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Introducción a la Ética

Descripción de los contenidos de la materia

Los contenidos de las unidades de Ética y Deontología Psicosocial


que componen esta materia intentan construir una herramienta útil para
comprender a los individuos, desde su carácter de sujetos sociales, en
interacción con el mundo cambiante y complejo en el que vivimos, como así
también conocer los límites de nuestra tarea y los códigos éticos propios de la
práctica profesional.

La propuesta para abordar el tema es tomar como punto de partida la


tradición clásica del pensamiento ético fundada en principios idealistas, realizar
un recorrido histórico hasta nuestros tiempos, donde analizaremos la mirada
de distintos autores que postulan la ética fundada en un compromiso activo,
fruto del entrelazamiento de distintas líneas de pensamiento que plantean que
es necesario cultivarla fuera de un marco moralista.

Profundizaremos en las relaciones entre ética y deontología, conociendo


los principios éticos que corresponden a la teoría Pichoniana y que rigen la
práctica psicosocial de nuestra profesión. Compartiremos también, casos que
ilustran algunos de los conflictos éticos a los que se pueden enfrentar los
Psicólogos Sociales en los campos de intervención.

El tema de la Ética

Adentrarnos en el mundo de la ética es ingresar a un camino de ideas,


conceptos, de personajes de épocas pasadas y en distintos campos del saber.
De esta compleja interrelación seguramente surgirán interrogantes, trataremos
que la información desarrollada en estas clases sirva para responderlos, o al
menos, para iniciar la búsqueda de respuestas.

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define ética


como “la parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones
del hombre”. También dice que el término moral es “lo perteneciente o
relativo a las acciones o caracteres de las personas, desde el punto de

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vista de la bondad o malicia” y lo “que no concierne al orden jurídico,
sino al fuero interno o al respecto humano”.

Como verán, los términos ética y moral se van revelando como


íntimamente ligados, y ambas tienen que ver con las acciones, lo bueno o lo
malo de las mismas, lo aceptable o inaceptable, lo correcto o lo incorrecto, con
el entendimiento de ese bien o mal según el interior de cada sujeto.

Muchas veces, en nuestra vida cotidiana utilizamos ambos términos


indiscriminadamente, como sinónimos. Ambas palabras: “ética” y “moral”
tienen orígenes similares, ya que etimológicamente ambos términos se
refieren, respectivamente, a ethos (del griego costumbre) y mores (del
latín, costumbre, modo de comportarse), al comportamiento o conducta
del ser humano que surgen de las costumbres y los hábitos.

Podríamos preguntarnos:

¿Dónde está la diferencia? ¿Moral y ética son sinónimos?

Desde el punto de vista técnico-filosófico las palabras ética y moral no


tienen el mismo significado. Moral es el conjunto de comportamientos y
normas que solemos aceptar como válidos; ética es la reflexión sobre
por qué los consideramos válidos y la comparación con otras
“morales” que tienen personas diferentes. Por eso se puede decir que
la ética es la reflexión filosófica sobre la moral.

La moral ha de empezar como ética antropológica, enraizada en la


misma estructura del hombre: estructura moral de libertad, autenticidad
y responsabilidad; sólo después vendrá la ética normativa que evalúe
contenidos morales; sin embargo, ésta nunca ha sido única, sino que ha
estado determinada por el criterio adoptado como norma: en la ética
teleológica el fin que pudo ser a su vez el bien moral, en la ética de la
virtud el bien supremo: la felicidad, o Dios, en la ética teológica y en la
ética deontológica kantiana, el deber: el dictado de la conciencia y la buena
voluntad, etc.

Las morales, puesto que forman parte de la vida humana concreta y


tienen su fundamento en las costumbres, son muchas y variadas (la cristiana,
la musulmana, la aborigen, entre otras.) y se aceptan tal como son, mientras
que la ética, que se apoya en un análisis racional de la conducta, tiende a
cierta universalidad de conceptos y principios y, aunque admita diversidad de
sistemas éticos, exige su fundamentación y admite su crítica, igual como han
de fundamentarse y pueden criticarse las opiniones.

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Hasta aquí hemos definido ética y moral, sin embargo, buscaremos
ahondar en el tema a fin de establecer otras significaciones desde el análisis de
la Psicología Social.

Recorrido histórico sobre la ética

A partir de las definiciones muy generales de los términos de ética y


moral, expondremos que concepción ética filosófica se tenía en cada época y
cómo ésta tiene una visión hacia el hombre.

