CPC), en otras palabras, el procedimiento de
apremio proseguirá hasta la completa realización de los bienes embargados y, una vez verificado
el remate, el tribunal ordenará consignar el producto hasta la sentencia firme de tercería.
4) Tercería de pago
Es aquella en que un tercero extraño interviene en el procedimiento ejecutivo pretendiendo
el derecho de concurrir conjuntamente con el ejecutante al pago, a falta de otros bienes del
deudor (arts. 518 nº 4 y 527 CPC).
Esta tercería, que se tramitará de acuerdo a las reglas de los incidentes, puede interponerse
desde el momento del embargo hasta aquél en que se verifica el pago del ejecutante. Si la tercería
es acogida, se deberá distribuir entre los acreedores la cantidad embargada o el producto de la
subasta, según sea el caso, en proporción al monto de sus créditos ejecutivos (art. 527 CPC).
No provoca la suspensión de la tramitación del cuaderno principal, ni del cuaderno de
apremio, sin perjuicio que impedirá la realización del pago al ejecutante.
Además de esta tercería, debe consignarse que el segundo acreedor, para obtener el pago de su
crédito, puede optar por una vía procesal distinta a la tercería de pago, la que se traduce en ejercer
su derecho a iniciar un segundo juicio ejecutivo ante el tribunal que sea competente de
conformidad a las reglas generales, solicitando allí que se dirija un oficio al tribunal que conoce
de la primera ejecución, para que retenga de los bienes realizados la cuota que proporcionalmente
corresponda a dicho ejecutante (art. 528 CPC).
36
5
La tercería de dominio tiene tres problemas: primero, la forma en que se prueba el dominio, porque la única forma de hacerlo es con la cadena
posesoria o con un título originario como la prescripción adquisitiva, segundo, la duración de la tercería, y por último, las dificultades de suspensión
del cuaderno de apremio.
6
Además, el segundo acreedor tiene la posibilidad de hacer el cobro por una segunda vía, pues puede iniciar un segundo juicio ejecutivo,
solicitando que se oficie al tribunal que conoce de la primera ejecución, para que retenga en los bienes realizados, la cuota que proporcionalmente
le corresponde (art. 528 CPC).
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19.4. Ejecución de las resoluciones judiciales
Se regula en el Libro I, Art. 231 y ss., CPC. Este título contiene dos párrafos que
distinguen entre el cumplimiento de resoluciones emanadas de tribunales chilenos y resoluciones
emanadas de tribunales extranjeros.
Regla especial
Ante el mismo tribunal
Menos de un año Si no hay regla especial Arts.
233 y ss. CPC
Tribunal Ante otro tribunal Juicio Ejecutivo Arts. 434
ss. CPC
Nacional
Más de un año y menos de 3 Juicio Ejecutivo Arts.
434 y ss. CPC
Más de un año
Más de 3 años Juicio Sumario Art.
680 n°7 CPC
Si hay Tratado Internacional Se sigue el Tratado Internacional
Art. 242 CPC
Tribunal
Extranjero Si no hay Tratado Internacional Ver si hay reciprocidad Art. 243 al
244 CPC
Si no se pueden aplicar las reglas anteriores Exequatur Art. 245 CPC
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Cumplimiento de resoluciones emanadas de tribunales nacionales
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1) Procedimiento incidental de cumplimiento de las resoluciones judiciales (Arts. 233,
234 y 235 CPC)
Tramitación
Presentada la solicitud -no demanda-, si el tribunal verifica que concurren los requisitos
para autorizar el cumplimiento, entonces el tribunal simplemente va a proveer “como se pide
con citación” (art. 233 inc. I CPC). En caso contrario, aun cuando la ley no lo dice expresamente
–pero en razón de su contexto-, denegará tal cumplimiento.
Esta frase “con citación” significa que se debe esperar 3 días, el tribunal ya accedió en
principio, pero hay que esperar 3 días para una posible contestación del vencido, quien tiene la
opción de objetar, de oponerse a lo que ha pedido su contraparte. De acá viene el nombre de
“procedimiento incidental” porque en caso de que exista oposición va a surgir el incidente.
