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Tema #1

PROCESO DE CONOCIMIENTO

1.1. INTRODUCCIÓN

El proceso, ha sido objeto de grandes transformaciones a partir de la vigencia del Código Procesal Civil,
predominando la actividad oral.

Esta clase de procesos, denominados de cognición o declaración, son los mas importantes en materia
civil y comercial, caracterizados por la complejidad de los monitorios, que fueron incorporados a este
grupo de litigios.

El procesos de conocimiento o de cognición, es aquel que tiene como objeto una pretensión tendiente a
lograr que el órgano judicial (o arbitral) dilucide y declare, mediante la aplicación de las normas
pertinentes a los hechos planteados y (eventualmente) discutidos, el contenido y alcance de la situación
jurídica existente entre las partes.

La cognición, es un principio universal, y puede definirse como el grado de conocimiento que asume el
juez frente a las situaciones jurídicas que se plantea en los procesos para emitir una declaración de la
voluntad de la ley.

● En los juicios ejecutivos, por ejemplo, la función jurisdiccional se considera debidamente


cumplida con un conocimiento formal.
● En los interdictos, con un conocimiento superficial.

Los hechos narrados por las partes y probados durante la sustanciación del proceso, generan la
formación de conocimientos en la autoridad judicial, algunos con mayor amplitud que otros: Si se
permitiese un proceso sin conocimiento, estaríamos en presencia de una declaración abstracta de
voluntad de la ley.

El Código Procesal Civil en su Libro Segundo, Título IV, Capítulos I, II y III, clasifica los procesos de
conocimiento en :

• Proceso ordinario

• Proceso extraordinario

• Proceso monitorio

Los ordinarios (Arts. 362 y ss. NCPC), soportan dos audiencias (preliminar Y complementaria); los
extraordinarios (Art. 369 NCPC) son resueltos en una sola audiencia; y los monitorios (Art. 375 NCPC),
cuyo principal ejemplar es el proceso ejecutivo, acogen sentencia inicial, postergando la contradicción
del demandado para un momento posterior.
Los procesos ordinarios y extraordinarios, toleran pretensiones de declaración (mera declarativa,
constitutiva o de condena), por las que el juez, adquiere conocimiento de un mayor número de hechos
para declarar el derecho y dar solución al conflicto.

En los monitorios, los hechos se encuentran declarados y acreditados en un título o documento de forma
anticipada, persiguiendo la ejecución de una obligación específica.

1.2. PROCESO ORDINARIO

El proceso ordinario, es aquel que resuelve conflictos de mayor importancia no sujetos a un


procedimiento especial; su actividad se desarrolla con actos escritos y orales; estos últimos, a través de
la audiencia preliminar y complementaria.

La mayoría de los conflictos en materia civil y comercial son planteados siguiendo el proceso ordinario,
ofreciendo mayor seguridad jurídica para el ejercicio de los derechos de los contendientes; en él, los
hechos, medios de prueba, plazos e impugnaciones son más extensos, permitiendo un mayor debate
entre las partes.

1.2.1. Concepto

El proceso ordinario, es aquel previsto para dar solución a controversias que no estén sujetas a un
procedimiento especial; compuesto por una serie de actos debidamente ordenados que finalizan con
una declaración sobre hechos dudosos y derechos contrapuestos.

Su importancia, se refleja en la naturaleza de sus pretensiones, que contienen una gran complejidad y
estimación patrimonial, ventilándose derechos trascendentales que merecen un examen integral e
intenso por parte del órgano judicial, buscando una resolución que alcance valor de cosa juzgada.

El proceso ordinario llamado también de declaración o plenario para algunos autores, es aquel que
busca la solución de un conflicto, basado en hechos, cuya demostración debe producirse para que el
juez cuente con la información histórica y los subsuma en la norma jurídica.

El proceso ordinario, conlleva trámites más extensos, solemnes y formales, otorgando a las. Partes
mejores oportunidades y garantías para la defensa de sus derechos.

Es de hecho, cuando la controversia versa sobre la averiguación o verificación de circunstancias


negadas o desconocidas por las partes (es productor de prueba), para aplicar recién el derecho o la
ley; por el contrario, es de puro derecho, cuando la controversia se apoya en la interpretación o
aplicación de la ley a hechos reconocidos por las partes litigantes.

Los procesos de cognición, así como el ejecutivo lo es de los procesos de ejecución, y con mayor
amplitud opera el conocimiento judicial, aunque en detrimento de la celeridad y economía en la
tramitación de las causas.
Si bien el juez despliega su actividad durante todo el desarrollo del proceso, será recién en la sentencia
definitiva donde procederá a evaluarla, momento en el que dictará: "La decisión expresa positiva y
precisa, de conformidad con las pretensiones deducidas en el juicio, calificadas según correspondiere por
ley, declarando el derecho de los litigantes y condenando o absolviendo de la demanda y reconvención,
en su caso, en todo o en parte".

La o las pretensiones invocadas en esta clase de proceso, buscan la declaración de un derecho


preexistente (mera declarativa), la creación, modificación o extinción de un derecho (constitutiva) o la
imposición al cumplimiento de una prestación (condenatoria). Por tanto, se trata de un tipo de proceso
donde la contienda judicial no tiene señalada una tramitación especial, debatiéndose los derechos de las
partes a través de dos audiencias: una preliminar y otra complementaria; sus resoluciones judiciales,
pueden ser consecuencia de las instancias y el grado de casación

1.2.2. Procedencia

El proceso ordinario en su primera instancia, se encuentra estructurado por dos etapas fijas y estables: la
introductiva o propositiva, con actos escritos (demanda, contestación, reconvención y excepciones); y la
oral, mediante las audiencias (preliminar y complementaria).

De todos modos, soporta también otras dos posibles fases posteriores de revisión, desarrolladas a
consecuencia de los recursos de apelación y casación; y la de ejecución, cuando la sentencia impone una
condena de dar, hacer o no hacer, prestación no cumplida por el obligado.

Su estructura ha sido diseñada para dar solución a reclamos de carácter real, personal o sucesorio;
describimos como ejemplos: el mejor derecho propietario; uso nocivo de propiedad; molestias de la
vecindad (construcciones, distancias, excavaciones, plantaciones, luces y vistas); usufructo (extinción,
modificación); servidumbre; evicción y saneamiento; accesión; ocupación; usucapión; reivindicación;
acciones: pauliana, negatoria y oblicua; reconocimiento de obligaciones; daños y perjuicios
(contractuales o extracontractuales); enriquecimiento ilícito; rescisión de contrato; gestión de
negocios ajenos; nulidad y anulabilidad de actos jurídicos; simulación de contrato; nulidad de
testamento; reducción y reintegro de la legítima; declaratoria de indignidad; división y partición (no
voluntaria); colación; nulidad, anulabilidad y rescisión de la división, etc.

El nuevo proceso ordinario, ha filtrado algunas instituciones que se resolvían por esta vía, reubicándolas
en el proceso con estructura monitoria, entre ellas observamos: el cumplimiento de la obligación de dar
bienes (que no sea suma de dinero), la entrega de la herencia, la resolución de contrato por
incumplimiento de la obligación de pago y el cese de la copropiedad (Art. 376 NCPC).

1.2.3. Procedimiento.-

La normativa adjetiva, exige que para acceder a la vía ordinaria, previamente debe ejercitarse tentativa
de conciliación, situación que se constituye en un presupuesto legal y obligatorio bajo pena de nulidad
(Art. 362 par. II NCPC).
Si la conciliación prospera en su totalidad, no habrá litigio, solucionando las partes su conflicto de forma
amigable.

Si la conciliación es parcial, el proceso ordinario dará solución a los puntos no acordados. La omisión de
tentativa de conciliación, faculta al juez a rechazar la demanda y tenerla por no presentada (Arts. 292 y
362 par. II NCPC)

Si, las partes no arribaron a una solución o se concilió parcialmente el conflicto, el. Proceso ordinario se
origina con la presentación de la demanda que estará acompañada del acta y la resolución de tentativa
de conciliación.

La proposición, es dirigida al juez público competente, cumpliendo los requisitos de ley (Art. 110 NCPC);
anexándose también, toda la prueba documental que se encuentre en poder del actor (documentos
procesales y materiales), y proponerse los demás medios de prueba. Presentada la demanda en las
plataformas judiciales.

Es sorteada al juzgado público de turno; los servidores judiciales, reciben y registran el acto en el libro de
causas nuevas y diario, para su posterior ingreso al despacho del juez, quien examina las exigencias de la
demanda y los presupuestos del proceso (existencia y validez).

Si estos fueron cumplidos, admitirá la demanda pronunciando providencia, disponiendo las medidas
cautelares peticionadas, más la orden de citación y emplazamiento al demandado. Por el contrario, si el
juez observa alguna omisión prevista en la ley, concederá al actor un plazo de tres días para que subsane
la demanda; si no es corregida, se la tendrá por no presentada (Art. 113 par. I NCPC). La autoridad
judicial, rechazará la demanda de manera inmediata (in limine), cuando esta fuese manifiestamente
improponible, emitiendo auto definitivo motivado; en este caso, el actor podrá apelar dicha resolución,
la que será concedida en efecto suspensivo (Art. 113 par. II NCPC). Admitido el acto de proposición, el
demandado será citado en el plazo máximo de diez días, siempre y cuando el domicilio real se encuentre
en la jurisdicción del órgano judicial; de lo contrario, el actor solicitará la citación mediante comisión; o
por edictos, si se desconoce el mismo.

Diligenciada la citación bajo las formas de ley, a la parte demandada se le concede el plazo de treinta
días para contestar, reconvenir y oponer excepciones contra la demanda; actos que son interpuestos en
un solo memorial, acompañando los documentos y proponiendo los demás medios de prueba
conducentes a demostrar la oposición y/o su pretensión jurídica (Art. 363 pars. III, IV y V NCPC).

Al analizar los actos de proposición,'' manifestamos que el demandado puede asumir diferentes
conductas, entre ellas:

• No comparecer ante la autoridad jurisdiccional.


• Comparecer sin contestar la demanda.
• Allanarse a los hechos y peticiones de la demanda.
• Contestar negativamente la demanda.
• Oponer excepciones previas.
• Interponer reconvención.
Es común, que la parte demandada conteste negativamente, si junto a ella opone excepciones; se corre
traslado a la parte actora, a quien se le concede un Plazo de quince días para que las responda.

De igual manera se procede, para la contestación a las excepciones opuestas contra la demanda
reconvencional (Art. 363 par. V NCPC).

Cumplidos los plazos legales, consolidados los actos de proposición y trabada la relación procesal, sin
más trámite, el juez público señala día y hora de audiencia preliminar, la que se realiza en un plazo no
mayor de cinco días (Art. 363 par. VI NCPC).

11.2.4. Rebeldía

Esta institución, es confundida con la omisión de algún acto de las partes; sin embargo, implica la no
presencia del demandado en el proceso.

