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Tratado
de
derecho penal
Parte especial
ASTREA
SEBASTIÁN SOLER
Tratado
de
derecho penal
3
Parte especial
Actualizador
JORGE EDUARDO BUOMPADRE
Doctor en Derecho (Universidad Nacional del Nordeste, Argentina, y Universidad
de Sevilla, España). Profesor extraordinario de la UNNE. Director de las
carreras de Doctorado en Derecho y Maestría en Ciencias Penales de la Facultad
de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas de la UNNE.
alo
ASTREA
BUENOS AIRES - BOGOTÁ - PORTO ALEGRE - SANTIAGO - ASUNCIÓN
2022
Soler, Sebastián
Tratado de derecho penal / Sebastián Soler
6* ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Astrea, 2022,
t. 3, 1008 p.; 23x16 cm.
CDD 345.001
CaríTULO XXII
Generalidades ..00oonnnnnininncononcnnncconccnnnn
canario nano cano canina crac rnnin
IL Fraude en la entrega de cosas debidas coccion:
tb
TIL Formas calificadas ...oonnnninnnnnnnncconnnnncrnncnc
ran ra rca aran rana rara
IV, Estelionato ....ooooconnociniononcnononcnnnnccnnnnncronnnonnan rn crono ronnnnrnnnnncrins Dm
V. Defraudaciones prendarias ecccinonoononononnnrncononncnonnrnororarararanoss 14
VL ISA 16
VIL Fraude a la Administración pública .o.occicininninnononinnnroncranss 19
VILL Vaciamiento de O 20
¡CASA 23
IL Defraudar haciendo suscribir documentos .....oomincincncicnnncccns 23
IL. Abuso de firma en blanco ..oooninnnccnnnncccinncccnnnaconcnoncnannccccana
nana 26
IV. Defraudación mediante simulación ....oonnnnniinnnininninicnccninacinnns 33
V. Defraudación por supresión de documento ..ciicncinicinininanannns 36
VHI ÍNDICE GENERAL
$ 122. (QUIEBRA
$ 123. USURPACIÓN
$ 124, Daño
CarítTULO XXXII
PTAS Y
IL Incendio cnccnnnnnnconnnnccnnncaci
nina canina can n nc cnna ran no cana ra cara rana 199
Ir, NA
IV. Aspecto SUDJEtivO ommcncnicnncnrnnnccnnnrrrncncrnncacioncorrararanorararararara 208
V, Formas agravada rmmmnnnmssrnmsrrrrrrrrarrrrcrrrcrrrrrnranraa 207
vL AN A
VIL Muerte preterintencional eoncnnnannncnnnnrcnnononnanananoncnacanocarn
nn onna nO
VIIL Riesgo para ciertos bienes calificados ...coionicininnnininicinicicraa. 211
IX.
Inundación c.cocncccnnnnnininnancnonononan
on cron aro r rro noria nar crnn or carac rra naar 2 NT
XL Derrumbe de un edificio y desmoronamiento economico. 218
XIL Los restantes Medios ...ccoinnnnnnnnninnincncccnonaranin
cin rnn na cana rana 218
XIIL Peligro de desastrl .oconninininonicnnanincninoninncanirnranarnrcrncararnacaranana 220)
XIV. Entorpecimiento de la defensa por supresión de medios de-
$ 128. PIRATERÍA
264
IL Delito contra la seguridad +omocionnnononocrerrerrrrrrrrrrerenrrrrrrres 266
rr. Distintas ImÍTacciones a.mccoincnnencanonncncinn cian cn rc oran rr ro nrnrnnnnn 267
IV. IN 268
Piratería propiamente dicha c.ccicininnonnonrncmricmnrrrceranenos 268
VL Piratería aÉTea ..oooonoconncnnnccncononecennonernconanenonanonccnnonerecnononernanonos 271
VII Usurpación de comando emroncnonscnaamasrcrrrncrrareros 272
VIIL. Connivencias con PITALAS cococnocnonnonacanonnconcanona
non acon ora con oro nnonnos 272
IX. Equipamiento de buque PÍTALA coccocannncancnnnnonnnonnnonacranonnconanonss 273
274
X1. Forma agravada ccmmninmrnisianensnrannerrrrarrrnrrrrrararnaraninno 275
CAPÍTULO XXIV
CAPÍTULO XXV
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO
DE LOS DELITOS POLÍTICOS
CAPÍTULO XXVI
$ 132. TRAICIÓN
CAPÍTULO XXVII
Introducción cccccnnnnnninnnccccnnnccnnnnnnnnn
cn nana ornn nn r cane cannnnennn
IL Caracteres generales del atentado político ....ccoiiicnnms....
ÍNDICE GENERAL XVII
CAPÍTULO XXVIII
$ 138. DESACATO
$ 142. CoHecHo
Antecedentes .cmmooccononcnnnnocnnononnnan
anar on on rro rnnrrnrnncnnnnes 586
IL El delito de negociación incompatible .....ococ.o..o.. 586
XXII ÍNDICE GENERAL
S 146. PREVARICATO
Antecedentes ..cmccoccooconcnincconnnnnnnnnnnnnnncn
cnc rannnn ona nnn rn rr n rare rre 626
IL Denegación y retardo de justiCia ccoo. 627
rr. Incumplimiento del deber de promover la represión ........... 628
$ 149. JENCUBRIMIENTO
9) Ánimo de lucro c.nnnocnnnnnnnninnnanoni no canono nani n ono ran rn ran nr aran n 698
3) Habitualidad del encubrimiento ...oococonnininnnniccinincinnnss 698
4 ) Por la condición del autor ...cooonninnnnnnnnacioncccnncnnonncancnrnncnn 698
5) Cláusula general conocnicicinnoncnnnonnncorncnrncenrnronrnronornroricnnnos 699
e) Exención de pena rmmmccinccinnncrnnnincncanrancanranarrrarnranarncrnnoos 699
f) Encubrimientos de abigeato ..cccinoninconnannoncnnnrnnacnncorenocaranones 700
1) Figura dolosa .cooccccnicinnnconnrnoocrnicerrerrrcnrorararnricnnnos 700
2) Figura CUÍpOSA mmicociconcnnnanincnanononaranonanancnann nani aran aran cncnanos 701
g) Disposiciones relativas a la pena conoci. 702
1) Agravantes genéricas cmmmmoereirernsrarrrrrrrrerararerrrnraos 703
2) Agravante por la calidad del autor i.oioccininininininninns.. 703
3) Extraterritorialidad de la ley penal c.ocncinnninininnn.... 703
IS 703
TOS
TI. Favorecimiento de evasiÓN ..ccconccoccccnccccnccnonnnnnnnonnncnccnnanncanninos 710
IV. Quebrantamiento de inhabilitación ..ooocnincnnnnicnnnms 712
CAPÍTULO XXIX
Instrumento privado AN
ATA 863
Cheques postales o de cooperativas de crédito ....ocoiiono: 863
Cheques eN garantía mmmcciccos 863
ut
CAPÍTULO XXX
870
IL Precisiones terminológicas ..ococnincnnnnoroncirncmrsrencnncarerocnranenos 871
TIL. 876
IV. Procedimiento .oconcnonncnnconinnnnniononconcnonnnrnonnnr
nro cano nn can cnnariarinss 876
a) Colocación u ocultación ..omconcnnninnnnnnnonniancnonanonorncanenccarononos 877
b) Control y cobertura cniicinnanononcnoncerncanrcncnrerrrarnrir aran cacaos 877
c) Integración, reinversión O blanqueo iconos: 877
V. 880
VI Los abogados y el cobro de los honorarios ....ocnnnomncns 883
VII Tipicidad de las CONQUCIAS iocinccinicicnonennaranroninnenicorncrocicararonios 886
L. NA 893
IL. Criterio MOTMALÍVO .mmmernccnnnnnnernnnnn cnn non nr r r a rra rra narnrn 5694
XXX ÍNDICE GENERAL
Introducción ...moonnconnncnnonananononono conan no non oro rnnnernnn nn rar r recen crrarrrs 899
IL Caracterización de la figuTa .ociinninnnnnnnnnnacionincinnanninranicnaniccnnass 889
$ 164. AGRAVANTES
UN 900
IL Situaciones COMPIeNdidaS cconccnconcnconcnnonncorancoroncaroornncorancoronoos 901
INtroduCciÓN cooooccoconononoccnncoonncnonnnnncnnnonnnnnnnnn
non nrrnnnn cnn cn nnnnncccans 903
ÍNDICE GENERAL XXXI
O 905
IT. CaracterlzaciÓnN commccrrencnnononncrnnnnon
ron ron rarrrnrn ren rre rra rara 906
*6 Siempre se recuerda el pasaje de las Partidas donde se dice “non podría ome
contar en quantas maneras fazen los omes engaños los unos a los otros” (Part. VII, ley
VII, tít. XVI,
2 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
417 Una vez más recordamos la diferenciación de Romacnos1 (Genesi, $ 1334 y si-
guientes).
418 Con esa confusión, en efecto, comienza GROIZARD Y GÓMEZ DE LA SERNA la
exposición del primer caso particular (El Código Penal de 1870, VI, p. 105) Sigue el
método propugnado en el texto FoxTÁN BALESTRa, Derecho penal. Parte especial,
p- 505 y ss., y Tratado. Parte especial, VI.
419 El plural “contratos” fue corregido por la ley 11.221.
480 El art. 2%, $ 4%, Tít. S”, del Proyecto Tejedor y el art. 203, inc. 1, del Cód. Penal
de 1887 eran, en efecto, iguales al art. 449 (547) del Código español.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 3
290 Conf. CCrimCorrCap, 30/5/1944, JA, 1944-111-263, fallo 3164. Véase espe-
cial mente el dictamen del fiscal FERNÁNDEZ SPEROMI.
491 MorEno, El Código Penal y sus antecedentes, V, p. 200 y 201.
6 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
192 Conf. CCrimCorrCap, “Fallos”, 11-219; íd., “Fallos”, 11-220, donde se requiere
prueba de la intencionalidad de la alteración. Fowrán BaLestRA, Tratado. Parte espe-
cial, VI, p. 73; OpbErIGO, Código Penal anotado, nota 892.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 7
“El que vendiere o gravare como bienes libres, los que fueren litigiosos
o estuvieren embargados o gravados; y el que vendiere, gravare o arrendare
como propios, bienes ajenos”.
195 Nuestra nota al art. 215 del Proyecto de 1960 decía: “Preferimos esta forma,
porque con ella se destaca que en tales casos existe el deber de decir la verdad y que, en
consecuencia, no se requiere un ardid positivo, como lo podría dar a entender la expresión
empleada por la ley vigente: “como bienes libres. En este caso, a diferencia del siguiente,
se protege al comprador o contratante último para el caso de que exista contra él un de-
recho preferente anterior, cuyo ejercicio lo despojará de la cosa o disminuirá el valor o la
garantía sobre los cuales contratara. Conf. art. 45, a, ley 12.962 (decr. 15.348/46)”. La
nota al texto de la comisión —a su turno= decía: “Estelionato. Las dificultades suscitadas
por la interpretación del inc. 9 del art. 173 son notorias, hasta el punto de determinar
una variedad de opiniones difícilmente conciliables, La idea central del nuevo texto
consiste en exigir en el sujeto activo el deber positivo de informar la condición en que
una cosa se encuentra, cuando recibe una contraprestación por el trato que a ella se re-
fiere. El silencio y la ocultación juegan, pues, como el ardid propio de una estafa, ya que
son directamente determinantes de un pago que no se haría si se supiera la verdad. La
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 9
199 E] Código Penal español decía primero “el que fingiéndose dueño de una cosa”
(art. 255), a lo cual, en 1870, se le agregó la palabra “inmueble”, porque —en realidad— no
se sabía bien qué hacer con el artículo (véase GROIZARD Y GÓMEZ DE La SERNA, dl Código
Penal de 1870, VIL, p. 219; Pacurco, El Código Penal, 11, p. 366). Así quedaba descar-
tada de la legislación española esta manera subrepticia de castigar a los ladrones usada
entre nosotros.
5% “Entre nosotros [la pena], es la misma de la estafa, con la cual se confunde [el
estelionato]” (TejeDOR, Curso de derecho criminal, núms. 469 y 470).
501 Véase Puccion1, 1 Codice Penale toscano illustrato, V, art. 404; CARRARA, Pro-
gramma, $ 2336 y siguientes.
502 Ya lo advierte GROIZARD Y GÓMEZ DE La SERNA, El Código Penal de 1870, VI,
p. 2189, quien pone el ejemplo del Código francés y del italiano. Recuérdese que la
figura de la estafa es un producto del siglo x1x, según Mauracn, Deutsches Strafrecht, UU,
p. 265, y WELzEL, Das Deutsche Strafrecht, $ 54.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 11
puede ser ocultada; no para el dueño, que bien la conoce. Tanto las fuen-
tes romanas como las castellanas se refieren al comprador como víctima”,
Existe, por lo tanto, un error causado por el ardid.
De ese error proviene que el sujeto pasivo se decida a efectuar una
prestación patrimonial constitutiva de un puro perjuicio, consistente en
el precio pagado por la cosa. La existencia de estafa no puede hacerse
depender de sucesos ulteriores, como la supuesta reivindicación de la cosa
sin rescate, porque entonces la consumación del delito ya no dependería
de la acción del imputado, sino de la acción del mismo engañado o de
terceros”, Ya sabemos que en el derecho alemán algunas sentencias,
que han admitido la existencia de la estafa en caso de la entrega de cosa
robada, se fundan en principios de derecho civil totalmente diferentes de
los nuestros”, de acuerdo con los cuales se puede establecer con exactitud
que =suceda lo que suceda después del pago del precio— el comprador de
cosa robada ha sido perjudicado, porque resulta obligado frente al dueño
hasta en el caso de consumo de la cosa en buena fe.
Por otra parte, según lo hemos demostrado (ver $ 46), si se hace fin-
car el perjuicio en la ulterior reivindicación de la cosa por el propietario,
cuando una cosa es adquirida fuera de las condiciones de irreivindicabi-
lidad, es evidente que no puede afirmarse la estafa porque el perjuicio
para el comprador deriva de su propia conducta, al adquirir algo que sabe
expuesto a reivindicación.
El perjudicado por este delito es el comprador”.
28 “Mas si non supiese el comprador que era la cosa ajena cuando la compró” (ley
19, tít. 5, Partida V) “Cuando alguno empeña cosa ajena non lo sabiendo aquel que la
recibe en peños” (ley 10, tít. 13, Partida V).
50% En este sentido, CApel Corrientes, 26/7/1944,
JA, 1944-IV-499, fallo 3676;
CApel Rosario, 10/8/1944, “Lilian Stein de Blom”, LL, 36-22, fallo 17.862, y JA, 20/9/1944,
fallo 3291. La jurisprudencia de la Corte capitalina es en este tema fluctuante (correcta
la resolución de CCrimCorrCap, 27/12/1938, “Fallos”, 1V-384: en contra, íd., 14/3/1944,
LL, 34-42, fallo 16.777).
"10 Véase la fundamentación del fallo del Tribunal Supremo de Berlín del 2 de marzo
de 1917 (3 46, VI, nota 66). Hay algún otro fallo, pero el citado es el más largamente
fundado. En todo caso, la afirmación del perjuicio se basa en el $ 818 del Cód. Civil
alemán acerca del en riquecimiento ilícito. Además, el comprador siempre debe el precio
al propietario, según ese derecho,
$11 CApel Rosario, 10/8/1944, “Lilian Stein de Blom”, LL, 36-22, fallo 17.862,
y JA, 20/9/1944, fallo 3291, y CS Tucumán, 28/11/1944, LL, 38-1195, fallo 18.776;
CCrimCorrCap, “Fallos”, I1V-330 y 378; íd., “Fallos”, V-154; Núñez, ¿Quién es el defrau-
dado en la venta de cosa ajena como propia?, LL, 72-518, nota al extraño fallo de C3"Apel
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 13
La Plata, 20/8/1953, en el cual se condenó por dos estafas, porque el que estafó la cosa —al
venderla a un tercero— la tornó irreivindicable para el estafado. Con el texto, ÓDERIGO,
Código Penal anotado, nota 867; UrE, Temas y casos de derecho penal, p. 100.
512 WeLzEL, Das Deutsche Strafrecht, $ 54, 1, 1, b, p. 348.
14 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
513 Este texto deplorable pertenece -como uno de los primeros— al sistema de im-
provisación legislativa, hecha mediante decretos preparados secretamente e inferidos sin
previo aviso, sistema instaurado durante el gobierno de Perón y mantenido después con
empeño. Obsérvese —apenas externamente— que dice: “las penas de los arts. 172 y 173”,
pero el art. 173 no tiene ninguna pena. ¿Lo citaron para no errarle a la figura? Además,
dice: “que disponga de las cosas empeñadas como si no reconociera” (en singular). En la
otra parte, ¿no está mejor el texto del art. 173, inc. 92 ¿Entendían modificarlo? ¿Sabían
lo que hacían? ¿Qué pasa cuando el vendedor de la cosa prendada no es el deudor, sino
el tercero depositario (art. 2%)?
53M Sobre todo el sistema, Cámara, Prenea con registro o hipoteca mobiliaria.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 15
517 Asíla llamaban los alemanes (Von Liszt - Scum1DT, Lelrbuch,$ 140, UL Eser-
MAYER - LOBE - ROSENBERG, Das Reichs, $ 265, 1). Ver VaRELAa, voz “Defraudación por
incendio o destrucción de cosa asegurada u objeto de préstamo a la gruesa”, en Enciclo-
pedia jurídica Omeba, VI, p. 128.
518 En la edición oficial dice “de”, corregido por la ley 11.221.
519 Citaba como fuentes los Códigos italiano (art. 414), holandés (art. 328), húngaro
(art. 382) y alemán ($ 265) de la época.
52 Véase MANZINI, Trattato, VII, p. 374.
521 Conf. Von Liszr - Seumior, Lehrbuch, $ 140, 111; Frank, Das Strafeesetzbuch,
$ 265, L
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 17
33% El Código francés clasificaba el texto entre los abusos de confianza (art. 407)
y, de acuerdo con la definición que de él daba, la clasificación era -sin duda- correcta,
porque para consumarlo bastaba el peligro derivado del acto de llenar el blanco (GARRAUD,
Traité théorique et pratique, Y, p. 289). Ya veremos que muy distinto es el alcance de
nuestra figura.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 7
bo
“El que cometiere alguna defraudación abusando de firma en blanco,
extendiendo con ella algún documento en perjuicio del mismo que la dio
o de un tercero”.
545 Exigía también el perjuicio la doctrina española, que es la que interesa (CUELLO
CaLón, Derecho penal, 1, 2%, p. 214; GROIZARD Y GÓMEZ DE LA SERNA, El Código Penal de
1870, VI, p. 194 y 195). Sobre esto, DE BENEDETTI, Abuso de firma en blanco, “Revista
de Ciencias Jurídicas y Sociales”, n” 41, 1944, p. 174.
56 EBERMAYER - LoBE - RosENBERG, Das Reichs, $ 269, 4 y 8.
57 A ese criterio ha vuelto, en realidad, el Código italiano de 1930, a pesar de lo
que opina LomBarD1, Delitti contro la fede pubblica, p. 379, que solo acepta los efectos
de carácter patrimonial. En contra, SaLTELLI - Romano-D1 Fatco (eds.), Commento te-
orico-pratico del nuovo Codice Penale, U, 1 parte, p. 641 (cualquier efecto jurídico).
548 Lo hacen ver CHauvEau - HÉLIE, Théorie du Code Pénal, V, p. 418 (“pero la pro-
tección de la ley es más restringida, ya que estas infracciones han podido estar inspiradas
y determinadas por una imprudencia grave o una confianza ciega”).
549 También lo decía el art. 418 del antiguo Código italiano.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 29
35 Doctrina tradicional que evidentemente fue aceptada por VÉLEZ SÁRSFIELD, se-
gún se aprecia en la nota al art. 1019 del Cód. Civil (ver 11/10/1917,
[A, 3-1116).
35 Sustancialmente, la definición de Rocco [voz “Foglio in bianco”, en MANCINI
(dir.), Enciclopedia giuridica italiana, VI, parte , núm. 131]. También GARRAUD, Traité
théorique et pratique, Y, p. 239; CHAUVEAU - HÉLIE, Théorie du Code Pénal, V, p. 417.
55 Era la opinión general (GarRauD, Traité théorique et pratique, V, p. 289; Chau-
VEAU - HELIE, Théorie du Code Pénal, Y, p. 418; Grurtart, Delitti contro la proprietá,
p. 383). Hacía salvedades MANzIMI, para el caso en el que el documento contuviera la
cantidad. PucLia, en Pessina (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, X, p. 387,
exigía la totalidad del pliego en blanco. De esta opinión es OpeErIcO, Código Penal anota-
do, nota 844.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 31
56 Así, CarRaRa, Programma, $ 2733,y “Pregiudizialitáa del giudizio civile sul giudi-
zio criminale”, en Opuscoli, VI, p. 190 (ver, en especial, p. 206). CARRARa, sin embargo,
se refiere en esa frase a un caso de prejudicialidad civil.
562 Lo demuestra hasta la evidencia el voto del doctor ALEGRE en SCBA, 1/2/1943,
LL, 29-750, fallo 14.961,
y JA, 1943-11-231, con nota de Ramos Mejía,
Abuso fraudulento
de firma en blanco.
365 Ver el voto del doctor RepETTO, en CCivlaCap, 11/3/1917, JA, 3-1116.
564 La limitación probatoria es afirmada en CCrimCorrCap, “Fallos”, 1V-202; íd.,
2/5/1918, [A, 1760; íd., 20/11/19 19, JA, 4-502; íd., 21/8/1924,JA, 15-670; íd., 13/2/1930, JA,
33-610; íd., 31/8/1936, /A, 56-317; íd.. 13/11/1936, [A, 56-414; íd.. 28/6/1937, JA, 59-308;
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 33
Esa limitación rige exclusivamente para la figura del art. 173, inc. 4,
pues a ella se refiere -según hemos dicho— la ley civil. No es, por lo tanto,
aplicable a ningún caso en el que la firma no haya sido dada en confianza
(es decir, con el mandato de llenar el claro), pues en tales casos —como
dice el mismo VÉLEZ SÁRSFIELD— “ese crimen no es el resultado de un
mandato que él [el signatario] hubiese dado al que lo ha cometido” (nota
al art, 1019, Cód. Civil),
La doctrina francesa —que se manejaba sobre la base de la prohibición
genérica según el monto reconocía, entre otras, esa excepción*”, acerca
de la cual no hay duda posible para nosotros.
El principio de prueba por escrito?" hace desaparecer la restricción, lo
mismo que la manifestación confesional referente al hecho de haber llenado
arbitrariamente el blanco, a lo cual, por cierto, no puede identificarse la
confesión de haber recibido el documento en blanco.
Por lo demás, la prohibición no se refiere al hecho de haber entregado
el documento en blanco, sino al contrato que acompañaba la entrega.
íd., 18/9/1959, “Elez”, LL, 100-90; SCBA, 1/2/1943, JA, 1943-11-231; GONZÁLEZ ROURA,
Derecho penal, IL, p. 268; GonzALez, El Código Penal y la jurisprudencia, UL, p. 189;
Ramos MEjía, Abuso fraudulento de firma en blanco, JA, 1943-11-231; FonTÁN BALESTRA,
Tratado. Parte especial, VI, p. 99.
565 Véase CHauveau - HéLiE, Théorie du Code Pénal, V, núm. 2267; GArRAUD, Traité
théorique et pratique, V, núm. 297, DEMOLOMBE, Cours, XXIX, $ 361, y XXX, $ 78 y ss.;
AuBry - Rau, Cours de droit civil francais, XIL, $ 756 y 765, especialmente nota $.
366 CCrimCorrCap, 7/5/1918, JA, 1-760.
567 Pacueco, El Cód. igo Penal, YI, p. 370. Nuestra ley contiene el agregado “falsos
recibos”, ya existente en el Código Penal de 1887,
34 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
no solo a la simulación lícita del antiguo art. 957 del Cód. Civil (ver art.
334 y concs., Cód. Civil y Comercial), sino a ciertas formas perjudiciales de
simulación, que pueden dar lugar a la acción civil para declarar la simula-
ción del acto. Obsérvese, en efecto, que esa acción civil —a diferencia de
la pauliana— no tiene por objeto hacer revocar el acto, sino el de declarar
que nunca ha existido (anulación, según nuestro derecho —ex art. 1044,
Cód. Civil-) y que, en consecuencia, no es necesario que la simulación sea
fraudulenta, bastando con que determine objetivamente perjuicio para un
tercero. Puede, por eso, intentarla quien tenga interés; incluso el acreedor
posterior al acto simulado”*,
Pero aun deben llevarse más allá las diferencias. Para que el delito
exista, no basta con que se haya producido una simulación y que por efecto
de ella algún acreedor se haya quedado sin percibir su crédito, según parece
entenderlo Moreno”. Esa es, precisamente, la situación que funda el
ejercicio de la acción civil.
Ocurre, en nuestro derecho penal, que el Código de 1887, que conte-
nía esta figura en los mismos términos actuales (art. 203, inc. 12), también
castigaba al deudor que se alzaba con sus bienes, los ocultaba, enajenaba
maliciosamente y simulaba créditos en fraude de sus acreedores (art. 200).
A diferencia del Código español (art. 448), ni siquiera se exigía que el
deudor, por sus actos, cayera en insolvencia.
Una disposición análoga se reprodujo en el Proyecto de 1891 (art. 216,
inc. 1), referida al deudor civil no concursado.
Pero esa disposición fue suprimida en el Proyecto de 1906 (aunque
sin explicación alguna)””, de manera que —prescindiendo de la situación
del concursado— el simple traspaso simulado de bienes para sustraerlos a
la acción de los acreedores no está abarcado por el inc. 6 del art. 173%,
que sigue siendo el equivalente del antiguo art. 203, inc. 12, pero que
no puede desempeñar, además, la función de la otra figura, actualmente
restablecida (art. 179, punto 22).
En consecuencia, al igual que en los demás casos, es necesario que la
simulación del contrato o la falsedad de los recibos engañe efectivamente a
72 . , , . ”
52 Conf. GROIZARD Y GÓMEZ DE La SERNA, El Código Penal de 1870, VII,
p, 239; CueLLo CaLón, Derecho penal, UL, 2”, p. 221; Fontán BaLEsTRa, Tratado. Parte
especial, VI, p. 101.
573 En contra, ODERIGO, Código Penal anotado, nota 853.
574 Cfr. recensión de Eusepio GÓMEZ a JIMÉNEZ DE AsUa, Tratado de derecho penal,
t. IV, LL, 35-1177, donde cita un fallo del TS español, del 23/5/1919,
36 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
55 Conf. CCrimCorrCap, [A, 67-892, donde se dice que el dolo del acusado no
puede inferirse solo de los términos falsos del recibo, y que debe ser partícipe en la ten-
tativa de estafa.
%8 Código de 1848 (art. 453), que es el seguido por TejeDor; Código de 1870
(art, 548, inc. 9? —reformado, art, 529, inc. 8”). El texto español, antes de su reforma,
contenía dos partes, de las cuales -con buen acuerdo- solo se tomó la primera, porque
eran contradictorias. Censuran el texto español PacHEco, El Código Penal, 11, p. 365;
GROIZARD Y GÓMEZ DE LA SERNA, El Código Penal de 1870, VII, p- 206; CUELLO CALÓN,
Derecho penal, 1, 2, p. 217; ViaDa Y ViLaseca, Código Penal reformado de 1870, MI,
p. 548.
7 Este último es citado por el Proyecto de 1891 y ambos lo son por TEJEDOR.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 37
59 Ver supra, $ 117, 1 y IL y 118, IV; WeLzeL, Das Deutsche Strafrecht, p. 348;
GOLDSCHMIDT, Intorno al concetto di truffa, “Rivista Italiana di Diritto Penale”, n? 2,
1936, p. 5.
585 «El testamento pues que fuere demostrado por aquel omne que lo tenie ante
testimonias, dévelo entregar a aquel heredero que deve ayer la mayor partida de la buena.
E si lo diere a otri si non a aquel heredero peche el duplo a aquel a quien fizo el enganno”
(ley X, tít. V, lib. V) También en las Partidas (“otrosí dezimos que falsedad faría el que
tuviesse carta, o otra escritura de testamento, que alguno aula fecho, si la negasse diziendo
que non tenia” —ley L, tít. VIL, part. VU).
40 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
dos como tales por esta disposición, que así aparece como dotada de un
sentido propio y de una función útil.
No podría llegarse a la misma conclusión cuando el dueño de un
documento cualquiera se limitara a no presentarlo, aunque presentándolo
se alterase la situación jurídica, salvo que esa omisión se conecte con un
hacer. Como ejemplo de la excepción, en un juicio de liquidación de
cuentas (hacer) se ocultan recibos de terceros enviados a la casa por el
comisionista, con el objeto de crear un crédito inexistente contra este.
586 Ver ANGELOTTI, Delitti contro il patrimonio, p. 483; CHAUVEAU - HÉLIE, Théo-
rie du Code Pénal, V, p. 411; GARBAUD, Traité théorique et pratique, V, p. 281; GIuRIa-
TI, Delitti contro la proprietá, p. 337, Majxo, Commento al Codice Penale italiano, IV,
p. 93; Manzini, Trattato, VI, p. 384; Pucuta, en Pessina (dir.), Enciclopedia del diritto
penale italiano, X, p.346. Entre nosotros, DE BENEDETTI, El delito de circunvención de
incapaces, “Mundo Forense”, II, p. 1, secc. doctrina; GÓMEZ, Tratado de derecho penal,
V, p. 296 (que discute la propiedad de la designación utilizada por aquel); MOLINARIO,
Derecho penal, p. 563; GonzáLEz Roura, Derecho penal, UL, p. 275; Moreno, El Código
Penal y sus antecedentes, W, p. 221; NúNEz, voz “Defraudación de incapaces”, en Enci-
clopedia jurídica Omeba, VI, p. 116; Fontán BaLEsTRa, Tratado. Parte especial, VI,
p. 104; Tejebon, Proyecto de Código Penal, 3 4, art. 54; RivaroLa, Derecho penal argen-
tino, MI, p. 374. Es importante también la teoría española (Pacneco, El Código Penal,
MIL, p. 376; GROIZARD Y GÓMEZ DE La SERNA, El Código Penal de 1870, VI, p. 285; VIADa
Y ViLAseca, Código Penal reformado de 1870, 111, p. 584).
587 La disposición tenía por fuentes los Códigos francés (art. 406), español de 1848
(art. 458) y de 1870 (art. 553), e italiano de 1889 (art. 415), el Proyecto Tejedor ($ 4, art.
5%), el Código de 1887 (art. 205) y los Proyectos de 1891 (art. 209, inc. 2, que citaba como
fuentes, además, los Códigos húngaro —art. 385-— y belga —art. 493—, y de 1906 (art. 189,
inc. 2). Los antecedentes legislativos en las exposiciones de motivos eran casi nulos. En
el derecho alemán, véanse los $ 301 y 302 del RStGB.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 41
593 Así, MANzIN1, Trattato, VIII, p. 385; ANGELOTTI, Delitti contro il patrimonio,
p. 493; Grurrarí, Delitti contro la proprieta, p. 361,
2% Compárense las escalas penales. En el derecho francés, el art. 406 del Cód.
Penal de 1810, de dos meses a dos años; el art, 405, que castiga la estafa, de uno a cinco
años. Enel derecho alemán, el $ 301 del RStGB, hasta seis meses; los $ 246 y 266, hasta
cinco años. El error de nuestra ley era reproducción de la ley italiana de 1890 (art. 415),
que fijaba pena de uno a cinco años.
595 Véase GARRAUD, Traité théorique et pratique, 1935, VI, p. 474; Frank, Das Straf-
gesetzbuch, $ 301, IL
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 43
Esta es una figura muy próxima a la usura común, reprimida con severidad
por la calidad de la víctima. A nuestro juicio, una operación normal en
la que el comerciante no alcance más lucro que el corriente no está abar-
cada. Para ello sería preciso que, por ejemplo, en vez de un automóvil,
el vendedor impulsara al incapaz a comprarle dos o tres; claro está que
mediante documentos, operación cuya inconveniencia para el incapaz es
objetivamente manifiesta,
El abuso debe consistir en explotar la necesidad, las pasiones o la
inexperiencia. La actitud espiritual del sujeto se basa, pues, en el cono-
cimiento de la situación de incapacidad de la víctima, conocimiento del
cual parte un fin de lucro para sí o para un tercero. — Si no existe ese fin,
lucri faciendi causa, no podría hablarse de abuso.
Por eso decíamos que este delito se presenta como una estafa*%* espe-
506 P
ara GARRAUD es una escroquerie (Traité théorique et pratique, 1935, VI,
p. 474).
597 Expresión de Majno, Commento al Codice Penale italiano, YV, núm. 1936.
59 Conf. CHAuvEAU - HÉLIE, Théorie du Code Pénal, V, p. 413; GarcoN, Code Pénal
annoté, art. 406, nota 5; Moris, “Abus des passions dun mineur”, en Répertoire général,
núm. 2; Manzint, Trattato, VI, p. 386; FowTáN BALESTRA, Tratado. Parte especial, vi,
p. 534,
44 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
39 Con respectoa la ley italiana, la criticaba MANZIMI, Trattato, VU,p. 389. Para
la ley alemana bastaba la promesa verbal, pero ya hemos visto el distinto carácter de la
figura de ese Código.
600 Ello no obstante el hecho de que la nulidad es una sanción, y de que como tal
presupone, a lo menos, la existencia de un acto sancionable con una pena que consis-
te, precisamente, en negarle efecto; esto es, valor. El error reside en confundir el ser
con el valer:
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD A5
disposición del art. 1016 del derogado Cód. Civil (actual art. 315, Cód. Civil
y Comercial), y exigiendo el art. 174, inc. 2, del Cód. Penal que se haga
firmar un documento, difícilmente —habiendo firma— podrá cuestionarse
que no existe documento. Al hablar la ley de esta clase de documentos
firmados por incapaces, ya se refiere a una clase de papeles que son nulos.
Cuando agrega el apartado final, solo puede querer decir que no se exclu-
yen los que adolezcan, además, de otra nulidad. En la misma doctrina
italiana, a pesar del diferente texto, se daban por alcanzados por la pena
los documentos nulos por otros motivos%!,
Finalmente, el delito debe ser cometido en daño del incapaz. Ya
hemos subrayado el valor subjetivo de esa expresión. Desde el punto
de vista objetivo, ella abarca tanto la operación directamente fraudulenta
como la que es a todas luces ruinosa, considerada desde la perspectiva
del patrimonio del incapaz, como totalidad. Cargar ese patrimonio con
deudas pesadas, alimentando un vicio o usufructuando una necesidad.
Cuando acciones de esa clase se cometen con fin de lucro, el delito existe,
aun cuando se efectúen contraprestaciones.
606 os
506 CARMIGNANI, luris criminalis elementa,$ 1020.
507 CARRARA, Programma, 3 2284.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 59
008 El art. 173, inc. 2, del Cód. Penal decía: “El que con perjuicio de otro se negare
a restituir o no restituyere a su debido tiempo, dinero, efectos o cualquier otra cosa mue-
ble que se le haya dado en depósito, comisión, administración u otro título que produzca
obligación de entregar o devolver”. Ver Proyecto Tejedor, art. 2%, inc. 6, $ 40, tít. 80,
lib. 1, parte 2%. Como fuentes citaba los Códigos español (art. 452), francés (art. 408),
austríaco (art. 1636), napolitano (art. 4303) y brasileño (art. 2645).
609 <El último inciso reproduce el caso del art. 203, inc. 6, del Cód. Penal”, dice la
Exposición de motivos (Código Penal de la Nación Argentina, p. 167).
910 Para esa alteración no se da razón de ninguna clase. Por otra parte, la Ex-
posición de motivos de 1906, con referencia al hurto, al robo, a la extorsión y a la estafa
tiene, en total, menos de veinte renglones de comentario, Ver Código Penal de la Nación
Argentina, p. 384.
611 Así en especial, UrE, El delito de apropiación indebida, p- 92 y ss., que atribuye
la supresión directamente a una defectuosa interpretación de la jurisprudencia, error en el
que habría incurrido el legislador. No hay que llamar error, sin embargo, a cualquier des-
viación de la doctrina, por famosa que esta sea. Lo importante es que el legislador no san-
cione cosas imposibles o contradictorias o incompatibles, Nada de eso ocurre en este caso,
Podrá preferirse, de lege ferenda, otro sistema, pero ello no exime de estudiar la lex lata.
612 La muestra bien, sin duda, Une, El delito de apropiación indebida, p. 92 y si-
guientes,
60 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
613 Ver Código Penal de la Nación Argentina, p. 440 (art. 188, inc, 2),
61 Debemos reconocer como predominante entre nosotros la tendencia a aplicar
a este delito la doctrina extranjera, y hacerla consistir en la apropiación (CCrimCorrCap,
“Fallos”, 1-277, 1d., 24/12/1937, LL, 11-292; íd., 30/6/1919, LL, 11-544; íd., 4/8/1938, LL,
12-231; Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 342; GONZÁLEZ RoURa,
Derecho penal, UI, p. 259; ObErIGO, Código Penal anotado, nota 830; UkE, El delito de
apropiación indebida, p. 92 y siguientes). FonTÁN BALESTRA adopta nuestra designación
(Derecho penal. Parte especial, VI, p. 114).
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 61
615 Carrara, Programma,$ 2285; GONZÁLEZ RoukRa, Derecho penal, MI, p. 259.
$816 Conf. C2Apel Córdoba, 4/5/1944, LL, 35-311, fallo 17.536 (guarda de tranvía
que no da el vuelto de cien pesos a un ebrio y se queda con el billete).
617 Conf. con el texto, CCrimCorrCap, en pleno, “Modich”, “Fallos”, IHL-125, juris-
prudencia por la cual se modifica el criterio anteriormente sostenido en CCrimCorrCap,
en pleno, “Haeberli”, “Fallos”, 111-226, en el cual se condenó por hurto a un sujeto que
=según el voto disidente del Dr. Ramos Mejía— estaba encargado de librar giros, efectuar
pagos a los consignatarios, hacer depósitos, retiros y transferencias de dinero, entre otras
cuestiones. Véase UkE, El delito de apropiación indebida, p. 78, donde exige —para afir-
mar la existencia de defraudación— que medie un verdadero poder jurídico de disposición.
Solo el gerente y empleados de jerarquía equivalente cometerían defraudación.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 63
dad, no viciada por violencia, por fraude o por error, del hecho traslativo de la posesión”
(Trattato, VII, p. 405).
64 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
22% CCrimCorrCap, 30/6/1938, LL, 11-544, fallo 5401; íd., 9/8/1937, LL, 12-231, fa-
llo 5891; íd., “Fallos”, 1233. Véase, sin embargo, el subjetivismo que se muestra en CCrim
CorrCap, 13/5/1940, [A, 71-438 (el que intentó vender la cosa alquilada comete defraudación
consumada y no tentada, porque la intención de vender demuestra que ya se había apropiado).
521 Código italiano de 1890, art. 417; MANzIN1, Trattato, VII, p. 416.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 65
625 Enxcer, Lehrbuch, p- 317, y Frank, Das Strafgesetzbuch, $ 43, V, 1; ambos con
hipótesis evidentemente muy artificiosas.
526 BixDIxG, Grundriss, p. 130; EBerRMAYER - LOBE - ROSENBERG, Das Reichs, $ 43,
Von Liszt - ScumIDr, Lehrbuch, $ 46, V; Mayer, Der allgemeine Teil des deutschen Straf-
rechts, p. 348; MeEzcEr, Strafrecht, p. 377. Con relación a este delito, CaRRaka, Pro-
gramma, $ 2312.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 67
duda— la regla válida, aun cuando el propio CARRARA pensara de otra ma-
nera —con respecto al derecho toscano— para el delito de apropiación
””.
Con la amplitud del texto actual del Código, apenas puede haber
dudas acerca de este punto. — Si el autor tenía la cosa por un plazo, y antes
del vencimiento realiza acciones que tornan insegura la devolución, la
consumación se habrá adelantado, siempre que el acto ejecutado importe
disposición. La apropiación por interversión del título es también con-
sumación.
MT a . . . .
627 CARRARA, Programma, $ 2299, Véase, sin embargo, lo que piensa con respecto
a los casos dependientes de rendición de cuentas en el $ 2328.
62 Conf. Díaz, El Cód igo Penal para la República Argentina, p. 343; GómMEz, Tra-
tado de derecho penal, UV, p. 258 y 259; MoLinarto, Derecho penal, p. 556; Ramos,
Tratado de derecho penal, Y, p. 255; Ur, El delito de apropiación indebida, p. 234;
CCrimCorrCap, 17/12/1943, JA, 1944-1-816, fallo 2652, y LL, 34-234, fallo 16.890,
confirmando la sentencia del doctor LANDABURU, jurisprudencia constante de la Cámara
de Apelaciones de Rosario; FoNTÁN BaLEsTRA, Tratado. Parte especial, VI, p. 116.
68 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
622 Sobre este tema, Lobos, Ventas a crédito de muebles con reserva de propiedad,
LL, 19-45, sece, doctrina; Huncria HorrBAUER, Dos crimes contra a economia popular.
530 Donde se admite el pacto de reserva de dominio, la consecuencia contraria suele
seradmitida. Véase MANzIx1, Trattato, VI, p. 411; Grurtarr, Delitti contro la proprietá,
p- 369. En este terreno, es internacional la fama de la máquina Singer, según puede
verse con la cita de GIURIATI y el caso “Singer c/Chacra” (CCrimCorrt lap, 15/11/1913, JA,
32-373), resuelto de acuerdo con el texto. Conf., también, “Fallos”, 1-242; UrE, El delito
de apropiación indebida, p. 343 y 347.
6% Conf. CApel Rosario, JTSF, XX1-112: CCrimCorrCap, 2/2/1931, JA, 35-434; íd.,
29/12/1930, “Barrios”, “Fallos”, 1-255, y JA, 35-1461, con nota de Srora, Las máquinas
que pueden ser objeto de prenda agraria; CCrimCorrCap, 4/5/1932, JA, 38-850; íd.,
en pleno, 15/4/1941, JA, 74-298. El tribunal cambió de criterio en CCrimCorrCap,
26/10/1945, “Labarda”, LL, nov. 1945, fallo 19.834, y JA, 1945-IV-437, fallo 5176. Tam-
bién en contra del texto, CS Tucumán, 24/3/1933, LL, 71-343. Véase, además, otro caso
correctamente resuelto en CS Tucumán, “Jurisprudencia de Tucumán”, XIV-39, y ST La
Rioja, 26/7/1948, “Argiiello”, JA, 1948, fallo 9398.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 69
ocurre con la figura del art. 173, inc. 7, en esta las cosas, el dinero o los
valores retenidos son considerados en sí mismos como objetos de propie-
dad de alguien.
La expresión “mueble” es entendida en su sentido natural, lo mismo
que en el hurto.
La ley dice “efectos”, queriendo significar valores, títulos y documen-
tos cuya retención importe para su titular un perjuicio, lo mismo que en
los demás casos de defraudación. Antes decía “valores”,
A . > o. y .
haz CARBARA pone un caso interesante. Cayo presta a Ticio un libro para los cinco
años de estudio de la carrera. Terminada esta Cayo lo reclama, pero Ticio responde que
lo vendió al día siguiente del préstamo, y que, en consecuencia, la acción está prescripta
(Programma, $ 2298, nota 1). Para nosotros, la solución contraria es clara.
633 Conf. CCrimCorrCap, “Fallos”, 11-72; íd., “Fallos”, IV-428; íd., 7/9/1943, “Alise-
ri”, JA, 1943-IV-37, fallo 191, con nota en contra de Ramos Mejía, Momento consumativo
y competencia territorial en el delito de apropiación indebida. La Corte Suprema se
ha pronunciado reiteradamente en sentido contrario (Fallos, 162:91; 170:387, 182:277).
Anteriormente había decidido en el sentido que juzgamos correcto (Fallos, 134:327). Es
curioso que se mantenga la jurisprudencia de la Cámara de Apelaciones capitalina, no
obstante las reiteradas sentencias según las cuales el hecho consistiría en apropiarse.
Desde luego, reconocemos la impresionante autoridad de los penalistas contra cuya
opinión nos pronunciamos (véase la enumeración en el artículo de Ramos Mejía), pero
estamos firmemente convencidos de que esa autoridad extranjera ha influido más de lo
justo en los comentadores de la ley argentina. Véase también $ 15, IX.
70 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
63 Poco satisfactoria era la redacción de este artículo, que empezaba con la refe-
rencia a un capitán para alcanzar después a cualquier mandatario. La nota al artículo es
muy explicativa de los motivos de la reforma.
635 CARRARa, Programma, $ 2322.
656 Carrara, Programa, $ 2305.
637 Código toscano, arts. 400 y 401, $ 1, para tutores, y $ 2, para administrado-
res en general. CARMIGNANL, luris eriminalis elementa, $ 1022; CARRARA, Programma,
$2304y2318, Para el derecho alemán, EBERMAYER - LOBE - ROSENBERG, Das Reichs, $ 266;
Frank, Das Strafgesetzbuch, $ 266; Von LiszrT - ScamiDT, Lehrbuch, $ 136. Tal vez por
eso sean algo excesivas las críticas de MoLIxarto, Derecho penal, p. 565, y de Une, El
delito de apropiación indebida, p. 230 y ss., quienes se pronuncian enfáticamente por la
inutilidad del artículo.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 71
Este punto también era aclarado en la nota, donde se dice que “de la
idea de la baratería proviene una nueva restricción que es prudente corre-
gir, sobre todo teniendo en cuenta ciertas modernas formas de fraude en la
administración de bienes ajenos. Típicas en tal sentido limitativo resultan
las referencias a la alteración de los precios en las cuentas, la suposición
de gastos, la retención de valores, etc., enunciados todos en los cuales el
pensamiento central está dirigido a la rendición de cuentas del mandatario.
Son muchos los fraudes que pueden no asumir esa forma cuando se trata
de abuso del poder que está a disposición de cierto tipo de representantes
y mandatarios, especialmente en el ámbito de las sociedades anónimas.
TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
y Es sobre todo con respecto a este último tipo de relaciones donde enu-
meraciones limitativas de la ley penal fueron haciendo necesario que se
incorporaran diversas figuras en las más variadas leyes, procedimiento que
al adolecer de incoherencia sistemática, en definitiva, siempre resulta pro-
penso a crear problemas de aplicación, a plantear difíciles cuestiones de
concurso de leyes y hasta a disimular verdaderas y propias defraudaciones
bajo la forma de meras transgresiones de naturaleza comercial”.
638 Conf. WeLzeL, Das Deutsche Strafrecht, 56, A, l, a (p. 363) y $ 54, 1,4, a
(p. 351), para quien la comparación debe ser hecha en dinero, criterio peligroso en tiempos
de inflación.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 13
42 a z : srt Ps
612 Sobre este tema, véase ODERIGO, Prejudicialidad civil en el proceso penal.
613 Conf. CApel Rosario, 9/3/1934, “Mastropaolo”; CCrimCorrCap, GF, 1924-111-
175; íd., “Fallos”, 1-384; íd., “Fallos”, 1-390.
644 Código de Procedimiento Penal italiano de 1913 (art. 4% y de 1930 (art. 20);
Proyecto Finocchiaro-Aprile de 1905, IV; Códigos alemán (3 261, RStGB), húngaro (3 7),
noruego ($ 4) y español (art. 67).
643 «Es claro —dice FINOCCHIARO-APRILE— que los mismos motivos que inducen a ad-
mitir la prejudicial civil en los delitos de suposición y supresión de estado, y especialmente
el principal que consiste en la dificultad y la delicadeza de la prueba, pueden presentarse
en muchos otros casos que es imposible prever en forma taxativa” (véase Srorrato, Com-
mento al Codice de Procedura Penale, IV, p. 74; Manzixt, Trattato di diritto processuale,
[, núms. 82, I, y 85).
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 715
“El dueño de una cosa mueble que privare de ella a quien la tuviera
legítimamente en su poder, la dañare o inutilizare, frustrando así en todo
o en parte el derecho de este. La misma pena será aplicable a un tercero
que obrare en beneficio del propietario o en connivencia con él”.
La ley 17.567 fue dejada sin efecto por la ley 20.509 y repuesta por
la ley 21.338, para quedar finalmente derogada por la ley 23.077, que
restableció el texto original del Código (ley 11.179).
El texto en vigencia no comprende en la previsión al tercero que obra
en beneficio del propietario o en connivencia con él, por lo que su eventual
intervención en la comisión del desapoderamiento tendrá que ser resuelta
con arreglo a los principios generales de la participación. Tampoco está
incluido el daño o inutilización de la cosa como formas típicas para la
frustración de los derechos de su tenedor, conductas que en lo sucesivo
quedarán impunes con relación a esta figura, aunque eventualmente pu-
dieren ser abarcadas como constitutivas de otro delito*??.
El núcleo de la acción está dado por el verbo “sustraer”, en reempla-
zo de privar; es decir que el texto actual resulta más restringido que el
anterior, porque privar a otro de la cosa —o sea, despojarlo de ella— podría
lograrse por otros medios que la sustracción, mientras que ahora solo está
comprendida esta forma de despojo, equivalente a la figura del hurto, lo
que vuelve a justificar su denominación de hurto impropio.
Muchos antecedentes doctrinales de esta disposición conducen a la
noción del furtum possessionis, considerado comprendido dentro de
la célebre definición de PAULO, aun cuando modernamente tal ascendencia
y relación es discutida**,
(nuestra retención indebida del art. 172, inc. 2). IMPALLOMENI comparte ese criterio (11
Codice Penale italiano, UL, p. 237)... Maxzixt, en cambio, cree que el furtum possessionis
78 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
se refiere a ese caso (Trattato del furto, I, p. 298). También, Von Liszr - Scumibr, Lehr-
buch, $ 129, 11
655 Como hurto es considerado, sin embargo, por Manzin1 (Trattato, VU, p. 64 y
ss.) y, en general, por muchos italianos, pues la cosa legítimamente poseída por otro es
considerada como ajena, en cuanto está afectada por el propietario mismo a derechos de
otro. Pensaba lo contrario el mismo MaNnz1x1, Trattato del furto, MI, p. 403, donde opina
que ese hecho es impune. Por impune lo tiene Grur1xT1L, Delitti contro la proprieta,
p- 122 y ss., aun frente a la ley positiva que comenta.
656 Frank, Das Strafeesetzbuch, $ 289, MIL. Von Liszr y ScumibT (Lehrbuch,
$ 129, II, nota 2) y WeLzEL (Das Deutsche Strafrecht, p. 346) dicen que es más amplio,
pero sin fundar la razón. La dan, en cambio, indirectamente, EBERMAYER - LoBE - Ro-
SENBERG, Das Reichs, $ 129, nota 7, al referirse a la aplicabilidad al caso de copropietarios.
En el derecho alemán, al definirse el hurto no se hace referencia a la cosa parcialmente
ajena. Para nosotros no existe tal motivo. Debe tenerse presente, sin embargo, que el
Código alemán empleaba en ambos artículos el mismo verbo (wegnehmen), cosa que no
ocurre entre nosotros.
657 Así, el doctor OrIBE en su disidencia al fallo de CCrimCorrC Zap, “Fallos”, 1-268;
CS Tucumán, 20/9/1942, LE, 28-613, fallo 14.493; UrE, El delito de apropiación indebida,
p. 223. Por el criterio restrictivo, CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-268; íd., “Fallos”, 1273;
íd., 27/12/1932,
JA, 41-831.
658 Propusimos el texto en el inc. 3 del art. 215 del Proyecto de 1960, siguiendo una
corrección análoga propuesta por el Proyecto alemán de 1959. Nuestra nota decía: “Bajo
este enunciado queda incluido el caso del inc. 59 del art. 173, cuyo texto era excesivamente
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 79
662 La nota correspondiente de la comisión decía: “Nuestro texto parte del Proyecto
a . na “ 46
de 1960, cuya extensión había sido considerablemente restringida por el deer. ley 4778/63.
Además del caso que específicamente consagra este, de quien hubiera firmado boleto
de compraventa y después imposibilitara la transferencia del dominio en las condiciones
establecidas, se contemplan otros que ocurren en la práctica: retención de lo que por un
precio recibido se prometió entregar o devolver, enajenaciones o gravámenes ulteriores
a un compromiso de venta, alquiler posterior a un compromiso de entrega, frustración
de créditos documentarios mediante operaciones relativas a las mercaderías correspon-
dientes, etcétera”.
063 Decíamos en la nota fundante de esta disposición: “Este es el caso que más
necesitado se hallaba de especificación, en particular frente al auge alcanzado por las
ventas de inmuebles sin escritura. En cierto sentido, es el caso inverso al anterior,
esto es, el caso en que se desbarata un derecho prometido mediante el otorgamiento
ulterior a otra persona de un derecho mejor. Desde luego que en esta disposición
quedan comprendidas también las figuras derivadas del incumplimiento de los debe-
res impuestos por el contrato de prenda sin desplazamiento, art. 44, ley 12,962 (decr.
15.348/1946)”.
06% Acerca de los problemas jurisprudenciales, conf. CCrimCorrCap, 30/11/1965,
LL, 121-419; Une, Boletos de compraventa y estafa, LL, 125-972, sosteniendo la im-
punidad de hecho —con muy buenas razones—, frente al antiguo texto. Piensa lo con-
trario Rojas PELLERANO, La defraudación inmobiliaria, JA, 1966-1V-177, valiosa nota a
CCrimCorrCap, en pleno, 30/11/1965; Ure, Once nuevos delitos, p. 90.
82 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
de ventaté3, Por ese texto quedaba fuera de esta figura otra situación
no menos frecuente, determinada por la sanción de la ley de prenda sin
desplazamiento (art. 44).
La idea común es, sin embargo, la misma y en esencia consiste en
derivar de una acción determinada obligaciones expresas de abstención
para el futuro. La teoría de los facta concludentia es también aquí -y
acaso más que en caso alguno— fundante de la infracción. Hay ciertas cosas
que no se pueden hacer después de haberse hecho ciertas otras, así como
en la teoría de la comisión por omisión hemos visto que hay ciertas cosas
que se deben hacer después de haber ejecutado otras o de haber creado
ciertas situaciones.
Como consecuencia de la idea básica de la figura, autor de este delito
solo podrá ser el sujeto que con anterioridad ha acordado el derecho que
luego desbarata. De este modo, podría decirse que en cierto sentido es
un delito especial, pues —si bien cualquier persona puede acordar dere-
chos— la figura exige que el sujeto activo sea autor de una acción anterior
que jurídicamente constituya una obligación válida, cuyo cumplimiento
requiere actos positivos ulteriores.
Sin ser los únicos, los ejemplos más claros son los de la prenda sin
desplazamiento y el de promesa de venta. El autor, al recibir un precio
o un valor por el derecho que acuerda sobre la cosa, queda obligado a no
desdoblar la operación. — Si le acordara a un tercero un derecho que
no conlleve el poder de frustrar la efectividad del derecho anterior, de
tornarlo incierto o litigioso, no se habrá cometido este delito, sin perjuicio
de que contra ese tercero se haya cometido otro.
Con relación a la figura de estelionato (inc. 9), este hecho constituye
un caso inverso. En aquel vimos que el hecho consistía en callar, en el
momento del convenio, una calidad o situación del bien que —de ser co-
nocida— habría sido dirimente (conociéndola, la víctima no habría hecho
la prestación). La defraudación deriva allí de ocultar la situación actual
666 Cree equivocada esta expresión SARMIENTO García, Crítica de la nueva figura
de defraudación del artículo 173, inciso 11, del Código Penal, LL, 130-1095. Su error
es evidente. El delito consiste, precisamente, en otorgar un acto cuya validez jurídica
no podrá ser impugnada ante el tercero que tendrá un derecho mejor, y por eso el primer
pagador será defraudado. Seguramente SARMIENTO García confundió este caso con el
de connivencia del antiguo art. 968 del Cód. Civil. La terminología de la ley penal se
ajustaba, por lo demás, a la que empleaban el Código Civil y VÉLEZ SÁRrSFIELD (conf. Lib.
II, Secc. H, Cap. II, “Del fraude en los actos jurídicos”).
667 Conf., sobre los aspectos prendarios de esta figura, UrE, Once nuevos delitos,
p- 93.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 85
y apropiación de cosa perdida, JA, 65-129, sece, doctrina, también incluido en Temas y
casos de derecho penal.
669 Tiene su antecedente en el P royecto Tejedor ($ 4, art. 29, inc. 9), que es muy
distinto del actual. Seguía ese Proyecto el Código de 1887 (art. 203, inc. 9)... Para ambos
la pena era la de la estafa común. El Proyecto de 1891 (art. 212, inc. 1) reducía la escala
penal a multa. Tenía por fuentes los Códigos italiano (art. 420), húngaro (arts. 365 y
366), belga (art. 508) y español (art. 530, ine. 2) y el Proyecto de 1906 (art. 191, inc. 1).
92 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
Cód. Civil y Comercial), en terreno en coposesión (ex art. 2557, Cód. Civil;
arts. 1945 y 1953, Cód. Civil y Comercial), o para el poseedor imperfecto
(ex art. 2558, Cód. Civil; arts. 1945 y 1953, Cód. Civil y Comercial); esto
es, cuando el descubrimiento da un derecho, y el descubridor lo alarga
ilícitamente a la parte que corresponde al propietario del suelo.
En el caso previsto por el antiguo art. 2561 del Cód. Civil (ahora, art.
1952 Cód. Civil y Comercial), el obrero cometería hurto, pues ni como
apropiante de cosa perdida podría ser comprendido dentro del art. 175
del Cód. Penal.
Momento consumativo no es el hallazgo, sino el de la apropiación 678
En este sentido, resulta bastante difícil determinar en la práctica ese mo-
mento necesariamente ulterior al de la aprehensión, porque —además- es
preciso tener en cuenta que se trata de una apropiación sin la observancia
de las prescripciones civiles, consistentes en dar aviso al dueño o a la
autoridad.
Para fijar con exactitud el momento indudablemente consumativo, la
antigua ley toscana fijaba un término de tres días (art. 402, $2). Pero ni
ese término resultaba satisfactorio para CARRARA, si es que se lo considera
como base de una presunción ¿uris et iure de la existencia del verdadero
hecho consumativo, que es siempre la apropiación*?.
En este sentido nos parece importante la distinción que hemos hecho
—fundada en la ley civil- entre el sujeto que sabe de la pérdida, porque la
ha visto y conoce al dueño, y los demás casos. En aquella hipótesis, en
efecto, el deber consiste en avisar inmediatamente al dueño (ex art. 2532,
Cód. Civil; art. 1955, Cód. Civil y Comercial). Esta circunstancia, que
en la ley italiana funciona como agravante, puede servir —en muchos casos,
a lo menos— para fijar el momento consumativo para nosotros. El que
ve en la calle que a alguien se le cae una cosa, y ocultamente la recoge,
sin duda se apropió de ella, porque su obligación no era la de llevarla a la
policía, sino la de dársela en seguida a quien la perdió.
$78 Conf. CarRRañBa, Programma, $ 2397, CS Tucumán, 19/4/1938, LL, 11-510, fallo
5384; CCrimCorrCap, 13/11/1939,
JA, 71-236; íd., 3/7/1940, JA, 72-11.
679 CARRARA, Programna,$ 2398. Conf. con la opinión de SOLER sobre la comisión
de este delito por parte de quien cobra o intenta cobrar un cheque hallado, CNCrimCorr,
Sala IV, 28/7/1972, “Pérez”; íd., íd., 16/2/1973, “Wierniki”; íd., Sala V, 11/7/1972, “Rodrí-
guez”; íd., íd., 26/10/1973, “Barrionuevo”, todos citados por RubraNEs, El Código Penal,
Y, p. 387, núm. 13, fai. Ver, también, CNCrimCorr, Sala I, 1987, “Espíndola”; íd., Sala
IV, 1987, “Mustafá”, citados por RomERO VILLANUEVA, Código Penal de la Nación, p. 834
y siguientes.
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96 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
“El que se apropiare una cosa ajena, en cuya tenencia hubiere entrado
a consecuencia de un error o de un caso fortuito”,
por el mismo tribunal en el sentido de que “los privilegios provienen únicamente de la ley
y no de la voluntad de las partes” (CS Tucumán, “Jurisprudencia de Tucumán”, XIV-39).
A fortiori debe decirse que solo de la ley provienen las penas y que jamás las partes pueden
crearse libremente una garantía penal.
0% El inciso fue incluido por MORENO en el Proyecto de 1917 (véase El Código Penal
y sus antecedentes, V, p. 232 y siguientes). Ninguna disposición parecida existía en el
Código anterior ni en los Proyectos de TejeDOR, de 1891 y de 1906. Véase la fundamen-
tación en el Proyecto de 1917 (Código Penal de la Nación Argentina, p. 197). Moreno
tomó esta disposición de un Proyecto del diputado DELFOR DEL VALLE, presentado el 20
de agosto de 1913 (Diario de Sesiones, 1913-11-95).
102 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
69% No parece fundado hablar de una presunción iuris et de iure de que el acreedor
trata de poseer un instrumento extorsivo, según lo dice el fallo de primera instancia en
CCrimCorrCap, LL, 18-316, fallo 9161.
70% Conf. CCrimCorrCap, LL, 22-228, fallo 11.242.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 103
79! Conf. CSJN, 18/11/1938, LL, 12-830, fallo 6103; CCrimCorrCap, LL, 11-113,
fallo 5170; íd., LL, 18-316, fallo 9161. Por la inaplicabilidad del art. 302, en tales casos,
CCrimCorrCap, 31/3/1959, JA, 1959-IV-639. Muy decidido en este sentido, MILLÁN,
Nuevo régimen penal del cheque, p. 234, y como disidente —junto con los doctores LEJARz,
CABRAL y JOFRE— en CCrimCorrCap, en pleno, 31/5/1960, LL, 98-605. Fontán BALESTRA
piensa lo mismo (Tratado, Parte especial, VI, p. 154 y 145),
104 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
b) Usura sucesiva. Está prevista en el art. 175 bis, párr. 2”, y con-
siste en la adquisición, transferencia o utilización de un crédito usurario.
Debe tratarse de un crédito usurario obtenido del modo descripto en el
párr. 1? de la disposición; vale decir, a través de una usura de crédito o
de una usura extorsiva. Lo que hace el autor en esta modalidad es sim-
plemente hacer circular (negociar) el crédito obtenido en las condiciones
originales.
Sujeto activo puede ser cualquier persona, pero debe ser una per-
sona distinta del autor de la usura originaria. El delito se comete con la
adquisición (p.ej., compra), transferencia (p.ej., cesión, venta) o utilización
(p-ej., hacer valer el crédito judicialmente) del crédito, sea en forma one-
rosa o gratuita, Lo que importa es la negociación de la usura principal.
Subjetivamente, el tipo exige que el autor obre a sabiendas acerca de la
naturaleza usuraria del crédito originario y la voluntad “deliberada” de
procurar su negociación; por lo tanto, solo resulta posible el dolo directo.
Se consuma con la realización de las acciones típicas.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 109
$ 122. QUIEBRA
704 Bibliografía: ANTOLISEL, Delitos relacionados con las quiebras de las sociedades;
BoxELL1, Del fallimento, U1, p. 303 y ss.; CaRRaRa, Programma, $ 3402 y 3502; CHau-
VEAU - HÉLIE, Théorie du Code Pénal, núm. 2444 y ss.; DURRIEU FiGUEROA, Participación
en el delito de quiebra, JA, 1945-111-745; EBERMAYER - LOBE - ROSENBERG, Das Reichs,
24 Absch., p. 806; Farm - Farmt, La calificación de la quiera y la acción penal; Fixz1,
Quiebra culpable y relación de la causalidad; FRANK, Das Strafeesetzbuch, 24 Absch.,
p. 644; GaRRAUD, Traité théorique et pratique, V, p. 355; Huncria HorFBAUER, “Dos crimes
falimentares”, en Novas questóes jurídico-penais, p. 223: Von Liszt - Scumtor, Lehurbuch,
$ 137, Loch, voz “Bancarotta ed altri reati in materia commerciale”, en PeEsstixa (dir.),
Enciclopedia del diritto penale italiano, XYV, p. 401 y ss.; NuvoLoNE, Il diritto penale
del fallimento e delle altre procedure concorsuali, Maurach, Deutsches Strafrecht, Y,
p. 246; RivaroLa, Derecho penal argentino, MUI, p. 319 y ss.; Rocco, II fallimento; Sreven-
son, Do crime falimentar; Ucua, Las sanciones en la quiebra; Laje Anara, Quebrados y
otros deudores punibles,
705 No lo trataba ni lo trata el Código Penal italiano.
110 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
706 Lo observa Lonch1, también, con respecto a la legislación italiana [voz “Ban-
carotta ed altri reati in materia commerciale”, en Pessixa (dir.), Enciclopedia del diritto
penale italiano, XIV, p. 402].