En la época griega antigua se busca una valoración de carácter


sumamente importante a la virtud y a la sabiduría. A partir de lo anterior
surgen los Sofistas, sofistés, sabios, los que poseen el saber o están dotados
de riqueza espiritual. Estos personajes eran maestros en retórica y de esta
habilidad vivían. Después de un tiempo los sofistas dejaron de ser unos
simples maestros de retórica y empezaron a construir una filosofía crítica,
centralizada en el ser humano y en la moral.

Entre estos sofistas el mayor representante es Protágoras de Abdera


(¿485-410? a. C.). El aspecto ético que proponen los sofistas es que el hombre
debe tener éxito (ocupar los cargos más importantes de la asamblea y
mantener una buena impresión ante el público) debe actuar conforme a la
ciudad-estado y adaptarse a los estamentos de la polis, según la conveniencia
propia.

Desciende a las profundidades de ti mismo, y logra ver tu alma buena. La


felicidad la hace solamente uno mismo con la buena conducta.

Sócrates

En oposición a los sofistas estaba el filósofo Sócrates (470/469-399 a.c)


que se interesó por la virtud y la sabiduría, en lo referente a que si el hombre
es sabio puede ser virtuoso, pero no en un carácter individual, sino un carácter
universal, pues en contra de Protágoras la virtud no se puede enseñar, ni se
puede relativizar a las condiciones del hombre. Este conflicto que se desprende
con Sócrates y Protágoras, por querer responder la pregunta ¿qué es virtud?
¿Cómo concebir la virtud?

“El hombre es un auriga que conduce un carro tirado por dos briosos
caballos: el placer y el deber. El arte del auriga consiste en templar la fogosidad

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del corcel negro (placer) y acompasarlo con el blanco (deber) para correr sin
perder el equilibrio.”

Platón

Platón (427-347 a.c.) es un filosofo griego que tiene una visión de la


ética como una forma de política, ya que recibió cierta influencia aristocrática
por parte de su familia, lo cual lo indujo a generar un sistema igualitario para
los habitantes de la polis, y así suprimir la diferencia de clases, pues si todos
son hombres, ¿por qué viven unos bien y otros mal? A partir de esta visión de
Platón sobre la equidad de clases en la polis, define cómo es el origen de las
sociedades.

Platón ve que los hombres poseen necesidades que los llevan a


constituir comunidades en las cuales se construyen modos de vida, formas de
comunicación, métodos económicos y algunas formas militares para la
expansión de terreno o la conquista de otras comunidades para ampliar y
satisfacer las necesidades de poder de los gobernantes que dirigen estas
comunidades. Por ello las necesidades de los gobernantes hacia el alcance del
poder, produce en ellos una falta de coherencia y de sabiduría en sus
determinaciones como líderes. De esta manera surge en las sociedades cuatro
formas de mal gobierno que edifican hombres que no serán éticos, ni sabios,
tales gobiernos son: la timocracia o el gobierno del honor y la ambición; la
oligarquía o el gobierno del amor a las riquezas; la tiranía o el gobierno de la
esclavitud; la democracia o el régimen de la libertad.

Ante la justificación de Platón sobre los malos gobiernos en la sociedad,


queda cierta duda de que exista una salida para la equidad entre los hombres.
De tal manera que para que la ética se genere en una ciudad-estado, debe
estar basada en la justicia y en la recta razón de un hombre que sea sabio y
justo, este hombre debe tener las cualidades necesarias para poder cimentar
un gobierno, estas cualidades no le son proporcionadas por sus impulsos
corpóreos, o por las pasiones que lo dominan, solamente la razón es quien da
los parámetros para levantar un hombre lleno de virtudes y de sabiduría.
Desde la opción de un hombre sabio y justo se abre la oportunidad para una
forma de estado equitativo entre los hombres y la posibilidad del desarrollo
ético.

En conclusión, en el estado ideal de Platón se encuentran las virtudes y


las leyes propicias para la convivencia entre los hombres, sin alguna
posibilidad de desigualdad, también la ética se tomará como el sumo bien el
cual será adoptado por cada hombre, hasta alcanzar la simetría de belleza y
verdad.

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"La actividad virtuosa es mejor que la mera posesión de la virtud".
Aristóteles

La ética de Aristóteles (384/383- 322 a.c.), filósofo griego, el de mayor


importancia junto con Platón, enfoca su estudio de aquello que el ser humano
considera un bien. Para todos los hombres el bien consiste en la felicidad. Pero
no aciertan con la esencia de la felicidad. Algunos creen que la felicidad radica
en el placer. Lo original de Aristóteles consiste en poner de manifiesto que el
placer no constituye la esencia de la felicidad, sino que es un efecto de la
felicidad. La felicidad produce placer. Tampoco la felicidad consiste en la virtud.
La felicidad propiamente consiste en el ejercicio de la potencia más noble del
hombre. Esta potencia noble es el entendimiento.

