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 EVOLUCION DE LA ETICA

La evolución de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la antigua


Grecia, y su desarrollo histórico ha sido amplio y variado.

 Ética en el pasado

Remontarse al pasado implica una remembranza de ideas, enseñanzas, consejos o


máximas de las personas a las que en nuestro trayecto por la vida hemos conocido. La
familia, célula fundamental de la sociedad, ha jugado un papel trascendental en la ética
del hombre en general. Desde sus primeros años, va abrevando conocimientos, vivencias
y enseñanzas de sus progenitores y familia cercana con quien convive; de ellos depende
gran parte de la formación de sus valores; el que pueda determinar sobre el bien y el mal
a sus semejantes; el respeto a los demás, en su persona, en sus bienes o derechos.
Desafortunadamente, muchas personas  aveces han influenciado conductas deshonestas,
irrespetuosas, con falta de valores; por ejemplo  los programas televisivos en los cuales,
se pueden apreciar ciertas faltas de respeto que, paradójicamente, lejos de reprobarse
esas actitudes, causan hilaridad.
Esta desviación “moral o ética” del individuo, tiene corrección y podrá erigirse al inicio de
sus estudios profesionales, con el contacto de sus profesores.

 Ética en el presente

Advertimos una ligera descomposición social, debido a la gran transformación mundial,


donde día con día, se van perdiendo, poco a poco, los valores entre los seres humanos.
Es deber de los actores del mundo social y político, el que se corrija tal descomposición
humana, esto es, inculcando a sus hijos o familia aquellos valores básicos de respeto
hacia las personas, derivado de sus ideas, grupo social, ideología política, raza, sexo o
cualquier otra característica que hace diferenciarnos de los demás.
Para el logro de tal cometido, estamos inmersos los actores del mundo académico,
jurisdiccional, investigadores y personal administrativo de la burocracia, quienes debemos
poseer principios éticos básicos, para el mejor desarrollo de nuestras actividades.

 Ética en el futuro

Si hacemos caso omiso al establecimiento de los valores éticos a los que  nos hemos
referido, vislumbramos un caos político, social y económico, que no conducirá a nada,
más que a la propia autodestrucción e imperio de la ley del más fuerte o más poderoso,
falta de valores o principios, pero vacío e intranquilo en cuanto a su seguridad humana.
(Torres Z. , 2014)
En efecto, mezclados aspectos del Derecho, la moral y aún, la arbitrariedad, temas
destacados magistralmente el profesor Juan Manuel Terán en su obra, conducirían a un
caos social.
Siendo optimistas y desde otro punto de vista, está en la juventud de abogados que
actualmente se forjan en nuestras aulas de clase, el que tomen conciencia del
resquebrajamiento social, falta de valores y principios; una vez que perciban a conciencia
el problema, estará en sus manos el resolver la problemática que se les presente, en aras
de una vida tranquila y con recato. Aún está a tiempo el estudiante de leyes, por recobrar
o reforzar esos valores derivados de la virtud ética, que lo conducirá a una vida
profesional más armoniosa, con mínimos problemas sociales y con una mejor calidad de
vida y desarrollo personal.
CONCLUSION
La ética ha sido abordada desde diferentes posiciones, desde éticas humanitarias a éticas
aplicadas. Las aproximaciones siempre han sufrido las críticas de aquellos que apoyan la
relatividad y la personalidad de los valores.
La disciplina misma puede también entenderse como una invitación a reflexionar sobre la
imperiosa necesidad de crear comunidad en diseño. En esa tarea, la ética es un pilar que
conllevará al pensarse racionalmente a sí mismo y su actuación e impacto en la sociedad
Evolución histórica de la ética. Su carácter universal
Desde que los hombres viven en comunidad, la regulación moral de la conducta ha sido
necesaria para el bienestar colectivo. Aunque los distintos sistemas morales se
establecían sobre pautas arbitrarias de conducta, evolucionaron a veces de forma
irracional, a partir de que se violaran los tabúes religiosos o de conductas que primero
fueron hábito y luego costumbre, o asimismo de leyes impuestas por líderes para prevenir
desequilibrios en el seno de la tribu. Incluso las grandes civilizaciones clásicas egipcia y
sumeria desarrollaron éticas no sistematizadas, cuyas máximas y preceptos eran
impuestos por líderes seculares como Ptahhotep, y estaban mezclados con una religión
estricta que afectaba a la conducta de cada egipcio o cada sumerio. En la China clásica
las máximas de Confucio fueron aceptadas como código moral. Los filósofos griegos,
desde el siglo VI a.C. en adelante, teorizaron mucho sobre la conducta moral, lo que llevó
al posterior desarrollo de la ética como una filosofía.
4.12. Autores más representativos en el contexto del estudio de la ética
A continuación se relaciona un conjunto de autores significativos sobre el tema, en orden
cronológico, con las principales características de su obra o pensamiento de manera
excesivamente resumida, pero necesaria, dado el objetivo de este curso, apoyado en los
trabajos realizados por Chacón Arteaga y otros, de este mismo género.

