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Cinética química

Las reacciones químicas convierten sustancias con propiedades bien definidas en


otros compuestos con propiedades diferentes. Si bien gran parte del estudio de las
reacciones químicas tiene que ver con la formación de un producto, resulta muy
importante comprender la rapidez con la que estas ocurren. Las velocidades de las
reacciones abarcan un intervalo grande: algunas se completan en fracciones de
segundo, como ciertas explosiones, y otras toman miles, o incluso millones de años,
como la formación de diamantes u otros minerales de nuestra corteza terrestre.
El campo de la química que estudia las velocidades de las reacciones se llama
cinética química. Pero no solo busca comprender cómo se determinan las
velocidades en las que se llevan a cabo las reacciones, sino que, también considera
los factores que las regulan y los cambios en la composición de los estados
energéticos con respecto al tiempo.

Velocidad de reacción

Ley de velocidad de reacción

Catalizadores

Referencias
LECCIÓN 1 de 4

Velocidad de reacción

La rapidez de un suceso se define como el cambio que ocurre en un


determinado intervalo de tiempo. Siempre que hablamos de rapidez aparece
el tiempo como referencia.

Por ejemplo, la rapidez de un auto se expresa como el cambio de


posición del auto a lo largo de cierto período. Las unidades de esta
rapidez son usualmente kilómetros por hora (km/h); es decir, la
cantidad que cambia (la posición, medida en kilómetros) dividida
entre el intervalo de tiempo (horas) (Ávila, s.f., p.43).

Con el mismo criterio, la rapidez de una reacción química —su velocidad de


reacción— es el cambio de concentración de los reactivos o productos por
unidad de tiempo, es decir, cuánta cantidad de reactivos se consume o
cuánta cantidad de producto se forma en un determinado tiempo. “Por lo
tanto, las unidades de velocidad de reacción son normalmente de molaridad
por segundo (M/s)” (Ávila, s.f., p.44), es decir, el cambio de concentración
(medida en molaridad) dividido en el intervalo de tiempo (medido en
segundos) si son soluciones acuosas. Si son gases, con la ecuación de gases
ideales, conociendo P y T, también puede conocerse la concentración

Consideremos una sencilla reacción hipotética, A→B, representada en la


figura a continuación:

Figura 1: Esquema de la reacción A→B

Fuente: Brown, Le May, Bursten, Murphy, 2013, p.575.

En esta figura las esferas rojas representan los moles de A y las azules los
moles de B. El recipiente tiene un volumen de 1 L.
Tabla 1: Resumen del cambio de número de moles y concentraciones de A y
B con el tiempo.

Cambio (t=20s
Inicio (t=0s) Final (t=40s)
)

Moles de A 1 0,54 0,30

Concentración
1M 0,54 M 0,30 M
de A

Moles de B 0 0,46 0,70

Concentración
0,46 M 0,70 M
de B

Fuente: Elaboración propia

La velocidad de esta reacción se puede expresar como la velocidad de


desaparición del reactivo “A” o como la velocidad de aparición del producto
“B”.

Expresándola en términos de la aparición de “B”, queda:


[B] se expresa encerrada en corchetes para indicar la concentración de la
sustancia en términos de molaridad. La letra griega delta, Δ, se lee “cambio
de”, y siempre es igual a la cantidad final menos la cantidad inicial.

Si expresamos ahora la velocidad de reacción respecto a la desaparición del


reactivo “A”, tenemos:

Las velocidades deben ser siempre positivas, y si se plantean respecto a


concentraciones de reactivos (que siempre disminuyen), debe agregarse el
signo menos para lograr un resultado positivo.

Debido a que se consume una molécula de A por cada molécula de B que se


forma, la velocidad media de desaparición de A es igual a la velocidad media
de aparición de B.
Dependencia de la velocidad de reacción de la concentración

“Para estudiar el efecto de la concentración en la velocidad de reacción se


establece cómo depende la velocidad al comienzo de la reacción (la
velocidad inicial) de las concentraciones iniciales” (Ávila, s.f., p.44). Para
ejemplificarlo, se considera la siguiente reacción:

NH4+(ac) + NO2-(ac) → N2(g) + 2 H2O(l)

Si se mide la concentración de NH4+ o de NO2- en función del tiempo, o se

mide el volumen de N2 producido, es posible calcular la velocidad de


reacción.

