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CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD

JORGE LUIS BOCANEGRA NUÑEZ

DANIEL VILORIA
DOCENTE

FACULTAD CIENCIAS ECONÓMICAS


PROGRAMA CONTADURÍA PÚBLICA
CONTROL FISCAL INTERNO
GRUPO: 1

UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO


PUERTO COLOMBIA
EL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD

1.1 INTRODUCCIÓN

El surgimiento de las sociedades y formación del Estado, una institución político


administrativa, prevista como organización que rige los lineamientos para regular el
comportamiento de los habitantes de un territorio; se hizo necesaria la creación de una
constitución, una carta magna que fuera la norma de normas. Ninguna ley, tratado,
convención, acuerdo, decreto, ordenanza, etc. Podría sobre pasar una sola de las normas
allí establecidas, las cuales tienen sus pilares basados en la dignidad humana.

Con el fin de garantizarle a una nación un control coercitivo que garantice la


convivencia en armonía, el trato igualitario para cada uno de sus administrados y la
protección de unos derechos fundamentales. Por el hecho de la humanidad vivir en
constante cambio por diversos factores sociales, culturales, religiosos, económicos y
generacionales, se crea un medio de salvaguarda a la constitución que vele por el
adecuado cumplimiento y prevalencia de los principios, derechos, deberes y normas
plasmados en la carta magna, que recibe el nombre de control de constitucionalidad que
para el caso del Estado Colombiano se encuentra a cargo de La Corte Constitucional.

1.2 ANTECEDENTES
El primer referente teórico se puede encontrar en la obra El federalista N° 78 de Alexander
Hamilton (1994a, quien se cuestionaba la eventual posibilidad de que la Corte Suprema de
Estados Unidos pudiese impugnar las leyes. La defensa del control de
constitucionalidad hecha por Hamilton, puede recogerse en un fragmento que explicita la
idea de la supremacía constitucional y por ende la necesaria conexión de esta con la noción
del control de constitucionalidad, en sus términos.

No existe en el plan que estudiamos una sola sílaba que faculte directamente a los
tribunales para interpretar las leyes de acuerdo con el espíritu de la Constitución o que le
conceda a este respecto mayor libertad de la que pueden pretender los tribunales de
cualquier Estado. Sin embargo, admito que la Constitución deberá ser la piedra de toque
para la interpretación de las leyes y que siempre que exista una contradicción evidente, las
leyes deben ceder ante ella (Hamilton, 1994b, p. 352).

las tesis de Hamilton plantean que la interpretación que hace el poder judicial sobre la
validez de enunciados y normas de la legislación no implican -per se- un posicionamiento
de superior jerarquía de los jueces con respecto a los legisladores. Lo cual no afectaría la
voluntad popular, entendiendo que al anular una ley por inconstitucional se está optando
por la protección de la Constitución y esta última, permite catalizar la expresión más
elevada de la voluntad soberana (Gargarella, 2012).

Una segunda propuesta teórica del control de constitucionalidad con aplicación


institucional, se planteó y desarrolló en Europa, durante el siglo XX, por el austriaco Hans
Kelsen (2001), quien diseñó un modelo de revisión judicial de las leyes que -de forma
centralizada- estaba en cabeza de un tribunal constitucional. Poder judicial que a través de
decisiones generales podía asegurar la supremacía de la Constitución cuando la producción
de leyes a cargo del Parlamento o legislativo la contraviniera.
En este modelo se hace ver un sentido negativo, la competencia de crear las leyes recae
sobre el Parlamento como legislador primario, sentido positivo, El control constitucional
recae sobre el tribunal constitucional quien es encargado de anular las leyes
inconstitucionales, por ello se dice que es un legislador negativo. su función se asemeja a la
de ser garante de la misma Constitución y a las garantías que en ella se establecen,
principalmente en lo referente a la aplicación del derecho, y tan solo en una débil medida,
creación del derecho; su función es, por ende, en verdad jurisdiccional (Kelsen, 2001).

