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Capacidad e Incapacidad de Los Niños, Niñas y Adolescentes. 2022. Martin Feller
Capacidad e Incapacidad de Los Niños, Niñas y Adolescentes. 2022. Martin Feller
FELLER
Capacidad e incapacidad
de los niños, niñas
y adolescentes
hammurabi
h
JOSÉ LUIS DEPALMA EDITOR
CAPACIDAD E INCAPACIDAD
DELOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
O Copyright by
editorial hammurabi s.r.l.
Talcahuano 438 - 1? piso “A”
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de FERNANDO LUCAS DEPALMA
EDICIÓN DIGITAL
Mayo de 2022
EDICIÓN PAPEL
Junio de 2022
Impreso por «La Imprenta Ya S.R.L.»
A. Hipólito Bouchard 4381, Buenos Aires - Argentina
Hecho el depósito de ley 11.723
Derechos reservados
Prohibida su reproducción total o parcial
Impreso en Argentina / Printed in Argentina
ISBN: 978-987-805-265-6
MARTÍN A. FELLER
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS,
NIÑAS Y ADOLESCENTES
1* edición, Buenos Aires, Hammurabi, 2022
168 ps.,23x16cm.
ISBN: 978-987-805-265-6
1. Derecho civil y comercial. 1. Título
CDD 346
Fecha de catalogación: 27/5/2022
Archivo Digital: Online
ISBN: 978-987-805-266-3
Fecha de publicación: 27/5/2022
MARTÍN A. FELLER
Capacidad e incapacidad
de los niños, niñas
y adolescentes
EL RÉGIMEN DE CAPACIDAD. EL INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO,
LA RESPONSABILIDAD PARENTAL. LA DISCAPACIDAD
Y LOS SISTEMAS DE APOYOY REPRESENTACIÓN. ASPECTOS JURÍDICOS
DE LA SALUD MENTAL. EL PROCESO JUDICIAL DE INICIO A FIN.
LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD EN EL PROCESO PENAL
JURISPRUDENCIA
SISTEMATIZADA hammurabi
JOSÉ LUIS DEPALMA EDITOR
A LOS SECTORES MÁS VULNERABLES DE LA POBLACIÓN
Y A SUS FAMILIAS, QUIENES MERECEN QUE LOS OPERADORES JURÍDICOS
BRINDEMOS TODA NUESTRA COOPERACIÓN A FIN DE QUE ALCANCEN
EL MÁXIMO GOCE Y DISFRUTE DE SUS DERECHOS
MARTIN A. FELLER
ÍNDICE GENERAL
CAPÍTULO |
INTRODUCCIÓN
SOU Med 23
E
CAPÍTULO Il
LA AUTONOMÍA PROGRESIVA EN NIÑAS,
NIÑOS Y ADOLESCENTES
5 6. Lanecesidad dereforma. Eliminación de la incapacidad absolutay relativa de hecho
y de derecho. La autonomía progresiva 2 33
. El pasaje hacia el cambio
de paradigma 35
y
LO
. Laresponsabilidad parental 37
10 00
Ln Ln
. Elinteréssuperiordelniño ______________ 2 2 38
a) Caracteres. Pauta hermenéutica. Derecho subjetivo y norma de procedimiento 41
b) Aplicación jurisprudencial 42
c) Elejercicio de la responsabilidad parental y el centro de vida
d) Interéssuperior del niño, centro de vida. Laidentidad _______________ 50
1. Laidentidad: el derecho al nombre ________________ oo 52
2. Laidentidad: el derechoa la nacionalidad 53
12 ÍNDICE GENERAL
810. Relaciones familiares. Concepto ampliado de familia según el Código Civil y Comer-
A 33
811. Elderechoaseroido 2 2 60
— Alcance del derecho. Autonomía progresiva. Obligatoriedad dela inmediación 60
CAPÍTULO I1
RESTRICCIONES A LA CAPACIDAD
512. ImtrOdUCCÓN 22222 63
813. Las nUEVas COtegorÍias: tit a E 64
814. Loscambiosoperadosapartir dela capacidad progresiva. La disposiciónsobre elcuer-
PO 65
$15. Representación, disposición y administración de los bienes del hijo menor deedad _
a) Larepresentación legal. De la patria potestada la responsabilidad parental — — 70
b) Alcances
de la representación 22 20 73
516. Ejercicio por derecho propio o por medio de un representante. La cuestión del abo-
gado del niño y el asesor de menores. El ámbitocivil, laboral y penal ________ 75
CAPÍTULO IV
EL PARADIGMA ACTUAL EN MATERIA DE CAPACIDAD
517, De «objeto de protección» a «sujeto de protección». Presunción de capacidad. Prin-
cipios de necesariedad y de excepcionalidad. El lenguaje adaptativo —______ 87
518. De la capacidad de hecho y de derecho al paradigma actual ____________ 89
819. Principios querigen en materia decapacidad ________________ 92
a) Presunción de capacidad 93
b) Carácter excepcional de lasrestricciones a lacapacidad_____________ 95
c) Carácter multidisciplinariodelaintervención estatal ________________
d) Elacceso a la información y el uso de tecnologias _______________ 99
e) Elderecho de participar en el proceso. Lainmediación como garantía — 102
CAPÍTULO V
RESTRICCIÓN DE CAPACIDAD
Y DECLARACIÓN DE INCAPACIDAD
820. CO 107
821. La figura de apoyo 110
822. El curador 113
$23. El proceso judicial 22222222 222222 116
a) Legitimaciónactiva 2 22 116
b) La prueba 120
Cc) Medidas cautelares A o o - 120
d) Inmediación 2222222 122
ÍNDICE GENERAL 13
CAPÍTULO VI
LA MEDIDA DE INTERNACIÓN,
LA LEY NACIONAL DE SALUD MENTAL
524: ER INTSIMACIÓN: oops A IN A 131
— ARS lUO MENE. spore A ade 132
1. Lalimitación de la internación judicial: Desjudicialización 132
2. Eltrabajo interdisciplinario y la desmanicomialización ____________ 133
825. Elrégimen de internaciones que establecela ley __________________ 136
—¡Hpos de intemación oops 136
526. Críticasa
la Ley Nacional
de Salud Mental _______________________ 143
527. Elórganorevisor 2222 146
526: Letfasepenal oops RR 147
5829. Conclusiones 153
ANEXO
JURISPRUDENCIA SISTEMATIZADA
Interés superior del niño 155
156
TIA=Mmon»>>
Derechoalaidentidad 2
Derecho a laidentidad: el derecho al nombre 156
Derechoa laidentidad: Sostenimiento de las relaciones familiares _________ 157
El derecho aser oido 2222222 2 2 157
Coparentalidad. ..-—=—=opcnrrs panico po e A 158
Sobre discapacidad y salud mental. 22 22 158
Sobre la restricción a la capacidad 159
Sobre la Restricción a la capacidad:debido proceso, necesidad de mantener entrevista
personal por parte del magistrado. __________________ 2 159
El sistema de apoyos 160
Sobre la revisión de la sentencia que decreta la incapacidad 160
Sobre la internación involuntaria ____________________________ 161
INTRODUCCIÓN
jer casada añadir el apellido del marido. También suprimió la facultad del marido de
elegir el domicilio conyugal, que pasó a ser prerrogativa de ambos.
Con el avance de los movimientos feministas y emancipadores de los derechos de
lasmujeres,y laseparación entre losconceptos desexo y género (dando cuenta así del
carácter cultural de la división detareas asignadas a cada sexoy por ende modificable
a través de un cambio cultural), paulatinamente se fueron dando reformas que de-
sembocaron en el actual Código Civil y Comercial, el cual incorpora la perspectiva de
género, el alejamientodelmodelotradicional de familia, reconociendola posibilidad
de adoptar a parejas del mismo sexo, el fin de la patria potestad hacia un régimen de
responsabilidad parental o, en otras palabras, democratización del régimen familiar.
rez subyacente que habita en cada niño y por lo tanto debe ir acompañado de un
andamiaje jurídico que le brinde la protección suficiente sin dañar esa autonomía
progresiva.
La combinación de los arts. 5 y 12 de la Convención constituye el verdadero eje
enel cual el sistemase basa, toda vez que combina la necesidad
de protección en vir-
tud de la inmadurez propia de la niñez, pero al mismo tiempo la norma reconoce la
transitoriedad de la situación y por ende, la necesidad de otorgar validez jurídica a
lavoluntad de losjóvenes quese garantiza a partir del respeto del derecho deser oí-
do en cuanto circunstancia judicial o administrativa en la que se discutan sus inte-
reses, ya que es el punto de partida para respetar sus pretensiones.
Comohemos adelantado, el art. 12establece que “losEstadosPartesgarantizarán
al niño que esté encondiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresarsu
opiniónlibrementeen todoslosasuntosqueafectanalniño, teniéndosedebidamente
en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño”.
Conesto, se abandona definitivamente el rol pasivo con el cualse veía al niño pe-
ro, como veremos a lo largo de esta obra, también es aplicable a las personas con
afecciones mentales discapacitantes.
La noción de sujeto de derecho a partir de la incorporación definitiva de los tra-
tados internacionales en materia de derechos humanos implica la necesidad de ga-
rantizar la participación activa, el respeto al debido proceso y la transitoriedad de
cualquier restricción a la capacidad.
1 Caso “Atala Riffo y Niñas v. Chile”, sent. del 24/2/12, párr. 196.
20 MARTÍN A. FELLER
to exhaustivo de todos los aspectos del asunto que lo afecta, sino una comprensión
suficiente para sercapazdeformarseadecuadamente unjuiciopropiosobreelasun-
to”.
En la Observación General n* 12 del Comité de los Derechos del Niño (2009) re-
ferente al derecho del niño aser escuchado surge que:
1. LosEstados Partes “garanticen” el derecho del niño o niña a expresar su opi-
nión libremente, significa quetiene la obligación de adoptar las medidasne-
cesarias con el fin de respetar este derecho de los niños; la obligación no so-
lose compone de asegurar los mecanismos para recabar la opinión del niño,
enlosasuntosqueloafectensino que, incluyelaobligacióndetomarencuen-
ta la opinión que emita.
Los niños noson incapaces
de expresar sus opiniones, por lo que debe enten-
derse el “que esté en condiciones de formarse un juicio propio”, no como un
límite a la edad para ejercer el derecho, sino que el Estado debe evaluar la ca-
pacidad del niñoo niña de formarse una opinión de acuerdoa su edad, inclu-
yendoelreconocimientoyutilización deformasnoverbalesdecomunicación
(juego, expresión corporal, dibujo y pintura) desde muy pequeños los niños
tienen y pueden expresarse. Esta opinión no requiere de un conocimiento ex-
haustivo de todos los aspectos o consecuencias, sino una comprensión sufi-
ciente del asunto que setrata. Además, el Estado debe garantizar que todos
los niños, por igual sin importar discapacidad, puedan formarse una idea y
emitirla libremente.
Sobreexpresaryemitirla opinión libremente el Comitéseñala que “libremen-
te” debe ser entendido que el niño o niña pueden expresar sus opiniones sin
presión y decidir si quieren o no ejercer su derecho. Significa que el niño no
puede ser manipulado, su opinión debe ser propia y no la opinión de otros.
Para queesa opinión sea propia, el niño debe estarinformado de los asuntos,
lasopciones, las decisiones que puedantomarseylasconsecuencias de lasmis-
masy son los progenitores olosresponsables quienes deben informar al niño
para que este ejerza efectivamente su derecho a omitir su opinión.
Los asuntos que afectan al niño es un concepto amplio, y significa que el ni-
ño debe ser escuchado si el asunto que se examina lo afecta. No está limita-
da la lista de asuntos que los afecten, pero concluye el Comité que ” [l]os Es-
tados Partesdeberían escuchar atentamente las opiniones de losniñossiem-
pre que su perspectiva pueda aumentar la calidad de las soluciones”.
Elderechonoserespeta solo con la escucha del niño, incluyela obligación de
tener “debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de laedad
y madurez del niño”. La edad del niño no puede determinarse niigualarse a
todos losniños, existen distintos niveles
de comprensión, estosvarian no por
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 21
El derecho aser oído caería en una mera enunciación sila persona nose hace oír
en base a los elementos de interés del proceso en el cual se dirimen sus intereses. El
ejercicio del derecho de defensa es solo un botón de muestra.
El derecho aser oído contiene la potestad de peticionar ante las autoridades. No
es solo expresar nuestra opinión o sentir, sino en base a esa premisa efectuar peti-
ciones concretas, en otras palabras, accedera la justicia.
Hacerse oír, expresar nuestras opiniones y sobre todo nuestras pretensiones en
un proceso judicial o administrativo forma parte del acceso a la justicia.
Podemos decir, como conclusión, que la salud mental era un aspecto secundario
de la salud, quedando en un escalón más abajo de la salud física.
No existía una concepción de integralidad entre ambos aspectos y por lo tanto
desde el derecho la prioridad se encontraba más centrada en la contención y el ais-
lamiento que en la prevención, el cuidadoy el acceso de derechos.
El cuidado dela salud mental solo cobraba relevancia si los síntomas de la enfer-
medad mental fueran lo suficientemente notorios para motivar la intervención de
las autoridadesy asilar así al sujeto con conductas antisociales.
Losprejuiciosfrente a lasenfermedades mentalestuvieron un altoimpacto. Pre-
juicios que van de parte de las personas que la padecían y de la sociedad que veían
la enfermedad mental comosinónimo de locura y portanto de marginación. Nadie
quiere ser el “leproso”, figura utilizada por Foucault para graficar el trato que sufrí-
anlosleprososen la antigúedad y como esetrato setraspolóa diversos sectores que
noencajaban en el ideal de la sociedad.
Los “locos” en el imaginario cultural eran parte de aquellos sectores marginales
y marginados de la sociedad (junto con los delincuentes) y ocupando el lugar vacío
que habían dejado los leprosos como bien analiza Foucault en su Historia de la lo-
cura en la época clásica.
Foucault dice que: "La lepra se retira, abandonando lugares y ritos que no esta-
ban destinados a suprimirla, sino a mantenerla a una distancia sagrada, a fijarla en
una exaltación inversa. Lo que durará más tiempo que la lepra, y que se mantendrá
en una época en la cual, desde muchosaños atrás, losleprosariosestán vacíos, son los
valoresy las imágenes que se habían unido al personaje del leproso; permanecerá el
sentido de su exclusión, la importancia en el grupo social de esta figura insistente y
temible, a la cual no se puede apartar sin haber trazado antes alrededor de ella un
circulo sagrado”.
Desaparecida la lepra en los albores de la Edad Media queda subsistente la exis-
tencia de un aparato que mezcla compasión con represión y aislamiento. Esos resa-
bios culturales hantenido gran impacto aun en estos días y por lo tanto urge hallar
prácticas acordes al paradigma actual de derechos humanos.
En el mundo actual la realidad psíquica de una persona resulta un ámbito de su-
ma atención (Buenos Aires es una de las ciudades más psicoanalizadas del mundo)
y la atención psiquiátrica ya deja de ser vista como una connotación negativa sino
que, porel contrario, existe una mayor concientización delasenfermedades psíiqui-
casy psiquiátricas y de la relevancia desu tratamiento nosolo porque la salud es vis-
ta como untodo (donde el aspecto psíquico cada vez es visto como algo neurálgico
para la salud en general ya que está demostrada la interacción entre la psiquis y la
salud física), sino además porque muchos países han advertido por diversosestudios
lasimplicancias negativas en la economía y en el mundo del trabajo y la producción
de no tomar seriamente la salud de los trabajadores y sobre todo el cuidado de su
psiquis.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 27
ganismos creadosal efecto, que los procedimientosen los quese evalúe medidas de
internación deben garantizar las garantías constitucionales en materia de derecho
de defensa y debido proceso, y finalmente diseñar políticas activas a fin de comba-
tir el flagelo de la discriminación que tanto afecta a las personas que padecen de al-
guna enfermedad mental.
Es decir, la salud mental constituye un núcleo fundamental en lo que respecta a
la salud en general, y dicha circunstancia debe ser especialmente ponderada en to-
do plan de acción o política de salud que encabecen los países.
El paradigma actual en materia de salud mental implica considerara la salud co-
mo un todo integral dada la interacción que existe entre la salud física y mental. El
otro aspecto a considerar en la materia implica que toda modalidad de tratamien-
to en materia de salud mental debe tener un criterio de complementación con la vi-
dasocial del paciente. En otras palabras, la persona con afección mental no puede
ser considerada como alguien que deba ser aislado sino como un miembro más in-
tegrante de la sociedad con necesidades y proyectos, lo que integra en definitiva la
visión integral en materia de salud.
En el contexto de la salud, el concepto de paridad de tratamiento alude al hecho
de valorar la salud mental en pie de igualdad con la salud física. Desde un punto de
vista normativo, el marco que establece el derecho a la salud no crea una jerarquía
en que la salud mental esté por debajo de lasalud física. Dada la estrecha relaciónen-
tre lasalud física y la mental, se requiere un planteamiento que conceda igual valor
a ambas y, sin embargo, la falta de paridad de tratamiento y la consideración prefe-
rente de la salud física sigue siendo la perspectiva dominante.
Comoconsecuenciadeello, entreotrasdesigualdades, lasalud mental recibe me-
nos recursos humanos y financieros, y muchos centros de salud mental están dete-
riorados y tienen normas de higiene más bajasy menos servicios. Tambiénlos datos
y las investigaciones sobre la salud mental presentan importantes lagunas, particu-
larmente en lo tocante a la situación de los derechos humanos de las personas con
problemas desalud mental y de los usuarios de losservicios desalud mentaly al efec-
to de las medidas de política.
Como dice la Organización Panamericana de la Salud, la salud mental es necesa-
ria para poder ejercer los derechos humanos y participaren la vida civil, social y eco-
nómica.
Ellorepresenta el modelo actual y el cambio de paradigma respecto de aquellos
tratamientos médicos que focalizaban en la enfermedad sin visualizar la salud co-
mo un todo integral con la consecuente conculcación de derechos.
Los procesos ya sean judiciales o civilesen los cuales se dirimían aspectos vincula-
dosa la salud mental, por ejemplo, las interdicciones, y las internaciones vinculadas
altodavíavigente art. 34 del CP, no contemplaban cabalmente la posibilidad deejer-
cer una defensa en juicio en igualdad de condiciones con el resto de las personas, ya
que no se vislumbraba la posibilidad de una participación real y efectiva en aquellas
decisiones judiciales que desembocaban en la restricción de su libertad y la concul-
cación de sus otros derechos.
La vulneración de las garantías del debido proceso, del derecho a ser oído porla
jurisdicción delderecho de defensa, no eran vistoscomoun problema, asiícomotam-
poco constituía prioridad la recuperación como sí la peligrosidad del sujeto afecta-
do para la sociedad.
Esto es un resabio, si se quiere, de las culturas antiguas donde la gente que pa-
decía afecciones psiquiátricas era vista como poseída por los demonios y los méto-
dosutilizados para su cuidado consistíanen métodos coercitivos, incluso muchasve-
cesen hospitales de Inglaterra y EE.UU. se utilizaban alos enfermos mentales como
un atractivo turístico donde se los exhibía encadenados a cambio de una suma de
dinero.
Las creencias sobre la posesión por el demonio persistieron aproximadamente
hasta la mitad del siglo XVIII y el tratamiento que estas personas recibían en los es-
tablecimientos en los que eran confinados estaba basado en la utilización de me-
dios coercitivos.
Sería recién hasta el año 1963 en el contexto dela proliferación de los movimien-
tos pro derechos civiles en los EE.UU., donde comienzan a visibilizarse las condicio-
nes deplorables en las cuales se encontraban las personas institucionalizadasen es-
tablecimientos psiquiátricos. El pasaje o cambio de paradigma consiste en el cierre
progresivo de los hospitales de salud mental y la aparición de los centros de salud
mental, con estructuras más pequeñas y de mayor integración comunitaria.
La visibilización de los hospitales psiquiátricos, comúnmente llamados manico-
mios, como un lugar de "pudridero de locos”, de mero encierro, de mazmorra, per-
mitióel avance aun procesoterapéuticodonderigeel principiodeexcepcionalidad
en materia de internacióny donde el objetivo esel logro del bienestar
del enfermo
y del acceso al derechosocial de la salud.