“Debido a que los coeficientes estequiométricos de NH4, NO2 y N2 son todos

iguales a 1, también lo serán sus velocidades. Una vez determinada la

velocidad de reacción inicial de diversas concentraciones de partida de NH4+

y NO2- se tabulan los datos” (Ávila, s.f., p.44), tal como se muestra en la tabla

Tabla 2: Datos de la velocidad inicial observada experimentalmente al


variar las concentraciones de los reactivos
Fuente: Brown, Le May, Bursten, Murphy, 2013, p. 580.

Estos datos indican que, al cambiar, ya sea [NH4+] o [NO2-], manteniendo

constante la otra concentración, la velocidad de reacción cambia (Ávila, s.f.,


p.44).

Los resultados de la tabla nos indican que las velocidades de reacción son
bajas si la concentración de reactivos es baja. A la inversa ocurre lo mismo, la
velocidad de reacción aumenta cuando la concentración de los reactivos es
incrementada. Entonces, la velocidad de reacción es proporcional a la
concentración de los reactivos.

La dependencia global respecto a la concentración se expresa como sigue:

Velocidad=k[A]m[B]n

Donde k es la constante de velocidad y expresa la proporcionalidad de la


velocidad con la concentración de los reactivos. Esta ecuación muestra cómo
depende la velocidad de las concentraciones de los reactivos y recibe el
nombre de “ecuación de velocidad” (Ávila, s.f., p.45).

Dependencia de la velocidad de reacción de la temperatura

Casi todas las velocidades de reacción se incrementan al aumentar la


temperatura. Cotidianamente, lo vemos al cocinar: mientras más fuerte sea
el fuego más rápido se cocinan los alimentos, porque se les está brindando
mayor energía en forma de calor. Así también, la velocidad de reacción se
incrementa con la temperatura, aunque no siempre ocurre de manera lineal.

Energía de activación (Ea)

Esta energía es la mínima necesaria para que se pueda llevar a cabo la


reacción. Es una barrera energética que deberán superar los reactivos para
transformarse en productos. El hecho de que la velocidad de una reacción
aumente con la temperatura, nos indica que la energía cinética de las
moléculas juega un papel muy importante para determinar la rapidez con la
que se llevará a cabo la reacción.

Además de la necesidad de adquirir una determinada cantidad de energía


para que las moléculas colisionen (choquen) de tal manera que la reacción
se lleve a cabo, otro factor muy importante en una reacción es la orientación
relativa que deben adoptar las moléculas para formar nuevos enlaces. En la
mayor parte de las reacciones, solo una pequeña parte de los choques entre
las moléculas tiene la suficiente energía y la orientación adecuada para llegar
a productos. Para representar la dependencia de la velocidad de reacción
con la temperatura, Arrhenius encontró una expresión matemática que
relaciona ambas magnitudes, la llamada Ecuación de Arrhenius.

Donde:

k es la constante de velocidad,

A es el factor de frecuencia que está relacionado con la frecuencia


de las colisiones entre las moléculas (si la temperatura no varía,
permanece prácticamente constante),

Ea es la energía de activación,

T es la temperatura absoluta (medida en grados Kelvin) y

R es la constante de los gases (que vale 8.314 J/K–mol). En este


caso, es preferible utilizar R medida en otra unidad, la unidad de
energía J (Joule).

Se puede observar en la ecuación de Arrhenius que, a medida que la Ea


aumenta, k se hace menor. Esto indica que las velocidades disminuyen
cuando la barrera de activación, es decir la energía de activación que deben
superar, es más alta.

Tomando el logaritmo natural (ln) a cada lado de la ecuación, obtenemos otra


expresión para la ecuación de Arrhenius:

C O NT I NU A R
LECCIÓN 2 de 4

Ley de velocidad de reacción

Anteriormente, vimos que para determinar la velocidad de una reacción un


método muy utilizado es variar las concentraciones de un reactivo y ver
cómo varía la velocidad en el tiempo.