En términos de su génesis, el control de constitucionalidad en Colombia no es un fenómeno


nuevo cuyos orígenes se anclen a la actual Constitución, sino que, tuvo varios momentos
previos que lo fueron configurando. Entre estos resulta interesante mencionar -por su
relevancia-, el acto reformatorio 3 de la reforma constitucional de 1910. Este reformó la
Constitución de 1886, en el sentido de que se estableció un control judicial de
constitucionalidad concentrado en la sala plena de la Corte Suprema de Justicia. Sin
embargo, en 1968 esta función se asume como especial y se crea la sala constitucional de la
Corte Suprema de Justicia, para que se encargase de dichos asuntos (Zuluaga, 2003).

Fueron varios años de funcionamiento de la sala constitucional de la Corte Suprema de


Justicia, hasta que en 1991 la nueva Constitución Política traería un conjunto de cambios
sustanciales en el sistema de control de constitucionalidad en Colombia. Entre dichos
cambios, se encuentra la creación de la Corte Constitucional, que en los términos del canon
241, se le entregó la guarda de la integridad y supremacía de la norma constitucional.

1.3 CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA


Las Constituciones nacionales colombianas cumplen dos siglos de historia (1821-2021),
completándose nueve cartas magnas hasta el día de hoy; en este lapso, las normas
fundamentales que han orientado nuestro territorio son las de 1821, 1830, 1832, 1843,
1853, 1858, 1863, 1886 y 1991. Todas ellas obedecieron, en cierta medida, a diferentes
cambios en el contexto social, ideológico, político y económico, que produjeron
alteraciones en los factores reales de poder.

La primera Constitución nacional colombiana es la de 1821, que se expide como


consecuencia del triunfo de los libertadores sobre los españoles, proclamando la
independencia definitiva de la Gran Colombia. Con el surgimiento de este nuevo Estado
fue necesario expedir una carta que estableciera los lineamientos de funcionamiento de
este nuevo proyecto.

A su vez, la carta de 1830 surge como un último intento de mantener el sueño del
libertador, consistente en lograr la unidad de varios de los Estados latinoamericanos que
recientemente habían conseguido su independencia de la corona española. Su vigencia
fue mínima por varias razones, principalmente por la muerte de Simón Bolívar y las
intenciones separatistas de los caudillos criollos.

La tercera norma fundamental nació en 1832, siendo la materialización de la creación


de un verdadero proyecto nacional impulsado por Francisco Santander, quien vino a
llenar el espacio dejado por la muerte del libertador. Así inició un nuevo Estado que se
construirá desde las provincias centrales, puesto que las zonas más alejadas también
constituirán nuevas naciones.

A continuación, la Constitución colombiana de 1843 se originó por las disputas entre


los grandes caudillos militares de las diferentes regiones del territorio, quienes querían
que reconocieran su poder a nivel central, el fortalecimiento de la religión católica y un
país con una ideología mucho más conservadora.

La quinta Constitución es la de 1853, que nace por el impulso de las ideas liberales,
específicamente por la consolidación de los derechos individuales (abolición de la
esclavitud en 1851 y el surgimiento de una nueva clase burguesa en Colombia). Entre
1855 y 1857 se produce la configuración de los estados soberanos.

Posteriormente se redacta la Constitución de 1858, una norma necesaria por la


consolidación del pensamiento burgués, el ascenso del partido liberal al poder y el
cambio territorial a un modelo federal; es decir, se habían modificado las bases
fundamentales de la Constitución. Además, estalló la guerra civil de 1860-1861, en la
que el caudillo Tomás Cipriano de Mosquera resultó vencedor al entrar a Bogotá y
apresar al presidente. Así, se dan los Pactos de la Unión de 1861 y se presenta la
necesidad de crear una nueva carta fundamental.

La tercera y última Constitución liberal fue la de 1863, donde se logra la máxima


expresión de esta ideología; de esta manera, se establecían los Estados Unidos de
Colombia como un país defensor de los derechos individuales (incluyendo la libertad de
culto) y con una forma de Estado federal en su territorio. Durante su vigencia se
producen dos guerras civiles: la de 1876-1877, en la que triunfan los liberales, y la de
1884-1885, donde se imponen los conservadores.