Asu vez exhorta a que “las legislaciones de los países deben ajustarse de mane-
ra que: a) aseguren el respeto de los derechos humanos y civiles de los enfermos
mentales, b) promuevan la organización de servicios comunitarios de salud men-
tal que garanticen su cumplimiento ...”.
Los Estados al suscribir un tratado internacional quedan obligadosy su incum-
plimiento genera responsabilidad internacional.
Recordemos que a través de la reforma constitucional de 1994 queda zanjada la
discusión acerca de la primacia de lostratadosinternacionalesporencima del orden
jurídico interno de un país.
El art. 75, inc. 22 establece la supremacía de los tratados internacionales en ma-
teria de derechos humanos por encima del orden jurídico interno. Incluso determi-
nados tratados fueron distinguidos reconociéndole la jerarquía constitucional.
Nuestro país por medio de la reforma del Código Civil y la sanción de la Ley Na-
cional de Salud Mental procura cumplir con los enunciados de los tratados interna-
cionales en cuanto al respeto y dignidad de las personas con trastornos psiquiátri-
cosy las condiciones de su tratamiento.
Lo mismo ocurre con la sanción del art. 75, inc. 23 de la CN en cuanto a que reco-
noce la necesidad de adoptar medidas de acción positiva (aquellas que, ante desi-
gualdades de hecho en cuanto al goce y ejercicio de derechos, procura al menos du-
rante un tiempo generar cambios institucionalesy legales para suplirgradualmen-
te esas desigualdades hasta tanto la realidad indique que ya no son necesarias) pa-
ra las personas con discapacidad.
Así, contamos con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Disca-
pacidad de jerarquía constitucional desde 2014 en la cual procura cambiar la con-
cepción de discapacidad en cuanto a que “la discapacidad es un concepto que evo-
luciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las ba-
rreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva
en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”.
Se pasa de una visualización de la discapacidad como un todo que se constituye
no solo en la discapacidad de tipo funcional sino por la suma de las limitaciones de
la interacción social, de modo tal que la discapacidad pasa a ser una cuestión social.
85. LA DISCAPACIDAD
nas puedan ejercer sus derechos de manera efectiva. Los tipos de límites o ba-
rreras que comúnmente encuentran las personas con diversidad funcional en
la sociedad, son, entre otras, actitudinales o socioeconómicas...”*.
La salud mental como parte integrante del acceso a la salud y del derecho alain-
tegridad psíquica comprende una actividad esencial del Estado a fin de garantizar
el acceso a la salud en todas sus formas, la preservación de la dignidad en cuanto a
las condiciones de tratamiento y su limitación cuando implica la privación de la li-
bertad, la preservación de la salud mental en el ámbito laboral, y la protección con-
tra la discriminación.
Y asu vez, el modelo actual propone una vía de integración a las personas con
discapacidades funcionales que atiendan todo lo referente a ello, pero la discapa-
cidad es omnicomprensiva de las dificultades y barreras que la sociedad impone y
por lo tanto la tarea del Estado, como aspecto relativo a la salud como un todo in-
tegral, debe eliminar dichas barreras.
LA AUTONOMÍA PROGRESIVA
EN NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES
dialmente en cuenta al momento de arribara una decisión que lo afecte; c) Aserasistido por un le-
trado preferentemente especializado en niñez y adolescencia desde el inicio del procedimiento ju-
dicial o administrativo que lo incluya. En caso de carecer de recursos económicos el Estado deberá
asignarle de oficio un letrado que lo patrocine”.
Este es el eje del sistema actual y sobre el cual vamosa referirnos a lo largo de es-
ta obra.
En el viejo régimen, el Código Civil establecía dos categorías respecto a los me-
nores.
1. Menores impúberes. Desde el nacimiento hasta los trece años de edad. En
esta etapa el sujeto mantenía la capacidad de derecho en cuanto a aptitud
para adquirir derechos y contraer obligaciones (lo contrario sería la muerte
civil), pero se le denegaba la capacidad de ejercicio (salvo para los pequeños
contratos de la vida diaria los cuales se presumían y hoy también como ejer-
cidos con la autorización de los progenitores), por lo que requerían repre-
sentación para todos los actos de la vida civil*,
El niño producto desu inmadurez biológica no podía ejercer actos porsí mis-
mos (actoscon consecuencias enel mundo jurídico), ya que al hacerlos corría
el riesgo de dañarse,
Lo que no contaba la ley, y tampoco importaba, era que la realidad biológica,
psicofísica de un niño de doce años no puede ser iguala la de un niño de dosy
por lo tanto en la práctica se generaba una clara tensión al momento de que
endeterminadassituacioneslavoluntaddelniñosehaciamanifiestayevidente
sobre todo cuando entraba en contradicción con la de sus progenitores.
Estocomenzóa manifestarse enlosconflictosintrafamiliarescuandolospro-
genitoresse disputaban la antes denominada “tenencia” desushijos donde
alos fines de su solución requería que el niño se expresara y no solo por me-
dio del asesor de menores o del denominado "tutor ad litem"3,
Más adelante conforme avanzaremos en esta obra, nos abocaremos al papel
delosniñosy adolescentesen la defensa de sus intereses mediantelafigura del
abogado del niño como un instrumento de ejercicio del derecho aser oído.
4
El Código Civil establecía que: “Son menores impúberes los que aún no tuvieren la edad de
catorce años cumplidos, y adultos los que fueren de esta edad hastalos dieciocho años cumplidos”.
Este último límite se modificó ya que antes era hasta los veintiún años de edad.
5 Ensuanteriorredacción, el CódigoCivil estableciaensuart. 397: “Los jueces darán a los me-
nores, tutores especiales en los casos siguientes: 1”) Cuando los intereses de ellos estén en oposi-
ción con los de sus padres, bajo cuyo poder se encuentren ...”.
6 El art. 55 establecía que: "Los menores adultos sólo tienen capacidad para los actos que las
leyes les autorizan otorgar”.
36 MARTÍN A. FELLER
día a partir de los catorce años (hoy a partir de los dieciséis) celebrar contra-
to laboral con autorización de sus padres pudiendo ser parte en los juicios
que provengan de larelación laboral. Si el joven posee título habilitante no
requiere autorización para celebrar el contrato de trabajo.
7 El 1*de agosto de 2015 comenzó a regirel nuevo Código Civil y Comercial de la Nación.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 37
En tal sentido, el art. 639 del CCCN establece que el instituto de la responsabili-
dad parental serige por lossiguientes principios: “Elinteréssuperiorde!niño, la au-
tonomía progresiva del hijo conforme a sus características psicofísicas, aptitudes y
desarrollo y el derecho del niño a ser oído ya que su opinión sea tenida en cuenta
según su edad y grado de madurez”.
El interés superiordel niño actúa como una verdadera barrera frente al accionar
del Estado y también sirve de regulador de las relaciones intrafamiliares porlo que
el accionar de estos para ser válidos deberán estar guiados por ese tamiz.
El art.3* de la Convención establece que: “En todas las medidas concernientes a
los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tri-
bunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una considera-
ción primordial a que se atenderá será el interés superior del niño”.
Ahora bien, podemos decir que, desde siempre, se habla de interés superior del
niño, ya que basta leer cualquier normativa incluso las anteriores a la sanción de la
Convención paraadvertirquetodaslasdecisionesjudicialesoadministrativassedic-
ten en función del bienestar del niño, donde para bien o para mal la legislación se
propone adoptar un criterio tuitivo.
De forma tal, quesi no interpretáramos este concepto adecuadamente conforme
alos principios vigentes podemos caer fácilmente en el modelo tutelar de antaño.
La expresión interés superior del niño eslosuficientemente abstracta, vaga ein-
conclusa como para estar sujeta a diversas interpretacionessi nose la dota de preci-
sionestendientes a determinarsu alcance real de cara al modelo actual.
Cuandose crearon los primerostribunalesde menoresenlllinois, losreformato-
riosy las medidasdeencierro porsituaciones de calle o abandono, proclamaban que
fueron efectuadas a los fines de lograr el mejor interés para los niños, justificándo-
se en la separación de los niños del régimen penitenciario de los adultos, de los pe-
ligros de la calle, de la marginalidad o de familias perniciosas.
Pero ahorasabemos que tales medidas encubrian otros fines vinculados al disci-
plinamiento socialy la reeducación por medio del apartamiento de jóvenes poten-
cialmente peligrosos por medio del encierro.
Poresoesecriterio debíaser analizado nuevamenteen función del respeto irres-
tricto por los derechos humanos.
Así, la Corte Interamericana de Derechos Humanos establece que el "interés su-
perior del niño” se funda en la dignidad misma del ser humano.
La Corte ha dicho que el objetivo general de proteger el principio del interés su-
perior del niño es, en sí mismo, un fin legítimo y es, además, imperioso. En relación al
interés superior del niño, la Corte reitera que este principio regulador de la normati-
va de los derechos de las niñasy los niños se funda en la dignidad misma del ser huma-
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 39
no, en las características propias de los niñosy las niñas, y en la necesidad de propiciar
el desarrollo de estos, con pleno aprovechamiento de sus potencialidades?0,
ImmanuelKant!' describe: "lahumanidadmismaesunadignidad, porqueelhom-
bre no puede ser tratado por ningún hombre (ni por otro, ni por sí mismo) como un
simple medio o instrumento, sino siempre a la vez, como un fin, y en ello estriba pre-
cisamente su dignidad”.
Lo dicho implica que el niño como sujeto de derecho que es y porlo tanto mere-
cedor de respeto de su dignidad implica que sus aspiraciones, sus necesidades par-
ticulares, su sentirdebe ser valorado por sus progenitores en la esfera privada y ha-
cerlos valer en la esfera pública mediante el reconocimiento del derecho aseroído.
El límite que propone el “interés superior del niño” interpretado bajo el prisma
deladignidad que impone la Corte Interamericana implicaqueelniño nopuedeser
tratado como un objeto en torno al cual setoman decisiones trascendentes para su
vida sin valorar suindividualidad, la cual se expresara mediante su voz.
Las decisiones deben respetar “las características propias delos niños, y enla ne-
cesidad de propiciar el desarrollo de estos, con pleno aprovechamiento de sus po-
tencialidades, así como en la naturaleza y alcances de la Convención sobre los De-
rechos del Niño”?2.
Finalmente, la ley nacional 26.061 establece, en su art. 3”, que ha de entenderse
por el interés superior del niño, niña y adolescente: “La máxima satisfacción, inte-
gral ysimultánea de los derechos y garantías reconocidos en esta ley”.
10. Caso” Atala Riffo y Niñas v. Chile”, sent. del 24/2/12, párr. 108.
11 ImmanuelKa nt(Kónigsberg, Prusia, 22/4/1724 -Kónigsberg, 12/2/1804)fueunfilósofo pru-
siano
de la Ilustración.
12 CortelDH, Opinión Consultiva n* 17/2002, párr. 56.
40 MARTÍN A. FELLER
delosniñosen los asuntos que le conciernen. Como vemos, esta manda abar-
ca también a los progenitores y constituye un límite a su autoridad y repre-
sentación ya que mal y pronto no están habilitados a "hacer cualquier cosa”
con los hijos a su cargo, sino que la opinión de estos es el eje que ha de valo-
rarse para tomar decisiones aclarando que esta opinión no será vinculante
perosí relevante para quienes tomen decisiones.
13 Establece que: “Los Estados Partes respetarán las responsabilidades, los derechos y los de-
beresde los padreso, ensucaso, delos miembros de la familia ampliada o de la comunidad, según es-
tablezca la costumbre local, de los tutores u otras personas encargadas legalmente del niño de im-
partirle, en consonancia con la evolución de sus facultades, dirección y orientación apropiadas pa-
ra que el niño ejerza los derechos reconocidos en la presente Convención”,
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 41
Tal como señala el Comité sobre los Derechos del Niño, en su Observación Gene-
ral n? 14, para tener una clara dimensión acerca de qué es el interés superior del ni-
ñoindica que setrata de un conceptotriple:
— Underecho sustantivo. El derecho del niño a que su interés superior sea una
consideración primordial, que se evalúe y tenga en cuenta al sopesar distin-
tos intereses, para tomar una decisión sobre una cuestión debatida, y la ga-
rantía de que ese derecho se pondrá en práctica siempre que se tenga que
adoptar una decisión queafecte aunniño, aungrupodeniñosconcretooge-
néricooalosniños en general. El art. 3%, párr. 1*, establece una obligación in-
trínseca para los Estados, es de aplicación directa (aplicabilidad inmediata) y
puede invocarse ante lostribunales.
— Un principio jurídico interpretativo fundamental. Si una disposición jurídi-
ca admite más de una interpretación, se elegirá la interpretación que satis-
faga de manera más efectiva el interés superior del niño. Los derechos con-
sagrados en la Convención y sus protocolos facultativos establecen el marco
interpretativo.
— Unanorma de procedimiento. Siempre quesetenga quetomar una decisión
que afecte a un niño en concreto, a un grupo de niños concreto o alos niños
en general, el proceso de adopción de decisiones deberá incluir una estima-
ción de las posibles repercusiones (positivas o negativas) de la decisión en el
niño o los niños interesados. La evaluación y determinación delinteréssupe-
rior del niño requieren garantías procesales.
Podemos decir que el interés superior del niño esla pauta hermenéutica másim-
portante a la hora de tomar decisiones en torno a los asuntos que conciernen a un
niño, por lo cual es necesario precisar sus alcances para evitar el riesgo de recaer en
prácticas típicas del sistema tutelar.
Decimos “hermenéutica” puesto que impone que las normas, el ordenamiento
en general, sean interpretadosen función de este principio, siendo que cuando co-
lisione con otros derechos este sea de valoración primordial.
Así, el Comité sobre los Derechos del Niño ha establecido que se trata de: "Un
principio jurídico interpretativo fundamental: si una disposición jurídica admite
másdeunainterpretación, se elegirá lainterpretación quesatistagade manera más
efectiva el interés superior del niño. Los derechos consagrados en la Convención y
sus protocolos facultativos establecen el marco interpretativo”?*.
Asimismo, se trata de un derecho subjetivo con el que cuentan todos los niños,
consistente en que se debe considerar primordialmente sus intereses en cualquier
asunto desu interés. No puede adoptarse ningún tipo de decisión sobresituaciones
que conciernen a un niño sin hacer una especial valoración de sus intereses por so-
bre los demás.
Además, setratatambién de una norma de procedimiento: siempre quesetenga
que tomar una decisión que afecte a un niño en concreto, a un grupo de niños con-
creto o a los niños en general, el proceso de adopción de decisiones deberá incluir
una estimación de las posibles repercusiones (positivas o negativas)
de la decisión en
elniñoolosniñosinteresados. Laevaluación
y determinación del interéssuperior
del
niño requieren garantías procesales. Además, la justificación de las decisiones debe
dejar patente que se ha tenido en cuenta explícitamente ese derecho?”.
b) Aplicación jurisprudencial
Por lotanto, los Estados se encuentran obligados a adoptar decisiones, aun por
encima de su legislación interna si la aplicación de la misma conduce a una solución
contraria a la mejor ponderación de este principio, máxime si tenemos en cuenta
que, en nuestro derecho, la Convención goza de jerarquía constitucional al igual
que otrostratados de derechos humanos por aplicación del art. 75, inc. 24.
Como adelantáramos, una de las cuestiones más complejas a los fines de defen-
der el interés superior del niño y como la responsabilidad parental debe ejercerse
conforme este principio resulta cuando los progenitores no son convivientes.
cia era unilateral provocando la exclusión muchas veces del otro progenitor priván-
dolo de participar de la crianza con clara afectación al interés superior del niño??,
Ante la necesidad de promover el interés superior del niño como regla general
entorno atodo aquello que regula la vida de los menores de edad y con ello prote-
ger el centro de vida y las relaciones familiares, el principio general que establece el
Código Civily Comercial es considerar la custodia compartida bajo modalidad in-
distinta como regla deseable.
Así se ha dicho que ”... las ventajas que presenta el cuidado compartido frente
alunipersonalpermitealniñomantener un estrechovínculocon ambospadres;pro-
mueve la participación activa deambos progenitoresenlasfuncionesdeeducación,
amparo y asistencia de su hijo; atenúa el sentimiento de pérdida de quien notiene
la guarda estimulando las responsabilidades del progenitor no guardador; atenúa
el sentimiento de pérdida padecido por el hijo; incentiva a ambos padres a no de-
sentenderse de las necesidades materiales del niño; facilita el trabajo extra-domés-
tico de ambos padres” ?.
Entre los beneficios de la disposición legal podemos decir que:
— Evita que existan padres periféricos; posibilita que el menor conviva con am-
bos padres; reduce problemas de lealtades y juegos de poder?!,
— Laidoneidad de cada uno delos padresresulta reconociday útil; fomenta una
mayory mejor comunicación entre padres e hijos?5,
— Elhijose beneficia con la percepción de quesus padrescontinúansiendores-
ponsables frentea él?.
— Secompadece más con el intercambio de roles propio de la época actual?”.
— Sepromuevey alienta la participación del hombre y la mujer en pie de igual-
dad en lo que se refiere a la crianza de los hijos, generando así una mayor
equidad genérica en el interior de la familia?8,
El interés superior del niño es un criterio abarcador del respeto de los derechos
esenciales de los niños que son, ni más ni menos, que el respeto a su dignidad y au-
tonomía individual, debiendo el ejercicio de la responsabilidad parental sujetarse
aeseconcepto.
33 Art.3%, ley 26.061 ”... f) Su centro de vida. Se entiende por centro de vida el lugar donde las
niñas, niños yadolescenteshubiesen transcurridoencondiciones legitimasla mayorparte desu exis-
tencia.
Este principio rige en materia de patria potestad, pautas a las que se ajustarán el ejercicio de la
misma, filiación, restitución del niño, la niña o el adolescente, adopción, emancipación y toda cir-
cunstancia vinculada a las anteriores cualquiera sea el ámbito donde deba desempeñarse.
Cuando exista conflicto entre los derechos e intereses de las niñas, niños y adolescentes frente
a otros derechos e intereses igualmente legítimos, prevalecerán los primeros”.
Art. 11, ley 26.061: “Derechoa la identidad. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a un
nombre, a una nacionalidad, a su lengua de origen, al conocimiento de quiénes son sus padres, a la
preservación desus relaciones familiares de conformidad con la ley, a la cultura de su lugarde origen
y a preservar su identidad e idiosincrasia, salvo la excepción prevista en los arts. 327 y 328 del Códi-
go Civil”.
48 MARTÍN A. FELLER
Resulta entonces conteste con este principio que la ley prefiera en lo posible el
cuidado indistinto ya quese presume es la modalidad que mejor permite al ni-
ño o adolescente la preservación de ese centro de vida porcuantosu residencia
habitual será en un solo lugar más allá del contacto con el otro progenitor.
34 CSJN, 14/6/95, CSIN-Fallos, 318:1269; CNCiv., Sala !, 31/8/04, “D., O.A.c.C., T.M.”; Kallerde Or-
chansky, en Código Civil y normas complementarias, Bueres (dir.) - Highton (coord.), t. 1, p. 138. cit.
por Mizrahi, Responsabilidad parental. Cuidado personal y comunicación con los hijos, 2015, p.21.
35 Art.716,CCCN.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 49
El centro de vida resulta una cuestión de vital importancia que conforma laiden-
tidad de losniñosy por lotanto definitorio cuando existan conflictos entre sus pro-
genitores que nose ponen de acuerdo en materia de ejercicio
de la responsabilidad
parental cuando no sean convivientes.
La ley prohíbe a cualquiera de los progenitores decidir unilateralmente la modi-
ficación del centro de vida de sus hijos.
La noción de centro de vida es determinante de la competencia del juzgado que
debe intervenir conforme lo dispuesto por el art. 716 del CCCN3,
Ello procura facilitar el acceso a la justicia de los menores de edad garantizando
queeljuzgadoque decida sobre sus asuntos será el más próximoal lugar dondeel ni-
ño desarrolla habitualmente sus actividades más importantes. Para ello resulta im-
perioso lainmediación y el contacto directo delos operadores de la justiciaconlosni-
ños, de modo de garantizar que las medidas o decisiones que se adopten realmente
sean contemplativas de su interés superior.
Recordemos la manda de garantizar la tutela judicial efectiva consagrada en el
art. 706 del CCCN.