707 Véase la defensa de la sola aplicabilidad a los comerciantes en CARRARa, Pro-
gramma, $ 3405 y 3406.
708 Sobre estos distintos sistemas, STEVENSON, Do crime falimentar, p. 57 y siguien-
tes. Sobre el sistema del Código Penal y sus antecedentes, Laje Anaya, Quebrados y
otros deudores punibles, p. 22 y siguientes.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 111
mente ante el fuero criminal a varios corredores de bolsa. Véase RivaroLa, Derecho
penal argentino, TIL, núm, 804 y ss, (en especial, núm, 806),
712 £ . “
112 Véase RivaroLa, Derecho penal argentino, UI, núm. 815.
112 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“17 Conf. CARRARA, Programmna, $ 3432 y ss; Muncria HorFBAUER, “Dos crimes
falimentares”, en Novas questóes jurídico-penais, p. 223; STEVENSON, Do crime falimentar,
p. 16. En este sentido, discrepamos, en general, de la tesis sostenida por Finz1, Quiebra
culpable y relación de la causalidad, p. 34, que conduce a estructurar todo un sistema
de presunciones iuris et de iure,
718 El desarrollo de Fixz1 es, sin duda, demostrativo de ciertas graves ligerezas
en que el legislador ha incurrido, especialmente por influencia de las ideas del doctor
Ramón $. CASTILLO.
7% Recomendamos la lectura del trabajo de Huxcria HorrpavER, “Dos crimes fa-
limentares”, en Novas quest0es juríd ico-penais, p. 223 y ss., en el cual se contiene una
verdadera invectiva —-que compartimos— contra el sistema de la presunción juris et de
iure y de la responsabilidad objetiva, “baldón ignominioso de nuestra época” (LOEFFLER).
Conforme con el texto, Laje Anaya, Quebrados y otros deudores punibles, p. 56.
114 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
720 Rocco, Sul concetto giuridico della bancarotta, “Rivista di Diritto Commercia-
..
le”, 1911-1-404, citado por Loxcht, voz “Bancarotta ed altri reati in materia commerciale”,
en PEssina (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, XIV, p. 466. Véase la crítica
un tanto áspera de GRISPIGNI a ese trabajo en “Scuola Positiva”, 1911, p. 605; Rocco, HI
fallimento, p. 1237. Véase, también, BonELLI, Del fallimento, TI, núm. S15.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 115
70 - o .
21 Véase en Loch no solo la exposición de la doctrina de Rocco sobre este punto,
sino la de otros muchos [voz “Bancarotta ed altri reati in materia commerciale”, en PEssINa
(dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, XIV, p. 464 y siguientes]. También es esa
la concepción de NeumevEr, Historische und dogmatische Darstellung des strafbaren
Bankrotts, p. 125, citado por Frank, Das Strafgesetzbuch, p. 645.
723 e / :
2 Fixz1, Quiebra culpable y relación de la causalidad, p, 33 y 34,
23 El mismo criterio de BoxELLI, Del fallimento, UL, núm. 815.
TO . 5 . s e
116 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
735 Para CARRARA (Programma, $ 3407, nota 1, y 3495) y CHAUVEAU y HÉLIE (Théo-
rie du Code Pénal, V, núm. 2165) ese tipo de hechos deberían constituir otros delitos sti
generis. Véase, también, LoncH1, voz “Bancarotta ed altri reati in materia commerciale”,
en PEssINA (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, XIV, p. 498 y ss., y especialmente
la opinión de ALFANI que cita en p. 499, notas 1 y 2.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 119
734 Opinión común (v.gr., Von LiszT - Scumior, Lehrbuch,$ 137, L 3).
135 Conf. GONZÁLEZ Roura, Derecho penal, II, p. 279; en CCrimCorrCap, LL,
10-287, fallo 4651, se discute la calidad de comerciante de un menor, pero la falencia
120 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
afectaba a una sociedad. En contra, Laje Anaya, Quebrados y otros deudores puni-
bles, p. 68.
136 Véase CCrimCorrCap, “Fallos”, 11-309.
737 En el Proyecto de 1940 (art. 190), Huxcria salvó expresamente, en la quiebra
impropia, la eventual responsabilidad mayor por coautoría en quiebra propiamente dicha
(cfr. “Dos crimes falimentares”, en Novas questóes jurídico-penais, p. 230).
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 121
constitutivo del delito, de una condición objetiva, sin la cual no puede haber
proceso, por falta del sujeto procesal legalmente definido”,
Esta circunstancia del delito —expresamente establecida por la ley
como una condición objetiva de punibilidad— tiene suma importancia para
fijar el momento del comienzo de la prescripción de la acción.
De acuerdo con otras legislaciones, el estado de cesación de pagos
puede ser directamente determinante del proceso penal, cosa eviden-
temente imposible para nosotros (véase $ 74, V, nota 38)**, pues solo el
comerciante declarado en quiebra reviste la calificación exigida por la ley.
La superioridad de este sistema con respecto al que consagra una total
independencia de las acciones es manifiesta. Bastará con considerar el
absurdo que supondría una condena criminal por quiebra fraudulenta y una
calificación comercial posterior como quiebra casual”, Sin embargo, la
ju risprudencia francesa no trepidó ante estas consecuencias, y se mantuvo
en una tesis que influyó en nuestra jurisprudencia más allá —a nuestro
juicio— de lo que consiente el texto de nuestra ley.
Por lo tanto, la expresa exigencia del texto del art. 176 hace para no-
sotros claro que no puede haber delito sin previa declaración del estado
de quiebra en la jurisdicción comercial, y que siendo imposible que el
juez del crimen formule tal declaración no puede iniciarse proceso sin
la existencia establecida de aquella condición. Una conclusión contraria
Este empirismo casuístico es un mal que afecta no solo a nuestra ley; así, ANTOLISEI se
queja también de la “vieja técnica casuística” (Delitos relacionados con las quiebras de
las sociedades, p. 92).
746 La definición completa de Carrara es que “cualquier acto con el cual el nego-
ciante fallido o dispuesto a quebrar haya, aunque sea indirectamente, simulado un pasivo
o disimulado un activo, en daño de los acreedores y con fin de lucro propio o de otro”
(Programma, $ 3422).
5 Conf. CCrimCorrCap, “Fallos”, T1-310, pero veremos luego algunas aclaraciones
sobre la manera de entender el perjuicio y la expresión en fraude.
124 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
746 Véase, en contra de tales construcciones “dei secoli barbari”, con respecto al
caso de los libros, CaRRARa, Programma, $ 3439. Conf. Laje Anava, Quebrados y otros
deudores punibles, p. 57.
29 Evidentemente tomada del derogado Código de Comercio. Véase la disposi-
ción del art. 1547, inc. 1, del viejo Código, reproducida por el art. 138 de la antigua ley
de quiebras 4156.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 125
150 Conf. CHauveau - HéLiE, Théorie du Code Pénal, V, núm. 2165; Carrara, Pro-
g£ramma, $ 3429.
151 Conf. CHauveau - HéLtE, Théorie du Code Pénal, Y, p. 320; GarRauD, Traité
théorique et pratique, Y, p. 362.
126 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
Con arreglo al texto del art. 176, entonces, sujeto activo del delito
—tal como ya se lo destacara claramente— es el comerciante declarado en
quiebra; por lo tanto, es un delito especial propio.
Cabe aclarar —por otra parte— que el nuevo ordenamiento civil y
comercial no solo derogó el Código de Comercio, sino que no introdu-
jo un concepto de comerciante (como en el texto anterior), de manera
que habrá que estar al concepto que proponía la doctrina con motivo del
ordenamiento derogado o bien buscar una interpretación a partir de la
regla establecida en el art. 320 del Cód. Civil y Comercial, por el que se
establecen obligaciones contables para ciertas personas —entre las que
cuenta, desde luego, el “comerciante”—, en tanto llevan a cabo una activi-
dad económica organizada sin ser empresarios (o sea, sin ser titulares de
una empresa), pues bien podrían realizar una actividad por cuenta propia,
de manera profesional, habitual y con fin de lucro. En otros términos,
estas personas, sin ser —en ciertos casos— formalmente comerciantes (al
modo conceptual que traía el digesto derogado), lo son en los hechos; por
consiguiente, son comerciantes. También se podría decir que, con arreglo
a la nueva normativa civil y comercial, el comerciante fue reemplazado
por el empresario, situación que no tiene mayor importancia desde una
perspectiva penal, pues —llámese empresario, comerciante, titular de
una empresa o establecimiento comercial o persona jurídica privada
que realiza una actividad económica organizada, industrial o agropecua-
ria— si realiza actos de comercio por cuenta propia, en forma habitual,
concurrirá en él la condición de autoría exigida por el art. 176 del Cód.
Penal. El tipo legal exige, entonces, un autor que tenga o haya tenido
la calidad de comerciante. No interesa que haya perdido esa calidad al
momento de los hechos, pues igualmente la norma lo alcanza por los actos
de comercio realizados cuando ostentaba dicha condición. La condi-
ción de comerciante debe ser declarada por el juez de comercio y su
decisión no puede ser revisada por el juez penal.
Ahora bien, ¿qué podría suceder si el juez de comercio no establece
la calidad de comerciante? ¿Puede el juez penal declarar que el autor
del delito “es” comerciante (por las evidencias existentes en el respectivo
proceso)? Consideramos que sí, que puede hacerlo, pues —por las carac-
terísticas diferenciadoras y autónomas del derecho penal respecto de otras
disciplinas del ordenamiento jurídico— no está obligado a seguir las cate-
gorías de otras ciencias para integrar sus tipos, aunque muchas veces sea
conveniente —o necesario— hacerlo, especialmente en los casos de las leyes
penales en blanco o tipos penales abiertos necesitados de complementación.
128 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
--
134
Conf. CApel Rosario, 12/8/1936, “Cooperativa Agrícola Federal”, CaRRARa, Pro-
gramma, $ 1095, nota 2, 3427 y 3489 y siguientes.
758 Lo hace CARRARA, Programma, $ 3494 y 3495.
159 En Alemania se dividían las opiniones con respecto al $ 240 de la ley concursal
de 1898 (KO). Para unos se trataba de un hecho doloso; para otros, culposo. — Pero existía
una tercera corriente según la cual, en el caso de bancarrota simple, no debía hablarse ni
de dolo ni de culpa (Frank, Das Strafeesetzbuch, L, p. 654).
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 131
cradas en el listado de delitos que se enumeran en el art. 1?, cuando hayan sido cometidos,
directa o indirectamente, con su intervención o en su nombre, interés o beneficio (art. 29).
Cfr. AROCENA - BUOMPADRE, “Compliance”, corrupción y derecho penal,
767 Conf. Creus - BUOMPADRE, Derecho penal. Parte especial, 1, p. 599 y siguientes.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 137
768 Véase sobre el tema Parry, El concurso civil de acreedores; FERNÁNDEZ DEL Ca-
saL, Rehabilitación de concursados civiles, LL, 8-1208; ALsiNa, Tratado teórico-práctico,
TIL, p. 577 y siguientes.
169 Conf. Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 362; GONZÁLEZ
Roura, Derecho penal, 1, p. 289; MoLinario, Derecho penal, p. 594; MALAGARRICA,
Código Penal argentino, UI, p. 450.
770 Se resolvió lo contrario en CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-147, con la disidencia
correcta del doctor Ramos MEjía, con respecto a sueldos, que sin duda deben ingresar,
en la medida en que son embargables. ALsixa, Tratado teórico-práctico, UI, p. 625.
138 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
penal debe ser más extensa, aun con sacrificio evidente de la libertad de
acción privada. Con respecto a un particular, los acreedores están en
mayor posibilidad de tutelar sus propios derechos.
Por otra parte, acordar mucha extensión a las infracciones de los deu-
dores envuelve el peligro de caer en la prisión por deudas, consecuencia
inconveniente —y hasta inhumana que desaparece cuando se exige que
el sujeto haya realizado actos de fraude y que, además, sea declarado en
concurso. — El traspaso simulado de bienes, sin que medie concurso, no es
delito suprimido el art. 200, Cód. Penal de 18877”-—, sino en la medida en
que sea aplicable el art. 173, inc. 6 (véase supra, $ 119, IV), o que se trate
de la situación prevista en la parte 2* del art. 179.
Son también aplicables los principios de la participación criminal”?
de igual modo que en la quiebra, y de la misma manera debe contarse la
prescripción; es decir, desde la apertura del concurso, para los actos anterio-
res. Con respecto a los actos posteriores ejecutados por el ya concursado,
mientras dura su interdicción, desde la fecha del acto.
El delito presupone la comisión de alguna de las conductas reprimi-
das a título de quiebra fraudulenta. Sujeto activo debe ser un deudor no
comerciante concursado civilmente. Como la declaración de concurso
civil es un elemento del tipo, su inexistencia lleva a la impunidad de los
actos del deudor.
Pero se puso de relieve que, después de la sanción de la ley de con-
cursos 19.551 y de sus modificatorias —en especial, la ley 22.917—, ya no
cabía hablar de concurso civil, habida cuenta de la unificación de proce-
dimientos concursales para comerciantes y no comerciantes (art. 6*, ley
22.917). Por lo tanto, para la apertura de los concursos regulados por
la ley bastaría “el estado de cesación de pagos, cualquiera sea su causa
y la naturaleza de las obligaciones a las que afecte”. Sin embargo, la asi-
milación que esta hizo entre comerciantes y no comerciantes lo era al solo
efecto de la regulación del proceso concursal -como hemos dicho-, objetivo
que no basta para extender las disposiciones de la ley penal aplicables a
los comerciantes, sociedades comerciales y personas jurídicas que ejerzan
el comercio (art. 178) a los deudores no comerciantes mencionados en el
art. 179, parte 1*, como tampoco para hacerles pasibles de las formas cul-
posas de la infracción art. 177.
“Será reprimido con prisión de seis meses a tres años, el que durante
el curso de un proceso o después de una sentencia condenatoria, malicio-
samente destruyere, inutilizare, dañare, ocultare o hiciere desaparecer
bienes de su patrimonio o fraudulentamente disminuyere su valor, y de
esta manera frustrare, en todo o en parte, el cumplimiento de las corres-
pondientes obligaciones civiles””?.
773 La nota explicativa de la comisión decía: “Con la nueva figura agregada al art.
179 se cubre un vacío señalado por la comisión encargada del estudio de las reformas
procesales. En ella se considera una forma gravísima de inconducta que ciertamente
rebasa los límites de una mera deslealtad procesal, para asumir verdaderos caracteres de
fraude, pues consiste en disminuir maliciosamente o en hacer aparecer como disminuido
un patrimonio, frustrando así el cumplimiento de una obligación demandada o en vías de
ejecución. No se trata de reimplantar la prisión por deudas: la disposición no castiga al
que no cumple porque no puede, sino al que no cumple queriendo aparentar que no puede.
Hemos tratado de dar al texto una forma que descartara de plano los problemas que
podrían presentarse si se hicieran referencias a “enajenaciones fraudulentas o simuladas”,
contenidas en el texto de algunas leyes (Proyecto Tejedor, 11, I, Tít. 8, $ 3, 3; Código de
1887, art. 200, inc. 2). Fijamos el momento consumativo que corresponde a una figura
de daño, optando así por el que consideramos mejor sistema en este punto, según puede
verificarse mediante la comparación de los textos siguientes”,
“HA La nota de la comisión citaba los Proyectos Villegas - Ugarriza - García (art.
325), de 1891 (art. 216, inc. 1), los Códigos paraguayo (art. 272), cubano (art. 535), hon-
dureño (art. 518), nicaragúense (art. 501), colombiano (art. 421), salvadoreño (art. 478),
chileno (art. 466) y guatemalteco (art. 408), el Proyecto Correia (art. 226), el Código ale-
mán ($ 288, RStGB), el Proyecto alemán de 1960 ($ 269) y los Códigos español de 1850
(art. 519) y de 1870 (art. 44), griego (art. 397), italiano de 1890 (art. 388), noruego (art.
282), sueco (arts. 280 a 282), austríaco (art. 205, b) y polaco (art. 282).
115 «Alzamiento” es el nombre español tradicional (Pacneco, El Código Penal, UI,
p. 338; RoprícuEz Devesa, Derecho penal español. Parte especial, p. 418), que a partir
de TejeDOR entra en nuestro derecho. En el derecho alemán (3 288, RStGB), el hecho
se llamaba desbaratamiento de ejecución (Vollstreckungsvereitelung). Cfr. WELZEL, Das
Deutsche Strafrecht, p. 344; Von Liszt - Scumtor, Lehrbuch, $ 138,
716 Conf. WeLzEL, Das Deutsche Strafrecht, $ 53; Une, Once nuevos delitos, p. 32.
140 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“17 Esa era la técnica de la ley alemana ($ 288, RStGB “ejecución inminente”-).
Conf. SCHÓNKE - SCHRÓDER, Strafgesetzbuch, $ 288, IL.
178 Conf. Une, Once nuevos delitos, p. 34.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 141
779 En el Código español de 1944 (art. 519), esta era la única forma del de-
lito de alzamiento (DeL RosaL - Coño - MOURULLO - CasTrO, Código Penal, p. 686).
Véanse también las amplias fórmulas de los Códigos colombiano (art. 421) y chileno
(art. 466).
80 Cfr. Proyecto alemán de 1969, $ 275 (destruye, daña, inutiliza o aparta); Códigos
griego, art. 397 (daña un elemento de su patrimonio, destruyéndolo, dañándolo, ocultán-
dolo o enajenándolo sin recibir el equivalente), noruego de 1951, art. 282 (muy amplio:
procura impedir —callando, engañando o de cualquier otra manera—) y polaco, art. 282
(sustrae, daña, enajena o grava).
81 Enel Código alemán ($ 288), aun cuando en el fondo se atienda a la frustración
del derecho, al no mencionarse la destrucción, para algunos resulta dudoso que quede
comprendida. Así, FRaNk, Das Strafgesetzbuch, $ 288, p. 680, aunque reconoce como
prevaleciente la idea de considerarla incluida; Von Liszr - Scumior, Lehrbuch, $ 137,
nota 9, y 138; Mauracn, Deutsches Strafrecht, UL, $ 34, ll; SCHONKE - SCHRODER, Straf-
gesetzbuch, $ 288, IU, 4, e.
142 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
185 En el art. 388 del Código italiano, que tiene en esto semejanza —según JAn-
NITTI-PIROMALLO-, la cláusula juega como condición objetiva de punibilidad (Dei delitti
contro Vamministrazione della giustizia, p. 329), y también por eso considera imposible
la tentativa. Así piensa también MaAnzint, Trattato, VIT, p. 869. En contra, MAGGIORE
cree posible la tentativa (Diritto penale, UH, p. 310).
144 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
186 Véanse los alcances que le acuerda MORENO (El Código Penal y sus antecedentes,
V, p. 262); los reparos de Jorr£ (El Código Penal de 1922, p. 289) y la tercería de MaLa-
GARRIGA en la polémica de ambos (Código Penal argentino, p. 451 y 452).
787 Estas complicaciones no existen solo frente a nuestra ley. Véanse, con res-
pecto a la italiana, BoneLL1, Del fallimento, UL, p. 396 y ss., y LoncHt, voz “Bancarotta
ed altri reati in materia commerciale”, en Pessixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale
italiano, XIV, p. 632 y siguientes. La disposición de la ley alemana es mejor (véase FRANK,
Das Strafeesetabuch, $ 243, KO, y EBERMAYER - LoBE - ROSENBERG, Das Reichs, $ 243,
KO; Von Liszt - Scamior, Lehrbuech, $ 137, TV, 3).
78 En este sentido está errado MorExo, El Código Penal y sus antecedentes, V,
p. 263, cuando hacía referencia al inc. 3 del art. 1401 del Cód. de Comercio originario
(que correspondía al art. 1416, inc. 3, del ahora derogado) como hipótesis que tenga algo
que hacer con la del art. 180.
e La ley italiana expresamente se refiere él procurarse una ventaja con modos
BoxeLL1, Del fallimento, VI, p. 404, y LoncHt, voz “Bancarotta ed altri reati in materia
commerciale”, en PEssixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, XIV, p. 633.
790 Esta es la opinión de LoxcH1, voz “Bancarotta ed altri reati in materia commer-
ciale”, en Pessixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, XIV, p. 634,
791 BONELLL Del fallimento, TI, p. 402 y siguientes.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 147
782 Conf. Von LiszT - Scamibr, Lehrbuch, $ 137, IV, 3: BONELLI, Del fallimento, UI,
p.399. En contra, Frank, Das Strafgesetzbuch, $ 243 de la KO, solo limitado a ventajas
patrimoniales frente a los otros acreedores, lo mismo que EBERMAYER - LoBE - ROSENBERG,
Das Reichs, $ 243 de la KO, 3 y la mayoría de los autores italianos.
2% Por la impunidad, CarRara, Programma, $ 3471 y 3472; EBerMaYER - LobE -
ROSENBERG, Das Reichs, $ 243 de la KO; Frank, Das Strafgesetzbuch, $ 243 de la KO:
Von LiszT - Scómibr, Lehrbuch, $ 137, IV, 3; Loncnt, voz “Bancarotta ed altri reati in
materia commerciale”, en Pessixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, XIV,
p. 637.
79 Como ocurre en la ley alemana (cfr. EBERMAYER - LOBE - ROSENBERG, Das Reichs,
$ 243, KO; Frank, Das Strafeesetzbuch, $ 243, KO; Von Liszr - Scamior, Lehrbuch, $ 137,
IV, 30). GonzáLEz Roura parece guiarse por la opinión válida para otras leyes (Derecho
penal, 1, p. 289). Es interesante verificar que BONELLI —no obstante el texto italiano y
148 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
indiferente, eso sí, que el pacto celebrado con anterioridad se cumpla o no.
Basta con que el voto haya sido dado en la esperanza de la ventaja, y por
eso los alemanes a este delito lo llamaban, sencillamente, “venta del voto”.
Debe tratarse de la venta del voto. Por lo tanto, no resulta punible
el acreedor que vende el documento, aunque lo haga a un amigo del fallido
que votará de determinada manera”,
La versión actual del art. 180 es la original del Código, cuya vigencia
fue restablecida por la ley 23.077.
En consonancia con la disposición comentada, se deben tener presen-
tes los arts. 49, 60, ss. y concs. de la ley de concursos y quiebras 24.522.
$ 123. USURPACIÓN
TOS qe cs .
98 Véase la Exposición de motivos en PIÑERO - RIVAROLA - MATIENZO, Proyecto de
Código Penal para la República Argentina, p. 169 y 170. El texto actual proviene del
Proyecto de 1960. Conf. nuestra nota a los arts. 223 y 224,
e ns 2d:
9 Es tradicional porque ya la empleaba TEjEDOR (cfr. Proyecto de Código Penal,
p. 405), tomándola de PacHEco, para quien “lo que el Código llama en este capítulo usur-
150 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
pación, se ha llamado por lo común despojo en nuestras leyes y por nuestra práctica” (El
Código Penal, UI, p. 331).
50% Pirro - RivaROLA - MArIENzO, Proyecto de Código Penal para la República
Argentina, p. 170.
501 Véase Código Penal de la Nación Argentina, p. 385 (ver, también, p. 197).
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 151
$0 Según RuBIaNEs, el texto solo es aclaratorio (El Código Penal, UI, p. 273), acla-
ración que una jurisprudencia incierta hacía necesaria.
308 Véase IMPALLOMENI, 11 Codice Penale italiano, UL, p. 331; Mano, Commento al
Codice Penale italiano, 1V, p. 139.
$04 Conf. Manzint, Trattato, VUIL, p- 510; Puctia, en Pessina (dir.), Enciclopedia
del diritto penale italiano, X, p. 451.
152 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
5035 Sobre la operatividad del art. 2240 del Cód. Civil y Comercial, ver La ANAYA,
La legítima defensa en el nuevo Código Civil, “Comercio y Justicia”, 29/7/2015.
506 RivaroLa, Derecho penal argentino, IU, p. S14.
$07 Conf. Manzis1, Trattato, VU, p. 510.
508 Fuero Juzgo, 1, 2, tít. 1, lib. VIIL.— NoúKxEz insiste correctamente en el aspecto
de despojo, frente a la sentencia dictada en CCrimCorrCap, “Belmattino” (Usurpación.
Despojo y turbación de la posesión, LL, 71-610).
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 153
$1 Conf. Pacheco, El Código Penal, UI, p- 331; Tejebor, Proyecto de Código Penal,
p. 405; RivaroLa, Derecho penal argentino, UL, p. 314 y 315; CFed BBlanca, 7/7/1943, LL,
31-799, fallo 15.838. En contra, la CCrimCorrCap, JA, 3-849; C2"Apel Corrientes,
LL, 26-266, fallo 13.377, y JA, 1942-I1-149.
815 En este punto la ley se aparta del Proyecto de 1960, en el cual no hacíamos
diferencia en la gravedad.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 157
este último caso (ver art. 2238 y ss., Cód. Civil y Comercial). Ambas clases
de actos, sin embargo siempre que hayan sido ejecutados con violencias
o amenazas, e importado una restricción a los derechos del ocupante—,
están comprendidas en la figura penal.
Ya hemos visto que la pretensión de ejercer un derecho no altera la
naturaleza de este delito, y que la ley penal repudia la apelación a la vio-
lencia -en materia de inmuebles— para hacerse justicia por mano propia,
salvo en el caso del art. 2470 del Cód. Civil derogado (hoy art. 2240, Cód.
Civil y Comercial). No era fácil de explicar el motivo por el cual la ley,
en este inciso, se refería solo a la posesión, siendo que, en principio, el
primero abarcaba la mera tenencia.
La comisión de 1891 —que lo redactó- daba como fuente el art. 423
del Código italiano, pero resultaba imposible (habiéndose apartado del
sistema italiano en el primer inciso) darle la misma extensión que la doc-
trina italiana le acordaba a la ley que sirvió de fuente. Por lo tanto, los
derechos reales estaban protegidos en la medida en que se exteriorizaban
en una posesión, pero excluida la protección de la mera tenencia*'*. La
ley 17.567 corrigió ese error.
La norma civil condenatoria de los actos turbativos exige que estos
sean arbitrarios (ex art. 2469, Cód. Civil ver art. 2239 y concs., Cód.
Civil y Comercial). Desde el punto de vista penal, dada la relación que
ya hemos señalado entre este delito y el ejercicio arbitrario de las propias
razones, y teniendo presente que en este caso —a falta de la voluntad de
apoderarse— es suficiente la apelación a la violencia, es forzoso concluir en
que arbitraria es también la pretensión de ejecutar un derecho, siem-
pre que para ello se recurra, cuando menos, a amenazas. —Arbitraria será la
turbación siempre que el sujeto quiera imponer el derecho por su propia
autoridad y por la fuerza. A fortiori será arbitraria la turbación cuando
el sujeto no pretende ni siquiera ejercer un derecho supuesto.
516 En la turbación del derecho italiano está comprendido el despojo por argumento
a fortiori, de manera que la cuestión está allí resuelta en un solo precepto y no en dos.
Véase Majno, Commento al Codice Penale italiano, TV, p. 138 y 139.
SI7 Para las razones de la importancia que antiguamente tenía este delito, véase
CHAUVEAU - HÉLIE, Théorie du Code Pénal, V, p, 192; Carrara, Programma, $ 2419; Fra-
158 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
coso, Ligóes de direito penal, 1, p. 216; Digesto, tít. XXV, lib. 47, “De termino moto”;
Fuero Juzgo, lib. X, tít. 111, ley 2; Partida VIT, tít. XIV, ley 30,
515 Daba como fuentes el Código Penal (art. 197), el Proyecto Tejedor (art. 327),
y los Códigos belga (arts. 545 y 546), francés (art. 456), español (art. 535), chileno (art.
462) e italiano (art. 422).
519 En esto no se ha incurrido en los errores de que se lamentan CHAUvEAU - HÉ-
LIE, Théorie du Code Pénal, VI, p. 196 y 197; Tejebor, en su nota, hace referencia a esas
antiguas distinciones.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 159
medios empleados para marcar los confines. Es este un carácter tan espe-
cial de la figura que —para algunas legislaciones antiguas y para el antiguo
Código alemán- este delito es una falsedad documental por supresión
($ 274, 2, RStGB)%, El delito queda ejecutado cuando, sin propiamente
destruirlos, han sido sacados los signos que marcan el extremo de una
propiedad. El delito consiste en hacer desaparecer el límite. De ahí
que la destrucción parcial de un cerco (p.ej., sacando piedras de una pirca)
no constituye usurpación*”!,
La alteración ha de ser considerada con el mismo criterio. Se trata
del desplazamiento de los cercos, manera subrepticia de apoderarse de
tierras ajenas.
821 Conf. CHAUVEAU - HÉLIE, Théorie du Code Pénal, VI, p. 201; Manzint, Trattato,
VIII, p. 493 y 494,
82 Carrara, Programma, $ 2423; Fracoso, Ligóes de direito penal, l, p. 217. En
contra, MANzixt, Trattato, VII, p. 491.
Conf. con la opinión de que el sujeto activo es el ocupante del fundo vecino o lin-
dante, Núxez, Derecho penal argentino, V, p. 509, nota 43; Laje Anara, Comentarios al
Código Penal, 1, p. 229; BuomPaDRE, Manual. Parte especial, pp. 531; D'ALessto, Código
Penal comentado y anotado, p. 558; Aposo, Código Penal comentado, p. 1085. De otra
opinión —sosteniendo que el agente activo puede ser cualquiera—, RuBIANES - Rojas PE-
LLERANO, El delito de usurpación, p. 385.
823 «Para perjudicar” ($ 274, 2, RStGB y StGB); “o para sacar provecho” (Cód. Penal
italiano de 1890 —art. 422—, y de 1930 —art. 633). Eso explica el criterio contrario de
algunos autores.
$2 Cuauveau - HéLIE, Théorie du Code Pénal, VI, p- 192 (solo predios rurales).
En contra de ese criterio, GARRAUD, Traité théorique et pratique, Y, p. 699, que da como
establecida la opinión según la cual quedan también comprendidos los predios urbanos.
160 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
“Será reprimido con prisión de dos meses a dos años el que, con el fin
de obtener un provecho:
1) Desviare ilegítimamente a favor suyo o de un tercero aguas públi-
cas o privadas que no le correspondan o lo hiciere en mayor cantidad de
la debida;
$25 ( onf. GARRAUD, Traité théorique et pratique, V, p. 700; Manzint, Trattato, VII,
p- 494.
826 Sobre el aspecto civil de la legislación de aguas, Spora, Tratado de aguas.
$827 La corrección esencial es la intercalación de la frase “y con el propósito de causar
perjuicio”, hecha en el Proyecto de 1917.
28 Z ete edo
$28 PisErO - RivaroLa - MATIENzo, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
gentina, p. 170.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 161
320 2 med. e. s -
82% Véase Código Penal de la Nación Argentina, p- 197.
530 Que debería ser el objeto puro de la tutela (MoLixario, Derecho penal, p. 604).
$831 Mano, Commento al Codice Penale italiano, YV, núm. 1999; Manzint, Trattato,
VII, p. 507,
$82 Véase Carrara, Programma, $ 2440 y 3111 y siguientes.
162 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
833 Dice, en efecto, MorEnNO: “En las regiones inundables, los propietarios o posee-
dores de los campos suelen hacer obras parciales, que dan como resultado el desagúe de
unas propiedades en perjuicio de otras [...] Entre tanto, cuando una obra se realiza sin
tenerse en cuenta el perjuicio ajeno, y si como consecuencia de ella se arruina el dueño
de una heredad, no es justo que solo se produzcan consecuencias civiles” (El Código
Penal y sus an tecedentes, W, p-278). No cabe duda de que no bastan las consecuencias
civiles. ¡La duda incide en que a eso se lo pueda llamar usurpación! No parece que
el perjudicado pueda quejarse de que le han dejado poca agua. No quería caldo, y le
dan tres tazas.
85 Conf. CIApel Córdoba, 1/8/1945, LL, 39-615, fallo 19.391, donde se resuelve
correctamente que, no habiendo propósito de perjudicar, no hay usurpación de aguas.
$3 Censura el agregado también GonzáLEz Roura, Derecho penal, 1, p. 293.
836 Proyecto de 1960, art. 224. En la nota fundante decíamos: “Suprimimos el
inexplicable agregado del “propósito de causar perjuicio a otro”. Preferimos fórmulas
más sencillas y generales como las de la legislación italiana (Código de 1890, art. 422;
Código de 1930, art. 632; Código brasileño, art. 162). Por lo que hace a la agravante de
la rotura de diques nos remitimos a los principios comunes del concurso de delitos, sea
que haya daño, sea que se cree una situación de peligro común. Ambas situaciones son
perfectamente diferentes del delito contra la propiedad”.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 163
puesta por la naturaleza fluyente del objeto, que hace posible apoderarse
del agua desviándola del curso que debía tener. El agua, desde luego,
puede ser sustraída de otra manera, sacándola en recipientes, de manera
discontinua. Mientras esto no importe montar una corriente de desvia-
ción, no existirá usurpación, delito para el cual el agua debe mantener su
calidad de inmueble (ex art. 2314, Cód. Civil)9, Si lo pierde, el hecho
eventualmente podrá constituir hurto.
El acto de represar, especialmente mencionado por algunas leyes
(v.gr., art. 161, $ 1, I Cód. Penal brasileño de 1940), importa alterar el
curso natural del agua, y en la medida en que sea ejecutado con el fin de
favorecerse o de favorecer a un tercero —y sin perjuicio de lo dispuesto
en el inc. 2—, existirá usurpación , pues en este delito el hecho queda
consumado por el acto de desviar, en cuanto importa privación y aun
solo estorbo (art. 182, inc. 2), y no por el efectivo disfrute de las aguas*,
Si la privación no ha sido aun alcanzada, el hecho puede constituir
tentativa”,
La naturaleza del objeto y la forma de comisión de este delito hacen
que este hecho pueda asumir formas permanentes, aun sin necesidad de
una intervención constante del autor (v.gr., bombas u otros elevadores
de agua)”, bastando que el agua siga fluyendo. Mientras esto ocurre,
el sujeto sigue desviando; es decir, el estado consumativo permanece.
Es indiferente que se trate de aguas públicas o privadas. Basta con
que se trate de aguas que no corresponden al autor, sea que no le corres-
pondan en absoluto o que —teniendo derecho al uso de un cierto caudal—
tome una cantidad mayor que la debida.
El hecho debe ser ejecutado ilegítimamente. Esta expresión, coinci-
dente con la empleada para definir el hurto, señala no solo la obvia ausencia
de derecho del sujeto para hacer lo que hace, sino su proceder malicioso
fundado en el positivo conocimiento de la ilicitud— y la finalidad de al-
canzar con ello un beneficio para sí mismo o para un tercero.
$ 124. Daño
del dominio, sino de otro derecho que puede no ser real, con tal de que se
concrete en el uso y disposición material de la cosa dañada, como ocurre
en las cosas que alguien tiene en locación.
En la doctrina italiana, según lo hemos visto (véase supra, $ 121), se
entiende que una cosa es ajena con respecto al propietario, cuando aquella
se encuentra legítimamente en poder de otra persona. En consecuencia,
la doctrina en ese país suele admitir no solo el hurto de cosa propia, sino
también el daño de cosa propia**, cuando esta se encuentra legítimamente
en poder de otro. Esa consecuencia, no sería lógica —a nuestro juicio— con
relación a la ley argentina. El hurto y el daño de cosa propia constituyen
para nosotros una figura específica de defraudación, según el texto del art,
173, inc. 5. Antes de este no ocurría lo mismo con relación al delito de
daño y, por consiguiente, debíamos juzgar que ese hecho no generaba más
que responsabilidades civiles.
Prescindiendo del caso del dueño mismo, la cosa es ajena para el autor
independientemente del título en virtud del cual la tiene quien la posea.
En este caso, “ajena” simplemente quiere decir que la cosa no es propia
ni es res nullius. Las cosas perdidas no son res nullius, de manera que
sobre ellas puede ser ejecutado el delito de daño**,
Lo mismo que en el hurto, la cosa puede ser ajena total o parcial-
mente. El condómino, por lo tanto, puede cometer daño sobre la cosa
en cuya posesión participa.
Por lo demás, en cuanto al concepto de cosa mueble, es paralelo al
del hurto. La mención especial de animales no era necesaria. Sílo era,
en cambio, la referencia a los inmuebles.
Los documentos pueden ser objeto del delito de daño o de violación
de secretos, independientemente de su significado documental y como
valores en sí mismos (v.gr., autógrafos, documentos históricos).
La complicación que ofrece el delito de daño ha dado lugar a que se
lo defina negativamente como una infracción ejecutada contra la propie-
dad de otro sin propósito de lucro. Pero como quiera que la ausencia
de un elemento solo puede servir como criterio para afirmar que no se
trata de determinado delito, aquel criterio no constituye propiamente una
definición, sino una base para distinguir el daño de otros delitos contra el
patrimonio que requieran un específico propósito de lucro.
342 Majxo, Commento al Codice Penale italiano, UV, p. 142; MANzIN1, Trattato, VII,
p. 522 y 523,
543 Conf. MANZINI, Trattato, VU, p. 522.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 169
844 PernicE, Zur Lehre von den Sachbeschiidigungen, p. 33, citado por FERRIMI,
en PEssIxa (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, L, p. 284, que comparte ese
criterio. Véase Digesto, 9, 2.
845 Véase CARRARA, Programma, $ 2453; PucLta, en Pessixa (dir.), Enciclopedia del
diritto penale italiano, X, p. 460,
5846 Véase la definición de Von Liszt - Scumior, Lehrbuch, $ 132, 11.
170 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
81% Véase EBERMAYER - LoBE - ROSENBERG, Das Reichs, $ 303, nota 4; VoN LiszT -
Scumipr, Lelirbuch, $ 132, 1, especialmente nota 2. Véanse los ejemplos clásicos del
animal salvaje liberado del lazo, del esclavo suelto, de la cosa dejada caer in fhumen, vel
in marem, vel in cloacam (fr. 55, D.41, 1,11. 7,$7,D.4,3;fr. 27, $21, D. 9,2, y fr. 14,
$ 2, D. 19, 5).
$5 Código de 1890, arts. 424 y 430; Código de 1930, arts. 635 y 639.
172 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
851 Conf. Frank, Das Strafgesetzbuch, $ 303; I (ensuciar una cosa es daño, cuando
la suciedad ataca la sustancia de aquella).
$852 La figura del art. 430 (639) del Código italiano se refería únicamente a un
afeamiento transitorio fácilmente eliminable, sin rastros perjudiciales en la cosa
(Majno, Commento al Codice Penale italiano, YV, p. 163; Manzin1, Trattato, VU, p.
598).
$53 CCrimCorrCap, 5/12/1941, LL, 25-166, El mismo tribunal parece exi-
gir demasiado cuando requiere que las inscripciones “afecten la integridad” del muro
(CCrimCorrCap, 13/6/1950, “Sasnovicz”, LL, 60-287, fallo 2770, y su nota).
85% Conf. CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-209 (no es daño el simple hecho de sacar un
letrero del lugar en el que se hallaba).
$855 Conf. CCrimCorrCap, 3/8/1938, LL, 12-427.
856 Conf. Frank, Das Strafgesetzbuch, $ 303, TL, 1; Von Liszr - Scumior, Lehr-
buch, $ 132 (lesión de la sustancia de la cosa o de la ordenación de las distintas partes
de ella).
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 173
863 Así, CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-206; íd., “Fallos”, IV-175. Ver más casos en
RubraNEs, El Código Penal, U, art. 183,3, 7a11,
178 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
80% Los alemanes no hablan en este punto de ningún requisito extraordinario con
relación a los demás delitos (EBERMAYER - LoBE - ROSENBERG, Das Reichs, $ 303, nota 7;
FRANK, Das Strafeesetzbuch, $ 303, IV —para ambos basta la conciencia de que la cosa es
ajena y de que la acción es dañosa—). Igualmente, SCHONKE, Strafeesetzbuch, $ 303, VL
Conf. con el texto, ST ERíos, 21/8/1947, “Chiampetti”.
565 “Venganza o la única finalidad de causar daño” (CApel Corrientes, 23/11/1940,
LL, 26-266, y JA, 1942-11-149).
5866 Conf. CARRARA, Programma, $ 2453.
$67 Tras
$67 CApel Mendoza, RepLL, V, voz “Daño”, 2,
868 CFed BBlanca, 15/9/1943, LL, 32-127, fallo 15.958.
”
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 179
Dicha redacción fue dejada sin efecto por la ley 20.509 y repuesta por
la ley 21.338, hasta que la sanción de la ley 23.077 restableció el primitivo
artículo del Código (ley 11.179), para ser finalmente reformado por la ley
26.388, que incorporó figuras nuevas relacionadas con la informática en
los incs. 5 y 6, con lo que el texto vigente es el siguiente.
“La pena será de tres meses a cuatro años de prisión, si mediare cual-
quiera de las circunstancias siguientes:
1) Ejecutar el hecho con el fin de impedir el libre ejercicio de la au-
toridad o en venganza de sus determinaciones.
2) Producirinfección o contagio en aves u otros animales domésticos.
del art. 163, inc. 7, ocurriendo lo mismo con la provisión del inc. 3, también
paralela con la del inc. 8 del art. 163, en ambos casos en la versión de la
ley 17,567, provenientes del Proyecto de 1960.
El inc. 2 estaba referido al daño que recae sobre medios o vías
de comunicación o de tránsito o sobre puentes, canales, instalaciones
destinadas a servicios públicos de electricidad, sustancias energéticas
o de agua.
El carácter de este inciso, y también el del inc. 3, debía mantenerse
con rigor dentro de la simple idea de daño; esto es, descartando del hecho
toda concurrencia de peligro común derivado de la acción cometida*”.
Si se observa, todos los objetos comprendidos en los incs. 1 a 3 del ar-
tículo modificado se colocaban bajo protección reforzada. A veces, por
cuanto encerraban un valor adicional derivado de su colocación o destino;
otras veces (como vimos en ciertos hurtos), por cuanto, por necesidad, las
cosas quedaban libradas a la confianza pública, sin perjuicio de que —en
algunos casos- ambos motivos gravitan conjuntamente. La razón de las
agravaciones comenzaba y terminaba en esas consideraciones. Si el daño
recaía, por ejemplo, en una vía de comunicación de manera que con el
hecho se hubiera creado, además del daño, un peligro para el tránsito—,
la figura del daño quedaba desplazada por las que protegen la seguridad
común. Cuando se daña el asiento de un vagón de pasajeros, se comete
daño calificado, pero cuando al mismo vagón se le rompe la cadena del
freno se comete el delito del art. 190 bis.
Todos los objetos aquí mencionados estaban protegidos con indepen-
dencia de que fueran de propiedad del Estado. Este es un punto muy
dudoso en el texto original**, pero las razones de agravación fundantes de las
disposiciones de la reforma eran derivadas de otras circunstancias que en
modo alguno requerían en todo caso la propiedad fiscal de la cosa dañada.
Claro está que quedaban abarcados en gran medida bienes de propiedad
del Estado o de los municipios (los faroles de alumbrado, los árboles de
las calles y parques, los bancos de las plazas, las fuentes y estatuas), pero
la agravación no estaba fundada en la propiedad, sino en la situación, el
$77 Esta agravación se encuentra en los Proyectos de 1937 (art. 234, inc. 2) y de
1960 (art. 226, inc. 3). Es tradicional en el Código italiano (arts. 424, inc. 2? —-1890-, y
635 -1930-) y en el brasileño de 1940 (art, 163),
$78 Fracoso, Ligóes de direito penal, L, p. 236.
184 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
e
$9 Conf. BuomrADRE, Derechos de los animales, medio: ambiente
: y derecho penal,
p. 189 y ss., rectificando nuestra anterior opinión (cfr. Tratado. Parte especial, 2, p. 456).
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD 185
7 BINDING, Die Normen, L p.277, y Lehrbuch, IL, 1901, p. 3 y ss.: Von LiszT - SCHMIDT,
Lehrbuch, $ 28, UL MerkeL, Lehrbuch, p. 43 y 61 a 63; Rocco, Loggetto del reato,
$ 95 y 96.
$ Von LiszT - Scumror, Lehrbuch, $ 28, UL
% Véase EDDINGTON, La naturaleza del mundo físico. Sobre el “principio de inde-
terminación” de HEISENBERG, véase NEUSCHLOSZ, La física contemporánea, p. 166 y ss., y
Análisis del conocimiento científico.
10 En la física —desde un punto de vista gnoseológico— podrá plantearse la cuestión
de la subsistencia del principio causal, a pesar de la eficacia del otro método, pero en de-
recho no, porque a este lo que le importa es, precisamente, la eficacia. Para el derecho
basta con el principio rationis sufficientis agendi, según lo demuestra BRUERa, Ensayo
sobre el concepto filosófico-jurídico de causalidad.
192 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
M Véase Mir Pura, Derecho penal. — Parte general, p. 208 y ss.; POLaINO NAvARRETE,
Derecho penal. Parte general, 1, 1, p. 438 y ss.; BacicaLuro, Derecho penal. Parte
general, p. 231 y ss.; Busros RAMIREZ, Manual de derecho penal, p. 284, RoMEO CASABONA,
Derecho penal, Parte general, p- 99; García CavERo, Derecho penal. Parte general,
p. 399 y ss.; Roxtx, Derecho penal. Parte general, l, p. 403 y siguientes.
194 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
que hace a la agravante de la rotura de diques, nos remitimos a los principios comunes del
concurso de delitos, sea que haya daño, sea que se cree una situación de peligro común.
Ambas situaciones son perfectamente diferentes del delito contra la propiedad”.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 197
Desde luego, era un error la referencia del art. 211 a bombas y mate-
rias explosivas como medios para suscitar tumultos o desórdenes, ya que las
bombas son medios típicos de las graves figuras contra la seguridad común;
pero en vez de corregirse ese error suprimiendo esas referencias equívocas
en el art. 211, se optó por introducir modificaciones en el capítulo de los
delitos contra el orden público, y no por colocar las cosas en su lugar debido,
tanto en materia de bombas como con respecto a la fabricación o tenencia
de materiales explosivos en los arts. 211 y 212”,
20 Que fueron modificados después por la ley de reformas, de acuerdo con ese Pro-
a . z
yecto. La ley de bosques 13.273 (art. 64) creó contravenciones que no excluían la apli-
cación de las figuras más graves del Código Penal (CFed Paraná, 31/8/1950, “Zenoff”,
LL, 60-105, fallo 28.678).
198 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
constitutiva para la figura como el hecho de que ese peligro sea causado
mediante incendio, entre otras posibilidades.
Como consecuencia de ello, es forzoso que para trazar la noción de
este delito tengamos presente que el solo hecho del incendio o la explosión
no son por sí mismos constitutivos, de manera que deberemos decir que
un fuego es incendio cuando ha generado peligro, y lo mismo ocurre con
los otros casos.
Incendio y explosión son para nosotros —por lo tanto— medios solo
relativamente calificados por la ley, no constitutivos de peligro común de
manera necesaria.
Ya hemos fijado la idea que corresponde a la expresión peligro común.
Examinemos ahora separadamente los distintos medios.
“El que mediante incendio creare un peligro común para las personas
o los bienes, será reprimido con reclusión o prisión de tres a diez años.
La pena será:
a) De seis a quince años de reclusión o prisión, si hubiere peligro de
muerte para alguna persona o de que el incendio se multiplique, determine
explosiones o destruya bienes de gran valor científico, artístico, cultural,
religioso, militar o industrial,
b) De ocho a veinte años de reclusión o prisión, si se produce la des-
trucción de bienes a que se refiere el párrafo anterior.
c) De diez a veinticinco años de reclusión o prisión, si el hecho fuere la
causa inmediata de la muerte o de lesiones gravísimas para alguna persona”.
Como ya dijimos, este texto —derogado por la ley 20.509— fue repuesto
por la ley 21.338, que modificó levemente la redacción del inc. c y agregó
el inc. l, que conminaba con pena de muerte o reclusión perpetua si el
hecho fuere la causa inmediata de la muerte o lesiones gravísimas de alguna
persona y se hubiere realizado con fines subversivos.
La ley 23.077, luego de transitorias reformas legislativas, restableció
el artículo original, que es el que rige en la actualidad.
200 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
sino daño”, cuando recae sobre bienes ajenos. Esta última circunstancia
—a su vez— resulta indiferente en caso de verdadero incendio; el que que-
ma una cosa propia con peligro común, incurre en el delito de incendio.
También puede provocarse incendio quemando cosas sin valor o abando-
nadas (basuras). Por otra parte, concurriendo el peligro, es indiferente
que alguna cosa se haya quemado total o parcialmente.
El delito existe desde el momento en que concurren esos dos elemen-
tos. Este tema es objeto de discusión doctrinal.
La primera diferencia está determinada por las diversas maneras
de concebir los delitos de peligro común. En efecto, si al fuego se le
acuerda el carácter de un medio en sí mismo, calificado como presunti-
vamente peligroso, es claro que el solo hecho de excitar fuego constituirá
incendio. Para consumar el delito bastará con la acción de comunicar
fuego (prender fuego).
Era corriente en la doctrina alemana fijar el momento consumativo
de acuerdo con ese criterio, diciendo que hay incendio tan pronto como
el fuego ha sido comunicado a un objeto, de modo que este pueda seguir
ardiendo de manera autónoma después de alejado el objeto inflamante”.
En gran medida, esa concepción deriva de que algunas leyes conciben
al incendio como una forma calificada de destrucción de determinados
objetos. Por eso BINDING podía decir, con respecto a esos objetos, que la
concurrencia de un peligro es innecesaria”.
25 Cont. CFed BBlanca, 10/12/1961, LL, 26-237; SCBA, 6/8/1940, RepLL, 3, verbo
“Incendio”, 2. La Cámara de Apelaciones pronunció en este punto dos sentencias que
parecen contradictorias. En uno lo resolvió en el sentido expresado (CCrimCorrCap,
27/10/1931, “Armental”, GF, XCV-128), mientras que en el otro -muy parecido al anterior
se pronunció en el sentido del incendio (CCrimCorrCap, “Scetta”, “Fallos”, IL-5). Los
principios contenidos en ambos fallos, sin embargo, no son del todo discrepantes, pues
siempre se exige el peligro real. Parece más clara y coherente, sin embargo, la doctrina
de la disidencia del doctor Ramos Mejía, en la que se insiste -muy correctamente— sobre
el requisito de la realidad del peligro corrido.
26 Von Liszr - Scamior, Lehrbuch, $ 249, Il: EBeERMAYER - LoBE - ROSENBERG, Das
Reichs, $306, 11. La fórmula no es absolutamente idéntica en todos los autores (“weiter
brennen” y “Weiterbrennen”), lo que resulta algo equívoco, porque puede significar seguir
ardiendo y propagarse. En el primero de esos sentidos, BrxbixG, Lehrbuch, UL, p. 15 y
16; en el segundo, FRANK, Das Strafeesetzbuch, $ 306, 11 (“weiter verbreiten”, seguirse
extendiendo).
27 Binpinc, Lehrbueh, TL, 1, p. 15. También, Mauracn, Deutsches Strafrecht,
p. 456.
202 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
Esto dio lugar, en esas leyes, a la figura del incendio por comunica-
ción, que es el que se prende en un objeto no específicamente determinado
por la ley como protegido, para que se extienda a uno de los objetos pro-
tegidos. Viene esta figura del art. 434, $ 7, del Código francés de 1810,
pero para la figura general de nuestra ley —que no distingue los objetos— no
tiene aplicación.
Pero hay todavía otra razón que justifica una distinta manera de consi-
derar la consumación de este delito, determinada por la forma de expresar
la acción constitutiva. Acerca de este punto es ilustrativo lo que ocurría
con la legislación italiana. El Código Penal de 1890 definía al incendio
como el acto de “prender fuego —appicca il fuoco- a un edificio”, etcé-
tera (art. 300). Esta fórmula fue objeto de un debate que resulta muy
ilustrativo”, porque precisamente se discutió si se debía decir “appicca
il fuoco” o “appicca un incendio”. Prevaleció, en definitiva, la primera
fórmula, contra el criterio de los que creían que ese momento no era su-
ficiente, sino que debía adoptarse la otra expresión, porque ella responde
a la idea de peligro inherente a este delito. Pero es manifiesto que tanto
unos como otros entendían que es muy distinto decir “prender fuego” y
“causar incendio”?,
Esto es de consecuencias para nosotros, y lo advierte FLORIAN mismo
cuando dice que “la teoría que requiere la verificación del peligro como
elemento de la consumación sería aceptable solamente frente a aquellos
códigos [...] que de tal peligro hagan un elemento constitutivo”? Esta
es, exactamente, nuestra situación.
Hemos hecho estas aclaraciones porque, prevaleciendo en la doc-
trina un criterio diferente, es posible caer en confusión en este punto.
Así, por ejemplo, cuando MANzIMI dice que el incendio está consumado
tan pronto como el fuego ha sido comunicado, bastando con que surja
Derogado por la ley 20.509, este artículo fue restablecido por la ley
21.338 con una modificación, que consistió en agregarle el inc. dl, que im-
ponía pena capital o reclusión perpetua si el hecho fuere la causa inmediata
de la muerte o lesiones gravísimas de alguna persona y se hubiera realizado
con fines subversivos. Este artículo finalmente fue suprimido por la ley
23.077.
Con respecto a las dos figuras vistas hasta aquí incendio y explosión,
se mantuvo en parte el sistema originariamente seguido por el Código
Penal, que tomó como modelo en este punto al Código holandés. En ello
había un acierto bélico, aun cuando no siempre se mantuviera el mismo
nivel de corrección. Lo característico de la reforma fue el hecho de desta-
:ar el núcleo constitutivo del delito, consistente en crear un peligro común
(es decir, haciendo referencia al resultado, como ocurre normalmente en
la definición de los delitos materiales)”,
Ya veremos cómo considera la ley el empleo de otras formas de causar
desastres, puesto que no otra cosa son que formas o maneras de destruir
las que aquí se mencionan, pero ocurre que en otras leyes se mencionan
(y en consecuencia se limitan) los medios de desencadenar esas fuerzas
naturales —pólvora, gas, minas, rompimiento de diques— y entonces, claro
está, el ingenio humano (creador —a un tiempo-— para el bien y para el mal)
dejaba siempre en retraso a la ley penal y sus previsiones.
Explosión es la liberación instantánea e irrefrenable* de gran energía.
El origen —un tanto circunstancial-— de las leyes sobre explosivos ha dado
lugar también a que se procediera mediante enumeraciones”, y de esto ha
derivado una limitación, porque suelen ser comprendidas aquellas explosio-
nes que importan combustión y transformación de sustancias, y no bastaría
la pura compresión, como la que puede producirse con el vapor de agua”.
Para nosotros, eso es también explosión??; el que cierra las válvulas de
una locomotora, y la alimenta con fuego y agua, comete explosión.
49 Los fardos de yute son comprimidos de tal modo que, en cierto caso, al estallar
uno en depósito, perforó con gran boquete la medianera.
4 Está en un error ODERIGO, Código Penal anotado, nota 1002. La sentencia que
cita de CCrimCorrCap, 17/12/1922, JA, 9-802, considera consumativo el momento de
la explosión, correctamente. Sobre esto, véase lo que decimos al comentar el art. 187.
12 Conf. Fracoso, Ligóes de direito penal, YI, p. 627. En contra, Frank, Das
Strafgesetzbuch, $ 306, V ; Manzixt, Trattato, VI. p. 365.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 207
peligro para la vida de las personas (art. 309) También preveía el peligro efectivo el
Código holandés (art. 159, inc. 2%), citado por la comisión de 1891. Pero este sistema
es excepcional. Ver FLortan, en Pessixa (dir), Enciclopedia del diritto penale italiano,
VIH, p. 303.
46 Piero - RivaroLa - MATIENzO, Proyecto de Cód igo Penal para la República Ar-
gentina, p. 176,
47 Conf. Frank, Das Strafeesetzbuch, $ 311, L
210 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
bo
Lo
a Separar decididamente una situación de otra es una forma de aclarar
y fijar el sentido de la disposición. En la ley original y en el texto vigente
los dos criterios se acumulan y confunden, y además —siguiendo el mode-
lo— se le acuerda importancia decisiva al carácter público o privado de los
bienes puestos en peligro.
El texto según la ley 17.567 se apartó de esas cuestiones, en particular
de la que se refería al carácter público o privado de los bienes puestos en
peligro, y se atuvo -según hemos dicho— o bien a la intensidad del peligro,
o bien a la calidad de los bienes.
El peligro intensificado parece tomarse en cuenta por algunas refe-
rencias a bosques, fábricas de pólvora o de pirotecnia militar y a parques
de artillería. Por la forma de esa enumeración, sin embargo, no resulta
claro si ella se funda siempre en la naturaleza del objeto o en el hecho de
que se trate de una propiedad del Estado.
En este punto, con respecto al incendio, la ley 17.567 buscó una fór-
mula que eliminara toda enumeración y expresara un concepto al mismo
tiempo amplio y preciso, haciendo referencia al peligro de que el incendio
se multiplique”.
Bajo tal expresión no caía la simple probabilidad de propagación que
puede decirse inherente a la idea de peligro común. La razón para hacer
referencia a fábricas de pólvora o a pirotecnia consistía no ya en la simple
propagación, sino en la intensificación considerable del siniestro o en provo-
car explosiones, pues se entendió que no había motivo para hacer referencias
tan limitativas como las del antiguo texto. Desde luego, bajo la fórmula
amplia quedaban comprendidos los polvorines, las fábricas de pirotecnia, los
depósitos de combustibles, los bosques y, los pozos petroleros, entre otros.
Esta forma de agravación se daba, pues, no ya cuando el fuego de
una casa pasaba o pudiera pasar a otra casa, sino cuando pasaba o pudiera
pasar a una estación distribuidora de nafta; no ya cuando se quemaba o
pudiera quemar el árbol del jardín vecino, sino cuando el fuego entraba
o pudiera entrar en el bosque.
La agravante, con independencia de la idea de intensificación del
peligro, también podía provenir de la posible comunicación a obje-
tos calificados. Esos objetos debían ser —en todo caso— de gran valor
55 Véase CHAUVEAU - H£LIE, Théorie du Code Pénal, VI, núm. 2586; CaRRaRa, Pro-
gramma, $ 3106.
%% “La consumación ocurre aquí más tarde que en el incendio, porque aquí se exige
algo más, a saber: destrucción total o parcial de la cosa” (BiuninG, Lehrbuch, 1, 1%,
p. 21). En igual sentido, EBerRMAYER - LoBE - ROSENBERG, Das Reichs, $ 311; FRANK,
Das Strafgesetzbuch, $ 311, 1; SCHONKE, Strafgesetzbuch, $ 311, Ml; MILLÁN, en FONTÁN
BALESTRA - MILLÁN, Las reformas al Código Penal, p. 208,
60 Se trata, seguramente, de la coma más poderosa de la historia legislativa.
216 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
61 Así leen, sin embargo, MorExo, El Código Penal y sus antecedentes, W, p. 343;
MALAGARRIGA, Código Penal argentino, MI, p. 13.
$2 CowzáLez Roura, Derecho penal, MI p. 306; MaLacarRrIGa, Código Penal argen-
tino, Ml, p. 28. La fuente del art. 187 fue el art. 572 del Código español y, las del art.
194, los Códigos alemán ($ 322 y 323, RStGB) y holandés (arts. 166, 168 y 170), según
se estime que el art. 306 castigaba una tentativa. Véase IMPALLOMENI, 1! Codice Penale
italiano, YI, art. 306; Majno, Commento al Codice Penale italiano, UI, p. 131; ZERBOGLIO,
Delitti contro la pubblica incolumita, p. 120.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 217
6% Conf. en general, los alemanes (Von Liszr - Scumior, Lehrbuch, $ 149, IV; Frank,
Das Strafeesetzbuch, $ 312, UD.
64 En el derecho alemán, este delito, a diferencia del incendio, también estaba cons-
tituido por el peligro.
65 Tal vez siguen demasiado fielmente el concepto de Manzint, Trattato, VI, p. 377,
Gómez, Tratado de derecho penal, V. p. 28, y OpericO, Código Penal anotado, nota 10083.
218 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Será reprimido con prisión de dos a ocho años el que dañare o inuti-
lizare diques u otras obras destinadas a la defensa común contra desastres,
haciendo surgir el peligro de que estos se produzcan”.
Dicho texto, derogado por la ley 20.509, fue restablecido por la ley
21.338 —con elevación de las penas—, hasta que la ley 23.077 lo dejó sin
efecto, para volver a la redacción original del Código.
10 Proyecto 1891, arts. 228 y 229, Código italiano de 1890, arts. 303 y 307, Código
holandés, arts. 159, 160 y 161. Las dos figuras aparecen reunidas en el Proyecto de
1906 (art. 205).
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 221
71 Código toscano, arts. 445 a 447 y 450; Código italiano de 1890, art. 303,
del cual provenía casi literalmente la redacción del nuestro. Hacía referencia a los
diques también el Código francés (art. 437), pero la figura quedaba allí confundida
con otras.
2 Conf. Majo, Commento al Codice Penale italiano, UI, p. 129; MANZINI, Trattato,
VI, 382. Lo dice la Exposición de motivos del Proyecto de 1891 (Piero - RIVAROLA -
MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Argentina, p. 177 —peligro común
efectivo). Conf. MiLLÁN, en FONTÁN BALESTRA - MILLÁN, Las reformas al Código Penal,
p. 229
229 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“La misma pena se aplicará al que, para impedir o dificultar las tareas
de defensa contra un desastre, sustrajere, ocultare, destruyer, o inutilizare
materiales, instrumentos u otros medios destinados a la defensa común”*,
Derogada dicha reforma por la ley 23.077, el párr. 2? del artículo volvió
a la versión original del Código.
“La misma pena se aplicará al que, para impedir la extinción de un
incendio o las obras de defensa contra una inundación, sumersión, naufragio
u otro desastre, sustrajere, ocultare o hiciere inservibles, materiales, ins-
trumentos u otros medios destinados a la extinción o a la defensa referida”.
76 La disposición viene del Proyecto de 1891, el cual la toma literalmente del Có-
digo italiano de 1890 (art. 307). Este, a su vez, tiene precedentes en el Código holandés
(art. 159), el cual hablaba de quien, “intencionalmente, en ocasión o en previsión de un
incendio, esconde o pone fuera de uso ilegalmente máquinas o medios de extinción, o que
impide o estorba de cualquier manera la extinción del incendio”. El art. 160 del mismo
Código se refería en parecidos términos al caso de inundación. Véase la fundamentación
del Proyecto de 1891 (PIERO - RIVAROLA - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la
República Argentina, p. 177 y 178). El texto fue corregido por la ley 17.567, conforme
con el Proyecto 1960.
77 Conf. FLortan, en Pessixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, VUL,
p. 288 y 289; Fracoso, Ligóes de direito penal, UI, p. 650; Mano, Commento al Codice
Penale italiano, 111, p. 132; Manzint, Trattato, VI, p. 393.
78 GonzáLez ROURA exige que el desastre haya tenido principio, y para ello se apoya
en un pasaje de la Exposición de motivos del Proyecto de 1891, donde se lee que “debe
reprimirse no solamente a los que los causaren [a los estragos], sino también a los que,
224 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Será reprimido con prisión de seis meses a dos años el que por im-
prudencia o negligencia causare un desastre de los definidos en los artículos
anteriores.
La pena será de seis meses a tres años cuando hubiere el peligro con-
templado en el inc. a de los arts. 186 y 186 bis, y será de uno a cinco años
de prisión cuando ocurran los resultados previstos en los incs. b y e de los
mismos”.
El texto de la ley 17.567 fue dejado sin efecto por la ley 20.509 y res-
tablecido por ley la 21.338, añadiéndole la referencia al inc. d de los arts.
186 y 186 bis, introducido en ambos por ella. Con la sanción de la ley
23.077 se repuso la versión original del Código, pero la ley 25.189 sustituyó
el art. 189 por el siguiente, que es el que está en vigencia.