11.2.4.1. Concepto y características la Rebeldía.-

Comprende la ausencia de la parte demandada en el proceso, ya sea al inicio del mismo o durante el
desarrollo de ciertos actos procesales imprescindibles para el litigio.

La rebeldía o contumacia es la situación que se configura respecto de la parte que no comparece al


proceso dentro del plazo de la citación, o que la abandona después de haber comparecido. Implica, por
lo tanto, la "ausencia total" de cualquiera de las partes en un proceso en el cual les corresponde
intervenir, y no debe confundirse con la omisión del cumplimiento de actos procesales particulares, pues
esa circunstancia solo determina, como regla general, el decaimiento de la facultad procesal que se dejó
de ejercitar y no genera, como rebeldía, efectos dentro de la estructura total del proceso.

Significa entonces, la ausencia del demandado para ejercitar su defensa, al inicio del Proceso o durante
las audiencias, no debiendo discernirse por la falta de algún acto procesal.

La legislación boliviana, no utiliza la figura de la contumacia, aunque muchas veces los jueces emplean
las palabras 'rebelde y contumaz", sin distinguir el espíritu de estas dos instituciones. El apersonamiento
del demandado, puede realizarse sin contestar la demanda, antes de fenecer el plazo (dies ad quem) de
la contestación, evitando en este caso la contumacia; la sanción al emplazamiento, es la rebeldía, por no
asumir la parte demandada la carga de su defensa.

La rebeldía, asume las siguientes características:

• Solo puede ser rebelde al demandado.


• Únicamente se declara en proceso ordinario.
• No sólo es inicial, sino sobrevenida: en audiencia, en el cese de la representación y en sucesión
procesal.
• No procede cuando se cita al demandado mediante edictos.
• El proceso continua, sin la presencia de la parte demandada. Pese a la declaratoria de rebeldía,
el actor tiene la carga de probar sus hechos.
• La declaración es expresa mediante resolución judicial.
De lo expuesto, la declaratoria de rebeldía se aplica contra la parte demandada. cuando ésta no
comparece al proceso (al inicio o durante su desarrollo), continuando la actividad procesal sin la
presencia del rebelde, generándose consecuencias en su contra.

11.2.4.2. Procedimiento.-

Si la parte demandada citada legalmente, no se apersona ante el órgano judicial ni contesta la demanda
en el plazo de treinta días, de oficio o a petición de parte, el juez pronuncia auto de declaratoria de
rebeldía, resolución que es comunicada en su domicilio real, dejando en única vez la cédula
correspondiente. Los demás actos procesales, serán notificados al rebelde en estrados judiciales,
depositando los cedulones en los tableros del juzgado; con excepción de la sentencia, que volverá a
comunicarse en su domicilio real (Art. 364 pars. I y II NCPC).

En consecuencia, el proceso ordinario se desenvuelve sin la presencia del demandado, situación que no
impide el desarrollo de la audiencia preliminar ni complementaria; en las que la parte actora, realizará
sus respectivas actividades, incluida la del desahogo de sus medios de prueba. Pese a su ausencia, se
disponer la ejecución de medidas cautelares hasta la conclusión del litigio (Art. 364 par. IV NCPC).

La no presencia de la parte demandada, genera una presunción simple (iuris tantum) con relación a los
hechos sustentados por el actor, facultando a la parte rebelde apersonarse en cualquier momento de la
instancia y desvirtuar dichas circunstancias (Árt. 364 par. III NCPC). Por el principio de contradicción y
bilateralidad, la parte declarada rebelde puede presentarse al proceso en cualquier estado del mismo, en
audiencia (preliminar o complementaria), apelando la sentencia o en ejecución de la misma, asumiendo
la preclusión de los actos procesales.

La rebeldía, no sólo es declarada por la incomparecencia de la parte demandada en el plazo de la


contestación, sino también por consecuencia en otras situaciones procesales. Es el caso del cese de la
representación, cuando por muerte o incapacidad del mandante, no comparecen sus herederos o el
tutor para asumir defensa, prosiguiendo el proceso en rebeldía de los herederos o del incapaz (Art. 44
num. 5, lit. a NCPC). De la misma manera, por muerte o incapacidad de la o el apoderado de la parte
demandada, quien vencido el plazo, no designa uno nuevo o no se apersona de forma directa para
asumir defensa (Art. 44 num. 6 NCPC).

La ausencia injustificada de la parte demandada a la audiencia preliminar, no ocasiona declaración de


rebeldía, pero si el pronunciamiento inmediato de la sentencia; dando por ciertos los hechos aportados
por el actor, siempre que hubiese sido demostrados (Art. 365 par. III NCPC).

11.3, AUDIENCIA PRELIMINAR

La promulgación y vigencia del Código Procesal Civil (Ley 439), permite la solución de conflictos bajo un
sistema ecléctico, es decir, un régimen mixto en el que se ejercitan actos de forma escrita y oral, pero
con predominio de estos últimos, donde la audiencia preliminar absorbe la concentración de una gran
cantidad de actos. Los antecedentes de la oralidad, provienen de legislaciones europeas: en nuestro
continente, el Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal Civil ha venido Promocionando el Código
Procesal Civil Modelo para Iberoamérica Con relación a la audiencia preliminar, en la exposición de
motivos del Código Procesal Civil Modelo para Iberoamérica, señalan los autores que la misma es
primera audiencia, dentro del proceso a la que deben comparecer ambas partes y que será presidida por
el tribunal, con un complejo contenido, pero con el fin primordial de evitar el litigio, o limitar su objeto y
depurar el procedimiento

11.3.1. Principios que inspiran la audiencia preliminar

Los principios procesales que sustentan al proceso civil, son la base del ordenamiento jurídico procesal,
distinguiéndose entre principios del proceso y del procedimiento. Los que inculcan la audiencia
preliminar, constituyen un medio eficaz para su desarrollo, y son los que incumben al procedimiento en
particular. El hecho de que la actividad de la audiencia preliminar se sintetice y recopile en actas
suscritas por la o el secretario del juzgado, hace que se constituya en un elemento apreciable para los
controles del órgano judicial, litigantes, abogados y pueblo en general.

No se considera al principio dispositivo, ya que la audiencia preliminar no es atribución de las partes,


sino constituye un imperativo de la norma procesal; de oficio el juez, señala día y hora para el acto, en un
plazo no mayor de cinco días computable desde la contestación a la demanda o la reconvención, cuando
exista esta última (Art. 363 par. VI NCPC).

Los principios que inspiran la audiencia preliminar, son de carácter procedimental, entre los que se
observa, el de: inmediación, concentración, publicidad y saneamiento.

11.3.1.1. Inmediación

Este principio, es el que acapara la atención para lograr los frutos que se espera de la da preliminar;
promueve el contacto directo y personal entre el órgano judicial audiencia (juez), las partes y las fuentes
de prueba, con objeto de acercarse histórica de los hechos suscitados entre los contendientes.

La audiencia preliminar, precisa ineludiblemente la presencia del juez, quien tiene el deber de dirigirla y
pronunciar resoluciones durante su desarrollo, asumiendo imparcialidad.

El contacto directo (vivencial), Permite a la autoridad judicial escuchar los problemas de las partes; su
primer acercamiento lo realiza atendiendo las ratificaciones de los actos de proposición pudiendo
solicitar el esclarecimiento de situaciones contradictorias o imprecisas.

El juez se entera más sobre ellas, en la nueva tentativa de conciliación, accediendo a percibir cuál es la
posición de cada una de las partes en la sociedad, sus ideas, aspiraciones, etc.

La inmediación, se encuentra estrechamente vinculada con la oralidad, una de sus funciones es el


desahogo de medios que permite prueba, un contacto no sólo con los contendientes, sino con las
fuentes etc.); esta cercanía, proporciona mayores o mejores elementos de peritos, objetos, de
convicción para pronunciar una sentencia acorde con lo que ocurrió y el derecho que se a pretendido.
El juez que estuvo en contacto con las partes y recibió la prueba, será el mismo que. dicte sentencia; a
no ser que haya fallecido, se encuentre muy delicado de salud, fuera del país o fue destituido del cargo;
impidiendo el pronunciamiento del fallo.

El contacto directo, permite que las partes fundamenten sus posiciones frente al adversario y en
presencia de testigos, peritos y en general ante la sociedad presente en la sala de audiencia, sin reserva
de hechos o procedimientos ocultos.

El juez, durante la audiencia, observará detenidamente rostros, movimientos, tonos de voz, maneras de
expresarse, reacciones y en general todos los gestos de las partes, testigos, peritos y otros sujetos que
intervienen en ella; pautas importantes para delatar al mentiroso o para comprobar la verdad de las
aseveraciones.

Por tanto, la inmediación, se encuentra ligada a los principios de moralidad, lealtad y buena fe procesal,
evitando inconductas procesales (dilaciones de actos, engañosas, fraudes procesales, etc.),

11.3.1.2. Concentración.-

La concentración, aglutina varios actos procesales en la audiencia preliminar, estructurados como


funciones de la misma; evita la dispersión de la actividad durante la instancia, lo que conlleva a la
aproximación más presurosa de la solución del conflicto, dando lugar a la aplicación del principio
economía procesal, que impide el desgaste de tiempo, esfuerzos y dinero a litigantes, abogados y al
propio órgano judicial.

El principio de concentración, accede a que la audiencia preliminar soporte varios actos fundamentales
del procedimiento, aunque tenga que prolongarse por más de una jornada, congregando: ratificación de
actos de proposición, exposición de hechos nuevos (siempre y cuando no modifiquen las pretensiones);
nueva tentativa de conciliación; desahogo de pruebas relacionadas a excepciones o incidentes;
saneamiento; fijación del objeto del proceso; y orden de diligenciamiento de medios de prueba (Art. 366
par. I NCPC).

La concentración, no sólo aglomera los actos procesales en la audiencia preliminar, sino que los
aproxima entre unos y otros en el más breve espacio de tiempo.

11.3.1.3. Publicidad

El principio de publicidad, no se refiere a que las partes conozcan los actos originados por su adversario
o los del juez, sino al conocimiento del público que presencia directa o indirectamente la actividad de la
audiencia preliminar; constituyéndose la sociedad, en un verdadero fiscalizador popular.

El sistema oral, para lograr sus frutos, viene adecuándose a una serie de requerimientos, entre ellos, la
infraestructura en la que deben desarrollarse las audiencias (salas), donde el público (la sociedad en
general y especialmente los estudiantes de la carrera de derecho de la UNSXX ) observarán la actuación
procesal de jueces, litigantes, abogados y otros sujetos coadyuvantes a la administración de justicia.

11.3.1.4. Principio de saneamiento

En la audiencia preliminar, después de no prosperar la nueva tentativa de conciliación, el juez está


facultado a recibir las pruebas sobre excepciones o incidentes suscitados antes o durante la audiencia,
situaciones que son resueltas de forma previa al debate.