En la reflexión ética de Aristóteles se ve una gran diferencia a la teoría


de Platón, pues Aristóteles trata la ética de una forma más practica y
relacionada con la responsabilidad. Este concepto de la ética aristotélica para
Platón tiene parámetros de error, porque el bien y las virtudes no pueden ser
ni estar en la praxis, sino que estos han de ser más abstractos y lejanos al
hombre. Frente a esta afirmación de lo que es el bien y las virtudes, llevan a
pensar a Aristóteles que algo que beneficia al hombre, no puede estar alejado
de él, por lo tanto, el bien y las virtudes deben ser una meta en el hombre, la
cual no se logra en cuestión de instantes sino de constancia y perseverancia.

Para la ética antigua la virtud no consiste en el mero ejercicio de la


potencia racional. La virtud es un hábito de obrar el bien, dirigido por la
razón, pero adquirido por el esfuerzo de la voluntad. Tiene un carácter
de término medio entre dos excesos. Los excesos son considerados viciosos: el
valor por ejemplo es un término medio entre la cobardía y la temeridad.

Como lo planteábamos antes, para Aristóteles, hay dos grupos de


virtudes: las virtudes éticas o de la vida activa, son aquellas que se
desenvuelven en la práctica y que van encaminadas a la consecución de un fin
con relación a un bien. A estas perteneces las virtudes que sirven para la
realización del orden de la vida y del Estado (la justicia, la amistad, el valor
etc.) y que tienen su origen directo en las costumbres y en el hábito. Son las
virtudes de hábito, tendencia o costumbre y las virtudes dianoéticas o de la
vida teorética. A estas pertenecen las virtudes propiamente intelectuales, las
que son como los principios de las éticas: las virtudes de la inteligencia o de la
razón, la sabiduría y prudencia.

Santo Tomás de Aquino (1225-1274) Considerado el filósofo y el


teólogo de mayor relieve dentro de la filosofía escolástica. Concibe la teoría
ética de Aristóteles como una filosofía pagana, porque no se funda en el saber

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verdadero el cual es Dios, entonces decide darle el fundamento que necesita.
Para realizar esta fundamentación de la filosofía pagana, se enfoca sobretodo
en la ética aristotélica, ya que esta tiene que ver mucho con las acciones del
hombre cristiano, además toma la influencia religiosa árabe para darle una
reconsideración a tal religión.

La nueva concepción ética planteada por Santo Tomás determina que el


hombre ético debe tener en claro que es un ser dotado de razón, y con ello
puede mantener una vida moral ejemplar, siempre y cuando la razón haya sido
quien rija las pasiones del hombre. Para que el hombre conozca que la razón
es quien ordena y gobierna, debe descubrir que el mundo tiene un orden, y
este orden surge de la divinidad, la cual otorga al hombre la razón y las
facultades necesarias para entender qué y por qué está en el mundo.

Recorrido por las diferentes concepciones de la Modernidad

A continuación, les presentamos la concepción ética filosófica de


diferentes pensadores de la Modernidad, teniendo en cuenta cual es la visión
hacia el hombre.

“Dos cosas llenan el ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos y


crecientes, cuanto con más frecuencia y aplicación se ocupa de ellas la
reflexión: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mi”.

Immanuel Kant

En la Época Moderna Immnuel Kant (1724-1804), filósofo alemán, fue


uno de los que mayor influencia ha tenido en la historia del pensamiento. Su
sistema filosófico recibe el nombre general de «criticismo» o «filosofía crítica».

Kant hace un replanteamiento de lo que debe ser la ética desde la


“Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres”. Para él la moral se
funda en algo abstracto e indeterminado, que se lleva a la práctica a través
de la interacción entre los hombres de una sociedad en donde se
definen normas o leyes y estas conducen a la libertad, pero esta moral
ha de ser puramente abstracta, así se poseen principios puros racionales que
determinan el compromiso personal en el hombre, es decir, el deber es la
necesidad de una acción por respeto a la ley.