Por el juego de los nuevos arts. 186 y 189 y la derogación del art.
186 bis, se excluyen como agravantes del estrago culposo las anteriores
referencias a la eventual multiplicación del incendio o a la causación por
este de explosiones (art. 186, inc. a); la amenaza de destrucción de bienes
de gran valor científico, artístico, cultural, religioso, militar o industrial
(arts. 186, inc. a, y 186 bis, inc. a); la efectiva destrucción de esos mismos
bienes (arts. 186, inc. b, y 186 bis, inc. b); la producción de lesiones graves
o gravísimas (arts. 186, inc. c, y 186 bis, inc. c), y la circunstancia de que la
muerte o las lesiones gravísimas provocadas por el incendio, explosión o
liberación de energía nuclear se hubieran originado en hechos realizados
con fines subversivos (arts. 186, inc. dl, y 186 bis, inc. d).
bo
esta sea legalmente requerida, será reprimida con prisión de tres meses a
tres años.
La pena será de tres meses a seis años en caso de acopio de armas.
Si se tratare de armas de guerra, la pena será de dos a seis años de prisión”.
Modificado por la ley 18.953 y dejado sin efecto por la ley 20.509,
una versión sustancialmente análoga fue sancionada por la ley 20.642 y,
posteriormente, la ley 25.886, de 2004, le impuso la redacción definitiva,
que es la que está en vigencia:
Lo
on
En los dos casos precedentes, se impondrá, además, inhabilitación
especial por el doble del tiempo de la condena.
El que registrare antecedentes penales por delito doloso contra las per-
sonas o con el uso de armas, o se encontrare gozando de una excarcelación
o exención de prisión anterior y portare un arma de fuego de cualquier
calibre, será reprimido con prisión de cuatro a diez años.
3) El acopio de armas de fuego, piezas o municiones de estas, o la
tenencia de instrumental para producirlas, sin la debida autorización, será
repri mido con reclusión o prisión de cuatro a diez años.
El que hiciere de la fabricación ilegal de armas de fuego una activi-
dad habitual será reprimido con reclusión o prisión de cinco a diez años.
4) Será reprimido con prisión de un año a seis años el que entregare
un arma de fuego, por cualquier título, a quien no acreditare su condición
de legítimo usuario.
La pena será de tres años y seis meses a diez años de prisión si el arma
fuera entregada a un menor de dieciocho años.
Si el autor hiciere de la provisión ilegal de armas de fuego una activi-
dad habitual, la pena será de cuatro a quince años de reclusión o prisión.
Si el culpable de cualquiera de las conductas contempladas en los tres
párrafos anteriores contare con autorización para la venta de armas de
fuego, se le impondrá, además, inhabilitación especial absoluta y perpetua,
y multa de diez mil pesos.
5) Será reprimido con prisión de tres a ocho años e inhabilitación
especial por el doble del tiempo de la condena el que, contando con la de-
bida autorización legal para fabricar armas, omitiere su número o grabado
conforme a la normativa vigente, o asignare a dos o más armas idénticos
números o grabados.
En la misma pena incurrirá el que adulterare o suprimiere el número
o el grabado de un arma de fuego”.
“Será reprimido:
1) Con prisión de seis meses a cinco años: [...] b) El que, fuera de
los casos legalmente previstos o sin la debida autorización, introdujera en el
país, exportare, fabricare, transportare, vendiere, transmitiere por cualquier
otro título, empleare o tuviere en su poder, explosivos, agresivos químicos
o materias afines, sustancias o instrumentos destinados a su fabricación,
armas, municiones, elementos nucleares y demás materiales considerados
como de guerra.
$2 Código italiano de 1930 (arts. 435 y 678)... En el Código de 1890, art. 468,y ley
de 19 de julio de 1894. Código alemán ($ 367, 4”, RStGB) y ley de 9 de junio de 1884.
Von Liszt - Scumibr, Lehrbuch, 3 156, 11, 2, b y e.
$3 En la nota correspondiente decíamos: “Este artículo está mal ubicado entre los
hechos de intimidación pública; se trata de acciones preparatorias dirigidas a la comisión
de delitos contra la seguridad, punibles en sí mismas, con independencia de la produe-
ción efectiva de un hecho (p.ej., la explosión) o de su tentativa (p.ej., la colocación de
la bomba), responsabilidades mayores por las cuales los hechos de este artículo serían
consumidos cuando sea el caso, a título de participación.
Por otra parte, era necesario despejar la confusión que este artículo traíay que la ley
13,945 no aclaró, entre la intervención intencional y las formas meramente contravencio-
nales a que puede dar lugar el manejo autorizado de sustancias de esta clase. En esta
materia no puede aceptarse el sencillo esquema en que parece inspirada la ley 13,945,
consistente en fundar la grave responsabilidad delictual en el solo hecho de proceder
sin permiso de la autoridad, para concluir, después, autorizando nada menos que una
exención total de pena con el pretexto de la “escasa peligrosidad” del autor. Los actos
preparatorios son graves y deben ser alcanzados por una sanción adecuada en cuanto,
lo mismo que los de tentativa, tienden a un delito, aunque en este caso el hecho no
esté perfectamente individualizado. Fuera de eso, las infracciones deben mantener
un carácter leve y aun contravencional, como ocurre en los Códigos italiano, art. 678, y
alemán, $ 367, 4”.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 231
Esos detalles muestran que la figura constituye más que una forma de
intimidación pública, la incriminación de un acto preparatorio de atentados
contra la seguridad, se trata de materias susceptibles de causar estragos”,
En consecuencia, el material que solo sea idóneo para la preparación de
estruendos intimidatorios no sería suficiente, Esta figura no constituye
—ahora menos que antes— una forma preparatoria del art. 211, sino de los
delitos de este Título,
Cabe agregar él lo expuesto hasta aquí que corresponde tener en cuen-
A su vez, ello fue modificado por la ley 26.358, de 2008 (art. 1).
Lo
Qu
to
Este texto venía a corregir el que originariamente contenía el Código
Penal, que no hacía distinciones indispensables”.
Son muchas las maneras lícitas de transmitir conocimiento referentes
a explosivos; no solo lo hace el militar que enseña a los subordinados, sino
también el capataz de una fábrica de pirotecnia*”. Debía, pues, enten-
derse que se trata de actos de propaganda maliciosa o intencionalmente
dirigida a que eventualmente se produzcan grandes estragos, a que sea
aprovechada en ese sentido; el artículo corregía ese defecto. Según el
Proyecto de 1960, basta con que se den instrucciones, “debiendo presumir”
que contribuyen a la comisión de delitos contra la seguridad (art. 246), esa
fue la fórmula adoptada.
Para distinguir la acción delictiva de la lícita actividad de un profesor
que escribe un tratado sobre ese punto, bastaba el requisito del elemento
subjetivo expreso. La nivelación de las penas tornó innecesario distinguir
que las instrucciones fueran impartidas individual o colectivamente.
Dicho texto —como ya se dijo— fue sustituido por el de la ley 25.886,
respecto del cual se hará una síntesis más adelante.
los materiales enunciados en el art. 189 bis, inc. 19, párr. 1? (esto es, bombas,
materiales o aparatos capaces de liberar energía nuclear, materiales radiac-
tivos o sustancias nucleares, sus desechos, isótopos radiactivos, materiales
explosivos, inflamables, asfixiantes, tóxicos o biológicamente peligrosos).
Debe tratarse de materiales utilizables, pues solo así pueden amenazar
la seguridad común.
Para que la conducta sea típica, el agente debe tener los objetos sin
la debida autorización legal o por razones de uso doméstico o industrial.
No es autorización debida la dada por autoridad incompetente o por una
autoridad competente fuera de los casos predeterminados legalmente para
otorgarla (p.ej., supuestos en los que la ley prohíbe en absoluto el uso de
estos materiales por los particulares). La existencia de estos elementos
normativos eliminan la tipicidad de la conducta. Se trata de un delito
doloso, de peligro abstracto, que se consuma con la sola acción de tener el
objeto sin autorización, o teniéndolo sin poder justificar un uso doméstico
o industrial. No es admisible la tentativa.
lo dicho hasta aquí. En efecto, el art. 190 bis —peligro para transportes
terrestres— fue derogado por ley 23.077; el art. 191 no contempla ya los
atentados contra plantas, conductores de energía y de comunicaciones, sino
los atentados contra trenes en marcha, y el art. 192 reprime la interrupción
deliberada del funcionamiento de telégrafos o teléfonos afectados a un
servicio ferroviario, no la comisión culposa de los accidentes previstos en
el capítulo, como antes se conminaba.
Por otra parte, el inusitado crecimiento del parque automotor en el
país impulsó la sanción de la ley 26.362, de 2008, mediante la cual se dis-
puso modificar la rúbrica original del Capítulo 11 por la de “Delitos
contra la seguridad del tránsito y de los medios de transporte y de co-
municación”, incorporando a la legislación penal nuclear, como nuevo
bien jurídico, la “seguridad del tránsito”. Además, introdujo una serie
de delitos relacionados con el tránsito automotriz en el nuevo art. 193
bis del Cód. Penal, el cual —a su vez— fue reformado por la ley 27.347,
de 2017, aunque solo respecto del objeto de la acción (el automotor),
unificando los términos “vehículo automotor” y “vehículo”, de la legis-
lación anterior, por la de “vehículo con motor” en los dos párrafos de la
disposición.
La represión de estos delitos tiende, fundamentalmente, a evitar daños
o entorpecimientos susceptibles de crear un peligro común. De aquí que
estas infracciones reúnan todas las características propias de los delitos de
peligro para la seguridad de bienes y personas en general.
En los casos previstos en el art. 193 bis, sin embargo, el bien jurídico
no es la seguridad del tránsito automotor (bien jurídico que se protege
en segundo plano), sino la “vida y la integridad física de las personas”,
tanto que, si la conducta descripta como acción punible no creara un
peligro para estos bienes jurídicos individuales, quedaría fuera de la tipici-
dad penal.
Como se verá más adelante, el art. 193 bis fue sustituido —como se
dijo— por la ley 27.347, de 2017; el art. 196 por la ley 25.189, de 1999, y el
art. 197 por la ley 26.388, de 2008.
Lo
bo
Ha Ese texto provenía del Proyecto de 1891 (art. 235), el cual daba como
fuentes los $ 322 y 323 del RStGB y los arts. 166, 168 y 170 del Código
holandés”.
En la figura aparecen fundidas dos formas de naufragio que la tradi-
ción solía distinguir, así como también algunas legislaciones modernas; esto
es, el naufragio directo y el indirecto, cuyo tipo clásico es el delito de falso
faro”, el cual -en el derecho romano- era previsto como un medio para
atraer a los navegantes hacia los escollos, hacerlos naufragar y despojarlos
de sus bienes (fr. 10, D. 47, 9).
La diferencia entre actos directos contra la embarcación y actos de
otra naturaleza no parece útil, y es manifiesta la conveniencia y la sencillez
de una definición general como la adoptada por nuestra ley.
El delito consistía en ejecutar cualquier acto tendiente a poner en
peligro la seguridad de una nave. Con ese criterio, el delito se basaba
en una doble caracterización (objetiva y subjetiva). Debía tratarse de un
medio que en sí mismo representara algún peligro, y debía ser intencional-
mente empleado en esa calidad. El delito, sin embargo, no era de peligro
concreto, sino de peligro abstracto”; es decir, no se requería que un buque
determinado hubiese corrido efectivamente peligro. En este punto, en
el art. 190 se introdujeron algunos cambios importantes.
100 Destaca mucho Carrara la importancia de la alarma suscitada por esta clase
de atentados (Programma, $ 3126 y 3127).
191 El texto, con una leve variante, provenía del Proyecto de 1960. En muestra nota
fundamentamos la reforma de la siguiente manera: “La reunión en un mismo artículo de
meros actos de “entorpecimiento' del tránsito con actos que atenten contra la seguridad
pública, que tan diversa gravedad asumen, impide al art. 191 la adopción de escalas pe-
nales razonables. No se explica la baja escala penal establecida para el descarrilamiento
ocurrido, inc. 29, cuando los códigos tomados como modelo por el Proyecto de 1890
establecen escalas mu superiores; por ejemplo, el Código italiano, art. 312, cinco a quince
años (igual en el Código actual, art. 430).
246 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que inutilizare
o destruyere, en todo o en parte, las vías u obras destinadas a la comunica-
ción pública por tierra o por agua o impidiere o estorbare la ejecución de
las medidas adoptadas para la seguridad de las mismas”.
102 La función supletoria del art. 317 del Código italiano de 1890 era clara y re-
conocida (véase MANzIN1, Trattato, VI, p. 434); se refería a todo camino público. Lo
mismo ocurría con el art. 162 del Código holandés, que era la otra fuente seguida por el
Proyecto de 1891. Ese Código decía, expresamente, “cualquier obra que sirve para la
comunicación pública [...] cualquier vía pública de tierra o de agua”.
103 A pesar de ello, entienden la expresión como vía férrea GómMEz, Tratado de de-
recho penal, V, p. 53; MaLacarrica, Código Penal argentino, MI, p. 22, y Moreno, El
Código Penal y Sus antecedentes, V, p. 354, para quien el artículo cobra extensión por el
empleo de la palabra “obras”, en la cual quedan comprendidas otras vías de comunicación,
criterio que parece aceptar ÓDERIGO (Código Penal anotado, nota 1039).
10% No ya por referirse a actos indirectos o de dolo eventual —según lo entiende
GonzÁLEz Roura, Derecho penal, 111, p. 309—, sino por comprender toda clase de vías
de comunicación.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 247
105 Tan grata a MANzINI (que la acepta también en este caso, sin distinciones
—Trattato, VI, p. 435-) y siempre tan repudiada por CARRARA,
106 Por supuesto que el mismo MANzINI que siempre ve mejor los detalles que los
principios— hace la debida diferencia (Trattato, VI, p. 439).
107 En lo cual no es exacta la coincidencia entre nuestra ley y la italiana [FLoRtaN,
en Pessixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, VU, p. 354).
248 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
108 Véase el caso resuelto en CCrimCorrCap, “Fallos”, IV-176 (entre el art. 184 y
el art. 190, se opta por el primero).
109 En el Código italiano la pena del daño agravado es menor que la pena del delito
genérico contra la seguridad (arts. 424 y 317), Para nosotros, las cosas venían al revés.
10 Véanse los criterios de CarRAaRA con respecto a los desastres ferroviarios (Pro-
gramma, $ 3153 y 3154).
11 La comisión de 1891 daba como concordancias el Código Penal de 1887 (arts.
215 y 216), la ley de ferrocarriles 531 (arts. 71 y 72) y los Códigos holandés (art. 164), ale-
250 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
mán ($315, RStGB), italiano (art. 312) y húngaro (arts. 434 a 436). La ley de ferrocarriles
2873 fue sancionada en 1591; es decir, el mismo año del Proyecto referido.
112 <E] que con intención origina un peligro” (Código holandés); “de modo que
pone en peligro el transporte” (Código alemán); “hace surgir el peligro de un desastre”
(Código italiano); “pone en peligro personas o mercancías [...] o comete el crimen de da-
ñamiento de peligro común” (Código húngaro). Véanse los equívocos a que ese texto
puede dar lugar con los fallos de CFed Mendoza, LL, 11-17, fallo 5121; CFed La Plata,
22/8/1929, JA, 34-750; CFed Rosario, LL, 29-688, fallo 14,940, con nota de TisseEmBAUM,
El conflicto ferroviario.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 251
“Será reprimido con prisión de uno a seis años el que creare un peligro
para la seguridad común, en los siguientes casos:
1) Atentando contra usinas, obras o instalaciones destinadas a la pro-
ducción, transmisión, almacenamiento o provisión de electricidad o de sus-
tancias energéticas o contra instalaciones destinadas al servicio público de
aguas corrientes.
2) Atentando contra la seguridad de los medios de telecomunicación
pública o puestos al servicio de la seguridad de los medios de transporte
destinados al uso público.
3) Resistiendo la reparación de desperfectos de las usinas, obras o
instalaciones a que se refiere el inc. 1, o el restablecimiento de comunica-
ciones interrumpidas.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 253
17 El texto proviene directamente del Proyecto de 1960 (art. 249). Nuestra nota
decía: “La referencia directa a los daños o atentados contra caminos, vías, etc., se encuen-
tra en cada una de las figuras en particular: descarrilamiento, naufragio, etcétera. Este
artículo se refiere a otras obras u objetos que se vinculan con la seguridad común de modo
indirecto”,
254 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
16 La forma del artículo fue fundada por la comisión del siguiente modo: “En la
hipótesis del art. 195, precisamos que se trata del personal técnico e incluimos las aero-
naves, Como surge del texto del artículo se trata del simple abandono del puesto. — Si
con ello se creara una situación de peligro común o un entorpecimiento del normal fun-
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 255
cionamiento de los transportes el hecho caerá bajo las previsiones más graves del capítulo
que contemplan esas situaciones”.
La nota de nuestro Proyecto decía: “Prescindiendo de la referencia a los “demás
empleados”, cuyo abandono podrá constituir una infracción contravencional. También
suprimimos la diferencia entre el viaje marítimo y el ferroviario hecha por el art. 195,
porque este hecho consiste en un entorpecimiento del transporte y no en un atentado
directo contra la seguridad”.
19 Véase la fundamentación en la Exposición de motivos (PIÑERO - RIVAROLA - Ma-
TIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Argentina, p. 180).
12% Los antecedentes eran las leyes 531 (art. 75) y 2873 (art. 84), Código holandés
(art. 404) y los Proyectos de 1891 (art. 236) y de 1906 (art. 212).
256 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
121 Sobre este punto, Tissempaum, El conflicto ferroviario, LL, 29-688, donde co-
rrectamente se rechaza esa tesis sostenida en CFed Mendoza, LL, 11-17, fallo 5121. Conf.
CFed Rosario, LL, 29-688, fallo 14.940.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 257
“Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que, por im-
prudencia o negligencia o por impericia en su arte o profesión o por inob-
servancia de los reglamentos u ordenanzas, causare un descarrilamiento,
naufragio u otro accidente previsto en este Capítulo.
Si del hecho resultare lesionada o muerta alguna persona, se impondrá
prisión de uno a cinco años”.
bién el fundamento dado por la comisión de 1891, donde se dijo que este
artículo “prevé los descarrilamientos, naufragios u otros accidentes, co-
metidos por culpa o imprudencia, contra la seguridad de los medios de
transporte y de comunicación”. Y agregó —reforzando la idea— que es
obvia la necesidad de hacerlo, en razón de “las grandes desgracias que
cualquier accidente en los trenes o en los buques puede causar”.
Estas aclaraciones son importantes, porque en esta materia siempre
existe el funesto vicio de confundir las cosas y tomar como delitos contra
la seguridad algunos hechos que no son más que un daño, y ya hemos
dicho que, para constituir una infracción de peligro de esta clase —aunque
parezca paradójico—, no basta un daño cualquiera. Puede existir estrago
sin daño (el incendio de algo propio) y, por el contrarío, la existencia de un
perjuicio no significa que el hecho constituya estrago.
Arraiga aquí una diferencia fundamental entre las formas dolosas y
las culposas. Así como en algunas de las primeras hemos visto funcionar las
formas abstractas de peligro, puede decirse -con absoluta generalidad- que
no hay estrago culposo sin la efectiva producción de un peligro común
para los bienes, por la sencilla razón de que no existen delitos culposos sin
resultado, y el resultado típico para esta clase de delitos es el de peligro
común.
Estas aclaraciones son necesarias porque la ley no se refiere solo al
naufragio y el descarrilamiento, sino también a “otro accidente previsto
en este Capítulo”, y en él pueden encuadrar algunas acciones que no son
accidentes, sino infracciones de peligro abstracto; así, dañar los alambrados
de la vía ferroviaria podrá ser castigado como hecho doloso, pero no parece
que pueda serlo en la forma culposa.
En realidad, esta es una figura culposa autónoma —en cierto senti-
do- de las restantes figuras de este Capítulo, todas ellas intencionales.
Debe observarse, en efecto, que el resultado constitutivo de la figura es
diferente, pues en el naufragio y el descarrilamiento (arts. 190 y 191) las
figuras básicas quedan integradas por la creación de la situación peligrosa,
mientras que el artículo en comentario no abarca la creación culposa de
la situación de peligro, sino que ella es aplicable solo cuando el estrago ya
ocurrió. Los resultados que en aquellas figuras son mencionados como
eventos agravantes preterintencionales, aquí son elementos constitutivos de
la figura. Nótese la diferencia. En el homicidio doloso y en el culposo
el resultado constitutivo es el mismo en ambos delitos; la figura es, por
tanto, la misma. En este caso no ocurre así.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 259
123 Conf. CFed Rosario, 31/3/1949, JA, 1949, fallo 10.956. MANzINI—con respecto
a los delitos culposos— va más allá, porque dice que si la cosa es de escasa importancia, en
casos de incendio, explosión, inundación, sumersión o naufragio, y no ha sido expuesta a
daño alguna otra cosa o a peligro alguna persona, falta la objetividad jurídica de los delitos
contra la incolumidad pública, y el hecho no es punible a título de culpa, no previendo
nuestra ley el daño culposo (Trattato, VI, p. 400).
124 En este sentido, Brubinc —después de deplorar el empleo de esa palabra por la
ley— dice que el precepto solo adquiere significado cuando el $ 326 del RStGB es entendido
en el sentido de que el delito consiste fundamentalmente en el peligro contenido en la
lesión, envuelto por esta. “Sería sencillamente absurdo —agrega— castigar el entorpeci-
miento culposo de la navegación por el hecho de que un marinero, a causa de ello, se haya
roto la chaqueta” (Lehrbuch, 1, p. 56). Conf., también, Frank, Das Strafgesetzbuch,
$ 326; Von Liszr- Scumior, Lehrbuch, $ 151, 1, b y 111,2. Discrepan EBERMAYER -
LobE - RosENBERG, Das Reichs, $ 326, que trazan otra construcción,
125 Carrara, Programma, $ 3134 y 3139.
260 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
agravación las lesiones leves, que el anterior art. 192 excluía, por cuanto
solo mencionaba las graves y gravísimas de los arts. 90 y 91.
“El que, sin crear una situación de peligro común, impidiere, estor-
bare o entorpeciere el normal funcionamiento de los transportes por tierra,
agua o aire o los servicios públicos de comunicación, de provisión de agua,
de electricidad o de sustancias energéticas, será reprimid o con prisión de
tres meses a dos años”?,
A nuestro juicio, era un error del Código reunir bajo la misma figura
(y =sobre todo— bajo la misma pena) hechos tan dispares como los que
definían, por una parte, los arts. 190, 190 bis y 191 y, por la otra, este.
Si la general gravedad de los delitos contra la seguridad común arraiga
en la magnitud extraordinaria de los peligros que ciertas acciones crean,
y de las fuerzas que desencadenan, no es razonable poner al mismo nivel
las acciones que solo impiden, estorban o entorpecen el funcionamiento
de ciertos servicios!”
La figura está fundada, pues —y de manera explícita—, en esa circuns-
tancia positiva y en una condición negativa, que consiste en el descarte de
toda situación de peligro. Cuando la acción crea el peligro de naufragio,
de desastre, siempre caería bajo las figuras principales. Esta es siempre
una figura menor”,
“Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que inte-
rrumpiere o entorpeciere la comunicación telegráfica o telefónica o de otra
naturaleza o resistiere violentamente el restablecimiento de la comunicación
interrumpida”,
$ 128. PIRATERÍA
134 La tratan especialmente TURNER, Kenny's outlines oferiminal law, $ 478; Whar-
TON, Criminal law, UL, chap. LXIL, Carrara, Programma, $ 2144 y ss.; SCHIAFFINO, VOZ
“Diritto penale marittimo”, en PEssixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, IX,
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 265
Unas veces las leyes se limitan a computar como una agravante del robo el
hecho de que sea realizado en alta mar (v.gr., $ 250, RStGB)"; otras veces
los actos de piratería son objeto de leyes de carácter marítimo (art. 303,
Cód. de la Marina Mercante italiano), y en otras —finalmente— las fuentes
jurídicas en esta materia se dejan al derecho internacional y a los tratados'**,
Era esta una infracción de mucha más importancia histórica que ac-
tual. La práctica de tal infracción debía disminuir en la medida que
aumentaba la vigilancia, la seguridad de las vías marítimas y el poder de
las modernas embarcaciones, que torna casi fabulosa la hipótesis de empre-
sas criminales de tanto poder y magnitud como para lograr eficacia frente
a los modernos medios de transporte. Modernamente, sin embargo, los
transportes aéreos muéstranse bastante vulnerables ante cierto tipo de
acciones piráticas.
El concepto de este delito varía mucho, porque para algunos tal de-
signación está reservada al robo cometido en el mar'". La piratería y
la rapiña —-según ese concepto— difieren solo por el lugar de comisión'”,
La circunstancia de que la piratería fuera el robo cometido en alta
mar determinó la especialización de esta clase de infracciones, en primer
lugar, por razones jurisdiccionales, derivadas de las restricciones impuestas
por el principio territorial (acerca de las relaciones de esta infracción con el
alcance especial de la ley y con el derecho internacional, respecto de la ley
argentina, véase $ 15, VD. Aesa especialización concurre una segun-
da clase de razones derivadas —diremos- de las características mismas de
esta clase de hechos, y adquiere tanta importancia que, en realidad, con-
cluye tornando falso el principio arriba indicado, según el cual la piratería
sería exactamente un robo, con la sola diferencia de que sea cometido en
alta mar. Al menos para nuestra ley, no cabe duda de que un simple
robo no se transforma en piratería por el solo hecho del lugar de comisión.
139 Para el derecho común angloamericano, solo constituye piratería la rapiña (rob-
E - ; . , z co
bery) o la depredación que, cometidas en tierra, alcanzaran a constituir felony, pero —dada
la indefinición de este último concepto-— el límite no resulta muy claro (WHarTON, Cri-
minal law, 1, $ 26, y III, $ 2239).
M0 Pacueco, El Código Penal, Y, p. 108 (es el latrocinio del bandolero, mas en
mayor escala); WHarTON, Criminal law, UL, $ 2239; WiHrEaron, citado por CUELLO CALÓN,
Derecho penal, IL, 1, p. 27, nota 25,
MI Por eso se consideran comprendidos también los ataques contra la honestidad,
según algunos (PELLA, La répression de la piraterie, “Recueil de Cours”, vol. V, t. 15, 1926,
p. 149). En el ordenamiento español los atentados contra la honestidad son un motivo
calificante (art. 157, Código de 1848; art. 156, inc. 3”, Código de 1870).
142 Asíel Código español (véase PacnEco, El Código Penal, Y, p. 106; CueLLo CALÓN,
Derecho penal, 1, 1, p. 25). Turner, Kenny's outlines of criminal law, $ 478.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 267
Código Penal. Hasta cierto punto, podría decirse que esa calificación
redondea el verdadero concepto de la infracción, porque en ella —además
de las lesiones realmente inferidas a la propiedad- se advierte el influjo
calificante del temor y la inseguridad que en otros suscita la idea de que
por los desiertos del mar anda un bandolero poderoso y amenazante. La
libertad de los mares y del aire queda efectivamente coartada, porque se
han puesto motivos de inseguridad en su tránsito; se han suscitado peligros
extraños a los riesgos de la navegación misma.
143 Conf. SCHIAFFINO, voz “Diritto penale marittimo”, en PEssina (dir.), Enciclo-
pedia del diritto penale italiano, YX, p. 500, y la opinión de CHEVALIER citada en nota
l. Sobre corso abusivo, QUINTANO RiroLLÉs, Tratado de derecho penal internacional e
internacional penal, L, p. 331 y siguientes.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 269
145 Recuérdense los fallos de la Corte Suprema en los que niega la aplicabilidad de
la amnistía política a los actos de barbarie inútil (Fallos, 21:121, y 54:464 —ver $ 20, IV—).
272 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
Dice bien PacnHeco que no se trata aquí del capitán que se rinde
por miedo. No es la posible cobardía, sino la connivencia, la tolerancia
complaciente, la entrega con voluntad no coartada. El valor no es una
obligación, dice aquel autor; no haberlo tenido será un motivo de respon-
sabilidades de otro género, pero no ciertamente penales'*.
El mismo aspecto de connivencia se muestra en la disposición del
inc. 5. Ante el ataque exterior, y los aprestos para la defensa, cualquier
oposición por amenazas o violencias a esos preparativos o a esas disposi-
ciones importa favorecer efectivamente —aun cuando no exista convenio
previo— los actos del pirata.
Esta figura es el equivalente de la que hemos encontrado en otros
delitos contra la seguridad, consistentes en obstaculizar las medidas contra
la propagación de estragos o en oponerse a la extinción de este.
destinados a la piratería”,
la disposición
que pado
equi proyecta
ino a la piratería y quedaría comprendida en
dest**.
con mos”
15% PisERO - RIVAROLA - MArIENzO, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
gentina, p. 183 y 184.
151 Moreno, El Código Penal y sus antecedentes, V, p. 384; Gómez, Tratado de
derecho penal, V, p. 97.
182 Conf. Pacneco, El Código Penal, IL p. 112.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 275
183 Solo por efecto de algunos errores aislados hemos visto quebrarse tal principio
en nuestra legislación.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 277
156 Daba como fuentes los Códigos holandés (art. 172), alemán ($ 324, RStGB),
húngaro (art. 315), italiano (arts. 318 y 319) y español (art. 357, inc, 2”). La ley 17.567
agregó “contaminare”, tomada del Proye ecto de 1960 y del Código peruano (art. 274). Dijo
la comisión: “Hay que tomar en cuenta las irradiaciones producidas por sustancias radiac-
tivas, liberación de energía nuclear, de materias ya utilizadas, etcétera”.
157 Conf. MANZINL, Trattato, VI, p. 444 (peligro producido); Frank, Das Strafge-
setzbuch, $ 324, 1 (delito de peligro abstracto). También Fracoso, Ligóes de direito
penal, TI, p. 771, y Huncrta, en AA.VV., Comentários ao Código Penal, IX, p. 109.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 279
tancias nocivas” (art. 296). Por su parte, la ley italiana anterior, en el art.
318, se refería a la acción de envenenar o corromper, y no a la de adulterar,
con la cual se estructuraba la figura algo menor- del art. 319'%. Pero en
nuestra ley se encuentran castigadas dentro de la misma figura las acciones
de envenenar y las de adulterar. En los casos de simple adulteración será,
por lo tanto, una cuestión de hecho la de determinar si se trata o no de
una adulteración peligrosa para la salud.
Los objetos sobre los cuales recae la acción de envenenar, contaminar
o adulterar son por nuestra ley bastante limitados'*; a saber, el agua potable
y las sustancias alimenticias o medicinales.
“Agua potable” es el agua destinada al consumo por ingestión, sea
que se la emplee para beber o solo para preparar comidas. La expresión
“potable” no tiene nada que ver con el sentido de agua pura o perfecta.
Un agua deficiente, pero de la cual la gente bebe, puede ser envenenada,
No están comprendidas, en cambio, las aguas exclusivamente destinadas
a abrevar animales o a lavar!'?,
“Sustancias alimenticias” es expresión de sentido claro y comprende
toda clase de materias destinadas a ser ingeridas, como comidas o bebidas,
incluso el hielo.
No se requiere, en cambio, esa característica en las medicinas. Pue-
de tratarse de medicamentos destinados o no a la ingestión. Basta con
que se trate de compuestos medicinales destinados al uso humano, de
manera que están comprendidos específicos del tipo de las pastas dentí-
fricas, cremas de la piel y otros así.
En este punto, no existe una perfecta coincidencia entre el art. 200
y el art. 201, pues en este último se menciona también a las mercaderías,
expresión dentro de la cual se comprenden, por ejemplo, los jabones co-
munes. — Pero el art. 201 hace aplicables las penas del art. 200, de manera
que el resultado es prácticamente ampliatorio del alcance de este articulo.
En los tres casos —aguas, sustancias alimenticias o medicinales— se
requiere que estén destinadas al uso público o al consumo de una colec-
16% Diferencia análoga subsistía -con algunas variantes en el Código Penal de 1930
(arts. 239 y 440).
161 En esto también difieren las leyes. El $324 del RStGB en este punto resultaba
más amplio, así como en otros era más estrecho. Se refería, además del agua, a objetos
destinados a la venta o al uso público, lo cual tiene mucha mayor amplitud, por cierto.
o Lo s z z elaz
162 Otra diferencia con el derecho alemán, que comprendía a estas últimas, pues
el lavado es un uso público.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 281
160 Conf. BinbixG, Lehrbuch, 1, Y, p. 69; Moreno, El Código Penal y sus antece-
dentes, V, p. 399; OperIco, Código Penal anotado, nota 1086.
167 Conf. Frank, Das Strafeesetabuch, $ 324, L
165 En este sentido, la disposición es acaso más amplia que el art. 320 del Código
italiano. Véase también Gómez, Tratado de derecho penal, Y, p. 114, donde rechaza la
aplicabilidad del criterio de Maxzimt.
284 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
de nuestra ley es más expresiva y más justa, porque no pone a cargo del
vendedor la ignorancia de lo notorio en que un eventual comprador puede
encontrarse. Todos los días se expenden legítimamente sustancias peli-
erosas para la salud; especialmente los medicamentos, en los cuales ciertas
diferencia en las dosis alteran considerablemente los efectos.
Por eso consideramos justo definir el delito como la acción de expen-
der dlisimulando el carácter nocivo. Debe haber una ocultación. Los po-
sibles peligros notorios no pueden computarse en contra del expendedor'*,
La existencia de ese requisito hace de esta una figura con un elemento
subjetivo específico que debe concurrir positivamente. El efecto ordina-
rio de una previsión de ese tipo es el de eliminar la posible imputación del
hecho por mera culpa, pero en este caso, esa otra forma de imputación
estaba expresamente prevista por el art. 203",
El texto del art. 201 en vigencia es el siguiente.
169 En un caso bien resuelto por el doctor ArTeMIo MORENO —y confirmado por la
ámara de Apelaciones—, aun cuando hubiese existido la posibilidad de algunos daños,
estos no habrían podido ponerse a cargo del vendedor, siendo bien notorios los efectos que
puede producir un aparato en ese género llamado de ortopedia sexual (CCrimCorrCap,
LL, 12-91, fallo 5745).
11% No obstante esa previsión especial, GÓMEZ considera que este hecho no es imputa-
ble por culpa (Tratado de derecho penal, V, p. 114). Véase lo que decimos al comentar
el art. 203.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 285
115 Lo dice concretamente el doctor Casas PERALTA en su voto en SC BA, LL, 23-
325, fallo 11.812, aun cuando no es el problema resuelto en el caso,
288 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
Por inadecuada que sea la figura, según la ley 12.331 (art. 18), es apli-
cable al contagio venéreo. — Por la misma severidad de la escala penal”, es
preciso atenerse muy estrictamente a la exigencia de dicho art. 18, el cual
pone como condición que el sujeto se sepa afectado de una enfermedad
venérea. Tratándose de una exigencia positiva de carácter psíquico, este
requisito constituye un elemento subjetivo de la figura que no puede ser
suplido por la obligación que el sujeto tuviera de saber'”.
Es más, constituye un error identificar ese enunciado con la culpa-
bilidad misma. Tal enunciado no es sino un elemento fáctico (psíquico)
de la figura, sin cuya concurrencia en este caso fallaría de modo patente
el encuadramiento del hecho. Por otra parte, la existencia de ese co-
nocimiento no supone necesariamente, por sí mismo, la existencia de
culpabilidad"”, la cual en este caso se apoya en ese conocimiento, pero no
consiste en él -que es un mero dato—, sino en el conocimiento y la voluntad
del hecho definido por la ley como delito; esto es, en el hecho de propagar
la enfermedad, o bien -de acuerdo con el art. 18, ley 12.331- en el de
contagiarla,
Es, por lo tanto, errado suponer que dicho art. 18 alteró el régimen
de la culpabilidad, su gradación y sus formas'”?, así como no está derogado
en ninguno de los numerosos casos en los que el Código constituye una
figura sobre la base de un elemento subjetivo expreso. Sería algo sin
precedentes acordarle a la ley 12.331 semejantes efectos. En realidad,
puede decirse que dicha ley no tiene nada que ver con los principios de la
culpabilidad. El efecto de una disposición de ese tipo (contrariamente
a lo que se ha entendido muchas veces) no es ampliatorio del dolo hasta el
extremo de transformarlo todo en dolo, sino que más bien —al contrario—
116 Véase el serio problema que crea a la conciencia de un magistrado esa escala
penal, en el voto del doctor Gascón en CApel BBlanca, LL, 20-362, fallo 10.304,
177 En esa confusión cae la sentencia dictada en CApel BBlanca, LL, 20-362, fallo
10,304, con disidencia del doctor Gascón. En sentido correcto, CS Tucumán, LL, 24-
240, fallo 16.895 y CFed BBlanca, LL, 29-495, fallo 14.857.
18 Lo prueba NúSEz con un ejemplo (quien sabe que padece de una enfermedad
transmisible puede contagiarla sin ser culpable, por haber creído por error que el Otro
180 Según se lo afirmó en SCBA, LL, 23-325, fallo 11.812. Parecen creerlo tam-
bién Rojas y BONNET (El contagio venéreo ante la medicina forense, p. 37 y 38).
181 Recuérdese la terminología de Carrara, Programma, $ 66.
290 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
El artículo provenía del Proyecto de 1891, y fue tomado del art. 323
del Código italiano de 1890, referido a los casos de envenenamiento de
aguas, a la adulteración de alimentos y medicinas, al expendio de sustan-
cias adulteradas, a la venta irregular de medicinas y al expendio de
sustancias alimenticias no genuinas.
La ley 26.524 sustituyó ese texto por el siguiente, que es el que está vigente.
B2 . . q
182 Conf. Fontán BaLEstTRa, Delitos sexuales, $ 175.
183 Esto le hace decir a GÓMEZ que el delito del art. 201 no puede ser cometido
por culpa (Tratado de derecho penal, V, p. 114). La conclusión parece precipitada. La
situación es muy parecida a la del antiguo Código italiano, en particular con respecto a
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 291
la falsificación, que también admitía la forma culposa de comisión según aquella ley y la
doctrina correspondiente (p.ej., MANzIx1, Trattato, VI, p. 449, 468, 480 y 487).
18% Conf. CApel Rosario, “Recopilación Ordenada”, cuad. 7 bis, p. 96; CFed BBlan-
ca, LL, 29-495, fallo 14.857, CFed La Plata, 20/4/1932,
JA, 37-1259.
185 La comisión fundamentó el cambio diciendo: “Volvemos al texto original del
art. 204, con algunas leves modificaciones de forma. — Eso sí, suprimimos la agravación
por resultado de enfermedad o muerte, que erróneamente había sido llevada a una escala
de tres a quince años, sin advertir que es condición de la aplicación de este artículo que
las sustancias no sean peligrosas para la salud, pues en tal caso el hecho encuadrará en
los arts. 201 y 200 (diez a veinticinco años si se produce la muerte y tres a diez en caso
contrario)”,
Sigue en eso el Proyecto de 1960 (art. 260). Nuestra nota decía: “No debe con-
fundirse esta figura con la que se refiere al suministro de medicamentos adulterados de
modo peligroso para la salud, pues en tal caso la infracción es, por cierto, mucho más
grave. No exigiendo este delito la producción de un resultado de daño o de peligro, es
improcedente la extraordinaria agravación objetiva del párrafo final del art. 204, que
partiendo de una infracción reprimida con multa, sanciona con pena de tres a quince
años de prisión un resultado preterintencional”.
TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
Lo
co
bo
El primero de ellos decía lo siguiente.
“Volvemos al texto original del art. 204 con algunas leves modificacio-
nes de forma. Eso sí, suprimimos la agravación por resultado de enferme-
dad o muerte, que erróneamente había sido llevada a una escala de tres a
quince años, sin advertir que es condición de aplicación de este artículo que
las sustancias no sean peligrosas para la salud, pues en tal caso el hecho
encuadraría en los arts. 201 y 200”.
186 No las hacen ni FLortax, en Pessina (dir.), Enciclopedia del diritto penale ita-
liano, VUL, p. 394, ni Majxo, Commento al Codice Penale italiano, UL p. 159. MANZINI,
en cambio, exige que la calidad sea peor o que pueda perjudicar la curación (p.ej., por ser
demasiado enérgica —Trattato, VI, p. 485).
157 No parece claro que dichas obligaciones fueran observadas en CCrimCorrCap,
“Fallos”, 1-292, según lo hace notar el voto en disidencia del doctor CARRANZA GONZÁLEZ.
188 Conf. Manzix1, Trattato, VI, p. 457.
189 Excluye esa posibilidad Manzixt, Trattato, VI, p. 484, que ve en ello solo un
fraude al comercio. — Se siguió esa tesis en CCrimCorrCap, LL, 8-33, fallo 3364.
294 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Será repri mido con prisión de seis meses a tres años, el que estan do
autorizado para la venta de sustancias medicinales, las suministrare en
especie, calidad o cantidad no correspondiente a la receta médica, o diversa
19% No consideramos, pues, acertado que Díaz entendiese a esa especial agravación
como justificada (El Código Penal para la República Argentina, p. 390). Esa innova-
ción constituye otra prueba de los peligros de la improvisación penalista de algunos legis-
ladores. Andaban también ciertas instancias de la Policía de la Capital, cuva influencia
legislativa no ha sido siempre feliz.
19 Incurre en error la Cámara de Apelaciones, cuando dice que “no requiere la
prueba (?) de dolo específico alguno, bastando la de la materialidad del hecho [...] por
tratarse de un delito formal” (CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-292), El hecho de que un
delito sea formal nada significa con respecto a este punto. — Por otra parte, una cosa es
que el delito sea doloso y otra que de ello haya prueba. El Código Penal no necesita
decir nunca nada sobre la prueba,
192 Por supuesto que la forma culposa se encontraba en el Código italiano seguido
por el Proyecto de 1891, pero también fue olvidada por este.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 295
g : 2.32 2 se " ra
194 La nota correspondiente de la comisión decía: Elevamos la pena. Sustituimos
g “fr > Tr EP
1905 Así, Gómez, Tratado de derecho penal, V, p. 149; OpDErIcO, Código Penal anota-
do, nota 1100.
Lo Así CCrimCorrCap, “T. M.”, LL, 10-9, fallo 4479.
197 <No obstante los términos del art. 204 que menciona el caso de que un médico
recete alcaloides o narcóticos en dosis mayores a las que señala la farmacopea, esta ha
dejado a los médicos la facultad de determinarlas” (CCrimCorrCap, “T. M.”, LL, 10-16).
195 Se trataría de una tentativa frustrada de legislar, lo cual resultaría gracioso en
un caso en el que hubo tantos copartícipes empeñados en hacerlo.
19% Muchos médicos, en el tratamiento de toxicómanos, son partidarios de la su-
presión lenta, y ello los obliga al empleo de dosis grandes. Sobre este problema, So-
LER, Contribución al estudio del tratamiento de la morfinomanía, “La Semana Médica”,
n” 2, 1931, p. 616, y Nueva contribución al estudio del tratamiento de la morfinomanía,
“Boletín del Asilo de Alienados”, n? 1, p. 47.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 299
200 Por otra parte, parece un poco precipitado decir que para la farmacopea —en el
sentido de Codex Medicamentarius- no existen dosis máximas. También las hay, aunque
-por cierto— también de carácter general. Véanse el decreto del 9 de feb. de 1938, art.
45 (LL, 10-35, secc. legislación) y el decreto de 6 de febrero de 1943 de la provincia de
Buenos Aires, art. 32 (ADLA, 3-583).
201 A la “necesidad terapéutica” se remite, muy correctamente, el doctor NErRIO
Rojas en el Proyecto que presentó como diputado en 1942. También el doctor ArTE-
MIO MORENO (GF, CXXXIL-273). Claro está que Rojas dirige críticas a la ley vigente.
Nosotros no alabamos a la ley; tratamos de interpretarla. En tal sentido, no es este un
capricho totalmente aislado del legislador; al contrario, es muy frecuente que las palabras
de la ley no tengan un sentido coincidente con el sentido vulgar o científico (véase, sobre
esto, $ 14, especialmente nota 116, y SoLer, Las palabras de la ley).
300 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
IA “ 8 P
202 Tiene parcialmente como antecedente el Proyecto de 1960. La comisión fun-
damentó el artículo diciendo: “Inc. 1) Sustituimos la fórmula del Proyecto de 1937, art.
271 y del Proyecto de 1960, art, 262, inc. 1, así como la del art. 205, párrafo agregado
por la ley 11.309, para que el hecho no consista en un contrabando agravado. En efecto,
los estupefacientes introducidos al país tras una adecuada presentación ante la Aduana,
podrían tener un destino distinto del oportunamente declarado.
Inc. 2) Contemplamos el caso de ilegal fabricación de estupefacientes y de materias
primas destinadas a su preparación.
Anteproyecto de la Policía Federal de 1967, art. 204, inc. 2”, a; Código mexicano,
art. 194; Código cubano, art. 460, € y D.
Inc. 3) En cuanto a la tenencia ilegal de estupefacientes, hemos agregado también
el caso de las sustancias destinadas a su preparación. Además consideramos que no
constituye delito la dosis que indudablemente se refiere al consumo personal.
Proyecto de 1960, art. 262, inc. 3; Código cubano, art. 460, E (excluye de la incri-
minación al toxicómano).
Ine. 4) Código Penal, art. 204, párr. 2” Proyecto de 1937, art. 267; Proyecto de
1960, art. 202, inc. 2; Anteproyecto de la Policía Federal, art. 204, inc. 1%, c. Hemos
agregado “aplicare” porque el hecho podría no consistir en una entrega o suministro.
Inc. 5) Proyecto de 1937, art. 270; Proyecto de 1960, art. 264; Código italiano, 447;
Código brasileño, art. 281, inc. 3%, IP.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 301
a £ e e Z eds
203 Véase MiLLAN, en Fontán BaLEsTRA - MILLÁN, Las reformas al Código Penal,
p. 269. La opinión de varios magistrados en CCrimCorrCap, “Terán de Ibarra”, LL,
1966, fallo 56.021, y JA, 1966-IV-371. Votaron en el sentido del texto los doctores VERA
Ocampo, Frías CABALLERO, PANELO, Rasso, ROMERO VICTORICA, ÁRGIBAY MOLINA, ÁMALLO
y Lejarza. En el sentido de la punibilidad del toxicómano, los doctores Prars CARDO-
Na, MILLÁN, PENA, MUNILLA Lacasa, NEGRI, FERNÁNDEZ, ÁLONSO, QUIROGa, BLACK y URE.
Conf. con el texto, Fracoso, Ligóes de direito penal, UL, núm. 807, Huncria, en AAVV,
Comentários ao Código Penal, pp. 139. Véase también Fracoso, Jurisprudéncia criminal,
núm. 128,
302 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
204 En su disidencia en CCrim( orrCap, “Fallos”, M11-21, el doctor Lua OLmos hizo
valer -correctamente— el argumento del art. 19 de la Const. nacional y, además, el de la
impunidad del suicidio, pero esta última razón tiene menos valor, a causa de la punibilidad
del instigador y del auxiliador.
203 En contra, CCrimC corrCap, “Fallos”, [I1-21, pero véase íd., 12/7/1966, “Terán”,
JA, 1966-1V-371.
20% No compartimos la opinión del doctor Ramos Mejía cuando, en el citado fallo,
dice que, “si bien no se ha llegado a penar al toxicómano [...] se ha elegido la forma indi-
recta establecida por la última ley”. No solo no se ha llegado a eso, sino que la cuestión
de los toxicómanos no tiene solución por ese lado. En el Código italiano de 1930 original
la tenencia solo era punible cuando respondía dl fines de comercio clandestino o fraudu-
lento (ex art. 446); la tenencia para uso personal era impune (ZerBOGLIO, Delitti contro
la pubblica incolumita, 1935, p. 189; MacGIoRE, Diritto penale, art. 446). El art. 38 de
la convención única, ratificada por la Argentina en 1963, obliga a las partes a considerar
“especialmente las medidas que puedan adoptarse, para el tratamiento médico, el cuidado
y la rehabilitación de los toxicómanos”. Se ha pretendido fundar en esto la obligación
de castigar la tenencia de una dosis para consumo.
207 Conf. Huxcrta, en AAVV., Comentários ao Código Penal, IX, p. 142.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 303
208 El texto del Código brasileño (art. 281, $ 3, núm. II) era muy diferente; relacio-
nado con la tenencia, no podía dar base a una interpretación semejante, según Fracoso
(Ligóes de direito penal, UI, p. 729), en contra de Huncria, en AAVV., Comentários ao
Código Penal, IX, p. 142 (la opinión de este sobre tenencia personal parece variar en su
Proyecto). Conf. Fracoso, furisprudéncia criminal, núm. 128.
304 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Será reprimido con multa de pesos diez mil a pesos doscientos mil, el
que teniendo a su cargo la dirección, administración, control o vigilancia de
un establecimiento destinado al expendio, almacenamiento, distribución,
producción o fabricación de sustancias medicinales, a sabiendas, incum-
pliere con los deberes a su cargo posibilitando la comisión de alguno de los
hechos previstos en el art. 204”.
“Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que sin au-
torización vendiere sustancias medicinales que requieran receta médica
para su comercialización”.
“Será rep rimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare
las medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la
introducción o propagación de una epidemia”,
E ¿ oy - - .
209 Véase Exposición de motivos (PIÑERO - RivaROLa - MATIENZO, Proyecto de Có-
digo Penal para la República Argentina, p. 182). El Proyecto daba como fuentes los
Códigos alemán ($ 327, RStGB), húngaro (art. 316) y de 1887 (art. 299).
210 Por desconocer esa teoría MALAGARRIGA dijo que este artículo es inconstitucional
(Código Penal argentino, UI, p. 61).
211 Conf. Frank, Das Strafeesetzbuch, $ 327, 1.
306 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
212
Conf. Binbixc, Lehrrbuch, HU, 1%, p. 91. Cuestión debatida en Alemania. Pien-
san lo contrario Frank, Das Strafgesetabuch, UL, 4, y Von Liszt - ScumiDr, Lehrbuch,
$ 152, L
213 La medida no debe ser nula (BixbixG, Lehrbuch, 1, 1, p. 90).
2 z . . : : : :
214 Así, Díaz no considera que sea aplicable a la inobservancia del horario de cierre
de un cinematógrafo (El Código Penal para la República Argentina, p. 394).
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 307
215 . >
215 Conf. Binpixe, Lehrbuch, 1, 1% p- 91; EBERMAYER - LoBE - ROSENBERG, Das
Reichs, $ 327, 9; Frank, Das Strafeesetzbuch, $ 327, UL; Von Liszr - Scum1or, Lelirbuch,
$ 152, I; SCHÓNKE - SCHRÓDER, Strafzesetzbuch, $ 32, TL.
216 Así, BrnbinG, Lehrbuch, 11, 1% p. 91, criterio generalmente compartido. El
tema del error en el caso de leyes penales en blanco es tratado especialmente por ScHóN-
KE - SCHRÓDER, Strafgesetabuch, $ 59, VUL
308 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Será reprimido con prisión de uno a seis meses o con multa de diez
mil a cien mil pesos, el que violare las medidas impuestas por la ley o por
la autoridad para impedir la introducción o propagación de una epizootia
o de una plaga vegetal”,
El artículo provenía del Proyecto de 1905, sin fundamentación alguna.
La ley 17.567 modificó el texto e introdujo la referencia a la plaga vegetal*”.
Como en el caso anterior, trátase de una ley penal en blanco, pero
-a diferencia de aquel- el blanco dejado por este artículo, según el texto
original, solo podía ser llenado por ley”. Estando dibujada en líneas
generales la figura delictiva en la ley, debían tomarse en cuenta los de-
cretos reglamentarios legítimamente dictados -en materia tan compleja y
detallista- dentro del ámbito de aquella.
Las principales eran las leyes 3959 y 4155, cuyas sanciones penales
fueron alteradas por este artículo”, transformando en verdaderos delitos
algunas infracciones de carácter contravencional?”,
221
217 “Si bien se trata de un delito de peligro abstracto y, como tal, el acaecimiento
de un peligro no constituye un elemento del tipo objetivo, lo cierto es que en las parti-
culares circunstancias en la que Costa Paz fue hallado en solitario y frente a su residen-
cia, no observamos que la conducta desplegada pueda ser encuadrada dentro de las pre-
visiones de la norma referida, en razón de su manifiesta e indudable inocuidad, lo que
determina su irrelevancia jurídico penal aun en el particular contexto pandémico que
se atraviesa” (CFedCasPen, Sala II, 16/7/2021, “Costa Paz, Julio Q.”, 2458/2020/2/CFC1).
218 Disposición semejante en el Código alemán ($ 328, RStGB). La nota de la
comisión señalaba, además de esa novedad, la referencia a la violación de medidas.
219 Se afirmó que el decr. 5153/45 derogó —al menos en cuanto se refiere a la fiebre
aftosa— el sistema represivo del art. 206 (CFed Rosario, LL, 38-263, fallo 18.800). No
vemos en qué puede fundamentarse el reconocimiento de la facultad del Poder Ejecutivo
de derogar leyes. Para salvar los inconvenientes derivados de la severidad penal del art.
206, parece preferible el camino seguido por CFed BBlanca, /A, jul. 1944, fallo 3062, al
decir que solo las formas dolosas de la antigua ley 959 caen bajo el art. 206, el cual había
dejado subsistentes las demás figuras.
220 CFed Rosario, JA, 1942-111-800, y JTSF, XX1-158.
221 Como delitos que son, la autoría debe ser apreciada con criterio estricto (CFed
Rosario, 26/5/1941, LL, 23-291; íd., 17/5/1943, LL, 30-778, y JTSF, XX1-528).
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 309
“Será reprimido con prisión de uno a seis meses el que violare las
reglas establecidas por las leyes de policía sanitaria animal”.
224 Véase la minuciosa exposición de esos sistemas en BORTOLOTTO, voz “Sanitá pub-
blica”, en PEssina (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, XVI, p. 509; en especial,
cap. II, p. 529. La ley francesa del 30 noviembre de 1892, la ley italiana de 1907 y
diversas leyes alemanas eran atinentes a este punto. Código Penal del Brasil, art. 282
y siguientes. Sobre esto, véase DE MaAGALHAESs DRUMOND, en AAVV., Comentários ao
Código Penal, YX, p. 146 y ss.; De ALMEIDA JÚNIOR, O exercício da medicina e o
novo Código Penal, “Revista Forense”, 86, 1941, p. 301.
225 Véase la Exposición de motivos en Código Penal de la Nación Argentina, p. 387.
226 Conf. CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-337.
227 Así, CCrimCorrCap, 20/5/1925, JA, 16-815.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 311
Du a . . a a
225 En esos casos, los vecinos del primer pueblo podrían enviar notas de agradeci-
miento al Consejo de Higiene por la buena voluntad que les demuestra.
222 Conf. la sentencia del doctor ARANCIBIA RODRÍGUEZ, en CCrimCorrCap, LL,
32-819, fallo 16.302.
23 - AA . - mr) .. .
230 Conf. CCrimCorrí Zap, “Fallos”, 1-341 (para vender calzado, el sujeto empleaba
un aparato de rayos X para ver la adecuación del zapato al pie; el tribunal resolvió co-
rrectamente que no había delito). Lo mismo se dijo de la circuncisión (( ¿CrimCorrCap,
1/10/1937, JA, 60-243; LL, 8-361, y “Fallos”, IV-250 —véase $ 28, I-). Con respecto al
delito de ejercicio ilegal de la medicina, es perfectamente válida la razón dada por el
citado tribunal.
312 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
XVI. Abuso del título legítimo. — Los dos incisos restantes reprimen
ciertas formas de actividad de personas provistas de título o de autorización.
En el primero podríamos decir que está comprendido el charlatanismo.
241 Sobre esto, véase $ 117, IV (no es posible hablar de ardid, cuando el sujeto es
el primer engañado). NÚÑEZ considera incompatibles el ejercicio ilegal de la medicina y
la estafa (Los elementos subjetivos del tipo penal, p. 80, nota 179). No lo consideramos
así, y su error deriva —a nuestro juicio— de haber hecho consistir el elemento subjetivo del
delito de ejercicio ilegal en la intención de curar (p. 79), siendo que basta el conocimien-
to de la intención de curarse que guía a los clientes.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 315
“El que, con título o autorización para el ejercicio del arte de curar,
anunciare o prometiere la curación de enfermedades a término fijo o por
medios secretos o infalibles”.
242
Debió habérselo aplicado en CCrimCorrCap, LL, 16-874, fallo 8462, en vez
de perderse en especulaciones acerca del secreto de la patente del remedio inventado.
243 Ya lo observa GonzáLEz Roura, Derecho penal, Y, p. 321.
2 La palabra “artículo” fue puesta por la ley 11.221 en lugar de la palabra “capí-
tulo”, como dice —por error— la edición oficial.
316 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
6 BinbinG, Die Normen, L, $ 54, p. 402. Ver, sobre ello, nuestro Anteproyec-
to de Código de Faltas (art. 40). Conf. GaRRaAuD, Traité théorique et pratique, IV,
p. 78.
7 Es interesante la observación de la comisión de Legislación Penal, cuando decía
que muchas de estas cuestiones son propias de la legislación de faltas (Código Penal de
la Nación Argentina, p. 200), pues -según sabemos- es rasgo típico de estas el de ser
incriminaciones complementarias.
DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO 321
5 Carrara dice en este mismo sentido= que la instigación, como tal, debe ser
seria y pone algunos ejemplos (Programma, $ 1599). Conf. CCrimCorrCap, 21/10/1932,
“Moretti”, JA, 39-882.
% Como ejemplo de las dificultades de ese criterio, véase la contradicción entre los
arts, 21 y 281 del Proyecto Peco. En función de ellos, el que privadamente —pero sin
322 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
éxito— instiga a cometer un homicidio, puede ser castigado hasta con diez años; si lo hace
públicamente y a los gritos —pero también sin éxito—, solo tiene pena hasta tres años o
hasta dos mil pesos de multa. Esto no se salva diciendo que en el primer caso la pena
puede atenuarse libremente, porque en un Código lo que interesa es lo que el juez puede
hacer; no lo que hará.
10 Este es el criterio de CARRARA, Programma, $ 1590 y siguientes.
ll Véase la publicidad como diferencia específica en De Rubers, voz “Dei delitti
contro Pordine pubblico”, en Pessixa (dir), Enciclopedia del diritto penale italiano, VU,
p. 912, nota 15.
12 Conf. Frank, Das Strafgesetzbuch, $ 110, UL, aplicable según el $ 111, I, del
RStGB.
DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO 323
19 Código Penal de la Nación Argentina, p. 199. Este tema fue objeto de doble
votación expresa por la Cámara de Diputados. MokrEno, El Código Penal y sus antece-
dentes, V, p. 425.
20 Conf. MANZINI, Trattato, Y, p. 623; CCrimCorrCap, 21/10/1932,
JA, 39-882;
CFed Bs. As., JA, 51-808 (la propaganda de ideas comunistas o semejantes no es punible
como instigación). Estos fallos se fundaban sobre todo en la derogación expresa de la
ley 7029 por el art. 305 del Cód. Penal.
21 Conf. Carrara, Programma, $ 1603; De Rusels, voz “Dei delitti contro Pordine
pubblico”, en Pessixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, VIL, p. 921.
2 Conf. Operic0, Código Penal anotado, nota 1131.
23 Conf. CFed La Plata, 27/10/1933, “Lebensohn”, JA, 43-963.
2 Conf. CCrimCorrCap, 21/10/1932, “Moretti”, JA, 39-882.
25 Así, el fallo de primera instancia revocado en CFed La Plata, 12/9/1933, JA, 43-
963 (el Estado —se decía en él- no es una “institución”, olvidando que es una “persona”
ex art. 33, Cód. Civil).
DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO 325
“Dei delitti contro Pordine pubblico”, en Pessixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale
italiano, VI, p. 908 y 909. GonzáLEz Roura se limita a enunciar la cuestión (Derecho
penal, TI, p. 324). Díaz se pronuncia claramente por la exclusión de esta figura en caso
de existir punibilidad por el otro delito (11 Código Penal para la República Argentina,
p. 398); igualmente, OberIcO, Código Penal anotado, nota 1135. Porel concurso, GÓMEZ,
Tratado de derecho penal, Y, p. 214.
37 Conf los Códigos alemán ($ 111, StGB) e italiano de 1930 (art. 114).
35 Proviene del Proyecto de 1960, con una variante. Conforme con el sistema,
MILLÁN, en Fontán BaLESTRA - MILLÁN, Las reformas al Código Penal, p. 282.
328 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“En igual pena lla del art. 209] incurrirá quien, en tiempo de conflicto
armado incite públicamente a la sustracción del servicio militar legalmente
impuesto o asumido. Si el autor fuese un militar, el máximo de la pena
se elevará a diez años”.
“Será reprimido con reclusión o prisión de tres meses a seis años, el que
tomare parte en una asociación de tres o más personas, destinada a cometer
delitos, por el solo hecho de ser miembro de la asociación.
Para los jefes y organizadores, el mínimo de la pena se elevará a dos
años”,
332 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
* Conf. GarrauD, Traité théorique et pratique, UV, p. 80, núm. 87, a; MANzIMI,
Trattato, V, p. 65; CHAUVEAU y HÉLIE son, tal vez, demasiado exigentes con respecto al
establecimiento de la organización (1héorie du Code Pénal, UI, núm. 1086),
18 Véase, sobre esta cuestión, BUOMPADRE, Tratado. Parte especial, 2, p. 560 y ss.,
y Manual de derecho penal, p. 596 y siguientes.
2% Manzint, Trattato, V, p. 649 (“capaces de dolo”, dice).
334 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Será reprimido con prisión de un mes a dos años, el que, para infundir
un temor público o suscitar tumultos o desórdenes, hiciere señales, diere
gritos de alarma, hiciere estallar bombas o materias explosivas, las colocare
con ese fin o amenazare con un desastre de peligro común”.
56 Ver los Códigos Penales italiano de 1890 (art. 255), alemán ($ 126, RStGB), chi-
leno (art. 269) y español de 1870 (art. 197). Los dos primeros eran restrictivos en su
figura y los otros dos tenían figuras abiertas e indefinidas.
% Es este un vicio en el que cae más de una vez nuestra legislación (después de
enumerar los medios tradicionalmente conocidos de una figura, agregar frases genéricas
referentes a “cualquier medio”, que rompen los moldes de la figura y tornan sin sentido la
enumeración). Sin embargo, en casos de ese tipo el medio suele ser la razón para elevar
a delito una simple contravención, como si el delito no fuera sino una contravención con
medio calificado.
DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO 341
respecto al art. 228 del Cód. Penal de 1887*%. La figura, así concebida,
eliminó unas cuestiones que suelen suscitarse a propósito de este delito
(la idoneidad del medio empleado y el carácter del hecho anunciado para
suscitar la alarma). Estos distintos modos de plantearse el problema pro-
vienen de que otras leyes prevén tipos diferentes para este delito, como lo
son la intimidación mediante amenazas y mediante explosivos. El primero
consiste en amenazar con la comisión de un delito de peligro común”, de
manera que se requiere el anuncio de que el mismo sujeto o cómplices
de él se disponen a cometer un desastre. El segundo, en provocar alarma
mediante explosivos y, así, algunos autores ponen el acento en la idoneidad
del medio para causar daños, mientras que otros atienden a la idoneidad
para causar alarma”.
Todas estas cuestiones desaparecían para nosotros, porque no se re-
quería —como medio único— el uso de explosivos o de amenazas. La refe-
rencia a la amenaza de un desastre de peligro común está de más, cuando
se dice que bastan señales o gritos de alarma. Es evidente que, cuan-
do la ley se refiere a gritos, traza una figura que consiste —objetiva y sub-
jetivamente— en alarmar. Asícomo no es necesario que el grito consista
en una amenaza”, la bomba del antiguo texto no debía ser sino un petardo.
Debe observarse que el delito también consistía en colocar explosivos,
con lo cual se creaba confusión grave con las figuras de la seguridad común.