La función saneadora de la audiencia, comprende la expurgación de todas aquellas cuestiones (defectos


legales, excepciones previas e incidentes) que hayan sido invocadas por las partes o advertidas por el
propio juzgador de los impedimentos, exclusiones, vicios u omisiones procesales que entorpecen el
pronunciamiento de la sentencia.

Solucionados los obstáculos procesales, a partir de ese momento, las partes se abocarán de forma
directa a debatir y a producir los medios de prueba vinculados con las pretensiones planteadas en la
demanda o reconvención, dando paso a la fijación del objeto del proceso.

11.3.2. Sanciones por inasistencia de alguna de las partes

El proceso por audiencia, ejercita un régimen mixto, ciertos actos se practican de forma escrita pero
predominan los orales, requiriendo para estos últimos la presencia de ambas partes litigantes, con la
finalidad de ser escuchadas y examinadas de acuerdo a su proceder.

La asistencia (de las partes) a la audiencia preliminar, constituye una carga procesal, con secuelas
perjudiciales en el supuesto de la no presencia injustificada; resulta imprescindible el contacto directo
entre las partes, por ser ellas las principales interesadas para la solución del conflicto.

Pueden comparecer a través de representantes, sea por voluntad o por imperio de la ley.
Indudablemente, que las personas colectivas y los incapaces de obrar, ejercerán presencia a través de
sus representantes legales. Las partes en disputa, asistirán a la audiencia preliminar acompañadas de sus
abogados, la no presencia de alguno de ellos, no da lugar a la suspensión de la misma.

Notificada la providencia de señalamiento de audiencia preliminar, si alguna de las partes manifiesta no


poder asistir por circunstancia de fuerza mayor, el acto puede suspenderse por única vez, teniendo que
demostrarse el motivo de inasistencia mediante prueba documental, la que será añadida a través de
memorial en el plazo de tres días computable desde la resolución de suspensión (Art. 365 par. II NCPC).

Si no justificó su ausencia o no se presentó a la audiencia la parte actora, el juez sin otra actividad
procesal, pronunciará auto definitivo, dando por concluido el proceso sancionado el desistimiento de la
pretensión con todos sus efectos.
Si la inasistencia es de la parte demandada y reconviniente, se tendrá por desistida la pretensión de la
contrademanda, prosiguiendo la audiencia en su ausencia hasta dictarse sentencia; presumiendo por
ciertos los hechos vertidos en la demanda, a no ser que alguno de ellos, haya sido desvirtuado mediante
prueba documental a tiempo del acto de la contestación; o cuando la parte demandada se allanó a los
fundamentos de hecho y de derecho sobre la pretensión del actor (Art. 365 par. III NCPC).
Tema # 1 parte 2

PROCESO EXTRAORDINARIO

Este nuevo proceso, reemplaza al desaparecido proceso sumario, asumiendo celeridad


para solucionar el conflicto en única audiencia, concentrando toda la actividad procesal,
incluido el pronunciamiento de la sentencia.

El proceso extraordinario, es aquel en virtud del cual, la pretensión jurídica sustentada


en la demanda, la defensa y excepciones son debatidas y resueltas en una sola
audiencia, sin tolerar demanda reconvencional (Art. 369 par. III NCPC). Su finalidad, es
la obtención de una justicia rápida, pero sin menoscabar el conocimiento pleno que el
juzgador debe poseer sobre los elementos de la pretensión.

La demanda, contestación y excepciones, se proponen conforme a los requisitos de


forma y contenido que se exigen en la generalidad de los procesos, vale decir, de forma
escrita; siendo optativa la tentativa de conciliación.

Procedencia y procedimiento

El proceso extraordinario, acoge la tramitación y solución de controversias específicas,


ellos son: los interdictos de naturaleza posesoria (de conservar y recuperar la posesión,
así como el de obra nueva perjudicial y daño temido); y el desalojo de vivienda (Art.
369 par. II NCPC).

La presentación de la demanda cumplirá los requisitos de ley, siguiendo similares


características del proceso ordinario; los actos de proposición, se hallarán
acompañados de la prueba documental y demás medios demostrativos que sustenten
o resistan la pretensión.

Citada legalmente la parte demandada, al igual que en el proceso ordinario, dispone de


un plazo de treinta días para contestar y oponer excepciones si corresponde, sin
consentirse la interposición de reconvención. Con o sin respuesta, la autoridad judicial
señala día y hora de audiencia única.

Si el demandado no se apersona ni contesta la demanda, no existirá declaratoria de


rebeldía, notificándose los actos en estrados judiciales. para que la audiencia única se
encuentre preparada para sus funciones y el pronunciamiento de sentencia, de forma
previa, el juez señala la fecha y hora para el diligenciamiento de medios de prueba que
deben efectuarse fuera de la sede judicial (inspección, reconstrucción, informes
periciales, etc.), especialmente en los interdictos de recuperar, obra nueva perjudicial y
daño temido; verificadas y registradas en acta las fuentes de prueba directas, se dará
curso a la audiencia única en sede judicial. Instalada la audiencia y con similar
actividad que la audiencia preliminar, el juez público, otorga la oportunidad de
ratificación de los hechos de la demanda, los de contestación y excepciones;
emprendiendo de manera inmediata las funciones de la audiencia: conciliación
intraprocesal, saneamiento, fijación del objeto del proceso y producción de los
restantes medios de prueba.

En audiencia única, no es necesaria la exposición de alegatos, procediéndose al


dictado de la sentencia después de concluido el desahogo de pruebas.

La sentencia del proceso extraordinario, sólo alcanza la calidad de cosa juzgada formal
y no material, la parte perdidosa, tiene el señorío de interponer proceso ordinario
posterior para la defensa de su derecho material (Art. 373 par. I NCPC). El proceso
ordinario posterior, no se acumulará al extraordinario.

Contra la sentencia de proceso extraordinario, procede impugnar apelación, recurso


concedido en efecto devolutivo (Art. 260 par. II NCPC), en cuyo caso, el superior en
grado dictará auto de vista, que no es objeto de casación.

Interdictos en particular

Los interdictos dedicados a proteger la posesión, se hallaban catalogados como


procesos especiales sumarios; actualmente, han sido integrados a los de conocimiento
como extraordinarios, desplegando un menor grado de cognición y en consecuencia
una mayor simplicidad de la audiencia.

Los interdictos tienen el propósito de proteger el ejercicio de la posesión o la tenencia


de cosas inmuebles o muebles, de modo que no se afecten derechos sobre ellas.

Fundamentalmente, persiguen evitar que los conflictos se diriman por mano propia,
regulando a tal fin un procedimiento rápido que protege tanto al poseedor como al
detentador. Mediante esta clase de procesos, la ley protege el hecho de la posesión,
independientemente al derecho de propiedad, porque la posesión tiene importancia
desde el punto de vista de la tranquilidad social y por sus efectos prácticos, ya que la
posesión hace adquirir la propiedad de los inmuebles por el transcurso del tiempo, y
otorga la presunción de propiedad de las cosas muebles.

Acertadamente, la nueva legislación desecha el interdicto de adquirir la posesión


debido a que este tipo de acciones tienen como fin proteger la posesión; pero con el
de adquirir ¿que se podría proteger?, si el demandante todavía no la consiguió.

Se desarrollan y solucionan mediante proceso extraordinario, los interdictos de:


conservar y recuperar la posesión, los de obra nueva perjudicial y de daño temido (Art.
369 par. II NCPC).

De conservar la posesión
El interdicto de conservar, busca mantener la posesión o tenencia de bienes muebles o
inmuebles, cuando un sujeto intenta mediante ciertos actos usurpar la misma. Para
admitirse la demanda de conservación, deben cumplirse las siguientes características:

✔ La parte actora, tiene que encontrarse en actual posesión o tenencia del bien
inmueble o mueble.
✔ Que una o varias personas suscitaron amenazas o perturbaciones que ponen en
riego la posesión.
✔ Los actos que turban la posesión, deben ser de magnitud.
✔ La pretensión es dirigida contra la persona que injirió las amenazas o
perturbaciones, pudiendo ampliarse a sus sucesores y/o copartícipes de los
actos.
✔ La sentencia estimatoria, ampara y resguarda la posesión del actor, condenando
en costas y multas al o los demandados.

La conservación, no procede deducirla, cuando se intentó inquietar la posesión con


actos que respalden un derecho o situación jurídica, o aquellos, que provocan simples
molestias o perjuicios al poseedor o tenedor del bien.

De recuperar la posesión

El interdicto de recuperar, denominado de despojo, tiene como fin la restitución de la


posesión de un bien mueble o inmueble, a quien la ejercía y de la que fue arrebatado.
Para ser admitido precisa:

⮚ La parte actora, estuvo en posesión del bien.


⮚ Que una o varias personas despojaron al poseedor (total o parcialmente) un bien
mueble o inmueble.
⮚ La causa describirá actos violentos, clandestinos o con abuso de confianza.
⮚ La pretensión es interpuesta contra el despojante, copartícipes o beneficiarios
del acto.

La sentencia estimatoria, dispondrá la restitución del bien, bajo apercibimiento de


mandamiento de desapoderamiento, más pago de daños y remisión de antecedentes al
Ministerio Público.

De obra nueva perjudicial

El interdicto de obra nueva perjudicial, intenta proteger a quien resulta afectado en la


posesión o tenencia sobre un bien inmueble, a consecuencia del inicio de la ejecución
de una obra nueva; reclamando la suspensión, reparo o destrucción definitiva de su
edificación.
El proceso, no admite debate sobre cuestiones ajenas a la obra nueva (discusión sobre
propiedad, limites, trazados de muro medianero, etc.), controversias que tienen la
posibilidad de reclamarse mediante otro tipo de litigios.

Para su procedencia, concurrirán las siguientes circunstancias:

⮚ Que la obra nueva se haya iniciado.


⮚ Que la ejecución de la obra, produzca perjuicio o menoscabo al bien inmueble
afectado.
⮚ La pretensión es dirigida contra el dueño de la obra, pudiendo extenderse al
director o encargado de ella (arquitecto o ingeniero).

Si la pretensión se estima, la sentencia dispone sobre la obra perjudicial: la suspensión


definitiva, las reparaciones que correspondan, la destrucción de la edificación, o la
restitución a su estado anterior,

De daño temido

El interdicto de daño temido, conocido también como daño de obra o cosas viejas, está
destinado a evitar riesgos por el mal estado de un inmueble colindante con el afectado
(casa, edificio, etc.) u otras cosas como (árboles, columnas, letreros publicitarios,
postes eléctricos, etc.). Sus exigencias son:

⮚ Están legitimados para promover el interdicto: el propietario, copropietario,


inquilino, tenedor, etc.
⮚ La causa, describirá un probable daño grave e inminente que pueda ocasionarse
a personas o bienes.
⮚ Es permitida la solicitud de medidas de seguridad para que cese el peligro.
⮚ Cuando se trate de bien inmueble u objetos de naturaleza privada que pueda
ocasionar el daño, la pretensión es dirigida contra el propietario.
⮚ Cuando los objetos son cosas públicas, como: postes eléctricos, antenas de
gran tamaño, árboles, etc., la pretensión irá contra el representante de la entidad
responsable o el alcalde de la comuna, según corresponda.