Parte en que todo ser humano debe valorar la intención con que el
individuo hace una acción en la vida cotidiana, porque esta intención

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es de carácter subjetivo y parte de la motivación hacia la buena acción,
lo que determinará si tal acción es buena o mala, es la consecuencia.
Por ejemplo: si un hombre está en un parque y ve que un niño se va a caer, la
intención del hombre será evitar que el niño caiga, pero si no consigue la
finalidad de la intención, no habrá ningún problema, pues lo que cuenta es la
intención del hombre por ayudar a que el niño no se fuera a lastimar, porque la
intención es de carácter puro abstracto y subjetivo. Por consiguiente el
ejemplo anterior justifica que en todo ser humano hay un principio interno
"juzgar el valor de la acción", tal principio interno es valioso por sí mismo, ya
que cuando suceden actividades que comprometen al hombre a reaccionar en
beneficio de otros, sus intenciones estarán enfocadas hacia una buena acción.

La buena voluntad aparece cuando se tiene que actuar por deber, el cual
es determinado por la razón que es a la vez una condición propia y única del
hombre para poder interactuar con otros. A partir de esta interacción se
desarrolla la comunicación y de ella se construyen sociedades que
establecen leyes para canalizar la naturaleza del hombre y conceder a
los hombres la capacidad de que cada uno alcance sus propósitos o
fines, siempre bajo la luz de la razón y el deber.

Desde esta perspectiva, tomando el análisis que hace G. Adamson sobre


el tema, se plantean imperativos hipotéticos que suponen una condición, e
Imperativos categóricos que obligan absolutamente, incondicionalmente, el
cual no indica lo que se ha de obrar sino el modo con que se ha de obrar. Se
puede enunciar como “obra de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda
valer como principio de legislación universal”. Esta es la primera forma del
imperativo moral. Por ejemplo: si se decide decir una mentira se debe estar
dispuesto, a que la mentira, se transforme en un universal. La mentira
individual implica la consecuencia moral de que se transforme en ley universal.
Si miento debo estar dispuesto a que todos me mientan y a que la mentira se
transforme en una práctica universal del ser humano.

Kant agrega otras dos formas del imperativo categórico:

Obra de tal modo que nunca tomes la humanidad, ni a ti ni a otros,


como medio, sino siempre como fin en sí mismo.
obra de tal modo que tu voluntad pueda ser considerada como
legisladora universal.

No establece ninguna acción concreta sino únicamente la forma


en que se ha de obrar. Es puro respeto al deber, respeto al deber ser o
deber hacer.

En conclusión, el hombre ha de ser una persona ética, cuando sus


acciones hacia otros se originan por respeto a las leyes que se han

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constituido en una sociedad, es decir, que el hombre mantenga una
autonomía moral que lo hará libre, pero, todo ello se logrará si se obra
según una ley moral universal.

Traduciendo lo anterior, vamos a continuar con el análisis que hace


Gladys Adamson: “Kant plantea la ética en término de moral. Los juicios
morales no provienen de la bondad del ser humano, sino que están regidas por
el rigor del pensamiento. La moral proviene de la razón.

El problema moral no lo plantea en el terreno de las acciones en cuanto


a tales, sino que Kant la traslada el problema ético, el problema moral, a la
voluntad humana que produce los actos.

El fundamento de la validez de las normas morales se encuentra en las


mismas normas y, por lo tanto, este filosofo, proclama la autonomía de la
moral. Las normas habrán de tener un carácter obligatorio, imperativo. Lo
ético, entonces, lo es, con relación a un imperativo. Kant considera que
ninguna acción realizada en beneficio personal podía ser virtuosa, solo era una
decisión virtuosa si obedecía a la ley racional de la moral o sea a un deber o a
un deber-ser.

La ética kantiana es la expresión más pura de la moral de la sociedad


disciplinar. El planteo ético de esta subjetividad moderna tal como lo plantea
Kant es la mejor fundamentación de esa conciencia crítica vigilante dispuesta
siempre a moralizar y castigar tal como lo postula M. Foucault”.

Nos parece un momento oportuno para


reflexionar sobre los conceptos expuestos.

"Nadie combate la libertad; a lo sumo combate la libertad de los demás. La


libertad ha existido siempre, pero unas veces como privilegio de algunos, otras
veces como derecho de todos."
Marx

Proseguimos con Karl Marx (1818-1883) filósofo, economista,


historiador y periodista alemán, no acuerda con la teoría ética propuesta por
Kant, porque la propuesta subjetiva moralista del deber, desecha la práctica y
se basa solamente en la teoría, pues la ética no se da en lo abstracto sino en lo
práctico, y al hacer una reflexión de lo universal hacia lo particular, no se tiene
certeza, dado que la vida de los hombres es diferente en cada uno y por lo
tanto no puede existir un universal que condense toda la humanidad en las
ideas morales universales subjetivas, sino que para tener un beneficio social,
hay que analizar en qué parámetros y en qué condiciones viven los hombres,

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por lo tanto no hay que plantear ideales, sino que hay que buscar la forma de
satisfacer a todos los hombres por igual desde la práctica y su condición de
vida.