La octava Constitución colombiana fue la de 1886, que nació cuando el victorioso


partido conservador retornó al poder y estableció su pensamiento como pilar
fundamental constitucional, especialmente la reunificación del poder en el centro en la
capital del país (al quitarle poder a los estados soberanos que ahora serán
departamentos), el regreso de la religión católica como oficial y la forma de estado
unitaria. Esta Constitución tuvo una vida larga de más de 100 años, aunque se le
realizaron algunas reformas.
La novena Constitución colombiana, la de la República de Colombia de 1991, nació en
un momento histórico muy complejo, puesto que, por ejemplo, había un nivel de
pobreza altísimo, violencia, narcotráfico, violaciones de derechos humanos (también
por parte del Estado), departamentos insostenibles y corrupción. Como dato importante
para el derecho comparado, surge de la iniciativa de los estudiantes, al introducir una
nueva papeleta en las elecciones a favor de la realización de una nueva Constitución,
que después será declarada viable por la Corte Suprema de Justicia (al entenderlo como
un pronunciamiento del constituyente), lo que permitió la convocatoria de una
Asamblea Nacional Constituyente para su expedición.

La vigente Constitución fue expedida el 4 de julio de 1991 durante la Presidencia de


César Gaviria. El texto definitivo está compuesto por más de 400 artículos (incluyendo
los transitorios), donde se desarrolla tanto una parte dogmática como una orgánica. Se
integra por los siguientes títulos (y las disposiciones transitorias): I. De los principios
fundamentales; II. De los derechos, garantías y deberes; III. De los habitantes y del
territorio; IV. De la participación democrática y de los partidos políticos; V. De la
organización del Estado; VI. De la rama legislativa; VII. De la rama ejecutiva; VIII. De
la rama judicial; IX. De las elecciones y de la organización territorial; X. De los
organismos de control; XI. De la organización territorial; XII. Del régimen económico y
de la hacienda pública; XIII. De la reforma de la Constitución y de las disposiciones
transitorias.
Esta norma ha tenido más de treinta reformas constitucionales.
De su articulado se desprende que mantiene los límites de la Constitución anterior, con
soberanía, independiente de otras potencias extranjeras, con tres ramas de poder, con un
sistema popular y representativo, acoge un sistema democrático, libertad religiosa
(aunque con una tendencia católica), con un modelo centralista con descentralización
administrativa, con mayor autonomía para las entidades territoriales, dedica un capítulo
a los derechos y libertades fundamentales y encaminada a la materialización de un
Estado social y democrático de derecho.
La Constitución Política de 1991 surgió en un momento en que el Estado colombiano se
había vuelto inviable desde el punto de vista de pobreza, violencia, crisis económica,
política, militar y social. Esta propuesta de constituir un Estado social de derecho se ha
mantenido por más de treinta años, y a pesar de las grandes mejoras introducidas falta
mucho por recorrer en Colombia para que seamos un país donde se pueda vivir
dignamente.
Entre las grandes novedades de la Constitución de 1991 se destacan: primero, la
continuación del desarrollo del Estado social de derecho esbozado en la reforma de
1936; segundo, la incorporación de grandes novedades democráticas como la elección
popular de gobernadores y mayor autonomía a las entidades territoriales (además de que
las dota de más recursos económicos); tercero, la introducción de sistemas más
avanzados de control a los gobernantes; cuarto, una generosa ampliación del catálogo
de derechos fundamentales; quinto, el fomento y la aplicación de los derechos
fundamentales por medio de diversos medios de control (por ejemplo, la acción de
tutela); y, sexto, la creación de una Corte Constitucional autónoma, cambiando la
competencia que tenía en la materia la Sala Constitucional de la Corte Suprema de
Justicia.

1.4 LA PRIMACÍA CONSTITUCIONAL

La constitución colombiana en su artículo 4 nos dice. “La Constitución es norma de


normas. En todo caso de incompatibilidad entre la Constitución y la ley u otra norma
jurídica se aplicarán las disposiciones constitucionales.