Al admitirse la demanda, el juez de oficio, dispone inspección del bien o de la cosa con
el fin de asumir medidas que eviten los peligros. Si la urgencia no es manifiesta, se
podrá solicitar la participación de un perito. La sentencia estimatoria, dispone de
acuerdo al peligro, la demolición o reparación del inmueble, columna, pared, etc., o el
retiro de árboles, carteles o postes eléctricos; concediendo al demandado un plazo
judicial para dicho acto.

Desalojo de vivienda
El desalojo previsto en el proceso extraordinario, tiene el propósito de que un
propietario recupere el uso y goce de un inmueble otorgado en condición de
arrendamiento (contrato escrito o verbal) para uso de vivienda (Art. 392 par. III NCPC);
ya que los llamados arriendos por libre contratación (locales de comercio, industrias,
oficinas y otros) adoptan la vía monitoria (Art. 392 pars. I y III NCPC). La pretensión de
desalojo, es interpuesta contra el locatario que usa el inmueble exclusivamente para
vivienda familiar, con el fin de proceder a su desocupación.

Debe ampliarse el concepto de vivienda familiar, en el sentido que los pequeños


talleres artesanales o pulperías donde el inquilino además de vivir con su familia
cumple con dichas actividades; es decir, que el mismo allí trabaje y tenga su morada
familiar. Es extraño, que el Código Procesal Civil ha optado por un enorme silencio, al
"regular el desalojo de vivienda con la simple mención de la institución (Art. 369 par. II
NCPC); a diferencia de lo que ocurría con la abrogada legislación adjetiva, que
determinaba la noción de vivienda, las causas procedentes y los plazos para el
abandono según la naturaleza de la morada arrendada (habitación, departamento o
casa).

Presumimos que el legislador, ha optado por validar las causales que regían en la
anterior normativa, como por ejemplo: la falta de pago de alquileres durante tres meses
vencidos; cuando el propietario necesite el inmueble para vivir, demoler, construir,
reconstruir; cuando el inquilino tuviese casa propia, subalquile, subrogue o diese al
inmueble un uso distinto para el que hubiera sido alquilado; etc. (Art. 623 ACPC).

De todos modos, se encuentra legitimado para interponer la demanda de desalojo, el


propietario que arrendó el inmueble o los sucesores en caso de fallecimiento; también
se encuentra en esta posición, quien adquirió el bien inmueble en subasta pública,
demostrando la venta judicial.

La legitimación pasiva, se atribuye contra el inquilino, subinquilino o subrogatario del


contrato de alquiler.

El propietario, añadirá a la demanda, el instrumento público o la certificación expedida


por el registro de Derechos Reales que demuestre su derecho propietario, el contrato
de arrendamiento y el talonario fiscal que pruebe el pago de impuestos de alquiler;
caso contrario, la autoridad judicial la rechazará. Citado legalmente el locatario, dispone
de treinta días para contestar la demanda y oponer excepciones si corresponde; con o
sin contestación, el juez señala día y hora de audiencia para cumplir con las funciones
de la misma y dictar sentencia.

Si la sentencia estima la pretensión y el locatario rehúsa salir del inmueble arrendado;


el juez para ejecutar el desalojo, expedirá mandamiento de lanzamiento o
desapoderamiento según corresponda, solicitando para ciertos casos complejos, el
apoyo de la fuerza pública (Art. 395 par. Il, num. 5 NCPC).
Tema # 1 parte 3

PROCESO DE ESTRUCTURA MONITORIA

El Estado, ejerce su poder jurisdiccional mediante dos prerrogativas: la autoridad


(imperio) y la coacción. El poder de autoridad, está dirigido hacia un bien común; en
cambio la coacción, es la fuerza para hacerse obedecer; ambos elementos se ejercitan
en la función jurisdiccional, como el poder público que posee el Estado para resolver
conflictos, juzgando y ejecutando lo juzgado. Es habitual, que la actividad procesal civil
se genere con la presentación de la demanda, continúe con la resistencia del
demandado, prosiga con el debate y concluya con la decisión judicial y la ejecución
forzosa; constituyendo esta última, la fase final que repara el derecho lesionado.

La llegada del proceso monitorio a la legislación civil adjetiva, invierte aquel orden de
los actos del proceso; es decir, que interpuesta la demanda y sin escuchar al
demandado, el juez pronuncia directamente sentencia (inicial), condenando al obligado
a cumplir su prestación, para que de forma posterior, recién la parte demandada tenga
la posibilidad de oponerse a la pretensión y a la sentencia inicial, permitiéndose
exclusivamente la práctica de excepciones, sin tolerar contestación a la demanda.

La modificación de los actos en el proceso monitorio, adopta una estructura diferente


con relación a los procesos ordinarios y extraordinarios; esto implica, el ejercicio del
principio de economía procesal (esfuerzos, tiempo y gastos), comprimiendo la actividad
de la instancia.

Este tipo de proceso, ha sido incorporado en el título de los procesos de conocimiento;


sin embargo, cuenta con características especiales y de ejecución. El antecedente más
próximo y con similar estructura, es el proceso de ejecución coactiva civil de garantías
reales sobre créditos hipotecarios y prendarios, que emergió con la Ley 1760 de
Abreviación Procesal Civil y Asistencia Familiar (1977), y que en la actualidad, ha
pasado a ser parte de los procesos de ejecución.

En Bolivia, se observa que existieron ciertos procesos con estructura monitoria, como
ser: el proceso coactivo administrativo (1928); el coactivo bancario consagrado por Ley
General de Bancos (1928) y el coactivo fiscal (1977).

Etimología, concepto y finalidad

El proceso con estructura monitoria, ha sido creado con el objeto de hacer cumplir
obligaciones de dar (sumas de dinero o bienes ciertos y determinados), generados por
actos jurídicos (contratos o títulos), para que de manera rápida y eficaz, el demandante
obtenga un título ejecutorio.
El término monitorio según el Diccionario de la Real Academia Española, deriva del
latín monitorius, y es un adjetivo que significa “que sirve para avisar o amonestar".

Otro sentido es advertencia, apercibimiento o requerimiento que se dirige a una


persona (en este caso al deudor, para que pague), la palabra inyunción, no figura en el
diccionario de la lengua castellana; pero figura el verbo inyungir, que significa: mandar,
prevenir, imponer.

La pretensión se funda en mérito a un documento (contrato o título) por el cual no es


necesario declarar o averiguar hechos o situaciones de derecho; emitiéndose sentencia
inicial (sin escuchar al demandado), fallo que impone el cumplimiento de una
determinada obligación, postergando la resistencia (excepción) para un segundo
momento.

Manuel Hernández y Eduardo Fernández,'" definen al proceso de estructura monitoria,


como aquel en el cual el tribunal, inaudita parte y con la sola presentación de la
demanda, dicta resolución favorable al actor mediante la cual ordena al demandado el
cumplimiento de una prestación. Pero se condiciona la ejecutividad de dicha sentencia
a la actitud que adopte el demandado; y si el mismo no formula oposición alguna,
queda habilitada la vía de la ejecución forzada.

El monitorio, no viola el debido proceso y mucho menos la constitucionalidad sobre el


derecho a la defensa; la parte demandada, aunque en momento posterior, tiene la
facultad de resistir la pretensión y la sentencia, oponiendo excepciones (Art. 375 par.
II, 381 y 394 NCPC).

Con esta clase de proceso, se persigue el ejercicio del principio de economía procesal,
imprimiendo mayor celeridad en su tramitación y el cumplimiento de la obligación,
evitando procesos declarativos, contradictorios y con amplio debate.

La finalidad del proceso monitorio se resume en dos aspectos:

a) que a iniciativa del actor pueda éste obtener en su favor, con la mayor
celeridad posible, un "título ejecutorio"

b) que para lograr ese fin se desplaza la iniciativa del contradictorio del actor al
demandado.

Clases

Los orígenes de este proceso provienen de Europa (Austria), aunque el nombre


Proviene del latín monitorius; establecido en el siglo pasado bajo dos modalidades: el
puro y el documental. Sin embargo, la flamante legislación boliviana crea un tercer tipo,
el precedido de etapa preliminar.
Puro

El proceso monitorio puro, es aquel por el cual el demandado interpone su pretensión


de forma verbal o escrita, sin necesidad de acompañar documento alguno, reclamo que
se realiza por la sola afirmación no probada por el acreedor. La autoridad judicial, emite
sentencia ordenando el cumplimiento de la obligación, concediendo el derecho de
defensa al demandado. Si el deudor se opone a la pretensión, tampoco precisa ser
motivada ni documentada; la orden de cumplimiento de la sentencia, pierde eficacia de
forma instantánea, abriéndose el paso al proceso de conocimiento respectivo.

Esta clase de monitorio, no se aplica en nuestra legislación; no requiere de prueba del


actor ni del demandado; constituyéndose en una etapa preparatoria de un proceso
ordinario.

Documental

La segunda modalidad en esta clase de procesos, es el denominado monitorio


documental, considerado por el Código Procesal Civil; permite a la autoridad judicial
dictar sentencia inicial en mérito a documentos auténticos o debidamente legalizados,
la oposición del deudor, también es fundada con documentos, asumiendo la carga de la
prueba.

El monitorio documental, obliga al demandante a demostrar los fundamentos de su


pretensión, y al demandado a justificar su oposición, abriendo un debate cognoscitivo
que será resuelto en audiencia (Art. 375 NCPC).

Como proceso monitorio documental; procede para demandar el pago da créditos de


dinero que consten en documentos públicos o privados (debidamente reconocidos); de
esta manera, el juez apreciando el documento y previa calificación del mismo, emitía
mandato de pago, intimando al deudor para que en el plazo pague o pueda oponerse a
la pretensión y a la sentencia; dicha oposición, al igual que la demanda, tenía que estar
justificada con documentos que demuestren el cumplimiento de la obligación, por eso
su denominación de documental; sobre la base de la oposición, se abría las
ritualidades del proceso ordinario.

Si el deudor, no se oponía dentro del plazo, la sentencia quedaba ejecutoriada y se


ingresaba en forma inmediata a la fase de ejecución.

Con etapa preliminar

El Código Procesal Civil puesto en vigencia el 6 de febrero de 2016, considera una


tercera forma de proceso monitorio, establecido para dos casos específicos: el desalojo
de libre contratación y la entrega del bien, ambos derivados de contrato verbal;
requiriendo la instauración de una etapa preliminar que adopta vía incidental, cuestión
que declara la existencia del contrato suscrito de manera verbal, comprobando
además, el cumplimiento de la obligación referente a la parte actora, cuando exista
obligación sinalagmática (Art. 377 par. I NCPC).