La resolución que ordena cumplir la sentencia debe ser notificada por cédula al
apoderado de la parte (inc. 2 art. 233), este es un caso en que el CPC expresamente señala este
tipo de notificación (art. 48 CPC). Pero se agrega una formalidad que debe cumplir el ministro
de fe, que consiste en enviar carta certificada (a la que se refiere el art. 46) tanto al apoderado
como a la parte. A esta última, la carta deberá remitírsele al domicilio en que se haya notificado
la demanda. En caso de que el cumplimiento del fallo se pida contra un tercero, éste deberá ser
notificado personalmente (art. 233, inc. 2 CPC).
El art. 234 CPC contempla la forma en que el vencido puede oponerse. Esta disposición
contiene una enumeración de las excepciones que pueden oponerse al cumplimiento de la
resolución, en total son 11 excepciones que pueden oponerse, que son todas de naturaleza
perentorias. Son menos excepciones porque el sujeto pasivo de la ejecución ya ha tenido todo el
procedimiento declarativo previo para formular todas las defensas que haya podido hacer valer,
entonces la posibilidad de defenderse en esta etapa final debe ser reducida.
Esto se refuerza, por una de las condiciones que deben cumplir estas excepciones, una
de las cuales es que el vencido no puede oponer excepciones que debió haber planteado con
anterioridad en el desarrollo del juicio.
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la obra debida. Acá también se exige seriedad, que la excepción que se haga valer para ser
admisible, para discutir si concurre o no, se exige que esté fundada en antecedente escrito.
c. Estas tres excepciones que escapan a las reglas generales previas (perdida cosa debida,
imposibilidad absoluta y falta de oportunidad) el legislador exige que a lo menos estén
revestidas de fundamento plausible (art. 234 inc. 1), lo que corresponderá al tribunal examinr
en el caso en concreto.
Una vez opuestas las excepciones el tribunal debe realizar un examen de admisibilidad, el
que consiste en:
a. Debe revisar si fueron opuestas oportunamente, dentro de plazo.
b. Revisar si la excepción o excepciones opuestas corresponden a las que admite expresamente
el código (art. 234).
c. Revisar que la excepción cumpla con los requisitos que en cada caso exija la ley.
Si no concurre alguno de estos requisitos el tribunal deberá rechazarla de plano por
resolución fundada, debiendo señalar el motivo (art. 234 inc. 3, primera parte). Y si se cumplen
estos requisitos le va a dar tramitación incidental a la oposición, ya sea acogiéndolas o
denegándolas.
Si el tribunal resuelve sobre la excepción opuesta que debe ser acogida, la parte vencedora
en la sentencia que se trata de cumplir podrá deducir los recursos de apelación y de casación que
crea conveniente a sus derechos. Sin embargo, esta apelación dada la amplia redacción del art.
241 CPC, también se concederá en el solo efecto devolutivo en razón del claro tenor literal de la
disposición en referencia, no obstante su manifiesta inutilidad (ya que nada hay que cumplir).
En el segundo caso, o sea, cuando se rechazan las excepciones, la persona vencida con la
sentencia de que se trata de cumplir podrá deducir también los recursos de apelación y casación
que sean procedentes. Es del caso hacer notar que la apelación será concedida en el solo efecto
devolutivo (art. 241 CPC), y que la casación no suspenderá la ejecución de la sentencia que
rechazó las excepciones (art. 773 CPC).
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- Si no hay bienes retenidos, se procede a embargar bienes, y el embargo de estos bienes
se rige por las normas del juicio ejecutivo, pero no es necesario el requerimiento, y la
resolución que ordena embargar y el embargo, se pueden notificar por cédula.
iv. Si se pide una cantidad determinada de un género determinado y esto está retenido, se
entrega; si es que no está retenido se podrán embargar para hacer su entrega. Si no son
habidos, habrá que tasarlos y será una obligación de dinero.
v. Se refiere a las obligaciones de hacer.
vi. Tiene que ver con las sentencia con reserva del art. 172 CPC, es decir, aquellas en que se
ha dejado para la fase de cumplimiento la determinación de la indemnización de perjuicios
o del monto de los bienes adeudados, si es así, se debe pedir conjuntamente con el
cumplimiento y se tramita incidentalmente.
