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El texto aborda el conflicto entre dos corrientes filosóficas del derecho: el iusnaturalismo y el

positivismo jurídico. El iusnaturalismo sostiene que el derecho tiene fundamentos en principios


morales universales e inmutables, mientras que el positivismo considera que el derecho se deriva
de normas establecidas por la sociedad, independientemente de consideraciones morales. Se
presenta un caso hipotético en el que un nieto asesino a su abuelo para heredar y se discute cómo
tres jueces fundamentan sus decisiones.

El primer juez, aboga por el iusnaturalismo, argumentando que ciertos principios morales
universales, como la prohibición de beneficiarse de un crimen, deben prevalecer sobre las leyes
positivas. El segundo juez, adopta una posición positivista, destacando la necesidad de respetar el
orden jurídico establecido, aunque considere moralmente aborrecible la situación. Falta el voto del
tercer juez, que da entender que somos nosotros.

El texto muestra la relevancia práctica de estas disputas filosóficas en la toma de decisiones


judiciales, donde diferentes perspectivas filosóficas pueden llevar a resultados divergentes.
También se subraya la importancia de comprender estas teorías filosóficas contemporáneas para
entender las bases de la argumentación legal.

Iusnaturalismo:

El iusnaturalismo defiende la existencia de principios de derecho natural, inmutables y universales,


que prevalecen sobre las leyes humanas. Estos principios morales, en contraste con las leyes
cambiantes de las sociedades, son eternos. La doctrina del derecho natural se resume en tres tesis
fundamentales: (DN1) existen principios de moralidad eternos y universalmente verdaderos, (DN2)
estos principios son cognoscibles mediante la razón humana, y (DN3) solo las normas que
concuerdan con estos principios pueden considerarse "derecho".

II. Positivismo Jurídico:

El positivismo jurídico, en oposición al iusnaturalismo, sostiene que la validez del derecho no


depende de principios morales universales. La tesis central del positivismo jurídico (PJ1) es que la
identificación de un conjunto de normas como jurídicas no requiere evaluaciones morales. No hay
una conexión conceptual entre el derecho y la moral. Los positivistas, históricamente, se oponen a
las tesis del iusnaturalismo.

III. Disputas en el siglo XX:

En el siglo XX, diversas corrientes surgieron dentro del iusnaturalismo y el positivismo jurídico.
John Finnis representa una versión del iusnaturalismo tradicional al centrarse en bienes básicos
que guían el derecho positivo. Hans Kelsen aboga por un enfoque escéptico ético en el positivismo,
mientras que Herbert Hart propone una perspectiva metodológica que separa el derecho como es
y como debe ser. Ronald Dworkin, considerado un iusnaturalista moderno, destaca la comprensión
del derecho como un fenómeno social.
Teoría de Finnis:

John Finnis, defensor del iusnaturalismo, explora las conexiones entre el derecho natural y la ley
humana desde una perspectiva moral. Su enfoque se centra en la idea de que ciertos bienes y
principios son fundamentales para el florecimiento humano, y postula que el derecho positivo
debe contribuir a este florecimiento al seguir las exigencias de la razonabilidad práctica
universalmente válidas.

Finnis no se adhiere a la premisa tomista de que "una ley injusta no es ley". Más bien, destaca la
importancia de que las leyes humanas, para ser correctas, se alineen con la razonabilidad práctica.
Sostiene que, en general, no hay una obligación moral de obedecer una ley particular injusta,
excepto cuando la desobediencia amenaza la eficacia del sistema legal en su conjunto.

Ejemplo Ilustrativo: Considera un dilema moral en el que un piloto debe decidir si derribar un
avión secuestrado para evitar daños a una zona densamente poblada. La ética de Finnis, basada en
nueve principios de razonabilidad práctica, guiaría al piloto a no derribar el avión. Sin embargo, al
trasladar este escenario al ámbito jurídico, donde una norma autoriza el derribo, Finnis no
concluye que la norma carezca de validez o deba desobedecerse automáticamente. La
desobediencia solo se justificaría moralmente si es necesaria para preservar la eficacia del sistema
legal en su conjunto.

Positivismo Escéptico de Kelsen:

Hans Kelsen, representante del positivismo escéptico, propone una Teoría Pura del Derecho que
busca eliminar elementos sociológicos, políticos y morales en la definición de conceptos jurídicos.
Para Kelsen, una norma jurídica es un juicio de deber ser que imputa una sanción jurídica a la
descripción de una conducta.

Introduce la noción de "norma fundante básica" para fundamentar la validez de las normas
jurídicas en un sistema. La pirámide jurídica de Kelsen jerarquiza las normas según su origen y
validez, con la "norma fundante básica" en la cúspide.

Validez y Pirámide Jurídica: Kelsen sostiene que la validez de una norma depende de su
conformidad con una norma superior, pero postula la existencia de una "norma fundante básica"
que fundamenta la validez de la primera constitución y, por ende, de todo el ordenamiento
jurídico.

La "norma fundante básica" ha generado debates, pero su papel es esencial en la Teoría Pura del
Derecho de Kelsen. Esta teoría, siendo neutral en valoraciones políticas y morales, busca definir
conceptos jurídicos a partir de normas positivas y ofrece una visión estructural común a todos los
fenómenos normativos que llamamos "derecho". Kelsen aboga por una ciencia jurídica objetiva y
desvinculada de juicios de valor.

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