Concluida la etapa preliminar vía incidental, se formaliza la demanda ante el mismo


juez que dirigió y decidió la fase preparatoria, para que de forma inmediata, pronuncie
sentencia, con intimación previa para el caso de desalojo por falta de alquileres (Art.
-377 par. II NCPC).

Requisitos

El proceso monitorio, se encuentra sujeto al cumplimiento de los siguientes requisitos.

✔ Ala demanda, se acompaña el documento público o privado debidamente


reconocido o legalizado por autoridad competente, que demuestre el
incumplimiento de determinada obligación prevista por ley.
✔ La prestación reclamada será unilateral y no sinalagmática.
✔ En los casos de entrega de la cosa y desalojo en régimen de libre contratación
derivados de contrato verbal, debe comprobarse la existencia del contrato y la
obligación cumplida por el actor; mediante proceso preliminar.
✔ En resolución de contrato y desalojo por falta de pago de alquileres, el actor
solicitará la intimación del deudor para que cumpla la obligación; la autoridad
judicial, concederá un plazo legal de diez días.

En el desalojo en régimen de libre contratación, el propietario del inmueble, para


acreditar la existencia del contrato verbal de arrendamiento, puede convocar al futuro
demandado (inquilino) a confesión provocada, preguntando la calidad de ocupante del
inmueble; o bien, solicitar la exhibición de los recibos de alquiler; a través de estos
elementos probatorios, interpondrá la demanda del monitorio.

Similares circunstancias pueden practicarse cuando se trata de la entrega de la cosa


derivada de contrato verbal.

Trámite y procedencia

Como se ha manifestado, algún monitorio precisa de proceso preliminar e intimación de


pago (Art. 377 NCPC); cumplidos dichos requisitos, o en el caso que proceda
interponerse demanda de forma directa; el juez, recibido el acto de proposición junto al
documento que sustenta la pretensión, controla la existencia de los presupuestos
generales y en particular los del monitorio, si ellos se cumplieron, pronunciará
sentencia inicial sin dar noticia al deudor (inaudita parte), acogiendo la pretensión y
disponiendo el cumplimiento de la obligación (Art. 375 par. I NCPC).
Citado legalmente el demandado, dispone de diez dial para oponer la o las
excepciones, añadiendo la prueba documental y proponiendo algún medio de prueba
que justifique el hecho (impeditivo, modificativo o extintivo). La norma, no dispone el
traslado de la excepción interpuesta por la parte demandada (Art. 375 NCPC), ni
tampoco en la actividad del proceso ejecutivo u otros procesos monitorios (Arts. 380 y
387 NCPC), hace presumir que la excepción será contestada en audiencia.

La o las excepciones planteadas contra la demanda y la sentencia inicial, son


debatidas y resueltas en audiencia única, acto que seguirá el trámite previsto para el
proceso extraordinario.

Tampoco la norma, especifica el tipo de resolución judicial que se emite para resolver la
excepción, asumiendo lo dispuesto para el proceso ejecutivo con estructura monitoria
(Art. 383 par. I NCPC); es decir, mediante otra sentencia, designada como definitiva. En
consecuencia, el proceso monitorio es el único que soporta dos sentencias en la
instancia: una inicial y otra definitiva (Arts. 375 par. I y 383 par. I NCPC).

Si la parte demandada no opuso excepción, la sentencia inicial adquiere calidad de


definitiva (cosa juzgada), dando lugar a la ejecución forzosa de la obligación (proceso
de ejecución).

Sólo los procesos ejecutivos, tienen la posibilidad de ser revisados mediante proceso
ordinario posterior (Art. 386 NCPC), pero no los demás monitorios. La sentencia
definitiva que desestime la excepción, podrá ser impugnada de apelación, recurso
concedido en efecto devolutivo; en cambio, si la estima, la apelación adoptará
concesión suspensiva.

Los procesos de estructura monitoria, se encuentran conformados por las siguientes


instituciones:

⮚ Ejecutivo.
⮚ Entrega del bien.
⮚ Entrega de la herencia.
⮚ Resolución de contrato por incumplimiento de la obligación de pago.
⮚ Cese de la copropiedad.
⮚ Desalojo en régimen de libre contratación.

No concurren otros casos expresamente señalados por ley, debido a que no existe otra
norma que regule al proceso monitorio; con excepción de los previstos en el Art. 388 y
siguientes del Código Procesal Civil.
Tema # 1 parte 4

PROCESO EJECUTIVO DE ESTRUCTURA MONITORIA

El proceso ejecutivo, es considerado como el principal monitorio, destinado a un pronto


cobro de sumas de dinero, pretensión que se sustenta en un título judicial o
extrajudicial.

Concepto

El proceso ejecutivo, es aquel que se funda en un título extrajudicial o judicial que


resulte de la declaración de una persona que reconoce una obligación líquida y
exigible.

Denominase juicio ejecutivo al proceso especial, sumario (en sentido estricto) y de


ejecución, tendiente a hacer efectivo el cumplimiento de una obligación documentada
en alguno de los títulos extrajudiciales convencionales o administrativos legalmente
dotados de fehaciencia o autenticidad.

El conocimiento del juez, se reduce al examen del título y de ciertas excepciones que
pudiera oponer el supuesto deudor;

El proceso, no tiene la aptitud de examinar y solucionar el conflicto en su totalidad; la


sentencia (inicial o definitiva) sólo alcanza cosa juzgada en sentido formal. Aunque la
vigente legislación lo ubica en el marco de los procesos de conocimiento, pertenece en
realidad a los de ejecución.

Su finalidad no es obtener la declaración sobre la existencia o inexistencia de un


derecho incierto, sino en lograr la satisfacción de un crédito que concluye con un acto
coactivo sobre el patrimonio del deudor.

El juicio ejecutivo constituye un proceso declarativo abreviado, en cuanto al debate de


las partes y los limites del conocimiento y de la decisión judicial, en él nunca se
resuelve la relación jurídica sustancial. En efecto, la cognición del proceso es sumaria,
de modo que, terminado el juicio, queda abierta la vía para un segundo proceso en que
la cuestión es examinada nuevamente a fondo y de modo definitivo.

El proceso ejecutivo, ingresa en fase de conocimiento, cuando el deudor opone


excepciones, fundadas en hechos que impiden, modifican o extinguen la obligación.

Títulos ejecutivos
Los títulos que traen aparejada ejecución, son en su mayoría extrajudiciales
(convencionales), sólo dos de ellos provienen de actividad judicial: las cuentas
aprobadas y reconocidas por resolución judicial y la confesión de deuda líquida y
exigible ante juez civil público (Art. 379 nums. 4 y 7 NCPC).

Los títulos ejecutivos son hábiles para iniciar la acción que nace de ellos por las
personas que aparecen como acreedores en contra de quienes figuran como
obligados, por la suma que consta en ellos. La existencia del vínculo entre las partes es
un presupuesto básico del título ejecutivo. Por tanto, para que éste sea hábil y traiga
aparejada ejecución debe acreditar por sí mismo que el ejecutante es titular del crédito
que trata de hacer efectivo y que el ejecutado es el obligado al pago.

El documento título, necesariamente conllevará una suma líquida y exigible; se aceptan


sumas no líquidas pero de fácil liquidación.

Debe tratarse, de una suma líquida o fácilmente liquidable. La primera es la que se


encuentra determinada en el título y la segunda la que, a pesar de no hallarse
numéricamente expresada en aquél, puede establecerse a través de una simple
operación aritmética, sin que sean indispensables imputaciones o interpretaciones. Tal
lo que ocurre, por ejemplo, cuando la cantidad reclamada devenga intereses y la forma
en que éstos deben liquidarse resulta del mismo título.

Debe contener también, la exigibilidad de la obligación; significa, que tenga una fecha
vencida para el cumplimiento de la prestación; con excepción, de la letra de cambio
pagadera a días o meses vista (Art. 544 num. 1 y 545 C.Com).

El Código Procesal Civil, considera títulos ejecutivos a:

a) Los documentos públicos: comprenden (escrituras públicas e instrumentos


públicos); los primeros, otorgados por Notario de Fe Pública, los segundos,
suscritos por funcionarios autorizados y competentes; ambos, bajo las
solemnidades legales (Art. 1287 CC).
b) Los documentos privados, suscritos y firmados por el acreedor y deudor,
debidamente reconocidos ante autoridad judicial o por certificación de firma
notarial (Arts. 1297 CC y 65 LNP).
c) Los títulos valores y documentos mercantiles, como ser: letras de cambio,
pagarés, cheques, bonos, cédulas hipotecarias, cédulas cambiarias, pólizas,
etc., que de acuerdo al Código de Comercio sean crediticios y con fuerza
ejecutiva (Arts. 491 y ss. C.Com).
d) Las cuentas aprobadas o reconocidas por resolución judicial ejecutoriada,
resultante de rendición de cuentas.
e) Los documentos de crédito por expensas comunes en edificios afectados al
régimen de propiedad horizontal; comprenden: recibos o certificados impagos
por expensas exigidos por el reglamento de copropiedad, o el testimonio
notarial del libro de actas aprobado por la asociación de copropietarios.
f) Los documentos de crédito por arrendamiento de bienes, sean muebles o
inmuebles; abarcan: el contrato de arrendamiento y el talonario fiscal, si el
contrato es privado, será reconocido. La deuda de alquileres, debe tratarse
de sumas fácilmente liquidables con simples operaciones aritméticas.
g) La confesión de deuda líquida y exigible ante autoridad judicial competente
para conocer la ejecución; el título se forma durante el trámite previo al
proceso monitorio, mediante la citación y emplazamiento del presunto
deudor, adjuntando el respectivo interrogatorio; la incomparecencia o las
respuestas evasivas del deudor, autorizan a tener por confesa la obligación.
h) La transacción extrajudicial no homologada, que conste en escritura pública o
documento privado reconocido.
i) Y en general, todos los casos que la ley autorice al acreedor el inicio de
proceso ejecutivo.

Procedimiento

Sea cual fuera la suma reclamada, la demanda será dirigida al juez público, quien
verifica con ponderación los requisitos del título ejecutivo, realizando un examen sobre
la liquidez, exigibilidad, lugar de suscripción y cumplimiento de la obligación; los
últimos, con la finalidad de comprobar la competencia territorial con relación a la
prestación (Art. 12 num. 2, lits. b y c NCPC).

De la misma manera, la autoridad judicial observará, la: capacidad, legitimación y


representación de las partes (si la tuviera), advirtiendo las generales descritas en la
demanda con relación al título ejecutivo. Si el juez encuentra que el título carece de
fuerza ejecutiva, rechazará la pretensión, pronunciando auto definitivo y no
interlocutorio como lo expresa la legislación (Art. 380 par. II del NCPC).