Así se ha dicho que “una de las reglas fundamentales a tener en cuenta es la que
hace prevalecer el lugar de residencia habitual del niño para la determinación de la
competencia; cualquiera sea el tribunal que haya prevenido. El objetivo es priorizar
el principio de tutela judicial efectiva, y para ello resulta imperioso la inmediación y
el contacto directo de los operadores de la justicia con los niños, de modo de garan-
tizar que las medidaso decisionesquese adopten realmentesean contemplativasde
suinteréssuperior. Comose resaltócon claridad, no puede concebirse la actividad tu-
telar que no esté íntimamente ligada al principio de inmediatez en resguardo de los
derechos fundamentales de los niños; dado que la eficiencia de la actividad judicial
está dada por el acercamiento permanente del juez con su asistido”??,
De esta manera, la norma prioriza el interés del niño porsobre los adultos, pues
focaliza la jurisdicción en el lugar donde este resida por encima y sin importar don-
de los adultos que participen del proceso lo hagan. Ello es conteste con el principio
de interés superior del niño donde en caso de conflicto priman los derechos de es-
tos, en este caso, el acceso a la justicia de unos por encima de otros.
El centro de vidava más allá de la residencia, sino que abarca los afectos, los vincu-
los afectivos, sociales, educativos, culturales los cuales resultan de gran importancia
para determinar la conformación de su personalidad.
36 Art.716, CCCN: “En los procesosreferidosa responsabilidad parental, guarda, cuidado, ré-
gimen de comunicación, alimentos, adopción y otros que deciden en farma principal o que modi-
fican lo resuelto en otra jurisdicción del territorio nacional sobre derechos de niños, niñas y adoles-
centes, es competente el juez del lugar donde la persona menor de edad tiene su centro de vida”.
37 Mizrahi, El niño y las cuestiones de competencia, LL, 2012-E-1183.
50 MARTÍN A. FELLER
La identidad va más allá del nombre, implica el respeto irrestricto ala historia de
vida del niño, a preservaren la medida de lo posible el contacto de este con sus afec-
tos, sus pares, su pertenencia a un espacio determinado, auna comunidad.
Estas cuestiones deben estar expresamente valoradas por las autoridades admi-
nistrativas y judiciales a la hora de tomar decisiones.
El derecho a tener un nombre y a preservar la identidad se encuentra consagra-
do por numerosas declaraciones, pactos y tratados.
Así, la Declaración sobre los Derechos del Niño de 1959 establece en su art. 39: “El
derecho a un nombre y a una nacionalidad desde su nacimiento”.
El art. 24.2 del PIDCP dispone que: “Todo niño será inscrito inmediatamente des-
pués de su nacimiento y deberá tener un nombre”.
El art. 18 de la Convención Americana dicta que: “Toda persona tiene derecho a
un nombre propio y a los apellidos de sus padres o al de uno de ellos”.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos define el derecho a la identidad
comoel conjunto de atributos y características que permiten la individualización de
38 Amoreo, Centrode vida, en "VW Conferencia Internacional de Derecho de Familia: Hacia una
armonización del derecho de familia”, Cuba, 12 al 14 de mayo de 2009; disponible
en www: projus-
ticiafamiliar.org/wp-contentluploads/2011/02/PonenciaCubal.pdf. Cit. González de Vicel, en Códi-
go Civily Comercial
de la Nación comentado, Herrera - Caramelo - Picasso (dirs.), 2015, t. ll, comen-
tario al art. 716.
39 Comité de los Derechos del Niño, Observación General n* 14, párr. 55.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 51
Elart. 7? dela Convención establece que: “El niño será inscripto inmediatamente
después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nacea un nombre, a adquirir
una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer asus padres y a ser cuidado
porellos”.
Los niños que carezcan de inscripción, y que se encuentren indocumentados tie-
nen mayor riesgo de quedar excluidos del acceso a los servicios fundamentales co-
mola educación, lasaludy laseguridad social. Serán invisibles para el Estado y espor
eso que los países deben intensificar sus esfuerzos a los fines de facilitar la inscrip-
ción inmediata de las personas al nacery su adecuada documentación.
Con el certificadode nacimiento el Estado reconoce la existencia legal de un su-
jeto. El reconocimiento legal de la existencia de un sujeto lo hace beneficiario de las
políticas públicas y torna exigible su cumplimiento.
La nacionalidad puede ser considerada como el vínculo jurídico político que liga
auna persona con un Estado determinado por medio del cual se obliga con él con
relaciones de lealtady fidelidad y se hace acreedor asu protección diplomática”.
Hablar de nacionalidad implica hablar del vínculo existente entre una persona y
una Nación, o bien entre una persona y un Estado. Comprende distintas facetas.
Por un lado, el vínculo es jurídico, pues el pertenecer al Estado comprende una
serie de derechos y obligaciones.
El derecho a tener una nacionalidad dota al individuo de un mínimo de amparo
jurídico en el conjunto de relaciones, al establecer
su vinculación con un Estado de-
terminado, y el de proteger al individuo contra la privación de su nacionalidad en
forma arbitraria, porque de ese modo se le estaría privando de la totalidad de sus
derechos políticos
y de aquellos derechos civiles que se sustentan enla nacionalidad
del individuo%,
Asimismo, se establece un vínculo político, puesel ciudadano, alserpertenecien-
te aese Estado o Nación, interviene directa o indirectamente en los asuntos de go-
bierno, sea por medio del voto o accediendo a la función pública.
Por último, esun vínculo de caráctersociológico porcuanto comprende factores
culturales, históricos, raciales y geopolíticos
que crean unsentido de comunidad, de
destino común,
ción de medidas especificas para la inscripción gratuita en el Registro del Estado y Capacidad de las
Personas, de todos aquellos adolescentes y madres, queno hayan sido inscriptos oportunamente”.
La familia goza de una amplia protección por parte de los instrumentos in-
ternacionales, toda vez que se la reconoce como “la familia es la unidad cen-
tralencargada de la integración social primaria del niño, los gobiernos y la so-
ciedad deben tratar de preservar la integridad de la familia, incluida la fami-
lia extensa. Lasociedad tienela obligación de ayudara la familia a cuidar y pro-
tegeral niño y asegurar
su bienestar físico y mental”?.
50 CortelDH, “CasodelasNiñas Yean yBosicow. República Dominicana”, sent. del 8/9/05, párr.
141.
31 Directriz de Riad n* 12.
56 MARTÍN A. FELLER
16. Se deberán adoptar medidas y elaborar programas para dar a lasfamilias la opor-
tunidad de aprender las funciones y obligaciones de los padres en relación con el de-
sarrollo y el cuidado de sus hijos, para lo cual se fomentarán relaciones positivas entre
padres e hijos, se hará que los padres cobren conciencia de los problemas de los niños
y los jóvenes y se fomentará la participación de los jóvenes en las actividades familia-
resy comunitarias.
17. Los gobiernos deberán adoptar medidas para fomentar la unión y la armonía en
la familia y desalentar la separación de los hijos de sus padres, salvo cuando circuns-
tancias que afecten al bienestar y al futuro de los hijos no dejen otra opción viable.
18. Es importante insistir en la función socializadora de la familia y de la familia ex-
tensa; es igualmente importante reconocer el papel futuro, las responsabilidades, la
participación y la colaboración de los jóvenes en la sociedad.
19. Algarantizar el derecho de los niños a una socialización adecuada, los gobiernos
y otras institucionesdeben basarse en los organismos sociales y jurídicos existentespe-
ro, cuando las instituciones y costumbres tradicionalesresulten insuficientes, deberán
también prevery permitir medidasinnovadoras”.
timas de abusos y explotación, los niños abandonados, los niños que viven en la ca-
lle, los niños nacidos fuera del matrimonio, los niños no acompañados y separados,
los niños internamente desplazados y los refugiados, los niños de trabajadores mi-
gratorios, losniñosde solicitantes
de asilo y losniñosqueviven con el VIH/SIDAo afec-
tados por este u otras enfermedades graves” *.
Nuestra legislación es conteste con estos principios por cuanto la ley nacional
26.061 de Promoción y Protección de Derechos de Niños, Niñasy Adolescentes es-
tablece en su art. 4? que las políticas públicas de la niñezy adolescencia se elabora-
rán, entre otras cuestiones, afin de fortalecer el rol dela familia en la efectivización
de los derechos de las niñas, niños y adolescentes.
Por otro lado, implica que previo a la separación de un niño desu ámbito de per-
tenencia, su familia, se han agotado todos los extremos a los fines de evitar ese re-
sultado y por ende que se ha intentado por todos los medios el fortalecimiento de
ese grupo familiar.
Laexcepcionalidadhabla de quedeben tratarse decircunstanciasextremasygra-
ves que afecten seriamente la integridad de ese niño.
En ese sentido, nuestra ley 26.061 establece en su art. 41, inc. b) que: “Sólo en for-
ma excepcional, subsidiaria y por el más breve lapso posible puede recurrirse a una
forma convivencial alternativa a la de su grupo familiar, debiéndose propiciar; a tra-
vés de mecanismos rápidos y ágiles, el regreso de las niñas, niños y adolescentes a su
grupo o medio familiar y comunitario. Al considerar las soluciones se prestará espe-
cial atención a la continuidad en la educación de las niñas, niños y adolescentes, y a
su origen étnico, religioso, cultural y linguístico. Estas medidas deberán ser supervi-
sadas por el organismo administrativo local competente y judicial interviniente”.
El art. 12 de la CDN estipula que: ”7. Los Estados partes garantizarán al niño que
esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresarsu opinión
libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en
cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño. 2. Con tal
fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser escuchado, en todo procedi-
miento judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o por me-
dio de un representante o de un órgano apropiado, en consonancia con las normas
de procedimiento de la ley nacional”.
Elderecho aseroídoesuna expresión delderechoa defensa en juicio, la cual cons-
tituye una garantía indispensable para la defensa irrestricta de los derechos huma-
nos, pues sirve de barrera contra la arbitrariedad y una salvaguarda de la dignidad,
inherente a todo ser humano,
Constituye un prerrequisito para el ejercicio del derecho a defensa, que se ase-
gure al niño no solo la posibilidad de ser oído con el alcance que mencionaremos a
continuación, sino también a participar activamente en el proceso, pudiendo en
consecuencia interrogar a los testigos, obtener la comparecencia detestigosy peri-
tos o de otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechosy contar con la asis-
tencia de un abogado, tema sobre el cual también abundaremos más adelante.
Asimismo, la consagración del derecho aser oído representa uno de los aspectos
mássignificativos enel cambio de paradigma producido en materia de derechosde
la niñez.
El derecho del niño a ser oído y a que su opinión sea tenida en cuenta según su
edad y grado de madurez es emblemático a la hora de comprender el alcance del
principio,
El art. 707 del CCCN establece que: “Las personas mayores con capacidad res-
tringida ylosniños, niñas y adolescentes tienen derecho a seroídosen todos los pro-
cesos que los afectan directamente. Su opinión debe ser tenida en cuenta y valora-
da según su grado de discernimiento y la cuestión debatida en el proceso”.
Implica entender al niño como un verdadero sujeto de derechos, con reconoci-
miento de su autonomía.
Es, asu vez, un reconocimiento a su carácter de ciudadano en tanto constituye
una salvaguarda al derecho de peticionar ante las autoridades y, como derivado de
ello, a acceder a la justicia.
Sibien escierto que puede haberniños de doce años más maduroso con un dis-
cernimiento real mayorqueotros de, porejemplo, catorce o quince añosnoes
irrazonable establecer una línea divisoria que sirva de ordenador del sistema,
yqueafiance la seguridad jurídica, protegiendo a lossectores más vulnerables
y sin apartarse de los principios rectores que emanan de la Convención.
Una muy importante incorporación que se ha dado a partir de la reforma del Có-
digoCivily Comercial hasido elreconocimientoal ejercicio personal de los derechos
sobre el propio cuerpo.
La House of Lords afirmó que los “derechos parentales para controlaral niño no
existen en beneficio delos padres (...) [sino que] están establecidos en beneficio del
niño y están justificados sólo hasta el punto en que le permitan al padre el cumpli-
miento de sus deberes hacia el niño (...) Por cierto que el consentimiento de los pa-
dresdebenormalmenteser consultado, peroese consentimiento puede muchasve-
ces noestar disponible de inmediato. En condiciones que el paciente, no importa si
niñoo niña, escapaz de entender lo que se le proponey de expresar sus propios de-
seos, no veo dónde puede haber una buena razón para sostener que él o ella care-
ce de la capacidad para expresarlo válida y efectivamente”.
La House of Lords entendió que *un menor de dieciséis años puede, claro, con
ciertos límites, contratar (...) demandar y ser demandado, entregar evidencia y tes-
timonio bajojuramento”.
La capacidad restringida como regla implica que las atribuciones de los proge-
nitores son reconocidas por el derecho solo en cuanto sean necesarias para la pro-
tección del niño cuando el mismo no esté en un estado de madurez suficiente para
tomardecisiones, peroesasatribucionesceden frentealosderechosdel adolescente
atomar sus propias decisiones cuando alcanza la madurez necesaria.
En nuestro derecho interno podemos citar el caso "Liga de Amas de Casa, Consu-
midoresy Usuarios de la República Argentinay la Asociación Pro-familia c. Gobierno
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
La actora promovía una demanda contra la ciudad, solicitando la declaración de
inconstitucionalidad de los arts. 5* y 8? de la ley 418 de Salud Reproductiva y Pro-
creación Responsable.
Basaban su pretensión en que la norma que autoriza a la autoridad de aplicación
a informar, asesorar, prescribir y proveer métodos anticonceptivos a menores de
edad sin necesidad del consentimiento expreso de sus padres o representantes le-
gales o, en su defecto, el Ministerio Pupilar, constituían una clara violación al régi-
men de patria potestad consagrado en el Código Civil.
En ese entonces, el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad Autónoma de Bue-
nos Aires entendió que el proceso educativo no puede quedar librado al exclusivo
arbitrio de lospadresfijandounimportantelímite al régimen de patria potestad del
hasta ese momento vigente Código Civil.
Ello en virtud de que: “Los padres, en ejercicio de los derechos-deberes que le
acuerda el régimen de patria potestad, deben educar a sus hijos conforme las pau-
68 MARTÍN A. FELLER
tas que consideran idóneas para su formación y desarrollo, teniendo en mira el in-
terés de ellos. Y así habrá padres que educarán a sus hijos en una determinada reli-
gión y otros que no lo harán y algunos les indicarán que no deben mantener rela-
ciones sexuales prematrimoniales y otros no las objetarán”.
En el voto de la doctora Ana María Conde se señala que: “el Estado no puede le-
gislar para unos, en detrimento del estilo de vida de otros; sino que debe adoptar
las políticas que mejor contribuyan al desarrollo de los programas de vida de todos
los grupos religiosos, culturalesy comunitarios (...) No obstante, es un hecho que la
educación paterna no siempre logra aprehender los distintos aspectos de la perso-
na en evolución de un niño en curso a la juventud. La experiencia nos indica que, a
menudo, padresqueeducan asushijos bajoseveros cánones de moral y religiosidad
ven cómo estos abrazan con eltiempoestilos de vida y concepciones de lascosas que
difieren notoriamente de los parámetros con los que fueron instruidos, y viceversa
(...) Loqueningún padre podrá hacer será considerar que sus hijos son moldes vací-
os que pueden ser llenados con cualquier contenido; porque ello importaría tanto
comodespersonalizarlos, cosificarlos,loqueno puedeserconvalidadoen derecho”.
Asimismo señala que es indiscutible que el Estado tiene la obligación de garan-
tizar el derecho a la salud integral de la población en general y no solo de un sector
constituido por los mayores de veintiún años. Tampoco puede admitirse que el Es-
tado adopte una política de salud dirigida a una categoría de personas determina-
da porvaloresy creenciascomunes y deje desprotegidas a otras. Laacción estatal en
materia desalud debe ser lo más amplia posible y comprensiva dela mayorcantidad
de personas —menoreso no— potencialmente expuestas a losriesgos que se busca
evitar.
Entiende la magistrada que dado que una función primordial por parte del Es-
tado es el acceso a la salud, no puede admitirse, en consecuencia, que se requiera
—para implementar acciones de prevención y difusión de la información pertinen-
te, materia en la cual la Ciudad ejerce una función indelegable de autoridad sani-
taria (art. 22, Constitución CABA)— autorización de los padres oresponsables delos
menores de edad, excluyéndolos en caso de negativa. Tal accionar incurriría en dis-
criminación y tratamiento desigual de ciertos menores con relación a otros.
Del fallose concluye que existen cuestiones que excedenalaautoridad de los pa-
dres y por lo tanto no se encuentran comprendidas dentro de las atribuciones que
confiere la patria potestad, especialmente cuando se trata de derechos personalísi-
mos como son las decisiones que involucran al propio cuerpo.
El fallo abona la doctrina "Gillick” cuando señala, en el voto de la doctora Ana
María Conde, en cuanto a que no cabe sostener la necesidad de que, cual si fuera un
acto jurídico, la persona deba tener veintiún años cumplidos para poder acceder a
la prescripción de un método anticonceptivosinlaanuencia paterna. Tal afirmación
no superaría el test de la razonabilidad por la sencilla razón de que no tiene base
cierta en la realidad.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑAS, NIÑOS ... 69
los padresy el Estado. Él tiene de antemanoy a medida que tiene más edad,
cada vez en mayor magnitud, una personalidad propia”.
— La Corte Suprema de los Estados Unidos de América en el caso “Planned Pa-
renthood of Central Missouri v. Danforth” (1976). En ese caso se impugnaba
unaleydedichoEstado querequeríael consentimiento paterno paraqueuna
menor acceda alaborto, estableció queeserequisitoera inconstitucional por-
que delegaba en terceras personas un poder de veto absoluto sobre la deci-
sión de abortar de una mujer, decisión que ni siquiera el Estado detentaba.
Con posterioridad, en el caso "Bellotti v. Baird (11)" de 1979, declaró laincons-
titucionalidad de una ley de Massachusetts que prescribíaque una menor pri-
mero debe tratar de obtener el consentimiento de sus padres para accederal
aborto —antes de llegar a la Corte para solicitarlo—, por entender que "in-
cluso a una menor inmadura debe permitírsele accedera un aborto confiden-
cialmente”.
3 Conf. Zannoni, Derecho civil. Derecho de familia, 1989, t. ll, ps.641 a 647.
4 Art.639.
3 Ensuart.671 se establece como deberes delos hijos: a) respetar asu progenitor; b)cum-
plir con las decisiones de los progenitores que no sean contrarias a su interés superior; c) prestara
los progenitores colaboración propia de su edad y desarrollo y cuidar de ellos u otros ascendientes
en todas las circunstancias de la vida en que su ayuda sea necesaria.
72 MARTÍN A. FELLER
5 CSJN-Fallos, 331:2691.
7 Capítulo 3, "Deberesy derechos de los progenitores. Reglas generales”, art. 646: “Enume-
ración. Son deberes de losprogenitores: a)cuidardel hijo, convivircon él, prestarle alimentos yedu-
carlo; b) considerar las necesidades específicas del hijo según sus caracteristicas psicofísicas, aptitu-
des y desarrollo madurativo; c) respetar el derecho del niño y adolescente a ser oído y a participar
en su proceso educativo, así como en todo lo referente a sus derechos personalísimos; d) prestar
orientación y dirección al hijo para el ejercicio y efectividad de sus derechos; e)respetar y facilitarel
derecho del hijo a mantener relaciones personales con abuelos, otros parientes o personas con las
cuales tenga un vínculo afectivo; frepresentarlo y administrarel patrimonio del hijo”.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑAS, NIÑOS ... 73
b) Alcances de la representación
El Código Civil y Comercial no exige una edad mínima para poder efectivizar
la designación de abogado a un niño, sino que ha adoptado un criterio flexi-
ble-mixto; así ha fijado como regla que si se trata de un adolescente de trece
años su capacidad de discernimiento y grado de madurez se presumen, pero
siesunniñole corresponde al magistrado evaluar en cada caso en concreto si
cuenta con las condiciones necesarias para poder participar en forma autó-
noma con asistencia técnica letrada.
Se presume que el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para decidirpor sí res-
pecto de aquellos tratamientosque noresultan invasivos, nicomprometensuestado de saludo pro-
vocan un riesgo grave en su vida o integridad física.
Sisetrata de tratamientos invasivos que comprometen su estado de salud o está en riesgo la in-
tegridad o la vida, el adolescente debe prestarsu consentimiento con la asistencia de sus progeni-
tores; el conflicto entre ambos se resuelve teniendo en cuenta su interés superior, sobre la base de
la opinión médica respecto a las consecuencias de la realización o no del acto médico.