Finalmente, el artículo 238 CPC, consagra una regla residual para el evento de que ninguna
de las formas o procedimientos previstos sea idóneo para obtener el cumplimiento de una
resolución judicial. Este caso se traduce fundamentalmente en el reconocimiento de facultades
por parte del juez para que adopte las medidas que sean necesarias para obtener finalmente el
cumplimiento. Se trata, en definitiva, de una manifestación de la facultad de imperio que el CPC
y el COT le reconocen a los órganos jurisdiccionales.
El art. 238 CPC habla de “medidas conducentes” que ha de adoptar el juez para obtener
el cumplimiento, y que, por regla general corresponde a la multa (no superior a 1 UTM) y al arresto
(no superior a dos meses, determinados prudencialmente por el tribunal), sin perjuicio de repetir
el apremio. Estos apremios, constituyen la regla general, pues nada impide que el juez adopte
otras medidas de igual o superior eficacia para lograr el pronto y fiel cumplimiento de la
sentencia.
Se regula en el libro primero, título XIX párrafo II, arts. 242 a 251 CPC. Las normas que se
revisarán no se refieren tanto a la ejecución propiamente tal, el mismo Código señala que el
procedimiento de ejecución será el que haya que aplicar conforme a las normas ordinarias
establecidas para el cumplimiento de resoluciones pronunciadas por tribunales nacionales.
Este es un procedimiento previo que se debe seguir cuando se debe cumplir una resolución
pronunciada por un tribunal extranjero, resolución que requiere de una aprobación previa por
parte de la Corte Suprema, corresponde a una visación o una validación, en síntesis, se trata de
que la Corte Suprema haga un examen de la regularidad jurídico-procesal bajo la cual se dictó
una resolución extranjera cuyo cumplimiento se solicita en nuestro país. Se puede señalar que las
ramas del Derecho que entran en juego son dos, el derecho internacional y el derecho procesal.
Es importante tener presente o distinguir que una cosa es pedir y obtener el reconocimiento
de una sentencia dictada por un tribunal extranjero para hacer valer o ejercer la acción de cosa
juzgada, es decir, para pedir el cumplimiento de lo que se dispone en la sentencia o para ejercer
también la excepción de cosa juzgada, con el objeto de determinar el resultado de un proceso, y
42
otra cosa distinta, es pretender que se reconozca a esta sentencia como un simple medio
probatorio destinado, por ejemplo, a acreditar que se llevó a efecto el juicio que da cuenta la
sentencia, se busca simplemente acreditar un hecho, como por ejemplo, que hubo un juicio entre
las partes.
De acuerdo con lo anterior, se ha discutido si éste trámite que estamos estudiando, (el
exequátur) es necesario para ambos casos, o sea, para cuando se pretende sacar provecho de la
cosa juzgada o cuando se pretende simplemente presentar este documento como medio
probatorio. Al respecto, la conclusión que se ha planteado es que si la sentencia que se presenta
con fines meramente probatorios no obliga al juez a cumplir el mandato o decisión contenido
en ella, (sin efecto vinculante), no sería necesario el exequátur, sino que solo sería necesario para
estos casos cumplir con la exigencia o formalidad de la legalización.
La doctrina está conteste en que tratándose de la acción de cosa juzgada, el trámite de
exequátur es indispensable, pero no existe la misma unanimidad respecto de la necesariedad de
este trámite para la oposición de la excepción de cosa juzgada.
Hay quienes sostienen que el exequátur no es necesario para hacer valer la excepción de
cosa juzgada, de manera que el tribunal en estos casos debería simplemente reconocer de plano
la sentencia, quienes siguen esta postura la fundamentan en que el exequátur es necesario
solamente cuando se pide que la autoridad del país de destino de la sentencia, aplique medidas
compulsivas para hacerla cumplir, medidas que no serían necesarias cuando se trata simplemente
de oponer la cosa juzgada como excepción.
Sin embargo, la mayoría de la doctrina está de acuerdo en que en este caso también se
requiere del reconocimiento de la CS, ya que a partir de ello, la norma que se incorpore en virtud
de este trámite puede resultar determinante para el resultado de un pleito que se siga en nuestro
país.
43