Si al contrario, la demanda y el título cumplieron con todos los presupuestos exigidos


por ley, el juez dicta sentencia inicial, ordenando el embargo de los bienes del deudor,
prosiguiendo con la ejecución, hasta obtener el pago de capital, intereses, costas y
costos. El proceso ejecutivo con estructura monitoria, no exige se intime de pago al
deudor, a no ser que el título sea documento privado que no haya sido reconocido de
firmas y rúbricas (Art. 380 par. IV NCPC).

Citado el ejecutado de forma legal, dispone de diez dias para oponer en un mismo acto
todas las excepciones conducentes a enervar el titulo y la pretensión, adjuntando los
documentos y proponiendo cierto medio de prueba que respalde el hecho de la
excepción.
Si el ejecutado no opuso excepción, la sentencia inicial adquiere calidad de cosa
juzgada formal, dando lugar a la ejecución forzosa y las medidas previas al remate (Art.
416 NCPC).

Si el deudor interpuso excepción, la autoridad judicial señala dia y hora de audiencia,


acto que seguirá el trámite del proceso extraordinario (Art. 382 NCPC). En audiencia,
se escuchará la contestación contra la o las excepciones; seguidamente se practica
tentativa de conciliación, si no se obtiene arreglo entre partes, se procede al desahogo
de las pruebas sobre los hechos impeditivos o extintivos; pronunciándose de manera
inmediata sentencia definitiva que estime o desestime la o las excepciones planteadas.

La estimación de la excepción de incompetencia, da lugar al pronunciamiento de auto


definitivo, resolución que puede ser recurrida de apelación y concedida en efecto
suspensivo. Es innegable, que si la autoridad judicial se declara incompetente, no
examinará ni resolverá las restantes excepciones, remitiendo la causa a la autoridad
competente (Arts. 383 par. II y 384 NCPC).

Si durante el trámite de las excepciones o incluso después de pronunciada la sentencia


definitiva vencen nuevos plazos o cuotas (en créditos por arrendamiento, expensas
comunes u obligaciones de tracto sucesivo), el ejecutante solicitará la ampliación de la
suma reclamada inicialmente en la demanda; en este caso, el deudor exhibirá los
recibos que demuestren la extinción de la obligación; de lo contrario, se hará extensiva
la petición del acreedor.

A partir del día siguiente de la ejecución de la sentencia inicial o definitiva (en el caso
de excepciones), o del auto de vista en caso de apelación; corre a las partes un plazo
de seis meses para interponer proceso ordinario posterior, siempre que se promueva la
discusión sobre derechos materiales, y no aspectos relativos al proceso ejecutivo.

Vencido el plazo para la ordinarización, caduca el derecho de revisión del fallo,


adoptando la sentencia calidad de cosa juzgada material (Art. 386 pars. I y II NCPC).

El doble juicio (ejecutivo y ordinario) es admisible cuando se trata de garantizar el


derecho de las partes que, por la naturaleza del ejecutivo, se vio restringido en razón
de limitaciones o prohibiciones procesales que pudieron afectar la amplitud de la
defensa y de la prueba. Entonces, podrá hacerse valer en el proceso ordinario, toda
defensa o excepción que no fuese admisible en el juicio ejecutivo, pero no corresponde
el nuevo proceso para el ejecutado que no opuso excepciones, respecto de las que
legalmente pudo deducir, ni para el ejecutante, en cuanto a las que se allanó, y que no
procede discutir nuevamente las cuestiones de hecho debatidas y resueltas en el juicio
ejecutivo, cuya defensa o prueba no tuviere Imitaciones establecidas por la ley, ni las
interpretaciones legales formuladas en la sentencia, ni la validez o nulidad del
procedimiento de la ejecución.
El proceso ordinario posterior, no detendrá la ejecución de la sentencia ejecutiva; ni
será acumulable al ejecutivo (Art. 386 par. III NCPC).

Excepciones

Citado y emplazado con la demanda y notificado con la sentencia inicial, el ejecutado


podrá oponer excepciones en el plazo de diez días, alegando hechos impeditivos,
modificativos o extintivos.

Al examinar los actos de proposición' estudiamos las excepciones que afectan a la


mayoría de los procesos, dejando para este momento el análisis de las concernientes
al proceso ejecutivo: la incompetencia, falta de personería, litispendencia, cosa
juzgada, transacción y conciliación tienen similares características, remitiéndonos a lo
manifestado en esa oportunidad por ser aplicables a este y otros procesos.

Las excepciones típicas del proceso ejecutivo que se examinan a continuación, son:
falta de fuerza ejecutiva, falsedad del titulo, inhabilidad en el título, prescripción y
caducidad, pago documentado, compensación de crédito, remisión, novación y el
beneficio de excusión.

Falta de fuerza ejecutiva

La legislación adjetiva boliviana (vigente y abrogada), es una de las pocas, si no la


única, que considera la falta de fuerza ejecutiva como excepción; la doctrina y la
legislación comparada, sólo toman en cuenta la inhabilidad del título, fusionando las
causales de esta y aquella en una sola excepción.

La excepción de falta de fuerza ejecutiva, ataca al título cuando se observan las


siguientes situaciones:

a) Documentos privados, no reconocidos notarial o judicialmente.


b) Inexistencia de suma liquida o de complicada liquidación.
c) Falta de exigibilidad en la obligación (ausencia de plazo vencido u obligación
sujeta a condición).
d) Títulos que contengan contraprestaciones pendientes (obligaciones
sinalagmáticas, recíprocas entre el acreedor y deudor).
e) Título ejecutivo no considerado por las leyes bolivianas.

Falsedad del título


Esta excepción, objeta las causas extrinsecas del título afectado materialmente por
adulteración total o parcial, vale decir, no refleja la verdad de su contenido original o
nunca fue suscrito ni firmado por el deudor.

Para ser estimada la excepción, la falsedad debe ser visible, clara y material en el
documento (no ideológica), percibiéndose: raspaduras, agregados, sobre lineados,
cambios de: sumas, nombres, fechas, firmas, etc.

La falsedad de título en la ejecución, es cuando ella surge materialmente del mismo


documento en que consta el crédito, es decir, extrínseca, pero no cuando se trata de
una falsedad intrínseca o ideológica, la que debe debatirse en juicio ordinario. A
diferencia de la falsedad de título, que afecta al documento (raspaduras, sobrelineados,
agregados, lavados, etc.), la falsedad ideológica -abuso de firma en blanco- no es
debatible en el juicio ejecutivo. Para su procedencia, la falsedad no debe estar sujeta a
investigaciones sobre la afectación del documento; si el título no aparece adulterado a
simple vista y precisa de una serie de indagaciones, es improcedente la excepción,
pudiendo el deudor reclamar la falsedad en proceso ordinario posterior.

La legislación vigente, siguiendo el espíritu del abrogado Código de Procedimiento


Civil, establece que no procede la excepción de falsedad cuando existe reconocimiento
expreso de firma, debido a que en dicho acto, quedan copias o fotocopias legalizadas
que acreditan el contenido original de lo suscrito entre las partes.

Del análisis de la legislación argentina, De Santo, extrae que la falsedad podrá


fundarse únicamente en la adulteración del documento, y que el reconocimiento
expreso de la firma no impide la admisibilidad de la excepción de falsedad fundada en
la adulteración del documento.

No procede la excepción de falsedad contra documentos protocolares (escritura


pública) extendida por Notario de Fe Pública; por ser público y solemne, será
impugnado vía ordinaria. Tampoco procede esta excepción, si el ejecutado ha negado
la obligación mediante inhabilidad del título.

Inhabilidad del título

Surge cuando se discute la existencia de la obligación o la falta de legitimación entre el


que acciona y el que figura en el título como acreedor, o contra quien se reclama la
pretensión y no figura en el título como deudor; por tanto, son causales de inhabilidad:

a) La negación de la deuda.
b) Cuando el ejecutante, no es el verdadero titular de la obligación.
c) Cuando el ejecutado, no es el legitimo deudor.
d) En caso de que el titulo recae sobre obligaciones de no hacer o de dar cosas
inciertas.
La excepción de inhabilidad es inviable si no se desconoce la deuda. La negativa de
una deuda debe estar seguida de la enunciación precisa y categórica de las
circunstancias de hecho que la motivan, de modo tal de generar en el ánimo del juez la
certeza de que, sin perjuicio de la admisibilidad o no de la excepción de inhabilidad de
título, existan hechos objetivos y ponderables que justifican el desconocimiento como
recaudo habilitante de la defensa interpuesta.

El ejecutado que excepciona inhabilidad en el título, no puede alegar simultáneamente


otras excepciones, como el pago, compensador, remisión, etc.; ya que por esos actos,
aceptaría tácitamente la existencia de la obligación.

Prescripción y caducidad

La prescripción, es la primera forma que invoca la extinción de la obligación, por no


ejercitarse reclamo durante el tiempo que la ley establece (Art. 1492 par. I CC); como
excepción, fue examinada en los actos de proposición, manifestando que se aplica a
los derechos personales de crédito u obligaciones.

La extinción, no se opera sobre el derecho material propiamente dicho, sino


únicamente sobre la acción que podía proteger el derecho de crédito; en este caso,
sobre la acción ejecutiva. El Código Civil, determina dos formas de prescripción
extintiva, para obligaciones comunes y breves. En las comunes, se extingue la
obligación en el plazo de cinco años (Art. 1507 CC); en las breves, la obligación se
extingue en tres, dos y un año (Arts. 1508 a 1512 CC).

Son prescripciones breves, los créditos de maestros, docentes que ejercen enseñanza
por meses; los que tienen internados o establecimientos educativos; de los dueños de
hoteles, hospedajes o alojamientos por conceptos de albergue y alimentos; los
comerciantes de la mercadería vendida; los farmacéuticos por el precio de las
medicinas vendidas y otras obligaciones previstas en la ley, prescriben en un año (Art.
1511 CC). En cambio, los montos de arrendamientos vencidos, las expensas comunes,
los intereses de las cantidades devengadas, de los profesionales por sus servicios y
todo canon que debe pagarse periódicamente por un año o plazos más cortos,
prescribe en el plazo de dos años (Art. 1509 y 1510 CC).

Prescribe en tres años, el resarcimiento por daños y perjuicios consecuencia de hecho


ilícito o generador de responsabilidad (Art. 1508 CC).