A partir de los dieciséis años el adolescente es considerado como un adulto para las decisiones
atinentes al cuidado de su propio cuerpo”.
Porsupuesto quesisetrata
de un adolescente, este podrá designar un letrado de
su confianza salvo que el juez fundamente la necesidad de un tutor especial.
Si bien se ha dicho que denegar la posibilidad de elegir un abogado atendiendo
únicamente a criterios cronológicos, atentaba contra el derecho de defensa en jui-
cioy asuvezviolentabael principio de autonomía progresiva que exige estar ante el
discernimiento real del niño y no al preestablecido por ley, lo cierto es que un crite-
rio cronológico no resulta incompatible con la autonomía progresiva en tanto esta-
blezca líneas divisorias que contemplen la naturaleza del desarrollo de losniños, y se
reconozca cierto grado de permeabilidad en las distintas etapas como creemos ocu-
rre enel Código Civil y Comercial a partir de lo expuesto en los párrafos precedentes.
Del juego de normas analizado surge que:
— Losmenores que seencuentren por debajo de lostrece años de edad carecen
de discernimiento paralos actoslícitos, porloqueseimponeentodos losca-
sos la necesidad de representación legal por medio de padres o tutores, sal-
vo disposiciones especiales —véase art. 261—.
— Enel caso de los menores comprendidos en la franja etárea de trece a dieci-
siete años inclusive, el sistema se torna más maleable admitiendo la posibili-
dad de que ejerzan por sí mismos actos que les sean permitidos por el orde-
namiento jurídico siemprey cuando cuenten con una edad y grado de ma-
durez suficiente.
trados por persona determinada o con la condición de no ser administrados porsu tutor; e) cuan-
do existe necesidad de ejerceractos de administración sobre bienes de extraña jurisdicción al juez
de la tutela y no pueden ser convenientemente administrados porel tutor; f) cuando serequieren
conocimientos específicoso particularespara un adecuado ejercicio de la administración por lasca-
racteristicas propias del bien a administrar; g)cuando existen razones de urgencia, hasta tanto se
tramite la designación del tutor que corresponda”.
76 MARTÍN A. FELLER
12 Art. 12, CON: “Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formar-
se un juicio propio el derecho de expresar
su opinión libremente en todos los asuntos que afectan
al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madu-
rez delniño”.
13 Human Rights Committee, General Comment 13, Equity beforthe Courts antd the rightto
a fair and public hearing by an independent
court established by law (art. 14), 13/4/84, CCPR/C/21,
p. 4 (véase Corte IDH, Opinión Consultiva n* 17),
14 Párr. 100.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑAS, NIÑOS ... 77
público que en el contexto del “patronato” velaba por el interés de sus asistidos en
cuanto al sistema tutelar vigente en ese entoncescuyo objetivo principal era la pro-
tección, sin darle debida atención al cercenamiento de libertades tanto de acción
como física que muchas veces se producían con las decisiones adoptadas.
Bajo el paradigma actual de promoción y protección de derechos ha tenido que
replantearse la función del asesor de menores, el cual debe intervenirya no por la
mera protección en un contexto de férrea autoridad parental y estatal, sino paraga-
rantizarel acceso a lajusticia de niños y adolescentes en condiciones de igualdad con
el mundo adulto.
Recordemos que la clave del paradigma actual es, por un lado, la protección del
niño en cuanto a su centro de vida, el cual incluye desde luego a su familia y, dentro
de ello a un funcionamiento que si bien no niega la autoridad de los progenitores,
sídemocratiza el funcionamiento familiar aumentando los límites a esarepresenta-
ción y reconociendo mayor autonomía alos niños, pudiendo desoír en algunas oca-
siones el mandato de sus padres si esta cuestión afecta sus intereses.
En ese contexto, el asesor de menoreses aquel funcionario públicoque debe ga-
rantizar los derechos reconocidosa niños y adolescentes por la Convención, demás
tratados y leyes.
Adiferencia de un letrado (defensor oficial o particular) la intervención del ase-
sor de menorestiene que ver con el respetoa la legalidad de los procesosquetienen
niños y adolescentes como parte interesada, es decir, el respeto de la Convención, y
las leyes nacionales y procesales dictadas en su consecuencia.
Asísehadicho, queno puede asimilarse la intervención del asesorala función que
cumple el defensor oficial por cuanto dichofuncionario judicial interviene en el pro-
ceso en similares circunstancias que cualquier representación o patrocinio letrado
particular actuandoa instanciadela parteaquienbrinda asistencia letradaenel pro-
ceso.
En cambio, cuando se trata de la figura del asesor, quien ejerce la representación
promiscua de personas menores de edad o de adultos incapaces, no solo participa
brindando dictamen en tanto analista y garante de la legalidad, del resguardo de los
derechos de carácter público y de afectación de este grupo o sector vulnerable de la
sociedad, sino que bajo suextensa yamplia legitimación está llamadoa intervenirde
oficio en toda cuestión, judicial o extrajudicial, en que se vean afectados derechoso
intereses de sus representados.
Podemos decirentonces
queel asesor de menores en el marco del paradigma ac-
tual, tiene como función representar, asistiry defender los derechos humanos y ga-
rantizarelderechoa ser oídos de las personas menores de edad y de aquellasque por
su padecimiento así lo necesiten ?”,
Debemos además recordar que el asesor de menores representa atodas las per-
sonas con capacidad restringida, siendo que en el caso de adultos hablamos de cu-
raduría.
Ahora bien, como hemos ya visto, el art. 27 de la ley 26.061 reconoce el derecho
de todo niño sujeto a un proceso administrativo o judicial a contar con letrado es-
pecializado que defienda sus intereses.
Asimismo, en consonancia con esta ley, elart. 26del CCCN establece que: “La per-
sona menor de edad ejerce sus derechos a través de sus representantes legales. No
obstante, la que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por
sílosactosquelesonpermitidosporelordenamientojurídico. Ensituacionesdecon-
flicto de interesesconsusrepresentanteslegales, puede intervenircon asistencia le-
trada ...”.
Aquí el Código comienza a restringir un poco más la cuestión ya que limita la in-
tervención del niño con asistencia letrada a casos de conflicto con sus progenitores.
El art. 261 del CCCN establece que son involuntarios los actos lícitos efectuados
por personas menores atrece años.
Elart. 677 establece que: “Losprogenitores pueden estaren juicio porsu hijo co-
moactoreso demandados. $e presume que el hijo adolescente cuenta con suficien-
te autonomía para interveniren un proceso conjuntamentecon los progenitores, o
de manera autónoma con asistencia letrada”.
Sin perjuicio de ello, entanto su carácter de representantes legales la ley le otor-
ga al progenitor la posibilidad de oponerse al juicio en el ámbito civil, el juez puede
autorizarlo a intervenir en el proceso con la debida asistencia letrada, previa au-
diencia del oponente y del Ministerio Público, es decir, del asesor de menores.
Con esto último puede visualizarse mejor cómo funciona el sistema:
El niño (menor detrece años deedad) no puedeintervenir por símismo en un jui-
cio bajo ninguna circunstancia siendo esta materia reservada de manera exclusiva
asus progenitores (o en caso de conflicto de intereses a la designación de un tutor
especial) como sus representantes legales más allá de su derecho de ser oído como
garantía de debido proceso en materia de niñez puesto que como ya hemos dicho
ninguna sentencia judicial gozara de validez sin el recaudo de oír al niño.
Enel caso “M., G.c.P,, C. A."1?el Máximo Tribunal, rechazó el pedido de una ni-
ña menor de catorce años, “M.”, de ser tenida como parte por derecho propio, en
el juicio de tenencia que sus progenitores habían iniciadoy en el cual ella había ele-
gido a una abogada de su confianza para que defienda sus derechos cuando tenía
diez años. Tanto el Juzgado de Primera Instancia como la Cámara Nacional de Ape-
laciones (Sala C), asuturnotambién, rechazaronsusolicitud. La defensora oficial in-
terpuso el recurso de queja ante el rechazo del recurso extraordinario federal, que
fue formalmente admitido.
Un primer argumento de la Corte, es el ya utilizado en otras oportunidades en
cuanto a que el régimen impuesto por la ley 26.061 no resulta derogatorio de otras
normas de derecho interno, salvo que dicha derogación sea expresa como lo dispo-
ne con la Ley de Patronato.
En el fallo analizado, el Máximo Tribunal de nuestro país entendió que "las dis-
posiciones del Código Civil que legislan sobre la capacidad de los menorestantoim-
púberescomo adultos no hansido derogadas porla ley de protección integral delos
derechos de las niñas, niñosy adolescentes. En consecuencia, de acuerdo con este
régimen de fondo, los menoresimpúberesson incapaces absolutos, que no pueden
realizar por sí mismos actos jurídicos (art. 54, inc. 2”, CC), como sería la designación
y remoción de un letrado patrocinante, así como la actuación por derecho propio
en un proceso, en calidad de parte” 18,
Cabe destacar
que este fallo es anteriora la reforma del CódigoCivil y Comercial.
Sinembargo, esecriterioprimóenlareformaposteriordel Código porcuantosibien
se adoptaron criterios de mayor flexibilidad lo cierto es que el actual Código tam-
bién utiliza la confección de categorías para delimitar el grado de autonomía y li-
bertad de ejercicio delosniñosy adolescentes y agrandesrasgosla categoría de me-
nor impúber esreemplazada por la de niño, mientras que la de menor adulto es re-
emplazada por la de adolescente, más allá reitero del mayor grado de flexibiliza-
ción, en cuestiones que tienen que ver con la disposición del cuerpo.
Enel caso de la categoría “niños” las posibilidades de acceso al juicio dependen,
en primer lugar, de sus progenitores como representantes legales así como el acce-
soal patrocinio letrado. En cuantoa los adolescentes, la cuestión como vimos es de
mayor holgura aunque no exenta de trabas, pues hemos visto que puede mediar
oposición de los progenitores ala posibilidad de que su hijo adolescente se presen-
te en juicio por sí mismo, lo cual deberá ser evaluado por el juez,
Ante la posibilidad de que un niño tenga derecho a iniciar un juicio de carácter
civil y sus progenitores se negasen a hacerlo con perjuicio para su hijo, es el asesor
de menores quien debe como representante detodos los niñosy adolescentes efec-
tuar la presentación correspondiente, debiendo el juez si correspondiere designar
un tutor especial 1? y desde ya garantizarle el patrocinio letrado mediante la desig-
nación de un abogado especializado.
A los fines de garantizar este derecho y el acceso a la justicia, las distintas juris-
dicciones prevén la creación de organismos que proveen de manera gratuita este
servicio.
Así, la ley 114 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires establece en su art. 35, inc.
cd) que: “Son ejes quesustentan las políticas públicas de protección integral de los de-
rechos: propiciar la constitución de organizaciones yorganismos para la defensa de
los derechos de niños, niñas y adolescentes que brinden asesoramiento y patrocinio
jurídico gratuito, deduzcan denuncias o promuevan acciones ante tribunales, ase-
sorías, fiscalías y defensorías oficiales”.
Mientras el art. 70, inc. g) dice: “Son funciones de las defensorías zonales: otor-
gar patrocinio jurídico gratuito, cuando lo estime necesario o conveniente, a niñas,
niños, adolescentes y a miembros de sugrupo familiar”.
En el ámbito penal, la cuestión no suscita duda alguna ni distinción por edades,
ya que la Convención es muy clara al respecto?%. Cuando las cuestiones resultan ati-
nentes al ámbito civil y laboral es preciso realizar algunas aclaraciones al contratar
un abogado especializado para que lo asista técnicamente en el marco de un pro-
ceso judicial,
En materia laboral, el Código juntamente con las leyes laborales prevén en pri-
mer lugar que la edad mínima paratrabajares de dieciséis años de edad con autori-
zación de los progenitores, siendo que a partir de esa circunstancia puede estar en
juicio derivado de su relación laboral y por ende acceder a un abogado de su con-
fianza porsí mismo?!.
20 Véansearts. 37 y40.
21 Art.681, CCCN: “Contratos por servicios del hijo menor de dieciséis años. El hijo menor de
dieciséis años no puede ejercer oficio, profesión o industria, ni obligara su persona de otra mane-
ra sin autorización de sus progenitores; en todo caso, debe cumplirse con las disposiciones de este
Código y de leyes especiales”.
Asimismo, la Ley de Contrato de Trabajo ensu art, 32 establece que: “Laspersonas desde losdie-
ciséis años y menores de dieciocho años, pueden celebrar contrato de trabajo, con autorización de
sus padres, responsables o tutores. Se presume tal autorización cuando el adolescente viva inde-
pendientemente de ellos”.
El art. 33 de la LCT prevé que: “Las personas desde los dieciséis años están facultadas para estar
enjuicio laboral en acciones vinculadas alcontrato o relación de trabajo y para hacerse representar
por mandatarios mediante el instrumento otorgado en la forma que prevén las leyes locales, de-
biéndose cumpliren cualquier circunstancia las garantías mínimas de procedimiento en los proce-
sosjudiciales y administrativosestablecidosporelart. 27 de la ley 26.061, quecrea elsistema de pro-
tección integral de los derechos de niños, niñas y adolescentes”.
82 MARTÍN A. FELLER
Sieljoven cuenta con título habilitante, aun sin distinción de edad también pue-
detrabajar, tiene la libre administración de sus bienes derivados de suempleo y, por
ende, la capacidad para estar en juicio civil o penal sin previa autorización”.
22 Art.30, CCCN: “Persona menor de edad con título profesional habilitante. La persona me-
nor de edad que ha obtenido título habilitante para el ejercicio de una profesión puede ejercerla
por cuenta propia sin necesidad de previa autorización. Tiene la administración y disposición de los
bienes que adquiere con el producto de su profesión y puede estar en juicio civil o penal por cues-
tiones vinculadas a ella”.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑAS, NIÑOS ... 83
23
Art. 14, decr.-ley 22.278.
84 MARTÍN A. FELLER
lo tanto, el niño tendrá un rol activo en relación a las cuestiones en las que
tengaalgún interés. Se le garantiza seroído en el proceso yaseajudicialo ad-
ministrativo previo al dictado de una resolución válida.
La familia pasa a ser el eje de la vida del niño. Forma parte de su historia de vi-
da, de su identidad, por lo que en casos muy graves y agotando todos los ex-
tremos legales, el niño puede ser separado de su entorno familiar por el me-
nortiempo posible. Es decir, sefija un claro límitea la autoridad judicial la cual
debefundamentar muy bien la decisión de separara un niño desu familia ba-
jo causales fijadas expresamente por ley.
Se respetan los valores culturales de los niños, los cuales se entienden que
conforman su identidad. Una diferencia sustancial con el modelo anterior
queleimponíaeldeberalos jueces de actuar conformelo haría “un buen pa-
dre de familia” según los estándares morales mayoritarios.
Queda separado claramente lo que es la responsabilidad del joven por un he-
choilícitoy lo que es un joven vulnerable. En el caso de los primeros interviene
un juez especializado en lo penal y el joven queda sujeto a un régimen penal
aminorado que contemple alternativas para salir del proceso. En el segundo
caso setoman medidastendientes asuperar la situación de vulnerabilidad del
joven respetando su dignidad, y sus intereses y por sobretodo su libertad.
Art. 680, CCCN: “Hijo adolescente en juicio. El hijo adolescente no precisa autorización de
sus progenitores para estaren juicio cuando sea acusado criminalmente, ni para reconocer hijos”.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑAS, NIÑOS ... 85
25 Art.8*, CADH: “Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro
de un plazo razonable, porunjuezo tribunal competente, independiente e imparcial, establecido
conanterioridadporla ley, enla sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella,
O para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier
otro carácter”.
26 Art.8,2,CADH: *... d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asisti-
do por un defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor”.
Capítulo IV
El Código Civil y Comercial, aprobado por ley 26.994, recepciona las normas ya
vigentes en nuestro país a partir de la ley 26.378 que ratificó la CDPD aprobada por
la Organización de las Naciones Unidas en el año 2006, y de la ley 26.657 de Salud
Mental. Cuerpos normativos de índole convencional y de jerarquía constitucional
(ley 27.443) consolidando el cambio de paradigma en el campo de los derechos hu-
manos de la salud mental.
La sanción del Código Civil y Comercial ha procurado fundamentalmente la in-
corporación de los principios básicos en materia de derechos humanos obrantes en
lostratados internacionalesalanormacivil. Porlotanto, se han modificado las cues-
tionesatinentesalosderechosdelaniñez y adolescencia, laincorporación dela pers-
pectiva de género, y en el caso que analizaremos aquí la situación de aquellas per-
sonas con afecciones en susalud mental.
Uno de los ejes fundamentales del sistema actual se encuentra consagrado en el
art. 48 del CCCNen cuanto aque “se considera persona con discapacidad, a toda per-
sona que padece una alteración funcional permanente o prolongada, física o men-
tal, que en relación
a su edad y medio social implica desventajas considerables para
su integración familiar, social, educacional o laboral. La acciónsólo corresponde al
cónyuge, conviviente y a los ascendientes y descendientes”.
En la definición brindada porel Código Civil y Comercialsobre discapacidad apa-
rece un elemento importante, que esla mención al medio social. El concepto de dis-
capacidad en el modelo actual no es solo médico-científico, sino que dimensiona la
situación de la persona en relación al entorno social y cómo este debe readaptarse
para que las personas con discapacidad puedan ejercer sus derechos con la mayor
88 MARTÍN A. FELLER
Así, la Corte Interamericana de Derechos Humanos nos enseña que “el Estado
debe respetar y procurar los medios y condiciones jurídicas para que el derecho al
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 89
1 Sent.del 29/11/12, Serie C, n*146, párr. 109, en “Caso García y Familiaresv. Guatemala -Fon-
do, Reparaciones
y Costas”.
90 MARTÍN A. FELLER
Asísehadichoque: "Losprincipios
y reglasqueregulanla restricción orestriccio-
nesen materia de capacidad jurídica plasman en el Códigoel reemplazo de un 'mo-
delo de sustitución en la toma de decisiones' por un 'modelo de apoyo en la toma
de decisiones". Ese cambio de paradigma implica que, todas las personas tienen ca-
pacidad jurídica en igualdad de condiciones, la pregunta deja de ser si una persona
puede ejercer su capacidad jurídica, para concentrarse en que necesita la persona
para ejercersu capacidad jurídica ..."?3,
La Convención sobre Derechos de las Personas con Discapacidad establece que:
“Los Estados Partes asegurarán que en todas las medidas relativas al ejercicio de la
capacidad jurídica se proporcionen salvaguardias adecuadas y efectivas para impe-
dirlosabusos de conformidad con el derecho internacional en materia de derechos
humanos. Esassalvaguardias asegurarán que las medidas relativas al ejercicio de la
capacidad jurídica respeten los derechos, la voluntad y las preferencias de la perso-
na, que no haya conflicto de intereses ni influencia indebida, que sean proporcio-
nales y adaptadas a las circunstancias de la persona, que se apliquen enel plazo más
corto posible y que estén sujetasa exámenes periódicos por parte de una autoridad
ounórgano judicial competente, independiente e imparcial. Las salvaguardias se-
rán proporcionales al grado en que dichas medidas afecten a los derechos e intere-
ses de las personas”.
4 Art.12.4dela CDPD.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 93
a) Presunción de capacidad
Según lo normado por el art. 31 del CCCN “la capacidad general de ejercicio de
la persona humana se presume, aun cuando se encuentre internada en un estable-
cimiento asistencial”.
La presunción de capacidad además de resultar conteste con lo normado por los
tratados de derechos humanos requiere rigurosidad de los jueces para analizar el
material probatorio, pero no limitarse solo a este, pues la concepción hoy en día es
la del modelo social de discapacidad, dondese propone que la discapacidad excede
a las cuestiones de indole científica o médica como en el modelo anterior, sino que
es una problemática social, y portanto la forma de afrontarlo es con la integración
e interacción social. Sobre esta cuestión abundaremos luego.
El cambio de paradigma se visualiza en aspectos tales como el art. 304 del CCCN
en cuanto establece que: “Sí alguna de las personas otorgantes del acto tiene disca-
pacidad auditiva, deben intervenir dos testigos que puedan dar cuenta del conoci-
miento y comprensión del acto por la persona otorgante. Si es analfabeta, además,
la escritura debe hacerse de conformidad a una minuta firmada por ella y el escriba-
no debe dar fe de ese hecho. La minuta debe quedar protocolizada”.