4.12.1. Platón
Para Platón (Grecia 427-347 AC) el mundo es una copia efímera de lo real, el mundo es
el de las ideas. De este último proviene el hombre y su objetivo es regresar a él para
utilizar su logros, su conocimiento, la razón. Lo moral es darse cuenta a través de la razón
de que el mundo real es el ideal. La razón lleva junto al bien, lo bello y lo justo. Aunque no
alcancemos el mundo ideal no importa, la intención es valiosa en sí misma.
Afirma que el hombre actúa de manera irracional, porque lo hace en este mundo que no
es el verdadero. La ética de Platón es idealista y se aleja de las soluciones reales a los
problemas humanos.
4.12.2. Aristóteles
Fundador (Grecia 384-322 AC) de la ética como disciplina filosófica. Reconocido como el
padre de la ética, por haber escrito el primer tratado sobre el tema que conoció la
humanidad. El dedicó este tratado a su hijo y lo denominó Moral a Niccómaco en el cual
argumenta las categorías fundamentales de la ética y a su vez explicaba qué debía hacer
y de qué debía abstenerse el ser humano para ser un hombre virtuoso.
Con ello definió unos de los rasgos característicos del saber ético y el más tradicional que
ha llegado hasta nuestros días, el carácter normativo o ética de las virtudes.
El sistema ético de Aristóteles se conforma de cinco partes, a saber:
1. La felicidad, fin supremo.
2. El bien, fin de todas las acciones.
3. Las virtudes, que pueden ser: intelectuales o de la razón y morales o de la voluntad.
4. Las virtudes morales o de la voluntad.
5. Las virtudes intelectuales o de la razón.
A su pensamiento debemos la enunciación de la mayoría de los problemas éticos.
Relación entre la vida teórica y la práctica, la ética social y la ética individual y otros. Para
Aristóteles nadie quiere el mal, y si lo escoge, es porque lo confunde con el bien.
El ser humano se esfuerza hacia la felicidad, el bien supremo. El instrumento para lograrlo
es la razón. Por el camino de la razón se llega a todas las virtudes, entre ellas la más
importante, la justicia1. Las virtudes se conforman en el hábito, es decir, en la práctica.