Este fue uno de los puntos del Código Penal en los que incidió con
insistencia la corriente reformista que se inició durante el gobierno de
Perón, con el decr. 536/1945, continuada luego en esta materia con la ley
“Será reprimido con prisión de un mes a tres años, el que, para infundir
un temor público o suscitar tumultos o desórdenes, hiciere señales, diere
voces de alarma, amenazare con la comisión de un delito de peligro común,
o empleare otros medios naturales normalmente idóneos para producir tales
efectos. Cuando para ello se empleare explosivos, agresivos químicos o
materias afines, siempre que el hecho no constituya delito contra la seguridad
pública, la pena será de seis meses a cinco años”,
a 2 me y «6
62 En el Proyecto de 1960, para alejar toda confusión, el art, 270 habla de “provocar
estruendos”, que es la expresión ahora empleada por la ley.
DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO 343
—que no pueden ser muy agravadas sin deformarlas— y los delitos contra
la seguridad común (graves en general).
Eso fue lo que hizo la ley 17.567, al sancionar el siguiente texto.
“Será reprimido con prisión de seis meses a cuatro años, el que, para
infundir un temor público o suscitar tumultos o desórdenes, hiciere señales.
diere gritos de alarma, provocare estruendos o amenazare con un desastre
de peligro común,
Si a consecuencia del tumulto provocado resultare grave daño o la
muerte de alguna persona, la pena será de uno a seis años de prisión”
*,
“Será reprimido con prisión de dos a seis años el que para infundir
un temor público o suscitar tumultos o desórdenes, hiciere señales, diere
voces de alarma, amenazare con la comisión de un delito de peligro común
o empleare otros medios materiales normalmente idóneos para producir
tales efectos. Cuando para ello se empleare explosivos, agresivos quími-
cos o materias afines, siempre que el hecho no constituya delito contra la
seguridad pública, la pena será de prisión de tres a diez años”.
66 El art. 12 decía: “El que verbalmente, por escrito, o por impresos o por cualquier
otro medio o por hechos haga públicamente la apología de un hecho o del autor de un
hecho que la ley prevé como delito, sufrirá la pena de prisión de uno a tres años”,
$7 Sobre él, De Rusrrs, en PEssINa (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano,
VII, p. 950; ImPaLLOMENI, li Codice Penale italiano, 1, p. 316; Majno, Commento al Codice
Penale italiano, UL, p. 5; Manzint, Trattato, V, p. 631; ZerocL10, Delitti contro Vordine
pubblico, p. 46.
6 Código Penal de la Nación Argentina, p. 200. Parece que la reforma proviene
de GonzáLEz Roura (ver Derecho penal, MI, p. 331).
69 Así lo ha dicho la Cámara de Apelaciones, pero sin pertinencia al caso fallado
(CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-68)... El mismo MorEnOo incurre aquí
en el error (El Código
Penal y sus antecedentes, VI, p. 21 y 26). Ver Díaz, El Código Penal para la República
Argentina, p. 405; ObErIGO, Código Penal anotado, nota 1149. También MALAGARRIGA
se refiere al elogio de lo que la ley tiene por punible (Código Penal argentino, UI, p. 82).
No comparte ese criterio, correctamente, GómEz, Tratado de derecho penal, V, p. 246.
7% De Rusrls, en Pessixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, VII,
p. 962; Majxo, Commento al Codice Penale italiano, UI, p. 6 y 7, MANzIN1, Trattato, V,
DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO 347
p. 635; ZERBOGLIO dice haberse convencido de la verdad de este punto de vista especial-
mente por los argumentos de De Rusrls (Delitti contro Pordine pubblico, p. 49).
11 Conf. CCrimCorrCap, “Fallos”, IV-64.
348 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO
DE LOS DELITOS POLÍTICOS
2 Algunos autores, sin embargo, comprenden bajo la designación común más infrac-
ciones que las puramente políticas. Von BELING, bajo la designación “delitos contra la
colectividad” (Grundztige des Strafrechts, $ 62 y 63), incluye: a) delitos contra el Estado
como organismo político (alta traición, traición al país —militar y diplomática—, espionaje,
detractación del Estado, ultrajes a la bandera), y b) delitos contra la autoridad del poder
público (resistencia, coacción, sublevación y motín, soborno, liberación de detenidos, frac-
tura de sellos, quebrantamiento de arresto). Semejante es la amplitud de la clasificación
empleada por BinbixG, Lehrbuch, 1, 2a.
3 Véase Von FeuErBAcH, Lehorbuch des gemeinen in Deutschland, p. 269 y $ 162.
Este es autor de una de las primeras monografías sobre el tema escrita con criterio mo-
derno, en 1798, “Directim cum ea committuntur, que essentialem societatis ordinem
labefactant, quéeeque contra summi imperii securitatem patrantur” (CARMIGNANI, Íuris
eriminalis elementa, $ 112, 642 y 668; el destacado es del original).
% Conf. CFedCap, 24/12/1947, “Olmos”, LL, 49-218.
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LOS DELITOS POLÍTICOS 351
una ley suprema de orden— debe renunciar a escribir acerca de esta clase
de hechos, en los cuales reina la arbitrariedad, la pasión y la fuerzas”.
Desde sus orígenes, e incluso en las designaciones de que estas in-
fracciones fueron objeto, se advierte la superposición de los conceptos que
habían de conducir fatalmente a los abusos del poder. En el derecho
romano, en efecto, encuéntrase una doble manera de designar el delito
contra el Estado? (perduellio y crimen maiestatis inminutee?), sin que
los límites entre ambas infracciones sean muy precisos. Con todo, la
perduellio forma más grave y antigua— responde a la idea de traición al
país, pues etimológicamente significa “guerra mala”, de manera que más
específicamente designaba los actos de ayuda o favorecimiento al enemigo.
El perduellis era propiamente un hostis.
De este modo, si bien “todo acto de hostilidad a la patria era un delito de
majestad, en cambio, no todo delito de majestad podía propiamente ser
denominado acto de hostilidad a la patria”. El crimen maiestatis fue
históricamente ampliándose y —si bien la definición de ULPIANO parece
limitarlo al crimen contra el pueblo romano y su seguridad”— lo cierto es
que en el propio Digesto se define una serie considerable de acciones como
abarcadas por ese concepto”.
La identificación del príncipe y del pueblo fue determinando no ya
solo la superposición de los dos conceptos'*, sino también la aplicación de
reglas procesales de máximo rigor, como ser las pruebas privilegiadas, las
obligaciones de delatar, etc., que ulteriormente habrían de proporcionar
base a las manifestaciones más absolutas del poder.
ción de casos de alta traición, contenía —además- otra disposición que era
limitativa para el Poder Judicial, el cual no podía aplicar esa ley sino en
los casos especificados. En el supuesto de que un hecho fuera distinto
de los previstos'*, el juez debía abstenerse de pronunciar fallo hasta que
la causa fuera elevada al rey y su parlamento, y estos declarasen si debía o
no ser juzgada como traición.
Esa doble característica del Statute of Treason —que así se llamaba esa
ley- dio lugar, a un tiempo, a la limitación judicial y al abuso parlamentario,
pues los actos por los cuales se efectuaba la ampliación resultaban leges
ex post facto. Esos eran los célebres bills of attainders, de los cuales se
abusó bajo los reinados de Ricardo II, Enrique IV, Enrique VIII y más
tarde por parte de Jaime II, hasta el punto de que actos de esa naturaleza
llegaban a afectar a miles de personas. Después de los abusos de Ricardo
IT se sancionó una ley en la que se decía “que ningún hombre sabía cómo
debía portarse, hacer, hablar o decir de miedo a estas penas de traición”.
De toda esta historia proviene la palabra únicamente, como limitación
constitucional de la definición de este delito en los Estados Unidos de
América y entre nosotros!”
La filosofía política continental, por otra parte, tuvo en este punto
una de las muestras más claras del despotismo político contra el cual se
levantaba. Decía MONTESQUIEU que “c'est assez que le crime de lese-ma-
jesté soit vague, pour que le gouvernement dégénere en despotisme”?,
Del mismo modo había de combatir BEcCarta la antigua concepción”,
y así —de acuerdo con las nuevas ideas— variar fundamentalmente el punto
de vista de la ley, incluso por la obra de príncipes pacíficos cuya legitimidad
era la fuente del tranquilo disfrute de su poder.
Fue importante también la influencia de Guizor, quien sostuvo la
inaplicabilidad de la pena de muerte a los delitos políticos”, corriente de
15 Los casos previstos eran: a) imaginar o proyectar la muerte del rey o de su hijo
y heredero mayor; b) violar la compañera del rey o su hija mayor soltera o la esposa de
su hijo mayor y heredero; e) hacer guerra contra el rey y en sus reinos; d) adhesión a los
enemigos del rey, ayuda y socorro al enemigo; e) falsificación del gran sello o sello priva-
do del rey; f ) falsificación de moneda e introducción de moneda falsa, y £) asesinato del
canciller, del tesorero y de jueces.
12 Véase Trrrany, Gobierno y derecho constitucional, pp. 312 y ss.; COOLEY, A treatise
on the constitutional limitations, p. 314 y siguientes.
20 MONTESQUIEU, Lesprit des lois, chap. VIL, lib. XI
l Beccarta, Dei delitti e delle pene, $ XXV y XXVI.
ta
vamente desde los puntos de vista del tirano y del oprimido por la tiranía.
Hasta las modernas constituciones —hijas del movimiento ilustrado—, la
calificación de un hecho como crimen maiestatis era la causa del mayor
repudio y de las sanciones más graves. En cambio, casi toda la doctrina
de este delito construida a partir del siglo xvi está concebida como la
teorización del derecho de resistencia a la opresión”. Los teorizantes
políticos de la Ilustración se preocuparon, sobre todo, de poner diques a
poderes arbitrarios, de manera que, juzgando con criterios morales (des-
de luego, muy justos), trazaron una silueta ennoblecida del delincuente
político, el cual fue considerado —en las leyes democráticas- con especial
benevolencia. El ejemplo típico de ese cambio se halla en los acuerdos
de extradición, que en la época absolutista miraban sobre todo a la entre-
ga de esa clase de delincuentes, entrega que, en la actualidad —por regla
casi universal—, está expresamente excluida precisamente en ese caso.
Toda esa teoría es, en gran medida, una reacción y una manifestación
del optimismo liberal que concibe al Estado democrático como un logro de
tan evidente racionalidad que apenas podía imaginar como posible que
alguien atentara contra sus principios mismos; esto es, contra el principio
de libertad y de soberanía del pueblo”. De ahí la concepción del delito
político como una especie de conflicto familiar de gobiernos turnantes, y de
ahí la razón para tratar con humanitaria benevolencia al eventual perdedor.
Existe todavía otra razón, más profunda, de la doctrina liberal del
delito político. Los regímenes democráticos tienen como finalidad esen-
cial la de garantizar a los individuos la máxima medida de libertad posible,
sobre todo en materia de opiniones políticas. Por eso la gran tolerancia
que lo caracteriza, y la restricción y el cuidado con que trazan —en estos
temas— sus figuras delictivas. Un orden democrático se preocupa mucho
más por limitar el poder que por limitar la libertad.
Todo eso, sin embargo, corresponde a puntos de vista poco actuales,
Desde luego, ninguna figura delictiva puede ser trazada sino desde dentro
de un sistema jurídico. En este sentido, tiene razón FLORIAN cuando
dice que “toda la doctrina tradicional está forjada sobre el presupuesto del
Estado despótico; hay que hacer la doctrina del delito político y contra
el Estado sobre el presupuesto del Estado democrático””,
La historia actual le ha mostrado enérgicamente a la democracia el
resultado de su complacencia, porque al lado de los levantamientos más o me-
nos caseros debió enfrentarse a la amenaza no solo teórica” de su destrue-
ción. Y los que han traído esa amenaza están muy lejos del perfil romántico
e idealista del defensor de las libertades del pueblo, trazado por la doctrina.
En general, se trata de meras formas de abuso fraudulento o violento del
poder, para negar derechamente la voluntad de la mayoría, ya burlándola
por el entronizamiento del fraude como sistema electoral permanente,
ya torciéndola demagógicamente con sistema de panem et circenses, ya
finalmente por el terror y -en caso necesario— por material aniquilamiento.
Bien está que las leyes modernas miren con tolerante indulgencia
al que con impaciencia delictuosa recurre a la revuelta para lograr, en
definitiva, reformas políticas que caben dentro del principio de soberanía
del pueblo y de la división de poderes. Pero no vemos motivos plausi-
bles para que el pueblo vea con indulgencia los reiterados alzamientos de
usurpadores militares o de tipo militar, el abuso de las poderosas armas
modernas entregadas bajo juramento para la defensa exterior, o el orga-
nizado socavamiento de las bases constitucionales mediante sistemas de
propaganda en los que las subvenciones suelen enturbiar las ideas.
Nosotros no podemos construir la teoría del delito político sino desde
el punto de vista del orden jurídico constitucional vigente, y en este sentido
parece claro cuáles son los límites de tolerancia, porque están fijados por
la Constitución misma, en el art. 29, de cuyo contenido se deduce que la
calificación de traidores infames se funda en el acto de conceder facultades
que importen destruir el principio de soberanía del pueblo, la división de
poderes y las garantías de los derechos individuales.
Dentro del propio organismo constitucional existe una jerarquía de
valores: no es lo mismo una revolución cuyos objetos sean atentatorios
contra ciertos principios de la misma Constitución —por importantes que
sean— y los que se dirigen contra la esencia misma del régimen democráti-
co. Contra los de esta última clase, la teoría jurídica de una democracia
no puede ser ni más ni menos severa que la de cualquier régimen político.
25 FLorian, Delitti contro la sicurezza dello Stato, p- 89, y el punto de vista seme-
jante de Napopano, en Pessina (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, VÍ, p. 85.
22 La teoría comenzó hablando de la crisis del Estado liberal burgués y dibujando
el paraíso político de la Edad Media o la perfecta felicidad de la sociedad comunizada.
358 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
Ya BINDING observó que, con la gran revolución del pueblo, este, de sier-
vo de la soberanía, se ha transformado en su creador; de objeto, en sujeto”.
La calificación genérica de delito político, por lo tanto, nada dice
-en sí misma- de la nobleza y altura de propósitos de su autor. Hoy, esa
designación puede emplearse en el sentido de delito dirigido contra el
Estado como personalidad política. Las razones de indulgencia -salvo
la establecida por el art. 18, Const. nacional- son de carácter histórico, y
en este sentido tiene razón CARRARA, en cuanto a que vano sería escribir
acerca de ellas.
La prohibición de aplicar la pena de muerte por causas políticas,
sancionada por el art. 18, sin embargo, es una medida de clemencia hu-
manitaria que una Constitución democrática puede dispensar aun a quien
la traiciona. Ahí está otra diferencia que ennoblece a esa concepción.
Dos clases de traidores nombra la Constitución; esto es, los traidores
a la Patria del art. 29 y los traidores a la Nación del antiguo art. 103 (actual
art. 119). No entendemos —después de lo dicho— que puedan hacerse
diferencias, y considerar comprendidos por el concepto de delito político
a que se refiere el art. 18 solo a los hechos que no importen traición en el
sentido de alguna de dichas disposiciones.
Si los argumentos históricos no fueran suficientes para considerar que
el delito de traición, sin necesarios ribetes heroicos, es un delito político
en el referido sentido, si la comunidad de origen remoto de ambas figuras
no se juzgara bastante, habría todavía que atender a razones históricas y
legislativas típicamente nuestras”.
Recuerda RIvaROLA que el país le debe su organización constitucional
al apoyo extranjero prestado a Urquiza”. Ese hecho, visto desde el punto
de vista del tirano, podrá merecer pena de muerte, pero —aunque así fue-
ra— el carácter político del hecho no puede seriamente ser puesto en duda.
La doctrina es francamente prevaleciente en calificar esta clase de
hechos como políticos, claro está que cuando reúnen los demás requisitos
subjetivos”.
$ 132. TRAICIÓN
2 Conf. CHAUVEAU - H£LIE, Théorie du Code Pénal, UL, núms. 414 y 415; GROIZARD Y
GÓMEZ DE LA SERNA, El Código Penal de 1870, UL, p.28 y 46. Piensa lo contrario GÓMEZ,
Tratado de derecho penal, Y, p. 264.
10 Véanse los Códigos Penales italianos de 1890 (art. 105) y de 1930 (art. 242), y
los decretos imperiales napoleónicos de 6 de abril de 1809 y 26 de agosto de 1811, cuya
legalidad preocupa a CHAUVEAU - HÉLIE, Théorie du Code Pénal, L, núms. 414 y 415, y a
GARRAUD, Traité théorique et pratique, IU, n. 320.
1 Conf. GroIzARD Y GÓMEZ DE La SERNA, El Código Penal de 1870, UI, p. 47.
2 Viene ya del Digesto, 48, 4%, fr. 1,8 1 (quis contra Re publicam arma ferat”).
Igual en el Código español de 1870 (art. 138, 19), citado por la comisión de 1891, la cual
daba como equivalentes las expresiones de la Constitución estadounidense “levying war
against the United States” (aunque no está de acuerdo con el sentido que allí le acuerdan
a tal expresión, sentido del cual se aparta expresamente —Código Penal de la Nación Ar-
gentina, p. 188 y 189—) y de los Códigos Penales francés de 1810 (“qui aura porté les armes
contre la France”), alemán de 1871 (“Die Waffen gegen das Deutsche Reich [...] trágt”, que
quiere decir exactamente lo mismo) e italiano de 1890 (“porta le armi contro lo Stato”).
366 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
textos legales fueron modificados por la ley del 30 de agosto de 1951 (conf. SCHONKE -
SCHRODER, Strafeesetabuch, p. 475).
368 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
18 Conf. Fallos, 5:155, y 8:142 (no es delito servir a las fuerzas obligado por el terror);
incluso se llevó el principio algo más allá (ofrecer algo de sus intereses con el fin de salvarse
de las depredaciones —Fallos, 9:108—). Este principio es muy antiguo en el common law,
pues se planteó la cuestión con respecto al acto de obediencia a las órdenes de los reyes
de la casa de Lancaster, a los cuales la casa de York aludía llamándolos nuper de facto, et
non de iure, reges Anglise. La obediencia a tales autoridades de facto —enseñaba STE-
PHEN— no constituye traición (WHARTON, Criminal law, $ 2166; CONSTANTINEAU, Tratado
de la doctrina “de facto”, 1, $ 5).
Para el caso de rebelión, la Corte Suprema admitió aún mayor amplitud, pues
afirmó que no constituye complicidad incluso el hecho de servir a los rebeldes como
juez de paz o comisario, si el cargo había sido aceptado después de consolidado el poder
de aquellos (Fallos, 5:101 véase en contra, sin embargo, el caso resuelto un mes antes
en Fallos, 5:43),
19 Conf. Fallos, 7:429.
2% Admiramos a los héroes de la resistencia francesa, pero no podemos condenar
alos que por debilidad no colaboraron con ella, y menos a los que se vieron compelidos a
trabajar para el enemigo. Muy otra fue la conducta de los verdaderos traidores.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN 369
21 Nole encuentra explicación tampoco GonzáLEz Roura, Derecho penal, MI, p. 339.
370 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
La disposición proviene del Proyecto de 1891 (art. 258), del cual úni-
camente se tomaron los dos primeros incisos, que son los que integran el
actual artículo, con las modificaciones provenientes del Proyecto de 1960.
Las fuentes dadas por el referido Proyecto de 1891 son algo des-
concertantes””, porque en la mayoría de los códigos los hechos defini-
dos constituyen figuras autónomas que se diferencian de la anterior, entre
otros detalles, por el de que pueden ser cometidos también por los ex-
tranjeros residentes. Códigos como el italiano (dado como fuente en ambos
casos, las dos veces —arts. 104 y 106—,) se referían a cu alquiera como sujeto
activo, a diferencia de lo que ocurre en la figura del art. 105. Otros —como
el español y el alemán— hacían algunas diferencias. En el Código alemán, el
delito del $ 81 del RStGB —correspondiente al inc. 1- podía ser cometido
por cualquiera”; el que correspondía al inc. 2 ($ 87), solo por un alemán,
pero el $ 91 preveía, además, la aplicabilidad de los usos de guerra con-
tra el extranjero residente en el extranjero, o la del propio $ 81 contra el
extranjero que se encontrara en territorio alemán. Un sistema parecido
seguía, en definitiva, el Código español de 1870. En el art. 140 se preveía
una disposición general para la aplicabilidad de las infracciones definitorias
de traición a extranjeros residentes.
22 Las del inc. 1 eran las siguientes: Códigos italiano (art. 104), holandés (art. 93),
alemán ($ 81, 3? y 49), uruguayo (art. 110, inc. 1%), chileno (art. 108) y húngaro (art. 127, inc.
3%. Las del inc. 2: Códigos holandés (art. 97), italiano (art. 106), español (art. 136),
francés (art. 76), húngaro (art. 142), alemán ($ 87), belga (art. 114), uruguayo (art. 110, inc.
3%) y chileno (art. 106),
23 Conf. EBErRMAYER - LoBE - ROSENBERG, Das Reichs, $ S1, nota 2.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN 371
24 Conf. GONZÁLEZ Roura, Derecho penal, UI, p. 338 (“no son, en consecuencia,
casos de traición distintos a los previstos en el art. 214”).
25 Por otra parte, la comisión de 1891 lo dice expresamente: “En el art, 258, si-
guiendo el método observado en el Proyecto respecto de todos los delitos, prevemos la
concurrencia de ciertas circunstancias agravantes y establecemos para esos casos la pena
de presidio perpetuo” (véase PISERO - RivaROLA - MaATIENZO, Proyecto de Código Penal
para la República Argentina, p. 189).
26 En la nota al art. 273 del Proyecto decíamos: “Dada la expresa limitación esta-
blecida por el art. 103 de la Const. nacional, no creemos que, bajo pretexto alguno, pueda
sancionarse un delito agravado de traición que no esté estrictamente encerrado dentro
del tipo del delito trazado en este caso por la propia Constitución. A ello se opone no ya
la existencia de esa definición sino la expresa disposición que prohíbe cualquier otra: la
traición consistirá únicamente. Limitación esta que tiene profundas razones históricas”,
372 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
2% Conf. Frank, Das Strafeesetzbuch, $ 82, UL, y —en general- los alemanes, porque
la lev habla de emprender o de empresa.
28 a mn e” .
25 Conf. Gómez, Tratado de derecho penal, V, p. 267 (hecho material).
29 Conf. Moreno, El Código Penal y sus antecedentes, VI, p- 54.
30 Conf. EBERMAYER - LoBE - ROSENBERG, Das Reichs, $ 84, 1; FrANk, Das Strafge-
setzbuch, $ 84, IL, y 87, Manzint, Trattato, IV, p. 43. Esta coincidencia de diversos
autores depende de que las leyes se refieren generalmente a actos de inteligencia con el
enemigo, que suponen relación bilateral.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN 373
1 Provenía del Proyecto de 1891, cuyas fuentes eran los Códigos holandés (art.
107), español (art. 141), francés (art. 79), húngaro (art. 144, inc. 8%), belga (art. 116),
uruguayo (art, 115) y chileno (art, 110), La forma del artículo correspondió literal-
mente al Proyecto de 1906, hasta su derogación por ley 20.509. Reimplantado el texto
según ley 17.567 por la ley 21.338, la ley 23.077 volvió a la versión de la ley 16.648 para
el art. 218.
22 Tal era la redacción original del Proyecto de 1891, que nos parecía la más
adecuada.
374 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Las modificaciones de que fue objeto el art. 214 con respecto al sujeto
activo del delito, no consideraban acertadamente la situación nuestra. En
un país en el cual la masa inmigratoria es tan considerable, parece evidente
que el vínculo de subditanía (allegiance) debe fundarse en la mera residencia
(Código uruguayo, art. 136) y no en “empleo o función pública" según lo hace
el Código Penal, art. 214. Por otra parte, las referidas modificaciones que
tuvieron su origen en un fallo de la Corte Suprema (Fallos, 4:75) justifican
la eventual limitación a que hacemos referencia, vinculada con la acción
no ya de un extranjero cualquiera, sino del extranjero nacional del país con
el cual exista conflicto. La diferencia de pena se justifica porque con ser
importante la obligación impuesta por el hecho de la residencia, no tiene la
intensidad de las obligaciones derivadas de la nacionalidad”.
33 El texto (que provenía directamente del Proyecto de 1960 —art. 275-) fue in-
troducido por la ley 16.648 como agregado al art. 218. Con ello se corregían los graves
errores contenidos en el art. 10 de la ley 13.985.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN 375
34 El cual daba como fuentes la ley (art. 49, inc. 39) y los Códigos español (art.
139), holandés (arts. 96 y 103), italiano (art. 134), húngaro (art. 148), alemán ($ 83), belga
(art. 115), uruguayo (art. 116) y chileno (art. 111).
35 PirEro - RivaroLa - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
gentina, pp. 190,
376 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
36 Dos bastaban para el Código francés de 1810 (art. 89) y para el italiano de 1890
(MAnzint, Trattato, UV, p. 339).
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN 377
procedimiento”. Ese texto venía del Proyecto de 1891, el cual daba como fuentes la ley
de 1863 (art. 4%) y los Códigos italiano (art. 134), francés (art. 108), húngaro (art. 151) y
belga (art. 136).
%9 Véase la ordenanza de Luis XI del 22 de diciembre de 1477, que trae CHAUVEAU -
HÉLIE, Théorie du Code Pénal, V, p. 10.
9 Sobre él, CHauvEau - H£LIE, Théorie du Code Pénal, UL, p. 170; GARRAUD, Traité
théorique et pratique, YI, p. 105.
4 Véase Pacueco, El Código Penal, 1, p. 77. Ese agregado fue suprimido del
Código de 1870, y GROIZARD Y GÓMEZ DE La SERNA, El Código Penal de 1870, MI, p- 62,
alaba la supresión (nada legitima hacer de la delación un deber cívico).
KB Sobre él, FLorIax, Delitti contro la sicurezza dello Stato, p. 510; IMPALLOMENI,
Il Codice Penale italiano, Y, p. 106; MANZINL, Trattato, IV, p. 343.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN 379
£ “ . E
% Lo observa, con razón, GONZÁLEZ Roura, Derecho penal, TL, p. 339.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN 383
“Será reprimido con prisión de dos a ocho años, el que por actos mate-
riales hostiles no aprobados por el gobierno nacional, diere motivo al peligro
de una declaración de guerra contra la Nación, expusiere a sus habitantes
a experimentar vejaciones o represalias en sus personas o en sus bienes o
alterare las relaciones amistosas del gobierno argentino con un gobierno
extranjero.
Si de dichos actos resultaren hostilidades o la guerra, la pena será de
tres a quince años de reclusión o prisión”.
“Será reprimido con prisión de uno a seis años, el que por actos ma-
teriales hostiles, no aprobados por el gobierno nacional, diere motivos al
peligro de una declaración de guerra contra la Nación, expusiere a sus
habitantes a experimentar vejaciones o represalias en sus personas o en
sus bienes o alterare las relaciones amistosas del gobierno argentino contra
un gobierno extranjero. Si de dichos actos resultaren hostilidades o la
guerra, la pena será de tres a quince años de reclusión o prisión.
Cuando los actos precedentes fuesen cometidos por un militar, los
mínimos de las penas previstas en este artículo se elevarán en tres y diez
años respectivamente. Asimismo, los máximos de las penas previstas en
este artículo se elevarán respectivamente a diez y veinte años”.
50 Daba como fuentes la ley de 1863 (art. 7%) y los Códigos español (art. 147), ita-
liano (art. 113), francés (arts. 84 y 85), holandés (art. 100) y uruguayo (art. 139).
51 Esta forma de legislar proviene históricamente del Código francés de 1810 (arts.
84 y 85), al cual siguieron muchas legislaciones. El sistema alemán de esa época—$ 102
y ss., RSEGB-— era bastante distinto (en vez de una referencia genérica a los actos hostiles,
especificaba las acciones punibles en varias figuras). En la actualidad la infracción está
prevista en el art. 590.1 del Código español, cuyo texto se refiere como en sus prece-
dentes— a “actos ilegales”.
384 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
32 El Código español (art. 147) decía actos ilegales, expresión censurada por Gror-
ZARD Y GÓMEZ DE La SERNA (El Código Penal de 1870, UI, p. 82).
53 Acerca de ese carácter objetivo de los actos, la opinión es unánime, formulada
ya antiguamente por RAUTER, según la cita de Morin, “Actions hostiles”, en Répertoire
général, 2,
% Cfr. CHAUVEAU - HéLIE, Théorie du Code Pénal, Y, p. 57, con cita de CARNOT;
Morin, Répertoire général, L, p. 87, Naropaxo, en Pessixa (dir.), Enciclopedia del diritto
penale italiano, VÍ, p. 145.
35 La doctrina proviene de CARNOT y de RauTER. Véase NAPODANO, en PESSINA
(dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, VI, p. 146. Menos terminantes, CHAU-
VEAU - HéLIE, Théorie du Code Pénal, 1, p. 57, Gargon, Code Pénal annoté, L, 213, 7,
GARRAUD, Traité théorique et pratique, UL, p. 497, Mortx, “Actions hostiles”, en Répertoire
général, 3; Majno, Commento al Codice Penale italiano, UL, núm. 666; FLortan, Delitti
contro la sicurezza dello Stato, p. 243, pero entiende que es cuestión de hecho resolver
si un discurso es o no acto material. Claramente en sentido contrario a las opiniones
citadas, MANZINI, Trattato, IV, p. 56 (todos los imaginables).
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN 385
56 CS]N, Fallos, 184:116, y LL, 12-246, fallo 5826; íd., 26/6/1939, LL, 15-167, fallo
355; íd., 26/5/1941, LL, 22-912, fallo 12.127. Véase, también, CCrimCorrCap, “Fallos”,
11-213. Conf. MiLLÁN, en Fontán BALESTRA - MILLÁN, Las reformas al Código Penal,
p. 316.
57 La rechaza decididamente MANzIN1, Trattato, IV, p- 56.
58 Esta es la enumeración con la cual RoBerTI trató de limitar los alcances de esa
vaga expresión [Corso completo di diritto penale, IV, núm. 115, citado por NAPODANO, en
Pessixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, VI, p. 146 y 147]. Distingue actos
de provocación de guerra (agresión hostil, violación de tratados, violación de tregua), de
los actos de hostilidad, que son los mencionados.
5% Napopaxo, en Pessixa (dir), Enciclopedia del diritto penale italiano, VI, p. 149.
386 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
y 86, inc. 18, Const. nacional); es decir, la facultad que la Constitución real-
mente le acuerda al gobierno para aprobar ciertos actos privados de hos-
tilidad (cfr. arts. 75, incs. 25, 26 y 28, y 99, inc. 15), con los cuales nada
tienen que hacer —por cierto— los discursos y las opiniones periodísticas:
c) Dentro de nuestra organización política constitucional”, el gobierno
no puede ni aprobar ni desaprobar las manifestaciones de los particulares”.
Ese sistema corresponderá a aquellos países en los cuales la prensa es un
órgano político al servicio del Estado -de modo que se imprime y se dice lo
que el gobierno quiere—, pero no condice con una organización en la cual los
ciudadanos conservan el pleno derecho de criticar al propio gobierno. Los
actos sobre los cuales puede recaer aprobación deben ser actos que el Estado
ratifica como hostilidades, y para ello deben guardar alguna conexión con
el ius belli. El hecho de mezclar la prensa en las operaciones militares
ha sido un invento reciente y posible solo sobre la base de otras doctrinas.
d) Finalmente —y de este argumento se hizo cargo la Corte Supre-
mal”, para considerar la relación que media entre los actos hostiles y los ul-
trajes dirigidos contra autoridades de otro país, es preciso tener en cuenta
que el caso está específicamente previsto como violación de inmunidades
por el art. 221, reprimido con pena menor que la del art. 219 y que, además,
se requiere la presencia del jefe extranjero dentro de nuestro territorio.
De ello es forzoso deducir que, no cumplida esta última condición, no es
posible llenar el claro precisamente con una pena mucho mayor, aplicando
el art. 219 a las ofensas dirigidas contra el jefe ausente de una nación.
Por lo tanto, también nosotros consideramos que los actos hostiles
deben ser actos de naturaleza bélica, y que los discursos y los artículos
periodísticos no reúnen ese carácter.
Los actos materiales hostiles no son incriminados en sí mismos, sino
solo cuando han dado motivo al peligro de una declaración de guerra.
No se trata de un peligro temido, sino de un peligro real**, Debe haber
existido alguna probabilidad.
la guerra, sino del peligro de ella. La experiencia, por lo demás, aunque rara (véanse los
pocos casos franceses que se citan) no desmiente tales posibilidades. El comandante de
un barco, por ejemplo, puede hacer muchas cosas en alta mar.
65 No es una hipótesis; véase CFedCap, 18/7/1945, “Schneider”, JA, 1945-IV-30,
fallo 4971, resuelto de conformidad con el texto,
66 Conf. Morix, “Actions hostiles”, en Répertoire général, 2,
388 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“4 El Proyecto del Poder Ejecutivo del 8 de enero de 1941 puede verse en “Revista
Penal y Penitenciaria”, n” 19, 1941, p. 126, y fue reproducido y discutido por la Cámara
alta (“Diario de Sesiones del Senado”, 1947, p. 1247 y 1678) y por la baja (“Diario de
Sesiones de la Cámara de Diputados”, 1948, p. 4199). Sobre la ley, SoLEr, Análisis
del Proyecto de reformas al Código Penal, “Revista del Colegio de Abogados de Buenos
Aires”, 1949, n* 1-2, p. 34 y siguientes.
73 Obsérvese la deplorable técnica legislativa que esa frase significa.
76 Conf. supra, notas 60 y 61. En ese tiempo, y durante casi toda la guerra, la
opinión oficial era preferentemente pronazi y en la opinión pública, en cambio, prevalecía
un sentimiento de simpatía hacia los aliados.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN 391
“Seimpondrá prisión de seis meses a dos años, al que violare los trata-
dos concluidos con naciones extranjeras, las treguas y armisticios acordados
entre la República y una potencia enemiga o entre sus fuerzas beligerantes
de mar o tierra o los salvoconductos debidamente expedidos.
Si el hecho fuese cometido por un militar el mínimo de la pena se
elevará a un año y el máximo de la pena se elevará a cinco años”.
392 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare
las inmunidades del jefe de un Estado o del representante de una potencia
extranjera”,
79 El Proyecto de 1891 daba como concordancias los Códigos español (art. 154),
holandés (arts. 115 a 120), italiano (arts. 128 a 130), alemán ($ 102 a 104, RStGB), uruguayo
(art. 141, inc. 39) y chileno (art. 120).
394 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
Son representantes solo las personas que en ese carácter un Estado en-
vía a otro y este reconoce como tales. Son los ministros plenipotenciarios
y embajadores, los enviados extraordinarios, los encargados de negocios,
los ministros residentes, los legados papales, los nuncios e internuncios. El
privilegio comienza desde el momento en que el representante es recono-
cido como tal, en la audiencia establecida por la práctica internacional, y
aun antes de ello, cuando la llegada al país está precedida por un placet, o
comunicaciones oficiales. Los funcionarios que no ejercen representación
política —cónsules, enviados comerciales— no están comprendidos.
Ayudará a interpretar el alcance de esta figura un somero examen
comparativo de dos diversos tipos de sistemas legislativos. Hemos visto
que nuestra ley traza una figura restringida de traición, otra para los actos
hostiles y esta para la violación de inmunidades. Este sistema correspon-
día también —en líneas generales— al Código español.
Pues bien, llegando a este punto, las legislaciones alemana e italiana
procedían de un modo particular. La segunda castigaba al que en el
territorio del Estado cometía un delito contra el jefe de otro Estado, de
modo que había de establecerse, primero, el carácter delictivo de la acción y
después computarse la referida circunstancia como agravante de las escalas
penales eventualmente aplicables. Como ofensa al Estado extranjero en
sí mismo se computaba la ofensa a la bandera”.
El derecho alemán adoptaba un sistema singular para definir las ac-
ciones hostiles y preveía, en un capítulo especial, el delito de aquel que
en el territorio nacional cometía contra un Estado extranjero —o contra su
soberano— una acción que, si fuera dirigida contra Alemania, constituyese
un hecho de traición. Preveía, además, la injuria contra un rey o regente”,
Este sistema establece una especie de equilibrio entre los dos Esta-
dos, y por eso suele prefijarse también como condición para el castigo la
reciprocidad, como si el Estado le dijera a su vecino: “Castigo las traiciones
en tu contra con igual extensión que las cometidas contra mí, pero siempre
que procedas del mismo modo”*,
Nuestra ley sigue un criterio diverso y no subordina la figura de los
actos hostiles a la de la traición, sino que traza un esquema autónomo.
83 CSJN, Fallos, 184:116, y LL, 15-167, fallo 7355, donde se hizo una especie de
aplicación del principio de reciprocidad, porque se resolvió una reclamación del embaja-
dor del Perú, tomando en cuenta también la identidad de la legislación peruana. Conf,
también, Morexo, El Código Penal y sus antecedentes, VI, p. 68.
396 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
$6 Noxez, Manual. Parte especial, p. 361, citado por CrEus, Reformas al Código
Penal, p. 137, $ 163,
398 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
87 Ese Proyecto contiene, además, la contravención del art. 349, inc. 1, concebida en
los siguientes términos: “El que, sin permiso de la autoridad competente, hiciere o publi-
care un plano, dibujo o descripción de una obra de defensa militar”. De esta disposición
se daban las siguientes fuentes: Códigos holandés (art. 430), húngaro de contravenciones
(art. 33) y alemán ($ 360, 1%, RStGB). De la figura del art. 265, las siguientes: Códigos
italiano (art. 107), holandés (art. 98), francés (arts. 80 a 82), húngaro (arts. 146 y 147),
alemán ($ 92, 1”, RStGB) y belga (arts. 119 y 120).
La ley 49 no contenía disposición semejante,
La nota de la comisión dice: “Agravamos algo la pena, conservando el texto del pri-
mer párrafo del art. 222. La figura culposa se incluye en este artículo pero, a diferencia
del Código Penal (art. 223), abarca el caso de quien da lugar a que el secreto sea conocido”,
$5 Una información muy completa acerca de los principales sistemas, con trans-
cripción de varias leyes, puede verse en Messina, La tutela penale del segreto militare
nelle legislazioni moderne, “Scuola Positiva”, 1915, p. 488, 577 y 676, y Hixr, Du délit
d'espionnage, p. 263 y ss., con amplia información de derecho comparado.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN 399
»1 Según MORENO, El Cód igo Penal y Sus antecedentes, VI, 69; MALAGARRICA, Có-
digo Penal argentino, UL, p. 108; Díaz, El Código Penal para la República Argentina,
p. 419, y ObericO, Código Penal anotado, nota 1160, cualquiera puede ser autor de
este delito.
a a ne ” . . . .
22 También la doctrina italiana considera comprendido este caso dentro del art.
170 del Cód. Penal de 1890, pues él prevé la calidad de funcionario como agravante [Im-
PALLOMENI, 1! Codice Penale italiano, 1, p. 43 y ss.; FLORIAN, Delitti contro la sicurezza
dello Stato, p. 261 y 262; Majno, Commento al Codice Penale italiano, 1, núm. 642;
MAnzIni1, Trattato, Y, p. 81; NapoDano, en Pessixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale
italiano, VI, p. 159].
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN 401
Solo una excepción nos parece posible, que concordaba con el sentido
del $ 92 del RStGB; esto es, cuando se trata de algo en lo cual la posibili-
dad de difusión queda totalmente confinada a la voluntad del depositario.
Esto ocurre cuando se trata de un documento secreto”,
En síntesis, pues, tratándose de un particular, solo podía imputarse
como violación de secretos lo que este había conocido por intrusión o por
directa revelación de persona obligada o por llegar a ser depositario de
2 La proposición de Brusa para el Código italiano era castigar por regla solamente
la revelación cometida por funcionarios, para las demás personas, “la pena se justificaría
solo cuando hubiesen llegado a descubrir secretos mediante artificios culpables o de otro
modo semejante, por ejemplo, corrompiendo a un funcionario” (cfr, FLortax, Delitti contro
la sicurezza dello Stato, p. 262).
9 Según nuestra jurisprudencia, ni siquiera puede decirse que empieza por un
solo decreto ministerial, sino en la medida en que el secreto concierna a la seguridad, a
los medios de defensa o a las relaciones exteriores, y esa pertinencia la resuelve el Poder
Judicial (CFed La Plata, 7/5/1937, JA, 58-373).
25 Los mismos italianos que no hacen diferencia en cuanto al sujeto— reconocen,
sin embargo, ese límite (FLORIAN, Delitti contro la sicurezza dello Stato, p. 262 y 263;
MANzINI, Trattato, UV, p. 84 y 85, el cual -de acuerdo con el principio que sienta y con el
caso que cita en nota 4 del proceso “De Vecchi - De Dorides”— no parece que resuelva
bien la hipótesis de la revelación del tratado de la Triple Alianza, que era un secreto a
voces, según él mismo). Conf., asimismo, NAroDANo, en Pessixa (dir.), Enciclopedia del
diritto penale italiano, VI, p. 160, También Frank, Das Strafeesetzbuch,$ 92, 11, 1 (lo
que todavía es secreto).
%8 Véanse las atinadas diferencias de EBERMAYER - LoBE - ROSENBERG, Das Reichs,
$ 92, 3, acerca de los documentos y el acto de comunicarlos al otro gobierno. Sobre los
nuevos parágrafos relativos a la violación de secretos en el Código alemán (ley del 30 de
agosto de 1951), conf. SCHONKE - SCHRODER, Strafgesetzbuch, $ 99 y siguientes.
402 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
% Conf. Maxzixi, Trattato, IV, p. 93; Frank, Das Strafeesetzbuch, $ 92, 11, 1.
% No lo es un plan de propaganda patriótica a desarrollarse dentro del ejército
(CFed La Plata, 7/5/1937, JA, 58-373).
% Conf. MANZINI, Trattato, IV, p. 100; MiLLÁN, en FonTÁN BALESTRA - MILLÁN, Las
reformas al Código Penal, p. 329.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN 403
Tratábase de una desmembración del texto anterior del art. 222 que
aludía a este caso diciendo que “en la misma pena incurrirá el que obtuviere
la revelación del secreto”. La fórmula era, por cierto, escueta en exceso,
pues el espía venía a ser alcanzado solo por la revelación, siendo manifiesto
que —aun cuando ese fuera el caso normal no podía descartarse que el
sujeto se apoderara por sí mismo de secretos, sin que mediara infidencia
de funcionario alguno.
Según esa manera de legislar, salvo el caso especial de intrusión del
art. 224, no había espionaje sin revelación; es decir que en este aspecto
el delito o bien debía basarse en un entendimiento con el poseedor del
secreto o bien en un acto imprudente o negligente de este.
El texto anterior, proveniente del Proyecto de 1891, tenía como fuentes
=según la comisión—, entre otras, los Códigos italiano (art. 107) y francés
(arts. 80 a 82). El texto más próximo parecía el del Código italiano, que
en el art. 108 completaba el art. 107, y preveía el caso del espía diciendo:
“Quien obtiene la revelación de los secretos o se procura de otra manera
su conocimiento”. La frase destacada es la que no adoptó la comisión
de 1891, acaso sin advertir que de esa manera la consideración penal del
espionaje quedaba incorrectamente reducida.
El tipo quedó integrado por las acciones de procurar u obtener in-
formaciones, de manera que era indiferente que estas se lograran por
revelación o de otra manera. Solo contaba que fuera ilegalmente; es
decir, que quien adquiriera O procurara esas informaciones no tuviera las
condiciones exigidas para participar del secreto o que para alcanzar esas
100 La disposición proviene textualmente del art. 283 del Proyecto de 1960. Nues-
tra nota decía: “Esta es una figura genérica y abarca no solamente el caso en que el secreto
es obtenido por revelación, sino por cualquier otro medio. Por eso este hecho no asume
la forma culposa del art, 223; el autor puede aprovecharse de la imprudente conducta
del que posee el secreto legítimamente; pero su proceder es, por cierto, doloso siempre”.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN A07
10! Este delito no es la “contracara del delito de revelación”, sino en algunos casos.
El propio MILLÁN —que emplea esa expresión reconoce la autonomía de la figura (FoNTÁN
BALESTRA - MILLÁN, Las reformas al Código Penal, p. 331).
102 La comisión fundamentó los cambios diciendo: “Además de la acción de levantar
planos incluimos el caso de tomar, trazar o reproducir imágenes. Por otra parte agre-
gamos, a las hipótesis de introducirse en lugares, el hacerlo en zonas, comprendiendo así
por ejemplo, el sobrevuelo de las mismas”.
Los cambios provienen, en parte, del Proyecto de 1960 (art. 284), en cuya nota de-
cíamos: “Ampliamos el modo de comisión, pues el trazado de planos es manifiestamente
insuficiente. Algunas leyes (Código griego, art. 149) hacen expresa salvedad en este caso
de que no sea aplicable otra pena mayor; esta mención nos parece innecesaria, pues si el
hecho es punible como espionaje de acuerdo con la figura específica, no parece dudosa
la aplicabilidad de la pena mayor”.
408 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
Esto mostraba que entre las figuras de los arts. 222 y 223 y la del art.
224 mediaba una relación de exclusión a favor de la más grave'”.
Por eso llamábamos a este delito espionaje por intrusión!” (y po-
dríamos agregar sin revelación), fijando el concepto de un delito —como
otras veces ocurre— por notas a un tiempo positivas y negativas. En este
sentido, se ve el valor aclaratorio de la calificación de este hecho como
acto preparatorio, empleada por GARRAUD, aunque no se le daba a esa
expresión —en este caso— un sentido técnico, sino el sentido vulgar de
prepararse para la revelación'”.
De ahí la relación de semejanza que señalábamos entre esta forma de
violación de secretos y la violación de domicilio como intrusión a la esfera
virtual de secreto.
Después de la reforma de estos artículos, resultó aplicable -con
relación a nuestra ley— la salvedad que hacía MANZIMI para la ley ita-
liana, consistente en afirmar la inaplicabilidad del art. 110 (nuestro
art. 224) cuando el sujeto entraba en conocimiento de un verdadero
secreto!%,
Ya hemos visto que aquella ley castigaba con la escala penal grave
tanto al espía que se informaba por revelación, como al que se procuraba
la información de cualquier otro modo (art. 108).
Para nuestra ley anterior, las cosas no eran así, de modo que el art.
224 resultaba aplicable no solo en el caso de una intrusión que nada había
logrado, sino también en aquel en el que el intruso había logrado efecti-
vamente informarse de algo concreto. Luego esta última situación cayó
bajo el art. 223.
Esa intrusión podía efectuarse —diremos— de manera más o menos
definida. La ley preveía dos.
103 Esto no quiere decir que se trate de un concurso ideal, porque la hipótesis que
ponemos no es la de un solo hecho, sino la de dos: intrusión y revelación, hechos perfec-
tamente autónomos (art, 224 + art, 222 = art. 222)
104 Se preocupan por trazar la diferencia entre los arts. 107, 108 y 110, FLORIAN,
Delitti contro la sicurezza dello Stato, p. 279, y MAnz1nt, Trattato, 1V, p. 129 y 130. No
consideramos feliz la designación “espionaje indiciario” empleada por MacGIoRE, Diritto
penale, art. 260.
105 En este sentido, se produciría la consunción penal propia de las infracciones
progresivas (véase $ 46, II, b, 1 —la tentativa consume a la preparación y la consumación
a la tentativa—).
106 Manzisi, Trattato, 1V, p. 130,
410 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que indebi-
damente levantare planos de fortificaciones, buques, establecimientos, vías
u otras obras militares o se introdujere con tal fin, clandestina o engañosa-
mente en dichos lugares, cuando su acceso estuviere prohibido al público”.
Derogado por la ley 20.509, fue restablecido por la ley 21.338, con
una escala de dos a seis años de prisión, hasta su final derogación por la
ley 23.077.
La ley 17.567 siguió en este agregado al Código suizo (arts. 272 y 275).
Dada la gravedad de los intereses comprometidos, este era un caso
más de acto preparatorio especialmente previsto. Era un caso menor de
conspiración (art. 218, Cód. Penal), en cuanto a la pena, aun cuando esta fi-
gura no respondía a los mismos principios. En este caso, el hecho consistía
en organizar o en tomar parte de una organización destinada al espionaje.
El número de partícipes no contaba y sobre todo— tampoco lo hacía la
idea de reunión personal colectiva, tan propia de las conspiraciones y de
4192 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
112 Conf. EBermavER - Losk - RosenBERG, Das Reichs, $ 92, 9 (el texto del párrafo
alemán, antes de la reforma de 1951, concordaba con el del artículo). También MaAnzixi,
Trattato, YV, p. 151, en contra de los que quieren exclusivamente limitarlo a razones de
seguridad. En este sentido, entre nosotros, Díaz, El Código Penal para la República
Argentina, p. 422.
113 Conf. CFedCap, 24/12/1947, “Olmos”, LL, 49-218, fallo 23.836.
14 Conf. EBERMAYER - LoBE - ROSENBERG, Das Reichs, $ 92, 9.
115 Sobre este sistema, véase MANzIM1, Trattato, 1V, p- 148 y siguientes.
414 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
Derogada por la ley 20.509 y reimpuesta por la ley 21.338, fue final-
mente suprimida por el art. 1* de la ley 23.077. En consecuencia, han
quedado desincriminadas las figuras que dicho artículo preveía, tanto las
dolosas como las culposas, aunque, en opinión de CrEUs, algunas podrían
tener cabida “en la norma, tan general, del art. 7” de la ley 13.985, aunque
evidentemente, no todas ellas 120 .
El sabotaje es un tema sobre el cual han incidido razones de naturaleza
política, determinando reformas poco acertadas de la legislación penal
en diferentes países. Fueron particularmente influyentes para nosotros
algunos textos del Código italiano de 1930, en los cuales se advierte la
directa gravitación de cierta concepción política de tipo totalitario.
En la legislación penal común, lo que hoy ha venido a constituir sa-
botaje o bien estaba bajo la figura de daño o bajo las figuras de peligro
común o bien era impune'”!, En algunos casos puede simplemente de-
cirse que se trata de una de aquellas figuras con una calificación espe-
cial derivada de la naturaleza de la cosa sobre la cual recae la acción
(objeto de interés militar), del fin político con que aquella es ejecutada
(para perjudicar al país) o bien por la oportunidad en que el hecho ocurre
(tiempo de guerra).
Por una u otra razón, lo cierto es que los grandes problemas bélicos,
la gravitación política del poder militar y el auge de ideologías antirrepu-
blicanas determinaron un considerable desarrollo de esta figura, no bien
definida objetivamente, pues se tiende a fundamentarla sobre la base del
móvil político antinacional en sí mismo, más que sobre la definición del he-
cho externo y concreto. El sabotaje —lo mismo que la perduellio romana—
tiende a ser constituido sobre la base de “cualquier acto” o “todo acto”,
ciones sociales con el fin de debilitar al Estado soviético, si este acto es cometido haciendo
uso de instituciones, empresas, organizaciones sociales o del Estado u obstruyendo su
funcionamiento normal, será castigado con privación de libertad de ocho a quince años
con confiscación de bienes, con o sin adicional destierro de dos a cinco años”).
123 Nose quedó muy atrás en indefinición el texto del art. 7” de la ley 13.985 (“Será
reprimido eon prisión de uno a veinticinco años [!?] el que por cualquier medio desorgani-
zare, destruyere, deteriorare o inutilizare, en todo o en parte, temporal o definitivamente,
documentos, objetos, materiales, instalaciones, servicios o industrias de cualquier natura-
leza, con el propósito de perturbar, retardar o impedir el desarrollo militar, económico,
financiero, social, científico o industrial de la Nación”).
418 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Serán reprim idos con prisión de uno a cinco años, los que se alzaren
en armas para cambiar la Constitución, deponer alguno de los poderes
públicos del gobierno nacional, arrancarle alguna medida o concesión o
impedir, aunque sea temporalmente, el libre ejercicio de sus facultades
constitucionales o su formación o renovación en los términos y formas
legales”.
5 Proyecto de 1891, arts. 269 y 270. Daba como fuentes, además de la ley de 1863,
los Códigos italiano (arts. 118 y 120), chileno (art. 121), húngaro (art. 152), belga (art. 104)
y uruguayo (arts, 118 y 119), Del art, 270 las fuentes eran la ley 49 (art, 14, inc. 1%) y los
Códigos italiano (art. 118, inc. 39) y español (art. 181).
9 Véase Código Penal de la Nación Argentina, p. 202.
7 El Código español de 1870 decía cualquier acto encaminado a conseguir por la
fuerza (art. 181). También el alemán ($ 82, 2c).
$ Véase cómo trata el punto GROIZARD Y GÓMEZ DE La SERNA, El Código Penal de
1870, 51, p. 219.
2 La fórmula, que estaba ya en términos parecidos en TEjEDOR y en el Código de
1887, proviene del Código español de 1848 (Pacneco, El Código Penal, _, p. 161).
426 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
1 Fallos, 5:101 y 155, y 8:42. Véase, sin embargo, el límite de esa participación
voluntaria en Fallos, 7.429.
498 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Serán reprimidos con prisión de cinco a quince años los que se alza-
ren en armas para cambiar la Constitución, deponer alguno de los poderes
públicos del gobierno nacional, arrancarle alguna medida o concesión o
impedir, aunque sea temporariamente, el libre ejercicio de sus facultades
constitucionales o su formación o renovación en los términos y formas
legales.
Si el hecho descripto en el párrafo anterior fuese perpetrado con el
fin de cambiar de modo permanente el sistema democrático de gobierno,
suprimir la organización federal, eliminar la división de poderes, abrogar
los derechos fundamentales de la persona humana o suprimir o menoscabar,
aunque sea temporariamente, la independencia económica de la Nación,
la pena será de ocho a veinticinco años de prisión.
Cuando el hecho fuere perpetrado por personas que tuvieren estado,
empleo o asimilación militar, el mínimo de las penas se incrementará en
un tercio”,
art. 57 del Proyecto—, “lo que era una manifiesta contradicción”. Replicaron victoriosa-
mente GorostIaGa y Zapata. Véase sesión del 25 de abril de 1853. Sobre esto, véase
supra, $ 18, V.
13 Gómez hace funcionar para el tirano el art. 45 (Tratado de derecho penal, Y,
p. 429), pero ello solo sería posible como instigador del acto del voto —en que el delito
consiste—, y no con respecto al puro disfrute de la facultad acordada.
“Sorprende que no lo haya hecho tampoco el Proyecto Peco, que en este punto
sigue de cerca a la ley 17.567. A pesar de todo, durante el gobierno de Perón, un Con-
greso servil volvió a conceder poderes extraordinarios.
15 CSJN, 8/2/1956, “García, Juan C., y otros”, LL, 82-225, fallo 38.764.
TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
“Serán reprimidos con las penas establecidas en el art. 215 para los
traidores a la patria, con la disminución del art. 46, los miembros de alguno
de los tres poderes del Estado nacional o de las provincias que consintieran
la consumación de los hechos descriptos en el art. 226, continuando en sus
funciones o asumiéndolas luego de modificada por la fuerza la Constitución
o depuesto alguno de los poderes públicos, o haciendo cumplir las medidas
dispuestas por quienes usurpen tales poderes.
Se aplicará de uno a ocho años de prisión o reclusión e inhabilita-
ción absoluta por el doble de la condena a quienes, en los casos previstos
en el párrafo anterior, aceptaren colaborar continuando en funciones o
asumiéndolas, con las autoridades de facto, en algunos de los siguientes
cargos: ministros, secretarios de Estado, subsecretarios, directores general es
o nacionales o de jerarquía equivalente en el orden nacional, provincial o
municipal, presidente, vicepresidente, vocales o miembros de directorios
de organismos descentralizados o autárquicos o de bancos oficiales o de
empresas del Estado, sociedades del Estado, sociedades de economía mixta,
o de sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria, o de entes
públicos equivalentes a los enumerados en el orden nacional, provincial o
municipal, embajadores, rectores o decanos de universidades nacionales
o provinciales, miembros de las fuerzas armadas o de policía o de orga-
nismos de seguridad en grados de jefes o equivalentes, intendentes mu-
nicipales o miembros del ministerio público fiscal de cualquier jerarquía
o fuero, personal jerárquico del Parlamento nacional y de las legislaturas
provinciales.
Si las autoridades de facto crearen diferentes jerarquías adminis-
trativas o cambiaren las denominaciones de las funciones señaladas en
DELITOS CONTRA LOS PODERES PÚBLICOS Y EL ORDEN CONSTITUCIONAL 433
esos Poderes; en realidad —agrega— esta conducta hubiese sido más propia
del tipo siguiente”.
Autores solo pueden serlo los miembros de alguno de los tres po-
deres del Estado nacional o de las provincias (vale decir, el presidente
y vicepresidente de la Nación, los gobernadores y vicegobernadores de
provincia, los legisladores nacionales y provinciales y los jueces de cual-
quier fuero o ju risdicción, tanto nacionales como provinciales, excepción
hecha —por supuesto— de los municipales), calidades que pueden investir
desde antes de la rebelión, a la que consienten quedándose en el cargo,
o adquirirla después de consumada, asumiendo o reasumiendo alguna de
esas funciones'”,
La figura construida por el párr. 2” del art. 227 bis supone, como
presupuesto, la consumación de los hechos previstos en el art. 226, que
hayan tenido como resultado la modificación de la Constitución por la
fuerza o la deposición de alguno de los poderes públicos.
La acción no reside ya en consentir el estado de rebelión —-conducta
no hacedera para quienes no sean miembros de alguno de los tres poderes
del Estado, como en el caso anterior—, sino en aceptar la colaboración con
las autoridades de facto, continuando en funciones o asumiéndolas, una
vez consumada la rebelión triunfante.
Autores solo pueden serlo quienes acepten desempeñar los cargos que
taxativamente enumera la norma, respecto de la cual el senador DE La Rúa
dijo que “se refiere a todos los que desempeñan funciones que puedan de-
sigenarse como de gobierno o dirección””, Entre la larga enumeración del
párrafo en comentario se incluye a los “miembros de las fuerzas armadas o
de policía o de organismos de seguridad en grados de jefes o equivalentes”.
Nos parece que, en lo concerniente a las fuerzas armadas, el arranque
desde el grado de jefe resulta excesivo, en consideración a la relativamente
baja graduación militar que ese rango supone; más propio habría sido que
la ley se refiriese a “oficiales superiores” (de coronel, o sus equivalentes,
para arriba), cuyo retiro del servicio no implicaría el desmantelamiento de
los cuadros, como el cese de mayores y tenientes coroneles en su totalidad
(BayaLa BASOMBRÍO).
c) Agravante. La ley 23.077 introdujo como art. 227 ter del Cód,
Penal una disposición aplicable -en principio— a “cualquier delito”, con
el siguiente texto.
22
Fontán BALESTRA, Derecho penal. Parte especial, 1985, p. 769,
436 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
Ello puesto que estamos ante una figura que exige no solo el dolo en el
delito inicial, sino también la conciencia de que aquella actividad pone en
peligro la continuidad constitucionalW. Sobre el doble encuadramiento
típico, la exigencia está señalada en el mensaje del Poder Ejecutivo con
las siguientes palabras: “No basta atacar la vigencia de la Constitución,
debe hacerlo a través de un acto que constituya delito con independencia
de aquel resultado 224 .
“Será reprimido con reclusión o prisión de seis meses a tres años, el que,
sin la debida autorización, ejecutare o mandare ejecutar actos de autoridad
de un país extranjero en el territorio de la República”.
3
Conf. Fontán BaLEsTRA, Derecho penal. Parte especial, 1985, p. 769.
15
5
PIRERO - RIVAROLA - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
pa
gentina, p. 194. Sobre el tema, Díaz ARANA (1.), Relaciones entre el Estado y la Iglesia
en la Argentina, LL, 50-815, nota al fallo 24.591; Peña, La materia religiosa en la política
argentina.
20 Conf. Pacneco, El Código Penal, UL, p. 87. Véase GROIZARD Y GÓMEZ DE LA SERNA,
El Código Penal de 1870, UI, p, 72; Viaba Y ViLaseca, Código Penal reformado de 1870,
IL p. 13, donde se traen los pocos casos (dos) de aplicación del artículo.
DELITOS CONTRA LOS PODERES PÚBLICOS Y EL ORDEN CONSTITUCIONAL 437
“Se impondrá prisión de seis meses a dos años al que ejecutare o man-
dare ejecutar decretos de los concilios, bulas, breves y rescriptos del papa
que, para su cumplimiento, necesiten del pase del gobierno, sin haberlo
obtenido; y de uno a seis años de la misma pena, al que los ejecutare o
mandare ejecutar, a pesar de haber sido denegado dicho pase”.
cuentra implícitamente derogado por la eliminación del art. 86, inc. 9”, de
la Const. nacional luego de la reforma de 1994, que implica la desaparición
del ejercicio del patronato en nuestro ordenamiento jurídico.
VIL Sedición. — Esta figura está definida en el art. 229 del Cód.
Penal. Su texto es el mismo de su homólogo de 1921, con el solo cambio
—por la ley 16.648 del máximo de la penalidad, que en aquel era de tres
años de prisión, por lo que quedó redactado en los siguientes términos.
“Serán reprimidos con prisión de uno a seis años, los que, sin rebelarse
contra el gobierno nacional, armaren una provincia contra otra, se alzaren
en armas para cambiar la Constitución local, deponer algunos de los poderes
públicos de una provincia o territorio federal, arrancarle alguna medida
o concesión lo impedir, aunque sea temporalmente, el libre ejercicio de sus
facultades legales o su formación o renovación en los términos y formas
establecidas en la ley”.
25 Las fuentes fueron Const. nacional (arts. 6" y 109 —actual art. 127), ley 49 (art.
19), Cód. Penal de 1887 (art. 226) y Código holandés (art. 123). Véase la fundamenta-
ción del Proyecto en PIñERO - RivaROLa - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la
República Argentina, p. 194 y 1955.
2% Véase expresa fundamentación del Proyecto de 1891 en PiÑERO - RivaroLa - Ma-
TIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Argentina, p. 194 y 1955.
DELITOS CONTRA LOS PODERES PÚBLICOS Y EL ORDEN CONSTITUCIONAL 439
31 Daba como fuentes del inc. 2 la ley 49 (art. 20) y los Códigos de 1887 (art. 227),
español (art, 250, incs. 1? y 2%), chileno (art. 126), uruguayo (art. 121, incs. 2 y 39), húngaro
(art. 163), italiano (art. 187) y francés (art. 210).
%2 Piero - RivaroLa - Matienzo, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
gentina, p. 195.
33 GrorzaRD Y GÓMEZ DE La SERNA, El Código Penal de 1870, IL, p. 410.
34 Así, FRANK, Das Strafgesetzbuch, $ 115, L
DELITOS CONTRA LOS PODERES PÚBLICOS Y EL ORDEN CONSTITUCIONAL 441
p. 352.
13 Como más ampl ia la tienen MILLÁN, en Fontán BALESTRA - MILLÁN, Las reformas
al Código Penal, p. 352, y UrE, Once nuevos delitos, p. 114.
444 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
conjunto, por cuanto del juego de ambas resulta una institución excep-
cional, consistente en la exención de pena para algunos sujetos que han
participado efectivamente en actos de alzamiento, constitutivos de rebe-
lión o sedición**.
En esta materia, la legislación sigue distintos sistemas. Uno era el
del art. 100 del Código francés de 1810 y el del art. 258 del Código español
de 1870, que establecían la impunidad solo para los ejecutores, pero no
para los promotores o directores, y el otro el del Código italiano de 1890
(art. 133), que establecía impunidad para todos. Nuestro Código siguió
el sistema franco-español*,
Ocurre, sin embargo, que -manteniéndose dentro de cierta tradición
legislativa española— dividió la estructura total de la institución en dos
disposiciones. En una estableció el procedimiento que la autoridad debe
observar frente a los sublevados; en la otra, las consecuencias penales del
desistimiento.
En función de ello, luego de manifestarse el alzamiento, la autoridad**
intimará hasta dos veces a los sublevados a que se disuelvan (art. 231).
A continuación, el art. 232 determina lo siguiente.
“En caso de disolverse el tumulto sin haber causado otro mal que la
perturbación momentánea del orden, solo serán enjuiciados los promotores
o directores, a quienes se reprimirá con la mitad de la pena señalada para
el delito”,
punibles —con pena menor— los directores y promotores. — Por otra parte
—según veremos—, no se trata propiamente de un acto psíquico semejante
al desistimiento individual, sino de una forma colectiva de abandono de
la empresa.