A.diferencia del esquema anterior, donde la persona sordomuda era considerada
incapaz (situación a la cual estaría condenada de por vida si la sordomudez no tenía
cura) la ley, partiendo del paradigma impuesto por la Convención sobre Derechos de
las Personas con Discapacidad presume su capacidad y le permite otorgar actos jurí-
dicos cumpliendo ciertos requisitos formales en aras de la seguridad jurídica.
Además de la rigurosidad del análisis del material probatorio los jueces deben ser
igual derigurososenla fundamentación y no aplicar medidas de caráctergeneral que
implicaría una restricción más allá de lorazonable. Porlotanto, la sentencia debe de-
terminar de manera puntillosa su alcance y los deberes de los grupos de apoyo.
La presunción de capacidad es además un requisito esencial en materia de res-
petoalosderechoshumanospuestienequeverelrespeto de autonomíay dignidad
del ser humano que exige examinar de manera exhaustiva
y restrictiva cualquier li-
mitación a esa autonomía.
Recordemosqueatravésdetratadosinternacionales—talescomola Convención
sobre Derechos de las Personas con Discapacidad—, la capacidad pasa a ser algo más
que un atributo de la personalidad, sino que atañe al ejercicio de los derechos fun-
94 MARTÍN A. FELLER
damentales, de manera tal que las restricciones que se impongan, siempre en favor
de lapersona, deben ser aplicadascon carácter restrictivo y conforme a los principios
analizados en el punto anterior.
El carácter restrictivo de la declaración de restricción de la capacidad invierte la
carga de la prueba pues le incumbe al Estado demostrar las causales mediante las
cuales se pretenda restringir la capacidad de la persona.
La presunción de capacidad tiene que ver con el carácter restrictivo y por ende,
con la necesariedad de las medidasimpuestasapartirde ladeclaración judicial man-
teniendo en todo lo posible la autodeterminación del sujeto y determinar con cla-
ridad que actos son los que están restringidos y como actuará el sistema de apoyos.
La presunción le exige a los magistrados fundar su fallo judicial de manera ex-
haustiva para hacer caer dicha presunción y el carácter restrictivo implica determi-
nar puntillosamente qué actos de la vida cotidiana no puede ejercer la persona por
sí misma y la extensión del sistema de apoyos”.
Por eso el artículo analizado establece en su parte final que “aun cuando se
encuentreinternadaenunestablecimientoasistencial”locualconformeana-
lizaremos en esta obra al tratar la cuestión de la Ley Nacional de Salud Men-
tal (15M).
— Losdéficitsenlacapacidad mental no debenutilizarse comojustificación pa-
ra negar la capacidad jurídica.
— Lacapacidad mental noes, comose presenta comúnmente, unfenómenoob-
jetivo, científico, y natural, sino que depende de los contextos sociales y polí-
ticos, al igual que las disciplinas, profesiones y prácticas que desempeñan un
papel predominante en su evaluación.
El art. 32, inc. b) del CCCN establece que “las limitaciones a la capacidad son de
carácter excepcional y se imponen siempre en beneficio de la persona”.
La norma habla de “limitaciones” en plural porloqueen lugar de proponer un es-
quema que limite “el todo” como operaba el régimen anterior, propone un esque-
ma donde se limite aquello en lo cual la persona no resulte idónea para efectuar por
sí misma debiendo guardar relación y concordancia entre la afección que padezca el
sujeto y las características del acto que deberá restringirse en cuanto a la exigencia
que demanda del sujeto en torno a sus aptitudes.
8 CACC Mar del Plata, Sala Il, “D.J.”, causa n* 62305/15, del 22/12/15, "Boletín de Jurispru-
dencia del Ministerio Público de Defensa de la Provincia de Buenos Aires”, oct. 2017, p. 26.
2 JNCiv. n*92, “F., M.P.”, causa n* 57468/96, del 16/6/16, “Boletín de Jurisprudencia del Mi-
nisterio Público de Defensa de la Provincia de Buenos Aires”, oct. 2017, p.27.
98 MARTÍN A. FELLER
El art. 31, inc. d) del CCCN establece que “la persona tiene derecho a recibir in-
formación a través de medios y tecnologías adecuadas para su comprensión”.
Este punto de la norma obedece a la exigencia normativa de eliminar las barre-
rasexistentesen la sociedad, ya que la concepción de discapacidad con los paradig-
mas vigentes impone una visión social más allá de la condición personal de cada su-
jeto. La discapacidad es una problemática social y exige medidas proactivas para su
superación de manera de garantizar la igualdad real de oportunidades.
La ONUenlas Normas Uniformesdela Organización delas Naciones Unidas, apro-
badas por la Asamblea General en su Res. 48/96, del 20 de diciembre de 1993, señala
en suart. 5% “Los Estados deben elaborar estrategias para que losservicios de infor-
mación y documentación sean accesibles a diferentes grupos de personas con disca-
pacidad. Afin de proporcionar acceso a la información y a la documentación escritas
alas personas con deficiencias visuales, deben utilizarse el sistema Braille, grabacio-
nesencinta, tiposdeimprentasgrandesy otrastecnologíasapropiadas. Deigual mo-
do, deben utilizarse tecnologías apropiadas para proporcionar acceso ala informa-
ción oral a las personas con deficiencias auditivas o dificultades de comprensión” ?0.
Lo dicho, ni más nimenos, obedece al mandato constitucional delart. 75encuan-
to exhorta al Congreso de la Nación a: “Legislar y promover medidas de acción po-
sitiva que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno gocey
ejercicio de los derechos reconocidos por esta Constitución y por los tratados inter-
nacionales vigentes sobre derechos humanos, en particular respecto de los niños,
las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad”.
Asuvez, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad es-
tablece en su art. 49, inc. g) en cuanto a: “Emprendero promover la investigación y
El concepto del modelo social de la discapacidad implica que el Estado debe to-
martodas las medidas de acción positiva y, por lotanto, lasrespuestas del Estado no
deben enfocarse individualmente a la persona afectada sino más bien apuntara la
sociedad toda.
La Convención sobre los Derechos
de las Personas con Discapacidad —a la quere-
cientementese le otorgó jerarquía constitucional a través de la ley 27.044— instau-
ra un modelo social que implica que la discapacidad nosolose define por la presen-
cia de una deficiencia física, mental, intelectual o sensorial, sinoque también se en-
cuentra determinada por las barreras o limitaciones que socialmente existen para
que las personas puedan ejercer sus derechos de manera efectiva!3,
Lasrespuestassocialesse basanenlabúsqueda de lainclusión através de laigual-
dad de oportunidades. A dichos fines se presentan una serie de medidas entre las
que se destacan la accesibilidad universal, el diseño para la totalidad de las perso-
nas, la transversalidad de las políticas en materia de discapacidad, entre otras?!
El art. 31, inc.e) del CCCN establece que “la persona tiene derecho
a participar en
el proceso judicial con asistencia letrada, que debe ser proporcionada por el Estado
si carece de medios”.
Uno de los cambios fundamentales en el paradigma vigente, tanto en materia
desalud mental comoen materia de discapacidad y detodo proceso tendienteares-
tringir la capacidad de las personas, es la garantía de la defensa en juicio y de la vi-
gencia del debido proceso.
Lanoción de debido procesocontiene una seriede garantias (a contar con un juez
natural, imparcial e ndependiente, lalegalidad en la obtención de pruebas, la posi-
bilidad de controlar las pruebas producidas en su contra, de participar activamente
en el proceso con el control de pruebas y la interposición de recursos, el plazo razo-
nable) que concluyen en un ejercicio del derechoa la defensa en toda su extensión,
en un ejercicio pleno, en una participación útil en el proceso.
La Corte IDH ha dicho que “todos los órganos que ejerzan funciones de natura-
leza materialmente jurisdiccional, sean penaleso no, tieneneldeberde adoptar de-
cisiones justas basadas en el respeto pleno a las garantías del debido proceso esta-
blecidas en el art. 8? de la Convención Americana”. De este modo, las debidas ga-
rantías que debe respetartodo proceso que señala el artículo en cuestión, se aplica
13 CortelDH, "Furlán yfamiliaresv. Argentina”, sent. del 31/8/12, párr. 133; dictamen dela Pro-
curación General en la causa 5.C.P. 698, L. XLVII, “P., A. C. s/Insania”, emitido el 21/2/14.
aladeterminación de derechos
y obligaciones
de orden civil, laboral, fiscal ode cual-
quierotrocarácter, porloque, en ellas, deben respetarse los mismos estándares que
enel proceso penal.
Porlotanto, en losprocesos de índole civilo de familia quesetratan habitualmen-
teenlascuestionestendientesadirimirlacapacidaddeuna persona oeventualmente
una internación las normas del debido proceso de manera plena como se le recono-
ce alos procesos penales.
Asimismo, en materia de salud mental, de internacionesy de restricción a la ca-
pacidadse debe permitirla revisión periódica de la medida judicial ya que el princi-
pio es el restablecimiento de la situación anterior, es decir el estatus jurídico pleno
del sujeto.
El Código Civil y Comercial prevé ademáslainmediación como un requisito esen-
cial de procedimiento.
El art. 13 de la CDPD, que prevé el acceso a la justicia para las personascon disca-
pacidad, destaca la accesibilidad para la participación plena y efectiva en los proce-
sos judiciales.
Debe tomarse en consideración las particularidades de la situación concreta de
cada persona con discapacidad.
Porende, losjueces deben trabajar de manera mancomunada con losequiposin-
terdisciplinarios que permitan a las personas participar del proceso unificando el
lenguaje, permitiendo comunicar la persona desde su individualidad y sus recursos
hacia el afuera atento cada caso en concreto.
Lo dicho implica abandonar en loshechos la histórica marginación e invisibiliza-
ción de las personas con discapacidad y con afecciones en su salud mental, ya que el
carácter pleno de sujetos se afirma con un acceso útil a la justicia y la posibilidad de
defensa de sus derechos.
El art. 8 de la CADH establece que: “Toda persona tiene derecho a ser oída, con
las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal compe-
tente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sus-
tanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determina-
ción de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter”,
El derecho de la defensa técnica implica que durante el proceso judicial en los
cuales se esté dirimiendo la restricción de la capacidad, o una internación la perso-
na cuente con la posibilidad de contar con un letrado de su elección y en caso de ca-
recer de recursos, debe el Estado proporcionar un defensor oficial sin cargo.
La defensa debe ser idónea y debe nutrirse de todas las herramientas necesarias
para que la voluntad del defendido se vea plasmada en el ejercicio de la defensa téc-
nica e incluso deberá proveerse lo necesario para que el defensor cuentecon el apo-
yo de un equipo técnico a los fines de poder facilitar esa interpretación y establecer
por decirlo de algún modo “un lenguaje común”.
104 MARTÍN A. FELLER
El art. 36 del CCCN establece que: “La persona en cuyo interés se lleva adelante
el proceso es parte y puede aportar todas las pruebas que hacena su defensa. Inter-
puesta lasolicitud de declaración de incapacidado derestricción dela capacidadan-
te el juez correspondiente a su domicilio o del lugar de su internación, si la persona
en cuyo interés se lleva adelante el proceso ha comparecido sin abogado, se le debe
nombraruno para que la represente y le preste asistencia letrada en el juicio. La per-
sona que solicitó la declaración puede aportar toda clase de pruebas para acreditar
los hechos invocados”.
El reconocimiento de “parte” deja en claro el reconocimiento de sujeto de de-
recho por lo tanto y conforme lo dicho en materia de defensa técnica la voluntad
que debe primar debe ser el del sujeto sobre el cual se dirimen estas cuestiones, por
supuesto dentro las posibilidades reales del sujeto, lo cual como dijimos una ade-
cuada defensa debe adaptarse a esa singularidad.
El carácter de parte implica entre otras cuestiones que debe contarse, ademásde
la defensa técnica con el complemento de un equipo técnico en caso de que fuera
necesarioa finde poderexpresarde maneracabal la voluntad del sujeto, el cualnue-
vamente huelga decirlo, es parte en el proceso.
La base del proceso, como veremos más adelante, es la interdisciplina.
Como decíamos, la revisión periódica tanto en los procesos de internación como
de restricción a la capacidad constituyen una garantía más, así como el debido pro-
ceso.
El art. 40 del CCCN establece que la ”... revisión de la sentencia declarativa puede
tener lugar en cualquier momento, a instancias del interesado. En el supuesto previs-
toenelart. 32, lasentencia debe ser revisada poreljfuezen un plazo no superiora tres
años, sobre la base de nuevos dictámenes interdisciplinarios y mediando la audiencia
personal con el interesado. Es deber del Ministerio Público fiscalizarel cumplimiento
efectivo de la revisión judicial a que refiere el párr. 1%e instar, en su caso, a que ésta se
lleve a cabo siel juez no la hubiere efectuado en el plazo allfestablecido”.
La norma es conteste con lo dispuesto porel art. 12.4 de la CDPD?5.
La posibilidad de revisión periódica a pedido del interesado es una extensión del
derecho de defensay portanto esta posibilidad se encuentra dentro del debido pro-
ceso en los casos tanto de internaciones como de restricciones a la capacidad.
En el modelo anterior, a los fines de revertir la declaración de incapacidad sete-
nía que realizar un nuevo juicio donde debía acreditarse la modificación del presu-
puesto fáctico que dio origen a la declaración de incapacidad en el juicio anterior.
En este caso lo quese revisa periódicamente esla proporcionalidad de la restric-
ción dictada de cara a las necesidades que fundamente la medida, previo examen
interdisciplinario. La revisión de la sentencia es un deber para el magistrado.
15 Establece que “estén sujetas a exámenes periódicos por parte de una autoridad o unórga-
no judicial competente, independiente e imparcial”.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 105
En síntesis, podemos establecer que tanto los procesos en los cuales se diriman
cuestiones atinentes a la capacidad de la persona, como en los casos específicos en
materia de salud mental, la internación se le garantice al sujeto:
— Un proceso justo en el quea la persona afectada se le reconozca su carácter
de parte, garantizando su derecho a defensa con acceso a un abogado de-
fensor.
— Lafacultad deofreceryproducirprueba,
yderecurriry desolicitartodasaque-
llas medidas que estime en su protección, sobre todo en estos casos el dere-
cho de revisión periódica de la medida.
— El derecho (y a su vez el deber de los magistrados) a tener contacto directo
con lossujetos afectados al proceso como elemento de control de la gestión
judicial y de precisión en latoma de decisiones.
CapítuloV
RESTRICCIÓN DE CAPACIDAD
Y DECLARACIÓN DE INCAPACIDAD
520. CONCEPTO
Para poder hablar de dependencia física y psicológica las personas presentan tres
o más de los siguientes criterios en un período de doce meses: a) fuerte deseo o ne-
cesidaddeconsumirlasustancia(adicción); b)dificultadesparacontrolardichocon-
sumo; c) síndrome de abstinencia al interrumpir o reducirel consumo; d)toleran-
cia; e) abandono progresivo de intereses ajenos al consumo de la sustancia (inver-
sión de tiempo en actividades relacionadascon la obtención delasustancia); f) per-
sistencia en el uso de la sustanciaa pesar de percibir
de forma clara sus efectos perju-
diciales.
Esta afección, como indica la norma, debe ser perdurable en el tiempo, de modo
que afecte la vida cotidiana del sujeto de manera más o menos constante colocán-
doloensituación de vulnerabilidad y de allí quese vislumbre lanecesidad de losapo-
yos o, en situaciones más extremas, la designación del curador.
La sentencia debe determinar la extensión y alcance de la restricción y especifi-
car las funcionesy actos quese limitan, procurando que la afectación de la autono-
1 Art.26,CCCN: ”... Se presume que el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud
para decidir porsirespecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, nicomprometen su
estado de saludo provocan un riesgo grave en su vida o integridad física.
Sisetrata de tratamientos invasivos que comprometen su estado de salud o está en riesgo la in-
tegridad o la vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con la asistencia de sus progeni-
tores; el conflicto entre ambos se resuelve teniendo en cuenta su interés superior, sobre la base de
la opinión médica respecto a las consecuencias de la realización o no del acto médico”.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 109
mía personal sea la menor posible. Asimismo, debe asignar una o más personas de
apoyoocuradores, de acuerdo a lo establecido en el art. 32 yseñalarlascondiciones
de validez de los actos específicos sujetos a la restricción con indicación de la o las
personas intervinientesy la modalidad de su actuación.
Tal como venimos manifestando, las limitaciones a la capacidad son de carácter
restrictivo y por ende, deben aplicarse en la medida de lo justo y necesario tal que
permitansortear lasituaciónde vulnerabilidad del sujeto y asimismo mantener den-
tro de lo máximo posible su ámbito de autonomía y toma de decisiones.
Elloresulta conteste con los postulados de la CDPDen cuantoa que exhorta alos
Estados Partes a adoptar medidas efectivasy pertinentes, incluso mediante el apo-
yo de personas quese hallen en lasmismas circunstancias, para que las personascon
discapacidad puedan lograry mantener la máxima independencia, capacidad física,
mental, social y vocacional, y la inclusión y participación plena en todos los aspectos
de la vida?.
Uno de los postulados de la CDPDes el reconocimiento irrestricto de la igualdad
jurídica? y en orden a preservar este principio es que las limitaciones que imponga
la sentencia deben ser las menores posibles, siendo la función del personal de apo-
yo la orientación y no el reemplazo.
El sostén de la autonomía es el núcleo por donde transita el paradigma vigente
enelCódigoCivily Comercial, comoyahemosvistoenlacuestióndelosmenoresdon-
delosprogenitoresnosonapriori"representantes” sinoqueseencargandelaorien-
tación y cuidado.
En el caso de los adultos con discapacidad, el modelo primordial es la presencia de
las personas de apoyo, la cuales deben orientara la persona en el ejercicio desu auto-
nomía (solo subsidiariamente actuará un curador reservado a los casos más graves).
La orientación y apoyo es el modelo actual en reemplazo de los otrora represen-
tantes. La representación —que equivale al reemplazo—es una cuestión de última
ratio, es decir, reservado solo a aquellos casos donde el ejercicio del derecho resulte
atodas luces imposible.
Porende, la limitación debe estar orientada adeterminadosactos, no altodoco-
mo de manera indiscriminada, preveía el régimen anterior.
La limitación a la capacidad ya no se rige solo por extremos absolutos —se es ca-
pazoincapaz—, sino que entrela restricción genérica queexigela designación de un
curador —propia del proceso de "insania” anterior—y la capacidad plena, se reco-
nocen una serie de matices en donde el juzgador debe ubicar cada caso particular, y
2 Art.26.
3 Art.19, CDPD: “El propósito de la presente Convención es promover, proteger y asegurar el
goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamenta-
les por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente”.
110 MARTÍN A. FELLER
que obliga a establecer medidas, de carácter judicial oextrajudicial, que faciliten ala
persona que lo necesite latoma de decisiones para dirigirsupersona, administrar sus
bienes y celebrar actos jurídicosen general, a las quese denominan ”apoyos”, y que
tiene la función de promover la autonomía y facilitar la comprensión y la manifesta-
ción de voluntad de la persona para el ejercicio de sus derechos (art. 43, CCC). Los
apoyos pueden consistiren un asistente personal o un equipo desalud que acompa-
ñen a la persona para que esta pueda ejercer sus derechos dentro de los límites que
indique la sentencia que se dicte. Por lo tanto, se establece un sistema que exige un
modo personalizado de determinación de la capacidad jurídica, teniendo en cuenta
lascircunstancias personalesyfamiliaresdelafectado, erradicandola “solución” uni-
forme y homogeneizante prevista por el Código Civil derogado?.
dad, y en consecuencia con ello, iniciar en el más breve plazo un proceso de sustitu-
ción de la práctica de la interdicción, curatela o cualquier otra forma de representa-
ción, que afecte la capacidad jurídica de las personas con discapacidad, a favor de la
práctica de la toma de decisiones con apoyo” É.
El art. 43 del CCCN indica que: “Se entiende por apoyo cualquier medida de ca-
rácter judicial o extrajudicial que facilite a la persona que lo necesite la toma de de-
cisiones para dirigir su persona, administrarsus bienes y celebrar actos jurídicos en
general. Las medidas de apoyo tienen como función la de promover la autonomía
y facilitarlacomunicación, la comprensión y la manifestación de voluntad de la per-
sona para el ejercicio de sus derechos. El interesado puede proponer al juez la de-
signación de una o más personas de su confianza para que le presten apoyo. El juez
debe evaluar los alcances de la designación y procurar la protección de la persona
respecto de eventuales conflictos de intereses o influencia indebida. La resolución
debe establecer la condición y la calidad de las medidas de apoyo y, de ser necesa-
rio, ser inscripta en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas”.