La ética de Aristóteles es realista, establece que la virtud es el justo medio entre dos
extremos, el hombre virtuoso se opone al mediocre2.
Dentro de sus principales ideas se destacan:
– Es importante contraer hábitos desde la más temprana infancia.
– Objeta la teoría de la libertad acerca de que la virtud y el vicio son voluntarios, considera
que no son un efecto solo natural, resultan del hábito, y por lo tanto, nos toca regirlos para
no caer en el mal.
– Su pensamiento posee una influencia sobre la educación moral, la formación de los
hábitos virtuosos y el carácter, en las ideas sicológicas de la moral heterónoma3 y en los
métodos asociados al conductismo4 cuyo fundamento es la concepción sicológica de
Skinner5.
Dentro de los interesantes aportes de Aristóteles a la Ética se encuentran:
– El carácter normativo de la Ética.
– La unidad de la idea y la actuación humana.
– Considera a la Ética como reflexión y pensamiento, mientras que a la moral como
expresión de la voluntad humana.
– Enfatiza en la necesidad de educar las virtudes, las que no son espontáneas o
puramente neutrales.
– La existencia de una dinámica en los valores morales (concepción triádica).
– La libertad tiene que pasar por la racionalidad ética y moral.
1 Las virtudes éticas o intelectuales tienen como expresión suprema a la sabiduría propia
de la ciencia.
2 Otros autores interpretan lo planteado como la contradicción de los dos extremos
viciosos, por exceso y por defecto.
3 Noma: acción de pacer o devorar. Pacer: comer la hierba del campo para alimentarse.
4 Conductismo, variante del pragmatismo filosófico y del funcionalismo psicológico de
principios del siglo XX en los EEUU. Declaró como objeto de estudio la conducta, único
fenómeno observable y, por lo tanto, que se puede medir de la psiquis humana. Se basa
en el principio de la caja negra.
5 Burruhs Skinner, profesor de la Universidad de Harvard en 1954, centra su interés en la
creación de una tecnología de la instrucción similar al concepto de producción, por lo que
es dirigida básicamente a los medios y métodos y no al contenido. Los objetivos son el
elemento curricular básico. Siguió como vía para el aprendizaje, el ensayo y error.
4.12.3. San Agustín (354-430 Cartago, África) y Tomás de Aquino (Italia 1224-1274)
El idealismo, objetivo del pensamiento aristotélico, como base de su ética, fue retomado
en la época medieval por San Agustín y Tomás de Aquino, los que desarrollaron un
pensamiento ético en función de la concepción religiosa del mundo que predominó en esa
época. Las normas y juicios morales se subordinaron a la religión, como manifestación de
la fe en Dios y en la revelación de la voluntad divina, por lo que la Ética fue considerada
una doctrina oficial de la Iglesia Católica. Esta fue también una vía para la moralización de
los individuos que se educaban en la dogmática y escolástica1 concepción ético religiosa.
En la actualidad esta concepción ética sobre la moral tiene su expresión en el
neotomismo2 con el desarrollo del humanismo cristiano y de una Ética religiosa en la que
la moral se concibe como un fundamento esencial de la doctrina y la actitud religiosa.
El origen de la Ética religiosa en la época medieval está en la religión Cristiana, a la que
se subordinó la Filosofía con un carácter religioso, la misma es una arista importante del
idealismo objetivo desarrollado desde Platón, Aristóteles, Cicerón, hasta llegar a San
Agustín como máximo representante de la Patriótica (período de elaboración doctrinal de
los Padres de la Iglesia, creada principalmente por San Agustín).
La Filosofía Cristiana, aceptada como la doctrina oficial del régimen feudal, tenía la
función de llevar al hombre la verdad revelada por Cristo, lo cual debía hacerse por la
misión de un mecías o predicador. El fin era el de investigar ¿Cómo el hombre encuentra
los caminos que lo conducen a Cristo y puede llegar a comprender y hacer suya la
revelación cristiana?. La iglesia fue un poder paralelo al Estado y era considerada la única
fuente del saber en la época.
Para San Agustín, el alma tiene una suprema expresión en Dios, la investigación en la
reflexión filosófica debe llevar a reconocer la identidad del Alma-Dios en su propia
naturaleza espiritual cuyo camino está en confesarse.
La verdad es Dios, que es interior y trascendente; estas dos ideas son los principios de la
teología agustiniana. El desarrollo de su concepción ética se expresa en las polémicas
que tiene en las posiciones que asume:
a) En contra del Maniqueísmo3.
b) En contra del Donatismo4.
c) En contra del Pelagianismo5.
La continuidad de la polémica en torno al bien y el mal y el libre albedrío, se expresó en el
pensamiento de Tomás de Aquino, que fundamentó una moral cuya fuente es Dios como
supremo bien. El hombre hecho a imagen y semejanza de Dios debe cultivar la virtud
religiosa como expresión de su comunión con Dios. El libre albedrío de los hombres se da
en la elección entre el bien y el mal; si esto fuera así, realmente no tuviera libertad. La
causa del mal radica en el libre albedrío y en ausencia del bien y de la voluntad, expresión
del pecado original, con lo que coincide, con sus matices, con la idea agustiniana.
Ante ello Tomás de Aquino dice:
«Dios mueve todas las cosas en el modo que es propio a cada una de ellas. Así en el
mundo natural, mueve de determinada manera los cuerpos pesados, a causa de su
diferente naturaleza. Por lo mismo, inclina el hombre hacia la justicia según la condición
propia de la naturaleza humana. Por su propia naturaleza humana el hombre tiene el libre
albedrío. Y, por tener libre albedrío, el movimiento hacia la justicia no lo produce Dios
independiente del libre albedrío: Dios infunde el don de la gracia justificante de manera
que incita al libre albedrío a aceptar el don de la gracia».
El sistema de virtudes morales de la Ética de Tomás de Aquino retoma o tiene puntos de
contacto con los propuestos por Aristóteles, cuya diferencia la marcan su significado y
contenido religioso. Estas virtudes las agrupa en dos grupos:
• Virtudes intelectuales y morales:
– Justicia.
– Templaza.
– Prudencia.
– Fortaleza.
• Virtudes teologales:
– Fe.
– Esperanza.
– Caridad.
Fundamenta su Ética a partir de las cinco pruebas de la causa de la existencia de Dios,
que expone en Summa contra gentiles y en Summa Theológica.
Como puede apreciarse en esta concepción, la causa del mal en el mundo está en el
Libre albedrío del hombre. Esta última idea marca la diferencia entre Aquino y Agustín,
aunque fuera su seguidor.
Esta concepción ético-religiosa mantiene el carácter formativo iniciado por la Ética
aristotélica, pues en la misma se cumple con la función de orientar el comportamiento
moral de los creyentes a partir de la fe divina o comunión con Dios y en espera de la
recompensa por las buenas acciones y la evitación del castigo por las malas conductas
como expresión de los pecados.
1 Escolástica: Enseñanza religiosa basada en los preceptos de Aristóteles. Otros
representantes fueron, además, Escoto, San Anselmo, Abelardo, Alberto Magno, etc.
2 Doctrina teológica que el Papa León XIII (1897) recomendó como punto de partida para
llevar a cabo la renovación intelectual de la iglesia católica.
3 El hombre es creado a imagen y semejanza de Dios.
4 Intransigencia de la Iglesia frente al Estado, universalidad de la Iglesia ante los civiles.
5 Capacidad del hombre de obrar bien, antes y después de Adán.