Es deber de los nacionales y de los extranjeros en Colombia acatar la constitución y las


leyes, y respetar y obedecer a las autoridades”

la primacía de la Constitución, se aborda la pregunta acerca del contenido de la misma:


¿La Constitución representa un contenido valorativamente neutro o debe tener en cuenta
enunciados axiológicos que determinen la justicia o injusticia de las restantes normas del
ordenamiento jurídico? (Una representación del debate acerca del contenido de la norma
constitucional se puede observar en la explicación ofrecida por Alexy sobre el contenido de
la norma fundamental, 1994, p. 104,105).

esto representa un reto gnoseológico ineludible. Conocer los enunciados constitucionales y


dar cuenta de su naturaleza (su contenido) es presupuesto para la afirmación
(fortalecimiento) de la primacía constitucional. Su desconocimiento representa el primer
paso para una demagogia constitucional representada en la aplicación de enunciados
valorativos en nombre de la primacía de la Constitución cuando carecen, desde una teoría
de la norma jurídica, de cualquier pretensión regulativa o prescriptiva, esto es, no son
derecho.

1.5 EL CONTROL CONSTITUCIONAL

El control de constitucionalidad de las leyes en el Estado colombiano se concentra en la


Corte Constitucional, que por regla general actúa- en esta materia- a solicitud de cualquier
ciudadano colombiano, aunque también puede actuar de oficio, está consagrado en el
artículo 241 de la Constitución Política, la cual establece que a ella corresponde:
"Decidir sobre las demandas de inconstitucionalidad que promuevan los ciudadanos contra
los actos reformatorios de la Constitución, cualquiera que sea su origen, solo por vicios de
procedimiento en su formación". En este sentido, la participación ciudadana en el ejercicio
democrático de protección de la Constitución, fortalece los espacios deliberativos. Para la
Corte Constitucional, el sentido del control por vicios de forma es el de permitir a los
ciudadanos, particularmente a quienes han estado próximos a los debates parlamentarios, la
oportunidad de plantear ante la Corte las deficiencias en el trámite de un proyecto que en su
concepto tengan como consecuencia la inconstitucionalidad del mismo. Véase al respecto la
sentencia C-614/2002.

En su aparente invasión en el campo legislativo, el control de constitucionalidad encuentra


diversas y variadas argumentaciones en su favor, desde las que lo asumen como sistema
constituido que actúa como derivación de la voz constitucional del constituyente soberano.
Para otros es la garantía misma de la democracia. Para otros es el órgano contra mayoritario
que avala los derechos de las minorías políticas. Incluso, se le concibe como necesario
frente a la crisis de los órganos políticos, que se han visto altamente afectados por
problemas como la corrupción y la prevalencia de intereses sectoriales. Por último, quienes
lo defienden desde la rigurosidad y razonabilidad que caracteriza el razonamiento y la
decisión judicial.

1.6 CONCLUCIONES

De lo anteriormente expuesto podemos concluir como a través del tiempo se originó la


constitución, la carta magna que rige los lineamientos para gobernar un Estado, su
evolución histórica en el mundo y en el Estado colombiano, como se crea o modifica,
puesto que dentro de sus normas lógicamente estos artículos también se encuentran
plasmados.

La Constitución es la ley suprema, inalterable por medios ordinarios, lo que denota su


primacía como norma de normas, también nos muestra a cargo de quien queda la custodia y
salvaguarda de ella, para evitar que se creen nuevas leyes que vayan en contra de la
voluntad que se manifiesta a través de los principio, que garanticen la protección de los
derechos de las minorías políticas y los derechos fundamentales de las personas, la
importancia de la creación de un órgano especial como la corte constitucional como
salvaguarda y protectora de ella, cumpliendo que se respete la dignidad humana y derechos
fundamentales.

BIBLIOGRAFÍA
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-
182X2015000200007#:~:text=El%20control%20de%20constitucionalidad%20
https://www.researchgate.net/publication/
268295605_LA_CONSTITUCION_DE_1991_UN_ANALISIS_DE_SUS_APORTES_DE
SDE_UNA_PERSPECTIVA_HISTORICA
https://rcientificas.uninorte.edu.co/index.php/derecho/article/vie

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