Al realizar varios cambios de concentración podemos determinar la ley de


velocidad para una reacción dada. Uno de los puntos a tener en cuenta para
elaborar la ecuación de velocidad, es establecer correctamente el orden de
reacción para cada reactivo y para la reacción en general. De acuerdo al
orden que tenga cada reactivo dentro de la ecuación de velocidad, será la
manera en que afectará la concentración del reactivo a la velocidad.

El otro punto es establecer la constante de velocidad para la reacción. La ley


de velocidad o ecuación de velocidad es una expresión matemática que
relaciona la velocidad de una reacción con la concentración de los reactivos
y, generalmente, tienen esta forma:

Velocidad=k[A]m[B]n ...

Tanto la constante k como el orden de una reacción se verán en detalle en


los puntos a continuación.
Constante de velocidad

La constante de velocidad k, que forma parte de la ecuación de velocidad, es
una constante de proporcionalidad entre la velocidad de reacción y la
concentración de los reactivos de una reacción química. Varía solo con la
temperatura, y no se ve afectada por la concentración de los reactivos.

Órdenes de reacción

Las ecuaciones de velocidad, de casi todas las reacciones, tienen la forma
general:

Velocidad=k [reactivo1]m [reactivo 2]n...

Los superíndices m y n representan el orden de reacción. El


orden de reacción es la potencia a la que está elevada la
concentración de cada reactivo, y nos indican de qué manera
influye la concentración de ese reactivo en la velocidad de
reacción. Así, si m = 1 y n =2, la reacción será de primer orden
respecto al reactivo 1 y de segundo orden respecto al reactivo 2.
El orden general de la reacción es la suma de los órdenes
individuales, en este caso será 3 (Ávila, s.f., p.45).

Cabe destacar en este punto que los coeficientes estequiométricos no


influyen en los órdenes de reacción.
Ejemplo:
NH4+(ac) + NO2-(ac) N2(g) + 2 H2O(l),

Su velocidad está dada por: Velocidad=k[NH4+][NO2-]

Debido a que el exponente de [NH4+] es 1, la velocidad es de


primer orden respecto a NH4+. Lo mismo pasa con respecto a
[NO2-], que también es de primer orden (el exponente “1” no se
muestra explícitamente en las ecuaciones de velocidad). El
orden general de reacción entonces es 1 + 1 = 2, y la reacción es
de segundo orden general (Ávila, s.f., p.45).

Unidades de las constantes de velocidad



“Las unidades de las constantes de velocidad dependen del orden general de
la reacción” (Ávila, s.f., p.46), y deben satisfacer la ecuación:

Unidades de Velocidad=(unidades de la constante de velocidad)(unidades de


concentración) 2

Para lo cual, despejando obtenemos que:


En resumen, para cada orden de reacción, las unidades son:

Tabla 3: Unidades de la constante k según el orden de reacción

Orden de Reacción Unidades de k

1
Primer Orden
s

L
Segundo Orden
mol.s

L2
Tercer Orden
mol2.s

Fuente: Elaboración propia

Vida media de una reacción

La vida media de una reacción se representa por t1/2 y “se define como el
tiempo requerido para que la concentración de un reactivo descienda a la
mitad de su valor inicial” (Ávila, s.f., p.46).

Matemáticamente, esto es: [A]t1/2 = ½ [A]0. El concepto de vida media es

muy utilizado en química nuclear para indicar el tiempo de desintegración


radiactiva, tal como pudiste verlo en el video temático del módulo 2 “¿Cómo
saber la edad de un fósil?”

La ecuación para determinar la vida media de una reacción de primer orden


se determina sustituyendo en:

Entonces, reacomodando la ecuación, se obtiene:


La vida media de las reacciones de segundo grado y de grados superiores,
cambia y está dada por la ecuación:

Como podemos observar, la vida media para una reacción de primer grado
depende solo de k, mientras que, para los demás órdenes, depende también
de la concentración inicial de los reactivos.

C O NT I NU A R
LECCIÓN 3 de 4

Catalizadores

Una de las formas más simples de aumentar la velocidad de una reacción es


aumentar la temperatura, pero, en algunas ocasiones, no es aconsejable
porque hay reactivos que se descomponen formando otros productos no
deseados.