Por eso, en vez de desistimiento", ciertos autores hablan en este caso
de arrepentimiento*”, al cual el Estado —por razones poderosas y extraor-
dinarias— le acuerda eficacia. Trátase (según CHAUVEAU y HÉLIE) de una
disposición política que alía la justicia con la prudencia*,
Esa medida, sin embargo, no es el resultado de un puro capricho,
sino que guarda estricta relación con la naturaleza singularísima de los
atentados políticos. En ellos la ley generalmente castiga la acción en sus
primeras manifestaciones. No puede esperar, como en la mayoría de los
demás delitos, que la obra del delincuente se consume mediante la des-
trucción del bien jurídico (véase supra, $ 134, ID). Con relación al daño
final que la ley quiere evitar, todas las acciones son verdaderas tentativas
y, por lo tanto —por aplicación del mismo principio político que funda la
concesión de la impunidad del desistimiento—, se establece este modo de
impunidad, aunque el sujeto haya recorrido ya etapas que la ley fatalmente
debe considerar consumativas, porque no puede proceder de otra manera,
según lo hemos demostrado en el $ 134, IL
La impunidad no alcanza a los promotores o directores, los cuales
solo se benefician con una reducción de la pena a la mitad.
El concepto de promotor o director no se identifica con el de ins-
tigador, sino que requiere una situación más destacada, especialmente
en el caso en que el sujeto no se encuentre corporalmente presente en el
momento del alzamiento público. Una cosa es aconsejar o instigar a un
sujeto determinado a que concurra al alzamiento, y otra es promover o
dirigir el alzamiento mismo. En realidad, cada uno de los sublevados
—con su conducta atrevida— infunde coraje a los demás; una muchedumbre
valiente puede ser nada más que una suma de cobardías avergonzadas.
Por eso, hace bien la ley en distinguir la situación en la causa de los simples
soldados rasos de la de los promotores.
* Dice IMPALLOMENI que una cosa es la tentativa y otra el atentado político, que
responde a principios distintos (1! Codice Penale italiano, 1, núm. 262).
48 IuraLLOMENI, H Codice Penale italiano, Y, núm. 262; Manzix1, Trattato, IV,
p. 329, Esa expresión —más teñida todavía de significado psicológico— parece también
inadecuada para nuestro sistema, según veremos.
2% Cuauveau - HéLtE, Théorie du Code Pénal, UL, p. 153.
46 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
55 GROIZARD Y GÓMEZ DE La SERNA, El Código Penal de 1870, 11, p. 430 y 431, muy
de mala gana; CUELLO CALÓN, Derecho penal, UL, p. 126; Viapa Y ViLAseca, Código Penal
reformado de 1870, IL, p. 195, cuest. IL. GÓMEZ plantea la cuestión, pero se limita a
lamentar la impunidad del incumplimiento de esa obligación, lo cual no es exacto, pues
existirá abuso.
56 Véase MANzIM1, Trattato, IV, p. 334.
57 Cuauvveau - HéLiE, Théorie du Code Pénal, 1, núm. 504: MANzIN1, Trettato, IV,
p. 334,
5 Véase MANzIM1, Trattato, IV, p. 234.
448 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
Entre nosotros las situaciones no alcanzan solución por esa vía, pero
el art. 232, como condición de impunidad, pone la de que el tumulto se
disuelva “sin haber causado otro mal que la perturbación momentánea
del orden”. Ahora bien, si no ha mediado intimación, y los rebeldes —-con
abuso policial- quedan dispersados, no parece que pueda hablarse de
otro mal y, en consecuencia, de rebelión, dado que uno de los extremos
que establecen el alzamiento es, precisamente, el de las interpelaciones
desobedecidas. El alzamiento constitutivo de rebelión y sedición no es
una asonada, sino precisamente un alzamiento contra la autoridad, de
modo que si, al producirse el primer contacto con la autoridad, esta ha
procedido de aquel modo, no parece que pueda hablarse de alzamiento.
Para ello será necesario que se produzca una lucha o resistencia colectiva
y no la simple dispersión.
Las advertencias son, pues, una condición para emplear la fuerza legí-
timamente, y la autoridad que no procede así comete un acto ilícito que no
consideramos impune”, pues importa la violación de un deber expreso. A
su vez, la circunstancia de que la autoridad omita ese trámite no importa au-
tomáticamente la impunidad de los alzados, porque ella proviene de la diso-
lución sin resistencia colectiva, sea cual fuere la razón que la determina.
Por otra parte, el caso normal es el de la intimación. Esta no es
necesaria desde el momento en que los sublevados hicieren uso de armas.
Hacer uso de armas frente a la autoridad es ya estar en plena sublevación,
y entonces el desistimiento es irrelevante. Los sublevados ya no desisten;
son vencidos.
63 La disposición fue introducida por el Proyecto de 1891, el cual dio como fuentes
la ley de 1863 (arts. 15, 21 y 29), el Cód. Penal de 1887 (arts. 229 y 232) y los Códigos
uruguayo (arts. 132 y 133), español (art. 260) y chileno (art. 134). Véase el fundamento
del mismo Proyecto en PIÑERO - RIVAROLA - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la
República Argentina, p. 197.
%% Véase la graduación que hace el fr. 38, $ 2, Digesto, 48, 19.
65 Véase GROIZARD Y GÓMEZ DE La SERNA, El Código Penal de 1870, 1,
p. 437; Pacueco, El Código Penal, 1, p. 207; TejebOR, Proyecto de Código Penal, p. 465.
66 Conf. MaLacarrica, Código Penal argentino, UI, p. 135.
459, TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
67 Daba como fuentes la ley de 1863 (arts. 17 y 24), el Cód. Penal de 1887 (art.
231) y los Códigos español (art. 259), chileno (art. 131), uruguayo (art. 130), italiano
(art. 136) y húngaro (art. 155).
68 Pirro - RivaroLa - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
gentina, p. 197.
6% Véase —en contra de la disposición GROIZARD Y GÓMEZ DE La SERNA, El Código
Penal de 1870, MI, p. 235, y Pacneco, El Código Penal, 1, p. 205.
DELITOS CONTRA LOS PODERES PÚBLICOS Y EL ORDEN CONSTITUCIONAL 453
l Bibliografía: Azoso, Código Penal comentado, 2017, p. 1265 y ss.; BREGLIA ARIAS -
Gauna, Código Penal, 2, BUOMPADRE, Tratado, — Parte especial, 3, y Delitos contra la Ad-
ministración pública; CARNELLI, El atentado y la resistencia a la autoridad, LL, 20-558;
El elemento intencional en el delito de desacato, LL, 8-982, y Las contribuciones que se
hacen, de un modo manifiesto O nO, CON los dineros públicos, eÉn favor de un partido, LL,
34-646, donde se estudian varias figuras de este título; CarRaRa, Programma, Y de la parte
especial, y VI, $ 3025 y ss.; CHAUVEAU - HÉLIE, Théorie du Code Pénal, U y TU, Díaz, El
Código Penal para la República Argentina, p. 431; CREUS - BUOMPADRE, Derecho penal.
Parte especial, 2, p. 1871 y ss; D'ALessio, Código Penal comentado y anotado; DYANTONIO,
voz “Dei delitti contro l'amministrazione della giustizia”, en Pessixa (dir.), Enciclopedia
del diritto penale italiano, VIL, De MacaLHAeEs DRUMMOND, en AAVV, Comentários ao
Código Penal, UX; EBERMAYER - LoBE - ROSENBERG, Das Reichs, p. 327 y ss.; Fracoso, Li-
goes de direito penal, 1939, 4, p. 949, 958 (desobediencia) y 961 (desacato); Frank, Das
Strafeesetzbuch, p. 279; García ArroYo, El delito de cohecho subsiguiente, “Delitos”,
n” 158; GARRAUD, Traité théorique et pratique, UI y IV, Gavazz1, Dei delitti contro la
pubblica anuninistrazione; GÓMEZ, Tratado de derecho penal, V, p. 257; GONZÁLEZ RoUkRa,
Derecho penal, 1; GrOIZARD Y GÓMEZ DE La SERNA, El Código Penal de 1870, 1, p. 439;
IMPALLOMENI, H Codice Penale italiano, 1, p. 59; Jannirri-PrromMaLLo, Dei delitti contro
Camministrazione della giustizia; Lev1, Delitti contro la pubblica amministrazione;
LoLLint, voz “Dei delitti contro la pubblica amministrazione”, en PEssixa (dir.), Enciclo-
pedia del diritto penale italiano, VU, Majno, Commento al Codice Penale italiano, 1,
p- 195; MALAGARRIGA, Código Penal argentino, UI, p. 137; MANzIN1, Trattato, V; MAURACH,
Deutsches Strafrecht, UL, p. 509; MezcEr, Derecho penal, U, p. 343; Moreno, El Código
456 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
Penal y sus antecedentes, VI, 117, Navarro CarDozo, El cohecho en consideración al cargo
o función, “Delitos”, n* 147, Pacneco, El Código Penal, U; Parma - MANGIAFICO - ÁLVAREZ
DoyLE, Derecho penal. Parte especial; Rabbon1, Dei delitti contro Vamministrazione
della giustizia; SCHONKE - SCHRÓDER, Strafeesetzbuch, p. 552 y ss.; VILLADA, Curso de
derecho penal; Von Liszt - ScamibT, Leherbuch, $ 171 y 177 y siguientes.
Fue introducido por el Proyecto de 1891, tomándolo de los Códigos italiano y
holandés (véase la Exposición de motivos en PIERO - RivaROLA - MATIENZO, Proyecto de
Código Penal para la República Argentina, p. 198).
3 Acerca da las razones de la imprecisión de ese concepto en la doctrina corriente,
véase KELSEN, Teoría general del Estado, p. 309 y siguientes.
% Véase Levi, Delitti contro la pubblica amministrazione, p. 1 y ss.; MANZIM1, Trat-
tato, V, p. 1.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 457
las cuales, en realidad, la única bien estructurada era la segunda (“De los
delitos peculiares a los empleados públicos”).
Con la actual sistemática, el orden es distinto, y en este Título se
agrupan delitos de particulares, delitos de funcionarios —esto es, delitos
especiales—, y delitos de acción bilateral o de participación necesaria, en
los cuales se requiere la simultánea o sucesiva participación de un parti-
cular y de un funcionario, acerca de cuya teoría remitimos al $ 20, VII
y alos $ 53, L, y 54, V.
Existe, además, una categoría de hechos que desde el punto de vista
del sujeto podríamos llamar mixtos, porque =si bien en ellos no se trata de
funcionarios públicos— se requiere en el particular una situación especial
(p-ej., la de detenido, la de citado como testigo).
El concepto de funcionario público está fijado por el art. 77 del Cód.
Penal, con validez para las definiciones de este Título. Existe, sin embar-
go, la excepción del art. 240 original del Código (restituido en su vigencia
por la ley 23.077), norma que —más expresamente que la del anterior art.
238- extiende el concepto de funcionario público al “particular que tra-
tare de aprehender o hubiere aprehendido a un delincuente en flagrante
delito”. También los arts. 237 y 239 prevén como eventual sujeto pasivo
de atentado al particular que prestare asistencia al funcionario público a
requerimiento de él o en virtud de una obligación o deber legal, así como
el art. 263, que equipara al funcionario público a “los que administraren
o custodiaren bienes pertenecientes a establecimientos de instrucción
pública o de beneficencia, así como los administradores y depositarios
de caudales embargados, secuestrados o depositados por autoridad com-
petente, aunque pertenezcan a particulares”,
La ley de ética de la función pública 25.188, de 1999, además de
introducir varias reformas al Código Penal -como veremos más adelan-
te—, estableció una serie de deberes, prohibiciones e incompatibilidades
aplicable “a todas las personas que se desempeñen en la función pública
en todos sus niveles y jerarquías, en forma permanente o transitoria,
por elección popular, designación directa, por concurso o por cualquier
otro medio legal, extendiéndose su aplicación a todos los magistrados,
funcionarios y empleados del Estado”. A tal efecto, se entiende por
función pública “toda actividad temporal o permanente, remunerada u
honoraria, realizada por una persona en nombre del Estado o al servicio
del Estado o de sus entidades, en cualquiera de sus niveles jerárquicos”
(art. 19).
458 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
5 Dijimos en la nota al art. 305: “Las dificultades presentadas por las figuras de
atentado, resistencia y desobediencia en el Código son conocidas. En gran medida de-
rivan de las inadecuadas escalas penales, francamente deficientes con respecto a formas
violentas de resistencia. En segundo lugar, el propio orden de los arts. 237, 238 y 239
hacía muy dudoso el sentido y alcance del último. Por lo tanto, separamos las figuras
del atentado y la resistencia, elevamos las escalas penales en ambos casos y colocamos a
continuación las circunstancias calificantes de la ley vigente”.
2 En su nota, la comisión dijo: “Preferimos, siguiendo el Proyecto de 1960, distin-
guir claramente los tres delitos, pues consideramos a los dos primeros ciertamente más
graves que la simple desobediencia, ya que esta no reclama fuerza ni intimidación, como
aquellos. Además, las circunstancias agravantes deben establecerse tanto en relación al
atentado como a la resistencia.
En el art. 237 hemos eliminado la referencia a quien presta ayuda a un funcionario
público, ya que no se le puede imponer la ejecución u omisión de un acto propio de sus
funciones; la incluimos en el art. 238, pues es posible resistírsele”,
462 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
16 EBERMAYER - LoBE - ROSENBERG, Das Reichs, $ 1145 a, señalan las siguientes dife-
rencias: a) la resistencia es una especie del atentado, pero —importando pena menor— no
constituye un caso de concurso ideal, sino de concurso de leyes; b) el atentado tutela a
todo empleado; la resistencia, solo a los ejecutores; e) el primero se refiere a cualquier
acto de autoridad; el segundo solamente a los de ejecución; d) el renitente traba la ac-
ción; el atentante, la determinación; e) la resistencia presupone que la acción ejecutiva ya
ha comenzado y que todavía no ha terminado. Mencionan, además, otras diferencias,
pero en nada útiles para nosotros. Véase también FraNk, Das Strafeesetzbuch, $ 114, L
17 El ejemplo es de Frank, Das Strafeesetzbuch, $ 114, 1, aceptado por EBERMAYER -
LoBE - RoseNBERG, Das Reichs, $ 1145 a,
1 Lo establece el mismo Frank (Das Stra vesetzbuch, $ 113, 1D).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 465
“Será reprimido con prisión de dos meses a tres años, el que empleare
intimidación o fuerza contra un funcionario público o contra la persona
que le prestare asistencia en virtud de un deber legal o a requerimiento
de aquel, para impedir o trabar la ejecución de un acto propio del legítimo
ma
ejercicio de sus funciones
órgano ejecutivo esté provisto de una orden que presuponga una previa
actividad de órganos superiores, la resistencia no es posible. Pero puede
ocurrir que la orden sea también sustancialmente ilegal, caso en el que se
produce un conflicto entre el deber de obediencia del órgano —general-
mente privado de la facultad de examinar el contenido de la orden— y el
derecho del ciudadano a no ser objeto de actos arbitrarios”.
b) También puede ocurrir que la ley deje en la esfera de determina-
ción de un funcionario ejecutivo la resolución de un caso determinado y
que esa resolución en concreto sea arbitraria.
Para resolver estos dos casos de ilegalidad sustancial existen criterios
opuestos, según que se acuerde prevalencia a la autoridad o a la ley misma.
Ninguna de las dos soluciones extremas carece de inconvenientes. Desde
luego, los presenta la doctrina que CARRARa califica de reaccionaria”, que
sostiene que, “sea cual sea la ilegalidad de la orden, sea cual sea el abuso
del poder, los ciudadanos deben silenciosamente obedecer; no tienen el
derecho de discutir el acto cubierto por la presunción de legalidad: no
tienen más derecho que el de reclamar después de su ejecución””, El
socorrido argumento de esa jurisprudencia consiste en que de lo contrario
se paraliza la actividad de la autoridad, “introduciendo en las relaciones
de esta con el público el desorden y la anarquía”,
“En los casos de los dos artículos anteriores, la prisión será de uno a
seis años:
1% Así, FRANK, Das Strafeesetzbueh, $ 113, VI, b, para la resistencia, pero el prin-
cipio es el mismo para el atentado.
15 Como en el robo simple (véase $ 113, TI, nota 252).
4% Conf. Gómez, Tratado de derecho penal, Y, p- 467 y 468.
%% El Código español decía —en este caso “si la agresión se verifica a mano amada”,
lo cual es muy distinto, pues nuestra ley viene a decir “si el atentado se verifica”, etc. (véase
GROIZARD Y GÓMEZ DE LA SERNA, El Código Penal de 1870, UI, p. 162).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 481
51 Véase sobre ello $ 104, IL. CARMIGNANI (Juris eriminalis elementa, $ 724) y
CaRRaRa (Programma, $ 3030) siguen todavía ese sistema. :
52 Recuérdese la ordenación del Código de 1887.
2% Conf. Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 436.
5 Conf. Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 436 y 437.
482, TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
55 Así, GROIZARD Y GÓMEZ DE La SERMa, El Código Penal de 1870, UI, p. 963; GómEz,
Tratado de derecho penal, Y, p. 469.
56 Sin embargo, pocas son las sentencias que apl ican el art. 33. Entre estas, CApel
Córdoba, “Sosa”, LL, 20-338, fallo 10.393. La Cámara capitalina persistió —en este as-
pecto— en la afirmación del concurso ideal, incluso en las sentencias fundamentalmente
correctas sobre atentado (CCrimCorrCap, 13/12/1944, LL, 37-545, fallo 18.521, y JA, nov.
1944, fallo 3367) y lo mismo en los casos de resistencia con lesiones (CCrimCorrCap,
11/7/1944, LL, 36-412, fallo 18.068; íd., JA, sep. 1944, fallos 3309y 3310). Con el texto,
CApel Rosario, 13/12/1939, “Valdez”.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 483
“Será reprimido con prisión de dos meses a dos años, el que desobe-
deciere la orden impartida por un funcionario público en el ejercicio de sus
funciones, salvo que se trate de la propia detención”
*?,
construcción dogmática sobre la base del art. 280. La ley resuelve hoy
el problema con sencillez y de modo expreso; por ende, la autoeximición
no es punible.
“Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que, con el fin
de inducir a engaño a una autoridad judicial, en el curso de una diligencia
procesal o ante la inminencia de ella, cambiare o alterare maliciosamente
el estado de lugares, cosas o personas”*,
72 . o :
2 Casi todos los ejemplos que da UrE son de encubrimiento (Once nuevos delitos,
p. 44 y 45). También Huncria, en AAVV., Comentários ao Código Penal, YX, p. 496,
claro está que reconociendo el carácter subsidiario de la figura.
73 Para el código italiano, conf. MaGGIORE, Diritto penale, Il, p. 281; para el brasile-
ño, Fracoso, Ligóes de direito penal, 1959, 4, p. 1036; Huncria, en AAVV., Comentários
ao Código Penal, IX, p. 495.
74 Conf. Fracoso, Ligóes de direito penal, 1959, 4, p. 1036 “el momento de la in-
novación, artificiosa”) En contra, MILLÁN, en FonTÁN BALESTRA - MILLÁN, Las reformas
al Código Penal, p. 378 (“efectuada la diligencia”).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 489
79 Conf. GonzáLez Roura, Derecho penal, TIT, p. 359; MaLacarrICa, Código Penal
argentino, MI, p. 154; Operico, Código Penal anotado, nota 1209.
492 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
5% Véase $ 18, IL, y la Exposición de motivos del lib. 2”, tít. 1” (obstáculos funda-
dos en privilegio constitucional), de VÉLEZ MARICONDE - SOLER, Proyecto de Código de
Procedimiento Penal de la Provincia de Córdoba, JA, 1943, p. 113 y ss.; cfr., in extenso,
BUOMPADRE, Delitos contra la Administración pública, p. 93 y siguientes.
494 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
Sl El caso “Repetto” (“Fallos”, 1-317) parece haber llegado hasta estado de “autos”.
5 Díaz piensa que la inmunidad del presidente, los ministros y los jueces es más
absoluta, lo cual no es exacto, porque la de ellos siempre es solo procesal (El Código Penal
para la República Argentina, p. 446).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 495
53 CSJN, 24/12/1965, “Savino, Horacio”, LL, 119-199, con cita de Fallos, 139:67;
185:360: 190:271.
5 Art. 287, el cual daba como fuentes los Códigos holandés (art. 192), italiano (art.
210), francés (art. 236), español (art. 383) y alemán (art. 138).
496 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
$ 138. DEsAcaTo
“Será reprimido con prisión de quince días a seis meses, el que pro-
vocare a duelo, amenazare, injuriare o de cualquier modo ofendiere en
su dignidad o decoro a un funcionario público a causa del ejercicio de sus
funciones o al tiempo de practicarlas.
La prisión será de un mes a un año, si el ofendido fuere el presidente
de la Nación, un miembro del Congreso, un gobernador de provincia, un
ministro nacional o provincial, un miembro de las legislaturas provinciales
o un juez”.
% El art. 237 del Cód. Penal de 1887 contenía, al mismo tiempo, figuras de aten-
tado, de resistencia y de desacato.
% Pisero - RivaroLa - MATtiENzo, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
gentina, p. 199. Se daban como concordancias el Código Penal de 1887 (art. 237, inc. 1),
la ley de 1863 (art. 3%) y los Códigos francés (art. 222), italiano (arts. 194 a 197), español
(arts. 266 a 270), belga (arts. 275 y 276), chileno (art. 264, inc. 3?) y uruguayo (art. 192,
inc. 1%).
93 Ramos, Concordancias del Proyecto de Código Penal de 1917, p. 122. La co-
misión entendió que debía decir “y al tiempo de practicarlas”, exigiendo la reunión de las
dos condiciones para que existiera el delito”.
% Código Penal de la Nación Argentina, p. 604. GowzáLEZ Roura se atribuye la
paternidad de la iniciativa del Senado (Derecho penal, UI, p. 362).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 499
“El que esto escribe —decía BayaLa BasomBRÍO— recuerda que en una
reunión informal con él [SoLEr] y el doctor FoxTÁN BALESTRA, acaecida
en la segunda mitad de la década del cuarenta, el último esbozó lo que,
a su juicio, debía ser objeto de reformas técnicas en la parte general del
Código, a lo que SOLER repuso más o menos con estos términos: “Todo eso
está muy bien, pero a mí lo que me interesa saber es cómo van a regular
el desacato”. Y sus inquietudes estaban justificadas, como que al finalizar
esa década se sancionó la ley 13.569, cuyo art. 4” convirtió al desacato en
un eficaz instrumento de represión en manos del gobierno”.
% La historia del desacato es uno de los capítulos más instructivos del gobierno
de Perón. Ya antes de la reforma cierta jurisprudencia aplicaba penas por desacato con
oficiosa generosidad. Combatiendo esa tendencia, publicamos un trabajo en “La Prensa”
sosteniendo que no existe “desacato a distancia o por medio de la prensa”, y que la ley
requiere o bien la presencia, o bien la comunicación directa, epistolar o telefónica, o bien
la vía jerárquica. La reforma propuesta por un diputado Visca parecía inspirada en el
expreso propósito de quitar toda duda y de hacer punibles precisamente las formas de
desacato remoto. Sobre ello, SoLEr, Análisis del Proyecto de reformas al Código Penal,
“Revista del Colegio de Abogados de Buenos Aires”, 1949, n* 1-2, p. 41.
500 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
OL Esta tendencia, que ya contaba con antecedentes (véase GONZÁLEZ Roura, De-
recho penal, MI, p. 262 y ss.), se acrecentó a partir de 1932 como resultado —entendemos
que preterintencional— del fallo de la Corte Suprema del 23 de diciembre de 1932, por el
cual se estableció la competencia federal sobre los delitos de prensa cuando federal sea
el interés vulnerado (cfr. “Boletín de Estudios y Jurisprudencia de la Policía de la Capital”,
1933, 1* trimestre, p. 27 y siguientes). Como consecuencia de ese fallo, los tribunales fe-
derales instruyeron numerosos procesos contra periodistas por desacatos al presidente de
la Nación. Esa jurisprudencia, junto con la censurable y censurada condición de gobiernos
de facto O de dudosa procedencia, dio lugar dd abundancia de desacatos dd distancia v desaca-
tos por la prensa (CFed La Plata, 15/5/1936, LL, 2-591; CApel Corrientes, 21/3/1942, “El
Noticioso”, JA, 1942-11-21; CFed BBlanca, 1/3/1937, LL, 9-685, fallo 4299; CFed La Plata,
27/8/1940, JA, 72-1050; CFed Rosario, 2/5/1944, LL, 35-338, fallo 17.555; CCrimCorrCap,
12/5/1941, LL, 23-621 —véase, además, JA, 5-63, 53-590, 54-81, 57-32 y 935, y 59-668, y
LL, 10-708, entre muchos otros=).. Muchos fallos absolvieron por diversos motivos; entre
ellos, el de que el hecho —al constituir calumnia— deja de ser desacato. Pero la duda
acerca de la posibilidad de desacato por la prensa se plantea muy pocas veces (véase CJ
Catamarca, 12/6/1944, LL, 35-340, fallo 17.557). Sostiene la restricción de la prueba Ra-
MOS MEjía, Calumnia, injuria y desacato, JA, 1942-1-949 (véase sobre ello $ 92, nota 127).
Se ha llegado a condenar como desacato la expresión desconsiderada contra el presidente
proferida dentro de un tranvía por un pasajero, impaciente a causa de la detención del
tránsito causada por un desfile (CFed Rosario, 26/4/1944, “Jozami”, expte. 4113).
102 Así el fallo de primera instancia en CCrimCorrCap, LL, 23-621.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 503
108 GoxzáLEz Roura —autor de la sustitución de la “y” por la “o” advirtió la necesi-
dad de que la injuria fuera dirigida, pero se daba por satisfecho con que el autor aceptara
la posibilidad de que llegara a conocimiento (Derecho penal, UI, p. 362). En este sentido
=y con igual expresión, después de sentarse el principio correcto de “dirigirse directa
y voluntariamente”, un fallo le puso paliativos, aunque el caso se resolvió correctamente
(CS Tucumán, 2/10/1933, LL, 9-1, fallo 4005).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 505
199 Las graves consecuencias políticas determinadas por la interpretación del des-
acato inspiraron al diputado Ernesto Sanmartino la presentación de un proyecto (el 28
de mayo de 1936) de supresión de los arts. 244 y 245.
19 En este sentido, está cerca de la verdad un fallo que se refiere a la reacción y
al móvil de irritación (CFed BBlanca, LL, 9-685, fallo 4299), pero la fórmula nos parece
demasiado restringida, pues puede no tratarse propiamente de reacción.
"Y Conf. Carrara, Programmna, $ 1795 y 1796; Gavazz1, Dei delitti contro la pub-
blica amministrazione, p. 202.
112 La Cámara capitalina aplicó su teoría del animus inturiandi en CCrimCorrCap,
“Ibarborde”, LL, feb. 1946, fallo 20.108 (véase $ 92, III a).
506 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
113 En contra, CCrimCorrCap, “Malbec”, “Fallos”, 11-93 (lugar donde la carta fue
despachada).
14 La criticaron BRASA y Nocrro (véase Majno, Commento al Codice Penale ita-
liano, Y, núm. 1029),
115 El conflicto entre las disposiciones que rigen la exceptio veritatis en el caso de
injurias a un funcionario y la exclusión de toda prueba en el desacato es claramente ad-
vertido por el ministro guardasellos autor de la relación al Código fascista, y naturalmente
resuelve el problema en el sentido de la inadmisibilidad de la prueba en todo caso. Decía,
en efecto, que “no podría conciliarse la absoluta exclusión de la prueba liberatoria respecto
al delito de desacato (oltraggio) [que puede estar constituido también por la atribución de
un hecho determinado] con la facultad de prueba concedida en el caso de difamación,
del oficial público” [cfr. SatreLL1 - Romano-D1 FaLco (eds.), Commento teorico-pratico
del nuovo Codice Penale, UL, parte 2*, p. 971].
Es manifiesto que aquí el relator se hizo el desentendido acerca de la diferencia que
hay entre la ofensa inmediata y la difamación, y así cortó un aparente nudo gordiano he-
cho con dos cuerdas de muy distinta clase por el propio legislador político, aparentando
resolver correctamente una sola situación, cuando en realidad resolvía dos (la una co-
rrectamente, pero la otra no).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 507
El texto del art. 245 fue agregado por la ley 13.569 al art. 244, refor-
mado de la manera que quedó explicada más arriba, reforzándose con ello
el sentido político y persecutorio de la ley penal. Por esto, unas de las
primeras medidas de la Revolución Libertadora consistió -según vimos— en
derogar esa reforma, con lo cual vino también a quedar derogado lo que
antes constituía el texto del art. 245. Los fundamentos del decr. 486/1955
son suficientemente expresivos (“Que mediante la ley 13.569 el gobierno
depuesto extendió los alcances del delito de desacato hasta extremos tales
que significaron prácticamente la supresión de la libertad de crítica y de
opinión; que, por otra parte, esa ley imp edía probar cualquier imputación di-
rigida contra funcionarios públicos lo que importaba también supresión
de una esencial garantía de la moralidad administrativa; que es propósito
fundamental de la Revolución restituir al país, sus habitantes y autoridades
un real y efectivo sistema republicano de gobierno”).
De acuerdo con esa supresión, era posible la exceptio veritatis en el
desacato.
La ley 13.569 trasladó el texto arriba comentado al art. 244, como
párr. 3%, y alojó en el art. 245 una nueva figura.
119 El Proyecto de 1891 señalaba como concordantes el Código de 1887 (art. 240) y
los Códigos italiano (art. 185), francés (arts. 258 y 197), español (arts. 342 y 385), holandés
(art. 196), belga (arts. 227 y 262), chileno (arts. 213 y 217) y uruguayo (art. 183).
120 Conf. Gavazz1, Dei delitti contro la pubblica amministrazione, p. 143; MANZINI,
Trattato, V, p. 236; Levt, Delitti contro la pubblica amministrazione, p. 450. Se equivoca
ODERIGO al seguirlos en este punto (Código Penal anotado, nota 1229), aunque el resultado
es prácticamente el mismo; LayE Anaya, La usurpación de autoridad, títulos y honores
en el Código Penal argentino, p. 33.
—os
121 Dudosos, pues, los casos resueltos en CCrimCorrCap, 19/2/1937, “Dover”,
LL, 6-178; “García”, “Fallos”, 11-458. Correctos, en cambio, CCrimCorrCap, “García
NN”, “Fallos”, 11-460 (mediante falso carné militar entraba al cine con descuento); íd.,
19/4/1949, “Antonelli”, LL, 54-585, fallo 26.442.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 511
122 En contra, Gómez, Tratado de derecho penal, V, p. 288 y 289, por subalterna
que sea la función. Conf. Fracoso, Ligóes de direito penal, 4, núm. 1021.
123 Así, TEJEDOR, Proyecto de Código Penal, p. 473, traduciendo a CHAUVEAU - HE-
LIE, Théorie du Code Pénal, UI, núm. 1061.
24 Conf. EBERMAYER - LoBk - RosENBERG, Das Reichs, $ 132, 1. En contra, para
el derecho italiano, Manzim1, Trattato, V, p. 237, pero él se ajustaba a lo que decía el art.
207 del Código de 1890, que no tenía equivalente en el nuestro. Díaz, GÓMEZy MORENO
parecen entender que “títu lo” y “nombramiento” quiere decir lo mismo, porque no reparan
en la diferencia, y hablan equívocamente de ambos,
123 Conf. CCrimCorrCap, 23/11/1937, JA, 60-1028.
512 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
126 Conf. Binpinc, Lehrbuch, TL, 2%, p. 510; CueLLo CaLón, Derecho penal,
TI, p. 241; Levr, Delitti contro la pubblica amministrazione, p. 452; MANzIN1, Tratta-
to, V, p. 239,
127 Es dudoso el caso de CCrimCorrCap, “Fallos”, 11-458, depende de que el sujeto
haya realizado actos que solo a un funcionario se consentirían como actos de autoridad
(v.gr., interrogatorios, inspección del interior).
128 Conf. GonzáLEz Roura, Derecho penal, UL p. 368.
129 Véase CONSTANTINEAU, Tratado de la doctrina “de facto”, caps. XXI y XXIL
Ver SoLER, Doctrina “de facto” y legislación revolucionaria, JA, 1968-IV-801.
13% Conf. CONSTANTINEAU, Tratado de la doctrina “de facto”, L, $ 265, donde se
traen antecedentes contradictorios.
ISI Conf. ErerMaYER - Lope - RoseNBERG, Das Reichs, $ 131, 7 (sea cual fuere el
erro). También MANzIN1, Trattato, W, p. 244.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 513
18£ Pirro - RIVAROLA - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
gentina, p. 201.
135 En el derecho italiano no se preveía esta forma, pero existía -en cambio— con-
senso unánime en el sentido de que la infracción correspondiente al inc. 1 podía indis-
tintamente ser cometida por un particular o por un funcionario (conf. Laye AnaYa, La
usurpación de autoridad, títulos y honores en el Código Penal argentino, y. 50).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 515
este delito'”, sin perjuicio de que pueda ser un medio para estafar o una
usurpación de autoridad. Deberá tratarse de un uniforme o de distintivos
exteriores'*",
Las insignias o distintivos deben corresponder a un cargo que no
ejerce el sujeto. — En este sentido, nuestra ley es más restringida que otras
—que no se refieren solo a los signos de un cargo—, dando lugar a debates
acerca de ciertos distintivos no oficiales (p.ej., hábito sacerdotal). Debe
tratarse de insignias o distintivos oficiales y correspondientes a una función
pública*!!. Solo así se justifica la inclusión de este hecho, como delito, bajo
el Título de las infracciones contra la administración pública", Quedan
excluidos los uniformes extranjeros.
La otra forma de comisión consiste en arrogarse grados académicos,
títulos profesionales u honores; esto es, en atribuírselos falsamente de un
modo también público. — Para ello basta cualquier medio (p.ej., anuncios,
membretes, placas). No basta, en cambio, la mera aceptación silenciosa
de un título que no se tiene'**, En sentido contrario, no es preciso que
esa atribución sea expresa, pues puede consistir en el ejercicio de los actos
que corresponden a dicha función'*.
Grados académicos son los títulos superiores expedidos por los esta-
blecimientos de enseñanza superior —en particular el doctorado y los títulos
de miembros de las academias oficiales u oficialmente reconocidas—, que
son creaciones de gobierno o de las universidades mismas. El uso del
título de miembro de un instituto privado, por prestigioso que sea este
—científica o socialmente—, no constituye delito. Tampoco lo es el empleo
de designaciones académicas extranjeras.
148 CarRaRa, Programma, $ 2512, seguido por LoLLIxt, en Pessixa (dir.), Encielo-
pedia del diritto penale italiano, VIL, p. 95.
149 Conf. Levr, Delitti contro la pubblica amministrazione, p- 315 y 316; MANzImI,
Trattato, Y, p. 151.
150 Pigero - RivaroLa - MATIENzO, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
gentina, p. 202.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 521
Con excepción del art. 252 —sustituido por la ley 27.079, de 2014-—, el
resto de los que integran este Capítulo no sufrieron modificaciones desde
la sanción del Código Penal (salvo en lo referido a la actualización de las
multas por la ley 24.286), aunque a este esquema clasificatorio hay que
añadirle algunas figuras que fueron agregadas por las leyes 25.890, de
2004 (art. 248 bis), y 26.394, de 2008 (arts. 249 bis, 250 bis, 253 bis y
253 ter).
153 MorEnO dice que no hay sujeto pasivo (El Código Penal y sus antecedentes, VI,
p- 177). Maxzixt, en cambio, distingue el sujeto pasivo inmediato —que es el particular—
del mediato, que es el Estado (Trattato, V, p. 152).
154 Esta diferencia es fundamental. Carrara distingue el abuso ontológico y el
abuso jurídico (Programma, $ 2514); Manzint, los actos no discrecionales y los actos dis-
erecionales (Trattato, V, p. 154); Gavazzt llama a una arbitrariedad objetiva y a la otra
subjetiva (Dei delitti contro la pubblica amministrazione, p. 63), lo cual no es del todo
exacto, porque también la primera requiere subjetividad, según veremos. LOLLINI, en
Pessina (dir), Enciclopedia del diritto penale italiano, VIL, p. 102, sigue fundamental-
mente a CARRARA.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 523
cionales, y los emplea con un fin diverso al que la ley persigue, inspirado
por sectarismo político, religioso, o por venganza o vejación, entre otras
posibilidades.
Como consecuencia de esa doble característica objetiva y subjetiva
resulta lo siguiente.
1) Que el conocimiento de la falsedad de los fundamentos del acto
de autoridad debe existir en el momento de la acción. En consecuencia,
es absolutamente irrelevante la suerte que la resolución dictada corra en
instancias superiores; si un acto es subjetivamente honesto en el momento
en que es producido, “no se torna arbitrario por solo efecto de la ulterior
declaración de su ilegalidad objetiva”.
2) Que esa característica subjetiva desaparece por efecto del error
(sea en la apreciación de los hechos justificantes, en un caso; sea en la
apreciación e interpretación del derecho, en el otro). El error de derecho
tiene aquí el mismo efecto que el de hecho; el funcionario que se equivoca
(sea cual fuere la fuente de su error) no comete abuso'”, dado que, aun
cuando pueda afirmarse que en ese acto hay error, no podrá decirse que
hay falseclad, mentira y -en consecuencia— malicia.
Solo así es posible explicar por qué no son abusos de autoridad cier-
tos hechos groseramente contrarios a la ley y hasta a la Constitución o
fundados en leyes inconstitucionales. Si el Congreso ha sancionado una
ley inconstitucional, el error de derecho de quien la ejecute estará —por
decirlo así— legislativamente declarado con anterioridad al hecho; al eje-
cutor le bastará invocar la ley'*. Declarada la inconstitucionalidad, la
situación ordinaria resurge para los casos futuros; en ningún caso se cas-
tigará la buena fe.
El delito puede ser cometido, así, tanto por el que dicta resoluciones
u órdenes, como por el que las ejecuta. La ley hace aquí una diferencia
entre resoluciones y órdenes. Las primeras pueden constituir tanto una
reglamentación de carácter general (edicto policial), como la determinación
de la voluntad del Estado con respecto a una situación concreta (prohibir
o acordar una manifestación pública, resoluciones ministeriales, decretos
municipales). Una resolución se transforma en orden cuando es confiada
a un órgano del Estado con la conminación de ejecutarla o darle cumpli-
miento. El desempeño de este órgano con respecto al cumplimiento de
una resolución arbitraria se rige por los principios de la obediencia debida
(conf. $ 22, IV).
Las resoluciones o las órdenes deben ser contrarias a la Constitución
o a las leyes. Ya hemos visto que esto tanto quiere decir que deba tra-
tarse de un acto prohibido en general, como que también es contraria a
la ley la simulación de las condiciones de hecho, que autorizarían el acto
legalmente previsto. — El juez que ordena un allanamiento, sabiendo que
es falso que en tal lugar se encuentre lo que busca, abusa de su autoridad.
En este aspecto, con relación a nuestra ley, es preciso hacer algún
distingo.
a) El acto abusivo puede consistir en un delito autónomo que conten-
ga el abuso de autoridad como elemento, caso en el que se aplica —según
sabemos- la figura específica.
b) El acto abusivo puede consistir en un delito autónomo que no
contenga el abuso de autoridad, sino que sea comisible por un particular
cualquiera. En este supuesto, los hechos concurren materialmente con
el de abuso'*”, de lo cual se deduce —también- la siguiente conclusión.
constitucionalidad de dicho artículo (véase $ 106, VI), pero de ello no deduciríamos que
el error de derecho del jefe, que erraba en tan buena compañía, no tuviera exactamente el
mismo efecto que un error de hecho. — Es interesante destacar que uno de los fundamen-
tos de la absolución —después de examinada la cuestión constitucional- consistió en que no
fueron impugnadas de falsedad las actuaciones policiales que daban base al allanamiento.
161 Obsérvese que era inaplicable la doctrina italiana, porque para el Código de 1890
el abuso de autoridad era una circunstancia agravante para cualquier clase de delitos, de
acuerdo con el art, 208 [véase LoLLIM1, en PEssixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale ita-
liano, VII, p. 99]. Sital agravante es expresa, claro está que no se puede hablar de concurso.
Conf. CFed La Plata, 19/12/1945, “Andrés y otros”, LL, 41-245, fallo 20.137, con motivo
de los hechos policiales en la toma de la Universidad de La Plata con abierta prepotencia.
526 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
162 T oLuix1, en Pessina (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, VIL, p. 99,
pone el ejemplo del carcelero que le mezquina la comida a un preso, acción que no es
delito para el hotelero que hace lo mismo con sus clientes.
16% Conf. CCrimCorrCap, “Fallos”, 11-469.
164 A diferencia del art. 175 del Código italiano de 1890.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 527
Ya vimos que este delito ha sido tomado del Proyecto de 1891, pero
sin observar las relaciones que en aquel guardaba con la figura anterior.
Ese mismo tipo de relaciones guarda la disposición análoga en la legis-
lación comparada que dicho Proyecto cita'*, de manera que —dada la
introducción de la figura omisiva en el art. 248, hecha en el Proyecto de
1906- es preciso ser muy cuidadoso en aplicar a esta disposición la doc-
trina extranjera, cuyos principios son bastante diferentes.
165 Citaba como fuentes los Códigos italiano (art. 178), español (arts. 382 y 383),
húngaro (arts. 480 y 481) y uruguayo (art. 182), Debe agregarse el art. 185 del Código
francés de 1810, modelo del italiano.
166 Conf. CCrimCorrCap, “Fallos”, 11-469.
167 Así parece entenderlo Díaz, El Código Penal para la República Argentina,
p. 463, y no es posible desentenderse totalmente de esta observación.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 529
168 La ley dice “oficio”, incurriendo en una fea traducción de la palabra ufficio,
contenida en el art. 178 del Código italiano, al que se siguió.
530 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
169 Las concordancias del Proyecto eran los Códigos holandés (art. 357), italiano (art.
179), francés (art. 234), belga (art. 259) y chileno (art. 253).
19 Así, Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 465.
Mi Conf. Gavazzt, Dei delitti contro la pubblica amministrazione, p. 95; MANZINI,
Trattato, V, p. 196,
1 Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 465.
532 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Será penado con prisión con prisión de cuatro a diez años, siempre
que no resultare otro delito más severamente penado, al militar que, en
tiempo de conflicto armado:
1) Abandonare sus funciones de control, vigilancia, comunicaciones
o la atención de los instrumentos que tuviese a su cargo para esos fines, las
descuidase o se incapacitase para su cumplimiento.
2) Observare cualquier dato significativo para la defensa y no lo
informase o tomase las medidas del caso”.
1'3 Las fuentes eran los Códigos holandés (art. 358), húngaro (art. 472), belga (art.
254) y francés (art. 188).
MA Véase CHAuvEau - HéLIE, Théorie du Code Pénal, UL núm. 892; Garraun, Traité
théorique et pratique, UI, núm. 325.
175 Ly que para nosotros debe deducirse a fortiori era expreso en el Código francés
(“aura requis ou ordonné”).
534 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
116 Además del de TejEDOR, este Proyecto cita los Códigos español (art. 387) y chi-
leno (art. 254).
177 Véase Pacneco, El Código Penal, 1, p. 442; Viana y ViLaseca, Código Penal
reformado de 1870, 1, p. 612.
18 Nuestra nota al art. 336 decía: “El abuso constituido por la extensión del derecho
de huelga al ámbito de las funciones públ icas ql le por su naturaleza son incompatibles con
el abandono colectivo de ellas, requería la remodelación del art. 252 del Código vigente
y la inclusión de la segunda parte del texto”.
19 Conf. Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 466; PacHEco, El
Código Penal, 1, p. 442; Viapa y ViLaseca, Código Penal reformado de 1870, 1, p. 613
y 614; CueLLo CaLón, Derecho penal, 1, p. 345. En contra, MORENO considera sujeto
activo posible solamente al funcionario renunciarte (El Código Penal y sus antecedentes,
VI, p. 182). Sigue a Díaz, ODERIGO, Código Penal anotado, nota 1266.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 535
asumida por el coacto. Basta esa consideración para advertir cuán extraño
resulta que funcionarios públicos adopten ese procedimiento para exigir au-
mentos de sueldos como si dependieran de un patrón más, facultado como
cualquier otro para cambiar por intimidación— el presupuesto de gastos
de hoy para mañana. La huelga de empleados y funcionarios públicos
no va dirigida contra el Estado —ciertamente, no intimidable—, sino contra
determinados funcionarios; es decir, lleva como necesidad un contenido
político que en los demás casos puede no hallarse presente.
Las sanciones disciplinarias (suficientes para corregir ausencias aús-
ladas al cumplimiento de la función administrativa) no parecen medio
satisfactorio y suficiente en el supuesto de huelgas, pues en tal caso el hecho
asume caracteres de grave ilicitud que desbordan el marco disciplinario.
La ley aquí -de modo claro— constituyó la figura sobre el hecho del
abandono colectivo y, por tanto, no castigaba el hecho singular y personal
del abandono de la función no abarcado por la primera parte del artículo,
sino solo el hecho de incitar al abandono colectivo. Lo querido en este
caso no era ya el no querer personalmente desempeñar la función, sino
el querer que otros no la desempeñen. Ni siquiera era necesario que el
incitante fuera —a su vez— huelguista y funcionario público. Sujeto activo
de este delito podía serlo cualquiera.
La huelga tenida en cuenta por la ley era la de funcionarios o emplea-
dos públicos. No estaban comprendidos los entes en los cuales el Estado
actúa como persona de derecho privado”,
La ley 20.509 derogó la reforma de la ley 17.567, que había incorpora-
do el párr. 2? referido a la incitación al abandono colectivo del trabajo por
parte de funcionarios o empleados públicos—, posteriormente restablecido
por la ley 21.338, hasta que la ley 23.077 (volviendo al texto original del
artículo) lo suprimió de manera definitiva. La multa fue actualizada —en
su momento— por la ley 24.286.
La redacción en vigor proviene de la ley 27.079, de 2014, y es la si-
guiente.
18% Conf. MiLLAN, en Fontán BaLEsTRA - MILLÁN, Las reformas al Código Penal,
p- 383.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 537
casos los ilícitos requieren, como presupuesto, que las conductas sean
cometidas por un militar durante el desarrollo de un conflicto armado o
en una zona en donde se está produciendo una catástrofe. Todas estas
modalidades presuponen el alejamiento definitivo del servicio o del destino
(cargo), sin voluntad de regresar a él. En el caso de la deserción, se daría
si el agente no se presenta a tiempo a la fuerza que parte hacia la zona de
conflicto o se fuga de las filas, entre otros supuestos. — El delito es doloso,
de dolo directo, de peligro abstracto, y se consuma con el abandono. La
tentativa no parece admisible.
El delito se agrava si -como consecuencia del abandono del servicio,
del destino o de la deserción— resulta la muerte de una o más personas,
se sufrieren pérdidas militares o se impidiese o dificultase la salvación
de vidas humanas en supuesto de catástrofe. Se trata de un delito
subsidiario, de resultados preterintencionales no abarcados por el dolo
del autor.
El artículo proviene del Proyecto de TEJEDOR (art. 6%, $ 10, tít. 2, lib.
2), de donde lo toma el Proyecto de 1891'*,
El sujeto activo de este delito es el funcionario público con faculta-
des de proposición, y no el simple funcionario que propone en recomen-
14 El cual citaba, además, los Códigos español (art. 393) y chileno (art. 220).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 539
185 Díaz, en este punto, aplica los principios que corresponden a la ley española (El
Código Penal para la República Argentina, p. 467).
540 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Será penado con prisión de dos a ocho años el militar que por im-
prudencia o negligencia, impericia en el arte militar o inobservancia de los
reglamentos o deberes a su cargo, en el curso de conflicto armado o de
asistencia o salvación en situación de catástrofe, causare O no impidiere,
la muerte de una o más personas o pérdidas militares, si no resultare un
delito más severamente penado”.
“Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que viola-
re los sellos puestos por la autoridad para asegurar la conservación o la
identidad de una cosa”.
186 Véase la Exposición de motivos del Proyecto de 1891 (PIsERO - RivaroLa - Ma-
TIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Argentina, p. 202).
542 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
187 Las fuentes seguidas por el Proyecto de 1891 eran el Código Penal de 1887
(art. 259) y los Códigos italiano (art. 201), holandés (art. 199), francés (arts. 249 a
252), alemán (3 136, RStGB), chileno (arts. 243 y 270), uruguayo (art. 187) y húngaro
(art. 360).
188 Conf. Moreno, El Código Penal y sus antecedentes, VI, p. 191.
189 A los cuales se refería expresa y exclusivamente el Código italiano de 1890
(art. 201).
199 Conf. Mayxo, Commento al Codice Penale italiano, UL, p. 273; MANzIN1, Trattato,
V, p. 328 y 329, En contra, Frank, Das Strafeesetabuch, $ 136, 1, y con él Levi, Delitti
contro la pubblica amministrazione, p. 464.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 543
197 Las fuentes de este eran el Código Penal de 1887 (arts. 258 y 260) y los Códigos
holandés (art. 200), italiano (art. 202), francés (arts. 254 y 255), alemán (art. 133), belga
(art. 241), chileno (art. 242) y uruguayo (art. 188).
198 Conf. Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 470 y 471; Gon-
ZÁLEZ Roura, Derecho penal, UI, p. 377, Moreno, El Código Penal y sus antecedentes,
VI, p. 195; MaLacaRRiGa, Código Penal argentino, MI, p. 193.
199 Conf. Manzini, Trattato, VI, p. 335.
546 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
200 Conf. TS Córdoba, 23/9/1944, “Casal”, LL, 37-463, fallo 18.490 (especialmente,
en este aspecto, el voto del doctor Rurz). También, CCrimCorrCap, 1/12/1936, /A, 58-
599 (los legajos de prontuarios policiales). No se contempla, sin embargo, la posibilidad
de encuadrar el hecho en la falsedad por supresión, dado el restringido concepto de ins-
trumento público, que tantas veces se ha manifestado en la jurisprudencia. Es dudoso
lo resuelto en CCrimCorrCap, 13/9/1932, /A, 39-562,
201 Moreno, en cambio, lo identifica con apoderamiento (El Código Penal y sus
antecedentes, p. 194).
202 Conf. Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 470; MANZINI,
Trattato, V, p. 339; OperIc0, Código Penal anotado, nota 1280. Los alemanes llaman
a este delito “quebrantamiento de custodia” (SCHÓNKE - SCHRODER, Strafeesetzbuch,
$ 133).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 547
$ 142. ComecHo
206 Véase MommsEn, Derecho penal romano, 1, p. 174; Ferri, en Pessina (dir.),
Enciclopedia del diritto penale italiano, L, p. 404.
207 a a
207 Esta definición es la que corresponde a nuestro derecho. Para CarRara, el
hecho consiste en la venta concluida (Programma, $ 2545).
208 Conf. Lev, Delitti contro la pubblica amministrazione, p. 266 y 267. En con-
tra, Manzint, Trattato, V, p. 1132, de acuerdo con el Código de 1890, Ese detalle tiene,
sin embargo, suma importancia práctica (véase infra, In.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 549
209 Otras leyes siguen en este punto un sistema distinto (conf. Fracoso, Ligóes de
direito penal, 4, núm. 1065).
210 Esta distinción estaba contenida en los Códigos alemán ($ 331 a 334, RStGB)
e italiano de 1890 (art. 171 y siguientes).
550 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
211 En el Proyecto de 1891 se daban como fuentes el primitivo Código Penal (art.
250), la ley 49 (art. 75) y los Códigos italiano (arts. 171 y 172), francés (art. 177), holandés
(arts. 362 y 363), alemán ($ 331 y 332, RStGB), español (arts. 396y 398), húngaro (art. 465),
belga (art. 246) y uruguayo (arts. 173 y 174). La extraña escala penal parece un error.
NÚÑEZ propuso “reclusión o prisión de dos a seis años” (conf. ADLA, XXIV-C-2092).
212 En CCrimCorrCap, “Fallos”, 11-402, se consideró comprendido al síndico de
un concurso civil.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 551
213 Conf. Fracoso, Ligóes de dlireito penal, 4, p. 967 y ss., sobre el Código brasileño
(art. 332).
214 Opinión general. Véase CARNELLL, El acto de la formación del cohecho, LL,
3-1164, donde se da cuenta de numerosas opiniones, y El cohecho activo como delito de
estructuración autónoma, JA, 54-588 (y, en igual sentido, la sentencia de la Cámara
de Apelaciones que este anota). Díaz habla solo de irregularidad administrativa (El
Código Penal para la República Argentina, p. 413).
552 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
215 f 0% » : , q
215 Conf. Frank, Das Strafeesetzbuch, $ 331, 1. En contra, MaNzIML, Trattato, V,
p- 116 (solo relaciones externas).
216 Conf. Levt, Delitti contro la pubblica amministrazione, p. 277 y 278.
217 Cuestiones que se plantea CARRARA, porque para él la corrupción consiste prin-
cipal mente en la venta (Programma, $ 2547).
218 Manzin1, de acuerdo con la mayor amplitud de la ley italiana, comprende actos
cumplidos (Trattato, V, p. 117). Dudoso también el derecho alemán (Frank, Das Straf-
gesetzbuch, $ 331, UN.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 593
223 Moreno, El Código Penal y sus antecedentes, VI, p. 208 (ventaja pecuniaria);
GONZÁLEZ ROURa, Derecho penal, 1, 381 (dinero o valor).
224 Por ejemplo, el Código italiano de 1930 (“denaro o altra utilitá” —art. 318—),
semejante al art. 171 del Código de 1890, o el $331 del alemán (“"Geschenke oder andere
Vortheile” —presentes u otros beneficios). El Código Penal español refiere a “dádiva
o regalo” (art. 422); ver Navarro CarDOzO, El cohecho en consideración al cargo o fun-
ción, “Delitos”, 1” 147, p. 71 y ss., y García ARROYO, El delito de cohecho subsiguiente,
“Delitos”, n* 158, p. 127.
226 Así, Manzint, Trattato, Y, p. 121.
226 Los ejemplos que pone Ramos, Curso de derecho penal, V, p. 266, son —en reali-
dad-— pequeñas dádivas posteriores al cumplimiento del acto (retirarse del correo sin el
vuelto justo en centavos de un telegrama despachado; dejar disimulada mente una pequeña
suma, como premio al empleado que despachó una diligencia).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 555
Además de las diferencias en las multas (que hace que casi todo
lo comentado hasta aquí conserve su validez en lo pertinente), el texto
anterior —a diferencia del de la ley 25.188— contenía los términos “para
hacer o dejar de hacer algo relativo a sus funciones, o para hacer valer la
influencia derivada de su cargo ante otro funcionario público, a fin que
este haga o deje de hacer algo relativo a sus funciones”, que la reforma
eliminó de este artículo, trasladándolos al art. 256 bis (tráfico de influen-
cias), incluyendo la acción de “retardar”, no prevista en el texto original.
1) Tráfico de influencias pasivo. El art. 256 bis, en su primer pá-
rrafo, establece lo transcripto a continuación.
nuevo art. 258; esto es, se refiere al que directa o indirectamente diere u
ofreciere dádivas en procura de alguna de las conductas reprimidas por
el primer párrafo del art. 256 bis.
La ley pune también al que da u ofrece dádivas a una persona para
que haga valer indebidamente su influencia ante un funcionario público, a
fin de que este haga, retarde o deje de hacer algo relativo a sus funciones.
Es un delito doloso, de dolo directo y puede ser cometido por cualquier
persona. —Sies un funcionario público, el culpable sufrirá, además, la pena
de inhabilitación especial de dos a seis años.
4) Tráfico de influencias activo agravado. El tercer supuesto del art.
258 establece que si la dádiva se hiciere u ofreciere con el fin de obtener
alguna de las conductas tipificadas en los arts. 256 bis, segundo párrafo,
“la pena será de reclusión o prisión de dos a seis años. Si el culpable
fuere funcionario público, sufrirá además inhabilitación especial |...] de
tres a diez años”.
El tráfico de influencias activo se agrava cuando el agente da u ofrece
una dádiva a una persona, en procura o con la finalidad de que esta haga
valer indebidamente su influencia ante un magistrado del Poder Judicial
o del Ministerio Público, a fin de obtener la emisión, dictado, demora
u omisión de un dictamen, resolución o fallo en asuntos sometidos a su
competencia.
“Será rep rimido con prisión o reclusión de cuatro a doce años e inhabi-
litación especial perpetua, el magistrado del Poder Judicial o del Ministerio
Público que por sé o por persona interpuesta, recibiere dinero o cualquier
otra dádiva o aceptare una promesa directa o indirecta para emitir, dic-
tar, retardar u omitir dictar una resolución, fallo o dictamen, en asuntos
sometidos a su competencia”.
227 Véase sobre ello la nota de TejeDOR al art. 2” del Capítulo citado.
228 Conf. GonzáLEz Roura, Derecho penal, UL, p. 381.
222 MaLacarrica no hace distingos entre los árbitros y los excluye a todos (Código
Penal argentino, UI, p. 203). MokEno, en cambio, los incluye a todos (El Código Penal y
sus antecedentes, VI, p. 218). El Proyecto de 1891 sancionaba una expresa equiparación
(art. 302).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 559
“Será reprimido con prisión de seis meses a seis años el que, directa
o indirectamente, diere u ofreciere dádivas a un funcionario público
en procura de la conducta reprimida por el art. 256. Si la dádiva se
hiciere u ofreciere a un juez, la pena será de reclusión o prisión de dos a
seis años.
Si el culpable fuere funcionario público, sufrirá además inhabilitación
especial de dos a seis años en el primer caso y de tres a diez años en el
segundo”.
230 Daba como concordancias el Código Penal (art. 253), la ley 49 (art. 78) y los
Códigos húngaro (art. 470), holandés (arts. 177 y 178), alemán (8333 y 334, RStGB), francés
(art, 179), italiano (art, 173), español (art, 402) y uruguayo (art. 175).
21 Conf. Manzix1, Trattato, V, p. 140,
560 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
282 El Código italiano de 1890 (art. 173) preveía esta figura de modo sustancialmen-
te diferente (“al que induce a un funcionario públ ico a cometer alguno de los delitos” de
corrupción). Esta forma altera bastante las cosas, sobre todo con relación al momento
consumativo (véase MANZINI, Trattato, V, p. 143 y 144). El sistema cambió en el Código
de 1930, para asemejarse al nuestro (Levi, Delitti contro la pubblica amministrazione,
p. 304). El antiguo ordenamiento alemán también seguía el sistema que podríamos
llamar “de paralelismo”.
233 Conf. EBerMAYER - LopE - ROSENBERG, Das Reichs, $ 333, 5: CUELLO CALÓN,
Derecho penal, 1, p. 360 y 361. En esto difieren mucho las legislaciones. Véase Mo-
RENO, El Código Penal y sus antecedentes, VI, p. 214.
234 Conf. EBermavER - Lobk - RosenBErG, Das Reichs, $ 333, mota 2; Frank, Das
Strafgesetzbuch, $ 333, L, Von Liszr - Scumtor, Lehirbuch, $ 179, 1, 3.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 561
“Será rep rimido con prisión de uno a seis años, el que directa o indi-
rectamente diere u ofreciere dádivas en procura de alguna de las conductas
reprimidas por los arts. 256 y 256 bis, primer párrafo. Si la dádiva se
hiciere u ofreciere con el fin de obtener alguna de las conductas tipificadas
en los arts. 256 bis, segundo párrafo y 257, la pena será de reclusión o pri-
sión de dos a seis años. Si el culpable fuere funcionario publico, sufrirá
además inhabilitación especial de dos a seis años en el primer caso y de
tres a diez años en el segundo”.
ay 2 . . 2. d q Ya . "Tr ..
235 Véase análoga situación con respecto al $ 333 del Código alemán. También
Lev1, Delitti contro la pubblica amministrazione, p. 305 y ss.; GONZÁLEZ Roura, Derecho
penal, TI, p. 381.
236 Lo señala MORENO y explica las causas (El Código Penal y sus antecedentes, VI,
p. 215). También Ramos, Curso de derecho penal, Y, p. 268.
562 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
237 Para mayores detalles sobre este delito y la ley 27.401, ver BUOMPADRE - REATEGUI
Sáncuez, Lavado de activos y “compliance”, y BUOMPADRE - AROCEXaA, “Compliance”,
corrupción y derecho penal.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 563
238 La fundamentación es solo parcialmente feliz, pues deja algo borrosos los límites
con el cohecho, Llega a decir que esta es la forma más refinada del cohecho (Piero -
RIvAaROLA - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Argentina, p. 203), lo
cual solo puede aceptarse en un sentido muy general.
23% No es ajena a la fundamentación la idea de austeridad republicana. Asílo en-
tendió la comisión de 1891, al decir que, “en un país republicano, con más razón que en
cualquier otro país civilizado, los funcionarios públicos deben estar a cubierto de toda
sospecha de inmoralidad” (PIÑERO - RivaROLa - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para
la República Argentina, p. 203).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 565
para considerarlo como agravado con respecto a otras infracciones con las
cuales guarda ciertas semejanzas.
En el derecho romano, el peculatus se presenta, en su origen, como
una forma agravada de hurto; es el furtum publice pecunize (fr. 11, $2, D.
48, 12), juntamente con el sacrilegium, constituido por el hurto de cosas
pertenecientes a los dioses (pecunia sacraY*.
La acción por hurto, sin embargo, no resultaba procedente en todos
los casos y debe destacarse como institución importante la del crimen
residuorum, por el cual respondían =si bien con penas leves— el que retenía
dinero público destinado para algún uso o el que no lo invertía en ese uso?*,
Por otra parte, ciertos hechos, como la emisión abusiva de moneda,
no podían ser abarcados por el concepto de hurto.
De ello resultó que el concepto de peculado fue más amplio que el de
hurto, y dentro de aquel se comprendieron toda clase de defraudaciones
contra la caja pública, “aun cuando no consistieran en tomar dinero de,
este 1 244 , y ciertos fraudes comunes y monetarios.
Además, según un fragmento de LaBEón, el peculado es el hurto
cometido por el sujeto a cargo de quien no están los riesgos de la cosa
(fr. 9, $2, D. 48, 13)%*, definición generalmente adoptada en el derecho
intermedio, reproducida también por CARMIGNANP%, Sea cual fuere el
sentido originario de esa definición “muy discutida**—, lo cierto es que de
ella se ha sacado argumento para subrayar (como característica esencial
de este delito) la existencia de un abuso de confianza; la cosa no debe
242
Véase MomMmsEN, Derecho penal romano, 1, p. 221 y ss.; FERRINIL, en PEssiNa
(dir), Enciclopedia del diritto penale italiano, Y, p. 413 y siguientes. Sobre el derecho
romano, también Fracoso, Ligóes de direito penal, 4, núm. 956, Véase la muy valiosa
monografía de CARRERa, Peculado.
243 En palabras de PauLo: “Lege Iulia de residuis tenetur qui publicum pecuniam
delegatam in usum aliquem retinuit neque in eum consumpsit” (fr. 2, D. 48, 13),
244 MommsEN, Derecho penal romano, Il, p. 225.
245 En la edición de RODRÍGUEZ DE Fonseca, la traducción parece equivocada,
pues da como equivalente de ei tradita sunt la frase “a quien se le encargó la custodia”,
lo cual priva al pasaje de sentido. Según Ferrix1, en Pessina (dir.), Enciclopedia del
diritto penale italiano, IL, p. 417, el pasaje corresponde al fr. 11; CaRRara, Programma,
$ 3372.
246 CARMIGNANI, Iuris criminalis elementa, $ 1130 (“furtum pecuniz publica: aut
sacree non ab eo factum cuius periculo fuit”, fórmula textual de LABEÓN).
247 Véase CarraBa, Programma, $ 3372 y nota; Ferrin1, en Pessixa (dir.), Enciclo-
pedia del diritto penale italiano, L, p. 417 y 418.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 567
DAS red Er m »
248 Código toscano, art. 377, en nota; CARRaRa, Programma, $ 2080 a 2082. En
el derecho brasileño, además del peculado, se preveía el peculado-hurto (art. 312, inc. 19).
Conf. Huxcrta, en AA.VV., Comentários ao Código Penal, IX, p. 348; Fracoso, Ligóes
de direito penal, 4, núm. 963.