Podemos establecer que el alcance o modalidad de la figura de apoyo depende-
rá (y así lo indicará la sentencia) de las necesidades particulares del sujeto acorde a
su realidad psicofísica y el medio en el que vive.
Puede ser mínimo, atinente a cuestiones como el lenguaje o aspectos tecnológi-
cos que puedan facilitar a la persona la toma de decisiones o bien en lo que respec-
ta ya a cuestiones que tengan que ver con la interpretación y ejecución de actos ju-
rídicos que por su complejidad se establece la necesidad de colaboración de un ter-
cero para la toma de decisiones y que permita fungircomo un intermediario entre
la voluntad de su asistido y la conveniencia o provecho del acto en cuestión.
Se dice que el apoyo puede adoptar múltiples formasy actuar en diversos ámbi-
tos ya que son hechos a medida del interesado (art. 32, CCCM).
Puedesersingularo plural. Conformarseconfamiliares, operadoresexternos, tra-
bajadores sociales, instituciones, o bien una o varias de estas opciones.
Su finalidad consiste en favorecer la autonomía y el ejercicio de los derechos de
la persona. El apoyo noesel representante, como puedeser el curador, colabora en
que el sujeto encuentre su propio proceso de toma de decisiones.
Tienen como función la de promover la autonomía y facilitarla comunicación, la
comprensión y la manifestación de voluntad de la persona para el ejercicio de sus
derechos.
Lasentenciajudicial que determine los límitesde la capacidad jurídica debe con-
tenerentonces losactos que la persona no deba realizar ola modalidad en la que los
mismos deban ser efectuados en cuanto a cómo debe participar la persona de apo-
yo de los mismos.
$ Observación n” 12.
112 MARTÍN A. FELLER
Toda sentencia judicial debe encomendar a quien se designe como apoyo que
brinde la asistencia necesaria a su pupiloa los fines de garantizar el ejercicio de su
capacidad jurídica, debiendo continuar promoviendo su autonomía, facilitar la co-
municación, comprensión y manifestación de su voluntad, respetando en la medi-
da de lo posible sus deseos y aspiraciones.
Recordemos que el art. 12 de la CDPDindica que las personas con padecimientos
desalud mental tienencapacidad jurídica enigualdad de condicionescon los demás
individuos en todos los aspectos de la vida, debiendo el Estado adoptar las medidas
pertinentespara proporcionarleselacceso al apoyo quepuedan necesitaren elejer-
cicio de esta capacidad; proporcionando salvaguardas adecuadas y efectivas para
impedir los abusos de conformidad con el derecho internacional en materia de de-
rechos humanos.
Respecto a esta figura la jurisprudencia ha establecido que: “En lo atinente a los
apoyos que se designen, se ordena que deben promover la autonomía de la perso-
na y favorecerlas decisiones que respondan asus preferencias. Ello, en consonancia
con lo dispuesto en el art. 12 de la CDPD, donde se establece la obligación del Esta-
do de adoptar las medidas pertinentes para proporcionarles a los afectados el ac-
ceso al apoyo que puedan necesitar en el ejercicio de su capacidad en igualdad de
condiciones; proporcionando salvaguardas adecuadas y efectivas para impedir los
abusos; todo ello de conformidad con el derecho internacional en materia de dere-
chos humanos. Allitambiénse ordena que talessalvaguardas aseguren el respeto a
los derechos, la voluntad y las preferencias de la persona, que no haya conflicto de
intereses niinfluencia indebida, que sean proporcionales y adaptadasa las circuns-
tancias de la persona, que se apliquen en el plazo más corto posible y que estén su-
jetas a exámenes periódicos por parte de una autoridad o un órgano judicial com-
petente, independiente eimparcial”?.
A partir de lo expuesto podemos concluir que:
— Elsistema de apoyos no es una representación yeso lo diferencia de la curate-
la. Se basa en que el sistema actual reduce al mínimo los casos de representa-
ción legal (en el caso de los menores de edad se limita a la categoría niños pe-
ro no a la de adolescente donde los progenitores interviene de manera con-
junta y enalgunoscaso nolo hacen como vimosen materia laboral o criminal).
— Nosolo noesunrepresentantesino quesu función es la de colaboraren fun-
ción de una mayor autonomía de su asistido.
Es un instrumento para permitir el desarrollo de la vida independiente de
aquel con discapacidad.
7 CNCiv,, Sala B, 18/5/15, “L.T.E.”, causa n* 4780/11, “Boletín de Jurisprudencia del Ministe-
rio Público de la Defensa”, 2018.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 113
522. ELCURADOR
Según el art. 138 del CCCN, la principal función del curador esla de cuidara la per-
sona y los bienes de la persona incapaz, y tratar de que recupere su salud. Las rentas
delosbienesdela personaprotegidadebenserdestinadaspreferentemente
aesefin.
114 MARTÍN A. FELLER
El curador, al igual que la figura del asesor de menores, son figuras sobrevivien-
tes del esquema anterior que en virtud del paradigma actual han tenido que re-
convertirse.
En este caso recordemos que en el Código anterior cuando el juez, en un proceso
de insania, decretaba que la persona era incapaz, este era incapaz absoluto de hecho
(dementes declarados en juicio, así como los sordomudos que no saben darse a en-
tender por escrito), por lo que quedaba impedido de ejercer actos jurídicos tanto de
administración como de disposición o de la vida general quedando sujeto a la repre-
sentación legal del curadory “promiscua” del asesorde menores, El curador desde ya
debía rendir cuenta de sus actos por ante el juez que declara la incapacidad.
Recordemos que en nuestra introducción dijimos que el modelo anterior era el
de separación de aquellos que padecían alteraciones mentales (el loco, el maníaco,
el imbécil) del resto de la sociedad. El modelo psiquiátrico era el modelo de asila-
miento y por ende de separación de la vida civil. En ese contexto era claro que la fi-
gura del curador resultaba predominante a nivel jurídico cuando se trataban cues-
tiones atinentes que tuvieran que ver con la salud mental, la discapacidad.
En el marco del modelo actual el ro! de curador queda relegado a un rol sub-
sidiario siendo el eje del sistema las figuras de apoyo. Ello es así por que las
sentencias judiciales que limiten o restrinjan la capacidad deben serhechas a
medida de cada sujeto, de cada circunstancia y no proponer medidas, gene-
ralizantes que restrinjan derechos innecesariamente como podía ocurrir en
el esquema anterior.
El modelo actualnosecentracomoenelpasadoenunmodeloestrictamentebio-
lógico, que toma una característica determinada de la persona tal como la enfer-
medad y eventualmente abogar por una “cura” siendo las limitaciones solo del su-
jeto; el modelo socia! que es el que rige en la actualidad pone énfasis en que la dis-
capacidad es un problema socialy, por lotanto, muchas de las dificultades acarrea-
das de la discapacidad parten de las limitaciones que la propia sociedadimpone. La
discapacidadno es un atributo de la persona, sino quesurge del trato diferencial que
da la sociedad que no contempla las necesidades del individuo.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 115
Losjuecesdebenteneresanociónenmirasal momentodeexpedirsesobreelasun-
to, lo que permitea su vez aplicar
un criterio restrictivoa la hora de limitar la capaci-
dad de una persona y al mismo tiempo tomar las medidas necesarias para garantizar
el goce de derechos y libertades en igualdad de condiciones.
Las normas procesales no contemplan la figura de apoyo. Solo contemplan, al
igual que el modelo anterior, la figura del curador ya sea el provisorio, el denomina-
do ad bona y el definitivo puesto que no conciben un sistema que no contemple la
sustitución de voluntad de aquel declarado incapaz.
El art. 682 del Código de Santa Fe sostiene que: “Presentada la solicitud, el juez
nombrará un curador provisorio para que represente al incapaz en el juicio”.
El art. 832 del Cód. Procesal de la Provincia de Córdoba establece que: “Con los
recaudos de los artículos anteriores y previa vista al asesor letrado, el tribunal resol-
verá: 1) El nombramiento de un curador provisional, que recaerá en un abogado
de la matrícula. Sus funciones subsistirán hasta quese discierna la curatela definiti-
va ose desestime la demanda”.
En idéntico sentido se expide el art. 620 del CPCCBAS,
Las normas procesales determinan que el curador será un abogado de la matrí-
cula o eventualmente el defensor de pobres y ausentes, el cualejercerá la defensa de
los derechos del presunto incapaz. Se lo suele denominar “curador ad litem”.
Interviene en defensa del causante y no en otro proceso, ya que en principio no
se encuentra inhabilitado. Sin perjuicio de ello si se temiera una mala administra-
ción de los bienes se designa un curadora ese fin, al que se lo suele denominar cura-
dor ad bona.
El curador de los bienes puede coincidir por razones de economía procesal en la
persona del curador
ad litem.
Como veremos, al momento de hablar de las medidas cautelares el juez sin per-
juicio de lo dictaminado por las normas procesales debe tomar como eje los postu-
lados del CódigoCivil y Comercial (que parece entrometerse en cuestiones de indo-
le procesal a pesar de que porel reparto de competencias entre Nación y provincia
se encontraría vedado), pues estos receptanlos postulados vigentesdelderecho in-
ternacional.
Por lotanto, en el marco de un proceso, el cual ya no será de "demencia o insa-
nia”, sino que se tratará de “restricción de capacidad”, el juez que intervenga de-
berásalirse de una aplicación literal de la norma procesal la cual —a mi criterio—se-
rá subsidiaria de las pautas que emanan del Código Civil y Comercial.
8 Art.620, CPCCBA: “Resolución. Con los recaudos de los artículos anteriores y previa vista al
ministerio público el juezresolverá: 1)El nombramiento de un curador provisional, querecaeráen
un abogado de la matrícula. $us funciones subsistirán hasta que se discierna la curatela definitiva o
se desestime la demanda. 2) La fijación de un plazo no mayor de treinta días, dentro del cuál debe-
rán producirse todas las pruebas”.
116 MARTÍN A. FELLER
a) Legitimación activa
Esta cuestión reviste controversia puesto que la norma defondo regula aspectos
de índole procesal, lo cual no fue delegado por las provincias al poder central.
Más allá de esta cuestión debemos considerar que haciendo un análisis de lasle-
yes procesales provinciales, en general las mismas no han adaptado la norma al pa-
radigma vigente, en lo que respecta a la terminología empleada, ya que se mantie-
ne la que imperaba bajo la vigencia del Código de Vélez y sus posteriores reformas
parciales,
Salvando la cuestión de la legitimación en cuantoa que las normas no crean legi-
timados nuevos, sino que remiten ala ley defondo —hoy Código Civil y Comercial—
las normas procesales no contemplan la figura del apoyo, predominando la figura
del curador, lo cual, como hemos visto, hoy funciona al revés.
A modo de ejemplo, el art. 682 del CPCC-Santa Fe dispone que: “La declaración
de incapacidad deberá solicitarse por parte legítima, según lo dispuesto por el Có-
digo Civil, yse substanciará por el trámite de juicio sumario”.
El art. 830 del CPCC-Córdoba establece que: “Las personas que pueden pedir la
declaración de demencia se presentarán ante el tribunal competente exponiendo
los hechos, y acompañando certificados de dos médicos relativos al estado mental
del presunto incapaz y su peligrosidad”.
En esta norma, además, el término “demencia” parece abarcar todos los supues-
tosrelacionados a la declaración de incapacidad o restricción de la misma. Similar si-
tuación sevislumbraen el Código Procesal
Civil y Comercial dela Provinciade Buenos
Aires.
El art. 618 del CPCCBA establece que: “Las personas que pueden pedir la decla-
ración de demencia se presentarán ante el juez competente exponiendo los hechos
y acompañando certificados de dos médicos, relativos al estado mental del presun-
to incapaz y su peligrosidad actual”.
Finalmente, el art. 624 del CPCCN establece que: “Las personas que pueden pe-
dirla declaración de demencia se presentarán ante el juez competente exponiendo
los hechos y acompañando certificados de dos médicos, relativos al estado mental
del presunto incapaz y su peligrosidad actual”.
A partir de la reforma del Código Civil aparece la novedad de que esel propioin-
teresado el que puede pedirla declaración, pues la ley lo presume capaz.
Ellose funda, ni más ni menos, con los estándares internacionales en materia de
derechos humanos y en considerar la discapacidad como una problemática socialy
no meramente de la persona por cuanto tendrá derechos a hacer sus peticiones en
igualdad de condiciones que los demás y se le deberá facilitar el acceso a un letrado
cuando carezca de uno o no cuente con los medios necesarios?.
2 Art. 13, CDPD: “Los Estados Partes asegurarán que las personas con discapacidad tengan
acceso a la justicia en igualdad de condiciones con las demás, incluso mediante ajustes de procedi-
118 MARTÍN A. FELLER
miento y adecuados a la edad, para facilitar el desempeño de las funciones efectivas de esas perso-
nascomo participantesdirectos e indirectos, incluida la declaracióncomo testigos, en todos lospro-
cedimientos judiciales, con inclusión de la etapa de investigación y otras etapas preliminares.
A fin de asegurar que las personas con discapacidad tengan acceso efectivo a la justicia, los Es-
tados Partes promoverán la capacitación adecuada de los que trabajan en la administración de jus-
ticia, incluido el personal policial y penitenciario”.
Teniendo en cuenta el derecho de acceso a la justicia —art. 13 CDPDy Reglas de Brasilia sobre
Acceso á la Justicia de las Personas en Situación de Vulnerabilidad—, y conforme es establecido por
los arts. 31, inc. e) y 36, párr. 2? del CCCN, la solicitud de declaración de incapacidad o de capacidad
restringida por el propio interesado debe admitirse sin más requisito que la solicitud de la persona
ante la autoridad judicial. De carecerse de patrocinio letrado, debe el juez hacerle sabersuderecho
adesignar un abogado y que, en caso de notenerlo, ”... se le debe nombrar uno para que la repre-
sente y le preste asistencia letrada en el juicio” (art. 36, CCCM).
10 Art.103, CCCN: “Actuación del Ministerio Público. La actuación del Ministerio Público res-
pecto de personas menores de edad, incapaces y con capacidad restringida, y de aquellas cuyo ejer-
cicio de capacidad requiera de un sistema de apoyos puede ser, en el ámbito judicial, complemen-
taria o principal.
a) Escomplementaria en todos los procesos en los que se encuentran involucrados intereses
de personas menores de edad, incapaces y con capacidad restringida; la falta de interven-
ción causa la nulidad relativa del acto.
b) Esprincipal: 1) cuando los derechos de los representados están comprometidos, y existe
inacción de los representantes; 11) cuando el objeto del proceso es exigir el cumplimiento
de los deberes a cargo de los representantes; Il) cuando carecen de representante legal y
es necesario proveer la representación.
En el ámbito extrajudicial, el Ministerio Público actúa ante la ausencia, carencia o inacción de
los representantes legales, cuando están comprometidos los derechos sociales, económicos y cul-
turales”.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 119
b) La prueba
Efectuando un recorrido por las diversas normas procesales vemos que estas esta-
blecen que cada parte deberá demostrar los hechos que alegan. Así el denunciante
aportará las pruebas que acrediten loshechos queinvoca y el presunto insano (tal cual
es la terminología de los códigos de procedimiento) las que hagan a su defensa!3,
Recordemos que la regla es la capacidad y, por lo tanto, la carga probatoria pe-
saráde maneraclaraen quien efectúela presentación, sin perjuicio de que aquel se-
ñaladocomoincapaz ode quien se pretendarestringirsucapacidad de ejercicio, po-
drá en el marco de su derecho a defensa producir pruebas que desmientan la for-
mulación de quien alegue que carece de capacidad plena.
Lo dicho implica que, si la prueba presentada por el denunciante es deficiente
para acreditar la incapacidad del sujeto, aunque no haya actividad probatoria al-
guna por parte de este se lo seguirá teniendo como capaz.
Ello en función de la presunción de capacidad sentada en nuestro Código Civil y
Comercial, art. 31, inc. a), y las convenciones internacionales.
El plazo para la producción de prueba suele ser de treinta días según el Código
de procedimientos de quesetratey los medios de prueba pueden ser latestimonial,
documental, pericial e informativa, nosiendo procedente la absolución de posicio-
nes, pues de lo que se trata es de un reconocimiento de hechosy no de beneficiar a
la contraria.
c) Medidas cautelares
En cuanto a las medidas cautelares el juez debe ordenar las medidas necesarias
para garantizar los derechos personales y patrimoniales de la persona. En tal caso,
la decisión debe determinar qué actos requieren la asistencia de uno o varios apo-
yos,
y cuálesla representación
de un curador. También puede designarredesdeapo-
yo y personas que actúen con funciones específicas según el caso?5,
Eljuez del proceso será el encargado del dictado de estas medidas, ya sea de ofi-
cio o a pedido de parte.
Las medidas pueden ser de carácter personal, que son aquellas referidas al cui-
dado de la persona, tales como la internación provisoria, el sostenimiento de la afi-
liación auna prepaga u obra social, etcétera, y de carácter patrimonial, tales como la
inhibición general de bienes, inventario, embargo, pago de deudas, suspensión de
poderes, etcétera.
Como decíamos, las normas procesales prevén la designación de un curador pro-
visional que se encargue de la representación del causante durante el juicio y even-
tualmente la designación de un curador ad bona quese encargue de la custodia de
los bienes y representación del causante en otros juicios.
No obstante, y por imperio del paradigma que rige en la actualidad, el juez del
procesodeberáen cada caso concreto determinarparaquéactossedesignaránapo-
yos y cuáles necesiten de un curador, ello con la idea de restringir lo menos posible
el ejercicio de la capacidad.
Las medidas personales son establecidas en protección de la persona, pudiéndo-
se incluir aquía todas aquellas dirigidas a la protección de la salud y de sus derechos
personalísimos.
Ya hemos hecho referencia en cuanto al retraso legislativo de las normas proce-
sales por cuanto no contemplan en materia cautelar la designación de lasfigurasde
apoyo a modo cautelar durante el proceso, sino que se limitan conforme el para-
digma anterior a la designación de una curatela provisoria?*,
Rigen en esta materia los presupuestos generales para el dictado
de una medida
cautelar, tales como la verosimilitud del derecho y el peligro en la demora.
Respecto del primer ítem la apertura del proceso con el acompañamiento de los
certificados médicosy demás elementos de prueba expuestos dan cuenta de la vero-
similitud de la situación de vulnerabilidad del causante y el peligro en la demora es-
tará dado por la necesidad de adoptar medidas urgentes que eviten causar un grava-
men irreparable a la persona en caso de que esta efectúe por sí determinados actos.
15 Art.34delCCCN.
16 Art.626, CPCCA: “Con los recaudos de losartículos anteriores yprevia vista al asesor de me-
norese incapaces, el juezresolverá: 1)Elnombramiento de un curador provisional, querecaeráen
un abogado de la matrícula. Sus funciones subsistirán hasta que se discierna la curatela definitiva o
se desestime la demanda. 2) La fijación de un plazo no mayor de treinta días, dentro del cual de-
beránproducirse todas las pruebas. 3)La designación de oficio de tres médicos psiquiatras o legis-
tas, para que informen, dentro del plazo preindicado, sobre el estado actual de las facultades men-
tales del presunto insano. Dicha resolución se notificará personalmente a aquél”.
122 MARTÍN A. FELLER
d) Iinmediación
19. La CDPD establece la obligación de asegurar “que las personas con discapacidad tengan ac-
cesoa la justicia en condiciones de igualdad con las demás, incluso mediante ajustes de procedimien-
tos y adecuadosa la edad, para facilitarel desempeño de las funciones efectivas de esas personas co-
mo participantes directos e indirectos, incluida la declaración como testigos, en todos los procedi-
mientos judiciales, con inclusión de la etapa de investigación y otras etapas preliminares” (art. 13).
Las Reglas de Brasilia, por su parte, imponen el compromiso de “establecer lascondiciones ne-
cesarias para garantizar la accesibilidad de las personas con discapacidad al sistema de justicia, in-
cluyendo aquellas medidas conducentes a utilizartodos losservicios judiciales requeridosy disponer
detodos los recursos que garanticen su seguridad, movilidad, comodidad, comprensión, privacidad
y comunicación” (Regla 8). En efecto, las Reglas consideran persona en situación de vulnerabilidad
aaquellas personas que, en razón desu discapacidad, encuentran especiales dificultades para hacer
valer sus derechos ante el sistema de justicia.
