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El disgusto y la importancia del estudio de la

neurobiología de las emociones


Instrucciones

Basándote en el artículo de Knowles et al. (2019), responde brevemente las siguientes preguntas; la longitud máxima
permitida para las respuestas es de una cuartilla.

1. Define la tendencia al disgusto, sus componentes principales (propensión y sensibilidad) y las variables que subyacen a las
diferencias individuales:

La tendencia al disgusto es una respuesta emocional compleja que se refiere a la aversión o repulsión hacia estímulos percibidos como
desagradables, peligrosos o contaminantes. Tiene dos componentes principales: la propensión, que es la disposición de una persona a
experimentar disgusto ante estímulos específicos, y la sensibilidad, que es la intensidad de la respuesta de disgusto experimentada
por una persona ante dichos estímulos. Las diferencias individuales en la respuesta al disgusto pueden deberse a factores biológicos,
como singularidades en la actividad cerebral, factores psicológicos, como experiencias personales que generan disgusto, factores
culturales, como normas culturales y sociales que crean constructos frente a estímulos específicos, y factores ambientales, como las
constantes noticias sobre enfermedades.

1. De acuerdo con el artículo, ¿Cuáles son las funciones principales asociadas con la ínsula?

Es una región de la corteza cerebral asociada con el procesamiento interoceptivo y la representación de estados corporales internos,
con mayor activación en el reconocimiento y la experiencia del disgusto. Se correlacionó significativamente con la contaminación y los
síntomas de lavado; por esta razón, se observa actividad insular en algunos trastornos.

1. ¿Cuáles son las regiones cerebrales, adicionales a la ínsula, que han mostrado activación incrementada en pacientes con
trastorno obsesivo-compulsivo y procesamiento atípico del asco? Las regiones cerebrales adicionales incluyen el circuito
parieto-subcortical, el núcleo caudado, la circunvolución frontal derecha, la circunvolución precentral derecha, el lóbulo parietal
inferior izquierdo y el cuerpo estriado ventral. También se involucra el tálamo y áreas visuales/de atención, incluida la corteza
occipito-temporo-parietal.
2. Describe un hallazgo planteado en el artículo sobre la relación entre el disgusto y los siguientes trastornos:
a. Trastorno obsesivo-compulsivo: los individuos con TOC basado en la contaminación pueden tener mayor dificultad para
inhibir el aprendizaje de reacciones de disgusto, debido a mayor propensión al disgusto.
b. Fobias específicas: las personas con fobias específicas, como la fobia a las arañas, pueden experimentar una mayor
activación en regiones cerebrales asociadas con el disgusto, cuando se enfrentan a estímulos que desencadenan su miedo.
c. Ansiedad sobre la salud: las personas con ansiedad sobre la salud tuvieron mayores reacciones de disgusto ante imágenes
de personas mostrando señales de enfermedad y satisfacción con estímulos asociados a la limpieza.
d. Trastorno de estrés post-traumático: Se observó que el disgusto peritraumático se relacionó significativamente con la
contaminación mental después de un trauma sexual. Por lo que el disgusto, especialmente cuando está centrado en uno
mismo, puede ser un indicador importante de síntomas de estrés postraumático.
3. Explica brevemente una razón por la cual el trabajo con el disgusto es fundamental en el tratamiento de los desórdenes
obsesivo-compulsivos y/o de ansiedad.

Porque el disgusto juega un papel importante en el desarrollo y permanencia de los síntomas de los desórdenes obsesivo-compulsivos
y/o de ansiedad, la regulación del disgusto y la modificación de las respuestas emocionales, como se realiza en la terapia cognitivo-
conductual, ayudan al paciente a reevaluar las situaciones de disgusto y modificar sus respuestas emocionales.

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