En casos en que no es posible aumentar la temperatura o variar la


concentración de los reactivos, se puede agregar una sustancia química al
medio de reacción, llamada catalizador o inhibidor, dependiendo de si su
función es aumentar o disminuir la velocidad de reacción.

El principio de funcionamiento del catalizador es bajar la barrera de energía


de activación que tienen que superar los reactivos para pasar a productos, lo
que logra que aquellas reacciones que se llevan a cabo en tiempos largos, lo
hagan en tiempos normales. En ningún caso el catalizador provoca la
reacción química; simplemente acelera el proceso. Se añaden en pequeñas
cantidades y son muy específicos; es decir, cada catalizador sirve para
determinadas reacciones. La condición fundamental para que una sustancia
pueda ser usada como catalizador, es que esta no reaccione con ningún
reactivo o producto, y que se recupere al final de la reacción. En el gráfico
podemos observar cómo, al agregar un catalizador, baja la energía de
activación, por lo que aumenta la velocidad de reacción.

Figura 2: Reacción sin catalizar vs. uso de catalizador

Fuente: adaptado Brown, Le May, Bursten, Murphy, 2013, p. 606.

Clasificación de los Catalizadores

Los catalizadores se clasifican según la fase (estado sólido, líquido o


gaseoso) en la que se encuentran:

Un catalizador homogéneo: está presente en la misma fase que las


moléculas de los reactivos. Generalmente, en estado líquido o en estado
gaseoso.

Un catalizador heterogéneo existe en una fase diferente a la de las


moléculas reaccionantes, generalmente como un sólido en contacto con
reactivos gaseosos o líquidos. Los catalizadores heterogéneos suelen estar
compuestos de metales u óxidos metálicos. El fenómeno que ocurre allí es la
adsorción, es decir, la adhesión de las moléculas a la superficie, por eso, es
común que se los trate para conseguir áreas superficiales muy grandes.

Tabla 4: Clasificación de los catalizadores

Clasificación de catalizadores

Tipo Características Ejemplo

El óxido nítrico (NO)


utilizado en la
formación de trióxido de
Se encuentra en el azufre (SO3). Se hace
mismo estado que los
reaccionar el dióxido de
reactivos que
azufre (SO2) con
Homogéneo intervienen en la
oxígeno (O2), tanto al
reacción. Es muy
selectivo y su principio como al final
separación es difícil. de la reacción existe la
misma cantidad de
óxido nítrico. Todo
ocurre en fase gaseosa.
Clasificación de catalizadores

El platino (Pt) cataliza la


reacción del monóxido
de carbono (CO) con
oxígeno (O2) para
Se encuentra en un
formar dióxido de
estado diferente al de
carbono (CO2). Esta
los reactivos que
reacción es utilizada en
Heterogéneo intervienen en la
catalizadores acoplados
reacción. Poco
a los automóviles para
selectivo. Su separación
eliminar el monóxido de
es fácil.
carbono de los gases de
escape. El catalizador es
un sólido e interviene en
una reacción gaseosa.

Fuente: Elaboración propia.

Sitios activos del catalizador

Son los lugares donde se realiza la adsorción (donde las moléculas de los
reactivos se adhieren). El número de los sitios activos de un catalizador
dependerá de la naturaleza del catalizador, del método de preparación de
este y del tratamiento que se le dé antes de utilizarlo.

Figura 3: Reacción de una molécula en la superficie del catalizador


Fuente: Brown, May, Bursten, Murphy, 2013, p. 607

Algunos ejemplos del uso de catalizadores en la vida diaria

En los jabones para lavar la ropa se utilizan catalizadores llamados


biocatalizadores, que son enzimas para destruir las manchas de origen
orgánico.