Las acciones para cobro de bonos y de cédulas hipotecarias, prescriben en diez años,
computable desde la fecha de su exigibilidad (Arts. 681 y 688 C.Com). Con relación a
la caducidad, esta se opera sobre derechos generalmente potestativos es decir, que el
acreedor no interpuso la acción ejecutiva en el tiempo estipulado' entre ambas partes, y
no el establecido por imperio de la ley.
Castán y Scaevola citados por Morales Guillen, distinguen la prescripción de la
caducidad; la primera extingue un derecho que se supone abandonado por el titular, su
tiempo de reclamo se encuentra determinado por ley y únicamente puede se; invocado
por el demandado; en cambio, la caducidad, procede de la estipulación voluntaria
prefijada por las partes de la relación material, en derechos determinados llamados
potestativos. El plazo de caducidad ha de tomarse en cuenta por el juez, así su
transcurso se desprende de la exposición del actor o acreedor, su efecto extintivo es
radical y automático. La excepción de caducidad, se plantea cuando se ha previsto
anticipadamente la forma de extinción de la obligación (en la relación material); la
caducidad no puede suspenderse o interrumpirse como la prescripción. Puede ser
observada incluso de oficio, por la sola narración del ejecutante y la respectiva
verificación del documento; esta no implica el abandono del derecho por el titular, sino
la simple falta de ejercicio dentro del término de caducidad fijado por las partes.

Pago documentado

El pago, es la forma más común que extingue las obligaciones, puede ser total o
parcial, teniendo que hallarse documentado para su procedencia.

El ejecutado, a tiempo de plantear la excepción, debe acompañar el documento


probatorio de pago; comprende el recibo proveniente del acreedor que de manera clara
y fehaciente describa el cumplimiento total o parcial de la obligación, constando la firma
del ejecutante en el recibo.

Debe acompañarse a tal fin el documento original, no pudiendo ser suplido por
fotocopias de éste, por constancias de los libros de comercio, por la invocación de la
entrega de cheques al ejecutante, etc. Tampoco es fundamento suficiente de esta
excepción la existencia de un juicio de consignación promovido por el ejecutado, pues
el pago por consignación sólo puede ser eficazmente invocado cuando ha sido
aceptado por el acreedor o declarado válido por sentencia firme; ni la existencia de un
depósito judicial hecho en calidad de embargo.

La resolución judicial que estime la excepción de pago parcial, dispondrá que la


ejecución prosiga sobre el saldo deudor, imponiendo costas al ejecutado por la suma
pagada, y al ejecutante, por la suma parcial desestimada.

Compensación de crédito

Para compensar un crédito entre deudor y acreedor, el primero, en vía de excepción


adjuntará otro título ejecutivo (con suma líquida y exigible) diferente al que dio, lugar a
la ejecución, acreditando que simultáneamente es acreedor del ejecutante, solicitando
la compensación entre el monto reclamado en la demanda y el descrito en el título de la
excepción.
La excepción de compensación, como medio de extinción de las obligaciones, se halla
sometida, en el juicio ejecutivo, a ciertas restricciones, debiendo fundarse en un crédito
líquido y exigible ejecutivamente, porque si faltase la primera condición, habría que
recurrir previamente al juicio de conocimiento para fijar su monto y si no existiese la
segunda por estar pendiente de plazo o condición, el título será inhábil.

Si la obligación a compensarse es una suma menor de la que se demanda en el


proceso ejecutivo, el saldo deudor a favor del ejecutante seguirá cobrándose en el
mismo proceso ejecutivo; por el contrario, si la suma a compensarse es mayor a la
demandada, el excedente del ejecutado, será reclamado en proceso ejecutivo
independiente, debido a que en esta clase de proceso no se permite acto de
reconvención.

El título que respalde la excepción de compensación, puede contener fecha anterior o


posterior al título del proceso ejecutivo.

Remisión

Es otra forma de extinción de las obligaciones, en la que el deudor ejecutado, tiene en


su poder el título original. Esta institución, comprende una presunción legal, deduciendo
el legislador, que el acreedor condonó la deuda o el deudor pagó la obligación, por
tener el documento original en su poder. El Código Civil, determina dos clases de
remisiones: una expresa y otra tácita; la primera, establece que el acreedor mediante
testamento o convención (contrato liberatorio) libera al deudor de la prestación, un acto
de naturaleza unilateral en el que no se precisa aceptación del deudor (Art. 358 CC).

Es tácita, cuando el acreedor entrega al deudor el documento privado o público,


presumiéndose la liberación de la obligación, por tener el deudor en su poder el título
base de la ejecución (Art. 359 CC).

Morales Guillén" en sus comentarios al Código Civil, manifiesta que tratándose de


documento privado, su entrega voluntaria por el acreedor al deudor, hace pire prueba
de liberación. Importa la concurrencia de cuatro condiciones' a) restitución hecha por el
acreedor, b) debe ser hecha al deudor: c) hecha voluntariamente, y d) debe ser el título
privado original. En consecuencia, el deudor opone la excepción, adjuntando el
documento (expresó o tácito) para probar su oposición, en la forma tácita (presunción
iodo tantum), se presume la condonación de la deuda o el pago hecho por el deudor,
situación que puede ser objetada por el acreedor a momento de ser contestada la
excepción. Le remisión expresa, no admite prueba en contrario, haciendo de esta una
presunción iure et de iure.

La entrega de la prenda al deudor, no autoriza ni lleva a estimar la excepción de


remisión.
Novación

La novación como otra forma de extinguir las obligaciones, representa el reemplazo de


una obligación por otra, en la que el ejecutado opone su excepción aduciendo que la
prestación que viene a reclamarse, fue extinguida y a consecuencia de ello, nació una
nueva entre las mismas partes. El deudor mediante la novación, se opone al titulo
extinguido y a la pretensión ejecutiva, añadiendo el nuevo documento que novo la
obligación original.

Enseña Morales Guillén, que la palabra novación indica la sustitución convencional de


una nueva obligación a la obligación antigua, de manera que ésta quede extinguida. La
nueva obligación debe diferir de la antigua. Es la condición esencial para que exista
novación. Sus elementos constitutivos son:

a) existencia de una obligación que debe extinguirse,


b) una nueva creada para extinguir la anterior y cuya diferencia no la presente
como una simple modificación de aquélla.
c) capacidad de disponer en ambas partes.
d) el animus novandi, o sea, la voluntad y acuerdo para extinguir la primera
obligación.

La novación consiste en la sustitución de una obligación, que queda extinguida, por


otra nueva que debe diferir de la anterior. En tal sentido, deberá siempre concurrir el
aliquid novi, el cual puede referirse al objeto de la obligación, a su causa, a ciertas
modalidades del vinculo obligacional o bien a los sujetos que actúan como acreedor y
deudor.

No procede la excepción, cuando el ejecutado alega y demuestra simples prórrogas del


plazo o la condición, la modificación de la suma (rebaja o aumento del crédito), o
cualquier enmienda accesoria que no sustituya la obligación original

La nueva obligación, estará suscrita en diferente documento, extinguiendo la primitiva,


no siendo necesario que sea público es suficiente uno privado debidamente
reconocido.

Beneficio de excusión u orden o división

El fiador simple, puede oponer cualquiera de las excepciones previstas para el proceso
ejecutivo: empero, la excepción propia de este aval, es la de beneficio de excusión.

Debe tratarse de un fiador simple y no de uno con mancomunidad solidaria. El


beneficio de excusión, considerado por la legislación abrogada (Art. 508 ACPC),
comprende el derecho que tiene el fiador simple de oponerse para hacer efectiva la
fianza, hasta que el acreedor no haya embargado y subastado los bienes del deudor
que cubra el total de la obligación.

Este derecho, se justifica, dando a conocer al acreedor los bienes que posee el deudor,
para satisfacer su crédito, pero sin separar definitivamente al fiador simple de su
obligación.

La excepción será interpuesta por el fiador, bajo el fundamento de que el acreedor


persiga (embargue y ejecute) previamente los bienes del deudor, antes de pretender el
pago de la obligación con el fruto de sus bienes.

Al ejercitarse la excepción, el fiador debe probar que el deudor principal tiene bienes y
cual es su valor.

El fiador simple no puede ser compelido u obligado a pagar la obligación al acreedor


sin previa excusión de todos los bienes del deudor, salvo en los siguientes casos:

a) Cuando el fiador renuncia expresamente a este beneficio procesal.


b) Cuando la fianza fuese solidaria.
c) Cuando se obligó como principal pagador.
d) Si como heredero sucedió al principal deudor.
e) Si el deudor hubiese quebrado o se hallare ausente de su domicilio al
cumplirse la obligación.
f) Cuando el deudor no pudo ser demandado judicialmente dentro del
Estado.
g) Si la obligación afianzada fuese puramente natural.

La sentencia definitiva que estime la excepción en favor del fiador, dispondrá el


levantamiento de las medidas precautorias sobre los bienes del fiador, en forma total o
parcial, dependiendo del caso; sin embargo, en ningún momento el fiado, queda
desvinculado totalmente del proceso ejecutivo, ya que el beneficio de excusión no lo
separa sino momentáneamente de ser afectado con sus bienes para el cumplimiento
de las obligaciones.
Tema # 1 parte 5

OTROS PROCESOS MONITORIOS

El proceso monitorio, no sólo considera al ejecutivo, sino también se encuentra previsto


para dar solución a otro tipo de situaciones jurídicas, siempre relacionadas al
cumplimiento de obligaciones. Todo monitorio es documental, mostrándose una
obligación pendiente que da lugar al pronunciamiento de sentencia inicial, sin escuchar
a la parte demandada (inaudita parte), asumiendo un procedimiento similar con relación
al proceso ejecutivo.

Al igual que el proceso ejecutivo, se consideran procesos monitorios:

a) Cumplimiento de la obligación de dar (entrega de la cosa).


b) Entrega de la herencia.
c) Resolución de contrato por falta de pago.
d) Cese de la copropiedad.
e) Desalojo en régimen de libre contratación.

Cumplimiento de obligación de dar (entrega de un bien)

El cumplimiento de obligación de dar, emerge de una declaración unilateral o


frecuentemente de obligaciones bilaterales (sinalagmáticas), en el que una persona se
encuentra obligada a entregar un determinado bien (mueble o inmueble), que no
comprende suma de dinero.

Es habitual, que en este monitorio, la obligación surja de un contrato; no obstante,


puede emanar de otra clase de actos jurídicos como el testamento, acto administrativo,
declaración unilateral de voluntad o del propio mandato de la ley; supuestos en los que
el demandado se encuentra obligado a entregar un determinado bien.

Por testamento, la persona dispone que a su muerte, uno de los herederos o el albacea
entregue un bien a favor de un tercero que ha sido beneficiado con un acto de
liberalidad. Por mandato de la ley, están obligados a cumplir la obligación de dar, los
funcionarios públicos que tenían ciertos bienes a su cargo (ejemplo, cuando un notario
es sustituido en sus funciones, tiene la obligación de entregar los libros al designado en
su reemplazo).
Si la obligación nace de una relación jurídica sinalagmática, el actor a tiempo de
interponer la demanda, demostrará que ha cumplido la prestación que le correspondía.
El caso común, se opera en el contrato de compra venta, en el que cada una de las
partes asume una obligación respecto a la otra (obligaciones sinalagmáticas
interdependientes), el comprador asume la obligación de pagar el precio, y el vendedor
el de entregar el bien (al margen de transferir la propiedad). Se da el caso, de que el
comprador haya abonado el precio convenido, y no obstante, el vendedor no hizo
entrega del bien transferido.