20 Art.75,incs. 22
y 23 dela CN.
21 Art.2*dela CDPD.
124 MARTÍN A. FELLER
22 Así, el art. 707 del CCCN, que establece: “Las personas mayores con capacidad restringida
(...) tienen derecho a ser oídos en todos los procesos que los afectan directamente...”. Sumado a
ello, lo dispuesto por el art. 706 que establece: “El proceso en materia de familia debe respetar los
principios de tutela judicialefectiva, inmediación, buena fe y lealtad procesal, oficiosidad, oralidad
y acceso limitado al expediente. a) Las normas que rigen el procedimiento deben ser aplicadas de
modo de facilitar el acceso a la justicia, especialmente tratándose de personas vulnerables...”
23 Art.37 del CCCN.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 125
24 Art.38del CCCN.
25 Art.39del CCCN.
126 MARTÍN A. FELLER
sión judicial a que refiere el primer párrafoe instar, en su caso, a que esta se lleve a
cabo si el juez no la hubiere efectuado en el plazo allí establecido?.
Lasentencia es de carácter declarativo lo que denota su dinamismo, puesto que la
declaración de restricción de capacidad es reversible
en cualquier momento apedido
del interesado, el cual —recordemos— por el sistema actual tiene carácter de parte.
En el sistema anterior aquel declarado “insano” debía instar un procedimiento
judicial de “rehabilitación” afin de recuperar su capacidad jurídica.
En la actualidad, en un sistema donde rige la presunción de capacidad como ex-
presión de la personalidad jurídica como derecho humano fundamental, debe ha-
bilitarse un mecanismo sencillo y flexible con aptitud de revocarla sentencia de res-
tricción de capacidad. Ellotambién parte de la premisa de que ningún estado perse
esinmodificable.
Aun no habiendo presentación judicial, el juez debe revisar lasentencia dictada
en un lapso no superior a tres años.
Como establece el art. 39, todas lassentencias de restricción deben serinscriptas
en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas. Bajo una anotación mar-
ginal, para que pueda ser conocido por losterceros, que eventualmente pretendan
realizar algún tipo de negocio jurídico. Esta inscripción también resulta válida para
quien pretenda oponerla, a los terceros que pretendan hacer efectiva una obliga-
ción, pudiendo lograr en estos casos la declaración de nulidad.
La ley 26.413 del Registro del Estado Civily Capacidad de las Personas, en sus arts.
88 y 89 dispone quese debe inscribirtodo hechoo acto jurídico que modifique la ca-
pacidad de las personas. Solo produce efectos contra terceros, desde la fecha de su
inscripción.
Asimismo, las sentencias que restrinjan actos patrimoniales de disposición, de-
berán ser inscriptasen los registrosespecíficos, para que puedan seroponiblesater-
ceros, según las condiciones que la misma sentencia establezca.
A partir desu publicidad los actos civiles que realice la persona restringida en sus
capacidades podrán declararse nulos.
Este acto, el de la publicidad, es esencial, pues genera oponibilidad a terceros.
Si la declaración es restrictiva de la capacidad deberá estarse a qué actos prohí-
be la sentencia, en cambio, si la declaración es de incapacidad, la prohibición abar-
cará el total de los actos de la vida civil.
Así, el art. 44 del CCCN declara que: “Son nulos losactosdelapersona incapaz ycon
capacidad restringida que contrarian lo dispuesto en la sentencia realizados con pos-
terioridada su inscripción en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas”.
Un punto álgido de esta cuestión radica en aquellos actos quese celebraron pre-
vioa la inscripción.
En aras de proteger los derechos de terceros, y con ello la seguridad jurídica, po-
demos sentar como principio que estos actos se mantendrán indemnessalvo quese
den los presupuestos que contempla el art. 45 del CCCN.
f) El cese de la restricción
g) Inhabilitados
El art. 48 del CCCN dispone: “Pueden ser inhabilitados quienes por la prodigali-
daden la gestión desus bienes expongan asu cónyuge, conviviente o a sus hijos me-
128 MARTÍN A. FELLER
nores de edado con discapacidada la pérdida del patrimonio. A estos fines, se con-
sidera persona con discapacidad, a toda persona que padece una alteración fun-
cional permanente o prolongada, física o mental, que en relación asuedad y medio
social implica desventajas considerables para su integración familiar, social, educa-
cional o laboral. La acción sólo corresponde al cónyuge, conviviente y a los ascen-
dientes y descendientes”.
La única causal de inhabilitación que sobrevivió a la reforma del Código Civil fue
la de la prodigalidad. Las causales anteriores vinculadas con embriaguez habitual o
uso de estupefacientes por lo que se vean disminuidas sus facultades mentales se
encuentran subsumidas en el actual régimen de restricción de capacidad?”,
Laprodigalidad responde a una cuestión objetiva que prescinde de evaluar cual-
quierinstanciapsíquica, la cual queda —como dijimos—reservada al proceso deres-
tricción de capacidad o declaración de incapacidad. Requiere la existencia de una
conducta habitual, más bien un desorden de la misma, cuyo resultado provoca la
amenaza de pérdida o menoscabo patrimonial significativo que provoca un perjui-
cio para el grupo familiar descripto por la norma.
A modo de ejemplo podemos incluiren este grupo a los ludópatas, a quienes se
sobreendeudan o tengan tendencias impulsivas que comprometan seriamente su
patrimonio y coloquen en riesgo a su grupo familiar.
A diferencia de los institutos analizados anteriormente, tales como restricción
de capacidado la declaración de incapacidad donde el fines la protección de la per-
sona, la declaración de inhabilitación busca proteger además al grupo familiar del
causante tales como el cónyuge, el conviviente, los hijos menores de edad o hijos
mayores con discapacidad.
Conforme lo normado en el art. 49 del CCCN: “La declaración de inhabilitación
importa la designación de un apoyo, que debe asistir al inhabilitado en el otorga-
miento de actos de disposición entre vivos y en los demás actos que el juez fije en la
sentencia”.
Claramente aqui ni siquiera se vislumbra la posibilidad de sustituir la voluntad
del causante ya que no se trata de una persona incapaz. Por lo tanto, se designará
una persona de apoyo.
27 Elart. 152 bís del CCestablecía que: “Podrá inhabilitarse judicialmente: 7%) A quienes por
embriaguez habitual o uso de estupefacientes estén expuestos a otorgar actos jurídicos perjudicia-
les asu persona o patrimonio. 2%) A los disminuidos en sus facultades cuando sin llegar al supuesto
previsto en el art. 141 de este Código, el juez estime que del ejercicio de su plena capacidad pueda
resultar presumiblemente daño asu persona o patrimonio. 3”)A quienes por la prodigalidad en los
actos de administración y disposición de sus bienes expusiesen a su familia a la pérdida del patrimo-
nio. Solo procederá en este caso la inhabilitación si la persona imputada tuviere cónyuge, ascen-
dientes o descendientes y hubiere dilapidado una parte importante desu patrimonio. La acción pa-
ra obtener estainhabilitación sólo corresponderá al cónyuge, ascendientes y descendientes...”.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS... 129
28 Art.50delCCCN.
Capítulo VI
LA MEDIDA DE INTERNACIÓN.
LA LEY NACIONAL DE SALUD MENTAL
5 24. LA INTERNACIÓN
1 — Lalimitación de la internación
judicial: Desjudicialización
Enel pasado lainternaciónse encontraba regulada porel Código Civil através del
art. 482, el cual disponía que: "No podrá ser privado de su libertad personal el decla-
2 El trabajo interdisciplinario
y la desmanicomialización
El art. 27 de la LSM establece que: “Queda prohibida por la presente ley la crea-
ción de nuevos manicomios, neuropsiquiátricos o instituciones de internación mo-
novalentes, públicos o privados. En el caso de los ya existentes se deben adaptar a
losobjetivos y principios expuestos, hasta su sustitución definitiva por los dispositi-
vos alternativos. Esta adaptación y sustitución en ningún caso puede significar re-
ducción de personal ni merma en los derechos adquiridos de los mismos”.
Asimismo, el art. 28 dispone que: “Las internaciones de salud mental deben rea-
lizarse en hospitales generales. A tal efecto los hospitales de la red pública deben
134 MARTÍN A. FELLER
3 Solicitud de audiencia temática sobre la vulneración de los derechos de las personas insti-
tucionalizadasenhospitalespsiquiátricos, especialmentesobrelasprácticasque prevalecen en ellos
y la falta de dispositivos comunitarios para su externación, CELS y otras, 2018.
4 Alicia Stolkiner, psicóloga diplomada en Salud Pública. Docente en la Cátedra Il de Salud
Pública y Salud Mental de la Facultad de Psicología, UBA.
136 MARTÍN A. FELLER
— Tipos de internación
La Ley Nacional
de Salud Mental consagra el principio de autodeterminación co-
moelemento sustanciala la horatomar decisionesfrente altratamientodeuna per-
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 137
que, teniendo en cuenta las formas de vida aceptadas porla comunidad están reser-
vadas al propio individuo (...) En rigor, el derecho a la privacidad comprende no solo
la esfera doméstica, el círculo familiar y de amistad, sino a otros aspectos de la per-
sonalidadespiritualo física delaspersonastalescomo laintegridadcorporalolaima-
gen y nadie puede inmiscuirse en la vida privada de una persona ni violar áreas de su
actividad no destinadas a ser difundidas, sin su consentimiento o el de sus familiares
autorizados para ello”*,
Respectodel consentimiento informado, debemosatenernosaladefinición brin-
dada por la ley 26.529 de Derechos del Paciente en su Relación con los Profesionales
e Instituciones de la Salud.
El art. 5* define al consentimiento informado por “la declaración de voluntad su-
ficiente efectuada por el paciente, o por sus representantes legales en su caso, emiti-
da luego derecibir por parte del profesional interviniente, información clara, preci-
sayadecuada con respecto a: a) Suestado desalud; b)Elprocedimiento propuesto,
con especificación de los objetivos perseguidos; c)Los beneficios esperados del pro-
cedimiento; d)Losriesgos, molestias yefectos adversosprevisibles; e) La especifica-
ción de los procedimientos alternativos y sus riesgos, beneficios y perjuicios en rela-
ción con el procedimiento propuesto; f) Las consecuencias previsibles de la no reali-
zación del procedimiento propuesto o de los alternativos especificados”.
Cuando una persona se encuentra en situación de vulnerabilidad, en este caso,
enrelación asu salud la protección y el reconocimiento de su voluntad cobra un ca-
rácter crítico, pues constituye una herramienta de defensa cuando se está en un es-
tado de mayor exposición ante posibles abusos de terceras personas.
La L5Mrecepta esta cuestión por lo que, si el consentimiento es obtenido o man-
tenido con dolo, debidamente comprobado por autoridad judicial, hacen pasible
al profesional responsabley al director de la institución de las acciones civilesy pe-
nales que correspondan, ello conforme su art. 19.
Por lo expuesto, la internación voluntaria para que proceda requerirá la mani-
festación de voluntad por parte del paciente en estado de lucidez y de libertad.
Si no se encuentran dadas esas condiciones la internación será involuntaria. La
adopción de la decisión puede ser efectuada porel representante legal cuando co-
rrespondiere hacerlo, siendo el casodelosmenores de edado de aquellosa quienes
se los hubiera declarado incapaces judicialmente, único supuesto donde la volun-
tad essustituida, ya que cualquier otro proceso seaelderestricción de la capacidad
ode inhabilitación la ley diseña un sistema de apoyos para latoma de decisionesen
cuestiones específicas.
Se requieren además la evaluación, diagnóstico interdisciplinario e integral y
motivos que justifican la internación, con la firma deal menos dos profesionales del
servicio asistencial donde se realice la internación, uno de los cuales debe ser nece-
sariamente psicólogo o médico psiquiatra.
Elart.8"delal SMestableceque: “Debe promoverse quelaatenciónensaludmen-
talesté a cargo de un equipo interdisciplinario integrado por profesionales, técnicos
y otros trabajadores capacitados con la debida acreditación de la autoridad compe-
tente. Se incluyen las áreas de psicología, psiquiatria, trabajo social, enfermería, te-
rapia ocupacional y otras disciplinaso campos pertinentes”.
El decr.-regl. 603/13 establece en su art. 8” que: “Las disciplinas enumeradas en
elart. 8? de la ley 26.657 no son taxativas. Cada jurisdicción definirá las característi-
cas óptimas de conformación de sus equipos, de acuerdo a las necesidades y parti-
cularidades propias de la población”.
Estamención que hace el decreto esrelevante, ya que la integralidad del examen
y la interdisciplinase debea queelparadigma actual en materiade salud mental po-
neelfoco en lasalud como un todo integral que va más allá de la enfermedad, y que
apunta a la mejora de la calidad de vida.
Es por ello que la interdisciplina resulta de vital importancia, ya que la interna-
ción no responde solamente a criterios psiquiátricos sino a valoraciones de indole
social en posnosolo de tratarla enfermedad sino en la mejora de la calidad de vida
y la satisfacción de derechos.
Así, el art. 39de la LS5Mreconoce a la salud mental como “un proceso determina-
do por componentes históricos, socio-económicos, culturales, biológicos y psicoló-
gicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción so-
cial vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona”.
Deallí que el objetivo primordial de la ley sea la eliminación del manicomioy de
los hospitales monovalentes a fin de evitar el abandono y estigmatización que his-
tóricamente han padecido aquellos que sufren de un padecimiento mental.
Consagrandoelprincipiodeautonomiadelavoluntad, laleyestableceque aquel
que se haya internado voluntariamente puede en cualquier momento del trata-
miento abandonarlo, conforme su art. 18.
Afin deresguardarelderecho dela persona adecidiry protegerla de abusos la ¿SM
establece que cuando la internación se prolongue por más de sesenta días corridosse
debe comunicar esta situación al órgano de revisión creado por el art. 38 dela LSM*y
al juez.
6 Art.38, ley 26.657: “Créase en el ámbito del Ministerio Público de la Defensa el Órgano de
Revisión con el objeto de proteger los derechos humanos de los usuarios de los servicios de salud
mental”.
Art. 39, ley 26.657: “ElÓrgano de Revisión debesermultidisciplinario, yestará integrado porre-
presentantes del Ministerio de Salud de la Nación, de la Secretaria de Derechos Humanos de la Na-
ción, del Ministerio Público dela Defensa, deasociaciones
de usuarios y familiares
del sistema de sa-
lud, de los profesionales y otros trabajadores de la salud y de organizaciones no gubernamentales
abocadasa la defensa de los derechos humanos”.
140 MARTÍN A. FELLER
Art. 40, ley 26.657: “Son funciones del Órgano de Revisión: a) Requerir información a las insti-
tuciones públicas y privadas que permita evaluar lascondicionesen queserealizan los tratamientos;
b) Supervisar de oficio o por denuncia de particulares las condiciones de internación por razones de
salud mental, en el ámbito público y privado; c) Evaluar que las internaciones involuntarias se en-
cuentren debidamente justificadas y no se prolonguen más del tiempo mínimo necesario, pudien-
do realizar las denuncias pertinentes en caso de irregularidades y eventualmente, apelar las deci-
sionesdeljuez; d)Controlarquelas derivacionesque serealizan fuera delámbito comunitario cum-
plan con losrequisitos y condiciones establecidos en el art. 30 de la presente ley; e) Informara la Au-
toridad de Aplicación periódicamente sobre las evaluaciones realizadas y proponerlasmodificacio-
nes pertinentes; f) Requerir la intervención judicial ante situaciones irregulares; q) Hacer presen-
taciones ante el Consejo de la Magistratura o el Organismo que en cada jurisdicción evalúe y sancio-
ne la conducta de los jueces en las situaciones en que hubiera irregularidades; h) Realizarrecomen-
dacionesa la Autoridad de Aplicación; ¡) Realizar propuestas de modificación a la legislación en sa-
lud mental tendientes a garantizarlos derechos humanos; ¡)Promover y colaborar para la creación
de órganos de revisión en cada una de las jurisdicciones, sosteniendo espacios de intercambio, ca-
pacitación y coordinación, a efectos del cumplimiento eficiente de sus funciones; k) Controlar el
cumplimiento de la presente ley, en particularen lo atinente al resguardo de los derechoshumanos
de los usuarios del sistema de salud mental; 1) Velar por el cumplimiento de los derechos de las per-
sonas en procesos de declaración de inhabilidad y durante la vigencia de dichas sentencias”.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 141
Toda internación debe ser vista como una medida privativa de la libertad ambu-
latoria y por lotanto, los requisitos para su procedencia deben respetar los mismos
parámetros que se siguen cuando se priva de la libertad a una persona en el marco
de un proceso penal, en este caso cuando se dicta su prisión preventiva.
Tanto la internación como la prisión preventiva no dejan de ser medidas que ex-
cepcionalmente y a los fines de preservación (en el caso de la prisión preventiva de
la continuidad del proceso penal y en el caso de la salud mental laseguridad del pro-
pio paciente y de terceros) requieren la privación de la libertad de una persona de
modo temporal.
Por lo tanto, debe existir una clara correspondencia entre el fin perseguido y la
medida adoptada, debe haber una clara correlación.
El art. 8*, párr. 19 de la CADH prescribe que: “Toda persona tiene derechoa serol-
da, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juezo tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en
lasustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la deter-
minación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier
otro carácter”.
En el caso de la prisión preventiva se debe acreditar el peligro de fuga o la posi-
bilidad de entorpecer la investigación.
En el caso de la internación debe constatarse mediante el dictamen del equipo
interdisciplinario la peligrosidad para sí o para terceros la cual debe ser inminente
y no haber posibilidad de adoptar un abordaje ambulatorio.
La LSM requiere un dictamen profesional del servicio asistencial que realice la in-
ternación. $e debe determinar la situación de riesgo cierto e inminente a que hace
referencia el párr. 19 de este artículo, con la firma de dos profesionales de diferentes
disciplinas, que no tengan relación de parentesco, amistad o vínculos económicos
con la persona, uno de los cuales deberá ser psicólogo o médico psiquiatra.
Asimismo, la persona involucrada debe contar con todas las garantías del debi-
doproceso, enespecialel derecho de defensa y de recurrirelfallo que disponesuin-
ternación.
Así, el art. 22 de la LS5M establece que: “La persona internada involuntariamente
osurepresentante legal, tiene derecho a designar un abogado. Sino lo hiciera, el Es-
142 MARTÍN A. FELLER
7 CortelDH, “Baena, Rica rdoy otros - Excepciones preliminares”, sent. del 2/2/01, Serie C, n?
72, párr. 124.
fesional debe actuar según sus incumbencias, siendo la psiquiatría la única con posi-
bilidad de tomar decisiones entorno a una internación de indole psiquiátrica.
Esta visión entiende en muchos casos que la salud mental no se corresponde con
áreas diversas, sino que la enfermedad responde a cuestiones clínicas muy específi-
casque no cualquier profesional puedetratar sino aquellos con saberes específicos.
Asuvez, el art. 16 de la ley prevé que: “Toda disposición de internación, dentro de
las cuarenta y ocho horas, debe cumplir con los siguientes requisitos: a) Evaluación,
diagnóstico interdisciplinario e integral y motivos que justifican la internación, con la
firma de al menos dos profesionales del servicio asistencial donde se realice la inter-
nación, uno de loscualesdebesernecesariamente psicólogo o médico psiquiatra....”.
En esa misma línea, entorno a la internación la ley dispone que pueden interve-
nir otro profesional además de un médicoo un psiquiatra en cuantoa decidirinter-
naciones.
Desde la psiquiatría se insiste en que solo el psiquiatra tiene potestades y cono-
cimientos para decidir en torno a este punto.
La ley crea en su art. 38el Órgano de Revisión el cual funcionará en el ámbito del
Ministerio Público de la Defensa.
La Ley de Salud Mental actúa como una ley marco en la cual establece los están-
dares mínimos con los que debe contar cada jurisdicción de nuestro país federal pa-
ra el tratamiento de la salud mental.
Ello es así, pues de lo contrario se comprometería la responsabilidad internacio-
nal del Estado argentino puesto que los principios sentados en este tipo de leyes re-
ceptan la doctrina internacional en materia de derechos humanos, por lo que se de-
be promover acuerdos de cooperación entre el poder central y lasjurisdicciones au-
tónomas para establecer criterios comunes en un área de tamaña sensibilidad.