4.12.4. Petrarca (Roma, 1304-1374)


En la época del Renacimiento, la Ética estuvo marcada por la orientación humanista que
caracterizó al pensamiento en esa etapa, en la que el modo de producción capitalista se
abría paso con la irrupción de sus poderosas fuerzas productivas acompañadas de los
adelantos científicos y culturales, el surgimiento de una nueva clase burguesa adinerada
sobre la base de la propiedad privada sobre los medios de producción y la explotación del
trabajo de los obreros y campesinos. Abre paso a la modernidad. En tal contexto, todo
giró en torno a la razón y en contraposición al predominio de la fe y a la escolástica como
manifestaciones absolutas del saber y del rígido régimen de castas sociales que anulaban
al individuo en la época medieval.
El humanismo volvía los ojos hacia el hombre como un ser terrenal, libre por naturaleza,
el pensamiento de la época abogó por el reencuentro del hombre con su esencia natural y
no sólo divina o trascendental, cuya facultad esencial es la razón, las sensaciones y el
propio mundo, interno, espiritual, de sus experiencias y en confrontación con los otros, lo
cual lo hace reconocerse a sí mismo como individuo, como un ser humano en plenitud de
facultades y poderes que puede autogobernar.
Las reflexiones éticas de los pensadores de la época revelan los contrastes y conflictos
que representaban los humanistas renacentistas en cuanto al tema de la renovación
humana, la que transitaba entre la voluntad de la salvación eterna con el requerimiento
del enclaustramiento interior propio del hombre medieval y el hombre moderno, que
reconoce el amor, que ama a la naturaleza, que siente el deseo de riquezas y de gloria.
Esta característica tuvo sus matices en Petrarca, su iniciador: «Todo sucede a través del
contraste. Y lo que se llama aventura en realidad es lucha… Cada cual se interrogue a sí
mismo y se conteste a sí mismo, para darse cuenta hasta qué punto su ánimo está
combatido internamente por pasiones diversas y es empujado allá y acá por impulsos
varios y opuestos. No es nunca completo, no es nunca uno, sino que está internamente
discorde y lacerado».
El sentido normativo de la Ética tuvo su expresión ulterior en la época moderna en los
pensadores iluministas del materialismo francés de los siglos XVII y XVIII, La Mettrié
(1709 – 1751), Helvecio (1715 – 1771), Holbach (1723 – 1789), entre otros. Ellos
realizaron interesantes aportes al saber ético al pronunciarse por la moralización de los
individuos por medio de la educación y la cultura. Otro exponente es Juan Jacobo
Rousseau, quien fuera el creador de la teoría sobre el contrato social y del cuento
«Emilio», obra moralizadora donde se desarrollan sus concepciones sobre la educación
de los menores.
Bentham (inglés 1748 – 1782), Robert Owen (inglés 1771 – 1858), Charles Fourier
(francés 1772 -1837), Saint Simón (francés 1760 -1825) desarrollan las ideas acerca de
las virtudes y los vicios en los seres humanos asociados a las condiciones sociales, la
política, la legislación y la ignorancia. La educación resulta la vía planteada para acabar
con la ignorancia y como base esencial para la moralización de los individuos y la
posibilidad de conjugar de una forma racional los intereses individuales y generales. Se
considera que sus aportes marcan el sello del pensamiento ético de la modernidad
4.12.5. Enmanuel Kant
Kant (Alemania 1724-1804) provocó un gran cambio en la historia de la ética, postuló una
ética teórica autónoma independiente del cristianismo que había determinado la ética
occidental hasta el siglo XVIII. La ética no tiene fundamentos científicos ni metafísicos. Se
establece la ley moral que todo ser humano puede experimentar y que no está
contaminada por nada externo al hombre. Su ética es de forma, no de contenido; según
Kant la razón práctica y la razón teórica difieren en el uso moral, solo las acciones
originadas en la buena voluntad son morales, ya que sólo la buena voluntad es
absolutamente buena. Kant formuló su imperativo categórico. «Actúa de tal forma que esa
actuación se convierta en ley universal». Es considerado el padre de la Filosofía Clásica
Alemana, desarrolló el nivel teórico del conocimiento en su teoría del Debe ser, línea del
conocimiento ético conocida como Deontología ética.
4.12.6. Friedrich Nietzsche
En Nietzsche (Alemania 1844-1900) no existían fenómenos morales, sino sólo una
interpretación moral de los fenómenos. El bien o el mal se hace en virtud del poder que se
tiene para garantizar la propia fortaleza y seguridad. Si estos actos ayudan a la
colectividad son interpretados como buenos, si no, como malos. El comportamiento moral
no es natural, es aprendido en la sociedad, la familia, la religión, la escuela. El bien
supremo es la vida misma, su esencia la voluntad de poder, sólo los más fuertes tienen
poder, la democracia y el igualitarismo son los débiles.
4.12.7. Carlos Marx (Alemania 1818-1883) y Federico Engels (Alemania 1828-1895)
Realizan aportes en la interpretación dialéctico materialista del conocimiento ético y de la
moral, la cual es concebida como un fenómeno de naturaleza histórico social, cuya