Las enzimas

Optimizan la eficiencia de los detergentes, permitiendo además


el trabajo de limpieza a bajas temperaturas y períodos más
cortos de lavado, reduciendo significativamente el consumo de
energía y las emisiones de CO2. Otro beneficio ambiental
asociado al uso de enzimas en los detergentes es que éstas son
biodegradables, y reemplazan a los constituyentes químicos de
los detergentes sintéticos que se vienen liberando al ambiente
desde hace muchos años. (ArgenBio, 2007,
https://bit.ly/3c73Ce3)

Un ejemplo de inhibidores son los conservantes y aditivos que se añaden a


los alimentos. Ellos detienen o minimizan el deterioro causado por la
presencia de diferentes tipos de microorganismos (bacterias, levaduras y
mohos), con lo cual logran que el alimento tenga más tiempo de vida útil.

Te invitamos a leer la siguiente situación:

El ácido ascórbico (AA) o vitamina C es un micronutriente que proviene del


metabolismo de la glucosa, necesario para las funciones biológicas y
enzimáticas del cuerpo humano. Se encuentra naturalmente en frutas
frescas y verduras, como kiwi, naranja, tomate, brócoli, pimientos, soja y
coliflor, entre otros. La deficiencia de vitamina C puede provocar la
enfermedad denominada escorbuto. Los síntomas incluyen tendencia a las
hemorragias y hematomas, pérdida de cabello y dientes, dolor e hinchazón
en las articulaciones.
Según datos estadísticos aportados por la Organización Mundial de la Salud,
una de cada 10 personas presentaron deficiencias de vitamina C en el año
2018. A raíz de esto, en los últimos años, se han utilizado compuestos de
origen sintético, para fortificar alimentos procesados y disminuir la incidencia
del déficit. Sin embargo, debido a la estructura química del ácido ascórbico,
este es sensible a degradarse por diversos factores como el pH, la
temperatura, la concentración de oxígeno, la concentración de sal o azúcar,
las enzimas, y los catalizadores presentes en los procesos de fabricación de
los alimentos.

El informe de la Organización Mundial de la Salud, y la fácil degradación del


ácido, dio pie a diferentes investigaciones tendientes a estudiar la cinética de
la degradación térmica de la vitamina C en el procesamiento de distintas
frutas tales como el mango, la guayaba, el maracuyá y el lulo.

El lulo, también conocido como naranjilla (Solanum quitoense Lam), es una


fruta nativa de los Andes, cultivada y consumida principalmente en Ecuador,
Colombia y América Central. La naranjilla, aparte de su aporte de vitamina C,
también se caracteriza por tener propiedades antioxidantes, carotenoides y
compuestos fenólicos como: ácido clorogénico y derivados, glicósidos de
flavonoles. Es considerado un fruto con un buen potencial nutricional e
industrial, y su cultivo tiene un alto potencial para generar mayores ingresos
económicos, tanto en los mercados locales como en los de exportación,
debido a la aceptación que tiene. Una de las variables que se utilizan para
medir la producción industrial que se realiza para la obtención de ácido
ascórbido, es la incidencia de la temperatura en las características
nutricionales del producto.

Para evaluar el efecto de la temperatura se determinó la cinética de la


degradación térmica del ácido ascórbico en el jugo de lulo. Para el estudio se
lavó la fruta, se picó en dos mitades, se extrajo manualmente la pulpa, se
trituró para obtener el líquido e inmediatamente fue filtrado para eliminar
cualquier grumo o semilla. El jugo se preparó con un 6 % sólidos solubles, de
acuerdo a las especificaciones mínimas requeridas para jugos o pulpas de
esta fruta.

Al inicio de cada experiencia, y para cada tiempo de trabajo, se determinó el


contenido de ácido ascórbico a las muestras, así como los parámetros
fisicoquímicos: pH y sólidos solubles

Los resultados reflejaron que a medida que se incrementa la temperatura


(ambiente, 65º C, 85º C y 95º C) se evidenció un ascenso en el pH en función
del tiempo, dado que al degradarse el ácido ascórbico, aumenta la
concentración de ácido deshidroascórbico, y con ello el pH.

En la tabla 4 se muestran los parámetros cinéticos para la degradación


térmica del ácido ascórbico en el jugo de lulo. El valor de k (la constante de la
velocidad de la reacción) aumentó a medida que se incrementó la
temperatura, lo que demostró la incidencia de la temperatura en la
degradación del ácido ascórbico. El tiempo de vida media disminuyó en
función del tiempo, demostrando un comportamiento decreciente durante
los tratamientos térmicos.