El Órgano de Revisión Nacional fue puesto en funcionamiento por la defensora
general de la Nación en 2013 y en los últimos cinco años fueron creados doce órga-
nos de revisión locales de los cuales cinco fueron establecidos durante 2019.
Lejos de cumplirse con las metas fijadas por la ley, desde el Órgano Nacional de
Revisión de la Ley Nacional de Salud Mental se ha constatado respecto del avance
en la creación de órganos locales “la existencia de salas de aislamiento y prácticas
injustificadas de contención, el uso de electroshock, la internación y la farmacolo-
gía como base prioritaria del abordaje terapéutico, un inadecuado uso del proce-
dimiento del consentimiento informado, la existencia de internaciones prolonga-
das por razones socialesy la ausencia de una política de salud mental infanto-juve-
nil, entre otras cuestiones” 1,
Lasfunciones del Órgano de Revisión son, conforme el art. 40 de la ley:
— Requeririnformación alas instituciones públicasy privadas que permita eva-
luar las condiciones en que se realizan los tratamientos.
Supervisar de oficio o por denuncia de particulares las condiciones de inter-
nación por razones de salud mental, enel ámbito públicoy privado.
— Evaluar que lasinternaciones involuntariasse encuentren debidamente
jus-
tificadas y nose prolonguen más del tiempo mínimo necesario, pudiendore-
alizar las denuncias pertinentes en caso de irregularidades y eventualmen-
te, apelar las decisiones del juez.
— Controlar que las derivaciones queserealizan fuera del ámbito comunitario
cumplan con los requisitos y condiciones establecidos en el art. 30 de la ley.
— Informar a la Autoridad de Aplicación periódicamente sobre las evaluacio-
nes realizadas y proponer las modificaciones pertinentes.
— Requerir la intervención judicial ante situaciones irregulares.
10 Fuente: Res. SEN” 02/2020 del Órgano de Revisión Nacional de la Ley de Salud Mental.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 147
ración morbosa de las mismas o por su estado de inconsciencia, error o ignorancia de hecho no im-
putable, comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones.
En caso de enajenación, el tribunal podrá ordenar la reclusión del agente en un manicomio, del
que no saldrá sino por resolución judicial, con audiencia del ministerio público y previo dictamen
de peritos que declaren desaparecido el peligro de que el enfermo se dañe a símismo o a los demás.
En los demás casos que se absolviere a un proceso por las causales del presente inciso, el tribu-
nal ordenará la reclusión del mismo en un establecimiento adecuado hasta que se comprobase la
desaparición de las condiciones que lo hicieren peligroso”.
150 MARTÍN A. FELLER
13 Elart.511 del CPPN establece que: “La ejecución provisional o definitiva de una medida de
seguridad será vigilada porel tribunal de ejecución; lasautoridades del establecimiento o lugar en
que se cumpla informarán a dicho tribunal lo que corresponda, pudiendo requerirse el auxilio de
peritos”. Por su parte, el art. 512 de ese cuerpo legal dispone que: “El órgano judicial competente
al disponer la ejecución de una medida de seguridad impartirá las instrucciones necesarias al juez
de ejecución y fijará los plazos en que deberá informársele acerca del estado de la persona someti-
da a la medida o sobre cualquier circunstancia de interés. Dichas instrucciones podrán ser modifi-
cadas en el curso de la ejecución, según sea necesario, dándose noticia al tribunal de ejecución”.
14 Art. 2%, LSM: “Se consideran parte integrante de la presente ley los Principios de Naciones
Unidas para la Protección de los Enfermos Mentales y para el Mejoramiento de la Atención de 5a-
lud Mental, adoptado por la Asamblea General en su Res. 46/119 del 17 de diciembre de 1991. Asi-
mismo, la Declaración de Caracas dela Organización Panamericana de la Salud yde la Organización
Mundial de la Salud, para la Reestructuración de la Atención Psiquiátrica dentro de los Sistemas Lo-
cales de Salud, del 14 de noviembre de 1990, y los Principios de Brasilia Rectores; para el Desarrollo
de la Atención en Salud Mental en las Américas, del 9 de noviembre de 1990, se consideran instru-
mentos de orientación para la planificación de políticas públicas”.
CAPACIDAD E INCAPACIDAD DE LOS NIÑOS, NIÑAS ... 151
cional de Salud Mental deben formar parte integral de las denominadas medidas
deseguridad si es que las mismas continúan existiendo como taleso si bien como di-
jimos deben pasar al ámbito de la justicia civil y eliminar cualquier posibilidad de
control penal cuandoel sujeto autor de un delitoesconsideradoinimputablesegún
la ley.
Podemos enumerar losestándares mínimosque deben respetarse en el marco del
respeto alosenfermos mentales, asaber: a) derecho aserinformado sobre su diag-
nósticoysobreeltratamiento másadecuado y menosriesgoso; b)derechoa unexa-
men médico practicado con arreglo a un procedimiento autorizado por el derecho
nacional; «derecho anegarsea recibirun determinado tratamiento o formatoste-
rapéuticos; d)derechoarecibirlos medios adecuadostendientes alacura o mejoría
donde las negligencias o retardos en la prestación de un tratamiento pueden restar
justificación alainternación, yvolverla ilegítima; e)derechoalacontinuidad deltra-
tamiento; f) derecho a la terapia farmacológica adecuada, del que se deriva que la
medicación no debe ser suministrada al paciente como castigo o para conveniencia
deterceros, sino para atenderlas necesidades de aquel y con estrictos finesterapéu-
ticos; g)derechoa un registro preciso del procesoterapéuticoy accesoaeste; h)de-
rechoalaconfidencialidaddeltratamiento, inclusodespuésdel altao la externación;
¡)derecho alareinsercióncomunitariacomo un eje dela instanciaterapéutica; ¡)de-
recho al tratamiento menos represivoy limitativo posible; k) derecho a no ser dis-
criminado porsu condición.
Porlo tanto, las leyes penales, en este caso de ejecución, deben aplicar sus están-
dares de actuación a los postulados de la ley, especialmente en cuanto a:
— La interdisciplina, pues ello permite una visión de salud integral y la dimen-
sión social de la enfermedad la cual trasciende el criterio médico, cuestión
ampliamente discutida de la ley especialmente por los representantes de la
medicina.
— La internación como medida de ultima ratio, con una duración acotada a la
necesariedad en cuanto a la peligrosidad del sujeto.
En cuanto a la medida de seguridad se ha sostenido que “la decisión de in-
ternación psiquiátrica compulsiva ha deresultar
de unproceso dotadodeto-
das las garantías procesales contra las reclusiones o enclaustramientos arbi-
trarios, que esté dirigido a demostrar el carácter de incapaz de la persona en
cuestión —“a fin de evitar que so pretexto de curación o de seguridad de los
insanos, pueda privarse impunemente de su libertad a los que no lo son'
(CSIN-Fallos, 139:154)—asícomo aevaluar la oportunidad de lainternación,
su limitación en el tiempoy las condiciones desu ejecución” ?>,
Así la Corte ha sostenido que “la medida de privación de la libertad del paciente
debe serrevisada judicialmente mediante procedimientos simples, expeditivos, do-
tados de la mayor celeridad y, si correspondiera prolongarla por razones terapéuti-
cas, ellodebeser objeto de un minucioso control periódicojurisdiccional obligatorio
de los motivos de la internación, a los efectos de estudiar si las condiciones que de-
terminaron su reclusión se mantienen o se modificaron en el tiempo, y siempre en el
marco de los principiosy garantías constitucionales mencionados. Denoserasí, lain-
ternación se convierte en los hechosen una pena privativa de la libertad sin límite de
duración (...) de esa inteligencia, resulta imperioso insistiren que apenas hayan ce-
sado lascausasque determinaron la internación, el pacientetieneelderechoal egre-
so, sin que elloimplique dar porterminado consu tratamiento ya que él mismo pue-
de optar por continuarlo, conforme es su derecho”?6,
Además, la Corte dispuso en el precedente “Antuña” por remisión al dictamen
del procurador que ”... el tribunal que dispone una medida de seguridad de natu-
raleza penal debe fijar el plazo máximo hasta que la medida podrá extenderse, ase-
gurando una razonable proporcionalidad entre el ilícito cometido y la medida or-
denada, como la que aseguraría al limitar la pena que sería aplicable al caso si el im-
putado no fuera incapaz de culpabilidad”.
De más está decir que las medidas de seguridad conllevan un riesgo importante
en miras del derecho penal que debe primar en un Estado de concepción liberal, ya
que por esa vía se puede encarcelar sujetos que desde el punto de vista de la culpa-
bilidad no son punibles, pero expande el derecho penal hacia los casos ya no de res-
ponsabilidad sino de peligrosidad con la excusa del tratamiento médico o la necesi-
dad de “curar”. Por ende, resulta importante la aplicación sistemática de los princi-
pios rectores de la LSM en el marco de las medidas de seguridad en materia penal, a
menos que se establezca desde un punto de vista legal a fin de despejar las dudas y
las idas y vueltas que parece haber en la jurisprudencia y doctrina en donde se esta-
blezca que una vez finalizado el proceso penal porinimputabilidad del sujeto ysien-
do necesaria la internación, las actuaciones pasen al ámbito de la justicia civil para
evitar confusiones en cuanto al objetivo de la internación que es la mejoría del suje-
to y no su castigo o exclusión por otra vía penal con el fin de protegera la sociedad.
529. CONCLUSIONES
Del análisis de las cuestiones vertidas en este capítulo, pero que también pode-
mos hacer extensiva a capítulos precedentes de este libro notamos que en la Repú-
blica Argentina se han producido importantes avances legislativos en materia de
derechos humanos adaptando y reformando la legislación vigente con los princi-
palestratados internacionales en la materia.
Así, vimos que lasanción del Código Civil y Comercial derogando el CódigodeVé-
lez recepta principios tales como la perspectiva de género, democratizando el régi-
men familiar al reconocer entreotrascuestiones la autonomía gradual y crecienteen
niñas, niños y adolescentes, siendo sensible a receptar los derechos básicos de todos
losgruposfamiliares, sinimportarladiversidaddeorigenydemodosdevivirylaiden-
tidad de cada uno de sus miembros.
En materia de discapacidad hemos visto una importante reforma al modificar el
régimen de capacidad y visibilizarlos derechos de las personas con discapacidad po-
niendo énfasis en que la enfermedad es una cuestión que excede lo personal y que
debe extenderse a lo social para modificar prácticas y eliminar la discriminación.
Pero como vemos la realidad es muy diferente al texto legal y en todos los esta-
mentos que hemos analizado la deuda del Estado como promotor de políticas pú-
blicas es realmente inmensa.
La ausencia de políticas públicas eficaces da cuenta de que al día de hoy conta-
mos con la mitad de niñas, niños y adolescentes por debajo de la línea de pobreza,
lo que equivale decir quetodos los derechos consagrados en los instrumentos ana-
lizados se encuentran en jaque.
Asimismo, observamosa partir de loexpuesto queelobjetivo de “desmanicomia-
lizar” o, en otros términos, eliminar los hospitales monovalentes en el tratamiento
desalud mental sigue siendo una deuda pendiente y que a diezañosde lasanción de
la Ley de Salud Mental solo la mitad de los distritos del país han creado los órganos
de revisión que la misma prevé, y no se han creado en términos generales los recur-
sos necesarios para cumplir con los objetivos de la ley.
Lo dicho aquí debe estar presente a la hora de tomar decisiones en torno a los
grupos más vulnerables requiriendo una labor de la justicia muy cercana a la pro-
blemática planteada, sabiendo de antemano que lasdecisionesquesetomenseha-
rán en un contexto muy desfavorable con ausencia de recursos, por lo que las solu-
ciones deberán ser conscientes, y a su vez creativas.
Anexo
JURISPRUDENCIA SISTEMATIZADA
1 Elobjetivo general de proteger el principio del interés superior del niñoes, ensi mismo, un
fin legítimoy es, además, imperioso. En relación al interés superior del niño, la Corte reitera
que este principio regulador de la normativa de los derechos de las niñas y los niños se funda
en la dignidad misma del ser humano, en las características propias de los niños y las niñas, y
en la necesidad de propiciar el desarrollo de estos, con pleno aprovechamiento de sus poten-
cialidades. En el mismo sentido, conviene observar que para asegurar, en la mayor medida po-
sible, la prevalencia del interés superior del niño, el preámbulo de la Convención sobre los De-
rechosdelNiñoestablece queéste requiere "cuidados especiales”, yel art. 19 dela Convención
Americana señala que debe recibir “medidas especiales de protección”. [Corte IDH, 24/2/12,
“Atala Riffo
y Niñas v. Chile”, párr. 108].
ciar el desarrollo de estos, con pleno aprovechamiento de sus potencialidades así como en la
naturaleza y alcances dela Convención sobrelosDerechosdelNiño. [CortelDH, Opinión Con-
sultiva n? 17, oct. 2002, 5 56].
5 Laatención primordial al “interéssuperior del niño” a que alude el art. 39de la CON, apun-
ta ados finalidades básicas: constituirse en pauta de decisión ante un conflicto de intereses y
en criterio para la intervención institucional destinada a proteger al niño. El principio pro-
porciona un parámetro objetivo que permite resolver los conflictos del niño con los adultos
que lotienen bajo su cuidado. La decisión se define por lo que resulta de mayor beneficio pa-
ra la menor. De esta manera, frente a un presunto interés del adulto se prioriza el del niño.
[SCBA, 26/9/20, “R,, V.5,c. D., G.J. s/Tenencia de hijo”, consid. IV.3].
6 (...) [No puede soslayarse que el niñotiene derecho a una salvaguarda singular que debe
prevalecer
como factor esencial de toda relación judicial; con lo cual, ante un conflicto de in-
tereses de igual rango, esa Corte le confiere prioridad al interés moral y material del sujeto
menor de edad como extremo de ponderación ineludible paralos jueces ... [véanse CSJN-Fa-
llos, 328:2870; 330:642; 331:147;333:1376].
B — DERECHO A LA IDENTIDAD
7 El derecho a la identidad amplía la tutela de la persona humana, va más allá del elenco de
los derechos subjetivos ya sedimentados en el mundo del derecho; respalda, además, la per-
sonalidad jurídica en cuanto categoría propia también del universo conceptual del derecho.
La identidad expresa lo que hay de más personal en cada ser humano, proyectándolo en sus
relaciones con sus semejantes y con el mundo exterior. La concepción del derechoa la identi-
dad pasó a ser elaborada de modo más profundizado sobre todo a partir de los años ochen-
ta, hasta el final del siglo pasado. [Corte IDH, 1/3/05, “Caso de las Hermanas Serrano Cruz v.
El Salvador”, voto en disidencia del juez A. A. Cancado Trindade, párr. 16].
9 (...) [E]l Estado seencuentra obligado a favorecer el desarrollo y la fortaleza del núcleo fa-
miliar; que el niño debe permanecer en él, salvo que existan razones determinantes, en fun-
ción del interés superior de aquel, para optar por separarlo de sufamilia. La excepcionalidad
de laseparación familiar encuentra su razón de ser en el hecho de que el disfrute mutuo de la
convivencia entre padrese hijos constituye un elemento fundamental en la vida de la familia,
siendo una de las interferencias más graves la que tiene por resultado la división de la misma.
[Corte IDH, “Condición Jurídica y Derechos Humanosdel Niño”, Opinión Consultiva OC-17/02,
del 28/8/02, Serie A, n* 17, párr.72].
10 El derecho del niño a ser escuchado, insta a que se introduzcan mecanismos para garan-
tizar que los niños que se encuentren en todas las modalidades alternativas de acogimiento,
en particular instituciones, puedan expresar sus opinionesy que estasse tengan debidamen-
te en cuenta en asuntos relativos asu acogimiento, alas normas relativasel cuidado que reci-
ban en familias u hogares de guarda y a su vida diaria. [CSJN, 27/11/12, "P, G., M.yP,, C,, L.
s/Protección de persona”, consid. 14].
13 (...) [El Comité de los Derechos del Niño] al describir su particular relación con el principio
protectorio del interés superior, consagrado en el art. 3? de la Convención, manifestó que no
es posible asegurar ese interés si nose respeta el derecho a ser escuchado, el que viene a faci-
litarel papel esencial delosniñosentodaslas decisiones que afecten asuvida. [Comité delos
Derechos del Niño, Observación General n* 12, 20/7/09, párr. 74].
14 (...) [Eln relación con la evaluación de las condiciones de madurez de los niños para ex-
presar sus opiniones, [el Comité de los Derechos del Niño] señaló: “los Estados Partes no pue-
den partir de la premisa de que unniño es incapaz de expresar sus propias opiniones (...) Si el
158 ANEXO
15 (...) Los magistrados deben explicar de qué manera tomaron en cuenta las declaraciones
y preferencias de los niños [Corte IDH, “Caso Atala Riffo y niñas v. Chile”, del 24/2/12, párrs.
199y208].
16 Hallándose en juego los derechos humanos de personas menores de edad los magistra-
dos deben actuar con especial diligencia y celeridad [Corte IDH, “Caso Furlan y familiares v.
Argentina”, del 31/8/12, párr. 127.
17 Alencontrarse padre y madre en iguales condiciones para hacerse cargo del cuidado de
su hijo, a los fines de resolver el pedido de cambio de tenencia, corresponde valorar de ma-
nera esencial la audiencia en la que se escuchara al niño y en virtud de ello debe modificarse
el régimen vigente teniendo en consideración lo solicitado por el propio hijo, quese condice
con las normas de responsabilidad parental receptadas en el Título VII, del Libro segundo del
nuevo Código Civil y Comercial y establecer quesu cuidado personal será compartido por am-
bos progenitores, con la modalidad indistinta y con residencia principal en el domicilio pa-
terno (se toman como referencia los arts. 649, 650 y 651 del nuevo Código)”. [Juzg. Fam. 2*
Nom. Córdoba, 6/5/15, "P, M, A. - G. F.P, A, - Divorcio vincular - No contencioso”, LL, On Line,
AR/JUR/21631/2015].
F — COPARENTALIDAD
21 Deahíquese haya sostenido que la entrevista personal del magistrado con el sujeto cuya
capacidad juridica se procura restringir, forma parte de las garantias personales que es preci-
so preservar en resguardo del debido proceso adjetivo. Sin entrevista, no hay sentencia váli-
da, sin ésta, no hay revisión por la alzada. La humanización llega a tal punto que transforma
el contacto personal en requisito sin el cual no hay un pronunciamiento válido —Benvante,
María Isabel, El juicio de incapacidad y las reglas procesales adecuadas. Una deuda pendien-
te, RDFyP, 2013 (septiembre), 249; LL, "Suplemento Doctrina Judicial Procesal”, 2013 (di-
ciembre)—. En función de lo anterior y oída la señora defensora de menores de cámara en su
dictamen de fs. 522, el Tribunal resuelve: Devolverlas actuaciones aljuzgado de grado (...) 2)
La magistrada interviniente deberá mantener una entrevista personal con el señor B. A. 5. a
efectos decumplirde forma adecuada con el art. 35 del CCCM(...). [CNCiv, Sala H, 4/12/17, "S.
B. A. s/Determinación de la capacidad", consid. 11.5].
160 ANEXO
22 [Todotratamiento de salud dirigido a personas con discapacidad mental debe tener co-
mo finalidad principal el bienestar del paciente y el respeto a su dignidad como ser humano,
que se traduce en el deber de adoptar como principios orientadores del tratamiento psiquiá-
trico, el respeto a la intimidad y a la autonomía de las personas. El Tribunal reconoce que este
último principio no es absoluto, ya que la necesidad misma del paciente puede requerir algu-
nas veces la adopción de medidas sin contar consu consentimiento. No obstante, la discapaci-
dad mental no debe serentendida como una incapacidad para determinarse, y debe aplicarse
la presunción de que las personas que padecen de ese tipo de discapacidades son capaces de
expresarsuvoluntad, laque debeserrespetada por el personal médico y lasautoridades. Cuan-
do sea comprobada la imposibilidad del enfermo para consentir, corresponderá a sus familia-
res, representantes legales o ala autoridad competente, emitir el consentimiento en relación
con el tratamiento aserempleado. [Corte IDH, 4/7/06, "Ximenes Lopes v. Brasil”, párr. 130].
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