complejidad se expresa en las leyes de la dinámica, de su estructura conformada por la
conciencia moral, las relaciones morales y la actividad moral. En las tesis planteadas
respecto a la ética se encuentran los fundamentos de su naturaleza social, histórica y
clasista, a partir de la multifacética actividad humana. Plantean una nueva concepción
integradora y cosmovisiva del mundo.
Por primera vez, al penetrar en la esencia social e histórica de la moral, no se hace
depender ésta sólo de las ideas como algo autónomo, ni de la condición biológica, natural,
innata o hereditaria de los seres humanos, ni de la voluntad de Dios, ni de la subjetividad
interna de cada individuo aislado. Se entiende como un fenómeno social (plano objetivo) y
lo individual (plano subjetivo), en lo externo y en lo interno.
4.12.8. Ludwing Wittgenstein
Autor (Austria 1889 – Cambridge 1951) que hizo una de las críticas más radicales a las
teorías éticas. Para Wittgenstein, la fe, las emociones, los sentimientos, la subjetividad,
tienen que ver con la racionalidad, pero son algo secundario en un mundo moral, de allí
su irracionalidad. Es un filósofo irracionalista y establece un totalitarismo lógico. Plantea si
estos problemas morales pueden ser pensados y por tanto expresados.
Su obra Tractatus concluye «de lo que no se puede hablar hay que callar, está claro que
la ética no resulta expresable. La ética es trascendental». Wittgenstein afirma que sólo
Dios puede poner principios éticos al hombre. Es la propia ignorancia sobre Dios lo que
determina nuestro conocimiento ignorante sobre ética.
4.12.9. Fernando Savater
Filósofo español (España, 1947) que considera que la ética es el arte de vivir, este arte es
expresión de una buena vida. La persona ética es libre y quiere saber como reaccionar sin
estar prisionero de las costumbres y el conformismo, la rutina, lo que diga la mayoría.
Savater se manifiesta contra una moral de premio castigo. Para los jóvenes escribió Ética
para Amador y Política para Amador. También se destaca su obra Ética con Amor Propio.
A partir de la década de los setenta del siglo pasado, la ética se ha enfocado a diversos
temas bajo el concepto de «Modernización». Ha sido seguida de nuevas formas de
acciones prácticas, reflexión y debate teórico sobre la ética de la paz, el feminismo y la
vida cotidiana, impulsados por un contexto que comenzaba a introducir una cultura de
democratización de la sociedad, e implicaba nuevos hábitos y valores de conducta.
En la década de los ochenta, se intensifica la «Tecnificación» de la sociedad (era de la
Tecnificación), en que comienzan a surgir modalidades como la ética medioambiental,
ética de los animales, la bioética y la ética de los profesionales, entre otras.
Posteriormente se desarrolla un nueva oleada de modernización, a lo que se ha llamado
«revolución digital» de los años 90, con un impacto cultural todavía superior y que impuso
un proceso de individualización masiva, al convertir en obsoletos muchos medios
«presenciales» de socialización.
Por último, un nuevo frente se abre paso en este largo ciclo de modernización,
denominado «Globalización». Esto ha propiciado propuestas hacia una ética de lo global,
planetaria e intercultural.
Resulta conocido que la Ética no puede partir de cero, ni tampoco de una pura
especulación intelectual o un mero debate académico, es producto de la necesidad
práctica de articular mejor la convivencia de las sociedades de composición pluricultural e
intercultural.
Más que una idea o un valor, como la tolerancia, la paz, la diversidad, etc., por ella
misma, la ética intercultural tiene, pues su razón de ser en la creciente demanda social de
patrones morales de conducta, a través y para la interculturalidad.
Con el surgimiento de un conjunto de procesos acelerados de interdependencia
económica, tecnológico, cultural y político-social, se incrementa la conciencia de los
problemas globales, entre los que se destacan:
– la pobreza y el desarrollo,
– el deterioro del medio ambiente natural,
– la corrupción financiera,
– el terrorismo,
– el narcotráfico,
– el extremismo religioso,
– la violación de los derechos humanos,
– la falta de compromiso ético de gobernantes y ciudadanos,
– el genocidio,
– la xenofobia y el racismo.
La ética es imprescindible para la consecución de una especie de «mínimo común moral»
que coopere con la ciudadanía trasnacional. Desde estos valores sociales es posible fijar
una agenda Ética que recuerde y ordene las directrices apropiadas, en la era de la
interdependencia, para el desarrollo de un mundo democrático y en las que son
necesarias acciones como:
– dar apoyo a una ética ambiental,
– ética feminista,
– ética multiculturalista,
– ética de la ciudadanía democrática.
Todas estas acciones han de tener la mirada puesta en un mundo más justo y equitativo,
sin pasar por alto la raíz económica de los problemas actuales de convivencia en el
planeta.
La ética no es sólo la que sale al paso de los conflictos de identidad, sino la que se
concibe en relación con la sociedad en su conjunto, pensada para la convivencia, en el
sentido más amplio y por eso la preocupación por un mundo más justo y equitativo le es
algo propio.