DAD -. A =
249 CARRARA, Programma, $ 3362; Código Penal toscano, art. 174.
250 A] que se atiene CARRARA, Programma, $ 3370.
21 Así pareció entendérselo en CApel Mendoza, 11/6/1941, LL, 23-64, fallo 11.686.
568 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
232 Conf. CApel Rosario, 5/5/1943, “Borella”, LL, 30-808, fallo 15.395, y [A,1943-
11-909, fallo 1375. “Competencia funcional” requiere Fraoso, Ligóes de direito penal,
4, núm. 960, siguiendo a Macciore, Diritto penale, UL, p. 137.
253 Conf. GonzáLez Roura, Derecho penal, ML p. 391 y 392; OperIcO, Código
Penal anotado, p. 335; Viaba Y ViLaseca, Código Penal reformado de 1870, 1, p. 678.
Contradictorios las sentencias de la Cámara de Apelaciones en “Fallos”, 1-232 y 11-138.
25% Puede no tratarse de efectos públicos, según lo entiende Ramos (Curso de dere-
cho penal, V, p. 273); bastaría con que se tratase de títulos o valores que la Nación tenga,
como ocurre con los títulos —oficiales o no— de propiedad privada que el Estado puede
tener en caución del trato con un particular. No vemos el motivo por el cual puede plan-
tearse si el revólver dado al agente es o no un efecto (CCrimCorrCap, “Fallos”, I- 232) y
prescindir de examinar si es caudal, Lo que pudo examinarse en el caso en que el agente
se apropia del revólver es el motivo instrumental de la entrega, según veremos más abajo.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 569
No hay complicadas operaciones que hacer con los fondos del fisco.
El dinero del fisco no corre riesgos. Su único riesgo es el de la incon-
ducta del funcionario que lo custodia, y esa es la razón de la gravedad
de la pena.
La doctrina romana del riesgo se muestra importante frente a la actual
situación del Estado, socio en negocios de toda naturaleza. Cuando el
dinero salía de las arcas para confundirse con el patrimonio de alguien
—aun cuando este tuviese el deber de devolver el resto—, no había en el
derecho romano acción de peculado, sino de residuis. La razón de esa
diferencia residía en el ingreso de las sumas a un patrimonio a cuyo riesgo
se entregaban y por el cual eran debidas.
570 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
28% Es continuación y explicación del mismo principio de LabróN (“is autem [...] ad
cuius periculum pecunia pertinent, peculatum non committit” —<r. 9, $ 4, D, 48, 13),
CARRERA considera que tal situación no se da nunca entre nosotros (Peculado, p. 118 y
144), en lo cual no observa que muchas veces el Estado da sumas a un particular —p.ej.,
para un viaje—, con cargo de devolución del resto.
256 Es interesante verificar que —en su jurisprudencia con respecto a los bancos-,
aun cuando la Corte Suprema resolvió que el Banco Nacional es un banco oficial (Fallos,
43:168), que los empleados del Banco de la Nación son empleados públicos (Fallos, 152:15)
y que el Banco de la Provincia de Buenos Aires es un banco de Estado (Fallos, 186:219),
esas resoluciones tuvieron por objeto determinar la procedencia del fuero (primer caso)
o la exención de impuestos (caso tercero), pero que, cuando consideró la situación con
respecto a la ley penal, el tribunal invariablemente se pronunció en el sentido de que el
empleado del banco no cometió malversación, sino defraudación. En este sentido, es
curioso el segundo caso citado (Fallos, 152:15), pues en él =no obstante establecer que los
empleados del Banco de la Nación son funcionarios públicos—, a mérito de lo dispuesto
por el art. 77 del Cód. Penal, confirmó la condena “por defraudación”.
En otras dos oportunidades el alto tribunal se pronunció en casos de delitos de esta
naturaleza, cometidos por empleados de banco, y resolvió expresamente la cali ficación de
defraudación (Fallos, 71:59, y 106:329). Con arreglo a este criterio se pronunció, también
en causa criminal, la Cámara en lo Federal (CFedCap, 2/9/1919, JA, 5-347). La Corte
Suprema marcó el criterio en Fallos, 76:59, donde se enuncia como principio importante
que la malversación se refiere al empleado público que sustrae o consiente que otro sustrai-
ga “caudales o valores también públicos” confiados a su administración o custodia y que
ese no es el caso de los empleados del Banco Nacional. Conf. CApel Rosario, 5/5/1943,
“Botella”, LL, 30-808, fallo 15.395. En contra del texto, CARRERA, Peculado, p. 90.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 571
257 Sus fuentes eran el art. 322 (410) del Código español y el art. 197 del peruano.
TEJEDOR también citaba el art. 136 del Código brasileño y el art. 362 del bávaro.
572 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
262 Así se lo resolvió en CCrimCorrCap, 2/12/1925, JA, 19-93; íd., “Gottlob”, “Fa-
llos”, IV-495, e íd., 25/1/1939, LL, 15-673, fallo 7606, que siguen el mismo criterio.
263 Conf. CCrimCorrCap, “Fallos”, 11-402 (síndico); íd., LL, 10-726, fallo 4892; íd.,
LL, 18-331, fallo 9171 (administradores judiciales de herencia); íd., “Fallos”, IV-482; , íd.,
23/5/1944, LL, 35-503, fallo 17.664 (martillero).
a y . "mo La .
264 Conf. Ramos, Curso de derecho penal, V, p. 278. — Si bien es cierto, en general,
que -según lo dice MacciorE- este delito está “plasmado sobre la apropiación indebida”
(Diritto penale, 1, p. 135), hay excepciones y diferencias.
574 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
268 RivaroLa adopta esa nomenclatura. También GozáLEz Roura, Derecho pe-
nal, 1, p. 387.
26% Citaba el art. 320 del Código español y el art. 194 del peruano. GROIZARD Y
GÓMEZ DE LA SERNA discutía la procedencia de castigar este hecho como delito. Enigual
sentido, RivaRoLa, Derecho pen al argentino, 11, p- 134. No van tan lejos, sin embargo,
como GONZÁLEZ Roura, que a estos malversadores casi les dispensa un elogio en una
página poco feliz (Derecho penal, MI, p. 386).
270 Opinión general (CueELLO CaLón, Derecho penal, UI, 372; Pacueco, El Código
Penal, IL p. 513; Viapa Y ViLaseca, Código Penal reformado de 1870, IL, p. 672; MorExO,
El Código Penal y sus antecedentes, VI, p. 227 y 228; Fracoso, Ligóes de direito penal,
4, núm. 97).
576 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
272 El Proyecto de 1891 señalaba como fuentes el Código Penal de 1887 (art. 268),
la ley 49 (art, 80) y los Códigos español (art. 405), italiano (art, 168), holandés (art. 359),
alemán ($ 350, RStGB), francés (arts. 169 a 172), húngaro (art. 462), belga (art. 240), chileno
(art. 233) y uruguayo (art. 168)... Nuestra nota al art. 354 del Proyecto de 1960 decía: “So-
mos explícitos en varios detalles que debían ser objeto de laboriosa interpretación dentro
del texto vigente. La experiencia nos ha mostrado la necesidad de serlo, especialmente
en cuanto al empleo de trabajo o servicios, procedimiento que ha constituido un medio
de enriquecimiento de funcionarios incorrectos”,
578 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
213 El $ 350 del RStGB hacía en este caso una remisión expresa, empleando el
mismo nombre de la defraudación del $ 246 (Unterschlagung), de la que este delito viene a
ser una forma calificada. Esa correspondencia entre peculado y la apropiación indebida
del derecho italiano era afirmada por la gran mayoría de los comentadores del Código
Penal de 1890 y era negada demasiado radicalmente por Lev, Delitti contro la pubblica
amministrazione, p. 157. Claro está que no son lo mismo y ya veremos algunas dife-
rencias particulares de nuestro derecho-—, pero el sentido fundamental del tipo era, sin
duda, coincidente. Conf supra, nota 264.
24 En contra, CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-232, donde se condenó por defraudación,
afirmando que el revólver no es un “efecto público”, En el punto al que el texto se refiere
existen discrepancias radicales. MANzINtT afirma el peculado en la sustracción de muebles
de la oficina (Trattato, V, p. 71), en contra de la opinión dominante que la niega, sin dis-
tinciones [CaRRaRa, Programma, $ 3369, en nota; Gavazzt, Dei delitti contro la pubblica
amministrazione, p. 15; LOLLINI, en PEssixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano,
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 579
VII p. 37; Neri, Del peculato, p. 11 a 14; PUGLIESE, Saggio di una dottrina del peculato,
p. 82 los dos últimos citados por ManzixI y Leve]. Levr hace una distinción, según
se trate o no de posesión, de acuerdo con el concepto derivado del reglamento admi-
nistrativo (Delitti contro la pubblica amministrazione, p. 161). MAGGIORE, a pesar de
entender inaplicable el concepto civil de posesión (Diritto penale, IL, p. 135), abandona
la tesis amplia seguida por Manzixt, considerando insuficiente una tenencia ocasional
(p. 137, nota 1).
25 Conf. Manz1x1, Trattato, V, p. 75.
ai as :
276 Para Levi el usurpador no puede cometer peculado (Delitti contro la pubblica
amministrazione, p. 55); cita en contra a MANzIN1, Trattato, V, p. 47, pero véase lo que
este dice en el caso del peculado (p. 77).
277 . . £
+ El error del pagador acerca de la competencia del empleado no quita carácter
oficial al pago (EBERMAYER - LOBE - ROSENBERG, Das Reichs, $ 350, 3; Frank, Das Straf-
gesetzbuch, $ 350, 1, 2). Lo mismo resuelve para el caso de error del funcionario.
580 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
278 Conf. ST SFe, 18/11/1947, “Pelliciarini”, LL, 49-204, fallo 23.832; CFed La
Plata, 4/8/1939, LL, 15-622, fallo 7575, aunque los valores se restituyan al ser requeridos.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 581
283 Véase CHAUvEau - HéLtE, Théorie du Code Pénal, UL, núm. 794: CaRRAUD, Traité
théorique et pratique, UI, núm. 249; Haus, Droit pénal belge, 1, núm. 1122. En la
doctrina francesa era prevaleciente la opinión en el sentido de que el juez del crimen no
podía proceder mientras el tribunal de cuentas no hubiera fijado el déficit. Largamente
-en ese sentido—, GómEz, Tratado de derecho penal, V, p. 533. También Díaz, El Código
Penal para la República Argentina, p. 476; MALAGARRIGA, Código Penal argentino, UI,
p.213. En contra de esa prejudicialidad, MANzINL, Trattato, V, p. 94 y 95.
284 Con más o menos alcances se afirmó la prejudicialidad en Fallos, 11:375; CFed
La Plata, 10/7/1923, JA, 11-731; CApel Tucumán, 14/6/1923, JA, 12-987; íd., 4/6/1926, JA,
23-1164. La negaron CCrimCorrCap, “Fallos”, 11-135; CFedCap, 11/6/1931,
JA, 36-57;
CFed La Plata, JA, 56-63; ST SFe, 5/7/1944, LL, 35-478; CS Tucumán, 10/3/1945, LL,
41-170, fallo 20.093.
285 Véase el caso traído por CHAUVEAU - HÉLIE, Théorie du Code Pénal, 1,
p. 541, en el que expresamente se declara la invasión de poderes que corresponden al
poder administrador.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 583
“Será reprimido con multa del veinte al sesenta por ciento del valor
sustraído, el funcionario público que, porimprudencia o negligencia o por
inobservancia de los reglamentos o deberes de su cargo, diere ocasión a que
se efectuare por otra persona la sustracción de caudales o efectos de que se
trata en el artículo anterior”,
a 2 2 e -
2350 Así se expresó la comisión en los fundamentos (PIÑERO - RIVAROLA - MATIENZO,
Proyecto de Código Penal para la República Argentina, p. 205). Como fuentes del ar-
tículo se señalaban el Código español (art. 406) y el chileno (art. 234).
287 Es irregula r, pero en Manera alguna importa un grave error, según lo entendía
25% Díaz, El Cód igo Penal para la República Argentina, p. 479; CFedCap, 6/12/1922,
JA, 13-31, y GF, XLIV, p. 60.
29% Conf. el fallo del doctor ToLosa Castro, confirmado por CCrimCorrCap, “Re-
vista Penal y Penitenciaria”, n” 9, p 467. De acuerdo, OpErIGO, Código Penal anotado,
p. 338.
291 Conf. Manzix1, Trattato, V, p.66y 86. CS Tucumán, “Robles”, 21/8/1943, JA,
1944-I11-115, fallo 3108.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 585
La disposición fue tomada por TEjEDOR del derecho español, del Có-
digo prusiano y del brasileño”*,
El sujeto activo de esta infracción es el funcionario público en sentido
propio, pues para este caso es imposible la asimilación del art. 263.
Las disposiciones análogas del Código español dieron lugar a distin-
tos criterios de apreciación, pues mientras para GROIZARD Y GÓMEZ DE LA
SERNA se trataba de una mera falta administrativa de desobediencia, VIADA
Y VILASECA consideraba que aquí estaban contempladas las detenciones
momentáneas e indebidas de los fondos, en las cuales apoyaba la presunción
o sospecha de que el funcionario trataba de hacer uso indebido de esos
fondos*%, y CUELLO CALÓN rechazaba este criterio?* (a nuestro juicio, con
razón, pues con él se alteraría toda la economía del título del peculado
con respecto al momento de la consumación).
La aplicación de esta figura, en ambos casos, está subordinada al
hecho de que no sea aplicable ninguna de las figuras comunes de la mal-
versación y el peculado.
Si se observa el monto de la pena y la relación de esta figura con las
demás del Capítulo, se advertirá que en este caso se castiga una infracción
que solo muy indirectamente puede perjudicar el patrimonio del Estado
por las posibles demoras en el cumplimiento de obligaciones reconocidas
y de pago resuelto. Es más bien una negligencia o un exceso de celo ya
perjudicial e ilegal lo que aquí recibe sanción.
En la primera definición están comprendidos el acto de demorar sin
razón un pago ordinario (es decir, de los que el fisco efectúa con planillas
periódicas, sobre la base del presupuesto de sueldos mensuales, por ejem-
plo) o el de demorar un pago ya decretado. Esa demora puede consistir
tanto en no dar la orden de pagar, como en no efectuar el pago ordenado.
En ambos casos, claro está, es condición necesaria la existencia de fondos
expeditos (es decir, suficientes y destinados al pago).
La segunda forma del delito constituye una desobediencia privilegiada
con relación a la figura común de ese delito. La negativa a entregar en
ningún caso puede representar una retención indebida. Para aplicar la
295 No son muchos los antecedentes de este delito. PacurEco, El Código Penal,
IL p. 516, cita la Novísima Recopilación. En la legislación moderna parece haber ejer-
cido especial influencia el Código Penal francés de 1810 (art. 175). Véase, además,
los Códigos italiano de 1890 (art. 176) y de 1930 (art. 324), chileno (240), brasileño de
1830 (arts. 146 y 147) y de 1940 (art. 321), belga (art. 245) y uruguayo (art. 178). Ver
PIÑERO - RivaROLa - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Argentina,
p- 205 y 206.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 587
29% La escala penal de esta disposición ha sido cambiada por la ley 16.648 (art. 12).
La escala anterior era prisión de uno a tres años e inhabilitación de uno a cinco,
297 No debe olvidarse que para las defraudaciones al Estado se encuentran espe-
cial mente previstas las sanciones que corresponden cuando el sujeto activo es funcionario
público (art. 174 in fine, Cód. Penal). Conf. CueLLo CaLón, Derecho penal, 1, p. 377;
Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 483.
295 CueLLo CaLóN, Derecho penal, Y, p. 377, MANzIM1, Trattato, V, p. 165,
292 Conf. Manzint, Trattato, V, p. 165; Majxo, Commento al Codice Penale italiano,
II, p. 221.
300 Cuauveau - HÉLIE, Théorie du Code Pénal, 1, núm. 822.
588 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
301 Opinión general (Chauveau - H£LIE, Théorie du Code Pénal, Y, núm. 823;
GROIZARD Y GÓMEZ DE LA SERNA, El Código Penal de 1870, YV, p. 337, Díaz, El Códi-
go Penal para la República Argentina, p. 484; GonzáLez Roura, Derecho penal, UI,
p. 394; MorExo, El Código Penal y sus antecedentes, VI, p. 249).
302 Véase Gavazz1, Dei delitti contro la pubblica amministrazione, p- 76: Magno,
Commento al Codice Penale italiano, UL, p. 221; Manzint, Trattato, V, p. 165.
30% Conf. CHauveau - HéLtE, Théorie du Code Pénal, 1, núm. 824; Díaz, El Código
Penal para la República Argentina, p. 483; Ramos, en AAVV,, Defensa presentada el 22
de julio de 1942, p. 43, un trabajo que —aun cuando tiene carácter profesional— constitu-
ye un importante estudio del art. 265 del Cód. Penal. En contra, Gómez, Tratado de
derecho penal, V, p. 557.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 589
30% GroIzaRD Y GÓMEZ DE La SERNA, El Código Penal de 1870, IV, p. 338, y con
él, CueLLO CaLón, Derecho penal, IU, p. 87, y Díaz, El Código Penal para la República
Argentina, p. 483.
305 Conf. CHauveau - HÉLiE, Théorie du Code Pénal, 1, núm. 826; Majno, Com-
mento al Codice Penale italiano, Y, p. 221.
306 La niegan CHAUVEAU - HÉLIE, Théorie du Code Pénal, UL, núm. 826, y CARRARa,
Programma, $ 2524 y ss., en especial $ 2531.
307 En igual sentido, Majxo, Commento al Codice Penale italiano, 1, p. 222 y 223;
MANzIN1, Trattato, V, p. 167.
590 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
308 Conf. Ferrini, en Pessixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, 1,
p. 408. Tanto en el aspecto histórico como en el dogmático, es importante la monografía
de Ramos Mejía, El delito de concusión.
309 La expresión concussio se hace derivar de concutere, “sacudir”, como quien
sacude el árbol para recoger las frutas que caigan (“quo quis arborem concutit ut cadentes
fructus colligar” —CARMIGNANL Juris criminalis elementa, $ 766).
10 MommsEx, Derecho penal romano, Il, p. 183.
SI CARMIGNAML, luris criminalis elementa, $ 767; CARRARA, Programma, $ 2571,
592 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
o e » . . . .
312 Así CarRaRa, Programma, $ 2568, Gavazzt, Dei delitti contro la pubblica am-
ministrazione, p. 32; Levi, Delitti contro la pubblica amministrazione, p. 240, 244 y 255;
Manzixi, Trattato, V, p. 103,
33 Véase CHAUVEAU - HéLIE, Théorie du Code Pénal, 1, núm. 818; Pacneco, El Có-
digo Penal, U, p. 523 y 524; Frank, Das Strafeesetzbuch, $ 352 y 353; Mauracn, Deutsches
Strafrecht, p. 636; SCHÓNKE - SCHRÓDER, Strafeesetzbuch, $ 352 y 353. Los alemanes
llaman a la forma leve úibermáfiges Sportulieren. Fkracoso, Ligóes de direito penal,
4, p. 904, 907 y 908, La distinción existía ya en el derecho romano (superexactionum
crimina y repetund:e).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 593
317 Se dice con frecuencia que la concusión es una extorsión ejecutada por un fun-
cionario (MANzINI, Trattato, Y, p. 99 y 105). Lo niega Levi, Delitti contro la pubblica
amministrazione, p. 245.
318 Así, Gavazzt, Dei delitti contro la pubblica amministrazione, p. 34. Los ale-
manes suelen afirmarlo con respecto al $ 353, pero las disposiciones de ese Código son
bastante diferentes de las nuestras (FRANk, Das Strafgesetzbuch, $ 353, 1, 1).
E . . f . ele “
312 Levi sin embargo, niega que sea una diferencia válida incluso para el derecho
italiano (Delitti contro la pubblica amministrazione, p. 243).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 595
320 Ese es el criterio afirmado por Pessina, Elementi di diritto penale, UI, p. 71,
citado por LOLLINI, en Pessixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, VI, p. 67.
2 Carrara, Programma, $ 2572.
32 Manzint, Trattato, V, p. 112 y 113,
596 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
del deber de pagar algo que no debe o a pagar más de lo debido. Tan
manifiesta es la referencia de este artículo a la concusión implícita, que al
mismo nivel penal de esa figura encontramos la acción de cobrar mayores
derechos que los que corresponden (esto es, el aprovechamiento simple
del error en que el pagador se encuentra, en forma semejante a la del art.
175, inc. 2 —claro está que sin mediar apropiación—)”.
Para que el hecho se mantenga dentro de los límites del art. 266, será
incluso necesario que se trate de un error espontáneo o —por lo menos—
que aquel no derive de alguno de los procedimientos a que se refiere el
art. 267%,
El objeto de la concusión es el cobro de una contribución, un derecho
o una dádiva o mayores derechos de los que corresponden.
Para la naturaleza de estas dádivas vale lo que hemos dicho con res-
pecto al cohecho.
Claro está que resulta completamente irregular que en la figura que
prevé la forma leve y —diríamos— impropia o simple de concusión (en interés
del Estado) se hable de dádivas. No debe descartarse, sin embargo, la
posibilidad de que un funcionario exija la contribución o la dádiva indebida
y efectivamente la invierta en el servicio público, caso en el cual no podría
hablarse de que haya exigido un derecho?
Subjetivamente este delito se apoya sobre un elemento específico,
señalado —como otras veces— por la palabra “indebidamente”, lo cual
quiere decir que no solo ha de tratarse de la exacción de algo no debido,
sino de algo que el funcionario sabe no debido. No hay posibilidad de
concusión por error del funcionario al interpretar las leyes u ordenanzas
que aplica?”,
325 Conf. MorExo, El Código Penal y sus antecedentes, VI, p. 257, GONZÁLEZ ROURA,
Derecho penal, 11, p. 398, OperIco, Código Penal anotado, nota 1354,
328 Para MANZINI únicamente el error espontáneo, porque el error provocado siem-
pre lleva a la concusión positiva fraudulenta (Trattato, V, p. 107).
27 Es frecuente que, sobre la base de presupuestos mal calculados, las autoridades
de campaña deban recurrir a las contribuciones de los particulares. Cualquier exigen-
cia en ese terreno es delictiva. Se afirmó la calificación benigna del art. 266 cuando
el funcionario abiertamente pide o exige para sí (CFedCap, 11/8/1959, LL, 99-714; íd.,
27/9/1960, LL, 101-757; CCrimCorrCap, 9/5/1961, LL, 103-759), pero no lo consideramos
justo; la leve pena del art. 266 desplaza a la del art. 268 únicamente cuando el fisco recibe
el dinero de manera efectiva. Solo el celo fiscalista abusivo cabe dentro del art. 266,
325 Conf. Chauveau - HÉLIf, Théorie du Code Pénal, WU, p. 560 y 573; Díaz, El
Código Penal para la República Argentina, p. 487.
598 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
353 Véase la nota de TejeDOR al art. 275 del Cód. Penal de 1887.
33 EBERMAYER - LOBE - ROSENBERG, Das Reichs, $ 353, V; Frank, Das Strafecsetz-
buch, $ 353, I (estafa o extorsión especial del $ 339).
335 Ya vimos que Levi rechaza esa base de distinción (Delitti contro la pubblica
amministrazione, p. 243) y que CARRARA ve concusión explícita en la amenaza de un acto
que el funcionario “confessa ingiusto” (Programma, 82572). Conf., también, Ure, Temas
y casos de derecho penal, p. 237. Muy exactas las críticas al sistema del Código hechas
por Ramos Mejía, El delito de concusión, p. 40, 83 y 84.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 601
+40 Muy representativo de ese sistema era el art. 324 del Proyecto Peco.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 605
341 LajE Anaya, Comentarios al Código Penal, UI, p. 151; FonTÁN BALESTRA, Dere-
cho penal. Parte especial, 1983, p. 880.
342 Cfr. Fontán BaLesTRa, Derecho penal. Parte especial, 1985, pp. 880.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 607
del reproche. Más sincero y más cierto nos parece reconocer que no es el único caso
en que la ley procede de tal modo sin haber provocado reacción. De los ejemplos que
se dan, el más convincente parece ser el de la quiebra fraudulenta por disminución no
justificada del activo (art. 176, inc. 2, Cód. Penal): no justificar la salida o existencia de
bienes que debiera tener”,
608 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
350 Confr., sobre este tema, BLANCO CORDERO, El delito de enriquecimiento ilícito
desde la perspectiva europea, “Revista Electrónica de la AIDP”, A-02, 2013,
351 CNCrimCorrFed, Sala I, 25/6/2012, “Jaime, Ricardo R.” (para mayores detalles,
ver CFedCasPen, Sala III, 8/8/2013, “Jaime, Ricardo R., y otros s/recurso de incons-
titucionalidad”, LE, 2013-E-482) También por la validez constitucional de la figura,
CNCasCrimCorr, Sala I, 16/5/2005, Papalardo, Héctor O,”, inédito,
32 Conf. Creus - BuomPADRE, Derecho penal. Parte especial, 2, p. 341; CaBa-
LLERO, El enriquecimiento ilícito de los funcionarios y empleados públicos, LL, 1997-A-
795; VILLADA - SARAVIA ToLEDO, Derecho penal. Parte especial, p. 671 y siguientes. En
contra, FonTÁN BALESTRA, para quien la conducta consistiría en “enriquecerse ilegítima-
mente” con fondos públicos, prevaliéndose el agente de su cargo. Así entonces, la “no
justificación” del enriquecimiento se convertiría en una condición objetiva de punibilidad.
Considera este autor que “ello es así, porque, de otro modo no tendría sentido que se
suspendiera la prescripción mientras cualquiera de los que hayan participado se encuentre
desempeñando un cargo público”. De ello también se deduce claramente —continúa el
autor— “que el requerimiento puede ser formulado al funcionario luego de haber cesado
como tal” (Tratado. — Parte especial, 1971, VII, p. 323).
En opinión de NúÑEz, nos encontramos frente a un delito complejo, que “exige un enri-
quecimiento patrimonial apreciable del autor y la no justificación de su procedencia al ser de-
bidamente requerido para que lo haga. El primero es un acto positivo; la segunda represen-
ta una omisión al deber de justificación emergente del enriquecimiento y del requerimiento
o, simplemente, una imposibilidad de hacerlo”. Sin enriquecimiento apreciable —dice este
autor-no puede haber requerimiento y, por consiguiente, deberde justi ficar. Pero, existien-
do enriquecimiento, solo el requerimiento impone ese deber (ver ST ERíos, 2/11/2017, “Taleb,
Raúl A. - Enriquecimiento ilícito de funcionario público s/recurso de casación”, sent. 360).
610 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
(no incluir los que deben incluirse) los datos que deben contener las decla-
raciones juradas de acuerdo con las exigencias impuestas por la ley o por
los reglamentos.
La falsedad puede ser total o parcial; es decir que puede estar referida
a la totalidad de los datos requeridos por el instrumento o solo a una parte
de ellos. Lo penalmente relevante es que tales datos o informaciones
sean discordantes con la realidad económica del otorgante.
Sujeto activo es el funcionario público o el que ha dejado de serlo (ex
funcionario público), obligado por ley. Sujeto pasivo es la Administración
pública.
b) Tipo subjetivo. En ambas hipótesis (falsedad u omisión), el delito
es doloso, de dolo directo. El obrar “malicioso” (mala fe) excluye el dolo
eventual,
c) Consumación y tentativa. En el primer caso (falseamiento), el
delito se consuma con la presentación de la declaración jurada ante la
autoridad competente que corresponda. En el segundo caso (omisión),
se consuma una vez expirado el plazo legal (quince días —arts. 8” y 9%, ley
25.188). No resulta admisible la tentativa.
S 146. PREVARICATO
360 Para ilustrar ese enunciado, TEJEDOR se remite a CHAUVEAU - H£LIE, Théorie du
Code Pénal, M, núm. 1357, traduciéndolo.
614 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Sufrirá multa de pesos tres mil a pesos setenta y cinco mil e inhabi-
litación absoluta perpetua el juez que dictare resoluciones contrarias a la
ley expresa invocada por las partes o por el mismo o citare, para fundarlas,
hechos o resoluciones falsas.
Si la sentencia fuere condenatoria en causa criminal, la pena será
de tres a quince años de reclusión o prisión e inhabilitación absoluta
perpetua.
Lo dispuesto en el párrafo primero de este artículo, será aplicable, en
su caso, a los árbitros y arbitradores amigables componedores”. [Multa
según ley 24.286]
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 615
1891 dijo acerca de esto que mantuvo “el concepto que de este delito fija el
Código actual” y dio la razón para el cambio de expresiones (al introducir
la palabra *resoluciones”) para “no dejar sin represión la ilegalidad de otros
autos, aunque no definitivos, como lo sería, por ejemplo, el que ordenase
un embargo no autorizado por la ley”, que “pueden ser igualmente graves
y aun más que una sentencia definitiva injusta, según la entidad del pleito y
la situación personal de las partes”,
El concepto de prevaricato, por lo tanto, se sigue refiriendo a las
resoluciones dictadas en juicio.
La resolución objetivamente debe ser contraria a la ley expresa. El
artículo agrega “invocada por las partes o por el mismo” juez. Este
agregado tiene ya un sentido particular, que solo se puede aclarar mediante
la consideración subjetiva. ¿Por qué, en efecto, no darse por satisfecho
con la exigencia de que la resolución sea contraria a la ley, haya sido o no
invocada? Ya veremos enseguida los motivos que para ella existen. En
el aspecto que ahora consideramos, sin embargo, es indispensable que la
resolución efectivamente sea contraria a la ley, con lo cual queda excluida
del prevaricato la resolución maliciosamente dictada en la convicción de
que era contraria a la ley y que no lo sea en realidad; es decir que no preva-
rica el juez que se equivoca y comete una legalidad. Un pronunciamiento
de ese tipo podrá ser corrupto, pero no prevaricante.
Está dotado de especialísimo poder agravante el hecho de que la
resolución sea una sentencia condenatoria en causa criminal. Esta ex-
presión última se emplea aquí por oposición a causa civil, de manera que
comprende a la causa correccional, que es un proceso criminal, solo
que regido por otras formas procesales. La pena tradicional de este pre-
varicato solía asumir formas talionales, mantenidas hasta el Código Penal
de 1887 (art. 246).
También forman base objetiva del prevaricato las citas de hechos
o resoluciones falsas. Esta clase de citas solo tiene importancia en la
medida en que son hechas para fundar las resoluciones*** (esto es, deben
guardar conexión con el elemento decisorio de la resolución en sí). Esas
303 Piero - RivaroLa - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
gentina, p. 206.
364 <El Código incrimina al juez que cita hechos o resoluciones falsas, pero no con-
signa el objeto de la cita. Es esta una deficiencia, porque no hay utilidad en reprimir
citas falsas cuando estas no perjudiquen a los litigantes, es decir, cuando no sean hechas
para fundar una resolución judicial. Nuestra redacción salva esa deficiencia” (PIÑERO -
RIVAROLA - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Argentina, p. 207).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 617
365 Muy poco feliz, en ese sentido, la Exposición de motivos del Proyecto de 1891.
Ya hemos visto, en más de una oportunidad, la imprecisión de las ideas de esta comisión
en todo lo que atañe a culpabilidad y, en general, a lo subjetivo, a la “presunción de la
voluntad criminal”. Partiendo de esos criterios, en el Proyecto se eliminó el n* 1 del art.
245, que ponía a cargo del juez la prueba de haber procedido por error. “Por la misma
razón —dicen— suprimimos las palabras a sabiendas” (PIÑERO - RIVAROLA - MATIENZO, Pro-
yecto de Código Penal para la República Argentina, p. 207). Véanse las imprecisiones y
las fluctuaciones del pensamiento de RivaroLa respecto de malicia, ignorancia y error (el
juez que sabe que no sabe y el que hasta eso desconoce; el que sabe demasiado y puede
revestir de juridicidad sus caprichos; false apreciación, distinta apreciación —Derecho
penal argentino, TI, núm. 999 y ss.—); entre todo esto, sin embargo, dice que “nadie
puede pensar en que el error deba incriminarse” (núm. 1001). Igualmente imprecisos
GoNzÁLEZ Roura, Derecho penal, UI, p. 404, y GROIZARD Y GÓMEZ DE La SERNA, El Código
Penal de 1870, UV, p. 101.
618 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
36% Es interesante la claridad con que el Fuero Juzgo legisla el caso de ignorancia;
así, “e si el juez iudgó tuerto por ignorancia que lo non entendie, si se podier salvar por su
iuramiento, que non ¡udgó tuerto por amor, ni por cobdicia, ni por ruego, sinon por
ignorancia, lo que iudgó non debe valer, y el juez non debe aver ninguna pena”,
370 “Amor y cobdicia”, para el Fuero Juzgo; “ruego o precio” del Fuero Real; “des-
amor o amor” de las Partidas.
371 Expresiones de PacHeco, El Código Penal, 1, p. 394.
620 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Será reprimido con multa de pesos dos mil quinientos a pesos treinta
mil e inhabilitación absoluta de uno a seis años, el juez que decretare prisión
preventiva por delito en virtud del cual no proceda o que prolongare la
prisión preventiva que, computada en la forma establecida en el artículo 24,
hubiere agotado la pena máxima que podría corresponder al procesado por
el delito imputado”. [Multa según ley 24.286]
379 Así Creus, Delitos contra la Administración pública, p. 443; Creus - BUOMPA-
DRE, Derecho penal. — Parte especial, 2, p. 353; MALDONADO, en LEvENE (4.) (dir.), Manual
de derecho penal. Parte especial, p. 971; Manicor, Código Penal, TL, p. 907, nota 1739;
D'Alessio, Código Penal comentado y anotado, p. 882.
380 Creus, Delitos contra la Administración pública, p. 443.
351 MALDONADO, en LEvENE (H.) (dir.), Manual de derecho penal. Parte especial,
p. 571 y siguientes.
382 Frente a este delito, DONNA admite la complicidad, pero rechaza la tentativa
(Derecho penal. Parte especial, UI, p. 425 y siguientes).
38% Busros Ramírez, El delito culposo, p. 96; con igual criterio, ZAFFARONI - ÁLa-
GIA - SLOKAR, Derecho penal. Parte general, p. 761, para quienes la participación solo
puede ser dolosa y en hecho doloso; no existe participación culposa en hecho doloso, ni
participación culposa ni dolosa en hecho culposo,
8 Vease CARRARa, Programma, $ 2594 y siguientes.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 623
“Será reprimido con multa de pesos dos mil quinientos a pesos treinta
mil, e inhabilitación especial de uno a seis años, el abogado o mandatario
judicial que defendiere o representare partes contrarias en el mismo juicio,
simultánea o sucesivamente o que de cualquier otro modo, perjudicare deli-
beradamente la causa que le estuviere confiada”. [Multa según ley 24.286]
385 El art. 272 fue introducido por el Proyecto de 1891, pues el art. 249 del Cód.
Penal de 1887 era menos amplio, Véase PIÑERO - RivaROLa - MATIENZO, Proyecto de Có-
digo Penal para la República Argentina, p. 208 y 209.
356 Piero - RivaroLa - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
gentina, p. 208.
624 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
387 Desde este punto de vista, CARRARA agrupa bajo la misma idea la actuación
infiel del patrono, del acusador privado y del testigo (Programma, $ 2593). El primero
comete prevaricato; el segundo, calumnia; el tercero, perjurio.
358 Conf. Frank, Das Stra sesetzbuch, $ 356, L
389% Carrara, Programma, $ 2599 y siguientes.
9 Véase la nota pertinente de TejeDOR y PacHEco, El Código Penal, TL, p. 412.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 625
39% Pacneco, El Código Penal, Il, p. 412; Tejebor, Proyecto de Código Penal, nota
al art. 247; Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 492; MALAGARRIGA,
Código Penal argentino, 1, p. 238. El Código español hacía referencia a la falta de
consentimiento del anterior representado.
392 Pirro - RivaRoLa - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
gentina, p. 208.
626 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
39 Daba como fuentes el Proyecto Tejedor (arts. 385, inc. 4, y 396, inc. 1) y los
Códigos español (art. 368), francés (art. 185), belga (art, 258) e italiano (art. 178).
396 Códigos francés de 1810 (art. 185) e italiano de 1890 (art. 178).
397 GrOIZARD Y GÓMEZ DE La SERNA insinúa su crítica también en ese sentido (El
Código Penal de 1870, 1V, p. 107).
628 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
191 Daba como fuentes el Proyecto Tejedor (arts. 396, inc. 3, y 397) y los Códigos
español (art. 370), húngaro (art. 478) y alemán ($ 346, RStGB).
102 Prescindamos de la incorrecta y fea expresión “represión de los delincuentes”.
10% Así, Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 497.
20% En contra, Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 498.
630 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
mente a muy contados casos*”-, ello no obstante, ya según las XII tablas,
el que cometía falso testimonio era condenado a ser despeñado de la roca
Tarpeya.
El mismo delito aparece después sometido a las penas de la
lex Cornelia de falsis*%* y a €l hace reiteradas referencias el derecho
imperial,
Así envuelto dentro del conjunto algo heterogéneo de hechos com-
prendidos bajo la denominación de crimen falsi, este delito no adquiere
independencia sino en tiempo relativamente reciente, pues en el de-
recho intermedio se comprenden bajo el título falsum tanto la falsedad
testimonial cómo las falsedades documentales y la falsificación de mone-
da*'”, El mismo Von FEUERBACH incluye esta infracción junto con otras
falsedades y engaños*!”, y este sistema es seguido en el Proyecto de TEJEDOR
($ 5%, tít. 3%, lib. 29).
Sin embargo, la individualización de los delitos sobre la base de
una cuidadosa discriminación del bien jurídico tutelado ha llevado en
esta materia —lo mismo que en otras— a separar el falso testimonio del
tronco originario. Esa evolución es lógica, porque —en definitiva— la
falsedad, el engaño, el fraude, constituyen medios genéricos de delin-
quir, lo mismo que la violencia y la injuria, pero la consideración de esos
medios no constituye modernamente una base firme para clasificar los
delitos, sino solo un criterio auxiliar para trazar subclasificaciones. — Si
al medio hubiera de atenderse, la estafa debería estudiarse junto con las
falsedades.
Sobre la base de estas consideraciones, CARRARA agrupa este delito
entre los atentados contra la justicia pública, junto con el prevaricato y la
calumnia o acusación falsa*?.
107 Eryzx, L reati di falso, L, p. 227 y ss.; FerrINL en PEssixa (dir.), Enciclopedia
del diritto penale italiano, L, p. 392; MommsEn, Derecho penal romano, 1, p. 139 y 140;
LEVENE, voz “Falso testimonio”, en Enciclopedia jurídica Omeba, XI, p. 916.
108 Frxzr niega que el falso testimonio formara parte de la lex Cornelia, y señala
los senadoconsultos en que fueron previstos ciertos hechos de falsedad en juicio (1 reati
di falso, L, p. 246 y 255),
109 Véase FInz1 1 reati di falso, Y, p. 351.
20 Así, Jun CLARt, Sententiarum receptarum, $ “Falsum” (sciendum est, quod
falsitas circa multa, et multis modis committi potest. Potest enim committi circa testes,
circa instrumenta et seripturas, circa monetam et cetera”).
21 Von FruErBacn, Lehrbuch des gemeinen in Deutschland, $ 417 y siguientes.
2 , : .
112 Carrara, Programma, $ 2593 y 2662 y siguientes.
632 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“El Código vigente trata del falso testimonio, en el título de las fal-
sedades, atendiendo solo al medio empleado para cometer el delito. La
comisión revisora, consecuente con su sistema de clasificar los delitos según la
naturaleza del derecho lesionado, ve en el falso testimonio un delito contra
la Administración pública, de la cual el testigo, el perito o el intérprete a quie-
nes se pida declaración o informe, no son más que, funcionarios auxiliares,
“Será rep rimido con prisión de un mes a cuatro años, el testigo, perito o
intérprete que afirmare una falsedad o negare o callare la verdad, en todo
o en parte, en su deposición, informe, traducción o interpretación, hecha
ante la autoridad competente.
417 El cual daba como fuentes el Código Penal de 1887 (arts. 286 a 289 y 291) y los
Códigos italiano (arts. 214 y 217), holandés (art. 207), español (arts. 332 a 336), francés
(arts. 361 a 363), alemán ($ 154, RStGB), húngaro (arts. 213 a 217), belga (arts. 215 a 222),
chileno (arts. 206 a 210) y uruguayo (arts. 199, 200, 204 y 206). Véase la prolija reco-
pilación sistemática de la jurisprudencia, en ED, 24-647, nota al fallo 12.384; RubIaNEs,
El Código Penal, 1, p. 275.
634 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
419 Von BeELING, Derecho procesal penal, $ 45; ALCALÁ-ZAMORA Y CASTILLO - LEVENE
(1.), Derecho procesal penal, MI, núm. 41.
120 Fontán BALESTRA, Derecho penal. Parte especial, 1985, p. 905, nota 3
in fine.
12% Véase ALCALÁ-ZAMORA Y CASTILLO - LEVENE (H.), Derecho procesal penal,
TI, n. 18.
12 Esa es la expresión empleada por COUTURE para caracterizar la prueba testimo-
nial (Fundamentos del derecho procesal civil, p. 140).
123 Ramos, Curso de derecho penal, V, p. 286 (lo que será utilizado por la sentencia,
fórmula no totalmente satisfactoria). CCrimCorrCap, 9/10/1935, JA, 53-236. Véase
CARRaRa, Programma, $ 2618, en nota; MANzIN1, Trattato, V, 437, D'AnTOoxNIO, en PEssINA
(dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, VIL, p. 705 y siguientes.
636 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
Algunos Códigos establecen una expresa excusa absolutoria para los casos
en los que el hecho es cometido por la necesidad de salvarse a sí mismo
de un grave perjuicio en la libertad o en el honor?”
Siempre se ha vinculado esa excusa con el principio “nullus idoneus
testis in re sua intellegitur” (fr. 10, D. 22, 5), cuando la declaración importa
la confesión de un delito, y en los demás casos (causa de honor) se la ha
vinculado con el principio general del estado de necesidad. Nuestro
precepto constitucional (art. 18) no hace una referencia específica a la
autoinculpación de un delito. Esas ideas —enérgicamente sostenidas
por CHAUVEaAU**- han tenido directa influencia en nuestra legislación
penal, porque el pasaje pertinente de dicho autor está parcialmente
tomado como nota por TejEDOR*", No parece que al imprimir nuevas
formas al artículo haya entendido la comisión de 1891 apartarse de esos
principios.
Lo que para otras legislaciones puede parecer materia discutible, no
lo es, pues, para nosotros, no solo por los antecedentes penales de la actual
disposición, sino también —y principalmente— por la generalidad del art.
18 de la Const. nacional*%.
No parece que declare in re aliena la parte de un juicio a la cual se
dirigen posiciones, aun cuando declare bajo juramento, de acuerdo con
las leyes procesales*”. Con respecto a los abogados y procuradores, la
calidad de testigo de un hecho los inhabilita para el ejercicio de la defensa,
del mismo modo que inhabilita a un juez. Son aplicables a este respecto
los principios explicados acerca de la violación de secretos.
No es ese el caso de un tercero denunciante, que responde por ca-
lumnias si su denuncia es falsa y, citado a declarar, es un testigo común,
salvo que sea un interesado en el sentido arriba expuesto.
127 Art. 384 del Código italiano de 1930, equivalente al art. 215 del de 1890. Para
el ordenamiento alemán ($ 157) es una atenuación considerable.
128 No obstante algún fallo en contra de la casación francesa, CHAUVEAU y HéLiE
son muy expresos en este punto (Théorie du Code Pénal, IV, p. 293 y 294). Igualmente
Morix, “Faux témoignage”, en Répertoire général, $ 2.
129 Tejenor, Proyecto de Código Penal, p. 553.
430 Conf. CApel Rosario, 21/11/1934, “Zavalla”, “Sentencias”, IL, p. 476; íd., 4/11/1942,
“Batistelli”, EJSF, 11, p- 42. Véase la sistemática clasificación de la jurisprudencia en
RubranEs, El Código Penal, U, p. 1341, núms. 14 a 30.
Bl Conf. CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-442. La ley italiana establece otros princi-
pios (Manzixt, Trattato, N, p. 435).
638 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
182 La consideran impunes, entre otros, CApel Rosario, 10/8/1938, “Gerbino”, LL,
11-716, fallo 5495 y CARNELLI —en nota a un fallo de primera instancia del doctor UrE
en igual sentido, revocado en CCrimCorrCap, 11/12/1937, LL, 10-43, fallo 4501-. Se
pronuncian en sentido contrario, CCrimCorrCap, 3/2/1939, LL, 13-782, fallo 6615, voto
del doctor MorENO, fallo 4501; CS Tucumán, 9/3/1937, LL, 6-891, y LevenE (1.), El delito
de falso testimonio, donde se muestra partidario de la punibilidad.
133 Manzini, Trattato, V, p. 437, y VI, p. 200; ImPALLOMENI, 1! Codice Penale italiano,
II, p. 258; Bapon1, Dei delitti contro Camministrazione della giustizia, p- 134,
134 Conf. Carrara, Programma, $ 2677, pero por otras razones que no comparti-
mos. En contra, IMPALLOMENI considera que tampoco en ese caso hay falso testimonio
(Il Codice Penale italiano, 1, p. 258).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 639
+40 Conf. CCrimCorrCap, 20/12/1936, LL, 6-202, fallo 2228; CFed BBlanca,
1/2/1938, LL, 13-701.
41 Así CARRARA, Programme, $ 2667.
142 Se refieren a la validez formal los casos de CCrimCorrCap, 12/11/1943, LL,
32-592; íd., 16/3/1943, LL, 30-95; CS Tucumán, “Jurisprudencia de Tucumán”, VIL-595;
VIILSS; IX-66, y XVL-283.
143 En el derecho español y en el francés está establecido por las leyes procesales
(cfr. CUELLO CALÓN, Derecho penal, 11, p. 264; CHauveau - HÉLIE, Théorie du Code Pénal,
IV, núm. 1777 y ss., que exigen siempre el juramento). En el ordenamiento alemán, los
$ 153 y 154 lo exigen expresamente:.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 641
447 Conf. CarraRa, Programma, $ 2678 y 2697. Lo dice bien Díaz, El Código
Penal para la República Argentina, p. 504; CARNELLI, El dolo en el falso testimonio,
JA, 53-788, núm. VI; Núñez, Los elementos subjetivos del tipo penal, p. 72; CApel
Rosario, 6/7/1934, “Martínez”. Dudoso, GÓMEZ, Tratado de derecho penal, Y, p. 593
y 594,
nen JuLu CLart, Sententiarum receptarum, L, XIL
449 El $ 163 del ordenamiento alemán legisla la forma imprudente del perjurio,
delito que tiene un régimen especial.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 643
berlo visto*”, porque el testigo no debe traer al juicio sino lo que él sabe
del hecho y no sus opiniones sobre este.
Igual mente se deduce de ello que, para castigar por falso testimonio,
no basta la mera discrepancia de un testigo con otros o aun con muchos
otros testigos. Esta disconformidad solo puede servir como uno de los
medios de prueba de que el sujeto mintió a sabiendas, pero no importa
en sí la prueba de la malicia.
Otra importante consecuencia es el amplio juego que tiene el error en
esta materia. Todo aquello que destruye la conciencia de la inexactitud
de una afirmación destruye necesariamente el falso testimonio, pues tiene
el efecto de hacer desaparecer la relación de contradicción entre lo que se
dice y lo que se piensa. El delito de falso testimonio no consiste en un
hecho, sino en una relación, y esa relación contradictoria debe existir po-
sitivamente en la conciencia del sujeto en el momento de la manifestación.
459 Conf. Barñon1, Dei delitti contro Vamministrazione della giustizia, p. 127, CARRA-
Ra, Programma, $ 2698 y 2708, en nota; Manzixt, Trattato, W, p. 438 y 439.
451 Se discute en doctrina el sentido y la punibilidad de la reticencia. Véase la
exposición de los distintos criterios en BABBoNt, Dei delitti contro Camministrazione della
giustizia, p. 128 y siguientes.
644 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
52 - , abs .
1 Frecuente entre los franceses (véase CHAuvEaU - HÉLIE, Théorie du Code Pé-
nal, IV, núm. 1783 y siguientes). En contra de ella, D'Anronto, en Pessixa (dir.), Enci-
clopedia del diritto penale italiano, VI, p. 705. Ya vimos que a ese criterio se atenía
TEjEDOR y de ello deriva que en el Código Penal de 1887 se distinguiera la falsedad se-
gún recayere sobre la esencia o sobre algún incidente, para castigarse esta última solo
con arresto.
153 Conf. Barson1, Dei delitti contro Vamministrazione
della giustizia, p. 141. El
Código Penal de 1887 tomaba en cuenta esa circunstancia para imponer pena menor (art.
287).
154 Conf. Carrara, Programma, $ 2.680 y 2681; Barñon1, Dei delitti contro Vam-
ministrazione della giustizia, p. 140 y ss.; IMPALLOMENI, 1! Codice Penale italiano, U,
p. 257; Majno, Commento al Codice Penale italiano, UL, p. 331. En realidad, D'ANTONIO
viene a afirmar el principio del peligro efectivo o corrido [en Pessixa (dir), Enciclopedia
del diritto penale italiano, VU, p. 705, núm. 222], en disidencia con la mayoría.
155 Manzin1, Trattato, V, p. 443; Luccuin1, Del criterio per determinare la pena
del falso testimonio in giudizio penale, “Rivista Penale”, X, p. 491.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 645
158 Conforme con la tradición romana y española (véase art. 286, Cód. Penal de 1887).
157 «E si por su testimonio mentiroso fue alguno muerto o lisiado, que reciba el
mismo otra tal pena” (Part. TIL, [, 26, tít. 11).
458 Conf. CSJN, 12/8/1937, LL, 9-820, fallo 369. En contra, CCrimCorrCap,
“Fallos”, I1-91, y LL, 3-229.
159 Principio en el cual pudo haberse fundado la competencia en CCrimCorrCap,
4/3/1936, LL, 3-229.
646 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
460 Ouauveau - HéLte, Théorie du Code Pénal, YV, núm. 1800 y ss.; CCrimCorrCap,
“Fallos”, 1-446.
461 Códigos italiano de 1890 (art. 216) y de 1930 (art. 376), alemán (3 158, RStGB
—importante reducción de pena—) y del Brasil de 1940 (art. 342, $ 3 impunidad—).
162 CCrimCorrCap, 27/9/1935, LL, 1-371, GoxzáLez Roura, Derecho penal, MI,
p- 415; Moreno, El Código Penal y sus antecedentes, VI, p. 319. En este punto hemos
seguido el sistema francés, en el cual tampoco jugaba la retractación (CHAUVEAU - HÉLIE,
Théorie du Code Pénal, TV, núm. 1800 y siguientes).
16% Conf. Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 505; GONZÁLEZ
Roura, Derecho penal, UI, p. 416; Gómez, Tratado de derecho penal, Y, p. 597; MaLa-
GARRIGA, Código Penal argentino, p. 262; OpErIGO, Código Penal anotado, nota 1394.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 647
“Será reprimido con prisión de seis meses a tres años, el que ofreciere
o prometiere una dádiva o cualquier otra ventaja a alguna de las personas
a que se refiere el artículo anterior, para que cometa falso testimonio,
siempre que la oferta o la promesa no fueran aceptadas o, en caso de
serlo, la falsedad no fuere cometida. Si el falso testimonio se come-
te, serán aplicables al sobornante las penas correspondientes al testigo
sobornado”.
Esta disposición provenía del art. 290 del Cód. Penal de 1887, deriva-
do —a su vez— del Proyecto de TEJEDOR, y fue modificada por la ley 17.567,
siguiendo el Proyecto de 1960*%,
Aun cuando, en líneas generales, el hecho básico de este delito coinci-
día con el de corrupción, debe observarse que en este caso la ley limitaba de
manera inconveniente la calidad del corruptor, pues se refería a la cantidad
ofrecida o recibida al regular sobre ella el monto de la multa, En este
caso, por lo tanto, la promesa o dádiva debía consistir en algo directamente
apreciable en dinero**, Este fue uno de los puntos corregidos por el texto
(dádiva o cualquier otra ventaja).
Este delito se separaba de la figura de corrupción por los siguientes
detalles.
16% En su nota, TEjEDOR citaba los Códigos peruano (art. 224), español (art. 246),
boliviano (art. 328), francés (art. 364) y napolitano (art. 191). Como antecedentes histó-
ricos, el Fuero Juzgo (1, 6, tít. 2, lib. 5), las Partidas (I, 1 y 6, tít. 7, P. VII) y JuLio CLaro.
Ver el Proyecto de 1960 (art. 318).
165 La ley francesa decía expresamente “qui aura regu de Pargent, une récompense
quelconque” (art. 364); el Código español, “mediante cohecho” (art. 338); el italiano,
“el que soborna”,
648 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
definía la complicidad en general (Chauveau - HéLIE, Théorie du Code Pénal, YV, núms.
1821 y 1826; Garraun, Traité théorique et pratique, V, núm. 17).
472 RivaroLa manifiesta que este artículo es superfluo frente a los principios ge-
nerales (Derecho penal argentino, UL, núm. 1188); sin embargo, el Proyecto de 1891 lo
reprodujo.
650 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“La pena del testigo, perito o intérprete falso, cuya declaración fuere
prestada mediante cohecho, se agravará con una multa igual al duplo de
la cantidad ofrecida o recibida.
El sobornante sufrirá la pena de simple testigo falso”.
473 Conf. Barsont, Dei delitti contro Vamministrazione della giustizia, p. 191.
Y4 Conf. CHauveau - HéLtE, Théorie du Code Pénal, IV, núms. 1823 y 1824; Bar-
BONI, Dei delitti contro Vamministrazione della giustizia, p. 191; Majo, Commento al
Codice Penale italiano, UL, núm. 1130.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 651
de que haya sido propuesta como tal por algún interviniente en el proceso
o de que se haya presentado espontáneamente a prestar testimonio. De
manera que el cohecho del testigo puede realizarse perfectamente desde
el momento en que la persona adquiere el carácter de testigo de un hecho.
Lo contrario equivaldría a la atipicidad de la conducta del sobornante
cuando el testigo ha declarado falsamente en el proceso, pero ha sido
sobornado antes de haber asumido ese carácter, porque al momento de
llevarse a cabo el soborno no era aún testigo.
Con relación a los peritos, intérpretes y traductores, hay que distinguir
que, si se trata de personas que ya ostentan dicho carácter —por pertenecer
a los cuadros judiciales o administrativos del Estado—, al no necesitar de-
signación expresa del juez o de la autoridad por la condición que revisten
(p.ej., peritos oficiales), la situación es similar a la del testigo anteriormente
analizada. En cambio, si se trata de peritos o intérpretes ofrecidos por
las partes, solo adquieren tal carácter cuando son designados por la au-
toridad competente; por lo tanto, es a partir de esta designación que el
ofrecimiento será penalmente relevante, si la falsa declaración ha sido
prestada en el proceso.
La entrega o la promesa deben ser hechas con anterioridad a la con-
sumación del falso testimonio. La recompensa posterior sin ofrecimiento
o promesa anterior no es típica,
“Será reprimido con prisión de uno a seis años, el que ante la autoridad
denunciare o acusare como autor o partícipe de un delito de acción pública
a una persona que sabe inocente, o simulare contra ella la existencia de
pruebas materiales.
Si resultare la condena de la persona inocente, la pena será de tres a
diez años de reclusión o prisión”**,
*7 Con ese sentido complejo está prevista la figura en varios Códigos, como
el alemán ($ 164, StGB —SCHONKE - SCHRODER, Strafgesetzbuch, p. 695; WELZEL,
Das Deutsche Strafrecht, pp. 497; Mauracn, Deutsches Strafrecht, 1, $ 77-), el bra-
sileño de 1940 (art. 339 —Fracoso, Ligoes de direito penal, 4, núm. 1088; HUNGRIA,
en AAWVV,, Comentários a0 Código Penal, 1X, p. d57-) y los italianos de 1930 (art.
368 —MAGGIORE, Diritto penale, 1, p. 261-) y de 1890 (art. 212 —Babon1, Dei de-
litti contro UCamministrazione della giustizia, p. 38 y ss; CARRARA, Programma, $
2610 y ss.—): MILLÁN, en FonTÁN BALESTRA - MILLÁN, Las reformas al Código Penal,
p- 393.
478 A] exigir ese requisito en la calumnia como interpretación de la frase “imputa-
ción de un delito que dé lugar a la acción pública”, la vieja doctrina llevaba a las conclu-
siones ¡lógicas que hemos expuesto en $ 93, V,
654 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Será reprimido con prisión de un mes a dos años, el que ante la auto-
ridad afirmare falsamente que se ha cometido un delito de acción pública
o simulare los rastros de este con el fin de inducir a la instrucción de un
proceso para investigarlo”.
184 La nota de la comisión decía: “Se trata del delito de denuncia falsa, menos grave
que el anterior, porque no se atribuye el hecho a persona alguna.
A diferencia del art. 245, introducido por la ley 13.569 (Proyecto de 1937, art. 347),
no decimos “denunciare” para comprender, también, las comunicaciones o indicaciones que
formalmente no reúnan los requisitos de una denuncia. Asimismo el texto no reclama
que se inicie el sumario, a diferencia del Código brasileño —art. 340- y del italiano —art.
367-, pero sobreentendemos que puede iniciarse (Proyecto de 1941, art. 358)”.
485 Nuestra nota para fundamentar la reforma decía: “Cód. Penal, art. 245 —ley
13.569—, es un texto bastante defectuoso, pues la expresión “denunciare falsamente un
delito puede referirse a otros supuestos más graves que el de simplemente provocar
un inútil desgastede actividad investigadora. Código italiano, art. 367. Nos apartamos
del texto italiano para que resulte claramente que no es necesaria la efectiva instruc-
ción del proceso para que el delito quede consumado. Códigos griego —art. 230- y
suizo —art. 304”,
656 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
la grave figura de la calumnia ($ 2610 y siguientes). Con toda exactitud, GavIER señala
que la figura sancionada es el delito “que en otras legislaciones se denomina “simulación
de delitos” (El delito de falsa denuncia, “Boletín de la Facultad de Derecho de Córdoba”,
año XXII, 1958, n* 3-4, p. 333).
18% Esa condición negativa era expresa en el Código toscano (conf. CARRARA,
Programma, $ 1659; MAnzIn1, Trattato, V, p. 401 y 403; MILLÁN, en FoNTÁN BALES-
TRA - MILLÁN, Las reformas al Código Penal, p. 399; UrE, Temas y casos de derecho
penal, p. 65).
490 CCrimCorrCap, Sala V, 16/9/1966, JA, 1966-VI-292; MiLLÁN, en Fontán Ba-
LESTRA - MILLÁN, Las reformas al Código Penal, p. 400; UrE, Temas y casos de derecho
penal, p, 60,
491 Carrara, Programma, $ 2666, nota 1. Es el caso de PisísTRATO.
658 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
$ 149. ENCUBRIMIENTO
192 Además de las obras generales citadas en el $ 136, véase BinbiNG, Die Nor-
men, UL, 2, p. 1081; BorToLorTTO, I delitti accessori, “Rivista Penale”, LXVIII, 1908, p.
125; Carrara, “Ricettazione dolosa di cose furtive”, “Grado nella forza fisica del delitto”
y “Studi sul favoreggiamento”, en Opuscoli, 1, p. 437, 1, $311 y ss., y VIL, p. 33, respec-
tivamente, y “Delitti accessori”, y “Favoreggiamento e occultazione di rei”, en Remini-
scenze di cattedra e foro, XIV, p. 391, y XVI, p. 413, respectivamente; CANEssa, La ad-
quisición de cosas de procedencia ilícita, “Revista de Derecho Penal”, n* 4, 1945, p. 591;
Fixz1, El dolo del delito de encubrimiento, JA, 1945-IV-115; García ZavaLía, Autonomía
del delito de encubrimiento, “Revista de Derecho Penal”, n” 1, 1945, p. 139; Gavier, Estu-
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 659
197 Véase Von Liszr - Scumior, Lehrbuch, $ 147; Carrara, “Ricettazione dolosa di
cose furtive”, en Opuscoli, UL, op. XLIT, p. 439,
498 Cfr. TejeDOR, Curso de derecho criminal, p. 37 y siguientes. Véase, no obstan-
te, lo que dice en el núm. 36, refutando el falso aforismo “in maleficio ratihabitio mandato
comparatur”. Sobre todo el proceso evolutivo en el país, conf. Gavigr, Estudio sobre el
encubrimiento en el Código Penal argentino, cap. L, $ IL
199 Tejebor, Proyecto de Código Penal, parte 1%, tít. 6”, “De los auxiliadores o fau-
tores”.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 661
502 Como presupuesto los tratan D'ANToNIO, en Pessina (dir.), Enciclopedia del
diritto penale italiano, VIL, p. 774; Manzint, Trattato, V, p. 510; JaANNITTEPIROMALLO,
Dei delitti contro l'amministrazione della giustizia, p. 256 y 260, nota 1; Panxaln, Hi delitto
di favoreggiamento, p. 39. Por eso se habla del encubrimiento como delito accesorio
(véase nota 492 y Frank, Das Strafgesetzbuch, antes del $ 257).
50% Distinción de CARRañBa, Programma, $ 2825,
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 663
“Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que, tras
la comisión de un delito ejecutado por otro, en el que no hubiera par-
ticipado”.
50% Conf. Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 503; GóMEz, Tra-
tado de derecho penal, v p- 602; CCrimCorrCap, 2/4/1937, A, 58-254. En contra, Bab-
BONI, Dei delitti contro Camministrazione della giustizia, p. 248; JanNrrri-PIRoMALLO, Dei
delitti contro Uamministrazione della giustizia, p. 260, para el derecho italiano,
505 Conf. Frank, Das Strafeesetzbuch, $ 257, 1.
664 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
de la querella. El encubridor corre la misma suerte que el autor del delito en-
cubierto?%,
El encubrimiento puede referirse tanto a la acción principal misma
como a cualquier forma de participación; puede encubrirse al instigador o
al cómplice de un delito. Lo mismo ocurre con respecto a la otra forma
ampliada de adecuación (la tentativa), pero en este caso debe tratarse —cla-
ro está— de una tentativa acabada, concluida, porque mientras persiste la
acción es posible la participación.
El hecho “consumado o tentado— debe ser algo concluido, encontrarse
en el pasado. Decimos el hecho, para referirnos al hecho encubierto,
porque puede tratarse meramente de un acto de complicidad anterior a
la consumación, caso en el cual es indiferente que el delito esté o no con-
sumado —por otro— en el momento en que el encubrimiento se produce,
pues lo que transforma el encubrimiento en participación no es el auxilio,
sino la promesa anterior de prestarlo. En este caso limítrofe es necesario
establecer que el acto de encubrimiento no constituya en modo alguno
una manera de contribuir a la consumación?”
Es importante fijar el momento consumativo, porque cualquier auxilio
anterior prestado al autor del hecho es participación. El que interviene
en un delito permanente después del acto inicial, y mientras dura la per-
manencia, es cómplice**,
Con relación al delito precedente pueden ocurrir otras situaciones
referentes a la justificación, la inculpabilidad o a otros motivos de exención.
En general, debe observarse que el delito de encubrimiento es -según
se ha dicho— una ofensa a la administración de justicia; consiste en trabar o
entorpecer esa acción por entrometimiento. Ahora bien, la función des-
plegada por la justicia en un proceso, el objeto mismo del procedimiento,
no es el de castigar, sino el de esclarecer y declarar la verdad. Esa es
la condición previa a todo pronunciamiento condenatorio o absolutorio,
miento del delito prescripto (EBerRMAYER - LOBE - ROSENBERG, Das Reichs, $ 257, IL,
l; Frank, Das Strafgesetzbuch, $ 257, 11, 1; SCHONKE - SCHRODER, Strafgesetzbuch,
p. 982).
666 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
513 Diferencia que hace CakRara, “Studi sul favoreggiamento”, IV, en Opuscoli,
VII; con respecto al encubrimiento posterior, GAvIER exige —por supuesto— actos de en-
cubrimiento, que enumera (Estudio sobre el encubrimiento en el Código Penal argentino,
p. 25 y ss.; en especial, p- 30).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 667
516 Conf. Frank, Das Stra vesetzabuch, $ 257, 1V,2. Véanse las razones de CARRARA
(“Studi sul favoreggiamento”, UI, en Opuscoli, VII, p. 18).