A tiempo de presentar la demanda, el actor adjuntará el documento público o privado


debidamente reconocido (notarial o judicialmente), que acredite la obligación de
entregar (dar) un determinado bien, sin que exista prestación pendiente por el
demandante. Recibida la demanda, el juez público emite sentencia inicial, intimando al
obligado para que haga entrega del bien. La norma adjetiva (Art. 388 par. I NCPC) no
establece el plazo de intimación que impone el juez al obligado, presumiendo que la
conminatoria es de diez días como lo determinan los requisitos del monitorio (Art. 377
par. II NCPC).

Desde el momento de la citación con la demanda y simultánea notificación con la


sentencia inicial, el demandado asume la calidad de depositario del bien pretendido,
por cuya razón, no corresponde ni es propio librar mandamiento de embargo.

Si el depositario demandado incumple con las obligaciones de conservar el bien, será


pasible a responsabilidades penales y civiles, que podrá recaer en el resarcimiento de
daños y perjuicios, a no ser, que el juez, por determinadas circunstancias, disponga el
secuestro del bien o su desapoderamiento en caso de inmuebles (Art. 388 par. II
NCPC).

Citado el demandado, dispone de diez días para interponer excepción, debidamente


fundada y amparada en documento original o legalmente legalizado, acto que será
corrido en traslado al actor; con o sin contestación, el juez señala audiencia en la que
se resolverá la excepción. Si el demandado no opuso excepciones o si estas fueron
desestimadas en sentencia definitiva, la autoridad judicial expedirá mandamiento de
desapoderamiento sobre el bien objeto de entrega, disponiendo si fuera necesario, la
intervención de la fuerza pública (Art. 395 par. II, num. 1 NCPC). El juez, también podrá
autorizar, que la parte actora (acreedora) entre en posesión directa sobre el bien
mueble o inmueble (Art. 1467 CC).

Entrega de la herencia
Al fallecer una persona, se origina la apertura de la sucesión (Art. 1000 CC),
provocando la transmisión del patrimonio del causante en favor de los herederos, con
todos sus elementos constitutivos (activo y pasivo), salvo el caso de la aceptación de
herencia con beneficio de inventario (Art. 1031 CC), o la renuncia a la herencia (Art.
1016 CC); supuestos en los que no existe transmisión directa de la herencia.

En los casos corrientes, la sucesión se transmite a favor de los herederos. '' embargo,
cuando uno o varios terceros de forma arbitraria e injusta (sin acreditar derecho alguno)
se encuentran detentando el bien y se oponen a que los herederos ingresen en
posesión efectiva de los bienes sucesorios; entonces, corresponde reclamar vía
monitoria la entrega de la herencia (Art. 389 NCPC).

Vale decir, que si un tercero se encuentra en posesión de un bien que pertenece a los
herederos; el juez, previa demanda monitoria, pronuncia sentencia inicial, obligando al
o los usurpadores a que entreguen el bien. El demandado, citado legalmente, puede
oponer la excepción pertinente, la que será resuelta en audiencia. Si el demandado
exhibe título que demuestra la adquisición legal de la propiedad, acudirá a la vía
ordinaria, ya que ninguna excepción (Art. 394 par. II NCPC) permite oponerse
acreditando derecho propietario.

Resolución de contrato por falta de pago

La resolución de contrato por falta de pago, es una institución regulada por el Código
Civil, procede cuando una de las partes incumple la obligación de pago proveniente de
algún acto jurídico. La parte que ha cumplido su prestación, tiene dos posibilidades de
reclamo: la primera, solicitar la resolución del contrato (con resarcimiento de daño), y la
segunda, pedir el cumplimiento de la obligación dentro de un plazo razonable (Art. 568
CC).

La demanda monitoria, estará precedida de una intimación previa solicitada por la parte
actora, concediendo la autoridad judicial la posibilidad de cumplir con la obligación de
pago en el plazo de diez días (Art. 377 par. II NCPC). No precisará intimación judicial, si
el acreedor solicitó el cumplimiento previo, mediante carta notariada (Art. 570 CC).

Si el obligado (intimado) no cumple su prestación de pago, so interpondrá la demanda


pretendiendo la resolución del contrato; el actor, con prueba preconstituida, demostrará
mediante documento público o privado reconocido de firma o dado por reconocido, la
relación bilateral entre las partes; demostrando también la obligación cumplida que le
correspondía.

En esta clase de monitorio, la demanda admite acumulación de pretensiones, pudiendo


interponerse la resolución del contrato (por falta de pago), más la imposición de daños
y perjuicios; siendo acogidas y estimadas mediante sentencia inicial (Art. 395 par. II,
num. 3 NCPC).

En el supuesto de una compra venta en la que el vendedor procedió a la entrega


anticipada del bien, también podrá solicitar la devolución del mismo.

Las excepciones previstas para lo procesos monitorios (Art. 394 NCPC), no


contemplan el pago: consecuentemente, el demandado para desvirtuar la pretensión y
la sentencia inicial, interpondrá la excepción de cumplimiento de la obligación,
adjuntando el respectivo documento que demuestre dicha situación (Art. 394 par. II,
num. 8 NCPC).

Si el demandado no opuso excepciones o estas fueron desestimadas, y una vez


calificado el daño y perjuicio ocasionado al actor, podrá embargarse los bienes del
deudor hasta la suma del resarcimiento, con el fin de ejercitar la ejecución coactiva de
la sentencia.

Cese de la copropiedad

El Código Civil boliviano, establece diferentes maneras para ejercitar el derecho de


propiedad de un bien, cuya titularidad se ejerce de forma exclusiva o compartida, es
decir, modalidades de propiedad o copropiedad. Esta última, se realiza, cuando dos o
más personas ejercitan derechos de propiedad sobre una o varias cosas que les
pertenecen en forma común.

La copropiedad, puede ser de dos clases: sin indivisión forzosa y con indivisión forzosa
(Arts.167 y 168 CC). La primera, llamada común, en la que dos o más personas
ejercitan derechos de propiedad conjuntamente sobre un bien, que materialmente
puede ser dividido (ejemplo, un lote de terreno de 600 m2.); la segunda (con indivisión
forzosa), dos o más personas ejercitan derechos de propiedad sobre un bien,
impidiéndose su división material (ejemplo, un automóvil), su división hace que pierda
utilidad y valor económico. Otra modalidad de copropiedad, se genera en la propiedad
horizontal, en la que los propietarios de un departamento, piso o unidad funcional, son
al mismo tiempo copropietarios de las áreas comunes del edificio o condominio (Art.
184 y ss. CC).

El proceso monitorio, acoge la pretensión de cese de la copropiedad común o sin


indivisión forzosa de origen contractual, cuya demanda estará acompañada de los
documentos que demuestran la porción o las acciones y derechos que le corresponden
al actor, solicitando la división material por no existir posibilidad de cómoda división,
debiendo citarse a los demás copropietarios.
El juez público, mediante sentencia inicial, dispondrá la división del bien afectado; sin
embargo, si no es posible la cómoda división, dispondrá la subasta del bien; su
producto (pago del remate), será prorrateado entre los copropietarios. Esta institución,
no considera la intervención de incapaces o ausentes; la abrogada legislación disponía
el sorteo de lotes o hijuelas de manera obligatoria (Art. 673 par. II ACPC).

Desalojo en régimen de libre contratación

El desalojo, constituye una de las formas de protección de la propiedad, su fin es que el


propietario recupere el uso y goce de un inmueble concedido en arrendamiento,
alegando y acreditando causa legal.

A través de este monitorio, no se pretende el pago de alquileres ni imponer daños y


perjuicios, sólo se encuentra destinado a restituir el bien a su dueño sin debatirse otros
reclamos.

Para el desalojo de vivienda, el propietario debe acudir al proceso extraordinario (Art.


369 par. II NCPC); en cambio, para el de inmuebles en régimen de libe contratación
(locales de comercio, industria, oficinas, depósitos, salones de baile hoteles,
establecimientos sanatorios y otros análogos), el reclamo debe efectuar, vía monitoria.

La norma adjetiva, establece como causas de desalojo: al fenecimiento del plazo


previsto en el contrato de arrendamiento o el incumplimiento de cualquiera de sus
obligaciones (Art. 393 par. I NCPC), abandonando otras causas (hechos) que son
comunes en la vida diaria; por ejemplo, cuando el inmueble debe ser demolido,
reconstruido, expropiado, etc.

Si el contrato de arrendamiento fue celebrado de forma verbal, el propietario para


viabilizar el desalojo monitorio, interpondrá diligencia preparatoria (vía incidental), para
establecer la existencia y las condiciones del convenio (Art. 377 par. I NCPC); de lo
contrario, la demanda será rechazada. No obstante, si el contrato tiene forma y
contenido escrito, la demanda del monitorio es interpuesta de forma directa,
describiendo los hechos que dan lugar al desalojo, adjuntando el contrato de
arrendamiento. A diferencia de la legislación abrogada, la vigente no exige la
presentación de recibos fiscales extendidos para los casos de arrendamiento.

Recibida la demanda, y previa comprobación de presupuestos, el juez público


pronuncia sentencia inicial, disponiendo el desalojo del locatario, concediendo un plazo
para la desocupación, los que varían según la naturaleza del inmueble arrendado (Art.
393 par. II NCPC).
Citada con la demanda y notificada con la sentencia inicial, la parte demandada
(locataria), dispone de diez días para interponer excepciones, acompañando y
proponiendo los medios de prueba que sostengan su oposición. La autoridad judicial
señala día y hora de audiencia para el debate y decisión de excepciones. El desalojo,
abre un abanico de excepciones que contradicen la naturaleza del proceso monitorio
(Art. 394 par. II NCPC), concediendo al locatario una serie de circunstancias que
entorpecen la sentencia inicial, extendiendo a debates que son exclusivos del proceso
ordinario o extraordinario.

Si la excepción fue declarada improbada en audiencia, la sentencia inicial queda


ejecutoriada, extendiendo el juez mandamiento de lanzamiento o desapoderamiento
según el caso, con facultades de allanamiento en días y horas hábiles; pudiendo
intervenir en caso de resistencia, el auxilio de la fuerza pública y otras instituciones
como la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, cuando hay presencia de menores de
edad que habitan el inmueble.

Durante la ejecución de lanzamiento, los bienes muebles retirados deben ser


entregados al locatario, o en su defecto, a un depositario señalado por la autoridad
judicial. Si la causal de desalojo fue la falta de pago de alquileres, los bienes muebles
del locatario, serán secuestrados para responder la deuda de alquileres, con excepción
de los inembargables; pudiendo el demandante constituirse en depositario de los
bienes muebles (Art. 396 par. IV NCPC).

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