Otro aspecto justificativo de su carácter universal está dado por su base empírica1 sin la
cual sería imposible la comprensión de este fenómeno tan complejo. Sería innecesario
recordar que todos poseemos unas condiciones evolutivas y neurocognitivas que nos
hacen aptos para obrar según la ética, que si bien son necesarias no suficientes en la
comprensión de la misma.
Hemos de ser conscientes de que los hombres compartimos el mismo planeta, somos una
única especie y nuestro cerebro no distingue entre razas y naciones en su funcionamiento
básico.

Muchas creencias y valores morales tienen un origen biológico vinculado al cerebro. Los
conceptos del bien y el mal responden a la adaptación al medio y la supervivencia. El
cerebro necesita principios químicos pero también ideas y emociones que producen
sustancias tan importantes como las endorfinas. Si alguna vez una época desprovista de
valores hubiera durado bastante, la humanidad ya habría dejado de existir.
La neurofisiología cerebral es la misma para todos los grupos nacionales y étnicos. La
especie humana está biológicamente capacitada para compartir procesos de evaluación,
entre ellos los éticos. Las diferencias proceden del entorno cultural. Tenemos algo en
común que debemos aprovechar como especie necesitada de una ética intercultural,
tenemos la base biológica, el cerebro.
En otro orden, la nueva psicología cognitiva se basa en modelos de la informática y la
inteligencia artificial. A pesar de este enfoque tecnológico, es una psicología social y
humanista. Información, conexión e integración son sus arquetipos.
La neurosicología destaca que nuestro cerebro es una sola e integrada unidad
neurológica. Se desprende entonces una conclusión central, en beneficio de la ética, que
no puede separar el mundo de los principios del mundo de los hechos. Una ética
intercultural es posible por la disposición neurocognitiva del ser humano. Esta ética estará
abierta a todos los lenguajes de la inteligencia humana.

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