3: Conf. Manzini, Trattato, V, p. 506; Majno, Commento al Codice Penale italiano,
TL, núm. 1157, que considera absurda la solución contraria. En contra, Janntrri-PIro-
MALLO, Dei delitti contro lamministrazione della giustizia, p. 268.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 669
518 Daba como fuentes el Código Penal de 1887 (arts. 40 y 41) y los Códigos holan-
dés (art, 189), italiano (art. 225), húngaro (art, 378), francés (art. 248), español (art. 17) y
uruguayo (art. 24), Véase la fundamentación en PIÑERO - RivaROLA - MATIENZO, Proyecto
de Código Penal para la República Argentina, p. 210 y 211,
519 Pacneco, El Código Penal, 1", p. 275. Las palabras de este le sirvieron a AGUIRRE
como comentario del art. 45 del Código Penal de 1887... Conf., CCrimCorrCap, 12/2/1960,
ED, 24-667, fallo 12.386.
52 Se encuentra en el Digesto, 1, 2, “De receptatoribus”.
521 Estaba contenida en el Código toscano (en el Código italiano de 1890 no se hacía
la salvedad, y por ello ImPaLLOMENI, entre otros, lo censuró —11 Codice Penale italiano, UU,
p. 285), Así, el Código español (art. 17),
52 Así, también, el ordenamiento alemán ($ 257, RStGB).
670 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
Nuestra ley, en ese sentido, no era muy feliz, porque se refería lite-
ralmente, por una parte, a la ocultación y, por la otra, en vez de excluir
los casos en que se contribuye a asegurar el provecho criminal (guardarle
el dinero robado al criminal), requería que el auxilio no se prestara por
precio o participando de los efectos (es decir, interesándose el encubridor
mismo en la operación).
Complicaba el texto del Código el empleo del término ocultación, y era
necesario considerarlo usado en un sentido vulgar y amplio, comprensivo
del favorecimiento personal y del real. De lo contrario resultaba impune
la madre que ocultaba al hijo homicida y castigada la que lavaba el cuchillo
tinto en sangre”, No obstante esa deficiencia, el texto fue siempre in-
terpretado en sentido amplio?*, entendiendo excluida la receptación —-que
contribuye a asegurar el provecho del delito— y además el favorecimiento
prestado por precio o participando de los efectos del delito. Así lo dijo
el texto con claridad.
De este modo, dentro de nuestra ley, estaban comprendidas dos excep-
ciones a la excusa (la tradicional del Código toscano —contribuir a asegurar
el provecho, porque no habría impunidad en ningún caso de receptación—
y el auxilio prestado por precio o motivo de lucro —p.ej., utilizando en
provecho propio el caballo que otro ha hurtado, que eso es participar de
los efectos del delito—).
A la claridad del texto actual contribuye la distinción neta que se hizo
entre las dos figuras de favorecimiento (el personal —ex art. 277- y el real
—ex art. 278 ter—) y las figuras de receptación que resultaron expresamente
excluidas, al referirse la excusa tan solo a los casos de aquellas dos figuras.
Derogado el art. 279 por la ley 20.509, fue reimplantado por la 21.338,
pero la ley 23.077 restableció el texto original del Código de 1921, refor-
ma que duró hasta la sanción de la ley 23.468, en 1986, que le dio otra
redacción. Posteriormente, la ley 26.683, de 2011, además de cambiar
la rúbrica del Capítulo XIII —que pasó a denominarse “Encubrimiento”—,
derogó el art. 278, que hacía referencia al delito de “lavado de activos de
origen delictivo”, introducido por la ley 25.246, de 2000, pasando a ubicarse
523 El Código Penal de 1887 decía también “por ocultación”, y a pesar de ello Acur-
RRE transcribía como comentario válido el de Pacneco, El Código Penal, L, p. 275, que se
refiere al caso de la madre que lava sangre. Esa nota, sin embargo, no es de TEjEDOR,
contrariamente a lo que ocurre en la mayoría de las notas de AcuirRE, Código Penal.
52 La Cámara de Apelaciones aplicó la excusa indistintamente. Véase, por ejem-
plo, CCrimCorrCap, 23/10/1942, LL, 28-381, fallo 14.373.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 671
con un texto diferente en el art. 303. Por último, sustituyó el texto del
art. 279, incorporado por la ley 25.246 —con reformas introducidas por la
ley 25.815—, que analizaremos más adelante (ver XIV, g).
En lo que respecta a la excusa prevista en el actual inc. 4 del art.
277, el texto introducido por la ley 26.087, de 2006, tiene la siguiente re-
dacción.
13 . . ; La , sos :
5 Carrara, Programma, $ 2834; BABBon1, Dei delitti contro Camministrazione
della giustizia, p. 257, Griuriarí, Delitti contro la proprieta, p. 426; MANzINL, Trattato, Y,
p. 518, y VIIL p. 477. Entre nosotros, Díaz, El Código Penal para la República Argen-
tina, p. 507, GONZÁLEZ RoUuka, Derecho penal, UI, p. 423; MaLaGarRIGa, Código Penal
argentino, UL, p. 257, Moreno, El Código Penal y sus antecedentes, VI, p. 337, GAVIER,
Estudio sobre el encubrimiento en el Código Penal argentino, cap. UL, VII Operico, Código
Penal anotado, nota 1404,
672 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Será reprimido con prisión de quince días a dos años el que, sin pro-
mesa anterior al delito, después de la ejecución de este, ayudare a alguien
a eludir las investigaciones de la autoridad o a sustraerse a la acción de la
misma, u omitiere denunciar el hecho estando obligado a hacerlo”.
535 La nueva forma provino del Proyecto de 1960 (art. 322), en cuya nota decíamos:
“Adoptamos una fórmula amplia, semejante a la del Código italiano (art. 378), porque las
acciones enumeradas por el Código valen como encubrimientos precisamente en cuanto
ayudan a eludirlas investigaciones o el cumplimiento de sanciones ya pronunciadas”. Ver
MILLÁN, en FONTÁN BALESTRA - MILLÁN, Las reformas al Código Penal, p. 408.
536 Conf. CCrimCorr( Zap, 10/12/1937, LL, 8-1180, fallo 3913, con nota de CARNELLI,
Significado y alcance de la palabra “delincuente”, íd., 13/10/1959, LL, 97-500; MorENO, El
Código Penal y sus antecedentes, VI, p. 337, Gómez, Tratado de derecho penal, V, p. 605.
587 Conf. GARRAUD, Traité théorique et pratique, UV, p. 32 (desplazar la persona,
esconderla, disfrazarla); CHAUVEAU - HÉLIE, Théorie du Code Pénal, 1872, UL núm. 1042;
1896, II, p. 391. CApel Dolores, LL, 31-80, fallo 15.472. En contra, CCrimCorrCap,
“Fallos”, 1-355 (cfr. p. 357). De acuerdo con el antiguo texto, es evidente que resultan
676 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
inaplicables en gran parte— las doctrinas alemana e italiana acerca del favorecimiento,
que tienen un alcance más genérico, porque las disposiciones son menos casuísticas. La
fórmula de nuestra ley es amplia.
538 Conf. CHAuvEau - HéÉLIE, Théorie du Code Pénal, VI, núm. 1042; Pacheco, El
Código Penal, l, p. 273.
5% Véase el caso de CCrimCorrCap, “Fallos”, 1357. El sujeto no ocultó porque
el delincuente ya se había ido cuando llegó a avisarle, pero parece exagerado decir que
ese hecho no encuadra en el inc. 1. ¿No será un caso de tentativa imposible? Véase el
caso mismo tribunal en CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-359.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 677
5% Conf Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 510 y 511; GómEz,
Tratado de derecho penal, V, p. 606; MaLacarRIGa, Código Penal argentino, MI, p. 262 y
263; Moreno, El Código Penal y sus antecedentes, VI, p. 339.
541 Piero - RivaroLa - MATIENzO, Proyecto de Código Penal para la República
Argentina, p. 211.
678 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Será reprimido con, prisión de quince días a dos años, el que sin pro-
mesa anterior al delito, después de la ejecución de este, procurare o ayudare a
alguien a procurar la desaparición, ocultación o alteración de rastros, pruebas
o instrumentos de delito o a asegurar el producto o el provecho del mismo.
Esta disposición no se aplicará al que de alguna manera hubiere partici-
pado en el delito o al que incurriere en el hecho mencionado en el art. 278”,
544 Conf. CApel Rosario, 13/2/1942, LL, 26-244, fallo 13.368, y JA, 19412-11-307.
680 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
La ley 23.077 derogó el art. 278 ter, pero su contenido fue reimplanta-
do por la ley 23.468, situándolo en el inc. 2 del art. 277. Posteriormente,
la ley 25.815 nuevamente lo reubicó en el inc. 1, que es el texto que está
en vigencia.
“L. Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que, tras
la comisión de un delito ejecutado por otro, en el que no hubiera partici-
pado: |...]
b) Ocultare, alterare o hiciere desaparecer
los rastros, pruebas o ins-
trumentos del delito, o ayudare al autor o partícipe a ocultarlos, alterarlos
o hacerlos desaparecer”.
545 El texto proviene del Proyecto de 1960 (art. 323), en cuya nota decíamos: “Se-
paramos esta figura de las de encubrimiento con las que está unida en el Código, porque
es evidente la prevalecencia del interés en proteger la propiedad, pues en este caso, aun
cuando no hay participación en el delito anterior, esa actividad contribuye a consolidar
una lesión patrimonial”. Como delito contra la propiedad era considerado este hecho por
muchos ordenamientos (v.gr., Códigos italiano —art, 648—, suizo —art, 144—, griego —art,
394-—, brasileño —art. 180—, » alemán —4 259, RStGB— y francés —art. 460).
546 Carrara sostenía el carácter de ofensa contra la propiedad (“Ricettazione do-
losa di cose furtive”, en Opuscoli, TI, p. 439); en contra, GIUrIar1, Delitti contro la pro-
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 681
prieta, p. 414. Ver Gavier, Estudio sobre el encubrimiento en el Código Penal argentino,
p. 51 y 52.
3 Conf. Gruriari, Delitti contro la proprietá, p. 413.
548 En nota, Finzi recuerda los numerosos antecedentes que trae MANZINI
(El dolo del delito de encubrimiento,
JA, 1945-1V-115, con cita de MaAnzin1, Trattato del
furto, [, 2", p. 785 y siguientes).
5% Conf. Frank, Das Strafeesetzbuch, $ 259, l; Grurtari, Delitti contro la pro-
prieta, p. 434.
55 Conf. CApel Córdoba, 6/6/1940, “Justicia”, 1-369, voto del doctor SCHWARTZ;
CCrimCorrCap, 3/11/1943, [A, 1944-1-109, y “Fallos”, 1V-265, Gavier, Estudio sobre el
encubrimiento en el Código Penal argentino, p. 53,
551 Conf. Frank, Das Strafecsetzbuch, $ 259, IL, 1, con gran amplitud,
682 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
los alimentos o la bebida que el ladrón comprara con el dinero que robó, o
salir de parranda con el ladrón pagador, no constituyen encubrimiento”.
La receptación es propiamente encubrimiento, en cuanto las acciones
que lo constituyen (adquiri r, recibir, ocultar o intervenir en esas opera-
ciones) son maneras de favorecimiento real. Podría decirse que es el
defecto del anterior texto de la ley, con su casuística enumeración, en la
cual hasta se cometía el error de excluir la donación** , determinando con
ello algunas soluciones injustas”,
El aspecto subjetivo de este delito exige el conocimiento positivo de
la procedencia delictiva de la cosa”, Las distintas acciones enumeradas
deben ser juzgadas con el criterio común a todos los actos de encubrimien-
to; la acción debe tender al entorpecimiento de la acción de la autoridad
y es por ello que no resulta suficiente la conciencia de que se realiza una
operación lucrativa y la duda de que tal vez la cosa provenga de un delito.
Por esto mismo, no se multiplican los actos de encubrimiento por el
hecho de que se efectúen varias operaciones de ocultación o compra de
distintos objetos provenientes del mismo delito**,
La circunstancia de que esta forma de encubrimiento constituya una
infracción contra la administración de justicia no impide que el encu-
bridor incurra en responsabilidades de carácter patrimonial, porque su
“El que, con fin de lucro, adquiriere o recibiere cosas o bienes que de
acuerdo con las circunstancias debía presumir provenientes de un delito,
será reprimido con multa de diez mil a cien mil pesos.
Si el autor hiciere de ello una actividad habitual, se impondrá prisión
de un mes a dos años y multa de veinte mil a ciento cincuenta mil pesos”**.
“1) Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que, tras la
comisión de un delito ejecutado por otro, en el que no hubiera participado:
a) Ayudare a alguien a eludir las investigaciones de la autoridad o a
sustraerse a la acción de esta.
b) Ocultare, alterare o hiciere desaparecer los rastros, pruebas o ins-
trumentos del delito, o ayudare al autor o partícipe a ocultarlos, alterarlos
o hacerlos desaparecer.
c) Adquiriere, recibiere u ocultare dinero, cosas o efectos provenientes
de un delito.
d) No denunciare la perpetración de un delito o no individualizare
al autor o partícipe de un delito ya conocido, cuando estuviere obligado a
promover la persecución penal de un delito de esa índole.
e) Asegurare o ayudare al autor o partícipe a asegurar el producto
o provecho del delito,
686 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
560 Esta es la opinión dominante en la doctrina nacional. Ver, por todos, NÚÑEZ,
Derecho penal argentino, VIL, p. 175; LajE Anaya, Comentarios al Código Penal, UI,
p. 205; CrEUS - BUOMPADRE, Derecho penal. Parte especial, 2, p. 372.
561 Gómez Benfrez, Teoría jurídica del delito, p. 541.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 687
imaginarse una conducta encubridora sin que exista un delito principal que
resulte encubierto. Pero esto no quiere decir que el encubrimiento sea una
forma especial de participación criminal, por la simple razón de que resulta
imposible tomar parte en algo que ya se ha consumado??, El encubridor en
modo alguno toma parte o presta algún grado de colaboración en la ejecución
del hecho, sino que actúa con posterioridad al delito cometido por otro.
El Código Penal recoge en el art. 277 este principio que autonomiza
el delito, al establecer -como condición del encubrimiento— que el au-
tor realice la conducta típica “tras la comisión de un delito ejecutado por
otro, en el que no hubiera participado”.
Todas las formas de encubrimiento requieren —por ende—, como pre-
supuestos O condiciones para su tipificación, un delito anterior y la no
participación en él.
562 QUINTERO OLIVARES (dir.) - MoraLEs Prats (coord.), Comentarios al Código Penal
español, p. 1298.
56% Creus, Delitos contra la Administración pública, p. 531; Laje Anaya, Comenta-
rios al Código Penal, UI, p. 207, MiLLÁN, El delito de encubrimiento, p. 51 y ss.; FONTÁN
BaLEsTRa, Tratado. Parte especial, VU, p.396. En contra, Núñez, Derecho penal argen-
tino, VIL p. 175, para quien no quedan abarcados los delitos previstos en leyes especiales
(p.ej., contrabando).
561 MiLLAN, El delito de encubrimiento, p. 50; GonzáLEz Rus, en Coño DEL RosaL
(dir.), Curso. Parte especial, UL, p. 478.
565 MiLLAN, El delito de encubrimiento, p. 52; Creus, Delitos contra la Adminis-
tración pública, p. 332.
688 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
56% Fontán BaLEsTRA, Tratado. Parte especial, VII, p. 398; Núxez, Derecho pe-
nal argentino, VIL, p. 176, pero este autor aclara que, en los delitos de acción privada,
el encubrimiento solo es posible mientras el ofendido prosiga su acción, argumento que
coincide -en esta parte— con la postura de MILLÁN.
570 MILLÁN, El delito de encubrimiento, p.55. Merece destacarse la respuesta de
Fontán BALESTRA a esta posición (“Parece más lógico autorrequerir únicamente que la
acción haya sido interpuesta, pues en esas condiciones ya no existe el secreto del ofendido,
que es el fundamento de la disponibilidad de la acción, Por otra parte, en más de un
caso es posible condena por el encubrimiento sin que la haya por el hecho encubierto”
Tratado. Parte especial, VII, p. 398-).
571 Nuez, Derecho penal argentino, VIL, p- 177, Creus, Delitos contra la Admi-
nistración pública, p. 536.
690 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
del verdadero autor 372 A esto podría agregarse que, frente a una excusa
absolutoria, el delito subsiste; solo desaparece su penalidad?”.
Con respecto a los delitos prescriptos, hay acuerdo en que se debe
distinguir que, si el encubrimiento ha tenido lugar con anterioridad a
la prescripción de la acción penal del delito encubierto, se da el delito,
aun cuando más tarde opere la causal extintiva; en cambio, si se produce
cuando ya la acción penal por el delito principal estaba prescripta, el hecho
es atípico y, además, resulta imposible dar cumplimiento al requisito de
perseguibilidad (promoción de la acción) del delito previo””,
Diferente situación se plantea con relación a la amnistía. Para una
parte de la doctrina —en nuestra opinión, acertadamente—, ella extingue
la acción y la pena, borra el delito, por lo que sería absurdo castigar al
que ayudó al perseguido por el delito amnistiado, si no se reprime al que
ayudó a cometerlo””?. — Para otros autores, en cambio, subsistiría el delito
de encubrimiento porque, si bien la amnistía borra el delito en lo que a la
responsabilidad penal se refiere, no elimina la realidad histórica del hecho
típico”””.
577 Creus - BuomPADRE, Derecho penal. Parte especial, 2, p. 375; Núñez, Derecho
penal argentino, VIL p. 175.
692 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
%8 En contra, Donxa, Derecho penal. Parte especial, VI, p. 485. Sin embargo,
aunque en algunas formas de ayuda se podría pensar en posibilidades de tentativa, muy
difícilmente se dará un acto ejecutivo que ya no sea consumativo (CREUS - BUOMPADRE,
Derecho penal. Parte especial, 2, p. 375).
579 Creus - BUOMPADRE, Derecho penal. Parte especial, 2, p. 377.
50 Así, MILLÁN, El delito de encubrimiento, p. 142.
581 Núxez, Derecho penal argentino, VII, p. 184.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 693
Los rastros son las huellas, vestigios o señales que quedan sobre las
personas, lugares, cosas, etc., y que tienen alguna relación con un delito
(p.ej., limpiar el arma de fuego para impedir que se constaten las huellas
dactilares, lavar la ropa manchada con sangre, aplanar el piso para hacer
desaparecer pisadas). Las pruebas son todos los medios que pueden
llevar a la comprobación del hecho y su autor o partícipes. Los instru-
mentos del delito son todas aquellas herramientas o elementos empleados
por el autor en la comisión del delito, quedando abarcados por el con-
cepto tanto los instrumentos utilizados en la comisión de delitos dolosos
como culposos (p.ej., el arma en el homicidio doloso, el automóvil en
el culposo).
Sujeto activo puede ser cualquier persona.
El delito es doloso, compatible solo con el dolo directo.
Es un delito de pura actividad, de peligro concreto e instantáneo, que
se consuma con la realización de las acciones típicas, sin que se requiera
ningún resultado, como podría ser la frustración de la investigación?*,
3) Receptación. El delito consiste en adquirir, recibir u ocultar
dinero, cosas o efectos provenientes de un delito.
La acción de adquirir equivale a comprar, conseguir, obtener el ob-
jeto en propiedad, en los términos establecidos por los derogados Códigos
Civil (art. 1323 y ss.) y de Comercio (art. 450 y siguientes). El término
comprende otros negocios jurídicos distintos de la compraventa (a saber,
permuta, donación, posesión provechosa —ex art. 2351, Cód. Civil, tenen-
cia consolidada —ex arts. 2352 y 2462—%*, sean a cualquier título (oneroso
o gratuito) o de cualquier extensión (se puede adquirir parte de la cosa, en
condominio)**, Puede tratarse de una adquisición definitiva o meramente
temporaria. Es posible la receptación de receptación (el que recibe la
cosa ilícita del anterior receptador, también comete el delito).
Recibir quiere decir tomar, admitir, aceptar, percibir, etc., la cosa
objeto del delito, a título gratuito.
a . . . 2.
52 En contra, DONNA, para quien se trata de un delito de resultado, afirmación
que funda en la comparación del texto derogado con el actual. Ahora se trata -dice— de
ocultar, alterar o hacer desaparecer rastros, pruebas o instrumentos del delito (Derecho
penal. Parte especial, TI, p. 494). Sin embargo, este autor no explica en qué consiste
el resultado del delito,
583 MiLLAn, El delito de encubrimiento, p. 155.
58% MiLLAn, El delito de encubrimiento, p. 156; Crrus, Delitos contra la Adminis-
tración pública, p. 348.
694 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
cias Penales”, 1999-2-150, En cuanto a la cooperación delictiva —señala este autor—, son
admisibles tanto el auxilio necesario como la complicidad. Sin embargo —agrega—, si en
la conducta del cooperador concurren los requisitos típicos, no estaremos ya ante la par-
ticipación de un delito ajeno, sino que quien así actúe cometerá un delito de receptación
propia. Recordando palabras de PÉREZ DEL VALLE, dice lo siguiente: “Si quien realiza
ciertos actos de cooperación con un adquirente es también adquirente, es evidente que
no es cómplice; es autor porque toma parte en la adquisición que es el hecho típico”,
58% Creus - BuomMPADRE, Derecho penal. Parte especial, 2, p. 375.
Se debe aclarar que, en la lógica de los Códigos Procesales Penales modernos -que
adoptaron el sistema acusatorio adversarial—, la persecución penal está a cargo del Minis-
696 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
terio Público Fiscal, y está vedado a los jueces realizar actos de investigación (v.gr., arts.
9” 25, 69, 269, etc., CPP Corrientes).
59 Noxez, Derecho penal argentino, VIL, p. 188; Creus, Delitos contra la Admi-
nistración pública, p- 542; FonTÁN BaLEstTRa, Tratado. Parte especial, VII, p. 408, quien
apunta que “el retardo no puede decirse que sea omisión. Sin embargo, una demora
injustificada podría ser tenida por omisión; de otro modo, el delito no se cometería nun-
ca, ya que la denuncia podría ser hecha al ser conocido el delito por otros”. La demora
injustificable -señala MILLÁN— equivale a omisión (El delito de encubrimiento, p. 114).
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 697
penal prevista en el inc. 1 (esto es, un año y dos meses a seis años de
prisión).
4) Por la condición del autor. Elinc. 3, d, del del art. 277 incrementa
la escala punitiva si “el autor fuere funcionario público”. Es suficiente
con la condición de autoría, sin que resulte necesario que al momento del
hecho se encuentre en el ejercicio de su actividad funcional.
59 Fontán BaLEsTRA, Tratado. Parte especial, VIL, p. 413; Creus, Delitos con-
tra la Administración pública, p. 551; MILLÁN, El delito de encubrimiento, p. 168 y si-
guientes.
3% PoLaIno NAvARRETE, El injusto típico en la teoría del delito, p. 137 y siguientes.
El ánimo de lucro no es preciso que se concrete en ganancia económica, por lo que podrá
ser constitutivo de receptación el adquirir una obra de arte robada con el solo fin de dis-
frutar con su posesión [QUINTERO OLIVARES (dir.) - MoraLEs Prats (coord.), Comentarios
al Código Penal español, p. 701], El Tribunal Supremo español concibe el ánimo de
lucro como todo beneficio, ventaja o utilidad que trate de obtener el sujeto activo de las
cosas sustraídas, para sí o para tercero, incluso las meramente lúdicas, contemplativas o
de ulterior beneficencia [TS, 15/11/50; 12/5/81, y 27/2/84, citadas por GONZÁLEZ Rus, en
Cobo DEL RosaL (dir.), Curso. Parte especial, 1, p. 574].
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 699
2) Figura culposa. El art. 277 ter del Cód. Penal —también incor-
porado por la ley 25.890— establece lo siguiente,
“Se impondrá prisión de seis meses a tres años al que, reuniendo las
condiciones personales descriptas en el art. 167 quáter, inc. 4, por impru-
dencia o negligencia, intervenga en alguna de las acciones previstas en
el artículo precedente, omitiendo adoptar las medidas necesarias para
cerciorarse de la procedencia legítima del ganado”.
po- debe adoptar una aptitud pasiva respecto de las medidas que debería
tomar y que resultan necesarias para verificar la procedencia del ganado.
Se omite realizar la conducta debida respecto de lo que las normas legales
mandan hacer. Se trata —como se ve— de un tipo complejo que requiere
de la concreción de ambas acciones para su perfección; es decir, intervenir
o facilitar omitiendo adoptar las medidas necesarias para cerciorarse de la
procedencia legítima del ganado. Estas medidas son todas aquellas que
emite la autoridad administrativa de aplicación y que están destinadas a
la regulación de la actividad ganadera.
b) Sujetos del delito, Solo pueden ser autores del delito aquellas
personas que se dediquen a la crianza, cuidado, faena, elaboración, co-
mercialización o transporte de ganado o de productos o subproductos de
origen animal.
c) Tipo subjetivo. Se trata de un tipo culposo, cuyas características
subjetivas se delinean mediante la negligencia y la imprudencia. Los
contenidos de estas formas de culpa ya han sido explicados al estudiar el
homicidio culposo y allí hacemos la remisión.
d) Consumación. — El delito se consuma cuando se interviene o facili-
ta el transporte, la faena, la comercialización o mantenimiento del ganado,
sus despojos o productos, infringiendo los deberes de cuidado (omitiendo
adoptar las medidas necesarias) que se exigen a toda persona relacionada
con la actividad ganadera.
El Capítulo XIV del Título XI del Código Penal quedó así integrado
por solo dos figuras (la evasión y el favorecimiento de evasión). La ley
17.567 incorporó la figura de quebrantamiento de inhabilitación y modificó
algo los textos anteriores.
“Será reprimido con prisión de tres meses a dos años el que hallándose
legalmente privado de su libertad se evadiere por medio de fuerza en las
cosas, y con prisión de seis meses a tres años, si lo hiciere con intimidación
o violencia en las personas”,
60% Las fuentes señaladas por el Proyecto de 1891 eran los Códigos ita-
liano (art. 226), francés (art. 243) y uruguayo (art. 212) La nota de la comisión de
1967, al modificar el texto, decía: “Elevamos la pena. —Distinguimos, igual que en el
robo, el caso de fuerza en las cosas del de violencia en las personas, que en general
será más grave.
Además hablamos de privado de su libertad” en lugar de “detenido para comprender
situaciones que, como sucede, en el caso de los menores delincuentes o procesados, parte
de nuestra jurisprudencia no considera encuadrados como detenidos.
No se incluyen agravantes por lesiones o muerte como estableció el decr. ley 4778/63,
porque si se hacen jugar las reglas del concurso o, en su caso, el ar. 80 o el [art.] 92, la
pena puede resultar, paradojalmente [rectius: “paradójicamente”], atenuada”.
601 Punible de acuerdo con el actualmente derogado Código de Justicia Militar (art.
716 y siguientes). La deserción con violencia era calificada (art. 720).
706 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
2 . . ao , e
60 Resuelven lo contrario, en este caso, CHAUVEAU - H£LIE, Théorie du Code Pénal,
TIL, núm. 1024,
605 Conf. Majno, Commento al Codice Penale italiano, Y, p. 370.
604
Conf. Manzint, Trattato, V, p. 524,
605
MANzIMI sostiene la ilegalidad del fermo, que consiste en la detención policial
como medida de seguridad pública (Trattato, UV, p. 542, y V, p. 523), opinión aplicable
a nuestras detenciones sin orden y sin flagrancia, para cuya legalización la policía suele
simular contravenciones.
606 Majo no incluye el arresto político en esta categoría de detenciones (Commento
al Codice Penale italiano, IU, p. 369).
67 La opinión antigua parece haber sido distinta, a juzgar por las autoridades
—MENOCHIO, COVARRUBIAS, BOERIO y FARINACIO= que en sentido contrario citan CHAUVEAU
y H£LIE (Théorie du Code Pénal, Y, p. 186).
608 Así, CarRaBa, Programma, $ 2813, nota 2; CHauvEau - HéLIE, Théorie du Code
Pénal, YI, p. 186; Majxo, Commento al Codice Penale italiano, MU, p. 371.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 707
615 Así, Bamon1, Dei delitti contro Vamministrazione della giustizia, p. 283; D'AN-
ToNIO, en Pessina (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, VI, p. 793; Carrara,
Programma, $ 2812; Majno, Commento al Codice Penale italiano, UL, p. 370. En contra,
MAanzis1, Trattato, V, p. 525.
$16 Conf. MANZINI, Trattato, V, p. 526. Para los daños en la cárcel, conf. CSIN,
28/9/1959, “Idaberry”, LL, 98-492.
$17 Conf. Chauveau - HéLiE, Théorie du Code Pénal, UL núm. 1016; Mano, Com-
mento al Codice Penale italiano, UL, p. 370; MANzInt, Trattato, Y, p. 524 y 525.
616 Conf. Barñont, Dei delitti contro Camministrazione della giustizia, p. 284; CARRA-
Ra, Programma, $ 2811; Majno, Commento al Codice Penale italiano, U, p. 370; MANZIML,
Trattato, W, p. 525.
$19 Conf. Díaz DE GUIJARRO, La tentativa en el delito de evasión, JA, 1945-IV-S10.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 709
a no 2. .
622 MANZINI, Trattato, V, p. 534; MALAGARRIGA, Código Penal argentino, UH,
p. 272.
712 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
626 Conf. Une, Temas y casos de derecho penal, p. 110; MiLLÁN, El delito de encu-
brimiento, p. 439 (delito permanente).
CAPÍTULO XXIX
jurídica Omeba, X, p. 890; Ramos, Curso de derecho penal, V, p. 290 y ss., y WHARTON,
Criminal law, U, chapt. XXIL
2 FeErrint, en PEssINA (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, L, p. 392; Finz1,
I reati eli falso, 1, p. 227 y ss., donde se hace una detallada y eruditísima exposición de la
historia romana de este delito.
% Dice Finz1 que “el derecho romano no conoció un crimen falsi; el agrupamiento
de los distintos delitos en la ley Cornelia no respondió a una misma idea, y decimos esto
no solo en el sentido de que no es posible dar una definición científica complexiva para los
distintos delitos comprendidos en la ley Cornelia, sino entendiendo afirmar, además, que
su colocación en la ley no fue presidida por un criterio común” (1 reati di falso, L, p. 366).
1 Entre los glosadores se suele computar dentro de la categoría las falsedades instru-
mental, monetariay testamentaria, la simulación de parto, el falso testimonio, el prevari-
cato del patrono y del notario, el del juez, la venta de una misma cosa a dos compradores,
la atestación de falsas cualidades personales, fraudes en las pagas militares, venta de cosa
pignorada, hechos de monopolio, etc. (véase Finzi, 1 reati di falso, II, p. 24, 25, 34, 35,
4.0, 41, 44 y 45, entre otras).
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 717
Y Pessina, Elementi di diritto penale, IT, p. 127, citado por Fixz1, I reati di falso,
IL p. 141.
10 BinpiNG, Lehrbuch, $ 147, quien lega a calificar de monstruoso el llamado “de-
recho a la verdad” ($ 148). Es de justicia destacar que, entre nosotros, RIvaROLaA subra-
yó enérgicamente la necesidad “de subordinación inmediata del sistema de falsificacio-
nes en el derecho penal al sistema de las pruebas en los procedimientos” (Derecho penal
argentino, 1, p. 203) y desarrolla —a continuación— un punto de vista muy ajustado a
estos principios.
! CarseELuTr1, Teoria del falso,
12 CarneLurrI, Teoria del falso, p. 2 y 3.
. =
DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA (19
2% Citaba como fuentes la ley de 1863 (art. 60) y los Códigos italiano (art. 256),
francés (art. 132), español (art. 294), holandés (arts. 208 y 209), húngaro (art. 203, ines.
1? y 2”), belga (arts. 160 y 162), alemán ($ 146, RStGB), chileno (art. 163) y uruguayo
(art. 220).
25 TejeDOR, Proyecto de Código Penal, 1867, p. 549.
29 El debate a que esa ley draconiana dio lugar en Diputados es una página poco
ejemplar del Parlamento (Diario de Sesiones, 1900, IH, p. 23 y siguientes).
30 En contra de esa antigua concepción, CarRaBa, Programma, $ 3516 y ss.; CHAU-
VEAU - H£LIE, Théorie du Code Pénal, HU, p. 243 y siguientes.
. Han
DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA (27
3 Disposición semejante en la ley 49 (art. 62) y en la ley 3972 (art. 7%. La forma
-salvo el agregado final de los cheques— proviene del Proyecto de 1891, el cual citaba como
fuentes la ley 49 (art. 62) y los Códigos italiano (art. 263), holandés (art. 208), húngaro
(arts. 203, 210 y 211), alemán (3 149, RStGB) y uruguayo (art. 225).
32 Piero - RIVAROLA - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
gentina, p. 215.
33 Véase CARRARa, Programma, $ 3514; Binbinc considera otros aspectos impor-
tantes (Lehirbuech, 1, $ 177)
7128 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
37 Tal vez históricamente sea justificada esa afirmación de Díaz, El Código Penal
para la República Argentina, p. 515; Gómez, Tratado de derecho penal, VI, p. 53, y Mo-
RENO, El Código Penal y sus antecedentes, VI, p. 373.
38 PixeRO - RIVAROLA - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
gentina, p. 216.
39 Se refiere a ZANARDELLI, que sostuvo la equiparación de los títulos nominativos
a moneda; Majno, Commento al Codice Penale italiano, UT, núm. 1279,
730 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
43 Pis ERO - RIVAROLA - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
gentina, p. 216 y 217.
2% Tampoco dice sobre ello ni una palabra MorExo, El Código Penal y sus ante-
cedentes, VI, p, 381,
45 CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-195, votos en disidencia de los doctores GONZÁLEZ
ROURA y SEEBER; íd., “Revista Penal Argentina”, HL, 139; íd., “Fallos”, 1-423, y GF, LXXV,
p. 36; íd., 10/11/1938, LL, 16-556, fallo 8298; íd., “Fallos”, 1V-328; LL, 36-649, fallo
18.186, y JA, 1944-1V-551; CCrimCorrCap, en pleno, “Seltzer”, “Fallos”, VIL-431; íd.,
íd., 2/2/1960, “Mauad”, LL, 97-644, en el cual el voto disidente del doctor MILLÁN es
justamente considerado exhaustivo por el doctor LEjaRZa; ST Córdoba, 17/6/1941, LL,
23-226; muy correcta y terminante la C2%Apel Córdoba, 18/11/1947, “Naim”, LL, 50-343,
con nota en contra de García ZavaLía, Falsificación de cheques equiparada a moneda;
CApel Mendoza, RepLL, 1944, verbo “Cheque”, sum. 24. Se rechazó correctamente la
equiparación a moneda en CFed BBlanca, 15/12/1946, LL, 61-519. Conf. con el texto,
MILLÁN, El cheque en la legislación penal; TrurbE, voz “Falsificación de cheque”, en
Enciclopedia jurídica Omeba, XI, p. 874,
46 Así CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-423; LL, 16-556, fallo 18.186. La Cámara de
Apelaciones llamaba “cheque falsificado” incluso al firmado con el nombre de persona
inexistente (CCrimCorrCap, LL, 36-649, fallo 18.186); exceptuaba solo al cheque firma-
do con el propio nombre, pero en libreta ajena. De ser ciertos los principios de los que
partía, esa excepción sería improcedente, pues esta última clase de cheques —firmados
con el nombre de una persona existente— “tiene aptitud de circulación entre particulares” con
mayor razón que el que lleva un nombre desconocido. En contra, de acuerdo con el
texto, CApel Rosario, 16/11/1939, LL, 16-755.
132, TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
tal vez no sería tan fácil el éxito del falsificador. Hay alguna diferencia
en aceptar un papel firmado por Pedro López y en aceptar uno que
firma el presidente del Banco Central o del Banco Hipotecario. La
jurisprudencia que censuramos hacía una diferencia, en efecto, pero
a favor de Pedro López, porque todos los cheques que este firmara
serían moneda, mientras que de aquellos solamente lo serían los títulos
al portador.
La moneda y valores equiparados tienen un valor y una forma precons-
tituidos. — Por eso la falsificación en estos casos asume siempre el aspecto
de imitación de un modelo valioso en sí mismo. Nada de eso se da en el
hecho —facilísimo, por lo demás— de extender un cheque con un nombre
cualquiera, acción que la jurisprudencia ha considerado encuadrable en
el art. 282. Había todavía otra razón para rechazar la aplicabilidad del
artículo a las acciones y títulos de los particulares, pues el derogado art.
286 no se refería a los cheques. ¿Qué ocurría, entonces, con un cheque
extranjero? ¿Tenía el cheque de un gobierno extranjero más protección
—es decir, la del art. 282— que la moneda de ese país? ¿Valía más el cheque
privado con el que un embajador le paga a su proveedor de la plaza que el
cheque con que paga una deuda de su gobierno? Y todavía del art. 286
surgía un argumento más terminante, porque los cheques particulares
encuentran en el art. 282 una pena que triplica la de falsificar moneda
extranjera. — Falsificar dólares era una acción trivial, casi, comparada con
la acción de falsificar un cheque del señor Smith, equiparado a moneda
por aquella teoría,
Finalmente, dado el especial carácter de un cheque particular, se
suele decir que la equiparación solo tiene lugar a los efectos de la pena*.
Cuando se efectúa una equiparación ad poenam solamente, como ocurre
en los documentos privados equiparados a los públicos, ello significa que
el documento asimilado no adquiere por eso las características propias de
la especie a la cual se asocia. Mantiene sus propias formas delictivas; en
particular, la que limita a la falsedad material la punición, según veremos.
Además, el momento consumativo no se altera. No basta con hacer un do-
cumento privado falso; es preciso darle algún uso jurídicamente relevante,
cosa que no ocurre con un documento público y mucho menos con la mo-
neda. El que va guardando en un cajón los billetes que va falsificando
ya ha consumado el delito. No parece que pueda decirse lo mismo del
que ha falsificado un pagaré.
Según se ve, el efecto de esa forma de equiparación es restrictivo en
cuanto al tipo. Pero la equiparación del cheque a la moneda arrojaba
un resultado curiosamente ampliatorio, “porque siendo la equiparación
del art. 285 solo en cuanto a la pena —dijo una vez la Cámara de Ape-
laciones- no se requiere la imitación, como en el supuesto del art. 282,
para la punibilidad de la falsificación de cheques que, desde el aspecto
de la esencia del delito, se rige por los principios generales de la falsedad
documental”,
Ese resultado francamente contradictorio de proteger al cheque más
que a la moneda misma es la consecuencia del hecho de que inadvertida-
mente se efectúa una doble equiparación, según lo advertía muy correc-
tamente GONZÁLEZ Roura”. En un sentido diferente al examinado
por dicho autor, nos parece que esa doble equiparación consiste en tomar
un documento privado, transformarlo en documento público auténtico y
después en documento auténtico privilegiado (moneda). Esa doble equi-
paración es imposible, según se desprende de las características específicas
de la falsificación de moneda, que enseguida analizaremos.
En consecuencia, las equiparaciones del art. 285 no son solamente a
los fines de la pena, sino del tipo”, porque no está comprendida en dicho
artículo ninguna clase de documentos que no estén dotados de signos de
autentificación oficial. Los cheques a que se refiere son cheques de esa
clase únicamente. La reforma introducida por la ley 17.567, al añadir a
la palabra “cheques” el calificativo de “oficiales” al final del art. 285, im-
puso en su momento una solución que las discrepancias judiciales habían
tornado necesaria.
Esta reforma vino a dar por terminada una larga e infructuosa po-
lémica doctrinal y jurisprudencial acerca de si ciertos instrumentos se
encontraban o no alcanzados por la equiparación, en particular algunos
privados (p.ej., los cheques, a los que actualmente se agregan las tarjetas
magnéticas). Se trata de una equiparación a los efectos del tipo en su
totalidad —no solo en cuanto a la pena—, de manera que el texto legal, al
remitir a los artículos anteriores, permite inferir que la falsificación de
tales valores es susceptible de ser realizada por cualquiera de las acciones
previstas en dichas disposiciones, salvo por cercenamiento, por no resultar
compatible con la materialidad de ellas.
El marco regulatorio de las tarjetas magnéticas (compra, crédito,
débito), está dado por la ley 25.065, de 1999.
te aun cuando la ley de la pieza falsa sea igual a la de buena moneda y aun
superior a ella, porque ese hecho vulnera también el crédito público, en
cuanto solo el Estado regula el monto de metálico circulante”.
En el caso de falsificación de papeles, el delincuente crea totalmente
de la nada —podría decirse— la apariencia de un valor.
El hecho queda consumado tan pronto como está completa y en con-
diciones de expendibilidad una pieza de moneda o un papel.
El número de monedas o billetes falsificados no altera, sin embargo,
la unidad delictiva. Falsificar moneda es una expresión genérica que
tanto comprende una unidad como una pluralidad. El tipo se refiere a
la totalidad de la operación”.
Como consecuencia de ello, este delito admite la tentativa, que con-
siste en el hecho de haber comenzado la falsificación y no haber terminado
ningún ejemplar”, Por supuesto que al trabajo ejecutado y no conclui-
do debe aplicársele el mismo criterio de idoneidad para la circulación que
se le aplica a la moneda concluida”,
64 Así los Códigos italiano de 1890 (art. 256, inc. 3? cfr. Manzint, Trattato, VI,
p. 30 y ss.—) y de 1930 (art. 453, inc. 3%. Conf. Fontán BaLEsTRA, Derecho penal. Parte
especial, 1985, p. 946.
65 Conf. Manzint, Trattato, VI, p. 34.
6 No es correcta la diferencia que hace MORENO entre expender y poner en cir-
culación (El Código Penal y sus antecedentes, VI, p. 375). Véase Manzint, Trattato, VI,
p. 34 y siguientes.
740 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
67 Daba como antecedentes la ley de 1863 (art. 61) y los Códigos italiano (art. 257),
español (art. 295), holandés (art. 210), húngaro (art. 203, inc. 3%), alemán ($ 150, RStGB) y
chileno (art. 164). La fundamentación de la menor penalidad se basabaen que la moneda
se conserva parcialmente y en que la adulteración es más fácil de percibir (PIÑERO - Riva-
ROLA - MATIENZO, Proyecto de Código Penal para la República Argentina, p. 214).
68 Conf. Moreno, El Código Penal y sus antecedentes, VI, p. 378. — Enla alteración,
MALAGARRIGA también comprende los billetes (Código Penal argentino, UL, p. 281), como
obiter dicta lo enunció en CFedCap, 13/5/1958, “Reina”, LL, 94-332, pero no se ve que
con billetes de banco cercenados, cortados o destrozados pueda hacerse otra cosa
que estafar preparando un “paco”.
. =
DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA (41
Y CFed Cap, 28/8/75, “Banco de la Provincia de Buenos Aires, Suc. 1”, LL, 1976-
A-220, y JA, 1976-11-514,
744 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
73 Redacción del Proyecto de 1981, cuyas fuentes fueron la ley de 1863 (arts. 60 y
61) y los Códigos francés (art. 135), español (art. 301), italiano (art. 258 in fine), holandés
(art. 213), húngaro (art. 209), belga (art. 170), alemán ($ 148, RStGB), chileno (art. 170)
y uruguayo (art. 222). La Exposición de motivos no agregó nada (PIÑERO - RIVAROLA -
MAarIENzO, Proyecto de Código Penal para la República Argentina, p. 215).
79 Así el Código italiano de 1890, citado por el Proyecto de 1891. Véase MANZIMI,
Trattato, VI, p. 38 y 42.
77 Lo mismo que en el Código alemán (BixbixG, Lehrbuch, IL, p. 328).
73 Conf. Binbix6, Lehrbuch, 1, p. 329; Frank, Das Strafeesetzbuch, $ 148; Von
Liszt - Scamior, Lehrbuch, $ 159, UL. Para FRANK, en estos casos habría estafa al ex-
pender el dinero. Así, también, EBERMAYER - LoBE - ROSENBERG, Das Reichs, $ 148, 1.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 745
VIII. Emisión ilegal. — El art. 287 del Cód. Penal dispone lo si-
guiente,
En este sentido, nuestra ley vigente parece haber sido guiada por
una reacción excesiva contra el sistema del Código Penal de 1887, en el
cual el Capítulo 1? del título respectivo estaba dedicado a la falsificación de
sellos, firmas y marcas, siguiendo en la materia el Proyecto de TEjEDOR?.
Era el sistema del Código español*?, en el cual se preveía de modo especí-
fico la falsificación de la firma del rey, del regente o de los ministros. El
equivalente en nuestro Código era la falsificación de la firma del presidente,
prevista en la ley federal ley de 1863, art. 57) y la de un gobernador, un
ministro o un presidente de las cámaras legislativas.
% La forma actual proviene del Proyecto de 1891, el cual daba como fuentes el
Código Penal de 1887 (art. 277), el Proyecto Tejedor (arts. 424 y 426) y los Códigos ita-
liano (arts. 264, 265, 268, 269 y 272), holandés (art. 216) y húngaro (art. 412).
95 Conf. CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-429 y, especialmente, 11-460; Manzini, Tratta-
to, VI, p. 54; GÓMEZ entiende que adulterar o alterar el sello verdadero es lo mismo que
falsificarlo (Tratado de derecho penal, VI, p. 98), en lo cual —a nuestro juicio— se equivoca.
»6 CARRARa, Programma, $ 3520, 3521 y 3545.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 751
sello falso, con su acción asume para sí la falsedad del sello (por cierto que
sin excluir la responsabilidad del otro).
Aun cuando en las leyes francesa e italiana el uso del sello falso
era equiparado expresamente a su fabricación, no consideramos que
pueda dudarse de la validez del principio ante nuestra ley, en presencia
de la equiparación contenida en la parte final del art. 288, consistente
en considerar falsificación de sello la impresión fraudulenta del sello
verdadero.
El delito queda consumado cuando está concluido el instrumento
de manera que con él se pueda sellar. En este punto, nuestra ley ha ido
tal vez demasiado lejos, porque ha tomado una figura que en otras leyes
se refiere al sello del rey, al sellado del Estado, para aplicarla en general
a los sellos oficiales. Téngase presente que la antigua legislación veía
en ello un delito de lesa majestad'%. Dentro de esa idea, aun cuando en
modo alguno pueden considerarse justificadas ciertas penas elevadísi-
mas, se explica que la falsificación del instrumento sellador constituye la
incriminación autónoma de un acto preparatorio de la acción de sellar,
procedimiento común en la legislación para crear tutelas periféricas para
un bien jurídico de muy alta jerarquía (véase $ 48, IV). Ello no obstante,
la falsificación del instrumento sellador como infracción autónoma ha sido
calificada como crimen imaginario'”, pues apenas tiene sentido separar la
fabricación del sello del acto mismo de sellar. Con todo, así es la ley; el
delito está consumado aunque el sello no haya sido apuesto a documento
alguno", Ante nuestra ley, si bien la infracción se extiende a todos los
sellos oficiales, la escala penal tiene un límite mínimo discreto, aun cuando
podría ser menor,
102 Castigado con pena de muerte por el Código Penal francés de 1810 (art. 139),
modificado en 1832 (trabajos forzados a perpetuidad). Véase sobre ello CHauVvEAU - HÉ-
LIE, Théorie du Code Pénal, U, núm. 610.
103 Por CHauveau - HÉLiE, Théorie du Code Pénal, 1, núm. 610. Véase también
Majxo, Commento al Codice Penale italiano, UT, núm. 1281.
104 Conf. Moreno, El Código Penal y sus antecedentes, VI, p. 397 y 398; Díaz, El
Código Penal para la República Argentina, p. 524.
154 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
lo emplea, o bien un sujeto que puede emplearlo en general lo hace más allá
de la autorización legal'*, — En el primer caso, se tratará de un particular
o de un funcionario no autorizado que se apodera del sello y procede a
imprimirlo en un documento determinado. La ley, sin embargo, requiere
que en todo caso el hecho sea fraudulento, de manera que parece razonable
exigir la conciencia de que la impresión es improcedente. MORENO pone
el ejemplo de un sujeto al que se le ha extendido una copia sin el sello, y
después se lo procura, como un caso en el que el delito quedaría excluido'”,
en lo cual parece estar en lo justo, pues no se discierne en dicho supuesto
en qué consiste el fraude. GómEz hace resaltar de manera coincidente la
diferencia entre impresión fraudulenta y abusiva'". — Nosotros diríamos
más bien indebida, porque entendemos que en esta forma de la infracción
pueden ser sujetos activos tanto los que no tienen como los que tienen el
uso del sello, y que el documento puede ser un documento auténtico'””,
A nuestro juicio, de acuerdo con la distinción carrariana, el encargado
de los sellos puede incurrir en el delito de impresión abusiva, del mismo
modo en que el encargado de emisión de moneda puede imprimir moneda
falsa. El que debe imprimir mil sellos de un mil pesos, y para ello recibe
los cuños auténticos, si imprime un mil quinientos incurre en el delito que
examinamos por el solo acto de la impresión abusiva de sellos oficiales.
La emisión clandestina de sellos, estampillas y efectos fiscales importa
impresión fraudulenta del sello verdadero.
No se trata, por lo tanto, del simple empleo excesivo o innecesario
del sello que el funcionario pueda usar'*, sino de su empleo fraudulento
por parte de este, lo cual es perfectamente posible con respecto a papeles
que representan valores.
Claro está que también es posible el hecho con relación a un docu-
mento falso'**, caso en el que es preciso atender a las reglas del concurso
de delitos. Debe tenerse presente, para el funcionario público, la agra-
vación del art. 291.
115 Su texto concordaba —en lo fundamental- con el del Código español (PacEco,
El Código Penal, UL, p. 265 y 266 —arts, 215 y 216), La comisión fundamentó el nuevo
texto del inc. 1 diciendo: “Se amplía a las marcas, contraseñas o firmas, no solamente
oficiales, sino también a las legalmente requeridas, es decir aquellas que la ley, en ciertos
casos, obliga a los particulares a colocar (en parte contempladas en el inc. 2 del art. 289
vigente). También se amplía en cuanto nos referimos a certificaciones de calidad, can-
tidad o contenido. Por último, incluimos en este inciso el caso contenido en el Código
Penal (art. 289, inc. 3). Compárese el Código holandés (art. 217 y siguientes)”.
16 Véanse otros ejemplos en MorExo, El Código Penal y sus antecedentes, VI,
p. 403,
7158 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
a . . " . . . .
126 Según BinpixG, la fuerza del instrumento público no deriva del contenido de
él, sino que arraiga exclusivamente en la persona de su otorgante (Lehrrbuch, 1, p. 126).
127
BixbixG, Lefirbuch, TL p. 126.
128 Trátase de un concepto muy discutido en doctrina. Véase BinbIxG, Lehrbuch,
II, $ 158, nota 4, p. 175, y nota 4, p. 177y 178; Frank, Das Strafgeesetzbuch, $ 267, 1; Von
Liszr - Scamior, Lehrbuch, $ 160. Vox Liszr dice: “En sentido jurídico-penal, docu-
mento es todo objeto que por su contenido intelectual (no solo por su materialidad) esté
destinado a probar un hecho jurídicamente relevante: esto es, la declaración corporizada,
jurídicamente significativa, constitutiva o probatoria de un derecho”, En esta definición
se incluye una característica muy debatida (la destinación probatoria). Concuerdan en
este punto EBERMAYER - LoBk - RosENBERG, Das Reichs, $ 267, 2, c; pero gran cantidad
de autores la rechazan (BinbinG, Lehrbuch, $, p. 188; Von BeLING, Grundziige des Straf-
rechts, $ 70; FRaNk, Das Strafeesetzbuch, $ 267, 1). La definición de BixpixG es la de
que “documento es un escrito por medio del cual el autor garantiza la verdad de un hecho
contenido en aquel, esto es, del hecho jurídicamente relevante atestado”. Para FRANK,
“es una declaración materializada destinada según su contenido intelectual a las relaciones
jurídicas”. Muy preciso WELZEL, Das Deutsche Strafrecht, p. 382 (“documento es la
764 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
corporización de una declaración por sí misma inteligible, idónea y destinada a probar algo
jurídicamente relevante y que designa al otorgante”). MauracH, Deutsches Strafrecht,
$ 53, Il, C,2. MANzIMI se ocupó detenidamente de este tema en Trattato, 1920, VI,
p- 90 y siguientes. Su definición era la de que “documento es toda escritura fijada sobre
un medio transmisible [este detalle varió en las siguientes ediciones —p.ej., 1930, VI,
p. 561] debida a un autor determinado, que contiene manifestaciones o declaraciones
de voluntad o atestaciones de verdad idóneas para fundar o para sufragar una pretensión
jurídica o para probar un hecho jurídicamente relevante, en una relación procesal o en
otra relación jurídica”. Es manifiestoel barroquismo del período. Mucho más sencillo
y correcto LOMBARDI, para quien es “toda escritura que tenga un autor y contenga una
declaración o manifestación o atestación capaz de producir efectos jurídicos” (Dei diritti
contro la fede pubblica, p. 98, y Delitti contro la fede pubblica, p. 238). Fracoso lo
define como “todo escrito debido a un autor determinado, que contiene exposición de
hechos o declaración de voluntad, dotado de significación jurídica” (Ligóes de direito
penal, 4, p. 806).
122 Tampoco es pacífico este concepto procesal. Von BELING requiere caracteres
en letras (Derecho procesal penal, $ 43, 11), MANzIMI repite exactamente su definición
penal (Trattato di diritto processuale, UI, p. 381), contra lo cual se pronuncia ÁLCA-
LÁ-ZAMORA Y CASTILLO, que se muestra partidario de un concepto amplio, compren-
sivo de contraseñas, de signos y fotografías [ALCALÁ-ZAMORA Y CASTILLO - LEVENE (H.),
Derecho procesal penal, UI, p. 147 y 148]. En sentido amplio, también ALSINA, para
la voz “documento”; a los documentos literales los llama “instrumentos” (Tratado teóri-
co-práctico, 1, p. 290). CARNELUTTI, que da un concepto procesal muy amplio (Siste-
ma, $ 289), limitaba la consideración penal a los documentos escritos (Teoria del falso,
p- 140, 145 y 146).
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 765
180 Por eso no son documentos las boletas de compra que solo tienen membrete
(CCrimCorrCap, 16/4/1940, JA, 70-517).
766 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
135 Conf. Majxno, Commento al Codice Penale italiano, VIT, núm. 1304; Manzint,
Trattato, VI, p. 101 y, especialmente, 102, b, B; Brxpixc, Lehirbuch, 11, p. 205.
768 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
186 BixpinG, Lehrbuch, 1, p. 200; WeLzeEL, Das Deutsche Strafrecht, p. 384; Lom-
BARDA, Delitti contro la fede pubblica, p. 241; Manzix1, Trattato, VI, p. 101.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA Tí
-1
=]
bo
Este modo de ver las cosas ha motivado una jurisprudencia des-
ordenada y contradictoria, en la cual se ha llegado a negar el carácter
de documento a piezas que contienen una atestación firmada y sellada
auténticamente, como la comunicación oficial de un nombramiento o el
duplicado firmado de una cédula de notificación, conclusión inexplica-
ble, porque no habría podido negársele ese carácter si se hubiera tratado
de la firma de un particular, según se deduce del concepto genérico de
documento. Se le ha negado ese carácter a la cédula de identidad y, en
cambio, se ha reconocido como tal a la cédula de conductor de vehículos,
entre otros ejemplos!*!.
Toda esa construcción deriva de una interpretación estrecha de las
expresiones del antiguo art. 979 del Cód. Civil (actual art. 289, Cód. Civil
y Comercial), que en su inc. 2 se refería a cualquier instrumento que ex-
tendieren los escribanos o funcionarios públicos en la forma que las leyes
hubieren determinado. Se ha entendido que ello es así solo cuando se
trata de actos jurídicos y —a su vez— esta expresión se interpreta en un
sentido estrictamente privado de relación entre partes, con olvido incluso
de los actos unilaterales (ex art. 946, Cód. Civil —actual art. 259, Cód.
Civil y Comercial-). Además, entendida la palabra “ley” en su sentido
de sanción del Congreso, el resultado de esa interpretación triplemente
restrictiva es el que queda señalado'*”,
del Cód. Civil es compartida por Núñez, Manual. Parte especial, 1986, p. 476 y nota
5; FoNTÁN BALESTRA, Derecho penal. Parte especial, 1985, p. 962 y 963 y 965, citando
. —
DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 113
144 Ello coincide con la definición de LomBARrDI, Delitti contro la fede pubblica,
p. 246, el cual agrega que es así, “sea para un fin de derecho público inheren-
te a esas funciones, sea para recoger declaraciones privadas de voluntad y verdad
y atribuirles fe pública”. Concuerda la definición de Frank, Das Strafgesetzbuch,
$ 267, IV, 1 (atestación de una autoridad pública o de una persona dotada de fe pú-
blica). Análoga definición de Von BeELING, Grundztige des Strafrechts, $ TO; Von
LiszrT - Scumor, Lehrbuch, $ 160, 111, EBeRMAYER - LoBE - ROSENBERG, Das Reichs,
$ 267, 4.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 715
81 y 3672, Cód. Civil; art. 46, ley de matrimonio; actuales arts. 96, 97 y
98, Cód. Civil y Comercial). Manzint llama a estos “actos formalmente
públicos y sustancialmente privados”* ?, con lo cual se destaca la impor-
tancia y el carácter exclusivamente público de los demás.
En general, las copias solo son documentos públicos en la medida en
que ellas mismas estén dotadas de los atributos de autentificación. La
copia fotográfica en sí misma no es un documento; para serlo necesita
—como toda copia— las señales de autentificación'*”,
La ley no hace diferencia entre instrumento público nacional o ex-
tranjero. En consecuencia, toda vez que la forma del acto se rige por el
lugar de la celebración de él, un instrumento que tenga carácter de público
por el derecho del lugar vale como tal para nosotros, dentro de los límites
generales para la aplicación de derecho extranjero (ex arts. 12 y 14, Cód.
Civil —actuales arts. 2649 y 2600, Cód. Civil y Comercial—).
Durante la vigencia del Código Civil derogado, la doctrina y juris-
prudencia debatió largamente sobre los alcances de los conceptos de ins-
trumentos públicos y privados.
a) Instrumentos públicos. Una tesis restrictiva le asignó el carácter
de instrumento público exclusivamente a los enumerados en el art. 979 del
ordenamiento velezano. Esta solución -según el autor de este trabajo—
dejaba fuera del concepto actos que estaban dotados de máximo poder de
autenticidad oficial, como las actas de las cámaras legislativas, los decretos
firmados por el presidente de la República y las resoluciones de los jueces,
entre otros. En otra postura, una tesis amplia —a partir del inc. 2 del mis-
mo art. 979— le asignaba el carácter de instrumento público a “cualquier
otro instrumento que extendieren los escribanos o funcionarios públicos
en la forma que las leyes hubieren determinado”. De manera que, para
esta solución —que es la que predominó en la doctrina y jurisprudencia—,
instrumento público era no solo el documento o acto jurídico enumerado
en el art. 979 del Cód. Civil (enumeración meramente enunciativa), sino
también todo acto o instrumento extendido por funcionarios o escribanos
públicos en la forma que las leyes (ley en sentido material, comprensiva de
sus reglamentaciones) determinan (ley, decreto, ordenanza, etc.), sea en
el orden ejecutivo, legislativo o judicial, nacional, provincial o municipal
(NÚÑEZ, CREUS).
-1
—
e
de cambio y los títulos de crédito transmisibles por endoso o al portador, no
comprendidos en el art. 285%,
148 El artículo proviene del Proyecto de 1891, el cual daba como fuente el art.
284 del Código italiano. La ley 17.567, al quitar los cheques del art. 285, los colocó
correctamente en este,
149 Véase MANZINI, Trattato, 1949, VI, p- 625 y 626, LombaroI, Delitti contro la
fede pubblica, p. 264, 326 y 327.
15% Con respecto al equivalente del art. 173, inc, 3, véase conforme LomBARD1, Delitti
contro la fede pubblica, p. 326 y 327.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 7í9
que se refieren los incs. 3, 4 y 6 del art. 173, los cuales generalmente serán
pagarés, letras de cambio o títulos de crédito transmisibles por endoso o al
portador. En consecuencia, es preciso deducir que, estando prevista una
serie de falsedades ideológicas de modo expreso y bajo distintas figuras
—en particular, la que trata del abuso de firma en blanco— en el art. 173,
no es posible entender al art. 297 como una repetición o superposición, y
ese sería el resultado si se le acuerda a la equiparación un alcance mayor
que el puramente penal.
En consecuencia, el alcance de la equiparación contenida en el art.
297 no es quod substantiam, sino solo quod poenam; esto es, a los fines de
la penalidad'”, Este artículo no importa establecer que los documentos
enumerados sean intrínsecamente documentos públicos y que por regla
general sea punible —a título de falsedad— la falsedad ideológica que en
ellos se cometa y que queden consumados sin necesidad de uso. En este
aspecto, los documentos equiparados son documentos privados y solo es
punible como falsedad el hecho de alterarlos materialmente.
La protección de la fe pública, en cuanto se refiere a los documentos
privados, es solo un medio indirecto de defensa contra posibles perjuicios,
principalmente de orden patrimonial. Los documentos equiparados, en sí
mismos, no tienen ni más ni menos fe pública que un documento privado
cualquiera. La ley le ha querido otorgar a esos casos una protección más
intensiva, pero no más extensa.
Por lo demás, cuando se ha pretendido acordar a esa equiparación
efectos más extensos, se han suscitado dudas y conflictos de todo género y
la razón es simple; ella consiste para decirlo en términos carrarianos— en
que choca con la naturaleza ontológica en que se basa la clasificación de
los documentos en públicos y privados!*, Después de esta exposición, ya
se habrá advertido que, en el fondo, no hay documento público sin alguna
garantía de autenticidad oficial, sea porque el documento emane de un
11 Conf. Ramos, Curso de derecho penal, V, p. 327; OpErIGO, Código Penal anotado,
nota 1526. CS Tucumán, 3/12/1945, “García”, JA, 1946-1-908, fallo 5781; íd., 23/7/1935,
LL, 11-233, fallo 5222,
182 Lo dice Rocco en su relación, también con palabras carrarianas: “El legislador
no puede mudar de naturaleza —permítaseme la expresión— a las cosas, esto es, mudar
la última esencia de tales documentos, que son, jurídicamente, escrituras privadas. Su
importancia y delicadeza, si bien justifican una sanción más grave, no consienten una
ficción jurídica en constraste con la realidad” (rel. 515). Véase LombarD1, Delitti contro
la fede pubblica, p. 266.
780 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
con fines de lucro ilícito- deja, sin embargo, carente de protección otras
posibles lesiones injustamente inferidas o intentadas contra diversos bienes
jurídicos.
Es evidente, con todo, que por su naturaleza esta falsedad se separa
considerablemente de la que recae sobre un documento público. El dere-
cho puede, en efecto, dispensar una tutela indiscriminada a los documentos
dotados de los atributos de autenticidad garantizada por el Estado mismo.
Ya veremos cuál es el alcance que a ese respecto se le debe acordar a la
posibilidad de perjuicio indistintamente exigida por la ley, tanto para los
instrumentos públicos como para los privados. Desde ya se advierte, sin
embargo, el peligro genérico que deriva de la acción de usurpar los signos
autentificadores oficiales, y la consiguiente necesidad de acordar una tutela
autónoma a tales medios y procedimientos de garantía, legalmente prede-
terminados. Pero un derecho empeñado en acordar el mismo grado de
protección a los papeles privados, a fuerza de tutelar, resultaría tiránico e
insoportable. Basta representarse que tal sistema importaría la obligación
de escribir con el cuidado de un escribano hasta la más insignificante carta
familiar y que toda enmienda de un escrito ajeno sería delito.
Ante ese conflicto, el derecho en general -no solo el nuestro—, en
materia de instrumentos privados, adopta una solución intermedia y tu-
tela la fe pública (en el sentido de credulidad) solo en la medida en que,
mediante la alteración de esa clase de documentos, se crea la posibilidad
de un perjuicio para otro bien jurídico!””,
Ya veremos la relación que guardan con la fe pública las dos clases
de falsedades documentarias, pero de inmediato se advierte la distinta
naturaleza!” de esa relación en uno y otro caso.