A partir de la búsqueda de la felicidad Marx propone que se halla en la


igualdad de clases, la valoración del obrero y la abolición de la propiedad
privada, porque lo que hace esto es suprimir al hombre y marginarlo en una
vida productiva bajo un sistema de explotación y dominación.

En síntesis, lo que plantea Marx es una solución práctica de la ética,


derribando las desigualdades históricas del trabajo, pues el hombre deja de ser
hombre y se convierte en un instrumento del poder para convertirse en objeto
dejando su identidad como sujeto, el hombre no despierta de esa opresión,
sino que continua y sigue manteniéndose en la enajenación de la aspiración al
bienestar a través del trabajo.

No existen fenómenos Morales, sino sólo una


interpretación moral de los fenómenos

Friedrich Nietzsche

La concepción del filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900)


acerca de la moralidad y la ética plantea que las teorías anteriores tienen
carácter social y conllevan intereses religiosos. Plantea que la religión no
permite que el hombre sea hombre, porque se pone por encima del hombre a
Dios, un ser superior e inalcanzable, está subordinado y limitado a este ser,
por lo que tiene coartada su libertad.

Nietzsche plantea el hombre libre es el ser feliz, capaz de aceptar el


azar, la inseguridad y la provisionalidad de la existencia. Incluye también, una
crítica de los valores morales y que para esto se necesita tener conocimiento
de las condiciones y circunstancias de que aquellos surgieron, en las que se
desarrollaron y modificaron (la moral como consecuencia, como emergente,
como construcción social en un momento histórico dado).

En conclusión, Nietzsche propone construir valores propios desde el


sujeto, el cual se debatirá ante el continuo azar, lo planificado y el resultado de
sus propias acciones, dejará que todo suceda, el hombre mismo es quien
determine su propia existencia, es aquí donde el hombre será libre, sin
coacciones universales que se han creado a través de la historia.

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Reflexiones Finales

A través de la historia, distintos pensadores han tratado de comprender


y analizar la práctica de la moral y la teoría de la ética, varios y diferentes
puntos de vista para llegar a una posible forma de alcanzar la felicidad del
hombre, pero estas proposiciones carecen de universalidad, porque cada vez
que se plantea una solución ética a los problemas actuales de la humanidad se
enfoca en un determinado número de hombres.

Podríamos plantearnos algunos interrogantes: ¿A través de una


realización individual se podrá constituir un hombre, libre y feliz? ¿Lo ético es
un posicionamiento subjetivo y colectivo?

Desde nuestra concepción el hombre es un sujeto social, que produce y


se produce a sí mismo en su interacción con el otro. Por lo tanto, podríamos
considerar la proposición de la felicidad y libertad del hombre no podrá
constituirla en forma individual, sino que habrá de construirla de forma
colectiva. Desde está interacción no habrá propuestas meramente teóricas,
sino que puramente prácticas, porque si hay un fundamente teórico en las
convicciones la ética se verá, se concretará, en las acciones diarias entre los
hombres que viven en la sociedad. Es decir, de la ética de que hablamos es de
aquella que involucra lo subjetivo, pero que hace lazo con los otros.

Citas bibliográficas completas

Adamson G. “Ética antigua y ética moderna”. Ficha EPSISUR. Bs. As.


2004.
Aristóteles, “Ética Nicomaquena”. Ética Eudemia, Madrid. 1993
Carpio, A. “El sentido de la historia de la filosofía”. Eudeba. Bs. As. 1997
Simonetti, A. ¿“Qué es la ética”? (Aproximación desde la Psicología
Social). Clases de Postgrado de la Asoc. de Psicólogos Sociales de la
República Argentina. Ed. El día que me quieras. Bs. As. 1994
Varela F. “Ética y acción”. Ed. Granica. Santiago de Chile. 1996
Diccionario de la Real Academia Española: http://www.raes.es
Ética de Platón: hattp://webdianoia.com/platon/platon_fil_etica.htm
ÉticaAristotélica:http://cibernous.com/autores/aristoteles/teoria/etica

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