Recuerda: Los catalizadores se clasifican según la fase (estado sólido,


líquido o gaseoso) en la que se encuentran y de ahí se clasifican.

Tabla 5. Parámetros cinéticos de la degradación térmica del ácido


ascórbico en el jugo

Concentra
C
ción inicial
T (ºC) (mg.100m k (min-1) t ½(min)
(mg.100m
L-1)
L-1)

0,0107
65 29,0612 9,69 0,0511

85 19,37 4,84 0,0738 0,0082

95 19,37 3,87 0,0813 0,0073

Fuente: elaboración propia.


Posterior al tratamiento térmico se evidenció una reducción del 66,7 % al 80,0
% en el contenido de ácido ascórbico, similar a lo obtenido al evaluar el efecto
que tiene la pasteurización en la pérdida de vitamina C sintético en jugos de
las frutas cítricas: como el mango costeño, la naranja y el maracuya.

La degradación térmica del ácido ascórbico que se observó obedece a una


cinética de primer orden. Luego, por medio de la ecuación de Arrhenius, se
determinó el efecto de la temperatura sobre la variable estudiada, y se
expresó en la energía de activiación (Ea), cuyo valor fue de 16,42 kJ.mol-1
(3,93 kcal.mol-1). La Ea calculada es más baja que la obtenida para la pulpa
de mango, maracuya y jugo de curuba, pero superior a lo reportado por el
jugo fresco de fresa. Mientras menor sea la Ea, menor es la sensibilidad a la
degradación, por lo que a partir del resultado obtenido se infiere que el ácido
ascórbico en el jugo de lulo es más estable ante la degradación con respecto
a aquellos cuya energía de activación es mayor a la calculada.

Con estos resultados se concluyó que el contenido del ácido ascórbico


disminuyó con la temperatura bajo las condiciones estudiadas entre un 20 %
y 33,3 %. La degradación térmica del ácido ascórbico en el jugo de lulo para
las temperaturas 65 a 95 °C sigue una cinética de primer orden. La medida
de sensibilidad para la degradación de AA se obtuvo con la Ea, evidenciando
que el jugo de lulo es más estable a degradarse con respecto a aquellos cuya
energía de activación es mayor.

Además también se estudió el tiempo de vida útil del jugo de lugo. El tiempo
se encuentra en el rango de los 7 a los 10 días en envases de plástico, y sin
adición de conservantes en ambiente refrigerado. A partir de ahí, el jugo se
deteriora, se vuelve más ácido y el sabor resulta desagradable. Pero, si se
agrega sorbato de potasio, se comprobó que la vida útil del jugo se prolonga
hasta los 30 días en ambiente refrigerado.

La información obtenida se utilizó para diseñar y mejorar el proceso de


pasteurización y otros que involucran el tratamiento térmico de productos
derivados del lulo, pudiendo optimizar la conservación del ácido ascórbico y
otros nutrientes, para el posterior enriquecimiento de alimentos.

C O NT I NU A R
LECCIÓN 4 de 4

Referencias

ArgenBio (2007) Las enzimas en los jabones para la ropa. Recuperado de


http://www.argenbio.org/index.php?action=novedades&note=240

Ávila, A. (s.f.) Olimpíadas de química. Nivel II. Material de estudio para


alumnos de 5º año, área Olimpíadas de Química. Recuperado de
https://rephip.unr.edu.ar/bitstream/handle/2133/4379/8002-
15%20OLIMPIADAS%20DE%20QUIMICA%20-%20Nivel%20II.pdf?
sequence=2&isAllowed=y

Brown, T. L., & LeMay, H. E. (n.d) (2013) Química: la ciencia central. México:
Editorial Pearson Educación. ArgenBio, 2007, https://bit.ly/3c73Ce3

Ordóñez-Santos, Luís E. Y Yoshioka-Tamayo, Liliana S. (2012). Cinética de


degradación térmica de vitamina C en pulpa de mango (mangifera indica l).
Vitae, 19 (1). Recuperado de https://www.redalyc.org/articulo.oa?
id=1698/169823914019

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