De acuerdo con nuestra ley, no diremos que la fe pública (credulidad)
no esté implicada en el documento privado. — Sílo está, y el derecho protege
la buena fe también en este punto, pero no estando comprometida ninguna
garantía, y no siendo posible proteger indistintamente y en todo caso a la
157 Sobre este tema del perjuicio en la falsedad de documento privado, véase la
polémica entre Cousiño Mac IvER, La falsificación de instrumento pri vado, “Revista de
Ciencias Penales”, t. VII, 1944, p. 99 y ss., y Ortiz Muñoz, La falsificación de instrumento
privado, “Revista de Ciencias Penales”, t. VII, 1944, p. 207, y El perjuicio en la falsedad
de documentos, “Revista de Derecho Penal”, n” 2, 1945, p. 329. Sobre ello también
CARNELLL, El perjuicio en la falsificación de documento privado, “Revista de Derecho
Penal”, n* 4, 1945, p. 563.
158 Esa diferencia de naturaleza es la que impulsaba a CarraRa a hacer una dis-
tinción tan fundamental.
, o
DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA (81
152 Ello haría resurgir la imagen del “derecho a la verdad” cuyas sombrías proyec-
ciones mostró BINDING.
160 Véase la exposición de los distintos sistemas en Cousiño Mac Iver, La falsifica-
ción de instrumento privado, “Revista de Ciencias Penales”, t. VIT, 1944, p. 99 y siguientes.
16% Opinión corriente: CHAUVEAU - HéLtE, Théorie du Code Pénal, UL, núm. 672;
Cousiño Mac Iver, La falsificación de instrumento privado, “Revista de Ciencias Pena-
les”, t. VII, 1944, p. 107.
162 Ya vimos que, para Vox Liszr, esa destinación probatoria es necesaria en todos
los casos, y esencial al concepto de documento,
163 Frank, Das Strafeesetzbuch, $ 267, IV, 2, b; Manzis1, Trattato, VI, p. 134.
784 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
Debe observarse que el art. 339 del Proyecto de 1891 era igual al
vigente art. 292 y que, por lo tanto, aquel se refería también al que hiciere
un documento falso o adulterare uno verdadero. A ambas formas con-
juntamente la Exposición las llamó falsedad por creación, para distinguirla
de la falsedad por supresión y de la falsedad ideológica.
Todas las formas de falsedad previstas en el Capítulo MI del Título
XII del Código Penal contienen como exigencia típica el requisito de que
de la falsedad pueda resultar perjuicio (posibilidad de afectación de otros
bienes jurídicos distintos de la fe pública). Esta condición del tipo objetivo
se aprecia en los delitos de los arts. 292 a 294 (esto es, en la falsedad ma-
terial, en la falsedad ideológica y en la falsedad impropia). La excepción
está dada en el delito de falso certificado médico, previsto en el art. 295,
cuya dinámica comisiva exige la producción de un perjuicio efectivo. Con
otros términos, la consumación típica exige un desdoblamiento de la figura
166 Prgero - RivaroLa - MATIENZzO, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
gentina, p. 221.
786 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
El art. 292 tuvo sucesivos cambios con las leyes 20.642, 21.766 y
24.410, quedando el artículo en la actualidad redactado como se puede
ver a continuación.
169
Así, Binbixc, Lehrbuch, TU, p. 232; WeLzEL, Das Deutsche Strafrecht,
5$60,L a.
17% Destaca bien LomBarDI la importancia del concepto de genuinidad en este punto
(Delitti contro la fede pubblica, p. 283). Véase supra, $ 154, IL
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 789
nada tiene que ver con las falsedades materiales. Un documento auténtico
que relate una mentira no se transforma en un documento falso por ese
hecho. En este caso, lo falso es el hecho relatado, pero no el documento,
que es genuino; es el documento de un mentiroso.
Este aspecto de autenticidad es tan importante que, si un sujeto firma
con su propio nombre una declaración que, en realidad, corresponde a otra
persona, no hay falsedad documental, porque él efectivamente manifiesta
lo que el documento dice, independientemente de la verdad sustancial y
de la existencia de algún otro delito'”. Esto, en el fondo, no es sino una
consecuencia del principio ya enunciado, según el cual el otorgante de
un documento no puede ser sujeto activo de falsificación por formación
total de aquel; para ser autor de una falsificación total es necesario falsear
también el otorgante.
En consecuencia, esta manera de falsificación por formación total
aparece tan pronto como se altera la relación entre tenor y autentificación,
quitándole a la manifestación el carácter de genuina, y ello solo se puede
lograr falsificando los signos autentificadores. El que se limita a falsi-
ficar el texto de un documento altera o falsifica solo parcialmente; el
que falsificó la imputación de lo declarado, en cambio, lo falsifica todo,
porque falsifica lo único que el documento prueba (esto es, que un sujeto
ha hecho cierta manifestación). Si esto no es cierto, ¿qué valor puede
tener que algún otro sea quien haya manifestado alguna vez lo mismo?*?,
En consecuencia, el documento totalmente falso es aquel en el que
se falsifica la autenticidad o autoría y con ello la “genuinidad” del do-
cumento.
Esto puede ocurrir de las siguientes maneras: atribuyendo la ma-
nifestación a alguien que no es su autor, o atribuyendo la manifestación
propia a una persona supuesta (nombre ideal o inventado). Además
=sintéticamente hablando—, en ambos casos la manifestación misma puede
ser, a su vez, real y consentida o falsa. En los cuatro casos el documen-
to es —en realidad— falso'”, pero las consecuencias no son las mismas,
porque la ley no castiga toda falsedad, sino solo aquellas de las que pue-
171
Así, MAnzint, Trattato, VI, p. 175.
M2 Véase RivaroLa, Derecho penal argentino, UL, p. 204 y 205.
173
Discrepan en eso los autores. Algunos piensan que, mediando consentimien-
to, el hecho deja de ser antijurídico (p.ej., Binbinc, Lehrbuch, UL, 234). Considera lo
contrario Fraxk, Das Strafeesetzbuch, $ 267, V, 1, b, quien se sirve del criterio subjetivo
para resolver las distintas situaciones.
790 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
116 Ya lo hacía el Código toscano (art. 246). Véase CaRRaRa, Programma, $ 3807
y ss.; LomBARDI, Delitti contro la fede pubblica, p. 268.
17 CARRARA, Programma, $ 3814; Majno, Commento al Codice Penale italiano, UI,
p. 85; LombBarD1, Delitti contro la fede pubblica, p. 275.
792 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
158 Frank, para los primeros casos, emplea la designación de “anonimato reforzado”;
CaRRaRa distingue, finalmente, la falsedad nominal de la falsedad personal (Programma,
$ 3653, en nota). La única que cuenta, en los casos pertinentes (documento circulante),
es esta última.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 793
179 Daba como fuentes los Códigos italiano (art. 283), húngaro (art. 398) y uruguayo
(art. 248).
794 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
180 Conf. Majno, Commento al Codice Penale italiano, UL, núm. 1327.
157 Según la expresión de PauLo (fr. 16, $ 2, D. 48, 10).
188 Véase Carrara, Programma, $ 2378 y 2379.
189% Véanse los casos resueltos con criterio diferente en CCrimCorr( Zap, “Fallos”,
1-427 y 438,
190 Término empleado en CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-438, al rectificar el criterio
anterior,
796 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
otra persona a la que está obligado a liberar de una obligación, sino que
es posible en muchas otras (p.ej., cuando el sujeto no es el propietario
exclusivo del documento suprimido).
Por eso, los supuestos de supresión presentan más delicadas situa-
ciones que los de destrucción, incluso en la forma de consumarse. La
ocultación de un documento privado en nada puede interesar mientras
no ha llegado el momento de que se haga de él algún uso jurídicamente
valioso o la oportunidad en que debe ser presentado, aunque sus efectos
sean posteriores. La ley determina cuáles son los casos en los cuales el
dueño de un documento se encuentra obligado a presentarlo, aun para
probar en su contra (libros de comercio). La regla general, sin embargo,
en materia de documentos no registrados, es la contraria. Las excepciones
admisibles serían las que señalamos en el $ 119, V.
Destruir total o parcialmente un documento es o bien hacerlo des-
aparecer del todo, de manera que no exista más (quemarlo, borrarlo to-
talmente), o bien romperlo, de modo que los trozos restantes carezcan de
significado o adquieran uno diferente del que tenían antes de la acción
destructiva,
Ya vimos que las alteraciones introducidas en un documento pueden
consistir también en destrucciones de lo que el documento debía contener.
Pero, en el caso de alteración, la acción tenderá a crear un documento y, en
el fondo, resulta indiferente que el falsificador, para lograrlo, parta de un do-
cumento preexistente como tal o se sirviese de un papel cualquiera. En el
caso de destrucción, la preexistencia de un documento jurídicamente valioso
es ineludible, porque la acción debe ser medida con relación al documento
suprimido y no con respecto al significado eventual que pueda tener el pa-
pel mutilado. Por este motivo, se hace necesario que la destrucción par-
cial altere el documento no ya en su materialidad, sino en su significación
originaria, y que la alteración tenga consecuencias jurídicas posibles.
El requisito del perjuicio funciona aquí con las mismas características
que en los demás casos de falsificación (véase infra).
Las relaciones entre esta disposición y la del art. 255%! se regulan por
los preceptos del concurso'”.
0% . . . , 2
198 Las distinguen muy bien RivaroLa, Derecho penal argentino, UI,p. 204: CARRARA,
Programma, $ 3660; Manzixt, Trattato, VI, p. 205; Majno, Commento al Codice Penale
italiano, UI, núm. 1301.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 801
como tal.
Sin embargo, la ley tampoco sanciona penalmente en ese caso cual-
quier infidelidad del funcionario, pues exige —además— la posibilidad del
perjuicio, con lo cual introduce una considerable limitación, cuyos alcances
veremos más abajo.
En la legislación italiana se produjo en este punto una modificación,
porque en el Código de 1890 el criterio para la incriminación estaba se-
ñalado por la posibilidad de perjuicio, mientras que en el Código de 1930
no se hizo referencia expresa a tal extremo, limitándose a mencionar “los
hechos de los cuales el acto está destinado a probar la verdad”. A pesar
de ello, algunos consideran que el requisito de la posibilidad de perjuicio
sigue subsistiendo””,
Para nosotros, los dos criterios actúan conjuntamente, de manera que
no basta la pertinencia jurídica de la manifestación, aunque sea falsamente
hecha por el funcionario; es necesario, además, que de ello pueda derivar
perjuicio, como en cualquier otro caso.
Fácilmente se advertirá, por el contrario, que el criterio de la perti-
nencia probatoria es mucho más importante con respecto al particular que
hace insertar la falsa declaración; entre otras razones, porque la falsedad
ideológica incide siempre en los contenidos del documento, los cuales —en
general— responden a las manifestaciones de las partes, de manera que estas
son quienes pueden incurrir en mentiras de distinta categoría. El fun-
cionario miente —diríamos— siempre en un solo sentido; esto es, afirmando
como pasado lo no pasado, y en eso consiste su mentira. El particular, en
cambio, es el único que puede mentir con relación a los hechos que afirma.
Ahora bien, si en ese plano no se hace ninguna distinción, la figura de la
falsedad ideológica resulta demasiado ampliante del concepto de falsedad,
porque abarcaría cualquier mentira y, entre estas, la simulación, la cual —en
el fondo— no es sino una forma de mentira.
Con respecto al sujeto que hace insertar la declaración, es muy impor-
tante, por lo tanto, la parte de la escritura sobre la cual recae la mentira.
No solo debe incidir en algo que el instrumento pruebe por sí mismo, en
su calidad de documento público, sino que, además —en ese punto—, el
sujeto debe estar jurídicamente obligado a decir la verdad?”.
p. 199.
800 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
debe asentar como dichas, aunque en realidad solo son asentidas, porque
generalmente la gente desconoce su exacta forma. Todo vendedor aparece
diciendo —entre otras cosas— que se obliga “por evicción y saneamiento”,
fórmula que en realidad ningún vendedor pronuncia, limitándose a callar
(disimulando su ignorancia) cuando el escribano le hace saber todo lo
que jurídicamente ha dicho, cuando sencillamente manifestó que quería
vender. La alteración que torna falso el asiento es, por lo tanto, aquella
que por exceso, por defecto o por variación le imprime a lo consignado un
sentido jurídico diferente, no correspondiente a la manifestación realmente
hecha. A la inversa, cuando la declaración es real, resulta indiferente —con
respecto al escribano— que ella sea falsa o verdadera. — Si el vendedor dice
que recibió el precio con anterioridad, no siendo cierto, y el escribano lo
sabe, no por eso es falsa la escritura'*”.
El funcionario, además de asentar manifestaciones, deja también
constancia directa de hechos que han caído bajo sus sentidos y de actos
cumplidos por él mismo. En ambos casos puede también incurrir en
falsedad ideológica.
Análoga a la situación del funcionario es la del testigo del acto. Este,
al hacer una falsa manifestación, no incurre en falso testimonio, sino que
eventualmente coopera con el escribano en la comisión de una falsedad
ideológica, o bien =si el escribano no es partícipe queda en la condición
del que hace insertar la falsa declaración”,
Hemos dicho que, cuando se trata de una falsedad de ese tipo, come-
tida por el encargado de autentificar, ella debe recaer sobre un hecho que
el documento esté destinado a probar, y así —en cierto sentido— la falsedad
será siempre esencial.
En este punto difieren las situaciones del funcionario autentificador
y del otorgante. Veámoslo con un ejemplo. Una escritura de compra-
venta no está destinada a probar la identidad de los otorgantes; pese a ello,
si el escribano, en vez de poner el nombre y las condiciones personales
manifestadas por los otorgantes, pone otras —supongamos, si pone como
vendedor a Pedro López, en vez de Pablo López—, habrá incurrido en
falsedad ideológica, porque lo que la escritura está destinada a probar es
lo que Pablo manifestó ante él (esto es, que era Pablo y que quería vender).
19% Conf. ImpaLLOMENI, 1 Codice Penale italiano, VI, p- 25; Majno, Commento al
Codice Penale italiano, MI, p. 69.
200 Véase supra, $ 148, VI; Carrara, Programma, $ 2667; CFed BBlanca, 1/2/1938,
LL, 13-701, fallo 6577.
802 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL.
quite coquetamente algunos; lo grave sería que alguien que fuera menor
se agregara los necesarios para ser capaz.
En un caso no está el otorgante obligado en absoluto a ser veraz en
cuanto a su identificación, que es el del procesado en la declaración inda-
gatoria””, — Ello ocurre no solo por el derecho que tiene -según la expre-
sión de MANzINI— a luchar para su propia salvación, sino también porque
el derecho fija procedimientos para establecer esa identidad y la vinculación
de la persona real con el proceso. Este último principio puede tener
importancia en otras situaciones; así, si el derecho ha acordado un proce-
dimiento especial para establecer ciertos hechos, distinto de la afirmación
de un particular, la manifestación mendaz de este no puede computarse
como falsedad ideológica.
La inserción falsa puede ser lograda de diversas maneras, pero en
todo caso es necesario que aquella sea el resultado directo de la acción
del sujeto, aun cuando no es preciso que se produzca de manera inmedia-
ta. Prescindiendo de todo acuerdo con el funcionario, la acción de este
solo podrá basarse en coacción o en error. Este último es el caso más
frecuente, y el que muestra mejor la naturaleza de esta clase de falsedad.
Puede hacerse insertar una falsedad en un documento mediante la
atribución falsa de un documento auténtico, como cuando con la partida
de nacimiento de otra persona se postula de la autoridad algún otro do-
cumento (libreta de enrolamiento, certificado de buena conducta, cédula
de identidad), La presentación del documento no puede equipararse
a cualquier simple gestión mentirosa. En tales casos, debe examinar-
se la relación que media entre el contenido del documento presentado y la
falsa inserción que se pretende. — Si se atribuye alguien una falsa partida,
es lógico que, prosperando la gestión, el contenido de la partida pasará
al documento, porque aquella es -precisamente— el medio jurídico eficaz
para lograr el otorgamiento del otro documento. — Por eso nada altera la
existencia del delito el hecho de que el documento ideológicamente falso
sea extendido de manera directa, como lo hace un escribano, o de que
se expida mediante algunas diligencias determinantes de una resolución,
como una certificación de servicios, una cédula de identidad o un docu-
mento requerido para el ejercicio de cierta actividad””,
205 Conf. Majno, Commento al Codice Penale italiano, UL,p. 75; MANzIM1, Trattato,
VI, p. 202.
29 CApel Rosario, 3/8/1938, LL, 11-703, fallo 5485.
207 Incluida una libreta de prostitución, según CApel Rosario, 3/5/1934, “Mangoldt”.
804 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
2 . TO . . “e ”
221 Conf. CCrimCorrCap, “Fallos”, 11-235.
212 as . € nn
212 LL omraroi (Delitti contro la fede pubblica, p. 390) y Manzin1 (Trattato, VI,
p. 222) consideran equivalente a la ciencia la situación de duda, lo cual no parece que
pueda aceptarse como regla general.
806 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
20% Las dos hipótesis son de Frank, Das Strafeesetzbuch, $ 270. Para la primera
solamente, RivaRoLa, Derecho penal argentino, UI, p. 222.
210 Véase LomBARDI, Delitti contro la fede pubblica, p. 388.
808 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
213 Las fuentes de este eran, a su vez, los Códigos holandés (art. 228), italiano (art.
289), húngaro (art. 408), español (art. 323), uruguayo (art. 249), belga (art. 204), alemán
($ 278, RStGB) y chileno (art. 202).
214 PrgEro - RivaroLa - MariEnzo, Proyecto de Código Penal para la República Ar-
gentina, p. 221.
810 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
215 GonzáLez Roura se refiere solo a las manifestaciones materiales, apreciables por
los sentidos, como una lesión, una fractura o los síntomas de una enfermedad (Derecho
penal, HI, p. 463),
216 É] Código alemán, en este caso, empleaba una expresión idéntica a la que utili-
zaba para definir la querella calumniosa (“a pesar de saber”). Bien Moreno, El Código
Penal y sus antecedentes, VII, p. 41.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 811
217 La comisión de 1891 dijo: “La posibilidad del perjuicio, y no solo el perjuicio real-
mente producido, da lugar en este delito a su consumación: pero es indispensable y esen-
cial que esa posibilidad exista; porque en el caso contrario se trataría de una acción que
siendo totalmente inocua, no habría por qué reprimir” (PISERO - RIVAROLA - MATIENZO,
Proyecto de Código Penal para la República Argentina, p. 221).
215 Así se expresa Rocco en su relación, citada por LombarD1, Delitti contro la fede
pubblica, p. 288.
$812 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
219 P
alabras de Rocco, citadas por LomBARDI, Delitti contro la fede pubblica,
p. 290.
220 Este punto es el que suscitó polémica entre Ortiz Muñoz y Cousiño Mac IvER
(cfr. Cousiño Mac Iver, La falsificación de instrumento privado, “Revista de Ciencias
Penales”, t. VII, 1944, p. 99 y ss., y Ortiz Muñoz, La falsificación de instrumento privado,
“Revista de Ciencias Penales”, t. VIT, 1944, p. 207).
221 Conf. GonzáLez Roura, Derecho penal, TI, p. 457 y 458.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 813
as a
* CARRaRa, Programma, $ 3673 y 3674. LOMBARDI copia esa frase (Delitti contro
pa
la fede pubblica, p. 294), pero se manifiesta muy objetivista y cambia la palabra final
—“daño efectivo”, en vez de “daño posible”—, con lo cual el todo carece de sentido.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 817
teración o supresión, sin que sea necesario (para integrar el delito) que la
pieza falsificada sea efectivamente empleada?,
Con respecto a los instrumentos privados, la situación es otra, aunque
la letra de la ley no haga una diferencia expresa. La distinción deriva de la
continua necesidad —en materia de falsedades— de que exista realmente una
posibilidad dañosa creada por la acción del falsificador. Con respecto a los
documentos públicos, es posible deducirla del solo hecho de que esa clase
de papeles prueba por sí misma, pero tal afirmación carece de sentido con
relación a los documentos privados, de manera que en estos casos la consu-
mación del delito solo se produce cuando se ha hecho uso del documento
creando el peligro para un bien jurídico”*, Ese uso debe ser voluntario;
no basta que el documento salga a luz por cualquier circunstancia”, En
definitiva, esto no es más que una consecuencia de la necesidad genérica de
exteriorización de la conducta delictiva. ¿Qué delito podría constituir la ac-
ción de un sujeto que imita la firma de otro y luego rompe el papel o lo guar-
da? Recuérdese siempre que la falsedad radica en el juicio que el docu-
mento determinará, y por eso debe medirse la consumación de acuerdo con
la posibilidad de que ese juicio se emita tomando en cuenta la falsa prueba.
Ya dijimos que los documentos equiparados son documentos privados
y que —con respecto al momento consumativo— se rigen por los principios
correspondientes a su naturaleza real. El que ha falsificado un pagaré
y se lo ha guardado en el bolsillo no ha consumado, todavía, falsificación.
La tentativa es generalmente tenida por impu ne, como ocurre —por
regla— en los delitos de peligro”,
225 Opinión general entre nosotros (GonzÁLEZ Roura, Derecho penal, TIL, p. 459;
Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 531; MaLaGaRRIGA, Código Penal
argentino, MI, p. 306; OperiIGO, Código Penal anotado, nota 1947). También lo es en
Italia y en Alemania, después de reformada la figura del $ 267 en 1943.
226 Conf. CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-425; íd., “Fallos”, 11-235, Díaz, El Código
Penal para la República Argentina, p. 331; CONZÁLEZ Roura, Derecho penal, UI, p. 456,
227 Conf. Majno, Commento al Codice Penale italiano, UI, p. 78.
228 Conf. Manzin1, Trattato, VI, p. 179; Gómez, Tratado de derecho penal, VI,
p. 140.
$818 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
22% No tados parten, sin embargo, de esa diferencia. Véase ALIMENa, voz “Del
concorso”, en Pessixa (dir.), Enciclopedia del diritto penale italiano, Y, p. 620 y ss., don-
de se trata ampliamente el problema; ImPALLOMENI, 11 Codice Penale italiano, Y, p. 33.
230 L
OMBARDI, Delitti contro la fede pubblica, p. 292; MANzIN1, Trattato, VI,
p. 179.
231 Desde luego, ello no rige para el Código alemán, que se basa en la unidad de
acción. Generalmente los alemanes admiten concurso ideal entre falsedad y estafa (cfr.
FrANx, Das Strafeesetzbuch, $ 267, UD.
232
Expresión de ImPALLOMENI, 1 Codice Penale italiano, UI, p. 537.
2 . 2. . : Z cas
233 Prevaleciente también entre los italianos (véase LomBARDI, Delitti contro la fede
pubblica, p. 292). En contra, MANZINI se pronuncia siempre por concurso real (Trattato,
820 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
a e >. -
235 Lo observa, con razón, Rivest, Factura conformada, JA, 1967-11-64 y 65, secc.
doctrina.
+ . 2 , ne
236 E] proyecto de esa ley parece provenir del Banco Central. La sola disposición
que comentamos bastaba para determinar ese efecto.
822 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
papeles o no prestar dinero sobre ellos? Sea ello como fuere, lo cierto es
que en caso alguno puede mencionarse al endosante al mismo nivel del
librador, sin la expresa salvedad de que aquel responde solo en la medida
de su conocimiento del carácter simulado de la operación.
La ley de emisión de facturas conformadas 24.064, de 1991 —modi-
ficatoria del decr. ley 6601/1963-, sustituyó el art. 298 bis, puniendo con
la pena del art. 293 a quienes expidieran, aceptaran o endosaran facturas
conformadas que no correspondieran total o parcialmente a compraven-
tas realmente realizadas. Este texto fue modificado por la ley 24.760, de
1997, que es el que se encuentra actualmente en vigencia.
Sin perjuicio de las críticas hechas por el autor de esta obra a esta
disposición, el texto incorporado por la ley 24.760 impone un breve análisis
de las nuevas figuras. La factura de crédito es un instrumento privado
(equiparado a los instrumentos públicos) y escrito; un título valor o de
crédito, también denominado “título circulatorio”, por medio del cual se
ejerce el derecho literal y autónomo que en él se menciona.
El tipo penal describe diferentes formas delictivas, que son la emisión
o aceptación de facturas de crédito que no correspondan a las operaciones
previstas en la ley, y el rechazo o negativa injustificada de aceptación de
una factura de crédito cuando el servicio ya se hubiese realizado o retenido
la mercadería entregada.
a) La primera modalidad delictiva consiste, entonces, en emitir o
aceptar una factura de crédito sobre operaciones distintas de las previstas
expresamente en la ley. Debe tratarse de una operación “ficticia”, esto
es, una en la que la finalidad perseguida por ambos contratantes sea la de
beneficiar a una de las partes (el vendedor o locador —acreedor—), generando
un derecho creditorio que nace de una operación simulada o fraudulen-
tamente concertada. Se trata de un tipo especial, que solo puede ser
cometido por el vendedor o locador, denominado emisor o librador (es el
acreedor de la operación), y el comprador o locatario, quien es el deudor
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 823
237 Bibliografía: ABATE, Régimen de la ley 11.210 sobre represión de los trusts,
LL, 33-925; ARNOLD, The bottlenecks of business, y Antitrust Law Enforcement, past
and future, “Law and Contemporary Problems”, vol. VIT, 1? 1, 1940, p. 5; BERENINI,
Delitti contro Veconomia pubblica, Uindustria e il commercio; Bonn, El destino del
824 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
capitalismo alemán, “Revista de Occidente”, año X, n” 112, p. 102; Gorbon, The problem
of trust and monopoly control; Huncrta HorFBAUER, Dos crimes contra a economia
popular; LierMaN, Cartells et trusts; Mazeaub, Le délit Valtération des prix; Prs-
SAGNO, Los fraudes al comercio ya la industria; Sarut-Lon, Cartells et trusts; Som-
BART, El porvenir del capitalismo, “Revista de Occidente”, año X, n* 110, p. 140;
Tamames, La lucha contra los monopolios, monografía muy amplia e informativa;
Vivas, Investigación federal de la concentración del poder económico privado en
los EE.UU., LL, 33-948, donde se da cuenta de los resultados de las medidas inspi-
radas por Roosevelt,
238 “Quod rarum admodum est humanam condicionem sponte beneficam
deprehendi”, decía DiocLEcIANO, al fundamentar las medidas contra el agiotaje de su
tiempo [Edictum de pretiis erum venalium, IL, 16 (véase FeErrI«NI, en Pessina —dir.—,
Enciclopedia del diritto penale italiano, Y, p. 412)].
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 825
241 El Proyecto daba como fuentes de la disposición los Códigos italiano (art. 293),
francés (art. 419), holandés (art, 334) y español (arts. 556 y 557).
242 Conf. MANZINI, Trattato, VI, p. 268.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 827
243 Conf. CHauveau - HéLiE, Théorie du Code Pénal, V, núm. 2388; Majno, Com-
mento al Codice Penale italiano, UL, núm. 1342; Manzint, Trattato, VI, p. 277, Díaz, El
Código Penal para la República Argentina, p. 546; Gómez, Tratado de derecho penal,
VI, p. 173; Moreno, El Código Penal y sus antecedentes, VIL, p. 120; OpErIGO, Código
Penal anotado, nota 1536; Pessacno, Los fraudes al comercio y a la industria, p. 109.
244 Conf. Manzant, Trattato, VI, p. 277 y 278.
245 Véase CHAUVEAU - H£LIE, Théorie du Code Pénal, V, núm. 2393 y siguientes.
2 : . ' JA E . .
246 Expresamente mencionado el salario por el art. 293 del Código italiano.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 829
Dentro del art. 300, esta forma delictiva guarda la misma fisonomía
que corresponde a las demás figuras del mismo artículo; la reunión o
coalición se hace punible solo en la medida en que es realizada y em-
pleada como medio para la alteración de precios. Además, tampoco en
este caso se consuma el delito sino por la efectiva alteración del precio”;
el consorcio, en sí mismo, o bien era alcanzado por las disposiciones de la
ley 12.906, o bien era una tentativa.
La expresión “principales tenedores” viene del Código francés. Com-
prende tanto a los fabricantes y productores como a cualquier clase de
intermediarios”, siendo cuestión de hecho determinar si individualmente
son principales ono. Para ello debe atenderse al monto total del acuerdo
logrado y a la posibilidad de influir sobre el precio general de la mercadería
en una región determinada. Noes preciso que el acuerdo afecte el precio
de la mercadería en todo el país.
Se trata, naturalmente, de un delito multilateral.
En este caso, la caracterización subjetiva del delito está enérgicamente
destacada por la ley, al exigir que la reunión o coalición sean hechas con el
fin de no vender o de no vender sino a un precio determinado. Ese fin
específico debe existir en el momento del acuerdo, o surgir como dirección
impresa en un momento dado a una asociación preexistente.
No es necesario que ninguno de los tres procedimientos sea causa
exclusiva de las alteraciones que un precio experimente; basta con que
influyan en esa alteración. La coexistencia de otras causas —como la
falta general de un artículo— más bien agrava el hecho, porque ese es
precisamente el momento en el que la especulación asume su forma más
reprobable. En esos casos debe computarse la maniobra en cuanto haya
contribuido a empeorar una situación.
250 Conf. Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 538; GÓMEZ, Trata-
do de derecho penal, VI, p. 176; Oberic0, Código Penal anotado, nota 1540. En contra,
MORENO, El Código Penal y sus antecedentes, VI, p. 121 (basta la coalición).
251 Conf. CHauveau - HÉLIE, Théorie du Code Pénal, V, núm. 2392.
830 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
252 . a adi . q. -
22 La disposición fue tomada del Código holandés (art. 335) y provenía del Pro-
yecto de 1891 (art. 210, inc. 2).
255 Conf. Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 546; GONZÁLEZ
Roura, Derecho penal, MI, p. 473; Gómez, Tratado de derecho penal, VI, p. 177, Moreno,
El Código Penal y sus antecedentes, VII, p. 122; Operico, Código Penal anotado, nota
1542,
832 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
252 Así, GonzáLEz Roura, Derecho penal, TL, p. 473. Conf. CCrimCorrCap,
25/11/1960 “Triana”, LL, 102-182.
302 >» EF “llo .
%% Conf. Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 549.
261 Creus - BUOMPADRE, Derecho penal. Parte especial, 2, p. 541 y siguientes.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 833
El inc. 1 se sigue ocupando del agiotaje (ver supra, 111), en tanto que
el actual inc. 2 persigue garantizar el derecho a una correcta información
de los socios, acreedores y terceros, que deben reflejarse en documentos
claros y exactos”, derecho que se corresponde con el deber de los empre-
sarios de llevar una contabilidad ordenada y fiel, pues las leyes comerciales
establecen normas específicas que regulan cómo es la forma para llevar la
contabilidad, y su observancia permite conocer a ciencia cierta la mar-
cha de las operaciones, la situación de los negocios y su rendimien-
to en interés de los socios, los acreedores y el propio Estado (Romero
VILLANUEVA)?9,
En concreta referencia a esta figura, ROTMAN recuerda que el bien
jurídico protegido no se identifica con la facultad de autenticación, sino
que está tomado “en el sentido de la confianza, honestidad y buena fe en
los negocios y las relaciones comerciales”. Apunta —además— que este
inciso “protege mediatamente al patrimonio aunque no es requisito típico
un peligro concreto para este y en cuanto a la lesión a los intereses econó-
262 Respecto del balance, FONTáN BALESTRA opina que debe tratarse del original
aprobado (Derecho penal. Parte especial, p. 995, nota 4, con cita de CCrimCorrCap,
27/8/1965, JA, 1966-11-146, pero cabe hacer notar que en el caso se trataba de una simple
copia, anterior a la aprobación del balance).
263 Sobre el carácter de delito formal, consistente en el puro hecho de la autori-
zación o de la publicación, conf. con SOLER, FONTÁN BALESTRA, Derecho penal. Parte
especial, p. 995, con cita de CNPenEcon, Sala II, 18/10/1962, “Darbón, Jorge ES JA,
1963-VI-251, sum. 4.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 831
micos generales [...] no integra el objeto inmediato del art. 300, inc. 3, pues
pese a su importancia, puede estar ausente en sociedades de dimensiones
pequeñas, cuyos dirigentes son igual mente destinatarios de la norma”?**,
ma
“Cuando los hechos delictivos previstos en el inc. 2 del art. 300 hubie-
ren sido realizados con el fin de ocultar la comisión de los delitos previstos
en los arts. 258 y 258 bis, se impondrá pena de prisión de uno a cuatro años
y multa de dos a cinco veces el valor falseado en los documentos y actos a
los que se refiere el inciso mencionado”.
264 Rorman, Los fraudes al comercio y la industria, p. 106, nota 294, con cita de
la opinión de SoLER.
265 CNPenEcon, 26/4/63, *]. Bértolo”, citado por Rorman, Los fraudes al comercio
y la industria, p. 107, nota 296,
266 CCrimCorrCap, 28/2/64, “Triana, José M., y otros”, JA, 1964-V-471, voto del
doctor PRATS CARDONA, al cual adhirieron los doctores URE y FERNÁNDEZ ALONSO.
836 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el director, ge-
rente, administrador o liquidador de una sociedad anónima, o cooperativa
o de otra persona colectiva que a sabiendas prestare su concurso o consen-
timiento a actos contrarios a la ley o a los estatutos, de los cuales pueda
derivar algún perjuicio. Si el acto importare emisión de acciones o de
cuotas de capital, el máximo de la pena se elevará a tres años de prisión,
siempre que el hecho no importare un delito más severamente penado”.
“Será reprimido con prisión de tres a seis años el que explotare, ad-
ministrare, operare o de cualquier manera organizare, por sí o a través de
terceros, cualquier modalidad o sistema de captación de juegos de azar
sin contar con la autorización pertinente emanada de la autoridad juris-
diccional competente”.
2 . s . , ee as .
270 VEzzARO - VMROLETTI, El nuevo delito de juego ilegal, “Foro de Córdoba”, n”
193, 2018, p. 71 a 79.
MR CRIN a” y AV
2 Cfr CSJN, “Cadegua SA”, Fallos, 327:4103.
+2 En esta ley —-en la que tantas extrañas
272 =
cosas se acumulan- no podíaz faltar la
expresión “y/o” (“con atraso y/o con irregularidad”).
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 841
de ese tipo puede ser totalmente genuino y contener una orden realmente
dada, pero en falso, en conocimiento de que el destinatario de ella no está
obligado a cumplirla. Cuando así ocurre, es evidente que “el valor del
cheque como un precioso instrumento de la circulación comercial” queda
perjudicado en general?*. Con acciones de ese tipo se lesiona la fe pública
en el sentido de buena fe y lealtad en las relaciones creditorias, puesto que
se lanza a la circulación un documento que supone la existencia de dinero
expedito, y eso es mentira, con lo cual se entorpece el tráfico económico
que no puede prescindir de ese tipo de papeles.
Precisamente la generalización de una actitud común de descon-
fianza de ese tipo determinó la introducción de la figura del art. 302 en
nuestro Código. En estas razones abundaron tanto el diputado DELFOR
DEL VALLE, al fundamentar su Proyecto en 1912%*%, como los legisladores
que intervinieron ulteriormente en la sanción de la ley 9077, por la cual
se agregó un inciso al art. 203 del Cód. Penal de 1887. El hecho vino a
quedar, pues, entre las estafas, lo cual dio lugar a algunas dificultades en la
jurisprudencia, que determinaron la presentación de otro proyecto por el
mismo diputado DEL VaLLe y, finalmente, la inclusión del artículo dentro
del capítulo de las falsedades, en el Proyecto de 1917.
En la legislación comparada, la materia suele ser tratada en leyes
especiales o en el Código de Comercio??, En este sentido, nuestro Có-
digo representa una excepción, junto con el Código brasileño de 1940 (art.
171,52, VID). El hecho generalmente es considerado como de carácter
contravencional”*, y castigado con penas pecuniarias proporcionadas a la
cantidad del cheque librado, pero nuestra ley sigue un sistema distinto.
Varias fueron las dificultades a que ese texto dio lugar, aparte de la
escala penal, francamente baja. Haciéndonos eco de esas deficiencias,
en el Proyecto de 1960 propusimos el siguiente texto.
“Será reprimido con prisión de seis meses a cuatro años y multa no in-
ferior a sesenta días, siempre que el hecho no constituya un delito más grave:
1) El que librare un cheque sin tener provisión de fondos o autorización
expresa para girar en descubierto.
2) El que librare un cheque y diera contraorden para el pago, fuera
de los 2casOs en que la ley autoriza a hacerlo.
237 Para fundamentar la reforma, decíamos en la nota: “Este es uno de los delitos
más necesitados de modificación, pues la experiencia del texto actual no ha resultado
afortunada. Toda clase de ardides han contribuido a que se acentuara una grave situación
de desprestigio de este documento cuya seriedad es indispensable restaurar en el país.
Suprimimos la mención del giro, porque si se refería al giro bancario, la expresión carecía
de sentido y si se refería a una letra de cambio, la penalización de la falta de pago parece
demasiada interferencia de la ley penal en relaciones crediticias”.
28 Es bastante amplia la bibliografía, y mucha de ella severamente crítica: ABOSO,
Código Penal comentado, 2017, p. 1474 y ss.; BUOMPADRE - ROMERO VILLANUEVA, Delitos
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 843
“Será rep rimido con prisión de seis meses a cuatro años e inhabilita-
ción especial de uno a cinco años, siempre que no concurran las circuns-
tancias del art. 172:
1) El que dé en pago o entregue por cualquier concepto a un tercero
un cheque sin tener provisión de fondos o autorización expresa para girar
en descubierto, y no lo abonare en moneda nacional dentro de las vein-
ticuatro horas de habérsele comunicado la falta de pago mediante aviso
bancario, comunicación del tenedor o cualquier otra forma documentada
de interpelación.
2) El que dé en pago o entregue, por cualquier concepto a un terce-
ro un cheque, a sabiendas de que al tiempo de su presentación no podrá
legalmente ser pagado.
3) El que librare un cheque y diera contraorden para el pago, fuera de
los casos en que la ley autoriza a hacerlo, o frustrare maliciosamente su pago.
4) El que librare un cheque en formulario ajeno sin autorización”.
281 Conf. CNCasPen, Sala 1H, 12/4/2002, “Saccone, Elba”. en un mismo sentido,
CNCasPen, en pleno, 30/9/2003, “Iriar, Jorge”; íd., íd., 13/12/1996, “Jalile, Oscar”; todos
citados por ROMERO VILLANUEVA, Código Penal de la Nación, 2015, p. 883.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 845
discute en el ámbito del delito del inc. 1 del art. 302 (su incumplimiento
no constituye delito)”.
lario correspondiente a cuenta ajena, JA, 48-270, y Núñez, Las condiciones del cheque
en su libramiento sin provisión de fondos, LL, 68-636, los cuales anotan sentencias de la
Cámara de Apelaciones capitalina en las que se enuncian criterios contrarios.
256 Conf. CApel Rosario, 5/5/1939, JA, 68-873, donde se dijo que —cuando la
deuda preexistía— el engaño consiste en hacer creer por unos días al acreedor que ha
cobrado, y nada más; por eso no hay estafa. CCrimCorrCap, 6/4/1936, LL, 2-731; íd.,
3/4/1936, LL, 3-1003.
287 Véase $ 117, MI; CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-252; Díaz, El Código Penal para
la República Argentina, p. 553. Especialmente sobre este punto, Erkix, Cheques sin
provisión de fondos y estafa, JA, 1945-1-254. GREZZ1 no le acuerda suficiente destaque
a la contraprestación actual para señalar la neta diferencia que media entre esta figura y
las estafas (Protección penal del cheque, p. 275).
258 Conf. CCrimCorrCap, 4/6/1938, LL, 11-113, fallo 5170, de acuerdo con el fallo
de primera instancia del doctor O'Connor.
25% Véase $ 121, VI, CSJN, LL, 12-830, fallo 6103; CCrimCorrCap, 4/6/1938, LL,
11-113, fallo 5170; íd., 5/4/1940, LL, 18-316, fallo 9161.
29 Opinión general: Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 552;
GonzáLEz Roura, Derecho penal, UI, p. 475, ST San Juan, 3/6/1940, LL, 20-184, fallo
10.208; CCrimCorrCap, 5/3/1940, LL, 18-334, fallo 9173.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 851
Este inc. 1 del art. 302 contiene actualmente la única figura que
reviste la característica señalada de tratarse de un delito plurisubsistente
compuesto de una acción (librar) y de una omisión (no pagar). En los
demás casos, la ley no le acuerda relevancia alguna al pago. Con ello se
incurrió —a nuestro juicio— en un error. Acaso sea razonable exceptuar de
esa regla la figura del inc. 2, pero no se advierte el motivo por el cual no se
admite el pago liberatorio en los casos de bloqueo ilegal y de ajena libreta.
b) Imposibilidad legal de pago. A veces el cheque no es pagado
porque el banco no puede legalmente pagarlo. Esta era una de las situacio-
nes que, de acuerdo con el viejo texto, llevaban a impunidad, pues —inte-
grado el delito por la omisión de pagar— claro está que no podía alcanzar
consumación cuando el sujeto no podía jurídicamente efectuar ese pago.
Típico, en tal sentido, es el caso de quiebra”. Esta figura exige que el
sujeto —al entregar el cheque— obre “a sabiendas”, es decir, con conoci-
miento de la imposibilidad jurídica de pago por parte del banco.
22 Sobre este punto, numerosos casos (véase Erkix, Cheques sin provisión de fondos
y estafa, JA, 1945-1-254, anotando un fallo de la Cámara de Apelaciones de Río Cuarto).
Además, CCrimCorrCap, “Fallos”, 1-201, y LL, 16-788, fallo 8418; íd., 24/10/1925, JA,
18-p. 758; Díaz, El Código Penal para la República Argentina, p. 553; Gómez, Tratado
de derecho penal, VI, p. 208 y 209,
29% La Cámara de Apelaciones admitió -con alguna amplitud- esos avisos (p.ej.,
CCrimCorrCap, 6/12/1934, JA, 49-354; íd., GF, CXV, p. 144).
854 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
209 o. . o. e . . , .
292 También MILLÁN censura la limitación de la eficacia del pago liberatorio (Nuevo
régimen penal del cheque, p. 163). Es una medida improvisada que perjudica directa-
mente al tenedor que se trata de proteger.
300 Para más detalles, cfr. BUOMPADRE - ROMERO VILLANUEVA, Delitos cometidos me-
diante cheques; BUOMPADRE, Tratado. — Parte especial, 3, p- 671 y ss., y Manual. Parte
especial, p. 776 y siguientes.
301 CNPenEcon, en pleno, 6/5/1966, “Gerlero”, JA, 1966-111-366, voto del doctor
GIACCIO NÓBREGA.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 855
302 CNPenEcon, en pleno, 6/5/1966, “Gerlero”, JA, 1966-111-366, voto del doctor
RamMIREZ García.
856 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
con aviso de recepción, acta notarial, notificación personal por vía judicial
o policial (exposición policial), notificación bancaria en duplicado firmado
por el librador, el mandamiento de intimación de pago y el protesto ante
el protocolo de un escribano público. No lo son, en cambio, el telegrama
simple (se emite sin copia), la carta certificada con aviso de retorno (solo
acredita la recepción de un sobre, pero no su contenido), la carta simple (ca-
rece de copia), los avisos verbales (incluso ante testigos) o por otros medios
no documentados (p.ej., telefónicos, informáticos, por medio de la prensa).
La comunicación o interpelación documentada puede ser realizada tanto
por el tenedor del cheque como por su representante o un tercero.
Una cuestión que ha debatido la doctrina es la relativa al plazo para
la interpelación, que ha dado lugar a las más dispares interpretaciones.
Sobre el particular, los criterios que han sido receptados por la doctrina y
jurisprudencia son los que se tratan a continuación.
a) Dos días posteriores al rechazo bancario. Según este criterio,
el plazo para formalizar la interpelación es de dos días a contar desde
que se produce el rechazo del cheque por parte del banco girado. La
tesis se basa en lo dispuesto en el art. 39 de la ley 24.452 (ex art. 39, decr.
ley 4776/1963) y ha sido seguida por FonTÁN BALESTRA, MILLÁN,
DALLa FONTANa, BLasco FERNÁNDEZ DE MOREDA, etc., y por la ju-
risprudencia de la Cámara Nacional en lo Penal Económico, en el caso
“Grinberg”; de la Cámara de Apelaciones de Bahía Blanca, en la causa
“Stabile”, y de la Cámara Nacional de Casación Penal, en el caso “Pereyra”,
entre otros.
Según este último, la interpelación debe ser formulada dentro del térmi-
no de un año, que es el plazo de prescripción de la acción cambiaria, por
cuanto es la que mejor parece adecuarse al plazo de interpelación penal,
dado que este podrá ser válidamente interpelado mientras subsista la
pretensión jurídica de cobrar el cheque rechazado.
d) Cuatro años. Para este criterio -que ha sido sostenido únicamen-
te por SILVEYRa-, el plazo de la interpelación se extiende a cuatro años,
que corresponde al lapso de la prescripción de la acción penal.
Respecto de esta postura, la jurisprudencia sostuvo que constituye
una errónea aplicación de la ley sustantiva entender que el plazo dentro
del cual debe comunicarse el rechazo del cheque es el del art. 62 de la ley
24.452 (esto es, un año), porque el bien jurídico tutelado por la norma —la
fe pública— solo recibe esta especial protección penal durante el plazo de
vida útil del cheque, que coincide con el que la mencionada ley dispone
para su presentación (es decir, treinta días)", No obstante, esa doctrina
varió y actualmente rige la del fallo que estableció que, “a los fines del inc.
1 del art. 302 del Cód. Penal, el plazo para la intimación de pago útil es
de dos días hábiles bancarios inmediatos a la notificación del rechazo del
cheque”,
Con arreglo al texto legal y al criterio dominante, el tipo penal se
perfecciona con la omisión de pagar el cheque dentro del plazo de vein-
ticuatro horas de haberse comunicado al librador el rechazo del cheque.
Es decir que el establecido por el inc. 1 del art. 302 configura un plazo
de gracia (“puente de plata”, en feliz expresión de JIMÉNEZ DE AsÚa)
que la ley le otorga al librador del cheque perjudicado, para que evite la
aplicación del castigo abonando el importe de este, en moneda nacional,
a su tenedor legítimo. Se trata de una excusa absolutoria que beneficia
al librador que ha delinquido con la emisión del cheque sin provisión de
fondos o autorización para girar en descubierto.
El importe del cheque debe ser abonado en moneda nacional y en su
totalidad (no es liberatorio el pago parcial), no siendo indispensable que el
librador abone, al mismo tiempo, otros importes que no correspondan al
monto del libramiento (p.ej., intereses, gastos, honorarios).
Autor de este delito únicamente puede ser el librador; es decir, el
titular de la cuenta corriente bancaria, que es la persona sobre quien recae
29% CNCasPen, Sala II, 1/11/2000, “Ascárate”, JPBA, t. 116, £. 19, p. 12.
304 CNCasPen, Sala II, 14/11/1997, “Dayan J. E”, JPBA,t. 106,£ 7, p. l.
860 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
305 Conf. con la exclusión de los endosantes como sujetos activos, FONTÁN BALESTRA,
Derecho penal. Parte especial, 1985, p. 1005, nota 2, añadiendo que es posible la coau-
toría, especial mente cuando se trata de cheques librados sobre cuentas a orden conjunta,
así como la participación, que se rige por los principios generales; Laje AnNaYa, Comen-
tarios al Código Penal, YV, p. 332, nota 113; MiLLÁN, Nuevo régimen penal del cheque,
p- 139 y 183; BacicaLuro, Cuestiones relativas al delito de cheques sin fondos, “Revista
de Derecho Penal y Criminología”, n” 2, 1968, p.57, citado por BorIxsky, Derecho penal
del cheque, p. 157 a 159, que participa de la misma opinión y trae a colación un fallo en
el que se declaró que sujeto activo de este delito solo puede serlo el titular de la cuenta,
sin perjuicio de la instigación o participación (CN Pen Econ, Sala IL, 17/7/1969, “Zanotta,
Enrique, y otro”, LL, 140-778, 24.766-5).
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 861
de cheques que hubiera en existencia antes del decr. ley 4776/1963, me-
diante el agregado —por reimpresión complementaria o sello— de la palabra
“cheque” en el anverso del documento, hubo fallos que desconocieron la
validez como cheques de tales libranzas*%, En cambio, en otros casos
se declaró la validez del sello sobreimpreso”,
321 En este sentido, CNPenEcon, Sala II, 31/12/1969, “Monfrini, Héctor”, LL, 140-
779, 24.776-5, citado por BorIxsky, quien acota que dicho pronunciamiento no tuvo se-
cuelas (Derecho penal del cheque, p. 92).
32 Fallos, 182:234, Enidéntico sentido, CCrimCorrCap,
Sala 111, 7/11/1965, “Janun,
José M.”, LL, 122-270; íd., Sala V, 5/11/1968, “Castro, Francisco”, LL, 138-975, 23.027-S;
CNPenEcon, Sala II, 15/12/1967, “Vega, José, y otro”, LL, 131-1074, 17.534-S, ju-
risprudencia que concuerda con la opinión del SoLEr, como también de Laje Anara,
Comentarios al Código Penal, YV, p. 333 y ss., nota 114; Gómez, Tratado de derecho pe-
nal, VI, p. 209 y 210, núm. 1562, y OperIcO, Código Penal anotado, 1946, nota 1549-a.
323 CNPenEcon, Sala 111, 28/4/1980, “De Luca, Luis M.”, JA, 1980-IV-179.
866 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
“Maffezoni, Enrique R.”, LL, 146-484, con nota laudatoria de BLasco Y FERNÁNDEZ DE
MOREDA, etc.; ver, también, el voto en minoría del doctor ECHEGARaY, en CNPenEcon, en
pleno, 7/11/1968, “Walas, Valentín P”, LL, 133-480.
328 gr Chaco, 13/11/1967, “1 eguizamón, Héctor”, LL, 136-1124, 22.468-S; ST Cór-
doba, 7/4/1970, “Piazza, Adelmo”, JA, 1970-VII-720; CCrim Rosario, en pleno, 4/11/1971,
“Otero, Eduardo F.”, LL, 144-502; Cl”Penal San Isidro, en pleno, 27/8/1981, JA, 1982-1-671.
322 CNPenEcon, Sala II, 29/4/1985, “Ferrari, José”, JA, 1985-IV-336, acogiendo la
opinión del fiscal de Cámara.
330 CNPenEcon, Sala 1, 26/5/1971, “Cosentino”, citado por Bor1xsky, Derecho penal
del cheque, p. 135.
331 CNPenEcon, Sala IL, 17/11/1967, “Lazzara, José”, LL, 130-237. Ver la nu-
trida nómina de sentencias en igual sentido inserta por RublanEs, El Código Penal, 1V,
p. 525, núm. 233, a.
DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA 865
32% CPenal SFe, Sala I, 21/3/1984, “Zuccolo, Severino R””, JA, 1985-IV-532.
a . . ..
325 Para un desarrollo casi exhaustivo de la cuestión, puede consultarse LajE ANaYa,
Comentarios al Código Penal, IV, p. 366 y siguientes.
32 CNPenEcon, en pleno, 7/11/1968, “Walas, Valentín P”, LL, 133-480, con una im-
portante disidencia del doctor EcHEcaray, que se pronunció por el plazo de dos días al que
se refería el art, 39 del decr. ley 4776/1963 (o sea, el término que la ley mercantil concede al
portador del cheque para dar aviso a la falta de pago asu endosante y al librador), opinión criti-
cada por Laje Anava, toda vez que no consultaba apropiadamente las legítimas aspiraciones
del acreedor, que tuvo que soportar un desengaño —una primera frustración— y para quien
sería hasta mortificante exigirle que debiera ocurrirle lo mismo por el hecho de haber
interpelado pasadas las cuarenta y ocho horas (Comentarios al Código Penal, 1V, p. 367).
En igual sentido, CNPenEcon, en pleno, 20/12/1968, “Hidalgo del Castillo, Félix”,
LL, 133-534; ClPenal Tucumán, 8/10/1969, “Abad, Diana”, LL, 139-786, 24.2 14-S: CPenal
Morón, en pleno, 26/8/86, “Pugliese, Tomás”, con importantes disidencias de la minoría, en-
cabezada por el doctor MOLDES, que —con cita de SOLER— se decidió por el plazo de un año.
327 C2*Apel BBlanca, 26/7/1967, “Stábile, Aníbal R., LL, 133-934, 19.108-S; ST ERíos,
17/9/1970, “Klappenbach, Ernesto”, LL, 140-113; CCrimCorr y Lab Corrientes, 11/2/1972,
CAPÍTULO XXX
y otras figuras en los arts. 307 a313. A su turno, la ley 26.734 —también
de 2011- volvió a renumerar y correr los arts. 306 a 308, dándose un
nuevo texto al art. 306, por el que se sanciona el delito de financiación de
actividades terroristas, así como otras figuras relacionadas con el orden
económicoy financiero del país, según veremos en el análisis que haremos
a continuación.
“1) Será reprimido con prisión de tres a diez años y multa de dos
a diez veces del monto de la operación, el que convirtiere, transfiriere,
administrare, vendiere, gravare, disimulare o de cualquier otro modo pu-
siere en circulación en el mercado, bienes provenientes de un ilícito penal,
con la consecuencia posible de que el origen de los bienes originarios o los
subrogantes adquieran la apariencia de un origen lícito, y siempre que su
valor supere la suma de pesos trescientos mil, sea en un solo acto o por la
reiteración de hechos diversos vinculados entre sí.
2) La pena prevista en el inc. 1 será aumentada en un tercio del máximo
y en la mitad del mínimo, en los siguientes casos:
a) Cuando el autor realizare el hecho con habitualidad o como miem-
bro de una asociación o banda formada para la comisión continuada de
hechos de esta naturaleza.
b) Cuando el autor fuera funcionario público que hubiera cometido
el hecho en ejercicio u ocasión de sus funciones. En este caso, sufrirá
además pena de inhabilitación especial de tres a diez años.
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONÓMICO Y FINANCIERO sl
' Naciones Unidas, VI Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del De-
lito y Tratamiento del Delincuente (Caracas, 1980), “Delito y abuso de poder: delitos y
delincuentes fuera del alcance de la ley”, documento de trabajo de la Secretaría General
para el análisis del tema 5 (A/CONF.87/6).
2 Lancon Cuñarro, Problemática del crimen organizado y lavado de dinero en el
Mercosur, “Revista de la Facultad de Derecho”, n” 13, 1998, p. 19 y siguientes.
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONÓMICO Y FINANCIERO 875
% Conf. FaraLDO Cabana, Los autores del delito de blanqueo de bienes en el Có-
digo Penal español de 1995, “Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales”, t. 59, 2006,
p. 162 y ss., en el que la autora hace un repaso de las opiniones doctrinales sobre el tema.
5 Las “acciones neutrales” son comportamientos cotidianos social mente adecuados,
los que, por regla general, son atípicos. Al no representar peligro alguno de realizar un
tipo delictivo, carecen de relevancia penal, pues se desarrollan dentro del margen de liber-
tad que garantiza la Constitución (no concurren los elementos de la imputación objetiva).
884 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
7 Al respecto, FaraLDO CaBana dice que la conducta del asesor fiscal, del abo-
gado o del procurador que admiten dinero de un cliente, a sabiendas de que procede
de la comisión de un delito como pago de los honorarios profesionales, no es típica, al no
cumplirse los requisitos objetivos ni subjetivos del tipo. El desplazamiento patrimonial
que supone el pago de unos servicios prestados lícitamente constituye una transacción
económica que normalmente no encaja en las conductas que se penalizan como blanqueo,
al no pretender ni conseguir dificultar el descubrimiento del delito previo. Destaca, ade-
más, que también el Consejo de Europa rechaza la inclusión, en el ámbito del Convenio
de Estrasburgo de 1991, del abogado defensor que se limita a cobrar sus honorarios (Los
autores del delito de blanqueo de bienes en el Código Penal español de 1995, “Anuario
de Derecho Penal y Ciencias Penales”, t. 59, 2006, p. 171).
” En relación con los honorarios del abogado, ver las sentencias del Tribunal Cons-
titucional Federal alemán (BVerfGE 110, 226) y del Tribunal Supremo Federal (BGHSt
47/68). Se cita en la literatura la resolución del Tribunal Superior de Hamburgo (OLG)
del 6 enero 2000, que negó el delito de blanqueo en el cobro por el abogado de una pro-
visión de fondos que la Fiscalía entendía recibida con conocimiento de su origen en un
delito de narcotráfico. La resolución se basó en las exigencias del derecho de defensa,
libre elección de abogado y libre ejercicio de la profesión. Sin embargo, el 4 de julio de
2001 el Tribunal Supremo alemán (BG H) condenó a un abogado por cobrar un dinero
procedente de un delito de estafa, precisando que el derecho de defensa y la libre elec-
ción de abogado quedaban salvaguardados por el servicio del abogado de oficio, contra lo
que la asociación de abogados de Hamburgo lamentó que desde ahora cualquier médico,
886 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
panadero o arrendador de vivienda podría cometer delito de blanqueo por recibir dinero
de un sospechoso de narcotráfico (conf. Bajo FERNÁNDEZ, Los honorarios del abogado
y el delito de blanqueo de capitales, p. 9, nota 17).
% Conf. Cesano, Error de tipo, criminalidad económica y delito de lavado de
activos de origen delictivo, “Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales”, t. 60, 2007,
”” 1, p. 463.
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONÓMICO Y FINANCIERO 887
afecta otros bienes jurídicos y —por lo tanto— no existe un doble juzgamiento sobre la
misma conducta (El delito de lavado de activos como delito autónomo,
JA, 2002-111-1340).
” Cfr. Aposo, Código Penal comentado, 2021, p. 1652, quien explica que la modi-
ficación del concepto “delito” por el de “ilícito penal”, utilizado ahora por el art. 303 del
Cód. Penal, ha pretendido superar este obstáculo, pero —más allá de las exégesis plausibles
sobre este término— no deja de ser una condición necesaria la comisión de un delito pre-
cedente, más allá de su efectivo juzgamiento.
888 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
3 mp a a . “e
12 Tazza, Reflexiones acerca del nuevo delito de blanqueo de capitales, “Penal HU
MDOQ”, 28/10/2013.
En un mismo sentido, Souro destaca que para colmar el presupuesto del blanqueo
solo se exige una conducta antecedente típica y antijurídica, resultando irrelevante la cul-
pabilidad o, en su caso, la punibilidad del comportamiento previo. Basta una conducta
contraria al ordenamiento jurídico que no se halle amparada en una causa de justificación
(cfr. El delito de blanqueo en el Código Penal español).
13 CS Perú, acuerdo plenario 3-2010, citado por JUÁREZ DEL Carrro, quien señala
que “resulta pues ilegal calificar cualquier hecho como la tenencia de una cuantiosa suma
de dinero, o el incremento del patrimonio no justificado como elemento indiciario sufi-
ciente para sancionar a alguien por el delito de lavado de activos, o formular acusación.
Ello constituye un ataque directo a las garantías procesales de contenido constitucional, en
específico al derecho de conocer la imputación concreta de los hechos, al derecho de de-
fensa y de probanza, el principio de imputación necesaria y la proscripción de la inquisitio
generalis, conocida por la doctrina como la sospecha permanente, Estos derechos y
principios son barreras infranqueables de la legitimidad cuya inobservancia caracteriza la
existencia de investigaciones arbitrarias (...] La autonomía del delito de lavados de activos
no puede ser entendida como una carta libre para acusar y sentenciar sin una acreditación
890 TRATADO DE DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL
nacional; 3) las personas físicas o jurídicas que como actividad habitual exploten juegos
de azar; 4) los agentes y sociedades de bolsa, sociedades gerente de fondos comunes de
inversión, agentes de mercado abierto electrónico, y todos aquellos intermediarios en
la compra, alquiler o préstamo de títulos valores que operen bajo la órbita de bolsas de
comercio con o sin mercados adheridos; 3) los agentes intermediarios inscriptos en los
mercados de futuros y opciones cualquiera sea su objeto; 6) los registros públicos de
comercio, los organismos representativos de fiscalización y control de personas jurídicas,
los registros de la propiedad inmueble, los registros de la propiedad automotor, los regis-
tros prendarios, los registros de embarcaciones de todo tipo y los registros de aeronaves; 7)
las personas físicas o jurídicas dedicadas a la compraventa de obras de arte, antigitedades u
otros bienes suntuarios, inversión filatélica o namismática, o a la exportación, importación,
elaboración o industrialización de joyas o bienes con metales o piedras preciosas; 8) las
empresas aseguradoras; 9) las empresas emisoras de cheques de viajero u operadoras de
tarjetas de crédito o de compra; 10) las empresas dedicadas al transporte de caudales; 11)
las empresas prestatarias o concesionarias de servicios postales que realicen operaciones
de giros de divisas o de traslado de distintos tipos de moneda o billete; 12) los escribanos
públicos; 13) las entidades comprendidas en el art. 9? de la ley 22.315; 14) los despachantes
de aduana definidos en el art. 36 y concs. del Cód. Aduanero (ley 22.415 y modificatorias);
15) los organismos de la Administración pública y entidades descentralizadas o autárqui-
cas que ejercen funciones regulatorias, de control, supervisión o superintendencia sobre
actividades económicas, negocios jurídicos o sujetos de derecho, individuales o colectivos
(v.gr., el Banco Central de la República Argentina, la Administración Federal de Ingresos
Públicos, la Superintendencia de Seguros de la Nación, la Comisión Nacional de Valores, la
Inspección General de Justicia, el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social
y el Tribunal Nacional de Defensa de la Competencia); 16) los productores, asesores de
seguros, agentes, intermediarios, peritos y liquidadores de seguros cuyas actividades estén
regidas por las leyes 20,091 y 22.400, sus modificatorias, concordantes y complementarias;
17) los profesionales matriculados cuyas actividades estén reguladas por los consejos pro-
fesionales de ciencias económicas; 18) igualmente están obligados al deber de informar
todas las personas jurídicas que reciben donaciones o aportes de terceros; 19) los agentes
O corredores mn mobiliarios matriculados y las sociedades de cualquier tipo que tengan por
1) Multa de dos a diez veces el valor de los bienes objeto del delito.
2) Suspensión total o parcial de actividades, que en ningún caso podrá
exceder de diez años.
3) Suspensión para participar en concursos o licitaciones estatales
de obras o servicios públicos o en cualquier otra actividad vinculada con
el Estado, que en ningún caso podrá exceder de diez años.
4) Cancelación de la personería cuando hubiese sido creada al solo
efecto de la comisión del delito, o esos actos constituyan la principal acti-
vidad de la entidad.
5) Pérdida o suspensión de los beneficios estatales que tuviere.
6) Publicación de un extracto de la sentencia condenatoria a costa
de la persona jurídica.
Para graduar estas sanciones, los jueces tendrán en cuenta el incumpli-
miento de reglas y procedimientos internos, la omisión de vigilancia sobre
la actividad de los autores y partícipes, la extensión del daño causado, el
monto de dinero involucrado en la comisión del delito, el tamaño, la natu-
raleza y la capacidad económica de la persona jurídica.
Cuando fuere indispensable mantener la continuidad operativa de la
entidad, o de una obra, o de un servicio en particular, no serán aplicables
las sanciones previstas por el inc. 2 y el inc. 4”.
que el ente ideal no puede cometer delitos =societas delinquere non potest— y
quienes defienden la idea de que sí pueden contraer responsabilidad penal
y ser penadas por el obrar de los sujetos vinculados a ella y, entre estos
últimos, determinar si las sanciones previstas en la normativa solo tienen
naturaleza administrativa —criterio al que adherimos, por cuanto este tipo de
sanciones son las únicas que pueden legitimar una imputación en el ámbito
de la empresa— o, por el contrario, tienen carácter punitivo), lo cierto es que
la regulación impuesta por la ley 26.683 se encaminó por la primera de las
soluciones propuestas, incluyendo un dispositivo sancionatorio, de manera
conjunta o alternativa, para las personas jurídicas.
“El juez podrá adoptar desde el inicio de las actuaciones judiciales las
medidas cautelares suficientes para asegurar la custodia, administración,
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONÓMICO Y FINANCIERO 895
como pena accesoria de una condena. No está de más aclarar que las
medidas de este tipo solo pueden ser dispuestas por un juez.
IL. Introducción. — El art. 307 del Cód. Penal tiene el siguiente texto.
$ 164, AGRAVANTES
“1) Será repri mido con prisión de uno a cuatro años, multa equiva-
lente al monto de la operación einhabilitación de hasta cinco años, el que:
“Serán rep rimidos con prisión de uno e cuatro años, multa de dos a
seis veces el valor de las operaciones e i nhabilitación de hasta seis años,
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONÓMICO Y FINANCIERO 905
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